LA IGLESIA PERSEGUIDA EN ASIA
“Felices los que
trabajan en favor de la paz, porque Dios les llamará hijos suyos, felices lo
que sufren persecución por ser justos y buenos porque suyo es el Reino de los
cielos, felices vosotros cuando os insulten y os persigan y cuando falsamente
digan de vosotros toda clase de infamias porque sois mis discípulos, alegraos
porque os espera una gran recompensa en el cielo. No recurráis a la violencia
contra el que os haga daño. Amad a vuestros enemigos y orad por los que os
persiguen y así seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre”. (Mt 5, 9-12 ;
38; 44) )
INTRODUCCION
Hoy 20 de Septiembre celebramos el martirio de San Andrés
Kim Taegon y 103 compañeros mártires. Este artículo lo escribo en Filipinas
después de haber estado en Corea haciendo el retiro de las comunidades de Asia
y asistiendo en Corea, Daegon, a la profesión perpetua de Cristina nuestra
primera misionera coreana.
Aunque mi lugar de misión sea Filipinas no quiero centrar el
artículo en Filipinas sino en la iglesia de Corea y terminar haciendo alusión a
la Iglesia en China y muy en especial a la situación de los cristianos hoy en
Hong Kong.
Por desgracia aunque estemos en el tercer milenio la Iglesia
en muchos lugares de la tierra sigue siendo perseguida. La situación de
Nicaragua, Venezuela, Madagascar, centro África, Siria o Ucrania, deja patente la presente y cruda
realidad en que viven muchos cristianos. Estamos viviendo una de la mayor
crisis humanitaria que sufre nuestro mundo. Son miles los cristianos que siguen
hoy siendo perseguidos, exiliados que sufren la violencia, la represión, el
odio la marginación.
La semana pasada el Papa Francisco participo en Kazagistán
en el VII Congreso mundial de líderes religiosos donde se puso de relieve la
necesidad de defender la libertad religiosa como derecho inalienable y la de
promover todos juntos la lucha por la justicia y la paz no por medio de las
armas sino a través del diálogo y mutuo entendimiento. Como también dice el
Papa Francisco estamos ante una tercera guerra mundial solapada en tantos frentes.
Se necesita promover una cultura de vida y no de muerte poniendo fin a la
guerra. Llevamos ya seis meses de guerra en Ucrania y está afectando al mundo
entero en una escalada armamentista de bloques enfrentados.
El Papa exhorta al mundo entero a que cese la violencia de la guerra y se traten de resolver los conflictos pacíficamente. Ante la escalada de odio y de agresividad siguen dándose por desgracia grupos extremistas que intentan socavar el orden con el fanatismo y el terrorismo. La voz de los que denuncian la violación de los derechos humanos es reprimida o acallada con las armas. Los pastores obispos y sacerdotes que tratan de defender al pueblo son perseguidos, las iglesias y sagrarios profanados y la dginidad de muchos violada. Se niega la libertad religiosa y el derecho de expresión e información. No podemos acostumbrarnos a esta cruenta realidad que viven muchos cristianos, ni mirar hacia otro lado. Hemos de convencernos que la fuerza del amor, de promover el bien, de defender la verdad y la justicia es el camino para superar el odio y la injusticia.
He querido aprovechar esta efeméride del martirio de Andrés
Kim Taegon y compañeros para homenajear el testimonio de tantos mártires que
nos han precedido. No es extraño que su testimonio diera lugar a un gran
florecimiento de nuevos cristianos.
En la actualidad Corea es una de las comunidades cristianas
más florecientes en extremo oriente. Todos sabemos de las dificultades de los
cristianos que viven en la clandestinidad en China. Pero necesitamos abrir el
espectro para conocer como se fue dando la evangelización en este continente
asiático.
Es por ello que trataremos de acercarnos a la situación de
hoy a partir de ver como se fue dando la evangelización en este continente. No
olvidemos que Jesús fue asiático y que la primera Iglesia se expandió no sólo
en Occidente sino en todo este continente.
1.
LA EXPANSION DEL CRISTIANISMO EN ASIA
En la actualidad, el cristianismo sigue siendo la religión mayoritaria en el Filipinas , Timor Oriental , Armenia , Georgia , Chipre y Rusia . Y tiene poblaciones minoritarias significativas como por ejemplo en Corea del Sur, en Taiwan, la China nacionalista, la India, Indonesia, Vietnam, Singapur, Hong Kong, Japón , Malasia , Kazajstán , Kirguistán , Líbano , Siria y otros países de Asia, con una población cristiana total de más de 295 millones de habitantes.
El cristianismo se
extendió tomando raíces en las dos grandes ciudades como fueron Jerusalén y Antioquía . Poco a poco
se fue desplazando el centro de gravedad de Jerusalén a Antioquia. La expansión más hacia el este se produjo a través de la predicación de Tomás Apóstol , que estableció el cristianismo en el Imperio Parto (Irán) y la India . Las primeras naciones del Medio Oriente que adoptó el cristianismo como
religión del estado eran Armenia en 301 y Georgia en el año 327.
En el
Oriente romano hallamos durante la época apostólica dos principales focos de
cristianización: Siria y Asia Menor. La capital de Siria era Antioquía, que
había ocupado un lugar destacado en la historia cristiana desde los mismos
orígenes de la Iglesia.
En el
siglo III la acción misionera se extendió desde aquí hacia el oriente,
creándose un nuevo centro de difusión evangélica en Edesa, capital de la región
de Osrohene. El diácono San Efrén (306-373) fue el fundador de una escuela
teológica en Edesa de gran importancia y difusión[1].
Este camino de penetración cristiana se llevó a cabo a través de las rutas por
el desierto y prosiguió adelante en el siglo III. El cristianismo avanzó por
Mesopotamia, se introdujo en Persia y desde allí los misioneros cristianos
llegaron a la India. El Asia Menor fue otro gran foco cristiano en esta época,
y las iglesias se multiplicaron en numerosas ciudades de todas las provincias.
La carta dirigida a Trajano por Plinio el Joven, gobernador de Bitinia,
acredita que el cristianismo se hallaba arraigado en la provincia. Asia Menor
fue también punto de partida de la difusión del cristianismo en Armenia, donde
halló tan buena acogida que el país se cristianizó rápidamente en el siglo III.
En
Palestina, la difusión de la fe fue más difícil y, tras el ocaso del judeocristianismo,
las comunidades cristianas parecen estar prácticamente limitadas a la
población griega de las ciudades. En cambio, en Egipto, desde principios del
siglo III se advierte un vigoroso florecimiento de la iglesia de Alejandría,
que pronto fue famosa en todo el mundo y que se prestigió por entonces con la
figura de Orígenes. Alejandría desarrolló una actividad misional entre la
población campesina del valle del Nilo, que se cristianizó en grado
considerable a lo largo de este siglo. Por lo que hace a la Europa oriental,
Grecia quedó atrás en intensidad de cristianización, comparada con la vecina
Asia Menor. Corinto parece haber sido el principal centro de vida cristiana.
En las regiones balcánicas y danubianas el cristianismo había ya penetrado en
el siglo III, y la persecución de Diocleciano causó numerosas víctimas. Muchos factores contribuyeron a la expansión y propagación de la fe en el continente asiático. Después del primer Concilo de Éfeso en el año 431, y del cisma nestoriano, el cristianismo se dividió |
Asia, principalmente fue evangelizada por misioneros franciscanos , dominicos o jesuitas . En el s. XVI, España comenzó la evangelización en Filipinas. En el s. XVIII, el catolicismo se desarrolló más o menos independiente en Corea. El cristianismo se extendió a través del Mediterráneo Oriental desde el s. I d.C. Uno de los principales centros del cristianismo fue Antioquía, capital anterior del imperio seléucida , que se encuentra en la actual Turquía. Antioquía fue evangelizada quizá por el apóstol Pedro, de acuerdo con la tradición en la que el patriarcado de Antioquía todavía descansa su pretensión de primacía aunque fuera evangelizada por Bernabé y Pablo . Sus conversos fueron los primeros en ser llamados cristianos. Se multiplicaron rápidamente, y por el tiempo de Teodosio (347-395) fueron contados por Crisóstomo (347-407), Arzobispo de Constantinopla, cerca de 100.000 personas. Entre 252 y 300, se llevaron a cabo diez concilios de la iglesia en Antioquía la cual se convirtió en la sede de uno de los primeros cinco patriarcados , junto con Jerusalén , Alejandría , Constantinopla y Roma.
2. EL CRISTIANISMO EN MEDIO ORIENTE
2.1. El Cristianismo en Armenia
Cáucaso,
Armenia y Georgia fueron los primeros países en adoptar el cristianismo como religión del
estado, en 301 y 327, respectivamente. El cristianismo había sido predicado en
Armenia por dos de los doce de Jesús apóstoles - Tadeo y Bartolomé - entre 40-60 d. C. Debido a estos dos
apóstoles fundadores, el nombre oficial de la Iglesia armenia es Iglesia
Apostólica Armenia , y se considera
que es la iglesia nacional más antigua del mundo. La Iglesia
de Albania caucásica se estableció en
el año 313, después la Albania caucásica (situado en lo que hoy Azerbaiyán ) se convirtió en un estado cristiano.
En Georgia, el cristianismo
fue primero predicado por los apóstoles Simón y Andrés en el S. I. El cristianismo se convirtió en la religión oficial de Kartli, Iberia (el área de la capital de Georgia) en 327. La conversión de Georgia al cristianismo
se atribuye a los esfuerzos de un gran evangelizador, San Nino de Capadocia (290-338).
2.2. El cristianismo en Irán. El “Parthian
Imperio”
El cristianismo se
extendió más hacia el este bajo el Imperio Parto , que mostró una alta tolerancia para los asuntos religiosos. Según la tradición, la evangelización cristiana en Asia Central, se
desarrolló a partir de la Mesopotamia y la meseta iraní, bajo la labor de Santo Tomás Apóstol , y se inició en el siglo I d.C. A Santo Tomás también se le atribuye la propagación del cristianismo
en la India . Los cristianos de Mesopotamia y el Irán se organizaron
bajo varios obispos, y estuvieron presentes en el primer
Concilio de Nicea en el año 325 d.C.
3.
EL CRISTIANISMO EN ASIA CENTRAL
La difusión del cristianismo
en Asia Central parece haber sido facilitada por la gran difusión del griego en
la región (Imperio seléucida , Reino greco bactriano , indo griego Unido), así como el arameo , el idioma de Jesucristo. La difusión de los
judíos en Asia desde la deportación de Babilonia y la captura de Jerusalén por Tito también parece
haber sido un factor contribuyente[4].
El reino de sasánidas también resultó bastante tolerante con la fe cristiana hasta la
persecución por parte del Zoroastriano sacerdote Kartir bajo el
reinado de Bahram II (276-93 d.C). Otras
persecuciones parecen haber tenido lugar bajo los reinados de Shapur II (310-379) y Yazdegerd II (438-457), con sangrientos eventos en el 338 después que produjeron un
daño significativo a la fe.
3.1
El cristianismo en Persia y la gran expansión
cultural
Los historiadores, como Heródoto, Arriano y
otros, no ven en los pueblos que ellos conocen de la India ninguna religión
grande y extendida. Las primeras conquistas extranjeras de la India de las que
se tiene noticias fueron las de Darío del imperio persa, que llegó hasta las
mismas puertas del Punjab y dominó la región al oeste del Indo, que quedó
incorporada al imperio persa. Después de estas conquistas, Alejandro Magno
conquistó el Irán y también llegó hasta las tierras bañadas por el Indo;
atravesó el río Hydaspes y llegó hasta el Hifasis, sin embargo, sus soldados no
quisieron seguir más lejos, por aquellas desconocidas tierras de la India.
Después marchó contra Magadha, se apoderó del trono y estableció su dinastía en
estas tierras de la India. Su capital fue Palibothra (323-322).
La India y Siria fueron colonizadas por
sucesivas expediciones de griegos: Alejandro; Antíoco; Eucrátides, 175;
Menandro, 155, etc. Y desde entonces empezaron a dominar los griegos sobre la
India. También los romanos siguieron a los griegos en estas conquistas de la
India y de la China, buscando la ruta de
la seda. Después de los griegos quisieron invadir el Oriente, atraídos por
las riquezas que allí se encontraban, pero su invasión fue parada por los
partos y otros pueblos de Asia. Estos últimos acontecimientos ocurrían ya bien
entrado el primer siglo de nuestra era.
Los judíos, por otra parte, también afirman que
sus comunidades llegaron a la India quinientos años antes de Jesucristo, sobre
todo los judíos que habitan en Kerala, al sur de la India. Muchos judíos, como
nos dice la Biblia, se dispersaron por muchos pueblos muy alejados de
Palestina, después de la destrucción del primer templo de Jerusalén por los
ejércitos babilonios de Nabucodonosor, 600 años antes de Jesucristo,
aproximadamente.
También se dispersaron muchos judíos de Palestina después de
la segunda destrucción del templo de Jerusalén. Esta destrucción fue llevada a
cabo en el año 70 después de Jesucristo por los ejércitos romanos mandados por
el general Tito. Muchos judíos habitaron en Mesopotamia durante el imperio de
los partos (s. ll a.C.). Luego, muchas de estas comunidades judías, se
extendieron por Persia, Armenia, Afganistán y la India.
A partir de todo lo que se ha presentado uno se
puede remontar al principio de la historia de estos pueblos, hasta el s. I d.C.,
y vemos que la historia nos narra cómo los imperios más antiguos del mundo,
como los medos, los persas, los griegos, los romanos y judíos, influyeron
directamente en transmitir sus culturas a los habitantes de la India. Pero,
sobre todo, los que más influyeron en transmitir su cultura y religión, desde
el S. I d.C., fueron las comunidades cristianas. Desde la llegada de los
Apóstoles se fueron extendiendo estas comunidades por toda Asia, y en tiempos
de las primeras invasiones mahometanas de la India, en el s. Vlll, nos cuentan
los historiadores cristianos de aquellos tiempos, como el metropolitano
nestoriano Mar Abraham y otros misioneros, que las comunidades cristianas en la
India y en otros muchos lugares de Asia, eran numerosísimas.
3.2. Siria un gran centro de comunidades
cristianas florecientes en Asia
Hay que destacar que desde los s. V al VIII,
existían dos grandes comunidades cristianas en Asia: los
cristianos de Santo Tomás, que
habitaban al sur de la India, sobre todo en las ciudades de las costas, y los cristianos nestorianos, también
llamados caldeos, que se extendieron
por toda Asia, llegando hasta el Tíbet y la China.
A partir de la dominación árabe, muchas de estas comunidades
fueron despareciendo, y cuando el famoso mercader veneciano Marco Polo llegó a
estas tierras de Asia, él nos describe en sus relatos que encontró a estas
comunidades ya muy perseguidas por diversas corrientes religiosas enemigas de
los cristianos que desde hacía bastante tiempo se iban desarrollando[5].
Después de Marco Polo
hicieron muchos esfuerzos los dominicos, franciscanos, jesuitas, y otros
misioneros de otras órdenes, en propagar el Evangelio y hacer grandes
comunidades cristianas en Asia. Pero la persecución
iría cada vez más en aumento contra los cristianos, y también por las luchas
internas, entre las diferentes confesiones cristianas, como eran los cristianos de Santo Tomás, cristianos
nestorianos y católicos.
3.3.1. El
periodo de esplendor de la iglesia en Siria
Dese Siria pronto los cristianos
se fueron expandiendo traspasando las fronteras de Siria Oriental hasta llegar
a Sir Lanka, Thailandia, Vietnam[6].
Además de Antioquia, Alejandría, Damasco etc surgen nuevos centros de difusión
como Oddesa, Athos, etc. Entre todos
destaca Edsa o Edessa que se
convierte en un nuevo centro de gravedad y centro de conexión ente los dos
imperios de Oriente y Occidente. Cada vez se nota más la tensión de dos
imperios enfrentados como vestigios del pasado entre Roma y Persia. En Siria
cabe hablar de la parte oriental más en relación con Armenia e India con rutas
que se extendían hasta China, Corea y Japón y Siria occidental más en relación
con Antioquia y Damasco.
3.4. Edessa
un gran centro de expansión.
En los primeros años del cristianismo, y
ciertamente antes de finales del s. ll, parece que los cristianos de la India
tenían relaciones con la Iglesia de Edessa.
En los alrededores de Edessa se
habían encontrado los Hechos de Tomás[7], y también un
Evangelio arameo o siríaco, que había encontrado en la misma India San Panteno.
Y ya, desde el 325, Edessa mantenía
estrechas relaciones con la Iglesia Cristiana de Persia.
Edessa era una
antigua ciudad mesopotámica (actual URFA, en Turquía), ocupada por los asirios
y ampliada después por Seleuco l, se llamó Antioquía bajo Antioco Vll y en la
época bizantina fue un importante centro cristiano, donde se encontraba una
escuela cristiana y algunos monasterios, hasta que cayó bajo la dominación árabe
en el año 639.
3.5. Sobre los hechos de Addai
Toda esta zona de Siria
Occidental cuenta la tradición fue evangelizada por un judío galileo llamado
Addai. El rey de Siria Osroene Abgar VIII recibe el bautismo 100 años antes que
Constantino. Aquí es donde tiene el inicio los cristianos denominados
nestorianos.
3.6. Sobre los hechos de Barlaam y Josafat
La actividad misionera de los cristianos
nestorianos siempre tuvo un contacto bastante frecuente con las Comunidades
Cristianas de la India, desde los primeros siglos. Mientras esta actividad
misionera cristalizaba más ampliamente en la India, centro de Asia y China, los Cristianos de Santo Tomás en la
India sufrían mucha persecución, a la vez que hacían muchas conversiones, según
nos cuenta la historia. Una de éstas, es la de un príncipe indio llamado
Josafat. Esta historia se cree que fue recogida por los misioneros nestorianos,
y se daba a conocer seguidamente a las Comunidades Cristianas de Occidente[8].
Barlaam, asistido por la gracia divina,
convirtió al cristianismo al príncipe Josafat, llamado también Budasaf por
otros escritores, cuando ya la religión cristiana se había desarrollado
grandemente en la India, y todas estas tierras estaban llenas de predicadores y
de monjes. Se conservan algunos manuscritos griegos sin datación sobre la
historia de Josafat y Barlaam, que pueden remontar su antigüedad hasta el s. X.
El más antiguo de los datados que se conservan es de 1021 (ms. V. 3692 de
Kíev), que fue descubierto en Odessa y que procede de Athos.
Según cuentan estos hechos, un rey de la India
llamado Abenner, muy enemigo por cierto de los cristianos, que no tenía hijos,
después de mucho tiempo esperando un hijo, por fin la Providencia le dio uno, y
le dio el nombre de Josafat. Cuando nació el niño llegaron al palacio muchos
astrólogos para predecir el futuro del niño, y entre ellos el último que habló
le dijo al rey que aquel niño no sería el heredero de su padre, sino que se
convertiría a la religión de Jesucristo. El rey se asustó mucho por esta
predicción y quiso aislar al niño del contacto de los cristianos, y para ello
mandó construir un gran palacio y allí mantuvo al niño hasta que fue mayor,
rodeado de placeres.
Un día, ya siendo hombre, cuando iba de paseo
con unos acompañantes, encontró a dos hombres, uno de ellos era ciego y el otro
leproso, y esto le produjo una gran tristeza. Poco tiempo después, paseando por
el campo, encontró a otro hombre muy viejo, todo encorvado y con la cara llena
de arrugas. Al ver el estado tan penoso de aquel hombre preguntó a sus
acompañantes que a qué se debía tanta desgracia. Luego se preguntó a sí mismo y
preguntó a los demás sobre la muerte, pero nadie le supo contestar de forma que
calmara su ánimo. Y así permaneció triste mucho tiempo, hasta que un día
encontró a Barlaam, Santo predicador cristiano, y encontró en este hombre todas
sus respuestas. Cuando el monarca se enteró de que su hijo se había hecho
cristiano calló enfermo de indignación. Fueron muchas las cosas que intentó el rey para
seducir a su hijo, pero todas estas cosas no vencieron a Josafat, pues éste
pidió ayuda a Dios en la oración y logró escaparse de todas las trampas.
Después, lleno de alegría y confirmado en las enseñanzas cristianas, huyó al
desierto, donde vivía Barlaam, y encontrándolo se quedó a vivir con él con
mucha alegría. Estos dos cristianos llegaron a ser tan amigos, que cuando
murieron los enterraron a los dos juntos. Esto fue por obra y conocimiento del
rey que gobernaba aquellas tierras en aquel tiempo, llamado Baraquías. Este pequeño relato, resumen de los hechos de
estos dos santos, sólo recoge el recuerdo de unas pocas maravillas de las
muchas que hizo Dios a través de ellos. Es un gran ejemplo de humildad y
reconocimiento del amor que se debe a Jesucristo y a su Evangelio. Este ejemplo también fue conocido en la India y otros
lugares de Asia por grupos religiosos orientales, que tuvieron en cuenta este
ejemplo para enriquecer sus enseñanzas.
4. LOS
FLORECIENTES MONASTERIOS
La Iglesia primitiva de Oriente
surgió en torno a poderosos centros de espiritualidad. En el desierto de Egipto
junto al monte Sinaí estaba la poderosa escuela
sinaítica. Junto al monte Athos
se desarrolla otro foco de espiritualidad que se remonta al fundador de toda la
vida eremítica, San Antonio. Otros centros antiguos como Constantinopla y
Alejadria que alternaban con el nuevo de Edessa.
Entorno a estos grandes centros con sus respectivas escuelas surgieron cantidad
de monasterios. Muchos fueron los maestros de espiritualidad que destacaron[9].
Además del fundador de la vida conventual y los Padres del desierto, los
capadocios[10], eran
célebres Issac de Siria, San Juan Climaco, Juan Casiano, Simeón el Nuevo
teólogo, Niceforo el solitario, San Efrem de Siria, Juan de Carpatos, Macario
el Grande, Marcos el asceta, etc.
4.1. La vida de los monasterios
Los monasterios de Siria eran más
misioneros a diferencia de los africanos de Egipto o Etiopía que eran más
eremíticos. Los monjes de estos monasterios eran verdaderos misioneros
itinerantes. Jugaron un enorme rol en la difusión del cristianismo. La vida de
los monasterios trascurría de forma orante dedicados al estudio y difusión del
evangelio. El abad cabeza de la comunidad era conocido como starosta, en torno a él se organizaba la
pequeña comunidad monástica skit que
a su vez dependía de un gran monasterio. Los célebres startsi o starets eran
maestros de espiritualidad. Los studitas
eran monjes regidos conforme a los reglamentos de la vida monástica regidos por
un abad. Los strannik eran peregrinos
que tenían como meta santuarios célebres que poseían famosas reliquias.
La vida monástica oriental en
diferencia de la occidental gusta de compartir la riqueza y el poder de los
grandes o las posesiones latifundistas ni siquiera con fines claustrales.
Conviene no olvidar que la decadencia de la vida monástica tuvo que ver con la
entrada en la vida monástica de muchos nobles y clérigos de alcurnia sedientos
de poder. Pronto la vida monástica dejo de ser tal a aliarse con la nobleza y
la realeza. Era costumbre que los príncipes se formaran y educaran en los
monasterios a cambio de grandes dotes.
4. 2. La espiritualidad oriental
La espiritualidad oriental
destaca de la occidental por ser más emotiva, cálida, mística y experiencial[11].
Si el occidente prima la vía mental, el oriente el corazón. El oriente se
distancia de la especulación fría occidental a menudo propensa al engorde
espiritual a base de raciocinios vitalmente muertos. La espiritualidad
occidental es más fruto de la especulación natural y sabiduría humana que de la
experiencia. El hombre oriental se da menos que el occidental a la especulación
y el desmenuzamiento razonado de la verdad. Diríamos que prescinde de la razón
natural y la cultura humanística y explora otras fuentes de conocimiento
religioso, el experiencial. La teología oriental es más viva y menos legalista
que la escolástica occidental, más polémica y apologista.
4.3. La oración y contemplación
La vida de oración era seguida
por los starets. Estos a su vez se
regían por la célebre Filocalia. La hesiquia era la vida de oración ascética
monástica, el hesicasmo la oración
continua, oración caracterizada por la contemplación, la quietud. El hesicasta era el hombre contemplativo.
El dyachok el servidor del culto de
los cantos.
La Filocalia que en sí es el amor a lo bello y a lo bueno. Era una
síntesis de las enseñanzas de los Padres de la antigüedad sobre la hesequia, la vida espiritual y tratado
de oración. Marcaba todo un itinerario espiritual propio del método hesicasta, la oración del corazón.
Contenía toda una selección de textos ascéticos místicos.
5.
EL
PERIODO DE LA IGLESIA EN IRAN (PERSIA)
De Siria el cristianismo se
propaga a Irán. Escritos y construcciones dejan ver una floreciente comunidad
en Arbela. Taciano, discípulo de Justino mártir llevó los evangelios sirios a
la iglesia de Irán. Taciano elaboró un conjunto armonioso con los cuatro
evangelios concordados. El ascetismo de Taciano hace pensar que el monacato más
bien tiene sus comienzos en Siria que en Egipto con San Antonio.
El 226 marca un momento clave
para la Iglesia de Oriente. Los reyes partos de Persia son remplazados por la
dinastía Sasánida[12]. Se
pasa del periodo sirio al periodo persa. El centro de gravedad cambia a Seleúcida y el centro teológico y
espiritual de Edessa pasa a Nísibis. Los cristianos sufren oposición
pues el mundo persa trata de imponer su identidad religiosa del zoroastrismo.
En el S.V se establece la iglesia persa con su propio Patriarca y patriarcado
Hacia el 225 había comunidades a
lo largo de todo el denominado imperio persa. Las comunidades cristianas
llegaron hasta el norte de Afganistán.
La evangelización se extendió por
Armenia. Mercaderes cristianos llevaron el evangelio a Armenia al noroeste de Edessa. Gregorio el Iluminador es el
fundador de la iglesia en Armenia. Este está influenciado por la iglesia de
Capadocia. Gregorio el Iluminador bautiza al rey de Armenia Tiridates I. En el
301 Armenia se declara oficialmente cristiana.
5.1. La expansión a Sogdiana y al este de Asia Central
El cristianismo se ve sometido a esporádicas persecuciones sasánidas que produjeron el destierro de las comunidades
cristianas en su propia área, provocando así la expansión del cristianismo
hacia el este. El Edicto
de Milán en
el año 313, concedía al cristianismo cierta tolerancia mantenida por el Imperio
Romano. Pero después
de la conversión del emperador Constantino al cristianismo, los cristianos de
Persia indígenas fueron considerados una amenaza política para los sasánidas. Exiliaron a las comunidades cristianas
hacia el este, como una comunidad de ortodoxos melquitas que se instala en Romagyri cerca de Tashkent , o una comunidad de jacobitas , que fueron enviados a Yarkanda en el Xinjiang a las puertas de China. Los Elheftalitas son conocidos haber sido un poco abiertos al cristianismo
desde 498, y solicitaron a los
nestorianos católicos establecer un obispo diocesano en sus tierras en 549.
Por 650, había 20 diócesis nestorianas al este del río Oxus . El desarrollo del Islam en el
s. VII produjo un gran corte que afectaría a la cristiandad asiática y a los
cristianos occidentales, pero la expansión oriental de la fe continuó, no
obstante. Las relaciones con el Islam
eran lo suficientemente buenas para los católicos que movieron a dejar
Seleucia-Ctesifonte para establecer su sede en Bagdad bajo el reinado de los abasíes en 750.
Desde el s. VII en
adelante, los nómadas turcos de Asia Central comenzaron a convertirse al cristianismo nestoriano . Grandes conversiones en masa se registraron en 781-2 y más tarde en
1007, cuando 200.000 turcos y mongoles, según los informes, se hicieron
cristianos. Los turcos Kipchaks son conocidos también haberse convertido al cristianismo siguiendo la
sugerencia de los georgianos que se aliaron en sus conflictos contra los
musulmanes. Un gran número fueron bautizados a petición del rey de Georgia David II . A partir de 1120, había una
iglesia cristiana nacional, kipchak,
y un clero influyente.
