martes, 20 de septiembre de 2022

LA IGLESIA PERSEGIDA EN ASIA

 

LA IGLESIA PERSEGUIDA EN ASIA



“Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios les llamará hijos suyos, felices lo que sufren persecución por ser justos y buenos porque suyo es el Reino de los cielos, felices vosotros cuando os insulten y os persigan y cuando falsamente digan de vosotros toda clase de infamias porque sois mis discípulos, alegraos porque os espera una gran recompensa en el cielo. No recurráis a la violencia contra el que os haga daño. Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen y así seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre”. (Mt 5, 9-12 ; 38; 44) )


INTRODUCCION

Hoy 20 de Septiembre celebramos el martirio de San Andrés Kim Taegon y 103 compañeros mártires. Este artículo lo escribo en Filipinas después de haber estado en Corea haciendo el retiro de las comunidades de Asia y asistiendo en Corea, Daegon, a la profesión perpetua de Cristina nuestra primera misionera coreana.

Aunque mi lugar de misión sea Filipinas no quiero centrar el artículo en Filipinas sino en la iglesia de Corea y terminar haciendo alusión a la Iglesia en China y muy en especial a la situación de los cristianos hoy en Hong Kong.

Por desgracia aunque estemos en el tercer milenio la Iglesia en muchos lugares de la tierra sigue siendo perseguida. La situación de Nicaragua, Venezuela, Madagascar, centro África, Siria  o Ucrania, deja patente la presente y cruda realidad en que viven muchos cristianos. Estamos viviendo una de la mayor crisis humanitaria que sufre nuestro mundo. Son miles los cristianos que siguen hoy siendo perseguidos, exiliados que sufren la violencia, la represión, el odio la marginación.

La semana pasada el Papa Francisco participo en Kazagistán en el VII Congreso mundial de líderes religiosos donde se puso de relieve la necesidad de defender la libertad religiosa como derecho inalienable y la de promover todos juntos la lucha por la justicia y la paz no por medio de las armas sino a través del diálogo y mutuo entendimiento. Como también dice el Papa Francisco estamos ante una tercera guerra mundial solapada en tantos frentes. Se necesita promover una cultura de vida y no de muerte poniendo fin a la guerra. Llevamos ya seis meses de guerra en Ucrania y está afectando al mundo entero en una escalada armamentista de bloques enfrentados.

El Papa exhorta al mundo entero a que cese la violencia de la guerra y se traten de resolver los conflictos pacíficamente. Ante la escalada de odio y de agresividad siguen dándose por desgracia grupos extremistas que intentan socavar el orden con el fanatismo y el terrorismo. La voz de los que denuncian la violación de los derechos humanos es reprimida o acallada con las armas. Los pastores obispos y sacerdotes que tratan de defender al pueblo son perseguidos, las iglesias y sagrarios profanados y la dginidad de muchos violada. Se niega la libertad religiosa y el derecho de expresión e información. No podemos acostumbrarnos a esta cruenta realidad que viven muchos cristianos, ni mirar hacia otro lado. Hemos de convencernos que la fuerza del amor, de promover el bien, de defender la verdad y la justicia es el camino para superar el odio y la injusticia.

He querido aprovechar esta efeméride del martirio de Andrés Kim Taegon y compañeros para homenajear el testimonio de tantos mártires que nos han precedido. No es extraño que su testimonio diera lugar a un gran florecimiento de nuevos cristianos.

En la actualidad Corea es una de las comunidades cristianas más florecientes en extremo oriente. Todos sabemos de las dificultades de los cristianos que viven en la clandestinidad en China. Pero necesitamos abrir el espectro para conocer como se fue dando la evangelización en este continente asiático.

Es por ello que trataremos de acercarnos a la situación de hoy a partir de ver como se fue dando la evangelización en este continente. No olvidemos que Jesús fue asiático y que la primera Iglesia se expandió no sólo en Occidente sino en todo este continente.

 




1.      LA EXPANSION DEL CRISTIANISMO EN ASIA

En la actualidad, el cristianismo sigue siendo la religión mayoritaria en el Filipinas , Timor Oriental , Armenia , Georgia , Chipre y Rusia . Y tiene poblaciones minoritarias significativas como por ejemplo en   Corea del Sur, en Taiwan, la China nacionalista, la India, Indonesia, Vietnam, Singapur, Hong  Kong, Japón , Malasia , Kazajstán , Kirguistán , Líbano , Siria y otros países de Asia, con una población cristiana total de más de 295 millones de habitantes. 

El cristianismo se extendió tomando raíces en las dos grandes ciudades como fueron Jerusalén y Antioquía . Poco a poco se fue desplazando el centro de gravedad de Jerusalén a Antioquia. La expansión más hacia el este se produjo a través de la predicación de Tomás Apóstol , que estableció el cristianismo en el Imperio Parto (Irán) y la India . Las primeras naciones del Medio Oriente que adoptó el cristianismo como religión del estado eran Armenia en 301 y Georgia en el año 327.

En el Oriente romano hallamos durante la época apostólica dos principales focos de cristianización: Siria y Asia Menor. La capital de Siria era Antioquía, que había ocupado un lugar destacado en la historia cristiana desde los mismos orígenes de la Iglesia.

En el siglo III la acción misionera se extendió desde aquí hacia el oriente, creándose un nuevo centro de difusión evangélica en Edesa, capital de la región de Osrohene. El diácono San Efrén (306-373) fue el fundador de una escuela teológica en Edesa de gran importancia y difusión[1]. Este camino de penetración cristiana se llevó a cabo a través de las rutas por el desierto y prosiguió adelante en el siglo III. El cristianismo avanzó por Mesopotamia, se introdujo en Persia y desde allí los misioneros cristianos llegaron a la India. El Asia Menor fue otro gran foco cristiano en esta época, y las iglesias se multiplicaron en numerosas ciudades de todas las provincias. La carta dirigida a Trajano por Plinio el Joven, gobernador de Bitinia, acredita que el cristianismo se hallaba arraigado en la provincia. Asia Menor fue también punto de partida de la difusión del cristianismo en Armenia, donde halló tan buena acogida que el país se cristianizó rápidamente en el siglo III.

En Palestina, la difusión de la fe fue más difícil y, tras el ocaso del judeocristianismo, las comunidades cristianas parecen estar prácticamente limitadas a la población griega de las ciudades. En cambio, en Egipto, desde principios del siglo III se advierte un vigoroso florecimiento de la iglesia de Alejandría, que pronto fue famosa en todo el mundo y que se prestigió por entonces con la figura de Orígenes. Alejandría desarrolló una actividad misional entre la población campesina del valle del Nilo, que se cristianizó en grado considerable a lo largo de este siglo. Por lo que hace a la Europa oriental, Grecia quedó atrás en intensidad de cristianización, comparada con la vecina Asia Menor. Corinto parece haber sido el principal centro de vida cristiana. En las regiones balcánicas y danubianas el cristianismo había ya penetrado en el siglo III, y la persecución de Diocleciano causó numerosas víctimas.

Muchos factores contribuyeron a la expansión y propagación de la fe en el continente asiático. Después del primer Concilo de Éfeso en el año 431, y del cisma nestoriano, el cristianismo se dividió

en las versiones occidental, y el Oriental también llamado cristianismo nestoriano , aunque el término nestoriano se utiliza a veces como un cajón de sastre para referirse a varias diferentes doctrinas orientales. 

Los cristianos nestorianos comenzaron a convertir mongoles alrededor del s. VII, y el cristianismo nestoriano probablemente fue introducido en China durante la dinastía Tang (618-907). Los mongoles tendían a ser tolerantes con las múltiples religiones y por tanto así ocurrió al inicio con la religión cristiana. Bajo el liderazgo de Gengis Khan, nieto del gran kan Möngke , el cristianismo tenía una pequeña influencia religiosa en el imperio mongol[2]. La diócesis católica de Quilon o Kollam es la primera diócesis católica en Asia, la India, en el estado de Kerala. En primer lugar, erigido el 9 de agosto de 1329 y reerigida el 1 de septiembre de 1329. El Papa Juan XXII (en cautiverio en Aviñón) erigió en Quilon la primera diócesis en el conjunto de Indias como sufragánea de la Arquidiócesis de Sultan y en Persia[3]. Aproximadamente al mismo tiempo, hubo un poco de esfuerzo para reunir el cristianismo oriental y occidental. También hubo numerosos esfuerzos misioneros de Europa.

Asia, principalmente fue evangelizada por misioneros franciscanos , dominicos o jesuitas . En el s. XVI, España comenzó la evangelización en Filipinas. En el s. XVIII, el catolicismo se desarrolló más o menos independiente en Corea. El cristianismo se extendió a través del Mediterráneo Oriental desde el s. I d.C. Uno de los principales centros del cristianismo fue Antioquía, capital anterior del imperio seléucida , que se encuentra en la actual Turquía. Antioquía fue evangelizada quizá por el apóstol Pedro, de acuerdo con la tradición en la que el patriarcado de Antioquía todavía descansa su pretensión de primacía aunque fuera evangelizada por Bernabé y Pablo . Sus conversos fueron los primeros en ser llamados cristianos.  Se multiplicaron rápidamente, y por el tiempo de Teodosio (347-395) fueron contados por Crisóstomo (347-407), Arzobispo de Constantinopla, cerca de 100.000 personas. Entre 252 y 300, se llevaron a cabo diez concilios de la iglesia en Antioquía la cual se convirtió en la sede de uno de los primeros cinco patriarcados , junto con Jerusalén , Alejandría , Constantinopla y Roma.




2.  EL CRISTIANISMO EN MEDIO ORIENTE

2.1. El Cristianismo en Armenia

Cáucaso, Armenia y Georgia fueron los primeros países en adoptar el cristianismo como religión del estado, en 301 y 327, respectivamente. El cristianismo había sido predicado en Armenia por dos de los doce de Jesús apóstoles - Tadeo y Bartolomé - entre 40-60 d. C. Debido a estos dos apóstoles fundadores, el nombre oficial de la Iglesia armenia es Iglesia Apostólica Armenia , y se considera que es la iglesia nacional más antigua del mundo. La Iglesia de Albania caucásica se estableció en el año 313, después la Albania caucásica (situado en lo que hoy Azerbaiyán ) se convirtió en un estado cristiano.

En Georgia, el cristianismo fue primero predicado por los apóstoles Simón y Andrés en el S. I. El cristianismo se convirtió en la religión oficial de Kartli, Iberia (el área de la capital de Georgia) en 327. La conversión de Georgia al cristianismo se atribuye a los esfuerzos de un gran evangelizador, San Nino de Capadocia (290-338).

2.2. El cristianismo en Irán. El “Parthian Imperio”

El cristianismo se extendió más hacia el este bajo el Imperio Parto , que mostró una alta tolerancia para los asuntos religiosos. Según la tradición, la evangelización cristiana en Asia Central, se desarrolló a partir de la Mesopotamia y la meseta iraní, bajo la labor de Santo Tomás Apóstol , y se inició en el siglo I d.C. A Santo Tomás también se le atribuye la propagación del cristianismo en la India . Los cristianos de Mesopotamia y el Irán se organizaron bajo varios obispos, y estuvieron presentes en el primer Concilio de Nicea en el año 325 d.C. 




3.      EL CRISTIANISMO EN ASIA CENTRAL

La difusión del cristianismo en Asia Central parece haber sido facilitada por la gran difusión del griego en la región (Imperio seléucida , Reino greco bactriano , indo griego Unido), así como el arameo , el idioma de Jesucristo. La difusión de los judíos en Asia desde la deportación de Babilonia y la captura de Jerusalén por Tito también parece haber sido un factor contribuyente[4].

El reino de sasánidas también resultó bastante tolerante con la fe cristiana hasta la persecución por parte del Zoroastriano sacerdote Kartir bajo el reinado de Bahram II (276-93 d.C). Otras persecuciones parecen haber tenido lugar bajo los reinados de Shapur II (310-379) y Yazdegerd II (438-457), con sangrientos eventos en el 338 después que produjeron un daño significativo a la fe. 

3.1   El cristianismo en Persia y la gran expansión cultural

Los historiadores, como Heródoto, Arriano y otros, no ven en los pueblos que ellos conocen de la India ninguna religión grande y extendida. Las primeras conquistas extranjeras de la India de las que se tiene noticias fueron las de Darío del imperio persa, que llegó hasta las mismas puertas del Punjab y dominó la región al oeste del Indo, que quedó incorporada al imperio persa. Después de estas conquistas, Alejandro Magno conquistó el Irán y también llegó hasta las tierras bañadas por el Indo; atravesó el río Hydaspes y llegó hasta el Hifasis, sin embargo, sus soldados no quisieron seguir más lejos, por aquellas desconocidas tierras de la India. Después marchó contra Magadha, se apoderó del trono y estableció su dinastía en estas tierras de la India. Su capital fue Palibothra (323-322).

La India y Siria fueron colonizadas por sucesivas expediciones de griegos: Alejandro; Antíoco; Eucrátides, 175; Menandro, 155, etc. Y desde entonces empezaron a dominar los griegos sobre la India. También los romanos siguieron a los griegos en estas conquistas de la India y de la China, buscando la ruta de la seda. Después de los griegos quisieron invadir el Oriente, atraídos por las riquezas que allí se encontraban, pero su invasión fue parada por los partos y otros pueblos de Asia. Estos últimos acontecimientos ocurrían ya bien entrado el primer siglo de nuestra era.

Los judíos, por otra parte, también afirman que sus comunidades llegaron a la India quinientos años antes de Jesucristo, sobre todo los judíos que habitan en Kerala, al sur de la India. Muchos judíos, como nos dice la Biblia, se dispersaron por muchos pueblos muy alejados de Palestina, después de la destrucción del primer templo de Jerusalén por los ejércitos babilonios de Nabucodonosor, 600 años antes de Jesucristo, aproximadamente.

También se dispersaron muchos judíos de Palestina después de la segunda destrucción del templo de Jerusalén. Esta destrucción fue llevada a cabo en el año 70 después de Jesucristo por los ejércitos romanos mandados por el general Tito. Muchos judíos habitaron en Mesopotamia durante el imperio de los partos (s. ll a.C.). Luego, muchas de estas comunidades judías, se extendieron por Persia, Armenia, Afganistán y la India.

A partir de todo lo que se ha presentado uno se puede remontar al principio de la historia de estos pueblos, hasta el s. I d.C., y vemos que la historia nos narra cómo los imperios más antiguos del mundo, como los medos, los persas, los griegos, los romanos y judíos, influyeron directamente en transmitir sus culturas a los habitantes de la India. Pero, sobre todo, los que más influyeron en transmitir su cultura y religión, desde el S. I d.C., fueron las comunidades cristianas. Desde la llegada de los Apóstoles se fueron extendiendo estas comunidades por toda Asia, y en tiempos de las primeras invasiones mahometanas de la India, en el s. Vlll, nos cuentan los historiadores cristianos de aquellos tiempos, como el metropolitano nestoriano Mar Abraham y otros misioneros, que las comunidades cristianas en la India y en otros muchos lugares de Asia, eran numerosísimas.

3.2. Siria un gran centro de comunidades cristianas florecientes en Asia

Hay que destacar que desde los s. V al VIII, existían dos grandes comunidades cristianas en Asia: los cristianos de Santo Tomás, que habitaban al sur de la India, sobre todo en las ciudades de las costas, y los cristianos nestorianos, también llamados caldeos, que se extendieron por toda Asia, llegando hasta el Tíbet y la China.

A partir de la dominación árabe, muchas de estas comunidades fueron despareciendo, y cuando el famoso mercader veneciano Marco Polo llegó a estas tierras de Asia, él nos describe en sus relatos que encontró a estas comunidades ya muy perseguidas por diversas corrientes religiosas enemigas de los cristianos que desde hacía bastante tiempo se iban desarrollando[5].

Después de Marco Polo hicieron muchos esfuerzos los dominicos, franciscanos, jesuitas, y otros misioneros de otras órdenes, en propagar el Evangelio y hacer grandes comunidades cristianas en Asia. Pero la persecución iría cada vez más en aumento contra los cristianos, y también por las luchas internas, entre las diferentes confesiones cristianas, como eran los cristianos de Santo Tomás, cristianos nestorianos y católicos.

3.3.1. El periodo de esplendor de la iglesia en Siria

Dese Siria pronto los cristianos se fueron expandiendo traspasando las fronteras de Siria Oriental hasta llegar a Sir Lanka, Thailandia, Vietnam[6]. Además de Antioquia, Alejandría, Damasco etc surgen nuevos centros de difusión como Oddesa, Athos, etc. Entre todos destaca Edsa o Edessa que se convierte en un nuevo centro de gravedad y centro de conexión ente los dos imperios de Oriente y Occidente. Cada vez se nota más la tensión de dos imperios enfrentados como vestigios del pasado entre Roma y Persia. En Siria cabe hablar de la parte oriental más en relación con Armenia e India con rutas que se extendían hasta China, Corea y Japón y Siria occidental más en relación con Antioquia y Damasco.

3.4. Edessa un gran centro de expansión.

En los primeros años del cristianismo, y ciertamente antes de finales del s. ll, parece que los cristianos de la India tenían relaciones con la Iglesia de Edessa. En los alrededores de Edessa se habían encontrado los Hechos de Tomás[7], y también un Evangelio arameo o siríaco, que había encontrado en la misma India San Panteno. Y ya, desde el 325, Edessa mantenía estrechas relaciones con la Iglesia Cristiana de Persia. 

Edessa era una antigua ciudad mesopotámica (actual URFA, en Turquía), ocupada por los asirios y ampliada después por Seleuco l, se llamó Antioquía bajo Antioco Vll y en la época bizantina fue un importante centro cristiano, donde se encontraba una escuela cristiana y algunos monasterios, hasta que cayó bajo la dominación árabe en el año 639. 

              3.5. Sobre los hechos de Addai

Toda esta zona de Siria Occidental cuenta la tradición fue evangelizada por un judío galileo llamado Addai. El rey de Siria Osroene Abgar VIII recibe el bautismo 100 años antes que Constantino. Aquí es donde tiene el inicio los cristianos denominados nestorianos.

3.6. Sobre los hechos de Barlaam y Josafat

La actividad misionera de los cristianos nestorianos siempre tuvo un contacto bastante frecuente con las Comunidades Cristianas de la India, desde los primeros siglos. Mientras esta actividad misionera cristalizaba más ampliamente en la India, centro de Asia y China, los Cristianos de Santo Tomás en la India sufrían mucha persecución, a la vez que hacían muchas conversiones, según nos cuenta la historia. Una de éstas, es la de un príncipe indio llamado Josafat. Esta historia se cree que fue recogida por los misioneros nestorianos, y se daba a conocer seguidamente a las Comunidades Cristianas de Occidente[8].

Barlaam, asistido por la gracia divina, convirtió al cristianismo al príncipe Josafat, llamado también Budasaf por otros escritores, cuando ya la religión cristiana se había desarrollado grandemente en la India, y todas estas tierras estaban llenas de predicadores y de monjes. Se conservan algunos manuscritos griegos sin datación sobre la historia de Josafat y Barlaam, que pueden remontar su antigüedad hasta el s. X. El más antiguo de los datados que se conservan es de 1021 (ms. V. 3692 de Kíev), que fue descubierto en Odessa y que procede de Athos.

Según cuentan estos hechos, un rey de la India llamado Abenner, muy enemigo por cierto de los cristianos, que no tenía hijos, después de mucho tiempo esperando un hijo, por fin la Providencia le dio uno, y le dio el nombre de Josafat. Cuando nació el niño llegaron al palacio muchos astrólogos para predecir el futuro del niño, y entre ellos el último que habló le dijo al rey que aquel niño no sería el heredero de su padre, sino que se convertiría a la religión de Jesucristo. El rey se asustó mucho por esta predicción y quiso aislar al niño del contacto de los cristianos, y para ello mandó construir un gran palacio y allí mantuvo al niño hasta que fue mayor, rodeado de placeres.

Un día, ya siendo hombre, cuando iba de paseo con unos acompañantes, encontró a dos hombres, uno de ellos era ciego y el otro leproso, y esto le produjo una gran tristeza. Poco tiempo después, paseando por el campo, encontró a otro hombre muy viejo, todo encorvado y con la cara llena de arrugas. Al ver el estado tan penoso de aquel hombre preguntó a sus acompañantes que a qué se debía tanta desgracia. Luego se preguntó a sí mismo y preguntó a los demás sobre la muerte, pero nadie le supo contestar de forma que calmara su ánimo. Y así permaneció triste mucho tiempo, hasta que un día encontró a Barlaam, Santo predicador cristiano, y encontró en este hombre todas sus respuestas. Cuando el monarca se enteró de que su hijo se había hecho cristiano calló enfermo de indignación. Fueron muchas las cosas que intentó el rey para seducir a su hijo, pero todas estas cosas no vencieron a Josafat, pues éste pidió ayuda a Dios en la oración y logró escaparse de todas las trampas. Después, lleno de alegría y confirmado en las enseñanzas cristianas, huyó al desierto, donde vivía Barlaam, y encontrándolo se quedó a vivir con él con mucha alegría. Estos dos cristianos llegaron a ser tan amigos, que cuando murieron los enterraron a los dos juntos. Esto fue por obra y conocimiento del rey que gobernaba aquellas tierras en aquel tiempo, llamado Baraquías. Este pequeño relato, resumen de los hechos de estos dos santos, sólo recoge el recuerdo de unas pocas maravillas de las muchas que hizo Dios a través de ellos. Es un gran ejemplo de humildad y reconocimiento del amor que se debe a Jesucristo y a su Evangelio. Este ejemplo también fue conocido en la India y otros lugares de Asia por grupos religiosos orientales, que tuvieron en cuenta este ejemplo para enriquecer sus enseñanzas.





4. LOS FLORECIENTES MONASTERIOS

La Iglesia primitiva de Oriente surgió en torno a poderosos centros de espiritualidad. En el desierto de Egipto junto al monte Sinaí estaba la poderosa escuela sinaítica. Junto al monte Athos se desarrolla otro foco de espiritualidad que se remonta al fundador de toda la vida eremítica, San Antonio. Otros centros antiguos como Constantinopla y Alejadria que alternaban con el nuevo de Edessa. Entorno a estos grandes centros con sus respectivas escuelas surgieron cantidad de monasterios. Muchos fueron los maestros de espiritualidad que destacaron[9]. Además del fundador de la vida conventual y los Padres del desierto, los capadocios[10], eran célebres Issac de Siria, San Juan Climaco, Juan Casiano, Simeón el Nuevo teólogo, Niceforo el solitario, San Efrem de Siria, Juan de Carpatos, Macario el Grande, Marcos el asceta, etc.

4.1. La vida de los monasterios

Los monasterios de Siria eran más misioneros a diferencia de los africanos de Egipto o Etiopía que eran más eremíticos. Los monjes de estos monasterios eran verdaderos misioneros itinerantes. Jugaron un enorme rol en la difusión del cristianismo. La vida de los monasterios trascurría de forma orante dedicados al estudio y difusión del evangelio. El abad cabeza de la comunidad era conocido como starosta, en torno a él se organizaba la pequeña comunidad monástica skit que a su vez dependía de un gran monasterio. Los célebres startsi o starets eran maestros de espiritualidad. Los studitas eran monjes regidos conforme a los reglamentos de la vida monástica regidos por un abad. Los strannik eran peregrinos que tenían como meta santuarios célebres que poseían famosas reliquias.

La vida monástica oriental en diferencia de la occidental gusta de compartir la riqueza y el poder de los grandes o las posesiones latifundistas ni siquiera con fines claustrales. Conviene no olvidar que la decadencia de la vida monástica tuvo que ver con la entrada en la vida monástica de muchos nobles y clérigos de alcurnia sedientos de poder. Pronto la vida monástica dejo de ser tal a aliarse con la nobleza y la realeza. Era costumbre que los príncipes se formaran y educaran en los monasterios a cambio de grandes dotes.

4. 2. La espiritualidad oriental

La espiritualidad oriental destaca de la occidental por ser más emotiva, cálida, mística y experiencial[11]. Si el occidente prima la vía mental, el oriente el corazón. El oriente se distancia de la especulación fría occidental a menudo propensa al engorde espiritual a base de raciocinios vitalmente muertos. La espiritualidad occidental es más fruto de la especulación natural y sabiduría humana que de la experiencia. El hombre oriental se da menos que el occidental a la especulación y el desmenuzamiento razonado de la verdad. Diríamos que prescinde de la razón natural y la cultura humanística y explora otras fuentes de conocimiento religioso, el experiencial. La teología oriental es más viva y menos legalista que la escolástica occidental, más polémica y apologista.

4.3. La oración y contemplación

La vida de oración era seguida por los starets. Estos a su vez se regían por la célebre Filocalia. La hesiquia era la vida de oración ascética monástica, el hesicasmo la oración continua, oración caracterizada por la contemplación, la quietud. El hesicasta era el hombre contemplativo. El dyachok el servidor del culto de los cantos.

La Filocalia que en sí es el amor a lo bello y a lo bueno. Era una síntesis de las enseñanzas de los Padres de la antigüedad sobre la hesequia, la vida espiritual y tratado de oración. Marcaba todo un itinerario espiritual propio del método hesicasta, la oración del corazón. Contenía toda una selección de textos ascéticos místicos.

 


5.      EL PERIODO DE LA IGLESIA EN IRAN (PERSIA)

De Siria el cristianismo se propaga a Irán. Escritos y construcciones dejan ver una floreciente comunidad en Arbela. Taciano, discípulo de Justino mártir llevó los evangelios sirios a la iglesia de Irán. Taciano elaboró un conjunto armonioso con los cuatro evangelios concordados. El ascetismo de Taciano hace pensar que el monacato más bien tiene sus comienzos en Siria que en Egipto con San Antonio.

El 226 marca un momento clave para la Iglesia de Oriente. Los reyes partos de Persia son remplazados por la dinastía Sasánida[12]. Se pasa del periodo sirio al periodo persa. El centro de gravedad cambia a Seleúcida y el centro teológico y espiritual de Edessa pasa a Nísibis. Los cristianos sufren oposición pues el mundo persa trata de imponer su identidad religiosa del zoroastrismo. En el S.V se establece la iglesia persa con su propio Patriarca y patriarcado

Hacia el 225 había comunidades a lo largo de todo el denominado imperio persa. Las comunidades cristianas llegaron hasta el norte de Afganistán.

La evangelización se extendió por Armenia. Mercaderes cristianos llevaron el evangelio a Armenia al noroeste de Edessa. Gregorio el Iluminador es el fundador de la iglesia en Armenia. Este está influenciado por la iglesia de Capadocia. Gregorio el Iluminador bautiza al rey de Armenia Tiridates I. En el 301 Armenia se declara oficialmente cristiana.

5.1. La expansión a Sogdiana y al este de Asia Central

El cristianismo se ve sometido a esporádicas persecuciones sasánidas  que produjeron el destierro de las comunidades cristianas en su propia área, provocando así la expansión del cristianismo hacia el este. El Edicto de Milán en el año 313, concedía al cristianismo cierta tolerancia mantenida por el Imperio Romano. Pero después de la conversión del emperador Constantino al cristianismo, los cristianos de Persia indígenas fueron considerados una amenaza política para los sasánidas. Exiliaron a las comunidades cristianas hacia el este, como una comunidad de ortodoxos melquitas que se instala en Romagyri cerca de Tashkent , o una comunidad de jacobitas , que fueron enviados a Yarkanda en el Xinjiang a las puertas de China. Los Elheftalitas son conocidos haber sido un poco abiertos al cristianismo desde 498, y solicitaron a los nestorianos católicos establecer un obispo diocesano en sus tierras en 549.

Por 650, había 20 diócesis nestorianas al este del río Oxus . El desarrollo del Islam en el s. VII produjo un gran corte que afectaría a la cristiandad asiática y a los cristianos occidentales, pero la expansión oriental de la fe continuó, no obstante. Las relaciones con el Islam eran lo suficientemente buenas para los católicos que movieron a dejar Seleucia-Ctesifonte para establecer su sede en Bagdad bajo el reinado de los abasíes en 750.

