lunes, 31 de enero de 2022

I EXPOSICION: Salamanca en tiempos de pandemia 2020

I EXPOSICION SOLIDARIA

 Salamanca en tiempos de pandemia 2020

 (Cuadros al óleo)



Salamanca “alto soto de torres” que al ponerse el sol dora de su lumbre y nos eleva el espíritu hacia lo alto. Bosque de piedras que arrancó la historia a las entrañas de la tierra madre, remanso de quietud. Al pie de tus sillares, de las cosechas del pensar tranquilo que año tras año maduró en tus aulas, la esperanza duerme en el tranquilo curso de la vida 

(Miguel de Unamuno)






Los cuadros al oleo fueron expuestos en el salón de entrada de la Iglesia de la Purísima durante el tiempo de Aviento y Navidad durante todo el mes de Diciembre hasta la Fiesta de la Epifanía. Fue una ocasión para solidarizarnos con la comunidad misionera de la que formo parte en Filipinas y una oportunidad para compartir la fe y mi experiencia de vida misionera con la comunidad local de Salamanca mi ciudad natal. Tuve ocasión de hacer diversas entrevistas por radio y otros medios. Se publicó un artículo de una página con una entrevista en la Gaceta y di mi testimonio en las homilías del primer Domingo de Adviento en la Iglesia de la Purísima.

NOTA: En la numeración de los cuadros las letras mayúsculas hacen referencia a los tamaños de los cuadros. Los de la letra A: 29+35; B: 33+41; C: 56+49; D: 99+118; E 105+125



 

A1 VISTA DE LAS DOMINICAS Y LA CATEDRAL DESDE CASA

Venid a ver las obras del Señor, las maravillas que hizo en la tierra (Sal 45)



 

A2 VISTA DE LA CLERECIA DESDE LA CALLE PALOMINOS

La ciudad no puede desprenderse de la carga de su historia (Fernando R. de la Flor)



 

A3 VISTA DE LA CATEDRAL DESDE SAN ESTEBAN

Grandes y maravillosas son tus obras Señor Dios omnipotente (Sal 97)



 

A4 VISTA PINACULOS DE SAN ESTEBAN DESDE LA VENTANA DE MI CASA

Señor Tú has sido nuestro refugio de generación en generación (Sal 89)



 

A5 TORRES CATEDRAL AL AMANECER

El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de tus manos (Sal 18)



 

A6 CATEDRALES DESDE LAS RIBERAS DEL RIO

Desde el cielo proclamas sentencia y te abajas para salvar a los humildes de la tierra (Sal 75)



 

A7 PINACULOS CATEDRAL AL AMANECER

Hasta el gorrión ha encontrado una casa y la golondrina un nido donde colocar sus polluelos (Sal 83)



 

A8 TORRES CLERECIA AL ATARDECER

Su Monte Santo, una altura hermosa, alegría de toda la tierra (Sal 47)


 


A9 FACHADA DE LOS DOMINICOS

Corazón desnudo de viva roca que con sus crestas en el cielo toca, buscando al sol en mutua soledad (Miguel de Unamuno)



 

B1 VISTA CATEDRAL Y PUERTA DEL RIO DESDE EL VERRAC0

Desde el santuario Dios impone reverencia, es Él quien da la fuerza y poder a su pueblo (Sal 67)



 

B2 VISTA CLERECIA Y CATEDRALES AL ATARDECER

El Señor construyó allí su santuario y lo cimentó para siempre (Sal 77)

 


B3 VISTA UNIVERSIDAD Y CLERECIA DESDE CALLE LIBREROS

Salamanca ha sido desde la Edad Media hasta nuestros días la Ciudad del Saber (Antonio Bonet Correa)

 


B4 VISTA CLERECIA Y CASA DE LAS CONCHAS

Salamanca, la ciudad imperial de las letras (Gil González Dávila)

 


B5 LA PURISIMA Y EL PALACIO MONTERREY

Qué hermosa la tristeza reposada de ese mar petrificado y lleno de cielo (Miguel de Unamuno)

 


B6 DETALLE PUENTE ROMANO CON CATEDRAL AL FONDO

Confía en el Señor, Él es nuestra esperanza, nuestro alcázar, la roca, la salvación (Sal 61)



 

B7 VISTA DESDE SAN BLAS JARDINES RAFAEL FARINAS CON TORRES AL FONDO

Entre sus palacios Dios descuella como un alcázar (Sal 47)

 


B8 VISTA DEL PATIO DE LAS DUEÑAS CON LA CATEDRAL AL FONDO

Qué deseables son tus moradas Señor, dichosos los que viven allí alabándote siempre (Sal 83)

 


B9 VISTA CATEDRAL Y CLERECIA DESDE LA AZOTEA DEL AYUNTAMIENTO

La más bella ciudad estás mirando que el gallardo pintor del cielo hermoso repasa, todo el orbe iluminado (Lope de Vega)



 

B10 PATIO DE LAS ESCUELAS MENORES

La Universidad de Salamanca excede a las demás en la virtud y el recogimiento (Pedro Chacón)



 

B11 VISTA POSTERIOR DE LA CATEDRAL DESDE LA TORRE DE LA CUEVA

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes (Sal 23)



 

B12 PLAZA DE ANAYA

Ave Salmantina, ciudad gloriosa; de las letras, gloria siempre preciosa (Marcelino Menéndez Pelayo)

 


B13 PANORAMICA DEL PUENTE ROMANO Y CATEDRALES

Que se alcen las antiguas compuertas va a entrar el Rey de la gloria (Sal 23)



 

B14 VISTA CATEDRALES DESDE EL PUENTE ROMANO

No tememos, aunque tiemble la tierra y los montes se desplomen. El Señor está con nosotros (Sal 45)



 

B15 VISTA PANORAMICA DE SAN ESTEBAN Y PORTICO

Grandes pensadores vinieron de lejos Fray Vitoria, Fray Luis de León, Miguel de Unamuno y en ella se quedaron para siempre (Olegario González de Cardenal)

 


B16 VISTA CATEDRAL Y CLERECIA DESDE LA PLAZA

Grande es el Señor en la ciudad de nuestro Dios (Sal 47)

 


B17 PLAZA MAYOR

Una de las más bellas representaciones del Renacimiento y barroco, perfecta en la unidad de estilo y armonía artística (Alejandro Rognedov)



 

B18 PATIO ESCUELAS MAYORES Y UNIVERSIDAD

Universidad de Salamanca una de las cuatro lumbreras de la Cristiandad (Concilio de Lyón)


 


B19 CALLE TENTENECIO Y LA CATEDRAL FORTIS AL FONDO

La ciudad que nuestro Dios ha fundado desde siempre (Sal 47)


                                     


B20 PATIO CHICO

Tú me levantas al cielo que te enciende y te refresca (Miguel de Unamuno)



 

B 21 CALLE DE LA COMPAÑIA Y CLERECIA AL FONDO


El cuerpo de piedra en que se encierra el alma de esta ciudad es una constante lección de espiritualismo (Miguel de Unamuno)

 


B22 TORRES DE LA CLERECIA DESDE CALLE CERVANTES

Ciudad contra reformista, ciudadela del saber teológico, depositaria diamantina de nuestra fe (Fernando R. de la Flor)



 

B23 FACHADA CONVENTO DE SAN ESTEBAN

Salamanca nos adentra hasta aquel secreto lugar donde está la raíz de la hermosura, del reposo del hombre y del corazón de Dios (Olegario González de Cardenal)



 

B24 PUERTA DE ANIBAL Y TORRE CATEDRAL AL FONDO

Recuerdo tus proezas, tus antiguos portentos y medito todas tus obras (Sal 76)

 


B25 VISTA CATEDRAL DESDE EL JARDIN DE CALIXTO Y MELIBEA

Dad la vuelta en torno a Sión, contando sus torreones (Sal 47)

 


C1 VISTA GENERAL DEL PUENTE ROMANO

Acuérdate de tu pueblo, que adquiriste desde antiguo, del Monte Sión donde pusiste tu morada (Sal 73)



 

C2 VISTA POSTERIOR CATEDRAL MAGNA

Fijaos en sus baluartes, observad sus palacios y decid a la próxima generación El señor nos guía por siempre (Sal 47)

 


D1 SALAMANCA EN FIESTA DESPUES DE LA PANDEMIA

Recuerdo otros tiempos como marchaba en medio de la gente a la casa de Dios entre el bullicio de la fiesta (Sal 41)



 

E1 CONFINAMIENTO EN SALAMANCA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Lo que nuestros padres nos contaron no lo ocultaremos a nuestros hijos para que pongan en Dios su confianza (Sal 77)


COMO APENDICE ADJUNTO DOS VIDEOS DE LA EXPOSICION:










domingo, 9 de enero de 2022

UNA NUEVA EPOCA, UN NUEVO ORDEN

                     UNA NUEVA EPOCA, UN NUEVO ORDEN




INDICE:

0.                Introducción

1.                El principio de nuestra civilización

2.                Los anticipos: Los fragmentos de la civilización en arriano e indoeuropeo

3.                La primera gran transformación: Transformación axial con Sócrates, Buda, Confucio

4.                La segunda gran transformación: el comienzo del cristianismo

5.                La gran crisis en el cristianismo primitivo

6.                La gran crisis en la Edad Media

7.                La tercera gran Transformación. El humanismo. El renacimiento

8.                La cuarta gran Transformación. El iluminismo. La ilustración. El liberalismo

9.                Las crisis de las cosmovisiones tradicionales

10.             La gran crisis del tiempo presente


11.             Ante una nueva gran transformación

12.             Conclusión

 


0. Introducción

Estamos iniciando el año. Hoy celebramos la fiesta de la Epifanía con el Bautismo de Jesús. Estrenamos año nuevo y bueno sería el propósito de construir un mundo nuevo bajo un orden nuevo. La humanidad ha vivido una serie sucesiva de crisis y de transformaciones, después de un tiempo de una gran crisis surge un período de gran transformación. Precisamente estamos asistiendo a un tiempo de gran transformación. Esta nueva época, cambio epocal que vivimos nos sitúa en una nueva cosmovisión y nos hace plantear un orden nuevo.[1]

Debemos aprender de la historia. En nuestro tiempo las religiones se han convertido en una fuente más de división que de comunión Estamos llamados a ser epifanía de una vida nueva cultura, un nuevo orden, una nueva cosmovisión a través de un testimonio de comunión. Se necesita volver a la vida en el Espíritu a la cultura nueva, civilización nueva del amor, con el primado de la vida y del amor.

El Papa Francisco dice que estamos viviendo de una forma velada una tercera guerra mundial por la cantidad de conflictos y guerras que en la actualidad seguimos viviendo. Nuestra humanidad está sedienta de paz de fraternidad. Nunca más debemos repetir los dramáticos acontecimientos de NagasaKy e Hyroshima vividos en la guerra mundial. Hitler, Stalin, Sadam Husseim, etc. fueron las grandes sombras de los fanáticos de nuestro tiempo. Debemos evitar todo tipo de fanatisimo, exclusión, terrorismo. El holocausto de Auschwitz, las masacres de Ruanda de Bosnia, el ataque terrorista de las torres gemelas, son las oscuras epifanías de una falta de sentido, de un horizonte y paraíso perdido, hemos perdido la sagrada inviolabilidad del ser humano.

El mundo es un precioso mosaico de pueblos y culturas. Estamos llamados a vivir en nuestra madre tierra como una verdadera familia de hermanos respetando la variedad de culturas y tradiciones de cada pueblo. Somos depositarios de un rico patrimonio humano que debemos perseverar. Debemos promover el respeto del diálogo y el entendimiento mutuo. Debemos buscar una y otra vez los principios comunes como fuente de comunión para promover la paz y la unidad en nuestro tiempo presente para garantizar la paz futura.

 


1.                El principio de nuestra civilización

Nos esforzamos constantemente por mejorar la naturaleza y aproximarnos a un ideal. Parece que los seres humanos tienden naturalmente hacia el arquetipo a una etapa paradigmática. No conocemos el ideal de los hombres en el paraíso. Vayamos al principio de nuestra civilización.

Al principio se vivía la religiosidad de una manera sencilla y pacífica. El hombre no estaba interesado en especulaciones acerca de Dios. Vivir en armonía lleva a la humanidad a tener experiencia con la trascendencia. En total apertura a la trascendencia, las personas podrían vivir en un estado de éxtasis no porque estuvieran atrapadas en un trance exótico, sino porque estarían viviendo más allá de los confines del egoísmo. Los aborígenes y primeros pobladores muestran una apertura natural a la trascendencia. Experimentaron una fuerza invisible dentro de sí mismos y en todo lo que vieron, experimentaron y tocaron y veneraron un ser divino, Creador del cosmos y de la tierra. La mayoría de las sociedades y culturas tenían una creencia temprana en un Dios Supremo. Este Dios a menudo se llamaba el Dios del Cielo, ya que estaba asociado con los cielos. Debido a que era bastante inaccesible, tendía a desvanecerse de la conciencia religiosa.[2]

Las personas generalmente experimentaban lo sagrado en el mundo que los rodeaba y dentro de sí mismos. Todos estaban sujetos a un orden cósmico general que mantenía todo en existencia. Este orden los arios llamaron asha y Varuna el guardián del orden sagrado. Tenían que someterse al orden sagrado que mantenía unido al universo.[3] El Dios Supremo cooperó con los seres humanos en la preservación de las energías divinas del cosmos. El sacrificio de animales era una práctica religiosa universal en el mundo antiguo. Esta era una forma de reciclar las fuerzas eliminadas que mantenían al mundo en existencia. La religión antigua dependía de lo que se ha llamado la filosofía perenmial de que estaba presente de alguna forma en la mayoría de la cultura premoderna.

El mundo sagrado era, por lo tanto, el prototipo de la existencia humana y debido a que era más rico, más fuerte y más duradero que cualquier otra cosa en la tierra, la gente quería desesperadamente participar en él. Esta filosofía perenne hoy en día sigue siendo un factor clave en la vida de algunas tribus indígenas. La experiencia religiosa de las personas de la antigüedad es que imitan a los dioses en rituales sagrados para dar sentido a sus vidas seculares donde vivían.[4]




1.1 Los anticipos. Las semillas de nuestra civilización[5]

Los arios también llamados tribus indoeuropeas eran un pueblo itinerante que originalmente vivía en las estepas caucásicas desde aproximadamente 4500 aC. Eran una red de tribus que compartían una cultura común. Hablaban el idioma que formaría la base de varias lenguas asiáticas y europeas. También se les llama indoeuropeos. Viven juntos en paz compartiendo las mismas tradiciones religiosas culturales. Su religión era sencilla y pacífica. Remarcamos algunos de los principios más importantes de su religión:[6]

Hay una visión importante y un principio crucial en este tiempo es el concepto de Dios como la realidad última que era trascendente e inefable. Por eso nadie podía tener la última palabra en el tema de Dios.

Otro principio crucial de este tiempo es que los arios nunca perderían por completo este profundo respeto por el espíritu que compartían con los demás. Presentaremos como resumen de la primera evolución de la experiencia de la religión antigua en las tribus arias.

 


1.2   El sentido de los rituales en los arios y la civilización indoeuropea:

 

Todos los días los arios ofrecían sacrificios a sus dioses para reponer las energías que gastaban en mantener el orden mundial. Los arios creían que el universo se había originado a partir de una ofrenda de sacrificio. Al principio se dijo, los dioses que trabajaban en obediencia con el orden divino, habían dado a luz al mundo en siete etapas. Primero crearon el Cielo, luego la Tierra que descansaba como un plato plano sobre el Agua. En el centro de la Tierra los dioses colocaron tres criaturas vivientes: una Planta, un Toro y un Hombre. Al principio todo era estático y sin vida. No fue hasta que los dioses realizaron el triple sacrificio, aplastando la Planta matando al Toro y más tarde al Hombre. No podría haber progreso, material o espiritualmente, sin autosacrificio.[7]

Los arios al principio no tenían santuarios o templos elaborados. El sacrificio se realizó en la arena. La gran celebración terminó con una santa comunión. El sacerdote y los participantes compartieron una comida festiva con la deidad comiendo la comida consagrada y bebiendo el soma embriagador, que parecía elevarlos a otra dimensión del ser.[8]

 


1.3   El cambio con la aparición de las nuevas tecnologías. 

La edad del hierro trajo un cambio profundo alrededor de 1500 aC. La vida nunca sería la misma. Los primeros ciudadanos se convirtieron en guerreros. Una vez que aprendieron el arte de la guerra, y cómo domesticar a los caballos salvajes de las estepas y aprovecharlos con carros, comenzaron a tener una gran movilidad. El arte de la guerra se volvió tan poderoso que la violencia se intensificó como nunca antes.

Va a cambiar el paradigma. La antigua religión que había predicado la reciprocidad, el autosacrificio y la bondad perdieron este principio interno. Comenzaron a luchar unos contra otros. Hey mató y robó rompiendo el orden natural y sagrado del cosmos.[9]

 


1.4   La tendencia a la visión monoteísta con Zoroastro. 

Alrededor del año 1200 a.C. apareció la figura de Zoroastro. Una nueva era ha amanecido. Zoroastro no estaba interesado en la especulación teológica. Estaba preocupado por la violencia que había destruido el mundo pacífico. Estaba buscando desesperadamente una manera de llevarlo a su fin.[10]

El sufrimiento y la impotencia de su pueblo habían empujado a Zoroastro a una visión desgarrada y conflictiva. Zoroastro concluyó que debía haber una deidad malvada que había inspirado la crueldad de los asaltantes. Este Espíritu Hostil había lanzado con druj, (la mentira), era el epítome del mal. Él era el eterno enemigo de asha. El Señor Maza había creado un mundo perfecto, pero el Espíritu Hostil había invadido la tierra y la había llenado de pecado, violencia, falsedad, polvo, enfermedad, muerte y decadencia.

La visión de Zoroastro fue el augurio de un gran cataclismo pero que no acabaría en catástrofe. Al final habría un gran juicio. El cosmos será restaurado a su perfección original. Otra figura vendría como un ser sobrehumano, que es mejor que un buen hombre. Lo llaman Saoshyant, aquel que traerá la salvación y llevaría al señor Mazda a la victoria final.[11]

Zoroastro trata de introducir una nueva moralidad. El zoroastrtrianismo se convirtió en una fe nacional que incluso ahora permanece en la religión iraní. Fue en germen el comienzo de otro principio crucial, el principio de ahisma o no violencia.

 


2        La primera gran transformación: la transformación axial:[12]

Después de un tiempo oscuro de sufrimiento, la humanidad sufre una gran transformación. Esta gran transformación nos lleva a la primera estrella de la espiritualidad axial. Es un tiempo de catarsis. Sufren una dislocación espiritual. El catalizador del cambio fue la erupción de una nueva espiritualidad con las nuevas religiones, el judaísmo, el hinduismo, el budismo, pero todas ellas caracterizadas con principios comunes. Los principios de la Edad axial.

Vamos a tratar de profundizar en las claves de esta Edad axial y analizar cada uno de los puntos más significativos para ver así los principios comunes que la caracterizaba siguiendo la cronología de los eventos más importantes.

 


2.1 Hinduismo y budismo en la India. La figura de los renunciantes (ascetas) y la figura de Buda.

La India podría considerarse como una de las tradiciones más antiguas con la civilización que surgió en el valle del Indo, donde los arios llegaron en el año 2000 a.C. Durante el período védico se establecieron en Dorah entre los ríos Yamuna y Ganges. Esta región se llamaba rya varta, la tierra de los Arya. Esta antigua civilización india sería una de las más grandes con Egipto. Desarrollaron la idea de Brahman, la realidad Suprema. Brahaman era uno de los principios más fundamentales.

Algunos hombres dieron el paso extraordinario de renunciar a todo comenzando una vida de moderación. La figura de los renunciantes, los samnyasins, cambian el enfoque en el Brahamn y se ponen más allá de lo pálido como agentes de un cambio religioso. Se convirtieron en los pioneros de los principios de la Era Axial.

Los renunciantes fueron capaces de una gran transición de una religión concebida externamente a una que se erigió dentro del yo. El mayor logro fue la internalización de la religión. El ritualista había afirmado durante mucho tiempo que los ritos de sacrificio creaban lo divino. Los rituales contenían el poder del brahman. Los renunciantes dieron un paso más. Estaban volviendo al viejo estilo de vida móvil de los campesinos y ganaderos. El brahmcarín, la Vida Santa, fue una iniciación    en la vida védica. El brahmcarín era parte de la iniciación a la vida adulta. Se comprometen a ser castos y con el espíritu de ahimsa no cometen ningún acto de violencia.

La gran idea en este tiempo de transformación fue que los seres humanos tienen que encontrar el Camino para volver al cielo, volver a su propia verdad, a su verdadero yo. Debemos separar el verdadero yo del lío de las ilusiones para encontrar el verdadero centro de nuestro ser, nuestro verdadero yo, nuestro parusha mortal. Debemos lograr moksha -liberación- del falso ego.[13]

Hacia finales del siglo V un renunciante, Kshatryya, llamado Siddhata Gotama y más tarde Buda,  el iluminado, tendrá un tremendo impacto en el futuro. Adaptó el Camino para la gente común. El Camino de la iluminación no es a través de la ascesis, sino de la empatía y la compasión desinteresadas. Hace equilibrio trabajando con su naturaleza humana y no luchando contra ella. Se trata de abrir todo nuestro ser a los demás trascendiendo el ego con una actitud de compasión y bondad amorosa. La enseñanza y las prácticas budistas, dharma, se basaban en la experiencia de vida del fundador.

 


2.2 Confucionismo en China. La figura de Confucio

Los arios llegaron a China y se establecieron en el valle del río Amarillo en el siglo XVI 1600 aC. Uno de las primeros dinastías fue la Shang. La sociedad Shang era una extraña mezcla de refinamiento, sofisticación y barbarie. Los Reyes creían que eran los hijos de Dios. El Rey era un intermediario con el mundo divino. Y estaba en la cima de la pirámide feudal. Después de Shong Dinasty  estaba siguiendo a la Dinastía Zhow en el siglo XI aC. Yao y Shun y el duque de Zhou eran figuras importantes.

Desarrollaron el concepto de Yin y Yang. La alternancia del aspecto femenino y masculino de la realidad. El yin era el aspecto femenino, como las campesinas, su estación era de invierno; su actividad era interior y se realizaba en la oscuridad. Yang, el aspecto masculino estaba activo en verano y a la luz del día; era un poder externo y su producción era abundante.

Después de la dinastía Zhou vino un declive de la monarquía. Con Chungiu comenzó lo que se llama el período de primavera y otoño. Yao y Shun se convirtieron en santos, hombres de bondad, modelos arquetípicos para la sociedad. Establecieron una edad de oro de paz.

Pero este tiempo de paz no fue tan largo. Después de eso vino un momento turbulento. La dinastía Li sacralizó las relaciones promoviendo lo sagrado y el respeto. La figura de los príncipes se convirtió en los ideales de concordia y rendición.

Confucio apareció en S. V aC. Él trajo la religión de China a la tierra. Trató de poner orden promoviendo las reglas de comportamiento correcto fieles a las antiguas tradiciones. En el pasado, los ritos han ayudado a frenar el peligro de la violencia y han mitigado el horror de la batalla. Institucionalizó a los nuevos eruditos los junzi, todos tenían el potencial de convertirse en junzi. Los junzi se convirtieron en el ideal arquetípico que deben estudiar las reglas de comportamiento correcto y ponerlas en práctica. Deben estudiar la ceremonia de los ritos prescritos por el Li tradicional.

