lunes, 8 de octubre de 2018

VIII. EL ALBA: SINTESIS: Reflexiones al final de la vida






VIII. EL ALBA

A mamera de síntesis:

Reflexiones al final de la vida

 

                                     

Introducción. 

El Alba
A manera de síntesis 
Reflexiones al final de la vida

LA VIDA COMO CAMINO

“El hombre no teje la trama de la vida, no es más que una de sus hebras” [1]

La vida es un misterio que se tarda tiempo en descubrir, diríamos que toda la vida se presenta como una aventura, un maravilloso tiempo para descubrirlo. El sentido de la vida es verdaderamente fascinante lo vamos descubriendo a lo lardo de la vida, diríamos que se nos va desvelando poco a poco. Solo quien se abre al misterio de Dios conoce el misterio de su vida, solo quien conoce a Dios conoce al hombre. Como diría San Agustín la vida del hombre se resume en la súplica al Señor: Que te conozca y que me conozca [2]. Como diría Pascal, el hombre supera infinitamente al hombre, tiene sed de infinitud y tiene sed de sentido[3]. Se trata de conocernos como somos conocidos.

El hombre es un ser en camino, un peregrino. Dante decía que un peregrino se puede interpretar de dos maneras, en sentido vulgar y en sentido estricto[4]. En sentido vulgar el peregrino es todo el que se encuentra fuera de su patria. En un sentido estricto el que peregrina a tierra extranjera. Todos somos peregrinos en esta tierra caminando hacia la Patria definitiva. Homero a través de la historia de Ulises marca el camino de retorno a su tierra, a su hogar. En el fondo todos sentimos esa ansia por volver a nuestro Origen. Es parte de nuestra dimensión humana y divina. Todos tenemos sed de volver al seno que nos dio a luz. Unamuno decía al final de su vida. “Vuelvo cansado del duro bregar, acógeme Padre bueno en tu dulce hogar”[5].

La peregrinación no es sólo un camino físico sino un camino interior, una verdadera experiencia mística. Lanzarse a una peregrinación es aventurarse a transitar por caminos tortuosos que otros ya han abierto y transitado. Los peregrinos han sido verdaderos pioneros no solo por superar las dificultades naturales sino por transitar caminos interiores del espíritu, verdaderos rastreadores del espíritu.




    I.1. EL INICIO, PONERSE EN CAMINO

El ponerse en camino es parte fundamental de la vida humana. La idea de peregrinar es muy antigua, sentir la pasión o veneración por un lugar santo es un fenómeno universal. La devoción a un lugar sagrado es una de las manifestaciones de fe más antiguas en todas las culturas. Como dice una teóloga judía: “Los seres humanos desarrollaron lo que se ha dado en llamar una geografía sagrada que no tiene nada que ver con un mapa científico del mundo, sino que se relaciona con la cartografía de su mundo interior[6].

El término hebreo para señalar el peregrinar es “alía lareguel” cuya traducción significa “el que sube”, es decir el que se eleva a través de sus pies. ¿Con que intención o que busca el peregrino cuando se pone en camino? Las intenciones pueden ser varias. Cumplir una promesa, perseguir o responder a una inspiración divina, alcanzar en el lugar buscado una vivencia espiritual intensa etc. Sobre todo, no estancarse y lograr un crecimiento espiritual.

El peregrino es un ser en búsqueda, es un inconforme con su situación espiritual. Necesita algo más de la vida y se lanza a buscarlo movido por una inspiración divina. Uno empieza la peregrinación de una manera y termina de otra. Cuando uno peregrina lo hace además con los que vinieron antes y los que vendrán después. La peregrinación te despierta el sentido trascendente de la vida. Una vida sin intercesión, sin plegaria se empobrece. La oración nos abre a la dimensión trascendente y la puerta al misterio. La peregrinación tiene el valor de despojarnos de mezquindades acumuladas y la habilidad de encararnos hacia lo eterno. Las peregrinaciones son tan antiguas como las religiones. Guardan relación con los lugares santos y con la fe de los peregrinos.

Peregrinos en tierra extranjera abriendo caminos y caminando hacia una patria y herencia común. Hombres de fe creadores de la historia y forjadores de una nueva civilización de la paz y del amor: “Por la fe se pusieron en camino obedeciendo una llamada. Salieron sin saber bien a donde iban. Se trasladaron como forasteros habitando en tiendas, a la intemperie, caminaron por el desierto apoyados en la fe como bastón, vagaban cubiertos de pieles de cabra y ovejas. Nómadas necesitados, atribulados, vagabundos por tierras desérticas entre montañas grutas y cavernas. Renunciaron a imperios y valores y tesoros terrenos porque tenían puestos sus ojos en otra promesa de paz. Se aferraban al invisible como si fuera visible, atravesaron l mar como si pasaran por tierra firme, se defendieron de enemigos, intentaron promover la justicia, cerraron la boca a leones poderosos, extinguieron el ardor del fuego. 

Pasaron entre llamas y no se quemaron. Evitaron el filo de la espada, fueron valerosos, se enfrentaron a grandes ejércitos, más aún torturados rehusaron librarse, prefirieron morir con valor y honor confiando en la promesa. Sufrieron la prueba de las burlas, los azotes, las cadenas. Fueron apedreados, destrozados, pasados a cuchillo. Fueron maltratados, torturados, víctimas de todo atropello no renegando a su fe y manifestando que el mundo no era digno de ellos”. “No fue su pericia, habilidad y fuerza la que los mantuvo cuando asaltaron los soberbios y gigantes. Los grandes ídolos perecieron y la esperanza del mundo se refugió en una pequeña balsa que protegida en medio de tormentas guiada por la mano de Dios trasmitió la semilla de la vida a los siglos venideros”[7].

Todos ellos esperaban la ciudad construida sobre cimientos cuyo arquitecto y constructor es Dios.  Este horizonte globalizante de la vida es fundamental. La peregrinación como bien eran conscientes los judíos nos lleva a la Jerusalén celeste. Todas las demás peregrinaciones se presentan como sombras o figuras de esta gran patria que buscamos desde nuestro nacimiento. Como lo anuncian los profetas, así se designa en hebreo la Jerusalén celestial, Ierushalaim shel mala, para diferenciarla de la terrenal Ierushalaim shel mata. La Jerusalén terrena es figura de la celeste. También para los judíos sostienen que el ingreso a la ciudad celestial podrá ser factible tan solo después de visitar la ciudad terrenal. De ahí que al menos una vez en la vida se visite la ciudad Santa.

Así nosotros quisimos sumarnos a la corriente de peregrinos de creyentes verdaderos peregrinos de la paz, hombres de fe, constructores de un mundo nuevo y una nueva civilización. Como decía un poema a cerca del Camino de Santiago: “Viniendo gente de todas partes del mundo, armenios, griegos, pulleses, anglos, galos, dacios, frisios, de naciones, lenguas y tribus diversas todos pregonan la gloria de Dios”[8].




I.2 LA PEREGRINACION DE LA VIDA, MI PROPIO CAMINO

En la peregrinación de la vida tuve la suerte de jalonarla con varias peregrinaciones. La peregrinación a Jerusalén en 2011 fue precedida por tres grandes peregrinaciones previas: la peregrinación a Roma siendo estudiante con un grupo de estudiantes universitarios convocada por el ICU en 1979[9]. La peregrinación a Santiago de Compostela con un grupo de universitarios de Madrid en el Encuentro mundial de jóvenes de 1984 WYD[10]. La peregrinación a Goa, la India en el 2002. Hay una primera que viene a ser el punto de partida, mi tierra natal en el amanecer de la vida y hay otra final, la que me encuentro realizando en el atardecer de la vida en Filipinas desde el 20016 como regreso a mi verdadero origen.

  • La primera peregrinación, Salamanca mi tierra natal. Es el punto de origen y de partida de todas mis peregrinaciones.
  • La segunda peregrinación a Roma, siguiendo los orígenes cristianos y de nuestra cultura occidental europea del primer milenio. La primera peregrinación fue como un ir a las raíces de nuestra fe y nuestra cultura y civilización occidental. En el primer año del pontificado de Juan Pablo II se abría toda una puerta al mundo: “No tengan miedo a abrir las puertas a Cristo”[11].
  • La tercera peregrinación a Santiago de Compostela, siguiendo los pasos de los marchadores de la fe en Europa, rastreando las raíces y vestigios de nuestra fe en el segundo milenio. El báculo y el morral eran propios de toda peregrinación. Los peregrinos romeros del Camino llevaban un bastón con una calabaza de cantimplora y volvían con una concha.
  • La cuarta peregrinación a Goa y la India siguiendo los pasos de Gandhi y Madre Teresa abriéndonos a la nueva evangelización del tercer milenio. Movidos por el ardor misionero de Javier que le llevó a las tierras de Oriente. No sin razón Jerusalén es la ciudad más visitada de todo el mundo como vértice de encuentro de todas las religiones, confluyendo judíos, cristianos, musulmanes además de todo tipo de personas atraídas por su belleza incomparable.
  • La quinta peregrinación a Jerusalén y Tierra Santa como encrucijada de los tres continentes y de las tres grandes religiones y civilizaciones más antiguas. Numerosos peregrinos se han acercado a Tierra Santa y han quedado fascinados por los tesoros meticulosamente guardados por la tradición. Jerusalén ha venido a ser el centro de peregrinación para las tres religiones monoteístas más importantes del mundo. No sin razón Jerusalén es la ciudad más visitada de todo el mundo como vértice de encuentro de todas las religiones, confluyendo judíos, cristianos, musulmanes además de todo tipo de personas atraídas por su belleza incomparable.
  • La penúltima peregrinación a Togo, África abre el horizonte al mundo entero y a permanecer toda la vida en estado de peregrinación.
  • La última peregrinación, vuelta a Filipinas, Pangasinan, la tierra prometida. Dios tuvo a bien concedernos en la etapa final volver al continente asiático, el continente de la luz y la esperanza. En un lugar recóndito Malasiqui el lugar donde la luz del evangelio se quedó.





I.3 SENTIDO DE LA PEREGRINACION

“Voy por la vida peregrino y a veces creo que voy sin compañía cuando de repente siento la presencia de alguien que me guía, otro viajero”[12]

Peregrinación viene de la palabra latina “per agrare”, el que viaja o penetra a un país lejano y que tiene además una connotación para poder ver un lugar santo o sagrado. La forma específica de la peregrinación no es meramente un viaje turístico, recreativo o cultural, sino que está marcado por una motivación o finalidad religiosa que evoca junto al viaje por fuera otro tipo de viaje interior lo que queda reflejado por el prefijo “per”.

El mismo camino de la peregrinación nos lleva más lejos, a la morada de Aquel que nos llama. El lugar santo es la meta y todo el camino supone la preparación o purificación necesaria de entrada al lugar del encuentro. Toda la existencia del hombre se podría decir que es una peregrinación. Peregrinar a nivel profundo significa caminar hacia la verdadera Patria, meta final, la Jerusalén celeste. No tenemos aquí la ciudad permanente, sino que somos todos peregrinos hacia el cielo. El peregrino es aquel que espera y anhela alcanzar la verdadera patria celeste.

Las peregrinaciones tienen como metas ciudades, santuarios o lugares santos y abriga en ellos la búsqueda de una satisfacción trascendente y búsqueda de sentido, de verdad, de plenitud donde el hombre puede rehacerse de sus angustias y dar con la satisfacción de sus más hondos anhelos.
Cada pueblo con sus creencias y religiones ha tenido como legado común una forma de vehicular sus creencias y herencias espirituales y culturales, las peregrinaciones. Cada pueblo con sus específicas peregrinaciones a lugares santos participa de una u otra forma de un substrato común como una epifanía de la fuerza del espíritu sobre un complejo mundo de las más diversas motivaciones.
Toda la vida es una peregrinación, un camino. Como decía el poeta “caminante no hay camino, se hace camino al andar”[13]. Lo único que poco a poco va descubriendo es que sí que hay camino, un camino a recorrer y un caminante que lo camina con nosotros.

Como los discípulos de Emaús no lo reconocían y caminaba con ellos y El se les fue revelando según caminaba. Poco a poco se les abrieron los ojos. El mismo les hizo ver cuán lentos y cuán torpes eran en reconocer todo lo que habían vivido y les empezó a hacerles descubrir su paso por sus vidas[14]. Resulta un maravilloso ejercicio releer nuestra vida, nuestra historia a la luz de la fe.
Todas las religiones practican la peregrinación como una auténtica búsqueda de Dios para propiciar un verdadero encuentro con El. Dios ha estado y está presente en nuestros entresijos de la historia lo que pasa es que muchas veces no lo reconocemos. Es como si se tratar de encontrarse mutuamente para caminar en la misma dirección.

Toda la historia del pueblo de Dios se vivió en peregrinación. Así Abraham se puso en camino con toda su familia hacia la tierra prometida. Nuestros padres en la fe se pusieron en camino y caminaron como peregrinos sin saber muy bien hacia donde caminaban, hacia donde Dios les conducía confiando en una promesa. Anhelaban una tierra mejor, una morada permanente, donde se dieran los frutos mesiánicos, done reinara el amor y la justicia y Dios fuera su sólido fundamento.

Así Abraham salió fuera de su tierra y caminó como nómada peregrino hacia la tierra prometida sin llegar a poseerla. También Moisés después de cuatrocientos años de esclavitud en Egipto salió con todo su pueblo en un largo éxodo por el desierto caminando durante cuarenta años hasta entrar en la tierra prometida. Aunque sus descendientes llegaran a conquistarla y a establecerse como un reino pronto quedaron desposeídos para hacerles comprender que era otra tierra y el reino que anhelaban.
Llegada la plenitud de los tiempos vino Jesús como el nuevo Moisés para reemprender un nuevo éxodo con toda la humanidad y llevarla a su verdadero destino. Jesús emprende la gran peregrinación con todo su pueblo hacia la casa paterna. Dios mismo en Jesús, baja de su santa morada para caminar con nosotros como peregrino y llevarnos con El a la morada del Padre.

Jesús emprende la gran peregrinación saliendo al frente de su pueblo para hacernos avanzar por el desierto de la vida librándonos de todos los enemigos, el pecado y la muerte, cargando con nuestras culpas para aliviarnos, levantarnos y llevarnos sobre sus hombros a su Padre. En su gran peregrinación tuvo sus grandes etapas y altos en el camino. Podemos distinguir a lo largo de toda su vida diferentes etapas.



Lamina 1 Las Edades el hombre

II LAS ETAPAS DEL CAMINO DE LA VIDA

Tratando de releer mi vida y mi historia como una peregrinación también distinguiría sus etapas y altos en el camino. Son varios los autores que se detienen a contemplar las etapas de la vida del hombre. No quiero tanto un acercamiento buscando claves psicológicas sino existenciales. Queremos contemplar las etapas de la vida como haciendo lectura de la vida contemplando las etapas ascendentes y descendentes para descubrir no solo las leyes del desarrollo humano sino sobre todo la búsqueda profunda de nuestro ser, la imperante exigencia de sentido.

Cada etapa de la vida estamos llamados a vivirla con pleno sentido porque cada etapa presenta una significación peculiar. Cada fase de la vida tiene el privilegio de vivirse con una impronta, un sello característico. Esta búsqueda de sentido se acentúa en la medida que la vida avanza y se agudiza en los momentos de crisis que conlleva cada etapa y sobre todo en la etapa final de la vida. El fin del hombre no es la muerte. La muerte no puede ser vista como algo negativo, como un cesar impuesto desde fuera sino como el momento decisivo del encuentro con nuestro Creador y autor de la vida. Venimos de El y caminamos al encuentro con El. El hombre no es un ser abocado a la muerte sino a la vida, a la Resurrección. El hombre es un ser del encuentro para el encuentro, es un ser hecho para el encuentro y la muerte es el encuentro definitivo.

Romano Guardini siguiendo el modelo de Carl Gustav Jung observa diversas edades. La infancia, la juventud, la edad madura, la ancianidad y la etapa final[15]. El hombre se caracteriza en constante cambio y movimiento como alguien que cambia continuamente aunque a pesar de todo siga siendo la misma persona[16]. Cada apartado de la vida dice Guardini presenta algo nuevo y lo asemeja a una fase del día: la noche, la mañana, el mediodía, la tarde, o una estación del año. Cada día, cada año es fase viva de nuestra existencia constituyendo un lugar irremplazable en su conjunto. En el hecho de que cada fase sea nueva, única y pase para siempre es donde reside la tensión de la vida.

Cada fase tiene su carácter propio y se orienta a la siguiente. Cada fase tiene algo propio, formas vitales y figuras de valores de sentido. A pesar de la variedad todo está conectado. El hombre puede volver la mirada a las fases recorridas haciéndose presente lo que ha ocurrido en ellas.

Entre las fases hay crisis típicas que corresponden al cambio de una a otra, la crisis de la pubertad entre la infancia y la juventud, la crisis de la experiencia, entre la juventud y la mayoría de edad, la crisis de la comprensión vital entre la mayoría de edad y la madurez, la crisis del desasimiento entre la ancianidad y la edad senil. Luego las analizaremos. En la superación de las crisis surge la nueva forma vital de la siguiente fase.


Lámina 2 Las siete etapas

II.1 LA PREVIA ETAPA DE LA VIDA, la noche, la gestación y la infancia

Esta etapa tendría que ver con la gestación, el nacimiento y la infancia. La vida se desarrolla en una urdimbre de encuentros y separaciones. La vida se recibe al origen como un don recibido. El hombre es un ser en comunión creado para la comunión. Esta unidad le viene dada en el seno materno. El niño se haya unido a la madre diríamos casi fusionalmente. En el estado de gestación es el único estado donde no tiene iniciativa, capacidad para crear vínculos, pero estos se están gestando en potencia. En el momento del alumbramiento el niño cobra cierta independencia, pero se siente desvalido. Para hacer viable su vida la madre y el entorno familiar crea una urdimbre afectiva que provoca en el niño confianza y seguridad. En esta etapa inicial el niño inicia la relación de encuentro con otros. En esta etapa de la infancia es vital la figura materna. En esta etapa se lleva a cabo la primera adaptación al medio en la lucha por la adecuación por la vida. En esta fase se da la primera comprensión e interpretación de la realidad. Todavía no se ha despertado la conciencia. Por el instinto va aprendiendo a distinguir y diferenciar los objetos en referencia a sí mismo. El niño aprende poco a poco a ver finalidades y alcanzarlas, a distinguir lo bueno y lo malo. Poco a poco va desapareciendo el cobijo materno y paterno. En esta cobertura el niño ha de desarrollarse y aprender a entrar en la propia iniciativa individual.

                                  
II.2 LA PRIMERA ETAPA DE LA VIDA, la mañana de la vida, la etapa

En esta etapa de la adolescencia y juventud la persona va creciendo en el mundo de las relaciones. La persona poco a poco se ve con la necesidad de crear vínculos. En esta etapa adquiere mucha importancia la figura paterna encarnando la autoridad o la ley de lo que debe y no debe hacer. En esta etapa se lleva a cabo la integración de las solicitaciones externas intentando superar la conflictividad que nos viene de afuera. El joven toma contacto con su propia individualidad, con su propio yo y trata de auto posesionarse y apoderarse de sí mismo. Se da cuenta de sus capacidades vitales y siente que en ellas hay posibilidades de devenir y experiencia. Pero también hay deberes por lo que tales capacidades debe ordenarlas y darles forma para un auténtico desarrollo. Actúa en él un elemento positivo, la fuerza de ascensión de la personalidad y otro negativo, la falta de experiencia. La doble polaridad también se da entre la persona y el educador. Es el periodo del idealismo, del desarrollo de la creatividad, capacidad artística, la fantasía y los valores centrales de la personalidad, sinceridad, honradez, fidelidad que marcan el carácter. Surge la primera fase del amor. Más allá de lo físico o sentimental.