Desde el s. VII en adelante, los nómadas turcos de Asia Central comenzaron a convertirse al cristianismo nestoriano . Grandes conversiones en masa se ​​registraron en 781-2 y más tarde en 1007, cuando 200.000 turcos y mongoles, según los informes, se hicieron cristianos. Los turcos Kipchaks son conocidos también haberse convertido al cristianismo siguiendo la sugerencia de los georgianos que se aliaron en sus conflictos contra los musulmanes. Un gran número fueron bautizados a petición del rey de Georgia David II . A partir de 1120, había una iglesia cristiana nacional, kipchak, y un clero influyente. 

Las comunidades cristianas fueron muy florecientes en India. Ya en tiempos de Jesús había colonias judías en la India. A finales del S. II ya se habían establecido en la India comunidades cristianas mediante el impulso evangelizador de Santo Tomás, San Bartolomé y Panteno, según la tradición. El aposto Tomás evangeliza el noroeste y el sudoeste. Los cristianos de Tomás desarrollan diversas ramas bebiendo de tradiciones muy antiguas. Por ejemplo, el rito siro malabar próximo al melquita. Más tarde tendrán problemas en ser reconocidos en la segunda evangelización de mediados del segundo milenio. Hacia el 340 había toda una red de monasterios entre Edessa y la India. A partir del S.V cuando se establece el patriarcado de Persia, se establece también la metrópolis de la India bajo el patriarcado de Persia.





6.      EL CAMINO DEL CRISTIANISMO EN INDIA[13]

La conversión de Persia al nestorianismo fue la necesaria cisura para la entrada del cristianismo en Asia. Esta toma de postura en la discusión cristológica significó, al mismo tiempo, el alejamiento de la Iglesia imperial de Occidente, lo que se había fortalecido y acelerado por razón de las relaciones políticas de poder. Las consecuencias para el cristianismo fueron que tuvo que integrarse en otra cultura e inculturarse en otra distinta a la mediterránea. La Iglesia de Persia ganó así una nueva dinámica interna, que se puso de manifiesto en la entrada de los misioneros en Asia, bloqueándose políticamente su expansión hacia el Occidente.

 

6.1.  El inicio de la evangelización en India[14]

De acuerdo con las crónicas de Eusebio, los apóstoles Tomás y Bartolomé fueron asignados a Partia (actual Irán) y la India.  En el momento de la creación del Segundo Imperio Persa (d.C. 226), hubo obispos de la Iglesia de Oriente en el noroeste de la India, Afganistán y Beluchistán (incluyendo partes de Irán, Afganistán y Pakistán), con laicos y pastores; participar en la actividad misionera.  Una obra en siríaco del s. III conocida como los Hechos de Tomás  narra el ministerio indio del apóstol con dos reyes, uno en el norte y el otro en el sur. De acuerdo con las leyes, el apóstol Tomas estaba al principio reacio a aceptar esta misión, pero el Señor se le apareció en una visión nocturna y le obligó a acompañar a un comerciante indio, Abbanes (o Habban), a su lugar de origen en el noroeste de la India. Allí, el apóstol Tomás se encontró al servicio del Rey de la Indo-Parto , Gondophares. El ministerio del apóstol dio lugar a muchas conversiones en todo el reino, entre ellos el rey y su hermano. El apóstol Tomás fue a partir de entonces al sur de Kerala y bautizó a los colonos judíos y algunos nativos, cuyos descendientes formaron los denominados cristianos de Santo Tomás o en sirio Malabar, Nasranis .  Al poner en común las diversas tradiciones, la historia sugiere que Tomás dejó noroeste de la India, cuando le amenazaba la persecución, y viajó por barco a la costa de Malabar, a lo largo de la costa suroeste del continente indio, posiblemente visitando sureste Saudita y Socotra en el camino, y finalmente estableciéndose en el antiguo floreciente puerto de Muziris en una isla cerca de Cochin en el 52 d.C., a partir de ahí, anunció el evangelio en toda la costa de Malabar. Las diversas iglesias que fundó se localizaron principalmente en el río Periyar y sus afluentes y a lo largo de la costa, donde había colonias judías. Él predicó a toda clase de personas y tenía alrededor de 170 conversos, incluidos los miembros de las cuatro castas principales. Más tarde, se erigieron cruces de piedra en los lugares donde se fundaron iglesias, y se convirtieron en centros de peregrinación. De acuerdo con la costumbre apostólica, el apóstol Tomás iría ordenando maestros o ancianos presbíteros, que fueron llamados a ser los primeros ministros de la iglesia de Malabar. El apóstol Tomas procedió por tierra a la costa de Coromandel en el sureste de la India, y misionó en lo que ahora es la zona de Madras , donde se convirtió el rey local y muchas personas. Una tradición relata que se fue de allí a China a través de Malacca en Malasia, y después de pasar algún tiempo allí, regresó a la zona de Madras.  Al parecer, su ministerio indignó a los brahmanes , que eran temerosos de que el cristianismo menoscabara su sistema de castas sociales. Así que, de acuerdo a la versión siríaca de los Hechos de Tomás, Mazdai, el rey local en Mylapore , después de interrogar al Apóstol lo condenó a muerte hacia el año 72. Deseoso de evitar la excitación popular, el rey ordenó su muerte en una montaña cercana, donde, después de que se le permita rezar, fue apedreado y luego apuñalado hasta la muerte con una lanza empuñada por un brahmán enojado. 

6.2. Cómo se encontró el sepulcro de Santo Tomás[15]

Los relatos que Marco Polo entregaron a los reyes persas regalos son  el testimonio de que en el Oriente había reyes y príncipes cristianos. Había muchas comunidades cristianas de los nestorianos, y también al sur de la India aún quedaban pueblos cristianos, los conocidos como cristianos de Santo Tomás (discípulos del Apóstol Tomás).

Fueron los reyes de Portugal los que más interés pusieron en tomar contacto con estos reinos cristianos del Oriente. Así que, mientras Colón, asistido por muchos españoles, buscaba las tierras de las Indias por el camino de Occidente, las expediciones portuguesas, capitaneadas por Vasco de Gama, con mucho peligro y esfuerzo, y sobre frágiles embarcaciones, atravesaban los tormentosos mares de las costas de África, salvaban también el igualmente tormentoso cabo de Buena Esperanza, y bordeando Sumatra, y atravesando el Océano Índico, llegaban gloriosamente a las costas occidentales de la India.

Aquellas expediciones costaron muchos barcos y muchas vidas a Portugal, pero con el entusiasmo de encontrar en esos lugares hermanos cristianos, aquellos hombres llegaron a las costas de la India, y por su fe llegaron a ser temidos por muchos reinos de la India que tomaron contacto con ellos. Es posible que entre ellos fuera gente ambiciosa, pues nos dice la historia que algunos de ellos no se portaron correctamente, pero, sin embargo, el esfuerzo de los demás fue heroico y siempre se debería recordar con cariño, pues muchos misioneros y escritores han creído siempre que las comunidades de Santo Tomás, tan perseguidas cuando ellos llegaron, encontraron alivio y consuelo en estos hombres que los abrazaron como hermanos de fe, y que posiblemente los salvaron de una muerte segura porque la persecución contra ellos ella terrible en aquellos momentos.

 Los cristianos de Santo Tomás recordaron a los portugueses que el cuerpo del Apóstol Santo Tomás aún seguía enterrado en las ruinas de una pequeña ermita que el mismo Apóstol construyó para que quedara siempre como símbolo de su amor a Jesucristo[16].

El cuerpo del Apóstol, después de ser asesinado, sus discípulos lo llevaron hasta esta ermita y allí fue enterrado. Estas noticias llegaron hasta los reyes de Portugal, y el rey de Portugal mandó una expedición con expertos para que encontraran el cuerpo de Santo Tomás, y descubrieran todas las pruebas que pudieran sobre estos hechos. Los nativos de aquel lugar, que habían guardado en su corazón siempre los detalles de estos acontecimientos, llevaron a los expertos portugueses hasta este lugar, y después de no poco esfuerzo, encontraron maravillados el cuerpo de Santo Tomás, así tal y como decían aquellos cristianos que había sido enterrado, después de ser asesinado. Más tarde, allí mismo por orden del rey de Portugal, fue construido por los portugueses y los cristianos de Santo Tomás, un templo en memoria del Apóstol, que aún existe y lleva su nombre.

Cuando encontraron el cuerpo de Santo Tomás también encontraron una cruz labrada de medio relieve que tenía sobre la punta de arriba pintada un ave, como una paloma, como representando la Venida del Espíritu Santo. Tenía también la cruz unos caracteres antiguos alrededor que, aunque los expertos enviados por los reyes los examinaron, no pudieron descifrarlos. Así es como fue llamado un anciano conocedor de las escrituras antiguas de la India, que se esforzó en descifrarlos. Aquella escritura confirmaba que allí había estado el Santo Apóstol, en aquel lugar, y que allí hizo una Iglesia y se convirtieron muchas almas, entre ellos, varios reyes de la costa Malabar y de otros lugares. Para confirmar más el resultado de este hallazgo, los portugueses buscaron a otro anciano muy docto en las lenguas de la India, que después de estudiar con detalle aquella escritura, y sin saber de la declaración del primer anciano, explicó lo que decían las palabras escritas en aquella cruz, coincidiendo igualmente con lo que había declarado el primer anciano.

Todos estos testimonios declaran la gloria y la maravilla del Apóstol Santo Tomás, y fue causa de gran alegría para sus discípulos, y para los portugueses que descubrieron su sepulcro. Estos hechos están recogidos y explicados ampliamente en el libro Historia General de la India Oriental, compuesto por Fray San Román, que recoge los hechos de los portugueses que llegaron a la India, capitaneados por Vasco de Gama a finales del siglo XV, y que narra los hechos de los portugueses en la India hasta el año 1557[17].

6.3. Expansión en la India

En la India hemos de reconocer algunos de Ios legados y misioneros que la recorrieron a su paso hacia el Asia central y oriental; Juan de Monte Corvino estuvo más de un año en Meliapur/India, donde predicó, bautizó, perdiendo a su acompañante, el dominico Nicolás de Pistoya, que murió. El dominico jordano Cathala de Sévérac-le-Chateau (+ 1336?), desistió de hacer su viaje a China y se quedó en la India, cuando cuatro de sus compañeros de viaje de la orden franciscana sufrieron la muerte del martirio en Thana (cerca de la actual Bombay). Algunos años más tarde, fueron trasladados sus restos mortales a Zaitun por otro viajero franciscano. Después de la muerte de Juan de Monte Corvino, fue nombrado como arzobispo sucesor por el papa Juan XXII (1316-1334) el franciscano Nicolás, quien, no obstante, murió en el camino. El papa Juan XXII reordenó las relaciones eclesiásticas en Asia: en 1329 erigió, junto a la provincia eclesiástica de Khan-baliq, la de Sulaniyah (Sultanieh, Soltania) en Persia, con el arzobispo Johannes von Cor como cabeza y con otros seis obispados sufragáneos, que confió a los dominicos. El papa Benedicto XII (1334-1342) nombró en el año 1338 a Juan Marignolli (de Florencia) legado papal para las misiones asiáticas, el cual visitó desde 1338 hasta 1358 toda la cristiandad de Asia.

Jordano de Sévérac misionó en la India por más de dos años, informó sobre las grandes dificultades existentes y aseguró que había bautizado a 130 hombres. Después de su regreso, fue consagrado por el papa Juan XXII obispo de Colombo (hoy Quilon), con la expresa misión de llevar a los nestorianos de la India del sur al reconocimiento de Roma. No sabemos nada sobre el éxito de esta empresa. Giovanni de Margnolli encontró en1348, durante su viaje de vuelta, una iglesia, sí, romano-católica, construida por maestros venecianos, pero ninguna señal de existencia de una comunidad[18].

El punto de gravedad no estaba tanto en la predicación misionera, cuanto en el empeño de una «reunificación» con Roma de los cristianos orientales. Esta función entre los cristianos separados de Roma se comprendió como preparación para la misión entre los musulmanes. Las confesiones cristianas vivían en paz entre sí, ayudándose mutuamente. Las enemistades en las relaciones interconfesionales surgieron sólo cuando los latinos se empeñaron en su unificación.

6.4. Los problemas con los ritos y las herejías

Uno de los problemas más graves que mermaron la evangelización en Asia fue el problema de los ritos y las herejías. De todos es conocida la rivalidad entre Oriente y Occidente que desencadeno el Cisma. La rivalidad entre el Patriarcado latino de Roma y oriental de Constantinopla se vio agravada por las herejías. El Concilio de Calcedonia quiso poner fin a los enfrentamientos dogmáticos. Finalmente, la Iglesia posicionó el dogma de las dos naturalezas en una persona. Seguidores de San Cirilo de Alejandría   declararon hereje de monofisismo a Nestorio y sus seguidores, Teodoro de Mopsuestia. Los monofisistas sostenían una sola naturaleza, una persona con una sola naturaleza. Los diofisistas sostenían que estaban unidas las dos naturalezas a dos personas.

El nestorianismo que tuvo su origen en Antioquía se fue difundiendo por Persia hasta llegar a la India. Existen relatos donde se describe las persecuciones que sufrieron los cristianos de Santo Tomás[19]. Estos relatos nos dicen que esta comunidad cristiana, que en siglos anteriores había sido tan grande en la India, y que abarcaba sobre todo las costas occidental y oriental de la India, incluida la isla de Ceilán, con el tiempo había sido diezmada por los reyezuelos vecinos idólatras y paganos, que se habían ido apoderando poco a poco de todas las tierras donde vivían los cristianos, provocando muchas persecuciones contra ellos. Los cristianos que habitaban en las grandes ciudades, como Mylapore, donde había muerto Santo Tomás, y otras, huyeron la mayoría a las altas montañas, especialmente, a las montañas de la península hindostánica. Ésta es la causa de que cuando llegaron los portugueses en el siglo XV a la costa Malabar, hubiera allí tan pocos cristianos, y tan perseguidos, que si no hubiese sido por el respeto que impusieron los portugueses en estas tierras, no hubieran sobrevivido. Los demás estaban refugiados en las montañas. Por este motivo, estos fueron llamados por los portugueses Cristianos de la Sierra.

6.4.1 Los nestorianos

Al estudiar la configuración de las comunidades cristianas en Asia e India, nos movemos sobre un terreno históricamente muy inseguro, a pesar de aceptar la «Christiana Topographia», la obra geográfica más digna de confianza de Cosme Indiokopleústäs, de comienzos del siglo VI. Nos informa sobre las comunidades cristianas en Kalyan (en el interior de la India, al noreste de Bombay), en Male (Malabar), en Socotra y en Taprobane (Sri Lanka). En Kalyan, vivió un obispo que había sido consagrado en Persia. Algunas de las comunidades estaban configuradas por cristianos persas.

A estas evidentes afirmaciones históricas se oponen, en la India, dos tradiciones tomasianas claramente irreconciliables. Una está relacionada fundamentalmente con el norte de la India, mientras que la segunda se concentra en el sur de la India, orientada hacia el camino del estrecho del sur. Los fundamentos de esto los encontramos en escritos tardíos, calendarios de santos y en la famosa historia del repartimiento misionero del mundo entre los discípulos de Jesús de Eusebio de Cesarea (hacia 263-339) del año 323, en una cita del Comentario al Génesis de Orígenes (1254) en el que le había correspondido al apóstol Tomás la «Parthien».

Mientras que la indicación de Eusebio se refiere a la India del sur, donde se puede demostrar la existencia de comunidades cristianas, compuestas por inmigrantes sirio-persas y por población indígena, que, gracias a su gran acomodación social a su entorno, pudieron resistir todas las crisis, las actas tomasianas de la Siria del norte ponen la actividad del apóstol Tomás en el noroeste de la India, en el territorio del actual Pakistán. En el caso de que el cristianismo hubiese podido asentarse aquí, no fue por mucho tiempo. Como quiera que se interpreten las tradiciones y se las quiera combinar de mil maneras, todas ellas juntas sólo demuestran que el comienzo de la Iglesia en la India hay que situarlo en tiempos muy remotos, lo más tarde en el siglo III. Leslie Brown dice, resumiendo el tema en su investigación sobre los cristianos tomasianos, que vivían en dos mundos, sin tener conciencia, no obstante, de la tensión o desarmonía existentes. Eran cristianos de Mesopotamia con su fe, su liturgia y su ethos; por lo demás, eran indios[20].

Precisamente es este doble aspecto el que aparece reflejado en el arte. Pero, además, constituye un testimonio importante «para la compleja problemática de la "inculturización" de la fe cristiana, que acompañaría a la historia de la Iglesia en Asia». Las cruces persas, los objetos más sagrados de los cristianos tomasianos, las cuatro más importantes y famosas están en Alangad (Mangate), Kadamattan, Kottayan y en el monte Tomás en Mylapore (Madras) y tienen cuatro largos brazos iguales; están adornadas con flores y muestran una inscripción en Pahlavi (persa antiguo) de donde les viene la denominación, son un recuerdo del camino histórico de la misión cristiana hacia la India y constituyen una unión de los primeros cristianos indios con el mundo cultural persa. Las muchas particularidades de la arquitectura eclesiástica y del arte sólo se pueden comprender y explicar por el encuentro con la religiosidad india y de su mundo cultural[21]. Se profundizó en las ideas cristianas, que con frecuencia fueron desarrolladas teológicamente. En principio, no podemos considerar extraño que los cuatro antiguos baptisterios (Edapilly, Kanjoor, Kaduthuruthy, Kudamaloor), admirables por su historia y por su arte, y tallados en granito, sean potados por animales, en los que descansan. La forma cambiante y diferente del pie del baptisterio no es el elemento más importante para la explicación del rito bautismal, sino el motivo de flor de loto que se repite una y otra vez de forma distinta.

El antiguo símbolo asiático de la flor de loto es, en un cierto sentido, el símbolo más significativo que representa el encuentro entre el cielo y la tierra. La flor de loto se eleva desde la oscuridad del agua y florece a plena luz. El brote se abre lleno de promesas y es el símbolo del nacimiento. En el arte budista se emplea como símbolo de la iluminación y del crecimiento hacia la auténtica realidad. Para la imaginación religiosa, el loto tiene una gran importancia, es cantado en la literatura y representa la fuerza fructífera y dispensadora de vida del agua en la que crece. No podemos decidir nada sobre la estructura eclesiástica ni cómo se ha desarrollado históricamente en particular. Fuentes persas testifican sobre la autonomía de la iglesia tomasiana por los s. VII-VIII, haciendo mención de un (obispo) metropolitano. Timoteo I (780-823) puso, hacia el año 800, a la iglesia india bajo la inmediata jurisdicción persa nestoriana. Con la llegada de los portugueses dieron comienzo los intentos, condicionados doctrinalmente, de someter a la iglesia a la jurisdicción católica. La romanización y la exigencia subyacente del patriarca sirio dieron lugar a una historia de separación. Durante la dominación portuguesa hubo tres grupos de cristianos: los latinos, los sirios –que se habían sometido al Papa, aunque se afirmaron en la liturgia siria– y los cristianos tomasianos independientes. Éstos se levantaron, unidos fuertemente, en una protesta dramática contra los resultados del Sínodo de Diamper (Udayamperur) (1599), en el que el arzobispo de Goa, Alexis de Menezes (1559-1617) había conseguido someter al Papa a los representantes de la iglesia india y que éstos aceptasen los sacramentos, renunciando a muchas costumbres tradicionales. Durante esta revuelta contra la enajenación cerca de la Kunen Kurisu (cruz doblada) en Mattancherry, en el año 1653, una gran cantidad de comunidades lograron nuevamente su independencia, a la que siguió su acercamiento al patriarca jacobita de Antioquia (1665), quien posibilitó la sucesión apostólica de los obispos, dando, con el tiempo, a la iglesia rasgos sirios occidentales. Hoy la tradición siria está dividida en 15 iglesias.

6.4.2. La expansión del cristianismo nestoriano (431-1360 dC) 

En 410 el emperador sasánida  convocó a los líderes de la iglesia persa al Sínodo de Seleucia . Su propósito era hacer que los Católicos de Seleucia-Ctesifonte el líder de la minoría de los cristianos en el Imperio, y personalmente responsable de su buena conducta en todo el imperio persa entrasen en diálogo para un posible acuerdo. El sínodo aceptó el deseo del emperador.

En 424 los obispos de Persia se reunieron en concilio bajo la dirección de Dadiso y determinaron que no habría ningún problema de disciplina teológica de cualquier tipo, y desestimaron cualquier consejo de la iglesia en el Imperio Romano. La separación formal de la sede de Antioquía y la Iglesia sirio occidental bajo los emperadores romanos (bizantino), se produjo en este sínodo en 424.

El desarrollo del este del cristianismo continuó al separarse del oeste, empujado por los acontecimientos tales como de 431 Concilio de Éfeso , en el que el obispo sirio Nestorio ,patriarca de Constantinopla desde el 428, fue acusado de herejía por predicar su clase de cristianismo, etiquetado nestorianismo después él. Él y sus seguidores fueron expulsados ​​del Imperio bizantino, y otras instituciones religiosas y políticas le dieron cobijo. El cristianismo oriental se separó para formar lo que se llama la Iglesia de Oriente , o Iglesia siro-oriental, [12] aunque algunos historiadores se refieren a ella con el término general de Iglesia nestoriana, a pesar de que muchos cristianos orientales no estaban siguiendo la doctrina predicada por Nestorio .

6.4.3. Los cristianos tomasianos declarados nestorianos

 Según nos cuentan estos hechos anteriores, en el siglo lV los Cristianos de la India sufrían persecuciones grandes y terribles; pero también conseguían conversiones que les llenaban de esperanza y alegría. Por otra parte, y como hemos dicho anteriormente, algunos historiadores creen que desde el siglo ll estos Cristianos de la India ya tenían algunos contactos con los misioneros cristianos que venían de Siria y Medio Oriente. Y en el s. V parece ser que se habían unido a la sede de Seleucia-Ctesifonte, cuando comenzaba a reafirmarse la iglesia de Persia o Mesopotamia.

En los relatos de los franciscanos y dominicos se recuerda la actividad misionera de los nestorianos. Esta predicación misionera comenzó en tiempos del patriarca Mar Abha el Grande (540-552), defensor de la Iglesia persa. En el siglo VII se produjo una gran expansión del Islam, y ante esta amenaza y persecución, los nestorianos llegaron en los siglos Vl-Vlll hasta China, Asia Central y la India. Uno de los monumentos cristianos nestorianos es el de Sianfú (781) (de la provincia china de Schensi), que contiene parte de la fe cristiana de los nestorianos. Con inscripciones sirias y chinas también se informa sobre el viaje misionero de Alofén a China (año 635) y de cómo le recibió el emperador Tai Tsung.

La expansión de los Cristianos nestorianos por toda Asia está testimoniada ampliamente por muchas señales, muchos historiadores, y por muchos misioneros y viajeros, que conocieron estas comunidades en Asia. Pero si grande fue su expansión, también está testimoniada la terrible persecución que han sufrido durante todos estos siglos, hasta casi su total exterminio, por diversas corrientes religiosas del oriente enemigas del cristianismo.

Estas comunidades cristianas sirias, más tarde llamadas comunidades nestorianas, desde que el patriarca Nestorio de la iglesia siria se apartó de Roma, se cree que siempre tuvieron contacto desde los primeros siglos con los cristianos de Santo Tomás de la India (Goa, Kerala, Malabar, etc.), pues cuando los portugueses, y los misioneros que con ellos iban, llegaron a la India en el siglo XV y conocieron estas comunidades de cristianos de Santo Tomás, estos cristianos ya seguían las tradiciones de rito caldeo o nestoriano, pues ofrecían obediencia a los patriarcas caldeos y tenían obispos metropolitanos.

Los misioneros nestorianos pronto llegaron hasta Asia Central y China, y según las crónicas nestorianas, en el siglo V ya había comunidades cristianas nestorianas en Sistan, Merw, Herat y en las orillas del golfo Pérsico. Los heftalitas de Bactriana solicitaron un obispo en el año 549 y Samarcanda se convirtió en obispado en el siglo VI-VII. El Katholikos Timoteo l (patriarca nestoriano), 780-823, que organizaba en aquel tiempo las misiones, nos ofrece la voluminosa correspondencia que nos informa de la actividad misionera de los nestorianos en todo el centro asiático, China, Tíbet, y otros lugares de Asia, que tenían metropolitanos y cientos de miles de fieles por todas las comunidades.

El emperador chino Tay-sung acogió al misionero nestoriano O-lo-pen; hizo traducir los libros cristianos que éste traía y publicó un edicto a favor del cristianismo; hizo que se levantara un templo cristiano y que a su servicio estuvieran 21 sacerdotes. Según la estela de Singanfu, los emperadores siguientes, como Kao-sung, sucesor de Tay-sung, construyeron templos cristianos en todas las ciudades de su imperio. Al monje O-lo-pen se le concedió el título de Gran General para todo el imperio. Muchas familias se convirtieron al cristianismo. Pero a partir del año 699 comenzaron las primeras persecuciones por parte de los idólatras de la China, y se cree que murieron muchos cristianos.

Son muchos los testimonios que nos indican que el cristianismo llegó a muchas partes del Oriente, desde los primeros siglos. Después de los portugueses y españoles, a partir del 1600, llegaron los holandeses, franceses e ingleses a la India y a China, aprovechándose de las rutas abiertas ya por los primeros descubridores. También disputaron las tierras conquistadas a los primeros conquistadores y se establecieron en ellas. Finalmente. la India, y otras muchas partes del Oriente, pasaron a ser colonias inglesas.

Nos dicen los historiadores que entre todas las comunidades cristianas separadas de Roma la más antigua es la de los nestorianos. Ellos dicen que su doctrina procede directamente de los Apóstoles y fue Nestorio el que les siguió a ellos y no ellos a Nestorio. Se dice que la religión católica en el Concilio de Éfeso condenó a Nestorio como hereje y lo desterró, y desde entonces, la escuela catequética de Edessa, de Siria, que pertenecía al imperio romano desde el 435, pasó a ser el centro principal del nestorianismo.




7.      EL PAPEL DE LOS COMERCIANTES EN La ruta de la seda

Los comerciantes y los inmigrantes van a jugaron factor muy importante en la difusión del cristianismo. Kashgar (la actual Kashi), era punto de encuentro de las caravanas procedentes de la India, Afganistán, Tayikistán y Kirguizistán, era el otro extremo de la Ruta de la Seda en el territorio chino y, por tanto, el primer encuentro directo para las mercancías, las ideas y de las religiones entre China, Occidente y el sur de Asia. La ciudad de Yarkant, visitada por Marco Polo en dos ocasiones (en 1271 y en 1275), sigue siendo uno de los enclaves comerciales más importantes de la región autónoma de Xinjiang y uno de los centros musulmanes de mayor importancia en la República Popular China.

Por la “Ruta de la Seda” no circulaban solamente mercaderes con bienes de todos los reinos, sino también asaltadores, ladrones y pilluelos, por lo que los caminos no eran totalmente seguros. Así, lo peor que les podía pasar, era que, por aquellos desfiladeros y glaciares, se despeñara un camello; perdieran al animal y a su preciada carga, y además su estiércol, que utilizaban como combustible. Y aún era peor, si el camello perdido transportaba comestibles. Casi en el 80 % de la Ruta de la Seda, no hay árboles; sólo hielo, nieve y glaciares. Algunas caravanas no llegaron nunca a su destino. Unas eran asaltadas por bandas feroces de asesinos, que para hacerse con las mercancías, no dudaban en matar, y otras veces, morían los caravaneros víctimas de accidentes o enfermedades. En cada localidad que paraban para descansar, debían proveerse de comida para un mes, por lo menos. No es de extrañar, que Plinio el Viejo dijese que la seda china era muy cara (“gastos inmensos”).

