LA
DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS
(MES DE JUNIO)
Introducción:
Estamos celebrado en este día la
gran Solemnidad del Corpus Christi y el viernes que viene la Fiesta del Sagrado
Corazón de Jesús. Al igual que el mes de Mayo está dedicado especialmente a
María, el mes de Junio está dedicado al Sagrado Corazón. Ambas devociones la
del Sagrado Corazón de Jesús y la del Inmaculado Corazón de María son centrales
en la espiritualidad de los creyentes.
La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros
tiempos de la Iglesia. La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras
devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Durante el mes de Junio
se dedica a la contemplación del sagrado corazón de Jesús. Después de celebrar
la Pascua y la solemnidad del Corpus Christi la Iglesia celebra y
contempla la fiesta del Sagrado Corazón.
Muchas las devociones que han
surgido a través de la contemplación del Sagrado Corazón de Jesús, los primeros
viernes de mes. Novena, oficio propio, adoración y procesión al Sagrado Corazón de Jesús.
Al Igual que es muy popular la procesión del Corpus también en muchas ciudades
tiene lugar anualmente la procesión del Sagrado Corazón.
En la actualidad es muy extendida la devoción de la Divina Misericordia y las
Coronillas de la Misericordia.
Aún recuerdo en mi más tierna infancia
como mi abuela me inculcaba la oración al Sagrado Corazón de Jesús y de María:
“Sagrado Corazón de Jesús en Vos confio (3 veces). Sagrado Corazón. Dulce
corazón de María sed la salvación mía”. Con ella tome a costumbre de dedicar el
mes de Junio a su devoción y sobre todo de “hacer los primeros viernes de mes”.
EL MES DE JUNIO DEDICADO AL
SAGRADO CORAZON DE JESUS
La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la
finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos
especialmente en estos 30 días.
Se invita a todos los fieles a vivir este mes contemplando el Corazón de Jesús
y a demostrarle a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al
gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por
nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida
eterna.
Vivir en Cristo, amar en Cristo. como Cristo. Que dicte El nuestra forma de pensar y actuar. Debemos vivir recordándolo y
pensando cada vez que actuamos: ¿Qué harías tu Jesús en esta situación, qué querría tu Corazón? Y eso es lo que debemos hacer .
PRIMEROS VIERNES DE MES
La práctica fervorosa de los
primeros viernes de mes, es un don del Sagrado Corazón. La Iglesia ha bendecido
esta piadosa costumbre iniciada con las promesas de Jesucristo a santa
Margarita María de Alacoque, indicando el espíritu de reparación y de
conversión con que hay que vivirla.
"Te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su Amor
omnipotente concederá a todos los que comulguen los nueve primeros viernes de
mes seguidos, la gracia de mi misericordia" (Benedicto XV, en
la bula de canonización de santa Margarita María de Alacoque).
La comunión en estos primeros viernes de mes ha de llevar a una profunda
renovación espiritual, como reparación por los pecados personales y como ayuda para vivir más unido a Cristo, y a
incrementar la entrega al apostolado para la salvación de los hombres.
LAS PROMESAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si un apersona comulgaba
los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concedería lo
siguiente:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi
Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin
haber recibido los Sacramentos.
- EL ORIGEN DE TAL DEVOCIÓN
El origen de tal devoción lo encontramos en la primera
comunidad cristiana reunida en el cenáculo ante la que se presenta Jesús
resucitado mostrándoles su corazón traspasado. Así lo narraba y testificaba el
discípulo amado Juan al pie de la cruz. Traspasaron su costado y de su costado
brotó agua y sangre. Contemplaran su corazón traspasado. La devoción surge de la contemplación, a través del evangelio de
Juan, del costado abierto, del Corazón traspasado de Jesús del que brotó salió sangre y agua.
De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del
Cielo.
El discípulo a
quien Jesús más amaba, el que mejor conocía el Corazón de Jesús, recostado
junto a él (Jn 13,23) fue también el primero en reconocer a Jesús Resucitado a
la orilla del lago de Galilea (Jn 21, 7). Cuanto más cerca uno está del Corazón
de Jesús, más percibe sus alegrías y sus sufrimientos por los hombres de este
mundo y reconoce su presencia hoy como ayer, obrando en el mundo. Cuanto más
cercanos somos al Corazón de Cristo, menos indiferentes somos a lo que nos
rodea, deseando comprometernos con Jesucristo en este mundo, al servicio de su
misión de compasión y misericordia.
La devoción al corazón herido de Jesús se realza en el siglo
XI, cuando los cristianos piadosos meditaban sobre sus cinco llagas.
En aquel tiempo creció entre los fieles las oraciones al Sagrado Corazón, a la
llaga del hombro de Jesús, entre otras devociones privadas. Todas ayudaron a
los cristianos a enfocarse en su Pasión y Muerte, de tal manera que lograran
crecer en el amor hacia Él.
- LA MISTICA DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS
Aunque la devoción a su Corazón permaneció
oculta e ignorada en los diez primeros siglos de la Iglesia, la devoción,
espiritualidad, mística del Sagrado Corazón puede decirse que se intensifica
desde un ámbito monástico por monjes contemplativos.
La devoción al
Corazón Divino de Jesús se insinúa en san Anselmo (1033-1109), en sus
ardientes meditaciones sobre la Pasión de Cristo. Pero es sobre todo san
Bernardo quien contempla en el corazón vulnerado de Cristo, el gran
misterio de la Piedad y de la misericordia divina (magnun illud
pietatis sacramentum), sobre todo en el Sermón 61 sobre
el Cantar de los Cantares.
La devoción al
Sagrado Corazón tuvo una corriente mística centrada en la persona de
Jesucristo, que concebía el corazón como centro vital y expresión de su entrega
y amor total.
En la
mística medieval se contempla el corazón traspasado de Cristo como fuente
que manifiesta la profundidad de su amor. Ejemplo de esta mística lo tenemos en
San Buenaventura y San Bernardo. San Bernardo recoge esta mística
al corazón traspasado de Jesús en varias de sus obras (Opusculum 3, Lignum
vitae, 29-30, Opera Omnia 8, 79)
San
Bernardo entre sus numerosas obras y sermones nos deja ver esta
inmensidad del corazón traspasado de Jesus como fuente inagotable de agua viva
(Sermo 5, opera omnia 4, 188-190; Sermo 61, opera Omnia 2,
150-151)
San
Bernardo en el Sermón 61 sobre el Cantar de los Cantares, las
llagas de Cristo refugio de los pecadores, nos dice: “¿Dónde podrá
encontrar nuestra debilidad un descanso seguro y tranquilo, sino en las llagas
del Salvador? En ellas habito con plena seguridad, porque se que él puede
salvarme. Grita el mundo, me oprime el cuerpo, el diablo me tiende acechanzas;
pero yo no caigo, porque estoy cimentado sobre Roca Firme. Si cometo un gran
pecado me remorderá la conciencia, pero no perderé la paz acordándome de las
llagas del Salvador. Que hay tan mortífero que no haya sido destruido por la
muerte de Cristo. Tengo en la mano un remedio eficaz. No puedo decir mi culpa
es demasiado grande. Yo tomo de las entrañas del Señor lo que me falta, pues
sus entrañas rebosan misericordia entre los huecos por donde fluye.
Agujerearon
sus manos y pies, atravesaron su costado con una lanza y a través de esas
hendiduras pudo libar miel silvestre y aceite de roca del perdenal, puedo
gustar y ver que bueno es el Señor. El clavo penetrante se ha convertido en una
llave para entrar en la fuente de su misericordia. Iremos a través de esta
hendidura. Una lanza atravesó su alma hasta cerca de su corazón. Ya no es
incapaz de compadecerse de nuestras debilidades. Las heridas que recibió su
cuerpo nos descubren los secretos de su corazón; nos permiten contemplar el
gran misterio de piedad y compasión sus entrañables entrañas de misericordia.