II.3 LA SEGUNDA ETAPA DE LA VIDA, el mediodía

Es la fase la edad adulta, de la responsabilidad y de la mayoría de edad. Se desarrolla el carácter y se consolida el interior de la persona. Se van ampliando el entramado y los círculos de relaciones ampliándose los ámbitos vitales, familiares, culturales y sociales. Las relaciones están llamas a crear más vínculo y estabilidad para arraigarse en la persona. A su vez tiene lugar para la persona la llamada a poner de fundamentos sólidos en su vida, lo que tiene valor y permanencia. Los valores perennes y eternos tienen una importancia vital. Es la fase en que manan del modo más inmediato las fuerzas productivas de índole espiritual y vital. Se da la dialéctica entre lo permanente y lo caduco entre la fase y la totalidad. Se lleva a cabo el reconocimiento de la sombra, parte oscura de uno mismo confrontada con su propio potencial a realizar. Se da el encuentro y aceptación de la sombra, las limitaciones, insuficiencias y miserias de la vida. Esta fase supone la plena integración con el mudo exterior y la reintegración de las funciones no desarrolladas con la transformación de toda la realidad.


II.4 LA TERCERA FASE DE LA VIDA, la tarde de la vida

En esta etapa se entra en la ancianidad, la serenidad el tiempo de aceptar y asumir los propios límites. Se comienza el descenso del arco de la vida. Se toma mayor conciencia del fin y de la transitoriedad de la vida. Somos llamados a una plena integración viviendo la dimensión simbólica e incluyendo sobre todo los aspectos espirituales. Cuando hace quiebra el vigor corporal se hace más fuerte y exigente el valor axiológico y la dimensión trascendente. Esta apertura a la dimensión espiritual y trascendente se hace más imperiosa para lograr una nueva forma de estabilidad. El valor de la vida está en el ser y no en el hacer. Uno vale por lo que es y no por lo que hace o por lo que tiene. Esta etapa agudiza la búsqueda de sentido para responder a nuestra verdadera identidad, vocación y misión en este mundo y encontrar el sentido último y trascendente de la vida. El valor de nuestra vida no está en el rendimiento, la eficacia y la acción. Hay un sentido más elevado que tiene que ver con el amor dispensado y recibido, con los vínculos creados reconociendo lo esencial, lo absoluto, lo permanente.  La vida hecha para el encuentro nos lleva al encuentro definitivo y la persona ha de prepararse para este encuentro.


                                   
Lámina 3 Sentido alegórico


III SENTIDO ALEGORICO DE CADA UNA DE LAS ETAPAS [17]:

La vida hay que saber verla y vivirla tanto en sus partes como en su conjunto. Cada fase tiene sus retos y desafíos. A la persona se le pide la aceptación de la fase de cada momento de la vida lo que hace que en cada fase la persona pueda ser ella misma. Cada fase tiene su razón de ser para su conjunto y también para el desarrollo dela otra fase. Si cada fase no se vive plenamente falta en lo sucesivo su aportación.

Una de las dificultades más grandes que plantea este estudio fenomenológico de las fases de la vida estriba en la dialéctica entre fase y totalidad. Los procesos no son unívocos ni siempre ascendentes se dan a veces etapas regresivas, etapas ascendentes y descendentes. Las fronteras son muy aleatorias y hay fases que se prolongan y otras que se acortan. Corremos el riesgo que a la hora de subdividir encasillemos, lo decisivo es saber qué peso se asigna a todo frente al transcurso global.

Toda la vida se resumiría como el largo camino de peregrinación hacia el encuentro definitivo con Dios[18]. Lo maravilloso es como Dios va preparando el encuentro  saliendo a nuestro paso en las distintas etapas de la vida[19]. En un sentido litúrgico como si la vida se tratara de un día podríamos distinguir sus horas como lo hacían los romanos o judíos (prima, tercia, sexta y nona) en vigilia o maitines, laudes, intermedia, vísperas y completas[20].

Carl Jung describe la vida como el discurrir del día y el recorrido del sol. Por la mañana asciende e ilumina el mundo. Al mediodía alcanza su cenit y sus rayos comienzan a disminuir y decaer. La tarde es tan importante como la mañana. Sin embargo sus leyes son distintas[21].




III.1 EL INICIO, La Vigilia.

Yo sé de la vigilia nocturnal desesperada,
de un rostro deformado en la visión,
de sueño y nada,
yo supe de la angustia y el dolor sin alborada
pero un día feliz sonrió mi soledad cuando te vi llegar.

Salgo a caminar, hecho por la espalda la nostalgia,
llevo en el pecho la esperanza…
un día me largué por el camino, a andar los caminos,
anduve los caminos buscando hallar un horizonte…

Se empieza en la noche que se abre al alba. Se trata del despertar, del inicio, de la apertura de la vida. La vida de la infancia se abre a la emancipación, a la adolescencia a la búsqueda de la propia identidad.

La larga peregrinación de la vida se empieza de noche. Los síntomas de la noche son la ausencia, el desamparo, el vacío. El nuevo nacimiento supone salir de nuestra autosuficiencia, de nuestra emancipación, del útero de los lazos maternos y paternos en donde nos hemos sentidos protegidos. Se trata de correr el riesgo de abandonar la seguridad primera para abrirnos a la luz del alba.

Sentimos miedo a la soledad. Pero Dios no nos creó para soledad. Hemos de describir a Dios en nuestro silencio, nuestra soledad. Tenemos miedo de enfrentarnos a lo único verdadero y nos perdemos en la dispersión sustituyendo lo único verdadero por lo pasajero llevando una vida disoluta y disipada.




III.2 EL AMANECER, la Mañana.

Camino en el silencio sobre mis años,
camino solo detrás del tiempo por el espacio,
sin conocerme como un extraño,
no sé si el aire brota el perfume de los agravios,
de la inocencia, del desengaño.

No sé si el río de la esperanza,
se pone agrio no sé porqué
alguna vez con la mente pateando cascotes
y en los labios chirridos de conciencia,
que hay suelto por ahí,
alguna vez entre chirridos cante estos versos[22]

Es el tiempo de la juventud, el tiempo de hacer realidad los sueños de la noche y de lanzarse a la aventura de la vida. Se toma la orientación de la vida que te abre a todo un futuro un proyecto de vida a recorrer.

Buscamos apasionadamente, ardientemente la libertad, la verdad, el amor, pero no sabemos bien dónde encontrarlo. Pretendemos liberarnos emanciparnos y creyendo gozar de total libertad pronto nos sentimos esclavos. Esclavos de nuestras bajas pasiones e instintos. Andamos todavía a tientas. El amanecer a penas se vislumbra como un rayito de luz que se levanta del polvo como una raya malva muy tenue que va virando a rosa. Empieza a verse el rayo de luz apenas amanece porque empiezan a sentirse los primeros rayos del sol.

El sol no ha llegado a su cenit. Hay luz, pero también oscuridad. La ambigüedad persiste. Poco a poco en la mañana el sol irá ganado altura. Dios irá penetrando y disipando los lúgubres rincones oscuros del alma. Nos toca transitar por los páramos, cruzar por los ásperos caminos de nuestras soledades y ambigüedades y lentamente a reconocer en nuestra vida a un invisible personaje que no ha estado ausente sino presente a lo largo de toda nuestra vida. Como los peregrinos de Emaús sienten a su paso otro caminante que se pone a caminar a su paso. No saben quién es sus ojos aún no le reconocen.





III.3 LA ETAPA INTERMEDIA, La mitad del camino de la vida, 
el Mediodía.

Fue el despertar después de andar perdido,
sin el altar de tu mirar y herido,
fue como encontrar el fresco manantial
donde bebí en la boca la paz,
y volví a sentir lo que es vivir,
sabiendo que hay un Edén,
desde ayer latiendo.

Hoy me dejó el sol caricias de tu amor
Hoy he vuelto a la luz...

Es el tiempo intermedio donde se empieza a acusar cierto cansancio y a la vez se arraigan y se consolidan las opciones fundamentales la vida. Es el tiempo de la madurez. Tenemos nostalgia de identidad, de sentido, no sabemos en realidad de dónde venimos y adónde vamos. Nuestra vida da mil vueltas y revueltas, avances y retrocesos. Tenemos hambre y sed de trascendencia. Dios ha salido tantas veces al encuentro, pero no le hemos reconocido, le hemos dado tantas demoras.

El persistente peregrino nos invita a caminar, caminar en la fe sobre el sopor del mediodía.  El sol se haya en su cenit. Hay a mitad del día un punto de inflexión culminante. En la mitad de nuestra vida somos llamados. Como la samaritana se acercó al pozo a beber y se encontró con el misterioso personaje que en el brocal le esperaba.




III.4 LA TARDE, el Atardecer.

Cuando la vida festeje el modo de los calvarios,
la sobra rueda, los ojos llantos,
penetro al mundo del pequeño abecedario.

Mi misma muerte me está esperando,
después de aquel primer llanto,
no se y para qué…

El tiempo donde se empieza por una parte a decaer y a reciclar la propia existencia. Después de un largo recorrido es tiempo de descansar de sedimentar la experiencia. De todo lo vivido ¿Que nos queda?

En el atardecer de la vida aparecen las sombras. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su esplendor. Sabréis entonces que soy yo. Al final de la tarde lo único que queda es el amor. La vida no se construye a base de grandes empresas si estas no están movidas por amor en nada quedan, se disipan como el humo.

Se trata de dar con los fecundos ríos de la vida que la penetran por dentro y que han fecundad los espíritus creativos Dar con la verdad, lo verdadero, lo bueno, lo noble que hunde sus raíces en el corazón de cada hombre. Hay un hilo a lo largo de la vida que la va entretejiendo. Hay corrientes de vida que traspasan todas las épocas y fecundan todas las generaciones.




III.5 LA NOCHE, el Crepúsculo.

Salí de las tinieblas tras la luz y hallé tu nombre,
estaba repetido en el fulgor de los albores,
y estaba en el jardín,
temblando en el color de la caña ya en flor…

Es la preparación para el encuentro definitivo, el verdadero nacimiento y despertar a la vida eterna. El hombre frente al crepúsculo de un nuevo y definitivo amanecer. Toda la humanidad está orientada y encaminada hacia un horizonte de esperanza. La humanidad no fue sometida al fracaso, gime de esperanza.

Más fuerte que el poder destructor de la muerte lo tiene a vida y el amor. El amor permanece, es eterno. Hay un germen inmortal en el hombre que nada ni nadie lo puede destruir.


                                       
Lámina 4 Las crisis de la vida


IV LAS CRISIS A LO LARGO DE LA VIDA

Romano Guardini analiza las crisis típicas que corresponden al cambio de una fase a otra de la vida[23]. La crisis de la pubertad entre la infancia y la juventud, la crisis de la experiencia, entre la juventud y la mayoría de edad, la crisis de la comprensión vital entre la mayoría de edad y la madurez, la crisis del desasimiento entre la ancianidad y la edad senil. También otros autores hablan de sucesivas separaciones, muertes y emergencias que se llevan a cabo a lo largo de la vida.

Sigmund Freud analiza sobre todo al inicio de la vida. En la primera infancia tiene lugar la separación del vientre de la madre. Tiene lugar la muerte al confort prenatal y la emergencia de la autoconciencia. En la segunda infancia tiene lugar la separación del cuidado de la madre. Se produce la muerte a la fijación de la madre como objeto libidinal y la emergencia del segundo nivel de deliberación. En la etapa fálica se da la separación de los lazos familiares. Se da la muerte del control del ego y selección del objeto con la emergencia de la conciencia moral. En el periodo latente se da la separación del ego. Se da la muerte al yo ideal y el encuentro con el verdadero yo con la emergencia de la conciencia religiosa. Vamos a analizarlas ahora las distintas crisis.

Romano Guardini aunque parezca extraño hablará incluso de una crisis previa a la infancia que se da en el momento del alumbramiento. Si partimos que la vida en el seno materno es una vida real implica no sólo un desarrollo fisiológico sino psicológico y anímico. En el alumbramiento el niño abandona el seno materno y comienza su existencia individual. Estudios de psicología profunda muestran que este acontecimiento se graba profundamente en el alma del niño. En virtud del nacimiento el niño se separa del seno materno donde vivía en un completo entretejimiento en la esfera de la madre. Es muy importante la forma en que se da este momento no solo de separación física sino de la separación interior y anímica. El niño debe acostumbrarse a su existencia individual. Dado de su débil capacidad de autoafirmarse el mundo le es hostil y siente miedo. La envoltura protectora sobre todo materna da al niño seguridad y la capacidad de distinguirlo hostil de lo amistoso y beneficioso.




IV.1 LA CRISIS DE LA PUBERTAD

Entre la infancia y la juventud se sitúa la crisis de la pubertad. Esta crisis se da porque se entrecruzan los dos impulsos básicos, la afirmación individual de sí mismo y la tendencia sexual. La persona no encuentra todavía la polaridad a la persona del otro sexo. El instinto sexual todavía no está enteramente comprendido ni integrado. La crisis de la tendencia empieza con el despertar de la personalidad y la conciencia de diferenciación. Es propia de esta etapa la exagerada tendencia a acentuarse a sí mismo y la rebelión contra la autoridad en su contraposición a la individualidad. Todo lo relativo al proceso de individuación.

La transformación se va dando de forma paulatina. La protección ofrecida por el entorno del hogar materno y paterno va perdiendo poco a poco intensidad. Los encuentros cada vez más frecuentes con cosas, personas y sucesos hace que el niño penetre lentamente en el mundo exterior y lo lleven lentamente a tomar conciencia de ello. Aquí también la envoltura psíquica se va haciendo cada vez más porosa y el niño comienza a diferenciar los seres amistosos de los hostiles, aprendiendo a distinguir lo que le es bueno y malo. La crisis que se le plantea es desde dentro debido a la irrupción de los impulsos de la autoafirmación individual y del instinto sexual. La crisis se da al tener que afirmar e imponer a los demás la propia identidad despertando en la persona la conciencia de ser alguien distinto a quienes lo rodean. Notas características de esta etapa es la inseguridad, la rebelión contra la autoridad o la desconfianza ante las normas y lo que los otros dicen. La persona todavía vive centrada en sí misma y debe ir madurando en el amor oblativo y la responsabilidad.




IV.2 LA CRISIS DE LA EXPERIENCIA

Entre la juventud y la mayoría de edad se sitúa la crisis de la pubertad. El joven debe aprender a pensar él mismo, a enjuiciar él mismo afirmando su libertad sin coerción ni sugestión. Le acompaña la contraposición dialéctica del creciente autoritarismo. Corre el peligro de caer en los extremos, el absolutismo doctrinario o el rebelde revolucionario.

Es de la esencia del joven el impulso ascendente de la vida en expansión, la conciencia, que su personalidad va creciendo rápidamente. El efecto de este impulso ascendente es la sensación de estar abierto a infinitas posibilidades. Relacionado con esto, está la incondicionalidad de las ideas y actitudes interiores y a la vez la falta de compromisos en el comportamiento. Se tiene la percepción de que la realidad de la existencia puede ser captada y dominada por medio de sus ideas y actitudes, pero lo que en verdad sucede es que se pasa por alto esa realidad. La realidad no se la ve correctamente, ni la realidad del propio ser, de lo que este puede y no puede, de los elementos que impulsan y de los que perturban su desarrollo.

La actitud del joven es idealista y no toma en cuenta la compleja realidad de su entorno, de las circunstancias económicas, sociales, políticas, etc. Este comportamiento idealista conduce a grandes ideales, pero también fracasos. El joven poco a poco empieza a aterrizar y darse cuenta de la realidad. En este momento empieza también a tambalearse todo lo que hasta el momento había considerado firmes convicciones y empieza a concebir que le falta experiencia. Se necesita una redefinición de muchas cosas. Aquí se dan a la par la maduración de los procesos de personalización y socialización.




IV.3 LA CRISIS DE LA COMPRENSIÓN VITAL

Entre la mayoría de edad y la madurez se sitúa la crisis de la comprensión vital. La persona empieza a percibir el activismo, exceso de trabajo y responsabilidad. Se da la sensación de fatiga y pasan las ilusiones. La persona se vuelve escéptica. El impulso ascendente se ralentiza a la par que se adquiere una cierta profundidad y equilibrio en la toma de decisión. La persona se siente más dispuesta a tomar sobre sí cargas y responsabilidades, a considerarse capaz de llevar tareas adelante y a no escatimar las fuerzas y el tiempo que invierte en sus actividades. Pero a la vez es también el momento donde comienza una nueva crisis que va a tener una significación profunda en la mitad de la vida.

La persona tiene la sensación cada vez más clara de los límites de las propias fuerzas. La persona experimenta que hay un demasiado de trabajo, de lucha, de responsabilidad. El trabajo se acumula y las exigencias se hacen cada vez más grandes. Detrás de las tareas aparecen otras nuevas en una carrera que parece no tener fin.

En este periodo a la persona toca asociar y hacer balance. Sin desatender a los compromisos y demandas sociales y funciones públicas que supone la profesión, la persona se da cuenta que no puede desentenderse de lo que significa mantener un hogar y velar por el bien de la familia. A la persona le toca asumir las obligaciones propias de la amistad el amor y la profesión elegida. Se precisa hacer conexión entre las ideas pensadas y la realidad correctamente vista. Surgen diversos ordenes que piden relacionarse y surgen tensiones dificultades y resistencias. Se precisa sobre todo mantener la fidelidad y la unidad e la actitud interior incondicionada con el conocimiento de lo difícil, de lo complicado que es todo. En esta etapa se hace preciso una comprensión más vital fruto de una maduración espiritual. En este periodo se hacen más necesarias las fuerzas productivas tanto en la dimensión espiritual como vital.

Es preciso correlacionar el todo con las diferentes partes bajo el principio de unidad, pues parece que todo tiende a disgregarse pues cada elemento tiene sus fines propios. Para mantener unido el todo se precisa esfuerzo siempre renovado, prudencia, atenta vigilancia y renuncia.

El momento álgido de la crisis es cuando poco a poco se pierde la novedad y la ilusión. Se pierde la excitación de lo que antes era atractivo y novedoso y se empieza a vivir como carga. Se va desvelando la precariedad y mezquindad de la vida. Es lo que Jung llama el reconocimiento y el encuentro con la sombra. Se pierde el atractivo del encuentro fresco, de las nuevas empresas. La existencia adquiere el carácter de lo ya sabido y la persona empieza a estar de vuelta de todo. La rutina se hace sentir tanto en nuestros pensamientos, sentimientos como actividades. Lo mísero de la existencia se nos va revelando de manera paulatina pero creciente. Se experimenta el desencanto, la frustración, el desengaño incluso con las personas en las que habíamos depositado nuestras esperanzas incluso el desengaño con nosotros mismos. Es el momento crucial de tocar el fondo de la persona[24].




IV.5 LA CRISIS DE LA DEJACION Y EL DESASIMIENTO

Entre la ancianidad y la edad senil. El comienzo y el final de la vida son cosas misteriosas. La vida de la persona en su etapa final debería cada vez más hacerse más densa y valiosa. En la etapa final el hombre se acerca al desvelamiento de este misterio. La vida no es una mera yuxtaposición de partes, sino un todo que para expresarlo un tanto paradójicamente está presente en cada uno de los puntos de su trayectoria. Esto supone superar la crisis de esta etapa. El sentimiento del final de la vida penetra a través de la vivencia de los límites. La denominamos crisis de la dejación porque supone todo un proceso de desasimiento para quedarse con los valores que perduran. Pierde valor la primera ilusión del éxito y la victoria fulgurante. La aceptación de la sombra conlleva una aceptación del envejecimiento en la aceptación del fin sin sucumbir a él ni desvalorizarlo. Ahí se articulan valores y actitudes muy nobles, la comprensión, la confianza, la lealtad, etc. Se precisa mantener la orientación axiológica de los fines en orden al fin último para dar con el verdadero sentido a la existencia[25].