Pero junto a mercaderes y matones, la “Ruta de la Seda” también fue una vía donde el budismo se extendió por toda Asia. Misioneros budistas de la India llevaron la luz de las enseñanzas del Buda desde la India a Taxila, de Taxila al Tibet, del Tibet a Dunhuang, donde penetró en China. Los conocimientos más avanzados de la época, propios de las Universidades Budistas de Nalanda, Vikramasila, Odantapuri, Vilabhi y Ratnagiri, entre otras, circularon también de un reino a otro junto con los peregrinos, monjes, maestros y discípulos que viajaban en busca de conocimientos o a llevar sabiduría a los monasterios del Tibet, de Dunghuang o al complejo de Monasterios en las Grutas de Mogao, en China. También, monjes de todos los reinos iban de peregrinaje a la India en misiones para encontrar manuscritos y textos budistas originales para traducirlos a las lenguas vernaculares de sus propias regiones y traer conocimientos nuevos en los campos de la filosofía budista, la medicina o la astronomía.

 Más tarde, con el apogeo del Islam bajo la Dinastía Omeya (661-750), que quería controlar las más importantes líneas comerciales a China, tomó la mitad occidental de la Ruta de la Seda, y esta se vio interrumpida, ahogando el comercio de otras naciones con precios elevados y altas tasas. Este fue el principio del fin.

El aspecto más importante del entramado comercial de esta ruta es el papel de intermediarios que ejercían los comerciantes islámicos. Éstos, conscientes de los beneficios económicos que dejaba este trasiego comercial, no permitieron la entrada de comerciantes europeos o asiáticos en la ruta, convirtiéndose en los elementos que hacían funcionar el sistema. Las caravanas, procedentes de Siria y Mesopotamia, cruzaban todo el continente asiático para adquirir -a bajo precio- los productos que después venderían -a precios desorbitados- a los comerciantes o intermediarios europeos, para ello, las caravanas hacían uso de una red de albergues llamados caravansarays para pernoctar, protegerse y proveerse[22].

7.1. El gran mercader Marco Polo

Marco Polo llega a la isla de Ceilan a finales del siglo XIII. Marco Polo es figura antológica considerado prototipo del gran mercader. En uno de sus últimos viajes por las tierras y mares de Oriente, llegó a la famosa isla de Ceilán y allí descubrió que los nativos de esta isla recordaban un relato muy parecido a los hechos de Barlaam y Josafat..., pues ellos recordaban que sus antepasados habían venerado siempre a un príncipe llamado Sagamoni que había llegado a esta isla huyendo de la vanidad y los lujos que le ofrecían en su palacio, buscando a su Creador para encontrar la verdad y para servirle.

El relato de Marco Polo en cuanto a este príncipe te deja sobrecogido por el parecido que tiene con los hechos de Barlaam y Josafat. Las principales y más conocidas religiones del Oriente recogen en sus enseñanzas y ejemplos muchos ejemplos que tienen una raíz común con el cristianismo. Éste fue el legado que dejaron todos aquellos héroes llamados Apóstoles y discípulos de Jesucristo para los habitantes de todas aquellas tierras que conocieron desde el primer siglo las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo.

Por motivos de las grandes persecuciones, durante mucho tiempo muchas comunidades cristianas quedaron aisladas, y tuvieron que respetar y aceptar las tradiciones que les envolvían. Esto hizo que los nativos de aquellas naciones confundieran, en parte, las enseñanzas cristianas con sus símbolos, tradiciones y costumbres. Por eso, los nombres de sus héroes y dioses pueden ser diferentes, según las tradiciones de estos pueblos, pero la marca inconfundible de la enseñanza de Jesucristo es común durante siglos para todas las corrientes religiosas desarrolladas en Oriente…, desde confucionistas, taoístas y bonzos adoradores de xaca, en la China, hasta las diversas corrientes hinduistas, jainistas y budistas, en la India y otras partes de Asia. De entre todas estas corrientes religiosas, la más parecida a los cristianos católicos, por algunas de sus enseñanzas y prácticas religiosas, es el lamaísmo. Muchos que han vivido en el Tíbet y han conocido esta corriente religiosa han llegado a llamar a esta religión: el catolicismo amarillo o de Oriente. 

 


8.      EL CISMA DE ORIENTE Y EL INICIO DEL PERIODO DE DECADENCIA[23]

Al principio el reino mongol va a ser un factor de propagación, aunque finalmente cambiarían las tornas. El imperio mongol al principio se muestra abierto. Para la evangelización del mundo mongol tiene gran importancia el profeta Mani. Este profeta persa del S. III hace de puente entre los hunos y los mongoles. En el S. X cae la dinastía Tang y el imperio persa pasa a ejercer el predominio entre los turcos y los mongoles. Durante el periodo del S. XI al XVI cesa la expansión de la evangelización y se pasa a una mera supervivencia.

El gran desafío vendrá bajo el reinado del emperador monzón Gazán. Con este emperador viene a concluir el fin de la denominada “pax mongólica”. Se da comienzo al tiempo de decadencia bajo la dinastía Tang en China.

Al principio había cierta convivencia pacífica. Los ugures fueron un pueblo mongol que recibió la fe de los misioneros de Siria Oriental. La “pax mongólica” se desarrolla al estilo de la “pax romana” Hulagu y Kublai kan favorecieron la expansión del cristianismo. Kublai kan mando una carta al Papa mediante la embajada de Marco Polo solictando 100 misioneros. Cuando estos llegaron había muerto Kublai kan y el nuevo emperador  Gazán se convierte al Islam. Es entonces cuando comienza un periodo de decadencia.Este periodo se agravará con la subida de la dinastía Tang en China.

Una nueva situación política en China, (la protagonizada por las dinastías Tang, Song, y Yuan, desde el siglo VII hasta mediados del siglo XIV), y una nueva realidad económica y cultural en Occidente hicieron posible el restablecimiento de nuevas relaciones entre los dos mundos gracias a las que, junto a las mercancías, empezaron a intercambiarse también las ideas, los conocimientos artísticos, los idiomas y las religiones. Desde entonces las Rutas de la Seda dejaron de ser caminos exclusivos de los comerciantes y de los militares, y empezaron a ser transitados cada vez con más frecuencia por intelectuales y por monjes de las principales religiones del mundo, que supieron también, como si fueran ávidos comerciantes del espíritu, intercambiarse entre ellos las enseñanzas de Buda, Confucio, Jesucristo y Mahoma.

Oriente y Occidente comenzaban así a necesitarse el uno al otro, a pesar de que el enemigo acechaba siempre desde el norte; en esta ocasión, desde Mongolia. Y aunque la intensidad del comercio crecía incesantemente desde el siglo VIII, también crecían en igual o mayor proporción los asaltos, los saqueos, las confiscaciones y los asesinatos masivos perpetrados por las hordas nómadas del norte; tribus que, después de ser unificadas por Genghis Khan a comienzos del siglo XIII, demostraron que eran invencibles.

Hacia el siglo XV, con el auge de la navegación y las nuevas rutas marítimas comerciales, y el apogeo de los Imperios Árabe, Imperio Mongol y Turco (selyúcidas y otomanos, ambos por igual en períodos distintos de tiempo) fue languideciendo lentamente la importancia de la Ruta de la Seda como principal arteria comercial entre oriente y occidente, y algunas de las más florecientes e imponentes ciudades a lo largo de su recorrido, fueron perdiendo importancia e influencia y, olvidados por el mundo exterior, se convirtieron en una vaga sombra de lo que fueron.

8.1. La Iglesia bizantina

Varios esfuerzos también fueron hechos por la Iglesia bizantina de oriente de unirse con la iglesia latina de Roma. En 1272, Juan de Montecorvino fue encargado por el emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo para comunicarse con el Papa Gregorio X , para negociar la reunión de las iglesias ortodoxa y católica. El objetivo era introducir una cuña entre el Papa y los partidarios del Imperio Latino, que tenía puntos de vista sobre la reconquista de Constantinopla. Una unión tenue entre las Iglesias griega y latina se firmó en el Segundo Concilio de Lyon en 1274. La concesión de Miguel VIII se reunió con la oposición decidida en casa, y las cárceles llenas de muchos opositores a la unión. Al mismo tiempo, la controversia sindicalista ayudó a impulsar vecinos ortodoxos de Bizancio Serbia y Bulgaria en el campo de los oponentes de Michael VIII. Durante un tiempo el intento diplomático de la Unión funcionó en Occidente, pero al final Martín IV , aliado de Carlos de Anjou , excomulgó a Miguel VIII. 

8.2. La Iglesia Armenia

Tras el 1054 cisma de oriente , diversos esfuerzos, durante varios siglos, se hicieron a la reunificación de la cristiandad oriental y occidental, con el objetivo de poner paz bajo el gobierno del Papa. 

En 1198, hubo un intento de unión entre la iglesia de Roma y la Iglesia de Armenia efectuada por los armenios católicos de Sis Grigor VI. Esta no fue concluida pues el clero local y la población se opusieron firmemente a tal unión. De nuevo en 1441, los Católicos armenios de Sis Grigor IX y Musabekiants proclamaron la unión de las iglesias armenias con las latinas en el Concilio de Florencia , pero esto fue contrarrestado por un cisma armenio bajo Kirakos I. 

Numerosas misiones católicas romanas también fueron enviadas a Armenia Cilicia para ayudar al acercamiento. Los franciscanos fueron puestos a cargo de estas misiones. Rubruquis visitó Cilicia en 1254, y Juan de Monte Corvino en 1288.  El rey armenio Hethoum II (1266-1307) se habría convertido por la predicación de un monje franciscano. Otro ejemplo de conversión fue la del historiador Nersés Balients , que era un miembro de la defensa de la unificación, movimiento "unitario" con la Iglesia latina.

Existían comunidades nestorianas desde el golfo Pérsico hasta Manchuria, y algunas ciudades eran cristianas en su totalidad. Entre los keraítas que habitaban en Mongolia se podían contar hasta cerca de 200.000 convertidos al cristianismo. También los Ongüt recibieron la misma fe y un príncipe de esta tribu fue el famoso Preste Juan..., lo menciona por primera vez Otto de Frisinga en el año 1145, en una carta a Honorio lll. Como hemos dicho anteriormente, los Keraítas y los Ongüt fueron derrotados por Gengis Khan. Sin embargo, respetó la fe de estos pueblos y sus descendientes tomaron esposas cristianas. Algunas, descendientes también del famoso Preste Juan.

De toda esta expansión de los nestorianos se conservan muchos monumentos que se han ido encontrando a partir de 1890, y de ellos puede deducirse que tenían una buena organización religiosa. Las estelas, lápidas, y otros monumentos, testimonian la historia de estos hechos. También hay inscripciones diversas encabezadas siempre con el signo de la cruz. Sólo entre 1890 y 1930, habían sido descubiertos ya más de 200 monumentos.

Algunos gurús y escritores orientales y orientalistas se empeñan en decir que la presencia cristiana y la influencia de sus enseñanzas no fue significativa en Oriente, especialmente en la India y en la China, pero la historia no nos dice lo mismo. Hubo muchas comunidades cristianas que habitaron desde el principio de nuestra era en muchísimas partes del Oriente, y la influencia cristiana de sus enseñanzas está bien patente, en parte, en todas las doctrinas del Oriente. Y esta influencia ha sobrevivido a pesar de las grandes persecuciones que ha habido hasta hace unas cuantas décadas. Es ahora cuando empieza a ser mínima la presencia cristiana en muchos países de Oriente, todo por motivo de las grandes persecuciones. Y de estas persecuciones bien fueron testigos Marco Polo y muchos viajeros y misioneros, que les tocó vivir aquellos angustiosos momentos en aquellas tierras, los cuales nos dejaron sus relatos. Los relatos de Marco Polo nos dicen que en una sola provincia de la China él conoció a 700.000 familias de cristianos, que estaban ocultos y no podían decir que eran cristianos, por miedo a los idólatras. Esto, según cuenta el relato de Marco Polo, ocurrió cuando estuvo él en la China, a finales del siglo Xlll, en la ciudad de Fugiú.




9.      LAS MISIONES CATÓLICAS ROMANAS A LOS MONGOLES Y A CHINA 

Los contactos entre los mongoles y Occidente se produjeron en el siglo XIII, cuando el imperio mongol se expande hacia Europa y Palestina, coincidiendo con la última parte de las cruzadas. Los contactos iniciales mostraron que los mongoles tenían la impresión de que el Papa era sólo el líder de los cristianos europeos, y le enviaron mensajes que insistían en que se sometiera a la autoridad del rey mongol. Los mongoles declararon que después de conquistar Jerusalén someterían a los cruzados. Los diversos papas, parecían no ser conscientes de que el cristianismo ya existía en el Este, y tendían a responder con mensajes que insistían en que los mongoles se convirtieran al cristianismo. Posteriores hubo comunicaciones entre los mongoles y cristianos de Europa con intentos de formar una alianza franco-mongol en contra de los musulmanes.

En 1253, el rey Luis IX envió el franciscano Rubruquis a la capital mongola de Karakorum para convertir los tártaros. William visitó la corte del Gran Khan Möngke en 1254, y observó allí representantes de varias religionesí. Se involucró en un famoso debate establecido por Möngke, con representantes de cada uno sobre cuál religión era mejor. Se fue en agosto de 1254, teniendo la respuesta de Möngke al rey Luis.   

En 1268, Marco Polo antes de regresar de China, vino con una invitación de Kublai Khan al papa, implorándole para que se enviara un centenar de maestros de la ciencia y la religión para reforzar el Cristianismo ya presente en el imperio de Kublai. Sin embargo, esto no llegó a realizarse debido a la hostilidad de los cristianos nestorianos influyentes dentro de la corte en gran medida de los mongoles.  Kublai hizo pedir ayuda occidental para asegurar el dominio mongol sobre China de la dinastía Yuan . En 1289, el Papa Nicolás IV envió el franciscano Juan de Monte Corvino a China a través de la India. Aunque Kublai ya había muerto cuando Juan llegó en 1294, el tribunal de Khanbaliq lo recibió amablemente y le animó a instalarse allí. La comitiva de Juan fue la primera delegación misionera católica de China, y fue significativamente de gran éxito. Él trabajó se realizó en gran medida en la lengua mongol , traduciendo el Nuevo Testamento y los Salmos. Se construyó una iglesia central, y al cabo de unos años (hacia e 1305) se reportaron 6.000 conversos bautizados. También se estableció una escuela de formación laica de 150 estudiantes.

Otros sacerdotes se unieron a él, Juan fue consagrado obispo, y se establecieron centros en las provincias costeras de Chiangsú ( Yangchow ), Chechiang ( Hangzhou ) y Fujian ( Zaitun ). Bajo la influencia de Juan, muchos mongoles, tales como los de la Ongut tribu, cambió la lealtad de la nestoriana (siro-orientales) Iglesia de Oriente, al catolicismo occidental.

Tras la muerte de Juan de Monte Corvino, fue enviada por medio de Toghun Temür  una embajada en 1336 a los católicos franceses representantes del Papa Benedicto XII en Aviñón , solicitando una nueva guía espiritual. El Papa respondió nombrando cuatro eclesiásticos como sus legados a la corte del Khan. En 1338, un total de 50 eclesiásticos fueron enviados por el Papa a Pekín, como Juan de Marignolli , que llegó a Khanbaliq en 1342, y se mantuvo hasta 1347, después de regresar a Aviñón en 1353.

Sin embargo, la dinastía Yuan, establecida en China, estaba en declive, y en 1368 fue derrocada por la dinastía Ming fundada por un nativo de China. El último obispo católico de Quanzhou, Giacomo da Firenze, murió en manos de los chinos en 1362. Hacia el 1369 todos los cristianos, ya sean católicos o nestorianos (siriaco ortodoxo, o siro-oriental), fueron expulsados.

9.1. El inicio de la evangelización en China. El imperio Mongol[24]

La fe cristiana parece que llegó por primera vez hasta China y los confines del Asia central y oriental a través del grupo gnóstico de los maniqueos. En China desaparece el maniqueísmo en el siglo XIV. Prescindiendo de algunos cortos espacios de tiempo en los que se fomentó o se soportó el maniqueísmo, éste fue perseguido en todos los países por las religiones tradicionales allí existentes. Una excepción es el reino de Uigurren, donde entre 762 y 840 el cristianismo tachado de maniqueísmo fue la religión estatal. Los éxitos misioneros se debieron a la inteligente acomodación del cristianismo a las religiones preexistentes. No tenemos argumentos fehacientes que nos expliquen la existencia de restos cristianos en el taoísmo del siglo II, en conjunción con el maniqueísmo.

Mucho más consistentes y evidentes son las huellas de la formación de comunidades nestorianas durante la dinastía T'ang (siglos VII-X) en China. La estela de Si-an-fu (Sehnsi), erigida en el 781 y descubierta en 1625 destaca por encima del resto variado de materiales fuente. A esto hay que añadir una serie de textos teológicos y espirituales, así como documentos de estado chinos; todos juntos, nos ofrecen una asombrosa y concreta imagen de la «doctrina de la luz» (Chiag-chiao [jingjaoj) y de la tarea misionera en China.

En la estela de Si-an-fu (Shensi) se nos informa de que el monje sirio y misionero Alopen llegó a China el año 635, fundando un monasterio nestoriano en la capital. El cristianismo se difundió tan rápidamente que el sucesor del Kaiser T'ai Tsung ordenó construir una iglesia cristiana en cada provincia de su reino. La estela nos transmite los nombres de 70 obispos, sacerdotes y monjes.

Esta evolución se interrumpió, cuando, entre 845 y 846, un régimen cada vez más confucionista-ortodoxo ordenó severos controles contra las religiones foráneas. Los monasterios nestorianos de las ciudades parece que fueron totalmente disueltos. Bajo el dominio mongol (s. XIII-XIV), la misión nestoriana vivió un florecimiento renovado, para quedar definitivamente disuelta bajo la dinastía del poderío mongol, en 1368, como una religión foránea, que nunca había arraigado en el pueblo chino. Lo mismo ocurrió en la aislada comunidad en el «Shanghai de la edad media», en Zaitun (Tschüantschou), donde en 1830 había una sede episcopal. Algunos restos de cruces de piedra y de sepulturas, encontrados en 1949, demuestran que aquí el sirio era la lengua litúrgica. La estela de Sian-fu, de la que ya en 1625 había una traducción latina, intenta mantener la sustancia cristiana, pero acomodándose mucho a los términos y expresiones budistas. Encontramos, además, giros y esquemas de pensamiento taoístas, aunque en menos cantidad. Un defecto esencial de la misión nestoriana fue no tener en cuenta la institución de un clero indígena, que faltaba totalmente. La conexión con conceptos budistas y taoístas condujo en escritos tardíos a adoptar rasgos demasiado sincretistas, mientras que en los posteriores escritos las ideas fundamentales eran auténticamente nestorianas, a pesar de la acomodación habida. Podemos concluir que la excesiva apertura del nestorianismo a todas las otras religiones fue una de las razones de su ocaso.

Es cierto que otros proyectos más importantes de la iglesia nestoriana de China no han llegado hasta nosotros, ni podemos siquiera encontrar el camino que nos lleve hasta ellos, pero hay numerosas representaciones de cruces. La cruz no es con mucho el símbolo de la muerte y del dolor de Jesús, ya que la teología nestoriana la ve como un signo del Cristo resucitado y glorificado. Es un símbolo del poder divino de Cristo, superador de la muerte, por lo que se la adorna con joyas y con frecuencia está envuelta en flores de loto. La cruz, en sus distintas manifestaciones nestorianas, está representada en forma de una cruz persa o de Malta, colocada sobre flores de loto y adornada con perlas. En las perlas y especialmente en la gran perla situada en el ápice del adorno, nos parece descubrir el símbolo nestoriano de la eterna felicidad, que se consigue por el martirio o por una vida fiel al cristianismo. Se trataría aquí de una imitación del budismo, a saber, la así llamada «perla Kumbira», como representación simbólica de la ley budista. También nos orienta hacia un simbolismo budista la flor de loto. La cruz junto a ella es un símbolo cósmico, imagen y signo del cuerpo humano. Se convierte así en el signo de la rosa de invierno y en el punto de apoyo y cenit. Comentando todo esto, el monje Hans-Joachim Klimkeit escribe: «Interpretando así la cruz corresponde en lo fundamental al mandala budista, pues refleja una esencial incorporación mítico-espacial en el microcosmos». Varias ideas religiosas de las religiones no cristianas, como, por ejemplo, la idea budista de la reencarnación, entraron en el cristianismo. La tendencia más clara la vemos en el arte, donde motivos religiosos del ámbito no cristiano influyeron en las representaciones cristianas, y donde encontramos un simbolismo extra-religioso en las cruces cristianas. Así se fueron manifestando, ya durante la edad de oro del cristianismo nestoriano en Asia, líneas de evolución, que a lo largo acabarían llevando a esta iglesia a un sincretismo.

9.2. El cristianismo primitivo en China

El cristianismo pues mezclado de otras tendencias existió en China, pero la primera introducción en regla fue documentada durante la dinastía Tang (618-907) Una misión cristiana bajo la dirección del sacerdote Alopen (descrito como persa, siríaco , o nestoriana ) era conocido por haber llegado a 635, donde él y sus seguidores recibió un edicto imperial que permite el establecimiento de una iglesia.  En china, la religión era conocido como Daqin Jǐngjiào, o en la luminosa religión de los romanos. Daqin designa Roma y el Cercano Oriente, aunque desde el punto de vista occidental, el cristianismo nestoriano fue considerado herético por los cristianos latinos.

La oposición se presentó a los cristianos de 698 a 699 por parte de los budistas, y luego por los taoístas en 713, pero el cristianismo continuó prosperando, y en el año 781, una piedra estela (la estela nestoriana ) fue erigido en la capital Tang de Chang-an , que registró 150 años de historia cristiana apoyada por el emperador en china. El texto de la estela describe comunidades florecientes de los cristianos en toda China, pero más allá de esto y algunos otros registros fragmentarios, se sabe relativamente poco de su historia. En años posteriores, otros emperadores no eran tan religiosamente tolerantes.  En 845, las autoridades chinas proclaman una prohibición de los cultos extranjeros, y el cristianismo queda fuertemente disminuido en China hasta el momento de resurgir con el imperio mongol en el s. XIII. 

9.3 El Cristianismo entre los mongoles

En general, los mongoles eran altamente tolerantes y respetuosos con la mayoría de las religiones. Por lo general respetaban varias al mismo tiempo. Los mongoles habían sido proselitos de los cristianos nestorianos desde aproximadamente el s. VII,  y varias tribus mongoles, como el Kerait , Naimans , Merkit , y en gran medida la Kara Khitan  practicaban el cristianismo junto con el budismo. 

El fundador del imperio mongol, Gengis Khan (1162-1227) fue un shamanist , pero mostró una gran tolerancia a otras religiones.  Sus hijos estaban casados ​​con princesas cristianas del clan Kerait, como Sorgaqtani y Doquz Khatan , una notable noble Kerait, la nieta de Toghrul Khan y un cristiano apasionado que llevó a cabo una considerable influencia en la corte del Khan. Ella no hizo ningún secreto de su aversión del Islam y su afán de ayudar a los cristianos de todas las sectas. Bajo el dominio de nieto de Gengis Möngke (1205-1259), hijo de Sorghaghtani, la principal influencia religiosa era la de los cristianos, a quien el rey Möngke mostró favor especial en memoria de su madre.

9.4 Un gran desafío, a partir del reinado del emperador Ghazan

El rey mongol Ghazan, convertido al mahometismo, a partir del 1295 diezmó la población cristiana. Más tarde, la paciente labor del patriarca nestoriano logró calmarle y convertirle al cristianismo, y hacerle comprender sus errores. Pero Oldjaïtu, que subió al poder en el 1306 y se convirtió al mahometismo, hizo una matanza general de cristianos en Arbelas. En tiempos de estas persecuciones dirigía la iglesia nestoriana el anciano Yahballaha, y la iglesia nestoriana contaba con 30 provincias eclesiásticas. 




10.   LAS ÓRDENES MENDICANTES, LOS DOMINICOS Y LOS FRANCISCANOS

Sólo podemos hablar tardíamente de una respuesta al declive de la misión de la Iglesia en Asia. Las misiones eran más bien empresas esporádicas, motivadas fundamentalmente por la conciencia misionera y teológica acerca de la cuestionabilidad y de las consecuencias catastróficas de la acción militar de las cruzadas. Había que reconocer que una acción de este tipo no era propia del cristianismo.

Son difíciles de encontrar las razones del declive misionero hasta hoy. Tan solo la explicación pudiera venir por la gran difusión dell Islam. También los misioneros encontraron fuerte impedimento con el conocimiento de la lengua. Los dominicos y franciscanos y luego los jesuitas fueron los primeros en fundar escuelas de lenguas y fomentaron ampliamente el estudio del Islam[25]. Entre los franciscanos había centros de estudio organizados, que no pudieron parangonarse con los de los dominicos. Los mejores servicios prestados por los franciscanos en el campo de los estudios orientalistas son los de Ramón Llull (Raymundus Lulius) (1232/1233-1315/1316), de quien partió un gran impulso para la teología misionera, y que estimuló y fomentó la idea de una autoridad central romana para la evangelización de los pueblos.

En Occidente se creía ver en los Khanes de los mongoles eran sucesores del rey-sacerdote Juan, cuya figura interesó durante siglos al Occidente. Pero hasta Otto von Freising (post 1111-1158) no se propagó esta idea. Marinos italianos ya informaron sobre las cruzadas y acerca de un rey-sacerdote de Etiopía, llamado Juan (quizás el de Monte Corvino). Esto motivo el buscar tal figura del reino del rey-sacerdote en la India y en Asia central. Esta figura motivó los viajes misioneros de los franciscanos a Asia.

Para esta empresa, los papas enviaron repetidas veces delegaciones a los mongoles. A pesar de que algunas de estas delegaciones eran comprendidas como de carácter misionero, la mayoría de ellas tenían un claro carácter diplomático. Giovanni da Pian del Carpine (ca. 1182-ca. 1252) tuvo que amonestar e favor de la paz, y los dos dominicos Ascellin (o Anselmo) y André de Longjumeau (+ 1270) tuvieron que abrir caminos para una deseada alianza en contra los musulmanes.

Entre los marinos que viajaron a Mongolia destaca Wilhelm von Rubruck (Ruysbroeck) (entre 1220 y 1230 – ca. 1270), quien llegó hasta el Caracorum, dejando un valioso y extenso informe sobre su viaje. Las intenciones misioneras que tenían estos viajeros nos son desconocidas, pero de todas maneras no eran el medio adecuado para garantizar el éxito de la misión.

La organización jurídica de los dominicos y de los franciscanos, esto es, el poder disponer sobre los miembros de las órdenes respectivas, tuvo una especial eficacia a favor de la continuación del trabajo misionero, pues ya no se fundaba, como en las antiguas órdenes religiosas, en la autoridad de los respectivos superiores monacales, sino en la del superior general de toda la orden. De esta manera, los mismos miembros de las órdenes, decididos a emprender una acción misionera, formaron sus propias comunidades misioneras dentro de su orden respectiva. Entre los dominicos surgió, a finales del siglo XIII, la «Societas fratrum peregrinantium propter Christum in gentes». Acogía, sobre todo, a los dominicos que actuaban en Oriente; en 1304 se da a conocer, por primera vez, su fundación. Una organización misionera franciscana semejante la podemos encontrar, por primera vez, bajo el papa Urbano V (1362-1370). Fue bendecida por el papa Martín V (1417-1431).