No
tenemos otro medio mas claro que tus llagas para comprender, Señor, que tu eres
bueno y clemente, rico en misericordia. Luego mi único mérito es la
misericordia del Señor. No puedo ser pobre en méritos si él es rico en
misericordia. Y si la misericordia del Señor es grande, muchos serán mis
méritos. Si soy consciente de mis pecados y me afligen y compungen donde
proliferó el pecado sobreabundó la gracia. Si la misericordia del Señor dura
por siempre yo también cantaré eternamente las misericordias del Señor”.
- LA MISTICA DEL CORAZON EN SAN
FRANCISCO Y SANTA CATALINA DE SIENA
La devoción al Corazón de Jesús, nacida
en el ámbito monástico, será recogida por el movimiento franciscano en los
siglos XIII y XIV: experimentada por san Francisco en el don de los estigmas. Es recogida por san Antonio de Padua y encontrará su desarrollo en San Buenaventura, y en
las místicas de influencia franciscana.
Todo
el mundo conoce el amor de san Francisco de Asís por Nuestro Señor
Jesucristo. Era tan intenso, tan apasionado este amor, que a veces
explotaba en transportes y movimientos de su corazón, no pudiendo
contener más sus ardores. En su biografía San Buenaventura cuanta como se entreabrió un día su corazón, bajo la acción de un
ardiente Serafín, para dejar escapar sus llamas. Cosa extraña, el santo mantuvo
durante toda su vida, la cicatriz de esta herida misteriosa.
Santa Catalina de Siena tenía costumbre de
dirigir al Cielo esta oración: Cread en mí, Dios mío, un corazón
puro. Un día vio a su divino Esposo venir hacia ella, abrirle el costado
izquierdo, extraerle el corazón: "Hija querida te doy el mío, para
que en adelante sea tu vida."
- LA DIVULGACION DE LA DEVOCION DE
JESUS EN LA EDAD MEDIA
La devoción al Sagrado corazón tuvo una
gran divulgación en el siglo xiii.
San Buenaventura de Fidanza, franciscano y doctor de la Iglesia, fue
un gran devoto del Sagrado Corazón de Jesús. Otro devoto fue el dominico y doctor de la Iglesia San Alberto Magno. Esta devoción fue divulgada por
las monjas cistercienses alemanas Santa Matilde de Hackeborn y Santa Gertrudis de Helfta y estuvo presente en la
espiritualidad de la terciaria franciscana Santa Ángela de Foligno.
En el siglo xiv, fueron grandes devotos del Sagrado Corazón la dominica
y doctora de la Iglesia Santa Catalina de Siena y el dominico beato Enrique Suso.
En el siglo xvi,
el Sagrado Corazón estuvo presente en la espiritualidad del teólogo
jesuita neerlandés San Pedro Canisio. Sin embargo, no fue
hasta 1670 que el sacerdote francés P. Jean Eudes celebró la primera
fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
San Juan Eudes fue
un gran devoto del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Es el autor del primer
oficio litúrgico en honor del Sagrado Corazón de Jesús, cuya fiesta solemne se
celebró por primera vez, con el beneplácito de muchos obispos franceses, el 20
de octubre de 1672. En 1681 se publicó su obra titulada «La devoción al
Sagrado Corazón de Jesús».
Francisco de Sales (siglos
XVI-XVII) también fue devoto del Sagrado Corazón y la Orden de la Visitación,
que fundó en 1625, se hizo también para propagar esta devoción. El escudo de la
orden es el Sagrado Corazón de Jesús con dos flechas.
Casi al mismo tiempo, una religiosa conocida por su piedad, Sor Margarita María Alacoque, empezó a informar que tenía visiones de Jesús. Éste se le aparecía con frecuencia y, en diciembre de 1673, le permitió como había permitido una vez a Santa Gertrudis, descansar su cabeza sobre su corazón. A partir del 27 de diciembre de 1673 tuvo una serie de revelaciones de Jesús para promover esta devoción. El jesuita beato Claude la Colombiere le ayudó a difundirla.
- EL ZENIT DEL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
5.1 SANTA GERTRUDIS
Santa
Gertrudis (1256-1302) ha
pasado a la historia de la espiritualidad, como la santa de la Humanidad de
Cristo, ya que su experiencia mística y su doctrina se centran en el Misterio
de la Encarnación del Hijo de Dios: en el Verbo Encarnado por nuestra
salvación, se manifiesta el gran misterio del amor de Dios para con el Hombre,
su condescendencia divina, su misericordia. De este núcleo parten todas las
actitudes doctrinales, espirituales y místicas de santa Gertrudis.
El fin principal de sus escritos es revelar este
infinito misterio de amor: el Misterium
Pietatis. Su libro, titulado Legatus
Divinae Pietatis (El Heraldo de
la Misericordia Divina), es un mensajero, un juglar, un trovador,
encargado de pregonar a lo largo del mundo y de los tiempos, el misterio de
amor por el cual Dios llama al ser humano a la unión consigo en Jesucristo.
El Corazón de Cristo es, para santa Gertrudis, una
de las expresiones más elocuentes y ardientes del Misterium
pietatis. Las revelaciones del Corazón de Jesús ocupan un lugar
central en su obra y concentran muchos aspectos de su doctrina y
espiritualidad. Gertrudis encuentra la fuente de esta devoción en el relato de
la transfixión de Jesús en su Pasión. De ahí que, si bien ella no tuvo la
misión que compete a santa Margarita María de Alacoque de establecer el culto
litúrgico al Sagrado Corazón, se la considera precursora de esta devoción.
El corazón, para los medievales,
es el centro y el símbolo de todo el ser, por eso la teología y la piedad de
Gertrudis hacia el Corazón de Jesús, se dirigen a la persona entera del Verbo
Encarando. Su piedad no es dolorista, sino llena de una serena confianza en la
victoria de Cristo resucitado, y en la capacidad del hombre para responder a su
amor y entrar en comunión con El. No acentúa tanto la dimensión del sufrimiento
de la pasión, sino más bien, su eficacia redentora; ni aparece en ella el
aspecto de reparación que caracterizará la devoción al Sagrado Corazón en los
siglos sucesivos, cuyo fin especial es la expiación de las ofensas contra la
divina Bondad en el Sacramento del amor. Gertrudis acentúa más bien la
dimensión del don gratuito del amor de Cristo a cada creyente y la manera de
corresponder a ese amor. El último gesto de amor de Jesús es haber querido que
el golpe de lanza abriera la entrada de nuestro amor hasta El. La doctrina de
la suppletio, tan característica de Gertrudis se ubica en esta
línea de correspondencia a la gracia.
Esta espiritualidad centrada en la humanidad de Cristo sería luego recogida por la gran mística Santa Teresa y por Santa Margarita María de Alacoque.
5.2 SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
Fue Jesús mismo quien, en el S.
XVII, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa,
que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su
Sacratísimo Corazón. La devoción al sagrado Corazón se
divulga a través de las revelaciones a santa Margarita María de Alacoque
en el siglo XVII. A través de la santa se institucionaliza el culto posterior
al Sagrado Corazón en el siglo XIX, con su inscripción en una dinámica
apostólica con el Apostolado de la Oración.
Santa
Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden
de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial
por ella. Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba
a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los
hombres se alejaran de Él por el pecado.
La
santa Margarita tuvo una visión final en la que, a través de María, el Señor
confiaba a las Hermanas de la Visitación y a los Padres de la Compañía de Jesús
la tarea de transmitir a todos la experiencia y la comprensión del misterio del
Sagrado Corazón. Doscientos años más tarde, la Compañía de Jesús aceptó
oficialmente esta “misión agradable" (munus suavissimum), por el
Decreto 46 de la 23ª Congregación General (1883), y la confió al Apostolado de
la Oración.
Durante estas visitas a su alma,
Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y,
sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con
nuestros pecados. El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él
quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro
amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente
consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
- LA DEVOCION DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS EN EL S. XIX
El 16 de junio de 1875 se honró la solicitud de construir un edificio dedicado al Sagrado Corazón, que indicó Margarita María Alacoque. El arzobispo de París puso la primera piedra de la Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre concebida como el Voto Nacional por la ley del 24 de julio de 1873.