La Regla de Oro se convirtió en el núcleo de nuestro comportamiento. La Regla de Oro: Nunca hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Este bien era considerado el poder del Camino. Daode. Al igual que los sabios indios, Confucio vio el principio del ego como la fuente de la mezquindad y la crueldad humanas. Si las personas pierden fríamente su tendencia hacia el ego (egocentrismo, shelfishness) y se someten a las demandas altruistas del Li, serían transformadas por la belleza de la santidad.[14]

 


2.3 Judaísmo en Israel. Las grandes figuras de los grandes profetas, Isaías, Jeremías y Ezequiel.

El judaísmo se elevó alrededor del s. XVIII aC. Al principio había una confederación de tribus llamadas Israel que aparecen en las tierras altas de Canaán procedentes de Mesopotamia, la región de Ur. No hay un relato contemporáneo del desarrollo del Israel primitivo. Los padres fundadores, llamados patriarcas, eran los líderes de la nación: Abraham, Isaac, Jacob. Los patriarcas habían vivido en diferentes partes de la región montañosa. Abraham en Hebrón, Isaac en Berseba, Jacob primero en Siquem y más tarde en Egipto. Jacob y sus doce hijos fueron los fundadores de las doce tribus israelitas. Después del exilio en Egipto regresaron a la tierra de Canaá alrededor de 1200. Su Dios Yahvé les prometió que haría de Israel una gran nación. Moisés y Josué eran los líderes espirituales. Yahvé hizo un pacto con Israel en el Monte Sinaí. Como el maíz del pacto era el término hesed que denotaba la lealtad que exigía un comportamiento generoso hacia el grupo familiar.

El culto central era el Tratado de la Alianza. Símbolo del tratado que unía al pueblo con Yahaweh.  El festival de Pésaj (la Pascua) era un elemento central para recordar la historia del Éxodo. Finalmente establecieron un Reino. El rey David y más tarde su hijo Salomón erigieron el nuevo Templo en Jerusalén. Después de la muerte de Salomón, el Reino fue dividido entre sus dos hijos, Roboam y Jeroboam. El reino del norte era Israel. El reino del sur de Judá. Los babilonios conquistaron primero Israel y más tarde Judá y ambos fueron exiliados a Babilonia. Cuando fueron exiliados a Babilonia en el siglo VI experimentaron un intenso período de extraordinaria creatividad. El tiempo del exilio fue un tiempo de catarsis y cambio.

El profeta Jeremías aparece cuando descubren la tradición de Deuteronomio en la reforma de Josías. Jeremías no fue deportado porque había apoyado a los babilonios. Se le profetizó la violencia y la ruina y movió a sus compatriotas a rendirse sin usar la violencia como la voluntad de Dios. Estaba convencido de que los exiliados salvarían a Israel. Casi fue ejecutado. Su postura inquebrantable y valiente representaba uno de los principios axiales. Se presentó como un hombre de dolores (anticipo del Mesías Siervo sufriente que describió en sus cánticos). Con Jeremías desarrollaron una espiritualidad más interior. Era esencial que los israelitas se comportaran con justicia, equidad, bondad y compasión unos con otros imitando la generosidad de Yahvé.

Ezequiel, profeta y sacerdote, fue deportado a Babilonia. Su misión era traer de vuelta a los deportados a su casa llamándolos a arrepentirse. La reforma debe comenzar con el autoexamen reconociendo sus propias faltas. Tiene que insistir para que tomen una vida correctamente ordenada. A pesar de su angustia, Yahvé ha prometido morar entre ellos. La fuerza para la restauración venía permitiéndose experimentar todo el peso de su dolor. Su mundo se había puesto patas arriba. No podían relajarse ni sentirse a gusto en ningún lugar.

Lo relevante del segundo Isaías sobre todo en el Cántico del Siervo Sufriente fue el clímax de la espiritualidad axial. El triunfo del Siervo Sufriente sería a través de la no violencia y la entrega y el auto abandono. A través de este sacrificio kenótico traería paz, misericordia y compasión al mundo.[15]

 


2.4 La nueva filosofía en Grecia. Las figuras de Sócrates y Platón.

Una nueva civilización griega surgió del rublo de Micenas, una confederación de tribus alrededor del siglo IX aC. El reino de miceas y la civilización minoica después de una edad oscura colapsaron alrededor de 1375. Los griegos eran un pueblo indoeuropeo[16] que había comenzado a establecerse en la región del Peloponeso alrededor del año 2000 a.C. Hablaban un dialecto indoeuropeo. No creían en un dios creador benevolente, eran politeístas y no tenían orden divino al principio. El panteón griego: Zeus, Atenea, Poseidón, Dioniso se convirtieron en el centro de su religión. Trataron de explicar la realidad a través de mitos. Homero fue uno de los principales autores de estos mitos griegos. Ya en el siglo V la civilización griega estaba en su apogeo.

Después de un tiempo de crisis, Hesíodo promueve una nueva ética que busca el bien común, y no la autorrealización buscando nuestra propia gloria. Promovió una especie de kenosis y entrega a sí mismo, una ética de desinterés y devoción a los demás. Era un nuevo modelo de excelencia, arete, lejos de los héroes guerreros. En lugar de buscar agresivamente su propia fama y gloria, el hoplita sumergió sus propias necesidades para el bien de los demás.

Después del siglo de Pericles, los sofistas estaban difundiendo argumentos falaces que mostraban el absurdo lógico del sentido común. Fue el origen de la duda sistemática del relativismo, el subjetivismo y el escepticismo. Es imposible formular ninguna verdad. Promueven una duda sistemática y la inutilidad del lenguaje. No había autoridad trascendente ni Dios supremo. Afirmaban que el hombre era libre e independiente y que el frío intelecto filosófico tomaba el control de su propia vida.

Sócrates implantó el arte de la dialéctica y fundó la Academia. Un diálogo riguroso para exponer las creencias y obtener la verdad.  Entendió que su misión era llevar a sus compañeros atenienses a la verdad y a una mejor comprensión de sí mismos. Él creía en Dios. El conocimiento era inseparable de la virtud. El coraje, la justicia, la piedad y la amistad no son ficciones vacías. La verdadera filosofía es aprender a vivir. El deseo, de liberación, sólo será posible a través de una gran transformación interior. El cultivo del alma era la tarea humana más importante, mucho más crucial que el logro del éxito mundano. El alma está dañada por acciones equivocadas. No debemos tomar represalias o hacer mal por mal a nadie, cualquiera que sea el mal que hayamos sufrido de él.[17] Platón y más tarde Aristóteles reclamarían más tarde la capacidad de razonar bien.[18]

 


2.5 Los principios comunes de la Era Axial:

Llamamos a la Era Axial el momento crucial alrededor de S V aC de intensa creatividad, espiritual y filosófica muy significativa para el desarrollo espiritual de la humanidad. La Era Axial empujó hacia adelante las fronteras de la conciencia humana y descubrió una dimensión trascendente en el núcleo de sus seres. Este período fue uno de los períodos más seminales y el cambio religioso en la historia registrada y fue la base de nuestro mundo moderno.[19]

Este fue el período de grandes figuras como Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías, los místicos de los Upanishad.[20] Marquemos los principios más importantes y comunes: Este período de renovación fue en tiempos de crisis espiritual y social. La lección de este tiempo es que en tiempos de crisis las personas fueron capaces de elaborar una nueva espiritualidad basada en principios sólidos.[21]

No les interesaban las prácticas vacías de rituales. Por lo general, experimentaban lo sagrado como una presencia inmanente en el mundo que los rodeaba. Todos ellos podían promover la unidad y la paz siendo sometidos a un orden cósmico que mantenía todo en existencia. Ponen el acento en la práctica, no en las doctrinas. Lo que importa no era lo que creías, sino cómo te comportabas. Primero debes comprometerte con la vida ética, luego la benevolencia disciplinada y habitual, no discutir sobre la convicción metafísica o la creencia ortodoxa. La Era Axial tenía un nuevo significado ético y puso la moralidad en el corazón de la vida espiritual.

 

Enfatizaron la Regla de Oro, el Camino para encontrar a Dios y el Camino al cielo comienza aquí en la tierra teniendo una vida compasiva. La religión estaba a punto de practicar la misericordia, la compasión y la importancia suprema de la benevolencia, la caridad arraigada en nuestra propia naturaleza.

 

Todo se centra en torno a un nuevo ethos, la preocupación, el respeto por los derechos sagrados de todos los seres, la bondad y la generosidad hacia los semejantes. Esta es la manera de transformar y salvar el mundo.


 

3. La segunda gran transformación. El comienzo del cristianismo

Es el momento de la segunda gran transición. El surgimiento del Imperio Romano va a cambiar todo el escenario de la humanidad con el fin de una era y el comienzo de una nueva era. La Era Axial Judía fue cortada prematuramente tal vez por las dificultades de dispersión y reasentamiento. Durante el siglo I a.C. Israel fue ocupado por el Imperio Romano. El país estaba en una agitación con los grupos de rebeldes, zelotes y macabeos opuestos al dominio romano.

 



3.1 Los movimientos radicales

Los Esenios, (ascetas del Qumrán) fueron grupos que trataron de mantener la pureza del judaísmo en este tiempo de dura oposición. La secta de los Esenios se había retirado de la sociedad dominante y había absorbido la piedad apocalíptica que se había desarrollado después de la Era Axial. Al igual que los zoroastrianos, esperaban una gran batalla al final de los tiempos entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad interiorizando la violencia de su tiempo[22].

Otro movimiento, los escribas y fariseos más moderados, intentaron convertirse en los guardianes e intérpretes de la Ley, la Torá. Los fariseos trataron de desarrollar la espiritualidad más inclusiva tratando de mantener vivos los principios de la Era Axial JudíaEl Shemá, era el mandamiento más importante de la Ley y amar a nuestro prójimo el segundo. Quizás una de las figuras más grandes de los fariseos fue rabí Hillel. Emigró a Palestina desde Babilonia y fundó una importante escuela con gran influencia en el judaísmo rabínico. El rabino Johanan ben Zakkai probablemente fue su mejor discípulo.

 


3.2 La figura paradaxial de Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret, al principio cercano de las tradiciones del judaísmo, se convirtió en un innovador. Se convirtió en el nuevo intérprete de la Ley. Afirma que la esencia de la Ley no era la letra de la Ley, sino su espíritu. Jesús, siendo judío, propuso un Nuevo Camino. Al principio, parece que no tenía intención de fundar una nueva religión, pero poco a poco fue marcando un nuevo orden y un nuevo Camino. Jesús se propuso a sí mismo como el Camino. Era el modelo paradigmático de sus seguidores. Al imitarlo, disfrutarían de una vida mejorada. Se declaró no sólo como el Nuevo Mesías, el Ungido, el Christos, que fue anunciado, sino también como el Hijo de Dios. Su Padre lo ha enviado para llevar a cabo su misión para la salvación del mundo.

Su enseñanza estaba totalmente enfocada en el nuevo mandamiento del amor. Era su propia versión de la Regla de Oro arraigada en el espíritu del Nuevo Orden de la Nueva Era. Sus seguidores lo miraron como el Siervo Sufriente anunciado en el Segundo Isaías. Interpretaron la misión de Jesús como una Kenosis. Jesús también fue un hombre de ahimsa. Su enseñanza sobre el Sermón de la Montaña fue: "Habéis oído cómo se dijo: ojo por ojo y diente por diente, pero yo os digo: ofrécele al hombre malvado ninguna resistencia. Por el contrario, si alguien te golpea en la mano derecha, ofrécele la otra también. Has oído decir: Debes amar a tu prójimo y odiar a tu enemigo. Pero yo os digo: ama a tu enemigo"[23]

La cosmovisión de la primera iglesia era una cosmovisión no crítica del mundo filosófico de las ideas o ideologías del pasado, sino orgánica, respondía a una experiencia viva con el primado de la vida. Había una simbiosis entre la fe el culto, la liturgia y la vida. La atracción de los primeros cristianos respondía a esta una unidad.

 


4. La gran crisis en el cristianismo primitivo. La cristianización del imperio

La gran Crisis en el cristianismo primitivo ocurrió con la caída del Imperio Romano y el surgimiento del Islam. Dos crisis prácticamente al mismo tiempo. La conversión de Constantino, emperador de Roma y el establecimiento del cristianismo como religión del imperio dos realidades con grandes consecuencias. Un aspecto positivo es la expansión del cristianismo. La otra es la decadencia de la fuerte fe del principio. La respuesta fue la necesidad de renovación. Ante el cisma de la Iglesia de Oriente y Occidente y las herejías de la Iglesia, llevaron al gran concilio de Nicea que señala la importancia de una verdadera adhesión a la fe y la formación a través de un proceso catecumenal. Esta crisis prepara otra gran crisis que acontecería con la caída del Imperio Romano. El nuevo paganismo de los bárbaros y el pueblo de la salvia. Dos nuevas reacciones surgen en este tiempo la expansión del Islam y el comienzo del monacato y la reevangelización de Europa. En esta época dos figuras cobraron mucha relevancia: San Agustín y San Benito.

El colapso del Imperio Romano con la mitigación del cristianismo está muy bien analizado por San Agustín es su obra, “Las dos Ciudades”. Este tiempo de crisis y la decadencia de la fe en el cristianismo tiene una respuesta contraria el florecimiento de una nueva religión (el Islam).

 


3.1   La cristianización del Imperio

Con la conversión del emperador Constantino (S. IV) la Iglesia se institucionaliza y el cristianismo pasa a ser una religión (la del Estado Imperial). La organización de la Iglesia comenzó a imitar la del Imperio; los obispos en ciudades políticamente importantes ejercían una mayor autoridad sobre los obispos de ciudades cercanas. ​ Las iglesias de AntioquíaAlejandría y Roma ocuparon los puestos más altos. A partir del siglo II, los obispos a menudo se reunían en sínodos regionales para resolver cuestiones doctrinales y políticas. En el siglo III, el obispo de Roma comenzó a actuar como un tribunal de apelaciones por problemas que otros obispos no pudieron resolver.

Esta crisis institucional viendo la forma de conjugar el poder civil y el religioso, la figura del emperador y del papa, prepara otra gran crisis con la caída del Imperio Romano. La iglesia se institucionaliza y el cristianismo se convierte en la religión del Imperio. Esta fue la gran tragedia y la trampa mortal en la que cae el cristianismo, el Imperio asume el cristianismo y promueve una institucionalización para convertirla en la religión del Imperio. Diríamos que fue la tentación del poder.

¿Cómo ocurre esto? Se busca un pensamiento una ideología correspondiente al mundo clásico que fuera conciso, preciso, claro para resumir la vida cristiana. Se busca una doctrina universal para tener un ideal. La doctrina se convertía en normativa y se pasó a un enfoque jurídico, ético, moral. El cristianismo se institucionaliza como una religión. Se pasó de la experiencia vital a la doctrina y de la fe a la religión. Fue el comienzo de la descristianización y de la secularización.





 

3.2   El Islam

La organización temprana de Oriente Medio y África del Norte se desarrolló a partir de una sucesión de imperios. Cada uno se considera el centro de la vida civilizada; cada uno surgió alrededor de la unificación geográfica características y luego se expandió a las zonas no incorporadas entre ellos. En el tercer milenio antes de Cristo, Egipto expandió su influencia a lo largo del Nilo y en el actual Sudán. A partir del mismo período, los imperios de Mesopotamia, Sumeria y Babilonia consolidaron su dominio entre los pueblos a lo largo de los ríos Tigris y Éufrates.

En el siglo VI aC, el imperio persa se levantó sobre la meseta iraní y desarrolló un sistema de reglas que ha sido descrito como "el primer intento deliberado de historia para unir comunidades africanas, asiáticas y europeas heterogéneas en una sola, organizada la sociedad internacional" con un gobernante con el estilo de Shahanshah (" Rey de Reyes ").

A fines del siglo VI dC, dos grandes imperios dominaban gran parte del Medio Oriente: el Imperio bizantino (o romano del este) con su capital en Constantinopla y profesando el cristianismo religión (ortodoxa griega), y el imperio persa de Sassanid con su capital en Ctesiphon, cerca la Bagdad moderna, que practicaba el zoroastrismo. Se habían producido conflictos entre ellos esporádicamente por siglos.

En 602, no mucho tiempo después de que una plaga había arruinado a ambos. La invasión persa de los territorios bizantinos condujo a una guerra de veinticinco años en la que los dos imperios pusieron a prueba el poder de su fuerza. Después de una eventual victoria bizantina, el agotamiento produjo la paz que la habilidad política no había logrado. También abrió el camino para la victoria final del Islam. En Arabia occidental, en un imponente desierto fuera del control de cualquier imperio, el Profeta Mahoma y sus seguidores estaban ganando fuerza, impulsados por una nueva visión del orden mundial. Pocos eventos en la historia del mundo igualan el drama de la temprana difusión del Islam.

En el siglo VII, la figura del profeta Mahoma es el comienzo de otra gran transformación. Mahoma insistió en que no había venido a reemplazar a los profetas del pasado, sino a regresar a la fe primordial de Abraham. Mahoma vivía en una sociedad violenta cuando los viejos valores se estaban desmoronando. Arabia estaba atrapada en un círculo vicioso de guerra tribal.

Mahoma pensó que Allah, el Dios Supremo, era el mismo Dios de los judíos y los cristianos. Todos ellos han recibido revelaciones válidas. En el Corán está escrito que deben tratar a los ahl al-kitah, personas de una revelación anterior con respeto. Los árabes eran considerados los descendientes del hijo de Abraham, Ismael, ya que el judaísmo era la religión de los hijos de Isaac y Jacob, y el cristianismo era para los seguidores del Evangelio. La religión de Mahoma se llamaría islam[24], rendición.

El islam se levanta como una nueva religión trata de recuperar el espíritu de la Era Axial, aunque Mahoma, por supuesto, nunca había oído hablar de la Era Axial. Incluso el Islam no era una religión de ahimsa, el Corán exigía mucha práctica de compasión y respeto. Los musulmanes estaban obligados a dar una proporción regular de sus ingresos a los pobres. El propósito del zakat, purificación, era purgar sus corazones del egoísmo habitual. Los musulmanes podrían practicar las virtudes de la compasión y la generosidad. Los musulmanes, al meditar en los misterios de la creación, deben aprender a comportarse con una generosidad similar. La agresión estaba estrictamente prohibida. Allah había enviado el don de la paz interior, sakinah, sobre los musulmanes. Podrían distinguirse por la entrega total a Dios. En el Corán se dice que el espíritu de paz es el vínculo con la Torá y el evangelio.

La cosmogonía y el concepto universal diferente del mundo del Islam ejerció un gran dominio, con un nuevo orden, con su propia visión de un solo gobierno divinamente sancionado que unifica y pacifica el mundo.[25] En el siglo VII, el Islam se lanzó a través de tres continentes en un oleada sin precedentes de exaltación religiosa y expansión imperial. Después de unificar el mundo árabe, tomando el remanente del Imperio Romano, y absorbiendo el Imperio Persa, el Islam vino a gobernar Medio Oriente, África del Norte, grandes franjas de Asia y porciones de Europa.

Su versión de orden universal consideraba el Islam destinado a expandirse sobre el "reino de la guerra", como se llama a todas las regiones pobladas por los incrédulos, hasta que todo el mundo fuera un sistema unitario según el mensaje del Profeta Mahoma.

Mahoma y su comunidad de creyentes organizaron una política, unificaron la Península Arábiga y se propusieron reemplazar las religiones de la región, principalmente el judaísmo, el cristianismo y el zoroastrismo, con la religión de su visión recibida. Una ola de expansión sin precedentes convirtió el ascenso del Islam en uno de los más importantes eventos en la historia. En el siglo siguiente a la muerte de Mahoma en 632, los ejércitos árabes trajeron la nueva religión a la costa atlántica de África, en la mayor parte de España, en el centro de Francia y en la medida de lo posible al este como el norte de la India. Su influencia llegó a Asia Central y Rusia, partes de China y la mayor parte del este Indias siguió en los siglos posteriores, donde el Islam, llevado alternativamente por los comerciantes y conquistadores, se estableció como la presencia religiosa dominante. Que un pequeño grupo de confederados árabes podría inspirar un movimiento que dejaría de lado el poder de los grandes imperios que habían dominado la región durante siglos,  hubiera parecido inconcebible unas pocas décadas antes.

 


6. La gran crisis en la Edad Media

Después de la época oscura de las Cruzadas y la Gran Crisis de la época medieval es la era de preparación de una gran transformación que vendría con el nuevo humanismo. La Iglesia que estuvo tantas veces unida al Estado, experimenta la separación de poderes. Este período tiene su propias luces y sombras.

La cosmovisión, el concepto de orden internacional de Europa medieval refleja un alineamiento entre el Papa y el Emperador y una serie de otros gobernantes feudales. Un orden universal basado en la posibilidad de un solo reinado y un solo conjunto de principios de legitimación, una  era cada vez más llena de ideología y drenada de cualquier practicidad.

Hasta la Edad Media se vivió una preponderancia del sentido religioso y del orden del mundo desde las bases del cristianismo y desde la esfera divina. Esta teocracia va a dar paso a una democracia reclamando la autonomía temporal y la separación del poder religioso y el poder civil.

A finales de la Edad Media se dio otro hecho que iba a cambiar el rumbo de occidente. Cuando los mongoles asedian Cafa y intentan acabar con el poderío de Bizancio en Constantinopla ocurrió algo inesperado la propagación de la peste negra. Se trataba de una peste bubónica contraída por pulgas infectadas que portaban las ratas. La peste se propagó y se extendió rápidamente. Entre 1347 y 1356 la peste negra acabó con un tercio de la población de Europa muriendo 25 millones de personas. Europa asolada se enfrentaba a una nueva reconstrucción.

Después de la Edad Media con el renacimiento se dio un cambio de paradigma que tendría como resultado la descristianización de occidente, la mundanización y paganización del mundo cristiano. El papel de la Iglesia dejó de ser preponderante y hubo de adaptarse al mundo secular. El cambio de paradigma lo podríamos expresar como el liberalismo y el principio laical que originaría una nueva conciencia y sistema de pensamiento. El principio laical declara la autonomía de la razón frente a la fe. Esta autonomía da paso a una progresiva incredulidad y pérdida de la fe. Poco a poco la sociedad se vuelve crítica ante el poder papal se pierde credibilidad en la Iglesia y se pierde el valor normativo de la Iglesia, la conciencia del bien y del mal y se cae en un relativismo moral.

 


7.      La tercera transformación. El humanismo y el renacimiento

La era de un nuevo humanismo fue al mismo tiempo un momento de gran transformación y nuevos desafíos. La Iglesia sufre la oposición de la contrarreforma protestante. La Iglesia vuelve a sentir la necesidad de una gran reforma. La respuesta es el gran concilio de Trento. Otro desafío después de descubrir el Nuevo Continente de América es precisamente la evangelización del Nuevo Continente. Esta vez es la nueva era de la Nueva Misión y a su vez la sed de poder y ambición del colonialismo. Se da el surgimiento de nuevas órdenes religiosas, especialmente los jesuitas con la nueva imputación de la obra misionera.