10.1. Una nueva evangelización en China

En el año 1294 llegó a Khan-baliq («ciudad de los poderosos») el primer franciscano (Giovani), Juan de Monte Corvino (1247-1328). Allí erigió una iglesia, a pesar de la oposición de los nestorianos, pudiendo así dar comienzo al propio trabajo misionero. Llegó a formar una comunidad con más de mil cristianos. Tradujo el Nuevo Testamento y el Salterio a la lengua uigurica. Digno de mención es el hecho de que celebraba la eucaristía en dicho idioma. El papa, en Avignon, se esforzó, por medio de sus cartas (1305 y 1306), que llamaron mucho la atención, en prestarle toda su ayuda. El primer envío de algunos dominicos sólo llegó a Kiptschak. En el año 1307 eligió el papa Clemente V (1305-1314) a seis franciscanos, a quienes consagró obispos, para que consagrasen igualmente como obispo a Giovanni de Monte Corvino. Sólo cuatro de los seis alcanzaron la meta de su viaje: Khan-baliq. Giovanni de Monte Corvino fue consagrado obispo, alcanzando después el título de arzobispo de Khan-baliq y Patriarca de Oriente. A su muerte, en 1328, contaba la cristiandad católica en China con alrededor de 30.000 fieles, entre los que 15.000 eran alanos, que habían sido trasladados por los mongoles desde el Cáucaso a China. Tras la muerte del obispo, pareció imposible mantener las relaciones con Roma, dadas las grandes distancias, pero, sobre todo, porque la misión había sido víctima, como la de los nestorianos, de los frecuentes cambios de poder en China. Además de que era incapaz de mantenerse por falta de clero indígena.

Aún en vida de Juan de Monte Corvino, llegó a Pequín el franciscano Odoricus von Pordenone (1286-1331). Regresó a Europa a través del Tibet en 1300. Murió en Udine, camino de Avignon para visitar al Papa, y en Udine dictó a Guillermo de Solagno su relato sobre el viaje. En principio, no se le reconoció valor alguno, pero hoy es la fuente principal para la historia medieval de Asia.

Además de los testimonios literarios, no se encuentra casi ningún otro indicativo histórico seguro en el campo misionero. El cuadro de la madonna, que descubrió en China Berthold Laufer, en 1910, y que algunos atribuyen al pintor T'ang Yin (1470-1525), es considerado como una tardía falsificación. Por su técnica y por el material empleado hay que atribuirlo a los artistas jesuitas de los siglos XVI y XVII de la corte de Pequín. Representa claramente una copia del cuadro «Mater Dei dignisira» de Santa Maria Maggiore en Roma. Una copia así tuvo que llegar a China a través de los jesuitas, probablemente a principios del siglo XVII.

Cuando en noviembre de 1951 se derribó el muro de la ciudad de Yangchow (provincia de Kiangsu), para reutilizar sus piedras como adoquines para las calles, se descubrió una lápida, con una inscripción latina, datada el año 1342. Sobre esta inscripción se encuentran algunos relieves muy bien hechos de la Virgen María con el Niño y escenas del martirio de santa Catalina de Alejandría, el nombre de la patrona de los difuntos. Debajo, a la derecha, hay un hombre arrodillado, parecido en su postura y hábitos a un franciscano, a quien se le entrega un pequeño niño desnudo. Esto parece indicar el alma de los difuntos, que vuelve a su Creador. El misionero franciscano representaría aquí simbólicamente al Creador. Poco tiempo después del descubrimiento de esta lápida, se encontró otra en el mismo sitio. Mirada superficialmente, la piedra es casi idéntica a la otra, de tal manera que la de 1342 pudo servir de modelo para ésta. Esta segunda piedra proviene del año 1344 y fue dedicada al hermano de Catalina, Antón. La representación bíblica muestra a Cristo en el juicio final. También aquí se entrega un niño desnudo a un monje.

A pesar de las hermosas letras góticas, Herbert Franke piensa que se trata de testimonios del arte cristiano, que ofrece una «tejido sin costuras compuesto por motivos cristianos y tradiciones artísticas chinas». De cualquier manera, se trata de indicativos especiales que la misión latina ha dejado en suelo chino.




10.   LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS

En el S.XV tiene lugar la era de los descubrimientos. En 1948 llegaron a la India las primeras naves portuguesas.

10.1. El nuevo paradigma

Tras la caída de Constantinopla en manos del imperio turco en 1453, la “Ruta de la Seda” quedó interrumpida y los países europeos en general se vieron obligados a buscar una nueva manera de llegar a Asia, donde podían proveerse, entre otros bienes, de especias, algo que desde nuestra situación actual puede parecernos una trivialidad pero que en la época podía ser completamente necesario de cara a mantener la comida durante el invierno. Además, en el plano religioso, Europa se encontraba inmersa en una verdadera revolución a causa del cisma dentro del seno de la Iglesia Católica, tras las varias escisiones protestantes, la Reforma, la Contrarreforma y la Inquisición. Por todo ello el número de católicos, aquellos que aún seguían al Papa y a Roma, se vio tremendamente mermado y los países católicos vieron un motivo más para lanzarse a descubrir nuevas tierras en las que poder conseguir fieles a su doctrina. Pero no son motivos lo único que se necesita para que un proceso como este se ponga en marcha, es también necesario contar con los medios que lo posibiliten; y la Europa del s. XV contaba ya con una tecnología y una ciencia suficientes para lanzarse a mares desconocidos con unas mínimas garantías

10.2. Los grandes misioneros

Los primeros misioneros, sobre todo franciscanos y dominicos, trabajaron en Asia sólo dentro de los estrechos territorios que dominaba Portugal, y estaban impregnados en sus tareas misioneras por la forma europea de la evangelización unida a los cánones de las leyes y reglas de los patronazgos. La evangelización en el patronazgo portugués se limitaba a Goa y a algunos enclaves portugueses en la India del sur. El patronazgo portugués tuvo resultados mucho más negativos que el español. La razón estaba en el carácter de la colonización portuguesa. A diferencia de España, que intentaba grandes colonizaciones territoriales. Portugal estaba interesada más en empresas mercantiles que misioneras y también le faltaban a este pequeño país fuerzas militares y de gobierno para conquistar y dominar un extenso país colonial. Portugal se limitó más en ejercer un poder marítimo y mantener puntos de apoyo comerciales en las costas como Mozambique, Goa, Malaca y Macao.

10.2. 1. Los jesuitas

El segundo período misionero en la India y Asia comienza con la entrada de los jesuitas en el trabajo misionero. A petición del rey de Portugal, Joáo III (1540), el fundador de la recién confirmada orden jesuítica por el papa Pablo III (1534-1549), Iñigo López de Loyola (1491-1556) puso a disposición de la misión en la India y en Asia a Francisco Javier.




10.2.1.1 Francisco Javier

El papa Pablo III nombró a Francisco Javier legado apostólico, confirmándose Francisco Javier como el apóstol de la India y de toda Asia. En el año 1542, desembarcó en Goa (India), capital desde 1530 de las posesiones portuguesas en la India, sede episcopal desde 1534 y desde 1558 sede arzobispal. Al principio renunció a sus plenos derechos como legado y se sometió al obispo de Goa, aunque diferenciándose de otros misioneros por su celo extraordinario. Sus métodos misioneros eran los tradicionales entonces. Para poder describir mejor estos métodos misioneros se habla de la «escuela portuguesa».

Sus preocupaciones fueron, en primer lugar, elevar moral y religiosamente a los colonos portugueses. Sólo después se dirigió a los no cristianos, a quienes bautizaba rápidamente con bautizos masivos como lo hacían los otros misioneros, para incorporarlos a la Iglesia. Fue el superior general de los jesuitas Francisco de Borja (1510-1572) el que ya en 1567 tomó la importante decisión de reimplantar el catecumenado en las misiones jesuíticas, disponiendo que sólo podían ser bautizados los que podían mantenerse firmes en la fe. El catecumenado de la Iglesia primitiva se perdió prácticamente en el siglo VII, durante la misión a los germanos, en la que, en lugar de la conversión individual y de la decisión personal por la fe, lo que importaba era la coversión del señor de la tribu. Fueron tribus enteras las que se convirtieron tras la conversión del su rey o señor. Por eso fue que la introducción y corroboración del catecumenado tardó aún mucho tiempo.

El testimonio de Alessandro Valignano (1539-1606) es muy aclaratorio en este sentido. Ve con mucha claridad los perjuicios de los bautizos masivos, esto es, prescindir de una preparación básica y aceptar que muchos cristianos tienen una cualidad más pequeña. Sin embargo, se declara partidario de los bautizos masivos, porque los así bautizados y convertidos tendrán una oportunidad para entrar en el cielo, aunque sean peores cristianos, lo que les está negado a los no cristianos.

El adelanto más importante que realizaron los jesuitas en sus misiones de la India fue el estudio de las lenguas con el fin de presentar el mensaje evangélico en las lenguas nativas. Antonio Criminali (1520-1549) y Enrique Henriques (1520-1600) aprendieron tamil, haciendo el segundo varias traducciones en tamil. La primera obra impresa fruto de estos esfuerzos está fechada en 1576: el Catecismo de Francisco Javier traducido al tamil.

Francisco Javier fue el fundador de la misión jesuítica en Asia, al atreverse a dar el paso desde el enclave portugués de Goa a los lejanos mundos. En 1545 comenzó con el descubrimiento del reino colonial portugués. Su camino le llevó por Cochín y Malaca hasta las Molucas (Amboina, Ternate) y de vuelta a Malaca. Aquí se enteró por medio de tres japoneses del reino insular asiático y, con ellos, inició su viaje hasta allí.

Aquí reconoció la necesidad de extender su actividad a China, concibiendo el plan de ir hasta allí, pero la entrada se le cerró. Abandonado y solitario murió en la noche del 2 al 3 de marzo de 1552 en la isla de Sanch'Uan (Sancian) delante de Cantón. En Japón se distanció de los métodos tradicionales europeos exigiendo una acomodación. Los misioneros tenían que intentar ganar a los japoneses con su forma de estar, su vestimenta y con el respeto a las formas cortesanas sociales de los japoneses. Aceptó sin miedo sus conceptos religiosos en sus diálogos religiosos con monjes budistas. Empleó el nombre de «Dainichi» para Dios. Pero cuando supo que así sólo se significaba el origen de todas las cosas y no un Dios personal, volvió a utilizar el término latino «Deus». En la revisión de su catecismo en el año 1556 fueron cambiados y sustituidos 50 conceptos budistas por sus correspondientes en portugués o latín.

Su mérito consiste en haber orientado la misión moderna hacia Asia. Pero más importante aún es el haberse dado cuenta de que los misioneros tenían que acomodarse a los pueblos de Asia, si es que se les quería ganar para el cristianismo. Por su impulso misionero y por su «élan» se convirtió en la figura ejemplar de las misiones modernas. Su ejemplo actuó de atractivo, y, sobre todo, entusiasmaron sus cartas misioneras durante el tiempo que le siguió.



10.2.1.
2. Roberto de Nobili

Si bien es verdad que la misión de Francisco Javier aceptó en sus comienzos una completa unión entre la Iglesia y el poder colonial, fue realmente su compañero Roberto de Nobili (1577-1656) el que rompió las bases de una misión colonial. Se apartó de la misión tradicional y comenzó, en 1605, en Madurai, la capital de un pequeño e independiente reino de la India del sur, un tipo de misión libre entre las castas sociales religiosas y dirigentes, que eran los brahmanes. Así ha sido considerado como la figura misionera más importante y, al mismo tiempo, la más discutida en la historia de las misiones. Con respecto a la misión, se abrió así una nueva dimensión, tanto en lo referente a la lengua, como, sobre todo, en la radicalidad de una voluntad misionera que quería ser comprendida. Vivió entre los brahmanes, como ellos mismos: ascéticamente, comida vegetariana, retirado como un «brahmán cristiano» o como un «Kshatri ja italiano».

Su asombroso éxito en la misión de Madurai despertó por igual admiración y desconfianza, lo que condujo a una reflexión crítica profunda sobre este método misionero. Se le ha reconocido a su idea misionera el haber sido el único intento consecuente de dar al cristianismo una forma india genuina. Sin embargo, continúa la pregunta crítica de si verdaderamente se ha llegado así a un encuentro teológico entre el mensaje cristiano y el mundo de fe del hinduismo. Pero, además, se le consideró, por otra parte, sospechoso de ser incompetente y falso, tanto por parte cristiana como brahmánica. El hecho de que exista mucha oscuridad sobre sus actividades y su valoración se debe, no en último lugar, a que sus escritos han quedado, en su mayoría, inéditos[26].

En su obra, la lnformatio, destaca expresamente que el llevar el cordón de los brahmanes y el «copete» en el pelo hay que considerarlo como una costumbre popular, sin implicación religiosa alguna. Nada tienen que se oponga al espíritu del cristianismo, por lo que no hay que intentar quitarlos. Con especial insistencia subraya que el papel de la casta brahmán es primariamente social y no religioso, no oponiéndose, por tanto, al cristianismo. En el resumen que hace en los dos últimos capítulos afirma que hay que distinguir entre costumbres sociales (mores civiles) y ceremonias religiosas. Estas costumbres sociales no sólo hay que tolerarlas, sino que el misionero tiene que acomodarse a ellas, si quiere que se le escuche en el campo religioso, y poder así adentrarse en el horizonte de sus oyentes con más autenticidad. Lo humano hay que aprenderlo y aceptarlo para que lo divino pueda ser trasmitido y afianzado.

La palabra brahmán, en su forma neutra, no significa para él ningún «determinado y falso dios», sino «Dios en general». La palabra se emplea para designar al único y verdadero Dios inmaterial, en la medida en que puede ser conocido por la razón natural.

Por el contrario, en cuestiones fundamentales del cristianismo, no hay ningún tipo de compromiso ni de acomodación, como, por ejemplo, en el tema de la reencarnación. En sus ideas teológicas y en su acción misionera se apoya en la doctrina de los Santos Padres. El principio misionero fundamental en su Narratio puede resumirse con esta frase: Hay que establecer las condiciones que posibiliten al hombre a oír al que anuncia el mensaje cristiano. Para ello, hay que aprender el lenguaje de aquellos a quienes se dirige la palabra y profundizar en su manera de vivir. Se tiene que adquirir su «afección pía» y su forma de valoración. Esto significa para el misionero estar preparado «para dejar las costumbres de su patria y para ser indio entre los indios». Ve la fundamentación teológico-misionera, base de su conducta, en el discurso en el Areópago del apóstol Pablo (Hch 17, 16-34). Pablo es para él una analogía: de manera semejante a cómo éste se dirigió a «eruditos» y «sabios», así habrá también que dirigirse a los brahmanes como eruditos y sabios y respetarlos. Pablo tiene en cuenta el especial horizonte intelectual y la expectación de los atenienses; incluso se refiere a «su dios desconocido» para «no aparecer como el fundador de una nueva religión, sino más bien como el abogado y propagador de su original y propio servicio religioso».

Consecuentemente, se consideró y se designó a sí mismo como «Guru de la ley perdida». Exigió a los brahmanes que «fueran sus discípulos para que pudiesen aprender el así llamado "Veda perdido"». No se trata, por tanto, de convertirse o aceptar una nueva religión extraña, sino del redescubrimiento y cumplimiento de los contenidos originales de la propia tradición. Intentó traer el quinto Veda, el Veda de la vida eterna.

Tiene muy claro que el mensaje cristiano puede ser trasplantado sin perjuicio en un contexto social extraño y con formas de expresión también extrañas. En su actitud fundamental entre los indios, se mantiene bien lejos de contentarse con un mero «redescubrimiento» de conceptos básicos, cosmovisiones de tipo religioso o de verdades primarias. Él es misionero y no un universalista que teoriza. Sin embargo, su delimitación y estrechamiento de lo «propiamente» religioso ante lo puramente profano y su búsqueda de «puentes» alcanza tal dimensión que surge el posible peligro de que el impulso misionero se convierta en un «dejar valer» lo abstracto religioso. Hay controversias entre los misioneros sobre el caso y se tiene por necesario que se inicie una amplia investigación sobre los métodos de Roberto de Nobili.

Si bien la bula «Cum sicut fraternitatis» (1616) del papa Pablo V (16051621) mostró su comprensión sobre el asunto, la reacción general de los portugueses de pro en la India y en Europa fue una total desaprobación. Pero se produjo un cambio, cuando el papa Gregorio XV (16211623) aprobó por su Breve (1623) «Romanae Sedis Antistites», su modo de trabajar, aunque con limitaciones y algunas reservas. Se le hicieron fundamentalmente tres concesiones: llevar el cordón santo, el copete del pelo, lavatorios y uso de madera de sándalo. Pero a la llegada de nuevos misioneros, las contradicciones resurgieron. Mucho más peso tuvo en el siglo XVIII las discusiones renovadas acerca del así llamado rito malabar, continuándose a través de varios pontificados las diferencias de opinión. Los ritos malabares fueron prohibidos por el legado papal Maillard de Tournon (1734), lo que confirmó el papa Clemente XII (17301740) en el año 1739. Definitivamente fueron condenados por el papa Benedicto XIV (17401758) por la Bula «Omnium sollicitudo» (1744). La modernización y la secularización de las costumbres aconsejaron a la Congregación publicar un decreto (1940) que los toleraba.




10.2.1.3. Alejandro de Rodas

El jesuita Alejandro de Rodas (15931600) es menos conocido que Mateo Ricci (15521610) y Roberto de Nobili (15771656), pero, sin embargo, hay que nombrarlo junto a éstos por la importancia que tiene con respecto a la misión. Las misiones de los franciscanos portugueses en los reinos asiáticos de Annam, Cochinchina y Tonquín parecían vislumbrar su éxito en sus comienzos, pero fueron los jesuitas los que consiguieron primero que nadie fundar comunidades. Y aquí fue donde trabajó con más éxito Alejandro de Rodas. Su acción se desarrolló desde 1627 en el actual Vietnam del Norte (entonces Tonquín) y, sobre todo, en su capital, Hanoi.

También él reconoció que el cristianismo sólo podría enraizarse si no aparecía como una importación de Europa, sino como una forma asiática. Su importancia en lo referente al enraizamiento del cristianismo en territorio vietnamita y, también, en lo tocante a una historia general de las misiones, está en que él se dedicó en cuerpo y alma a su iglesia indígena, sobre todo, al clero indígena.

Desarrolló una forma cristiana de vida, que conectaba muy bien con una institución típicamente vietnamita. La «Domus Dei» (Nhä Chua) existía ya desde tiempos inmemoriales, y designaba tanto la pagoda como el monasterio budista. La palabra Nhä designa tanto la casa como la comunidad casera, la familia. Se congregaban en la casa de los «maestros» para aprender con ellos la virtud y leer libros sagrados.

Los catequistas se congregaban de la misma manera, surgiendo así la primera Domus Dei cristiana, que, a diferencia de la Nhä Chua de los budistas, era llamada con frecuencia Nhä Chua Troi (Casa de la gloria del Señor del Cielo). La unión se mantuvo cuando el P. Rodas fue desterrado en 1630. No sólo pudieron mantener una comunidad de 5.000 cristianos, sino que consiguieron otros tantos. Como manual para la enseñanza servía el Catecismo (Cathechismus pro iis, qui volunt suscipere Baptismum, in ocio dies divisus), que él dictaba al principio, dividiendo en ocho días la doctrina de la fe. Urgía, sobre todo y de forma especial la necesidad de formar a un clero indígena, debido a la inestable situación política, mucho mayor que en otras partes, y que estaba continuamente dando pie a persecuciones y destierros de los misioneros extranjeros. Así se interesó por la erección de un obispado indígena e implantó una sede episcopal en Vietnam, independiente del patronazgo portugués y ocupada por un obispo indígena.

Después de su destierro, retornó a Camboya y estuvo al cuidado de 30.000 cristianos. En 1645, volvió a ser desterrado de aquí, volviendo a Europa, con el objeto de ganar colaboradores para la misión y para propagar sus planes de formación de un clero indígena y de una jerarquía asentada en el territorio. Su iniciativa fue decisiva para que la recién fundada Congregación para la propagación de la fe comprendiese la urgencia de la situación, aunque se sentía obligada a establecer acuerdos con Portugal, por precauciones políticas. De todas formas, hay que agradecer a su iniciativa el que Indochina ya hace tiempo disponga de un clero indígena numeroso. En el año 1654 se le destinó a la misión en Persia. Murió en noviembre de 1660 en Ispahán.




10.2.1.1.4 Alessandro Valignano

En noviembre de 1551, volvió Francisco Javier a Goa, dejando allí a su acompañante, Cosme de Torres (1510-1570), tres comunidades japonesas con alrededor de 1000 cristianos, pertenecientes a las clases bajas de la población. En el año 1563 fue bautizado el primer Daimyö (de Amura, al oeste de Kyushu), al que siguieron otros, convirtiéndose esto en una característica de la primitiva misión japonesa.

En tiempos de Francisco Cabral (1533-1609), sucesor de C. de Torres, hubo tensiones y dificultades entre los cristianos, al manifestarse aquél contra la acomodación y a favor de los métodos misioneros portugueses tradicionales. El visitador de las misiones jesuíticas en Asia (desde 1573), y hombre de amplias miras, Alessandro Valignano (1539-1606) consiguió que venciese el principio de la acomodación a las costumbres japonesas, siguiendo los principios de acomodación de Francisco Javier. Permaneció en Japón durante los años 1579-1582, 1590-1592 y 1598-1603. Obligó a los misioneros a que estudiasen profundamente el idioma. Los jesuitas tenían que acomodarse a las formas de conducta japonesas. Esto se extendía desde la ceremonia del té y los regalos, que se intercambiaban durante las visitas, hasta la limpieza y el culto a los baños japoneses, por aquel entonces desacostumbrados en Europa. Reconoció que la misión tenía necesidad de clero indígena. Los misioneros europeos estarían condicionados por su bien poco dominio de la lengua, siendo, por ello, incapaces de insinuarse en la forma de ser japonesa.

El principal lastre de la evangelización y de la dirección de las comunidades en la primitiva iglesia japonesa eran los catequistas nativos. Se les llamaba Dójuku (compañeros de casa). Formaban una organización laica, cuyos comienzos van hasta Francisco Javier. Vivían retirados, para dedicarse totalmente al servicio de la Iglesia, sin llegar a ser nunca ni presbíteros ni religiosos. Administraban el bautismo, eran catequistas y enseñaban el catecismo, asistían sobre todo a los moribundos y mantenían unida la comunidad. Las discusiones literarias con el sintoísmo y el budismo las llevaban ellos. Por Valignano el instituto alcanzó su forma definitiva. Sus miembros estaban obligados a recibir una extensa formación literaria, teológica y espiritual en pro de su actividad catequética. Las escuelas planeadas en tres distritos para la formación de la elite japonesa debían también disponerse para la formación de los Dójuku. Propuso al papa la aprobación del instituto de los Dójuku como un grado dentro de la Sociedad de Jesús.

En la misión japonesa de Kambó (inspector), la formación de los Dójuku (bonzos), jugo un gran papel la fifura del presidente como nueva institución. Este nombre da a entender en el Zen-budismo, la persona de un bonzo, que, en ausencia del monje principal, puede tener cuenta de un monasterio o incluso dirigirlo. En la misión jesuítica de los viejos tiempos la figura del presidente significaba un avance para el cuidado de las estaciones próximas, carentes de sacerdotes. Fue Valignano el que primero lo introdujo. De él dependía el cuidado de las capillas, la enseñanza de los niños y catecúmenos, la dirección del servicio litúrgico sin sacerdote, la administración del bautismo en caso de necesidad, y, durante las persecuciones, el mismo bautismo. Tenían además que asistir a los enfermos y moribundos y debían preocuparse del entierro cristiano. En la comunidad ejercían la función de jueces y se preocupaban de la vida religiosa. Era la misión la que los contrataba, recibiendo una remuneración estable. A. Valignano insistió en que los presidentes de las iglesias estuvieran mantenidos, en la medida de lo posible, por la comunidad, descargando así a la misión y despertando la responsabilidad de los cristianos. A Valignano hay que considerarlo como el propio promotor de la misión jesuítica en China. Durante su viaje a Japón, como visitador de la misión en oriente, permaneció algunos meses del año 1578 en Macao y llegó a reconocer la necesidad de que la misión de China tuviera una preparación y acomodación convenientes. Organizó desde Macao las misiones de China. Mandó a Matteo Ricci que fuera desde Goa a Macao para que estudiara el idioma chino, animándole a que tradujera el mensaje cristiano al chino. En su despedida, se hizo acompañar de una delegación japonesa para presentarla al papa y al rey de España, lo que no sólo causó un gran asombro en Europa, sino que despertó un vivo interés por la misión japonesa.




10.2.1.1. 5 Matteo Ricci

Mateo Ricci nace en Macerata, Italia,  Estados Pontificios el 6 de octubre de 1552 y muere el 11 de mayo de 1610 en Pekín. En el año 1581 consiguieron Matteo Ricci (1552-1610) y Michele Ruggieri (1543-1607) establecerse en la China del sur con algunos compañeros. Esto fue el comienzo propiamente dicho de la misión en Asia. Desde los primeros comienzos, la actividad de los jesuitas estaba orientada hacia la China, donde, debido a las cuestiones de acomodación, obtuvo una palpitante importancia. Pero lo específico en el método de Matteo Ricci no fue una acomodación radical, sino su forma concreta de actuar. Fue una opción de gran trascendencia la que tomaron cuando Ricci y su grupo depusieron en 1594 las cogullas monacales budistas, que habían sido aceptadas antes, revistiéndose con los hábitos de la elite funcionarial del confucianismo. Detrás de todo esto estaba la convicción de que esta élite gozaba de gran prestigio y de que el monacato budista tenía ya poca importancia.

Con su nuevo método misionero, se dirigió a la clase intelectual con su ciencia y literatura occidentales. Exigió que se aceptaran los valores tradicionales, culturales y sociales de la China. Pero, según su propia estimación, nada aportó tanto para despertar el interés de los intelectuales por la religión cristiana como su mapa mundial. Ricci tuvo una segunda idea en relación con su consciente conexión con el confucionismo de los intelectuales. Creía que la fe en un solo Dios se podía encontrar en los escritos clásicos de China, sobre todo en Confucio. Pero, por el contrario, no hizo justicia ni al taoísmo ni al budismo, tildando a estas religiones como superstición e idolatría.

De sus conversaciones con los sabios chinos surgió el pequeño libro «La verdadera doctrina sobre Dios», que fue aceptado, más tarde, entre los libros clásicos chinos. En este libro se lleva a cabo, sobre todo, su acercamiento a Confucio. En este escrito, no se trata en absoluto de los contenidos propiamente cristianos. Pero tampoco él quería exponer en él la doctrina cristiana, sino que lo comprendía como una discusión «filosófico-cristiana». Lo que le importaba era mostrar que él no anunciaba ninguna nueva religión, sino el verdadero cumplimiento de la sabiduría china y que el cristianismo venía a ser como el restablecimiento del auténtico confucionismo.

La religión del «Señor de los cielos» (T'ien-chu), fueron los catecúmenos y el mismo Ricci los que aceptaron esta expresión china como afortunada, estaría en armónica conciliación con las corrientes chinas tradicionales. Hoy se habla del «principio cultural de conciliación», que es lo que eligieron Ricci y sus misioneros para la evangelización.

Poco después de la muerte de Matteo Ricci, hubo discusiones en China sobre la cuestión de los ritos (problema de acomodación), es decir, sobre los ritos del culto a los antepasados y de la veneración de Confucio. Otros problemas, que fueron objeto de discusión en China (por ejemplo, la utilización de ciertos nombres divinos chinos), tuvieron menos importancia práctica, aunque no teológica. La cuestión fundamental se refería a saber si en estos ritos se trataba de un culto religioso o más bien de testimonios burgueses de piedad y de honor, aunque en formas contra las que se revelaba la manera de sentir europea. No podemos tener certeza de esto si consideramos únicamente las formas externas de veneración. Eran tales que en Europa se las hubiera considerado como «religiosas». Pero habría que tener en cuenta que los signos externos sólo significan lo que pone en ellos la convención social.