Desde 1861, el
P. Henri Ramière SJ, director del Apostolado de la Oración, había iniciado
la publicación del “Mensajero del Corazón de Jesús” y animaba una red de más de
13 millones de miembros. Este Apostolado, iniciado por los jesuitas, hoy
conocido como Red Mundial de Oración del Papa, inscribe su misión en la
dinámica del Corazón de Jesús, en una perspectiva de disponibilidad apostólica.
A finales del siglo xix el
padre Mateo Crawley-Boevey, de la Congregación de los Sagrados Corazones, ideó un
movimiento de regeneración de las familias y de la sociedad a través de una
cruzada moral, y para ello fundó la Obra de la Entronización del Sagrado
Corazón en los Hogares en Chile. Posteriormente,
abogó por esto en escuelas, colegios, fábricas, hospitales, oficinas públicas y
privadas, incluso en las imprentas. Los obispos de Chile publicaron en abril de
1913 una carta pastoral colectiva recomendando la entronización y pidieron
a Pío X que
enriqueciera con indulgencias especiales dicha práctica. Pío X concedió esto a
Chile y Benedicto
XV extendió estas indulgencias a todo el mundo.
La Beata María del Divino Corazón pidió al papa León XIII que consagrara todo el mundo al
Sagrado Corazón de Jesús, lo que el pontífice hizo en 1899.
- LA DEVOCION DEL
SAGRADO CORAZON EN EL S. XX
El P. Pedro Arrupe SJ veía la esencia de la devoción al Corazón de Cristo en la unidad del amor a Dios y al prójimo, y es lo que deseaba vivir: “nuestro modo de proceder es el modo de proceder tuyo.”
El P. Adolfo Nicolás SJ impulsó el proceso de recreación de este servicio eclesial en 2009, que condujo a una profundización de la tradición espiritual del Apostolado de la Oración y a una actualización de la devoción al Corazón de Jesús para hoy. La Red Mundial de Oración del Papa tiene una manera propia de entrar en la dinámica del Corazón de Jesús que llama “El Camino del Corazón”. Como dijo el Papa Francisco en ocasión del 175 aniversario del movimiento, es el fundamento de su misión, una misión de compasión por el mundo.
El capuchino italiano San Pío de Pietrelcina rezaba una oración en la que se
mencionaba a los Sagrados Corazones.
A principios del S. XX con santa Faustina Kowalska hubo un despertar muy fuerte de nuevo a la devoción del Sagrado Corazón de Jesús como fuente de la Divina Misericordia. Ella promueve la devoción a Jesús fuente de la divina misericordia con el rezo de las coronillas de la misericordia.
El Papa Pío XII llegó a escribir una Encíclica sobre el Sagrado Corazón, Haurietes aquas (1956). A lo largo de la historia ha habido diversas inculturaciones de esta devoción, con diversas formas y lenguajes, pero siempre para que el Padre nos revelara en toda su profundidad el misterio de su Amor a través de un símbolo privilegiado: el corazón vivo de su Hijo resucitado. Pues “el Corazón de Cristo, es el centro de la misericordia”.
Juan Pablo II beatifica y canoniza a
Santa Faustina y establece la fiesta del Domingo de la Divina Misericordia el
segundo Domingo de Pascua. Su muerte acontece precisamente en la víspera de
esta fiesta.
El
papa Francisco dijo en la Festividad del Sagrado Corazón de
2014:
“Este amor, esta
fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no vino a
conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino que
vino a ofrecer amor con mansedumbre y humildad. Así se definió a sí mismo: «Aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón» (Mt 11, 29). Y el sentido de la
fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que celebramos hoy, es que descubramos
cada vez más y nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de
Cristo, revelación de la misericordia del Padre. Podemos experimentar y gustar
la ternura de este amor en cada estación de la vida: en el tiempo de la alegría
y en el de la tristeza, en el tiempo de la salud y en el de la enfermedad y la
dificultad. La fidelidad de Dios nos enseña a acoger la vida como
acontecimiento de su amor y nos permite testimoniar este amor a los hermanos
mediante un servicio humilde y manso.
- PROPAGACIÓN DE
LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN EN ESPAÑA
A través de los jesuitas, el culto y devoción al Sagrado Corazón
llega a España y través del Descubrimiento desde España a toda América y Asia a través de Filipinas.
Con la llegada de Felipe V de España, ésta se ve reafirmada por la
carta que escribe a Benedicto XIII en 1727, pidiendo
Misa y Oficio propio del Sagrado Corazón de Jesús, para todos sus Reinos y
Dominios.
En 1733 el beato Bernardo de Hoyos, jesuita, estaba
estudiando Teología en el Colegio de San Ambrosio de
Valladolid (actual Santuario Nacional de la Gran Promesa), de la Compañía de
Jesús. En abril de aquel año recibió una carta del jesuita Agustín de
Cardaveraz, para que Hoyos le tradujese, para un sermón que tenía que predicar,
un texto que había escrito el jesuita José Gallifet sobre la institución de la
fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, incluido en la obra De cultu
Sacrosanti Cordes Dei ac Domini Nostri Christi.
Tras conocer esta obra, creyó que debía contribuir todo lo que
pudiese a la difusión de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús en España.
El 4 de mayo tuvo una aparición de Jesús, el cual le dijo que le había escogido
para difundir la devoción del Sagrado Corazón en España. Esta incluyó una
frase que pasó a ser conocida como la Gran Promesa: "Reinaré en España y
con más veneración que en otras partes". Le pidió información sobre esta
devoción a su director espiritual, Juan de Loyola, que escribió para esto la
obra «Tesoro escondido en el Sacratísimo Corazón de Jesús».
Este libro se publicó en 1734. Esta publicación fue financiada
por el arzobispo de Burgos y se enviaron algunos ejemplares a la Casa Real.
Bernardo de Hoyos y Juan de Loyola enviaron este libro a importantes centros
religiosos y conventos de España. Celebraron la primera novena al Sagrado
Corazón en España en 1735, en la Congregación del Colegio de San Ambrosio.
Bernardo de Hoyos divulgó estampas del Sagrado Corazón y consiguió que se
publicasen en España.
En el siglo xx se construyó el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón en Barcelona. En Madrid se construyó el Cerro de los Ángeles dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.
La consagración oficial de España al Sagrado Corazón fue
realizada en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península ibérica, el 30 de
mayo de 1919, día de Fernando III el Santo. Se presentó un público de
30 000 personas. El nuncio Francesco Ragonesi bendijo el Monumento al Sagrado Corazón construido en este
lugar. La construcción había comenzado el 30 de junio de 1916 y, en agosto, el
papa Benedicto XV había otorgado indulgencias a los que participasen en la
construcción. En la consagración de 1919 el arzobispo de
Madrid, Prudencio Melo, presidió la Santa Misa y se leyó un telegrama del papa
Benedicto XV. Alfonso XIII dijo:
“Corazón de Jesús Sacramentado,
Corazón del Dios Hombre, Redentor del Mundo, Rey de Reyes y Señor de los que
dominan, España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy
reverente ante este trono de tus bondades que para Ti se alza en el centro de
la península. Todas las razas que la habitan, todas las regiones que la
integran, han constituido en la sucesión de los siglos y a través de comunes
azares y mutuas lealtades esta gran patria española, fuerte y constante en el
amor a la Religión y en su adhesión a la Monarquía.
Sintiendo la tradición católica de la realeza española y
continuando gozosos la historia de su fe y de su devoción a Vuestra Divina
Persona, confesamos que Vos vinisteis a la tierra a establecer el reino de Dios
en la paz de las almas, redimidas por Vuestra Sangre y en la dicha de los
pueblos que se rijan por vuestra Santa Ley; reconocemos que tenéis por blasón
de Vuestra Divinidad conceder participación de Vuestro Poder a los Príncipes de
la tierra y que de Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas, en
cuyo cumplimiento estriba el imperio del orden y de la paz.
Vos sois el camino seguro que conduce a la posesión de la vida
eterna: luz inextinguible que alumbra los entendimientos para que conozcan la
verdad y principio propulsor de toda vida y de todo legítimo progreso social,
afianzándose en Vos y en el poderío y suavidad de vuestra gracia, todas las
virtudes y heroísmos que elevan y hermosean el alma.
