lunes, 18 de abril de 2022

A hombros de gigantes

 

A hombros de gigantes




Introducción:

CELEBRACION ANIVERSARIO

Este año, las Obras Misionales Pontificias (OMP)están de celebración. En este 2022 se cumplen una serie de aniversarios que hemos reunido bajo el lema “A hombros de gigantes

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son el principal instrumento de la Iglesia católica para atender las grandes necesidades con las que se encuentran los misioneros en su labor de evangelización por todo el mundo.

Las Obras Misionales Pontificias ofrecen un constante apoyo espiritual y material para que los misioneros puedan anunciar el Evangelio y colaborar en el desarrollo personal y social del pueblo en medio del cual realizan su labor. 


Además queremos celebrar los 500 años de cristianismo en Filipinas el 13 de mayo de 2021 bajo el  lema "Gifted to give", recordando la primera misa y el primer bautismo en Filipinas en Visayas, Cebú. Cuando llegó Magallanes plantó la Cruz simbolizando el inicio de la Evangelización en Filipinas

También se celebra en abril de este año 2022 el segundo Congreso Misionero Internacional IMC organizado por la CBCP


                    ue se encuentran los misioneros en su labor de evangelización por todo el mundo.

Las Obras Misionales Pontificias ofrecen un constante apoyo espiritual y material para que los misioneros puedan anunciar el Evangelio y colaborar en el desarrollo personal y social del pueblo en medio del cual realizan su labor.

¿Quiénes somos?         

Entre estos aniversarios están, el próximo 3 de mayo, los 100 años de la declaración de las cuatro obras como “pontificias”, convirtiéndose de este modo en la herramienta del Papa para atender a las nuevas iglesias surgidas en territorios de misión. También el 3 de mayo, celebraremos los 200 años de la fundación de la Obra de la Propagación de la Fe, la impulsora de la Jornada Mundial de las Misiones, que en España es tan bien acogida como Domund (Domingo mundial de las Misiones).

 

DISTINTAS CELEBRACIONES

El año 2022 viene repleto de aniversarios importantes para Obras Misionales Pontificias (OMP) y la actividad misionera de la Iglesia



1622(400 AÑOS)


·       12 MARZO 2022

Canonización de San Francisco Javier, patrono de las misiones.

·       22 JUNIO 2022

Institución de Propaganda Fide, la actual Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

        
                                            
 
1822 (200 AÑOS)

·       3 MAYO 2022

Fundación de la Obra de la Propagación de la Fe, germen del Domund.

1872 (150 AÑOS)

·       16 ENERO 2022

Nacimiento beato Paolo Manna, fundador de la Pontificia Unión Misional.

1922 (100 AÑOS)

·       3 MAYO 2022

Creación de Obras Misionales Pontificias, tras asumir el Papa Pío XI las iniciativas misioneras de Propagación de la Fe, Infancia Misionera y San Pedro Apóstol

Puesta en marcha de Illuminare, revista de pastoral misionera

·       22 DE MAYO 2022

Beatificación de Paulina Jaricot, fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe.

 

  1. LAS OBRAS MISIONLES PONTIFICIAS

 

1.1 ORIGENES DE LA CONGREGACION PARA LA EVANGELIZACION DE LOS PUEBLOS

Vamos a remontarnos a los orígenes. A partir de la mitad de siglo XVII, una serie de factores cambiaron por completo la fisonomía de las misiones de la iglesia católico-romana. Con la fundación de la «Congregatio de Propaganda Fide» (Congregación para la propagación de la fe), hoy llamada «Congregación para la evangelización de los pueblos» fundada por el papa Gregorio XV (1621-1623), el 6 de enero de 1622, Roma se vuelve a convertir en una central misionera y con iniciativas también misioneras. 

Ya en la segunda mitad del siglo XVI, hubo tendencias que quisieron asegurar para las misiones el carácter de una tarea eclesial, poniéndolas bajo el control inmediato de Roma. La idea en sí no era nueva. Gracias a Ramón Llull encontró su forma concreta. Este quería que naciese desde el centro de la cristiandad una organización oficial para la propagación de la fe. La erección de esta central misionera romana fue reavivada por las congregaciones teresianas reformadas de los carmelitas.

En este contexto hay que situar a Tomás de Jesús (Diego Sánchez Dávila) (1564-1627), que se convirtió en un gran defensor y promotor de la fundación de este tipo de congregación. En 1613, publicó en Amberes (Antwerpen) su gran obra «De Proeuranda Salute Omnium Gentium», que tuvo dos ediciones en el mismo año. Citando al apóstol Pedro, quien en los Hechos de los Apóstoles (Act 10, 23-48) dio el primer paso para la conversión de los gentiles, subraya que el Papa es, en primera línea, el responsable de las misiones.

Aunque en estas cuestiones no es nada original, se ha granjeado méritos indiscutibles al conjugar toda esta problemática de forma lógica y al fundamentar la necesidad de la fundación de una central misionera desde la historia de la salvación y de la teología. Con toda razón, pues, se le puede llamar precursor de la Congregación de Propaganda.

 


1.2 CELEBRANDO HOY EL ANIVERSARIO bajo el lema “A hombros de gigantes

 

1.2.1 MI PROPIO TESTIMONIO

Como misionero servidor del Evangelio de la Misericordia, llevo 42 años de misionero, actualmente en Filipinas. Me alegro de poder celebrar este aniversario de las OMP en este mes de marzo con los 200 años de la fundación de la Obra de Propagación de la Fe y los 400 años de la canonización de San Francisco Javier patrono de las misiones. El lema escogido “a hombros gigantes” resuena profundamente en mi vida.

Cuando era niño recuerdo de celebrar la Jornada Mundial de las Misiones con una hucha de porcelana con un rostro de gente asiática pidiendo por las misiones. Nunca me imaginé que Dios quisiera mi vida como misionero donde tuve oportunidad de ver y tratar de cerca esos rostros asiáticos que desconocía y a los que El ya soñaba cuando yo era niño y luego me enviaba.

Cuando curse mis estudios de doctorado en Roma las OMP me ayudaron con el sostenimiento para cursarlos. Allí tuve ocasión de visitar su sede en Roma al tiempo que pude conocer de cerca a un gran hombre un verdadero gigante de la fe: Juan Pablo II gracias a uno de sus colaboradores. Fue la primera vez en dar la mano a quien sería luego un gran santo y una inspiración en toda mi vida misionera. Allí en Roma tuve también ocasión de conocer personalmente a otra gran mujer, otra verdadera gigante, testigo del amor de Dios a los más pobres de los pobres: la Madre Teresa de Calcuta otra de las personas que me marcaron enormemente. 

Otro de los santos que han marcado mi vocación misionera ha sido San Francisco Javier otro gigante y un gran misionero en Asia. Tuve ocasión de visitar su tumba en Goa (India) y celebrar misa junto a su cuerpo embalsamado. Después de trabajar doce años en el cono urbano del gran Buenos Aires donde tuve ocasión de conocer personalmente al que sería nuestro futuro Papa, en el 2005 llegue por segunda vez a nuestra misión actual en Malasiqui (Pangasinam, Filipinas) el día de San Francisco Javier para iniciar allí el Año jubilar de la Misericordia que declaró el Papa Francisco.

Verdaderamente he sido inspirado por hombres gigantes que marcaron mi vida y nuestra historia. Siguen siendo hoy compañeros de camino en esta gran peregrinación. Por eso seguimos caminando “a hombros de gigantes”. Yo sé que no soy un hombre grande sino un pobre y humilde servidor de Dios elegido por pura misericordia pero nada me hace más feliz que darle a conocer y llevar su misericordia a los más vulnerables y necesitados de esta tierra.




 

1.2.2 MI EXPERIENCIA DE CONOCER A DOS SANTOS QUE MARCARON MI VIDA

A hombros de dos santos

Cuando en el mundo hay estrellas de todo tipo que dan un destello repentino o más tarde ves cómo desaparecen estas estrellas. No es el caso cuando encuentras personas que han irradiado la luz de Cristo, su luz y resplandor no desaparecen, sino que duran por toda la eternidad (los justos brillarán como estrellas por toda la eternidad, Libro de la Sabiduría) 

Esta ha sido mi experiencia con el encuentro con dos santos contemporáneos: San Juan Pablo II y Santa Madre Teresa. Este encuentro personal con ambos tuvo lugar durante mi residencia en Roma cuando estaba cursando estudios de doctorado durante 1993-4[1]. Los dos han dejado una marca indeleble en mi vida. El Papa Juan Pablo II enmarca profundamente mi experiencia de mi sacerdocio como una verdadera guía espiritual para toda mi formación que tuve a lo largo de su papado. La Madre Teresa haría de la totalidad una orientación de mi misión hacia los más pobres de la tierra.

El primer impacto fuerte con Juan Pablo II lo tuve en la segunda Jornada Mundial de la Juventud JMJ (WYD II) celebrada en Santiago de Compostela en 1989, España que fui peregrinando con un nutrido grupo de estudiantes de Madrid. Luego, mientras estudiaba en Roma, fui a varias ocasiones a sus audiencias y reuniones en la plaza de San Pedro. Pero los momentos más significativos fueron concelebrar la misa del Jueves Santo que conmemora la institución del sacerdocio y una audiencia personal con él en el Vaticano. Finalmente tuve la gracia de participar en la JMJ celebrada en Manila en 1995, el encuentro más multitudinario de la historia de la Iglesia.

Mis encuentros más importantes con la Madre Teresa fueron también durante mi estancia en Roma. Fui a una conferencia para estudiantes de la Universidad de la Sapienza y a la misa de la profesión perpetua de algunos Misioneros de la Caridad. Pero lo más significativo fue la tarde de pequeño retiro en su casa de formación. Mientras estudiaba en Roma, vivía en una casa en Via Casilina, al lado de donde las Misioneras de la Madre Teresa tenían la Casa de formación. Pude celebrar misa en varias ocasiones con ellas y participar con ellos en una misión en un campo de refugiados de Bostnia y Croacia. Habiendo tenido mucho trato con ellos, me invitaron a pasar esa tarde con la Madre Teresa aprovechando una de sus llegadas a Roma. Después de estar aquí en Filipinas, la hermana Freederick me invitó a colaborar en un curso de espiritualidad de un mes para las Misioneras de la Caridad en Calcuta.[2] Tuve la oportunidad de compartir con la hermana Freederick y la hermana Nirmala, quienes me transmitieron el espíritu de la Madre Teresa que todavía estaba viva en ellas[3] Allí en Calcuta junto con ellas tuve la oportunidad de profundizar más a lo largo de su obra. Finalmente, mientras estaba en un retiro en el centro de Lily en Tagaytay  conocí al hermano Andrew co-fundador con la Madre Teresa de la rama masculina precisamente el día de la muerte de la Madre Teresa, pude concelebrar una misa altamente emotiva en Acción de Gracias por su vida[4]

Quiero relatar algunos de los aspectos más importantes de su vida y de su obra.


 

1.2.2.1 Su experiencia de la oración como ofrenda amorosa a Jesús.

En la Casa General de la Madre Teresa en Calcuta cuando entras en la capilla de las Misioneras de la Caridad, hay una escultura de tamaño natural de la Madre Teresa en oración, en la posición y lugar donde solía rezar descalza en cuclillas, cabeza inclinada. Es como sigue acompañando la oración de las hermanas. Su oración más que reflexión o sentimiento era principalmente una ofrenda de amor

Ella cuenta cómo durante más de 50 años pasó por toda una noche de oscuridad dentro de la cual duró hasta su muerte [5] Esto será desvelado después de su muerte. Ella se sentía unida a Dios, pero no podía sentir nada en absoluto. En un largo período de convalecencia, pensó que cuando las misioneras enfermaban con una enfermedad grave o eran discapacitadas o mayores aún podían ofrecer la enfermedad o la discapacidad a Jesús como un sacrificio vivo y amoroso de amor. Cuando nuestras hermanas ya no están en condiciones físicas para ir en busca de almas, podrían dedicar lo mejor de sus vidas a Jesús y dedicarlo enteramente en adoración perpetua.  