El sucesor de M. Ricci, Niccoló Longobardo (1565-1655), luchó contra la permisividad de los ritos que hasta entonces habían sido tolerados y contra los nombres divinos, para lo que las experiencias de la misión japonesa le daban apoyo. La llegada de los franciscanos y dominicos españoles a la misión china produjo una ampliación del conflicto. En 1631 desembarcó el dominico Ángel Cocchi de San Antonio (+ 1633) en Fukien y en 1633 le siguieron el dominico Juan Bautista de Morales (1597-1644), así como el franciscano Antonio de Santa María Caballero (1602-1669), arrastrando consigo a muchos de sus hermanos en religión. Al no llegar a ningún entendimiento, J. B. de Morales, propuso a Roma las cuestiones discutidas, llegándose en 1645 a una decisión en contra de estos ritos. Pero como el jesuita Martino Martini (1614-1661) declaró como puramente civiles los ritos, el papa Alejandro VII (1655-1667) los permitió en el año 1656. Así surgieron en lo sucesivo dos maneras de pensar, totalmente contrapuestas.

La llegada de un nuevo grupo de misioneros desde el seminario parisino de misiones y de vicarios apostólicos produjo un cambio en la situación. Los grupos españoles y portugueses se unieron contra los vicarios apostólicos. La carta pastoral (Mandatum seu Edictum, 1693) del vicario apostólico Charles Maigrot MEP (1652-1730) de Fukien (desde 1687, 1707 desterrado de China por el emperador K'ang-hi), en contra de los ritos produjo el cambio. Prohibió en Fukien que los nombres tradicionales chinos T'ien (cielo) y Shang-ti (el emperador altísimo) pudieran ser empleados para designar al Dios cristiano, permitiendo sólo el de T' ien-chu (Señor del cielo). Prohibió, igualmente, que se siguiera venerando a los antepasados y a Confucio. Después de largas negociaciones, en las que intervinieron cada vez más gremios de Europa, los ritos fueron prohibidos por el papa Clemente XI (1700-1721), mediante el decreto «Cum Deus optimus», en 1704. Esto constituyó una confirmación de la carta de Maigrot para toda la China. El Papa había enviado a China al legado Charles Thomas Maillard de Tournon, para que mediara directamente ante la corte de Pequín, sobre todo, en la cuestión de los ritos. Al cabo de infructuosas negociaciones, publicó en 1707 las decisiones del papa Clemente XI. El Papa confirmó, en un Breve de 1715, el edicto de 1704, contra el recurso de los seguidores de Ricci, después de haberlo examinado de nuevo. Tampoco el nuevo Legado, C. A. Mazzabarba (1719-1721) tuvo éxito en Pequín, aunque, a causa de sus «permisiones» (permisiones de 1721), fue causa de renovados disturbios que dificultaron aún más la situación. La actuación del emperador Kanghi (+ 1722) empeoró aún más el asunto. Las subsiguientes negociaciones y exámenes en Roma terminaron con la decisión en contra de los ritos del papa Benedicto XIV, en el año 1742, en la Bula «Ex quo singulari».

Durante los años 1936 a 1939, las antiguas prohibiciones de los ritos fueron retiradas, aunque con reservas, por los papas Pío XI (1922-1939) y Pío XII (1939-1958), a causa de la nueva situación existente. Entre los sucesores de Ricci hay que nombrar especialmente a dos: Johan Adam Schall von Bell (1592-1666) y Ferdinand Verbiest (1623-1668). A. Schall llegó a ser mandarín de primera clase y, bajo la dinastía de Mandschu (1644-1911), director del servicio astronómico, siéndole confiado, como tal, la reforma del calendario chino. A éste le siguió F. Verbiest tanto en su tarea como en sus servicios.

Esta actividad científica de los jesuitas no dejaba, sin embargo, de presentar aspectos dudosos. Así, la construcción de cañones, pero, sobre todo, la astrología, que era también tarea obligada del astrónomo de la corte. Por ello, en la confección del calendario chino hubo que introducir días de felicidad y de desgracia.




11.  EL CATOLICISMO EN LAS FILIPINAS[27] 

Los viajes europeos de exploración en el s. XVI crearían nuevas oportunidades para la expansión del cristianismo. Fernando de Magallanes llega a Cebu en 1541 y representa el primer intento de España para convertir los filipinos al catolicismo romano. Magallanes se reunió con Raja Humabon de Cebú , que tenía un nieto enfermo quien el explorador, o uno de sus hombres, fue capaz de ayudar a la curación. En agradecimiento, Humabon y su principal consorte se dejaron bautizar como "Carlos" y "Juana", con unos 800 de sus vasallos que también fueron bautizados. Más tarde, Lapulapu , el monarca de la vecina isla de Mactan , mató a Magallanes y encamina la nefasta expedición española.

En 1564, Luís de Velasco , el virrey de Nueva España , envió el Vasco explorador de Miguel López de Legazpi a Filipinas. La expedición de Legazpi, que incluía el agustino Fray y circumnavigator Andrés de Urdaneta , erigió lo que hoy es la ciudad de Cebú , bajo el patrocinio del Santo Niño , y más tarde conquistó el Reino de Manila en 1571 y el vecino Reino de Tondo en 1589. Los colonizadores procedieron a hacer proselitismo a medida que exploraban y subyugaron las restantes partes de lo que hoy es Filipinas hasta 1898, con la excepción de partes de Mindanao , que había sido musulmana desde el s. X junto con las cordilleras , donde numerosas tribus de las montañas mantuvieron su antigua creencias, ambas partes resistieron la colonización occidental hasta la llegada de los Estados Unidos a principios del s. XX.

              11.1 Las primeras persecuciones en Asia después de los descubrimientos

Durante los siglos S. XVI-XVII-XVIII- XIX tuvieron lugar varias persecuciones de cristianos en Asia. Muchos de los mártires fueron dominicos, jesuitas, franciscanos y agustinos provenientes en su mayoría de Filipinas.

La primera gran generación de mártires fue en Japón en 1598. Esta generación la encabezaba Pablo Miki y compañeros mártires. Fueron llevados de Kyoto a Nagasiki en peregrinación de escarmiento. Allí en la montaña conocida como “la montaña santa de los mártires” fueron crucificados y quemados como antorchas, sus cuerpos permanecieron prendidos resplandeciendo en la montaña santa. Entre ellos estaban además de Pablo Miki, los padres Passio, Rodriguez, Bursar y hermanos Martín, Francis, Branco, Gonzalo, etc. Hubo entre ellos 9 misioneros y 17 catequistas.

La segunda generación de mártires también en Japón fue en 1633. Fueron 16 mártires entre los que se encontraban Lorenzo Ruiz, Pedro Bautista, Domingo Ibañez, James Kyushei, Coroboioye Tomonogoa, Lucas Alonso, Hyacinth Ansalone, Thomas Hioji, Rokuzayemon Nishi, Madeline Nagasaki, María Omura.

 


12.  LOS JESUITAS EN CHINA 

Los esfuerzos misioneros y otros trabajos de la Compañía de Jesús entre el s. XVI y XVII desempeñan un papel importante en la continuación de la transmisión del conocimiento, la ciencia y la cultura entre China y Occidente, y tuvieron un impacto en la cultura cristiana de la sociedad china actual. Los miembros de la delegación jesuita en China fueron tal vez los más influyentes de los diferentes misioneros cristianos en ese país desde el período más antiguo de la religión. 

En el momento de su máxima influencia, los miembros de la delegación jesuita son considerados como asesores de confianza del emperador por lo que accedieron a numerosos puestos de prestigio en el gobierno imperial. Sin embargo, entre el s. XVIII y mediados del s. XIX, empiezan las hostilidades y persecuciones y casi todos los misioneros occidentales en China se vieron obligados a llevar a cabo su enseñanza y otras actividades de forma encubierta o a abandonar el país.

12.1. La llegada de los primeros jesuitas a China 

Ya en 1307, unos misioneros evangelizaron la región de Pekín y fundaron una diócesis. Eran los tiempos de la dinastía mongola Yuan (1271-1368), tolerantes con otras religiones. Pero en 1368 los Ming se hicieron con el poder. Poco después, los extranjeros ya no eran bien vistos. Los Ming no aislaron completamente su imperio, tal como a veces se dice. No obstante, sus contactos se limitaron como mucho al comercio: una gran parte de la plata que los portugueses y los españoles ganaban en las colonias americanas la entregaban a cambio de productos chinos de lujo en occidente: sedas, perfumes, etc.

La segunda nueva evangelización en Asia responde al tiempo de San Francisco Javier (1502-1552) Su intención fue ir la India, a Goa (1542-45) y preparar allí un centro de formación, para evangelizar Asia. Empezó en la costa sur de pescadores en Kerala pero continuó yendo a Ceylan, Malasia y las islas Molucas (1545-47). Durante (1548-51) estuvo en Japón y finalmente se dirigió a la China donde tenía intención de llevar a cabo una misión. Pensaba que era el reino más poderoso de Asia entonces y que desde allí lograría extender el Evangelio en toda Asia. Su sueño no lo pudo llevar a cabo, murió en la isla de Sancian el 3 de diciembre de 1552.

Las noticias sobre China llegaron a San Ignacio a Roma en las cartas de Francisco Javier. En 1549 escribía desde Kagoshima, en Japón, insistiendo en la necesidad de aprender las lenguas para evangelizar. Más adelante, en 1552 escribe a San Ignacio advirtiendo de la necesidad de aprender la cultura para poder traducir a sus categorías los conceptos del cristianismo. 

Pero Francisco Javier notó enseguida que la cultura de Japón provenía del gran continente chino. Y comenzó a tener deseo, que no abandonaría hasta la muerte, de predicar en este país. Si se convertía China (escribe en Cochín en 1552) pronto se convertirían los japoneses. Y escribe: “La tierra de la China está cerca de Japón y (...) de la China les fueron llevadas las sectas que tienen. Es la China una tierra muy grande, pacífica, sin tener guerras ningunas; tierra de mucha justicia, según lo escriben los portugueses que en ella están; es de más justicia que ninguna de la cristiandad”. Javier se quedó a las puertas de China. Pero quien recogió el reto fue Alexandro Valignano (1539-1606). Partió de Lisboa en 1574 y llegó a Macao en 1577. 

Los jesuitas llegaron a Extremo Oriente, como el resto de las órdenes religiosas, a finales del siglo XVI. Hay que tener en cuenta la situación social, política y cultural que vivía China en aquellos momentos. Pero cuando los jesuitas llegaron a China en 1582, ya no existía allí ninguna comunidad cristiana. Por otra parte, parece ser que los emperadores de finales del siglo XVI descuidaban cada vez más sus deberes y el aparato estatal se estaba derrumbando. Muchos intelectuales chinos criticaban el escaso conocimiento de los soberanos para resolver problemas prácticos. Por eso, los sabios chinos mostraban gran interés por la investigación en agricultura, en geografía, en astronomía, en matemáticas o en botánica.

Y esos saberes los ofrecían algunos misioneros. En este tiempo, tuvo mucho poder político el mandarín Chang Chü-Cheng (1525-1582) que fue uno de los hombres de más talento en la administración. Durante su ejercicio, la corrupción disminuyó y el pueblo fue tratado con más justicia. Cuando muere, China es un país próspero y financieramente saludable. Desde el punto de vista cultural, en China se inicia un período de apertura hacia el secretismo científico, filosófico y religioso. El año de su muerte coincide con la llegada de Ricci a China y tuvo la perspicacia de aprovechar esta tendencia al sincretismo para tratar de mostrar a los chinos que el cristianismo y el confucianismo, básicamente, eran doctrinas muy semejantes. 

Con todo, los chinos no se lo ponían nada fácil a los extranjeros. Las autoridades permitieron sólo esporádicamente que los primeros jesuitas Alessandro Valignano y Michele Ruggieri (1543-1607) tuvieran algún trato con la población. Sólo cuando Ruggieri, en 1582, comenzó a instruir a todos los misioneros –entre ellos al recién llegado Ricci – en la lengua y la cultura chinas, pudo establecer la orden una residencia en Zhaoquing. Con todo, esta ciudad estaba situada al sur del imperio, lejos del centro de poder político de Pekín. Tuvieron que transcurrir aún veinte años para que los jesuitas obtuvieran el permiso para establecerse en la capital.




13.   LA PRIMERA EVANGELIZACIÓN EN COREA

La evangelización de Corea se llevó a cabo de una manera totalmente singular a través de movimientos católicos de laicos formados de manera independiente.

A finales del siglo XVI, todo el ordenamiento feudal de la sociedad coreana quedó muy maltrecho, por la invasión japonesa (1592-1593, 1597-1598), aunque el país consiguió que los invasores se retiraran, gracias a su enconada resistencia y con el apoyo de los Ming. Pero en el año 1627, entraron los Mandshu, también en Corea, en la lucha contra el reino Ming, obligando al país a reconocer su autoridad, que se mantuvo hasta 1894. El “shock” provocado por la invasión y la división partidista de los coreanos hizo que surgiese una nueva orientación entre los sabios confucionistas: la así denominada «Silhak'pa» (escuela pragmática). En el nacimiento de esta escuela jugaron un importante papel los escritos sobre las ciencias occidentales, que penetraron en la cerrada Corea desde la China. Estos escritos fueron llevados a Corea desde Pequín. Entre los años 1636 y 1783 fueron enviadas a Pequín 167 delegaciones. Casi todos los libros de los jesuitas en la corte imperial, parece que fueron en total 358, fueron llevados a Corea. A partir de los testimonios de los sabios confucionistas coreanos, podemos atestiguar que fueron estudiados, por lo menos, 40 de estos libros.

Con el fin de estudiar mejor la «ciencia occidental», se encargó a Peter Yi Shunghu (1756-1801) que fuera a Pequín con una delegación (1783). Aquí estudió él la fe católica, y, después de una corto período catecumenal, fue bautizado en 1784 por Jean Joseph de Grammont (1736-1808, o 1812), con el nombre de Pedro. Regresó en el mismo año, llevando consigo algunos escritos cristianos y objetos religiosos, comenzando en el invierno siguiente a bautizar a una serie de sabios confucionistas. Al principio no se hacía ninguna diferencia entre las ciencias y la religión católica, conociéndose ambas bajo el nombre de «ciencia occidental» (Sóhak). De esta manera, la iglesia católica coreana fue fundada por laicos, en 1784, según la forma tradicional. Miembros de la clase funcionarial habían sido influidos por el nuevo confucionismo chino, quienes adoptaron la nueva manera de pensar y, con ella, los valores cristianos y sociales. Se dirigían en sus oraciones al «Padre altísimo, Creador del cielo, de la tierra, de los ángeles y de 10.000 cosas». Identificaban a Dios con el «primer principio» (Sanje) de los chinos y consideraban que la «religión del Señor celestial» era compatible con la ley del estado. Este nuevo camino fue, sin embargo, considerado subversivo por los jefes confucionistas coreanos.

La historia del catolicismo en Corea comenzó en 1784, cuando Yi Sung-hun fue bautizado mientras estaba en China bajo el nombre de pila de Pedro. Más tarde regresó a casa con varios textos religiosos y bautizó a muchos de sus compatriotas. La evangelización en Corea se llevó a cabo de una forma singular a través de laicos (scholars). En un viaje a China se encontraron con libros sagrados, entre ellos la Biblia y varios a cerca de la formación de cristianos. Siguiendo estos libros sagrados empezaron a interesarse tanto por el cristianismo que algunos fueron bautizados. Regresaron a China para presentarse a las comunidades cristianas y regresaron a Corea donde continuaron impartiendo la fe. Pidieron que les enviaran misioneros y enviaron a los llamados misioneros de Paris.[28]

La Iglesia en Corea sobrevivió sin ningún tipo de sacerdotes misioneros formales hasta que el clero de Francia a través de la sociedad Misiones Extranjeras de París enviaron en 1836 para este ministerio.  En 1785 empezaron las primeras persecuciones de los cristianos.




13.1  Las primeras persecuciones en Corea

Después de la persecución del año 1785, recobró fuerzas la Iglesia en sus esfuerzos evangelizadores, bajo la dirección de Peter I Súng-Hun, concibiendo el plan de organizar la jerarquía coreana, según el modelo de Pequín. Se eligieron un obispo y varios sacerdotes, celebrando con ellos los sacramentos. A una pregunta al obispo de Pequín, Alexander de Gouvea (Gouveia) (1751-[1782]-1808), se prohibió el ejercicio de las funciones, ya que éste no estaba de acuerdo con estos escritos. Igualmente, reprendió que el culto a los antepasados fuera compatible con el cristianismo. En una carta del año 1791, prohibió a los cristianos ofrecer dones a los antepasados, así como su culto. En 1794, llegó al país un sacerdote chino, Jacques Tsiou (Chou Wen-mu) (=Velloz=Ly), pero pronto fue descubierto. Murió en 1801 como mártir, junto con otros 300 cristianos.

La primera generación de mártires en Corea fue en 1779-1801 durante la primera persecución del emperador. El abuelo de Andrés Kim Taigon, Kim Chinhu Pius, fue martirizado en 1814. El padre Kim Chae-jun fue encarcelado durante diez años y martirizado en 1839.

La segunda generación de mártiresen Corea fue en 1846 durante la segunda persecución del emperador. Esta fue encabezada por Andrés Kim Taigon, Paul Chong Ha-sang, Lucy Kin Nusia, Peter Kwon Tug-in, Damian Nam Myong-hyok, Joseph Chang Song-jip, Marta Kim Song-im, Magdalene Yi Yong-hui, Mary Won Kwi-im, Agnes Kim Hyo-ju, entre otros.[29]

En 1831, Corea se convirtió en un Vicariato Apostólico, separado de Pequín. Debido a la cerrazón del país, el primer misionero europeo que llegó al país fue Pierre Philibert Maubant (1803-839). El vicario apostólico de Corea, el obispo Barhélemy Brugiére (1792-1835) sucumbió a las fatigas del viaje en Mongolia. En 1837, llegó al país Jacques-Honoré Chastan (1803-1839), seguido pronto por el segundo vicario apostólico Laurent-Joseph-Marius Imbert (1796-1839). Ambos murieron como mártires, después de haber sido encarcelado el obispo y de haberse presentado voluntariamente los dos misioneros, para evitar que sus comunidades fuesen perseguidas.

En la sangrienta persecución siguiente (1846) fue asesinado el primer sacerdote coreano, Andreas Kim Taegon. Había llegado al país en 1845 después de haber acabado sus estudios en Macao (1845), acompañando a su obispo Jean-Baptiste Ferriol (1808-1853) y a un misionero. En la nueva persecución de 1866 murieron 2 obispos, 7 misioneros y alrededor de 800 cristianos. La joven iglesia coreana contaba ya con 25.000 fieles.

Tras la serie de persecuciones que surgieron una tras otra (1803-1813, 1827, 1838-1846, 1866-1869) y después del primer edicto del año 1891, el cristianismo pudo experimentar un renovado impulso gracias a los acuerdos firmados en los años 60 entre los poderes occidentales y Japón. En Taiku se produjo, sin embargo, una contrarreacción. Felix-Clair Ridel (1830-1884), Viario apostólico de Corea, desde 1869, llegó por primera vez al país en 1877, pero fue hecho prisionero en los años inmediatamente siguientes y deportado a China. Su sucesor Marie-Jean Gustav Blanc (1844-1890) llegó a Corea en 1876 y fue Vicario apostólico de Corea desde 1884 hasta 1890. Su sucesor fue Gustave-Charles-Marie Mutel (1854-1933), Vicario apostólico de Corea desde 1890 hasta 1911, y después de la partición en dos diócesis: Seul y Taiku, tomó la dirección de Seul.

Las mayores persecuciones en Corea se dieron en el S. XIX durante los años 1801, 1839, 1846 y 1866. Nobles y plebeyos, jóvenes y viejos, mujeres maduras y de corta edad, prefirieron las cárceles, los tormentos, el fuego, el hierro de la espada, con tal de no apartarse de su fe. Unos fueron ahorcados a otros los decapitaron o los rompieron las piernas, otros azotados y quemados, otros enterrados vivos, otros murieron de hambre, todos eligieron cambiar esta vida por otra inmortal y eterna. Durante el S. XIX en Corea 8.000 creyentes fueron asesinados.

                                                            

13.2 Andres Kim Tae-gon y 103 compañeros mártires

Durante el s. XIX, la Iglesia Católica sufrió persecución por parte del gobierno de la dinastía Joseon , principalmente por la negativa de la religión para llevar a cabo el culto ancestral, que se percibe como una forma de idolatría, pero que el Estado prescribe como una piedra angular de la cultura. Una persecución secular produjo miles de mártires, 103 de los cuales fueron canonizados por el Papa Juan Pablo II en mayo de 1984, incluyendo el primer sacerdote coreano, San Andrew Dae-gun Kim. Andres Kim Taegon nació en Solmoe, Chunng Chong, province y pertenece a una familia de mártires. Los misioneros franceses de París, Lawrence, Maubaut, Inobert Maubant, eligieron a tres jóvenes seminaristas para que fueran preparados para la evangelización de Corea. Estos fueron Andrés Kim Tae-gon, Cho´e Pangie Francis y Cho´e yang-ob Tomas. Tras una larga y exhaustiva formación tuvieron que viajar a China andando. Francis murió por el camino y solo aguantaron Andrés y Tomás. Andrés llego a Macao el 6 de Julio de 1837. Andrés fue ordenado como diácono y después como sacerdote en Shangghai (China) en 1845 (fue el primer sacerdote coreano). En 1845 llegó a Seul donde fue arrestado y enviado a prisión. Después de tres meses encarcelado fue decapitado y martirizado en septiembre de 1846. Después fue lanzado al Hand River donde los tres misioneros franceses habían sido también martirizados y lanzados al río. Se cuenta que era tan grande el número de mártires lanzados al río que llegaron a teñir el agua de rojo.

A pesar de la persecución, sin embargo, la Iglesia en Corea amplió sus seguidores. El Vicariato Apostólico de Corea se formó en 1831, y después de la expansión de la estructura de la Iglesia para el próximo siglo, la estructura actual de tres provincias metropolitanas, cada uno con una Arquidiócesis y varias diócesis sufragáneas se estableció en 1962.

Actualmente Deokwon en Corea del Norte es la sede de la única abadía territorial fuera de Europa. La abadía estaba vacante desde hace más de 50 años hasta que el P. Francis Ri fue nombrado abad en 2005. La abadía nunca se unió con o transformó en una diócesis presumiblemente debido a la falta de actividad de la iglesia efectiva en la zona desde la división de Corea en el final de la Segunda Guerra Mundial.




14.   UN NUEVO PARADIGMA “LA MISIÓN ROMANA”

La división del mundo en dos esferas de influencia: la española y la portuguesa, que hizo el papa Alejandro VI (1431-1503) en 1493 y los patronazgos misioneros que de esto surgieron, han determinado la historia de las misiones hasta el siglo XVII. La relación de las misiones con España y Portugal significa también que sólo ayudaba a las misiones una pequeña parte del mundo cristiano. Hasta entonces no conocemos misioneros del norte de Europa; la mayoría venían de los países románicos. Al crecer las misiones, este peso se hizo inaguantable. Por aquel entonces, Portugal tenía una población de alrededor de medio millón de habitantes, y ya no podía corresponder a sus obligaciones como patronazgo. Se crearon obispados, aunque pocos, y se encontraron vacantes muchos años.

14.1 La fundación de la «Congregatio de Propaganda Fide»

A partir de la mitad de siglo XVII, una serie de factores cambiaron por completo la fisonomía de las misiones de la iglesia católico-romana. Con la fundación de la «Congregatio de Propaganda Fide» (Congregación para la propagación de la fe), hoy llamada «Congregación para la evangelización de los pueblos» fundada por el papa Gregorio XV (1621-1623), el 6 de enero de 1622, Roma se vuelve a convertir en una central misionera y con iniciativas también misioneras. Ya en la segunda mitad del siglo XVI, hubo tendencias que quisieron asegurar para las misiones el carácter de una tarea eclesial, poniéndolas bajo el control inmediato de Roma. La idea en sí no era nueva. Gracias a Ramón Llull (Raymundus Lulius) encontró su forma concreta. Este quería que naciese desde el centro de la cristiandad una organización oficial para la propagación de la fe. La erección de esta central misionera romana 7 fue reavivada por las congregaciones teresianas reformadas de los carmelitas.

En este contexto hay que situar a Tomás de Jesús (Diego Sánchez Dávila) (1564-1627), que se convirtió en un gran defensor y promotor de la fundación de este tipo de congregación. En 1613, publicó en Antwerpen (Amberes) su gran obra «De Proeuranda Salute Omnium Gentium», que tuvo dos ediciones en el mismo año. Citando al apóstol Pedro, quien en los Hechos de los Apóstoles (Act 10, 23-48) dio el primer paso para la conversión de los gentiles, subraya que el Papa es, en primera línea, el responsable de las misiones. Aunque en estas cuestiones no es nada original, se ha granjeado méritos indiscutibles al conjugar toda esta problemática de forma lógica y al fundamentar la necesidad de la fundación de una central misionera desde la historia de la salvación y de la teología. Con toda razón, pues, se le puede llamar precursor de la Congregación de Propaganda.

14.2. El nuevo concepto misionero

El primer secretario de la Congregación, Francesco Ingoli (1578-649), que estuvo en su cargo hasta su muerte, estaba totalmente convencido de que la actividad misionera debía descansar sobre conocimientos exactos de la situación. Se esforzó, por ello, en obtener una información lo más exacta posible sobre el estado de las misiones en todas las partes del mundo. Tenía bien claro que la nueva Congregación debería, primero que nada, elaborar su propia praxis misionera y buscar nuevos métodos para las misiones, si quería realizar su programa con eficacia. Después de haber acumulado datos muy valiosos y de haberse apoyado en sus propias experiencias, publicó en muchos escritos su idea misionera. Después de esto, estableció las directrices que tenían que liberar la obra misionera de las dependencias hispanoportuguesas, bajo las que se encontraba. Deberían erigirse más diócesis con sus obispos en estrecha relación con Roma[30].

Habría necesidad de un mayor número de sacerdotes diocesanos de manera que hubiera equilibrio entre éstos y los religiosos. Pero lo primero de todo era la formación lo más rápida posible del clero indígena en todas las partes del mundo. La idea principal de Ingoli, en su concepto misionero, fue la creación de un clero indígena, que no sólo debería ser un clero vicario de segunda clase, sino totalmente formado, con todos sus derechos y con posibilidad de acceder a puestos superiores, haciendo así posible un episcopado indígena.

La Congregación de Propaganda no sólo desarrolló un programa, en conexión con el Papa y con Roma, sino que buscaba también la separación de las misiones del colonialismo europeo. La misión debía quedar liberada de su dependencia con las estaciones coloniales, para que el cristianismo no estuviera condenado a ser para siempre una religión extranjera. Se trataba de crear una misión despolitizada y puramente religiosa, apoyada en todo sentido en el definitivo modelo de predicación apostólica de la Iglesia primitiva. Esto significaba la renuncia a utilizar medios de poder y de presión, pero también al apoyo por parte de los poderes políticos. La acomodación a la cultura de un determinado país era una de las obligaciones de una misión orientada a la creación de iglesias indígenas, libres de la cultura europea. La Instrucción de 1659 para los vicarios apostólicos en Asia es precisamente la Carta Magna de todo concepto misionero: «No intentéis de ninguna manera obligar a estos pueblos a cambiar su cultura, siempre que no se trate de cosas que estén en clara oposición a la religión o a la moral. Pues, ¿qué hay de más absurdo que trasladar a China la cultura de Francia, España, Italia o de un país europeo? Ellos, los misioneros, son portadores no de una cultura, sino de la fe, que en manera alguna destruye las tradiciones de ningún pueblo, a menos que sean malas, sino que las mantiene». Éstos son los fundamentos del primer sínodo que celebraron los vicarios apostólicos, poco después de su llegada a Ajuthia, la capital de Siam (hoy, Tailandia), en el que se redactaron los «Manita ad missionarios», convirtiéndose en el modelo del misionero de Jesucristo en Asia, quien no venció «non ferro, sed ligno».