Durante los S. XV, XVI y XVII la reforma protestante por un lado y el renacimiento por otro inicia todo un cambio que después a partir del s. XVIII con la revolución francesa y la ilustración y el despotismo ilustrado acabarían por consolidar este nuevo paradigma. Bajo un gran clamor crítico de necesidad de renovación y de hegemonía de la libertad y la razón, se alza así un nuevo orden laical separado del orden divino, se pierde una concepción religiosa y trascendente de la vida y se proponen nuevos principios éticos para la educación y el progreso.

Un pleno florecimiento del concepto medieval de orden mundial se concibió solo brevemente con el aumento del príncipe de los Habsburgo en el S. XVI, Carlos V (1500-1558); su gobierno también marcó el comienzo de su decaimiento irrevocable.

Carlos V se dedicó a la defensa de la cristiandad contra una nueva ola de invasiones, por los turcos otomanos y sus sustitutos en el sudeste de Europa y el norte de África. Carlos V fue aclamado por sus contemporáneos como el "mayor emperador desde la división del imperio en 843" destinado a devolver el mundo a "un solo pastor". En la tradición de Carlomagno, en su coronación, Carlos V juró ser "el protector y defensor". de la “Santa Iglesia Romana" (Sacro Imperio romano), y la multitud le rindió homenaje como "César del nuevo Imperio". El Papa Clemente confirmó a Carlos como la fuerza temporal para "ver restablecer la paz y el orden" en la Cristiandad. Europa habría sido formada por una central dominante autoridad como el Imperio chino o el califato islámico.

La universalidad de la Iglesia que Carlos V trató de reivindicar no se mantendría. Él demostró ser incapaz de evitar que la nueva doctrina del protestantismo se extienda a través de las tierras que fueron el principal base de su poder. Tanto la unidad religiosa como la política se estaban fracturando.

Carlos V resolvió abdicar de sus títulos dinásticos y dividir su vasto imperio, y lo hizo en una manera que refleja el pluralismo que había derrotado su búsqueda de la unidad. A su hijo Felipe, le legó el Reino de Nápoles y Sicilia, entonces la corona de España y su imperio global. En un emocionante ceremonia en el año 1555 en Bruselas, Carlos V tuvo tiempo para revisar el registro de su reinado, atestiguado por la diligencia con que él había cumplido con sus deberes, y en el proceso entregó los Estados Generales de los Países Bajos a Felipe. El mismo año, Carlos V concluyó un tratado histórico, la Paz de Augsburgo, que fue reconocida por el protestantismo dentro del Sacro Imperio Romano.

Abandonando la base espiritual de su imperio, Carlos otorgó a los príncipes el derecho de elegir la orientación confesional de su territorio. Poco después, renunció a su título de Sacro Emperador Romano, pasando la responsabilidad por el imperio, sus trastornos y sus desafíos externos a su hermano Fernando. Carlos se retiró a un monasterio en una región rural de España (Yuste), a una vida de reclusión.

 


7.1 El descubrimiento del “Nuevo Mundo”

Dos hechos iban a ser significativos para una nueva gran transformación. La exploración de nuevos mundos inspirados, así como una búsqueda para redescubrir el mundo antiguo y sus verdades, con especial énfasis en la centralidad del individuo.

Nunca hasta entonces se hizo un esfuerzo naval comparable, hasta quizás nuestro propio tiempo. Las potencias europeas navegaron desde un continente de autoridades soberanas en competencia; cada monarca patrocinó la exploración naval en gran parte con la esperanza de lograr un objetivo comercial o estratégico ventaja sobre sus rivales.

Los barcos portugueses, holandeses e ingleses se aventuraron a la India; españoles e inglés los barcos viajaron al hemisferio occidental. Ambos comenzaron a desplazar a los monopolios comerciales existentes y estructuras políticas. La edad de tres siglos de influencia europea preponderante en los asuntos mundiales se había lanzado. Las relaciones internacionales, una vez que una empresa regional, serían de ahora en adelante geográficamente global, con el centro de gravedad en Europa, en el que el concepto de orden mundial era definido y su implementación determinada.

Un concilio de teólogos convocado por Carlos V en 1550-51 en la ciudad española de Valladolid había llegado a la conclusión de que las personas que vivían en el hemisferio occidental eran seres humanos con almas, por lo tanto, elegibles para la salvación. Esta conclusión teológica fue, por supuesto, también una máxima que justifica la conquista y la conversión.

Bartolomé de las Casas y los teólogos de la Escuela de Salamanca encabezaos por Fray Vitoria, defendieron los derechos de los indígenas y se fortaleció el concepto de fraternidad universal y cambió la naturaleza del orden internacional. Los europeos pudieron aumentar su riqueza y salvar sus conciencias simultáneamente. Su competencia global por el control territorial cambió la naturaleza del orden internacional.

La perspectiva de Europa se expandió, hasta los sucesivos esfuerzos coloniales por varios estados europeos cubrieron la mayor parte del mundo y los conceptos de orden mundial se fusionaron con la concepción del equilibrio de poder en Europa.

 


7.2 La Reforma Protestante

La Reforma Protestante destruyó el concepto de un orden mundial sostenido por las "dos espadas" del papado y el imperio. El cristianismo estaba dividido y en guerra consigo mismo. La Reforma Protestante destruyó el concepto de un orden mundial sostenido por las "dos espadas" del papado y el imperio. El cristianismo estaba dividido y en guerra consigo mismo.

Un siglo de guerras intermitentes asistió al surgimiento y propagación de la crítica protestante de la supremacía de la Iglesia: el Imperio de los Habsburgo y el papado ambos trataron de erradicar el desafío a su autoridad, y los protestantes resistieron en defensa de su nueva forma de ver la fe.

El período etiquetado por la posteridad como Guerra de los Treinta Años (1618-48) trajo esta confusión a un clímax. Con una sucesión imperial que se avecinaba el Rey Católico de Bohemia, el Habsburgo Fernando, emergiendo como el candidato más plausible, la nobleza protestante bohemia intentó un acto de "cambio de régimen", ofreciendo su corona y su decisivo voto electoral a un protestante el Príncipe alemán. Un resultado en el que el Sacro Imperio Romano habría dejado de ser católico institución. Las fuerzas imperiales se movieron para aplastar la rebelión de Bohemia y luego presionaron su ventaja contra el protestantismo en general, desencadenando una guerra que devastó Europa Central. (los príncipes protestantes generalmente se encontraban en el norte de Alemania, incluido el entonces relativamente insignificante Prusia; el corazón católico era el sur de Alemania y Austria). En teoría, los soberanos católicos compañeros del Emperador estaban obligados a unirse en oposición a la nueva herejía Sin embargo, frente a una elección entre unidad espiritual y ventaja estratégica, más de unos pocos eligió el último.

En los sistemas feudales, la autoridad era personal; la gobernancia reflejaba la voluntad del gobernante, pero también estaba circunscrito por la tradición, limitando los recursos disponibles para las acciones nacionales o internacionales de un país. El primer ministro de Francia de 1624 en 1642, Armand-Jean du Plessis, cardenal de Richelieu, fue el primer estadista en superar estas limitaciones.

 


8. La cuarta transformación. El iluminismo. La ilustración. El liberalismo

Como haría en principio la reforma, la ilustración lleva a cabo un gran asalto contra la cristiandad. Se radicaliza la autonomía del pensamiento desmarcándose de los principios que había mantenido el cristianismo. La razón se impone con audacia crítica relegando la esfera de lo divino y poniendo al hombre como medida de todas las cosas. El nuevo paradigma reclama una política sin derecho divino y una moral sin normas. Se establece una civilización fundada en la idea del derecho y no del deber.[26]




8.1 Richelieu

Richelieu desarrolló un enfoque radical para un orden internacional. Inventó la idea de que el estado era una entidad abstracta y permanente que existía en por derecho propio. Tres conclusiones surgen en la idea de Richelieu. Primero, el elemento indispensable de un éxito. La política exterior es un concepto estratégico a largo plazo basado en un análisis cuidadoso de todos los factores relevantes. En segundo lugar, el estadista debe destilar esa visión mediante el análisis y la configuración de un conjunto de ambiguos, a menudo presiones conflictivas en una dirección coherente y decidida. El gobernante debe saber dónde está esto la estrategia es líder y por qué. Y, en tercer lugar, debe actuar en el borde exterior de lo posible, acortando la brecha entre las experiencias de su sociedad y sus aspiraciones.

Europa nunca estuvo más unida que durante lo que vino a ser percibido como la era de la iluminación. Nuevos triunfos en la ciencia y la filosofía comenzaron a desplazar el fracturando las certezas europeas de la tradición y la fe. El rápido avance de la mente en múltiples frentes: física, química, astronomía, historia, arqueología, cartografía, etc reforzó un nuevo espíritu de iluminación secular augurando que la revelación de todos los mecanismos ocultos de la naturaleza era solo una cuestión de tiempo. "El verdadero sistema del mundo ha sido reconocido, desarrollado y perfeccionado "[27]




8.2 Los ideólogos de la Revolución francesa: Rosseau, Voltaire y Diderot

El S. XVIII es comúnmente conocido como el siglo de las luces (el iluminismo). Los filósofos de la Ilustración en el continente generalmente optaron por el modelo racionalista más que por la visión orgánica de la evolución política. La exploración y la sistematización de todo el conocimiento, un esfuerzo simbolizado por los veintiocho volúmenes de la Enciclopedia que d'Alembert coeditó entre 1751 y 1772. D´Alembert proclamó un cognoscible, universo desmitificado con el hombre como actor central y explicador. El aprendizaje aparecía como un poder prodigioso. El colega de D'Alembert, Denis Diderot, escribió; " con celo por los mejores intereses de la raza humana, la razón enfrentaría falsedades con principios sólidos para servir como la base para verdades diametralmente opuestas, por medio de las cuales podremos derribar todo el edificio de barrer y dispersar el montón de polvo ocioso y en su lugar poner a los hombres en el camino correcto".[28]

En su esencia se realizó un reordenamiento en una escala que no se había visto en Europa desde el final de las guerras religiosas. Para los revolucionarios, el orden humano no era el reflejo del plan divino del mundo medieval, ni el entrelazamiento de los grandes intereses dinásticos del siglo XVIII.[29] Los filósofos franceses de la Revolución equipararon el mecanismo de la historia con la operación no adulterada de la voluntad popular, que por definición no podían aceptar ninguna limitación inherente o constitucional, y que reservaban para ellos mismos el monopolio para llevar acabo la Revolución.

 


8.3 La Paz de Westfalia

El tratado de la Paz de Westfalia se convirtió en un punto de inflexión en la historia de las naciones porque los elementos que establece en su lugar fueron tan sencillos como congruentes. La primacía del estado, no del imperio, ni la dinastía o confesión religiosa, fue afirmado como el componente básico del orden europeo. El concepto de estado y su soberanía fue establecida. Los conceptos de orden mundial se fusionaron con la concepción del equilibrio de poder en Europa.

Era el fin de la Iglesia universal como la fuente última de legitimidad y el debilitamiento del Sacro Emperador Romano, el concepto de orden para Europa se volvió en el equilibrio de poder que, por definición, implica neutralidad ideológica y ajuste a las circunstancias cambiantes.[30]

 



9. Las crisis de las cosmovisiones tradicionales

Durante quinientos años, el gobierno imperial de Roma había asegurado un solo conjunto de leyes, una defensa común, y un nivel extraordinario de civilización. Con la caída de Roma, fechada convencionalmente en 476, el imperio se desintegró. Es lo que los historiadores han llamado la Edad Oscura, nostalgia de la universalidad perdida floreció. La visión de la armonía y la unidad se centró cada vez más en la Iglesia.

En esa cosmovisión, La cristiandad era una sola sociedad administrada por dos autoridades complementarias: el gobierno civil, los "sucesores del César" manteniendo el orden en la esfera temporal; y la Iglesia, los “sucesores de Pedro tendiendo a los principios universales y absolutos de la salvación.[31]

El cambio de paradigma que trae el liberalismo y la secularización conlleva la paulatina descristianización de occidente y la nueva paganización de los pueblos cristianos. El punto de partida es la concepción del principio de realidad. Se parte del mundo visible y la medida de las cosas del mundo se arreglan mirando al mundo y no mirando al cielo. El hombre debe liberarse y no dejarse alienar por la religión a partir de las ideas promovidas por los nuevos revolucionarios del pensamiento moderno: Freud, Nietche y Marx.[32]

El mundo secular ha de construirse prescindiendo de Dios[33]. La hipótesis de un Dios Señor del cielo y tierra es innecesaria, perversa y dañina. Se cae en un agnosticismo y se establece un orden temporal prescindiendo de Dios exaltando el poderío del hombre. La insensatez del hombre es tal que llega a creerse valer por sí mismo prescindiendo de Dios[34]. Entre el Reino de Dios y los reinos temporales se establece una franja infranqueable. La hegemonía del orden y poder temporal se alza frente a toda injerencia de la religión.

Esta cosmovisión, este concepto omnicomprensivo de orden mundial tuvo que enfrentarse a una anomalía desde el principio: en la Europa post-romana, docenas de gobernantes políticos ejercieron soberanía sin una jerarquía clara entre ellos; todos invocaron la lealtad a Cristo, pero su vínculo con la Iglesia y su autoridad fue ambiguo. Fueron feroces los debates a los que asistieron debido a la alineación o no con la autoridad de la Iglesia. Los reinos militares separados y las políticas independientes maniobraron para obtener ventaja de una manera que no tenía relación aparente con “Las dos ciudades” de Agustín.

Cualquier sistema de orden mundial, para ser sostenible, debe ser aceptado simplemente no solo por los líderes, sino también por los ciudadanos. Debe reflejar dos verdades: orden y libertad. Orden sin libertad, incluso si es sostenido por la exaltación momentánea, eventualmente crea su propio contrapeso; sin embargo, la libertad no puede ser asegurada o sostenida sin un marco de orden para mantener la paz. Orden y libertad, a veces descritos como polos opuestos en el espectro de la experiencia, deberían entenderse como interdependiente[35]

Eran los comienzos de un nuevo orden internacional más pacífico. La humanidad se caracterizó por una " sociabilidad no social " no distinta de la "tendencia" para unirse en la sociedad, sin embargo, con una resistencia continua que amenaza constantemente para romper esta sociedad[36]. "El problema del orden, particularmente el orden internacional, era el más difícil y el último en ser resuelto por la raza humana.

 


10. La gran crisis del tiempo presente

Ampliemos el horizonte más allá de las fronteras europeas. En China y el Islam, se disputaron contiendas políticas por el control de un marco de orden establecido. Las dinastías cambiaron, pero cada nuevo grupo gobernante se retrató a sí mismo como restaurando un sistema legítimo que había caído en mal estado. China tenía su emperador; El Islam tenía su Califa, el líder reconocido de las tierras del Islam. En el siglo XV, Europa y China se aventuraron casi contemporáneamente. Barcos chinos, luego el más grande del mundo y tecnológicamente más avanzado, emprendió viajes de exploración que alcanzaron el sudeste de Asia, India y la costa este de África. Intercambiaron regalos con dignatarios locales, príncipes inscriptos en el "tributo" imperial de China sistema, "y trajo a casa con ellos curiosidades culturales y zoológicas. Sin embargo, siguiendo a la cabeza la muerte del navegante Zheng He en 1433, el emperador chino puso fin a las aventuras en el extranjero, y la flota fue abandonada. China siguió insistiendo en la importancia universal de sus principios de mundo. Ambas cosmovisiones aflorarían de nuevo en nuestros días.

La Primera Guerra Mundial fue recibida por entusiastas públicos y líderes eufóricos que imaginaron un corto plazo, una guerra gloriosa para conseguir objetivos rápidos. Pero el macabro evento, mató a más de veinticinco millones y naufragó el orden internacional prevaleciente. El cálculo sutil del equilibrio europeo de intereses cambiantes había sido abandonado por la diplomacia de confrontación de dos alianzas rígidas y luego fue consumido por guerra de trincheras, produciendo bajas hasta ahora inconcebibles. En la dura prueba, el imperio ruso, austríaco, y los imperios otomanos perecieron por completo. En Rusia, un levantamiento popular en nombre de la modernización y la reforma liberal fue tomada por una elite armada que proclamaba una doctrina revolucionaria universal. Después del descenso de la hambruna y la guerra civil, Rusia y sus posesiones surgieron como la Unión Soviética, y El anhelo de Dostoievski por "una gran iglesia universal en la tierra" se transformó en un movimiento dirigido por Moscú, el movimiento comunista mundial, que rechazaba todos los conceptos de orden existentes.[37]

Ninguno de los líderes que se lanzaron a la guerra en agosto de 1914 lo habría hecho si hubieran previsto el mundo de 1918. Aturdidos por la carnicería, los estadistas europeos intentaron forjar un período de posguerra que hiciera lo más posible salir de la crisis que pensaban que se había producido por la Gran Guerra. Se borraron de las mentes casi todas las lecciones de intentos previos de forjar un orden internacional.

El Tratado de Versalles en 1919 se negó a aceptar que Alemania volviera a imponer el orden europeo, como el Congreso de Viena había incluido con la aceptación de una Francia derrotada. El nuevo gobierno revolucionario marxista-leninista de la Unión Soviética se declaró no obligado por los conceptos o las restricciones de un orden internacional cuyo derrocamiento profetizó; participando al margen de la diplomacia europea, se reconoció no solo lenta sino reincidente por la primacía de las potencias occidentales.

De los cinco estados que constituyeron el equilibrio europeo, el imperio austríaco había desaparecido; Rusia y Alemania fueron excluidos, o se excluyeron ellos mismos; y Gran Bretaña estaba comenzando a regresar a su actitud histórica de involucrarse en asuntos europeos principalmente para resistir una amenaza real al equilibrio de poder en lugar de adelantarse a un amenaza potencial.

La diplomacia tradicional había traído un siglo de paz en Europa a través de un orden internacional equilibrar sutilmente elementos de poder y de legitimidad. En el último cuarto de ese siglo, el equilibrio había cambiado al confiar en el elemento de poder. Los redactores del acuerdo de Versalles se remontaron al componente de legitimidad mediante la creación de un orden internacional que podría mantenerse, solo mediante apelar a principios compartidos, porque los elementos de poder fueron ignorados o quedaron desorganizados. El cinturón de Estados que surge del principio de autodeterminación ubicado entre Alemania y el La Unión Soviética resultó demasiado débil para resistir, invitando la colisión entre ellos. Gran Bretaña que en otro tiempo quiso ser guardián del orden estaba cada vez más retirada.

Los Estados Unidos, habiendo entrado en la guerra tan decisivamente en 1917, a pesar de la inicial renuencia pública, se había desilusionado por el resultado y se había aislado relativamente. Por lo tanto, la responsabilidad de suministrar los elementos de poder recaía principalmente en Francia, que estaba agotada por la guerra, agotada por los recursos humanos y la resistencia psicológica, y cada vez más consciente de que la disparidad de fuerzas entre ella y Alemania amenazaba con volverse congénita.

Como resultado de las dos guerras mundiales, el concepto de soberanía de Westfalia y los principios de equilibrio de poder redujo en gran medida el orden contemporáneo del continente que engendraron ellos. Al final de la Segunda Guerra Mundial, el orden mundial y la capacidad psicológica de Europa que tenían todos desapareció. Todos los países de Europa continental, con la excepción de Suiza y Suecia habían sido ocupados por tropas extranjeras. La economía de cada país estaba en ruinas. Eso se hizo evidente porque ningún país europeo (incluyendo Suiza y Suecia) tenían fuerzas para formar su propio futuro por sí mismo.[38]

En un momento de mayor debilidad, preservaron algunos de los conceptos de orden internacional. Su más importante convicción era que si iban a llevar en socorro a su gente y evitar una recurrencia de más tragedias en Europa, tenían que superar las divisiones históricas y, sobre esa base, crear un nuevo Orden europeo. Para esto tuvieron que hacer frente primero a otra división de Europa. En 1949, los aliados occidentales combinaron sus tres zonas de ocupación para crear la República Federal de Alemania. Rusia convirtió su zona de ocupación en un estado socialista ligado a él por el Pacto de Varsovia. Alemania volvió a su posición de trescientos años antes después de la Paz de Westfalia: su división se había convertido en el elemento clave de la emergente estructura internacional. Francia y Alemania, los dos países cuya rivalidad había estado en el corazón de todas las guerras europeas durante tres siglos, comenzó el proceso de trascender la historia europea fusionando los elementos clave de su poder económico restante.

En cada siglo ha cambiado su estructura interna e inventado nuevas formas de pensar sobre la naturaleza del orden internacional. Ahora en la culminación de una era, Europa, para participar en ella, se sintió obligada a dejar de lado la política mecanismos a través de los cuales ha conducido sus asuntos durante tres siglos y medio. Impulsada también por el deseo de amortiguar la unificación emergente de Alemania, la nueva Unión Europea (EU) estableció una moneda común en 2002 y una estructura política formal en 2004. Proclamó una Europa unida (la Unión Europea, EU), ajustando sus diferencias por mecanismos pacíficos. La unificación alemana alteró el equilibrio de Europa porque ningún acuerdo constitucional podría cambiar la realidad de que solo Alemania era nuevamente el estado europeo más fuerte. La moneda única produjo un grado de unidad que no se había visto en Europa desde el Sacro Imperio Romano.

El resultado que trajo la Unión Europea (EU) es un híbrido, constitucionalmente algo entre un estado y una confederación, operando a través de reuniones ministeriales y una burocracia común, más como el Sacro Imperio Romano que la Europa del siglo XIX. Pero a diferencia del Sacro Imperio Romano, la EU se esforzó por resolver sus tensiones internas en la búsqueda del principios y metas generales y comunes por las cuales se guiara.

 


10.1 El permanente conflicto de Oriente Medio[39]

El Oriente Medio ha sido la crisálida de tres de las grandes religiones del mundo. Desde su popa, viendo el paisaje con más amplia panorámica, ha emitido conquistadores y profetas que sostienen pancartas de aspiraciones universales. A través de sus horizontes aparentemente ilimitados, los imperios se habían establecido y caído; gobernantes absolutos tienen se proclamaron con la personificación de pleno poder, solo para desaparecer como si hubieran sido espejismos.

En el Oriente Medio ha existido toda forma de orden nacional e internacional, y ha sido rechazado, al mismo tiempo, el uno por el otro. El mundo se ha acostumbrado a las llamadas de Oriente Medio que instan al derrocamiento del orden mundial al servicio de una visión universal. Una profusión de absolutismos proféticos ha sido el sello distintivo de una región suspendida entre un sueño de su antigua gloria y su incapacidad contemporánea para unificarse en torno a principios comunes de legitimidad nacional o internacional. En ninguna parte el desafío del orden internacional fue más complejo, en términos de organizar el orden regional y garantizar la compatibilidad de ese orden con la paz y la estabilidad en el resto del mundo.

En nuestro tiempo, Oriente Medio parece destinado a experimentar con todo su historial experiencias simultáneas: imperio, guerra santa, dominación extranjera, guerra sectaria de todos contra todos. Antes de que llegue a un concepto establecido de orden internacional la región seguirá siendo arrastrada alternativamente para unirse a la comunidad mundial y luchar contra ella.