Este fue uno de los aspectos más relevantes de la oración el ofrecimiento y la adoración de la Madre Teresa. Todos los días tendrían "una hora santa" de adoración. Según ella “primero debes contemplar a Cristo en el Santísimo Sacramento y luego lo tocarás en la carne de los abandonados”. "Es el mismo Cuerpo de Cristo que contemplas y adoras es aquel a quien te encuentras moribundo y le sirves con el mismo amor con el que eres amado”. Esa inspiración surgiría con la rama contemplativa de hombres y mujeres. La pionera de esta nueva modalidad sería la hermana Nirmala.

 1.2.2.2 Pasión por la misión: Saciar la sed de Jesús.

La oración y la misión nos llevan al encuentro con Cristo; es como las dos caras de la misma moneda. Me sorprendió ver cómo la Madre Teresa estaba profundamente integrada en la vivencia de las dos realidades. Cuando estaba en la capilla de la primera casa abandonada en Kalighat en el primer piso en el frente había un Cristo crucificado con las palabras “tengo sed”, a cada lado había dos habitaciones una para hombres y en el otro lado para mujeres donde en colchonetas estaban postrados en cama los crucificados de hoy. Después de un tiempo de oración en esa Capilla, entendí que el Cristo del Cruz y el Tabernáculo que tenía sed esperaban ser reconocidos en las personas sin hogar. Realmente me di cuenta de que no sólo en la capilla, sino allí, con los hermanos moribundos y abandonados, se podía ver y tocar a Dios mismo[6]

Alguien criticó a la Madre Teresa diciendo de qué servía tanto cuidado ayudando a los que iban a morir si no podían evitar su muerte. Con la sabiduría de Dios que la caracterizaba, respondió: “pero podemos ofrecerles una muerte digna. En el proceso final de la vida podemos ayudarles a morir en paz, abiertos a la gracia y al amor de Dios, ayudarles a sentirse profundamente amados y abriendo de par en par las puertas del paraíso”. Fue el eslogan que les dio a las hermanas “darles el boleto al cielo” de una manera divertida. La Madre Teresa trató de responder a la sed y al deseo de Jesús llevando la luz de Dios a los agujeros negros de la India y descubriendo con otra mirada e iluminación los tesoros que se esconden en los más abandonados.

1.2.2.3 Su opción preferencial por los más pobres entre los pobres.

La Madre Teresa, llamada "la apóstol de los pobres", primero recorrió los agujeros más oscuros de Calcuta recogiendo y consolando a los indigentes y más tarde se convirtió en una misionera incansable en todo el mundo. Su apostolado se construyó a partir de la oración inspirada por el amor de Cristo al servicio de los más pobres entre los pobres, los no deseados, los destituidos, de los que nadie se ocupaba[7]. La Madre Teresa comienza a recoger a los niños más olvidados y descartados, a los más vulnerables, a los abandonados. Empezó en un primer comienzo en los agujeros negros de Calcuta, y poco a poco la Madre Teresa comenzó a extenderse a otras partes de la India y el mundo.  El objetivo esencial de las Misioneras de la Caridad será saciar la sed de Jesús en su ofrenda de amor al servicio de los más pobres entre los pobres. “Debemos deshacernos con amor para hacerlos más dignos, más humanos y una vida agradable, así que puedan sentirse personas amadas  y criaturas de Dios. Ellos más que nadie, tienen derecho a ser felices, no sólo por lo que pueden o no hacer, sino por lo que realmente son a los ojos de Dios”.

1.2.2.4. Sus tres primeras casas, las perlas de sus ojos

Tres casas en Calcuta se convertirán en ejemplares para todas las demás muchas casas de misericordia que se extenderían por todo el mundo. Nirmal Hriday o Kalighat la primera Casa de los moribundos, Shishu Bhavan la primera Casa para niños abandonados y Titagarh o Prem Nivas, el primer Centro para leprosos.

En Calcuta, la Madre Teresa abrió el primer Centro para los moribundos en Kalighat o Nirmal Hriday o centro del Inmaculado Corazón, utilizando una antigua residencia para peregrinos en el Templo de Kali[8]. Junto al templo dedicado a la diosa Kali en la antigua Casa de recepción de peregrinos se levantó esta Casa situada en pleno corazón del hinduismo con el nombre de Nirmal Hriday. En las habitaciones se instalaron colchones que se ofrecían a los desafortunados pobres consumidos por enfermedades y a veces incluso por gusanos. Terminales moribundos o enfermos, mendigos abandonados, leprosos que se negaban a la entrada en los hospitales fueron recogidos y cuidados, lavados y alimentados, sin ninguna reticencia, proporcionándoles un gran cuidado y una muerte digna [9]. Nirmal Hriday se convertiría en el Tabernáculo viviente del  Cristo Sufriente. Mientras les decía a las hermanas que estaban allí para asistir a los moribundos: “Recuerden las palabras que Jesús dijo “todo lo que hiciste por el más pequeño de mis hermanos, me lo hiciste a mí”.

Shishu Bhavan fue la primera casa para niños abandonados [10]. El asilo de ancianos que estaba en la Iglesia de Santa Teresa fue transferido a Shishu Bhavan convirtiéndose en un refugio para bebés y niños abandonados. Se trataba de niños huérfanos, enfermos, discapacitados, niños nacidos de madres solteras, retrasados mentales, etc. Es extraordinario ver el efecto de estos niños de ser tratados con amor. El primer año después de cuidarlos se pudo ver una transformación espectacular. Los pequeños cuerpos poco a poco recuperan el peso y la salud y su triste expresión facial cambió radicalmente para tener una sonrisa plácida y alegre.

La Madre Teresa le dijo al misionero: “Si tienes que estar en Shishu Bhavan allí donde comienza la vida, debes poner todo el amor y la ternura que tienes para cuidar a los niños. Necesitas orar por conseguirlo.  Debes hacerlo no solo por alguna razón, sino por alguien, por el amor que tienes a Jesús. Aquí es donde el niño no deseado debe sentirse querido y amado. En el mundo más fuerte que el cáncer o la enfermedad de la lepra es la soledad y la falta de amor. El hambre más fuerte del mundo no es el hambre de pan, sino el hambre de amor. Todo ser humano tiene derecho a ser tratado con amor y así recuperar su dignidad perdida”.

Pronto los leprosos que fueron recibidos en Nirmal Hridrai Madre Teresa vieron que necesitaban una atención especial y fue necesario tratarlos por separado para prevenir la infección con otros pacientes. Aunque el primer leprosario móvil fue en Shishu Bhavan, fue en Titagarh, donde se estableció el primer centro para leprosos. Este centro para leprosos de Titagarh tenía en su apertura 240 leprosos que pronto aumentarían la cifra de 1.300 de los 30.000 registrados en Calcuta.

Poco a poco el centro fue llevado a que ellos mismos fueran lidiando con sus propias necesidades. Muchos llegaron a curarse y el Centro se convertiría más tarde casi en una gran ciudad con telares, escuela, dispensario, granjas convertidas en un Centro llevado casi por los mismos leprosos. El sueño de la Madre Teresa se había hecho realidad[11.

La Madre Teresa le dijo al misionero: “Si tienes que trabajar aquí en el dispensario de Titagarh con los leprosos trata de hacerlo todo con gran respeto y amor por los humildes no más a aquellos que se han sentido tan humillados evitando tratarlos con dureza o forma apresurada. Necesitas orar y orar con fe. El fruto de esta fe es el amor, la paz, la alegría. Necesitan un amor integral desbordante por la paz y la alegría”.

Un requisito fundamental que la Madre Teresa puso en el cuidado de los pacientes fue mantener la alegría y hacer todo con amor. Una vez vio a una hermana yendo triste a la casa moribunda y le dijo: “No quiero que te pongas triste para asistir a la moribunda. Orad y pedid a Dios que infundáis alegría a su corazón porque yo quiero, por terrible será lo que veis, poder transmitir esta alegría. La Casa de los moribundos debe ser el lugar más maravilloso de la Tierra para los Misioneros de la caridad”.


 




  1.  HOY SEGUIMOS “A HOMBROS DE GIGANTES”

Hoy nos sentimos caminando a “hombros de gigantes”, acompañados por una ingente muchedumbre de testigos que nos han dado fuerza para caminar. Ellos santos, mártires, misioneros han sido para nosotros no solo testigos de fe, de un amor más fuerte que la muerte sino compañeros de camino. Los santos mártires misioneros son para nosotros misioneros parte de nuestra comunidad, la comunidad del cielo, los que nos animan desde el cielo a seguir adelante y a perseverar en medio de las luchas. En la peregrinación de la vida tratamos de seguir las huellas de los que han sido verdaderos “gigantes de la evangelización”. 

Ellos como compañeros de camino nos van abriendo el camino y marcando la ruta y ampliando el horizonte. Nos ayudan a poner los ojos más allá de lo que aquí ahora solo vemos parcialmente. Caminamos juntos con ellos en esta peregrinación hasta que lleguemos al Reino sin ocaso, donde no habrá más muerte, ni llanto, ni dolor ni enfermedad, ni fatiga.

En el largo recorrido de la vida misionera han sido muchos los santos y santas que han ido dejando una profunda huella. Santos de Oriente y Occidente, de la primera Iglesia primitiva, como San Esteban, San Ignacio de Antioquía, San Juan Crisóstomo, San Agustín. Otros como los legendarios San Francisco, Santo Domingo, San Ignacio. Otros místicos como Santa Teresa y San juan de la Cruz. Otros quizás menos conocidos Santa Clara, Santa Catalina de Siena, Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, Santo Toribio de Mogrobejo. Mártires de la fe de distintas generaciones y nacionalidades, San Andrés Kim Taigón y compañeros mártires, San Pablo Miki y compañeros mártires. Otros más actuales como Santa Teresita de Liseux, Charles de Foucauld, Maximiliano Kolbe, el padre Arrupe, el padre Popieluszko, el cardenal Wyszynski, el cardenal Van Thuan, el cardenal Pironio, el obispo Angelelli, el cura Brochero, beato Ceferino, el jesuita Illacurría y compañeros, los mártires trapenses de Tibhirine (Argel), el hermano Roger, don Tonino Bello, etc.

No es posible nombrar la larga letanía de mártires, testigos de la fe, unos conocidos, otros menos conocidos, unos subidos a los altares, otros más anónimos, los santos de la puerta de al lado, que dice nuestro Papa Francisco. Se nos fueron incorporando a lo largo del camino a medida que los fuimos conociendo.

Como en la actualidad vivo mi tarea evangelizadora como misionero en Asia quiero remitirme ahora a tantos "gigantes en la evangelización de Asia" que me han precedido y que son compañeros y señuelos en el camino. Muchos han sido los que han marcado la historia otros quizás menos conocidos aportaron su granito de arena, pero todos colaboraron en la gran evangelización del continente Asiático.

Quiero aprovechar este aniversario para hacer memoria de lo que fueron estos grandes hombres en la evangelización de Asia. Grandes misioneros como Francisco Javier, Roberto Nobili, Alejandro Rodes, Alessandro Valignano, Mateo Ricci, los pioneros originarios de Filipinas San Lorenzo Ruiz y Pedro Colongsod y demás generaciones de misioneros dominicos, Pedro Bautista, Martín Aguirre, Francisco Blanco, Francisco de San Miguel, Felipe de las Casas, Santo Domingo Ibañez Erquiza, Santo Francisco Gil de Federich, Santo Domingo de Henares, Beato Angelo Ferrer Orsua, Beato Juan Martínez de Santo Domingo, y otros mártires agustinos como San Beato Francisco de Jesús, Beato Vicente de San Andrés y otros.