14.3. La fundación de Seminario francés para misiones (Misioneros de París)

Eclesialmente obtuvo gran éxito la llegada de sacerdotes del clero diocesano a las misiones. Un buen ejemplo de esto es la fundación del seminario parisino para misiones extranjeras (Missions Etrangéres de Paris, MEP). Fue fundado, según una idea del misionero jesuita Alejandro de Rodas (1593-1600), por el vicario apostólico Francois Pallu (1626-1684) para la formación del clero secular, que se obligaba, por medio de un juramento, a ir a las misiones para toda la vida, bajo la dirección del vicario apostólico, al servicio de la Congregación. El objetivo principal de estos misioneros era la formación de un clero secular indígena en las misiones. Aunque este seminario parisino para las misiones había puesto, hasta el siglo XIX, los vicarios apostólicos para las misiones asiáticas y enviado, además, algún que otro misionero, sólo llegaron a ser obispos misioneros religiosos, que gobernaban los territorios misioneros cerrados. Después de la reapertura, en 1805, del Seminario parisino para misiones, por un decreto imperial, se convirtió en la sociedad dominante en el siglo XIX en Asia.

El obispo Jean Félix Onésime Luquet (1810-1858) ejerció una influencia duradera. Había compuesto la obra «Lettres a Mgr. l'evéque de Langres sur la Congrégation des Missions Étrangéres» (Paris 1842), en la que expuso las líneas directrices para la formación del clero indígena y la constitución de la jerarquía indígena (incluyendo el cardenalato), conectando así de nuevo con las ideas directivas del Seminario, desde su erección, y recordando la Instrucción de 1659. El motivo original y el objetivo principal del seminario parisino era la construcción sobre una base indígena, a diferencia de la desatención que sobre esto había existido, sobre todo, por parte de los jesuitas.




15.   DEBIL RESPUESTA CON LAS MISIONES EN EL SIGLO XVIII

Desde la mitad del siglo XVIII hasta alrededor del año 1820, se inició para las misiones en general un período de lenta decadencia. Los misioneros parisinos pudieron aún enviar nuevos misioneros desde 1792 a 1815. En 1822 había sólo siete seminaristas formándose y en 1831 contaba toda la sociedad con sólo 53 miembros. Hay una larga descripción sobre la misión, a comienzos del siglo XIX, en los informes del ministerio de París, que provienen del año 1802, 1809 y 1811. Caída y desengaño los caracterizan. Los pocos misioneros que había ya eran viejos.

Desde mediados del siglo XVIII, la Ilustración se deja entrever, incluso en países católicos, lo que condujo a un desánimo y a una crisis, que ahogaba la voluntad de ampliar las misiones. Estas causas históricas aumentaron por los correspondientes acontecimientos políticos, lo que conmovió a toda la población con su religiosidad tradicional, conduciendo a una rápida disminución de la praxis religiosa, pero, sobre todo, de las vocaciones sacerdotales. Hay que situarlas, en Francia, en 1789, durante la Revolución, y, en Alemania, durante el período de secularización, desde 1803.

El jansenismo, con su doctrina sobre la redención, paralizó la obra misionera. Su comprensión del pecado original hizo que valores y tradiciones de los no cristianos fuesen demasiado fácilmente interpretadas como supersticiones y descarríos pecaminosos, creando así un obstáculo a la comprensión de los valores culturales de las religiones no cristianas, que no podían así ser utilizados para la inculturación misionera.

El comienzo de la guerra de los Treinta Años (1756-1763), que constituyó, asimismo, una guerra colonial entre Inglaterra y Francia fue la causa del corrimiento político y espiritual del punto de gravedad. La dirección de Europa pasa del sur católico (Francia, Austria) al norte protestante (Inglaterra, Prusia).

A esto se corresponde, a nivel colonial, la retirada de los viejos poderes coloniales de España, Portugal y también Francia (Francia había perdido en 1763 sus posesiones en la India y Canadá a favor de Inglaterra.

La Ilustración afectó, sobre todo, a las órdenes, es decir, a las instituciones que habían sido antes portadoras de la obra misionera. Un golpe mortal para las misiones lo constituyó la represión y disolución de la Compañía de Jesús. Después de la disolución por el papa Clemente XIV (1769-1774), unos 4000 misioneros jesuitas abandonaron 271 misiones.

15.1. La misión de China y Stefano Borgia

En medio del hundimiento de la misión, la Congregación de Propaganda tuvo de secretario (desde 1770) a Stefano Borgia (1731-1804), que más tarde se convirtió en su Prefecto (desde 1802) y al que se le puede atribuir una importancia semejante a la de Francisco Ingoli. Lo que más le importaba para las misiones era el fomento del clero indígena, pues sólo con los suficientes y bien formados sacerdotes indígenas podrían ponerse los fundamentos de una jerarquía indígena. También puso mucho interés en la formación y especial preparación de misioneros extranjeros.

Tomó postura sobre las variadas cuestiones misioneras en sus numerosas reflexiones, a las que él llamaba «Reflessioni». Estas nos dan a conocer su preocupación por las misiones y su abierto sentido del futuro. En dos de estas reflexiones encontramos sus ideas sobre las misiones chinas. Con tres palabras clave podríamos resumir su pensamiento: Se trata de crear obispos indígenas, jerarquías indígenas y liturgia indígena en la China. Su objetivo principal, en las primeras reflexiones era el nombramiento de obispos chinos y la creación de una iglesia china independiente. Contra las desventajas que proporcionaban los misioneros extranjeros, puso él las ventajas de los obispos y sacerdotes indígenas, a saber, el conocimiento del idioma, la comprensión auténtica de los usos y costumbres del pueblo y la posibilidad de insinuarse fácilmente en la mentalidad de la gente. El nombramiento de obispos indígenas se corresponde totalmente con el derecho eclesiástico y con la praxis habida en todos los países católicos. Se corresponde con la tradición de la Iglesia, de dar obispos a los pueblos recién convertidos.

El fomento de una liturgia indígena para la iglesia china fue realmente revolucionario. La cuestión de la misa en chino tuvo más peso que la de la consagración de obispos chinos, pero la celebración eucarística en chino tenía infinitas ventajas. Tampoco estaba en contra de su proyecto el decreto del concilio de Trento sobre la celebración de la santa misa en lengua vernácula, ya que sólo condena a los que afirman que la santa misa únicamente se puede celebrar en lengua vernácula. Se refiere incluso a un permiso que ya el papa Pablo V había concedido en el año 1615 a favor de una liturgia en chino.

La segunda reflexión incluye una información complementaria sobre la división política y eclesiástica del reino de la China y de su inmensa extensión, y sobre la situación misionera después de las últimas persecuciones. Mientras no se nombren obispos indígenas, no se podrá hablar de una iglesia china. La Iglesia supone que hay obispos y si se dan obispos chinos a los chinos, se demostrará que allí hay verdaderas ideas sobre lo que es la Iglesia.

Las reflexiones no tuvieron, inmediata y directamente, ningún resultado, pero son un importante testimonio de la voluntad de hacer una iglesia y una liturgia chinas.




17.   LA SITUACIÓN EN CHINA

Podemos dividir en tres partes la consiguiente evolución de las misiones en China. Durante el período de la persecución (1800-1844), la tolerancia (1844-1912) y la libertad religiosa (1912-1926).

Pero, a pesar de las persecuciones, la organización externa de las diócesis y de los Vicariatos Apostólicos no sólo permaneció intacta, sino que los misioneros consiguieron crear nuevos centros cristianos. Aunque eran pequeños y estaban muy dispersos unos de otros, pudieron, a lo largo del siglo XIX, configurarse como comunidades en sentido propio. A comienzos del siglo XIX, China estaba dividida en tres Vicariatos Apostólicos, y así permaneció durante los siguientes 50 años.

Alrededor de 1810 había unos 215.000 cristianos, a los que se dedicaban siete obispos y 103 sacerdotes, de los cuales 80 eran indígenas y 23, extranjeros. Por aquel entonces, Macao tenía unos 220.000 católicos y alrededor de 140 sacerdotes. El número de los sacerdotes europeos era tan pequeño debido a la situación política y a la inseguridad reinante en Europa, pero no menos por las persecuciones en China. Lo que en un comienzo habían sido vejaciones locales, se convirtió desde 1805 hasta 1811 en persecuciones generalizadas. Víctima de ellas fue la misión de Pequín, cuyos misioneros tuvieron que abandonar la China. El obispo Jean Gabriel Taurin Dufressne (1750-[1800]-1815) de Scechwan y, en 1816, el franciscano Giovanni (Franceso Maria Lantura) da Triora murieron como mártires, a consecuencia del decreto imperial sobre la religión de 1811, y la misma suerte corrió el lazarista francés J.-Fr. Clet (1748-1820).

El primer Sínodo, habido en Szechwann, y en el que participaron trece sacerdotes chinos, bajo la presidencia del obispo Jean Gabriel Taurin Dufressne y su coadjutor, el obispo Jean Louis Florens (1756-[1807]-1814), tuvo una fundamental importancia para toda la China. Los dos obispos eran los únicos extranjeros en el Sínodo. Las conclusiones del Sínodo sólo pudieron ser aprobadas y publicadas por la Congregación romana en 1822. Un decreto de 1832 dio a las conclusiones sinodales validez obligatoria para toda la China.

La situación de asedio en la que estaba la Iglesia y la total ausencia de misioneros portugueses, además de la dificultad de encontrar candidatos a obispos para las diócesis de Patronazgo, dieron ocasión a que Roma desarrollara un plan que dividiría las diócesis en pequeños Vicariatos Apostólicos. La puesta en marcha de este plan comenzó con la erección, en 1838, del Vicariato Apostólico de Laiotung (Leao-tung), que nació como dependiente de Pequín. De las tres diócesis de Patronazgo (Pequín, Nanquín, Macao) sólo quedó hasta 1848 la de Macao. Esta reglamentación fue concordada con Portugal en 1857. La sustitución de los misioneros de Patronazgo por representantes de la Congregación romana se llevó a cabo sin llamar mucho la atención y sin perjuicios para los territorios afectados. Nanquín fue sustituido por el Vicariato Apostólico de Kiangan y confiado a los jesuitas franceses y el de Pequín, a los lazaristas franceses. A Macao pertenecían las provincias chinas de Kwangtun y Kwangsi, en las que los misioneros del Seminario parisino ya habían estado trabajando desde el siglo XVIII. Pero sólo a partir de 1858 se separó también este territorio de la diócesis madre. Desde entonces, toda la misión en China estuvo bajo la dependencia de la Congregación romana. Si bien Ios derechos de patronazgo portugueses habían sido prácticamente anulados en la China, a consecuencia de esta evolución, lo cierto es que, por el contrato de Whampoa (1844) se abrió paso una nueva dependencia política para las misiones, cuyas consecuencias fueron desastrosas desde la segunda mitad del siglo: el Patronazgo francés. Con este contrato comienza una época en la historia china de las misiones, con una serie de más contratos y acuerdos con el Protectorado francés sobre la misión en China. Es en las fuentes chinas donde aparece con más evidencia que el objetivo del contrato no era, ni mucho menos, la libertad religiosa. En el contrato de Whampoa se ve claro que el apoderado francés no tenía ni la misión ni la intención de hacer de la libertad religioso objeto de los acuerdos contractuales. Sólo el hecho de que el contrato comercial se realizó sin dificultades, creciendo la idea de que el representante chino veía en Francia a un aliado contra Inglaterra, motivó al apoderado francés a proponer la exigencia de libertad religiosa, que sin especiales dificultades fue aprobada. Los misioneros, si exceptuamos algunas solicitudes a Théodose M. M. de Lagrené (1800-1862), no intervinieron para nada en las negociaciones. Sin embargo, un antiguo misionero, Giuseppe Gaetano Pietro Massimo Maria Calory (Caller) (1810-1862), que actuaba de traductor, sí que colaboró algo, mediante impresos y amenazas, pero lo decisivo para el curso de las negociaciones fue el deseo de los chinos de ganar a Francia contra los ingleses. La libertad religiosa, confirmada contractualmente, sólo tenía vigencia, al principio, para los cinco así llamados ciudades portuarias del contrato: Cantón, Amoi, Fou-tcheou, Ning-po, Shangai. Los sucesos belicosos (la revolución de Taiping en el sur y la de Ch'ang-mao, en el norte) condujeron al contrato de Tientsin (1858) y al de paz en Pequín (1860). Por medio de esta actividad contractual la libertad religiosa se fue extendiendo a todo el reino y a todos los misioneros que poseyeran el correspondiente pase de las autoridades francesas.

Los contratos y el Protectorado francés dieron a la misión, en resumen, Ios siguientes derechos: Los misioneros podían predicar el Evangelio en toda la China y celebrar el servicio religioso; podían comprar casas y campos para fines misioneros, así como inaugurar los edificios necesarios; los chinos tienen libertad para aceptar y poner en práctica la fe cristiana. En este sentido, se aseguraba que la aceptación del cristianismo no perjudicaría a ningún cristiano en sus derechos políticos o de ciudadanía; los chinos están liberados de pagar para fines paganos. Los otros impuestos sí que deberán pagarlos. La debilidad en lo concerniente a los derechos de ciudadanía estaba «en que no habían sido cerrados sobre la base de una total igualdad, sino que habían sido impuestos a la nación china»[31].

En estos contratos se basa, en último término, el odio a los extranjeros. Produjeron desavenencias y también persecuciones. Todo esto se deduce claramente de las fuentes chinas. Un primer momento culminante fue odio a los cristianos y a los extranjeros, que culminó en un baño de sangre en Tientsin, el 21 de junio de 1870, en el que fueron víctimas un lazarista europeo y otro chino, así como 10 hermanas de la caridad, el cónsul francés y varios europeos; en total, 45 personas.

Otras tremendas manifestaciones de la rabia popular contra los extranjeros, y, por ello, contra el cristianismo fueron las habidas en Yunnan, en 1874; en 1875, en Szechwan, y con más virulencia en Kiangsi (1885-1886). Todos ellos pueden considerarse como sucesos locales, a los que siguieron, en 1990, los acontecimientos que, como una explosión, tuvieron lugar durante la sublevación de los boxeadores. La denominación china de este movimiento es: I-ho-t'uan [asociación de defensa para la justicia y la concordia]. Sus miembros eran considerados, en general, como pertenecientes a la sociedad secreta «El Loto blanco». Según otra teoría, procedían de la milicia popular. El movimiento se originó por un incidente religioso en Li-yüan-t'un [Shantung] en el año 1887, cuando misioneros alemanes transformaron una pagoda budista en una iglesia católica, provocando así la protesta de los habitantes del pueblo. El movimiento se extendió desde aquí, por todo el sur de Tschely, hasta llegar a otras provincias. Los miembros de la milicia del pueblo, que desde entonces se llamaron Mei-hua-ch'üan [puño de la flor del ciruelo], se convirtieron en una organización contra el cristianismo. A comienzos de 1898, y obligados a ello por las autoridades, se cambiaron el nombre por el de I-ho-t'uan, cargando contra la dinastía de Manchuria y contra los cristianos. Así es cómo pudieron liberarse de la sumisión a las autoridades y actuar sin obstáculo alguno contra los extranjeros. La asociación I-ho-t'uan obtuvo de esta manera un carácter semilegal. Cinco obispos, 28 misioneros, 2 hermanos, 9 hermanas y 30.000 cristianos fueron asesinados a lo largo de la revolución. Entre los protestantes, 133 misioneros y 48 niños.

La importancia histórica de estos acontecimientos consiste en que los poderes occidentales tuvieron que comprender que no era posible una «partición» de China. Ocurrió también que la revolución china se aceleró, después de la brutal y funesta represión del movimiento de los boxeadores.

Las órdenes que trabajaban en China aumentaron el número de sus misioneros. Así lo hicieron los franciscanos, los dominicos, los misioneros del Seminario parisino para las misiones, los lazaristas y los jesuitas. En 1858, comenzaron su trabajo en Hongkong los misioneros del seminario milanés para las misiones, y, en 1869, en la provincia de Honan, mientras que los misioneros belgas de Scheut, se ocuparon, desde 1865, de las misiones en Kansu y en Mongolia. Por las «reducciones» de pueblos cristianos, consiguieron asentar, alrededor del centro de la misión de Ordos, comunidades cerradas. El pionero de esta empresa fue el posteriormente vicario apostólico, Alfons Bermyn (1878-1915). Aquí comenzó su actividad misionera el futuro vicario apostólico del norte de Kansu, Hubert Otto (1850-1938). En el año 1882 entraron en el sur de Shantung los misioneros de Steyler, que, bajo los vicarios apostólicos Johann Baptist Anzer (1851-1903) y Augustinus Hennighaus (1862-1939), consiguieron dar grandes y rápidos pasos, sobre todo, por medio de sus escuelas. En el año 1847, aparecieron las primeras hermanas misioneras en China. Su colaboración en escuelas, hospitales y orfanatos fue señal del profundo cambio que estaba experimentando el método misionero. Durante la persecución, los misioneros europeos se dedicaban, de la manera menos llamativa posible y en círculos cerrados, a la predicación y a la dirección espiritual. La atención espiritual familiar y femenina se les encomendó, en la mayoría de los casos, a las vírgenes chinas.

Desde la segunda mitad del siglo XIX, se intensificó la preocupación por las escuelas y por las instituciones socio-caritativas, lo que se entendió como una forma indirecta y preparatoria para la predicación misionera. Pero fue precisamente esta actividad de las mujeres europeas la que el sentimiento popular chino sintió como extraña y repulsiva, incluso muchas veces como flagrante violación de las costumbres chinas. Es significativo en este contexto un Memorando del Taung-li-Yamen (Ministerio de asuntos exteriores) dirigido a los representantes de Ios poderes europeos, en 1871, que, como condición para la libertad de la misión católica, exigía, entre otras cosas, la supresión de los orfanatos, la retirada de todas las hermanas de China y también la prohibición para las mujeres de asistir al oficio religioso. Este Memorando fue rechazado en aquel entonces en prueba de la superioridad de la cultura europea. Los orfanatos dirigidos por las hermanas levantaron rumores sospechosos en el sentir de los chinos. La razón de esto era la antigua praxis común en China del «control de natalidad», es decir, la exposición y muerte de los recién nacidos.

Los obispos de China se reunieron en una sesión especial, al margen del primer concilio Vaticano, para tratar sobre los problemas misioneros en China. Esta reunión tuvo el carácter de un sínodo. Las bases de las deliberaciones la formaron 72 preguntas propuestas por los obispos de la Congregación romana. Otro grupo de preguntas afectaba a la erección de una Delegación Apostólica o Nunciatura en China y la división de la misión china en cinco regiones, especialmente de cara a la celebración de sínodos locales. Para la formación del clero indígena se determinó que debería hacerse de manera que éste pudiera ser también capaz de dirigir la misión y de tener acceso al servicio episcopal. Los obispos reaccionaron en su mayoría positivamente a esta cuestión, aunque se manifestaron claramente a favor de un proceso largo y precavido.

Entre las cuestiones litúrgicas destacaron la determinación de los días festivos y de ayuno, así como la lengua litúrgica. Los obispos prefirieron el chino como lengua litúrgica, aunque dejaron la decisión sobre el tema a la Congregación. En lo referente a la administración del bautismo, se desechó la interrupción de la ceremonia bautismal del Ritual Romano y su distribución durante toda la duración del catecumenado, exigiendo, por el contrario, que todas las preguntas se hicieran en el idioma chino. Esta determinación supuso un compromiso, pues los misioneros del seminario parisino de misiones –y lo mismo pensaba expresamente el obispo Louis Simon Faurie (1824-1871)– ya habían introducido en sus misiones, desde el siglo XVIII, la ordenación de la ceremonia bautismal, aunque su praxis había sido prohibida expresamente en 1866. El papa León XIII (1810-[1878]-1903) había dividido la misión china en cinco regiones (1879) y, durante el primer concilio Vaticano, puso en vigor estas negociaciones. Además, hizo llegar a los misioneros chinos, en 1883, y a través de la Congregación de Propaganda, ciertas advertencias metodológicas. Lo que entonces se manifestó como especialmente urgente, ya que no se estaba preparado para una actividad misionera directa, contentándose con lo que ya encontraban realizado. Un grupo de misioneros hizo suyos estos deseos y demandas, que propagaron a favor del método así llamado «Tientsin». Subrayaban mucho las cualidades positivas de los chinos y exigían la retirada del europeismo. Vincent Frédéric Marie Lebbe (1877-1940) luchó contra el protectorado que se había extralimitado en sus funciones, significando al europeismo como el obstáculo principal del cristianismo en China. Se puso a favor de un método culturalmente cercano. Se puso como tarea, especialmente durante su estancia en Tientsin (1906-1916), establecer relaciones entre la fe cristiana y el despertar nacional de los chinos. Su objetivo fue liberar a las iglesias de las cadenas que las ataban a la política y a la cultura de Occidente. En el año 1917, dirigió una importante carta a su obispo Paul-Mane Raynaud (1854-1926), en la que subrayaba que los cristianos chinos tenían obligación de ser patrióticos; que había una urgente necesidad de liberar a la iglesia de la tutela extranjera; que era totalmente necesario establecer un clero indígena, que estuviera capacitado para ser responsable en todos los estamentos eclesiales, también en lo referente a la dignidad episcopal. Fue una personalidad indiscutida durante su vida y lo siguió siendo en el futuro. Fue un importante pionero en la idea de un clero y episcopado indígenas.

El primer concilio nacional chino (1924 en Shangai) fue una especie de piedra miliar para la historia de la evangelización de la China. Fue la terminación de una larga, movida y no siempre feliz prehistoria de la institución de la iglesia oriental en China. Al mismo tiempo, fue también el comienzo de un nuevo período, «cuyos signos más sorprendentes fueron el paso gradual del poder pastoral a manos chinas, el desprenderse del protectorado misionero, la consagración de obispos chinos, la superación de la lucha de caballeros chinos, la inculturación progresiva de la Iglesia y, finalmente, el nombramiento del primer cardenal chino y el ordenamiento de la jerarquía eclesiástica en China» [32]. A iniciativa del Papa, escribió el cardenal Thomas Tien Kensin (1890-[1939]-1967), con motivo de su elevación al cardenalato en Roma, unas reflexiones sobre la situación y problemática de la Iglesia en China, dando así el último empujón para la constitución de la jerarquía en China. El 8 de abril de 1946 se terminó la constitución de la jerarquía en China. De los nueve obispos diocesanos, 17 eran chinos. Los dos obispados más importantes fueron confiados a obispos chinos. El punto cultural central de la vieja y de la nueva China, que era Pequín, fue confiado al arzobispo Thomas Tien. Paul Yupin (1901-[1936]-1978) fue nombrado arzobispo de la capital de la nueva república, Nanquín.

Un paso decisivo para soslayar el reproche de que el cristianismo era para el pueblo chino una religión extraña, que sólo servía de vehículo para extender por todo el mundo la cultura y la mentalidad occidentales, consistió en solucionar definitivamente la cuestión china sobre los ritos. El primer paso se dio en 1935 en Mandschukuo. August Ernest Désoré

 Gaspais (1884-[1920]-1952) dio motivo, al enviar a Roma un cuestionario escrito, a que la Congregación decidiera autorizar una serie de ceremonias en Mandschukuo. A la pregunta que se le hizo al gobierno acerca del sentido y contenido del culto confucionista, aclaró éste inequívocamente que se trataba exclusivamente de ritos honoríficos externos, exentos en absoluto de carácter religioso. La contestación de la Congregación de Propaganda contiene las siguientes determinaciones: Hay que dar a conocer lo que dice el gobierno sobre el carácter meramente civil del culto a Confucio. Se admite que en las escuelas católicas esté la imagen de Confucio y que se le den los honores establecidos estatalmente. Pero no se admite, sin embargo, que se coloquen delante los altares y los cirios y que se queme incienso, pues existe el peligro de que se confundan con el culto religioso.

Aclaraciones semejantes sobre el culto a Confucio siguieron siendo publicadas por el gobierno chino. Entretanto, ya se habían tomado decisiones sobre la cuestión de los caballeros, que se encontraba en una situación semejante. Se habían pedido otros informes, de manera que el 8 de diciembre de 1939 se publicó el documento que tuvo para la Iglesia un valor muy importante. No se quitaron las anteriores decisiones sobre la lucha de los caballeros, ni se condenaron, que mantuvieron su validez histórica para su tiempo. Pero al cambiarse la situación, ésta exigía nuevas soluciones. Se permite la presencia de católicos en los actos honoríficos a imágenes y tablas nominales de Confucio. Se elimina el juramento que prescribía la observación de las primeras decisiones romanas sobre la lucha de caballeros. Pero para la iglesia china tuvieron una gran significación otros dos sucesos ocurridos en el año 1946. El 6 de julio de 1946, se erigió una Internunciatura, aceptándose relaciones directas entre el Vaticano y Pequín. El arzobispo Antonio Riberi (1897-1934-1967) fue el primer internuncio. En el año 1900, fueron beatificados 29 mártires chinos.

En los años siguientes se continuó confiando las diócesis eclesiásticas a los ordinarios chinos, pero la ocupación comunista del país y las circunstancias políticas hicieron ilusorias todas las siguientes medidas tomadas por la administración eclesiástica romana. Las relaciones diplomáticas se iban rompiendo cada vez más. Con el decreto gubernamental del 23 de junio de 1950 sobre la represión de la «actividad contrarrevolucionaria», comenzó una lucha sistemática contra la Iglesia. Los misioneros extranjeros fueron expulsados, muchas veces después de procesos fantasmas, de malos tratos y de encarcelamientos.



18.   LA SITUACIÓN DE LA IGLESIA EN HONG KONG[33]

18.1 ¿La iglesia católica se encuentra amenazada?

«Mientras los Estados Unidos una vez esperó que un Hong Kong libre y próspero proveería un modelo alterno al autoritarismo de la China,» dijo el secretario de estado Pompeo, «ahora queda claro que la China está moldeando a Hong Kong a su imagen».

El secretario Pompeo ha dejado en claro que los Estados Unidos tiene por «desastroso» este revés. Sin embargo, las declaraciones recientes insinúan que algunos en el Vaticano podrían considerar que el revés es deseable.

«Ahora, quienes mejor han implantado la doctrina social de la iglesia son los chinos,» opinó el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, en febrero. Sorondo alabó a la «China extraordinaria» y su «conciencia nacional positiva»,  en la cual los líderes persiguen el «bien común». El obispo dijo que el Partido Comunista de la China «defiende la dignidad de la persona humana», a pesar del hecho que Pekín ha realizado 336 millones de abortos forzados como parte de su deshumanizante política de un hijo por pareja—una práctica sobre la cual el entonces vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo «la entiendo plenamente—no la cuestiono».  El obispo Sorondo contrastó su percepción favorable de los arquitectos de la brutal política de control de la natalidad, con su percepción del Presidente Trump, quien él estima está demasiado influído por «el pensamiento liberal». 

Hong Kong, también, acordó a sus ciudadanos libertades democráticas y libertad económica. Mike Gonzalez y Olivia Enos escribieron en The Daily Signal: autorizó al gobierno chino a seleccionar a los nuevos obispos católicos y a reemplazar a dos obispos de la iglesia subterránea en China con jerarcas que son leales a Pekín. «Inclusive nuestra comunidad [católica] está dividida,» dijo el Cardenal Zen. «Todos en Hong Kong deben elegir un bando».

El anuncio de Pompeo se produjo un día antes de que el congreso pasara el Acto de la política de derechos humanos de los Uigur del 2020, el cual requiere al gobierno identificar y castigar a los oficiales chinos responsables de cometer abusos contra los derechos humanos. Pero por ahora, las respuestas seculares y sagradas a la agresión china se han quedado cortas con relación a la medida fijada por Teddy Roosevelt: «Nos paramos frente el Armagedón, y batallamos por el Señor».