Las comunidades cristianas fueron
muy florecientes en India. Ya en tiempos de Jesús había colonias judías en la
India. A finales del S. II ya se habían establecido en la India comunidades
cristianas mediante el impulso evangelizador de Santo Tomás, San Bartolomé y
Panteno, según la tradición. El aposto Tomás evangeliza el noroeste y el
sudoeste. Los cristianos de Tomás
desarrollan diversas ramas bebiendo de tradiciones muy antiguas. Por ejemplo, el rito siro malabar próximo al melquita. Más tarde tendrán problemas en
ser reconocidos en la segunda evangelización de mediados del segundo milenio.
Hacia el 340 había toda una red de monasterios entre Edessa y la India. A partir del S.V cuando se establece el
patriarcado de Persia, se establece también la metrópolis de la India bajo el
patriarcado de Persia.
6.
EL CAMINO DEL CRISTIANISMO
EN INDIA[13]
La conversión de
Persia al nestorianismo fue la
necesaria cisura para la entrada del cristianismo en Asia. Esta toma de postura
en la discusión cristológica significó, al mismo tiempo, el alejamiento de la
Iglesia imperial de Occidente, lo que se había fortalecido y acelerado por
razón de las relaciones políticas de poder. Las consecuencias para el cristianismo
fueron que tuvo que integrarse en otra cultura e inculturarse en otra distinta
a la mediterránea. La Iglesia de Persia ganó así una nueva dinámica interna,
que se puso de manifiesto en la entrada de los misioneros en Asia, bloqueándose
políticamente su expansión hacia el Occidente.
6.1.
El inicio de la evangelización en India[14]
De acuerdo con las crónicas de Eusebio, los apóstoles Tomás y Bartolomé fueron asignados a Partia (actual Irán) y la India. En el
momento de la creación del Segundo Imperio Persa (d.C. 226), hubo obispos de la
Iglesia de Oriente en el noroeste de la India, Afganistán y Beluchistán (incluyendo partes de Irán, Afganistán y Pakistán), con laicos y
pastores; participar en la actividad misionera. Una obra en siríaco del s. III conocida
como los Hechos de Tomás narra el ministerio indio del apóstol con dos reyes, uno en el norte y el otro
en el sur. De acuerdo con las leyes, el apóstol Tomas estaba al principio reacio a aceptar esta misión,
pero el Señor se le apareció en una visión nocturna y le obligó a acompañar a
un comerciante indio, Abbanes (o Habban), a su lugar de origen en el noroeste
de la India. Allí, el apóstol Tomás se encontró al servicio del Rey de la Indo-Parto , Gondophares. El ministerio del
apóstol dio lugar a muchas conversiones en todo el reino, entre ellos el rey y
su hermano. El apóstol Tomás fue a partir de entonces al sur de Kerala y bautizó a los colonos judíos y algunos nativos, cuyos descendientes
formaron los denominados cristianos de Santo Tomás o en sirio Malabar, Nasranis . Al poner en común las diversas tradiciones, la historia sugiere que
Tomás dejó noroeste de la India, cuando le amenazaba la persecución, y viajó
por barco a la costa de Malabar, a lo largo de la costa suroeste del continente indio, posiblemente
visitando sureste Saudita y Socotra en el camino, y finalmente estableciéndose en el antiguo floreciente
puerto de Muziris en una isla cerca de Cochin en el 52 d.C., a partir de ahí, anunció el evangelio en toda la costa de
Malabar. Las diversas iglesias que fundó se localizaron principalmente en el río Periyar y sus afluentes y a lo largo de la costa, donde había colonias judías. Él predicó a toda clase de personas y tenía alrededor de 170 conversos,
incluidos los miembros de las cuatro castas principales. Más tarde, se erigieron cruces de
piedra en los lugares donde se fundaron iglesias, y se convirtieron en centros de peregrinación. De acuerdo con la costumbre apostólica, el apóstol Tomás iría ordenando
maestros o ancianos presbíteros, que
fueron llamados a ser los primeros ministros de la iglesia de Malabar. El apóstol Tomas procedió por tierra a la costa de Coromandel en el sureste de la India, y misionó en lo que ahora es la zona de Madras ,
donde se convirtió el rey local y muchas personas. Una tradición relata que se fue de allí a China a través de Malacca en Malasia, y después de pasar algún tiempo allí, regresó a la zona de
Madras. Al parecer, su ministerio indignó a los brahmanes , que eran temerosos de que el cristianismo menoscabara su sistema de
castas sociales. Así que, de
acuerdo a la versión siríaca de los Hechos de Tomás,
Mazdai, el rey local en Mylapore , después de interrogar al Apóstol lo condenó a muerte hacia el año 72.
Deseoso de evitar la excitación popular, el rey ordenó su muerte en una montaña
cercana, donde, después de que se le permita rezar, fue apedreado y luego
apuñalado hasta la muerte con una lanza empuñada por un brahmán enojado.
6.2. Cómo se encontró el sepulcro de Santo Tomás[15]
Los relatos que Marco Polo entregaron a los
reyes persas regalos son el testimonio
de que en el Oriente había reyes y príncipes cristianos. Había muchas
comunidades cristianas de los nestorianos, y también al sur de la India aún
quedaban pueblos cristianos, los conocidos como cristianos de Santo Tomás (discípulos del Apóstol Tomás).
Fueron los reyes de Portugal los que más interés
pusieron en tomar contacto con estos reinos cristianos del Oriente. Así que,
mientras Colón, asistido por muchos españoles, buscaba las tierras de las
Indias por el camino de Occidente, las expediciones portuguesas, capitaneadas
por Vasco de Gama, con mucho peligro y esfuerzo, y sobre frágiles
embarcaciones, atravesaban los tormentosos mares de las costas de África,
salvaban también el igualmente tormentoso cabo de Buena Esperanza, y bordeando
Sumatra, y atravesando el Océano Índico, llegaban gloriosamente a las costas
occidentales de la India.
Aquellas expediciones costaron muchos barcos y
muchas vidas a Portugal, pero con el entusiasmo de encontrar en esos lugares
hermanos cristianos, aquellos hombres llegaron a las costas de la India, y por
su fe llegaron a ser temidos por muchos reinos de la India que tomaron contacto
con ellos. Es posible que entre ellos fuera gente ambiciosa, pues nos dice la
historia que algunos de ellos no se portaron correctamente, pero, sin embargo,
el esfuerzo de los demás fue heroico y siempre se debería recordar con cariño,
pues muchos misioneros y escritores han creído siempre que las comunidades de Santo Tomás, tan perseguidas cuando ellos
llegaron, encontraron alivio y consuelo en estos hombres que los abrazaron como
hermanos de fe, y que posiblemente los salvaron de una muerte segura porque la
persecución contra ellos ella terrible en aquellos momentos.
Los cristianos de Santo Tomás recordaron a los portugueses que el cuerpo del Apóstol Santo Tomás aún seguía enterrado en las
ruinas de una pequeña ermita que el mismo Apóstol construyó para que quedara
siempre como símbolo de su amor a Jesucristo[16].
El cuerpo del Apóstol, después de ser asesinado, sus discípulos lo llevaron hasta esta
ermita y allí fue enterrado. Estas noticias llegaron hasta los reyes de
Portugal, y el rey de Portugal mandó una expedición con expertos para que
encontraran el cuerpo de Santo Tomás, y descubrieran todas las pruebas que
pudieran sobre estos hechos. Los nativos de aquel lugar, que habían guardado en
su corazón siempre los detalles de estos acontecimientos, llevaron a los
expertos portugueses hasta este lugar, y después de no poco esfuerzo,
encontraron maravillados el cuerpo de
Santo Tomás, así tal y como decían aquellos cristianos que había sido
enterrado, después de ser asesinado. Más tarde, allí mismo por orden del rey de
Portugal, fue construido por los portugueses y los cristianos de Santo Tomás, un templo en memoria del Apóstol,
que aún existe y lleva su nombre.
Cuando encontraron el cuerpo de Santo Tomás también encontraron una cruz labrada de medio relieve que tenía sobre la punta de
arriba pintada un ave, como una paloma, como representando la Venida del
Espíritu Santo. Tenía también la cruz
unos caracteres antiguos alrededor que, aunque los expertos enviados por los
reyes los examinaron, no pudieron descifrarlos. Así es como fue llamado un
anciano conocedor de las escrituras antiguas de la India, que se esforzó en
descifrarlos. Aquella escritura confirmaba que allí había estado el Santo
Apóstol, en aquel lugar, y que allí hizo una Iglesia y se convirtieron muchas
almas, entre ellos, varios reyes de la costa Malabar y de otros lugares. Para
confirmar más el resultado de este hallazgo, los portugueses buscaron a otro anciano
muy docto en las lenguas de la India, que después de estudiar con detalle
aquella escritura, y sin saber de la declaración del primer anciano, explicó lo
que decían las palabras escritas en aquella
cruz, coincidiendo igualmente con lo que había declarado el primer anciano.
Todos estos testimonios declaran la gloria y la
maravilla del Apóstol Santo Tomás, y fue causa de gran alegría para sus
discípulos, y para los portugueses que descubrieron su sepulcro. Estos hechos
están recogidos y explicados ampliamente en el libro Historia General de la India Oriental, compuesto por Fray San
Román, que recoge los hechos de los portugueses que llegaron a la India,
capitaneados por Vasco de Gama a finales del siglo XV, y que narra los hechos
de los portugueses en la India hasta el año 1557[17].
6.3. Expansión en la India
En la India hemos
de reconocer algunos de Ios legados y misioneros que la recorrieron a su paso
hacia el Asia central y oriental; Juan de
Monte Corvino estuvo más de un año en Meliapur/India, donde predicó,
bautizó, perdiendo a su acompañante, el dominico Nicolás de Pistoya, que murió.
El dominico jordano Cathala de Sévérac-le-Chateau (+ 1336?), desistió de hacer
su viaje a China y se quedó en la India, cuando cuatro de sus compañeros de
viaje de la orden franciscana sufrieron la muerte del martirio en Thana (cerca
de la actual Bombay). Algunos años más tarde, fueron trasladados sus restos
mortales a Zaitun por otro viajero franciscano. Después de la muerte de Juan de Monte Corvino, fue nombrado como
arzobispo sucesor por el papa Juan XXII (1316-1334) el franciscano Nicolás,
quien, no obstante, murió en el camino. El papa Juan XXII reordenó las
relaciones eclesiásticas en Asia: en 1329 erigió, junto a la provincia
eclesiástica de Khan-baliq, la de Sulaniyah (Sultanieh, Soltania) en Persia,
con el arzobispo Johannes von Cor como cabeza y con otros seis obispados
sufragáneos, que confió a los dominicos. El papa Benedicto XII (1334-1342) nombró
en el año 1338 a Juan Marignolli (de Florencia) legado papal para las misiones
asiáticas, el cual visitó desde 1338 hasta 1358 toda la cristiandad de Asia.
Jordano de Sévérac
misionó en la India por más de dos años, informó sobre las grandes dificultades
existentes y aseguró que había bautizado a 130 hombres. Después de su regreso,
fue consagrado por el papa Juan XXII obispo de Colombo (hoy Quilon), con la
expresa misión de llevar a los nestorianos de la India del sur al
reconocimiento de Roma. No sabemos nada sobre el éxito de esta empresa.
Giovanni de Margnolli encontró en1348, durante su viaje de vuelta, una iglesia,
sí, romano-católica, construida por maestros venecianos, pero ninguna señal de
existencia de una comunidad[18].
El punto de
gravedad no estaba tanto en la predicación misionera, cuanto en el empeño de
una «reunificación» con Roma de los cristianos orientales. Esta función
entre los cristianos separados de
Roma se comprendió como preparación para la misión entre los musulmanes. Las
confesiones cristianas vivían en paz entre sí, ayudándose mutuamente. Las
enemistades en las relaciones interconfesionales surgieron sólo cuando los
latinos se empeñaron en su unificación.
6.4. Los
problemas con los ritos y las herejías
Uno de los problemas más graves
que mermaron la evangelización en Asia fue el problema de los ritos y las
herejías. De todos es conocida la rivalidad entre Oriente y Occidente que
desencadeno el Cisma. La rivalidad entre el Patriarcado latino de Roma y oriental
de Constantinopla se vio agravada por las herejías. El Concilio de Calcedonia
quiso poner fin a los enfrentamientos dogmáticos. Finalmente, la Iglesia
posicionó el dogma de las dos naturalezas en una persona. Seguidores de San
Cirilo de Alejandría declararon hereje
de monofisismo a Nestorio y sus seguidores, Teodoro de Mopsuestia. Los monofisistas sostenían una sola
naturaleza, una persona con una sola naturaleza. Los diofisistas sostenían que estaban unidas las dos naturalezas a
dos personas.
El nestorianismo que tuvo su origen en Antioquía se fue difundiendo
por Persia hasta llegar a la India. Existen relatos
donde se describe las persecuciones que sufrieron los cristianos de Santo Tomás[19]. Estos relatos nos dicen
que esta comunidad cristiana, que en siglos anteriores había sido tan grande en
la India, y que abarcaba sobre todo las costas occidental y oriental de la
India, incluida la isla de Ceilán, con el tiempo había sido diezmada por los
reyezuelos vecinos idólatras y paganos, que se habían ido apoderando poco a
poco de todas las tierras donde vivían los cristianos, provocando muchas
persecuciones contra ellos. Los cristianos que habitaban en las grandes
ciudades, como Mylapore, donde había muerto Santo Tomás, y otras, huyeron la
mayoría a las altas montañas, especialmente, a las montañas de la península
hindostánica. Ésta es la causa de que cuando llegaron los portugueses en el
siglo XV a la costa Malabar, hubiera allí tan pocos cristianos, y tan
perseguidos, que si no hubiese sido por el respeto que impusieron los
portugueses en estas tierras, no hubieran sobrevivido. Los demás estaban
refugiados en las montañas. Por este motivo, estos fueron llamados por los
portugueses Cristianos de la Sierra.
6.4.1 Los nestorianos
Al estudiar la
configuración de las comunidades cristianas en Asia e India, nos movemos sobre
un terreno históricamente muy inseguro, a pesar de aceptar la «Christiana
Topographia», la obra geográfica más digna de confianza de Cosme Indiokopleústäs, de
comienzos del siglo VI. Nos informa sobre las comunidades cristianas en Kalyan
(en el interior de la India, al noreste de Bombay), en Male (Malabar), en
Socotra y en Taprobane (Sri Lanka). En Kalyan, vivió un obispo que había sido
consagrado en Persia. Algunas de las comunidades estaban configuradas por
cristianos persas.
A estas evidentes
afirmaciones históricas se oponen, en la India, dos tradiciones tomasianas
claramente irreconciliables. Una está relacionada fundamentalmente con el norte
de la India, mientras que la segunda se concentra en el sur de la India,
orientada hacia el camino del estrecho del sur. Los fundamentos de esto los
encontramos en escritos tardíos, calendarios de santos y en la famosa historia
del repartimiento misionero del mundo entre los discípulos de Jesús de Eusebio
de Cesarea (hacia 263-339) del año 323, en una cita del Comentario al Génesis
de Orígenes (1254) en el que le había correspondido al apóstol Tomás la
«Parthien».
Mientras que la
indicación de Eusebio se refiere a la India del sur, donde se puede demostrar
la existencia de comunidades cristianas, compuestas por inmigrantes
sirio-persas y por población indígena, que, gracias a su gran acomodación
social a su entorno, pudieron resistir todas las crisis, las actas tomasianas
de la Siria del norte ponen la actividad del apóstol Tomás en el noroeste de la
India, en el territorio del actual Pakistán. En el caso de que el cristianismo
hubiese podido asentarse aquí, no fue por mucho tiempo. Como quiera que se
interpreten las tradiciones y se las quiera combinar de mil maneras, todas
ellas juntas sólo demuestran que el comienzo de la Iglesia en la India hay que
situarlo en tiempos muy remotos, lo más tarde en el siglo III. Leslie Brown dice, resumiendo el tema en su investigación sobre los cristianos tomasianos, que vivían en dos
mundos, sin tener conciencia, no obstante, de la tensión o desarmonía
existentes. Eran cristianos de
Mesopotamia con su fe, su liturgia y su ethos; por lo demás, eran indios[20].
Precisamente es
este doble aspecto el que aparece reflejado en el arte. Pero, además,
constituye un testimonio importante «para la compleja problemática de la
"inculturización" de la fe
cristiana, que acompañaría a la historia de la Iglesia en Asia». Las cruces persas, los objetos más sagrados de los cristianos
tomasianos, las cuatro más importantes y famosas están en Alangad
(Mangate), Kadamattan, Kottayan y en el monte Tomás en Mylapore (Madras) y
tienen cuatro largos brazos iguales; están adornadas con flores y muestran una inscripción
en Pahlavi (persa antiguo) de donde les viene la denominación, son un recuerdo
del camino histórico de la misión cristiana hacia la India y constituyen una
unión de los primeros cristianos indios con el mundo cultural persa. Las muchas
particularidades de la arquitectura eclesiástica y del arte sólo se pueden
comprender y explicar por el encuentro con la religiosidad india y de su mundo
cultural[21].
Se profundizó en las ideas cristianas, que con frecuencia fueron desarrolladas
teológicamente. En principio, no podemos considerar extraño que los cuatro
antiguos baptisterios (Edapilly, Kanjoor, Kaduthuruthy, Kudamaloor), admirables
por su historia y por su arte, y tallados en granito, sean potados por
animales, en los que descansan. La forma cambiante y diferente del pie del
baptisterio no es el elemento más importante para la explicación del rito
bautismal, sino el motivo de flor de loto que se repite una y otra vez de forma
distinta.
El antiguo símbolo
asiático de la flor de loto es, en un
cierto sentido, el símbolo más significativo que representa el encuentro entre
el cielo y la tierra. La flor de loto
se eleva desde la oscuridad del agua y florece a plena luz. El brote se abre
lleno de promesas y es el símbolo del nacimiento. En el arte budista se emplea
como símbolo de la iluminación y del crecimiento hacia la auténtica realidad.
Para la imaginación religiosa, el loto
tiene una gran importancia, es cantado en la literatura y representa la fuerza
fructífera y dispensadora de vida del agua en la que crece. No podemos decidir
nada sobre la estructura eclesiástica ni cómo se ha desarrollado históricamente
en particular. Fuentes persas testifican sobre la autonomía de la iglesia tomasiana por los s. VII-VIII, haciendo
mención de un (obispo) metropolitano. Timoteo I (780-823) puso, hacia el año
800, a la iglesia india bajo la
inmediata jurisdicción persa nestoriana.
Con la llegada de los portugueses dieron comienzo los intentos, condicionados
doctrinalmente, de someter a la iglesia a la jurisdicción católica. La romanización y la exigencia subyacente del patriarca
sirio dieron lugar a una historia de
separación. Durante la dominación portuguesa hubo tres grupos de
cristianos: los latinos, los sirios
–que se habían sometido al Papa, aunque se afirmaron en la liturgia siria– y los cristianos
tomasianos independientes. Éstos se levantaron, unidos fuertemente, en una
protesta dramática contra los resultados del Sínodo de Diamper (Udayamperur)
(1599), en el que el arzobispo de Goa, Alexis de Menezes (1559-1617) había
conseguido someter al Papa a los representantes de la iglesia india y que éstos
aceptasen los sacramentos, renunciando a muchas costumbres tradicionales.
Durante esta revuelta contra la enajenación cerca de la Kunen Kurisu (cruz
doblada) en Mattancherry, en el año 1653, una gran cantidad de comunidades
lograron nuevamente su independencia, a la que siguió su acercamiento al
patriarca jacobita de Antioquia (1665), quien posibilitó la sucesión apostólica
de los obispos, dando, con el tiempo, a la iglesia rasgos sirios occidentales. Hoy la
tradición siria está dividida en 15 iglesias.
6.4.2. La expansión del cristianismo nestoriano (431-1360 dC)
En 410 el emperador sasánida convocó a los líderes de la
iglesia persa al Sínodo de Seleucia . Su propósito era hacer que los Católicos de Seleucia-Ctesifonte el líder de la minoría de los cristianos en el Imperio, y personalmente
responsable de su buena conducta en todo el imperio persa entrasen en diálogo
para un posible acuerdo. El sínodo aceptó
el deseo del emperador.
En 424 los obispos
de Persia se reunieron en concilio bajo la dirección de Dadiso y determinaron que no habría ningún problema de disciplina teológica de
cualquier tipo, y desestimaron cualquier consejo de la iglesia en el Imperio
Romano. La separación formal de la sede de Antioquía y la Iglesia sirio occidental bajo los emperadores romanos (bizantino),
se produjo en este sínodo en 424.
El desarrollo del
este del cristianismo continuó al separarse del oeste, empujado por los
acontecimientos tales como de 431 Concilio
de Éfeso , en el que el obispo sirio Nestorio ,patriarca
de Constantinopla desde el 428, fue
acusado de herejía por predicar su clase de cristianismo, etiquetado nestorianismo después él. Él y sus
seguidores fueron expulsados del Imperio bizantino, y otras instituciones
religiosas y políticas le dieron cobijo. El cristianismo
oriental se separó para formar lo que se llama la Iglesia de Oriente , o Iglesia siro-oriental, [12] aunque algunos historiadores se refieren a ella con el término general
de Iglesia nestoriana, a pesar de que muchos cristianos orientales no estaban siguiendo la
doctrina predicada por Nestorio .
6.4.3. Los cristianos tomasianos declarados
nestorianos
Según nos cuentan estos hechos anteriores, en el
siglo lV los Cristianos de la India
sufrían persecuciones grandes y terribles; pero también conseguían conversiones
que les llenaban de esperanza y alegría. Por otra parte, y como hemos dicho
anteriormente, algunos historiadores creen que desde el siglo ll estos Cristianos de la India ya tenían algunos
contactos con los misioneros cristianos que venían de Siria y Medio Oriente. Y
en el s. V parece ser que se habían unido a la sede de Seleucia-Ctesifonte,
cuando comenzaba a reafirmarse la iglesia de Persia o Mesopotamia.
En los relatos de los franciscanos y dominicos
se recuerda la actividad misionera de los
nestorianos. Esta predicación misionera comenzó en tiempos del patriarca
Mar Abha el Grande (540-552), defensor de la Iglesia persa. En el siglo VII se
produjo una gran expansión del Islam, y ante esta amenaza y persecución, los nestorianos llegaron en los siglos
Vl-Vlll hasta China, Asia Central y la India. Uno de los monumentos cristianos nestorianos es el de Sianfú
(781) (de la provincia china de Schensi), que contiene parte de la fe cristiana
de los nestorianos. Con inscripciones
sirias y chinas también se informa sobre el viaje misionero de Alofén a China
(año 635) y de cómo le recibió el emperador Tai Tsung.
La expansión de los Cristianos nestorianos por toda Asia está testimoniada
ampliamente por muchas señales, muchos historiadores, y por muchos misioneros y
viajeros, que conocieron estas comunidades en Asia. Pero si grande fue su
expansión, también está testimoniada la terrible persecución que han sufrido
durante todos estos siglos, hasta casi su total exterminio, por diversas
corrientes religiosas del oriente enemigas del cristianismo.
Estas comunidades cristianas sirias, más tarde
llamadas comunidades nestorianas,
desde que el patriarca Nestorio de la iglesia siria se apartó de Roma, se cree
que siempre tuvieron contacto desde los primeros siglos con los cristianos de
Santo Tomás de la India (Goa, Kerala, Malabar, etc.), pues cuando los
portugueses, y los misioneros que con ellos iban, llegaron a la India en el
siglo XV y conocieron estas comunidades
de cristianos de Santo Tomás, estos cristianos ya seguían las tradiciones
de rito caldeo o nestoriano, pues ofrecían obediencia a los patriarcas caldeos
y tenían obispos metropolitanos.
Los misioneros nestorianos pronto llegaron hasta
Asia Central y China, y según las crónicas nestorianas, en el siglo V ya había comunidades cristianas nestorianas en
Sistan, Merw, Herat y en las orillas del golfo Pérsico. Los heftalitas de Bactriana solicitaron un obispo en el año 549 y
Samarcanda se convirtió en obispado en el siglo VI-VII. El Katholikos Timoteo l
(patriarca nestoriano), 780-823, que
organizaba en aquel tiempo las misiones, nos ofrece la voluminosa
correspondencia que nos informa de la actividad misionera de los nestorianos en
todo el centro asiático, China, Tíbet, y otros lugares de Asia, que tenían
metropolitanos y cientos de miles de fieles por todas las comunidades.
El emperador chino Tay-sung acogió al misionero
nestoriano O-lo-pen; hizo traducir los libros cristianos que éste traía y
publicó un edicto a favor del cristianismo; hizo que se levantara un templo
cristiano y que a su servicio estuvieran 21 sacerdotes. Según la estela de
Singanfu, los emperadores siguientes, como Kao-sung, sucesor de Tay-sung,
construyeron templos cristianos en todas las ciudades de su imperio. Al monje
O-lo-pen se le concedió el título de Gran General para todo el imperio. Muchas
familias se convirtieron al cristianismo. Pero a partir del año 699 comenzaron
las primeras persecuciones por parte de los idólatras de la China, y se cree
que murieron muchos cristianos.
Son muchos los testimonios que nos indican que
el cristianismo llegó a muchas partes del Oriente, desde los primeros siglos.
Después de los portugueses y españoles, a partir del 1600, llegaron los
holandeses, franceses e ingleses a la India y a China, aprovechándose de las
rutas abiertas ya por los primeros descubridores. También disputaron las
tierras conquistadas a los primeros conquistadores y se establecieron en ellas.
Finalmente. la India, y otras muchas partes del Oriente, pasaron a ser colonias
inglesas.
Nos dicen los historiadores que entre todas las
comunidades cristianas separadas de Roma la más antigua es la de los nestorianos. Ellos dicen que su
doctrina procede directamente de los Apóstoles y fue Nestorio el que les siguió
a ellos y no ellos a Nestorio. Se dice que la religión católica en el Concilio
de Éfeso condenó a Nestorio como hereje y lo desterró, y desde entonces, la
escuela catequética de Edessa, de Siria, que pertenecía al imperio romano desde
el 435, pasó a ser el centro principal
del nestorianismo.
7.
EL
PAPEL DE LOS COMERCIANTES EN La ruta
de la seda
Los comerciantes y los inmigrantes van a jugaron factor muy
importante en la difusión del cristianismo. Kashgar (la actual
Kashi), era punto de encuentro de las caravanas procedentes de la India,
Afganistán, Tayikistán y Kirguizistán, era el otro extremo de la Ruta de la Seda en el territorio chino
y, por tanto, el primer encuentro directo para las mercancías, las ideas y de
las religiones entre China, Occidente y el sur de Asia. La ciudad de Yarkant,
visitada por Marco Polo en dos ocasiones (en 1271 y en 1275), sigue siendo uno
de los enclaves comerciales más importantes de la región autónoma de Xinjiang y
uno de los centros musulmanes de mayor importancia en la República Popular
China.
Por la “Ruta de la Seda” no circulaban solamente mercaderes con bienes de
todos los reinos, sino también asaltadores, ladrones y pilluelos, por lo que
los caminos no eran totalmente seguros. Así, lo peor que les podía pasar, era que,
por aquellos desfiladeros y glaciares, se despeñara un camello; perdieran al
animal y a su preciada carga, y además su estiércol, que utilizaban como
combustible. Y aún era peor, si el camello perdido transportaba comestibles.
Casi en el 80 % de la Ruta de la
Seda, no hay árboles; sólo hielo, nieve y glaciares. Algunas caravanas no
llegaron nunca a su destino. Unas eran asaltadas por bandas feroces de
asesinos, que para hacerse con las mercancías, no dudaban en matar, y otras
veces, morían los caravaneros víctimas de accidentes o enfermedades. En cada
localidad que paraban para descansar, debían proveerse de comida para un mes,
por lo menos. No es de extrañar, que Plinio el Viejo dijese que la seda china
era muy cara (“gastos inmensos”).