 


 

2.1 LOS GIGANTES Y GRANDES TESTIGOS DE LA FE EN ASIA

La fe nos fue dada en Asia a través de numerosos Padres en la fe. Los primeros Padres de la Iglesia fueron mayoritariamente asiáticos. Luego no se sabe tanto de los numerosos santos de este continente. Podríamos hablar de toda una generación de mártires de Oriente que se podrían unir a los actuales mártires de oriente próximo en Irán o Argelia. Recordar tan solo los mártires coptos de la Iglesia de Siria, los monjes martirizados de la abadía en Argel, los mártires de Vietnam, Corea o Japón.  Paul Miki, John Goto, James Kisay, pedro Bautista, Martín de Aguirre, Francisco Blanco, francisco de San Miguel, Felipe de las Casas, Gonzalo García en Japón, Andrés Kim Taegon, Paul Chong Hasang, y 103 compañeros mártires en Corea, Andres Dung Lanc y 117 compañeros mártires en Vietnam, 96 vietnamitas, 11 españoles dominicos, 10 franceses de la sociedad de misioneros de Paris, etc.

 


2.2 LOS GRANDES MISIONEROS JESUITAS EN ASIA

Sabemos que la Evangelización den Asia comenzó después de la muerte y Resurrección de Cristo. Cristo es el enviado del Padre para esta tarea, el origen y culmen de la evangelización. Cristo es el primer misionero y sus primeros apóstoles los que inician la evangelización. El cristianismo tiene su origen en Asia y se difunde a través de las comunidades de Asia Menor. La expansión a través del apóstol Tomás hizo que se propagase el Evangelio en Siria, Armenia, Georgia hasta el imperio parto (India). El apóstol Tomás es considerado como el pionero de esta evangelización en la India.

Como lo fue Antioquia, Edessa se convertirá en un nuevo centro de gravedad y de conexión entre Oriente y Occidente. En torno a estos centros surgieron numerosos monasterios (Athos) donde destacaron grandes maestros de espiritualidad. Con los padres capadocios, destacan Issaac de Siria, San Juan Climaco, Juan Casiano, Simón el Nuevo teólogo, Niceforo el solitario, San Efren de Siria, Juan de Carpatos, Macario el grande, Marcos el asceta y otros.

El segundo período misionero en la India y Asia comienza con la entrada de los jesuitas en el trabajo misionero. A petición del rey de Portugal, Joáo III (1540), el fundador de la recién confirmada orden jesuítica por el papa Pablo III (1534-1549), Iñigo López de Loyola (1491-1556) puso a disposición de la misión en la India y en Asia a Francisco Javier.




 

2.2.1.Francisco Javier 

El Papa Pablo II nombró a Francisco Javier legado apostólico, confirmándose Francisco Javier como el apóstol de la India y de toda Asia. En el año 1542, desembarcó en Goa (India), capital desde 1530 de las posesiones portuguesas en la India, sede episcopal desde 1534 y desde 1558 sede arzobispal. Al principio renunció a sus plenos derechos como legado y se sometió al obispo de Goa, aunque diferenciándose de otros misioneros por su celo extraordinario.

Sus métodos misioneros eran los tradicionales entonces. Para poder describir mejor estos métodos misioneros se habla de la «escuela portuguesa». Sus preocupaciones fueron, en primer lugar, elevar moral y religiosamente a los colonos portugueses.

Sólo después se dirigió a los no cristianos, a quienes bautizaba rápidamente con bautizos masivos como lo hacían los otros misioneros, para incorporarlos a la Iglesia. Fue el superior general de los jesuitas Francisco de Borja (1510-1572) el que ya en 1567 tomó la importante decisión de reimplantar el catecumenado en las misiones jesuíticas, disponiendo que sólo podían ser bautizados los que podían mantenerse firmes en la fe.[12] Por eso fue que la formación y corroboración del catecumenado tardó aún mucho tiempo.

Francisco Javier fue el fundador de la misión jesuítica en Asia, al atreverse a dar el paso desde el enclave portugués de Goa a los lejanos mundos. En 1545 comenzó con el descubrimiento del reino colonial portugués. Su camino le llevó por Cochín y Malaca hasta las Molucas (Amboina, Ternate) y de vuelta a Malaca. Aquí se enteró por medio de tres japoneses del reino insular asiático y, con ellos, inició su viaje hasta allí.

 

Aquí reconoció la necesidad de extender su actividad a China, concibiendo el plan de ir hasta allí, pero la entrada se le cerró. Abandonado y solitario murió en la noche del 2 al 3 de marzo de 1552 en la isla de Sanch'Uan (Sancian) delante de Cantón.

En Japón se distanció de los métodos tradicionales europeos exigiendo una acomodación.[13] Aceptó sin miedo sus conceptos religiosos en sus diálogos religiosos con monjes budistas. Empleó el nombre de «Dainichi» para Dios. Pero cuando supo que así sólo se significaba el origen de todas las cosas y no un Dios personal, volvió a utilizar el término latino «Deus».[14]

Su mérito consiste en haber orientado la misión moderna hacia Asia. Pero más importante aún es el haberse dado cuenta de que los misioneros tenían que acomodarse a los pueblos de Asia, si es que se les quería ganar para el cristianismo. Por su impulso misionero se convirtió en la figura ejemplar de las misiones modernas. Su ejemplo actuó de atractivo, y, sobre todo, entusiasmaron sus cartas misioneras durante el tiempo que le siguió.




2.2.2. Roberto de Nobili

Si bien es verdad que la misión de Francisco Javier aceptó en sus comienzos una completa unión entre la Iglesia y el poder colonial, fue realmente su compañero Roberto de Nobili (1577-1656) el que rompió las bases de una misión colonial. Se apartó de la misión tradicional y comenzó, en 1605, en Madurai, la capital de un pequeño e independiente reino de la India del sur, un tipo de misión libre entre las castas sociales religiosas y dirigentes, que eran los brahmanes.

Roberto de Nobili ha sido considerado como la figura misionera más importante y, al mismo tiempo, la más discutida en la historia de las misiones. Con respecto a la misión, se abrió así una nueva dimensión, tanto en lo referente a la lengua, como, sobre todo, en la radicalidad de una voluntad misionera que quería ser comprendida. Vivió entre los brahmanes, como ellos mismos: ascéticamente, comida vegetariana, retirado como un «brahmán cristiano» o como un «Kshatri ja italiano».[15]

Su asombroso éxito en la misión de Madurai despertó por igual admiración y desconfianza, lo que condujo a una reflexión crítica profunda sobre este método misionero.[16] Se le ha reconocido a su idea misionera el haber sido el único intento consecuente de dar al cristianismo una forma indígena genuina.

En su obra, la lnformatio, destaca expresamente que el llevar el cordón de los brahmanes y el «copete» en el pelo hay que considerarlo como una costumbre popular, sin implicación religiosa alguna. Nada tienen que se oponga al espíritu del cristianismo, por lo que no hay que intentar quitarlos. Con especial insistencia subraya que el papel de la casta brahmán es primariamente social y no religioso, no oponiéndose, por tanto, al cristianismo. En el resumen que hace en los dos últimos capítulos afirma que hay que distinguir entre costumbres sociales (mores civiles) y ceremonias religiosas. Estas costumbres sociales no sólo hay que tolerarlas, sino que el misionero tiene que acomodarse a ellas, si quiere que se le escuche en el campo religioso, y poder así adentrarse en el horizonte de sus oyentes con más autenticidad. Lo humano hay que aprenderlo y aceptarlo para que lo divino pueda ser trasmitido y afianzado.

El principio misionero fundamental en su Narratio puede resumirse con esta frase: Hay que establecer las condiciones que posibiliten al hombre a oír al que anuncia el mensaje cristiano. Para ello, hay que aprender el lenguaje de aquellos a quienes se dirige la palabra y profundizar en su manera de vivir. Se tiene que adquirir su «afección pía» y su forma de valoración. Esto significa para el misionero estar preparado «para dejar las costumbres de su patria y para ser indio entre los indios».

Tiene muy claro que el mensaje cristiano puede ser trasplantado sin perjuicio en un contexto social extraño y con formas de expresión también extrañas. En su actitud fundamental entre los indios, se mantiene bien lejos de contentarse con un mero «redescubrimiento» de conceptos básicos, cosmovisiones de tipo religioso o de verdades primarias. No obstante fue muy controvertido para su época.[17] El papa Gregorio XV (16211623) aprobó por su Breve (1623) «Romanae Sedis Antistites», su modo de trabajar, aunque con limitaciones y algunas reservas.




2.2.3. Alejandro de Rodas

El jesuita Alejandro de Rodas (15931600) es menos conocido que Mateo Ricci (15521610) y Roberto de Nobili (15771656), pero, sin embargo, hay que nombrarlo junto a éstos por la importancia que tiene con respecto a la misión. Las misiones de los franciscanos portugueses en los reinos asiáticos de Annam, Cochinchina y Tonquín parecían vislumbrar su éxito en sus comienzos, pero fueron los jesuitas los que consiguieron primero que nadie fundar comunidades.

Fue aquí fue donde trabajó con más éxito Alejandro de Rodas. Su acción se desarrolló desde 1627 en el actual Vietnam del Norte (entonces Tonquín) y, sobre todo, en su capital, Hanoi.

También él reconoció que el cristianismo sólo podría enraizarse si no aparecía como una importación de Europa, sino como una forma asiática. Su importancia en lo referente al enraizamiento del cristianismo en territorio vietnamita y, también, en lo tocante a una historia general de las misiones, está en que él se dedicó en cuerpo y alma a su iglesia indígena, sobre todo, al clero indígena.

Desarrolló una forma cristiana de vida, que conectaba muy bien con una institución típicamente vietnamita. La «Domus Dei» (Nhä Chua) existía ya desde tiempos inmemoriales, y designaba tanto la pagoda como el monasterio budista. La palabra Nhä designa tanto la casa como la comunidad casera, la familia. Se congregaban en la casa de los «maestros» para aprender con ellos la virtud y leer libros sagrados.

Los catequistas se congregaban de la misma manera, surgiendo así la primera Domus Dei cristiana, que, a diferencia de la Nhä Chua de los budistas, era llamada con frecuencia Nhä Chua Troi (Casa de la gloria del Señor del Cielo).[18] Como manual para la enseñanza servía el Catecismo (Cathechismus pro iis, qui volunt suscipere Baptismum, in ocio dies divisus), que él dictaba al principio, dividiendo en ocho días la doctrina de la fe. Urgía, sobre todo y de forma especial la necesidad de formar a un clero indígena, debido a la inestable situación política, mucho mayor que en otras partes, y que estaba continuamente dando pie a persecuciones y destierros de los misioneros extranjeros. Así se interesó por la erección de un obispado indígena e implantó una sede episcopal en Vietnam, independiente del patronazgo portugués y ocupada por un obispo indígena.

Después de su destierro, retornó a Camboya y estuvo al cuidado de 30.000 cristianos. En 1645, volvió a ser desterrado de aquí, volviendo a Europa, con el objeto de ganar colaboradores para la misión y para propagar sus planes de formación de un clero indígena y de una jerarquía asentada en el territorio. Hay que agradecer a su iniciativa el que Indochina ya hace tiempo disponga de un clero indígena numeroso. En el año 1654 se le destinó a la misión en Persia. Murió en noviembre de 1660 en Ispahán.




2.2.4 Alessandro Valignano

En noviembre de 1551, volvió Francisco Javier a Goa, dejando allí a su acompañante, Cosme de Torres (1510-1570), tres comunidades japonesas con alrededor de 1000 cristianos, pertenecientes a las clases bajas de la población. En el año 1563 fue bautizado el primer Daimyö (de Amura, al oeste de Kyushu), al que siguieron otros, convirtiéndose esto en una característica de la primitiva misión japonesa.