La misión del Islam era incorporar estas regiones en su propio orden mundial y, por lo tanto, llevar paz universal: El dar al-Islam, en teoría, estaba en guerra con el dar al-harb, porque el objetivo final del Islam era el mundo entero. Si el dar al-harb fuera reducido por el Islam, el orden público de Paz Islámica prevalecería sobre todos los demás, y las comunidades no musulmanas se convertirían en parte de la comunidad islámica o se someterían a su soberanía según lo toleraran.

La estrategia para lograr este sistema universal se denominaría jihad, una obligación vinculante para creyentes para expandir su fe a través de la lucha. Jihad abarcaba la guerra, pero no estaba limitada a una estrategia militar; el término también incluía otros medios de ejercer el poder para difundir el mensaje del Islam, como el esfuerzo espiritual o las grandes hazañas que glorifican la religión de los principios.

Dependiendo de las circunstancias, y en varias épocas y regiones, el énfasis relativo a la jihad ha diferido ampliamente: el creyente podría cumplir la jihad por su corazón; su lengua; sus manos; o por el espada." Las circunstancias, por supuesto, han cambiado mucho desde que el primer estado islámico se dispuso a expandir su credo en todas las direcciones o cuando gobernaba a toda la comunidad de fieles como una sola entidad política en una condición de desafío latente para el resto del mundo.

La evolución en el mundo musulmán ha sido más compleja. Desde que el Imperio Otomano colapsó, la respuesta en los principales países musulmanes se ha dividido entre quienes han intentado ingresar al nuevo sistema ecuménico estatal el orden internacional como miembros importantes, adhiriéndose a creencias religiosas profundamente sentidas pero separándose ellos de cuestiones de política exterior, y aquellos que se ven involucrados en una batalla sucesión a la autoridad universal dentro de una interpretación estricta del concepto tradicional islámico de orden mundial.

Para muchos el Islam está en un período de resurgimiento: en la ideología moderna el islamismo busca hacer cumplir las escrituras musulmanas como el árbitro central de lo personal, político y vida internacional: el mundo islámico permanece en una condición de confrontación ineludible con el mundo exterior. En el sistema islámico primitivo, los tratados de no agresión con sociedades no musulmanas eran permisibles. Según la jurisprudencia tradicional, la guerra santa trataba de lograr arreglos pragmáticos de duración limitada, permitiendo que el partido islámico se proteja de las amenazas mientras gana fuerza y cohesión.

Basado en un precedente establecido por el primer estado islámico no rechazó en entrar en treguas con los enemigos que con el tiempo venció. Estos pactos o tratados se limitaron a términos de duración específica, hasta diez años, que podrían renovarse según sea necesario: en este espíritu, en los primeros siglos de la historia musulmana, "las disposiciones legales islámicas estipulan que un tratado no puede ser para siempre, ya que debe ser inmediatamente vacío si los musulmanes se vuelven capaces de luchar contra ellos ".

Lo que estos tratados no implicaban era un sistema permanente en el que el estado islámico interactuaría en igualdad de condiciones con los estados soberanos no musulmanes: "Las comunidades de dar al-harb fueron consideradas como estar en un "estado de naturaleza", ya que carecían de la competencia legal para entrar en relaciones con el Islam en la base de la igualdad y la reciprocidad porque no se ajustaron a sus estándares éticos y legales".

Un orden mundial pacífico dependía de la capacidad de forjar y expandir un sistema islámico unitario, no un equilibrio de partes competidoras. En la versión idealizada de esta cosmovisión, la difusión de la paz y la justicia bajo el Islam fue una proceso unidireccional e irreversible. La pérdida de tierras que se produjeron con dar alIslam nunca podría ser aceptada como permanente, ya que esto efectivamente repudiaría el legado de lo universal de su fe.

De hecho, la historia no registra ninguna otra empresa política que se extienda con resultados tan inexorables. Con el tiempo, una porción de los territorios alcanzados en los períodos de expansión del Islam, de hecho, saldrían del control político de los musulmanes, incluidos España, Portugal, Sicilia, el sur de Italia, los Balcanes, Grecia, Armenia, Georgia, Israel, India, sur Rusia y partes del oeste de China. Sin embargo, de los territorios incorporados en la ola inicial de expansión del Islam, la mayoría significativa sigue siendo musulmana hoy.

Las sociedades musulmanas han pasado por períodos de coexistencia a menudo fructífera, así como tramos de antagonismo. Los patrones de comercio han unido mundos musulmanes y no musulmanes más estrechamente, y las alineaciones diplomáticas con frecuencia se han basado en estados musulmanes y no musulmanes que trabajan juntos hacia objetivos compartidos significativos. Aún así, el concepto binario del orden mundial sigue siendo el estado oficial doctrina de Irán, incrustada en su constitución; el grito de guerra de las minorías armadas en Líbano, Siria, Iraq, Libia, Yemen, Afganistán y Pakistán; y la ideología de varios grupos terroristas activos en todo el mundo, incluido el Estado Islámico en Iraq y el Levante (ISIL).

El Acuerdo de Picot de 1916 (llamado así por sus negociadores británicos y franceses) había dividido el Oriente Medio hacia el este en lo que en realidad eran esferas de influencia. El sistema de mandato, tal como fue ratificado por la Liga de Naciones, ponen en práctica esta división: Siria y Líbano fueron asignados a Francia; Mesopotamia, más tarde Iraq, fue puesto bajo influencia británica; y Palestina y Transjordania se convirtieron en el "mandato británico" para Palestina, que se extiende desde la costa mediterránea hasta Iraq.

Cada una de estas entidades contenía múltiples grupos sectarios y étnicos, algunos de los cuales tenían un historial de conflicto entre ellos. Esto permitió que el poder mandatorio gobernara en parte manipulando las tensiones, en el proceso fundamento para guerras posteriores y guerras civiles. Con respecto al floreciente sionismo (el movimiento nacionalista judío para establecer un estado en el Tierra de Israel, una causa que precedió a la guerra pero ganó fuerza a su paso), los británicos la declaración Balfour de 1917.

Una carta del Secretario de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña al Señor Rothschild-anunció que favorecía el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el Pueblo judío al tiempo que ofrece la seguridad de que entendió claramente que nada será hecho que puede perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes. Gran Bretaña agravó la ambigüedad de esta formulación al prometer aparentemente el mismo territorio también a el Sharif de La Meca

Estos arreglos formales de poder impulsaron vastas convulsiones. En 1924, los líderes de la recién proclamada República de Turquía abolieron la principal institución de la unidad pan-islámica, el califato, y declaró un estado secular. De ahora en adelante, el mundo musulmán quedó varado entre el victorioso orden internacional de Westfalia y el concepto ahora irrealizable de dar al-Islam. Con escasa experiencia, las sociedades de Oriente Medio se propusieron redefinirse a sí mismas como modernos estados, dentro de fronteras que en su mayor parte no tenían raíces históricas.

Su grito de guerra era la independencia genuina para las unidades políticas establecidas, incluso aquellas recientemente construidas, no con el derrocamiento de la orden de Westfalia. En la búsqueda de estos objetivos, una corriente secularizada ganó impulso. Pero no culminó, como en Europa, en un orden pluralista. Aparecieron dos tendencias opuestas. Los "panarabistas" aceptaron la premisa de un sistema basado en el estado. Pero el estado que buscaban era una nación árabe unida, una entidad étnica, lingüística y cultural única. En cambio, el "Islam político" insistió en la confianza en la religión común como el mejor vehículo para una identidad árabe moderna.

Los islamistas, de los cuales la Hermandad Musulmana es ahora la más familiar expresión: a menudo provenían de miembros altamente educados de la nueva clase media. Muchos consideran el islamismo como una forma de unirse a la era de posguerra sin tener que abandonar sus valores, sin tener que ser modernos, sin tener que ser occidentales.

Hasta la Segunda Guerra Mundial, las potencias europeas eran lo suficientemente fuertes como para mantener el orden regional que habían diseñado para Oriente Medio después de la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, el orden europeo, la capacidad de las potencias para controlar poblaciones cada vez más inquietas desapareció. En los años 1950 y 1960, el más o menos feudal y monárquico los gobiernos en Egipto, Irak, Siria, Yemen y Libia fueron derrocados por sus líderes militares, quienes procedió a establecer la gobernanza secular.

Gamal Abdel Nasser, el carismático líder populista de Egipto de 1954 a 1970, y su sucesor, Anwar al Sadat, se levantó a través de los rangos de antecedentes provinciales. En Irak, Saddam Hussein, practicó una versión más extrema del gobierno militar secular: gobernando por intimidación y brutalidad desde principios de los años setenta (al principio como hombre fuerte de facto, luego como presidente a partir de 1979) para 2003, buscó intimidar a la región con su belicosidad.

Desde finales de la década de 1950 hasta principios de la de 1970, la Unión Soviética fue su vehículo para presionar a los Estados Unidos. Se convirtió en el principal proveedor de armas y defensor diplomático de los nacionalistas estados árabes, que a su vez generalmente apoyaban los objetivos internacionales soviéticos. Los autócratas militares profesaron una lealtad general al "socialismo árabe" y la admiración del modelo económico soviético, aún en la mayoría de los casos, las economías se mantuvieron tradicionalmente patriarcales y se centraron en las industrias individuales dirigidas por tecnócratas. El impulso primordial fue el interés nacional, tal como lo concibieron los regímenes, no político o ideología religiosa Las relaciones de la era de la Guerra Fría entre los mundos islámico y no islámico, en general, siguieron este enfoque esencialmente westfaliano basado en el equilibrio de poder. Egipto, Siria, Argelia e Iraq en general, apoyó las políticas soviéticas soviético.

En 1974, Siria e Israel concluyeron una desconexión acuerdo para definir y proteger las líneas fronterizas militares entre los dos países. Esta disposición se ha mantenido durante cuatro décadas, a través de las guerras y el terrorismo e incluso durante el caos de la Guerra civil siria. Jordania e Israel practicaron una moderación mutua que finalmente culminó en una paz acuerdo. Internacionalmente, los regímenes autoritarios de Siria e Iraq continuaron inclinándose hacia el Unión Soviética, pero se mantuvo abierta, caso por caso, para apoyar otras políticas.

Por el final de la Década de 1970, las crisis del Medio Oriente comenzaron a parecerse cada vez más a las crisis de los Balcanes del siglo XIX. siglo: un esfuerzo de los estados secundarios para manipular las rivalidades de las potencias dominantes en nombre de sus propios objetivos nacionales. Sin embargo, la asociación diplomática con los Estados Unidos no fue capaz de resolver el problema enigma enfrentado por las autocracias militares nacionalistas. La asociación con la Unión Soviética no tenía objetivos políticos avanzados; la asociación con los Estados Unidos no había desactivado los desafíos sociales. Los regímenes autoritarios lograron sustancialmente la independencia del régimen colonial y proporcionaron una capacidad de maniobra entre los principales centros de poder de la Guerra Fría.

Como resultado, estas élites se vieron obligadas a lidiar con una creciente marea del descontento general con desafíos a su legitimidad. Los grupos radicales prometieron reemplazar los existente sistemas en el Oriente Medio con un orden basado en la religión de Oriente Medio que refleja dos acercamientos universalistas al orden mundial: la versión sunita a través del musulmán regionalmente extenso Hermandad fundada en 1928, el Hamas, el movimiento radical que ganó poder en Gaza en 2007, y el movimiento terrorista global al-Qaeda; y la versión chiita a través de la revolución de Jomeini y su vástago, el estado libanés "dentro de un estado" Hezbollah. En conflicto violento entre ellos, fueron unidos en su compromiso de desmantelar el orden regional existente y reconstruirlo como una divinidad sistema inspirado.

A raíz de Irak y Afganistán el consenso político iraquí podría haber detenido el conflicto en la frontera con Siria, pero los impulsos sectarios del gobierno de Bagdad y sus afiliados regionales estaban en el camino. Alternativamente, la comunidad internacional podría haber impuesto un embargo de armas a Siria y las milicias jihadistas. Eso fue imposible por los objetivos incompatibles de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Si el orden no puede ser alcanzado por consenso o impuesto por la fuerza, será forjado, a través de un desastroso y deshumanizante costo, de la experiencia del caos.

 


10.2 El problema palestino y el orden internacional[40]

En medio de todas estas convulsiones en el Oriente Medio, un proceso de paz ha estado ocurriendo, a veces irregularmente, ocasionalmente intensamente, para poner fin al conflicto árabe-israelí, que durante décadas ha resultado un enfrentamiento explosivo. Cuatro guerras convencionales y numerosos conflictos militares no convencionales han tenido lugar; cada grupo islamista y jihadista invoca el conflicto como un llamado a las armas.

La existencia y la destreza militar de Israel se ha sentido en todo el mundo árabe como una humillación. El compromiso doctrinal de nunca abandonar el territorio ha convertido, para algunos, la coexistencia con Israel de una aceptación de la realidad a una negación de la fe. Pocos temas han inspirado más pasión que la reconciliación de la búsqueda de Israel de seguridad y identidad, las aspiraciones de los palestinos hacia el autogobierno y los gobiernos árabes vecinos buscar una política compatible con su percepción de sus imperativos históricos y religiosos.

Las partes involucradas han recorrido un camino angustiado, desde el rechazo y la guerra hasta la detención de la aceptación de coexistencia, principalmente sobre la base de armisticios, hacia un futuro incierto. Dos generaciones de árabes se han criado con la convicción de que el Estado de Israel es un usurpador ilegítimo del patrimonio musulmán. En 1947, los países árabes rechazaron un plan de la ONU para una partición del mandato británico en Palestina en estados árabes y judíos separados; ellos creyeron ellos mismos en una posición de triunfar militarmente y reclamar todo el territorio.

Fracasó el intento de extinguir el recién declarado Estado de Israel que no condujo a un arreglo político y la apertura de relaciones de estado a estado, como sucedió en la mayoría de los conflictos poscoloniales en Asia y África. Lo que se produjo en cambio marcó el comienzo de un prolongado período de rechazo político y renuente acuerdo de armisticio contra los antecedentes de grupos radicales que buscaron forzar a Israel a someterse a través de campañas terroristas.

Anwar al-Sadat de Egipto se atrevió a mirar más allá de esta confrontación y hacer las paces con Israel sobre la base de los intereses nacionales de Egipto en 1979; pagó por su habilidad política con su vida, asesinado dos años después por islamistas radicalizados en el ejército egipcio. El mismo destino pasó Yitzhak Rabin, el primer ministro israelí al firmar un acuerdo con la Liberación de Palestina Organización, asesinado por un estudiante radical israelí catorce años después de la muerte de Sadat.

Dentro del Líbano, Siria y los territorios palestinos, especialmente en Gaza, con considerables fuerzas militares, el poder político es sostenido por los islamistas radicales -Hezbollah y Hamas- proclamando la jihad como un deber religioso de poner fin a lo que generalmente se denuncia como la "ocupación sionista". El régimen de los ayatollahs en Irán regularmente desafía la existencia misma de Israel; su antiguo presidente Mahmoud Ahmadinejad pidió su extirpación.

En el mundo árabe, el problema palestino ha perdido algo de su urgencia, aunque no su importancia. Los participantes claves del proceso de paz han desviado energías y reflexión con el surgimiento de un Irán posiblemente nuclear y sus representantes regionales. Esto afecta al proceso de paz en dos maneras: en el papel diplomático de los principales países como Egipto y Arabia Saudita pueden jugar en la configuración del proceso de paz; y, aún más importante, en su capacidad para actuar como garantes de un acuerdo resultante. Los líderes palestinos no pueden por sí solos sostener el resultado del proceso de paz a menos que sea endosado no solo en la tolerancia, sino en el apoyo activo de un acuerdo por parte de otros gobiernos.

Los principales estados árabes están desgarrados por la guerra civil o preocupados por el conflicto Sunni-Shia y un Irán cada vez más poderoso. Sin embargo, el problema palestino tiene que enfrentarse tarde o temprano como un elemento esencial del orden regional y, en última instancia, mundial. Algunos líderes árabes han propuesto hacer una paz árabe-israelí que reconcilie la seguridad de Israel. La demanda básica de Israel es la garantía vinculante de que la paz implicará un tipo de reconocimiento moral y legal traducido en actos concretos. Así Israel, yendo más allá de las prácticas westfalianas, exige ser certificado como estado judío, un atributo difícil para la mayoría de los musulmanes de aceptar.

Varios estados árabes han declarado su voluntad de establecer relaciones diplomáticas con Israel si vuelve a las fronteras de 1967: una línea de alto el fuego en una guerra que terminó hace medio siglo. Pero los países centrales y facciones en el Medio Oriente ven el orden internacional en mayor o menor grado a través de una conciencia islámica. Israel y sus vecinos tienen diferencias inseparables de la geografía y la historia. En otras regiones los desafíos generalmente se resuelven mediante la diplomacia.

En ese sentido, el problema se reduce a la posibilidad de la coexistencia entre dos conceptos de orden mundial, a través de dos estados, Israel y Palestina, en el espacio relativamente estrecho entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. Se pueden idear algunos arreglos provisionales que, como mínimo, mejoren la posibilidad de una práctica coexistencia en la que a una parte de Cisjordania se le otorgan los atributos de soberanía pendiente de un acuerdo final acuerdo. A medida que se han llevado a cabo estas negociaciones, la evolución política del Oriente Medio han producido en el mundo occidental múltiples contradicciones.

 


10.3 La permanente lucha por la hegemonía del poder entre EEUU y URSS[41]

Una convicción persistía en el expansivo y melancólico "alma rusa" que algún día todos los grandes esfuerzos y contradicciones de Rusia llegarían a buen término: Al final serían reivindicados sus logros y el desdén de Occidente acabaría en transformarse en asombro y admiración. Rusia combinaría el poder y la vastedad de Oriente con los refinamientos de Occidente y la fuerza moral de la verdadera religión. Moscú, la "Tercera Roma" heredando el manto caído de Bizancio, con su zar jugaría un papel decisivo en el inicio de una nueva era de justicia y fraternidad global. Fue esta Rusia, en Europa, pero no del todo, lo que tentó a Napoleón con su extensión y misterio; fue su ruina (tal como lo fue Hitler un siglo y medio después).

En el momento en que se llevó a cabo el Congreso de Viena, Rusia fue posiblemente el país más poderoso en el continente. Su zar Alejandro, representando a Rusia personalmente en la conferencia de paz de Viena, fue indiscutiblemente su gobernante más absoluto.[42] Él estaba convencido que el triunfo sobre Napoleón marcaría el comienzo de una mundo nuevo y armonioso basado en principios religiosos, y se comprometió.[43] Concibiéndose a sí mismo como un instrumento de la voluntad divina, el Zar llegó a Viena en 1814 con un diseño para un nuevo orden mundial en algunos modos incluso más radicales que los de Napoleón en su universalidad: una "Santa Alianza" de príncipes sublimar sus intereses nacionales en una búsqueda común de paz y justicia, renunciando al equilibrio de poder para los principios cristianos de hermandad.

El zar Alejandro propuso un proyecto de declaración conjunta en el que los soberanos victoriosos proclamarían su acuerdo de que el curso, anteriormente adoptado por los poderes en sus relaciones mutuas, era urgente reemplazarlo y debía ser cambiado con un orden de cosas basado en las verdades exaltadas de la religión eterna de nuestro Salvador.

Federico II de Prusia fue a la guerra para transmutar la latente debilidad en estado de gran poder. Situado en la áspera llanura del norte de Alemania que se extiende desde el Vístula en toda Alemania, Prusia cultivó la disciplina y el servicio público para someter a países más grandes y mejor dotados. Dividido en dos piezas no contiguas, sobresalió precariamente en las esferas de influencia de Austria, Suecia, Rusia y Polonia. Su fuerza era la disciplina con la que aumentó su limitado recursos. Sus mayores activos eran la mentalidad cívica, una burocracia eficiente y un personal bien entrenado Ejército.

La Guerra Fría emergente buscó sus equilibrios en la conducta y el armamento de dos superpotencias: los Estados Unidos a través del Atlántico y la Unión Soviética en los límites geográficos de Europa. Estados Unidos había ayudado a reiniciar la economía europea con el programa de ayuda griego-turco de 1947 y el Plan Marshall de 1948. En 1949, los Estados Unidos por primera vez en su historia emprendió una alianza en tiempo de paz, a través del Tratado del Atlántico Norte.

El equilibrio europeo, históricamente creado por los estados de Europa, se había convertido en un aspecto de la estrategia de los poderes externos. La Alianza del Atlántico Norte estableció un marco regular para consulta entre los Estados Unidos y Europa y un grado de coherencia en la conducta de la política exterior. Pero en su esencia, el equilibrio de poder europeo se desplazó desde el interior europeo arreglos para la contención de la Unión Soviética a nivel mundial, en gran medida a través de la capacidad nuclear de los Estados Unidos. Después del impacto de las dos guerras devastadoras, los países de Europa Occidental fueron confrontado por un cambio en la perspectiva geopolítica que desafió su sentido de identidad histórica.

 


10.4 Diferente concepto de equilibrio de poder en Japón[44]

El término "Asia" atribuye una coherencia engañosa a una región dispar. Hasta la llegada de la moderna Los poderes occidentales, ningún idioma asiático tenía una palabra para "Asia"; ninguno de los pueblos de lo que es ahora Los casi cincuenta Estados soberanos de Asia se concibieron a sí mismos como habitantes de un único "continente" o región que requiere solidaridad con todos los demás. Como "Oriente", nunca ha sido claramente paralelo al "Occidente”.

En Asia no ha habido una religión común, ni siquiera una dividida en diferentes ramas como es el Cristianismo en el Occidente. El budismo, el hinduismo, el islam y el cristianismo prosperan en diferentes partes de Asia. No hay memoria de un imperio común comparable al de Roma. En el noreste, este, Sureste, Sur y Asia Central, predominando los principales grupos étnicos, lingüísticos, religiosos, sociales y culturales las diferencias se han profundizado, a menudo amargamente, por las guerras de la historia moderna. El mapa político y económico de Asia ilustra el complejo tapiz de la región.

Asia comprende países industrial y tecnológicamente avanzados como Japón, la República de Corea y Singapur, con economías y niveles de vida que rivalizan con los de Europa; tres países de escala continental en China, India y Rusia; dos grandes archipiélagos (además de Japón), Filipinas y Indonesia, compuesta por miles de islas sobre las principales rutas marítimas; tres antiguos naciones con poblaciones que se aproximan a las de Francia o Italia en Tailandia, Vietnam y Myanmar; la enorme Australia y la pastoral Nueva Zelanda, con poblaciones en gran parte descendientes de europeos; y Corea del Norte, con una dictadura familiar estalinista desprovista de industria y tecnología a excepción de armas nucleares programa.

Una gran población de mayoría musulmana prevalece en Asia Central, Afganistán, Pakistán, Bangladesh, Malasia e Indonesia, y grandes minorías musulmanas existen en India, China, Myanmar, Tailandia y Filipinas. El orden global durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX fue predominantemente europeo, diseñado para mantener un equilibrio aproximado de poder entre los principales países.