Los 2.3 mil millones de cristianos en el mundo deben primero creer, y luego afirmar, que las acciones de China violan la naturaleza humana, que está «hecha para la libertad». La represión china de los derechos humanos fundamentales, incluyendo la libertad de religión y expresión, clama por una oración.

Esta crisis provee una oportunidad dorada para los líderes cristianos, incluyendo al pontífice, para ejercer un ministerio verdaderamente global. El papa Francisco debería pedir al mundo que rece para que caiga el comunismo en la China y que se termine la República popular de China como un régimen dictatorial, ateo, irredentista, mercantilista, militarista, racista, cleptocrático e imperialista. Las personas de buena voluntad no deben descansar hasta que todos los creyentes puedan, con seguridad, «estar firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libre» (Gálatas 5:1).

El prominente millonario católico y magnate de los medios, Jimmy Lai, ha sido arrestado junto con dos de sus hijos y dos ejecutivos de su empresa Next Media, según informó el sitio web católico estadounidense Crux. La agencia italiana de misiones extranjeras Asia News, informó que el empresario Jimmy Lai, uno de los más críticos del régimen chino, fue arrestado la mañana del 10 de agosto de 2020, en su casa de Ho Man Tin. La sede de su periódico Apple Daily también fue allanada con un gran número de policías en busca de pruebas que demuestren “la colaboración con fuerzas extranjeras”, en virtud de la nueva Ley de Seguridad Nacional.

Después de la Ley de Seguridad Nacional, las detenciones El empresario de 71 años forma parte de las 10 personas detenidas en una redada contra el movimiento prodemocracia. Estas últimas están acusadas de haber conspirado con extranjeros para “provocar el caos”. Su arresto fue posible debido a la nueva ley que ha anulado el modelo de “un país - dos sistemas” vigente hasta el 30 de junio de 2020.

Convertido al catolicismo siendo ya adulto, y amigo cercano del cardenal Joseph Zen Ze-kiun, obispo emérito de Hong Kong, Jimmy Lai emprendió una campaña por la libertad con la ayuda de su diario Apple Daily, convirtiéndose en un firme partidario del movimiento democrático. Su periódico publica regularmente reportajes sobre los escándalos y la corrupción que tienen lugar en la clase dominante comunista. Gracias a la nueva ley de seguridad, Beijing ahora tiene el camino libre para procesarlo.

Jimmy Lai es conocido por ser un ferviente defensor de la Iglesia católica en Hong Kong, según informa la periodista Ellen Ann Allen del sitio web Crux. De acuerdo con el informe, donó 20 millones de dólares al cardenal Zen, quien los utilizó para apoyar a la llamada Iglesia católica “clandestina” (no oficial) de China. El dinero entregado al prelado equivaldría a casi un tercio de todas las donaciones de apoyo hechas por Jimmy Lai, según el periódico South China Morning Post. La mayor parte de estos fondos se utilizó para fortalecer el movimiento prodemocracia en Hong Kong.

Jimmy Lai, sus dos hijos Ian y Timothy, y la activista prodemocracia Agnes Chow fueron liberados bajo fianza la noche del 11 al 12 de agosto, informó AsiaNews el mismo día. Lai y sus dos hijos, en espera del juicio que tendrá lugar en septiembre, no han hecho comentarios al respecto. Por su parte, Agnes Chow denunció el uso por parte del gobierno de la nueva ley de seguridad nacional “para reprimir la disidencia política”.




18.2 Declaraciones del cardenal, obispo emérito, Joseph Zen

Desde el 1 de julio, Hong Kong ha sido escenario de detenciones masivas y represión de activistas en favor de la democracia. El cardenal Zen ha declarado en repetidas ocasiones que está listo para ser arrestado.

De los 7.5 millones de personas que habitan en Hong Kong, alrededor de 900,000 son cristianos practicantes, entre los cuales hay 500,000 católico

Hasta ahora, el cardenal John Tong, arzobispo de Hong Kong, no se ha pronunciado sobre la nueva ley de seguridad, afirmando en el semanario de la diócesis que no cree que la nueva ley amenace la libertad religiosa.

Monseñor Zen considera que su sucesor hizo esta declaración para apaciguar a las autoridades chinas, pero que no refleja su posición original. El cardenal Zen también ha criticado repetidamente el “silencio”; del Papa Francisco ante las acciones del gobierno de Xi Jinping. Porque si bien el soberano pontífice y su administración no parecen abstenerse de condenar las atrocidades cometidas en muchos países, occidentales o no, sin duda la actitud cambia cuando se trata de Beijing.

El obispo emérito de Hong Kong publicó en su blog, el 6 de julio, un extenso recordatorio de la política del Vaticano en China. Concluye su escrito con estas reflexiones sobre la situación en Hong Kong: “En la situación actual, se nos pide la Santa Sede que nos mantengamos en una posición unida. ¿A toda costa? ¿Unidos en la verdad o en la transigencia? (…) ¿Por qué, mientras todas las naciones claman ante la injusticia, no se oye la voz del Vaticano? ¿Será que realmente es una cuestión que tiene que ver con dinero? ¿Por qué el Vaticano no quiere refutar esta calumnia”;

Las negociaciones diplomáticas en curso para la renovación del Acuerdo Provisional y secreto entre el Vaticano y Beijing, pueden explicar el silencio romano. El cardenal católico Joseph Zen, arrestado en Hong Kong el pasado 12 de mayo y posteriormente liberado bajo fianza, calificó este martes a la Santa Sede de “imprudente”, pese a sus “buenas intenciones” por su enfoque blando hacia China.

Durante una misa de hora y media esta noche en la Iglesia de la Santa Cruz en Sai Wan Ho, el cardenal, de 95 años, criticó sutilmente el histórico acuerdo de la Iglesia Católica Romana firmado en 2018 con China, mediante elcual el Papa reconocería a los obispos nombrados por el gobierno chino, y a su vez éste reconocería al papa como único líder de la Iglesia católica.

“Todos los obispos en China son reconocidos por el Papa, y la Santa Sede ha firmado un acuerdo con China. Esto significa que ellos ,China, reconocen al Papa” argumentó Zen. En China, unos 12 millones de católicos se reparten entre los pertenecientes a una iglesia reconocida por el Estado y una clandestina leal a Roma: “La Iglesia ha sido imprudente en ciertas áreas, aunque puede que tenga buenas intenciones. Es muy impaciente. Quiere que la Iglesia abierta de China y la iglesia clandestina se conviertan en una sola. ¿Existe la fe de todo corazón? Tal vez no”, agregó Zen.

De hecho, Zen ha calificado el acuerdo de 2018 como una “venta” de los católicos clandestinos en China, y en 2020 viajó a Roma para instar al Papa Francisco a que no renovara el acuerdo, pero se le negó una audiencia. Horas antes de la misa, el obispo y otras cinco personas comparecían ante un tribunal de Hong Kong para declararse inocentes de los cargos que se les imputan por no registrar un fondo que ayudaba a personas que participaron en las protestas de 2019. Durante su comparecencia ante el tribunal hoy por la mañana junto con otras cinco personas, incluida la cantante pop Denise Ho, las exlegisladoras opositoras Margaret Ng y Cyd Ho y el académico Hui Po-keung, se dejó entrever que supuestamente no registraron el ahora desaparecido Fondo de Ayuda Humanitaria 612 como organización. Zen, un activo defensor de la democracia en Hong Kong, y cuatro de los acusados eran fideicomisarios del fondo. El sexto acusado, Sze Shing-wai, era secretario de la organización, que se creó en 2019 para ayudar a los manifestantes arrestados o heridos que necesitaban ayuda.

Si fueran declarados culpables, podrían enfrentarse a una multa de hasta 10.000 dólares de Hong Kong (unos 1.275 dólares). El juicio del caso comenzará en septiembre. Antes, Zen, Denise Ho, Ng y Hui deben presentarse ante la policía en agosto. Cyd Ho se encuentra actualmente en la cárcel cumpliendo una sentencia de prisión.

El Gobierno chino rechaza las críticas al respecto al considerarlas “injustificadas” y defiende la actuación de la policía de Hong Kong, que basó las detenciones en un supuesto delito de confabulación con fuerzas extranjeras a través de dicho fondo.

Este delito se enmarca dentro de la polémica ley de seguridad nacional impuesta a Hong Kong desde Pekín, puede conllevar una pena máxima de cadena perpetua. El arresto de Zen conmocionó al mundo católico y generó críticas generalizadas a nivel internacional. El Vaticano, que está trabajando para renovar el pacto nuevamente con Pekín a finales de este año, aseguró tras su detención en mayo que estaba siguiendo de cerca la situación “con extrema atención”.

La detención de un cardenal en Hong Kong pone en el visor el acuerdo China-Vaticano. El cardenal Joseph Zen, durante una entrevista con la AFP el 5 de marzo del año 2018 en Hong Kong afp tickers. La fugaz detención en Hong Kong de un cardenal en virtud de la ley sobre seguridad nacional dejó estupefacta a la comunidad católica de la ciudad, en momentos en que el Vaticano podría renovar un acuerdo con Pekín.




18.3     El arresto del cardenal, obispo emérito, Joseph Zen

El arresto a principios de mayo de Joseph Zen, liberado poco después bajo fianza, se produce en un contexto de represión de cualquier disidencia en Hong Kong. Hace temer una mayor vigilancia de los cultos, en una ciudad donde varios militantes pro demócratas son cristianos.

Se produce asimismo en un momento delicado para la Santa Sede que negocia la renovación de un controvertido acuerdo con Pekín sobre el nombramiento de obispos, tema de discordia desde hace décadas entre la Iglesia católica y el régimen chino. “Quienes se oponen al acuerdo tienen ahora una razón más para oponerse”; declara a la AFP Beatrice Leung, miembro de las Hermanas de la Preciada Sandrem y amiga del prelado

El cardenal, de 90 años, formaba parte de los cinco militantes prodemocracia detenidos el 11 de mayo por “conspiración con las fuerzas extranjeras”. Son investigados sobre un fondo, ya disuelto, destinado a financiar la defensa de los militantes detenidos durante las enormes manifestaciones prodemocracia de 2019 y el martes comparecerán ante un tribunal.

El cardenal Zen, que huyó de Shanghai antes de la llegada de los comunistas al poder en China en 1949, no perdió la calma cuando la policía acudió a su domicilio a detenerlo. “No teman, Dios lo tiene todo previsto” dijo a los policías, según un empleado de diócesis que se ofreció a ayudarlo – “Días sombríos” - Desde hace décadas, hay dos iglesias católicas en China: una “patriótica dependiente del régimen comunista, y una “subterránea”, ilegal a ojos de Pekín y tradicionalmente fiel al papa tras la ruptura de China con la Santa Sede en 1957.

La detención de un cardenal en Hong Kong pone en el visor el acuerdo China-Vaticano. El cardenal Joseph Zen, durante una entrevista con la AFP el 5 de marzo del año 2018 en Hong Kong afp_tickers.

La fugaz detención en Hong Kong de un cardenal en virtud de la ley sobre seguridad nacional dejó estupefacta a la comunidad católica de la ciudad, en momentos en que el Vaticano podría renovar un acuerdo con Pekín.

La Iglesia clandestina contaba con varios partidarios en Hong Kong, una ciudad donde, hasta ahora, la libertad de culto estaba garantizada. Pero en las últimas décadas, el Vaticano empezó a tejer relaciones con China que condujeron a la firma, en 2018, de un histórico acuerdo cuyo contenido exacto jamás ha sido divulgado.

En virtud de este acuerdo, el papa Francisco reconoció a varios obispos inicialmente nombrados por Pekín sin aprobación papal. Inversamente, antiguos obispos de la Iglesia clandestina han sido reconocidos por Pekín.

El cardenal Zen había criticado este pacto, al estimar que consistía en “malvender” a los católicos chinos de la Iglesia no reconocida. Xia Baolong, un político chino acusado de haber librado campaña para retirar cruces de las iglesias en la provincia de Zhejiang, es ahora director de la Oficina de los asuntos de Hong Kong y Macao en Pekín. Justin Tse, un universitario basado en Singapur especialista de los cristianos de Hong Kong, afirma que las comunidades religiosas de la ciudades están “ansiosas”. “Se habla mucho de días sombríos”; dice a AFP.

Varias corrientes en el seno de la jerarquía de la Iglesia católica critican desde hace años la voluntad del papa Francisco de acercarse a China. Pero pocos analistas y observadores esperan que la detención del cardenal conduzca al Vaticano a cuestionar este acercamiento.

En 2020, el cardenal Zen había viajado a Roma para intentar convencer al papa Francisco de que no renueve el acuerdo. No obtuvo audiencia. “La Santa Sede no quiere que se rompa el diálogo” explica Marco Politi, analista del Vaticano y biógrafo del papa. “Está claro que China está en posición de fuerza y el Vaticano en posición de debilidad” agregó.

EL Vaticano no ha hecho ninguna declaración sobre la detención de monseñor Zen. En un análisis en el sitio Crux, el vaticanista estadounidense John Allen considera que el cardenal está “cada vez más marginado” bajo el papa Francisco. Pero “Francisco no puede permitirse ignorar a Zen, porque su detención, y todo lo que pueda ocurrirle, va a generar simpatía y una movilización en todo el mundo” a favor del cardenal, agregó.




18.4 Declaraciones de monseñor Javier Carrera representante del Vaticano

Monseñor Javier Herrera-Corona, representante no oficial del Vaticano en Hong Kong, envió un mensaje contundente a las 50 misiones católicas de la ciudad antes de terminar su cargo de seis años en marzo: las libertades que habían disfrutado durante décadas habían terminado.

En cuatro reuniones celebradas durante varios meses, a partir de octubre del año pasado, el prelado mexicano de 54 años les dijo a los misioneros católicos en Hong Kong que se prepararan para un futuro más difícil a medida que China refuerza su control sobre la ciudad e instó a sus colegas a proteger sus misiones. ‘ propiedades, archivos y fondos, según cuatro personas familiarizadas con las sesiones privadas, que pidieron no ser identificadas debido a la naturaleza delicada de las discusiones.

“Se avecina un cambio y es mejor que estén preparados”, advirtió Herrera-Corona a los misioneros, según una de las personas, quien dijo a Reuters que estaba resumiendo el mensaje de monseñor: “Hong Kong no es la gran cabeza de playa católica que era. «El mensaje de Herrera-Corona se produjo en medio de una represión de seguridad nacional por parte de Beijing en Hong Kong a raíz de las protestas antigubernamentales en 2019, incluida la erosión de las libertades civiles, el arresto de docenas de activistas a favor de la democracia y amenazas percibidas a la independencia del poder judicial de la ciudad.

Pero sus preocupaciones iban más allá de la represión de la seguridad nacional en curso, dijo la gente: Herrera-Corona advirtió que una integración más estrecha con China en los próximos años podría conducir a restricciones al estilo continental sobre los grupos religiosos.

En el continente, los católicos se han dividido durante mucho tiempo entre una iglesia clandestina leal al Vaticano y una iglesia oficial respaldada por el estado. El Vaticano no tiene representación oficial en China después de que se cortaron las relaciones diplomáticas en 1951 más allá de la presencia de dos enviados no oficiales en Hong Kong, que operan desde una villa amurallada en un suburbio de Kowloon. El reemplazo de Herrera-Corona como jefe de esa misión no oficial llegará el próximo mes.

Incluso antes de que China impusiera una amplia ley de seguridad nacional en Hong Kong en 2020 que prohibía la «colusión con fuerzas extranjeras» a raíz de las protestas a favor de la democracia del año anterior, Herrera-Corona y otros enviados a la misión no oficial en la ciudad habían comenzado mover discretamente cajas de archivos al extranjero para su custodia, según dos personas familiarizadas con la transferencia.

Las advertencias de monseñor en los cuatro encuentros y los detalles del traslado del archivo no han sido informados previamente. Herrera-Corona, quien fue ascendido a arzobispo después de dejar Hong Kong en marzo para asumir un nuevo cargo en la República del Congo y Gabón, no respondió a las preguntas enviadas por correo electrónico sobre las reuniones o los esfuerzos para proteger los documentos confidenciales. Un funcionario del Vaticano no hizo comentarios.

La Oficina de Enlace del Gobierno Central en Hong Kong y la Administración Estatal de Asuntos Religiosos del Consejo de Estado en Beijing no respondieron a las solicitudes de comentarios. Reuters informó en diciembre que los funcionarios de la Oficina de Enlace de Beijing en la ciudad habían organizado un evento en el que los obispos chinos informaron a los clérigos de Hong Kong sobre la visión del presidente Xi Jinping de la religión con «características chinas».

En una visita a Hong Kong para conmemorar el 25.º aniversario de su traspaso al gobierno chino, Xi defendió el viernes el estilo de gobierno de la ciudad «Un país, dos sistemas» que le otorga una amplia autonomía que no se ve en China continental, incluida la religión y la prensa. libertades El sistema «debe mantenerse a largo plazo», dijo.

Durante décadas, los grupos de misioneros extranjeros han operado en gran medida sin  estricciones en la antigua colonia británica, forjando un enclave católico en el borde de China continental, que está bajo el gobierno ateo del Partido Comunista.

A menudo financiadas y dirigidas desde otros países, las sociedades misioneras de Hong Kong cooperan estrechamente con la iglesia católica local y reciben orientación del Vaticano. Se concentran en actividades como el alivio de la pobreza y la educación.

Algunos también mantienen estrechos vínculos con los católicos en el continente, donde la actividad religiosa está controlada y el trabajo de las misiones extranjeras permanece estrictamente limitado por la regulación, lo que refleja la firme resistencia del gobierno a la interferencia externa en los asuntos chinos.




18.4    Los derechos inalienables amenazados

El monseñor dijo a los participantes en las reuniones que no se podía confiar en los derechos de las instituciones religiosas descritos en la Ley Básica de Hong Kong, la mini-constitución que ha guiado la relación de la ciudad con su soberano chino luego del traspaso del gobierno británico en 1997, como presión. De Beijing montado, dijeron las cuatro personas familiarizadas con la situación.

Herrera-Corona dijo que no tenía conocimiento de ningún cambio de política específico, agregaron las personas. La Ley Básica establece que el gobierno no restringirá la libertad religiosa ni interferirá con las organizaciones religiosas. También consagra sus derechos de propiedad y caridad, y la libertad de «mantener y desarrollar sus relaciones con organizaciones religiosas y creyentes en otros lugares».

En 2019, cuando los enviados del Vaticano comenzaron a transferir los archivos, temían que su misión estuviera bajo un escrutinio minucioso por parte del aparato de seguridad estatal de China, dijeron tres clérigos católicos familiarizados con la situación. Una investigación de Reuters a fines de 2020 reveló que dos monjas que trabajaban en la misión habían sido detenidas en el continente en medio de los esfuerzos de Beijing por reforzar su control de la iglesia en Hong Kong. La razón precisa de su detención sigue sin estar clara.

Cuando terminaron, se había enviado a Roma más de media tonelada de archivos sobre las actividades de la iglesia católica en China continental y Hong Kong, en parte a través de una conexión diplomática amistosa, dijeron las tres personas.

Los archivos se remontan a mediados de la década de 1980 y en su mayoría se ocupan de China continental, incluidas las comunicaciones privadas con clérigos clandestinos del continente, la actividad misionera y los detalles de la persecución de los fieles católicos, según dos sacerdotes familiarizados con ellos.

Siguiendo las advertencias de monseñor, al menos tres misiones han comenzado a mover archivos al extranjero, incluidos algunos a través de envíos diplomáticos protegidos, dijeron dos misioneros y un diplomático. Se negaron a identificar las misiones por razones de seguridad.

En respuesta a las preguntas de Reuters, un portavoz del gobierno de Hong Kong dijo que los derechos y libertades fundamentales de los residentes de la ciudad están garantizados por la Ley Básica y que la ley de seguridad nacional también estipula que los derechos humanos deben ser protegidos y respetados.




18.5     El ataque de seguridad

Hong Kong es el hogar de aproximadamente 50 sociedades misioneras católicas y órdenes religiosas extranjeras, según el directorio oficial de la diócesis, que alberga a más de 600 sacerdotes, hermanos y monjas que sirven como clérigos parroquiales y en escuelas y hospitales.

Monseñor informó a los representantes de la mayoría de los grupos misioneros de Hong Kong durante las reuniones. Tres diplomáticos occidentales dijeron que también estaban al tanto de sus preocupaciones. Durante sus reuniones, monseñor expresó su temor de que las cosas pudieran empeorar en parte porque las autoridades chinas identificaron a varios católicos prominentes como figuras destacadas en las manifestaciones a favor de la democracia en 2019 y críticos de la ley de seguridad nacional, dijeron las cuatro personas familiarizadas con las reuniones.

El arresto en mayo del destacado ex obispo de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen, de 90 años, aumentó la sensación de urgencia de tomar medidas para proteger la iglesia en Hong Kong, dijeron seis misioneros y un diplomático. Zen fue detenido como parte de una investigación policial sobre colusión extranjera sobre un fondo de apoyo legal para los arrestados en las protestas.

Un asistente del cardenal, que fue puesto en libertad bajo fianza en espera de los cargos, dijo que no haría comentarios. Una publicación del año pasado, editada por los investigadores Chen Jingguo de la Academia China de Ciencias Sociales, un importante grupo de expertos del gobierno, y Zhang Bin de la Universidad de Jinan, criticó a los católicos de Hong Kong por las protestas antigubernamentales de 2019.

La publicación examinó el desarrollo reciente de las religiones en Hong Kong y el sur de China continental, una región conocida como la Gran Área de la Bahía que tanto los funcionarios de Hong Kong como los chinos desean integrar.

El entorno político de Hong Kong se ha «deteriorado continuamente» desde el traspaso, en parte debido a los grupos religiosos y a las principales figuras de influencia como el cardenal Zen, dice el documento. Los católicos estaban más involucrados en la política de la ciudad que otros cristianos y sus «maestros y estudiantes afiliados son más radicales», dice el documento, visto por Reuters.

Al igual que otros de los llamados Libros Azules de la academia, el documento se distribuyó entre académicos del continente, organismos del gobierno central y algunos medios estatales, según académicos de Hong Kong familiarizados con él. El periódico Ta Kung Pao de Hong Kong, respaldado por el estado, presentó el trabajo en su publicación en agosto y lo describió como el primer estudio completo de las religiones en el Área de la Gran Bahía.




18.6    La interferencia extranjera

La ley de seguridad nacional permite a las autoridades apuntar a cualquier cosa que consideren una interferencia extranjera subversiva y les otorga mayores poderes de vigilancia, así como la capacidad de congelar los activos de cualquier persona de interés antes de que se presenten cargos formales.

Tanto los funcionarios del gobierno chino como los de Hong Kong han dicho que la ley era necesaria para garantizar la estabilidad en la ciudad y que los enjuiciamientos se basaron en pruebas, sin relación con los antecedentes u ocupación de las personas.

Algunas misiones católicas poseen grandes propiedades en algunos de los distritos más ricos de Hong Kong, incluidas villas, casas de retiro y un hospital, que estarían valoradas en miles de millones de dólares de Hong Kong, según estimaciones de Reuters basadas en la actividad reciente del mercado de activos similares.

Siguiendo la guía de monseñor, algunas misiones están considerando medidas que van desde colocar sus propiedades bajo propiedad local hasta localizar sus juntas y registros corporativos para protegerlos de cualquier represión, incluidas restricciones más estrictas a los extranjeros, dicen cinco personas familiarizadas con la situación.

Dichos movimientos crearían una capa adicional de distancia entre la sede de la misión extranjera y las operaciones locales dado el enfoque de la ley de seguridad nacional en la colusión con las autoridades extranjeras y su poder para incautar activos, dijeron.

El monseñor también les dijo a las misiones que estén preparadas para posibles restricciones en programas de larga data, como misioneros extranjeros que sirven como párrocos en iglesias locales, dijeron las cuatro personas familiarizadas con las reuniones.

El padre Pierre Lam Minh, un misionero que encabeza un consejo local establecido por el Vaticano que supervisa las misiones de los hombres, dijo en un comunicado que el mensaje de Herrera- Corona era el «propio consejo» del prelado. “Estamos llevando a cabo nuestro trabajo misionero como de costumbre”, dijo, y agregó que las misiones no vieron ninguna restricción a la libertad religiosa.

La directora del consejo de mujeres, la hermana Joanna Marie Cheung, dijo que su asociación había discutido las preguntas de Reuters con el grupo de hombres y que «compartimos la misma opinión».

El portavoz de la diócesis de Hong Kong dijo que, dado que no había miembros diocesanos presentes, no podía comentar sobre las reuniones. Agregó que la libertad religiosa está garantizada a los residentes de Hong Kong por la Ley Básica y que la ley de seguridad nacional de 2020 no ha afectado las misiones pastorales de las misiones extranjeras en Hong Kong hasta la fecha.

 


18.3   Juicio contra el cardenal Zen[i]

En estos días, se está celebrando otro juicio. En Hong Kong. Una ciudad que amé mucho al haber vivido allí durante más de ocho años. Allí conocí al padre Joseph Zen Ze-kiun. Era el Inspector de los Salesianos. Un chino hasta la médula. Muy inteligente, agudo, con una sonrisa ganadora. Me decían: «¡Es un shanghainés! Poco a poco fui entendiendo el significado.

En aquella época, además de provinciano, era profesor y como catedrático de filosofía y ética estaba muy bien considerado. Hablaba perfectamente el italiano; no sólo el idioma, sino que los modales se acercaban a la cultura europea que había conocido al asistir a escuelas europeas de joven. Se dijo de él: «Es el más italiano de los chinos y el chino más italiano». Aquí estaba la síntesis, el encuentro de dos culturas.

En realidad, siguió siendo chino; nunca negó su identidad. Y esto me resultaba muy hermoso y fascinante; representaba el prototipo de una interculturalidad que me recordaba a Xu Guangqi, un «cristiano en la corte Ming» (Elisa Giunipero), o, en otros sentidos, la agudeza de monseñor Aloysius Jin Luxian, jesuita, obispo de Shanghai en la época de Deng Xiaoping y posterior, que gustaba de presentarse como el «Nicodemo de nuestros tiempos». Ambos eran shanghaianos.

Shanghái fue una ciudad de mártires en la época de la ocupación nazi por parte de los japoneses; fue una época increíblemente triste, llena de violencia y destrucción que nadie olvida. Incluso la familia del cardenal Zen fue víctima de ella, perdió todas sus posesiones y tuvo que huir.

El joven Zen nunca olvidó esa experiencia y sacó de ella coherencia de carácter y estilo de vida; y luego un gran amor por la libertad y la justicia. Shanghái era heroica, y sus hijos eran considerados héroes, casi intocables incluso por el régimen comunista. El cardenal Zen es uno de los últimos epígonos de esas familias. Los héroes nunca debían ser humillados; también era la mentalidad del establishment chino, como lo es en Occidente para las víctimas de nuestro propio nazi-fascismo.

En la década de 1990, Joseph Zen enseñó en varios seminarios de Hong Kong y China (Shanghai, Pekín, Xian, Wuhan). En Shanghai había sido invitado por el obispo Jin Luxian. Aceptó por el bien de la Iglesia, que se levantó de su martirio y buscó el camino de la supervivencia; esto era flexibilidad, no ceder. Miraba hacia adelante y no juzgaba a las personas: era su filosofía de vida; los sistemas políticos -decía- pueden ser juzgados, y sobre ellos su pensamiento era claro, pero las personas no; el juicio se difiere a Dios, que conoce el corazón de los hombres.

Su respeto y apoyo a la persona ha sido siempre la piedra angular de su visión humana y sacerdotal, y así sigue siendo hasta el día de hoy, aunque estos días sea juzgado en Hong Kong. Su integridad moral y su idealismo fueron considerados del más alto nivel cuando Juan Pablo II lo nombró obispo y Benedicto XVI lo creó cardenal. Algunos lo consideran característicamente un poco nervioso. ¿Y quién no lo sería ante la injusticia y ante la exigencia de la libertad que todo auténtico sistema político y civil debería defender?