En tiempos de Francisco Cabral (1533-1609), sucesor de C. de Torres, hubo tensiones y dificultades entre los cristianos, al manifestarse aquél contra la acomodación y a favor de los métodos misioneros portugueses tradicionales. El visitador de las misiones jesuíticas en Asia (desde 1573), y hombre de amplias miras, Alessandro Vallignano (1539-1606) consiguió que venciese el principio de la acomodación a las costumbres japonesas, siguiendo los principios de acomodación de Francisco Javier. Permaneció en Japón durante los años 1579-1582, 1590-1592 y 1598-1603. Obligó a los misioneros a que estudiasen profundamente el idioma. Los jesuitas tenían que acomodarse a las formas de conducta japonesas. Reconoció que la misión tenía necesidad de clero indígena.[19]

El principal lastre de la evangelización y de la dirección de las comunidades en la primitiva iglesia japonesa eran los catequistas nativos. Se les llamaba Dójuku (compañeros de casa). Formaban una organización laica, cuyos comienzos van hasta Francisco Javier. Vivían retirados, para dedicarse totalmente al servicio de la Iglesia, sin llegar a ser nunca ni presbíteros ni religiosos. Administraban el bautismo, eran catequistas y enseñaban el catecismo, asistían sobre todo a los moribundos y mantenían unida la comunidad. Las escuelas planeadas en tres distritos para la formación de la elite japonesa debían también disponerse para la formación de los Dójuku.[20] Propuso al papa la aprobación del instituto de los Dójuku como un grado dentro de la Sociedad de Jesús.

A Valignano hay que considerarlo como el propio promotor de la misión jesuítica en China. Durante su viaje a Japón, como visitador de la misión en oriente, permaneció algunos meses del año 1578 en Macao y llegó a reconocer la necesidad de que la misión de China tuviera una preparación y acomodación convenientes. Organizó desde Macao las misiones de China. Mandó a Matteo Ricci que fuera desde Goa a Macao para que estudiara el idioma chino, animándole a que tradujera el mensaje cristiano al chino. En su despedida, se hizo acompañar de una delegación japonesa para presentarla al papa y al rey de España, lo que no sólo causó un gran asombro en Europa, sino que despertó un vivo interés por la misión japonesa.




2.2.5 Matteo Ricci

Mateo Ricci nace en Macerata, Italia,  Estados Pontificios el 6 de octubre de 1552 y muere el 11 de mayo de 1610 en Pekín. En el año 1581 consiguieron Matteo Ricci (1552-1610) y Michele Ruggieri (1543-1607) establecerse en la China del sur con algunos compañeros. Esto fue el comienzo propiamente dicho de la misión en Asia. Desde los primeros comienzos, la actividad de los jesuitas estaba orientada hacia la China, donde, debido a las cuestiones de acomodación, obtuvo una palpitante importancia.

Lo específico en el método de Matteo Ricci no fue una acomodación radical, sino su forma concreta de actuar. Fue una opción de gran trascendencia la que tomaron cuando Ricci y su grupo depusieron en 1594 las cogullas monacales budistas, que habían sido aceptadas antes, revistiéndose con los hábitos de la elite funcionarial del confucianismo.[21]

Con su nuevo método misionero, se dirigió a la clase intelectual con su ciencia y literatura occidentales. Exigió que se aceptaran los valores tradicionales, culturales y sociales de la China. Según su propia estimación, nada aportó tanto para despertar el interés de los intelectuales por la religión cristiana como su mapa mundial. Ricci tuvo una segunda idea en relación con su consciente conexión con el confucionismo de los intelectuales. Creía que la fe en un solo Dios se podía encontrar en los escritos clásicos de China, sobre todo en Confucio. Pero, por el contrario, no hizo justicia ni al taoísmo ni al budismo, tildando a estas religiones como superstición e idolatría.

De sus conversaciones con los sabios chinos surgió el pequeño libro «La verdadera doctrina sobre Dios», que fue aceptado, más tarde, entre los libros clásicos chinos. En este libro se lleva a cabo, sobre todo, su acercamiento a Confucio.[22] Lo que le importaba era mostrar que él no anunciaba ninguna nueva religión, sino el verdadero cumplimiento de la sabiduría china y que el cristianismo venía a ser como el restablecimiento del auténtico confucionismo.

La religión del «Señor de los cielos» (T'ien-chu), fueron los catecúmenos y el mismo Ricci los que aceptaron esta expresión china como afortunada, estaría en armónica conciliación con las corrientes chinas tradicionales.[23]

Poco después de la muerte de Matteo Ricci, hubo discusiones en China sobre la cuestión de los ritos (problema de acomodación), es decir, sobre los ritos del culto a los antepasados y de la veneración de Confucio. Otros problemas, que fueron objeto de discusión en China (por ejemplo, la utilización de ciertos nombres divinos chinos), tuvieron menos importancia práctica, aunque no teológica. La cuestión fundamental se refería a saber si en estos ritos se trataba de un culto religioso o más bien de testimonios burgueses de piedad y de honor, aunque en formas contra las que se revelaba la manera de sentir europea. No podemos tener certeza de esto si consideramos únicamente las formas externas de veneración. Eran tales que en Europa se las hubiera considerado como «religiosas». Pero habría que tener en cuenta que los signos externos sólo significan lo que pone en ellos la convención social.

El Papa envió a China al legado Charles Thomas Maillard de Tournon, para que mediara directamente ante la corte de Pekín, sobre todo, en la cuestión de los ritos. Al cabo de infructuosas negociaciones, publicó en 1707 las decisiones del papa Clemente XI. El Papa confirmó, en un Breve de 1715, el edicto de 1704, contra el recurso de los seguidores de Ricci, después de haberlo examinado de nuevo.[24]

 

 


 

  1. LA EVANGELIZACION EN FILIPINAS

Las Islas Filipinas fueron consideradas como prolongación de las posesiones del nuevo continente americano, como una especie de avanzadilla en el continente asiático. Desde Filipinas los misioneros avanzarían a Japón, Corea del Sur, Vietnam y otros lugares de Asia donde muchos fueron martirizados. Los primeros misioneros en llegar a Filipinas fueron los agustinos que llegaron con la expedición de Legazpi en 1565. A los agustinos siguieron los franciscanos en 1577, los jesuitas en 1581, los dominicos en 1587 y los agustinos recoletos en 1602. Con la primera expedición vino el agustino fray Andrés de Urdaneta.




 

3.1 LOS PRIMEROS MISIONEROS AGUSTINOS

Los primeros misioneros eran agustinos y llegaron con la expedición de Legazpi en 1565. A los agustinos siguieron los franciscanos en 1577, los jesuitas en 1581, los dominicos en 1587 y los agustinos recoletos en 1602. Con la primera expedición vino el agustino fray Andrés de Urdaneta. La misión vino a ser una extensión de la misión y de la iglesia hispano-americanas, sobre todo de México. 

Las Filipinas eran consideradas como prolongación de las posesiones americanas y una avanzadilla en el continente asiático. En 1585 fue designado Domingo Salazar primer obispo en Manila la primera diócesis de Filipinas, seguirían Nueva Segovia en, Nueva Écija y otras. Los misioneros aceptaron los métodos misioneros que se desarrollaron en México. Las comunidades se establecían en cabeceras (poblaciones) que se regían por el patronazgo español.

Con la primera expedición junto a fray Andrés de Urdaneta estaban los agustinos Martin de Rada y Pedro Holgado. Entre los primeros dominicos estaban Bernardo Navarro de Santa Catalina y Domingo Salazar y Benavides. Estos venían imbuidos de los principios humanistas de la escuela de Salamanca, Francisco Vitoria, Montesinos, Valdivieso y Bartolomé de las Casas. Entre las primeras tandas de franciscanos destacan Fray Juan Bautista Pisarro y Fray Sebastián de Baeza.

La primera visita registrada por los españoles se da en la primera expedición capitaneada por Fernando de Magallanes, mercante portugués. La llegada fue a la Isla de Samar el 16 de marzo de 1521. Al día siguiente llegó a la isla de Homonhon, ahora parte de Guiuan, Samar del este. La colonización y la evangelización comenzó propiamente con la llegada de Miguel López de Legazpi de en la expedición del 13 de febrero de 1565 desde México. Él estableció el primer asentamiento permanente en Cebú. Los misioneros llegaron con la primera imagen del “Señor Santo Niño”. Gran parte del archipiélago empezó a vivir bajo “el reinado de la corona española”, creando la primera estructura política unificada conocida como Filipinas

Recientemente se ha celebrado el 500 aniversario de cristianismo de fe En Filipinas. Fue precisamente en marzo de 1521 cuando Raja Humabon y 800 indígenas filipinos recibieron el bautismo marcando el inicio de una larga historia de evangelización.

El tema de las celebraciones jubilares elegido fue “Gifted to give”, que recuerda la frase evangélica "Gratis lo recibieron, denlo gratis". En los testimonios del Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas puso el énfasis en los desafíos actuales y en las certezas de la fe en un país donde los motores de la evangelización son sobre todo los jóvenes. Se precisa pasar de una fe más centrada en los ritos y sacramentos a una fe más integrada en la vida.

 




3.2 LOS MISIONEROS FRANCISCANOS

Encontramos numerosas figuras relevantes que sellaron la fe con su sangre como los mártires españoles Pedro Bautista, Martín de Aguirre, Francisco Blanco, Francisco de San Miguel, un mejicano Felipe de las Casas, todos de la primera generación de mártires de Japón en 1595, compañeros de Pablo Miky.

Pero quiero detenerme sobre todo en dos generaciones de misioneros dominicos. Estos partieron en su mayoría del convento de San Esteban de Salamanca. En mi niñez crecí bajo la guía y amparo de los padres Dominicos del Convento de San Esteban de Salamanca, de ahí mi gran vinculación que ha existido desde siempre con estos grandes misioneros.




3.3 LOS MISIONEROS DOMINICOS[25]

Los dominicos van a jugar un papel preponderante en la Nueva Evangelización del Nuevo Mundo.

 

 




3.3.1 LOS PRIMEROS DOMINICOS FUNDADORES DE LA MISION EN FILIPINAS

P. Domingo de Salazar OP llegó con el P. Salvatierra en 1581. Natural de Álava tomó el hábito en el convento de San Esteban en 1546. Fue contemporáneo de los famosos catedráticos de Prima de la ilustre Universidad de Salamanca, los Padres Maestros Domingo Báñez y Bartolomé de Medina[26]. Oyendo de la nueva evangelización de la Nueva España se alistó para Méjico. Pasó 40 años en América donde se ganó el sobrenombre de Defensor de los indios. En 1579 fue consagrado primer obispo de Filipinas y enviado para que organizase esa Iglesia. Dispuso el Primer Sínodo de Filipinas que duró mucho tiempo y dio mucho fruto. Se ganó el calificativo del verdadero Bartolomé de las Casas de los filipinos. El sería el verdadero promotor de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario a la que tenía gran devoción.


P. Cristóbal de Salvatierra compañero de Domingo de Salazar y gobernador de su obispado. Fue como Domingo hijo insigne del convento de San Esteban e Salamanca. Salió de su convento con el deseo de ser uno de los primeros fundadores para la Nueva provincia del Rosario. Fue parte de la primera expedición de la que solo sobrevivieron ellos dos. Unos por enfermedad otros se quedaron en Méjico. Junto el obispo Domingo ejerció el Oficio de Provisor y gobernador del obispado actuando como Juez eclesiástico para amparar a los indios de los excesos de los encomendadores. Era muy caritativo en especial con los indios más necesitados. Murió de ama en el Hospital de los Sangleyes.

P. Juan Crisóstomo fue el encargado de fundar la nueva Provincia del Rosario en 1582 y encargado de reunir la primera misión de 30 dominicos. El P. Juan Crisóstomo fue el encargado de fundar la nueva Provincia del Rosario en 1582 y encargado de reunir la primera misión de 30 dominicos. El P. Crisóstomo no pudo embarcar con estos primeros misioneros y tuvo que esperar a la segunda misión compuesta por 40 dominicos. Esta llegó a Cavite en julo de 1587 víspera de la fiesta de María Magdalena. Como Vicario General convocó el Primer Capítulo Provincial para elegir a los nuevos definidores y vicarios. La primera acción fue aceptar las Ordenaciones que se hicieron en Méjico.