En esta etapa final se hace más perceptible lo pasajero de la vida[26]. Por otra parte, se alcanza una visión de conjunto de las posibilidades reales, la medida de lo que dan de sí las propias capacidades. Al contraste con lo pasajero se hace más relevante lo definitivo, lo duradero, lo eterno[27]. La conciencia de esta realidad imperecedera crece en la misma medida en que lo pasajero se acepta con toda sinceridad. Quien huye de lo pasajero tratándolo de tapar o negar no lo percibirá. Lo finito deviene trasparente para lo absoluto. De estas experiencias procede la capacidad de distinguir entre lo importante y lo que no lo es, entre lo genuino y lo inauténtico entre el conjunto global de la existencia y la relevancia intrínseca de los distintos elementos que la configuran. Se adquiere por así una sabiduría profunda[28].

Si es verdad que cada etapa de la vida tiene sus propias crisis diríamos que hay dos momentos que son cruciales para la vida de la persona la mitad de la vida y la etapa final. La crisis de la mitad de la vida es analizada por varios autores. Además de los aportes de C. G. Jung y R. Guardini es iluminador los aportes de otros autores como por ejemplo Anselm Grum[29].

La crisis de la mitad de la vida supone un trance tremebundo donde en la mayoría de las personas las encuentra desprevenidas[30]. No somos conscientes de lo que conlleva porque en esta crisis opera muy fuertemente las fuerzas inconscientes que necesitan salir a la luz[31]. Diríamos que de repente uno se ve en el vacío de no hacer pie porque pierde sus bases y seguridades. De la muerte y limitaciones tenemos conceptos abstractos. Fuimos programados para el hacer y durante gran parte de la vida nos hemos apoyados en nuestras propias capacidades y seguridades. Incluso la vivencia religiosa se ha centrado mucho en lo que nos pueden dar las propias fuerzas. Durante la primera mitad de la vida todo el mundo sabe que la gente muere, pero todavía no ha afrontado conscientemente que nosotros vamos a morir. Empezamos a tener conciencia de nuestras propias limitaciones. Durante la juventud el mundo interior a penas aflora y se descubre porque vivimos presos de las solicitaciones externas. La persona siente temor de enfrentarse con su inconsciente. La persona debe aceptar la luz y la sombra sin asustarse, sin huir, sin evadirse en falsos escapismos iniciar todo un camino de aceptación y de cultivo del mundo interior.

Para esto hace falta autenticidad y una radical trasparencia. Solo mediante un camino de interiorización se sale a la luz. Se precisa liberarse de los falsos escapismos y autoengaños[32]. El conocimiento profundo de nosotros mismos aceptando nuestra sobra no es fácil. Supone arrancarse las máscaras que llevamos. Dejar caer la torre de la autocomplacencia y la justificación con todos sus pisos. Nuestra más profunda realidad es que somos pobres creaturas, frágiles, débiles llenos de orgullo y mezquindad. Desde nuestra condición de pecadores surge el sentimiento de culpa que pea profundamente sobre nuestra existencia. Las ilusiones pasan los ideales se desvanecen y somos tentados a caer en la desesperación o refugiarnos en mecanismos de fuga[33].

Johanes Tauler ayuda con su captación espiritual de esta etapa tan crucial de la vida[34]. En medio de esta crisis somos invitados a una gran transformación. La aceptación profunda de nosotros mismos es algo que no podemos hacerlo nosotros hemos de abrimos a Dios. A veces hemos usado a Dios para nuestros propios intereses, para auto enriquecernos, auto realizarnos o vanagloriarnos de nosotros mismos. Nos falta un paso de confianza, abandonarnos y entregarnos por entero a El. El camino para llegar al fondo del alma no se alcanza por las propias fuerzas sino mediante el abandono dejándole actuar a El. Si vivimos apegados a nuestros ídolos, sentados sobre nuestros comodines y respondiendo a las expectativas de los otros, no llegaremos a encontrarnos con nosotros mismos. El encuentro con nuestro verdadero sr solo se da desde el encuentro con el verdadero Dios.




Lámina 5 Las etapas fundamentales

V ANALISIS DE LAS TRES ETAPAS FUNDAMENTALES[35].

Jung tratando de analizar las distintas fases de la vida señala distintas funciones que merece la pena detenerse[36]. La vida que pasa por sucesivas crisis está sujeta a toda una dinámica de muerte y resurrección. Toda nuestra vida acontece dentro de un misterio de separación muerte y resurrección.




              V.1 DURANTE EL AMANECER

En la primera etapa de la vida centra toda la atención en la dinámica de la separación de los vínculos maternos y paternos. En la primera etapa surge la emergencia del ego como primera selección de objeto guiada por el ego. Ya durante la infancia se produce la primera crisis o muerte. Se trata de la separación del vientre de la madre, muerte al confort prenatal[37]. En esta etapa del comienzo se da la emergencia de la primera autoconciencia[38]. En esta primera etapa se pone todo el esfuerzo en la integración de las solicitaciones externas intentando reconocer y superar la conflictividad que nos viene de afuera[39].

Freud pone todo el centro de gravedad en la resolución del complejo de Edipo. El despego de la madre y al apego a la figura paterna. La figura paterna tiene que ver con el rol del padre y el sometimiento a la ley las reglas del deber. La sustitución de los lazos tiernos de la madre han de dar paso a la figura paterna. De la forma en que se de este paso dependerá en gran manera el desarrollo de la personalidad. Este momento de muerte o de crisis hará emerger un nivel superior de autoconciencia. Es cuando se da la emergencia de la conciencia religiosa. La persona se ve confrontada a elegir el objeto real de su deseo. Es la figura del padre el que interviene bajo el símbolo del Big Other[40]. Se precisa un cambio del orden natural al orden sobrenatural. En el orden natural la persona está orientada a la propia realización del ego y en la primera etapa de la vida ahí concentra todas sus fuerzas[41]. Es aquí donde empieza nuestro drama y nuestra tragedia porque nos apegamos al yo y nos cuesta reconocer al verdadero Padre de nuestra existencia en el plano sobrenatural. Nos creemos dueños y señores de nuestras vidas y de la de los demás.




V.2 EN LA MITAD DE LA VIDA

Aquí se juega el que podamos resolver el drama de nuestra existencia en medio de un proceso dialéctico integrativo[42]. Esta fase de la vida también se denomina etapa de transición de la vida. En esta etapa se da la conocida crisis de la mitad de la vida[43]. Después de haber pasado a través de la fase de la integración de las demandas externas la persona debe entrar en una nueva configuración[44]. Aquí resulta clave lo que Jung denomina desenmascarar la máscara del encapuchado o en otros términos el encuentro con la sombra[45]. Hemos de ser capaces de integrar el lado débil, oscuro, desagradable y negativo de la personalidad. El encuentro con la sombra supone el encuentro con el verdadero yo. Supone un “Turning Point” que da paso a un nuevo renacer. La muerte del ego es una llamada a perder la vida para encontrarla de nuevo. Supone un “Turnig Point” que da paso a un nuevo renacer. Se entra de lleno en el misterio pascual de muerte y de resurrección con las dos fuerzas antagónicas que se dan en contraposición, la muerte y la vida[46]. Este proceso dialéctico busca la integración.  La armoniosa integración de la persona en todo su dinamismo evolutivo solo se consigue en la apertura a Dios, abriéndose con autenticidad a la trascendencia. El hombre necesita auto trascenderse para encontrase así mismo, para descubrir su verdadera identidad y sentido. EL hombre debe pasar de vivirse auto referenciado así mismo a estar referenciado en total apertura a Dios[47]. Es preciso abandonar las tendencias del ego que llevan al hombre a encerrarse en sí mismo y esto solo es posible en la obediencia a la voz interior de su conciencia y la llamada de su Creador abandonarse enteramente a El.

La resolución del conflicto pide un nuevo “Pivotal Point” lo que se ha venido a denominar la experiencia cumbre, “pick experence” que lleve al hombre a dar un salto cualitativo. Supone un renacimiento un morir a lo viejo para nacer a un orden nuevo. Supone una verdadera conversión o transformación radical, un cambio tremendo de reorientación de toda la persona en torno a un nuevo centro. Es lo que Jung denomina una vuelta de la conciencia sobre el sujeto real. La integración de las tendencias del ego en un plano teológico es considerada como la experiencia fundante de Alianza “Covenant experience”. El hombre creado por Dios en su misterio de Creación está llamado a similar toda la realidad del misterio de la Encarnación y la redención[48]. Es entonces cuando el hombre encuentra su razón de ser y dar con su verdadera meta y finalidad.

El hombre más tarde o más temprano debe de salir de la apariencia para vivir en la verdad, salir de la burbuja  de lo aparente, de los repliegues del ego para descubrir el verdadero yo. Este “Pivotal Point” supone una verdadera prueba de fuego, un momento de verdad cuya clave de resolución es la autenticidad. La persona no debe tener miedo afrontar su propia debilidad y pecaminosidad. Solamente cuando nos quitamos la máscara de la apariencia y dejamos que dios nos mire en nuestra miseria se nos abre un nuevo horizonte.




V.3 AL ATARDECER DE LA VIDA

Aquí la persona se adentra uno en la última fase de su existencia. Superada la integración delas demandas externas e internas pasa a desplegar las funciones no desarrolladas para pasar así en la transformación de toda la realidad[49]. Entrando en la tarde de la vida el hombre se abre a los valores espirituales y trascendentes. El ambicionar, el competir, el subir no va más allá del plano natural. El hombre debe elevarse al plano sobrenatural y trascendente. Los mayores en las tribus antiguas se convierten en los garantes y guardianes del espíritu, de los valores espirituales[50]. El hombre no es solo materia, es cuerpo y alma, espíritu encarnado y debe abrirse a vivir del Espíritu. En esta última etapa de la vida el hombre siente la llamada a trascenderse para vivir los valores permanentes y eternos. Somos obra del Espíritu divino y este reclama que más allá de nuestras obras pasemos a dejar ser su obra, la obra de Dios. Solamente crecemos y nos realizamos cuando somos guiados por este Espíritu divino trascendiendo la finitud del espacio y tiempo entrando en la infinitud y eternidad del Creador.

Diríamos que el hombre al final torna a su Origen verdadero. El propósito de Dios es incorporar al hombre a toda la humanidad en sí mismo[51]. Esto no es una presunción del ser humano. El llegar a ser uno con Dios es el don gracioso y gratuito del Hijo que uniéndonos así mismo nos adentra en la íntima comunión con Dios[52].




Lámina 6 La tarde de la vida


VI LA TARDE DE LA VIDA COMO TIEMPO DE SINTESIS

Después del largo y sinuoso camino de la vida uno puede hacer como una síntesis que no se quede solo en un análisis personal de las experiencias vividas sino extenderlo al vasto panorama del proceso humano a lo largo de los tiempos. Empezare por el plano personal y luego me extenderé en el plano amplio del proceso humano

Quisiera primero detenerme en el plano personal ahora que me encuentro por decirlo así en la tarde de la vida donde se vuelven a percibir las preguntas esenciales que surgieron al amanecer, comienzo de la vida y a las que por decir de alguna manera uno siente se acerca a ellas desde otra percepción o valoración[53]. Uno diría que la vida se pasa volando y que si uno no se para cuando menos te lo esperas te encuentras como aturdido y desprevenido ante lo que pueda ser el final de la vida. Tengo la sensación de que muchas personas viven la vida sin haber llegado a descubrir el propósito de la misma y por tanto sin llegar a vivirla realmente.

Uno se adentra poco a poco en el atardecer de la vida en la etapa última de la vida y se da cuenta que las premisas que movieron y movilizaron todos los ideales del amanecer de la vida se desvanecen o no son capaces de responder plenamente al final. Como si hubiera sido necesario un verdadero cambio de paradigma para adentrarse a contemplar a profundidad el misterio de la vida. La verdad es que uno se adentra en el atardecer de la vida con un programa distinto al del amanecer o lo que denominamos la mañana de la vida. Lo que en la mañana era válido y bastaba no responde y es poco en el atardecer[54].

Sin caer en una concepción simplista de un proceso cíclico de la vida lo que sí es verdad es que al final de alguna manera regresamos al principio. Venimos de Dios y volvemos a Dios. Si nuestro origen se nos hace claro que es divino, que nosotros no nos dimos la vida, sino que la recibimos de Dios también es claro que la vida recibida como un Dios nos es dada para descubrir su sentido. La vida tiene un propósito un sentido, un destino. Nuestro último destino es Dios mismo. En la fase final de la vida volvemos por así decirlo a nuestro verdadero origen. Mi padre muriendo me decía ahora me doy cuenta que la vida es un aprender a morir y nunca me hice tan consciente de la profundidad de sus palabras como ahora. El fin de nuestra peregrinación por este mundo no es otro que el origen del que partimos o procedemos.

Sin embargo, es curioso que cuando venimos a este mundo partimos de una total indigencia que nos hacía descubrir la total omnipotencia y providencia divina y al final llevamos tal bagaje y equipaje encima que nos cuesta situarnos en este abandono confiado. Diríamos que se precisa soltar las amarras que nos han dejado presos y encadenados para acceder a nuestro verdadero destino.
Cuando venimos al mundo venimos totalmente desnudos y desprovistos de armaduras y sin embargo provistos de un ADN y un código genético que contenía todo lo necesario para vivir. Todo estaba dado y nosotros no hicimos nada para obtenerlo ni recibirlo. En el crepúsculo y amanecer de la vida desde el momento de la concepción hasta el nacimiento todo nos fue dado sin que nosotros hiciéramos nada. En nuestro código estaba no sólo lo necesario para nuestra vida física sino para el resto del viaje, lo que eres y todas nuestras potencialidades lo que puedes llegar a ser. No fuimos nosotros los que elegimos nuestros padres nuestro país y nacionalidad nuestro color de piel ni del pelo ni de los ojos. Todo nos fue dado gratuitamente. Al final de la vida nos toca volver a vivir en este abandono confiado. Nos toca rendirnos y dejar las riendas de nuestra existencia a otro que nos guie y nos lleve.

Toda nuestra vida reside en un aprender a vivir en este abandono confiado. Nos viciamos, nos creímos protagonistas de nuestra viada queriéndola llevar por nosotros mismos y perdimos la direccionalidad y la confianza. Dejamos de un lado a Dios y dijimos nosotros podemos y sabemos cómo guiar nuestra barca, nuestra vida.

Empezó la carrera desenfrenada de nuestras vanas pretensiones. Entre el despertar de la mañana y el mediodía se despertaron todos los mecanismos que harían pronto zozobrar nuestra pequeña baca batida por tantas olas. Con el despertar del ego empezó nuestro viaje hacia la ambición. El viaje de la ambición se convierte en el mantra del ego. Desde esta falsa percepción del ego llegamos a creer que estoy preparado para obtener todo lo que hecho en falta, de todo lo que me gustaría tener. Desde el momento en que decidimos llevar el timón de la barca y decimos ahora me ocupo yo pusimos de capitán en lugar de Dios nuestro propio ego.

El mundo individualista y materialista en que vivimos empieza a dictarnos la hoja de ruta. El ego empieza a decirnos que no somos una obra de Dios, del cual provenimos, que no somos seres autosuficientes capaces de forjar nuestro propio destino. Este mundo regido por el ego nos engaña diciendo que eres lo tienes y lo que haces. Empieza nuestra carrera de querer tener y poseer cuanto más mejor. Empezamos de niños con juguetes y terminamos de mayores con cuentas corrientes. Nos identificamos en base a nuestras posesiones y empezamos a programarnos de acuerdo a las valoraciones y expectativas de los otros. Eres en tanto tienes.

El segundo componente del ego es el hacer. Eres en tanto haces y consigues. Uno se adentra en todo este mundo competitivo de llegar a ser más para conseguir la aprobación de los otros. Iniciamos el frenético viaje de la competición. Pensamos que la vida del éxito y del valor se basa en ascender y en la competición con los otros llegar a ser el mejor. Llegar a ser el “number one” a toda costa a cualquier precio. Empezamos a competir con todos y en todo para llegar a sr mejores que el resto. A todo el que intente arrebatar mi puesto lo machaco. El viaje de la competición nos lleva a vivir en la apariencia, a querer aparentar y destacar. Ponemos toda nuestras aspiraciones y expectativas en función de lo que los otros puedan pensar de mí.

El problema es que pronto empiezan los desengaños. Después de muchas frustraciones terminamos desengañados y encerrándonos en nosotros mismos[55]. Es fácil caer en el desengaño que lleva el fatalismo de no creer en nada y nadie. El por mal y el mayor drama es la falta de confianza en Dios. Es fácil que ante el desengaño de todo y de todos uno llegue a pensar que no tiene solución. Mi herida es incurable y no hay remedio para mí. Sin embargo, aquí reside el momento más crucial de nuestra existencia “pivotal point”. Es falso y mentira el mundo que nos hemos montado y creado, el mundo que nos hace pensar que nos hemos separado de Dios. Cuando empezamos a tomar decisiones desde el ego empezamos a separarnos de Dios y a perder el sentido de nuestra vida. Pero Dios nunca se ha apartado de nosotros, somos nosotros los que nos hemos apartado de Dios, pero siempre estamos a tiempo de reconocerlo y volver a Él.

Volver a Él es volver a nuestro verdadero origen, es encontrar el sentido de la vida. Cuando entramos en sintonía con Dios, entramos en armonía con nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Nos cuesta dejarnos encontrar de nuevo, descubrir que Dios está rigiendo el mundo con sabiduría y amor de dejar nuestra vida en sus manos y pasar a concebirnos y percibirnos en sintonía en plena con Dios. De hecho, estamos conectados con dios toda nuestra vida a lo largo de toda nuestra existencia. El mundo del ego nos ha engañado y nos ha hecho pensar que vimos desconectados que Dios está ausente.




Lámina 7 El drama de la existencia


VI.1. EL DRAMA DE NUESTRA EXISTENCIA

El verdadero drama de nuestra existencia se da en el mediodía de la vida, lo que Carl Jung denomina “el encuentro con nuestra máscara, el encapuchado”.  En la vida necesitamos de un renacer de un volver a nacer. El núcleo de este volver a nacer está en un aprender a vivir guiados no por el ego sino por el Espíritu.

Las ataduras del ego y los falsos apegos nos hacen apegarnos a las cosas y las personas. Creemos que las cosa tienen que funcionar con arreglo a mis expectativas. Las cosas tienen que funcionar tal y como se suponen tienen que funcionar. Hemos de cambiar de ser nosotros los dirigentes que controlan y guían nuestra existencia y la de los otros para a ser a ser guiados por el Espíritu de Dios. Se trata de un verdadero cambio para aprender a vivir en lo esencial arraigados en Dios. Pasar de vivir en el plano material a pasar a vivir en el plano espiritual guiados por el Espíritu.

Cuando todas las concentramos en tener, ambicionar, aparentar, agradar, competir, perseguimos adquirir cosa y buscamos la aprobación de las personas y acabamos por ser perseguidos y esclavos de las propias cosas y personas. En lugar de vivirnos viven y términos esclavos y prisioneros llenos de ataduras. Vivimos en el engaño de creernos los dueños del mundo y el centro del universo. Todo gira en torno a nuestro ego. Somos nosotros los que tenemos que hacerlo todo. El ego debe dejar de ser el motor de nuestra vida para para pasar a ser guiados por el Espíritu de Dios.