Debo atestiguar dos cosas más: el cardenal Zen es un «hombre de Dios»; a veces destemplado, pero sumiso al amor de Cristo, que lo quiso como su sacerdote, profundamente enamorado, como Don Bosco, de la juventud. Para ello era un maestro creíble. Entonces es un «auténtico chino». Nadie, entre los que he conocido, puedo decir que era tan verdaderamente «leal» como él.

En un juicio, el testimonio es fundamental. El Cardenal Zen no debe ser condenado. Hong Kong, China y la Iglesia tienen en él un hijo devoto, del que no hay que avergonzarse. Esto es un testimonio de la verdad. 


19.   LA SITUACIÓN ACTUAL EN COREA

Como ya dijimos el trabajo misionero corrió a cargo de los misioneros del seminario parisino para las misiones, a los que se añadieron en 1909 los misioneros benedictinos de St. Ottilien.

En el año 1910 Corea fue anexionada formalmente por Japón. Japón concedió a la misión una libertad oficial, pero impidió la construcción de una jerarquía indígena y los estudios superiores. En el año 1931 tuvo lugar en Seul el primer concilio nacional coreano organizado por los obispos.Se trataron cuestiones sobre las misiones procurando establecer un método indígena misionero. Desde 1927, los obispos, aconsejados por Roma, iniciaron la preparación del clero coreano para que se hiciera cargo de la dirección diocesana, pero la situación política dificultó enormemente el empeño. La «coreanización» de la iglesia chocó frontalmente contra la resistencia del poder colonial japonés, que intentaba colocara obispos japoneses. A pesar de ello, en 1941 y después de la dimisión del Vicario apostólico de Seul (en japonés: Keijo), Adrien-Joseph Larribau, el sacerdote coreano Paul Marie Kinam, Ro (en japonés, Okamoto) (1902-[1942-1967]-1984), fue el sucesor como vicario apostólico. En Taiku (en japonés, Taikyu), donde, igualmente, Ro (en japonés, Okamoto) (1902-[1942-1967]-1984), sucesor como vicario apostólico. En Taiku (en japonés, Taikyu), donde, igualmente, había dimitido el obispo Jean-Germain Mousset, la autoridad misionera romana tuvo que acceder a las exigencias del Japón. Se nombró al sacerdote japonés Irenaeus Kyúbie Hayasaka administrador y obispo, pero no vicario apostólico. A finales de la ocupación japonesa y de la muerte de Kyúbie Hayasaka, nombró Roma vicario apostólico al sacerdote diocesano coreano Johannes Chos (Tchoi). Los difíciles años siguientes trajeron a la iglesia coreana la división del país en dos partes: la república de Corea (Tachan Minguk) y la república popular democrática de Corea (Chosön Minchuñi Inmin Kongwhaguk). Debido a la ocupación comunista de Corea del norte, los cristianos católicos fueron prácticamente separados del resto de las otras iglesias. Muchos misioneros fueron asesinados o deportados, otros murieron en campos de concentración.

Durante la gran guerra de Corea 200.000 coreanos del sur fueron deportados y obligados a marchar durante el invierno de 1951. Es lo que se conoce como “la gran marcha de la muerte”. Esta marcha es una más de las múltiples habidas en el S. XX desde Armenia, Japón, Sanda Kan y Batan en Filipinas, las de los Jemenes Rojos en Camboya o las que hicieron los nazis en Polonia o Checoslovaquia, los isrealitas con los palestinos deportados a Gaza o en Zimabue y, Rodesia en Africa.

En Corea del sur aumentó el número de católicos, aunque sólo formaban una pequeña minoría. En esta evolución eclesiástica, se tuvo como primer objetivo la instauración de la jerarquía eclesiástica. En el año 1962, se erigió la jerarquía en ambas partes del país con tres provincias eclesiásticas.

20.   CONCLUSIÓN: LA FE EN EL CONTINENTE ASIÁTICO HOY

El s. XIX supone un cambio de “status” para la Iglesia en la mayoría de los países asiáticos[34].Tras la política de aislamiento del exterior y el periodo de las persecuciones se produce toda una crisis del sistema feudal. Primero hay una reacción contraria donde se intenta erradicar el cristianismo como religión extranjera. El cristianismo pasa a ser una “religión de catacumbas” donde las pequeñas comunidades sin casi clero tienen que organizarse clandestinamente. Los laicos pasan a cobrar gran protagonismo. En la comunidad estaba quien se encargaba de congregar, de bautizar, de llevar la pauta de la liturgia y del calendario litúrgico. La difusión de los catecismos católicos contribuyó a divulgar una visión nueva de la dignidad de los hijos de Dios que cuestionaba el sistema feudal, el sistema de clases y de jerarquías.

El s. XX supuso en general un cambio y apertura para el cristianismo. Los movimientos de independencia y emancipación de los pueblos, dan paso a una apertura al mundo moderno con el reconocimiento de la libertad religiosa. La libertad religiosa se da primero a los ciudadanos europeos residentes en Asia y luego a los mismos asiáticos.

Los cristianos que vivían en la clandestinidad con la llegada de misioneros se acercan de nuevo a la Iglesia. El cristianismo se ve envuelto en la lucha por las revueltas populares sociales. La fe debe de ir acompaña por obras y hay innumerables ejemplos de vidas comprometidas en la Iglesia. Como vidas ejemplares destacan los testimonios de María de Arinomachi (1929-1958) en su célebre compromiso en “la ciudad de las hormigas”, el doctor Nagai y su testimonio ejemplar después del atroz desastre de la primera bomba nuclear en Nagasaki en Japón. El movimiento de estudiantes cristianos y budistas en pro de la independencia y el testimonio del cardenal Kim en la lucha de los derechos de los trabajadores y de la instauración de la democracia en Corea del sur. El testimonio de Nino Aquino frente al régimen dictatorial de Marcos y el pronunciamento del cardenal Sin y la revolución no violenta del pueblo en EDSA en 1986 en Filipinas. La líder en contra del régimen comunista instaurado por la junta militar desde 1964 y su lucha en favor de la democracia en Miamar, Anng San Swukyi lideró con el frente de liberación LND masivas protestas uniéndosele el pueblo y monjes budistas  recibió en 1999 el premio nobel de la paz. La revuelta de los estudiantes en la plaza roja de Pekin o la revuelta de los paraguas en Hong Kong, el cardenal Thomas Tien Kensin (1890-1967), que dió el último empujón para la constitución de la jerarquía en China. El testimonio de Clare Ly sobrevienta de los “angar party“ de los “campos Khmer rojos” (1975-1979) en Camboya. El testimonio del mártir de la fe Paul Le-Bao-Tinh (+ 1857) encarcelado y sometido a abusos, violentas torturas hasta la muerte por su fe y el Cardenal Nguyen Van Thuan también encarcelado durante treinta años por su fe en Vietnan etc. El papa Juan Pablo II como alentó en Occidente al movimiento de solidaritá de Lesz Walesa y contribuyó a la caída del muro y régimenes totalitaristas para pasar a la democracia, despierta en sus visitas al continente asiático esta llamada al compromiso y a la memoria histórica con la beatificación y canonización de los mártires de las últimas persecuciones.

20.1 LA MEMORIA DE LOS MARTIRES

Los mártires proclaman la gloria de Dios y son semillas de nuevos cristianos. Dichosos vosotros mártires santos porque vuestra sangre derramada se convirtió en florecimiento de tantas nuevas comunidades cristianas. “Dichosos vosotros cuando os odien, os torturen y proscriban vuestros nombres porque vuestros nombres están escritos en el cielo” (Cf. Mt 5).

Termino recogiendo tres lugares de peregrinación que tuve ocasión de visitar.




20.2 LOS MARTIRES DE HONG KONG EN LA CATEDRAL DE LA INMACULADA

Tuve ocasión de visitar la catedral de la Inmaculada en Hong Kong en el 2008. Allí visitamos la capilla de los 56 mártires y los 8 primeros obispos de Hong Kong. Allí tuve ocasión de celebrar la eucaristía.

En lo alto de la montaña como dominando el casco viejo de la antigua ciudad de Hong Kong. Allí bajo el amparo de la Virgen acuden los cristianos a rezar a la Madre que parece abrazar a todos hijos sobre todo a los más desamparados. Sus puertas están abiertas las 24 horas del día.

El acceso a la capilla por la puerta principal, rexa una inscripición: "la puerta al cielo" y enseguida uno encuentra el baptisterio con la pila bautismal. Es a través del bautismo como los creyentas entran a participar de esta nueva ciudadanía del cielo mediante su acceso por la muerte y resurrección de Cristo a la vida eterna.

Un enorme Cristo, segúnla forma del icono bizantino de Cimabue, preside el presbiterio colocado encima del altar. Es en el altar donde se celebra la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Junto al altar esta la sede del obispo. Se guardan restos (algunos instrumentos musicales) de la primitiva catedral levantada en 1843.

Allí en el tras el coro detrás del altar mayor se encuentra la capilla de los ocho primeros obispos de la diócesis, los cinco primero fueron misioneros extranjeros, algunos de los misioneros de Paris, los últimos ya chinos. En la actualidad es la sede del obispo John Tong Hon.

También al otro lado se encuentra la capilla de los 56 mártires que fue visitada por primera vez por el Papa Juan Pablo II. Allí se encuentran las cajas de las urnas de los obispos y los mártires con una placa conmemorativa donde se recogen los nombres de todos los 53 mártires.




La Catedral de la Inmaculada Concepción (en chino: 聖母無原罪主教座堂) es una iglesia de finales del siglo XIX, que sirve como catedral de la diócesis católica de Hong Kong al sur de China. Es la sede del obispo diocesano, actualmente el cardenal John Tong Hon. La catedral es una de las dos existentes en el territorio de Hong Kong, siendo la otra la  catedral Anglicana de San Juan. Está abierta todos los días. Se trata de un edificio considerado de valor histórico por lo que se favorece así su protección.[35]

La primera catedral católica de Hong Kong fue construida en 1843 en el cruce de la calle Pottinger y la calle Wellington[36] y fue destruida en un incendio en 1859. La catedral fue reconstruida, pero fue seleccionado un sitio diferente.

Las reliquias de los 56 mártires




Los ocho primeros obispos



 


20.3  EL SHRINE DE SOLMOE, LUGAR DE NACIMIENTO DE ANDRES KIM TAIGON

Tuve ocasión de visitar el “Shrine of Solmoe” este mes de septiembre en el 2022. Celebrábamos en Daegon las promesas definitivas de Cristina la primera misionera coreana de nuestra comunidad.

El Papa Francisco cuando se celebró en Deagon “El I Encuentro Asiático de Jóvenes” acudió al santuario convertido ahora en centro de peregrinación. “Solmoe” (lugar de pinos) es el lugar de nacimiento del primer sacerdote coreano Andrés Kim Taigón. Allí tuve ocasión de celebrar misa en el nuevo santuario construido con la forma de una flor. Allí tuvo lugar el encuentro con los jóvenes en una gran carpa que se habilitó en aquella ocasión.

El año pasado Mons. Lázaro You Heung-sik, prefecto de la Congregación para el Clero, presidió la celebración litúrgica, celebrando el  200º aniversario del nacimiento de San Andrés Kim Taegon (21 de agosto de 1821), primer sacerdote católico coreano, martirizado en 1846 y canonizado por Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984.


Mons Lazaro obispo de Daegon que fue nombrado prefecto de la Congregación para el Clero antes de ir para Roma celebró su misa de despedida en el santuario. La celebración del 200 aniversario del nacimiento de Kim Taegon fue celebrada en el Vaticano. A la celebración acudieron unos 30 sacerdotes y unos 70 religiosos y fieles laicos. 

 

Andrés, nacido en 1821 en Solmoe en el seno de una noble familia cristiana, creció en un ambiente firmemente arraigado en los principios cristianos. Su abuelo y tatarabuelo fueron mártires de las primeras persecuciones. Su padre había convertido su casa en una "iglesia doméstica", donde los cristianos y los recién llegados a la nueva fe acudían a recibir el bautismo.

 

Tenía 15 años cuando uno de los primeros misioneros franceses que llegaron a Corea en 1836 lo envió a Macao para prepararlo para el sacerdocio. Regresó como diácono en 1844 para preparar la entrada del obispo Ferréol y el padre Daveluy, organizando un barco con marineros que eran todos cristianos, yendo a buscarlo a Shanghai, donde se ordenó sacerdote y juntos, en secreto y en un viaje aventurero, entraron en Corea, donde trabajaron juntos siempre en un ambiente de persecución. Con la nobleza de su actitud y su capacidad para comprender la mentalidad local, logró alcanzar excelentes resultados en el apostolado.

 

En 1846, el obispo Ferréol le encargó que enviara cartas a Europa a través del obispo de Pekín, pero durante su encuentro con los barcos chinos, fue descubierto y detenido accidentalmente. Se sometió a interrogatorios y traslados de prisión, primero con el mandarín, luego con el gobernador y, como era un noble, finalmente con el rey. A todos les demostró su lealtad a su Dios, rechazando los intentos de hacerle apostatar, a pesar de las atroces torturas.


Desde la cárcel ya próxima asu muerte escribe a los cristianos coreanos su ultima carta en coreano. En la carta anima a los cristianos a que no desfallezcan en su fe y que se hicieran cargo de las familias de los mártires.

 


La case donde nació Andres y que termino convirtiendose en capilla para los primeros cristianos. Aparece la estatua del Papa Francisco cuando estuvo orando allí en su visita.








La estatua de la Virgen coreana preside la esplanada que se ha convertido en lugar de oración y de peregrinación.


Junto a la memoria del San Andres Kim Taegon se recuerda la memoria de sus primeros compañeros Pangie Francis y Choe Yang-ob Tomas.  los tres seminaristas fueron enviados a Macao pero solo sobrevieron Andres y Tomas.



El auditorium abierto habilita un espacio de oración y celebración de grandes concentraciones. Fue construido en una enorme esplanada y tiene de fondo un miral con los 103 compañeros mártires






La entrada al nuevo santuario al que se accede a través de este dolmen que significa el martirio como las puertas de entrada al cielo.


El nuevo santuario construido en forma de flor tiene junto al altar la imagen de San Andres Kim Taegon y sus reliquias recogidas en una urna.







12.4 EL SHRINE DE HAPPEDEOK, GONGSERI HOLY PLACE.

Tuve ocasión de visitar el “Shrine of Happedeok” el mismo mes de septiembre en el 2022, cuando fuimos a visitar el Shrine of Solmoe. Allí estaba la casa museo de un misionero francés de las antiguas misiones de París, Padre Emily Devis (1871-1933).

Allí se encuentra la capilla construida por el Padre Emile Devise y la cas donde vivía. Procedente de Francia de las Misiones de París vivió 35 años como pastor de la pequeña comunidad de Gongseri hasta su muerte que se produjo cuando volvió a Francia ya muy enfermo.

Allí se encuentra el cementerio de los mártires de la región de Gongseri, que fueron martirizados durante la gran persecución de Sin-Yoo (1801). Entre estos mártires se encontraba una cristiana llamada Bárbara que fue arrestada y torturada en 1825. Luego la dejaron libre pero murió de las heridas causadas. Algunos mártires fueron del periodo de Byung-In y otros de otros periodos y regiones.

En la casa museo se recogen como eran torturados los mártires. En tiempos de la represión sufrida por el gobierno comunista de Corea del norte después de la independencia en 1945. La guerra estalló en 1950. Solo en la diócesis de Daegon casi la mitad de los sacerdotes diocesanos fueron masacrados como también importantes líderes laicos. El Padre Dasoon Gang Cadars con el Padre Mannsu Gang con otros 11 sacerdotes fueron deportados en la "Marcha de la muerte" y fueron asesinados en Mockdong. La sala de la muerte. La sala de la gloria recoge testimonios de varios mártires.

 


Un reportaje fotografico recogen los trabajos que se realizaron para levantar la Iglesia y la casa parroquial dirigidos por el padre mily Devis.





En la habitación del Padre Emile Devise se recogen varios objetos personales con algunas fotos y maquetas que recogen los inicios de los trabajos. Todo tuvo su origen en como veneraban los primeros cristianos este lugar santo donde estaba el cementerio de los mártires. Los cristianos se reunían primero en sus casas y luego levantaron el templo.

















El templo levantado responde al diseño del misionero francés y las trazas propias de la arquitectura francesa. Se echa en falta que no fuera construido según el patrón de la gente del lugar.



Junto al templo hay una gran esplanada habilitada para grandes celebraciones. Es el lugar del cementerio e los mártires. Unas placas conmemorativas lo señalan y un gran mural de bajo relieve al frente recoge las urnas de los mártires.







 La barcaza recuerda la forma en cómo llegaro aquí los primeros misioneros cristianos procedentes de Macao.

 






En las salas de las torturas y de la gloria se recogen como los cristianos fueron perseguidos y torturados bajo el tiempo de la ocupación de las tropas comunistas de Corea del Norte. Destaca tambien la denominada "marcha de la muerte" donde murieron muchos sacerdotes, lideres y laicos de las primeras comunidades. Era una forma de tortura y exterminio.










13. CONCLUSION

En estos tiempos dificiles que vivimos cuánto bien nos hace celebrar el testimonio de nuestros hermanos mártires. La Iglesia fiel al mandato misionero de Cristo es una Iglesia profética y martirial. Mártir en su sentido etimológico significa testigo. Cuan bien nos hace recordar el testimonio de estos hermanos, testigos del amor de Cristo, que llegaron hasta el derramamiento de su proia sangre.

Felices los que sufren en medio del dolor, felices los perseguidos por defender la fe. Que cosa más excelsa que conmemorar la festividad de estos santos mártires. Besar los pies de los mensajeros de la Buena Noticia. Besar sus labios que anunciaron los pregoneros del evangelio de la Misericordia. Felices los mártires que se sobrepusieron a las cruentas torturas con las armas de la oración, la fe y la perseverancia.

Feliz lugar de su nacimiento. Feliz cárcel dignificada por su presencia, felices sufrimientos y padecimientos por Cristo porque les llevó a identificarse con la Pasión y muerte de su Señor. Feliz muerte que se convirtió en puertas que los traslada al cielo haciéndoles participes de la gloria eterna.

La gente pensaba que eran ajusticiados por cumplir una pena pero ellos perseveraban con fe esperando la inmortalidad. Que felicidad y paz la de estos mártires que lucharon tal colosal combate bajo la mirada de Dios y del cielo y fueron coronados con la corona de laurel de la victoria de Cristo. Dichosos vosotros pues sufristeis la cruz de vuestro Señor que unió vuestro dolor y sacrificio al suyo.

Que gracia tan grandes de ser testigos del amor de Cristo hasta el derramamiento de la propia sangre. Cuán grande el fruto que han dado vuestras vidas convirtiéndose en semillas de tantos nuevos cristianos.  Cuán grande vuestro testimonio para que ahora podamos seguir vuestros pasos,

Como decía el propio San Andrés en la carta que dirigía a las comunidades cristianas antes de morir: "En estos tiempos de dificultad debemos de luchar, buscar y ansiar por ser testigos de la fe de nuestro Señor. Para ser victoriosos en tal lucha debemos permanecer firmes como valientes soldados de Cristo sin dejarnos vencer por el odio sino venciendo el mal con las armas del bien, la fe y el amor. Debemos sostenernos y amarnos mutuamente para que nadie desista y todos perseveremos. el Señor de la misericordia nos proveerá de fortaleza para poder resistir el combate y nos confortará y consolará a su tiempo. Nuestra vida eterna ha ya comenzado, nos encontraremos y veremos en el cielo donde recibiremos la corona de la gloria imperecedera que no se marchita. os envió mi beso de paz y de amor. no temáis por la perdida de vuestro pastor. Saldréis ganando porque el Señor, nuestro verdadero Pastor, pronto os enviara otros pastores mucho mejores que nosotros. Siempre vuestro: Andrés Kim Taegon."




[1] San Efrén nació en Nisibis (Mesopotamia) y ordenado diácono se trasladó a Edesa (actual Turquía), combatió las herejías del momento y escribió numerosas obras poemas e e himnos litúrgicos referentes a Cristo y a la Virgen. Contribuyó a que los himnos fueran incluidos en el rezo litúrgico. Fue declarado doctor de la iglesia.

[2] El Padre Jordano Catalani, misionero dominico francés en 1321-1322 informó a Roma de algún lugar en la costa oeste de la India, que había dado sepultura cristiana a cuatro monjes martirizados. Jordanus es conocido por su 1329 "Mirabilia" que describe las maravillas de Oriente; él suministró la mejor explicación de las regiones de la India y los cristianos, los productos, el clima, las costumbres, las costumbres, la fauna y la flora dadas por cualquier europeo en la Edad Media, superior incluso a Marco Polo

[3] Así lo especificaba el decreto " Romanus Pontifix "de 9 de agosto de 1329 estampada por un toro separada "venerabili Fratri Jordano". El mismo Papa el 21 de agosto de 1329 designó alfraile dominico Giordano Catalani de Séverac como el primer Obispo de Quilon. (Las copias de las órdenes y las letras correspondientes presentados por el Papa Juan XXII designando alObispo Jordanus Catalani para la diócesis de Quilon se documentan y se conservan en los archivos diocesanos). 

[4] Las primeras referencias conocidas de las comunidades cristianas en Asia Central es de un escrito redactado por Bar Daisan alrededor de 196 d.C: "Tampoco nuestras hermanas entre los Gilanians y Bactrianos tienen relaciones sexuales con desconocidos"

 

[5] En estos últimos años, la gran mayoría de estas comunidades cristianas, que llegaron a ser tan numerosas en Asia en la Edad Media, han desaparecido casi por completo, y las últimas noticias que nos llegan casi diariamente, son desastrosas en cuanto a los pocos cristianos que quedan ya, sobre todo en Asia y en África. Pues en muchos de estos pueblos llamarse cristiano hoy día es correr un gran peligro.

[6] Ver Bosch pg. 166-167

[7] Este documento  se conoce en latín: Acta Judae-Thomae

[8] Esta historia según la tradición fue escrita y llevada a Jerusalén por San Juan Damasceno (s. VII), siguiendo la tradición de los Cristianos de la India.

[9] En sus orígenes los célebres San Ignacio de Antioquía, San Juan Crisóstomo, San Cirilo, etc.

[10] Los padres capadocios San Basilio, San Gregorio de Niza y Gregorio Nacianceno son verdaderos pilares en el desarrollo de toda una espiritualidad. La vida propia conventual la organiza el abad Teodosio colaborador de San Antonio.

[11] Una obra antológica es la de “strannik, el peregrino ruso”, Ed. de Espiritualidad, Madrid

[12] Los tres reinos que están bajo el protectorado de los partos son Osroene, Adeabene y Armenia. En todos ellos se va extendiendo el cristianismo

[13] Es interesante el estudio de Horst Rzepkowski svd

[14] Artículos principales: Cristianismo en la India , Cristianismo en Pakistán y cristianos de Santo Tomás.


[15] Tomado de “cristianos en oriente” fuente galeon.com/index.html.

[16] La ciudad donde habrá muerto Santo Tomás era Mylapore

[17] Este libro fue impreso en Valladolid en el año 1603. El citado libro es uno de los muchos libros ya casi olvidados. Está escrito en castellano antiguo, y es un libro que todo cristiano debería leer por la importante información que encierra concerniente a las comunidades cristianas antiguas del Oriente.

[18] H. Franke, «Westöstliche Beziehungen im Zeitalter der Mongolenherrschaft", en Saecuhun 29 (1968) pg.91-106

[19]  Ángel Santos en el tomo XXX de su Historia de la Iglesia, de, se recoge con mucha tristeza, la persecución que sufrieron los cristianos de Santo Tomás en la India.

[20] L. Brown, The Indian Christians of St. Thomas. An Account of the Ancient Serian Church of' Malabar, Cambridge 1982, 3s.

[21] H. W. Gensichen, Asien, Christliche Kirchen, en TRE 4, pg. 173-195.


[22] Para el mundo islámico, “la Ruta de la seda” supuso una excelente fuente de ingresos que se convirtió en la base de su economía. Para Europa, una sangría económica irrenunciable (los productos eran insustituíbles).

[23] Cf. Bosch pag 296. Ver mapa

[24] H. J. Klimkeit, The Lndian Christiasn of St. Thomas. An Account of the Ancient Sprian Church of Malabar, Cambridge 1982, 3s.

[25] El dominico Ricoldo da Monte Croce (t 1320) destaca, como misionero del Islam, en el campo literario. El gran misionero orientalista Ramón Martí (Raymundus Martinus) empezó sus estudios sobre el Islam desde motivaciones misioneras y científicas. Guillermo de Trípolis redactó en 1273 su obra «Tractatus de statu Saracenorum et de Mahomete pseudopropheta et eorum lege et fide», con una objetividad nada corriente en su tiempo. Intenta con ella internarse, con una capacidad extraordinaria, en el mundo conceptual del Islam y en la mentalidad de sus seguidores.

[26] Entre sus escritos destacan sus dos estudios en latín, la erudita obra «Informatio de quibusdam moribus nationis Indicae» (publicada en 1613) y la «Narratio fundamentorum quibus Madurensis Missionis institutum caeptum est et hucusque constituit» (1618/19), escrita ésta última con una metodología más rigurosa, gozan de una gran importancia teorético-metodológica.

[27] Esto se desarrollará más extensamente más adelante en el apartado XIX.3.5 y en el primitivo itinerario de los primeros misioneros en Filipinas (segunda parte del trabajo)

[28] Estos misioneros procedían de Paris y pertenecían a la Foreign Mission Society de Macao.

[29] La lista completa de los 103 mártires se obtuvo mediante una lápida conmemorativa y un registro de los que estaban enterrados en el cementerio, lugar de los mártires.

[30] Nota del traductor: «El sacerdote valenciano Juan Bautista Vives y Marjá (Valencia, 1545 - Roma, 1623) fue nombrado prelado de esta Congregación. Con la ayuda de los teatinos, erigió un colegio para clérigos seculares ultramontanos para que se preparasen para las misiones católicas, aunque no tuvo éxito. Entonces donó al papa Urbano VIII el palacio Ferratini, sito en la plaza de España, que era de su propiedad... para acoger a doce alumnos, que deberían marchar a los territorios de misión... De esta forma surgió el Colegio Urbano de Propaganda Fide... Propuso también la erección de una congregación "pro tuendaJide", formada por 24 teólogos...» Cfr. Cárcel Ortí, V., «Monseñor Juan Bautista Vives y Marjá», en Hoja de propaganda misionera, Secretariado diocesano de misiones, Valencia, año 58, sept.-oct. 1996, n 512, p. 4.


[31] C. H. Grentrup, Die Missionsfreiheit nach den Bestimmungen des geltenden Völkerrechts, Berlin 1928, 64.


[32] J. Metzler, Die Synoden in China, Japan und Korea 1970-1931, Paderborn-München-Wien-Zürich 1980, 222.

[33] Fuentes: cath.ch/crux/imedia/oldyosef/asianews – DICI n°400, septiembre 2020. Este contenido fue publicado el 24 mayo 2022 - 16:30-24 mayo, Hong Kong, 24 may (EFE).- Este contenido fue publicado el 23 mayo 2022 - 13:2423 mayo 2022 - 13:24. Este contenido fue publicado el 23 mayo 2022 - 13:2423 mayo 2022 - 13:24´ (AFP) SEPTIEMBRE 27, 2020. ORIGEN: FSSPX.NEWS

(i) Artículo de ZENIT.Declaraciones del cardenal Filoni en defensa del cardenal Zen.Traducción del original en italiano realizada por el director editorial de ZENIT.

[34] Se da la excepción de Filipinas donde la fe arraigó fuertemente en el pueblo.

[35] https://web.archive.org/web/20110709224215/http://www.amo.gov.hk/form/historical

[36] Wordie, Jason (2002). Streets: exploring Hong Kong Island. Hong Kong University Press. p. 62.