Pero junto a mercaderes y matones, la “Ruta de la Seda” también fue una vía donde el budismo se extendió
por toda Asia. Misioneros
budistas de la India llevaron la luz de las enseñanzas del Buda desde la
India a Taxila, de Taxila al Tibet, del Tibet a Dunhuang, donde penetró en
China. Los conocimientos más avanzados de la época, propios de las
Universidades Budistas de Nalanda, Vikramasila, Odantapuri, Vilabhi y
Ratnagiri, entre otras, circularon también de un reino a otro junto con los peregrinos, monjes, maestros y discípulos
que viajaban en busca de conocimientos o a llevar sabiduría a los monasterios del Tibet, de Dunghuang o al complejo de Monasterios en las Grutas de
Mogao, en China. También, monjes de
todos los reinos iban de peregrinaje a la India en misiones para encontrar
manuscritos y textos budistas originales para traducirlos a las lenguas
vernaculares de sus propias regiones y traer conocimientos nuevos en los campos
de la filosofía budista, la medicina o la astronomía.
Más tarde, con el apogeo del Islam
bajo la Dinastía Omeya (661-750), que quería controlar las más importantes
líneas comerciales a China, tomó la mitad occidental de la Ruta de la Seda, y esta se vio interrumpida, ahogando el comercio
de otras naciones con precios elevados y altas tasas. Este fue el principio del
fin.
El aspecto más importante del entramado
comercial de esta ruta es el papel de intermediarios que ejercían los
comerciantes islámicos. Éstos, conscientes de los beneficios económicos que
dejaba este trasiego comercial, no permitieron la entrada de comerciantes
europeos o asiáticos en la ruta, convirtiéndose en los elementos que hacían
funcionar el sistema. Las caravanas, procedentes de Siria y Mesopotamia,
cruzaban todo el continente asiático para adquirir -a bajo precio- los
productos que después venderían -a precios desorbitados- a los comerciantes o
intermediarios europeos, para ello, las caravanas hacían uso de una red de
albergues llamados caravansarays para
pernoctar, protegerse y proveerse[22].
7.1. El gran mercader Marco Polo
Marco Polo llega a la isla de Ceilan a finales
del siglo XIII. Marco Polo es figura antológica considerado prototipo del gran
mercader. En uno de sus últimos viajes por las tierras y mares de Oriente,
llegó a la famosa isla de Ceilán y allí descubrió que los nativos de esta isla
recordaban un relato muy parecido a los hechos de Barlaam y Josafat..., pues
ellos recordaban que sus antepasados habían venerado siempre a un príncipe
llamado Sagamoni que había llegado a esta isla huyendo de la vanidad y los lujos
que le ofrecían en su palacio, buscando a su Creador para encontrar la verdad y
para servirle.
El relato de Marco Polo en cuanto a este
príncipe te deja sobrecogido por el parecido que tiene con los hechos de
Barlaam y Josafat. Las principales y más conocidas religiones del Oriente
recogen en sus enseñanzas y ejemplos muchos ejemplos que tienen una raíz común
con el cristianismo. Éste fue el legado que dejaron todos aquellos héroes
llamados Apóstoles y discípulos de Jesucristo para los habitantes de todas
aquellas tierras que conocieron desde el primer siglo las enseñanzas del
Evangelio de Jesucristo.
Por motivos de las grandes
persecuciones, durante mucho tiempo muchas comunidades cristianas quedaron
aisladas, y tuvieron que respetar y aceptar las tradiciones que les envolvían.
Esto hizo que los nativos de aquellas naciones confundieran, en parte, las
enseñanzas cristianas con sus símbolos, tradiciones y costumbres. Por eso, los nombres de sus héroes y dioses pueden ser
diferentes, según las tradiciones de estos pueblos, pero la marca inconfundible
de la enseñanza de Jesucristo es común durante siglos para todas las corrientes
religiosas desarrolladas en Oriente…, desde confucionistas, taoístas y bonzos
adoradores de xaca, en la China, hasta las diversas corrientes hinduistas,
jainistas y budistas, en la India y otras partes de Asia. De entre todas estas
corrientes religiosas, la más parecida a los cristianos católicos, por algunas
de sus enseñanzas y prácticas religiosas, es el lamaísmo. Muchos que han vivido
en el Tíbet y han conocido esta corriente religiosa han llegado a llamar a esta
religión: el catolicismo amarillo o de Oriente.
8.
EL
CISMA DE ORIENTE Y EL INICIO DEL PERIODO DE DECADENCIA[23]
Al principio el reino mongol va a ser un
factor de propagación, aunque finalmente cambiarían las tornas. El imperio
mongol al principio se muestra abierto. Para la evangelización del mundo mongol
tiene gran importancia el profeta Mani. Este profeta persa del S. III hace de
puente entre los hunos y los mongoles. En el S. X cae la dinastía Tang y el
imperio persa pasa a ejercer el predominio entre los turcos y los mongoles.
Durante el periodo del S. XI al XVI cesa la expansión de la evangelización y se
pasa a una mera supervivencia.
El gran desafío vendrá bajo el reinado
del emperador monzón Gazán. Con este emperador viene a concluir el fin de la
denominada “pax mongólica”. Se da
comienzo al tiempo de decadencia bajo la dinastía Tang en China.
Al principio había cierta convivencia
pacífica. Los ugures fueron un pueblo mongol que recibió la fe de los
misioneros de Siria Oriental. La “pax
mongólica” se desarrolla al estilo de la “pax romana” Hulagu y Kublai kan favorecieron la expansión del cristianismo.
Kublai kan mando una carta al Papa mediante la embajada de Marco Polo solictando
100 misioneros. Cuando estos llegaron había muerto Kublai kan y el nuevo
emperador Gazán se convierte al Islam.
Es entonces cuando comienza un periodo de decadencia.Este periodo se agravará
con la subida de la dinastía Tang en China.
Una nueva situación política en China,
(la protagonizada por las dinastías Tang, Song, y Yuan, desde el siglo VII
hasta mediados del siglo XIV), y una nueva realidad económica y cultural en
Occidente hicieron posible el restablecimiento de nuevas relaciones entre los
dos mundos gracias a las que, junto a las mercancías, empezaron a
intercambiarse también las ideas, los conocimientos artísticos, los idiomas y
las religiones. Desde entonces las Rutas
de la Seda dejaron de ser caminos exclusivos de los comerciantes y de los
militares, y empezaron
a ser transitados cada vez con más frecuencia por intelectuales y por monjes de las principales religiones del
mundo, que supieron también, como si fueran ávidos comerciantes del espíritu,
intercambiarse entre ellos las enseñanzas de Buda, Confucio, Jesucristo y
Mahoma.
Oriente y Occidente comenzaban así a
necesitarse el uno al otro, a pesar de que el enemigo acechaba siempre desde el
norte; en esta ocasión, desde Mongolia. Y aunque la intensidad del comercio
crecía incesantemente desde el siglo VIII, también crecían en igual o mayor
proporción los asaltos, los saqueos, las confiscaciones y los asesinatos
masivos perpetrados por las hordas nómadas del norte; tribus que, después de
ser unificadas por Genghis Khan a comienzos del siglo XIII, demostraron que
eran invencibles.
Hacia el siglo XV, con el auge de
la navegación y las nuevas rutas marítimas comerciales, y el apogeo de los
Imperios Árabe, Imperio Mongol y Turco (selyúcidas y otomanos, ambos por igual
en períodos distintos de tiempo) fue languideciendo lentamente la importancia
de la Ruta de la Seda como principal
arteria comercial entre oriente y occidente, y algunas de las más florecientes
e imponentes ciudades a lo largo de su recorrido, fueron perdiendo importancia
e influencia y, olvidados por el mundo exterior, se convirtieron en una vaga
sombra de lo que fueron.
8.1. La Iglesia bizantina
Varios esfuerzos también fueron hechos por la Iglesia bizantina de oriente de unirse con la iglesia latina de Roma. En 1272, Juan de Montecorvino fue encargado por el emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo para comunicarse con el Papa Gregorio X , para negociar la reunión de las iglesias ortodoxa y católica. El objetivo era introducir una cuña entre el Papa y los partidarios del Imperio Latino, que tenía puntos de vista sobre la reconquista de Constantinopla. Una unión tenue entre las Iglesias griega y latina se firmó en el Segundo Concilio de Lyon en 1274. La concesión de Miguel VIII se reunió con la oposición decidida en casa, y las cárceles llenas de muchos opositores a la unión. Al mismo tiempo, la controversia sindicalista ayudó a impulsar vecinos ortodoxos de Bizancio Serbia y Bulgaria en el campo de los oponentes de Michael VIII. Durante un tiempo el intento diplomático de la Unión funcionó en Occidente, pero al final Martín IV , aliado de Carlos de Anjou , excomulgó a Miguel VIII.
8.2.
La Iglesia Armenia
Tras el 1054 cisma
de oriente ,
diversos esfuerzos, durante varios siglos, se hicieron a la reunificación de la
cristiandad oriental y occidental, con el objetivo de poner paz bajo el gobierno
del Papa.
En 1198, hubo un
intento de unión entre la iglesia de Roma y la Iglesia
de Armenia efectuada por los armenios católicos de Sis Grigor VI. Esta no fue concluida pues el clero local y la población se opusieron
firmemente a tal unión. De nuevo en 1441,
los Católicos armenios de Sis Grigor IX y
Musabekiants proclamaron la
unión de las iglesias armenias con las latinas en el Concilio de Florencia , pero esto fue contrarrestado por un cisma armenio bajo Kirakos I.
Numerosas misiones
católicas romanas también fueron enviadas a Armenia Cilicia para ayudar al
acercamiento. Los franciscanos fueron puestos a
cargo de estas misiones. Rubruquis visitó Cilicia en 1254, y Juan de Monte Corvino en 1288. El rey armenio Hethoum II (1266-1307) se habría convertido por la predicación de un monje
franciscano. Otro ejemplo de conversión fue la del historiador Nersés Balients , que era un miembro de la defensa de la unificación, movimiento
"unitario" con la Iglesia latina.
Existían comunidades nestorianas desde el golfo
Pérsico hasta Manchuria, y algunas ciudades eran cristianas en su totalidad.
Entre los keraítas que habitaban en Mongolia se podían contar hasta cerca de
200.000 convertidos al cristianismo. También los Ongüt recibieron la misma fe y
un príncipe de esta tribu fue el famoso Preste Juan..., lo menciona por primera
vez Otto de Frisinga en el año 1145, en una carta a Honorio lll. Como hemos
dicho anteriormente, los Keraítas y los Ongüt fueron derrotados por Gengis
Khan. Sin embargo, respetó la fe de estos pueblos y sus descendientes tomaron
esposas cristianas. Algunas, descendientes también del famoso Preste Juan.
De toda esta expansión de los nestorianos se
conservan muchos monumentos que se han ido encontrando a partir de 1890, y de
ellos puede deducirse que tenían una buena organización religiosa. Las estelas,
lápidas, y otros monumentos, testimonian la historia de estos hechos. También
hay inscripciones diversas encabezadas siempre con el signo de la cruz. Sólo
entre 1890 y 1930, habían sido descubiertos ya más de 200 monumentos.
Algunos gurús y escritores orientales y
orientalistas se empeñan en decir que la presencia cristiana y la influencia de
sus enseñanzas no fue significativa en Oriente, especialmente en la India y en
la China, pero la historia no nos dice lo mismo. Hubo muchas comunidades
cristianas que habitaron desde el principio de nuestra era en muchísimas partes
del Oriente, y la influencia cristiana de sus enseñanzas está bien patente, en
parte, en todas las doctrinas del Oriente. Y esta influencia ha sobrevivido a pesar
de las grandes persecuciones que ha habido hasta hace unas cuantas décadas. Es
ahora cuando empieza a ser mínima la presencia cristiana en muchos países de
Oriente, todo por motivo de las grandes persecuciones. Y de estas persecuciones
bien fueron testigos Marco Polo y muchos viajeros y misioneros, que les tocó
vivir aquellos angustiosos momentos en aquellas tierras, los cuales nos dejaron
sus relatos. Los relatos de Marco Polo nos dicen que en una sola provincia de
la China él conoció a 700.000 familias de cristianos, que estaban ocultos y no
podían decir que eran cristianos, por miedo a los idólatras. Esto, según cuenta
el relato de Marco Polo, ocurrió cuando estuvo él en la China, a finales del
siglo Xlll, en la ciudad de Fugiú.
9. LAS MISIONES CATÓLICAS ROMANAS A LOS MONGOLES Y A CHINA
Los contactos
entre los mongoles y Occidente se produjeron en el siglo XIII, cuando el
imperio mongol se expande hacia Europa y Palestina, coincidiendo con la última
parte de las cruzadas. Los contactos
iniciales mostraron que los mongoles tenían la impresión de que el Papa era sólo
el líder de los cristianos europeos, y le enviaron mensajes que insistían en
que se sometiera a la autoridad del rey mongol. Los mongoles declararon que después de conquistar Jerusalén someterían a los cruzados. Los diversos
papas, parecían no ser conscientes de que el cristianismo ya existía en el
Este, y tendían a responder con mensajes que insistían en que los mongoles se convirtieran
al cristianismo. Posteriores hubo comunicaciones
entre los mongoles y cristianos de Europa con intentos de formar una alianza franco-mongol en contra de los musulmanes.
En 1253, el rey Luis IX envió el franciscano Rubruquis a la capital mongola de Karakorum para convertir los tártaros. William visitó la
corte del Gran Khan Möngke en 1254, y observó allí representantes de varias religionesí. Se involucró en un famoso debate establecido por Möngke, con
representantes de cada uno sobre cuál religión era mejor. Se fue en agosto de 1254, teniendo la respuesta de Möngke al rey Luis.
En 1268, Marco Polo antes de regresar de China, vino con una invitación de Kublai Khan al papa, implorándole para que se enviara un centenar de maestros de la
ciencia y la religión para reforzar el Cristianismo ya presente en el imperio
de Kublai. Sin embargo, esto no llegó a realizarse debido a la hostilidad de los
cristianos nestorianos influyentes dentro de la corte en gran medida de los
mongoles. Kublai hizo pedir ayuda occidental para asegurar el dominio mongol sobre
China de la dinastía Yuan . En 1289, el Papa Nicolás IV envió el franciscano Juan de Monte Corvino a China a través de la India. Aunque Kublai ya
había muerto cuando Juan llegó en 1294, el tribunal de Khanbaliq lo recibió amablemente y le animó a instalarse allí. La comitiva de Juan fue la primera delegación misionera católica de China, y fue
significativamente de gran éxito. Él trabajó se
realizó en gran medida en la lengua mongol , traduciendo el Nuevo Testamento y los Salmos. Se construyó una iglesia central, y al
cabo de unos años (hacia e 1305) se reportaron 6.000 conversos bautizados. También se estableció una escuela de formación laica de 150 estudiantes.
Otros sacerdotes
se unieron a él, Juan fue consagrado obispo, y se establecieron centros en las
provincias costeras de Chiangsú ( Yangchow ), Chechiang ( Hangzhou ) y Fujian ( Zaitun ). Bajo la influencia de Juan, muchos mongoles, tales como los de la Ongut tribu, cambió la
lealtad de la nestoriana (siro-orientales) Iglesia de Oriente, al catolicismo
occidental.
Tras la muerte de
Juan de Monte Corvino, fue enviada por medio de Toghun Temür una embajada en 1336 a los católicos franceses representantes del Papa Benedicto XII en Aviñón , solicitando una nueva guía espiritual. El Papa respondió nombrando cuatro eclesiásticos como sus legados a la
corte del Khan. En 1338, un total de 50 eclesiásticos fueron enviados por el Papa a
Pekín, como Juan de Marignolli , que llegó a Khanbaliq en 1342, y se mantuvo hasta 1347, después de
regresar a Aviñón en 1353.
Sin embargo, la
dinastía Yuan, establecida en China, estaba en declive, y en 1368 fue derrocada
por la dinastía Ming fundada por un nativo de China. El último obispo
católico de Quanzhou, Giacomo da Firenze, murió en manos de los chinos en 1362.
Hacia el 1369 todos los cristianos, ya sean católicos o nestorianos (siriaco
ortodoxo, o siro-oriental), fueron expulsados.
9.1.
El
inicio de la evangelización en China. El imperio Mongol[24]
La fe cristiana
parece que llegó por primera vez hasta China y los confines del Asia central y
oriental a través del grupo gnóstico de los maniqueos. En China desaparece el
maniqueísmo en el siglo XIV. Prescindiendo de algunos cortos espacios de tiempo
en los que se fomentó o se soportó el maniqueísmo, éste fue perseguido en todos
los países por las religiones tradicionales allí existentes. Una excepción es
el reino de Uigurren, donde entre 762 y 840 el cristianismo tachado de maniqueísmo
fue la religión estatal. Los éxitos misioneros se debieron a la inteligente
acomodación del cristianismo a las religiones preexistentes. No tenemos
argumentos fehacientes que nos expliquen la existencia de restos cristianos en
el taoísmo del siglo II, en conjunción con el maniqueísmo.
Mucho más
consistentes y evidentes son las huellas de la formación de comunidades
nestorianas durante la dinastía T'ang (siglos VII-X) en China. La estela de
Si-an-fu (Sehnsi), erigida en el 781 y descubierta en 1625 destaca por encima
del resto variado de materiales fuente. A esto hay que añadir una serie de
textos teológicos y espirituales, así como documentos de estado chinos; todos
juntos, nos ofrecen una asombrosa y concreta imagen de la «doctrina de la luz»
(Chiag-chiao [jingjaoj) y de la tarea misionera en China.
En la estela de
Si-an-fu (Shensi) se nos informa de que el monje sirio y misionero Alopen llegó
a China el año 635, fundando un monasterio nestoriano en la capital. El cristianismo
se difundió tan rápidamente que el sucesor del Kaiser T'ai Tsung ordenó
construir una iglesia cristiana en cada provincia de su reino. La estela nos
transmite los nombres de 70 obispos, sacerdotes y monjes.
Esta evolución se
interrumpió, cuando, entre 845 y 846, un régimen cada vez más
confucionista-ortodoxo ordenó severos controles contra las religiones foráneas.
Los monasterios nestorianos de las ciudades parece que fueron totalmente
disueltos. Bajo el dominio mongol (s. XIII-XIV), la misión nestoriana vivió un
florecimiento renovado, para quedar definitivamente disuelta bajo la dinastía
del poderío mongol, en 1368, como una religión foránea, que nunca había
arraigado en el pueblo chino. Lo mismo ocurrió en la aislada comunidad en el
«Shanghai de la edad media», en Zaitun (Tschüantschou), donde en 1830 había una
sede episcopal. Algunos restos de cruces de piedra y de sepulturas, encontrados
en 1949, demuestran que aquí el sirio era la lengua litúrgica. La estela de
Sian-fu, de la que ya en 1625 había una traducción latina, intenta mantener la
sustancia cristiana, pero acomodándose mucho a los términos y expresiones
budistas. Encontramos, además, giros y esquemas de pensamiento taoístas, aunque
en menos cantidad. Un defecto esencial de la misión nestoriana fue no tener en
cuenta la institución de un clero indígena, que faltaba totalmente. La conexión
con conceptos budistas y taoístas condujo en escritos tardíos a adoptar rasgos
demasiado sincretistas, mientras que en los posteriores escritos las ideas
fundamentales eran auténticamente nestorianas, a pesar de la acomodación
habida. Podemos concluir que la excesiva apertura del nestorianismo a todas las
otras religiones fue una de las razones de su ocaso.
Es cierto que
otros proyectos más importantes de la iglesia nestoriana de China no han
llegado hasta nosotros, ni podemos siquiera encontrar el camino que nos lleve
hasta ellos, pero hay numerosas representaciones de cruces. La cruz no es con
mucho el símbolo de la muerte y del dolor de Jesús, ya que la teología
nestoriana la ve como un signo del Cristo resucitado y glorificado. Es un
símbolo del poder divino de Cristo, superador de la muerte, por lo que se la
adorna con joyas y con frecuencia está envuelta en flores de loto. La cruz, en
sus distintas manifestaciones nestorianas, está representada en forma de una
cruz persa o de Malta, colocada sobre flores de loto y adornada con perlas. En
las perlas y especialmente en la gran perla situada en el ápice del adorno, nos
parece descubrir el símbolo nestoriano de la eterna felicidad, que se consigue
por el martirio o por una vida fiel al cristianismo. Se trataría aquí de una
imitación del budismo, a saber, la así llamada «perla Kumbira», como
representación simbólica de la ley budista. También nos orienta hacia un
simbolismo budista la flor de loto. La cruz junto a ella es un símbolo cósmico,
imagen y signo del cuerpo humano. Se convierte así en el signo de la rosa de
invierno y en el punto de apoyo y cenit. Comentando todo esto, el monje
Hans-Joachim Klimkeit escribe: «Interpretando así la cruz corresponde en lo
fundamental al mandala budista, pues refleja una esencial incorporación
mítico-espacial en el microcosmos». Varias
ideas religiosas de las religiones no cristianas, como, por ejemplo, la idea
budista de la reencarnación, entraron en el cristianismo. La tendencia más
clara la vemos en el arte, donde motivos religiosos del ámbito no cristiano
influyeron en las representaciones cristianas, y donde encontramos un
simbolismo extra-religioso en las cruces cristianas. Así se fueron
manifestando, ya durante la edad de oro del cristianismo nestoriano en Asia,
líneas de evolución, que a lo largo acabarían llevando a esta iglesia a un
sincretismo.
9.2.
El cristianismo primitivo en China
El cristianismo pues
mezclado de otras tendencias existió en China, pero la primera introducción en
regla fue documentada durante la dinastía Tang (618-907) Una misión cristiana bajo la dirección del sacerdote Alopen (descrito como persa, siríaco , o nestoriana ) era conocido por haber llegado a 635, donde él y sus seguidores
recibió un edicto imperial que permite el establecimiento de una iglesia. En china, la religión era conocido como Daqin Jǐngjiào, o en la luminosa religión de los romanos. Daqin designa Roma y el
Cercano Oriente, aunque desde el punto de vista occidental, el cristianismo
nestoriano fue considerado herético por los cristianos latinos.
La oposición se
presentó a los cristianos de 698 a 699 por parte de los budistas, y luego por
los taoístas en 713, pero el cristianismo continuó prosperando, y en el año
781, una piedra estela (la estela nestoriana ) fue erigido en la capital Tang de Chang-an , que registró 150 años de historia cristiana apoyada por el emperador
en china. El texto de la estela describe comunidades florecientes de los
cristianos en toda China, pero más allá de esto y algunos otros registros fragmentarios,
se sabe relativamente poco de su historia. En años posteriores, otros emperadores no eran tan religiosamente
tolerantes.
En 845, las autoridades chinas proclaman una prohibición de los cultos
extranjeros, y el cristianismo queda fuertemente disminuido en China hasta el
momento de resurgir con el imperio mongol en el s. XIII.
9.3
El Cristianismo entre los mongoles
En general, los mongoles
eran altamente tolerantes y respetuosos con la mayoría de las religiones. Por
lo general respetaban varias al mismo tiempo. Los mongoles habían sido proselitos de los cristianos nestorianos desde aproximadamente el s. VII, y varias tribus mongoles, como el Kerait , Naimans , Merkit , y en gran medida la Kara Khitan practicaban el cristianismo junto con el budismo.
El fundador del
imperio mongol, Gengis Khan (1162-1227) fue un shamanist , pero mostró una gran tolerancia a otras religiones. Sus hijos estaban casados con princesas cristianas del clan Kerait, como Sorgaqtani y Doquz Khatan , una notable noble Kerait, la nieta de Toghrul Khan y un cristiano apasionado que llevó a cabo una considerable influencia
en la corte del Khan. Ella no hizo
ningún secreto de su aversión del Islam y su afán de ayudar a los cristianos de
todas las sectas. Bajo el dominio de
nieto de Gengis Möngke (1205-1259), hijo de Sorghaghtani, la principal influencia religiosa era
la de los cristianos, a quien el rey Möngke mostró favor especial en memoria de
su madre.
9.4 Un gran
desafío, a partir del reinado del emperador Ghazan
El rey mongol Ghazan, convertido al mahometismo, a partir del 1295
diezmó la población cristiana. Más tarde, la paciente labor del patriarca nestoriano logró calmarle y
convertirle al cristianismo, y hacerle comprender sus errores. Pero Oldjaïtu,
que subió al poder en el 1306 y se convirtió al mahometismo, hizo una matanza
general de cristianos en Arbelas. En tiempos de estas persecuciones dirigía la
iglesia nestoriana el anciano Yahballaha, y la iglesia nestoriana contaba con
30 provincias eclesiásticas.
10. LAS ÓRDENES MENDICANTES,
LOS DOMINICOS Y LOS FRANCISCANOS
Sólo podemos
hablar tardíamente de una respuesta al declive de la misión de la Iglesia en
Asia. Las misiones eran más bien empresas esporádicas, motivadas
fundamentalmente por la conciencia misionera y teológica acerca de la
cuestionabilidad y de las consecuencias catastróficas de la acción militar de
las cruzadas. Había que reconocer que una acción de este tipo no era propia del
cristianismo.
Son difíciles de
encontrar las razones del declive misionero hasta hoy. Tan solo la explicación
pudiera venir por la gran difusión dell Islam. También los misioneros
encontraron fuerte impedimento con el conocimiento de la lengua. Los dominicos
y franciscanos y luego los jesuitas fueron los primeros en fundar escuelas de
lenguas y fomentaron ampliamente el estudio del Islam[25].
Entre los franciscanos había centros de estudio organizados, que no pudieron
parangonarse con los de los dominicos. Los mejores servicios prestados por los
franciscanos en el campo de los estudios orientalistas son los de Ramón Llull
(Raymundus Lulius) (1232/1233-1315/1316), de quien partió un gran impulso para
la teología misionera, y que estimuló y fomentó la idea de una autoridad
central romana para la evangelización de los pueblos.
En Occidente se
creía ver en los Khanes de los mongoles eran sucesores del rey-sacerdote Juan,
cuya figura interesó durante siglos al Occidente. Pero hasta Otto von Freising
(post 1111-1158) no se propagó esta idea. Marinos italianos ya informaron sobre
las cruzadas y acerca de un rey-sacerdote de Etiopía, llamado Juan (quizás el de Monte
Corvino). Esto motivo el buscar tal figura del
reino del rey-sacerdote en la India y en Asia central. Esta figura motivó los
viajes misioneros de los franciscanos a Asia.
Para esta empresa,
los papas enviaron repetidas veces delegaciones a los mongoles. A pesar de que
algunas de estas delegaciones eran comprendidas como de carácter misionero, la
mayoría de ellas tenían un claro carácter diplomático. Giovanni da Pian del
Carpine (ca. 1182-ca. 1252) tuvo que amonestar e favor de la paz, y los dos
dominicos Ascellin (o Anselmo) y André de Longjumeau (+ 1270) tuvieron que
abrir caminos para una deseada alianza en contra los musulmanes.
Entre los marinos
que viajaron a Mongolia destaca Wilhelm von Rubruck (Ruysbroeck) (entre 1220 y
1230 – ca. 1270), quien llegó hasta el Caracorum, dejando un valioso y extenso
informe sobre su viaje. Las intenciones misioneras que tenían estos viajeros
nos son desconocidas, pero de todas maneras no eran el medio adecuado para
garantizar el éxito de la misión.
La organización
jurídica de los dominicos y de los franciscanos, esto es, el poder disponer
sobre los miembros de las órdenes respectivas, tuvo una especial eficacia a
favor de la continuación del trabajo misionero, pues ya no se fundaba, como en
las antiguas órdenes religiosas, en la autoridad de los respectivos superiores
monacales, sino en la del superior general de toda la orden. De esta manera,
los mismos miembros de las órdenes, decididos a emprender una acción misionera,
formaron sus propias comunidades misioneras dentro de su orden respectiva.