P. Miguel de Benavides fue participe de esta misión junto el P. Juan de Castro y uno de los primeros fundadores. Tomó el hábito y profesó en el convento de San Pablo en Valladolid. Tuvo por maestro al P. Domingo Báñez del que fue discípulo. Cuando se enteró que buscaban religiosos para la fundación de la nueva provincia del Santo Rosario en Filipinas dejó las aulas y los grados y se alistó. Fue nombrado en el Primer Capítulo Predicador General designado Predicador General lector del nuevo convento. Luego más tarde fue nombrado Vicario General y sería el fundador de la Universidad de Santo Tomás. Fue el primer Obispo de Pangasinán. Por muerte del arzobispo de Manila tuvo que acudir a esta ciudad y le nombraron arzobispo

P. Juan de Castro fue nombrado por el P. Juan Crisóstomo vicario. Había sido dos veces provincial. Este debido a su gran edad procuró excusarse, pero siendo reconocida por todos su santidad y prudencia y tan amado por todos finalmente accedió al pedido que se le hacía y tomo el mando de aquella primera Después del primer capítulo fu designado a Pangasinán con el P. Marcos de Soria

P. Pedro de Bolaños fue participe también de esta misión. Fue destinado junto al P. Alonso Jiménez y Domingo de Nieva a Bataán. Era este padre muy devoto del convento de Nuestra Señora de la Peña de Francia cuando se enteró de que se alistaban para ir a la nueva provincia de Filipinas y China. La llamada a una reformación para tal empresa le sonó de Dios y alentado por la Virgen se alistó para tan magna empresa aún a pesar de ser de avanzada edad. Se le animó diciendo que importaba más religiosos mayores observantes probados en virtud que jóvenes de buenos principios.

P. Juan Cobo se integró a la misión de Filipinas. Viajó a Filipinas y se detuvo en la Nueva España un año para atender a negocios de importancia. Por reprender al Virrey vino desterrado a Filipinas. Llegado a Manila se le confió el ministerio de los chinos. Se esmeró en aprender la lengua y predicó a los chinos con gran fruto. A él se debe también la construcción de un hospital para chinos. Preparó la embajada de Japón. Después de tener éxito u embajada volvió de Japón para dar cuenta de lo tratado con el Emperador al que causó gran impresión.




 

3.3.2 BEATOS MÁRTIRES FILIPINAS

En una de las capillas laterales de la iglesia de San Esteban del convento de Dominicos de Salamanca, se recogen los cuadros de los beatos obra del pintor Ricardo Miguel Miñambre y las reseñas de los beatos mártires del convento de San Esteban:


Beato Fray Juan Martínez Cid, nacido en Manzanal de los Infantes, Zamora, en 1577. Profesó en San esteban el 24 de diciembre de 1594. Se embarcó para Filipinas en 1601, llegando a Manila el 30 de abril de 1602. Fue enviado a fundar misión en Corea pero hubo de quedarse en Japón, donde fue hecho prisionero el 13 de diciembre de 1618. Murió en la cárcel de Omura el 19 de marzo de 1619. Su cuerpo fue quemado y descuartizado y luego arrojado al mar. Fue beatificado el 7 de julio de 1867.

Beato Fray Alonso de Mena Navarrete, nacido en La Rioja, Logroño, el 3 de febrero de 1578. Profesó en San Esteban el 23 de marzo de 1594. Se embarcó para Filipinas en 1601, llegando a Manila el 30 de abril de 1602. Fundo misión en Japón y trabajó infatigablemente hasta el año 1619, en el que fue apresado. Pasó por las cárceles de Nagasaki, Suquinoxima y Omura. El 10 de Septiembre de 1662 fue quemado vivo. Fue beatificado el 7 de julio de 1867.

Beato Fray Raimundo Joaquín Castaño González, nacido en Mieres, Asturias, el 20 de agosto de 1865. Profesó en Coria el 5 de noviembre de 1881. Fue ordenado sacerdote en Vitoria, el 21 de septiembre de 1889.Fue profesor de francés en Vergara, prior de varios conventos, predicador general y traductor. Siendo fraile de San esteban, atendía el monasterio de monjas de Quejana, Álava, donde fue apresado. Trasladado a Bilbao junto con el P. Raimundo Castaño fueron fusilados en la madrugada del 13 de octubre de 1936. Fue beatificado el 13 de octubre de 2013.

Beato Fray José María Palacio Montes, nacido en Bimenes, Asturias, el 9 de noviembre de 1901. Profesó en Corias el 11 de noviembre de 1917. Ordenado sacerdote el 6 de junio de 1925. Fue profesor en San esteban desde 1932. El verano de 1936 fue a su tierra de vacaciones y buscando recuperar la salud. Allí fue apresado y asesinado en Sama de Langreo el 31 de agosto de 1936.Fue beatificado el 28 de octubre del 2007.

Beato Fray Vidal Luis Gómara, nacido en Monsagro, Salamanca, el 3 de noviembre de 1892. Profesó el 9 de agosto de 1908. Fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1915. Fue escritor y encargado del Santuario de Nuestra Señora Peña de Francia. Estando de viaje en Madrid, al volver para Salamanca, cedió caritativamente su billete a una persona que tenía que hacer el viaje urgentemente y no había billetes. Ya no pudo salir de Madrid. Allí fue apresado y conducido a la cárcel Modelo. Fue ejecutado en Paracuellos, Madrid, el 18 de noviembre de 1936.Fue beatificado el 28 de octubre del 2007.

Profesaron en el convento de los Dominicos, San Esteban de Salamanca, los Beatos Juan Martínez Cid de Santo Domingo y Alonso Mena, mártires en Japón. Durante la guerra civil de 1936 fue asesinado en Asturias un profesor de este convento que se hallaba en vacaciones. Se halla iniciado el proceso de su beatificación.





3.3.3 MÁRTIRES DOMINICOS PANGASINAN
[27]

Sto Domingo Ibañez de Erquicia (1589-1633). Natural de Guipuzcoa llegó a Filipinas en 1611 destinado a la misión de Binalatongan (San Carlos) entre 1612 y 1616, luego dio clases en Manila en el Colegio de Santo Tomás (luego Universidad) y finalmente nombrado Vicario Provincial se trasladó a Japón donde fue apresado, torturado y martirizado (horca y hoya) en 1633. Fue el primero de la tanda de 16 compañeros mártires junto con San Lorenzo Ruiz.

Santos Francisco Gil de Federich (1702-1745) y Mateo Alonso de Liciciana (1702-1745. El padre Francisco natural de Tortosa llegó a Filipinas en 1730 y destinado también a la misión de Binalantongan desde 1731 hasta 1733. Luego se ofreció voluntario para la misión de Tonkin en Vietnam en 1730. Allí fue capturado y hecho prisionero en 1737. Finalmente muere mártir decapitado-degollado junto con el padre Mateo Alonso de Liciciana que corrió su misma suerte. Forman parte de otros compañeros mártires como San Vincent Liem de la Paz. 

Santo Domingo de Henares (1765-1838). Natural de Baena Córdoba, llegó a Manila en1786 donde estudia en la Universidad de Sto Tomás, ordenado sacerdote en Ilocos. Pocos días después de su ordenación se incorpora a la misión de Tonkin en Vietnam. Fue ordenado obispo por su compañero y amigo Ignacio Delgado. En 1838 fue arrestado y un mes después decapitado. 

Entre los beatos muertos en Nagasaki, los dominicos Angelo Ferrer Orsucci (1575-1622) y Juan Martinez de Sto Domingo (1577-1619) y los agustinos recoletos Francisco de Jesús (1590-1632) y Vicente de San Antonio (1590-1632). 

A continuación nos extenderemos más en alguno de ellos y ampliaremos el número de mártires distinguiendo los de la primera y segunda generación.

 




3.3.3.1 MÁRTIRES DE LA PRIMERA GENERACIÓN
(1587-1687)[28]

Beato Angelo Ferrer Orsucci (1575-1622)

Nació el 8 de Mayo de 1575 en Lucas, Toscana, (Italia) en una familia de noble abolengo. Entró en la Orden dominicana en la Abadía de San Román tomando el nombre de Angelo. Completó allí los estudios de Filosofía y continuó Teología en Santa María de Quercia en Viterbo. Fue ordenado sacerdote en 1597 y continuó sus estudios en Sta María Minerva en Roma. De allí se trasladó a Valencia para alistarse en la misión de las Indias en el lejano Oriente. Después de un año de preparación se embarcó para Manila l 30 de abril de 1602. Fue el primer dominico destinado a la provincia de Cagayan donde aprendió la lengua nativa y empezó su trabajo pastoral. En 1604 fue trasladado a Tulag y fue superior del convento de Lubo. Dos años después se trasladó a Nueva Segovia. Su salud empezó a deteriorarse y fue enviado a la provincia de Bataan donde se repuso y aprendió en dialecto local. De 1610 a 1612 fue Vicario Provincial de Pangasinan de 1610 a 1612.

En este año fue nombrado Superior de la casa de San Jacinto de Méjico. En 1615 volvió a Manila con un numeroso grupo de misioneros guiados por el P. Diego Aduarte. En 1616 fue nombrado Superior en Abucay, Bataan. Sintió un gran deseo de ir a Japón y obtuvo el permiso del Provincial. Fue enviado con el P. Juan Martínez en Julio de 1618. Los dos llegaron a Nagasaki el 13 de agosto cuando la persecución a los cristianos se recrudecía. Fueron escondidos en casa de uno de los convertidos cristianos, Cosmas Takeya donde empezaron a estudiar el japonés. El 13 de diciembre de 1618 los Padres Orsucci y Martínez fueron arrestados junto con quienes los protegían. En prisión soportaron numerosos tormentos. Allí hizo amistad con un jesuita Charles Spinola. Fue quemado vivo en 1622. El Papa Pio XII lo beatificó el 7 de julio de 1867 con otros 205 mártires de Japón entre los que se encuentran el beato Alfonso Navarrete.

Beato Juan Martínez de Santo Domingo (1577-1619)

Nació en Manzanal de los Infantes, Zamora, (España), en 1577. De joven fue estudiante en la Universidad de Salamanca. Allí entró en el Convento de San Esteban de la orden dominicana. Hizo su profesión el 24 de diciembre de 1594 después de su ordenación sacerdotal se presentó voluntario para la misión en China en el lejano Oriente. Salió de España el 21 de junio de 1601 y llegó a Manila vía Méjico el 30 de Abril de 1602. Poco después de su llegada en 1588 fue asignado a la casa de Santo Domingo en Abucay en la provincia de Bataan. Después de su trabajo apostólico durante seis años volvió a Manila y le nombraron superior de la casa de San juan de Letrán donde fue Comisario del santo Oficio. En 1612 fue asignado a Mangaldan en la provincia de Pangasinán donde los misioneros eran muy activos. Allí aprendió su dialecto. Fue asignado para trabajar con los chinos de Binondo a las afueras de Manila en 1614. Vivió en la casa de San Gabriel y allí empezó sus estudios de chino.

Cuando la Provincia del Santo rosario decidió abrir una misión en Corea se la confiaron al P. Martínez  para que fuera con otros dos frailes. Partieron de Manila el 15 de Julio de 1618 y llegaron a Nagasaki el 13 de agosto. La misión en Corea no llego a materializarse. Sus dos compañeros regresaron a Manila pero el P. Juan Martinez permaneció en Japón. Entonces junto con el P. Angelo aprendió japonés. El 13 de diciembre ambos fueron arrestados y llevados al gobernador de Nagasaki. Allí en la prisión tuvo que pasar por horribles pruebas. Si no fuera por su fuerte fe hubiera desesperado. Enfermó y murió en la prisión el 19 de marzo de 1619. Es el noveno mártires beatificados de los 205 mártires de Japón. Fue beatificado el 7 de julio de 1867 por el Papa Pío IX.