El proceso de emancipación del orden regional predominante fue violento y sangriento: La guerra civil china (1927-49), la Guerra de Corea (1950-53), una confrontación chino-soviética (aproximadamente 1955-80), insurgencias guerrilleras revolucionarias en todo el sudeste asiático, la Guerra de Vietnam (196175), cuatro guerras entre India y Pakistán (1947, 1965, 1971 y 1999), una guerra chino-india (1962), una Guerra chino-vietnamita (1979), y las depredaciones del genocida Khmer Rouge (1975-79). Después de décadas de guerra y agitación revolucionaria, Asia se ha transformado dramáticamente. El aumento de los "Tigres asiáticos", evidente desde 1970, que involucra a Hong Kong, la República de Corea, Singapur, Taiwán y Tailandia mostraron la prosperidad y el dinamismo económico. Japón adoptó instituciones democráticas y construyeron una economía que rivaliza y en algunos casos supera a las de Occidente naciones

De todas las entidades políticas y culturales históricas de Asia, Japón reaccionó lo más temprano posible y por mucho más decisivamente a la irrupción occidental en todo el mundo. Situado en un archipiélago a cien millas de la parte continental de Asia, Japón cultivó durante mucho tiempo sus tradiciones y cultura distintiva en aislamiento. Poseía una homogeneidad casi étnica y lingüística y un funcionario ideología que hizo hincapié en la ascendencia divina del pueblo japonés, Japón se convirtió en convicción de su singular identidad en una especie de compromiso casi religioso.

La filosofía política tradicional de Japón postuló que los emperadores eran deidades descendientes de la Diosa del Sol, que dio a luz al primer Emperador y dotó a sus sucesores de un derecho eterno para gobernar. Según los Registros del siglo XIV "la Sucesión Legítima de los Divinos Soberanos, Japón es el país divino”. Esto es cierto solo en nuestro país, y no se puede encontrar nada similar en tierras extranjeras.[45]

La posición insular de Japón le permitió una amplia libertad para mantenerse sin participar en foros o asuntos internacionales. Durante muchos siglos, se mantuvo en los límites exteriores de los asuntos asiáticos, cultivando sus tradiciones militares a través de concursos internos y admitir el comercio exterior y la cultura a su discreción. Al final del siglo XVI, Japón intentó refundir su papel con una brusquedad y un alcance de ambición de que sus vecinos al principio descartaran como inverosímil. El resultado fue uno de los mayores conflictos militares de Asia.

En 1590, el guerrero Toyotomi Hideyoshi, habiendo vencido a sus rivales, unificó a Japón, y trajo durante más de un siglo un conflicto civil. Poco a poco establecería el ejército más grande del mundo y marcharía hacia la península de Corea, y la conquista de China para someter al mundo. Él envió una carta al Rey de Corea anunciando su intención de proceder al país del Gran Ming y obligar a las personas allí a adoptar nuestras costumbres y modales.[46] Después de que el rey se negó y le advirtió contra el esfuerzo, Hideyoshi lanzó una invasión de 160,000 hombres y aproximadamente setecientos barcos. Esta fuerza masiva abrumó las defensas iniciales y al principio marcharon rápidamente por la península. Su progreso se ralentizó a medida que El almirante de Corea Yi Sun-sin organizó una resistencia naval, hostigando las fuerzas de Hideyoshi y desviar los ejércitos invasores a las batallas a lo largo de la costa.

Cuando las fuerzas japonesas llegaron Pyongyang, cerca del estrecho cuello norte de la península,  China intervino en la fuerza, no dispuesta a permitir que su estado tributario fuera invadido. Un ejército expedicionario chino, se estima que entre 40,000 y 100,000, cruzaron el río Yalu y empujaron a las fuerzas japonesas de vuelta lejos de Seúl. Después de cinco años de negociaciones inconclusas y combate devastador, Hideyoshi murió, la fuerza de invasión se retiró, y se restableció el status quo anterior.[47]

En 1902, el tratado británico se transformó en una alianza militar con Japón, la primera alineación estratégica formal entre un poder asiático y uno occidental. Gran Bretaña buscó la alianza para equilibrar las presiones rusas sobre India. El objetivo de Japón era vencer las aspiraciones rusas de dominar Corea y Manchuria y establecer su propia libertad de maniobra para diseños posteriores allí. Tres años después, Japón sorprendió al mundo al derrotar al Imperio ruso en una guerra, la primera derrota de un país occidental por un asiático país en el período moderno.

En la Primera Guerra Mundial, Japón se apoderó de las bases en China y el Pacífico Sur. Japón había "llegado" como el primer gran poder no occidental en la era contemporánea, aceptado como militares, económicos y diplomáticos iguales por los países que hasta ahora habían dado forma al orden. Hubo una diferencia importante: en el lado japonés, las alianzas con los países occidentales no se basaron en objetivos estratégicos comunes sino en expulsar a sus aliados europeos de Asia.

Después del agotamiento de Europa en la Primera Guerra Mundial, los líderes de Japón llegaron a la conclusión de que un mundo plagado de el conflicto, la crisis financiera y el aislacionismo estadounidense favorecieron la expansión imperial de Japón destinada a imponer hegemonía en Asia. El Japón imperial separó a Manchuria de China en 1931 y lo estableció como Estado satelital japonés bajo el emperador chino exiliado. En 1937, Japón declaró la guerra a China para subyugar el territorio chino adicional.

En nombre de un "Nuevo Orden en Asia" y luego en una "Esfera de co prosperidad en Asia Oriental", Japón se esforzó por organizar su propia esfera anti-westfaliana de influencia, un bloque de naciones asiáticas dirigido por los japoneses y libre de los poderes occidentales, arregló jerárquicamente para permitir que todas las naciones encuentren a cada uno su lugar apropiado en el mundo. En este nuevo orden, la soberanía de otros estados asiáticos sería elidida en una forma de tutela japonesa. Los miembros del orden internacional establecido estaban demasiado agotados por la Primera Guerra Mundial y también preocupados por la creciente crisis europea para resistir.

Las primeras bombas de una segunda guerra mundial cayeron en territorio estadounidense en 1941, cuando los japoneses lanzaron un ataque sorpresa en Pearl Harbor. La movilización estadounidense en el Pacífico finalmente culminó en el uso de dos armas nucleares, lo que provocó la rendición incondicional de Japón.

Japón utilizó la autoridad del régimen de ocupación estadounidense para modernizarse más plenamente y recuperarse más rápidamente de lo que podría haber sido por esfuerzos puramente nacionales. Renunció a la guerra como un instrumento de política nacional, afirmó los principios de la democracia constitucional y volvió a entrar en el sistema estatal internacional como Aliado estadounidense, aunque de bajo perfil, más visiblemente preocupado por el resurgimiento económico que con participación en la gran estrategia. La postura de posguerra de Japón se describió con frecuencia como un nuevo pacifismo; de hecho, fue considerablemente más complejo. Ellos reconocieron su orientación liberal-democrática como propia; afirmaron los principios de la democracia y comunidad internacional similar a las abrazadas en las capitales occidentales.




10.5 Diferente concepto de equilibrio de poder en la India

Pasemos a analizar la situación de la India. En Japón, el ímpetu de la intrusión occidental cambió el curso de una nación histórica; en la India reformó una gran civilización en un estado moderno. India ha desarrollado durante mucho tiempo sus cualidades en la intersección de órdenes mundiales, modelado y moldeado por sus ritmos. Se ha definido menos por sus fronteras políticas que por un espectro compartido de tradiciones culturales.

Ningún fundador mítico ha sido acreditado con la promulgación de la tradición hindú, la fe de la mayoría de la India. La historia ha rastreado su evolución, oscura a través de una síntesis de himnos, leyendas y rituales de culturas a lo largo de los ríos Indo y Ganges, mesetas y tierras altas norte y oeste.[48] En la tradición hindú, sin embargo, estas formas específicas fueron las diversas articulaciones de principios subyacentes anteriores a cualquier texto escrito. En su diversidad y resistencia a la definición abarcando distintos dioses y tradiciones filosóficas, los análogos de los cuales probablemente harían sido definido como religiones separadas en Europa: se decía que el hinduismo se aproximaba y probaba el la unidad última de la creación múltiple, que refleja "la larga y diversificada historia de la búsqueda del hombre por realidad ... a la vez omniabarcante e infinita ".

Como ya dijimos durante el IV al II siglo aC y del IV al VII siglos dC India generó en varias corrientes de gran influencia cultural: el budismo se extendió desde la India hasta Birmania, Ceilán, China e Indonesia, y el hinduismo y el arte de gobernar influyeron en Tailandia, Indochina, y más allá. Cuando se dividió en reinos rivales, India fue un señuelo para invasores, comerciantes y buscadores espirituales, cuyas depredaciones soportó y cuya culturas que eventualmente absorbió y mezcló con las suyas.[49]

China, hasta la edad moderna, impuso su propia matriz de costumbres y cultura a los invasores de modo con éxito que crecieron indistinguibles del pueblo chino. Por el contrario, India trascendió extranjeros no convirtiéndolos en religión o cultura india, sino tratando sus ambiciones con ecuanimidad suprema; integró sus logros y sus diversas doctrinas en el tejido de la vida india sin siquiera haber sido especialmente impresionada por ninguno de ellos. Los invasores podrían plantear monumentos extraordinarios a su propia importancia, como para asegurarse de su grandeza en el rostro de tanta indiferencia, pero los pueblos indios soportaron una cultura central desafiante e impenetrable a la influencia alienígena.

Las religiones fundacionales de la India están inspiradas no en visiones proféticas de la vida mesiánica sino más bien, dando testimonio de la fragilidad de la existencia humana. Ofrecen no la salvación personal, pero el solaz de un destino inextricable. El orden mundial en la cosmología hindú se regía por ciclos inmutables de una manera casi inconcebible gran escala, millones de años. Los reinos caerían, y el universo sería destruido, pero sería recreado, y nuevos reinos volverían a surgir.

Cuando llegó cada ola de invasores (Persas en el siglo VI aC, Alejandro y sus griegos bactrianos en el siglo IV aC; árabes en el siglo VIII; Turcos y afganos en los siglos XI y XII; Mongoles en el siglos XIII y XIV; Mughals en el siglo dieciséis; y varias naciones europeas siguiendo poco después), se ajustaron en esta matriz atemporal. Sus esfuerzos pueden interrumpir, pero medidos contra la perspectiva del infinito, fueron irrelevantes. La verdadera naturaleza del ser humano la experiencia fue conocida solo por aquellos que soportaron y trascendieron estos trastornos temporales.

El clásico hindú Bhagavad Gita enmarcó estas pruebas enérgicas en términos de la relación entre la moral y el poder. Un episodio dentro del Mahabharata (la antigua epopeya sánscrita poema a veces comparado en su influencia con la Biblia o las epopeyas homéricas), toma la forma de un diálogo entre el príncipe guerrero Arjuna y su auriga, una manifestación del dios Señor Krishna. Arjuna, "abrumado por la tristeza" en la víspera de la batalla por los horrores que está a punto de desatar, se pregunta qué puede justificar las terribles consecuencias de la guerra. Esta es la pregunta incorrecta, Krishna vuelve a unirse. Debido a que la vida es eterna y cíclica y la esencia del universo es indestructible, "el sabio no llorar por los vivos ni por los muertos.

Esta obra central del pensamiento hindú encarnaba tanto una exhortación a la guerra como la importancia no tanto para evitarla sino para trascenderla. La moralidad no fue rechazada, pero en cualquier situación dada las consideraciones inmediatas fueron dominantes, mientras que la eternidad proporcionó una perspectiva curativa. Algunos lo percibieron como una llamada a la valentía en la batalla, Mohandas Gandhi lo elogiaría como su " diccionario espiritual " y alentaría la lucha de la no violencia (ahimsa).

El sabio, el gobernante ha de buscar a sus aliados entre los vecinos de sus vecinos. El objetivo sería una alianza sistema con el conquistador en el centro. El Conquistador debe pensar en el círculo de estados como una rueda. Él mismo en el centro y sus aliados, atraídos hacia él por los radios aunque separados por medio de territorio, como su borde. El enemigo, por fuerte que sea, se vuelve vulnerable cuando lo aprietan entre el conquistador y sus aliados.

Sin embargo, ninguna alianza se concibe como permanente. Incluso dentro de su propio sistema de alianzas, el Rey debería emprender las obras que aumenten su propio poder y maniobrar para fortalecer la posición de su estado e impedir que los estados vecinos se alineen en su contra. Operando en todos los estados del círculo (es decir, amigos y adversarios por igual) y extraídos de las filas de santos ascetas, monjes errantes, carreteros, trovadores errantes, malabaristas, vagabundos, y adivinos, estos agentes difundirían rumores para fomentar la discordia dentro de y entre otros estados, subvertir a los ejércitos enemigos, y destruir a los oponentes del Rey en el momento oportuno momentos.

Para estar seguro, Kautilya insistió en que el propósito de la crueldad era construir una armonía imperio universal y defender el dharma, el orden moral intemporal cuyos principios fueron entregados abajo por los dioses. Pero la apelación a la moral y la religión era más bien en nombre de la práctica operacionales más que de principios por derecho propio, como elementos de la estrategia de un conquistador y tácticas, no imperativos de un concepto orden.

El Arthashastra aconsejó que refrenado y unificador de la conducta humanitaria fue en la mayoría de las circunstancias estratégicamente útil: un rey que abuse de los sujetos perderían su apoyo y serían vulnerables a la rebelión o la invasión; un conquistador quien innecesariamente violó las costumbres de una gente sometida o sensibilidades morales corría el riesgo de catalizar resistencia.

El Arthashastra era una guía para la conquista, no para la construcción de un orden internacional. Ya sea siguiendo las prescripciones de Arthashastra o no, la India alcanzó su punto culminante de extensión territorial en el siglo III aC, cuando su venerado emperador Asoka gobernaba un territorio que comprende todos los actuales de la India, Bangladesh, Pakistán y parte de Afganistán e Irán. Entonces, sobre el momento en que China estaba siendo unificada por su emperador fundador, Qin Shi Huang, en 221 aC, la India se veía dividida en reinos competitivos. Reunificado varios siglos más tarde, la India se fracturó nuevamente en el séptimo siglo, cuando el Islam comenzaba a desafiar a los imperios de Europa y Asia.

Durante casi un milenio, la India, con su tierra fértil, ciudades ricas e intelectual resplandeciente y logros tecnológicos, se convirtió en un objetivo para la conquista. Olas de conquistadores y aventureros-turcos, afganos, partos, mongoles, etc descendieron cada siglo de Asia Central y el sudoeste asiático a las llanuras indias, estableciendo un mosaico de principados más pequeños. El  subcontinente fue así injertado en el Gran Oriente Medio, con vínculos de religión y etnia y sensibilidades estratégicas que perduran hasta el día de hoy. Durante la mayor parte de este período, los conquistadores fueron demasiado hostiles uno hacia el otro para permitir que cualquiera controle toda la región o para extinguir el poder de las dinastías hindúes en el sur.

Luego, en el siglo XVI, el más hábil de estos invasores al noroeste, Mughals, logró unir la mayor parte del subcontinente bajo una única regla. El imperio mogol encarna las diversas influencias de la India: musulmanes en la fe, turcos y mongoles en etnia, persa en la cultura de élite Mughals gobernó sobre una mayoría hindú fragmentada por identidades regionales. En este vértice de idiomas, culturas y credos, la aparición de otra oleada de extranjeros los aventureros en el s. XVI al principio no parecían ser un evento de época.

Las empresas portuguesas competían entre sí para establecer puntos de apoyo en tierra en estados de principes amigos. Una vez bajo el poder y comercio británico que se estableció en la región oriental de Bengala, se encontró rodeada de competidores, europeos y asiáticos.[50] Con cada guerra en Europa y América, los británicos en India chocaron con las rivales colonias y aliados; con cada victoria, adquirieron los activos indios del adversario.

Gran Bretaña se encontró concibiendo una entidad india cuya unidad se basaba en la seguridad de una franja continental de territorios que abarca los estados contemporáneos de Pakistán, India, Bangladesh y Myanmar. Se definió algo similar a un interés nacional indio, atribuido a una unidad geográfica que, de hecho, se ejecutaba como un estado incluso en la ausencia de una nación india.

Esa política basó la seguridad de la India en la supremacía naval británica en el Océano Índico; en regímenes amistosos, o al menos no amenazantes, tan remotos como Singapur y Aden; y en un no hostil régimen en el paso de Khyber y el Himalaya. En el norte, Gran Bretaña se defendió de la Rusia zarista que avanzaba a través de complejas incursiones de espías, exploradores y sustitutos indígenas respaldados por pequeños contingentes de las fuerzas británicas, en lo que se llegó a conocer como el "Gran Juego" de geoestrategia del Himalaya. También bordeó las fronteras de la India con China al norte hacia el Tíbet, un problema que surgió de nuevo en La guerra de China con la India en 1962.

Los contemporáneos de estas políticas fueron asumidos como elementos clave de la política exterior de la post independencia India. Una nuevo orden asiático, un orden regional para Asia meridional, surgió donde la pieza clave sería la India, y la oposición de los intentos de cualquier país, para lograr una concentración amenazante de poder en el vecino territorios. Cinco eran los principios que aseguraban la coexistencia: el respeto mutuo por la integridad territorial y la soberanía de cada cual, la no agresión mutua, la no interferencia mutua en los asuntos internos de cada uno, la igualdad y beneficio mutuo, y la coexistencia pacífica.[51]

Cuando Londres respondió al motín de 1857 de soldados musulmanes e hindúes en el este de la India El ejército al declarar el dominio directo británico, no concibió este acto como un establecimiento de un gobierno británico sobre una nación extranjera. Más bien, se veía como un supervisor neutral y un levantador civilizador de pueblos y estados múltiples. Gran Bretaña volvió a despertar en la India conciencia de que era una sola entidad bajo el dominio extranjero e inspiró un sentimiento para derrotar a la influencia extranjera y constituirse como una nación.

La resistencia pasiva de Mohandas Gandhi al gobierno británico fue posible en primera instancia por la elevación espiritual del Mahatma, pero también demostrado ser la forma más efectiva de luchar contra el poder imperial debido a su atractivo para el núcleo valores de libertad de la sociedad liberal británica.

Como primer ministro de un estado recientemente independiente, Jawaharlal Nehru argumentó que la base de la India política exterior serían los intereses nacionales de la India, no la amistad internacional per se o el cultivo de sistemas domésticos compatibles. Indira Gandhi, procedió a reforzar la posición de la India como parte del equilibrio global al elevar su política en una expresión de la autoridad moral superior de la India. India presentó la vindicación de su propio interés nacional como una empresa excepcionalmente. Nehru y más tarde Indira Gandhi, primer ministro de 1966 a 1977 y de 1980 a 1984, lograron establecer a su incipiente nación como uno de los principales elementos de la Orden internacional de la Segunda Guerra Mundial.

El contenido de la no alineación era diferente de la política emprendida por un equilibrador pasó a un sistema de balanza de energía. India no estaba preparada para avanzar hacia el lado más débil, como lo haría un equilibrador. No estaba interesada en operar un sistema internacional. Su impulso primordial no se encontraba formalmente en cualquiera de las potencias, y midió su éxito al no verse involucrado en conflictos que no lo hicieron afectar sus intereses nacionales.

Emergiendo en un mundo de poderes establecidos y la Guerra Fría, India independiente sutilmente elevada libertad de maniobra de una táctica de negociación en un principio ético. Combinando el moralismo justo con una evaluación astuta del equilibrio de fuerzas y las psicologías de las grandes potencias, Nehru anunció que India sería una potencia global que trazaría un curso de maniobras entre los principales bloques. En 1947, declaró en un mensaje la Nueva República.



10.6 Las guerras de Corea, Vietnam, Laos y Camboya[52]

La Guerra de Corea con Japón terminó inconclusamente. Pero los debates que generó presagiaron problemas que desgarraron el país una década más tarde. En 1945, Corea, hasta entonces una colonia japonesa, había sido liberada por los aliados victoriosos. La mitad norte de la península coreana (Corea del Norte) estaba ocupada por la Unión Soviética, la mitad sur (Corea del Sur) por la Estados Unidos. Cada una estableció su forma de gobierno en su zona antes de retirarse, en 1948 y 1949, respectivamente. En junio de 1950, el ejército norcoreano invadió Corea del Sur.

La administración de Truman lo consideró un caso clásico de agresión soviético-china en el modelo alemán como los desafíos japoneses que precedieron a la Segunda Guerra Mundial. Aunque las fuerzas armadas de los Estados Unidos habían sido drásticamente reducidas en los años anteriores, Truman tomó la valiente decisión de resistir, en gran medida con las fuerzas americanas con base en Japón. La investigación contemporánea ha demostrado que la motivación en el lado comunista era compleja.

Cuando el líder norcoreano Kim Il- sung pidió la aprobación de Stalin para la invasión de Corea del Sur en abril de 1950, El dictador soviético lo animó. Había aprendido de la deserción de Tito dos años antes que la primera generación de líderes comunistas fue especialmente difícil de encajar en el sistema satélite soviético que promulgaba él pensamiento imperativo para el interés nacional de Rusia. Comenzando con la visita de Mao a Moscú a fines de 1949 menos de tres meses después de la proclamación de la República Popular de China, Stalin se había sentido incómodo sobre el potencial inminente de China liderado por un hombre de los atributos dominantes de Mao.

Una invasión de Corea del Sur podría desviar a China hacia una crisis en sus fronteras, desviar la atención de Estados Unidos de Europa a Asia, y, en cualquier caso, absorber algunos de los recursos de Estados Unidos en ese esfuerzo. Si se logra con el apoyo soviético, el proyecto de unificación de Pyongyang podría darle a la Unión Soviética una posición dominante en Corea y, en vista de las sospechas históricas de estos países entre sí, crear una especie de contrapeso a China en Asia. Mao siguió el ejemplo de Stalin, transmitido a él por Kim Il-sung en términos casi ciertamente exagerados, por la razón inversa; temía el cerco por parte de la Unión Soviética, cuyo interés adquisitivo en Corea se había demostrado a través de los siglos y era incluso luego se muestra en las demandas de sumisión ideológica que Stalin estaba haciendo.

Las complejas consideraciones estratégicas del mundo comunista no se correspondían con el lado estadounidense. En efecto, los Estados Unidos estaban luchando por un principio, derrotando a la agresión, y un método de implementarlo, a través de las Naciones Unidas. Estados Unidos podría obtener la aprobación de la ONU porque la Unión Soviética embajador ante la ONU, en una continua protesta por la exclusión de la China comunista de la ONU, se había ausentado de la votación crucial del Consejo de Seguridad.

El aterrizaje sorpresa del general Douglas MacArthur en Inchon en septiembre de 1950 atrapó al ejército de Corea del Norte en el sur y provocó su sustancial derrota. ¿Debería el ejército victorioso cruzar la línea divisoria anterior a lo largo del paralelo 38 hacia Corea del Norte y lograr la unificación? Si lo hiciera, excedería la interpretación literal del colectivo principio de seguridad porque se había logrado el concepto legal de derrotar a la agresión. China se estaba preparando para una posible intervención. Ya en julio de 1950, China tenía concentró 250,000 tropas en su frontera con Corea. En agosto, los mejores planificadores chinos estaban operando bajo la premisa de que su aliado norcoreano, que aún avanzaba, colapsaría una vez que fuera superior

Había dicho Zhou Enlai que, si los Estados Unidos se mantenían unidos la línea de Pyongyang a Wonsan, las fuerzas chinas no necesitaban atacar inmediatamente y deberían detenerse para entrenamiento intensificado. Lo que hubiera sucedido durante o después de tal pausa debe dejarse a especulación. Pero las fuerzas estadounidenses no se detuvieron; Washington ratificó el cruce de MacArthur del 38 ° paralelo y no establece ningún límite a su avance que no sea la frontera china.