Entre los dominicos surgió, a finales del siglo XIII, la «Societas fratrum peregrinantium propter Christum in gentes». Acogía, sobre todo, a los dominicos que actuaban en Oriente; en 1304 se
da a conocer, por primera vez, su fundación. Una organización misionera
franciscana semejante la podemos encontrar, por primera vez, bajo el papa
Urbano V (1362-1370). Fue bendecida por el papa Martín V (1417-1431).
10.1. Una nueva evangelización en China
En el año 1294 llegó a Khan-baliq («ciudad de los poderosos») el primer
franciscano (Giovani), Juan de Monte Corvino (1247-1328). Allí erigió una
iglesia, a pesar de la oposición de los nestorianos, pudiendo así dar comienzo
al propio trabajo misionero. Llegó a formar una comunidad con más de mil
cristianos. Tradujo el Nuevo Testamento y el Salterio a la lengua uigurica.
Digno de mención es el hecho de que celebraba la eucaristía en dicho idioma. El
papa, en Avignon, se esforzó, por medio de sus cartas (1305 y 1306), que
llamaron mucho la atención, en prestarle toda su ayuda. El primer envío de
algunos dominicos sólo llegó a Kiptschak. En el año 1307 eligió el papa
Clemente V (1305-1314) a seis franciscanos, a quienes consagró obispos, para
que consagrasen igualmente como obispo a Giovanni de Monte Corvino. Sólo cuatro
de los seis alcanzaron la meta de su viaje: Khan-baliq. Giovanni de Monte
Corvino fue consagrado obispo, alcanzando después el título de arzobispo de
Khan-baliq y Patriarca de Oriente. A su muerte, en 1328, contaba la cristiandad
católica en China con alrededor de 30.000 fieles, entre los que 15.000 eran
alanos, que habían sido trasladados por los mongoles desde el Cáucaso a China.
Tras la muerte del obispo, pareció imposible mantener las relaciones con Roma,
dadas las grandes distancias, pero, sobre todo, porque la misión había sido
víctima, como la de los nestorianos, de los frecuentes cambios de poder en
China. Además de que era incapaz de mantenerse por falta de clero indígena.
Aún en vida de Juan
de Monte Corvino, llegó a Pequín el franciscano Odoricus von Pordenone (1286-1331). Regresó a Europa a través del Tibet en 1300.
Murió en Udine, camino de Avignon para visitar al Papa, y en Udine dictó a
Guillermo de Solagno su relato sobre el viaje. En principio, no se le reconoció
valor alguno, pero hoy es la fuente principal para la historia medieval de
Asia.
Además de los
testimonios literarios, no se encuentra casi ningún otro indicativo histórico
seguro en el campo misionero. El cuadro de la madonna, que descubrió en China
Berthold Laufer, en 1910, y que algunos atribuyen al pintor T'ang Yin
(1470-1525), es considerado como una tardía falsificación. Por su técnica y por
el material empleado hay que atribuirlo a los artistas jesuitas de los siglos
XVI y XVII de la corte de Pequín. Representa claramente una copia del cuadro «Mater Dei dignisira» de
Santa Maria Maggiore en Roma. Una copia así tuvo que llegar a China a través de
los jesuitas, probablemente a principios del siglo XVII.
Cuando en
noviembre de 1951 se derribó el muro de la ciudad de Yangchow (provincia de
Kiangsu), para reutilizar sus piedras como adoquines para las calles, se
descubrió una lápida, con una inscripción latina, datada el año 1342. Sobre
esta inscripción se encuentran algunos relieves muy bien hechos de la Virgen
María con el Niño y escenas del martirio de santa Catalina de Alejandría, el
nombre de la patrona de los difuntos. Debajo, a la derecha, hay un hombre
arrodillado, parecido en su postura y hábitos a un franciscano, a quien se le
entrega un pequeño niño desnudo. Esto parece indicar el alma de los difuntos,
que vuelve a su Creador. El misionero franciscano representaría aquí
simbólicamente al Creador. Poco tiempo después del descubrimiento de esta
lápida, se encontró otra en el mismo sitio. Mirada superficialmente, la piedra
es casi idéntica a la otra, de tal manera que la de 1342 pudo servir de modelo
para ésta. Esta segunda piedra proviene del año 1344 y fue dedicada al hermano
de Catalina, Antón. La representación bíblica muestra a Cristo en el juicio
final. También aquí se entrega un niño desnudo a un monje.
A pesar de las hermosas letras góticas, Herbert Franke piensa que se
trata de testimonios del arte cristiano, que ofrece una «tejido sin costuras
compuesto por motivos cristianos y tradiciones artísticas chinas». De cualquier
manera, se trata de indicativos especiales que la misión latina ha dejado en
suelo chino.
10.
LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS
En el S.XV tiene lugar la era de
los descubrimientos. En 1948 llegaron a la India las primeras naves
portuguesas.
10.1. El nuevo paradigma
Tras la caída de Constantinopla
en manos del imperio turco en 1453, la “Ruta
de la Seda” quedó interrumpida y los países europeos en general se vieron
obligados a buscar una nueva manera de llegar a Asia, donde podían proveerse,
entre otros bienes, de especias, algo que desde nuestra situación actual puede
parecernos una trivialidad pero que en la época podía ser completamente
necesario de cara a mantener la comida durante el invierno. Además, en el plano
religioso, Europa se encontraba inmersa en una verdadera revolución a causa del
cisma dentro del seno de la Iglesia Católica, tras las varias escisiones
protestantes, la Reforma, la Contrarreforma y la Inquisición. Por todo ello el número de católicos, aquellos que aún seguían al Papa y a
Roma, se vio tremendamente mermado y los países católicos vieron un motivo más
para lanzarse a descubrir nuevas tierras en las que poder conseguir fieles a su
doctrina. Pero no son motivos lo único que se necesita para que un proceso como
este se ponga en marcha, es también necesario contar con los medios que lo
posibiliten; y la Europa del s. XV contaba ya con una tecnología y una ciencia
suficientes para lanzarse a mares desconocidos con unas mínimas garantías
10.2. Los grandes misioneros
Los primeros
misioneros, sobre todo franciscanos y dominicos, trabajaron en Asia sólo dentro
de los estrechos territorios que dominaba Portugal, y estaban impregnados en
sus tareas misioneras por la forma europea de la evangelización unida a los
cánones de las leyes y reglas de los patronazgos. La evangelización en el
patronazgo portugués se limitaba a Goa y a algunos enclaves portugueses en la
India del sur. El patronazgo portugués tuvo resultados mucho más negativos que
el español. La razón estaba en el carácter de la colonización portuguesa. A
diferencia de España, que intentaba grandes colonizaciones territoriales.
Portugal estaba interesada más en empresas mercantiles que misioneras y también
le faltaban a este pequeño país fuerzas militares y de gobierno para conquistar
y dominar un extenso país colonial. Portugal se limitó más en ejercer un poder
marítimo y mantener puntos de apoyo comerciales en las costas como Mozambique,
Goa, Malaca y Macao.
10.2.
1. Los jesuitas
El segundo período
misionero en la India y Asia comienza con la entrada de los jesuitas en el
trabajo misionero. A petición del rey de Portugal, Joáo III (1540), el fundador
de la recién confirmada orden jesuítica por el papa Pablo III (1534-1549),
Iñigo López de Loyola (1491-1556) puso a disposición de la misión en la India y
en Asia a Francisco Javier.
10.2.1.1 Francisco Javier
El papa Pablo III
nombró a Francisco Javier legado apostólico, confirmándose Francisco Javier
como el apóstol de la India y de toda Asia. En el año 1542, desembarcó en Goa
(India), capital desde 1530 de las posesiones portuguesas en la India, sede
episcopal desde 1534 y desde 1558 sede arzobispal. Al principio renunció a sus
plenos derechos como legado y se sometió al obispo de Goa, aunque
diferenciándose de otros misioneros por su celo extraordinario. Sus métodos
misioneros eran los tradicionales entonces. Para poder describir mejor estos
métodos misioneros se habla de la «escuela portuguesa».
Sus preocupaciones
fueron, en primer lugar, elevar moral y religiosamente a los colonos
portugueses. Sólo después se dirigió a los no cristianos, a quienes bautizaba
rápidamente con bautizos masivos como lo hacían los otros misioneros, para
incorporarlos a la Iglesia. Fue el superior general de los jesuitas Francisco
de Borja (1510-1572) el que ya en 1567 tomó la importante decisión de
reimplantar el catecumenado en las misiones jesuíticas, disponiendo que sólo
podían ser bautizados los que podían mantenerse firmes en la fe. El
catecumenado de la Iglesia primitiva se perdió prácticamente en el siglo VII,
durante la misión a los germanos, en la que, en lugar de la conversión
individual y de la decisión personal por la fe, lo que importaba era la
coversión del señor de la tribu. Fueron tribus enteras las que se convirtieron tras
la conversión del su rey o señor. Por eso fue que la introducción y corroboración
del catecumenado tardó aún mucho tiempo.
El testimonio de
Alessandro Valignano (1539-1606) es muy aclaratorio en este sentido. Ve con
mucha claridad los perjuicios de los bautizos masivos, esto es, prescindir de
una preparación básica y aceptar que muchos cristianos tienen una cualidad más
pequeña. Sin embargo, se declara partidario de los bautizos masivos, porque los
así bautizados y convertidos tendrán una oportunidad para entrar en el cielo,
aunque sean peores cristianos, lo que les está negado a los no cristianos.
El adelanto más
importante que realizaron los jesuitas en sus misiones de la India fue el
estudio de las lenguas con el fin de presentar el mensaje evangélico en las
lenguas nativas. Antonio Criminali (1520-1549) y Enrique Henriques (1520-1600)
aprendieron tamil, haciendo el segundo varias traducciones en tamil. La primera
obra impresa fruto de estos esfuerzos está fechada en 1576: el Catecismo de
Francisco Javier traducido al tamil.
Francisco Javier
fue el fundador de la misión jesuítica en Asia, al atreverse a dar el paso
desde el enclave portugués de Goa a los lejanos mundos. En 1545 comenzó con el
descubrimiento del reino colonial portugués. Su camino le llevó por Cochín y
Malaca hasta las Molucas (Amboina, Ternate) y de vuelta a Malaca. Aquí se
enteró por medio de tres japoneses del reino insular asiático y, con ellos,
inició su viaje hasta allí.
Aquí reconoció la
necesidad de extender su actividad a China, concibiendo el plan de ir hasta
allí, pero la entrada se le cerró. Abandonado y solitario murió en la noche del
2 al 3 de marzo de 1552 en la isla de Sanch'Uan (Sancian) delante de Cantón. En
Japón se distanció de los métodos tradicionales europeos exigiendo una
acomodación. Los misioneros tenían que intentar ganar a los japoneses con su
forma de estar, su vestimenta y con el respeto a las formas cortesanas sociales
de los japoneses. Aceptó sin miedo sus conceptos religiosos en sus diálogos
religiosos con monjes budistas. Empleó el nombre de «Dainichi» para
Dios. Pero cuando supo que así sólo se significaba el origen de todas las cosas
y no un Dios personal, volvió a utilizar el término latino «Deus». En la
revisión de su catecismo en el año 1556 fueron cambiados y sustituidos 50
conceptos budistas por sus correspondientes en portugués o latín.
Su mérito consiste
en haber orientado la misión moderna hacia Asia. Pero más importante aún es el
haberse dado cuenta de que los misioneros tenían que acomodarse a los pueblos
de Asia, si es que se les quería ganar para el cristianismo. Por su impulso
misionero y por su «élan» se convirtió en la figura ejemplar de las misiones modernas. Su ejemplo
actuó de atractivo, y, sobre todo, entusiasmaron sus cartas misioneras durante
el tiempo que le siguió.
10.2.1.2. Roberto de Nobili
Si bien es verdad
que la misión de Francisco Javier aceptó en sus comienzos una completa unión
entre la Iglesia y el poder colonial, fue realmente su compañero Roberto de
Nobili (1577-1656) el que rompió las
bases de una misión colonial. Se
apartó de la misión tradicional y comenzó, en 1605, en Madurai, la capital
de un pequeño e independiente reino de la India del sur, un tipo de misión
libre entre las castas sociales religiosas y dirigentes, que eran los
brahmanes. Así ha sido considerado como la figura misionera más importante y,
al mismo tiempo, la más discutida en la historia de las misiones. Con respecto
a la misión, se abrió así una nueva dimensión, tanto en lo referente a la
lengua, como, sobre todo, en la radicalidad de una voluntad misionera que quería
ser comprendida. Vivió entre los brahmanes, como ellos mismos: ascéticamente,
comida vegetariana, retirado como un «brahmán cristiano» o como un «Kshatri ja italiano».
Su asombroso éxito
en la misión de Madurai despertó por igual admiración y desconfianza, lo que
condujo a una reflexión crítica profunda sobre este método misionero. Se le ha
reconocido a su idea misionera el haber sido el único intento consecuente de
dar al cristianismo una forma india genuina. Sin embargo, continúa la pregunta
crítica de si verdaderamente se ha llegado así a un encuentro teológico entre
el mensaje cristiano y el mundo de fe del hinduismo. Pero, además, se le
consideró, por otra parte, sospechoso de ser incompetente y falso, tanto por
parte cristiana como brahmánica. El hecho de que exista mucha oscuridad sobre
sus actividades y su valoración se debe, no en último lugar, a que sus escritos
han quedado, en su mayoría, inéditos[26].
En su obra, la lnformatio, destaca
expresamente que el llevar el cordón de los brahmanes y el «copete» en el pelo
hay que considerarlo como una costumbre popular, sin implicación religiosa
alguna. Nada tienen que se oponga al espíritu del cristianismo, por lo que no
hay que intentar quitarlos. Con especial insistencia subraya que el papel de la
casta brahmán es primariamente social y no religioso, no oponiéndose, por
tanto, al cristianismo. En el resumen que hace en los dos últimos capítulos
afirma que hay que distinguir entre costumbres
sociales (mores civiles) y ceremonias religiosas. Estas costumbres sociales
no sólo hay que tolerarlas, sino que el misionero tiene que acomodarse a ellas, si quiere que se le
escuche en el campo religioso, y poder así adentrarse en el horizonte de sus
oyentes con más autenticidad. Lo humano
hay que aprenderlo y aceptarlo para que lo divino pueda ser trasmitido y
afianzado.
La palabra brahmán, en su
forma neutra, no significa para él ningún «determinado y falso dios», sino
«Dios en general». La palabra se emplea para designar al único y verdadero Dios
inmaterial, en la medida en que puede ser conocido por la razón natural.
Por el contrario,
en cuestiones fundamentales del cristianismo, no hay ningún tipo de compromiso
ni de acomodación, como, por ejemplo, en el tema de la reencarnación. En sus
ideas teológicas y en su acción misionera se apoya en la doctrina de los Santos
Padres. El principio misionero fundamental en su Narratio puede resumirse con esta frase: Hay que
establecer las condiciones que posibiliten al hombre a oír al que anuncia el
mensaje cristiano. Para ello, hay que
aprender el lenguaje de aquellos a quienes se dirige la palabra y profundizar
en su manera de vivir. Se tiene que adquirir su «afección pía» y su forma
de valoración. Esto significa para el misionero estar preparado «para dejar las
costumbres de su patria y para ser indio entre los indios». Ve la
fundamentación teológico-misionera, base de su conducta, en el discurso en el
Areópago del apóstol Pablo (Hch 17, 16-34). Pablo es para él una analogía: de
manera semejante a cómo éste se dirigió a «eruditos» y «sabios», así habrá
también que dirigirse a los brahmanes como eruditos y sabios y respetarlos.
Pablo tiene en cuenta el especial horizonte intelectual y la expectación de los
atenienses; incluso se refiere a «su dios desconocido» para «no aparecer como
el fundador de una nueva religión, sino más bien como el abogado y propagador
de su original y propio servicio religioso».
Consecuentemente,
se consideró y se designó a sí mismo como «Guru de la ley perdida». Exigió a
los brahmanes que «fueran sus discípulos para que pudiesen aprender el así
llamado "Veda perdido"». No se trata, por tanto, de convertirse o
aceptar una nueva religión extraña, sino del redescubrimiento y cumplimiento de
los contenidos originales de la propia tradición. Intentó traer el quinto Veda,
el Veda de la vida eterna.
Tiene muy claro
que el mensaje cristiano puede ser trasplantado sin perjuicio en un contexto
social extraño y con formas de expresión también extrañas. En su actitud
fundamental entre los indios, se mantiene bien lejos de contentarse con un mero
«redescubrimiento» de conceptos básicos, cosmovisiones de tipo religioso o de
verdades primarias. Él es misionero y no un universalista que teoriza. Sin
embargo, su delimitación y estrechamiento de lo «propiamente» religioso ante lo
puramente profano y su búsqueda de «puentes» alcanza tal dimensión que surge el
posible peligro de que el impulso misionero se convierta en un «dejar valer» lo
abstracto religioso. Hay controversias entre los misioneros sobre el caso y se
tiene por necesario que se inicie una amplia investigación sobre los métodos de
Roberto de Nobili.
Si bien la bula «Cum sicut fraternitatis» (1616)
del papa Pablo V (16051621) mostró su comprensión sobre el asunto, la reacción
general de los portugueses de pro en la India y en Europa fue una total
desaprobación. Pero se produjo un cambio, cuando el papa Gregorio XV (16211623)
aprobó por su Breve (1623) «Romanae Sedis Antistites», su modo de trabajar, aunque con limitaciones y algunas reservas. Se le
hicieron fundamentalmente tres concesiones: llevar el cordón santo, el copete
del pelo, lavatorios y uso de madera de sándalo. Pero a la llegada de nuevos
misioneros, las contradicciones resurgieron. Mucho más peso tuvo en el siglo
XVIII las discusiones renovadas acerca del así llamado rito malabar,
continuándose a través de varios pontificados las diferencias de opinión. Los
ritos malabares fueron prohibidos por el legado papal Maillard de Tournon
(1734), lo que confirmó el papa Clemente XII (17301740) en el año 1739.
Definitivamente fueron condenados por el papa Benedicto XIV (17401758) por la
Bula «Omnium sollicitudo» (1744).
La modernización y la secularización de las costumbres aconsejaron a la
Congregación publicar un decreto (1940) que los toleraba.
10.2.1.3. Alejandro de Rodas
El jesuita
Alejandro de Rodas (15931600) es menos conocido que Mateo Ricci (15521610) y
Roberto de Nobili (15771656), pero, sin embargo, hay que nombrarlo junto a
éstos por la importancia que tiene con respecto a la misión. Las misiones de
los franciscanos portugueses en los reinos asiáticos de Annam, Cochinchina y
Tonquín parecían vislumbrar su éxito en sus comienzos, pero fueron los jesuitas
los que consiguieron primero que nadie fundar comunidades. Y aquí fue donde
trabajó con más éxito Alejandro de Rodas. Su acción se desarrolló desde 1627 en
el actual Vietnam del Norte (entonces Tonquín) y, sobre todo, en su capital,
Hanoi.
También él
reconoció que el cristianismo sólo podría enraizarse si no aparecía como una
importación de Europa, sino como una forma asiática. Su importancia en lo
referente al enraizamiento del cristianismo en territorio vietnamita y,
también, en lo tocante a una historia general de las misiones, está en que él
se dedicó en cuerpo y alma a su iglesia indígena, sobre todo, al clero
indígena.
Desarrolló una
forma cristiana de vida, que conectaba muy bien con una institución típicamente
vietnamita. La «Domus Dei» (Nhä
Chua) existía ya desde tiempos inmemoriales, y designaba tanto la pagoda como
el monasterio budista. La palabra Nhä designa tanto la casa como la comunidad
casera, la familia. Se congregaban en la casa de los «maestros» para aprender
con ellos la virtud y leer libros sagrados.
Los catequistas se
congregaban de la misma manera, surgiendo así la primera Domus Dei cristiana,
que, a diferencia de la Nhä Chua de los budistas, era llamada con frecuencia
Nhä Chua Troi (Casa de la gloria del Señor del Cielo). La unión se mantuvo
cuando el P. Rodas fue desterrado en 1630. No sólo pudieron mantener una
comunidad de 5.000 cristianos, sino que consiguieron otros tantos. Como manual
para la enseñanza servía el Catecismo (Cathechismus pro
iis, qui volunt suscipere Baptismum, in ocio dies divisus), que él dictaba al principio, dividiendo en ocho días la doctrina de la
fe. Urgía, sobre todo y de forma especial la necesidad de formar a un clero
indígena, debido a la inestable situación política, mucho mayor que en otras
partes, y que estaba continuamente dando pie a persecuciones y destierros de
los misioneros extranjeros. Así se interesó por la erección de un obispado
indígena e implantó una sede episcopal en Vietnam, independiente del patronazgo
portugués y ocupada por un obispo indígena.
Después de su
destierro, retornó a Camboya y estuvo al cuidado de 30.000 cristianos. En 1645,
volvió a ser desterrado de aquí, volviendo a Europa, con el objeto de ganar
colaboradores para la misión y para propagar sus planes de formación de un
clero indígena y de una jerarquía asentada en el territorio. Su iniciativa fue
decisiva para que la recién fundada Congregación para la propagación de la fe
comprendiese la urgencia de la situación, aunque se sentía obligada a
establecer acuerdos con Portugal, por precauciones políticas. De todas formas,
hay que agradecer a su iniciativa el que Indochina ya hace tiempo disponga de
un clero indígena numeroso. En el año 1654 se le destinó a la misión en Persia.
Murió en noviembre de 1660 en Ispahán.
10.2.1.1.4 Alessandro Valignano
En noviembre de
1551, volvió Francisco Javier a Goa, dejando allí a su acompañante, Cosme de
Torres (1510-1570), tres comunidades japonesas con alrededor de 1000
cristianos, pertenecientes a las clases bajas de la población. En el año 1563
fue bautizado el primer Daimyö (de Amura, al oeste de Kyushu), al que siguieron
otros, convirtiéndose esto en una característica de la primitiva misión
japonesa.
En tiempos de
Francisco Cabral (1533-1609), sucesor de C. de Torres, hubo tensiones y
dificultades entre los cristianos, al manifestarse aquél contra la acomodación
y a favor de los métodos misioneros portugueses tradicionales. El visitador de
las misiones jesuíticas en Asia (desde 1573), y hombre de amplias miras,
Alessandro Valignano (1539-1606) consiguió que venciese el principio de la
acomodación a las costumbres japonesas, siguiendo los principios de acomodación
de Francisco Javier. Permaneció en Japón durante los años 1579-1582, 1590-1592
y 1598-1603. Obligó a los misioneros a que estudiasen profundamente el idioma.
Los jesuitas tenían que acomodarse a las formas de conducta japonesas. Esto se
extendía desde la ceremonia del té y los regalos, que se intercambiaban durante
las visitas, hasta la limpieza y el culto a los baños japoneses, por aquel
entonces desacostumbrados en Europa. Reconoció que la misión tenía necesidad de
clero indígena. Los misioneros europeos estarían condicionados por su bien poco
dominio de la lengua, siendo, por ello, incapaces de insinuarse en la forma de
ser japonesa.
El principal
lastre de la evangelización y de la dirección de las comunidades en la
primitiva iglesia japonesa eran los catequistas nativos. Se les llamaba Dójuku
(compañeros de casa). Formaban una organización laica, cuyos comienzos van
hasta Francisco Javier. Vivían retirados, para dedicarse totalmente al servicio
de la Iglesia, sin llegar a ser nunca ni presbíteros ni religiosos.
Administraban el bautismo, eran catequistas y enseñaban el catecismo, asistían
sobre todo a los moribundos y mantenían unida la comunidad. Las discusiones
literarias con el sintoísmo y el budismo las llevaban ellos. Por Valignano el
instituto alcanzó su forma definitiva. Sus miembros estaban obligados a recibir
una extensa formación literaria, teológica y espiritual en pro de su actividad catequética.
Las escuelas planeadas en tres distritos para la formación de la elite japonesa
debían también disponerse para la formación de los Dójuku. Propuso al papa la
aprobación del instituto de los Dójuku como un grado dentro de la Sociedad de
Jesús.
En la misión
japonesa de Kambó (inspector), la
formación de los Dójuku (bonzos), jugo
un gran papel la fifura del presidente
como nueva institución. Este nombre da a entender en el Zen-budismo, la persona
de un bonzo, que, en ausencia del monje principal, puede tener cuenta de un
monasterio o incluso dirigirlo. En la misión jesuítica de los viejos tiempos la
figura del presidente significaba
un avance para el cuidado de las estaciones próximas, carentes de sacerdotes. Fue
Valignano el que primero lo introdujo. De él dependía el cuidado de las
capillas, la enseñanza de los niños y catecúmenos, la dirección del servicio
litúrgico sin sacerdote, la administración del bautismo en caso de necesidad, y,
durante las persecuciones, el mismo bautismo. Tenían además que asistir a los
enfermos y moribundos y debían preocuparse del entierro cristiano. En la
comunidad ejercían la función de jueces y se preocupaban de la vida religiosa.
Era la misión la que los contrataba, recibiendo una remuneración estable. A.
Valignano insistió en que los presidentes
de las iglesias estuvieran mantenidos, en la medida de lo posible, por la
comunidad, descargando así a la misión y despertando la responsabilidad de los
cristianos. A Valignano hay que considerarlo como el propio promotor de la
misión jesuítica en China. Durante su viaje a Japón, como visitador de la
misión en oriente, permaneció algunos meses del año 1578 en Macao y llegó a
reconocer la necesidad de que la misión de China tuviera una preparación y
acomodación convenientes. Organizó desde Macao las misiones de China. Mandó a
Matteo Ricci que fuera desde Goa a Macao para que estudiara el idioma chino,
animándole a que tradujera el mensaje cristiano al chino. En su despedida, se
hizo acompañar de una delegación japonesa para presentarla al papa y al rey de
España, lo que no sólo causó un gran asombro en Europa, sino que despertó un
vivo interés por la misión japonesa.
10.2.1.1. 5 Matteo Ricci
Mateo Ricci nace en Macerata,
Italia, Estados Pontificios el 6 de octubre de 1552 y muere el 11 de mayo de 1610 en Pekín. En el año 1581 consiguieron Matteo Ricci (1552-1610) y Michele Ruggieri
(1543-1607) establecerse en la China del sur con algunos compañeros. Esto fue
el comienzo propiamente dicho de la misión en Asia. Desde los primeros
comienzos, la actividad de los jesuitas estaba orientada hacia la China, donde,
debido a las cuestiones de acomodación, obtuvo una palpitante importancia. Pero
lo específico en el método de Matteo Ricci no fue una acomodación radical, sino
su forma concreta de actuar. Fue una opción de gran trascendencia la que
tomaron cuando Ricci y su grupo depusieron en 1594 las cogullas monacales
budistas, que habían sido aceptadas antes, revistiéndose con los hábitos de la
elite funcionarial del confucianismo. Detrás de todo esto estaba la convicción
de que esta élite gozaba de gran prestigio y de que el monacato budista tenía
ya poca importancia.
Con su nuevo método misionero, se dirigió a
la clase intelectual con su ciencia y literatura occidentales. Exigió que se
aceptaran los valores tradicionales, culturales y sociales de la China. Pero,
según su propia estimación, nada aportó tanto para despertar el interés de los
intelectuales por la religión cristiana como su mapa mundial. Ricci tuvo una
segunda idea en relación con su consciente conexión con el confucionismo de los
intelectuales. Creía que la fe en un solo Dios se podía encontrar en los
escritos clásicos de China, sobre todo en Confucio. Pero, por el contrario, no
hizo justicia ni al taoísmo ni al budismo, tildando a estas religiones como
superstición e idolatría.