Se trata de un salto cuántico un cambio de percepción y de sentido. Es el cambio o la transición de la que proviene nuestra existencia en el origen al amanecer de la vida y que pide la mitad de la vida y a la que uno se adentra en la tarde de la vida. Es la transición de la ambición del tener y del hacer al ser, al sentido de la vida. Es mentira que el hombre vale más por lo que hace o tiene. El hombre vale más por lo que es que por lo que hace o tiene.

Hay algo en nuestro interior que nos dice que vivir es algo más que esta carrera que nos lleva al sinsentido. Hay algo que plenifica y llena de sentido nuestra existencia cuando respondemos al fin para el que fuimos creados y nos dejamos guiar por el espíritu de Dios. Hemos de romper las ataduras y arriesgarnos a soltar las armas y las amarras del ego. Hemos de salir de nuestras seguridades, de lo que nosotros sabemos hacer, dominamos y controlamos para adquirir esa sabiduría y libertad interior que trae el Espíritu.

Hemos de llegar a un momento en la vida donde se de esa conversión ese cambio radical de cambiar el centro de nuestra existencia, aunque esa conversión suponga sucesivos cambios un proceso de transformación que solo se culminará al final de la vida. Se trata de un” pivotal point [56] donde empiezas a sentir que es Otro el que te guía. Hemos de persistir a esta voz y principio interior que nos guía y nos marca “la hoja de ruta”.

Este cambio no sucede de una manera sencillamente nocional, generalmente este salto cualitativo de gran transformación viene precedido por un periodo de crisis que nos mueve hacia esa experiencia cumbre. Se derrumban las seguridades que habíamos laboriosamente forjado y se nos abre un nuevo comienzo. Generalmente no es algo que provocamos nosotros, es algo que nos viene dado y suele ocurrir en el momento oportuno. Suele ocurrir en esos momentos de la vida donde uno piensa que nada podría ir peor. A menudo los grandes aparentes fracasos son la catapulta que nos lanzan y nos impulsan a una vida superior.



Lámina 9 La experiencia cumbre

VI.2 EXPERIENCIA CUMBRE CONECTAR CON LA FUENTE

Nuestra sed más profunda de sentido solo se ve satisfecha cuando conectamos con Dios. Nos hiciste para Ti Señor y nuestra alma está sin descanso hasta reposaren Ti”[57]. Quizás nuestra sed más profunda no ha sido identificada durante largo tiempo viviendo como en un estado letal pero no cabe duda es la sed de unión con Dios.

Dar con la fuente y el Origen de nuestra existencia no es solamente sentirse bien, sino que precisa un profundo cambio de orientación y percepción profunda. para adherirse al plan y proyecto e Dios y vivirse en el abandono confiado. Se trata de empezar a vivir con una nueva conciencia, la de descubrir nuestra verdadera identidad y orientar nuestra vida conforme a su verdadero sentido y así adherirse al plan y proyecto de Dios.

La experiencia cumbre, “experiencia Tabor”, “pick experence” radica en ese encuentro personal con Dios aunque en esta vida se dé bajo la “experiencia numinosa nebulosa de nube”, dar con nuestro verdadero Origen. En esa experiencia más que encontrar nos dejamos encontrar, más que conocer nos dejamos conocer, nos conocemos de nuevo en la medida que somos conocidos. Es una experiencia fundante de oración donde percibimos a Otro alguien que está más allá de nosotros que es más fuerte y sabio que yo y que lo puede todo y lo sabe todo A partir de ese encuentro y ese reconocimiento se trata de dejarnos llevar guiar por el Espíritu de Dios.

La verdad es que Dios está, siempre está saliendo al encuentro, somos nosotros los que no estamos conectados, los que nos vivimos desconectados. Se trata pues de dejarse encontrar, disponernos para que se de ese encuentro[58].

Hemos de permitir que su fuego nos toque, nos penetre nos transforme. El vivir en este abandono no es una imposición sino una invitación. Hemos de dejarnos en sus manos, hemos de dejarnos guiar. Hemos de permitir que la fuente que está siempre fluyendo nos mueva. Dios quiere actuar en nosotros, pero nosotros le hemos de dejar actuar. Dios actuará siempre en favor nuestro. Nos toca rendirnos ante El.

En nuestra concepción el niño queda unido a la madre con el cordón umbilical, lo recibe todo de la madre. Se trata pues de vivir conectados con la fuente, nuestro verdadero Origen. Vivir conectados con este Espíritu de Dios del que podemos recibirlo todo requiere nuestra apertura y libre aceptación. La enseñanza oriental del Tao nos enseña que hemos de desarmarnos, como el guerrero de su armadura, y aprender a vivir bajo el espíritu del ahimsa, aprender a ser blandos. Se trata pue de ser blandos y no duros, flexibles bajo la guía del Espíritu de Dios. Se trata de soltar las riendas de la vida regida en la mañana de la vida por el espíritu del ego. Dejarse llevar bajo lo Espíritu que sopla donde quiere y como quiere. Nosotros no tenemos, sino que dejarnos guiar, dejarnos llevar. Nosotros no somos los protagonistas es Otro. Para dar con la fuente y el sentido de nuestra existencia no hemos de esperar a morirnos. No se trata de esperar a nuestra muerte física sino permitir otra clase de muerte[59]. La muerte a nuestro ego para vivir en el abandono del Ser Eterno que guía y plenifica toda la vida.  Existe otro motor distinto del ego cuya inteligencia Suprema y benévola guía el universo entero que está a tu favor que trabaja contigo y para ti[60].

A partir de ese encuentro vives impulsado por este Espíritu que te creó, conectado a la fuente. Se renueva el entusiasmo por la vida[61]. Se produce un salto cuántico, antes todo giraba en torno al ego, ahora todo gira en torno a Dios. Pasas a vivir para Él y para los demás. Empiezas a notar una irrupción de energía que nunca antes habías experimentado. Te olvidas de tí y pasas a vivir para los demás. Ya no te concentras en los valores del ego que te ocuparon gran parte de la vida, en ambicionar ni en competir sino en amar y servir. Pasa de un estado servil sujeto a las leyes del prestigio, el éxito y la fama a un estado de humildad y sometimiento amoroso a Dios. Te das cuenta que todo es don, que todo es gracia, que no tienes nada que no hayas recibido y ni hayas merecido[62]. Pasas a vivir fuera de ti para Otro. Permites que Dios actúe y obre en tu vida. Nuestra vida la vimos en una actitud de reconocimiento asombro y veneración del don recibido[63].



Lámina 10 Descubrir el sentido de la vida

VI. 3 EL RETO DE DESCUBRIR EL SENTIDO DE LA VIDA

Las preguntas fundamentales de la vida: quien soy de dónde vengo a donde voy no las descubrimos de una manera nocional sino mucho más existencial. Precisamos adentrarnos por decirlo así en el misterio pascual de la muerte y resurrección para de una manera mucho más vital apropiarnos de este misterio para pasar a percibirnos de nuevo en Dios[64]. Es preciso pasar por un tipo de muerte para nacer de nuevo.

Nada existe que no tenga un fin un sentido. Llevamos dentro un impulso vital que nos impulsa a vivir y que direcciona toda nuestra existencia. Nacimos direccionados en búsqueda del sentido de nuestra vida. Lo que los orientales llaman el darma no es sino afirmar este principio espiritual que explica que toda creatura tiene un sentido. El pajar fue hecho para volar, el árbol para dar frutos, el agua para fecundar la tierra, el sol para alumbra con su luz el día, las estrellas para brillar en la noche. El darma es lo que da sentido a nuestra existencia, el sentido aquello para lo que fuimos creados. El darma es nuestro fin y propósito divino.

Somos una creación divina, somos seres espirituales que precisan responder a este espíritu divino. Los menajes del amanecer son sobre todo lo que haces, lo que sabes y no sabes hacer sobre lo que te marca la sociedad en que vives. Los mensajes del atardecer tienen relación a nuestro ser más profundo. No vales por lo que tienes o lo que haces sino por lo que eres. Se trata de vivir en tu verdad más profunda, de cara a quien te dio el ser, en sintonía con tu Creador y tu verdadero origen.
Todo radica en volver a este estado de abandono confiado. Más que guiar y controlar nos toca dejarnos guiar. Más que hacer nos toca dejarnos hacer dejarnos de vivir. Hay alguien que se ocupa de todo y gobierna todo. Hay un lugar en nuestro ser que quiere sentir la vida a plenitud, sentirse realizado. No se trata de dejar una marca, marcando la diferencia. Se trata de vivir la vida de acuerdo al plan que dios ha trazado para cada existencia.

El sentido de la vida uno tarda en descubrirlo y más aún en realizarlo. Al final de la vida es como si agudizara la conciencia de lo que hemos hecho y del sentido de lo que hemos hecho. Nos pasamos la vida como explorando y esforzándonos para llegar a un lugar a donde pareciera que nunca conseguimos. Se trata de hacer más una peregrinación interior para soltando todas las amarras que nos atan atracar en nuestro verdadero puerto pasando a la otra orilla. Anduve como una barca debatida entre olas y como perdida en un inmenso océano hasta que por fin llegamos a reposar en Él.
Vivir conectados y pleno de sentido es vivir haciendo lo que El hace. El que es la fuente del amor quiere que vivamos en sintonía bajo la guía de ese mismo Espíritu de amor. Al final de la vida te das cuenta que todo se resume en conocer amar y servir a Dios. Si nos concentramos en amar y servir a Dios y a los hermanos la vida se llena de sentido.



Lámina 11 Síntesis espectro del proceso humano


VII SINTESIS EN EL AMPLIO ESPECTRO DEL PROCESO HUMANO

Quisiera detenerme en el presente momento de la historia que nos toca vivir y tener la osadía de mirar hacia atrás y proyectar el futuro[65]. La época que nos toca vivir es una época de profundos cambios que han dado en llamar un periodo de profunda transformación o crisis un verdadero cambio o crisis epocal.

Para poder analizar el porqué de la crisis que estamos viviendo podríamos empezar por hacernos un auto examen y preguntarnos cuál es la razón de nuestro individualismo y materialismo del inmanentismo antropocéntrico, elitismo narcisista y egocéntrico, la auto complacencia, la auto referencialidad en que vivimos[66]. Porque este marasmo espiritual de nuestro tiempo que nos lleva a tal inmanentismo[67]. En nuestro tiempo caemos sutilmente en dos grandes tentaciones el neo gnosticismo y el neo pelagianismo[68]. El primero nos lleva al excesivo culto idolátrico de la razón. El segundo al culto idolátrico de la voluntad.

El culto idolátrico de la voluntad nos lleva fácilmente al relativismo y subjetivismo. Hemos de saberlos límites de la razón y sobre todo no creer que por saber la verdad la vivimos. Nos podemos quedar en un marco teórico de enseñanzas y doctrinas, en una espiritualidad desencarnada. Nuestra fe no puede quedar encerrada en un sistema cerrado y monolítico de frías especulaciones y razonamientos. Podemos vivir en el error de creer que porque sabemos algo ya lo vivimos. Podemos incluso ejercer el dominio de la razón con un aire de superioridad que nos hace intolerantes, seguros en nuestras propias convicciones y creernos y sentirnos superiores a los demás.

El culto idolátrico de la voluntad nos lleva a creer que todo se puede con nuestra voluntad. Se confía en las propias fuerzas y se cae fácilmente en un voluntarismo. A veces podemos poner demasiada confianza en nuestras propias fuerzas, en el cumplimiento en las obligaciones, pero o somos justificados por las meras obras. La justificación no se logra por nuestras propias fuerzas. Podemos caer en una obsesión por cumplir normas ritos costumbres, encorsetando la fe a meras prácticas o rituales. La religión deja de ser religarnos al Dios vivo, pierde toda su fascinación y se convierte más en una carga y una esclavitud. Cuando se da el culto idolátrico y no se deja actuar a Dios es fácil caer en toda clase de fanatismos y totalitarismos.  Uno se llega a creer Dios, Señor omnipotente.
La falta de un reconocimiento sincero de nuestros propios límites nos conduce a no aceptar la fragilidad humana y el misterio de nuestra propia condición de criaturas. Dejamos a Dios y pasamos a concebirnos y vivirnos fuera de él. La gran tentación deriva en querer ser como dioses sin dios, tratar de dominar ay controlar a Dios haciéndonos un dios a nuestras medida que justifique nuestras propias acciones[69]. Se precisa descubrir en la aparente ausencia de Dios de nuestro tiempo una llamada a volver a El.  El hombre cerrándose en su inmanencia sin abrirse a su trascendencia pierde su sentido de vivir. Se trata de recuperar la confianza en Dios y en su divina providencia para pasar a vivir humildemente en su presencia. Aceptar con gozo nuestra condición de creaturas. Solamente a partir de concebir la vida como don de Dios libremente acogido y humildemente recibido podemos cooperar con nuestros esfuerzos dejándonos transformar más y más por El.

Para poder adentrarnos en un análisis de esta profunda crisis nos ayuda lo que hemos desarrollado en el camino de nuestra propia existencia y extenderlo a un plano más amplio. La humanidad ha vivido una serie sucesivas crisis y periodos de transformación. Vamos a intentar analizar cómo tras una época de gran crisis se presenta un período de gran transformación.

Los profetas, místicos, filósofos, poetas y artistas han avanzado y adelantado una nueva visión. Generalmente fueron los reformadores los que empujaron a la humanidad a avanzar más allá de las fronteras de la conciencia humana y ayudaron a descubrir una dimensión trascendente en la base de la humanidad. Siglos de una práctica religiosa institucional han llevado a ocultar la importancia de la verdadera religión basada en la compasión y la misericordia. Las tendencias fundamentalistas han absorbido la violencia de nuestro tiempo y desarrollado una visión polarizada que divide la humanidad en bandos hostiles enfrentados.

Deberíamos poner más énfasis en lo que nos une y es común para todos, nuestra profunda sed de comunión. Deberíamos recobrar la raíz de nuestra dimensión trascendental no como una nueva revelación sino una transformación que empieza desde dentro del corazón de nosotros mismos. El núcleo de todas las religiones es el principio consensuado de la famosa Regla de Oro que no es sino la proyección de la imagen divina impresa en nuestro ser. Todos estamos sujetos a esta búsqueda del bien común, orientados hacia un orden cósmico que mantiene la existencia de todo cuanto existe. Es de suprema importancia volver a las bases y principios que debe regir al ser humano, el principio de caridad y benevolencia, el principio de la no violencia, ahimsa, la espiritualidad de la compasión y de la misericordia. Dios lleno de compasión y misericordia nos mueve a ser compasivos con nuestros semejantes. Debemos pues recobrar las bases de una espiritualidad común sobre la que se asiente toda religión. Debemos compartir el ideal de simpatía, respeto, veneración y universal cuidado por todo ser humano. Si seguimos las huellas a través de toda la historia de la humanidad podemos percatarnos de los sucesivos cambios que se han dado y de los principios comunes que emergieron. Se precisa recuperar la esperanza de que el principio que mueve la historia dela humanidad no es el de la autodestrucción. El principio que nos guía no es otro que el Espíritu de Dios que nos mueve a la comunión y debemos dejarnos guiar por el Él.




Lámina 12 Al principio

VII. 1 AL PRINCIPIO. EL origen de la religión

Somos seres en camino que nos esforzamos constantemente para mejorar nuestra naturaleza y aproximarnos al ideal que llevamos inscritos en nuestro ser. Diríamos que todos los seres humanos tendemos naturalmente al arquetipo un estado paradigmático. No conocemos el estado ideal del hombre en el paraíso, pero tendemos a él como principio de inocencia originaria. Por eso conviene volver al principio de nuestra civilización para preguntarnos de nuestros orígenes.

Al principio la religiosidad se vivía de una manera simple y pacífica. El ser humano no estaba interesado en especulaciones acerca de Dios. La vida en la humanidad transcurría en armonía desde una natural experiencia de la trascendencia. El ser humano se concebía en total apertura a la trascendencia como la condición básica del hombre, Homo erectus. La capacidad del hombre de elevarse y comunicarse con el Ser Trascendente no procedía de un estado de éxtasis como movido por un trance supernatural sino porque se vivía naturalmente más allá de los confines del egoísmo. El Homo religioso muestra una natural apertura a la trascendencia porque experimenta una fuerza Invisible dentro de sí mismo. El hombre era religioso no por sus ritos sino porque en todo lo que vivía era tocado y traspasado por esta conciencia trascendente que le llevaba a descubrir a Dios en todo cuanto hacía. La mayoría de las sociedades y las culturas tenían una creencia inicial en un ser Altísimo. Este Dios a menudo fue llamada el Dios del cielo, puesto que él era inaccesible y era el fundamento de la conciencia religiosa[70].

La gente generalmente experimentaba lo sagrado en el mundo a su alrededor y dentro de sí mismos. Todos se concebían sujetos a un orden cósmico primordial que mantenía a todos los seres. Este orden los arios lo  llaman asha y Varuna,  el guardián del Orden Sagrado[71]. Todos los seres estaban bajo este Orden Sagrado que ligaba todo el universo. Dios cooperaba con los seres humanos en la conservación de la energía divina del cosmos. El sacrificio de animales era una práctica religiosa universal en el mundo antiguo. Era una manera de reciclar las fuerzas eliminadas y que mantienen el mundo en pie. La religión de los antiguos dependía de lo que se ha llamado la filosofía perenmial que estaba presente en alguna forma en la cultura moderna.

El Orden sagrado, por tanto, era el prototipo de la existencia humana y porque entre todos los seres el ser humano es sin duda el más rico, más fuerte, trascendiendo a todos los otros seres. La gente quería desesperadamente participar en él. Esta filosofía perenne sigue siendo hoy un factor clave en la vida de algunas tribus indígenas[72]. La experiencia religiosa del pueblo de la antigüedad les llevaba a querer imitar a los dioses a través de los rituales sagrados para dar sentido a los acontecimientos que vivían.


Lámina 13 La Noche

VII. 2 LA NOCHE: las semillas de nuestra civilización

Los primeros pobladores Arios, también llamados tribus indo europeas fueron un pueblo itinerante que originalmente vivía en las estepas caucásicas alrededor de 4500 AC. Eran una red de tribus que compartían una cultura común. Hablaban una lengua que sería la base de varias lenguas asiáticas y europeas. Vivían pacíficamente juntos compartiendo las mismas tradiciones religiosas culturales. Su religión era simple y pacífica[73]. Podemos remarcar algunos de los rasgos más importantes en su religión:

Hay un aspecto importante a destacar en este tiempo, como principio fundamental, es el concepto de Dios como la realidad última trascendente e inefable. Debido a esto, nadie podría arrogarse tener la última palabra en el tema de Dios.  Otro principio fundamental de este tiempo es que los arios vivían manteniendo este profundo respeto y ligazón al espíritu divino, orden cósmico, que compartían con los demás seres de la creación. Recogemos un resumen de la primera evolución de la experiencia religiosa en las tribus indo europeas.

El significado de los rituales de la civilización aria y tribus indo europeas:

Cada día los pobladores arios ofrecían sacrificios a sus dioses para reponer las energías gastadas en mantener el orden cósmico. Los arios creían que el universo se había originado a partir de una ofrenda en sacrificio de los propios dioses. Al principio, los dioses trabajando en común acuerdo y en obediencia al orden divino, había originado el mundo en siete etapas[74]. Primero crearon el cielo y la tierra que descansaba como un recipiente en el agua. En el centro de la tierra los dioses colocaron tres criaturas: una planta, un toro y un hombre. Al principio todo era estático y sin vida, hasta que los dioses realizaron un triple sacrificio, machacando la planta mataron al toro y ofrecieron al hombre, entonces el mundo llegó a ser animado. No puede haber ningún progreso, materialmente o espiritualmente, sin el sacrificio de uno mismo.