Venga, pues, a nosotros tu Santísimo Reino, que es Reino de
justicia y de amor. Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los
hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la Ciencia y de las
Letras, y en nuestras leyes e instituciones patrias.
Gracias, Señor, por habernos librado misericordiosamente de la
común desgracia de la guerra, que tantos pueblos ha desangrado; continuad con
nosotros la obra de vuestra amorosa providencia.
Desde estas alturas que para Vos hemos escogido, como símbolo
del deseo que nos anima de que presidáis todas nuestras empresas, bendecid a
los pobres, a los obreros, a los proletarios todos para que en la pacífica
armonía de todas las clases sociales, encuentren justicia y caridad que haga
más suave su vida, más llevadero su trabajo.
Bendecidnos a todos los que aquí reunidos en la cordialidad de unos
mismos santos amores de la Religión y de la Patria, queremos consagraros
nuestra vida, pidiéndoos como premio de ella el morir en la seguridad de
Vuestro Amor y en el regalado seno de Vuestro Corazón Adorable. Así sea”.
Uno de los asistentes a la consagración fue el obispo san Manuel González. Fue un gran devoto del Sagrado
Corazón y escribió sobre la presencia del Corazón de Jesús en el sagrario.
Desde finales del siglo xix y,
sobre todo, tras la consagración de España en 1919, se popularizó en España
poner en el exterior de las casas placas dedicadas al Sagrado Corazón. Estas
van acompañadas de diversos lemas, relacionados con la bendición de las casas o
con su reinado en las casas. Una de las frases más populares es "El
Sagrado Corazón de Jesús reina en esta casa".
La consagración fue renovada en el mismo lugar el 30 de mayo de
1969. El 30 de junio de 2019 se renovó la consagración en el monumento del
Cerro de los Ángeles por el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en presencia de numerosos
obispos, entre los que se encontraban el arzobispo de Toledo y primado de
España y el nuncio.
Además de la edición española de «El Mensajero» (1866), se
crearon otras revistas que difundieron esta devoción: «El Corazón de Jesús en
el Tibidabo» fue fundada en 1906; entre 1961 y 1987 se publicó la revista
«Tibidabo», oficial del Templo Nacional Expiatorio del Tibidabo; «Reinado
Social del Sagrado Corazón: revista mensual e ilustrada dirigida por los Padres
de los Sagrados Corazones» fue fundada en 1917 y editada hasta la Guerra Civil;
y entre 1937 y los años 70 se publicó «Reinaré en España», oficial del
Santuario Nacional de la Gran Promesa en Valladolid.
A la vez que la devoción al Sagrado Corazón se extendía por España, por mediación de los jesuitas y apoyados por la carta del Felipe V de España al papa, la devoción se propagó por América y Asia a través de las Filipinas.
Vamos ahora a poner un testimonio de como ha calado y la huella que ha dejado la devoción al Sagrado corazón más allá de nuestras fronteras en las tierras remotas del lejano oriente incluso en países donde los cristianos no son mayoría. Se trata de un leprosario en Corea del Sur.
- EL CENTRO DE COREA DEL SUR DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN
9.1 LA LEPRA Y LOS LEPROSOS
ESTIGMATIZADOS
La lepra ha sido considerada durante mucho tiempo como una lacra de la humanidad, como un mal incurable, abominable. Los contagiados de lepra eran excluidos de la comunidad y relegados a vivir en la exclusión. Los llamaban “parias”, “intocables”. No solo experimentaban el rechazo de los hombres sino el rechazado y abandono de Dios. La lepra era un castigo de Dios por su mala vida, por sus pecados. Se vivían como condenados sin perdón de Dios.
Jesús en el evangelio se presenta como quien se compadece de ellos, acude a ellos, los toca, los cura, los salva. Los leprosos curados conocen la alegría del Evangelio y son integrados de nuevo en la comunidad. Jesús es el enviado por Dios para curar y quitar el pecado del mundo.
Hoy sigue habiendo una enfermedad crónica más perversa que la “lepra”: “El pecado” que como un virus destruye la comunión con Dios y los hermanos y nos hace vivir esclavos alienados, separados de Dios.
Cristo murió como un “leproso” para curar nuestra “lepra”. “Despreciado deshecho de los hombres como uno ante el que volvemos el rostro. Lo tuvimos como condenado por Dios pero era nuestros pecados los que El llevaba” (Is 53, 3ss)
Hoy en nuestros días según la Organización Mundial de la Salud, la lepra es una enfermedad curable, es una enfermedad crónica.
El doctor noruego Gerhard Henrick Armauer Hansen investigó y descubrió cual era la causa de la lepra. La lepra está causada por un bacilo de multiplicación lenta: Mycobacterium leprae. El bacilo se multiplica muy despacio y el periodo de incubación de la enfermedad es de unos cinco años.
Los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer. La enfermedad afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos.
Aunque no es muy contagiosa, la lepra se transmite por gotículas nasales y orales cuando hay un contacto estrecho y frecuente con enfermos no tratados.
El diagnóstico temprano y el tratamiento con multimedicamentos siguen siendo los elementos fundamentales para lograr la eliminación de la enfermedad como problema de salud pública.
Si
no se trata, la lepra puede causar lesiones progresivas y permanentes en la
piel, los nervios, las extremidades y los ojos. Según las cifras oficiales
procedentes de 115 países, la prevalencia registrada de la lepra a finales de
2012 era de 189.018 casos, y ese mismo año se notificaron aproximadamente
232.857 nuevos casos.
9.2 PASAR DE LA ESTIGMATIZACION A LA CURACION
Gerhard Henrick Armauer Hansen fue un médico noruego que es conocido como el descubridor en 1873 de que el Mycobacterium leprae era el agente causante de la lepra o "mal de Hansen".
La lepra era reconocida como largamente hereditaria o también se hablaba de un origen en las miasmas. Hansen concluye con la base de estudios epidemiológicos que la lepra era una específica enfermedad con una causa específica. En 1870-71 Hansen viaja a Bonn y a Viena para entrenarse en técnicas de cultivo bioquímico de manera de probar su hipótesis. En 1873, puede anunciar el descubrimiento de Mycobacterium leprae en tejidos de todos los afectados, aunque no la identifica como bacteria, y recibe muy poco apoyo.
En 1879, le envía muestras de tejido a Albert Neisser quien exitosamente aísla la bacteria y anuncia su descubrimiento en 1880, reclamando el haber encontrado el organismo causante de la enfermedad. Hubo conflicto entre Neisser y Hansen, Hansen como descubridor del germen baciloso y Neisser al identificar el agente etiológico.
Más
tarde Hansen intenta infectar al menos a una paciente mujer sin su
consentimiento y aunque no produjo daño, todo terminó en la corte y Hansen
pierde su puesto en el hospital.
Hansen
permaneció como médico del leprosario de Noruega. Y fue responsable de hacer
declinar a la lepra en Noruega de 1800 casos en 1875 a 575 casos en 1901. Su distinguida obra es reconocida por el
"International Leprosy Congress" llevado a cabo en Bergen en 1909.
Hansen
sufría de sífilis desde
los 1860s, pero
fallece de un ataque
cardiaco.
9.3 EL ANTIGUO LEPROSARIO, LA COLONIA DE LEPROSOS DE SOROK
En un lugar a ubicado 280 km al sur de Seúl, en la provincia nororiental de Gyeongsang del Sur durante décadas los leprosos estuvieron relegados a vivir en un centro de confinamiento como un “verdadero infierno”, la colonia de leprosos de Sorok.
Pacientes como Kang Sung Bong lo recuerdan como "un infierno en la tierra". Un enclave donde los doctores japoneses guardaban cabezas, órganos humanos y fetos en recipientes de alcohol, según relató a un diario local otro superviviente de ese lugar, Nam Sang-chul. “Eran los despojos de los experimentos que habían realizado con los pacientes”, añadió.
Fueron las fuerzas niponas que ocuparon Corea entre 1910 y 1945 las que dictaron la política de confinamiento de los infectados. Fueron las fuerzas niponas que ocuparon Corea entre 1910 y 1945 las que dictaron la política de confinamiento de los infectados y quienes organizaron en 1916 la colonia de leprosos de Sorok, que llegaría a albergar a 6.000 personas y sería la imagen más simbólica y triste de las salvajadas que tuvieron que sufrir los infectados con esta dolencia.