Para Mao, el movimiento estadounidense hacia la frontera china involucró más de lo que está en juego en Corea. Truman, al comenzar la Guerra de Corea, colocó la Séptima Flota entre los combatientes en el estrecho de Taiwán en el argumento de que la protección de los dos lados de la guerra civil china demostrado el compromiso estadounidense con la paz en Asia.

Si el resultado final de la Guerra de Corea fue la presencia de fuerzas militares en gran parte estadounidenses a lo largo de la frontera china, y una flota estadounidense interpuesta entre Taiwán y el continente, la aprobación de la invasión norcoreana de Corea del Sur se habría convertido en un desastre estratégico. En un encuentro entre dos concepciones diferentes del orden mundial, Estados Unidos buscó proteger el status quo siguiendo los principios internacionales de Westfalia. No ocurrió nada más en contra de las percepciones de Mao sobre su misión revolucionaria que la protección del status quo. La historia china enseñó muchas veces que Corea había sido utilizada como una ruta de invasión en China. Su propia experiencia revolucionaria se había basado en la proposición de que las guerras civiles terminaron con victoria o derrota, no estancamiento.

El problema coreano es clave para la estabilidad de Oriente. Los críticos de la Guerra de Corea acusaron a la administración Truman de no usar la suficiente fuerza; buscaban la victoria, no la retirada. La controversia pública tuvo lugar entre el comandante militar Douglas MacArthur y el de la administración Truman respaldada por el Conjunto. La administración Truman respondió con una demostración de control civil sobre el contingente militares estadounidenses. El 11 de abril de 1951, el presidente Truman releva a MacArthur de su mando militar para hacer declaraciones que contradicen la política de la administración. En esencia, Truman hizo hincapié en el concepto de contención: la principal amenaza era la Unión Soviética, cuyo objetivo estratégico era la dominación de Europa.

Después de algunos meses, el frente de batalla se estableció cerca del paralelo 38 en junio de 1951, donde la guerra había comenzó, tal como lo había hecho medio milenio antes. En ese momento, los chinos ofrecieron negociaciones, que Estados Unidos aceptó. Se llegó a un acuerdo dos años más tarde que, con algunos intensos pero breves interrupciones, duraron más de sesenta años.

En las negociaciones, como en los orígenes de la guerra, se enfrentaron dos enfoques diferentes a la estrategia. La administración Truman expresó la opinión estadounidense sobre la relación de poder y legitimidad. Según él, la guerra y la paz eran fases distintas de la política; cuando comenzaron las negociaciones, la aplicación de la fuerza cesó y la diplomacia se hizo cargo. Cada actividad fue pensada para operar por sus propias reglas.

El resultado de la negociación dependería de una atmósfera de buena voluntad, que sería destruida por presión militar. En ese espíritu, se ordenó a las fuerzas estadounidenses que se limitaran a medidas defensivas durante las conversaciones y evitar iniciar medidas ofensivas a gran escala. La visión china era exactamente la opuesta. La guerra y la paz eran dos caras de la misma moneda. Las negociaciones eran una extensión del campo de batalla. De acuerdo con el antiguo estratega de China Sun Tzu en su “Art of War”, el concurso esencial sería psicológico: afectar los cálculos del adversario y degradar su confianza en el éxito. La desescalada por parte del adversario era una señal de debilidad para ser explotada presionando la propia ventaja militar. El lado comunista usó el estancamiento para mejorar la incomodidad del público estadounidense con una guerra inconclusa. De hecho, durante las negociaciones, Estados Unidos sufrió tantas bajas como durante la fase ofensiva de la guerra.

Al final, cada lado logró su objetivo: Estados Unidos había mantenido la doctrina de la contención y preservado la integridad territorial de un aliado que desde entonces se ha convertido en uno de los países clave de Asia; China reivindicó su determinación de defender los enfoques de sus fronteras y demostró su desprecio de las reglas internacionales que no tuvo voz en la creación. El resultado fue un empate. Pero reveló una vulnerabilidad potencial en la capacidad de Estados Unidos de relacionar la estrategia con la diplomacia, el poder de legitimidad, para definir sus objetivos esenciales. Corea, al final, trazó una línea a través del siglo.

Era la primera guerra en la que Estados Unidos renunció específicamente a la victoria como un objetivo, y eso fue un augurio de lo que vendría. El mayor perdedor, como se vio después, fue la Unión Soviética. Había alentado la decisión original de invadir y sostener sus consecuencias proporcionando grandes almacenes de suministros a sus aliados. Pero perdió su confianza. Las semillas de la división chino-soviética se sembraron en la Guerra de Corea porque los soviéticos insistieron en el pago de su asistencia y se negó a dar apoyo de combate. La guerra también desencadenó un rápido y vasto rearme estadounidense, que restableció el desequilibrio en Europa occidental en un gran paso hacia la situación de fortaleza que exigía la doctrina de contención estadounidense. Cada lado sufrió reveses.

Algunos historiadores chinos sostienen que China perdió la oportunidad de unificar Taiwán con el continente con el fin de mantener un aliado poco confiable; Estados Unidos perdió su aura de invencibilidad que se le atribuye desde la Segunda Guerra Mundial y parte de su sentido de la orientación.

Otra lección asiática fue que los revolucionarios aprendieron la lección de llevar a Estados Unidos a una guerra inconclusa que podría superar la voluntad del público estadounidense de apoyarlo. Estados Unidos se quedó con la sospecha en su pensamiento sobre la estrategia y el orden internacional que debía perseguirlo en las junglas de Vietnam.

 


10.7 Vietnam y el desglose del consenso nacional

Incluso en medio de las dificultades de la Guerra de Corea, una combinación de principios wilsonianos y la geoestrategia de Roosevelt produjo un impulso extraordinario tras la primera década y media de Política de la Guerra Fría.

A pesar del incipiente debate interno en que se vio Estados Unidos a través de 1948-49, el favor estadounidense pudo frustrar los ultimátums soviéticos sobre el acceso a Berlín, la Guerra de Corea y la derrota del esfuerzo soviético para colocar misiles balísticos nucleares de rango intermedio en Cuba en 1962.

Esto fue seguido por el tratado de 1963 con la Unión Soviética renunciando a las pruebas nucleares en la atmósfera, un símbolo de la necesidad de que las superpotencias debatan y limiten su capacidad para destruir a la humanidad. La política de contención fue apoyada por un consenso esencialmente bipartidista en el Congreso. Se planteó la relación entre la formulación de políticas y las comunidades intelectuales, que suponían que se basaban en objetivos compartidos a largo plazo. Pero más o menos coincidente con el asesinato del presidente John F. Kennedy, el consenso nacional comenzó a descomponerse.

La Guerra Fría había comenzado con un llamado a apoyar la democracia y la libertad en todo el mundo, reforzado por Kennedy en su inauguración. Sin embargo, durante un período de tiempo, las doctrinas militares que sustentaron la estrategia de contención comenzaron a tener un efecto de deterioro sobre las percepciones públicas. La brecha entre la destructividad de las armas y los fines para los que podrían ser utilizados resultaron insalvables. Todas las teorías sobre el uso limitado de la tecnología nuclear militar resultaron inviables.

La estrategia reinante se basó en la capacidad de infligir un nivel de bajas civiles juzgado insoportable pero seguro involucrando a decenas de millones en ambos lados en cuestión de días. Este cálculo restringió la confianza de los líderes nacionales y la fe del público en su liderazgo. Además de esto, a medida que la política de contención migraba hacia los márgenes de Asia, se encontraron con condiciones completamente opuestas a las de Europa. El Plan Marshall y la OTAN tuvieron éxito porque una política de tradición del gobierno permaneció en Europa, incluso si estaba deteriorada. La recuperación económica podría restaurar la vitalidad política. Pero en gran parte del mundo subdesarrollado, el marco político era frágil o nuevo, y la ayuda económica condujo a la corrupción con tanta frecuencia como a la estabilidad. Estos dilemas llegaron a un punto crítico en la Guerra de Vietnam.

Truman había enviado asesores civiles al sur Vietnam para resistir una guerra de guerrillas en 1951; Eisenhower había agregado asesores militares en 1954; Kennedy autorizó el envío de tropas de combate como auxiliares en 1962; Johnson desplegó una fuerza expedicionaria en 1965 que eventualmente se elevó a más de medio millón. La administración Kennedy había llegado hasta el límite de plantear participar en la guerra, y la administración de Johnson la hizo suya porque estaba convencida de que el asalto de Vietnam del Norte en Vietnam del Sur fue la punta de lanza de una campaña sino-soviética para la dominación y que necesitaba ser resistido por las fuerzas estadounidenses para que todo el sudeste asiático no cayese bajo el control comunista. Al defender Asia, Estados Unidos propuso proceder como lo había hecho en Europa Occidental.

De acuerdo con La "teoría del dominó" del presidente Eisenhower, en la cual la caída de un país al comunismo causa que otros caigan, aplicó la doctrina de la contención para frustrar al agresor (en el modelo de OTAN) y la rehabilitación económica y política (como en el Plan Marshall). Al mismo tiempo, para evitar "ampliar la guerra", Estados Unidos se abstuvo de atacar santuarios en Camboya y Laos desde el cual las fuerzas de Hanoi lanzaron ataques para infligir miles de bajas y al cual se retiró para frustrar la persecución.

Ninguna de estas administraciones había otorgado un plan para terminar la guerra más allá de preservar la independencia de Vietnam del Sur, destruyendo las fuerzas armadas desplegadas por Hanoi para subvertirla, y bombardear Vietnam del Norte con la fuerza suficiente para hacer que Hanoi reconsiderase su política de conquista y comenzar así las negociaciones.

Esto no se había tratado como un programa notable o controvertido hasta verse en medio de la administración Johnson tras una ola de protestas y críticas de los medios. Después con la ofensiva Tet de 1968, en términos militares convencionales, fue una derrota devastadora para Vietnam del Norte, pero tratado en la prensa occidental como una victoria deslumbrante (evidencia de fracaso estadounidense). Esto, golpeó duramente a los funcionarios de la administración.

Lee Kuan Yew, el fundador del estado de Singapur y tal vez el líder asiático más sabio de su período, fue vocal en su firme creencia, mantenida hasta este momento, de que la intervención estadounidense era indispensable para preservar la posibilidad de un sudeste asiático independiente. El análisis de las consecuencias para la región que llegó a reconocer una victoria comunista en Vietnam fueron en gran medida correctas. Pero por el momento de la participación a gran escala de los Estados Unidos en Vietnam, la unidad chino-soviética ya no existía, habiendo estado en crisis perceptible a lo largo de la década de 1960. China, sacudida por el Gran Salto y la Revolución Cultural, consideraba cada vez más a la Unión Soviética como un adversario peligroso y amenazante. Los principios de contención empleados en Europa resultaron mucho menos aplicables en Asia. La inestabilidad se produjo cuando la crisis económica causada por la guerra amenazó con socavar instituciones políticas nacionales tradicionales.

En el sudeste asiático, después de un siglo de colonización, estos las instituciones aún no se habían creado, especialmente en Vietnam del Sur, que nunca había existido como estado en la historia. Estados Unidos intentó cerrar la brecha a través de una campaña de construcción política al lado del esfuerzo militar. Mientras se mantenía la lucha de una guerra convencional contra norvietnamitas se producía una guerra en la jungla contra las guerrillas del Vietcong. Estados Unidos se lanzó a la ingeniería política en una región que no había conocido el autogobierno por siglos o la democracia nunca.

Después de una serie de golpes el general Nguyen Van Thieu surgió como Presidente de Vietnam del sur. Al comienzo de la Guerra Fría, la orientación no comunista de un gobierno había sido tomado como prueba de que valía la pena preservarlo de los diseños soviéticos. Ahora, en la emergente atmósfera de recriminación, la incapacidad de Vietnam del Sur para emerger como una democracia operativa (en medio de una sangrienta guerra civil) condujo a una amarga denuncia. Una guerra inicialmente apoyada por una considerable mayoría y elevada a sus dimensiones existentes por un presidente citando principios universales de la libertad y los derechos humanos ahora se ponía en cuestión y denigraba como evidencia de un único y obtuso criterio moral estadounidense.

El debate interno sobre la guerra de Vietnam resultó ser uno de los más marcados en América historia. Las administraciones que involucraron a los Estados Unidos en Indochina fueron atendidas por individuos de inteligencia sustancial y probidad que de repente se encontraron acusados de locura casi criminal y engaño deliberado. Lo que comenzó como un debate razonable sobre la viabilidad y la estrategia convertido en manifestaciones callejeras, invectivas y violencia.

Los críticos tenían razón al señalar que la estrategia estadounidense, particularmente en las fases de apertura de la guerra, no se adaptaba a las realidades del conflicto asimétrico. Bombardeo de campañas alternando con "pausas" para poner a prueba la disposición de Hanói para la negociación tendieron a producir estancamiento y llevar a cabo suficiente poder para incurrir en denuncias y resistencia, pero no lo suficiente para asegurar la preparación del adversario para negociaciones serias. Los dilemas de Vietnam fueron en gran medida consecuencia de académicas teorías sobre la escalada gradual que sostuvo la Guerra Fría.

Mientras que conceptualmente se mantenía coherente en términos de un enfrentamiento entre superpotencias nucleares, eran menos aplicables a un asimétrico conflicto que luchó contra un adversario que mantenía una estrategia de guerrilla. En los meses que siguieron al final de la presidencia de Johnson en 1969, varios congresistas renunciaron públicamente a sus posiciones y pidieron el fin de las operaciones militares y una retirada estadounidense de Vietnam. Estos temas fueron elaborados hasta que la visión de establecimiento se estableció en un programa para terminar la guerra mediante un retiro estadounidense unilateral a cambio solo del regreso de prisioneros.

Richard Nixon se convirtió en presidente en un momento en que 500,000 soldados estadounidenses estaban en combate, y el número seguía aumentando, según un estudio establecido por la administración Johnson, en Vietnam, tan lejos de las fronteras de EE. UU. 

Desde el principio, Nixon se comprometió para terminar la guerra. Estados Unidos no podía deshacerse de sus compromisos de seguridad en una parte del mundo sin provocar desafíos a su resolución en otros. La preservación de La credibilidad de los Estados Unidos en defensa de los aliados y el sistema de orden global, un papel que los Estados Unidos había realizado durante dos décadas, seguía siendo una parte integral de los cálculos de Nixon. Nixon retiró las fuerzas estadounidenses a razón de 150,000 por año y terminó la participación en tierra combate en 1971.

Si este proceso podría haberse acelerado y si otra definición podría hubiera dado más credibilidad estadounidense seguirá siendo el tema de un acalorado debate. El principal obstáculo fue la dificultad que los estadounidenses sufrieron para entender la forma de pensar de Hanoi. Nixon logró una retirada completa y un acuerdo que estaba convencido le dio al Sur Vietnamita una oportunidad decente para formar su propio destino. Sin embargo, después de atravesar una década de controversia y en las altamente cargadas secuelas de la crisis de Watergate, el Congreso restringió severamente la ayuda en 1973 y cortó toda la ayuda en 1975. Vietnam del Norte conquistó Vietnam del Sur enviando casi su todo el ejército a través de la frontera internacional. La comunidad internacional permaneció en silencio, y El Congreso había proscrito la intervención militar estadounidense.

Los gobiernos de Laos y Camboya cayeron poco después a las insurgencias comunistas, y en este último el Jemer Rojo impuso un ajuste de cuentas de una brutalidad casi inimaginable. Estados Unidos había perdido su primera guerra y también el hilo conductor de su concepto de orden mundial.



 

10.8 El nuevo orden internacional de Asia a través de China[53]

La característica más común de los estados asiáticos es su sentido de representar "emergentes" o países "poscoloniales". Todos han tratado de superar el legado de la dominación colonial afirmando una fuerte identidad nacional. Comparten la convicción de que el orden mundial se está ahora reequilibrando después de una irrupción occidental antinatural en los últimos siglos, pero han dibujado muy diferentes lecciones en su recorrido histórico.

El orden europeo histórico había sido autónomo. Inglaterra fue, hasta principios del siglo XX, capaz de preservar el equilibrio a través de su posición insular y la supremacía naval. De vez en cuando, Las potencias europeas se alistaron fuera de los países para fortalecer sus posiciones temporalmente, por ejemplo, Francia cortejando al Imperio Otomano en el siglo XVI o Gran Bretaña a principios del siglo XX con la alianza con Japón, pero con poderes no occidentales, que no sean oleadas ocasionales de Oriente Medio o África del Norte, tenía pocos intereses en Europa y no se le pidió que interviniera en los conflictos europeos.

Por el contrario, el orden asiático contemporáneo incluye los poderes externos como una característica integral: el papel de Estados Unidos como potencia de Asia y el Pacífico fue explícitamente afirmado en declaraciones conjuntas del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y el presidente chino, Hu Jintao, en enero de 2011, y el presidente Xi Jinping en junio de 2013. Rusia mantuvo geográficamente un poder asiático y participante en agrupaciones asiáticas como la Organización de Cooperación de Shanghai, incluso si más de las tres cuartas partes de su la población vive en la parte europea del territorio ruso. Los Estados Unidos en los tiempos modernos han sido ocasionalmente invitados a actuar como equilibradores del poder.

Frente a la gran escalada de Asia y el alcance de su diversidad, sus naciones han creado una deslumbrante variedad de agrupaciones multilaterales y mecanismos bilaterales. A diferencia de la Unión Europea, la OTAN, y la Comisión de Seguridad y Cooperación en Europa, estas instituciones se ocupan de la seguridad y problemas económicos, no como una expresión de las reglas formales de orden regional. Algunas de las agrupaciones clave incluyen a los Estados Unidos, y algunas, incluidas las económicas, son asiáticas. Una de las agrupaciones más elaborada y significativa es la ASEAN, la Asociación de Asia Sudoriental Naciones.

El principio básico es dar la bienvenida a las naciones más directamente involucradas con los problemas en juego. Pero cabe preguntarse: ¿todo esto equivale a un sistema de orden asiático? En el equilibrio de Europa, los intereses de los principales partidos fueron comparables, si no congruentes. Se podría desarrollar un equilibrio de poder no solo en práctica, como es inevitable en ausencia de hegemonía, pero como un sistema de legitimidad que facilitó decisiones y políticas moderadas. Tal congruencia no existe en Asia, como lo muestra el conjunto de prioridades que los principales países se han asignado a sí mismos. Mientras que India parece mayormente preocupada con China como un competidor de pares, en gran medida un legado de la guerra fronteriza de 1962, China ve sus rivales similares en Japón y Estados Unidos. India ha dedicado menos recursos militares a China que a Pakistán, que, si no es un competidor par, ha sido una preocupación estratégica para Nueva Delhi.

La naturaleza amorfa de las agrupaciones asiáticas se debe en parte a que la geografía ha dictado una marcada línea divisoria entre el este de Asia y el sur de Asia a lo largo de la historia. Ya sea tanto cultural, filosófico y las influencias religiosas han trascendido las líneas divisorias geográficas, e hindúes y confucianos los conceptos de gobernanza han coexistido en el sudeste asiático. Las barreras de la montaña y la jungla han sido demasiado impenetrables para permitir la interacción militar entre los grandes imperios del este de Asia y el sur de Asia hasta el siglo XX. Los mongoles y sus sucesores ingresaron al subcontinente indio desde Asia Central, no a través de los pasos elevados del Himalaya, y no pudieron llegar a las partes del sur de India. Las diversas regiones de Asia han perseguido geopolítica e históricamente distintos cursos.

El orden europeo abrazó un equilibrio de soberano territorialmente definido que afirma reconocer mutuamente la igualdad jurídica, los poderes políticos tradicionales de Asia operados por criterios ambiguos. Hasta bien entrado la era moderna, un mundo "asiático interior" influenciado por los mongoles Imperio, Rusia e Islam coexistieron con un sistema de tributo imperial chino; el último alcanzado hacia el exterior a los reinos del sudeste de Asia, que entretenía las demandas de universalidad de China, incluso como practicaron una forma de arte de estado profundamente influenciado por los principios hindúes recibidos de la India que postuló una forma de divinidad para los monarcas.

Ahora estos legados se están reuniendo, y no hay consenso entre los diversos países sobre el significado del rumbo que han tomado o sus lecciones para el orden mundial del siglo XXI. Bajo las condiciones contemporáneas, esencialmente surgen dos equilibrios de poder: uno en el sur de Asia, el otro en Asia Oriental. Ninguno posee la característica integral del equilibrio de poder europeo: un equilibrador, un país capaz de establecer un equilibrio desplazando su peso al lado más débil. Los Estados Unidos (después de su retirada de Afganistán) se han abstenido de tratar el equilibrio interno del sur de Asia contemporáneo principalmente como un problema militar. Pero tendrá que ser activo en la diplomacia sobre el restablecimiento de un orden regional para que no se cree un vacío, que inevitablemente atrae a todos los países vecinos a una confrontación regional.

La organización de Asia es, por lo tanto, un desafío inherente para el orden mundial. La percepción de los países principales y la búsqueda de sus intereses nacionales, más que el equilibrio de poder como un sistema, han moldeado los mecanismos de orden nuevo que debe ser desarrollado. Su prueba será si una asociación transpacífica, proporcionará un marco pacífico para la interacción de muchos intereses establecidos.

Pasemos ahora a ver el papel de China en este nuevo orden asiático y mundial.

De todas las concepciones del orden mundial en Asia, China operó la más duradera, la más clara definida, y a su vez la más alejada de las ideas europeas de Westfalia. China también ha emprendido el rumbo más complejo, de la civilización antigua a través del imperio clásico, a la revolución comunista, a la gran potencia moderna estado, un rumbo que tendrá un profundo impacto en la humanidad.

Desde su unificación como entidad política única en 221 aC hasta principios del siglo XX, La posición de China en el centro del orden mundial estaba tan arraigada en su pensamiento de élite que en los propios chinos en su propio idioma no encuentran palabras para eso. Solo retrospectivamente los eruditos definieron el sistema de tributos como "Sinocéntrico". En este concepto tradicional, China se consideraba, en cierto sentido, el único gobierno soberano del mundo. Su Emperador fue tratado como una figura de dimensiones cósmicas y el eje entre el humano y divino Su ámbito no era un estado soberano de "China", es decir, los territorios inmediatamente bajo su gobierno, pero "Todo bajo el cielo", del cual China formó el centro, civilizado parte: "el Reino de Oriente Medio", inspirador y edificante para el resto de la humanidad.

En esta visión, el orden mundial reflejaba una jerarquía universal, no un equilibrio de competencia Estados soberanos. Cada sociedad conocida fue concebida como estando en algún tipo de afluente relación con China, basada en parte en su aproximación a la cultura china; ninguno podría alcanzar igualdad con eso.

Otros monarcas no eran soberanos, sino alumnos serios en el arte de gobierno, luchando hacia la civilización. La diplomacia no era un proceso de negociación entre múltiples intereses soberanos, sino una serie de ceremonias cuidadosamente diseñadas en las que las sociedades extranjeras que daban la oportunidad de afirmar su lugar asignado en la jerarquía global. De acuerdo con esta perspectiva, en la China clásica, lo que ahora se llamaría "política exterior", era la competencia del Ministerio de Rituales, que determinó los matices de la relación tributaria, y la Oficina de Asuntos fronterizos, encargado de gestionar las relaciones con las tribus nómadas. Un Ministerio de Relaciones Exteriores de China no se estableció hasta mediados del siglo XIX, y luego obligado a tratar con intrusos desde Occidente.