De sus
conversaciones con los sabios chinos surgió el pequeño libro «La verdadera doctrina sobre Dios», que
fue aceptado, más tarde, entre los libros clásicos chinos. En este libro se
lleva a cabo, sobre todo, su acercamiento
a Confucio. En este escrito, no se trata en absoluto de los contenidos
propiamente cristianos. Pero tampoco él quería exponer en él la doctrina
cristiana, sino que lo comprendía como una discusión «filosófico-cristiana». Lo
que le importaba era mostrar que él no anunciaba ninguna nueva religión, sino
el verdadero cumplimiento de la sabiduría china y que el cristianismo venía a
ser como el restablecimiento del auténtico confucionismo.
La religión del
«Señor de los cielos» (T'ien-chu), fueron los catecúmenos y el mismo Ricci los
que aceptaron esta expresión china como afortunada, estaría en armónica
conciliación con las corrientes chinas tradicionales. Hoy se habla del
«principio cultural de conciliación», que es lo que eligieron Ricci y sus
misioneros para la evangelización.
Poco después de la
muerte de Matteo Ricci, hubo discusiones en China sobre la cuestión de los ritos (problema de acomodación), es decir,
sobre los ritos del culto a los antepasados y de la veneración de Confucio.
Otros problemas, que fueron objeto de discusión en China (por ejemplo, la
utilización de ciertos nombres divinos chinos), tuvieron menos importancia
práctica, aunque no teológica. La cuestión fundamental se refería a saber si en
estos ritos se trataba de un culto religioso o más bien de testimonios
burgueses de piedad y de honor, aunque en formas contra las que se revelaba la
manera de sentir europea. No podemos tener certeza de esto si consideramos
únicamente las formas externas de veneración. Eran tales que en Europa se las
hubiera considerado como «religiosas». Pero habría que tener en cuenta que los
signos externos sólo significan lo que pone en ellos la convención social.
El sucesor de M.
Ricci, Niccoló Longobardo (1565-1655), luchó
contra la permisividad de los ritos que hasta entonces habían sido tolerados y
contra los nombres divinos, para lo que las experiencias de la misión japonesa
le daban apoyo. La llegada de los franciscanos y dominicos españoles a la
misión china produjo una ampliación del conflicto. En 1631 desembarcó el
dominico Ángel Cocchi de San Antonio (+ 1633) en Fukien y en 1633 le siguieron el dominico Juan Bautista de Morales (1597-1644),
así como el franciscano Antonio de Santa María Caballero (1602-1669),
arrastrando consigo a muchos de sus hermanos en religión. Al no llegar a ningún
entendimiento, J. B. de Morales, propuso a Roma las cuestiones discutidas,
llegándose en 1645 a una decisión en contra de estos ritos. Pero como el
jesuita Martino Martini (1614-1661) declaró como puramente civiles los ritos,
el papa Alejandro VII (1655-1667) los permitió en el año 1656. Así surgieron en
lo sucesivo dos maneras de pensar, totalmente contrapuestas.
La llegada de un
nuevo grupo de misioneros desde el seminario parisino de misiones y de vicarios
apostólicos produjo un cambio en la situación. Los grupos españoles y
portugueses se unieron contra los vicarios apostólicos. La carta pastoral
(Mandatum seu Edictum, 1693) del vicario apostólico Charles Maigrot MEP
(1652-1730) de Fukien (desde 1687, 1707 desterrado de China por el emperador
K'ang-hi), en contra de los ritos produjo el cambio. Prohibió en Fukien que los
nombres tradicionales chinos T'ien (cielo) y Shang-ti (el emperador altísimo)
pudieran ser empleados para designar al Dios cristiano, permitiendo sólo el de
T' ien-chu (Señor del cielo). Prohibió, igualmente, que se siguiera venerando a
los antepasados y a Confucio. Después de largas negociaciones, en las que
intervinieron cada vez más gremios de Europa, los ritos fueron prohibidos por
el papa Clemente XI (1700-1721), mediante el decreto «Cum Deus optimus», en
1704. Esto constituyó una confirmación de la carta de Maigrot para toda la
China. El Papa había enviado a China al legado Charles Thomas Maillard de
Tournon, para que mediara directamente ante la corte de Pequín, sobre todo, en
la cuestión de los ritos. Al cabo de infructuosas negociaciones, publicó en
1707 las decisiones del papa Clemente XI. El Papa confirmó, en un Breve de
1715, el edicto de 1704, contra el recurso de los seguidores de Ricci, después
de haberlo examinado de nuevo. Tampoco el nuevo Legado, C. A. Mazzabarba (1719-1721)
tuvo éxito en Pequín, aunque, a causa de sus «permisiones» (permisiones de
1721), fue causa de renovados disturbios que dificultaron aún más la situación.
La actuación del emperador Kanghi (+ 1722) empeoró aún más el asunto. Las
subsiguientes negociaciones y exámenes en Roma terminaron con la decisión en
contra de los ritos del papa Benedicto XIV, en el año 1742, en la Bula «Ex quo singulari».
Durante los años
1936 a 1939, las antiguas prohibiciones de los ritos fueron retiradas, aunque
con reservas, por los papas Pío XI (1922-1939) y Pío XII (1939-1958), a causa
de la nueva situación existente. Entre los sucesores de Ricci hay que nombrar
especialmente a dos: Johan Adam Schall von Bell (1592-1666) y Ferdinand
Verbiest (1623-1668). A. Schall llegó a ser mandarín de primera clase y, bajo
la dinastía de Mandschu (1644-1911), director del servicio astronómico,
siéndole confiado, como tal, la reforma del calendario chino. A éste le siguió
F. Verbiest tanto en su tarea como en sus servicios.
Esta actividad científica
de los jesuitas no dejaba, sin embargo, de presentar aspectos dudosos. Así, la
construcción de cañones, pero, sobre todo, la astrología, que era también tarea
obligada del astrónomo de la corte. Por ello, en la confección del calendario
chino hubo que introducir días de felicidad y de desgracia.
11. EL CATOLICISMO EN LAS FILIPINAS[27]
Los viajes europeos de
exploración en el s. XVI crearían nuevas oportunidades para la expansión del cristianismo.
Fernando de Magallanes llega a Cebu en 1541 y representa el primer intento de España para convertir
los filipinos al catolicismo romano. Magallanes
se reunió con Raja Humabon de Cebú , que tenía un nieto enfermo quien el explorador, o uno
de sus hombres, fue capaz de ayudar a la curación. En agradecimiento, Humabon y su
principal consorte se dejaron bautizar como "Carlos" y
"Juana", con unos 800 de sus vasallos que también fueron bautizados. Más tarde, Lapulapu ,
el monarca de la vecina isla de Mactan , mató a Magallanes y encamina la nefasta expedición
española.
En 1564, Luís de Velasco , el virrey de Nueva España , envió el Vasco explorador de Miguel López de
Legazpi a Filipinas. La expedición de
Legazpi, que incluía el agustino Fray y circumnavigator Andrés de Urdaneta , erigió lo que hoy es la ciudad de Cebú , bajo el patrocinio del Santo Niño , y más tarde conquistó el Reino de Manila en 1571 y el vecino Reino de Tondo en 1589. Los colonizadores procedieron a hacer proselitismo a medida que
exploraban y subyugaron las restantes partes de lo que hoy es Filipinas hasta
1898, con la excepción de partes de Mindanao , que había sido musulmana desde el s. X junto con las cordilleras , donde numerosas tribus de las montañas mantuvieron su antigua creencias, ambas partes resistieron la
colonización occidental hasta la llegada de los Estados Unidos a principios del s. XX.
11.1 Las primeras persecuciones
en Asia después de los descubrimientos
Durante los siglos
S. XVI-XVII-XVIII- XIX tuvieron lugar varias persecuciones de cristianos en
Asia. Muchos de los mártires fueron dominicos, jesuitas, franciscanos y
agustinos provenientes en su mayoría de Filipinas.
La primera gran generación de mártires fue en Japón en
1598. Esta generación la encabezaba Pablo Miki y compañeros mártires.
Fueron llevados de Kyoto a Nagasiki en peregrinación de escarmiento. Allí en la
montaña conocida como “la montaña santa de los mártires” fueron crucificados y
quemados como antorchas, sus cuerpos permanecieron prendidos resplandeciendo en
la montaña santa. Entre ellos estaban además de Pablo Miki, los padres Passio,
Rodriguez, Bursar y hermanos Martín, Francis, Branco, Gonzalo, etc. Hubo entre
ellos 9 misioneros y 17 catequistas.
La segunda generación de mártires también en Japón fue en
1633. Fueron 16 mártires entre los que se encontraban Lorenzo Ruiz, Pedro
Bautista, Domingo Ibañez, James Kyushei, Coroboioye Tomonogoa, Lucas Alonso,
Hyacinth Ansalone, Thomas Hioji, Rokuzayemon Nishi, Madeline Nagasaki, María
Omura.
12. LOS JESUITAS EN CHINA
Los esfuerzos
misioneros y otros trabajos de la Compañía de Jesús entre el s. XVI y XVII desempeñan un papel importante en la continuación
de la transmisión del conocimiento, la ciencia y la cultura entre China y
Occidente, y tuvieron un impacto en la cultura cristiana
de la sociedad china actual. Los miembros de la delegación jesuita en China fueron tal vez los más
influyentes de los diferentes misioneros cristianos en ese país desde el
período más antiguo de la religión.
En el momento de
su máxima influencia, los miembros de la delegación jesuita son considerados como
asesores de confianza del emperador por lo que accedieron a numerosos puestos
de prestigio en el gobierno imperial. Sin embargo, entre
el s. XVIII y mediados del s. XIX, empiezan las hostilidades y persecuciones y casi
todos los misioneros occidentales en China se vieron obligados a llevar a cabo
su enseñanza y otras actividades de forma encubierta o a abandonar el país.
12.1. La llegada de los primeros jesuitas
a China
Ya en
1307, unos misioneros evangelizaron la región de Pekín y fundaron una diócesis.
Eran los tiempos de la dinastía mongola Yuan (1271-1368), tolerantes con otras
religiones. Pero en 1368 los Ming se hicieron con el poder. Poco después, los
extranjeros ya no eran bien vistos. Los Ming no aislaron completamente su
imperio, tal como a veces se dice. No obstante, sus contactos se limitaron como
mucho al comercio: una gran parte de la plata que los portugueses y los
españoles ganaban en las colonias americanas la entregaban a cambio de
productos chinos de lujo en occidente: sedas, perfumes, etc.
La segunda nueva evangelización en Asia responde al tiempo
de San Francisco Javier (1502-1552) Su intención fue ir la India, a Goa
(1542-45) y preparar allí un centro de formación, para evangelizar Asia. Empezó
en la costa sur de pescadores en Kerala pero continuó yendo a Ceylan, Malasia y
las islas Molucas (1545-47). Durante (1548-51) estuvo en Japón y finalmente se
dirigió a la China donde tenía intención de llevar a cabo una misión. Pensaba
que era el reino más poderoso de Asia entonces y que desde allí lograría
extender el Evangelio en toda Asia. Su sueño no lo pudo llevar a cabo, murió en
la isla de Sancian el 3 de diciembre de 1552.
Las
noticias sobre China llegaron a San Ignacio a Roma en las cartas de Francisco
Javier. En 1549 escribía desde Kagoshima, en Japón, insistiendo en la necesidad
de aprender las lenguas para evangelizar. Más adelante, en 1552 escribe a San
Ignacio advirtiendo de la necesidad de aprender la cultura para poder traducir
a sus categorías los conceptos del cristianismo.
Pero
Francisco Javier notó enseguida que la cultura de Japón provenía del gran
continente chino. Y comenzó a tener deseo, que no abandonaría hasta la muerte,
de predicar en este país. Si se convertía China (escribe en Cochín en 1552)
pronto se convertirían los japoneses. Y escribe: “La tierra de la China está
cerca de Japón y (...) de la China les fueron llevadas las sectas que tienen.
Es la China una tierra muy grande, pacífica, sin tener guerras ningunas; tierra
de mucha justicia, según lo escriben los portugueses que en ella están; es de
más justicia que ninguna de la cristiandad”. Javier se quedó a las puertas de
China. Pero quien recogió el reto fue Alexandro Valignano (1539-1606). Partió
de Lisboa en 1574 y llegó a Macao en 1577.
Los
jesuitas llegaron a Extremo Oriente, como el resto de las órdenes religiosas, a
finales del siglo XVI. Hay que tener en cuenta la situación social, política y
cultural que vivía China en aquellos momentos. Pero cuando los jesuitas
llegaron a China en 1582, ya no existía allí ninguna comunidad cristiana. Por
otra parte, parece ser que los emperadores de finales del siglo XVI descuidaban
cada vez más sus deberes y el aparato estatal se estaba derrumbando. Muchos
intelectuales chinos criticaban el escaso conocimiento de los soberanos para
resolver problemas prácticos. Por eso, los sabios chinos mostraban gran interés
por la investigación en agricultura, en geografía, en astronomía, en
matemáticas o en botánica.
Y esos
saberes los ofrecían algunos misioneros. En este tiempo, tuvo mucho poder
político el mandarín Chang Chü-Cheng (1525-1582) que fue uno de los hombres de
más talento en la administración. Durante su ejercicio, la corrupción disminuyó
y el pueblo fue tratado con más justicia. Cuando muere, China es un país
próspero y financieramente saludable. Desde el punto de vista cultural, en
China se inicia un período de apertura hacia el secretismo científico,
filosófico y religioso. El año de su muerte coincide con la llegada de Ricci a
China y tuvo la perspicacia de aprovechar esta tendencia al sincretismo para
tratar de mostrar a los chinos que el cristianismo y el confucianismo,
básicamente, eran doctrinas muy semejantes.
Con
todo, los chinos no se lo ponían nada fácil a los extranjeros. Las autoridades
permitieron sólo esporádicamente que los primeros jesuitas Alessandro
Valignano y
Michele Ruggieri (1543-1607) tuvieran algún trato con la población. Sólo cuando
Ruggieri, en 1582, comenzó a instruir a todos los misioneros –entre ellos al
recién llegado Ricci – en la lengua y la cultura chinas, pudo establecer la
orden una residencia en Zhaoquing. Con todo, esta ciudad estaba situada al sur
del imperio, lejos del centro de poder político de Pekín. Tuvieron que
transcurrir aún veinte años para que los jesuitas obtuvieran el permiso para
establecerse en la capital.
13. LA PRIMERA
EVANGELIZACIÓN EN COREA
La
evangelización de Corea se llevó a cabo de una manera totalmente singular a
través de movimientos católicos de laicos formados de manera independiente.
A finales del
siglo XVI, todo el ordenamiento feudal de la sociedad coreana quedó muy
maltrecho, por la invasión japonesa (1592-1593, 1597-1598), aunque el país
consiguió que los invasores se retiraran, gracias a su enconada resistencia y
con el apoyo de los Ming. Pero en el año 1627, entraron los Mandshu, también en
Corea, en la lucha contra el reino Ming, obligando al país a reconocer su
autoridad, que se mantuvo hasta 1894. El “shock” provocado por la invasión y la
división partidista de los coreanos hizo que surgiese una nueva orientación
entre los sabios confucionistas: la así denominada «Silhak'pa» (escuela
pragmática). En el nacimiento de esta escuela jugaron un importante papel los
escritos sobre las ciencias occidentales, que penetraron en la cerrada Corea
desde la China. Estos escritos fueron llevados a Corea desde Pequín. Entre los
años 1636 y 1783 fueron enviadas a Pequín 167 delegaciones. Casi todos los
libros de los jesuitas en la corte imperial, parece que fueron en total 358, fueron
llevados a Corea. A partir de los testimonios de los sabios confucionistas
coreanos, podemos atestiguar que fueron estudiados, por lo menos, 40 de estos
libros.
Con el fin de
estudiar mejor la «ciencia occidental», se encargó a Peter Yi Shunghu
(1756-1801) que fuera a Pequín con una delegación (1783). Aquí estudió él la fe
católica, y, después de una corto período catecumenal, fue bautizado en 1784
por Jean Joseph de Grammont (1736-1808, o 1812), con el nombre de Pedro.
Regresó en el mismo año, llevando consigo algunos escritos cristianos y objetos
religiosos, comenzando en el invierno siguiente a bautizar a una serie de
sabios confucionistas. Al principio no se hacía ninguna diferencia entre las
ciencias y la religión católica, conociéndose ambas bajo el nombre de «ciencia
occidental» (Sóhak). De esta manera, la iglesia católica coreana fue fundada
por laicos, en 1784, según la forma tradicional. Miembros de la clase
funcionarial habían sido influidos por el nuevo confucionismo chino, quienes
adoptaron la nueva manera de pensar y, con ella, los valores cristianos y
sociales. Se dirigían en sus oraciones al «Padre altísimo, Creador del cielo,
de la tierra, de los ángeles y de 10.000 cosas». Identificaban a Dios con el
«primer principio» (Sanje) de los chinos y consideraban que la «religión del
Señor celestial» era compatible con la ley del estado. Este nuevo camino fue,
sin embargo, considerado subversivo por los jefes confucionistas coreanos.
La historia del
catolicismo en Corea comenzó en 1784, cuando Yi Sung-hun fue bautizado mientras estaba en China bajo
el nombre de pila de Pedro. Más
tarde regresó a casa con varios textos religiosos y bautizó a muchos de sus
compatriotas. La
evangelización en Corea se llevó a cabo de una forma singular a través de
laicos (scholars). En un viaje a China se encontraron con libros
sagrados, entre ellos la Biblia y varios a cerca de la formación de cristianos.
Siguiendo estos libros sagrados empezaron a interesarse tanto por el
cristianismo que algunos fueron bautizados. Regresaron a China para presentarse
a las comunidades cristianas y regresaron a Corea donde continuaron impartiendo
la fe. Pidieron que les enviaran misioneros y enviaron a los llamados
misioneros de Paris.[28]
La Iglesia en
Corea sobrevivió sin ningún tipo de sacerdotes misioneros formales hasta que el
clero de Francia a través de la sociedad Misiones Extranjeras de París enviaron en 1836 para este ministerio. En
1785 empezaron las primeras persecuciones de los cristianos.
13.1 Las primeras persecuciones en Corea
Después de la
persecución del año 1785, recobró fuerzas la Iglesia en sus esfuerzos
evangelizadores, bajo la dirección de Peter I Súng-Hun, concibiendo el plan de
organizar la jerarquía coreana, según el modelo de Pequín. Se eligieron un
obispo y varios sacerdotes, celebrando con ellos los sacramentos. A una
pregunta al obispo de Pequín, Alexander de
Gouvea (Gouveia) (1751-[1782]-1808), se prohibió el ejercicio de las funciones,
ya que éste no estaba de acuerdo con estos escritos. Igualmente, reprendió que el
culto a los antepasados fuera compatible con el cristianismo. En una carta del
año 1791, prohibió a los cristianos ofrecer dones a los antepasados, así como
su culto. En 1794, llegó al país un sacerdote chino, Jacques Tsiou (Chou
Wen-mu) (=Velloz=Ly), pero pronto fue descubierto. Murió en 1801 como mártir,
junto con otros 300 cristianos.
La primera generación de mártires en Corea fue en
1779-1801 durante la primera persecución del emperador. El abuelo de Andrés Kim
Taigon, Kim Chinhu Pius, fue martirizado en 1814. El padre Kim Chae-jun fue
encarcelado durante diez años y martirizado en 1839.
La segunda generación de mártiresen Corea fue en 1846
durante la segunda persecución del emperador. Esta fue encabezada por Andrés
Kim Taigon, Paul Chong Ha-sang, Lucy Kin Nusia, Peter Kwon Tug-in, Damian Nam
Myong-hyok, Joseph Chang Song-jip, Marta Kim Song-im, Magdalene Yi Yong-hui,
Mary Won Kwi-im, Agnes Kim Hyo-ju, entre otros.[29]
En 1831, Corea se
convirtió en un Vicariato Apostólico, separado de Pequín. Debido a la cerrazón
del país, el primer misionero europeo que llegó al país fue Pierre Philibert
Maubant (1803-839). El vicario apostólico de Corea, el obispo Barhélemy
Brugiére (1792-1835) sucumbió a las fatigas del viaje en Mongolia. En 1837,
llegó al país Jacques-Honoré Chastan (1803-1839), seguido pronto por el segundo
vicario apostólico Laurent-Joseph-Marius Imbert (1796-1839). Ambos murieron
como mártires, después de haber sido encarcelado el obispo y de haberse
presentado voluntariamente los dos misioneros, para evitar que sus comunidades
fuesen perseguidas.
En la sangrienta
persecución siguiente (1846) fue asesinado el primer sacerdote coreano, Andreas Kim Taegon. Había llegado al país en 1845 después de haber
acabado sus estudios en Macao (1845), acompañando a su obispo Jean-Baptiste
Ferriol (1808-1853) y a un misionero. En la nueva persecución de 1866 murieron
2 obispos, 7 misioneros y alrededor de 800 cristianos. La joven iglesia coreana
contaba ya con 25.000 fieles.
Tras la serie de
persecuciones que surgieron una tras otra (1803-1813, 1827, 1838-1846,
1866-1869) y después del primer edicto del año 1891, el cristianismo pudo
experimentar un renovado impulso gracias a los acuerdos firmados en los años 60
entre los poderes occidentales y Japón. En Taiku se produjo, sin embargo, una
contrarreacción. Felix-Clair Ridel (1830-1884), Viario apostólico de Corea,
desde 1869, llegó por primera vez al país en 1877, pero fue hecho prisionero en
los años inmediatamente siguientes y deportado a China. Su sucesor Marie-Jean
Gustav Blanc (1844-1890) llegó a Corea en 1876 y fue Vicario apostólico de
Corea desde 1884 hasta 1890. Su sucesor fue Gustave-Charles-Marie Mutel
(1854-1933), Vicario apostólico de Corea desde 1890 hasta 1911, y después de la
partición en dos diócesis: Seul y Taiku, tomó la dirección de Seul.
Las mayores
persecuciones en Corea se dieron en el S. XIX durante los años 1801, 1839, 1846
y 1866. Nobles y plebeyos, jóvenes y viejos, mujeres maduras y de corta edad,
prefirieron las cárceles, los tormentos, el fuego, el hierro de la espada, con
tal de no apartarse de su fe. Unos fueron ahorcados a otros los decapitaron o
los rompieron las piernas, otros azotados y quemados, otros enterrados vivos,
otros murieron de hambre, todos eligieron cambiar esta vida por otra inmortal y
eterna. Durante el S. XIX en Corea 8.000 creyentes fueron asesinados.
13.2 Andres Kim Tae-gon y 103 compañeros
mártires
Durante el s. XIX,
la Iglesia Católica sufrió persecución por parte del gobierno de la dinastía Joseon , principalmente por la negativa de la religión para llevar a cabo el
culto ancestral, que se percibe como una forma de idolatría, pero que el Estado
prescribe como una piedra angular de la cultura. Una persecución secular produjo miles de mártires, 103 de los cuales fueron
canonizados por el Papa Juan Pablo II en mayo de 1984, incluyendo el primer sacerdote coreano, San Andrew
Dae-gun Kim.
Andres Kim Taegon nació en Solmoe, Chunng Chong, province y pertenece a una
familia de mártires. Los misioneros franceses de París, Lawrence, Maubaut,
Inobert Maubant, eligieron a tres jóvenes seminaristas para que fueran
preparados para la evangelización de Corea. Estos fueron Andrés Kim Tae-gon,
Cho´e Pangie Francis y Cho´e yang-ob Tomas. Tras una larga y exhaustiva
formación tuvieron que viajar a China andando. Francis murió por el camino y
solo aguantaron Andrés y Tomás. Andrés llego
a Macao el 6 de Julio de 1837. Andrés fue ordenado como diácono y después como
sacerdote en Shangghai (China) en 1845 (fue el primer sacerdote coreano). En
1845 llegó a Seul donde fue arrestado y enviado a prisión. Después de tres
meses encarcelado fue decapitado y martirizado en septiembre de 1846. Después
fue lanzado al Hand River donde los tres misioneros franceses habían sido
también martirizados y lanzados al río. Se cuenta que era tan grande el número
de mártires lanzados al río que llegaron a teñir el agua de rojo.
A pesar de la
persecución, sin embargo, la Iglesia en Corea amplió sus seguidores. El Vicariato Apostólico de Corea se formó en 1831, y después de la
expansión de la estructura de la Iglesia para el próximo siglo, la estructura
actual de tres provincias metropolitanas, cada uno con una Arquidiócesis y
varias diócesis sufragáneas se estableció en 1962.
Actualmente
Deokwon en Corea del Norte es la sede de la única abadía territorial fuera de
Europa. La abadía estaba vacante desde hace más de 50 años hasta que el P. Francis
Ri fue nombrado abad en 2005. La abadía nunca se unió con o transformó en una
diócesis presumiblemente debido a la falta de actividad de la iglesia efectiva
en la zona desde la división de Corea en el final de la Segunda Guerra Mundial.
14.
UN NUEVO PARADIGMA “LA MISIÓN ROMANA”
La división del
mundo en dos esferas de influencia: la española y la portuguesa, que hizo el
papa Alejandro VI (1431-1503) en 1493 y los patronazgos misioneros que de esto
surgieron, han determinado la historia de las misiones hasta el siglo XVII. La
relación de las misiones con España y Portugal significa también que sólo ayudaba
a las misiones una pequeña parte del mundo cristiano. Hasta entonces no
conocemos misioneros del norte de Europa; la mayoría venían de los países
románicos. Al crecer las misiones, este peso se hizo inaguantable. Por aquel
entonces, Portugal tenía una población de alrededor de medio millón de
habitantes, y ya no podía corresponder a sus obligaciones como patronazgo. Se
crearon obispados, aunque pocos, y se encontraron vacantes muchos años.
14.1 La fundación de la «Congregatio
de Propaganda Fide»
A partir de la
mitad de siglo XVII, una serie de factores cambiaron por completo la fisonomía
de las misiones de la iglesia católico-romana. Con la fundación de la «Congregatio de Propaganda Fide» (Congregación para la propagación de la fe), hoy llamada «Congregación
para la evangelización de los pueblos» fundada por el papa Gregorio XV
(1621-1623), el 6 de enero de 1622, Roma se vuelve a convertir en una central misionera
y con iniciativas también misioneras. Ya en la segunda mitad del siglo XVI,
hubo tendencias que quisieron asegurar para las misiones el carácter de una
tarea eclesial, poniéndolas bajo el control inmediato de Roma. La idea en sí no
era nueva. Gracias a Ramón Llull (Raymundus Lulius) encontró su forma concreta.
Este quería que naciese desde el centro de la cristiandad una organización
oficial para la propagación de la fe. La erección de esta central misionera
romana 7 fue
reavivada por las congregaciones teresianas reformadas de los carmelitas.
En este contexto
hay que situar a Tomás de Jesús (Diego Sánchez Dávila) (1564-1627), que se
convirtió en un gran defensor y promotor de la fundación de este tipo de
congregación. En 1613, publicó en Antwerpen (Amberes) su gran obra «De Proeuranda Salute Omnium Gentium», que tuvo dos ediciones en el mismo año. Citando al apóstol Pedro, quien
en los Hechos de los Apóstoles (Act 10, 23-48) dio el primer paso para la
conversión de los gentiles, subraya que el Papa es, en primera línea, el
responsable de las misiones. Aunque en estas cuestiones no es nada original, se
ha granjeado méritos indiscutibles al conjugar toda esta problemática de forma
lógica y al fundamentar la necesidad de la fundación de una central misionera
desde la historia de la salvación y de la teología. Con toda razón, pues, se le
puede llamar precursor de la Congregación de Propaganda.