La comunidad de leprosos fue estigmatizada y perseguida durante décadas. Se trataba de un lugar aislado como una isla con el único acceso con grandes barcazas.
Nam Sang-chul fue testigo de “la terrible razzia” que
protagonizaron los asistentes coreanos en el centro de reclusión en agosto de
1945. Decenas fueron abatidos a tiros y
sus cadáveres incinerados en una fosa común tras una disputa entre los
pacientes y los empleados del complejo. "Alguna de las
víctimas fueron enterradas y quemadas mientras todavía respiraban",
relató el residente de Sorok.
9.4 EL SANATORIO DEL SAGRADO CORAZON EN SEONGSINGWON
La imagen actual del enclave situado junto al río Gyeongho, hoy salpicado de jardines, modernos edificios y aparcamientos, dista mucho de la que fue el antiguo leprosario. El sanatorio del Sagrado Corazón en Seongsingwon es ahora un lugar de sanación, alivio y retiro.
Cuando el padre franciscano Luis Uribe visitó el poblado por primera vez en 1977 Encontró un poblado habitado por leprosos en pésimas condiciones. "Entonces esto era un villorrio lleno de cerdos, vacas y moscas. ¡Había una peste! Era un ambiente muy distinto al de ahora”
Ahora el centro de Seongsingwon alberga un
sanatorio con toda clase de recursos modernos, con rutas
asfaltadas y espacios ajardinados. La imagen actual del enclave situado
junto al río Gyeongho está salpicado de jardines, modernos edificios pero guarda el antiguo poblado de los leprosos. Junto al sanatorio reside una comunidad franciscana. Junto a la
iglesia dedicada al Sagrado corazón los franciscanos han edificado una Iglesia
y un pequeño cementerio en la ladera del monte Chiri. Todavía queda un
remanente de la villa de leprosos con cerca de 155 residentes.
9.5 UN MAUSOLEO TESTIGOS DE LOS ORIGENES
Los visitantes que acuden hoy al islote situado al sur de la península de Corea pueden recordar aquella trágica fecha al contemplar “el mausoleo” dedicado a los 84 enfermos que fueron asesinados. También pueden intuir la crueldad que se convirtió en norma prevalente del enclave al observar “la sala de esterilización” que han conservado a modo de recordatorio los leprosos que siguen instalados en la isla.
“La esterilización de los portadores de esta dolencia” fue una práctica que introdujo la ocupación japonesa en 1937, se interrumpió brevemente tras concluir ese periodo en 1945 pero se reactivó tres años más tarde, cuando se estableció la República de Corea del Sur. La sociedad de Psicología de Japón había abogado ya en 1927 por la "castración" de los leprosos al considerar que era "un atajo" para erradicar esta dolencia.
Sorok era, en definitiva, una especie de “Alcatraz para enfermos”, donde los empleados solían apalear a los leprosos y los usaban para realizar trabajos forzados, casi como esclavos. Algunos intentaron huir para morir ahogados en las aguas del entorno.
“La brutalidad de Sorok” no fue un hecho aislado. Tras la independencia, Corea del Sur decidió replicar los abusos liderados por las fuerzas japonesas contra los leprosos. “La organización Idea”, dedicada a la defensa de estos enfermos, estima que tan sólo entre 1945 y 1957 más de 300 leprosos murieron en homicidios protagonizados por trabajadores de hospitales, policías, soldados y civiles en casi una docena de incidentes. El trabajo obligado, la separación de los niños nacidos de padres con lepra de Hansen y la absoluta exclusión se reprodujeron durante décadas. La reclusión obligatoria sólo se abolió oficialmente en 1963 aunque siguió practicándose durante muchos años más.
"Eran como los esclavos de Egipto. Les torturaban, les obligaban a trabajar gratis. No sólo les marginaba el estado sino toda la sociedad. Las propias familias les echaban de sus casas", relata el Padre francisca Luis Uribe. Tras instalarse definitivamente en Seongsingwon en 1980, El padre franciscano Luis Uribe tuvo que lidiar al mismo tiempo con las dolencias de sus vecinos y ese estigma. Aunque Seongsingwon nunca asistió a los excesos que se registraron en otras colonias de leprosos del país.
El padre Luis recuerda cómo los restaurantes de las ciudades del entorno les prohibían el acceso o cómo antes de que se construyera el puente que les permitía atravesar el Gyeongho, los comerciantes les enviaban la comida a través de la barca que servía para cruzar el curso fluvial, sin atreverse a entrar en la comunidad.
Su paseo le ha llevado frente a los tres túmulos de cascotes que han construido los vecinos del lugar a la usanza de las pagodas budistas locales. Lo han denominado la "Torre de piedra de los deseos". "Todos los pobladores han traído piedras del río para construir estas pagodas que están dedicadas a la bravura y dedicación de un asentamiento que da esperanza a los visitantes", se lee en la inscripción que han colocado junto a ellas.
En una vivienda cerca reside Sung Jung Song. Llegó aquí en 1964, mucho antes que el padre Uribe. Cuando le diagnosticaron la infección, su familia le echó de la vivienda. "Tuvimos que enfrentar muchos prejuicios, principalmente por desconocimiento. Pero finalmente el gobierno aceptó que muchos fueron usados como esclavos", explica sentado junto al padre Uribe.
Tras años de disputa legal, en 2015 un tribunal local reconoció el derecho de más de 130 enfermos de lepra a recibir una indemnización de 40 millones de won (unos 32.000 euros) cada uno al haber sido víctimas de “la campaña de abortos y castraciones forzadas”.
"El Gobierno es responsable de compensar los daños que sufrieron estos individuos. Infringió sus derechos como ciudadanos a no sufrir daños corporales y el derecho a vivir de sus fetos", reconoció el juez que dictó la sentencia, considerada un hecho histórico en los esfuerzos por acabar con el ostracismo de esta comunidad. Para Park Yeong-rim, miembro de la organización “Abogados por los Derechos Humanos de los Pacientes de Hansen” (la denominación local que se otorga ahora a estos enfermos), el dictamen jurídico "fue un primer paso para restaurar su dignidad".
Surnamed Yang fue una de las víctimas de estas prácticas.
A su primera hija se la arrebataron y la enviaron a un orfanato -los centros
sanitarios prohibían quedarse embarazadas a estas enfermas- y cuando volvió a
concebir la obligaron a
interrumpir el estado de gravidez
clavándole "agujas en el vientre" al tiempo que la regañaban por no haber
seguido sus consignas. "Lloraba y me sentía avergonzada como si fuera una
bestia", refirió. "Sólo queremos que se reconozca nuestro
sufrimiento", admite Sung Jung Song.
9.6 UNA COMUNIDAD SAMARITANA
Una comunidad franciscana vino a hacerse cargo de la colonia de leprosos de Sorok. En 1980 se puso al frente de Sungsimwon y durante décadas acogió a personas afectadas por la lepra, una enfermedad estigmatizada durante mucho tiempo en Corea del Sur, y que se ha convertido para ellos en su “hogar de retiro”.
El leprosario fue fundado por los franciscanos italianos en 1959, llegados a Corea en 1957 expulsados de China por Mao. Se habían encontrado en esta región que les tocó de apostolado misionero con varios pueblitos de enfermos de lepra. Ellos mismos pidieron a los frailes que les hicieran vivir en una leprosería. Los bienhechores italianos les ayudaron en todo. Y se formo “un bonito pueblo” en las laderas de una de las montañas más grandes en la zona sur de Corea del Sur, a una hora del mar. “Tenemos un grupo de empleados con los estudios apropiados. También ellos y ellas son gente joven, y no todos son cristianos".
El padre Luis Uribe actúa como párroco de esa "cuasi-parroquia, como se dice canónicamente hablando", le "toca" actuar como tal y "vivir la atención normal de una feligresía": "Que en verdad para mí es una familia a la que visito diariamente”.
“Las
parroquias están en las ciudades y en pueblos que sean el centro de un
territorio rural. De esos centros parroquiales se llega al campo mediante
pequeñas capillas o estaciones misioneras atendidas por el párroco y
religiosas”, añade.