El sello distintivo de los rituales diplomáticos de China, el arrodillarse y tocarse la cabeza en el suelo para reconocer la autoridad superior del Emperador; era una humillación, sin duda, y un obstáculo para las relaciones con los estados occidentales modernos. Pero el kowtow fue simbólicamente voluntario: era la deferencia representativa de un pueblo que no había sido tan conquistado como asombrado. [54]

Tradicionalmente, China buscó dominar psicológicamente por sus logros y su conducta. intercalados con ocasionales excursiones militares para enseñar a los bárbaros recalcitrantes una "lección" y inducir respeto. Estos dos objetivos estratégicos, fundamentalmente el psicológico y el de las armas y este enfoque conflicto se evidenciaron tan recientemente como las guerras de China con la India en 1962 y Vietnam en 1979, así como en la manera en que se afirman los intereses centrales frente a otros vecinos.[55]

Buscaba inducir respeto, no conversión; esa línea sutil nunca podría ser cruzada. Su misión era su rendimiento, qué sociedades extranjeras debían reconocer y reconocer. Fue posible para otro país para convertirse en un amigo, incluso un viejo amigo, pero nunca podría ser tratado como un igual de China. Irónicamente, los únicos extranjeros que lograron algo similar a este estado fueron los conquistadores.

En una de las hazañas más asombrosas del imperialismo cultural de la historia, dos pueblos que conquistaron China: los mongoles en el siglo XIII y los manchúes en el siglo XVII, fueron inducidos a adoptar elementos centrales de La cultura china para facilitar la administración de un pueblo tan numeroso y tan obstinado en su asunción de superioridad cultural. Los conquistadores fueron asimilados significativamente por los derrotados La sociedad china, hasta el punto en que las partes sustanciales de su territorio de origen pasaron a ser tratadas como tradicionalmente chino.[56]

En ese sentido, China se ha expandido no por conquista sino por ósmosis. En la era moderna, los representantes occidentales con su propio sentido de superioridad cultural se propusieron inscribir a China en el sistema mundial europeo, que se estaba convirtiendo en la estructura básica de la internacional orden. Presionaron a China para cultivar lazos con el resto del mundo a través de intercambios de embajadores y el libre comercio y para elevar a su gente a través de una economía en modernización y una sociedad abierta al proselitismo cristiano.[57]

Después de la derrota de Napoleón, a medida que su expansión mercantil se aceleró, Gran Bretaña intentó otra obertura, mandando un segundo enviado con una propuesta similar. Gran Bretaña que había mostrado un gran poder naval durante las guerras napoleónicas había hecho poco para cambiar la estimación de China de la conveniencia de relaciones diplomáticas. Las potencias occidentales, para su vergüenza, eventualmente llevaron las cosas a un punto crítico sobre el tema de la libertad, comercializar el producto, insistiendo en el derecho a la libre distribución importación de todos los frutos del progreso occidental: el opio. China en la última dinastía Qing descuidó su tecnología militar en parte porque no había sido cuestionada durante tanto tiempo, pero en gran medida debido al bajo estatus de los militares en la jerarquía social confuciana de China, expresada en el dicho: "El buen hierro no se usa para las uñas". Los buenos hombres no se convierten en soldados.[58]

Temporalmente abrumado por la presión militar en 1842, China firmó tratados que concedían demandas. Pero no abandonó su sentido de singularidad y luchó contra una acción de retaguardia tenaz. Después logrando una victoria decisiva en una guerra de 1856-58
[59], Gran Bretaña insistió en un tratado que consagrara su derecho largamente buscado a petición de un ministro residente en Beijing. Gran Bretaña luego despachó una fuerza militar bajo Lord Elgin que asaltó Beijing y quemó el Palacio de Verano de donde el tribuno Qing tuvo que huir. Esta intervención brutal obligó a la dinástica aceptación de pasar de la "dinastía gobernante" a una "delegación trimestral" para albergar a los representantes diplomáticos.[60] En el corazón de estas disputas había una pregunta más importante: ¿era China un orden mundial completo en sí mismo o un estado como otros que era parte de un sistema internacional más amplio? China se aferró a la premisa tradicional.

Todavía en 1863, después de dos derrotas militares por poderes "bárbaros" y un levantamiento interno masivo (La Rebelión de Taiping) sofocada solo llamando a las tropas extranjeras, el Emperador envió una carta a Abraham Lincoln asegurándole el favor benigno de China.[61]

Durante los últimos cuarenta años, la posición de China con respecto a las naciones más avanzadas del mundo ha cambiado por completo. Ella ha celebrado tratados con ellos en igualdad de condiciones; pero no creo que ni sus ministros ni su pueblo hayan mirado esta verdad a la cara, para darse cuenta del hecho de que China es solo una de las muchas naciones independientes del mundo, y que "debajo del cielo", sobre el cual el emperador tiene la regla, no está todo debajo del cielo, sino solo una cierta porción de él que se define en la superficie de la tierra y se puede señalar en el mapa.

Con la tecnología y el comercio impulsando sistemas contradictorios hacia un contacto más cercano, Asia entró en la era moderna sin un aparato distinto de organización nacional e internacional. Formado por estos elementos, la idea china del orden mundial difería marcadamente de la experiencia europea basada en una multiplicidad de estados co-iguales. El drama del encuentro de China con el Occidente desarrollado y Japón fue el impacto de los grandes poderes, organizados como estados expansionistas, en una civilización que inicialmente vio las trampas de los modernos la estadidad como una humillación.

El "ascenso" de China a la eminencia en el siglo XXI no es nuevo, pero restablece patrones históricos. Lo que es distintivo es que China es que ha regresado como heredera de una civilización antigua y no como una gran potencia contemporánea en el modelo de Westfalia. En el concepto de Mao de orden, que llamó la "gran armonía", haciéndose eco de la filosofía china clásica, una nueva China surgirían de la destrucción de la cultura tradicional confuciana que enfatiza la armonía. Cada La ola de esfuerzo revolucionario, proclamó, serviría como un precursor del siguiente. El proceso de la revolución debe acelerarse siempre, sostuvo Mao, para que los revolucionarios no se vuelvan complacientes e indolente. "El desequilibrio es una regla general y objetiva"[62] Algunos de los líderes contemporáneos de China sufrieron gravemente durante la Revolución Cultural, pero ahora presentan que el sufrimiento les ha dado la fuerza y la autoestima descubrimiento para prepararse para las abrumadoras tareas de liderar otro período de gran transformación.

Con La aparición de China como potencialmente la mayor economía del mundo, sus puntos de vista y apoyo ahora se buscan en cada foro internacional. China ha participado en muchos de los aspectos de prestigio del siglo XIX y órdenes occidentales del siglo XX: sede de los Juegos Olímpicos; direcciones de sus presidentes antes de la Naciones Unidas; visitas recíprocas con jefes de estado y gobiernos de los principales países de todo el mundo el mundo. De cualquier manera, China ha recuperado la estatura por la cual era conocida en los siglos de su influencia de mayor alcance. La pregunta ahora es cómo se relacionará con la búsqueda contemporánea de orden mundial.

 


11. Ante una nueva gran transformación. 

Nuestra edad es insistente, a veces casi desesperadamente, en la búsqueda de un concepto de orden mundial. El caos amenaza de lado a lado con una interdependencia sin precedentes: en la difusión de las armas de masa destrucción, la desintegración de los Estados, el impacto de las depredaciones ambientales, la persistencia de prácticas genocidas y la difusión de nuevas tecnologías que amenazan con generar conflictos más allá de los humanos control o comprensión Los nuevos métodos de acceso y comunicación de información unen regiones como nunca antes y proyectar eventos a nivel mundial.[63]

 


11.1 Nos encontramos ante un nuevo escenario. Nuevas Alianzas[64]

Desde el final de la Guerra Fría, el mundo ha sufrido diversos cambios geopolíticos y tecnológicos que no han eliminado el peligro y el drama de la guerra, toda vez que han propiciado nuevos conflictos.

Por un lado, la desaparición del régimen soviético trajo la aparición de un escenario multipolar, en el que surgen movimientos de independencia de diversas repúblicas ex-soviéticas que desembocarán en la desmembración de la URSS, así como, además del indiscutible potencial hegemónico económico y militar de EEUU, aparecen los denominados países emergentes (BRICS – Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que tratarán de alcanzar una cierta hegemonía local; provocando ambos procesos (la desmembración de la URSS y los BRICS) diversos focos de tensión en zonas hasta entonces relativamente estables (Georgia 1994, Cachemira 1998-2003, Chechenia 2002-2004, Islas Senkaku 2014, Ucrania 2015).

Por otro, Rusia mantiene su arsenal nuclear al que otros países, principalmente árabes, tratarán de acceder, China despierta al mercado capitalista ante el hecho de que los países occidentales trasladan su producción a dicho territorio por abaratamiento de costes, incrementando este país oriental la fabricación de armamento propio y de exportación, y la Unión Europea aparece como poder económico similar al norteamericano, aunque la carencia del modelo europeo de un sistema ágil de decisión comunitaria y de unidad semejante a los EEUU hacen que su estrategia se base en el predominio de la diplomacia, más que en una política militar fuerte. 

El tercer pilar de la situación actual es la proliferación de grupos armados que suponen una amenaza asimétrica, no tanto por diferencias de medios y tácticas militares, sino por la diferencia en el respeto a las leyes y tratados internacionales, al Derecho Internacional Humanitario, a los Derechos Humanos e incluso al respeto a la vida humana. Esta amenaza se acrecienta cuando estos movimientos de métodos terroristas establecen vínculos entre sí a través de la utilización de la tecnología de las comunicaciones en red, realizando ataques coordinados. El mayor exponente está siendo aquellos grupos que dominan un territorio y basan su fortaleza en el terror y en la propaganda de los medios de comunicación social, como el caso del Estado Islámico y la red de Al-Qaeda. 

En la actualidad sigue habiendo puntos de gran conflicto en el escenario mundial. La situación de Taiwán, Ucrania, Afganistán, Kazajistán, son muestras de ello. Después de la reciente salida de Afganistán de las tropas de EEUU y la NATO europeas se han producido un nuevo escenario con nuevas alianzas. Por una parte EEUU con Inglaterra y Australia, por otra la denominada BRICS – Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Por otra parte, la NATO y la URSS buscando sus propias alianzas.

 


11.2 Síntesis de la situación estratégica

La situación estratégica tal como se presenta en estos momentos, podemos resumirla así: El impasse nuclear continúa estacionario, los esfuerzos hechos por uno y otro grande por salir de él hasta ahora han sido infructuosos y no es probable que pueda romperse esta situación durante bastante tiempo. La bóveda atómica que protege indirectamente los objetivos vitales de los dos adversarios continúa intangible; la ruptura de este statu quo degeneraría en una guerra general nuclear. La potencia nuclear china aún no tiene el desarrollo requerido, principalmente por falta de vectores, para poder influir o romper este equilibrio. La situación interior china es muy difícil de diagnosticar, pero da la impresión de que no consentirá a este país tomar iniciativas que rompan el equilibrio existente.

Fuera de la bóveda nuclear protectora existen varias zonas de fricción en donde se pueden desarrollar guerras marginales; las más peligrosas son: la del Sudoeste asiático, la del Oriente Medio, seguidas de la Cubana, en el mar de las Antillas. Otra zona de fricción muy de tener en cuenta, aunque no está más que en situación latente, es la frontera ruso-china de Siberia, que actúa como una gran diversión de la actuación de la URSS., principalmente en Europa. Dado las pocas informaciones que se tienen sobre ella, es difícil emitir un juicio seguro sobre su influencia en el despliegue soviético. El dominio del mar continúa del lado de los occidentales, manteniendo en el puño de Norteamérica el tridente de Neptuno.

 


11.3 La situación estratégica mundial y sus cambios

En este último aspecto, Rusia trata de disputarlo en ciertas áreas e influir en la decisión del adversario en todas, tratando de que se la tenga en cuenta y no pueda ser explotado por los EEUU de forma total. Indudablemente, en los planes soviéticos se incluye el que el Mediterráneo no sea un lago occidental, sino una zona de disputa. Pero mientras que los Dardanelos y el estrecho de Gibraltar estén en manos de Occidente, la postura naval rusa será muy difícil o imposible de mantener por mucho tiempo. El efecto político de este avance ruso en el Mediterráneo es muy superior al militar, pues facilita la libertad de acción de los países norteafricanos desde un punto de vista político y económico, ya que pueden jugar bazas que anteriormente no tenían. La OTAN sigue apareciendo como la Fuerza Armada más apropiada y dispuesta para ejercer como fuerzas de apoyo a las Resoluciones de NN.UU.

El poder militar de Rusia y China, como potencias nucleares y con fuerzas armadas convencionales de alto nivel, se mantiene como una opción alternativa a occidente, con aspiraciones a conquistar espacios de poder con conexiones con determinados regímenes afines de potencias locales emergentes (Cuba, Venezuela, Brasil, Irán, Corea del Norte, Vietnam, India, Pakistán, y antiguas repúblicas soviéticas).

Las Fuerzas Armadas japonesas apoyadas por EEUU se mantienen como muro de contención de China y Corea del Norte en su expansión hacia la región Asia-Pacífico. El conflicto actual es asimétrico y de desgaste. Incluso en aquellos en que se enfrentan dos bandos con fuerzas armadas convencionales, la táctica de guerrillas es utilizada por el bando que pierde la iniciativa y estas tácticas degeneran en acciones de efecto indiscriminado y espaciadas en el tiempo. 

La disuasión nuclear, aunque pretendida por los gobiernos de las naciones en desarrollo como elemento de poder negociador, parece haber perdido fuerza coercitiva frente a grupos armados fanáticos camuflados entre población civil inocente; quizás a sabiendas de que estas armas no han sido empleadas ni lo serán por los desorbitados daños colaterales que produce su uso. 

El poder de los medios de comunicación social y la opinión pública pasan a ser un factor de planeamiento indispensable en cualquier Operación Militar, e incluso saber enfrentarse y expresarse ante los medios se convierte en un elemento adicional del adiestramiento militar.

El trato con la población civil, la colaboración cívico-militar y la cuestión de género son aspectos claves en el desarrollo de un conflicto armado para vencer y convencer.

 


12. CONCLUSIÓN:

El orden mundial describe el concepto que tiene una región o civilización sobre la naturaleza de los arreglos justos y la distribución de poder que se considera aplicable al mundo entero.[65] El modelo de cosmovisión heredado del pasado estaba trasnochado. La edad crítica de la razón nos ha llevado a una cultura muerta, de la muerte, no del primado de la vida. El individuo se puso de nuevo en el pedestal, en el epicentro de la modernidad. La cosmovisión de la edad crítica de la razón con el primado de la idea, de la razón, de la estructura intelectual pide ser cambiado.

Debemos aprender de la historia. Después de un tiempo de una gran crisis surge un período de gran transformación. En nuestro tiempo, las religiones se han convertido más en una fuente de división que de comunión. La religión fundamentalista ha absorbido la violencia de nuestro tiempo y ha desarrollado una visión polarizada que divide a la humanidad en una lucha hostil. Personas de todo el mundo están recurriendo al terrorismo de inspiración religiosa. Como resultado, la religión ha estado implicada en algunos de los episodios más oscuros de la historia reciente. 

La humanidad está en crisis está necesitada de una gran transformación. Necesitamos enfrentar nuestra realidad para descubrir nuestra verdadera identidad para ser conscientes de lo que estamos viviendo, para despertar a una conciencia global y poder sacrificarnos y morir a nuestra pretensión de búsqueda de intereses particulares. Nos deberíamos preguntar ¿Por qué el surgir del fundamentalismo y de los movimientos fanáticos? ¿Porqué la pérdida de credibilidad en las instituciones permanentes? ¿Porqué la pérdida de confianza en las religiones cuando éstas parecen ser una fuente de confrontación en lugar de comunión entre nosotros? Al final, las doctrinas y prácticas religiosas tradicionales que en el pasado parecen fuertes parecen ser tan débiles e incluso irrelevantes. [66]

Nuestro tiempo parece ser un tiempo de crisis y esto es cierto, pero al mismo tiempo es una oportunidad para crecer hacia una transformación más profunda. Nuestra gran crisis puede ser al mismo tiempo de buscar nuevas ideas. Si bien es cierto que este tiempo presente se caracteriza por una época de extraordinarias invenciones y avances en las ciencias al mismo tiempo notamos una crisis espiritual más profunda. Ante esta gran crisis debemos promover el diálogo, el respeto y el entendimiento mutuo, debemos buscar una y otra vez los principios comunes como fuente de comunión para promover la paz y la unidad en nuestro tiempo presente. [67]

Este tiempo de crisis tan profunda está requiriendo una experiencia trascendente más profunda. Necesitamos explorar otra forma de ser religiosos. Necesitamos una fe más innovadora que ilumine con una nueva luz las realidades del propio mundo. Existe la certeza de que en tiempos de crisis espiritual la humanidad se vuelve atrás para buscar las verdades de una manera más profunda.

Termino con una Síntesis de la carta encíclica “Fratelli tutti” del Papa Francisco que entiendo responde a toda esta problemática que hemos venido analizando:

La preguntas a las que pretende responder, principalmente “Fratelli tutti” son: ¿Cuáles son los grandes ideales, pero también los caminos concretos a recorrer para quienes quieren construir un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas, en la vida social, en la política y en las instituciones? San Francisco de Asís, usó esas palabras para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio” (1). No hacía la guerra dialéctica imponiendo doctrinas, sino que comunicaba el amor de Dios”, escribe el Papa, y “fue un padre fecundo que despertó el sueño de una sociedad fraterna” (2-4).

La Encíclica pretende promover una aspiración mundial a la fraternidad y la amistad social. A partir de una pertenencia común a la familia humana, del hecho de reconocernos como hermanos porque somos hijos de un solo Creador, todos en la misma barca y por tanto necesitados de tomar conciencia de que en un mundo globalizado e interconectado sólo podemos salvarnos juntos. Un motivo inspirador citado varias veces es el Documento sobre la Fraternidad humana firmado por Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar en febrero de 2019.

La fraternidad debe promoverse no sólo con palabras, sino con hechos. Hechos que se concreten en la “mejor política”, aquella que no está sujeta a los intereses de las finanzas, sino al servicio del bien común, capaz de poner en el centro la dignidad de cada ser humano y asegurar el trabajo a todos, para que cada uno pueda desarrollar sus propias capacidades. Una política que, lejos de los populismos, sepa encontrar soluciones a lo que atenta contra los derechos humanos fundamentales y que esté dirigida a eliminar definitivamente el hambre y la trata. Al mismo tiempo, el Papa Francisco subraya que un mundo más justo se logra promoviendo la paz, que no es sólo la ausencia de guerra, sino una verdadera obra “artesanal” que implica a todos. Ligadas a la verdad, la paz y la reconciliación deben ser “proactivas”, apuntando a la justicia a través del diálogo, en nombre del desarrollo recíproco. De ahí deriva la condena del Pontífice a la guerra, “negación de todos los derechos” y que ya no es concebible, ni siquiera en una hipotética forma “justa”, porque las armas nucleares, químicas y biológicas tienen enormes repercusiones en los civiles inocentes.

Debemos de promover una cultura de la vida, de respeto a la vida, de cuidado de la vida de  todos y de toda la vida, buscando la promoción de la vida de una forma integral. Hemos de rechazar la pena de muerte, definida como “inadmisible” porque “siempre será un crimen matar a un hombre”, y central es la llamada al perdón, conectada al concepto de memoria y justicia: perdonar no significa olvidar, escribe el Pontífice, ni renunciar a defender los propios derechos para salvaguardar la propia dignidad, un don de Dios. En el trasfondo de la Encíclica está la pandemia de COVID-19 que – revela Francisco – “cuando estaba redactando esta carta, irrumpió de manera inesperada”. Pero la emergencia sanitaria mundial ha servido para demostrar que “nadie se salva solo” y que ha llegado el momento de que “soñemos como una única humanidad” en la que somos “todos hermanos” (7-8).

Los problemas globales requieren una acción global, no a la “cultura de los muros”

Abierta por una breve introducción y dividida en ocho capítulos, la Encíclica recoge – como explica el propio Papa – muchas de sus reflexiones sobre la fraternidad y la amistad social, pero colocadas “en un contexto más amplio” y complementadas por “numerosos documentos y cartas” enviados a Francisco por “tantas personas y grupos de todo el mundo” (5). En el primer capítulo, “Las sombras de un mundo cerrado”, el documento se centra en las numerosas distorsiones de la época contemporánea: la manipulación y la deformación de conceptos como democracia, libertad o justicia; la pérdida del sentido de lo social y de la historia; el egoísmo y la falta de interés por el bien común; la prevalencia de una lógica de mercado basada en el lucro y la cultura del descarte; el desempleo, el racismo, la pobreza; la desigualdad de derechos y sus aberraciones, como la esclavitud, la trata, las mujeres sometidas y luego obligadas a abortar, y el tráfico de órganos (10-24). Se trata de problemas globales que requieren acciones globales, enfatiza el Papa, dando la alarma también contra una “cultura de los muros” que favorece la proliferación de mafias, alimentadas por el miedo y la soledad (27-28). Además, hoy en día, hay un deterioro de la ética (29) a la que contribuyen, en cierto modo, los medios de comunicación de masas que hacen pedazos el respeto por el otro y eliminan todo pudor, creando círculos virtuales aislados y autorreferenciales, en los que la libertad es una ilusión y el diálogo no es constructivo (42-50).

El amor construye puentes

A muchas sombras, sin embargo, la Encíclica responde con un ejemplo luminoso, un presagio de esperanza: el ejemplo del Buen Samaritano. El segundo capítulo, “Un extraño en el camino”, está dedicado a esta figura, y en él el Papa destaca que, en una sociedad enferma que da la espalda al dolor y es “analfabeta” en el cuidado de los débiles y frágiles (64-65), todos estamos llamados – al igual que el buen samaritano – a estar cerca del otro (81), superando prejuicios, intereses personales, barreras históricas o culturales. Todos, de hecho, somos corresponsables en la construcción de una sociedad que sepa incluir, integrar y levantar a los que han caído o están sufriendo (77). El amor construye puentes y estamos “hechos para el amor” (88), añade el Papa, exhortando en particular a los cristianos reconocer a Cristo en el rostro de todos los excluidos (85). El principio de la capacidad de amar según “una dimensión universal” (83) se retoma también en el tercer capítulo, “Pensar y gestar un mundo abierto”: en él, Francisco nos exhorta a “salir de nosotros mismos” para encontrar en los demás “un crecimiento de su ser” (88), abriéndonos al prójimo según el dinamismo de la caridad que nos hace tender a la “comunión universal” (95). Después de todo – recuerda la Encíclica – la estatura espiritual de la vida humana está definida por el amor que es siempre “lo primero” y nos lleva a buscar lo mejor para la vida de los demás, lejos de todo egoísmo (92-93).