14.2. El nuevo concepto misionero
El primer
secretario de la Congregación, Francesco Ingoli (1578-649), que estuvo en su
cargo hasta su muerte, estaba totalmente convencido de que la actividad
misionera debía descansar sobre conocimientos exactos de la situación. Se
esforzó, por ello, en obtener una información lo más exacta posible sobre el
estado de las misiones en todas las partes del mundo. Tenía bien claro que la
nueva Congregación debería, primero que nada, elaborar su propia praxis
misionera y buscar nuevos métodos para las misiones, si quería realizar su
programa con eficacia. Después de haber acumulado datos muy valiosos y de
haberse apoyado en sus propias experiencias, publicó en muchos escritos su idea
misionera. Después de esto, estableció las directrices que tenían que liberar
la obra misionera de las dependencias hispanoportuguesas, bajo las que se
encontraba. Deberían erigirse más diócesis con sus obispos en estrecha relación
con Roma[30].
Habría necesidad
de un mayor número de sacerdotes diocesanos de manera que hubiera equilibrio
entre éstos y los religiosos. Pero lo primero de todo era la formación lo más
rápida posible del clero indígena en todas las partes del mundo. La idea
principal de Ingoli, en su concepto misionero, fue la creación de un clero
indígena, que no sólo debería ser un clero vicario de segunda clase, sino
totalmente formado, con todos sus derechos y con posibilidad de acceder a
puestos superiores, haciendo así posible un episcopado indígena.
La Congregación de
Propaganda no sólo desarrolló un programa, en conexión con el Papa y con Roma,
sino que buscaba también la separación de las misiones del colonialismo
europeo. La misión debía quedar liberada de su dependencia con las estaciones
coloniales, para que el cristianismo no estuviera condenado a ser para siempre
una religión extranjera. Se trataba de crear una misión despolitizada y
puramente religiosa, apoyada en todo sentido en el definitivo modelo de
predicación apostólica de la Iglesia primitiva. Esto significaba la renuncia a
utilizar medios de poder y de presión, pero también al apoyo por parte de los
poderes políticos. La acomodación a la cultura de un determinado país era una
de las obligaciones de una misión orientada a la creación de iglesias
indígenas, libres de la cultura europea. La Instrucción de
1659 para los vicarios apostólicos en Asia es precisamente la Carta Magna de
todo concepto misionero: «No intentéis de ninguna manera obligar a estos
pueblos a cambiar su cultura, siempre que no se trate de cosas que estén en
clara oposición a la religión o a la moral. Pues, ¿qué hay de más absurdo que
trasladar a China la cultura de Francia, España, Italia o de un país europeo?
Ellos, los misioneros, son portadores no de una cultura, sino de la fe, que en
manera alguna destruye las tradiciones de ningún pueblo, a menos que sean
malas, sino que las mantiene». Éstos son los fundamentos del primer sínodo que
celebraron los vicarios apostólicos, poco después de su llegada a Ajuthia, la
capital de Siam (hoy, Tailandia), en el que se redactaron los «Manita ad missionarios», convirtiéndose
en el modelo del misionero de Jesucristo en Asia, quien no venció «non ferro, sed ligno».
14.3. La fundación de Seminario francés para misiones (Misioneros de
París)
Eclesialmente
obtuvo gran éxito la llegada de sacerdotes del clero diocesano a las misiones.
Un buen ejemplo de esto es la fundación del seminario parisino para misiones
extranjeras (Missions Etrangéres de Paris, MEP). Fue fundado, según una idea
del misionero jesuita Alejandro de Rodas (1593-1600), por el vicario apostólico
Francois Pallu (1626-1684) para la formación del clero secular, que se
obligaba, por medio de un juramento, a ir a las misiones para toda la vida,
bajo la dirección del vicario apostólico, al servicio de la Congregación. El
objetivo principal de estos misioneros era la formación de un clero secular
indígena en las misiones. Aunque este seminario parisino para las misiones
había puesto, hasta el siglo XIX, los vicarios apostólicos para las misiones
asiáticas y enviado, además, algún que otro misionero, sólo llegaron a ser
obispos misioneros religiosos, que gobernaban los territorios misioneros
cerrados. Después de la reapertura, en 1805, del Seminario parisino para
misiones, por un decreto imperial, se convirtió en la sociedad dominante en el
siglo XIX en Asia.
El obispo Jean Félix Onésime Luquet (1810-1858) ejerció una influencia duradera. Había compuesto la obra «Lettres a Mgr. l'evéque de Langres sur la Congrégation des Missions Étrangéres» (Paris 1842), en la que expuso las líneas directrices para la formación del clero indígena y la constitución de la jerarquía indígena (incluyendo el cardenalato), conectando así de nuevo con las ideas directivas del Seminario, desde su erección, y recordando la Instrucción de 1659. El motivo original y el objetivo principal del seminario parisino era la construcción sobre una base indígena, a diferencia de la desatención que sobre esto había existido, sobre todo, por parte de los jesuitas.
15.
DEBIL RESPUESTA
CON LAS MISIONES EN EL SIGLO XVIII
Desde la mitad del
siglo XVIII hasta alrededor del año 1820, se inició para las misiones en
general un período de lenta decadencia. Los misioneros parisinos pudieron aún
enviar nuevos misioneros desde 1792 a 1815. En 1822 había sólo siete
seminaristas formándose y en 1831 contaba toda la sociedad con sólo 53
miembros. Hay una larga descripción sobre la misión, a comienzos del siglo XIX,
en los informes del ministerio de París, que provienen del año 1802, 1809 y
1811. Caída y desengaño los caracterizan. Los pocos misioneros que había ya
eran viejos.
Desde mediados del
siglo XVIII, la Ilustración se deja entrever, incluso en países católicos, lo
que condujo a un desánimo y a una crisis, que ahogaba la voluntad de ampliar
las misiones. Estas causas históricas aumentaron por los correspondientes
acontecimientos políticos, lo que conmovió a toda la población con su
religiosidad tradicional, conduciendo a una rápida disminución de la praxis religiosa,
pero, sobre todo, de las vocaciones sacerdotales. Hay que situarlas, en
Francia, en 1789, durante la Revolución, y, en Alemania, durante el período de
secularización, desde 1803.
El jansenismo, con
su doctrina sobre la redención, paralizó la obra misionera. Su comprensión del
pecado original hizo que valores y tradiciones de los no cristianos fuesen
demasiado fácilmente interpretadas como supersticiones y descarríos
pecaminosos, creando así un obstáculo a la comprensión de los valores
culturales de las religiones no cristianas, que no podían así ser utilizados
para la inculturación misionera.
El comienzo de la
guerra de los Treinta Años (1756-1763), que constituyó, asimismo, una guerra
colonial entre Inglaterra y Francia fue la causa del corrimiento político y
espiritual del punto de gravedad. La dirección de Europa pasa del sur católico
(Francia, Austria) al norte protestante (Inglaterra, Prusia).
A esto se
corresponde, a nivel colonial, la retirada de los viejos poderes coloniales de
España, Portugal y también Francia (Francia había perdido en 1763 sus
posesiones en la India y Canadá a favor de Inglaterra.
La Ilustración
afectó, sobre todo, a las órdenes, es decir, a las instituciones que habían
sido antes portadoras de la obra misionera. Un golpe mortal para las misiones
lo constituyó la represión y disolución de la Compañía de Jesús. Después de la
disolución por el papa Clemente XIV (1769-1774), unos 4000 misioneros jesuitas
abandonaron 271 misiones.
15.1. La misión de China y Stefano Borgia
En medio del
hundimiento de la misión, la Congregación de Propaganda tuvo de secretario
(desde 1770) a Stefano Borgia (1731-1804), que más tarde se convirtió en su
Prefecto (desde 1802) y al que se le puede atribuir una importancia semejante a
la de Francisco Ingoli. Lo que más le importaba para las misiones era el
fomento del clero indígena, pues sólo con los suficientes y bien formados
sacerdotes indígenas podrían ponerse los fundamentos de una jerarquía indígena.
También puso mucho interés en la formación y especial preparación de misioneros
extranjeros.
Tomó postura sobre
las variadas cuestiones misioneras en sus numerosas reflexiones, a las que él
llamaba «Reflessioni». Estas
nos dan a conocer su preocupación por las misiones y su abierto sentido del
futuro. En dos de estas reflexiones encontramos sus ideas sobre las misiones
chinas. Con tres palabras clave podríamos resumir su pensamiento: Se trata de
crear obispos indígenas, jerarquías indígenas y liturgia indígena en la China.
Su objetivo principal, en las primeras reflexiones era el nombramiento de
obispos chinos y la creación de una iglesia china independiente. Contra las
desventajas que proporcionaban los misioneros extranjeros, puso él las ventajas
de los obispos y sacerdotes indígenas, a saber, el conocimiento del idioma, la
comprensión auténtica de los usos y costumbres del pueblo y la posibilidad de
insinuarse fácilmente en la mentalidad de la gente. El nombramiento de obispos
indígenas se corresponde totalmente con el derecho eclesiástico y con la praxis
habida en todos los países católicos. Se corresponde con la tradición de la
Iglesia, de dar obispos a los pueblos recién convertidos.
El fomento de una
liturgia indígena para la iglesia china fue realmente revolucionario. La
cuestión de la misa en chino tuvo más peso que la de la consagración de obispos
chinos, pero la celebración eucarística en chino tenía infinitas ventajas.
Tampoco estaba en contra de su proyecto el decreto del concilio de Trento sobre
la celebración de la santa misa en lengua vernácula, ya que sólo condena a los
que afirman que la santa misa únicamente se puede celebrar en lengua vernácula.
Se refiere incluso a un permiso que ya el papa Pablo V había concedido en el
año 1615 a favor de una liturgia en chino.
La segunda
reflexión incluye una información complementaria sobre la división política y
eclesiástica del reino de la China y de su inmensa extensión, y sobre la
situación misionera después de las últimas persecuciones. Mientras no se
nombren obispos indígenas, no se podrá hablar de una iglesia china. La Iglesia
supone que hay obispos y si se dan obispos chinos a los chinos, se demostrará
que allí hay verdaderas ideas sobre lo que es la Iglesia.
Las reflexiones no
tuvieron, inmediata y directamente, ningún resultado, pero son un importante
testimonio de la voluntad de hacer una iglesia y una liturgia chinas.
17.
LA SITUACIÓN EN CHINA
Podemos dividir en
tres partes la consiguiente evolución de las misiones en China. Durante el
período de la persecución (1800-1844), la tolerancia (1844-1912) y la libertad
religiosa (1912-1926).
Pero, a pesar de
las persecuciones, la organización externa de las diócesis y de los Vicariatos
Apostólicos no sólo permaneció intacta, sino que los misioneros consiguieron
crear nuevos centros cristianos. Aunque eran pequeños y estaban muy dispersos
unos de otros, pudieron, a lo largo del siglo XIX, configurarse como
comunidades en sentido propio. A comienzos del siglo XIX, China estaba dividida
en tres Vicariatos Apostólicos, y así permaneció durante los siguientes 50
años.
Alrededor de 1810
había unos 215.000 cristianos, a los que se dedicaban siete obispos y 103
sacerdotes, de los cuales 80 eran indígenas y 23, extranjeros. Por aquel
entonces, Macao tenía unos 220.000 católicos y alrededor de 140 sacerdotes. El número de los sacerdotes europeos era
tan pequeño debido a la situación política y a la inseguridad reinante en
Europa, pero no menos por las persecuciones en China. Lo que en un comienzo
habían sido vejaciones locales, se convirtió desde 1805 hasta 1811 en
persecuciones generalizadas. Víctima de ellas fue la misión de Pequín, cuyos
misioneros tuvieron que abandonar la China. El obispo Jean Gabriel Taurin
Dufressne (1750-[1800]-1815) de Scechwan y, en 1816, el franciscano Giovanni
(Franceso Maria Lantura) da Triora murieron como mártires, a consecuencia del
decreto imperial sobre la religión de 1811, y la misma suerte corrió el
lazarista francés J.-Fr. Clet (1748-1820).
El primer Sínodo,
habido en Szechwann, y en el que participaron trece sacerdotes chinos, bajo la
presidencia del obispo Jean Gabriel Taurin Dufressne y su coadjutor, el obispo
Jean Louis Florens (1756-[1807]-1814), tuvo una fundamental importancia para toda
la China. Los dos obispos eran los únicos extranjeros en el Sínodo. Las
conclusiones del Sínodo sólo pudieron ser aprobadas y publicadas por la
Congregación romana en 1822. Un decreto de 1832 dio a las conclusiones
sinodales validez obligatoria para toda la China.
La situación de
asedio en la que estaba la Iglesia y la total ausencia de misioneros
portugueses, además de la dificultad de encontrar candidatos a obispos para las
diócesis de Patronazgo, dieron ocasión a que Roma desarrollara un plan que
dividiría las diócesis en pequeños Vicariatos Apostólicos. La puesta en marcha
de este plan comenzó con la erección, en 1838, del Vicariato Apostólico de
Laiotung (Leao-tung), que nació como dependiente de Pequín. De las tres
diócesis de Patronazgo (Pequín, Nanquín, Macao) sólo quedó hasta 1848 la de
Macao. Esta reglamentación fue concordada con Portugal en 1857. La sustitución
de los misioneros de Patronazgo por representantes de la Congregación romana se
llevó a cabo sin llamar mucho la atención y sin perjuicios para los territorios
afectados. Nanquín fue sustituido por el Vicariato Apostólico de Kiangan y
confiado a los jesuitas franceses y el de Pequín, a los lazaristas franceses. A
Macao pertenecían las provincias chinas de Kwangtun y Kwangsi, en las que los misioneros
del Seminario parisino ya habían estado trabajando desde el siglo XVIII. Pero
sólo a partir de 1858 se separó también este territorio de la diócesis madre.
Desde entonces, toda la misión en China estuvo bajo la dependencia de la
Congregación romana. Si bien Ios derechos de
patronazgo portugueses habían sido prácticamente anulados en la China, a
consecuencia de esta evolución, lo cierto es que, por el contrato de Whampoa
(1844) se abrió paso una nueva dependencia política para las misiones, cuyas consecuencias
fueron desastrosas desde la segunda mitad del siglo: el Patronazgo francés. Con
este contrato comienza una época en la historia china de las misiones, con una
serie de más contratos y acuerdos con el Protectorado francés sobre la misión
en China. Es en las fuentes chinas donde aparece con más evidencia que el
objetivo del contrato no era, ni mucho menos, la libertad religiosa. En el
contrato de Whampoa se ve claro que el apoderado francés no tenía ni la misión
ni la intención de hacer de la libertad religioso objeto de los acuerdos
contractuales. Sólo el hecho de que el contrato comercial se realizó sin
dificultades, creciendo la idea de que el representante chino veía en Francia a
un aliado contra Inglaterra, motivó al apoderado francés a proponer la
exigencia de libertad religiosa, que sin especiales dificultades fue aprobada.
Los misioneros, si exceptuamos algunas solicitudes a Théodose M. M. de Lagrené
(1800-1862), no intervinieron para nada en las negociaciones. Sin embargo, un
antiguo misionero, Giuseppe Gaetano Pietro Massimo Maria Calory (Caller)
(1810-1862), que actuaba de traductor, sí que colaboró algo, mediante impresos
y amenazas, pero lo decisivo para el curso de las negociaciones fue el deseo de
los chinos de ganar a Francia contra los ingleses. La libertad religiosa,
confirmada contractualmente, sólo tenía vigencia, al principio, para los cinco
así llamados ciudades portuarias del contrato: Cantón, Amoi, Fou-tcheou,
Ning-po, Shangai. Los sucesos belicosos (la revolución de Taiping en el sur y
la de Ch'ang-mao, en el norte) condujeron al contrato de Tientsin (1858) y al
de paz en Pequín (1860). Por medio de esta actividad contractual la libertad
religiosa se fue extendiendo a todo el reino y a todos los misioneros que
poseyeran el correspondiente pase de las autoridades francesas.
Los contratos y el
Protectorado francés dieron a la misión, en resumen, Ios siguientes derechos:
Los misioneros podían predicar el Evangelio en toda la China y celebrar el
servicio religioso; podían comprar casas y campos para fines misioneros, así
como inaugurar los edificios necesarios; los chinos tienen libertad para
aceptar y poner en práctica la fe cristiana. En este sentido, se aseguraba que
la aceptación del cristianismo no perjudicaría a ningún cristiano en sus
derechos políticos o de ciudadanía; los chinos están liberados de pagar para fines paganos. Los otros impuestos sí que
deberán pagarlos. La debilidad en lo concerniente a los derechos de ciudadanía
estaba «en que no habían sido cerrados sobre la base de una total igualdad,
sino que habían sido impuestos a la nación china»[31].
En estos contratos
se basa, en último término, el odio a los extranjeros. Produjeron desavenencias
y también persecuciones. Todo esto se deduce claramente de las fuentes chinas.
Un primer momento culminante fue odio a los cristianos y a los extranjeros, que
culminó en un baño de sangre en Tientsin, el 21 de junio de 1870, en el que
fueron víctimas un lazarista europeo y otro chino, así como 10 hermanas de la
caridad, el cónsul francés y varios europeos; en total, 45 personas.
Otras tremendas
manifestaciones de la rabia popular contra los extranjeros, y, por ello, contra
el cristianismo fueron las habidas en Yunnan, en 1874; en 1875, en Szechwan, y
con más virulencia en Kiangsi (1885-1886). Todos
ellos pueden considerarse como sucesos locales, a los que siguieron, en 1990,
los acontecimientos que, como una explosión, tuvieron lugar durante la
sublevación de los boxeadores. La denominación china de este movimiento es:
I-ho-t'uan [asociación de defensa para la justicia y la concordia]. Sus miembros
eran considerados, en general, como pertenecientes a la sociedad secreta «El
Loto blanco». Según otra teoría, procedían de la milicia popular. El movimiento
se originó por un incidente religioso en Li-yüan-t'un [Shantung] en el año
1887, cuando misioneros alemanes transformaron una pagoda budista en una
iglesia católica, provocando así la protesta de los habitantes del pueblo. El
movimiento se extendió desde aquí, por todo el sur de Tschely, hasta llegar a
otras provincias. Los miembros de la milicia del pueblo, que desde entonces se
llamaron Mei-hua-ch'üan [puño de la flor del ciruelo], se convirtieron en una
organización contra el cristianismo. A comienzos de 1898, y obligados a ello
por las autoridades, se cambiaron el nombre por el de I-ho-t'uan, cargando
contra la dinastía de Manchuria y contra los cristianos. Así es cómo pudieron
liberarse de la sumisión a las autoridades y actuar sin obstáculo alguno contra
los extranjeros. La asociación I-ho-t'uan obtuvo de esta manera un carácter
semilegal. Cinco obispos, 28 misioneros, 2 hermanos, 9 hermanas y 30.000
cristianos fueron asesinados a lo largo de la revolución. Entre los
protestantes, 133 misioneros y 48 niños.
La importancia
histórica de estos acontecimientos consiste en que los poderes occidentales
tuvieron que comprender que no era posible una «partición» de China. Ocurrió
también que la revolución china se aceleró, después de la brutal y funesta
represión del movimiento de los boxeadores.
Las órdenes que
trabajaban en China aumentaron el número de sus misioneros. Así lo hicieron los
franciscanos, los dominicos, los misioneros del Seminario parisino para las
misiones, los lazaristas y los jesuitas. En 1858, comenzaron su trabajo en
Hongkong los misioneros del seminario milanés para las misiones, y, en 1869, en
la provincia de Honan, mientras que los misioneros belgas de Scheut, se
ocuparon, desde 1865, de las misiones en Kansu y en Mongolia. Por las
«reducciones» de pueblos cristianos, consiguieron asentar, alrededor del centro
de la misión de Ordos, comunidades cerradas. El pionero de esta empresa fue el
posteriormente vicario apostólico, Alfons Bermyn (1878-1915). Aquí comenzó su
actividad misionera el futuro vicario apostólico del norte de Kansu, Hubert
Otto (1850-1938). En el año 1882 entraron en el sur de Shantung los misioneros
de Steyler, que, bajo los vicarios apostólicos Johann Baptist Anzer (1851-1903)
y Augustinus Hennighaus (1862-1939), consiguieron dar grandes y rápidos pasos,
sobre todo, por medio de sus escuelas. En el año 1847, aparecieron las primeras
hermanas misioneras en China. Su colaboración en escuelas, hospitales y
orfanatos fue señal del profundo cambio que estaba experimentando el método
misionero. Durante la persecución, los misioneros europeos se dedicaban, de la manera
menos llamativa posible y en círculos cerrados, a la predicación y a la
dirección espiritual. La atención espiritual familiar y femenina se les
encomendó, en la mayoría de los casos, a las vírgenes chinas.
Desde la segunda
mitad del siglo XIX, se intensificó la preocupación por las escuelas y por las
instituciones socio-caritativas, lo que se entendió como una forma indirecta y
preparatoria para la predicación misionera. Pero fue precisamente esta
actividad de las mujeres europeas la que el sentimiento popular chino sintió
como extraña y repulsiva, incluso muchas veces como flagrante violación de las
costumbres chinas. Es significativo en este contexto un Memorando del
Taung-li-Yamen (Ministerio de asuntos exteriores) dirigido a los representantes
de Ios poderes europeos, en 1871, que, como condición para la libertad de la
misión católica, exigía, entre otras cosas, la supresión de los orfanatos, la
retirada de todas las hermanas de China y también la prohibición para las
mujeres de asistir al oficio religioso. Este Memorando fue rechazado en aquel
entonces en prueba de la superioridad de la cultura europea. Los orfanatos
dirigidos por las hermanas levantaron rumores sospechosos en el sentir de los
chinos. La razón de esto era la antigua praxis común en China del «control de
natalidad», es decir, la exposición y muerte de los recién nacidos.
Los obispos de
China se reunieron en una sesión especial, al margen del primer concilio
Vaticano, para tratar sobre los problemas misioneros en China. Esta reunión tuvo
el carácter de un sínodo. Las bases de las deliberaciones la formaron 72
preguntas propuestas por los obispos de la Congregación romana. Otro grupo de
preguntas afectaba a la erección de una Delegación Apostólica o Nunciatura en
China y la división de la misión china en cinco regiones, especialmente de cara
a la celebración de sínodos locales. Para la formación del clero indígena se
determinó que debería hacerse de manera que éste pudiera ser también capaz de
dirigir la misión y de tener acceso al servicio episcopal. Los obispos
reaccionaron en su mayoría positivamente a esta cuestión, aunque se
manifestaron claramente a favor de un proceso largo y precavido.
Entre las
cuestiones litúrgicas destacaron la determinación de los días festivos y de
ayuno, así como la lengua litúrgica. Los obispos prefirieron el chino como
lengua litúrgica, aunque dejaron la decisión sobre el tema a la Congregación.
En lo referente a la administración del bautismo, se desechó la interrupción de
la ceremonia bautismal del Ritual Romano y su distribución durante toda la
duración del catecumenado, exigiendo, por el contrario, que todas las preguntas
se hicieran en el idioma chino. Esta determinación supuso un compromiso, pues
los misioneros del seminario parisino de misiones –y lo mismo pensaba
expresamente el obispo Louis Simon Faurie (1824-1871)– ya habían introducido en
sus misiones, desde el siglo XVIII, la ordenación de la ceremonia bautismal,
aunque su praxis había sido prohibida expresamente en 1866. El papa León XIII
(1810-[1878]-1903) había dividido la misión china en cinco regiones (1879) y,
durante el primer concilio Vaticano, puso en vigor estas negociaciones. Además,
hizo llegar a los misioneros chinos, en 1883, y a través de la Congregación de
Propaganda, ciertas advertencias metodológicas. Lo que entonces se manifestó
como especialmente urgente, ya que no se estaba preparado para una actividad
misionera directa, contentándose con lo que ya encontraban realizado. Un grupo
de misioneros hizo suyos estos deseos y demandas, que propagaron a favor del
método así llamado «Tientsin». Subrayaban mucho las cualidades positivas de los
chinos y exigían la retirada del europeismo. Vincent Frédéric Marie Lebbe
(1877-1940) luchó contra el protectorado que se había extralimitado en sus
funciones, significando al europeismo como el obstáculo principal del cristianismo
en China. Se puso a favor de un método culturalmente cercano. Se puso como
tarea, especialmente durante su estancia en Tientsin (1906-1916), establecer
relaciones entre la fe cristiana y el despertar nacional de los chinos. Su
objetivo fue liberar a las iglesias de las cadenas que las ataban a la política
y a la cultura de Occidente. En el año 1917, dirigió una importante carta a su
obispo Paul-Mane Raynaud (1854-1926), en la que subrayaba que los cristianos
chinos tenían obligación de ser patrióticos; que había una urgente necesidad de
liberar a la iglesia de la tutela extranjera; que era totalmente necesario
establecer un clero indígena, que estuviera capacitado para ser responsable en
todos los estamentos eclesiales, también en lo referente a la dignidad
episcopal. Fue una personalidad indiscutida durante su vida y lo siguió siendo
en el futuro. Fue un importante pionero en la idea de un clero y episcopado
indígenas.
El primer concilio
nacional chino (1924 en Shangai) fue una especie de piedra miliar para la
historia de la evangelización de la China. Fue la terminación de una larga,
movida y no siempre feliz prehistoria de la institución de la iglesia oriental
en China. Al mismo tiempo, fue también el comienzo de un nuevo período, «cuyos
signos más sorprendentes fueron el paso gradual del poder pastoral a manos
chinas, el desprenderse del protectorado misionero, la consagración de obispos
chinos, la superación de la lucha de caballeros chinos, la inculturación
progresiva de la Iglesia y, finalmente, el nombramiento del primer cardenal
chino y el ordenamiento de la jerarquía eclesiástica en China» [32]. A iniciativa del Papa, escribió el cardenal Thomas Tien Kensin (1890-[1939]-1967),
con motivo de su elevación al cardenalato en Roma, unas reflexiones sobre la
situación y problemática de la Iglesia en China, dando así el último empujón
para la constitución de la jerarquía en China. El 8 de abril de 1946 se terminó
la constitución de la jerarquía en China. De los nueve obispos diocesanos, 17
eran chinos. Los dos obispados más importantes fueron confiados a obispos
chinos. El punto cultural central de la vieja y de la nueva China, que era
Pequín, fue confiado al arzobispo Thomas Tien. Paul Yupin (1901-[1936]-1978)
fue nombrado arzobispo de la capital de la nueva república, Nanquín.
Un paso decisivo
para soslayar el reproche de que el cristianismo era para el pueblo chino una
religión extraña, que sólo servía de vehículo para extender por todo el mundo
la cultura y la mentalidad occidentales, consistió en solucionar
definitivamente la cuestión china sobre los ritos. El primer paso se dio en
1935 en Mandschukuo. August Ernest Désoré
Gaspais
(1884-[1920]-1952) dio motivo, al enviar a Roma un cuestionario escrito, a que
la Congregación decidiera autorizar una serie de ceremonias en Mandschukuo. A
la pregunta que se le hizo al gobierno acerca del sentido y contenido del culto
confucionista, aclaró éste inequívocamente que se trataba exclusivamente de
ritos honoríficos externos, exentos en absoluto de carácter religioso. La
contestación de la Congregación de Propaganda contiene las siguientes
determinaciones: Hay que dar a conocer lo que dice el gobierno sobre el
carácter meramente civil del culto a Confucio. Se admite que en las escuelas
católicas esté la imagen de Confucio y que se le den los honores establecidos
estatalmente. Pero no se admite, sin embargo, que se coloquen delante los
altares y los cirios y que se queme incienso, pues existe el peligro de que se
confundan con el culto religioso.
Aclaraciones
semejantes sobre el culto a Confucio siguieron siendo publicadas por el
gobierno chino. Entretanto, ya se habían tomado decisiones sobre la cuestión de
los caballeros, que se encontraba en una situación semejante. Se habían pedido
otros informes, de manera que el 8 de diciembre de 1939 se publicó el documento
que tuvo para la Iglesia un valor muy importante. No se quitaron las anteriores
decisiones sobre la lucha de los caballeros, ni se condenaron, que mantuvieron
su validez histórica para su tiempo. Pero al cambiarse la situación, ésta
exigía nuevas soluciones. Se permite la presencia de católicos en los actos
honoríficos a imágenes y tablas nominales de Confucio. Se elimina el juramento
que prescribía la observación de las primeras decisiones romanas sobre la lucha
de caballeros. Pero para la iglesia china tuvieron una gran significación otros
dos sucesos ocurridos en el año 1946. El 6 de julio de 1946, se erigió una
Internunciatura, aceptándose relaciones directas entre el Vaticano y Pequín. El
arzobispo Antonio Riberi (1897-1934-1967) fue el primer internuncio. En el año
1900, fueron beatificados 29 mártires chinos.