De todos modos la Iglesia aquí en Corea es bien reconocida por su labor de justicia social. Su empeño en defensa de los pobres y de cuantos social, laboral y políticamente sufrieron violencia en los tiempos ya pasados del sistema dictatorial atrajo a mucha gente a la Iglesia y aumentaron los bautismos. “También hoy día es la que más crece de número entre las diversas religiones del país”, explica.
El padre Luis Uribe no es el único fraile
que está en esa comunidad surcoreana. "Ahora somos de fraternidad nueve
frailes, de ellos tres sacerdotes, todos coreanos". Además, tienen el
apoyo de una comunidad de cinco monjas Franciscanas Misioneras de María,
"las Blancas como se les llamaba en España".
9.7 UN BUEN SAMARITANO
El franciscano vasco Luis Uribe dice: "Cuando yo vine destinado a esta leprosería vivían aquí unos 500 enfermos. El padre Luis Uribe conoce tanto a los que todavía viven como a los que fallecieron. De hecho, él fue quien enterró a la mayoría. "A 530", estima cuando se acerca. Una serie de nichos colocados en hileras en torno a una estatua de la virgen María con Jesucristo en su regazo. "Lo bueno de todo esto es que tengo a muchos amigos ya en el cielo", pero durante décadas allí no hubo nada que festejar. Pacientes como Kang Sung Bong lo recuerdan como "un infierno en la tierra".
El religioso pese a sus 81 años mantiene una vitalidad extraordinaria. El religioso ha cuidado a los pacientes coreanos como si fueran sus hermanos y hermanas. Cuando llegaban al final de su agonía en la tierra, era él quien los enviaba al cielo. Cuando exhalaban su último aliento, era él quien lavaba sus cuerpos retorcidos y descompuestos, y los vestía con ropa nueva" Algunos cuerpos quedaban rígidos y resultaba muy complicado ataviarles con sus mejores ropas, siguiendo la tradición local. "Les decía, hermano, ahora tienes que relajarte, que te vamos a vestir. Tenía que mover con fuerza los brazos para ponerle la camisa y me daba apuro. Pensaba que le estaba haciendo daño. Hablaba con ellos mientras les lavaba el cuerpo con alcohol y yodo, y después les peinaba", asegura. Según él, mientras seguían en este mundo, sus propias vestimentas les permitían esconder el daño que había sufrido su cuerpo a causa de la enfermedad.
"Cuando los veías desnudos te dabas cuenta de que estaban
repletos de llagas y úlceras. "¿Qué tal, Estéfano?", clama al tiempo
que acaricia la cabeza del anciano que apenas puede responder. Los que sí lo
hacen le llaman por su nombre local: Yu Ui-bae. El mismo
que aparece marcado en piedra en el pequeño jardín que le dedicaron al cumplir
los 70 años. Estéfano y su esposa Ágata forman parte de los 80 abuelos que
moran en el asilo. "Puedo decir que tengo
muchos amigos en el cielo". Lleva 36 años entre los 'malditos' de Corea
del Sur. Los ha tratado como sus hermanos. Cuando los enterraba, y lleva 530,
les hablaba como si siguieran vivos.
9.8 RECONOCIMIENTO A SU TRABAJO
El padre Luis María Uribe, cuyo nombre coreano es Yoo Eui-bae, nació en Guernika (Vizcaya) hace 78 años y lleva 43 al frente de una comunidad que atiende a personas con la enfermedad de Hansen y a otras con discapacidades en el condado de Sancheong. El padre Luis María Uribe había trabajado como anterioridad como misionero en Bolivia. El padre se ha convertido en una persona de especial admiración no sólo en este poblado habitado por leprosos sino en toda Corea, donde habita desde hace 36 años.
El padre Uribe, que llegó al país asiático procedente de Bolivia, y ha estado al frente del leprosario y de la comunidad Sungsimwon durante casi 40 años ha recibido numerosos reconocimientos, como fue comunicado por Servimedia. "Al ir falleciendo constantemente los enfermos de Hansen (nos quedan ahora 65), nos ha quedado un pabellón en el pueblito para ir recibiendo a gente joven con discapacidades de habla, mentales, etcétera", agregó, a los que el Gobierno surcoreano ha pedido a los franciscanos que los atiendan.
A pesar de sus 81 años sigue trabajando con gran energía en el
leprosario y atendiendo a algunas iglesias circundantes. “Las
parroquias están en las ciudades y en pueblos que sean el centro de un
territorio rural. De esos centros parroquiales se llega al campo mediante
pequeñas capillas o estaciones misioneras atendidas por el párroco y
religiosas”, añade el religioso.
A pesar que la población coreana tenga diversas religiones
y no sea toda ella católica, la Iglesia católica es bien reconocida por su
labor de justicia social. Su
empeño en defensa de los pobres y de cuantos social, laboral y políticamente
sufrieron violencia en los tiempos ya pasados del sistema dictatorial atrajo a
mucha gente a la Iglesia y aumentaron los bautismos.
“Tambien hoy día es la que más crece de número entre las diversas religiones
del país”, explica.
“Las autoridades y los medios coreanos han rendido homenaje al clérigo español en repetidas ocasiones por su inusual dedicación a los leprosos.
El Padre Luis los visita diariamente a los
leprosos, sobre todo atendiéndoles cuando se enferman y cuando les llega el
momento final de la agonía y mueren. Estando yo con ellos han ido al Cielo 619
difuntos". "A unos ciento y pico les ayude también amortajándoles al
estilo coreano, pues me tocó hacerlo durante unos meses en que no estaban ya
por vejez los habituales que lo habían hecho normalmente. Yo lo había aprendido
viéndoles hacerlo tantas veces. En total desde el inicio de la leprosería han
fallecido 719. Yo casualmente inicié con el difunto 101", rememoró.
9.9
EL FRANCISCANO RECIBIÓ LA MEDALLA NACIONAL DE PEONÍA
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha condecorado recientemente al fraile franciscano vasco Luis María Uribe por su trabajo con personas con discapacidad y enfermos de lepra durante más de 40 años”. Luis Uribe concretó que el reconocimiento se debe a su "servicio al progreso del país durante estos 40 años viviendo con los enfermos de Hansen o lepra, y en este último periodo ayudando a las personas con discapacidad".
El Padre Luis María Uribe "ha sido uno de los 19 condecorados con la Medalla Nacional de Peonía por su "labor de mérito", una distinción que el Ejecutivo concede desde hace algo más de una década a partir de cientos de candidatos que el público surcoreano propone cada año", destacó la Diócesis de Bilbao en un comunicado. Este franciscano bromeó con humildad y rebajó la importancia de la medalla que le ha concedido el gobierno surcoreano: "De los 50 millones de gente que hay en Corea se les ha ocurrido elegir al mas cateto".
La medalla fue como reconocimiento a su labor
en el sanatorio y centro de leprosos. Allí los franciscanos acogieron a los
enfermos de lepra, «una enfermedad terriblemente estigmatizada durante mucho
tiempo en Corea del Sur».
Esta labor ha sido reconocida y publicada en diversas ocasiones por los medios
locales y ha sido alabada repetidamente por las autoridades de Corea.
9.10 LOS LEPROSOS SON COMO ANGELES ENVIADOS POR DIOS
Para Luis Mari Uribe "Los usuarios del leprosorio Sanatorio del Sagrado Corazón son como ángeles enviados por Dios para darnos alegría", prosiguió. "Son ahora unos 50, jóvenes y menos jóvenes, chicos y chicas. Desde los 15 años pueden ingresar con nosotros. Son como “unos ángeles que nos llegan", añadió.
Los leprosos, ¿ángeles? Por supuesto que sí, estas personas son ángeles, y los coreanos pobres que con su dinero ayudan a la leprosería, gente de muy buena voluntad.
“Puedo certificar la generosidad de la gente coreana en respuesta a estos marginados antiguos de su familia y de la sociedad -dice-, no sólo la gente cristiana. Para este padre, la evangelización es un reto en las zonas rurales coreanas: “En la vida del campo, de los que continúan trabajando la tierra, ha entrado poco la Iglesia coreana. Los del campo tienen poca conexión eclesial”.