Beato Fr Alonso de Mena Navarrete  (1578-1622)

Natural de Logroño el 3 del 2 de 1587. Toma el hábito en el convento de San Esteban, Salamanca donde profesa en 1594. En Filipinas es asignado a Binondo, suburbio de Manila, entre los chinos. Fue elegido para fundar la misión de Japón donde logra permiso para fundar la iglesia de Hizen en 1606. En Nagasaky se ocupó de auxiliar a los cristianos perseguidos procedentes de Hizen. Fue denunciado y hecho prisionero. Es llevado a la isla de Ikinoshima y después trasladado a la cárcel de Omura. Allí padeció grandes quebrantos y enfermedades quedando medio ciego. Fue finalmente quemado vivo a fuego lento en Nagasaki en 1622 y beatificado en 1867.

Santo Domingo Ibánez de Erquiza (1589-1633)

Nació en Régil, Giupuzcoa, (España), el 8 de febrero de 1589. Hizo sus votos perpetuos en la Orden de Predicadores en 1605 en el Convento de San Telmo en San Sebastián. Llegó a Filipinas en 1611. Su primer destino fue en Binalatongan (ahora San Carlos), entonces el centro de la misión de los padres dominicos. Allí estuvo desde 1612 a 1616 y después fue destinado al Convento de Santo Domingo en Manila y nombrado profesor de Teología en el Colegio de Santo Tomás (ahora Universidad de Santo Tomás) desde 1621 a 1622. Después fue enviado a Japón en 1623 cuando era consciente de la violenta persecución que acontecía bajo el reino del emperador Shogun Tokugawa Hidetada (1579-1632).

Fue nombrado Vicario Provincial de la misión. Compartió su misión con compañeros misioneros agustinos, jesuitas y recoletos. Durante diez años vivió en la clandestinidad viajando cuando estaba nevando o lloviendo bajo toda clase de inclemencias por caminos sinuosos soportando dolorosas situaciones. Se destacó en su celo pastoral por los cristianos perseguidos confortándoles y administrando los sacramentos. Fue ayudado por San Francis Shoyemon (+1633) un laico japonés que le servía de catequista y traductor y que luego pasó a ser hermano cooperador dominico mientras estaba en prisión. En julio de 1633 fue arrestado y puesto en prisión en Nagasaki. El 13 de agosto fue sometido a la tortura de horca y hoya (fue colgado de pies y sumergido repetidamente en un pozo hasta la muerte). Murió el 14 se Agosto después de desangrarse y ahogarse hasta el último aliento. Fue el primero en recibir el martirio entre los dieciséis mártires de Nagasaki. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en Manila el 18 de Febrero de 1981 (la primera beatificación hecha fuera de Roma). Fue canonizado por el mismo papa seis años después en Roma el 8 de octubre de 1987 con sus 16 compañeros mártires junto con San Lorenzo Ruiz.







3.3.3.2 MÁRTIRES DE LA SEGUNDA GENERACIÓN:

San Francisco Gil de Frederich (1702-1745)

Nació en Tortosa, Tarragona (España), en diciembre de 1704 perteneciente a una noble familia. Sus padres le instruyeron con una esmerada educación y a la temprana edad de dieciséis años entró religioso y profesó en la Orden Dominicana en 1718. Estuvo de Maestro de novicios y después de estudiar Filosofía y Teología obtuvo el grado de Lector. Se embarcó para la misión en Filipinas en 1730 Su primer destino fue en Binalatongan (ahora San Carlos) desde 1731 a 1733. Fue nombrado Secretario de la Provincia y colaborador del Prior Provincial desde 1733 a 1735. Se ofreció voluntario para la misión en Tonkin (Vietnam). Fue admitido el 10 de enero después de insistir al Padre Provincial y fue enviado el14 de Marzo de 1735.

Después de estudiar la lengua nativa en Trunglinh durante cuatro meses ejerció una ardua labor pastoral durante dos años a pesar de las persecuciones a las que estaban sometidos los cristianos. Misionó en los distritos de Ke-men, Bac-trach y Cao-mai dentro de la Prefectura de Chan-dinh y Vutien. Fue perseguido y tras pasar escondido en las montañas fue hecho prisionero el 3 de octubre de 1737 cuando acababa de celebrar la misa y llevado en cadenas como el botín más codiciado del Reino. Fue condenado a la muerte de degüello en 1738. A pesar de duros tormentos en la prisión durante siete años con toda clase de vejaciones continuó su labor infatigable en la prisión convirtiéndola en un centro de misión. Administró la Penitencia a 3.767 personas, bautizó 112, dio la unción a 88. El 22 de enero después de renunciar pisar el crucifijo y la imagen de la Virgen fue decapitado a la edad de 43 junto con el P. Mateo Alonso de Liciniana. Fue beatificado por el Papa pio X en mayo de 1906 y canonizado por Juan Pablo II en Junio de 1988 junto San Vincent Liem de la Paz y compañeros mártires de Vietnam.

Santo Domingo Henares (1765-1838)

Nacido en Baena, Córdoba, (España), el 19 de diciembre de 1765. Recibió el hábito de dominico el 30 de agosto de 17883 en el convento de Santo Domingo de Guadix en Santa Cruz la Real de Granada. A la edad de sólo 19 fue incorporado a la Provincia del Santo Rosario. Dos años después de su profesión fue para Manila en 1786. Recién recibir el acolitado estudió Teología en la Universidad de Santo Tomás donde consiguió el grado de Lector en 1789. Fue ordenado sacerdote en Vigan, Ilocos Sur y celebró su primera misa en Lingayen, Pangasinán en 1789. Pocos años después de su ordenación fue asignado a la misión de Tonkin (Vietnam) el 20 de septiembre de 1789. En su camino hacia Macao recibió como compañero al P. Ignacio Delgado que se le juntó en su viaje a Cochinchina y Malaca. Llego a su destino en Tokin el 10 de octubre de 1790. Después de estudiar la lengua se dedicó al apostolado en la dificultosa misión. Fue nombrado pro Vivario Provincial de la misión y Vicario General.

Fue nombrado vicario apostólico coadjutor y obispo titular de Fez (África) el 8 de septiembre de 18000 por el Papa Pio VII. Fue consagrado al episcopado por su hermano el obispo Ignacio Delgado en Phu-Nhay. Fue respetado entre los Mandarin por sus conocimientos en Medicina, Astronomía y otras ciencias. En tiempos del emperador Ming-Mang, “el Nerón vietnamita” fue arrestado el 8 de junio de1838 y después decapitado el 25 de Julio de 1838. Fue beatificado por el Papa León XIII el 27 de mayo de 1900 y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 19 de Junio de 1988 junto San Vincent Liem de la Paz y compañeros mártires de Vietnam.

Santo Mateo Alonso de Liciciana (1702-1745)

Natural de Nava del Rey, Valladolid, donde nació el 26 del 11 de 1702. Ingresó en la Orden y profesó en el convento de Santa Cruz de Segovia en 1723. Llegado a Filipinas fue destinado a la Universidad de Santo Tomás de Manila y después aprobado para las misiones de Tonkin en 1730. Llegó a Tonkin en 1730. En 1732 hizo entrada en Trun-ling y empezó a aprender la lengua del país. En 1733 empezó a padecer persecución. En 1743 le arrestaron y clavaron una lanza. Fue conducido a la corte de Namdinh y desde allí trasladado a Hanoi y encarcelado. Fue condenado al degüello y luego le conmutaron la pena por cadena perpetua. Allí se encontró con su hermano Federich para gran consuelo espiritual de ambos. Juntos fueron degollados en 1745, ambos tenían 43 años de edad. Los cristianos recogieron los cadáveres y los sepultaron en la Iglesia de Luc-thuy-ha. Fue beatificado en 1906 y canonizado en 1988




3.3.3.3 MÁRTIRES AGUSTINOS RECOLETOS EN PANGASINÁN

Los Beatos Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio están entre los once Agustinos Recoletos que fueron elevados a los altares. La diócesis de Alaminos celebra la fiesta de los dos mártires el 1 de septiembre.

Beato Francisco de Jesús (1590-1632)

Hijo de Pedro Terrero y María Pérez fue bautizado el 2 de junio de 1590 en Villamediana, Palencia, (España). A la edad de ocho años quedó huérfano. Se encargó de él su tío cura y estudió latín y Humanidades en Palencia y desde allí fue a estudiar a Valladolid entre 1612 y 1614 para obtener el grado de Derecho canónico. Entró en la orden de los agustinos recoletos en el convento de San Nicolás en Valladolid y cambió su nombre a Francisco de Jesús cuando profeso en 1615. Fue ordenado sacerdote en 1618. Se embarcó para las misiones en el lejano Oriente en 1619 y llegó a Manila el 16 de agosto de 1620. Fue asignado a Masinloc, (Zambales). En 1622 fue trasladado a Bolinao, Pangasinán y estuvo allí hasta el 2 de Septiembre de 1622 cuando regresó a Manila. Allí fue sub prior del convento hasta febrero del 1623. Entonces dejó Manila para volver a Bolinao con su asistente el P. Vicente de San Antonio.

El 23 de abril de 1623 partió para Japón con otros ocho misioneros, cuatro dominicos, dos agustinos y dos franciscanos. Llegaron a Satsuma el 20 de junio y de allí se dirigieron a Nagasaki el 14 de Octubre. Allí estudió japonés y recorrió numerosos lugares predicando y administrando sacramentos. Después de seis años viviendo en la clandestinidad fue capturado en Yokinawa el 18 de noviembre de 1629 junto con su asistente el P. Vicente. Ambos fueron encarcelados primero en la prisión de Omura y después en Nagasaki. Los dos fueron llevados a las aguas de sulfuro de Unzen en Arima. Allí fueron torturados. El P. Francisco fue sumergido en las aguas siete veces y el P. Vicente cinco. Finalmente, ambos fueron quemados vivos el 3 de septiembre de 1632. Fueron beatificados con otros 202 mártires de Japón por el papa Pio XII el 7 de Julio de 1867.

Beato Vicente de San Antonio (1590-1632)

Nació en Carvalho en la Albufera, cerca de Faro, (Portugal entonces perteneciente a España) en 1590. Sus padres fueron Antonio y Catalina. Estudió en Lisboa donde demostró tener grandes dotes para la música. Se ordenó sacerdote el 18 de febrero de 1617. Se embarcó para las islas Canarias y continuó hasta Méjico donde se adhirió a la misión de los agustinos recoletos para Filipinas. Decidió entrar en la orden y recibir el hábito el 21 de septiembre de 1621. Llegó a Manila en Julio de 1622. En septiembre hizo profesión en el monasterio de los Agustinos Recoletos en Intramuros. Se le asignó acompañar al P. Francisco de Jesús en la misión a Japón en 1623. Los dos dejaron Manila para Bolinao, Pangasinan el 16 de febrero de 1623. El convento se quemó apenas llegaron y pronto se embarcaron para Japón. Vivió en Japón en la clandestinidad durante seis años. Vicente fue capturado en Hirashima el 24 de noviembre de 1629 un poco después de que el P. Francisco fuera descubierto. Los dos sufrieron grandes torturas en las prisiones de Omura y Nagasaki durante tres años. Junto su hermano Francisco fue ejecutado en Nagasaki. Fueron quemados el 3 de septiembre de 1632 y beatificados por el Papa Pio IX el 7 de julio de 1867.

 


4 LA EVANGELIZACION DE ASIA HOY, RETOS Y ESPERANZAS

Asia es un continente donde conviven una gran cantidad de culturas, etnias, religiones y cantidad de poblaciones sometidas a una extrema pobreza. La conferencia episcopal de obispos de Asia FABC ha venido expresando en la necesidad de un triple diálogo. Sin lugar a dudas esta orientación proviene de estos padres fundadores de la misionología em Asia.