En los años
siguientes se continuó confiando las diócesis eclesiásticas a los ordinarios
chinos, pero la ocupación comunista del país y las circunstancias políticas
hicieron ilusorias todas las siguientes medidas tomadas por la administración
eclesiástica romana. Las relaciones diplomáticas se iban rompiendo cada vez más.
Con el decreto gubernamental del 23 de junio de 1950 sobre la represión de la
«actividad contrarrevolucionaria», comenzó una lucha sistemática contra la
Iglesia. Los misioneros extranjeros fueron expulsados, muchas veces después de
procesos fantasmas, de malos tratos y de encarcelamientos.
18.
LA SITUACIÓN DE LA IGLESIA EN HONG KONG[33]
18.1 ¿La iglesia católica se encuentra amenazada?
«Mientras los Estados Unidos una vez esperó que un Hong Kong
libre y próspero proveería un modelo alterno al autoritarismo de la China,»
dijo el secretario de estado Pompeo, «ahora queda claro que la China está moldeando a Hong
Kong a su imagen».
El secretario Pompeo ha dejado en claro que los Estados
Unidos tiene por «desastroso» este revés. Sin embargo, las declaraciones
recientes insinúan que algunos en el Vaticano podrían considerar que el revés
es deseable.
«Ahora, quienes mejor han implantado la doctrina social de
la iglesia son los chinos,» opinó el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller
de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, en febrero. Sorondo alabó a
la «China extraordinaria» y su «conciencia nacional positiva», en la cual
los líderes persiguen el «bien común». El obispo dijo que el Partido Comunista
de la China «defiende la dignidad de la persona humana», a pesar del hecho que
Pekín ha realizado 336 millones de abortos forzados como parte de su
deshumanizante política de un hijo por pareja—una práctica sobre la cual el
entonces vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo «la entiendo plenamente—no
la cuestiono». El obispo Sorondo contrastó su percepción favorable de los
arquitectos de la brutal política de control de la natalidad, con su percepción
del Presidente Trump, quien él estima está demasiado influído por «el
pensamiento liberal».
Hong Kong, también, acordó a sus ciudadanos libertades
democráticas y libertad económica. Mike Gonzalez y Olivia Enos escribieron
en The Daily Signal: autorizó al gobierno chino a seleccionar a los nuevos
obispos católicos y a reemplazar a dos obispos de la iglesia subterránea en
China con jerarcas que son leales a Pekín. «Inclusive nuestra comunidad
[católica] está dividida,» dijo el Cardenal Zen. «Todos en Hong Kong deben
elegir un bando».
El anuncio de Pompeo se produjo un día antes de que el
congreso pasara el Acto de la política de derechos humanos de los Uigur del
2020, el cual requiere al gobierno identificar y castigar a los oficiales
chinos responsables de cometer abusos contra los derechos humanos. Pero por
ahora, las respuestas seculares y sagradas a la agresión china se han quedado
cortas con relación a la medida fijada por Teddy Roosevelt: «Nos paramos frente
el Armagedón, y batallamos por el Señor».
Los 2.3 mil millones de cristianos en el mundo deben primero
creer, y luego afirmar, que las acciones de China violan la naturaleza humana,
que está «hecha para la libertad». La represión china de los derechos humanos
fundamentales, incluyendo la libertad de religión y expresión, clama por una
oración.
Esta crisis provee una oportunidad dorada para los líderes
cristianos, incluyendo al pontífice, para ejercer un ministerio verdaderamente
global. El papa Francisco debería pedir al mundo que rece para que caiga el
comunismo en la China y que se termine la República popular de China como un
régimen dictatorial, ateo, irredentista, mercantilista, militarista, racista,
cleptocrático e imperialista. Las personas de buena voluntad no deben descansar
hasta que todos los creyentes puedan, con seguridad, «estar firmes en la
libertad con que Cristo nos hizo libre» (Gálatas 5:1).
El prominente millonario católico y magnate de los medios,
Jimmy Lai, ha sido arrestado junto con dos de sus hijos y dos ejecutivos de su
empresa Next Media, según informó el sitio web católico estadounidense Crux.
La agencia italiana de misiones extranjeras Asia News, informó que el empresario
Jimmy Lai, uno de los más críticos del régimen chino, fue arrestado la mañana
del 10 de agosto de 2020, en su casa de Ho Man Tin. La sede de su
periódico Apple Daily también fue allanada con un gran número de
policías en busca de pruebas que demuestren “la colaboración con fuerzas
extranjeras”, en virtud de la nueva Ley de Seguridad Nacional.
Después de la Ley de Seguridad Nacional, las detenciones El
empresario de 71 años forma parte de las 10 personas detenidas en una redada
contra el movimiento prodemocracia. Estas últimas están acusadas de haber
conspirado con extranjeros para “provocar el caos”. Su arresto fue posible
debido a la nueva ley que ha anulado el modelo de “un país - dos sistemas”
vigente hasta el 30 de junio de 2020.
Convertido al catolicismo siendo ya adulto, y amigo cercano
del cardenal Joseph Zen Ze-kiun, obispo emérito de Hong Kong, Jimmy Lai emprendió
una campaña por la libertad con la ayuda de su diario Apple Daily,
convirtiéndose en un firme partidario del movimiento democrático. Su periódico
publica regularmente reportajes sobre los escándalos y la corrupción que tienen
lugar en la clase dominante comunista. Gracias a la nueva ley de seguridad,
Beijing ahora tiene el camino libre para procesarlo.
Jimmy Lai es conocido por ser un ferviente defensor de la
Iglesia católica en Hong Kong, según informa la periodista Ellen Ann Allen del sitio
web Crux. De acuerdo con el informe, donó 20 millones de dólares al
cardenal Zen, quien los utilizó para apoyar a la llamada Iglesia católica “clandestina”
(no oficial) de China. El dinero entregado al prelado equivaldría a casi
un tercio de todas las donaciones de apoyo hechas por Jimmy Lai, según el
periódico South China Morning Post. La mayor parte de estos fondos se
utilizó para fortalecer el movimiento prodemocracia en Hong Kong.
Jimmy Lai, sus dos hijos Ian y Timothy, y la activista
prodemocracia Agnes Chow fueron liberados bajo fianza la noche del 11 al 12 de agosto,
informó AsiaNews el mismo día. Lai y sus dos hijos, en espera del juicio
que tendrá lugar en septiembre, no han hecho comentarios al respecto. Por su
parte, Agnes Chow denunció el uso por parte del gobierno de la nueva ley de
seguridad nacional “para reprimir la disidencia política”.
18.2 Declaraciones del cardenal,
obispo emérito, Joseph Zen
Desde el 1 de julio, Hong Kong ha sido escenario de
detenciones masivas y represión de activistas en favor de la democracia. El
cardenal Zen ha declarado en repetidas ocasiones que está listo para ser
arrestado.
De los 7.5 millones de personas que habitan en Hong
Kong, alrededor de 900,000 son cristianos practicantes, entre los cuales
hay 500,000 católico
Hasta ahora, el cardenal John Tong, arzobispo de Hong
Kong, no se ha pronunciado sobre la nueva ley de seguridad, afirmando en el
semanario de la diócesis que no cree que la nueva ley amenace la libertad
religiosa.
Monseñor Zen considera que su sucesor hizo esta
declaración para apaciguar a las autoridades chinas, pero que no
refleja su posición original. El cardenal Zen también ha criticado
repetidamente el “silencio”; del Papa Francisco ante las acciones del gobierno
de Xi Jinping. Porque si bien el soberano pontífice y su administración no
parecen abstenerse de condenar las atrocidades cometidas en muchos países,
occidentales o no, sin duda la actitud cambia cuando se trata de Beijing.
El obispo emérito de Hong Kong publicó en su blog, el 6 de
julio, un extenso recordatorio de la política del Vaticano en China. Concluye
su escrito con estas reflexiones sobre la situación en Hong Kong: “En la situación
actual, se nos pide la Santa Sede que nos mantengamos en una posición unida.
¿A toda costa? ¿Unidos en la verdad o en la transigencia? (…) ¿Por qué,
mientras todas las naciones claman ante la injusticia, no se oye la
voz del Vaticano? ¿Será que realmente es una cuestión que tiene que ver
con dinero? ¿Por qué el Vaticano no quiere refutar esta calumnia”;
Las negociaciones diplomáticas en curso para la renovación del Acuerdo Provisional y secreto entre el Vaticano y Beijing, pueden explicar el silencio romano. El cardenal católico Joseph Zen, arrestado en Hong Kong el pasado 12 de mayo y posteriormente liberado bajo fianza, calificó este martes a la Santa Sede de “imprudente”, pese a sus “buenas intenciones” por su enfoque blando hacia China.
Durante una misa de hora y media esta noche en la Iglesia de
la Santa Cruz en Sai Wan Ho, el cardenal, de 95 años, criticó sutilmente el
histórico acuerdo de la Iglesia Católica Romana firmado en 2018 con China,
mediante elcual el Papa reconocería a los obispos nombrados por el gobierno chino, y a
su vez éste reconocería al papa como único líder de la Iglesia católica.
“Todos los obispos en China son reconocidos por el Papa, y
la Santa Sede ha firmado un acuerdo con China. Esto significa que ellos ,China, reconocen al Papa” argumentó Zen. En China, unos 12 millones de
católicos se reparten entre los pertenecientes a una iglesia reconocida por el
Estado y una clandestina leal a Roma: “La Iglesia ha sido imprudente en ciertas
áreas, aunque puede que tenga buenas intenciones. Es muy impaciente. Quiere
que la Iglesia abierta de China y la iglesia clandestina se conviertan en una
sola. ¿Existe la fe de todo corazón? Tal vez no”, agregó Zen.
De hecho, Zen ha calificado el acuerdo de 2018 como una “venta”
de los católicos clandestinos en China, y en 2020 viajó a Roma para instar al Papa
Francisco a que no renovara el acuerdo, pero se le negó una audiencia. Horas
antes de la misa, el obispo y otras cinco personas comparecían ante un tribunal
de Hong Kong para declararse inocentes de los cargos que se les imputan por no
registrar un fondo que ayudaba a personas que participaron en las protestas de
2019. Durante su comparecencia ante el tribunal hoy por la mañana junto con otras
cinco personas, incluida la cantante pop Denise Ho, las exlegisladoras
opositoras Margaret Ng y Cyd Ho y el académico Hui Po-keung, se dejó entrever
que supuestamente no registraron el ahora desaparecido Fondo de Ayuda
Humanitaria 612 como organización. Zen, un activo defensor de la democracia en
Hong Kong, y cuatro de los acusados eran fideicomisarios del fondo. El sexto
acusado, Sze Shing-wai, era secretario de la organización, que se creó en 2019
para ayudar a los manifestantes arrestados o heridos que necesitaban ayuda.
Si fueran declarados culpables, podrían enfrentarse a una
multa de hasta 10.000 dólares de Hong Kong (unos 1.275 dólares). El juicio del
caso comenzará en septiembre. Antes, Zen, Denise Ho, Ng y Hui deben presentarse
ante la policía en agosto. Cyd Ho se encuentra actualmente en la cárcel
cumpliendo una sentencia de prisión.
El Gobierno chino rechaza las críticas al respecto al
considerarlas “injustificadas” y defiende la actuación de la policía de Hong
Kong, que basó las detenciones en un supuesto delito de confabulación con
fuerzas extranjeras a través de dicho fondo.
Este delito se enmarca dentro de la polémica ley de
seguridad nacional impuesta a Hong Kong desde Pekín, puede conllevar una pena
máxima de cadena perpetua. El arresto de Zen conmocionó al mundo católico y
generó críticas generalizadas a nivel internacional. El Vaticano, que está
trabajando para renovar el pacto nuevamente con Pekín a finales de este año,
aseguró tras su detención en mayo que estaba siguiendo de cerca la situación “con
extrema atención”.
La detención de un cardenal en Hong Kong pone en el visor el
acuerdo China-Vaticano. El cardenal Joseph Zen, durante una entrevista con
la AFP el 5 de marzo del año 2018 en Hong Kong afp tickers. La fugaz
detención en Hong Kong de un cardenal en virtud de la ley sobre seguridad nacional
dejó estupefacta a la comunidad católica de la ciudad, en momentos en que el Vaticano
podría renovar un acuerdo con Pekín.
18.3 El arresto
del cardenal, obispo emérito, Joseph Zen
El arresto a principios de mayo de Joseph Zen, liberado poco
después bajo fianza, se produce en un contexto de represión de cualquier
disidencia en Hong Kong. Hace temer una mayor vigilancia de los cultos, en una
ciudad donde varios militantes pro demócratas son cristianos.
Se produce asimismo en un momento delicado para la Santa
Sede que negocia la renovación de un controvertido acuerdo con Pekín sobre el
nombramiento de obispos, tema de discordia desde hace décadas entre la Iglesia
católica y el régimen chino. “Quienes se oponen al acuerdo tienen ahora una
razón más para oponerse”; declara a la AFP Beatrice Leung, miembro de las
Hermanas de la Preciada Sandrem y amiga del prelado
El cardenal, de 90 años, formaba parte de los cinco
militantes prodemocracia detenidos el 11 de mayo por “conspiración con las
fuerzas extranjeras”. Son investigados sobre un fondo, ya disuelto, destinado a
financiar la defensa de los militantes detenidos durante las enormes
manifestaciones prodemocracia de 2019 y el martes comparecerán ante un
tribunal.
El cardenal Zen, que huyó de Shanghai antes de la llegada de
los comunistas al poder en China en 1949, no perdió la calma cuando la policía
acudió a su domicilio a detenerlo. “No teman, Dios lo tiene todo previsto” dijo
a los policías, según un empleado de diócesis que se ofreció a ayudarlo – “Días
sombríos” - Desde hace décadas, hay dos iglesias católicas en China: una “patriótica
dependiente del régimen comunista, y una “subterránea”, ilegal a ojos de Pekín
y tradicionalmente fiel al papa tras la ruptura de China con la Santa Sede en
1957.
La detención de un cardenal en Hong Kong pone en el visor el
acuerdo China-Vaticano. El cardenal Joseph Zen, durante una entrevista con
la AFP el 5 de marzo del año 2018 en Hong Kong afp_tickers.
La fugaz detención en Hong Kong de un cardenal en virtud de
la ley sobre seguridad nacional dejó estupefacta a la comunidad católica de la
ciudad, en momentos en que el Vaticano podría renovar un acuerdo con Pekín.
La Iglesia clandestina contaba con varios partidarios en Hong Kong, una ciudad donde, hasta ahora, la libertad de culto estaba garantizada. Pero en las últimas décadas, el Vaticano empezó a tejer relaciones con China que condujeron a la firma, en 2018, de un histórico acuerdo cuyo contenido exacto jamás ha sido divulgado.
En virtud de este acuerdo, el papa Francisco reconoció a
varios obispos inicialmente nombrados por Pekín sin aprobación papal.
Inversamente, antiguos obispos de la Iglesia clandestina han sido reconocidos
por Pekín.
El cardenal Zen había criticado este pacto, al estimar que
consistía en “malvender” a los católicos chinos de la Iglesia no reconocida. Xia
Baolong, un político chino acusado de haber librado campaña para retirar cruces
de las iglesias en la provincia de Zhejiang, es ahora director de la Oficina de
los asuntos de Hong Kong y Macao en Pekín. Justin Tse, un universitario basado
en Singapur especialista de los cristianos de Hong Kong, afirma que las
comunidades religiosas de la ciudades están “ansiosas”. “Se habla mucho de días
sombríos”; dice a AFP.
Varias corrientes en el seno de la jerarquía de la Iglesia
católica critican desde hace años la voluntad del papa Francisco de acercarse a
China. Pero pocos analistas y observadores esperan que la detención del
cardenal conduzca al Vaticano a cuestionar este acercamiento.
En 2020, el cardenal Zen había viajado a Roma para intentar
convencer al papa Francisco de que no renueve el acuerdo. No obtuvo audiencia. “La
Santa Sede no quiere que se rompa el diálogo” explica Marco Politi, analista
del Vaticano y biógrafo del papa. “Está claro que China está en posición de
fuerza y el Vaticano en posición de debilidad” agregó.
EL Vaticano no ha hecho ninguna declaración sobre la
detención de monseñor Zen. En un análisis en el sitio Crux, el vaticanista
estadounidense John Allen considera que el cardenal está “cada vez más
marginado” bajo el papa Francisco. Pero “Francisco no puede permitirse ignorar
a Zen, porque su detención, y todo lo que pueda ocurrirle, va a generar
simpatía y una movilización en todo el mundo” a favor del cardenal, agregó.
18.4 Declaraciones de monseñor
Javier Carrera representante del Vaticano
Monseñor Javier Herrera-Corona, representante no oficial del
Vaticano en Hong Kong, envió un mensaje contundente a las 50 misiones católicas
de la ciudad antes de terminar su cargo de seis años en marzo: las libertades
que habían disfrutado durante décadas habían terminado.
En cuatro reuniones celebradas durante varios meses, a
partir de octubre del año pasado, el prelado mexicano de 54 años les dijo a los
misioneros católicos en Hong Kong que se prepararan para un futuro más difícil
a medida que China refuerza su control sobre la ciudad e instó a sus colegas a
proteger sus misiones. ‘ propiedades, archivos y fondos, según cuatro personas
familiarizadas con las sesiones privadas, que pidieron no ser identificadas
debido a la naturaleza delicada de las discusiones.
“Se avecina un cambio y es mejor que estén preparados”,
advirtió Herrera-Corona a los misioneros, según una de las personas, quien dijo
a Reuters que estaba resumiendo el mensaje de monseñor: “Hong Kong no es la
gran cabeza de playa católica que era. «El mensaje de Herrera-Corona se produjo
en medio de una represión de seguridad nacional por parte de Beijing en Hong
Kong a raíz de las protestas antigubernamentales en 2019, incluida la erosión
de las libertades civiles, el arresto de docenas de activistas a favor de la democracia
y amenazas percibidas a la independencia del poder judicial de la ciudad.
Pero sus preocupaciones iban más allá de la represión de la
seguridad nacional en curso, dijo la gente: Herrera-Corona advirtió que una integración
más estrecha con China en los próximos años podría conducir a restricciones al
estilo continental sobre los grupos religiosos.
En el continente, los católicos se han dividido durante
mucho tiempo entre una iglesia clandestina leal al Vaticano y una iglesia
oficial respaldada por el estado. El Vaticano no tiene representación oficial
en China después de que se cortaron las relaciones diplomáticas en 1951 más
allá de la presencia de dos enviados no oficiales en Hong Kong, que operan
desde una villa amurallada en un suburbio de Kowloon. El reemplazo de
Herrera-Corona como jefe de esa misión no oficial llegará el próximo mes.
Incluso antes de que China impusiera una amplia ley de
seguridad nacional en Hong Kong en 2020 que prohibía la «colusión con fuerzas extranjeras»
a raíz de las protestas a favor de la democracia del año anterior,
Herrera-Corona y otros enviados a la misión no oficial en la ciudad habían
comenzado mover discretamente cajas de archivos al extranjero para su custodia,
según dos personas familiarizadas con la transferencia.
Las advertencias de monseñor en los cuatro encuentros y los
detalles del traslado del archivo no han sido informados previamente. Herrera-Corona,
quien fue ascendido a arzobispo después de dejar Hong Kong en marzo para asumir
un nuevo cargo en la República del Congo y Gabón, no respondió a las preguntas
enviadas por correo electrónico sobre las reuniones o los esfuerzos para
proteger los documentos confidenciales. Un funcionario del Vaticano no hizo
comentarios.
La Oficina de Enlace del Gobierno Central en Hong Kong y la Administración
Estatal de Asuntos Religiosos del Consejo de Estado en Beijing no respondieron
a las solicitudes de comentarios. Reuters informó en diciembre que los
funcionarios de la Oficina de Enlace de Beijing en la ciudad habían organizado
un evento en el que los obispos chinos informaron a los clérigos de Hong Kong sobre
la visión del presidente Xi Jinping de la religión con «características
chinas».
En una visita a Hong Kong para conmemorar el 25.º
aniversario de su traspaso al gobierno chino, Xi defendió el viernes el estilo de
gobierno de la ciudad «Un país, dos sistemas» que le otorga una amplia
autonomía que no se ve en China continental, incluida la religión y la prensa.
libertades El sistema «debe mantenerse a largo plazo», dijo.
Durante décadas, los grupos de misioneros extranjeros han operado
en gran medida sin estricciones en la
antigua colonia británica, forjando un enclave católico en el borde de China continental,
que está bajo el gobierno ateo del Partido Comunista.
A menudo financiadas y dirigidas desde otros países, las sociedades
misioneras de Hong Kong cooperan estrechamente con la iglesia católica local y
reciben orientación del Vaticano. Se concentran en actividades como el alivio
de la pobreza y la educación.
Algunos también mantienen estrechos vínculos con los
católicos en el continente, donde la actividad religiosa está controlada y el trabajo
de las misiones extranjeras permanece estrictamente limitado por la regulación,
lo que refleja la firme resistencia del gobierno a la interferencia externa en
los asuntos chinos.
18.4 Los derechos inalienables amenazados
El monseñor dijo a los participantes en las reuniones que no
se podía confiar en los derechos de las instituciones religiosas descritos en
la Ley Básica de Hong Kong, la mini-constitución que ha guiado la relación de
la ciudad con su soberano chino luego del traspaso del gobierno británico en
1997, como presión. De Beijing montado, dijeron las cuatro personas
familiarizadas con la situación.
Herrera-Corona dijo que no tenía conocimiento de ningún
cambio de política específico, agregaron las personas. La Ley Básica establece
que el gobierno no restringirá la libertad religiosa ni interferirá con las
organizaciones religiosas. También consagra sus derechos de propiedad y
caridad, y la libertad de «mantener y desarrollar sus relaciones con
organizaciones religiosas y creyentes en otros lugares».
En 2019, cuando los enviados del Vaticano comenzaron a transferir
los archivos, temían que su misión estuviera bajo un escrutinio minucioso por
parte del aparato de seguridad estatal de China, dijeron tres clérigos
católicos familiarizados con la situación. Una investigación de Reuters a fines
de 2020 reveló que dos monjas que trabajaban en la misión habían sido detenidas
en el continente en medio de los esfuerzos de Beijing por reforzar su control
de la iglesia en Hong Kong. La razón precisa de su detención sigue sin estar
clara.
Cuando terminaron, se había enviado a Roma más de media tonelada
de archivos sobre las actividades de la iglesia católica en China continental y
Hong Kong, en parte a través de una conexión diplomática amistosa, dijeron las
tres personas.
Los archivos se remontan a mediados de la década de 1980 y
en su mayoría se ocupan de China continental, incluidas las comunicaciones
privadas con clérigos clandestinos del continente, la actividad misionera y los
detalles de la persecución de los fieles católicos, según dos sacerdotes
familiarizados con ellos.
Siguiendo las advertencias de monseñor, al menos tres
misiones han comenzado a mover archivos al extranjero, incluidos algunos a
través de envíos diplomáticos protegidos, dijeron dos misioneros y un
diplomático. Se negaron a identificar las misiones por razones de seguridad.
En respuesta a las preguntas de Reuters, un portavoz del gobierno de Hong Kong dijo que los derechos y libertades fundamentales de los residentes de la ciudad están garantizados por la Ley Básica y que la ley de seguridad nacional también estipula que los derechos humanos deben ser protegidos y respetados.
18.5 El ataque
de seguridad
Hong Kong es el hogar de aproximadamente 50 sociedades misioneras
católicas y órdenes religiosas extranjeras, según el directorio oficial de la
diócesis, que alberga a más de 600 sacerdotes, hermanos y monjas que sirven
como clérigos parroquiales y en escuelas y hospitales.
Monseñor informó a los representantes de la mayoría de los grupos
misioneros de Hong Kong durante las reuniones. Tres diplomáticos occidentales
dijeron que también estaban al tanto de sus preocupaciones. Durante sus
reuniones, monseñor expresó su temor de que las cosas pudieran empeorar en
parte porque las autoridades chinas identificaron a varios católicos
prominentes como figuras destacadas en las manifestaciones a favor de la
democracia en 2019 y críticos de la ley de seguridad nacional, dijeron las
cuatro personas familiarizadas con las reuniones.
El arresto en mayo del destacado ex obispo de Hong Kong, el cardenal
Joseph Zen, de 90 años, aumentó la sensación de urgencia de tomar medidas para
proteger la iglesia en Hong Kong, dijeron seis misioneros y un diplomático. Zen
fue detenido como parte de una investigación policial sobre colusión extranjera
sobre un fondo de apoyo legal para los arrestados en las protestas.
Un asistente del cardenal, que fue puesto en libertad bajo
fianza en espera de los cargos, dijo que no haría comentarios. Una publicación
del año pasado, editada por los investigadores Chen Jingguo de la Academia
China de Ciencias Sociales, un importante grupo de expertos del gobierno, y
Zhang Bin de la Universidad de Jinan, criticó a los católicos de Hong Kong por
las protestas antigubernamentales de 2019.
La publicación examinó el desarrollo reciente de las
religiones en Hong Kong y el sur de China continental, una región conocida como
la Gran Área de la Bahía que tanto los funcionarios de Hong Kong como los
chinos desean integrar.
El entorno político de Hong Kong se ha «deteriorado continuamente»
desde el traspaso, en parte debido a los grupos religiosos y a las principales
figuras de influencia como el cardenal Zen, dice el documento. Los católicos
estaban más involucrados en la política de la ciudad que otros cristianos y sus
«maestros y estudiantes afiliados son más radicales», dice el documento, visto
por Reuters.
Al igual que otros de los llamados Libros Azules de la
academia, el documento se distribuyó entre académicos del continente, organismos
del gobierno central y algunos medios estatales, según académicos de Hong Kong
familiarizados con él. El periódico Ta Kung Pao de Hong Kong, respaldado por el
estado, presentó el trabajo en su publicación en agosto y lo describió como el
primer estudio completo de las religiones en el Área de la Gran Bahía.
18.6 La interferencia
extranjera
La ley de seguridad nacional permite a las autoridades
apuntar a cualquier cosa que consideren una interferencia extranjera subversiva
y les otorga mayores poderes de vigilancia, así como la capacidad de congelar
los activos de cualquier persona de interés antes de que se presenten cargos
formales.
Tanto los funcionarios del gobierno chino como los de Hong
Kong han dicho que la ley era necesaria para garantizar la estabilidad en la
ciudad y que los enjuiciamientos se basaron en pruebas, sin relación con los
antecedentes u ocupación de las personas.
Algunas misiones católicas poseen grandes propiedades en algunos
de los distritos más ricos de Hong Kong, incluidas villas, casas de retiro y un
hospital, que estarían valoradas en miles de millones de dólares de Hong Kong,
según estimaciones de Reuters basadas en la actividad reciente del mercado de
activos similares.
Siguiendo la guía de monseñor, algunas misiones están considerando
medidas que van desde colocar sus propiedades bajo propiedad local hasta
localizar sus juntas y registros corporativos para protegerlos de cualquier
represión, incluidas restricciones más estrictas a los extranjeros, dicen
cinco personas familiarizadas con la situación.
Dichos movimientos crearían una capa adicional de distancia entre
la sede de la misión extranjera y las operaciones locales dado el enfoque de la
ley de seguridad nacional en la colusión con las autoridades extranjeras y su
poder para incautar activos, dijeron.
El monseñor también les dijo a las misiones que estén preparadas
para posibles restricciones en programas de larga data, como misioneros
extranjeros que sirven como párrocos en iglesias locales, dijeron las cuatro
personas familiarizadas con las reuniones.