Los arios al principio no habían desarrollado santuarios o templos. Los sacrificios los desarrollaban en la arena, al aire libre. La gran celebración acababa con un rito de comunión santa. El sacerdote con los que participaban se unían con los dioses a través de un banquete sagrado en el que compartían también una bebida the intoxicant soma, que parecía transponerlos en otro estado superior[75].

El cambio con la aparición de las nuevas tecnologías.   

La edad de hierro conllevo un profundo cambio alrededor de 1500 AC.  La vida nunca volvería a ser la misma. Los primeros ciudadanos se convirtieron en guerreros. Una vez que aprendieron el arte de la guerra y cómo domar los caballos salvajes de las estepas se armaron con carros y comenzaron a tener gran movilidad. El arte de la guerra trastocó todo, llegó a ser tan poderoso que la violencia se intensificó como nunca antes había sucedido. Fue un verdadero cambio de paradigma. La antigua religión basada en la reciprocidad, el sacrificio y la bondad perdió el principio interior que unificaba todo. Comenzaron a luchar los unos contra los otros. Comenzaron a matar y robar rompiendo el orden natural y sagrado del cosmos[76].

Tendencia a la visión monoteísta de Zoroastro. 

Alrededor del 1200 A.C. apareció la figura de Zoroastro. Con la figura de Zoroastro comenzó una nueva era. Zoroastro no estaba interesado en la especulación teológica. Él estaba preocupado por la violencia que había destruido el mundo, el estado originario de armonía y de paz. Zoroastro buscaba desesperadamente una manera de acabar con la guerra para volver a vivir en paz[77].

La violencia y la impotencia de su pueblo convirtieron a Zoroastro en una figura conflictiva, marcada por el sufrimiento. Zoroastro llegó a la conclusión de que debe haber una deidad malvada que había inspirado la crueldad de los invasores. Este espíritu hostil, Indra, había lanzado con druj, el padre de la mentira y  la personificación del mal, era el eterno enemigo de asha. El Señor Maza había creado un mundo perfecto, pero el espíritu hostil había invadido la tierra infectándola de pecado, violencia, falsedad, enfermedad, muerte y descomposición.

La visión de Zoroastro no fue el desastre de un gran cataclismo. Al final habrá un gran juicio. El 
cosmos sería restaurado a su perfección original. Otra figura vendría como un ser sobrehumano, 
personificando el arquetipo del buen hombre. Lo llaman Saoshyant, el que hace el bien y otorga beneficio. Él llevaría el Señor Mazda a la victoria final[78]. Zoroastro trata de introducir una nueva moral. El zoroastranismo se convirtió en una fe nacional que hasta ahora permanece en la religión iraní. Estaba en germen el comienzo de otro principio fundamental, el principio de ahimsa o no violencia.



Lámina 14 La Mañana, la Edad Axial

VII.3 LA MAÑANA: La Edad Axial: la gran transformación[79]

Después de un tiempo oscuro y de sufrimiento la humanidad sufre una gran transformación. Esta gran transformación conduce a la alborada de la que podíamos denominar la espiritualidad Axial. Es un momento de catarsis. Sufren una dislocación espiritual. El catalizador del cambio fue la irrupción de una nueva espiritualidad con la irrupción de las nuevas religiones, judaísmo, hinduismo, budismo, pero todas ellas caracterizadas con principios comunes que podíamos denominar principios de la edad axial. Vamos a analizar diversos aspectos siguiendo la cronología de los eventos más importantes.

El Hinduismo y el Budismo en la India. La figura de los renouncers y la figura de Buda.

India podría considerarse como la cuna de una de las tradiciones más antiguas. Allí se desarrolla la civilización que se expande en el valle del Indo donde los arios llegaron alrededor del 2000 A.C. Durante el período védico se asentaron en Dorah entre los ríos Yamuna y Ganges. Esta región fue llamada rya varta, la tierra de los Arios. Esta antigua civilización india sería una de los más grandes junto con la civilización que surgió en Egipto. Ellos desarrollaron la Figura de Brahman, la realidad suprema. Brahaman fue uno de los principios más fundamentales.
Algunos hombres tomaron la extraordinaria medida de renunciar a todo para llevar una vida de moderación y penitencia. La figura de los renouncers, samnyasins, cambiar el foco de atención del Brahamn y se ponen en la periferia como los agentes del cambio de religiosidad. Se convirtieron en los pioneros de los principios de la edad Axial.

Los renouncers fueron los artífices de una gran transición. Se pasó de una religión concebida externamente a una que surgía desde dentro de uno mismo. El mayor logro de los renouncers fue esta internalización de la religión. Los ritualistas durante largo habían desarrollado los ritos sacrificatorios como fuente de lo divino. Los rituales contenían el poder del brahman. Los renouncers dieron un paso más. Volvieron por así decir al origen del antiguo estilo de vida de sus predecesores nómadas de las estepas. Brahmcarin, vida Santa, fue como se denominaba fue la iniciación en la vida Védica. Brahmcarin era parte de la iniciación para entrar en la vida adulta.  Ellos se comprometían a ser castos y con el espíritu de ahimsa no cometer ningún acto de violencia.

La gran intuición de este tiempo de transformación era que los seres humanos tienen que encontrar la manera de volver al cielo, volviendo a su propia verdad, a su verdadero yo. Nosotros debemos separarnos de la compulsión de las ilusiones para encontrar el verdadero centro de nuestro ser, nuestro verdadero ser, nuestro parusha. Debemos lograr el moksha, la liberación del falso ego[80].

Hacia el final del quinto siglo uno de los renouncers, Kshatryya, llamado Siddhata Gotama y más tarde Buda, el iluminado, tendrá un tremendo impacto en el futuro. Adaptó el camino, the Way para la gente común. El camino de la iluminación no es a través de la ascesis sino del camino desinteresado de la empatía y la compasión. Hace el equilibrio de trabajar con la naturaleza humana y no luchando contra ella. Se trata de abrir todo nuestro ser a los demás que trascienda el ego con una actitud de compasión y bondad. La enseñanza budista y la práctica del, dharma, se basaron en la experiencia de la vida del fundador.

El Confucionismo en China. La figura de Confucio

Los Arios llegaron a China y establecieron en el valle del Yellow river alrededor de 1600 A.C. Una de las primeras dinastías fue la de Shang. La sociedad Shang fue una extraña mezcla de refinamiento, sofisticación y barbarie. Los monarcas creyeron que eran los hijos de Dios. El rey era un intermediario con el mundo divino. El rey se constituía la cabeza, la parte superior de la pirámide feudal. Después de Shang Dinasty le seguió la Zhow Dinasty en el S XI A.C. Yao y Shun y el duque de Zhou fueron figuras importantes que desarrollaron el concepto del Yin y el Yang. La alternancia de aspecto femenino y masculino de la realidad. Yin era el aspecto femenino, como las campesinas, su temporada es invierno; su actividad era interior pues acontecía en la oscuridad. Yang, el aspecto masculino era activo acontecía en verano y durante el día; era un poder externo, y su productividad era abundante.

Después de la dinastía Zhou vino una decadencia de la monarquía. Con Chungiu se inició lo que se llama el periodo de la primavera y el otoño. Yao y Shun fueron hombres santos de bondad, modelos arquetípicos para la sociedad. Ellos establecieron en China una edad de oro de paz.
Sin embargo, el periodo de paz no fue tan largo. Después de esta edad de oro vino un periodo turbulento. La dinastía Li directora de las relaciones trató de promover la santidad y el respeto. Las figuras de los príncipes se convirtieron en los ideales de concordia y de rendimiento. La figura de Confucio aparece en el S. V antes de Cristo. Él trajo la religión propiamente de China, el confucionismo. Intentó poner orden promover las normas de comportamiento correcto fiel a las tradiciones antiguas. 

En el pasado los ritos habían ayudado a frenar el peligro de la violencia y había mitigado el horror de la guerra. Los nuevos scholars se encargarían de institunalizar y adecuar el junzi a la plebe. Todo el mundo tenía el potencial para convertirse en junzi. El junzi se convirtió en el arquetipo de ideal de comportamiento. Todos deben estudiar las reglas del comportamiento correcto y ponerlo en práctica. Todos deben estudiar el sentido de las ceremonias de los ritos prescritos por el Li tradicional. La regla de oro se convirtió en la base del comportamiento. La regla de oro: Nunca hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Esta regla de conducta era considerada la base motora de El Camino, el llamado Daode de las tribus indo europeas. Como los sabios indios, Confucio vio en el principio del ego la fuente de mezquindad y crueldad. Si la gente fuese capaz de perder el egoísmo y de abrirse a la altruísticas llamadas del Li serían transformados por la belleza de la santidad[81].

El Judaísmo en Israel. Los grandes profetas, Isaías, Jeremías y Ezequiel.

El Judaísmo como religión se desarrolla alrededor del S. XIX A.C. En principio era una confederación de tribus que aparecen en las tierras altas de Canaán procedentes de Mesopotamia, del valle entre los ríos Ganges y Eufrates en la región de Ur. No hay ninguna fuente que pueda registrar de forma precisa el desarrollo primitivo del pueblo isrealita. Los fundadores llamados patriarcas fueron los líderes del pueblo: Abraham, Isaac, Jacob. Los patriarcas habían vivido en diferentes partes del país de las colinas de Canaan. Abraham en Hebrón, Issac en Bersheba, Jacob en Siquem y más tarde en Egipto. Jacob y sus doce hijos fueron los fundadores de las tribus isrealitas. Después del exilio en Egipto volvieron a la tierra de Canaán alrededor del 1200 A.C. Su Dios Yahweh les prometió que haría de Israel una gran nación. Moisés y Josué fueron los líderes espirituales. Yahweh hizo un pacto con Israel en el Monte Sinaí. El corazón de esta alianza era el término hesed que hace referencia a la compasión y fidelidad de su Dios Yahvé que pide a su vez el comportamiento compasivo con los miembros de toda su gran familia. Poco a poco la compasión habría de extenderse a todos[82].

La experiencia del culto se centraba en el Arca de la Alianza. El Arca contenía las Tablas de la ley el Símbolo de la Alianza que Yahaweh había establecido con su pueblo y que a su vez el pueblo se había comprometido a cumplir. La fiesta de la Pascua, Pesaj, era otro elemento central para recordar la historia del Éxodo. Finalmente se estableció un reino con la figura del rey a semejanza de otros pueblos. El Rey sin embargo era ungido por el profeta para recordar la supremacía de Yahweh. El rey David se convirtió en la figura más importante y más tarde su hijo Salomón construyó el nuevo templo en Jerusalén. Después de la muerte de Salomón el reino fue dividido entre sus dos hijos, Roboam y Jeroboam. El Reino del norte fue llamado Israel y el Reino del sur Judá. Los babilonios conquistaron primero el reino del norte, Israel y más adelante Judá y ambos fueron exiliados a Babilonia. Cuando fueron exiliados a Babilonia en el siglo VI A.C. el judaísmo experimentó un período de extraordinaria creatividad. El tiempo del Exilio fue un momento de profunda catarsis y cambio.

El profeta Jeremías aparece cuando descubren la tradición del Deuteronomio en la reforma de Josías. Jeremías no fue deportado al exilio en Babilonia porque él había apoyado a los babilonios. Fue el profeta que le tocó la ardua tarea de profetizar ruina y violencia moviendo a sus compatriotas a entregarse a los babilonios con el no uso de la violencia como la voluntad de Dios. Estaba convencido de que Dios se valdría del exilio para salvar a su pueblo y de que los exiliados serían los que llevarían de nuevo la paz a Israel. Fue incomprendido metido en un pozo y casi fue ejecutado. Su fe inquebrantable y su valor y coraje para mantenerse fiel en medio de la violencia le convierte en uno de los que encarna los principios axiales. Se presentó a sí mismo como varón de dolores[83]. Con Jeremías se desarrolla una espiritualidad más interior a diferencia de una religiosidad más cultual. Era esencial que los israelitas se comportaran con justicia, equidad, bondad y compasión con los otros imitando así la generosidad de Yahweh.

Ezequiel, profeta y sacerdote, fue deportado a Babilonia. Su misión sería la de traer de vuelta a los deportados a su casa llamando a la conversión y el arrepentimiento. La reforma debe empezar con el examen de uno mismo reconociendo sus propios pecados. Habían de dejar atrás sus iniquidades y pasar a llevar una vida bien ordenada. A pesar de su angustia ha promesa de Yahweh se iba a cumplir: de nuevo moraré entre ellos. La fuerza de la nueva restauración vendría dada a través de experimentar todo el peso de su dolor. Todo su mundo y sus seguridades se habían trastocado y puesto al revés. No encontraban la forma de encontrar de nuevo la paz y la serenidad en medio de la confusión. Pero en la paciente espera Dios moldeaba su corazón. En este periodo se hace relevante la espiritualidad del segundo Isaías sobre todo en los Cántico del Siervo Sufriente[84]. Fue sin lugar a dudas el colofón de la espiritualidad axial. El triunfo del Siervo Sufriente sería a través de la no violencia y la auto-entrega y auto-abandono. A través de este sacrificio Kenótico el Siervo Sufriente traería paz, misericordia y compasión para el mundo entero[85].

La nueva filosofía en Grecia. Las figuras de Sócrates y Platón.

En Grecia se va a desarrollar una nueva civilización a partir del núcleo de Micenas, una confederación de tribus alrededor S. IX A.C. El Reino de Micenas y la antigua civilización minoica había florecido alrededor de 1375 A.C. Los griegos procedían de las tribus Indo europeos quienes habían comenzado a establecerse en la región del Peloponeso alrededor del 2000 A.C. Hablaban un dialecto Indo Europeo. No creían en un Dios Creador benevolente, eran politeístas y no tenían conciencia de ningún orden divino al principio. El Panteón griego: Zeus, Atenea, Poseidón, Dionisio se convirtió en su religión. Trataron de explicar la realidad a través de mitos. Homero fue uno de los principales autores de estos mitos griegos. Esta nueva civilización tuvo su apogeo en el S. V, su siglo de oro.

Después de un tiempo de crisis, Hesiodo promovió una nueva ética que busca el bien común de todos más que la búsqueda de uno mismo buscando la propia gloria. Hesiodo movió a una especie de kénosis para rendirse uno mismo, una ética de la generosidad y respeto a los demás. Era un nuevo modelo de la excelencia, Areté, lejos de los héroes guerreros. En lugar de buscar por el poder y la fuerza la propia fama y gloria, había que renunciar a los propios interesas para buscar el bien de los demás.

Después del siglo de Pericles, los Sofista promovieron falaces argumentos demostrando la absurdidad lógica del sentido común. Fue el origen de la duda sistemática del relativismo, subjetivismo y escepticismo. Es imposible formular cualquier verdad. Promueven la duda sistemática y la inutilidad del lenguaje. No había ninguna autoridad trascendente y no había un Dios Supremo. Alegaron que el hombre era independiente y libre para tomar el control de su propia vida.
Sócrates implantó el arte de la dialéctica y fundó la Academia. Se somete a un diálogo riguroso para exponer creencias y sacar la verdad[86].  Entendió que su misión era traer a sus compañeros atenienses a la verdad y a la comprensión de sí mismos. Creía en Dios[87]. El conocimiento era inseparable de la virtud. Valor, justicia, piedad y amistad eran no ideas ni ficciones. La verdadera filosofía es aprender a vivir. El deseo de liberación sólo será posible a través de una gran transformación interior. El cultivo del alma fue la tarea humana más importante, más crucial que la consecución del éxito mundano. El alma se daña por malas acciones. No debemos tomar represalias o hacer mal por mal a nadie, a pesar de cualquier agresión que uno sufra[88]. Platón y Aristóteles más tarde reclamaría más tarde la capacidad del hombre para encontrar la verdad y poder razonar bien.

Los principios comunes de la Edad Axial:

Denominamos Edad Axial el tiempo fundamental alrededor del S. V A.C. de intensa creatividad espiritual y filosófica. Sin duda constituirá un momento muy importante para el desarrollo espiritual de la humanidad[89]. La Edad Axial empuja las fronteras de la conciencia humana y descubre una dimensión trascendente en la base del ser humano. Este período fue uno de los períodos más seminales y cambió la religiosidad en la historia. Podría ponerse como la base de nuestro mundo moderno[90].

Es la época de grandes figuras como Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías, los místicos de los Upanishads. Destacaremos los principios más importantes y comunes de esta Edad Axial:
Es un período de renovación que se dio en tiempos de una fuerte crisis espiritual y social. La lección de este tiempo es que en tiempos de crisis las personas fueron capaces de elaborar una nueva espiritualidad basada en principios sólidos[91].

Los místicos de los Upanishads no estaban interesados en prácticas vacías de rituales. Generalmente experimentan lo sagrado como una presencia inmanente en el mundo. Todo lo que podrían promover la unidad y la paz está sometidos a un orden cósmico que todo lo ordena y sostiene.
Ponen el acento en la práctica no en la doctrina. Lo importante no es lo que uno dice que cree sino lo que uno vive, su modo en que se comporta, the Way. Lo primero que debemos cuidar es el modo de comportarse, la vida ética. Lo que interesa es vivir disciplinado y la compasión y benevolencia como práctica habitual. No interesa discutir sobre una convicción metafísica o creencia ortodoxa. La Edad axial tenía un nuevo significado ético y moral de poner en el corazón de la vida espiritual.

Hicieron hincapié en la Regla de Oro, el Camino para el encuentro con Dios y el encuentro con los demás semejantes. El camino al cielo empieza aquí en la tierra teniendo compasión. La religión se basa en la práctica de la compasión y de la misericordia y el principio supremo de la caridad y la benevolencia impresa en nuestra naturaleza.

Ellos esparcieron un nuevo Camino, Way, ethos, el cuidado y el respeto de los sagrados derechos de todo ser humano, la benevolencia, amabilidad y generosidad hacia todos los seres. Este es el camino para cambiar y salvar el mundo.





Lámina 15 El Mediodía


VII. 4  EL MEDIODÍA: Jesús de Nazaret y el comienzo del Cristianismo

Este tiempo es un tiempo de gran transición. El surgimiento del Imperio Romano va a cambiar la situación entera de la humanidad. Es el fin de una era y el comienzo de una nueva era. La Edad Axial judía fue cortada prematuramente quizás por las dificultades de dispersión y reasentamiento. Durante el primer siglo A.C. Israel fue ocupada por el Imperio Romano. El país era un caos con los grupos de rebeldes, los Zelotes, y Macabeos que se oponía a la dominación romana.

Los movimientos radicales

Los Esenios y el Qumran fueron grupos que intentaban mantener la pureza del judaísmo en esta época de dura oposición. La secta del Qumran y los Esenios se había retirado al desierto y asimilaron la piedad apocalíptica que se había desarrollado sobre todo después de la Edad Axial. Como los zoroastrianos, esperaban una gran batalla al final del tiempo entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad. De alguna forma llegan a internalizar la violencia de su época. Otros movimientos más moderados, pero con tremenda fuerza, fueron los escribas y fariseos. Se concebían más puritanos y se convirtieron en los guardianes y los intérpretes de la ley, la Torá. Los fariseos trataron de desarrollar una espiritualidad más inclusiva, tratando de mantener vivos los principios de la Edad Axial judía. El Shemá, era el mandamiento más importante de la ley y amar a Dios y al prójimo era el mandamiento principal. Tal vez una de las figuras más importantes entre los fariseos fue el rabino Hillel. Emigró a Palestina de Babilonia y fundó una importante escuela con gran influencia en el judaísmo rabínico. Rabbi Johanan ben Zakkai fue quizás el más grande discípulo.