4.1 Padres Fundadores de la misionología en Oriente:

Conviene recordar a los que se consideran los padres fundadores de la Nueva Misión en el Asia de hoy:

4.1.1. David Bosch. Es el Padre de la misionología actual, un teólogo protestante de Sudáfrica. Escribe un libro en 1991, que ha pasado a ser como la Biblia de la Misión. Resume como se ha vivido hasta ahora la misión y a partir de ahora lanza propuestas. Su obra más famosa se llama “Transforming misión. Paradigm shifts in misión theology”. En sus ideas misioneras se ven dos pilares: la humildad radical y la vulnerabilidad de la misión

El compromiso cristiano profético tiene que ver también con los movimientos no violentos del Apartheid en Africa. Tanto en Sudáfrica como en Asia, ha habido mucho de imposición, violencia en las conversiones y anti testimonio de los blancos colonizadores que venían y eran cristianos. En Sudáfrica en pleno Apartheid el gobierno arresta a muchos cristianos, pastores, se tortura a muchos cristianos. El modelo del apóstol que marca David Bosch es: “cuando soy débil es cuando más fuerte soy”. La Iglesia del fracaso, el fracaso en la misión que se vive en Asia, afirma David Bosch, es el paso de “la mentalidad de cruzada”, a tener una “mentalidad crucificada” y unirse a la misión de Jesús crucificado y a su pasión, muerte y resurrección. 

David Bosch hace todo un cuestionamiento, ¿Porqué el fracaso de la misión en Asia? Hace diálogo con un teólogo Japonés, Koyama. Respecto a la manera de acercarse desde arriba, Koyama afirma: “Ni pagando cien millones de dólares, durante cien años, se podría haber hecho a Asia cristiana, con esta mentalidad de cruzada”. Bosch propone una misión que se una a Jesús misionero en su camino de Kénosis: “si no volvemos la espalda a los falsos poderes y a las falsas seguridades, nunca la misión cristiana será auténtica”. 

En el “apartheid” después del testimonio de Desmond Tutu y Mandela los blancos se empiezan a poner del lado de la dignidad de los negros. Se proponen procesos de memoria y reconciliación. El Concilio de las Iglesias protestantes se reúne en octubre de ese año para ver cómo responder al Gobierno. Todos los pastores protestantes, estaban animados a responder con violencia para defender la dignidad de los negros. “No os olvidéis de Cristo Crucificado, no os olvidéis que pertenecemos a la Iglesia del fracaso” dice Desmond Tutu, arzobispo anglicano. Hubo después un gran silencio y estas palabras congregaron para una respuesta pacífica a las violencias del gobierno. Una respuesta que fuera realmente reconciliadora y creadora de paz en la dividida Sudáfrica. También en Asia en numerosos países aparecen movimientos que luchan por el cambio de regímenes totalitaristas, en defensa de los derechos humanos y en favor de sistemas democráticos.

4.1.2. Robert Schreiter. Sacerdote católico, misionero de la Preciosa Sangre. Ha sido misionero y ha trabajado en conflictos étnicos, tras guerras y genocidios. Cuando se establece un proceso de reconciliación. Participan miembros de la sociedad civil, jueces y también Caritas Internacional manda un mediador y él ha intervenido muchas veces en estos procesos. Propone dos modelos misioneros principales: In Altum y Ad Vulnera.

Criticando la misión Ad gentes afirma: “Ad gentes”, está marcado por la jerarquía de los que tienen y los que no tienen. El misionero tiene y el que recibe no tiene, se marca una diferencia, entre la superioridad de los que dan y la inferioridad de los que reciben. Sobre todo “Ad gentes” significaba la salida de Europa y Estados Unidos hacia Asia, África, Latinoamérica. Nosotros tenemos algo muy grande y ellos no lo tienen. “Ad gentes” tiene la carga negativa de pueblos “no civilizados”, “pueblos salvajes”, estamos pasando por encima de pueblos, de culturas milenarias, indígenas y desde ahí se entienden los “desastres” en la práctica misionera de África, Latinoamérica o Asia. 

4.1.3. Bevans, Schroeder. Dos misioneros SVD que en el último Congreso de su congregación en el año 2000 marcaron la diferencia. La congregación nace en Holanda y su idioma oficial era el Holandés, ahora el idioma más hablado es el Bahasa, lengua oficial de Indonesia. En el Congreso había dos grandes frentes, el frente asiático, indonesio y el latinoamericano. Trataban de ponerse de acuerdo sobre como orientar la misión. Los asiáticos orientados por la teología de la FABC, Federación Asiática de las Conferencias Episcopales dijeron que la misión sobre todo es diálogo. Dialogo no es solo hablar y dialogar. La FABC se refiere al diálogo como encuentro: diálogo con los pobres, con las otras culturas y con las otras religiones. Cuando dice diálogo se trata de compartir la vida, por ellos y con ellos buscar el Reino de Dios. Los de Latinoamérica hablaban de que la misión es la profecía. Intentando hacer consenso creamos esa expresión: la misión es el “diálogo profético”.

 




4.2 La orientación del “triple diálogo” de la FABC

Esto va a suponer: “una Iglesia en continuo humilde diálogo de amor con las tradiciones vivas con las culturas con las grandes religiosas religiones; en resumen con todas las realidades de la vida de las personas entre las cuales hunde sus raíces y cuya historia y vida felizmente hace suya”. Una Iglesia local en diálogo con su gente en tantos países de Asia significa diálogo con los pobres dejando así formulado este triple dialogo. Este Final Statement lo recoge más tarde el Congreso Internacional de Misión celebrado en Manila en 1979 así como en las siguientes asambleas plenarias de la FABC.

 




4.2.1. El diálogo con la cultura

La primera tarea en el camino de la evangelización es el diálogo con la cultura. Lo fórmula la FABC en su declaración: “cómo construir una verdadera Iglesia local”. Esta primera declaración de la FABC se refiere con fuerza para que la Iglesia sea “una Iglesia encarnada e indígena”. La Iglesia ha de ser “Cuerpo de Cristo” que se hace carne en un determinado lugar y tiempo. La Iglesia en diálogo con la cultura tiene que salir del aislamiento entrando en comunión a compartir valores aspiraciones pensamientos lenguaje canciones y arte. “Incluso sus fragilidades y fallos han de ser asumidos pues solo así podrán ser sanados”.

El Congreso internacional sobre misión celebrado en Manila en 1979 dedicó su segundo taller al tema de la inculturación se dedicó tiempo en meditar sobre el proceso y las actitudes de la inculturación y se daban recomendaciones a las conferencias episcopales episcopales para tomar sendas adecuadas en la construcción de las iglesias locales.

 


4.2.2. Diálogo con las religiones

Un segundo aspecto central en la misión de Asia es el diálogo con las grandes tradiciones religiosas el diálogo es una parte integral de la evangelización es intrínseco a la vida misma de la Iglesia en 1979.

El Congreso internacional sobre misión afirmaba el diálogo es un esencial de evangelización. “El diálogo interreligioso no es solo un sustituto o un método preliminar de la proclamación de Cristo sino que debería ser la forma ideal de evangelización donde en humildad y apoyo mutuo buscamos juntos con nuestros hermanos la plenitud de Cristo que es el plan de Dios para toda la creación en su totalidad y en su gran maravillosa diversidad”.





4.2.3. El diálogo con los pobres

En la Asamblea sobre evangelización que se celebra celebró en Corea en 1988 se afirmaba que si bien no hay que ser tímidos para la proclamación de Cristo como Salvador y respuesta a las preguntas fundamentales de la existencia humana, la misión en Asia tiene un modo distinto. Se afirma: “la proclamación de Jesucristo es el centro y elemento primero de la evangelización” pero se subraya, este modo “distinto” de realizarse la misión en Asia es sin duda el testimonio de vida. La vida de los cristianos y de las comunidades cristianas que testimonian los valores del Reino de Dios. Para los cristianos de Asia “proclamar a Cristo significa sobre todo vivir como él en medio de nuestros hermanos de otras religiones y hacer sus obras por el poder de su gracia la proclamación mediante el diálogo y las obras es la primera llamada de las iglesias de Asia”, Esta Asamblea trató de relacionar este triple diálogo con el imperativo de la misión e intentó explicar el cómo de esa misión en Asia: “estar con las personas responder a sus necesidades siendo sensibles a la presencia de Dios en las culturas y en las otras religiones y dando testimonio de los valores del Reino de Dios mediante la presencia la solidaridad el compartir y la palabra la misión significa Así pues un diálogo con los pobres de Asia con sus culturas locales y con las otras tradiciones religiosas”.

 




5.CONGRESO MISIONERO DESPUES DEL ANIVERSARIO DE LOS 500 AÑOS DE EVANGELIZACION[29]

La Iglesia ha celebrado 500 años de evangelización en Filipinas. El lema que eligió la conferencia episcopal fue: “tener siempre celo misionero”.

El cristianismo llegó a la nación asiática en 1521, gracias al explorador y navegante portugués Fernando de Magallanes. En una carta pastoral, con motivo de los 500 años de evangelización de Filipinas, el presidente de la Conferencia Episcopal (CBCP) anima a mirar hacia adelante “con el mismo celo misionero que hizo posible que recibiéramos la fe cristiana”.[30]

Monseñor Rómulo Valles presidente de la CBCP dijo: "Que este año sea un año en el que mirar hacia atrás en la historia para entender mejor quiénes somos en el presente como comunidad de discípulos, y también una oportunidad para mirar hacia adelante, en los próximos 500 años, con el mismo celo misionero que hizo posible que recibiéramos la fe cristiana”. De hecho, el cristianismo llegó a la nación asiática en 1521, gracias al explorador y navegante portugués Fernando de Magallanes. "Lo que hemos recibido gratuitamente es también lo que damos gratuitamente", escribe monseñor Valles, citando el lema del 500 aniversario, tomado del Evangelio de Mateo, y recordando la misa presidida por el Papa Francisco el 14 de marzo en la Basílica Vaticana en conmemoración de este acontecimiento. Una celebración en la que el Pontífice instó a la Iglesia filipina a ser una Iglesia que ama al mundo sin juzgar, una Iglesia que se dona al mundo.

El presidente de la CBCP recordó los momentos más destacados de la expedición de Magallanes y cómo sus hombres, "en su mayoría mercenarios, se transformaron casi inmediatamente en misioneros cuando descubrieron la fértil tierra de la buena voluntad en los nativos" de Filipinas. Tras un peligroso viaje, "hambrientos, recelosos y enfermos", los exploradores encontraron un tesoro representado no tanto por "el oro contenido en cofres", sino por los "corazones de simples pescadores" que les acogieron con cordialidad y les "desarmaron" con su generosidad y compasión, ofreciéndoles cobijo, comida, cuidados y la posibilidad de enterrar a sus compañeros fallecidos. Antonio Pigafetta, cronista de la expedición, relata "con emoción" la amabilidad con la que los nativos acogieron a la expedición y describe con gran detalle la primera misa celebrada en el país el 31 de marzo de 1521, domingo de Pascua. El 14 de abril del mismo año se administraron los primeros bautismos en Cebú y todo ello no se hizo "a punta de pistola, sino con espíritu de evangelización".

Al mismo tiempo, el arzobispo Monseñor Sócrates Villegas señaló que no todo fue fácil[31]: de hecho, Magallanes pronto asumió actitudes despóticas y poco después murió en una emboscada. "La cruz de la dominación colonial y la opresión fue finalmente repudiada", dice el Arzobispo de Davao, "porque hemos abrazado la verdadera Cruz de la libertad: la de la redención y el amor incondicional de Dios, que nos da a los seres humanos la verdadera dignidad, en cuanto criaturas suyas. Por lo tanto, mirando hacia atrás, los cristianos filipinos pueden decir que "a pesar de todo el dolor que tuvieron que pasar, siempre estarán agradecidos por esta Cruz porque la fe vino como un regalo de Dios, a través de personas imperfectas, pero de buena voluntad". "Cinco siglos después -continúa el presidente de la CBCP- debemos seguir aprendiendo a separar el trigo de la cizaña" y a no equiparar la evangelización con el proselitismo, como también recordó el Papa Francisco: "La Iglesia tiene esta misión: no es enviada a juzgar, sino a acoger; no a imponer, sino a sembrar."

El prelado recuerda, asimismo, que el 500 aniversario fue precedido por nueve años de preparación, cada uno de ellos dedicado a un tema específico: de 2013 a 2021 se exploraron la fe, el papel de los laicos, las cuestiones relacionadas con la pobreza, la Eucaristía y la familia, la parroquia como comunidad, la misión del clero y de los consagrados, los desafíos y las esperanzas de los jóvenes, el ecumenismo y el diálogo interreligioso también en relación con los pueblos indígenas y, por último, la misión.