El padre Pierre Lam Minh, un misionero que encabeza un
consejo local establecido por el Vaticano que supervisa las misiones de los
hombres, dijo en un comunicado que el mensaje de Herrera- Corona era el «propio
consejo» del prelado. “Estamos llevando a cabo nuestro trabajo misionero como
de costumbre”, dijo, y agregó que las misiones no vieron ninguna restricción a
la libertad religiosa.
La directora del consejo de mujeres, la hermana Joanna Marie
Cheung, dijo que su asociación había discutido las preguntas de Reuters con el
grupo de hombres y que «compartimos la misma opinión».
El portavoz de la diócesis de Hong Kong dijo que, dado que
no había miembros diocesanos presentes, no podía comentar sobre las reuniones.
Agregó que la libertad religiosa está garantizada a los residentes de Hong Kong
por la Ley Básica y que la ley de seguridad nacional de 2020 no ha afectado las
misiones pastorales de las misiones extranjeras en Hong Kong hasta la fecha.
18.3 Juicio contra el cardenal Zen[i]
En
estos días, se está celebrando otro juicio. En Hong Kong. Una ciudad que amé
mucho al haber vivido allí durante más de ocho años. Allí conocí al padre
Joseph Zen Ze-kiun. Era el Inspector de los Salesianos. Un chino hasta la
médula. Muy inteligente, agudo, con una sonrisa ganadora. Me decían: «¡Es un
shanghainés! Poco a poco fui entendiendo el significado.
En
aquella época, además de provinciano, era profesor y como catedrático de
filosofía y ética estaba muy bien considerado. Hablaba perfectamente el italiano;
no sólo el idioma, sino que los modales se acercaban a la cultura europea que
había conocido al asistir a escuelas europeas de joven. Se dijo de él: «Es el
más italiano de los chinos y el chino más italiano». Aquí estaba la síntesis,
el encuentro de dos culturas.
En
realidad, siguió siendo chino; nunca negó su identidad. Y esto me resultaba muy
hermoso y fascinante; representaba el prototipo de una interculturalidad que me
recordaba a Xu Guangqi, un «cristiano en la corte Ming» (Elisa Giunipero), o,
en otros sentidos, la agudeza de monseñor Aloysius Jin Luxian, jesuita, obispo
de Shanghai en la época de Deng Xiaoping y posterior, que gustaba de
presentarse como el «Nicodemo de nuestros tiempos». Ambos eran shanghaianos.
Shanghái
fue una ciudad de mártires en la época de la ocupación nazi por parte de los
japoneses; fue una época increíblemente triste, llena de violencia y
destrucción que nadie olvida. Incluso la familia del cardenal Zen fue víctima
de ella, perdió todas sus posesiones y tuvo que huir.
El
joven Zen nunca olvidó esa experiencia y sacó de ella coherencia de carácter y
estilo de vida; y luego un gran amor por la libertad y la justicia. Shanghái
era heroica, y sus hijos eran considerados héroes, casi intocables incluso por
el régimen comunista. El cardenal Zen es uno de los últimos epígonos de esas
familias. Los héroes nunca debían ser humillados; también era la mentalidad del
establishment chino, como lo es en Occidente para las víctimas de nuestro
propio nazi-fascismo.
En
la década de 1990, Joseph Zen enseñó en varios seminarios de Hong Kong y China
(Shanghai, Pekín, Xian, Wuhan). En Shanghai había sido invitado por el obispo
Jin Luxian. Aceptó por el bien de la Iglesia, que se levantó de su martirio y
buscó el camino de la supervivencia; esto era flexibilidad, no ceder. Miraba
hacia adelante y no juzgaba a las personas: era su filosofía de vida; los
sistemas políticos -decía- pueden ser juzgados, y sobre ellos su pensamiento
era claro, pero las personas no; el juicio se difiere a Dios, que conoce el
corazón de los hombres.
Su
respeto y apoyo a la persona ha sido siempre la piedra angular de su visión
humana y sacerdotal, y así sigue siendo hasta el día de hoy, aunque estos días
sea juzgado en Hong Kong. Su integridad moral y su idealismo fueron
considerados del más alto nivel cuando Juan Pablo II lo nombró obispo y Benedicto
XVI lo creó cardenal. Algunos lo consideran característicamente un poco
nervioso. ¿Y quién no lo sería ante la injusticia y ante la exigencia de la
libertad que todo auténtico sistema político y civil debería defender?
Debo
atestiguar dos cosas más: el cardenal Zen es un «hombre de Dios»; a veces
destemplado, pero sumiso al amor de Cristo, que lo quiso como su sacerdote,
profundamente enamorado, como Don Bosco, de la juventud. Para ello era un
maestro creíble. Entonces es un «auténtico chino». Nadie, entre los que he
conocido, puedo decir que era tan verdaderamente «leal» como él.
En un juicio, el testimonio es fundamental. El Cardenal Zen no debe ser condenado. Hong Kong, China y la Iglesia tienen en él un hijo devoto, del que no hay que avergonzarse. Esto es un testimonio de la verdad.
19.
LA SITUACIÓN ACTUAL EN COREA
Como ya dijimos el
trabajo misionero corrió a cargo de los misioneros del seminario parisino para
las misiones, a los que se añadieron en 1909 los misioneros benedictinos de St.
Ottilien.
En el año 1910
Corea fue anexionada formalmente por Japón. Japón concedió a la misión una
libertad oficial, pero impidió la construcción de una jerarquía indígena y los
estudios superiores. En el año 1931 tuvo lugar en Seul el primer concilio
nacional coreano organizado por los obispos.Se trataron cuestiones sobre las
misiones procurando establecer un método indígena misionero. Desde 1927, los
obispos, aconsejados por Roma, iniciaron la preparación del clero coreano para
que se hiciera cargo de la dirección diocesana, pero la situación política
dificultó enormemente el empeño. La «coreanización» de la iglesia chocó
frontalmente contra la resistencia del poder colonial japonés, que intentaba
colocara obispos japoneses. A pesar de ello, en 1941 y después de la dimisión
del Vicario apostólico de Seul (en japonés: Keijo), Adrien-Joseph Larribau, el
sacerdote coreano Paul Marie Kinam, Ro (en japonés, Okamoto)
(1902-[1942-1967]-1984), fue el sucesor como vicario apostólico. En Taiku (en
japonés, Taikyu), donde, igualmente, Ro (en japonés, Okamoto)
(1902-[1942-1967]-1984), sucesor como vicario apostólico. En Taiku (en japonés,
Taikyu), donde, igualmente, había dimitido el obispo Jean-Germain Mousset, la
autoridad misionera romana tuvo que acceder a las exigencias del Japón. Se
nombró al sacerdote japonés Irenaeus Kyúbie Hayasaka administrador y obispo,
pero no vicario apostólico. A finales de la ocupación japonesa y de la muerte
de Kyúbie Hayasaka, nombró Roma vicario apostólico al sacerdote diocesano
coreano Johannes Chos (Tchoi). Los difíciles años siguientes trajeron a la
iglesia coreana la división del país en dos partes: la república de Corea
(Tachan Minguk) y la república popular democrática de Corea (Chosön Minchuñi
Inmin Kongwhaguk). Debido a la ocupación comunista de Corea del norte, los
cristianos católicos fueron prácticamente separados del resto de las otras
iglesias. Muchos misioneros fueron asesinados o deportados, otros murieron en
campos de concentración.
Durante la gran
guerra de Corea 200.000 coreanos del sur fueron deportados y obligados a
marchar durante el invierno de 1951. Es lo que se conoce como “la gran
marcha de la muerte”. Esta marcha es una más de las múltiples habidas en el
S. XX desde Armenia, Japón, Sanda Kan y Batan en Filipinas, las de los Jemenes
Rojos en Camboya o las que hicieron los nazis en Polonia o Checoslovaquia, los
isrealitas con los palestinos deportados a Gaza o en Zimabue y, Rodesia en
Africa.
En Corea del sur
aumentó el número de católicos, aunque sólo formaban una pequeña minoría. En
esta evolución eclesiástica, se tuvo como primer objetivo la instauración de la
jerarquía eclesiástica. En el año 1962, se erigió la jerarquía en ambas partes
del país con tres provincias eclesiásticas.
20. CONCLUSIÓN: LA FE
EN EL CONTINENTE ASIÁTICO HOY
El s. XIX supone
un cambio de “status” para la Iglesia en la mayoría de los países asiáticos[34].Tras
la política de aislamiento del exterior y el periodo de las persecuciones se
produce toda una crisis del sistema
feudal. Primero hay una reacción contraria donde se intenta erradicar el cristianismo
como religión extranjera. El cristianismo pasa a ser una “religión de catacumbas” donde las pequeñas comunidades sin casi
clero tienen que organizarse clandestinamente. Los laicos pasan a cobrar gran
protagonismo. En la comunidad estaba quien se encargaba de congregar, de
bautizar, de llevar la pauta de la liturgia y del calendario litúrgico. La
difusión de los catecismos católicos contribuyó a divulgar una visión nueva de
la dignidad de los hijos de Dios que cuestionaba el sistema feudal, el sistema
de clases y de jerarquías.
El s. XX supuso en
general un cambio y apertura para el cristianismo. Los movimientos de
independencia y emancipación de los pueblos, dan paso a una apertura al mundo
moderno con el reconocimiento de la libertad religiosa. La libertad religiosa
se da primero a los ciudadanos europeos residentes en Asia y luego a los mismos
asiáticos.
Los cristianos que
vivían en la clandestinidad con la llegada de misioneros se acercan de nuevo a
la Iglesia. El cristianismo se ve envuelto en la lucha por las revueltas
populares sociales. La fe debe de ir acompaña por obras y hay innumerables
ejemplos de vidas comprometidas en la Iglesia. Como vidas ejemplares destacan
los testimonios de María de Arinomachi
(1929-1958) en su célebre compromiso en “la
ciudad de las hormigas”, el doctor
Nagai y su testimonio ejemplar después del atroz desastre de la primera
bomba nuclear en Nagasaki en Japón. El movimiento de estudiantes cristianos y
budistas en pro de la independencia y el testimonio del cardenal Kim en la lucha de los derechos de los trabajadores y de
la instauración de la democracia en Corea del sur. El testimonio de Nino Aquino frente al régimen dictatorial
de Marcos y el pronunciamento del cardenal
Sin y la revolución no violenta del
pueblo en EDSA en 1986 en Filipinas. La líder en contra del régimen
comunista instaurado por la junta militar desde 1964 y su lucha en favor de la
democracia en Miamar, Anng San Swukyi
lideró con el frente de liberación LND masivas protestas uniéndosele el pueblo
y monjes budistas recibió en 1999 el
premio nobel de la paz. La revuelta de
los estudiantes en la plaza roja de Pekin o la revuelta de los paraguas en Hong Kong, el cardenal Thomas Tien Kensin (1890-1967), que dió
el último empujón para la constitución de la jerarquía en China. El testimonio de
Clare
Ly sobrevienta de los “angar
party“ de los “campos Khmer rojos”
(1975-1979) en Camboya. El testimonio del mártir de
la fe Paul Le-Bao-Tinh (+ 1857)
encarcelado y sometido a abusos, violentas torturas hasta la muerte por su fe y
el Cardenal Nguyen Van Thuan también
encarcelado durante treinta años por su fe en Vietnan etc. El papa Juan Pablo
II como alentó en Occidente al movimiento de solidaritá de Lesz Walesa y
contribuyó a la caída del muro y régimenes totalitaristas para pasar a la
democracia, despierta en sus visitas al continente asiático esta llamada al
compromiso y a la memoria histórica con la beatificación y canonización de los
mártires de las últimas persecuciones.
20.1 LA MEMORIA DE LOS MARTIRES
Los mártires
proclaman la gloria de Dios y son semillas de nuevos cristianos. Dichosos
vosotros mártires santos porque vuestra sangre derramada se convirtió en
florecimiento de tantas nuevas comunidades cristianas. “Dichosos vosotros
cuando os odien, os torturen y proscriban vuestros nombres porque vuestros
nombres están escritos en el cielo” (Cf. Mt 5).
Termino recogiendo
tres lugares de peregrinación que tuve ocasión de visitar.
20.2 LOS MARTIRES DE HONG KONG EN LA CATEDRAL DE LA INMACULADA
Tuve ocasión de
visitar la catedral de la Inmaculada en Hong Kong en el 2008. Allí visitamos la
capilla de los 56 mártires y los 8 primeros obispos de Hong Kong. Allí tuve
ocasión de celebrar la eucaristía.
En lo alto de la montaña como dominando el casco viejo de la antigua ciudad de Hong Kong. Allí bajo el amparo de la Virgen acuden los cristianos a rezar a la Madre que parece abrazar a todos hijos sobre todo a los más desamparados. Sus puertas están abiertas las 24 horas del día.
El acceso a la capilla por la puerta principal, rexa una inscripición: "la puerta al cielo" y enseguida uno encuentra el baptisterio con la pila bautismal. Es a través del bautismo como los creyentas entran a participar de esta nueva ciudadanía del cielo mediante su acceso por la muerte y resurrección de Cristo a la vida eterna.
Un enorme Cristo, segúnla forma del icono bizantino de Cimabue, preside el presbiterio colocado encima del altar. Es en el altar donde se celebra la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Junto al altar esta la sede del obispo. Se guardan restos (algunos instrumentos musicales) de la primitiva catedral levantada en 1843.
Allí en el tras el coro detrás del altar mayor se encuentra la capilla de los ocho primeros obispos de la diócesis, los cinco primero fueron misioneros extranjeros, algunos de los misioneros de Paris, los últimos ya chinos. En la actualidad es la sede del obispo John Tong Hon.
También al otro lado se encuentra la capilla de los 56 mártires que fue visitada por primera vez por el Papa Juan Pablo II. Allí se encuentran las cajas de las urnas de los obispos y los mártires con una placa conmemorativa donde se recogen los nombres de todos los 53 mártires.
La Catedral de la Inmaculada
Concepción (en chino: 聖母無原罪主教座堂) es
una iglesia de finales del siglo XIX, que sirve como catedral de
la diócesis católica de Hong Kong al sur de China.
Es la sede del obispo diocesano, actualmente el cardenal John
Tong Hon. La catedral es una de las dos existentes en el territorio de Hong
Kong, siendo la otra la catedral Anglicana de
San Juan. Está abierta todos los días. Se trata de un edificio considerado de valor histórico por lo que se favorece así su protección.[35]
La primera catedral católica de Hong Kong fue construida en 1843 en el cruce de la calle Pottinger y la calle Wellington[36] y fue destruida en un incendio en 1859. La catedral fue reconstruida, pero fue seleccionado un sitio diferente.
Las reliquias de los 56 mártires
Los ocho primeros obispos
20.3 EL SHRINE DE SOLMOE, LUGAR
DE NACIMIENTO DE ANDRES KIM TAIGON
Tuve ocasión de
visitar el “Shrine of Solmoe” este mes de septiembre en el 2022. Celebrábamos
en Daegon las promesas definitivas de Cristina la primera misionera coreana de
nuestra comunidad.
El Papa Francisco
cuando se celebró en Deagon “El I Encuentro Asiático de Jóvenes” acudió
al santuario convertido ahora en centro de peregrinación. “Solmoe”
(lugar de pinos) es el lugar de nacimiento del primer sacerdote coreano Andrés
Kim Taigón. Allí tuve ocasión de celebrar misa en el nuevo santuario construido con la forma de una flor. Allí tuvo lugar el encuentro con los jóvenes en una gran carpa que se habilitó en aquella ocasión.
El año pasado Mons. Lázaro You Heung-sik, prefecto de la
Congregación para el Clero, presidió la celebración litúrgica, celebrando el
200º aniversario del nacimiento de San Andrés Kim Taegon (21 de agosto de
1821), primer sacerdote católico coreano, martirizado en 1846 y canonizado por
Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984.
Mons Lazaro obispo de Daegon que fue nombrado prefecto de la Congregación para el Clero antes de ir para Roma celebró su misa de despedida en el santuario. La celebración del 200 aniversario del nacimiento de Kim Taegon fue celebrada en el Vaticano. A la celebración acudieron unos 30 sacerdotes y unos 70 religiosos y fieles laicos.
Andrés, nacido en 1821 en Solmoe en el seno de una noble
familia cristiana, creció en un ambiente firmemente arraigado en los principios
cristianos. Su abuelo y tatarabuelo fueron mártires de las primeras persecuciones. Su padre había convertido su casa en una "iglesia
doméstica", donde los cristianos y los recién llegados a la nueva fe
acudían a recibir el bautismo.
Tenía 15 años cuando uno de los primeros misioneros
franceses que llegaron a Corea en 1836 lo envió a Macao para prepararlo para el
sacerdocio. Regresó como diácono en 1844 para preparar la entrada del obispo
Ferréol y el padre Daveluy, organizando un barco con marineros que eran todos cristianos, yendo a
buscarlo a Shanghai, donde se ordenó sacerdote y juntos, en secreto y en un
viaje aventurero, entraron en Corea, donde trabajaron juntos siempre en un
ambiente de persecución. Con la nobleza de su actitud y su capacidad para
comprender la mentalidad local, logró alcanzar excelentes resultados en el
apostolado.
En 1846, el obispo Ferréol le encargó que enviara
cartas a Europa a través del obispo de Pekín, pero durante su encuentro con los
barcos chinos, fue descubierto y detenido accidentalmente. Se sometió a
interrogatorios y traslados de prisión, primero con el mandarín, luego con el
gobernador y, como era un noble, finalmente con el rey. A todos les demostró su
lealtad a su Dios, rechazando los intentos de hacerle apostatar, a pesar de las
atroces torturas.
Desde la cárcel ya próxima asu muerte escribe a los cristianos coreanos su ultima carta en coreano. En la carta anima a los cristianos a que no desfallezcan en su fe y que se hicieran cargo de las familias de los mártires.
Junto a la memoria del San Andres Kim Taegon se recuerda la memoria de sus primeros compañeros Pangie Francis y Choe Yang-ob Tomas. los tres seminaristas fueron enviados a Macao pero solo sobrevieron Andres y Tomas.
12.4 EL SHRINE DE HAPPEDEOK, GONGSERI HOLY PLACE.
Tuve ocasión de visitar el “Shrine of Happedeok” el mismo mes de septiembre en el 2022, cuando fuimos a visitar el Shrine of Solmoe. Allí estaba la casa museo de un misionero francés de las antiguas misiones de París, Padre Emily Devis (1871-1933).
Allí se encuentra la capilla construida por el Padre Emile Devise y la cas donde vivía. Procedente de Francia de las Misiones de París vivió 35 años como pastor de la pequeña comunidad de Gongseri hasta su muerte que se produjo cuando volvió a Francia ya muy enfermo.
Allí se encuentra el cementerio de los mártires de la región de Gongseri, que fueron martirizados durante la gran persecución de Sin-Yoo (1801). Entre estos mártires se encontraba una cristiana llamada Bárbara que fue arrestada y torturada en 1825. Luego la dejaron libre pero murió de las heridas causadas. Algunos mártires fueron del periodo de Byung-In y otros de otros periodos y regiones.
En la casa museo se recogen como eran torturados los mártires. En tiempos de la represión sufrida por el gobierno comunista de Corea del norte después de la independencia en 1945. La guerra estalló en 1950. Solo en la diócesis de Daegon casi la mitad de los sacerdotes diocesanos fueron masacrados como también importantes líderes laicos. El Padre Dasoon Gang Cadars con el Padre Mannsu Gang con otros 11 sacerdotes fueron deportados en la "Marcha de la muerte" y fueron asesinados en Mockdong. La sala de la muerte. La sala de la gloria recoge testimonios de varios mártires.La barcaza recuerda la forma en cómo llegaro aquí los primeros misioneros cristianos procedentes de Macao.
13. CONCLUSION
[1] San Efrén nació en Nisibis (Mesopotamia) y ordenado diácono se trasladó a Edesa (actual Turquía), combatió las herejías del momento y escribió numerosas obras poemas e e himnos litúrgicos referentes a Cristo y a la Virgen. Contribuyó a que los himnos fueran incluidos en el rezo litúrgico. Fue declarado doctor de la iglesia.
[2] El Padre Jordano Catalani, misionero dominico francés en 1321-1322 informó a Roma de algún lugar en la costa oeste de la India, que había dado sepultura cristiana a cuatro monjes martirizados. Jordanus es conocido por su 1329 "Mirabilia" que describe las maravillas de Oriente; él suministró la mejor explicación de las regiones de la India y los cristianos, los productos, el clima, las costumbres, las costumbres, la fauna y la flora dadas por cualquier europeo en la Edad Media, superior incluso a Marco Polo
[3] Así lo especificaba el decreto "
Romanus Pontifix "de 9 de agosto de 1329 estampada por un toro
separada "venerabili Fratri Jordano".
El mismo Papa el 21 de agosto de 1329 designó alfraile dominico Giordano
Catalani de Séverac como el primer Obispo de Quilon. (Las copias de las órdenes y las
letras correspondientes presentados por el Papa Juan XXII designando alObispo
Jordanus Catalani para la diócesis de Quilon se documentan y se conservan en
los archivos diocesanos).
[4] Las primeras referencias conocidas de las comunidades cristianas en Asia Central es de un escrito redactado por Bar Daisan alrededor de 196 d.C: "Tampoco nuestras hermanas entre los Gilanians y Bactrianos tienen relaciones sexuales con desconocidos"
[5]
En estos últimos años, la gran mayoría de estas
comunidades cristianas, que llegaron a ser tan numerosas en Asia en la Edad Media,
han desaparecido casi por completo, y las últimas noticias que nos llegan casi
diariamente, son desastrosas en cuanto a los pocos cristianos que quedan ya,
sobre todo en Asia y en África. Pues en muchos de estos pueblos llamarse
cristiano hoy día es correr un gran peligro.
[6] Ver Bosch pg. 166-167
[7] Este documento
se conoce en latín: Acta Judae-Thomae
[8]
Esta historia según la tradición fue escrita y
llevada a Jerusalén por San Juan Damasceno (s. VII), siguiendo la tradición de
los Cristianos de la India.
[9] En sus orígenes los célebres San Ignacio de Antioquía,
San Juan Crisóstomo, San Cirilo, etc.
[10] Los padres capadocios San Basilio, San Gregorio de
Niza y Gregorio Nacianceno son verdaderos pilares en el desarrollo de toda una
espiritualidad. La vida propia conventual la organiza el abad Teodosio
colaborador de San Antonio.
[11] Una obra antológica es la de “strannik, el peregrino ruso”, Ed. de Espiritualidad, Madrid
[12] Los tres reinos que están bajo el protectorado de los
partos son Osroene, Adeabene y Armenia. En todos ellos se va extendiendo el cristianismo
[13]
Es interesante el estudio de Horst Rzepkowski svd
[14] Artículos principales: Cristianismo en la India , Cristianismo en Pakistán y cristianos de Santo Tomás.
[15]
Tomado de “cristianos
en oriente” fuente galeon.com/index.html.
[16] La ciudad donde habrá muerto Santo Tomás era Mylapore
[17]
Este libro fue impreso en Valladolid en el año 1603.
El citado libro es uno de los muchos libros ya casi olvidados. Está escrito en
castellano antiguo, y es un libro que todo cristiano debería leer por la
importante información que encierra concerniente a las comunidades cristianas
antiguas del Oriente.
[18] H. Franke, «Westöstliche Beziehungen im Zeitalter der
Mongolenherrschaft", en Saecuhun 29 (1968) pg.91-106
[19] Ángel Santos en el tomo XXX de su Historia de la Iglesia, de, se recoge con mucha tristeza, la
persecución que sufrieron los cristianos
de Santo Tomás en la India.
[20] L. Brown, The Indian Christians of St. Thomas. An Account of the Ancient Serian Church
of' Malabar, Cambridge 1982, 3s.
[21] H. W. Gensichen, Asien, Christliche Kirchen, en TRE 4, pg. 173-195.
[22]
Para el mundo islámico, “la Ruta de la seda” supuso una excelente
fuente de ingresos que se convirtió en la base de su economía. Para Europa, una
sangría económica irrenunciable (los productos eran insustituíbles).
[23] Cf. Bosch pag 296.
Ver mapa
[24] H. J. Klimkeit, The Lndian Christiasn of St. Thomas. An Account of the Ancient Sprian
Church of Malabar, Cambridge 1982, 3s.
[25] El dominico Ricoldo da Monte Croce (t 1320) destaca, como misionero del Islam,
en el campo literario. El gran misionero orientalista Ramón Martí (Raymundus
Martinus) empezó sus estudios sobre el Islam desde motivaciones misioneras y
científicas. Guillermo de Trípolis redactó en 1273 su obra «Tractatus de statu Saracenorum et
de Mahomete pseudopropheta et eorum lege et fide», con una objetividad nada corriente
en su tiempo. Intenta con ella internarse, con una capacidad extraordinaria, en
el mundo conceptual del Islam y en la mentalidad de sus seguidores.
[26] Entre sus escritos destacan sus dos
estudios en latín, la erudita obra «Informatio
de quibusdam moribus nationis Indicae» (publicada en 1613) y la «Narratio fundamentorum quibus Madurensis Missionis institutum caeptum
est et hucusque constituit» (1618/19),
escrita ésta última con una metodología más rigurosa, gozan de una gran
importancia teorético-metodológica.
[27] Esto se desarrollará más extensamente más adelante en
el apartado XIX.3.5 y en el primitivo itinerario de los primeros misioneros en
Filipinas (segunda parte del trabajo)
[28] Estos
misioneros procedían de Paris y pertenecían a la Foreign Mission Society de
Macao.
[29] La
lista completa de los 103 mártires se obtuvo mediante una lápida conmemorativa
y un registro de los que estaban enterrados en el cementerio, lugar de los
mártires.
[30] Nota del traductor: «El sacerdote
valenciano Juan Bautista Vives y Marjá (Valencia, 1545 - Roma, 1623) fue
nombrado prelado de esta Congregación. Con la ayuda de los teatinos, erigió un
colegio para clérigos seculares ultramontanos para que se preparasen para las
misiones católicas, aunque no tuvo éxito. Entonces donó al papa Urbano VIII el
palacio Ferratini, sito en la plaza de España, que era de su propiedad... para
acoger a doce alumnos, que deberían marchar a los territorios de misión... De
esta forma surgió el Colegio Urbano de Propaganda Fide... Propuso también la erección de una congregación "pro tuendaJide", formada
por 24 teólogos...» Cfr. Cárcel Ortí, V., «Monseñor Juan
Bautista Vives y Marjá», en Hoja de propaganda misionera, Secretariado
diocesano de misiones, Valencia, año 58, sept.-oct. 1996, n 512, p. 4.
[31] C. H. Grentrup, Die Missionsfreiheit nach den Bestimmungen des geltenden Völkerrechts, Berlin 1928, 64.
[32] J. Metzler, Die Synoden in China, Japan und Korea 1970-1931, Paderborn-München-Wien-Zürich 1980, 222.
[33] Fuentes: cath.ch/crux/imedia/oldyosef/asianews – DICI
n°400, septiembre 2020. Este contenido fue publicado el 24 mayo 2022 - 16:30-24
mayo, Hong Kong, 24 may (EFE).- Este contenido fue publicado el 23 mayo 2022 -
13:2423 mayo 2022 - 13:24. Este contenido fue publicado el 23 mayo 2022 -
13:2423 mayo 2022 - 13:24´ (AFP) SEPTIEMBRE 27, 2020. ORIGEN: FSSPX.NEWS
(i) Artículo de ZENIT.Declaraciones del cardenal Filoni en defensa del cardenal Zen.Traducción del original en italiano realizada por el director editorial de ZENIT.
[34] Se da la excepción de Filipinas donde la fe arraigó
fuertemente en el pueblo.
[35] https://web.archive.org/web/20110709224215/http://www.amo.gov.hk/form/historical
[36] Wordie, Jason (2002).
Streets: exploring Hong Kong Island. Hong Kong University Press. p. 62.