Los derechos no tienen fronteras, es necesaria la ética en las relaciones internacionales

Una sociedad fraternal será aquella que promueva la educación para el diálogo con el fin de derrotar al “virus del individualismo radical” (105) y permitir que todos den lo mejor de sí mismos. A partir de la tutela de la familia y del respeto por su “misión educativa primaria e imprescindible” (114). Dos son, en particular, los “instrumentos” para lograr este tipo de sociedad: la benevolencia, es decir, el deseo concreto del bien del otro (112), y la solidaridad que se ocupa de la fragilidad y se expresa en el servicio a las personas y no a las ideologías, luchando contra la pobreza y la desigualdad (115). El derecho a vivir con dignidad no puede ser negado a nadie, dice el Papa, y como los derechos no tienen fronteras, nadie puede quedar excluido, independientemente de donde haya nacido (121). Desde este punto de vista, el Papa recuerda también que hay que pensar en “una ética de las relaciones internacionales” (126), porque todo país es también del extranjero y los bienes del territorio no pueden ser negados a los necesitados que vienen de otro lugar. Por lo tanto, el derecho natural a la propiedad privada será secundario respecto al principio del destino universal de los bienes creados (120). La

Encíclica también subraya de manera específica la cuestión de la deuda externa: sin perjuicio del principio de que debe ser pagada, se espera, sin embargo, que ello no comprometa el crecimiento y la subsistencia de los países más pobres (126).

Migrantes: gobernanza mundial para proyectos a largo plazo

Al tema de las migraciones está dedicada parte del segundo y todo el cuarto capítulo, “Un corazón abierto al mundo entero”, con sus “vidas que se desgarran” (37), huyendo de guerras, persecuciones, desastres naturales, traficantes sin escrúpulos, desarraigados de sus comunidades de origen, los migrantes deben ser acogidos, protegidos, promovidos e integrados. Hay que evitar migraciones no necesarias, afirma el Pontífice, creando en los países de origen posibilidades concretas de vivir con dignidad. Pero al mismo tiempo, el derecho a buscar una vida mejor en otro lugar debe ser respetado. En los países de destino, el equilibrio adecuado será aquel entre la protección de los derechos de los ciudadanos y la garantía de acogida y asistencia a los migrantes (38-40). Concretamente, el Papa señala algunas “respuestas indispensables” especialmente para quienes huyen de “graves crisis humanitarias”: aumentar y simplificar la concesión de visados; abrir corredores humanitarios; garantizar la vivienda, la seguridad y los servicios esenciales; ofrecer oportunidades de trabajo y formación; fomentar la reunificación familiar; proteger a los menores; garantizar la libertad religiosa y promover la inclusión social. El Papa también invita a establecer el concepto de “ciudadanía plena” en la sociedad, renunciando al uso discriminatorio del término “minorías” (129-131). Lo que se necesita sobre todo – se lee en el documento – es una gobernanza mundial, una colaboración internacional para las migraciones que ponga en marcha proyectos a largo plazo, que vayan más allá de las emergencias individuales (132), en nombre de un desarrollo solidario de todos los pueblos basado en el principio de gratuidad. De esta manera, los países pueden pensar como “una familia humana” (139-141). El otro diferente de nosotros es un don y un enriquecimiento para todos, escribe Francisco, porque las diferencias representan una posibilidad de crecimiento (133-135). Una cultura sana es una cultura acogedora que sabe abrirse al otro, sin renunciar a sí misma, ofreciéndole algo auténtico. Como en un poliedro – una imagen apreciada por el Pontífice – el conjunto es más que las partes individuales, pero cada una de ellas es respetada en su valor (145-146).

La política, una de las formas más preciosas de la caridad

El tema del quinto capítulo es “La mejor política”, es decir, una de las formas más preciosas de la caridad porque está al servicio del bien común (180) y conoce la importancia del pueblo, entendido como una categoría abierta, disponible para la confrontación y el diálogo (160). Este es, en cierto sentido, el popularismo indicado por Francisco, que se contrapone a ese “populismo” que ignora la legitimidad de la noción de “pueblo”, atrayendo consensos para instrumentalizarlo a su propio servicio y fomentando el egoísmo para aumentar su popularidad (159). Pero la mejor política es también la que tutela el trabajo, “una dimensión irrenunciable de la vida social” y trata de asegurar que todos tengan la posibilidad de desarrollar sus propias capacidades (162). La mejor ayuda para un pobre, explica el Papa, no es sólo el dinero, que es un remedio temporal, sino el hecho de permitirle vivir una vida digna a través del trabajo. La verdadera estrategia de lucha contra la pobreza no tiene por objeto simplemente contener o hacer inofensivos a los indigentes, sino promoverlos desde el punto de vista de la solidaridad y la subsidiariedad (187). También es tarea de la política encontrar una solución a todo lo que atente contra los derechos humanos fundamentales, como la exclusión social; el tráfico de órganos, tejidos, armas y drogas; la explotación sexual; el trabajo esclavo; el terrorismo y el crimen organizado. Fuerte es el llamamiento del Papa a eliminar definitivamente el tráfico, la “vergüenza para la humanidad” y el hambre, que es “criminal” porque la alimentación es “un derecho inalienable” (188-189).

El mercado por sí solo no lo resuelve todo. Es necesaria la reforma de la ONU

La política que se necesita, subraya Francisco, es la que dice no a la corrupción, a la ineficiencia, al mal uso del poder, a la falta de respeto por las leyes (177). Se trata de una política centrada en la dignidad humana y no sujeta a las finanzas porque “el mercado solo no resuelve todo”: los “estragos” provocados por la especulación financiera lo han demostrado (168). Los movimientos populares asumen, por lo tanto, una importancia particular: verdaderos “poetas sociales” y “torrentes de energía moral”, deben involucrarse en la participación social, política y económica, sujetos, sin embargo, a una mayor coordinación. De esta manera – afirma el Papa – se puede pasar de una política “hacia” los pobres a una política “con” y “de” los pobres (169). Otro auspicio presente en la Encíclica se refiere a la reforma de las Naciones Unidas: frente al predominio de la dimensión económica que anula el poder del Estado individual, de hecho, la tarea de las Naciones Unidas será la de dar sustancia al concepto de “familia de las naciones” trabajando por el bien común, la erradicación de la pobreza y la protección de los derechos humanos. Recurriendo incansablemente a “la negociación, a los buenos oficios y al arbitraje” – afirma el documento pontificio – la ONU debe promover la fuerza del derecho sobre el derecho de la fuerza, favoreciendo los acuerdos multilaterales que mejor protejan incluso a los Estados más débiles (173-175).

El milagro de la bondad

Del capítulo sexto, “Diálogo y amistad social”, surge también el concepto de la vida como “el arte del encuentro” con todos, incluso con las periferias del mundo y con los pueblos originarios, porque “de todos se puede aprender algo, nadie es inservible” (215). El verdadero diálogo, en efecto, es el que permite respetar el punto de vista del otro, sus intereses legítimos y, sobre todo, la verdad de la dignidad humana. El relativismo no es una solución – se lee en la Encíclica – porque sin principios universales y normas morales que prohíban el mal intrínseco, las leyes se convierten sólo en imposiciones arbitrarias (206). En esta óptica, desempeñan un papel particular los medios de comunicación, que, sin explotar las debilidades humanas ni sacar lo peor de nosotros, deben orientarse al encuentro generoso y a la cercanía con los últimos, promoviendo la cercanía y el sentido de la familia humana (205). Particular, a continuación, es el llamamiento del Papa al “milagro de una persona amable”, una actitud que debe ser recuperada porque es “una estrella en medio de la oscuridad” y “una liberación de la crueldad que a veces penetra las relaciones humanas, de la ansiedad que no nos deja pensar en los demás, de la urgencia distraída” que prevalecen en los tiempos contemporáneos. Una persona amable, escribe Francisco, crea una sana convivencia y abre el camino donde la exasperación destruye los puentes (222-224).

El arte de la paz y la importancia del perdón

Reflexiona sobre el valor y la promoción de la paz, en cambio, el séptimo capítulo, “Caminos de reencuentro” en el que el Papa subraya que la paz está ligada a la verdad, la justicia y la misericordia. Lejos del deseo de venganza, es “proactiva” y tiene como objetivo formar una sociedad basada en el servicio a los demás y en la búsqueda de la reconciliación y el desarrollo mutuo (227-229). En una sociedad, todos deben sentirse “en casa” – escribe el Papa –. Por esta razón, la paz es un “oficio” que involucra y concierne a todos y en el que cada uno debe desempeñar su papel. La tarea de la paz no da tregua y no termina nunca, continúa el Papa, y por lo tanto es necesario poner a la persona humana, su dignidad y el bien común en el centro de toda acción (230-232). Ligado a la paz está el perdón: se debe amar a todos sin excepción, dice la Encíclica, “pero amar a un opresor no es consentir que siga siendo así; tampoco es hacerle pensar que lo que él hace es aceptable”. Es más: los que sufren la injusticia deben defender con firmeza sus derechos para salvaguardar su dignidad, un don de Dios (241-242). El perdón no significa impunidad, sino justicia y memoria, porque perdonar no significa olvidar, sino renunciar a la fuerza destructiva del mal y al deseo de venganza. No hay que olvidar nunca “horrores” como la Shoah, los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki, las persecuciones y las masacres étnicas – exhorta el Papa –. Deben ser recordados siempre, una vez más, para no anestesiarnos y mantener viva la llama de la conciencia colectiva. Es igualmente importante recordar a los buenos, aquellos que han elegido el perdón y la fraternidad (246-252).

¡Nunca más la guerra, fracaso de la humanidad!

Una parte del séptimo capítulo se detiene en la guerra: no es “un fantasma del pasado” – subraya Francisco – sino “una amenaza constante” y representa la “negación de todos los derechos”, “un fracaso de la política y de la humanidad”, “una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal”. Además, debido a las armas nucleares, químicas y biológicas que golpean a muchos civiles inocentes, hoy en día ya no podemos pensar, como en el pasado, en una posible “guerra justa”, sino que debemos reafirmar con firmeza “¡Nunca más la guerra!” Y considerando que estamos viviendo “una tercera guerra mundial en etapas”, porque todos los conflictos están conectados, la eliminación total de las armas nucleares es “un imperativo moral y humanitario”. Más bien – sugiere el Papa – con el dinero invertido en armamento, debería crearse un Fondo Mundial para eliminar el hambre (255-262).

La pena de muerte es inadmisible, debería abolirse en todo el mundo

Francisco expresa una posición igualmente clara sobre la pena de muerte: es inadmisible y debe ser abolida en todo el mundo. “Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal – escribe el Papa – y Dios mismo se hace su garante”. De ahí dos exhortaciones: no ver el castigo como una venganza, sino como parte de un proceso de sanación y reinserción social, y mejorar las condiciones de las prisiones, respetando la dignidad humana de los presos, pensando también que la cadena perpetua “es una pena de muerte oculta” (263-269). Se reafirma la necesidad de respetar “la sacralidad de la vida” (283) allá donde hoy “partes de la humanidad parecen sacrificables”, como los no nacidos, los pobres, los discapacitados, los ancianos (18).

Garantizar la libertad religiosa, derecho humano fundamental

En el octavo y último capítulo, el Pontífice se ocupa de “Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo” y reitera que la violencia no encuentra fundamento en las convicciones religiosas, sino en sus deformaciones. Actos tan “execrables” como los actos terroristas, por lo tanto, no se deben a la religión, sino a interpretaciones erróneas de los textos religiosos, así como a políticas de hambre, pobreza, injusticia, opresión. El terrorismo no debe ser sostenido ni con dinero ni con armas, ni con la cobertura de los medios de comunicación, porque es un crimen internacional contra la seguridad y la paz mundial y como tal debe ser condenado (282-283). Al mismo tiempo, el Papa subraya que es posible un camino de paz entre las religiones y que, por lo tanto, es necesario garantizar la libertad religiosa, un derecho humano fundamental para todos los creyentes (279). En particular, la Encíclica hace una reflexión sobre el papel de la Iglesia: no relega su misión a la esfera privada – afirma –, no está al margen de la sociedad y, aunque no hace política, sin embargo, no renuncia a la dimensión política de la existencia. La atención al bien común y la preocupación por el desarrollo humano integral, de hecho, conciernen a la humanidad y todo lo que es humano concierne a la Iglesia, según los principios del Evangelio (276-278). Por último, recordando a los líderes religiosos su papel de “auténticos mediadores” que se dedican a construir la paz, Francisco cita el “Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”, firmado por él mismo el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi, junto con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb: de este hito del diálogo interreligioso, el Pontífice recoge el llamamiento para que, en nombre de la fraternidad humana, se adopte el diálogo como camino, la colaboración común como conducta y el conocimiento mutuo como método y criterio (285).

 

 


BIBLIOGRAFIA

Rainiero Cantalamesa, Los orígenes del Cristianismo

Jean Danielou, los orígenes del cristianismo latino

P. Evdokimov, La teología de la belleza, Paoline, Milán, 1971

Karem Armstrong, The Great Transformation, El Mundo en el tiempo de Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías. Ed Penguim

Tomás Halik, El cristianismo en un tiempo de enfermedad

Matt Malone, Camus, comunidad y coronavirus

Daniel Cosacchi, Lo que he aprendido de la auto-cuarentena

Henry Kissinger, Orden mundial, Reflexiones sobre el carácter de las naciones y el curso de la historia Ed Debate

Enrique Manera, La situación estratégica mundial y sus cambios, Dialnet

MR Pons, La situación estratégica mundial CSEDEN, Dialnet 1980

Hacia dónde se encamina el escenario estratégico mundial CISDE observatorio

Papa Francisco, Encíclica Fratelli tutti

 

 

 

 

 

 



[1] Ver los artículos que publiqué en mi blog: darmarperegrino.com en mayo 2020. Reflexiones sobre la pandemia, llamada a una conciencia universal, llamada a una solidaridad global, llamada a un nuevo orden mundial.

[2] Mircea Eliade, Mitos, Sueños y misterios. El encuentro entre las religiones contemporáneas y las realidades arcaicas.

[3] Karem Armstrong, Traducido a términos sociales, ashia/rita significaba lealtad, verdad y respeto a los ideales encarnados por Varuna, el guardián de la orden.

[4] Un ejemplo de ello son los aborígenes de Australia. Cuando el aborigen va a cazar, modela su comportamiento de cerca del Cazador de Puños que se siente totalmente unido a él.

[5] Nos vamos a centrar en la civilización indoeuropea, podríamos hablar de las civilizaciones antiguas de África o América, de los beduinos o bereberes, de los dogones de Malí, de los masais de Kenia y Tanzania de los mayas, los aztecas de Méjico, de los aymaras del Perú, de los indios de las junglas amazónicas, de los aborígenes de Australia o de los inuits del Ártico pero hemos escogido centrarnos en esta civilización por ser la preponderante de la civilización nuestra.

[6] Karl Jasper, El origen y el objetivo de la historia.

[7] Sin lugar a dudas hay un parecido con el relato del Origen en el Libro del Génesis. (Gen 1-3).

[8] Otra semejanza con el Santo Sacrificio de la Eucaristía.

[9] Karem Armstrong, los ahuras pacíficos, que defendían la justicia, la verdad y el respeto por la vida y la prosperidad, fueron atacados por Indra.

[10] Karem Armstrong, crueles guerreros, luchando bajo las órdenes del malvado Indra, habían barrido las comunidades pacíficas, amorosas, respetuosas de la ley. ¿Dónde estaban los Santos Inmortales, los guardianes de la asha?

[11] Sin duda otra semejanza de la venida del nuevo Mesías.

[12] Este punto se desarrolla en el libro de Karen Armstrong, "La Gran Transformación, El Mundo en el tiempo de Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías"

[13] Este principio de la Edad Media tiene un gran parecido con lo que Jung consideraba central en la vida media: quitarse la máscara. Debemos morir al ego para encontrar el verdadero yo, parusha

[14] Una vez más, este principio de la Edad Media es una semejanza del cambio propuesto por Jung en la vida del Medio Oriente.

[15]Esta fue la gran semejanza y profecía del nuevo mesianismo de Cristo.

I16I Karem Armstrong, The Great Transformation

[17] El método de la dialéctica era una versión racional griega de la brahmodyaindia.

[18] Esta fue su versión de la regla de oro.

[19]Karl Hasper, El origen y el objetivo de la historia. "Comenzaron a buscar las causas de la violencia en la psique y penetraron en su mundo interior y comenzaron a explorar un reino hasta ahora no descubierto de la experiencia humana"

[20]Su concepción de Dios no era diferente a la de Confucio. Parecía haber estado llegando a una noción trascendente de virtud absoluta.

[21]Karen Armstrong, "Los sabios axiales tienen un mensaje importante para que nuestro tiempo de crisis regrese a este período en busca de orientación. Para crear un nuevo mundo es necesaria una conversión profunda. Debemos abandonar nuestro egoísmo y codicia, nuestra violencia e injusticia".

[22] Algunos han querido incluir al grupo a Juan el Bautista incluso al mismo Jesús de Nazaret.

[23] Esta visión no era diferente al ideal del bodhisattva, que voluntariamente dejó de lado la dicha del nibbana  por el bien de la humanidad sufriente.

[24] Esta apreciación en realidad ha disminuido. Algunos musulmanes denigran el judaísmo y el cristianismo y algunos extremistas hablan del deber musulmán de conquistar el mundo entero para el Islam. (ISIS)

[25] Henry Kissinger, Orden mundial, p. 43

[26] Cf. Paul Azar, Crisis de la conciencia europea; El pensamiento europeo en el S. XVIII

[27] Henry Kissinger, Orden mundial, p. 58

[28] Henry Kissinger, Orden mundial, p. 71

[29] Su progenie explica los movimientos totalitarios del siglo XX

[30] Henry Kissinger, Orden mundial, p. 92

[31]Henry Kissinger, Orden mundial, p. 94

[32] Los denominados, los tres jinetes de la Apocalipsis

[33] La conocida frase de Nietche : “Dios ha muerto

[34] El conocido mito de Prometeo

[35] Henry Kissinger, Orden mundial, p. 112

[36] Era lo que propugnaba Kant y su sistema kantiano.

[37] Como Bismarck había advertido "¡Ay del estadista cuyos argumentos justifican entrar en una guerra, estos no son tan convincentes al final como lo fueron al principio".

[38] Europa occidental encontró la fuerza moral para lanzarse en el camino hacia un nuevo enfoque para el orden internacional. Esto fue obra de tres grandes hombres: Konrad Adenauer en Alemania, Robert Schuman en Francia y Alcide de Gasperi en Italia.

[39] Henry Kissinger, Orden mundial, Cap 3

[40] Henry Kissinger, Orden mundial, Cap 3

[41] Henry Kissinger, Orden mundial, Cap 4

[42] El Zar Alejandro según sus contemporáneos era un hombre de convicciones profundas, aunque cambiantes, recientemente renovó su fe religiosa con un curso de lecturas bíblicas intensivas y consultas espirituales.

[43] Como el zar Alejandro escribió a un confidente en 1812: "Es a la causa del advenimento del verdadero reino de Jesucristo a quien dedico toda mi gloria terrena".

[44] Henry Kissinger, Orden mundial, Cap 5

[45] El antepasado celestial fue el primero que sentó sus cimientos, y la Diosa del Sol dejó a sus descendientes para reinar sobre él por los siglos de los siglos. Es por eso que Japón se llama el país divino.

[46] Hideyoshi escribió una carta al rey de Corea citando una relación inseparable entre el Reino Medio y nuestro reino y el principio confuciano que decía que invadir a otro el estado es un acto del cual los hombres de cultura y logros intelectuales deberían sentirse avergonzados.

[47] Aquellos que argumentan que las lecciones de la historia nunca deben repetirse deberían ponderar la comparabilidad de la resistencia de China a la empresa de Hideyoshi con la que encontró América en la Guerra de Corea casi cuatrocientos años después.

[48] Los vedas Bhagavad Gita, Bhagavad, Mahabharata, Ramayana, conjunto de mitos durante el período védico que se establecieron en Dorah, rya varta entre los ríos Yamuna y Ganges.  

[49] Algunos cumpliendo múltiples roles a la vez, como los portugueses, que llegaron en 1498 en busca de especias y con un afán evangelizador (Francisco Javier)

[50] Bajo el reinado de Gran Bretaña, si inicialmente sin un diseño fijo fue modelándose con un patrón occidental. El Profesor de Historia Moderna en Cambridge dice: "Parece que, por así decirlo, hemos conquistado y poblaba la mitad del mundo en un ataque de ausencia de mente ".

[51] Según un Shila un politógo internacional

[52] Henry Kissinger, Orden mundial, Cap 8

[53] Henry Kissinger, Orden mundial, Cap 5 y 6

[54] El tributo presentado a China en tales ocasiones a menudo fue excedido en valor por el intercambio de Regalos al emperador.

[55] Aun así, China no era una sociedad misionera en el sentido occidental del término.

[56] China no había tratado de exportar su sistema político; más bien, había visto a otros ven a ella.

[57] Lo que Occidente concibió como un proceso de ilustración y compromiso fue tratado en China como un asalto.

[58] Incluso cuando están bajo asalto por las fuerzas occidentales, la dinastía Qing desvió fondos militares en 1893 para restaurar un mármol resplandeciente en el Palacio de Verano imperial.

[59] Luchó por un supuesto embarque impropio de un Buque registrado en Gran Bretaña en Guangzhou

[60] La aquiescencia de China en el concepto de reciprocidad y la diplomacia dentro de un sistema westfaliano de estados soberanos era renuente y resentida.

[61] La carta que envió Abraham Lincoln decía: "Habiendo recibido con reverencia, recibió comisión del Cielo para gobernar el universo, consideramos tanto el imperio medio de China como el fuera de los países como una sola familia, sin distinción alguna ".

[62] Según Mao: El ciclo, que es interminable, evoluciona del desequilibrio al equilibrio y luego al desequilibrio nuevamente. Cada ciclo, sin embargo, nos lleva a un mayor nivel de desarrollo. El desequilibrio es normal y absoluto, mientras que el equilibrio es temporal y relativo.

[63] Henry Kissinger, Orden mundial, p. 136

[64] Fuentes tomadas principalmente de los artículos de: Enrique Manera, La situación estratégica mundial y sus cambios, Dialnet; MR Pons, La situación estratégica mundial CSEDEN, Dialnet 1980; Hacia dónde se encamina el escenario estratégico mundial CISDE observatorio.

[65] Henry Kissinger, Orden mundial, p. 187

[66]En primer lugar es necesario un autoexamen, una autocrítica en lugar de simplemente arremeter contra el "otro lado". Debemos examinar nuestro propio comportamiento para volvernos conscientes de nosotros mismos, conscientes de lo que estamos haciendo, para reconocer cómo estamos colaborando en esta cultura de división, confrontación, violencia y muerte, conciencia global. La reforma y el cambio deben comenzar en casa. No podemos esperar reformar a otros hasta que nos hayamos reformado a nosotros mismos.

[67]El documento Gadium et spes del Vaticano II presenta el desequilibrio del mundo moderno: En medio de tantos logros, el hombre anhela una vida plena y digna de todo ser humano... Mientras tanto, hay una creciente convicción en la capacidad de la humanidad para fortalecer su dominio sobre la humanidad al mismo tiempo que hay muchas personas que viven de manera inhumana sufriendo injusticias y privadas de los bienes comunes ... debemos descubrir las luces y las sombras de nuestro mundo moderno, la dicotomía de un mundo que es a la vez poderoso y débil, capaz de hacer grandes cosas y cosas horribles. El hombre está creciendo consciente de que las fuerzas que ha desarrollado pueden destruirse a sí mismo. Este es el dilema moderno. (Vaticano II, SG 8,9)