“En
las grandes ciudades la ideología del súper desarrollo excluye espacios para la
compasión, la caridad, la misericordia, la cercanía… generando una mentalidad
basada sobre una interminable competencia”.
9.11
ANGELO EL ANGEL DE LA MISERICORDIA
"Los usuarios del leprosorio Sanatorio del Sagrado Corazón están capacitados para darnos alegría mientras les ayudamos en cositas del día a día", prosiguió. "Son ahora unos 50, jóvenes y menos jóvenes, chicos y chicas. Desde los 15 años pueden ingresar con nosotros. Son como unos ángeles que nos llegan", añadió. En el Sanatorio acogen no solo a enfermos con lepra sino enfermos descapacitados con trastornos mentales y otras enfermedades.
Ángelo es un chico coreano que llegó al centro hace unos años. Se cayó de la azotea de su casa cuando era pequeño y su golpe en la cabeza ocasionó fuertes lesiones encefálico craneal (lesión con parálisis cerebral traumática) que le ocasionaron una parálisis cerebral. Su estado ahora aunque tiene 21 años es como un niño pequeño, afectó no solo a todo su aparato motor no puede moverse sino en una silla de ruedas, tampoco puede hablar y a través de terapia van tratando que pueda mejorar su locomoción y recuperar la memoria para mejorar su comunicación.
Hoy
en día se comunica a través de una pequeña pizarra donde a penas garabatea
palabras. El Padre Luis es su principal interlocutor. Todos los días el padre va
a visitarle al igual que los otros enfermos. Acude a la misa los domingos donde
también acuden otros enfermos según su estado. Nos cuenta el Padre Luis como
aprendió a orar ante la imagen del Sagrado Corazón situado en el frontis de la
Iglesia. Ante su mano izquierda puesta en su corazón y su mano derecha
extendida, el Padre le explicaba que Jesús le ofrecía su amistad y le abría su
corazón para incluirlo entre sus amigos predilectos. El respondió con el mismo
gesto ofreciéndole su corazón. Su sensibilidad es extraordinaria y la
comunicación con el Padre ha ido mejorando hasta el punto de incluirlo en sus
visitas, y según su estado también lo acompaña a visitar a algunos enfermos.
Angelo haciendo honor a su nombre es su auténtico “ángel de la guarda”, “ángel
de la misericordia”.
10.
LA ESPIRITUALIDAD DEL SAGRADO
CORAZON DE JESUS
Nos quedaríamos muy cortos si sólo nos
quedaríamos hablando de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Debemos
de hablar de la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús más aún de la
mística del Sagrado Corazón de Jesús. El padre Arrupe como buen Jesuita fue un
gran devoto del Sagrado Corazón de Jesús y no solo eso sino su espiritualidad
rebosa de la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús.
10.1 TENEMOS UN LUGAR PARA REPOSAR
El gorrión ha encontrado una casa donde acunar sus polluelos (Sal 84,3)
Los humanos se acogen a la sombra de tus alas y se nutren de
lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias (Sal 35)
Venid a mí y encontrareis alivio y descanso (Mt 11, 28)
En el oficio de lecturas de la Festividad del Sagrado
Corazón, San Buenaventura expresa: “Levántate, alma amiga y se la paloma
que anida en la pared de la cueva, se el gorrión que ha encontrado una casa
donde hacer su nido, la tórtola que esconde sus polluelos de su casto amor en
aquella abertura sacratísima. Aplica a ella tus labios para que bebas el agua
de las fuentes del Salvador… Corre con vivo deseo a esta fuente de vida y de
luz quien quiera que seas, ¡oh alma amante de Dios! Y con toda la fuerza de tu
corazón exclama: ¡oh hermosura inefable del Dios altísimo, resplandor purísimo
de la eterna luz! ¡vida que vivificas toda vida y luz que iluminas toda luz y
conservas en perpetuo resplandor millares de estrellas que desde la primera
aurora fulguran ante el trono de tu divinidad!..., De ti procede la fuente que
alegra la ciudad de Dios, en ti la fuente viva, tu luz nos hace ver la luz”.
(San Buenaventura, El árbol de la vida, Opúsculo 3: Opera Omnia 8, 79)
Theilhard de Chardin pocos meses antes de su muerte en
1951 escribe en su diario: “En el corazón del mundo, late el corazón de Cristo. Este el gran misterio. Hay un corazón en el mundo y ese
corazón es el corazón de Cristo. El centro de convergencia tiene dos grados
todo converge en su corazón (Síntesis de su Cristogenesis: El centro de
convergencia de todo el universo y el centro Cristiano coinciden). Estoy
convencido que expresan lo que siente cada hombre. Todo cuanto hemos dicho de
la Trinidad, del amor, está lleno de antropologismos pero ¿nos es posible
expresarnos de otro modo? Nuestra mente se estrella contra el misterio… solo es
abordable con nuestro corazón. Nuestra penetración es tanto más vital y
profunda cuanto más en sintonía esté nuestro corazón con el corazón de Cristo. El
corazón de Cristo es algo inexplicable, algo infinitamente hermoso que agota
toda realidad y responde a las necesidades del alma. Cristo es el maestro de la
vida interior. Siento que solo en la renuncia completa a la confianza en mí
mismo puedo pedirle que vivifique mi alma y la de todos aquellos. Mi único
ideal es ser el servidor a quien el maestro da su corazón, el lugar que él
quiere y dará a los que le buscan. Únicamente se nos pide ser fiel”. (Theilhard
de Chardin, De las Cartas de su Diario: Generar un pensamiento)
Tenemos un lugar al que acudir, reposar y habitar este es el
corazón de Cristo. El nos espera con sus brazos y corazón abierto de par en
par. En Cristo, en su corazón reside la plenitud de la vida y el amor, en El se
encuentran todos los tesoros del saber, en El reside la plenitud del amor. En
El encontramos la paz. En el comienza todo y reside todo y concluye todo. El
nos invita a que vayamos a El para que no vivamos para nosotros mismos sino
para El. Como dice San Agustín: “Nos hiciste para ti y no descansaremos hasta
reposar en Tí”.
El Sagrado Corazón de Jesús es remanso de paz fuente de
alivio para todos los que se sienten cansados , descartados, abandonados,
afligidos. El Señor es bueno, clemente y misericordioso para los que le buscan,
para todas sus criaturas. Nosotros pobres criaturas nos sentimos tarde o
temprano abandonados a nuestras propias fuerzas. El corazón traspasado de Jesús
es un corazón abierto compasivo y misericordioso. La misericordia es la puerta
que nos abre paso de la muerte a la vida, de la culpa y la angustia al perdón,
de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios, de la tristeza
a la alegría del evangelio. No hay fortaleza inquebrantable capaz de
sostenernos si Tú cesas de conservarla. No hay otro modo de alcanzar la
misericordia que acercándonos a El desde nuestra miseria.
La experiencia de su misericordia nos hace misericordiosos y
compasivos con nuestros hermanos. Hoy nuestro mundo vive sumergido en el
egoísmo, el individualismo, la indiferencia, buscando el interés propio
arrastrados por la violencia, la corrupción la injusticia, la guerra, la
muerte.
Cuántos viven huérfanos, desamparados, sin techo,
abandonados, como objetos de deshecho. Cuántos emigrantes, desplazados, que
tienen que huir del horror de la guerra.
Cuánto necesitamos de lugares, espacios de acogida, de
escucha, donde cada persona encuentre su lugar, se encuentre en casa, se
encuentre bien.
Cuantos centros de acogida, de refugiados, sanatorios se
encuentran bajo el amparo del Sagrado Corazón de Jesús.
Quisiera terminar con tres
oraciones atribuidas al Padre Arrupe: “Solo Jesús”, “Enciérrame
en tu corazón”
y “Hoy me siento más que nunca en manos de Dios”.