La figura paradigmática de Jesús de Nazaret

Jesús aparece al principio cerca de las tradiciones del judaísmo pero pronto se convierte en un innovador. Se afirmó como el nuevo intérprete de la ley. Afirma que la esencia de la ley no era la letra sino su espíritu. Jesús, siendo judío propuso una nueva manera de concebir la religión. Al principio, parece que no tenía ninguna intención de fundar una nueva religión, pero poco a poco fue marcando una nueva comprensión y una nueva manera. Jesús se proponen como la forma, the Way, el Camino. Fue el modelo paradigmático de sus seguidores. Imitándolo, gozarían de una vida mejor y alcanzarían la vida eterna. Él se presentó no sólo como profeta, el nuevo Mesías, sino como el Mesías esperado, el ungido de Dios, el Cristo, que fue anunciado. Se concibió así mismo como el hijo de Dios y esa osadía le llevó a la propia muerte. No tiene reparo en proclamar que su Padre le ha enviado para llevar a cabo su misión para la salvación del mundo.

Su enseñanza estaba totalmente orientada al mandamiento nuevo del amor. Era su propia versión de la Regla de Oro tan arraigada en el espíritu de la nueva Era Axial. Se convierte en figura paradaxial. Sus seguidores lo vieron como el Siervo Sufriente profetizado en el Segundo Isaías[92]. Interpretaron la misión de Jesús como una Kénosis. Jesús también fue un hombre de ahimsa. Su enseñanza sobre el Sermón del Monte fue paradigmática: "habéis oído que se dijo: ojo por ojo y diente por diente, pero yo os digo que: no ofrezcáis al hombre malvado ninguna resistencia. Antes al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la izquierda. Han escuchado que se dijo: debéis amar a tu prójimo y aborrecer a tu enemigo. Pero yo les digo digo: amen a los enemigos y oren por los que les persiguen”[93].

Pablo, un judío convertido de Tarso en Cilicia, parte de la diáspora, va a convertirse en su seguidor acérrimo y apóstol de los gentiles. Al principio era un fariseo radical y después de su conversión en Damasco se convirtió en uno de sus seguidores más fieles. Para él el centro de la religión es la identificación con Cristo y la práctica de su amor y su Kénosis. Él entendió y divulgó el espíritu de la Edad Axial a la diáspora y al mundo entero. Sus seguidores fueron siguiendo, the Way, el Camino y fueron conocidos como cristianos.



Lámina 16 La gran crisis


VII.5 LA TARDE: Gran crisis tras la institucionalización del Cristianismo

La gran crisis para cristianismo se producirá después de su institucionalización y más tarde con la Caída del Imperio Romano y el surgimiento del Islam. Dos crisis prácticamente al mismo tiempo. La conversión de Constantino, emperador de Roma y el establecimiento del cristianismo como religión del Imperio le es al mismo tiempo lanzamiento de divulgación y tiempo de mitigación. Un factor positivo es la expansión del cristianismo.  El otro negativo es la decadencia de la fe tan fuerte al principio. Con todo sobreviene la necesidad de renovación. Antes del cisma de la iglesia de Oriente y Occidente y la lucha de las herejías la iglesia trata de responder a la crisis con el Gran Concilio de Nicea. En el concilio se comenta la importancia de una verdadera adhesión de fe y formación a través de un proceso catecumenal. Esta crisis prepara otra gran crisis con la caída del Imperio Romano. El nuevo paganismo de los bárbaros y pueblo eslavos. Dos nuevas factores se dan como reacciones a este momento la expansión del Islam y el comienzo de la vida monástica y re evangelización de Europa. En este tiempo dos figuras llegaron a ser muy relevantes: San Agustín y San Benito.

El colapso del Imperio Romano con la mitigación del cristianismo es analizado muy bien por San Agustín es su obra, The City of God. Este tiempo de crisis y de decadencia de la fe en el cristianismo tienen una respuesta en el Oriente con el florecimiento de una nueva religión. En el siglo VII, aparece la figura del Profeta Mahoma y es el comienzo de otra gran transformación. Muhammad insistió en que no trataba de reemplazar a los profetas del pasado, su cometido era volver a la fe primordial de Abraham. Muhammed vivió en una sociedad violenta cuando estaba decayendo y olvidando los valores primordiales. Arabia fue atrapada en un círculo vicioso de la guerra tribal.  Mahoma cree que Alá, el Dios Altísimo, era el mismo Dios de los judíos y los cristianos. Todos ellos han recibido revelaciones válidas. En el Coran está escrito que se debe tratar el ahl al-kitah, pueblo de una revelación anterior con respeto. Los árabes se consideraron descendientes de Abraham a través de Jacob y de su hijo Ismael que tuvo con su sierva Agar. El judaísmo era la religión de los hijos de Isaac y de Jacob, y los cristianos eran seguidores de uno de los profetas[94]. La religión que promueve el nuevo profeta Muhammed se llamaría Islam que significa abandono, surrender.

La fuerte expansión del Islam como nueva religión

El Islam diríamos que en sus orígenes en cierta medida intenta recuperar el espíritu de la Edad Axial en un tiempo de decadencia. Mohammad por supuesto nunca había oído hablar de la Edad Axial. Incluso si bien el Islam no era una religión del ahimsa, el Corán exige la práctica de la compasión y el respeto hacia los otros. Los musulmanes debían dar el diezmo, una regular proporción de sus ingresos a los pobres. El propósito de la zakat, purificación, debía purificar sus corazones del egoísmo tan habitual. Los musulmanes deben practicar las virtudes de la compasión y la generosidad. Los musulmanes, al meditar sobre los misterios de la creación, deben aprender a comportarse con similar generosidad. Estaba prohibida la agresión. Allah había derramado el don de la paz interior, sakinah, sobre los musulmanes. Estos se deben distinguir por la entrega y el abandono total a Dios. En el Corán se dice que el espíritu de la paz es la conexión con la Torá y el Evangelio.



Lámina 17 El Crepúsculo


VII. 6 EL CREPUSCULO: Gran momento de crisis durante la Edad Media

El comienzo del nuevo milenio comporta nuevos retos. Superada la crisis del comienzo donde proliferaban los movimientos apocalípticos de que con el fin del milenio venía el fin de los tiempos, de nuevo la humanidad se levantase con fuerza de los escombros y el sistema feudal da paso a la repoblación de las ciudades y creación de los estados. Sin embargo, las luchas de las religiones se acrecientan sobre todo con las Cruzadas. La lucha por el poder hegemónico entre Oriente y Occidente dura hasta nuestros días. Sin embargo, a pesar de estas sombras aparecen nuevas luces que hacen reavivar la esperanza.

Una nueva crisis. Frente un tiempo de decadencia un nuevo resurgimiento

Una nueva situación política en China, viene protagonizada por las dinastías Tang, Song, y Yuan. Desde el siglo VII hasta mediados del siglo XIV, y una nueva realidad económica y cultural en Occidente hicieron posible el restablecimiento de nuevas relaciones entre los dos mundos de Oriente y Occidente gracias a las rutas mercantiles. Gracias a estas rutas, como exponente más claro la denominada Rutas de la seda, empezaron a intercambiarse también las ideas, los conocimientos artísticos, los idiomas y las religiones. Desde entonces las Rutas de la seda dejaron de ser caminos exclusivos de los comerciantes y de los militares, y empezaron a ser transitados cada vez con más frecuencia por intelectuales y por monjes de las principales religiones del mundo, que supieron también, como si fueran ávidos comerciantes del espíritu, intercambiarse entre ellos las enseñanzas de Buda, Confucio, Jesucristo y Mahoma.

Oriente y Occidente comenzaban así a necesitarse el uno al otro, a pesar de que el enemigo acechaba siempre desde el norte; en esta ocasión, desde Mongolia. Y aunque la intensidad del comercio crecía incesantemente desde el siglo VIII, también crecían en igual o mayor proporción los asaltos, los saqueos, las confiscaciones y los asesinatos masivos perpetrados por las hordas nómadas del norte; tribus que, después de ser unificadas por Genghis Khan a comienzos del siglo XIII, demostraron que eran invencibles.

Hacia el siglo XV, con el auge de la navegación y las nuevas rutas marítimas comerciales, y el apogeo de los Imperios Árabe, Imperio Mongol y Turco, selúcidas y otomanos, ambos por igual en períodos distintos de tiempo. Fue languideciendo lentamente la importancia de las Rutas de la seda como principal arteria comercial entre Oriente y Occidente, y algunas de las más florecientes e imponentes ciudades a lo largo de su recorrido, fueron perdiendo importancia e influencia y, olvidados por el mundo exterior, se convirtieron en una vaga sombra de lo que fueron.

Junto a la era de los descubrimientos la figura de los grandes misioneros

Los portugueses llegan a Asia con muchos bríos, más con fuerzas navales que por tierra, establecieron enclaves en las costas. En esos enclaves se asentaban un reducido número de colonizadores europeos. Se pueden diferenciar dos frentes de misión: Por una parte, los franciscanos, los dominicos y los agustinos que tomaron parte la colonización española llegando hasta Filipinas y por otra parte, Los jesuitas que vienen de parte de la corte de Portugal, construyeron un modelo misionero de la adaptación muy adelantado para su época. Se oponían a la perspectiva de la tabla rasa y también a los métodos de la conquista portuguesa y buscan la adaptación. Figuras destacadas son: Francisco Javier, Valignano, Mateo Ricci, Roberto de Nobili, Alejandro de Rhoda, etc.

Una reflexión para esta etapa de reformadores y misioneros

Después de la oscura época de las cruzadas y la gran crisis de época medieval es la edad de un nuevo humanismo. Esta época de un nuevo humanismo era al mismo tiempo un momento de gran transformación y retos. La Iglesia sufre la oposición de la Contrarreforma protestante. La iglesia otra vez sentir la necesidad de una gran reforma. La respuesta es el gran Concilio de Trento. Otro desafío después de descubrir el nuevo continente de América es precisamente la evangelización del nuevo continente. Esta vez es la nueva era de la nueva misión y el colonialismo. La iglesia que fue a través de tantos tiempos unida al estado, experiencia de la separación de poderes. Este período tiene su propia oscuridad y luces. Hay el surgimiento de nuevas órdenes religiosas especialmente los jesuitas con la nueva llave de entrada de la obra misionera.

En los momentos de crisis han surgido grandes reformadores que ayudan a todos a volver a lo esencial de la originalidad evangélica. San Bernardo, Santo Domingo, san Francisco, Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz. Nos centraremos en la figura capital de uno de estos grandes reformadores: San Francisco de Asís.

La Iglesia se ve amenazada por divisiones internas y externas. Durante la Edad Media se da el enfrentamiento entre el Cristianismo y el Islam con la lucha de las Cruzadas. En medio de un mundo violento y dividido Francisco de Asís aparece como juglar del evangelio, mensajero y emisario de paz. En medio de las cruzadas se propone para mediar la paz. Su encuentro pacífico con el sultán Melik al Kamil quiso establecer un puente entre Oriente y Occidente. Aunque ni convirtió al sultán ni logro restablecer la paz y la unidad no por eso no quedo infructuoso. Su intento de hacer a los hombres penetrar en el misterio de la infinita piedad de Dios abrió nuevos caminos. En medio de la noche hizo que este misterio arrojase nueva luz sobre la humanidad dividida por luchas de poder.

Francisco, el poverello de Assisi, renuncia a todo poder a toda voluntad de dominación. Siguiendo el modelo de Jesús, el Siervo Sufriente, decide seguir a Cristo pobre y sufriente, decide hacerse pobre de bienes y de poder para hermanarse y estar en paz con todos. Supo de la lenta emigración interior hacia las lúgubres regiones del ser para desde una reconciliación profunda amar los opuestos. En su cántico a las Criaturas en medio de su noche y ceguera canta la sublimidad del Creador en este cántico donde parecen darse la mano el día y la noche, la luz y las tinieblas, el fuego y el hielo, la vida y la muerte. Felices los que perdonan y aguantan por amor el rechazo y la humillación, benditos los que sufren en paz en medio del dolor. Encarna de nuevo la espiritualidad de los renouncers, ahimsa y los no violentos.

A veces la fe y la esperanza en la unidad y la fraternidad se oscurece ante la dura realidad de tantas divisiones y guerras. No es la ley del amor la que rige las relaciones humanas sino la ley del poder del hierro y la espada. Pero Francisco aceptó el camino de kenosis del Siervo, abajarse hasta hacerse pequeño ante Dios. Dejó que en su alma devastada y herida por tantos odios y violencias floreciera la paz. El camino de la paz no se construye a base de acuerdos por fuera sino desde dentro. Todo lo que nos inquieta y nos hace sufrir saberlo inmolar ante el Señor como ofrenda de amor. El hombre no se justifica por sus obras sino cuando acepta humildemente ponerse en manos de Dios y pasar a ser la obra de Dios.

El reino está amenazado y sufre violencia, pero los pobres, los mansos, los pacíficos, los que sufren persecución por la justicia no quedarán sin recompensa y lo heredarán plenamente en el cielo. En este mudo el Reino está amenazado y sufre violencia, pero está ya incoado. El Señor de los cielos se hizo el más pequeño y el último de todos. El que era el Señor quiso abajarse y acercarse a todos haciéndose pobre y siervo y envuelto en fragilidad quiso revelar su infinita piedad hasta entregarse por nosotros aceptando el sufrimiento y el suplicio de la Cruz. Los hombres podemos seguir ciegos ante semejante misterio de piedad buscando la grandeza, la gloria, el poder, la dominación por la fuerza. Los que se esfuerzan por la paz sin ejercer el poder o la violencia están amenazados de persecución y de muerte. Pero el misterio de piedad ha vencido ya toda muerte. Ya nunca estamos solos ni abandonados a nuestra desesperación. Ya nadie puede separarnos del misterio de piedad y de ternura de nuestro Dios. Este misterio lo celebramos envuelto todavía en la noche, pero un día no muy lejano veremos el alborear de una nueva humanidad donde la paz se derramará sobre toda criatura y los mansos y los pacíficos tomarán posesión de toda la tierra. La creación entera volverá a ponerse de nuevo en manos de Dios.


Lámina 18 La Crisis de Nuestro Tiempo


VII.7 LA CRISIS DE NUESTRO TIEMPO PRESENTE

Durante el s. XVIII la revolución francesa trae el liberalismo una oposición hostil ante el poder de la Iglesia. Separación de poderes. El Papa preso en Francia. Es un tiempo muy difícil de revolución de cambios sociales y políticos, tiene lugar el concilio Vaticano I. Como respuesta a esta gran profunda crisis se da el acontecimiento renovador del Vaticano II.

En este tiempo el impulso misionero decrece y la misión es casi inexistente. En 1814 los jesuitas son restaurados después de su supresión y se constituye la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe en 1817. El papa Gregorio XVI toma el liderazgo de la Iglesia. Empiezan a llegar ayudas financieras a las misiones y el apoyo espiritual. En el S. XIX proliferan las nuevas congregaciones dentro de los contextos sociales específicos, estas congregaciones le dan un color a la misión renovada y las ordenas clásicas se ven renovadas y viven un nuevo impulso misionero. La misión aún está ligada al contexto de colonialismo.

El contexto del momento presente

Nuestra crisis actual la podríamos denominar la gran crisis de la posmodernidad. Al mismo tiempo la iglesia intento responder a la necesidad de una gran renovación con el Concilio Vaticano II. Fue sin duda un momento de verdadera renovación. Se trataba de responder a un nuevo tiempo con nuevos cambios y nuevos retos. Fue un tiempo de florecimiento de nuevos movimientos. Supuso también un momento de gran auge y desarrollo de las nuevas iglesias jóvenes de Asia.

El Concilio Vaticano II es un momento fundamental para la Iglesia, un tiempo de una renovación profunda en su perspectiva de diálogo y apertura ante el mundo y antes las diferentes religiones. Se trataba de evitar el espíritu de confrontación y de entablar un profundo diálogo. Tiempo de establecer puentes más que marcar y enfatizar las diferencias. Poner el acento en lo que nos une y tenemos en común más que en lo que nos divide.

Este Concilio no trató de doctrinas contra las herejías sino más bien de atender a una preocupación pastoral[95]. En el documento Unitatis redintegratio y Nostra aetate se pone la atención en la restauración del diálogo y en promover la unidad no solo entre los cristianos, sino también entre las diferentes religiones. Las divisiones entre los creyentes es una contradicción con la voluntad de Dios. El diálogo interreligioso es uno de los retos más importantes de nuestro tiempo.

En esta era nuestra estamos llamados a reducir distancias y establecer lazos de amistad y diálogo entre todos los hombres y mujeres incluso de distintos credos y religiones. Estamos llamados a promover la unidad con todos los habitantes de este mundo y primer la unidad y la fraternidad entre todos. Todos formamos parte de una misma familia como comunidad universal. Dios creador es el creador de toda la tierra entera y todos compartimos un destino común.

A lo largo de la historia la búsqueda ha sido el encontrar entre los diferentes pueblos la conciencia de un orden común un poder todopoderoso que se encuentra detrás de todos los acontecimientos de la vida humana y de la historia de la humanidad. Esta conciencia se traduce en una forma de vida que está impregnada de un profundo sentido religioso. Hemos de saber reconocer lo que es verdadero y santo en todas las religiones.

Después de un discernimiento pastoral la FABC sobre la realidad de Asia y la realidad de la iglesia en Asia se llegó a la conclusión de que podemos hablar de una nueva forma asiática de ser Iglesia está surgiendo en Asia

La Iglesia debe dejar atrás un cierto complejo de superioridad del pasado. El acento no debe estar en una iglesia triunfante sino una iglesia pobre humilde y vulnerable peregrina y servidora que camine con el pueblo junto con la gente de otras culturas y tradiciones religiosas hacia el Reino de Dios. Una iglesia de diálogo y de una iglesia de compasión y misericordia.

Estamos viviendo en una situación de extrema marginación y pobreza en medio de una enorme abundancia de creencias y tradiciones, cuna de las grandes religiones del mundo. Un continente con una rica variedad de culturas divergentes. La iglesia está llamada a ser testigo del amor de Dios revelado en Jesucristo, especialmente a través de la compasión y la misericordia. En nuestro mundo dividido se hace imperante el diálogo. La Iglesia al lado de los pobres y los que sufren debe de hacer frente y luchar contra las raíces de la injusticia y la pobreza, pero no desde la fuerza y el poder sino desde la no violencia, el espíritu del ahimsa.

Siguiendo las directrices del Papa Francisco se precisa de una conversión que saque a la iglesia de Ia auto referencialidad y de las estructuras de dominio y de poder y la ponga en salida hacia los sectores más pobres y marginados en las periferias y en las situaciones marginales de la sociedad.
A través de las conferencias de obispos en Asia, la FABC, se analiza sobre cuál debe ser el modo de la evangelización en Asia y se va hablar del triple diálogo[96]. La Iglesia debe vivir en una actitud constante de diálogo teniendo en cuenta tres aspectos importantes: Un constante diálogo con las tradiciones religiosas que exige una actitud de respeto y apertura lo que se ha venido a denominar diálogo interreligioso; Un diálogo con las culturas para formar una iglesia con verdadera impronta asiática, con una fe inculturada, y un diálogo con los pobres, con los sectores marginados de indígenas sin que nadie quede fuera. No olvidemos el sector predominante de pobreza en tantos países de Asia. La Iglesia no debe estar contra el mundo sino al servicio del mundo, no ajena a las realidades del mundo, sino capaz de sentirse a sí misma en el mundo como en su casa en diálogo con la vida de los hombres y con los pobres, caminando peregrina con ellos. Esto sin duda exige una verdadera conversión para llegar a ser la iglesia de los pobres, con una opción fundamental sobre todo llegar a los más pobres.