Además, la CBCP ha decidido encargar un estudio, en colaboración con la primera universidad católica de Asia, el Ateneo "Santo Tomás", para elaborar una evaluación del estado actual del catolicismo en Filipinas[32]. Los resultados del estudio se esperan en breve. 

A continuación, el Arzobispo de Davao exhorta a todos los fieles a participar activamente en las misas de conmemoración de la primera Eucaristía en el país, que se celebrarán el 4 de abril, domingo de Pascua. "Que sea también la ocasión para la apertura de una puerta jubilar en cada catedral nacional y en determinadas iglesias a lo largo del tiempo de Pascua", escribe además el prelado. Otra importante celebración está prevista en Cebú el 14 de abril, en recuerdo del Primer Bautismo administrado en el país. Un momento que todas las diócesis locales están invitadas a recordar ese mismo día o el 18 de abril, tercer domingo de Pascua.

En relación con los 500 años de fe, los obispos celebrarán el Congreso Misionero Internacional (IMC) y el II Congreso Misionero Nacional en abril de 2022[33]. En los últimos años, la Conferencia Episcopal ha decidido organizar un ciclo preparatorio de nueve años desde 2013 a 2021, asignando un tema particular a cada año, con el objetivo de profundizar y revitalizar el carácter misionero de la Iglesia filipina.

El aniversario también será celebrado por los diez millones de inmigrantes filipinos de la diáspora que viven en casi un centenar de países de todo el mundo. Cerca de 10 millones de filipinos en el extranjero también son “portadores de la fe con ellos dondequiera que trabajen y vivan como migrantes”, subraya la Iglesia filipina, recordando que el Papa Francisco los ha definido como “contrabandistas de la fe”. De una población de más de 108 millones de habitantes, en Filipinas hay más de 90 millones de católicos (86% de la población) repartidos en 86 diócesis.





6. CONCLUSION

“Faltaría tiempo para hablar de todos…ellos gracias a su fe vieron realizarse las promesas de Dios…apagaron los dardos del maligno, resistieron la violencia del fuego, se mostraron valientes en el combate. Sufrieron la prueba de las burlas y de los azotes y hasta de las cadenas y las cárceles. Fueron apedreados, torturados, aserrados, decapitados, quemados. Fueron errantes de una parte a otra, faltos de todo, oprimidos, maltratados mientras oraban y bendecían a los que los maltrataban. Fueron hombres de los cuales no era digno el mundo. Dios les estaba preparando un mundo mucho mejor y definitivo”. (Hb 11, 32-40)

El lema del 400 aniversario de las OMP “a hombros de gigantes” y del 500 aniversario de la evangelización en Filipinas tener siempre celo misionero” nos ha servido para escribir este artículo y para animar a la labor misionera en Filipinas, Asia y el mundo entero. Evangelizar es la alegría de la Iglesia y nuestra alegría. Los misioneros son la alegría del mundo porque llevan la buena noticia de Evangelio al mundo entero. “Dichosos los pies del mensajero que trae la Buena Noticia” (Is 52,7). El mismo Jesús insiste: “Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 38).

En una pequeña iglesia románica, San Julián de Salamanca hay una pequeña placa en una esquina en la que puede leerse esta sentencia: “Si quieres tener buenos consejos de buenos consejeros no preguntes a los vivos, pregunta a los muertos (que siguen vivos)”.

Recordemos en este aniversario a los héroes y gigantes de nuestra fe. La vida de tantos santos y mártires misioneros son para nosotros, buenos compañeros, buenos guías y consejeros en esta larga peregrinación. Los que ya llegaron al puerto de destino dieron testimonio de su fe hasta con el derramamiento de su sangre. La sangre de los mártires han sido la semilla de nuevos cristianos. En nuestro tercer milenio esta habiendo una nube de testigos innumerables a semejanza de la primera generación de mártires de los primeros siglos del cristianismo.

Los misioneros mártires sellaron el mensaje de la Buena Nueva con su sangre. En la eucaristía diaria y en las letanías de los santos acudimos a ellos. No rezamos por ellos sino más bien para que ellos rueguen por nosotros a fin de seguir su ejemplo. Creemos en el poder de su intercesión por eso que creemos caminar “a hombros de gigantes”. Ellos nos abrieron camino y nos mostraron con sus vidas la manera de vivir y morir testimoniando nuestra fe hasta el final. La vida se vive plenamente cuando se da, cuando se entrega. Los mártires al derramar su sangre por Cristo no hicieron sino mostrarnos que El es el camino y la meta de nuestra peregrinación.





NOTAS


[1] Comencé estudios de doctorado en el área de moral en Roma y terminé la tesis doctoral en la UST, Manila bajo la dirección del P. Fusto Gómez. Centre mi tesis en el magisterio de Juan Pablo II

[2] La hermana Freederick es una hermana maltesa que durante mucho tiempo hizo la función con el ayudante general de la Madre Teresa. En los frecuentes viajes que la Madre Teresa hacía, dejó toda la responsabilidad en la hermana Freederick.

[3] Sor Nirmala elegida por la propia Madre Teresa, ocupó el cargo de madre superiora general de las Misioneras de la Caridad después de la muerte de la Madre Teresa.

[4] El hermano Andrew, comúnmente conocido como, lan Travers Ball, en 1950 a la edad de 23 años comienza toda su carrera espiritual en Australia entrando en el noviciado con los jesuitas. Conoce a la Madre Teresa ya sacerdote en Calcuta, trabaja con ella como misionera en la India y continúa su peregrinación en Hong Kong y Filipinas. Falleció en octubre del año 2000.

[5] Brian Kolodiejchuk, las cartas privadas del Santo de Calcuta, Ven y sé mi luz (Come and be my light).

[6] Esta fue una de las creencias más fuertes de espiritualidad y misticismo de la Madre Teresa. Cuando tratamos con los enfermos estamos tocando el cuerpo sufriente de Cristo y este contacto es conmovedor. Olvidamos los disgustos y la tendencia natural que existen en nosotros y una gran compasión te despierta. Nos irradian su luz, tu presencia y tenemos que saber irradiarles la luz de Cristo en el amor.

[7] El nombre de Kali Ghat más comúnmente conocido como Nirmal Hriday, proviene de ser la Casa de los peregrinos del templo a la diosa Kali, diosa de la guerra. Fue el primer refugio para moribundos sin hogar abierto por la Madre Teresa en Calcuta, el Tabernáculo viviente del  Cristo Sufriente.

[8] Kalighat fue el primer templo en abrirse en Calcuta a los intocables, los harijan, gracias a todas las afirmaciones de Gandhi y su ayuno épico que determinó el Pacto de Yeravda. La antigua residencia cayó en desuso fue ofrecida por el municipio de Calcuta para la atención a los moribundos. Fue remodelado y a la entrada una imagen del Inmaculado Corazón de María lo preside.

[9] Con el permiso de la hermana Nirmala, paso algunos días cuando él era la casa supervisada por la hermana Teresina nacida en Kerala, cerca de Cochin.

[10] Con el permiso de la hermana Frederick , tuve la oportunidad de pasar un día en Shishu Bhavan, donde recogen a los niños abandonados. Allí fueron recogidos niños que estaban en la calle junto a montañas de basura a veces comiendo sus propios excrementos. Sus cuerpos retorcidos y entumecidos fueron cargando vida tratados y alimentados con mucho amor.

[11] En mi estancia en Calcuta con permiso de la hermana Frederick tuve la oportunidad de pasar un día en la colonia de leprosos de Titagarh que ya entonces no estaba dirigida por Misioneras de la Caridad, sino por los mismos leprosos que se hacían en toda la clínica Gerente. Allí ocuparon los telares que hacían los sharis de hermanas, hacían su propia prótesis, usaban las escuelas, cultivaban huertos, una verdadera obra milagro de amor. Se había convertido verdaderamente en "la ciudad de la alegría"

[12] El catecumenado de la Iglesia primitiva se perdió prácticamente en el siglo VII, durante la misión a los germanos, en la que, en lugar de la conversión individual y de la decisión personal por la fe, lo que importaba era la conversión del señor de la tribu. Fueron tribus enteras las que se convirtieron tras la conversión del su rey o señor.

[13] Los misioneros tenían que intentar ganar a los japoneses con su forma de estar, su vestimenta y con el respeto a las formas cortesanas sociales de los japoneses.


[14] En la revisión de su catecismo en el año 1556 fueron cambiados y sustituidos 50 conceptos budistas por sus correspondientes en portugués o latín.


[15] Consecuentemente, se consideró y se designó a sí mismo como «Guru de la ley perdida». Exigió a los brahmanes que «fueran sus discípulos para que pudiesen aprender el así llamado "Veda perdido"». No se trata, por tanto, de convertirse o aceptar una nueva religión extraña, sino del redescubrimiento y cumplimiento de los contenidos originales de la propia tradición. Intentó traer el quinto Veda, el Veda de la vida eterna.

[16] En sus ideas teológicas y en su acción misionera se apoya en la doctrina de los Santos Padres.

[17] Si bien la bula «Cum sicut fraternitatis» (1616) del papa Pablo V (16051621) mostró su comprensión sobre el asunto, la reacción general de los portugueses de pro en la India y en Europa fue una total desaprobación.

[18] La unión se mantuvo cuando el P. Rodas fue desterrado en 1630. No sólo pudieron mantener una comunidad de 5.000 cristianos, sino que consiguieron otros tantos.


[19] Los misioneros europeos estarían condicionados por su bien poco dominio de la lengua, siendo, por ello, incapaces de insinuarse en la forma de ser japonesa.

[20] Las discusiones literarias con el sintoísmo y el budismo las llevaban ellos. Por medio de Valignano el instituto alcanzó su forma definitiva. Sus miembros estaban obligados a recibir una extensa formación literaria, teológica y espiritual en pro de su actividad catequética.


[21] Detrás de todo esto estaba la convicción de que esta élite gozaba de gran prestigio y de que el monacato budista tenía ya poca importancia.


[22] En este escrito, no se trata en absoluto de los contenidos propiamente cristianos. Pero tampoco él quería exponer en él la doctrina cristiana, sino que lo comprendía como una discusión «filosófico-cristiana».


[23] Hoy se habla de la necesidad de una inculturización y del «principio cultural de conciliación», que es lo que eligieron Ricci y sus misioneros para la evangelización.


[24] Las subsiguientes negociaciones y exámenes en Roma terminaron con la decisión en contra de los ritos del papa Benedicto XIV, en el año 1742, en la Bula «Ex quo singulari».


[25] Ver artículo: El convento de San Esteban publicado el 3 de septiembre en darmarperegrino.blogspot.com


[26] Padres Maestros pertenecientes a la Escuela de Salamanca y discípulos del Maestro Francisco Vitoria.


[27]Los mártires de Pangasinán son los mártires venerados en la diócesis actual donde estamos. La mayoría de las parroquias fueron antiguas misiones de los padres dominicos. Hoy las llevan el clero diocesano del lugar pero aún perdura el Santuario de la Virgen de Managoa como primer reducto de la misión dominicana.

[28] Ver artículo: La Nueva Evangelización en el Nuevo Mundo publicado el 3 de marzo 2019 en darmarperegrino.blogspot. com

[29] Ver artículo de Isabella Piro, Ciudad del Vaticano, ANSA

[30] Carta del Arzobispo de Davao y presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP) Carta pastoral sobre los 500 años de evangelización del país.

[31] Monseñor Sócrates Villegas es Arzobispo de la diócesis de Lingayen-Dagupan, Pasgasinan. Es la diócesis donde actualmente trabajo como misionero.

[32] En la Universidad de Santo Tomás de Manila, Filipinas tuve el privilegio de obtener mi doctorado en Teología.

[33] Noticia de la Agencia Fides 30/1/2021 SD-PA