10.2 EL CENTRO DE LA ESPIRITUALIDAD DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS
El centro de la espiritualidad del
Sagrado Corazón de Jesús lo podíamos resumir en conocer a Jesús, estar con
Jesús, vivir con Jesús. Se centra en nuestro más hondo deseo
“Estar con Jesús”. Este deseo es respuesta a su invitación “Los eligió para que
estuvieran con Él” (Mc 3,13). Para nosotros supone una opción personal que entraña
una radicalidad: La del todo que ha de ser ofrecido. Ningún sector de nuestra
vida puede eximirse de este seguimiento. Sólo desde esta actitud de don total
se está en condiciones de garantizar La perseverancia en la opción y la
coherencia de nuestra vida… Porque si nuestro seguimiento no tiende a esta
radicalidad, Si de alguna manera parcelamos el Yo que debe seguir al Señor, La
tentación de la componenda, de la claudicación, De la pequeña o gran traición
tiene las puertas abiertas de par en par.” Toda acción eficazmente fermentadora
de nuestro trabajo Tiene que brotar necesariamente vinculada a un real “estar
con Jesús”.
10.3 VIVIR SOLO DE JESUS
La primera oración expresa este hondo deseo de “Estar con Jesús”. Esta primera oración se titula “solo Jesús”:
Aquí
vengo, Señor, Para deciros
Desde
lo más íntimo de mi corazón
Y
con la mayor sinceridad y cariño
De
los que soy capaz,
Que
no hay nada en el mundo que me atraiga
Sino
Tú sólo, Jesús mío.
Sólo
quiero vaciarme de todo y de mí mismo
Para
amarte a Ti.
10.4 ENCIERRAME EN TU CORAZON
La segunda oración expresa la oración de alguien que ha encontrado el lugar donde quiere vivir. La segunda oración se titula: “Enciérrame en tu corazón”:
Señor,
enciérrame En lo más profundo de tu Corazón.
Y,
cuando me tengas ahí,
Quémame,
purifícame, Inflámame, sublímame,
Hasta
la satisfacción perfecta De tus gustos,
Hasta
la más completa aniquilación de mí mismo.
10.5 ORACION DE ABANDONO AL SAGRAFO CORAZON DE
JESUS
La tercera es la oración de abandono del Padre Arrupe en la
etapa final de su vida cuando se sentía profundamente pobre, débil, necesitado,
cuando no podía nada por él mismo. Esta tercera oración se titula: “Hoy me
siento más que nunca en manos de Dios”:
Hoy
me siento, más que nunca en las manos de Dios.
Les
aseguro hermanos que no me arrepiento
Desde
joven lo he deseado y ahora mi Señor me lo ha dado.
Siempre
he querido servir al Señor
Ese
ha sido mi única ilusión
La
diferencia que experimento ahora
Es
saberme totalmente en manos del Señor
Hoy
toda la iniciativa la tiene El
Hoy
toda mi vida la tiene El
Estar
en sus manos que profunda experiencia
Ahora
siento que me tiene El
Les
aconsejo sigan al Señor
Centren
en El todo su corazón
Mirando
siempre a su alrededor
Las
necesidades del mundo de hoy.
10.6 ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL SAGRADO
CORAZÓN DE JESUS
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.
Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y
participa de nuestras alegrías y angustias,
de
nuestras esperanzas y dudas,
de nuestro trabajo y de nuestras diversiones.
Danos fuerza, Señor, para que carguemos nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos, junto con tu sacrificio, al Padre.
Que la justicia, la fraternidad, el perdón y la misericordia estén presentes en
nuestro hogar
y en nuestras comunidades. Queremos ser instrumentos de paz y de vida.
Que nuestro amor a tu Corazón compense
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor de quienes no te conocen, te desprecian o rechazan.
Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada.
Conclusión
¿Quizás en este mundo transcultural y globalizado del tercer milenio podríamos preguntarnos ¿Quién se interesa en pleno siglo XXI por una devoción que muchos piensan ha quedado trasnochada? Sin embargo pecaríamos de ingenuidad. Como negacionistas podemos negar la devoción pero lo que conlleva la devoción del Sagrado Corazón está tan arraigada en el pueblo creyente que sería ingenuo negarlo. Aunque muchos traten de decir que las devociones han perdido capacidad de congregar y motivar, a quienes vivimos en la sociedad de la comunicación, la verdad es que aunque cambien las formas no cambia el fondo y por mucho que queramos obviarlo el Sagrado Corazón de Jesús sigue atrayendo los corazones. El ha sido y será el centro de la historia porque ha estado y estará rigiendo el destino de los hombres. En el corazón de este mundo sigue latiendo el corazón de Cristo.
La sociedad ya no valora la
espiritualidad e ignora totalmente los aspectos místicos de la fe. Es
verdad que a veces en la Iglesia no hemos sabido ofrecer y favorecer aquello que es tan
valioso porque pensamos que no tiene valor alguno. Cómo se van a promover
la trascendencia sobrenatural cuando los medios de comunicación señalan cientos
de focos de atención alternativos. Focos sensoriales que utilizan nuestras
debilidades para atraernos. Sin embargo El Sagrado Corazón de Jesús es una
realidad sobrenatural a la que podemos acercarnos por su condición humana y el
poder simbólico que lo representa. Se trata de entrar en el lenguaje del
corazón.
El Corazón de Jesús representa el
centro, ser y trascendencia del Verbo de Dios. Palabra que se hizo carne, vivió
entre nosotros y ofreció su vida en redención. ¿Cuántos medios de comunicación
nos informan y nos ayudan a entender esto?
Podemos pensar que todo es muy complicado actualmente. Pero no
desesperemos, podemos conocer a Cristo y seguir las huellas de Cristo, podemos
amar y servir a Cristo porque El nos conoció y amó primero.
"Tanto amó Dios
al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que el que crea en Él no
perezca, sino que tenga la vida eterna" (Jn 3,16). Dios ha amado
al mundo y ofrecido para su redención a su propio Hijo. Este es el centro la
revelación del amor de Dios que se muestra por medio al Santísimo Corazón de
Jesús. “...sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de
este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los
amó hasta el fin” (Jn 13,1).
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús ha tenido enorme arraigo entre los fieles católicos. Incluso en los países no mayoritariamente católicos como Corea nos sorprenderíamos de la vigencia y relevancia del Sagrado corazón. En Corea son numerosos los centros asistenciales bajo la advocación del Sagrado Corazón. El ejemplo del leprosario Sanatorio del Sagrado Corazón en Sungsimwon y los testimonios que hemos contado hablan por sí mismos y dejan de manifiesto el poder de tal advocación y devoción. ¿Cómo no agradecer al Señor que quisiera hacerse hombre y que nos amase y nos ame con un corazón de hombre para que le pudiéramos conocer. El Señor nos abre el corazón y nos permite que entremos, reposemos, habitemos en El. La petición del Señor no es otra que lo que el hace con nosotros, no tengas miedo, dame hijo mío tu corazón.
La oración del corazón es una oración más pasiva que activa, menos mental y más de conocimiento amoroso en el lenguaje de su corazón. Entrar en el corazón de Jesús es algo que no logramos por nuestro esfuerzo o mérito se trata de recibirlo como un don totalmente inmerecido abriéndole el corazón. El nos precede nos acoge y nos ama primero. Se trata de sabernos conocidos y amados por El de forma totalmente gratuita e inmerecida. Se trata pues de recibirlo todo de El de aprender de El, El nos enseña a orar, a amar a base de ternura y misericordia. Aplicad y derramada en nuestra miseria. El recibe nuestro corazón herido, incluso desde las heridas más profundas de nuestra existencia las convierte en manantial donde extraer su infinita misericordia. Se trata de aprender a abandonarse, aprender a vivir en sus manos, despojados de nosotros mismos, de todo protagonismo, para que sea El el que tome y lleve la iniciativa.
El se hizo pobre y necesitado para
enriquecernos con su pobreza. Jesús se abaja y tiene compasión del pobre, del
débil, de nuestro ser vulnerable y pequeño. El va modelando nuestro corazón al
suyo. Lo que le agrada a Dios no son mis grandezas, sino mi poder entregarla
todo lo que soy, mi pobreza y mi miseria… "Lo que le agrada a Dios es mi pobreza
y mi miseria, mi pequeñez y mi pobreza" (Sta Teresita de Lisieux).