El papado de Juan Pablo II y Francisco. El tiempo de la misericordia.

Después de las dos guerras mundiales, media parte de la humanidad fue prácticamente destruida y convertida en cenizas. Muchos se levantarían como profetas de la desesperanza diciendo Dios ha muerto[97]. El mundo volvió a ser la imagen del "siervo sufriente" un ejemplo de eso fue Polonia. Pero de las cenizas pudimos ver a emerger otra vez una nueva realidad por el poder de la misericordia de Dios. En medio del horrible Holocausto de Aswitch y Treblinka surgieron como antorchas las figuras de Maximiliano Kolbe o Edith Stein.

A comienzos del tercer milenio el Papa John Paul II en su carta apostólica Tertio Milenio ineunte propone la espiritualidad de comunión como el programa y el desafío para este nuevo milenio. Este es el momento oportuno para experimentar la misericordia de Dios para llevar a nuestro mundo el mensaje de su misericordia.

El Papa San Juan Pablo II hunde sus raíces en la misericordia de Dios y se convierte en un profeta de esperanza. Fue testigo del derrumbe de los países del comunismo empujando al bloque soviético a la libertad. Otra vez en los momentos más oscuros y mayor desesperación y desesperanza que vimos la luz más brillante. Dios revela su corazón misericordioso, su misericordia a través de Santa Faustina Kowalsa[98].

Para Juan Pablo II el mensaje de la misericordia es central. Su segunda encílica Dives in Misericordia la publica en 1980. Su atentado en la Plaza de San Pedro el 13 de Mayo acontece en 1981. En la fiesta de Cristo Rey de 1981 dirige un mensaje en el santuario de la Divina Misericordia donde es plenamente consciente que es la tarea que Dios le confió para este tercer milenio envuelto y amenazado de una gran desesperanza. Su tarea es precisamente el acercar a los hombres la Misericordia divina. “¿Dónde sino es en la Misericordia divina el mundo de hoy puede encontrar refugio y un rayo de luz y de esperanza? Rezo incesantemente para que Dios rico en misericordia tenga misericordia de nosotros y del mundo entero” [99]. Juan Pablo II prepara a toda la Iglesia a través de un gran jubileo para abrirse a la Misericordia Divina en esta etapa crucial de la historia de la humanidad.

No estamos ciegos del mal que asola a la humanidad. Como diría Santa Faustina en su diario: “Ahora más que nunca después del horror de las dos guerras mundiales es el tiempo de la Misericordia”[100]. Juan Pablo II enarbola este lema como lema de su pontificado. Este milenio solo desde la misericordia podrá resurgir como una nueva primavera.

El Papa siguiendo las palabras del Cardenal Wyszynski había de tener la tarea de introducir a la Iglesia en el Tercer milenio[101]. Como culmen del gran jubileo, declara el año 2000 como el año de la Misericordia y propone el segundo Domingo de Pascua como el Domingo de la Divina Misericordia. Precisamente en este Domingo de la Divina Misericordia canoniza a Sr Faustina como la primera Santa del Nuevo Milenio. El papa invita a toda la iglesia a prepararse para el comienzo del nuevo milenio como una nueva era luminosa para la Iglesia[102]. En el 2002 inaugura el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia y encomienda el mundo entero a la Divina misericordia donde dirige un elocuente mensaje: “Este lugar está muy vinculado a mis memorias de mi juventud cuando durante la ocupación nazi estuve trabajando en el campo de trabajo de Slovay preparándome clandestinamente para mi ordenación sacerdotal y acostumbraba venir aquí a rezar”.

Finalmente, no es casualidad que su último suspiro fue precisamente en la Vigilia del Domingo de la Misericordia el 22 de Abril de 2005. Momentos antes de su muerte su secretario personal Stanislaw Dziwisz celebró al pie de su cama la misa de la Divina Misericordia pues era ya la vigilia de la Fiesta. El papa pudo recibir la comunión y después una hora y media más tarde partía a la Casa del Padre para ponerse en los brazos de la Divina Misericordia.

Después del papado de Juan Pablo II el papado del papa actual Francisco ha retomado la figura de Francisco y la figura de Juan Pablo volviendo a declarar el año 2015 a los diez años de la muerte de Juan Pablo II como el año jubilar de la misericordia.

En su discurso antes de la elección a los cardenales remarca que en su primera alocución mueve a no dejarse llevar por la vanidad del poder. Toma el nombre de Francisco haciendo suya de nuevo la llamada a reconstruir la Iglesia. Cuánto deseo una iglesia pobre entre los pobres[103]. Pone a la Iglesia desde el comienzo en un camino de conversión de volver a la frescura del evangelio. Después de su elección invita a todos a no dejarse llevar por el pesimismo y confiar en la Divina misericordia. Como dijo el papa predecesor Benedicto en su discurso de renuncia al papado Cristo está presente en la Iglesia y es el que guía a la Iglesia.

El Papa Francisco declara un Año Santo Jubileo Extraordinario de la Misericordia que lo inicia el 8 de Dic del 2015 Fiesta de la Inmaculada abriéndola Puerta santa de la Misericordia de Dios a todos. El Papa Francisco en la bula de convocación dice: No tenemos sólo una historia gloriosa para recordar y contar, sino también una gran historia que todavía ha de lograrse. Hemos de mirar hacia el futuro, donde el espíritu nos está enviando con el fin de hacer grandes cosas. En este año jubilar, la palabra de Dios resuena fuerte y clara como un mensaje y un signo de perdón, fuerza, ayuda y amor.

La Iglesia no ha de sentirse nunca cansada de extender misericordia y ser siempre paciente en ofrecer compasión y perdón. Jesús nunca se cansa de abrir las puertas de su corazón y de repetir que él nos ama y quiere compartir su amor con nosotros. La iglesia tiene como primera tarea, sobre todo en un momento como el nuestro de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo[104].

Este es el momento oportuno para experimentar la misericordia de Dios cambiando, transformando, renovando, nuestras propias vidas. Este es el tiempo para permitir que nuestros corazones sean tocados por la misericordia divina. Dios no se cansa de llegar una y otra vez a nosotros. Este mensaje de misericordia debe de llegar a todos, y no podemos permanecer indiferentes a la llamada a hacer experiencia de la misericordia.   Este momento es un momento privilegiado para celebrar y experimentar la misericordia de Dios[105].

Este es el tiempo privilegiado para celebrar la misericordia de Dios. Dios que quita la iniquidad del mundo y perdona el pecado, se complace en mostrar misericordia. Nadie debe de poner límites a la misericordia de Dios [106].


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VIII CONCLUSION

Es verdad que vivimos en un tiempo de profundos cambios e incertidumbres, pero esto no debe asustarnos. Si bien es verdad que asistimos a un progreso científico sin precedentes también es verdad que estamos ante grandes interrogantes. Necesitamos de una sabiduría interior que den respuesta a estos interrogantes y nos haga salir del sinsentido y de la desesperanza. Vivimos amenazados de sin sentido ante tanto sufrimiento y muerte. Queriendo ser libres experimentamos tantas formas de marginación, la exclusión, las enormes desigualdades, tantas formas de esclavitud. Frente a las ansias de placer tantas vidas consumidas por la droga, la explotación, el sexo hasta degradarse en formas inhumanas. Frente a las ansias de poder, tantos abusos de injusticias, luchas y guerras. No cabe caer en la rebeldía o el escepticismo. Ante tantas situaciones límites con las que nos encontramos no caben técnicas ni meros discursos de recetas hechas.

El hombre actual adolece de interioridad, de una sabiduría interior que nos lleve a encontrar la salida. El hombre cuando pierde su dimensión trascendente se pierde así mismo. El hombre que excluye a Dios de su vida se condena así mismo. Dios no condena a nadie porque no excluye a nadie. Simplemente nos pide apertura y confianza. El hombre solo se descubre así mismo y se plenifica desde el encuentro con Dios. El hombre quiera o no debe abandonarse en Dios. Quien rehúsa la entrega a Dios no encuentra sentido a su ser y rehúsa a vivirse en totalidad. La gran tarea del hombre es conocerse como somos conocidos para no permanecer eternamente desconocidos[107].

Este tiempo de crisis nos pide un cambio. Un cambio y conversión de principios y de programas. No valen responder con recetas hechas necesitamos abrirnos al futuro desde una percepción nueva del momento presente que vivimos acogiéndolo como una verdadera oportunidad para desplegar la potencialidad de todo nuestro ser. Para este tiempo fuimos creados[108].  También debemos aprender de la historia y del pasado.

En nuestro tiempo las religiones se han convertido más en una fuente de división que de comunión. Los extremismos radicales fundamentalistas han absorbido la violencia de nuestro tiempo y desarrollado una visión polarizada que dividen la humanidad en una lucha hostil sin tregua. Se recurre al terrorismo inspirado en este fanatismo religioso y se reproduce las guerras e las cruzadas. Es una pena que la religión en los episodios más oscuros de la historia no desvele el modo de resolverlos.  Precisamos encontrar en la religión la fuente de inspiración. Para ello debemos promover el respeto el diálogo y la comprensión mutua. Tenemos que buscar una y otra vez los principios comunes como una fuente de comunión para promover la paz y la unidad en nuestro tiempo presente. Nuestro tiempo parece ser un momento de crisis y esto es cierto, pero al mismo tiempo es una oportunidad para crecer hacia una transformación más profunda. Nuestra gran crisis puede ser al mismo el tiempo de buscar el camino de una gran transformación.

¿Por qué de que surgen movimientos de fundamentalistas y fanáticos? ¿Por qué la pérdida de credibilidad en las instituciones de peremnes? ¿Por qué la pérdida de confianza en las religiones cuando éstas parecen ser una fuente de confrontación en lugar de comunión entre nosotros? Las instituciones religiosas tradicionales y las prácticas que en el pasado fueron tan fuertes hoy aparecen tan débiles e incluso irrelevantes.  Necesitamos enfrentar nuestra realidad para descubrir nuestro verdadero ser para llegar a ser conscientes de lo que nos pasa, despertar una conciencia global y ser capaces de morir a nuestras pretensiones tan vanas para discernir lo que es la voluntad y el llamado de Dios para nuestro tiempo.

Este tiempo de crisis tan profunda es el que más requiere de una más profunda experiencia trascendente. Tenemos que explorar otra manera de vivir la experiencia religiosa. Necesitamos una fe que ilumine con una nueva luz las realidades del mundo que vivimos. Existe la certeza de que en tiempos de mayor crisis de la humanidad en lugar de dar marcha atrás fue la oportunidad de buscar los principios y las bases sólidas donde construir un mundo nuevo.

Este tiempo no es un tiempo de fatalismo sino un tiempo de esperanza. Creemos que esta esperanza no es mero idealismo infantil. Nos enfrentamos a nuestro tiempo como un período de gran temor y dolor, pero estamos llamados a afrontar el sufrimiento que es un hecho ineludible de la vida humana. Sólo admitiendo nuestro propio dolor podemos aprender a empatizar con los demás. Quienes niegan el sufrimiento de la vida y quieren pegar con sus cabezas en el suelo son los falsos profetas.
Nuestro tiempo de crisis es la posibilidad y la oportunidad para una gran transformación. Necesitamos como sucedió en el pasado de que este tiempo suponga un tiempo de catarsis y conversión[109]. En lugar de permitir que nuestro dolor supure y estalle la violencia, la intolerancia y el odio, debemos de hacer el esfuerzo heroico de utilizarla y transformarla de manera positiva para crear la paz y la unidad.

Una gran lección del pasado es que fueron posibles grandes transformaciones después de grandes crisis. Precisamos desarrollaron la ética de la compasión y misericordia en medio de las circunstancias horribles. Los verdaderos profetas no eran utópicos soñadores sino con los pies en la tierra y su corazón en Dios creyendo en su amor compasivo.

Al lado de las figuras oscuras de nuestro tiempo Hitler, Stalin, Saddam Hussein, tenemos grandes profetas de esperanza como Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Maximiliano Kolbe, Dr. Nagai, Madre Teresa, Oscar Romero. Se convirtieron en una gran luz en medio de la oscuridad. Nos muestran la fuerza del poder de Dios trasformando el mal con la fuerza dela amor y mostrando en medio de la noche de esta humanidad que camino hacia el resplandor de un destino glorioso. Ellos fueron capaces de amar a incluso enemigos.


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VIII REFLEXION PERSONAL


              Nada es fortuito, todos estos mensajes están muy vinculados a mis propias memorias.

Toda mi preparación del ministerio sacerdotal la viví bajo el papado de Juan Pablo II que marcará fuertemente mi vocación. Desde su primer discurso ante los jóvenes en el Bernabéu hasta el mensaje a los jóvenes en la vigilia y misa del II WYD en Santiago de Compostela iba marcando mis pasos. Todos nosotros sabemos de las dificultades por las que pasamos La comunidad de Servidores del Evangelio de la Misericordia surge el 27 de Sept del 2002 después del atentado de las torres gemelas. Cuando hicieron las hermanas polacas la renovación de sus promesas fuimos a visitar el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia. Toda nuestra nueva andadura la realizamos en Argentina bajo la guía del cardenal Bergolio el futuro papa Francisco.

Estamos llamados a ser tocados y transformados por la misericordia de Dios.  

El llamado de Jesús es permanente. Dios llama a los pobres, a los pecadores. Ven y confía en mi misericordia inmensa. Los tiempos de crisis y dificultades que vivimos son los tiempos privilegiados para experimentar la inmensidad de su misericordia. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud de la misericordia. La Misericordia será siempre mayor que cualquier pecado. Donde abundó el pecado sobreabundó la Misericordia. Dios responde con la plenitud de la misericordia y nada ni nadie pueden poner límites al amor de Dios[110].

El llamado de Jesús se da siempre en un contexto de misericordia. Fue una mirada llena de misericordia el punto de partida de la vocación de los discípulos. Este llamamiento, va más allá de las apariencias, Jesús no sólo es capaz de perdonar sino de llamar a los pecadores a convertirse en sus seguidores. Jesús miró a Pedro a Mateo y a cada uno de sus discípulos, con un amor misericordioso[111]. He venido no para llamar los justos sino a los pecadores. Él llama a los pecadores por amor, los pecadores que tienen experimentan de su amor misericordioso. 

Este amor misericordioso es el fundamento de nuestra religión. La misericordia es el fundamento mismo de la vida de la Iglesia[112]. Ha llegado el momento de la iglesia poner cimientos sólidos. A pesar de nuestros pecados, nuestras debilidades y luchas a experimentar cuanto grande y profundo es su amor misericordioso. Su amor infinito y eterno es lo que una y otra vez nos levanta, nos restaura y nos permite seguirle y convertirnos en testimonios vivos de su misericordia.

Estamos llamados a cambiar nuestras percepciones

Sólo desde una aceptación de la cruda realidad, pero iluminados por la fe podemos encontrar la alegría perfecta que habla Francisco. Dios se abaja a nuestra debilidad y nos hace pasar a ser testimonios vivos de su gran misericordia, especialmente con los más pequeños, los últimos, los perdidos. Estamos llamados a vivir y a amar movidos por el amor mismo de Jesús. Podemos devolver el amor que hemos experimentado amando a estos pequeños, reconociendo la presencia de Jesús en ellos. Tocados por su compasión, hacernos compasivos hacia los demás. Estamos llamados a amar este mundo esta historia en medio de los tiempos dramáticos que vivimos con serenidad paz y alegría, que la presencia del consolador, El Espíritu de Jesús, derrame el bálsamo de su misericordia[113]. Estamos llamados a estar cerca de los solitarios, los perdidos y los afligidos, llevar con paciencia el sufrimiento de los demás. En este sufrimiento que viven tantos exiliados y torturados de este mundo está Cristo mismo presente[114].

Hemos de dejar que Dios actúe en nuestra pobreza y debilidad.  Incluso cuando parece para ser una gran paradoja que el poder de Dios se revele perfectamente en la debilidad. Que Dios nos bendiga haciéndonos pobres y débiles, que nos permita experimentar nuestra propia pobreza. No debemos tener miedo a descubrir y aceptar nuestra pobreza. Jesús nos pide una actitud de abandono y total confianza en su inmenso amor. Este debe ser nuestro verdadero tesoro. El amor de Jesús, es suficiente. Debemos abandonar el espíritu de poder, de superioridad, espíritu de dominio y posesión si queremos estar cerca de Jesús y reconocerle en los más pobres y pequeños. Debemos vivir con humildad, compartiendo su amor con todos.

No podemos dejarnos llevar por el pesimismo y la desesperanza.

Tenemos la certeza de que Cristo vive, ha resucitado sigue encaminando la Iglesia y al mundo hacia un final feliz. Si nuestra fe y nuestra esperanza no está en la resurrección somos los seres más desgraciados de la tierra.

Él, el Hijo del Padre, murió. Se dejó vencer por la muerte para que esta le sumergiera hasta lo más íntimo del mundo, para que, descendiendo al seno mismo y a la única raíz del mundo, se instaurara en ella para siempre la vida del mundo. En lo más profundo reina Jesucristo y no la esterilidad de la muerte. Jesucristo ha comenzado a transformar el mundo. Jesucristo ha rescatado el mundo para la eternidad. Esta tumba de los muertos (el cuerpo y la tierra) se ha transformado en la casa gloriosa, inmensa del Dios vivo y del alma del Hijo llena de Dios. La resurrección de Jesucristo escomo una primera irrupción de un volcán, que muestra que en el interior del mundo ya arde el fuego de Dios, que lo llevará todo a la bienaventurada incandescencia. Ya se levantan desde el corazón mismo de la tierra en el que penetró muriendo, las nuevas fuerzas de una tierra gloriosa.

Ya están vencidos, en lo más profundo de toda realidad: el pecado, la esterilidad, la muerte; y no falta mucho tiempo para que toda la realidad, y no solo el Cuerpo de Jesucristo, refleje lo que realmente ha sucedido. Porque no comenzó Jesucristo a salvar y glorificar el mundo por toda la superficie, sino por la raíz misma…No se da ya el abismo entre Dios y el mundo. Jesucristo está ya en medio de todas las cosas miserables de esta tierra. La desgracia se ha convertido en algo provisional y en mera prueba de nuestra fe en el más íntimo misterio que es el Resucitado. Él más allá de todo pecado y de la muerte no está lejos, ha descendido y vive en lo más profundo de nuestra carne. Dese entonces, la madre tierra da a luz sólo a hijos que serán transformados. La resurrección de Jesucristo no es fiesta de un acontecimiento pasado, es un principio que ha decidido ya el más remoto futuro; dice que la gloria ha comenzado ya; lo que ha comenzado se está cumpliendo. Todo está en movimiento, nada tiene ya “aquí” lugar permanente. Dios es, tal como es en sí mismo, el punto final de la historia. Dios mismo está viniendo. A Dios refluyen todas las aguas de nuestro cambio; no se funden en el fondo sin fondo de la nada y del sin sentido. El futuro definitivo ha comenzado ya. La glorificación del mundo es una realidad[115].




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BIBLIOGRAFIA BASICA

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[1] Proverbio de una tribu indígena
[2] San Agustín, Confesiones
[3] Pascal, Pensamientos
[4] Dante, Vita nuova
[5] Miguel Unamuno, Pensamientos
[6] Karem Armstrong, Jerusalem: una ciudad y tres religiones
[7] Cf. Sab 14, 1- 11
[8] Fulberto, obispo de Chartres, Poema sobre la Peregrinación a Santiago
[9] ICU, Institute per la Collaborazione Universitaria
[10] Juan Pablo II, World Youth Day, Jornada Mundial de la Juventud WYD
[11] Juan Pablo II, Mensaje de su primer discurso como preparación del WYD a los jóvenes en Roma
[12]  Himno de la Liturgia de las Horas
[13] Antonio Machado, Poesías
[14] Cf. Lc 24
[15] Romano Guardini, en su obra Las edades de la vida sigue el modelo que desarrolla Carl Gustav Jung en su obra The Structure and Dynamics of the Psiche
[16] A este respecto es muy significativa la obra de Karl Wojtyla, La persona en acción
[17] Se trata de simbolizar el día como el de la de la vida que trascurre toda la vida
[18] La vida se vive en camino, en trance de conversión. Se trata de la larga peregrinación hacia al encuentro definitivo con Dios, hacia la Casa Paterna. En este sentido es muy iluminador la obra de José María Cabodevilla titulada El padre del hijo pródigo.
[19] Son muchos los autores que se han detenido a analizar las etapas de la vida. Desde Sigmund Freud hasta Carl Jung continuando por Bernard Lonergan y Romano Guardini hacen un gran aporte en el análisis y aporte de la psicología evolutiva. La vida misma nos hace crecer y madurar a través de sucesivas muertes, conversiones, para entrar a pasar a un nivel más profundo.
[20] Cualquier situación hora y lugar son buenos y aptos para el encuentro con Dios. Hay que saber descubrir cada hora como, la hora de gracia, la situación óptima para escuchar la voz de Dios. Dios nos habla a través de la historia y todos los acontecimientos de la vida y hemos de aprender a reconocerlo, descubrirlo, escucharlo.
[21] Anselm Grum, La mitad de la vida como tarea espiritual. En ella analiza la crisis de los 40-50 años
[22] José Larralde, Poemas sacados de los cantos a la vida. José Larralde es un cantautor contemporáneo latino americano de Buenos Aires.
[23] Bernard Lonergan analiza el modelo de S. Freud. Erick From y H.U. von Balthasar o Wojtyla señalan que la clave del crecimiento de la persona está en la radical apertura a la trascendencia
[24] Romano Guardini en su obra Las edades de la vida lo desarrola: “el hastío hace su aparición, lo que los antiguos llamaban taedium vitae, esa profunda decepción que no obedece a un motivo u ocasió concreto, sino que nos la produce la vida en su conjunto”. Arthur Shopenhauer dirá: “la persona se ve seducida por un engaño reclamo para adentrarse en el terreno desconocido de la vida”. 
[25] Romano Guardini en su obra Las edades de la vida dirá: “la vida de la persona debe estar penetrada de una gran riqueza axiológica. Son estas personas las que alcanzan logros que realmente perduran dado que aplican su actividad en los puntos correctos, actúan en los contextos adecuados y no dependen de los resultados puntuales”.
[26] Romano Guardini, oc , dirá: “la sensación de que constantemente el tiempo se va acabando, el día, la semana, la estación, el año, es cada vez más fuerte. También de que lo que se está haciendo ahora se hizo ayer. Todo esto hace que la vida se encoja, que la vida se deslice cada vez más deprisa”.
[27] Romano Guardini, oc dirá: “lo eterno no está en relación con la vida como bios, sino con la persona. No la suprime en la mera continuación indefinida, sino que la plenifica en su sentido absoluto”.
[28] Romano Guardini , oc dirá: “el hombre ensu ancianidad es el proptotipo del hombre sabio. Se trata de la sabiduría profunda de la vida. La sabiduría es algo distinto de una mente perspicaz o de la destreza práctica para la vida. Es lo que aparece cuando lo absolutu y eterno penetra en la conciencia finita y pasajera y desde esta arroja luz sobre la vida”.
[29] Anselm Grum en su obra La mitad de la vida como tarea espiritual, hace un estudio poniendo los aportes psicológicos de C. G. Jung y los espirituales de Johanes Tauler.
[30] Romano Guardini en su obra Las edades de la vida dice: En la mayoría de edades la etapa más propensa a olvidarse de la muerte. La persona está tan reclamada por las exigencias inmediatas y su fuerza e independencia son tan firmes que la conciencia de la muerte se ve desplazada muy fácilmente.
[31] Se trata de una lucha contra las fuerzas ocultas que no han sido registradas a lo largo de la vida.
[32] El peligro de evasión está latente. Ante el descontento, la inquietud el desasosiego es fácil focalizar el problema en los otros. La falta de aceptar un camino de conversión personal nos hace proyectar el descontento hacia afuera. Fácilmente se cae en toda clase de reformas exteriores. Nos ocupamos de cambios externos o en el vagabundaje en cosas exteriores renunciando al viaje interior. Cf. Anselm Grum, La mitad de la vida como tarea espiritual, p. 10
[33] De nada valen refugiarse en los mitos de Prometeo o Fausto. La neurosis, ansiedad obsesiva que se quiere eludir con la evasión resulta de una falta de confrontación.
[34] Johanes Tauler es un dominico nacido en 1361 discípulo del Maestro Eckart. Pertenece a la corriente mística de centro Europa en su etapa de decadencia. Va a ser leído tanto por Lutero como por San Juan de la Cruz. Su experiencia puede ponerse a la par con los maestros orientales de la India, del Zen y del budismo y sintoísmo japonés.
[35] Carl Gutav Jung se va a detener a explorar lo acontece en cada fase de la vida. Yo voy a utilizar los estudios que desarrollé en el capítulo II del acceso psicológico de mi tesis doctoral donde la vida bajo la dinámica de misterio se vive como proceso dialéctico integrativo.
[36] Carl Gustav Jung, The Structure and Dynamics of the Psiche
[37] Carl Gustav Jung, oc: “The essential feature of the dualistic phase is the widening of the horizon of life, and it is this that is so vigorously resisted… It begins at birth, when the child abandons the narrow confinement of the mother’s body; and from then on it steadily increases until it reaches a climax in the problematical state, when the individual begins to struggle against it”.
[38] Carl Gustav Jung, oc: “the first stage of consciousness, consisting in merely recognizing or “knowing,” is an anarchic or chaotic state”.
[39] Carl Gustav Jung, oc: “The first half of life is characterized by expansion of the personality and adaptation to the outer world”
[40] Lacan, en The paternal metaphore, el Padre interviene “invested by the signifier”. Aplicando un modelo simbólico metalinguístico diferencia tres niveles, el real, el simbólico y el imaginario. Lacan trata de profundizar en la fuerza simbólica del “Big Other” y la importancia de este “Pivotal point”.
[41] Carl Gustav Jung, oc: “We are forced to limit ourselves to the attainable, and to differentiate particular aptitudes in which the socially effective individual discovers his true self…That struggle is for the most part unobserved because it happens in the dark; but when we see how stubbornly childish illusions and assumptions and egoistic habits are still clung to in later years we can gain some idea of the energies that were needed to form them”
[42] Carl Gustav Jung, oc: “The nearer we approach to the middle of life, and the better we have succeeded in entrenching ourselves in our personal attitudes and social positions, the more it appears as if we had discovered the right course and the right ideals and principles of  behaviour”.
[43] Carl Gustav Jung, oc: “We see that in this phase of life—between thirty-five and forty—an important change in the human psyche is in preparation. At first it is not a conscious and striking change; it is rather a matter of indirect signs of a change which seems to take its rise in the unconscious… At the stroke of noon the descent begins. And the descent means the reversal of all the ideals and values that were cherished in the morning. The sun falls into contradiction with itself. It is as though it should draw in its rays instead of emitting them. Light and warmth decline and are at last extinguished”.
[44] Carl Gustav Jung, oc, comenta que la segunda mitad de la vida está caracterizada por una estricción o reducción lo que conlleva una vuelta a la vida interior. Schopenhauer dice también: ‘The first forty years of life furnish the text, while the remaining thirty supply the commentary; without the commentary we are unable to understand aright the true sense and coherence of the text , together with the moral it contains.”
[45] La persona es una máscara, o vive bajo varias máscaras, a través de ellas el individuo se relaciona con el mundo exterior. Las máscaras son los medios de adaptación a la sociedad y la protección de su psique. La persona trata de proteger su salud mental. Una máscara saludable está compuesta de las expectaciones que tiene uno de sí mismo o creadas por los demás. La persona trata de mantener de alguna forma el ideal.
[46] En el evangelio es lo que Jesús propone como la dinámica del grano de trigo. La cultura oriental es lo que los sabios orientales denominan el Ying en oposición con el Yang o los griegos gaia y chaos
[47] La realización del hombre no la encuentra en la autocomplacencia ni en la autorrealización sino en la auto trascendencia. El hombre no puede comprenderse bajo categorías meramente humanas. El proceso de integración de toda la realidad interna y externa no le es posible al hombre sino entrando en la persona de Cristo y en el misterio de la Cruz. (RH 16)
[48] El hombre que quiere comprenderse a fondo así mismo no alcanza su razón de ser a través de medidas meramente humanas. Debe entrar con todo su ser, con su inquietud y su pecaminosidad, con su vida y con su muerte en el misterio de Cristo. Entrar en El con todo su ser para encontrarse plenamente así mismo. (RH 16)
[49] Carl Gutav Jung, oc “So for many people all too much unlived life remains over—sometimes potentialities which they could never have lived with the best of wills, so that they approach the threshold of old age with unsatisfied demands which inevitably turn their glances backward”.
[50] Carl Gustav Jung, oc “In primitive tribes we observe that the old people are almost always the guardians of the mysteries and the laws, and it is in these that the cultural heritage of the tribe is expressed”.
[51] Esto es lo que desrrolla Theilhard de Chardin en el capítulo III de su teoría de la evolución denominado noogénseis y Cristogénesis. Acorde con la ase escriturística de 1Co 15 Cristo es el alpha y la omega, el principio y fin, el final de toda nuestra evolución.
[52] Entonces será el momento final, el día de su manifestación gloriosa, cuando aniquiladas todas las potencias negativas, Cristo entregue el Reino a Dios Padre. El último enemigo a destruir será la muerte. Cristo someterá todo al Padre y así Dios será todo en todos. (1 Co 15, 23- 28)
[53] Carl Gustav Jung, oc “The one hundred and eighty degrees of the arc of life are divisible into four parts. The first quarter, lying to the east, is childhood, that state in which we are a problem for others but are not yet conscious of any problems of our own. Conscious problems fill out the second and third quarters; while in the last, in extreme old age, we descend again into that condition where, regardless of our state of consciousness, we once more become something of a problem for others. Childhood and extreme old age are, of course, utterly different, and yet they have one thing in common: submersion in unconscious psychic happenings”.
[54] Carl Gutav Jung, “But we cannot live the afternoon of life according to the programme of life’s morning; for what was great in the morning will be little at evening, and what in the morning was true will at evening have become a lie”.
[55] Carl Gustav Jung, oc “Whoever carries over into the afternoon the law of the morning, or the natural aim, must pay for it with damage to his soul, just as surely as a growing youth who tries to carry over his childish egoism into adult life must pay for this mistake with social failure. Money-making, social achievement, family and posterity are nothing but plain nature, not culture. Culture lies outside the purpose of nature. Could by any chance culture be the meaning and purpose of the second half of life?”
[56] El hombre desde su nacimiento está llamado a la unión con Dios y solo se vive en la plenitud de la verdad cuando se encuentra y se entrega verdaderamente a El. (Vaticano II, GS 19)
[57] San Agustín, Confesiones
[58]Estoy a la puerta llamando si alguno oye mi voz y me abre entrare en su casa y cenaré en su compañía”. (Rev 3, 20)
[59] Carl Gustav Jung, oc “Life’s cessation, that is, death, can only be accepted as a reasonable goal either when existence is so wretched that we are only too glad for it to end, or when we are convinced that the sun strives to its setting “to illuminate distant races” with the same logical consistency it showed in rising to the zenith”.
[60] Mano trabajadora que desde los humus iniciales convocas al hombre desde la primera Aurora... Ver a Dios en la criatura, a los dos así creando los dos así velando por las cosas. Himno de la Liturgia de las Horas.
[61] La palabra entusiasmo viene del vocablo griego en Theus iasmo, en Dios, llevar a Dios dentro
[62] Jacif el poeta decía: después de todo el Sol nunca le ha dicho a la tierra estás en deuda conmigo.
[63] Lao Tse señala cuatro virtudes esenciales: la veneración y el respeto ante todo ser, la sinceridad, la dulzura y la bondad
[64] Primera encíclica de Juan Pablo II Redemptor Hominis, (RH 16)
[65] Romano Guardini, oc, dice: “Las etapas de nuestra vida podrían ponerse en relación con las edades del hombre en su trayectoria universal. La analogía individual con aquello que en la historia universal. Los inicios de la vida representan los orígenes con lo que veneramos de los mitos de la fundación y en la figura de los antepasados”.
[66] El papa Francisco desde su discurso inagural no cesa de hacer una llamada a salir de la auto rreferencialidad y vivir en salida de nosotros mismos.
[67] Juan Pablo II en su encíclica Evangelium Vitae dice que el origen de es el eclipse de Dios. El drama del hombre contemporáneo es el gran eclipse de Dios que conlleva el eclipse del hombre. Perdiendo el sentido de Dios, se tiende a perder el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida. ¿Cómo se puede hablar de progreso humano cuando la dignidad de la persona humana es traicionada y violada en sus mismas bases, cuando se permite matar al más débil, el aborto, el infanticidio, la eutanasia y se ejerce un poder absoluto e indiscriminado sobre los demás. (EV 20, 21)
[68] El papa Francisco en su reciente exhortación apostólica Gaudete ed exultate en el capítulo II analiza las dos tentaciones, (Francisco, GE 35-62)
[69] El mito de Prometeo
[70] Mircea Eliade, Myths, Dreams and mysteries. The encounter Between Contemporary Faiths and Archaic Realities
[71] Karem Armstrong, Traducido en términos sociales, ashia/rita significa lealtad, verdad y respeto a los ideales que encarna el Varuna, el Guardian del Orden cósmico. Cf. The Great Transformation
[72] Otro ejemplo de esto son los aborígenes de Australia. Cuando los aborígenes van a cazar ellos tratan de comportarse siguiendo el arquetipo del Primer cazador al que sienten totalmente unido a ellos.
[73] Karl Jasper, The Origin and Goal of History.
[74] No cabe duda que existe una semejanza con el relato de la creación que encontramos en el libro del Génesis
[75] Otra semejanza que recuerda el Santo sacrificio de la Eucaristía.
[76] Karem Amstrong, oc, explica como los pacíficos ahuras que habían mantenido su fidelidad a los principios de verdad, justicia, respeto y veneración por la vida se vieron bajo el dominio de Indra.
[77] Karem Amstrong, oc, explica como los crueles guerreros bajo las órdenes del malvado Indra había destruido la paz, la amorosa ley que unía las comunidades. Dónde quedaron los Inmortales y el guardián del orden cósmico, asha?
[78] Sin duda alguna asemeja la venida del Mesías
[79] Este apartado está muy desarrollado en la obra de Karem Amstrong, The Great Transformation.
[80] Este principio de la era Axial se relaciona con lo que Jung considera el factor esencial de la mitad de la vida, el quitarse la máscara debemos morir a las inclinaciones del ego para dar con el verdadero ser, parusha.
[81] De nuevo este principio del Axial Age se puede poner en relación con el cambio y transformación que Jung propone en la crisis de Midle life.
[82] Experiencia de maduración durante el Exilio
[83] Prefiguración del Mesías que había de venir.
[84] Los Cánticos del Siervo compuestos durante el exilio, 550-538 A.C. constituyen el mensaje de consolación y liberación en medio de la ruina. El Siervo, proto Mesías expiará con su ofrenda los pecados del pueblo. Los Cánticos del Siervo se distribuyen en el llamado libro de la Consolación del Segundo Isaias: I Canto: Is 42, 1-4; 5-9. II Canto: Is 49, 1-6. III Canto: Is 50, 4-9; 10-11. IV Canto del Siervo: Is 52,13- 53,12ss
[85] Constituye sin duda la mejor semejanza y profecía del nuevo mesianismo de Cristo.
[86] Este método griego de la dialéctica era como la versión que los hindúes practicaron con el brahmadya.
[87] Su concepción de Dios no fue como el ren de Confucio, movido a la práctica de la virtud. Su concepción más bien nocional, la noción trascendente de la virtud absoluta.
[88] Esta sería la versión griega de la famosa Regla de Oro.
[89] Está considerado como uno de los pivotal moments de la humanidad
[90] Karl Hasper en su obra, The Origin and Goal of History, comenta: “They started to look for the causes of violence in the psyche and penetrated their interior world and began to explore a hitherto undiscovered realm of human experience”
[91] Karen Armstrong, en su obra The Great Transformation dice:  “The Axial sages have an important message for our time of crisis to turn back to this period for guidance. In order to create a new world it is necessary a deep conversion. We must abandon our egotism and greed, our violence and unkindness”.
[92] Esta visión era similar al ideal de Bodhisattva que voluntariamente se anonada y se despoja del nibbana por la salvación de la humanidad.
[93] Evangelio según San Mateo cap. 5.
[94] Esta primitiva disposición pronto se pierde y se entra en una lucha de religiones. Aunque algunos musulmnes son gente pacífica otros denigran tanto el Judaísmo como el Cristianismo. La situación de los grupos radicales y fanáticos del ISIS hace todavía más difícil la convivencia pacífica.
[95] La iglesia quiere mostrarse ante todo madre, benigna paciente llen de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella. Discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, Gaudet Mater Eclesia, 11 oct de 1962.
[96] A través de las sucesivas conferencias de obispos de Asia, FABC
[97] Sin duda los tres grandes profetas de la desesperanza de nuestro tiempo han sido: Marx, Freud y Niestzche.
[98] Sr. Faustina Kowalska, Diary: “No matter if there are times when the work seems to be completly destroyed,it is then that the work is being all the more consolidated”. p.378
[99] Mensaje de Juan Pablo II el 22 de Noviembre, Fiesta de Cristo Rey en el Santuario de la Divina Misericordia en Collevalenza, Italia.
[100] Sr. Faustina Kowalska, Diary, 1044-1049
[101] Mensaje  del Cardenal primado de Polonia, Steken Wyszynsky después de la elección de Juan Pablo II como papa en 1978. El preparó la Iglesia de Polonia para la celebración de los 1000 años de cristianismo.
[102] Carta apostólica Tertio MillenioAdveniente, Nov 1994
[103] En la Capilla Sixtina tras el recuento final donde sale elegido se le acercó el cardenal brasileño Claudio Humes arzobispo emérito de San Pablo y prefecto de la Congregación para el Clero quien se le acercó a besar la mano y decirle: “no te olvides de los pobres”.
[104] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 25
[105] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 19
[106] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 17
[107] Es la constante que se repite a lo largo de los autores que hemos contemplado.
108 Correlacionar con lo que vimos en el primer apartado.
[109] Una de las dificultades más grandes a la hora de dar paso a esa gran transformación que se nos pide según Carl Jung es aceptar nuestra sombra: to accept our darkness. The true self only develop in the way we die to the ego and its restrictions.
[110] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 3
[111] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 8
[112] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 10
[113] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 14
[114] Papa Francisco, Bula del Año de la Misericordia,  mv 15
[115] Karl Rhaner, Escritos de Teología VII, Taurus, Ed Madrid, 1969