EL
TEMPLO DE JERUSALEN
Introdución
Quisiera terminar toda esta serie de artículos que he podido escribir durante la pandemia, antes de volver a incorporarme de nuevo a mi misión en Filipinas. Este tiempo en mi tierra natal de Salamanca ha sido como una especie de largo éxodo fuera de mi tierra de misión. Durante este largo tiempo también he sentido la presencia de Dios de distintas formas y en diversas manifestaciones. Mi casa natal por mi larga convalecencia, después de la leptospirosis y del cáncer, se convirtió como en una posada de peregrinos teniendo oportunidad para encontrarme con viejos amigos. A su vez ha sido una oportunidad para estar cerca de mi madre ya mayor, con sus 92 años, consciente de quizás fueran mis últimos momentos de estar con ella. A ellos quiero dedicar este trabajo que tuve oportunidad de hacer en esta larga espera.
También el pueblo judío caminó un largo
éxodo hacia la tierra prometida (Canaán). Caminó nómada por el desierto y Dios se manifestaba guiándolo con
signos y prodigios. Tras las teofanías en el Sinaí y el Horeb, le seguía en la
nube y bajaba a estar con su pueblo en la tienda del encuentro donde se
guardaba el Arca de la Alianza que contenía las Tablas de la Ley. El Arca de la Alianza que estuvo en una
especie de tienda de campaña, se constituyó en el lugar más sagrado durante
todo el recorrido del pueblo nómada por el desierto. Tras la conquista de
Canaán y la conquista de Jerusalén David quiere edificar una casa palacio a Yahvé. Pero es con su hijo
Salomón cuando se cumple al final el sueño deseado de construir a Yahvé un
templo. Quiero centrar este artículo al Templo de Jerusalén.
Este
templo llamado en lengua hebrea beit Hamigdash fue el más importante
santuario del pueblo de Israel y estaba situado en la explanada del monte Moriah
es decir el lugar donde Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac.
Se
puede hablar de dos templos. El primero data de cuando llegaron a
Jerusalén y ya en el tiempo del Rey Salomón, hijo del Rey David, construyó el
primer templo. Después del exilio con el soporte de los reyes persas
construyen el segundo templo.
El primer templo de Salomón de mediados del S. X a.C. se mantendrá hasta su destrucción
por los babilonios en el 586 a.C. Tras la
vuelta del exilio en tiempos del rey persa Darío tiene lugar la construcción
del segundo Templo. En el tiempo de Herodes el grande tuvo lugar una ampliación y
remodelación.
En el año 77 el emperador Tito al mando de las legiones romanas lo
destruye (tan solo se conservan algunos restos de la muralla meridional).
Después es invadido por los musulmanes que construyen las mezquitas y el Templo de la Roca.
Actualmente
del templo solamente queda un muro, una pequeña parte del muro occidental. Es
lo que nosotros conocemos como el muro de los lamentos, ahí donde los
judíos van precisamente a rezar. Según ellos en este esta parte del templo está
la Shejinha (así le llaman ellos en hebreo la presencia de Dios).
Después de la destrucción del templo los judíos tuvieron que salir huyendo y
cuando pudieron regresar ya no pudieron hacer nada porque los musulmanes lo
habían tomado.
Curiosamente
ahí donde Abraham iba a sacrificar a su hijo en el monte Moriah, sobre la
roca donde estuvo el templo judío los musulmanes construyeron el templo
de la Roca una especie de mezquita en donde alaban a Dios y donde
ellos dicen que en una noche Mahoma subió al cielo y bajó (según la redacción
del Corán).
El
Templo ha sido lugar de confluencia y lugar de controversia.
Para los musulmanes es un lugar
totalmente sagrado y también para los judíos y también de alguna manera
para los cristianos dado que ahí Abrahán nuestro padre en la fe mostró
su fidelidad a Dios. Pero los musulmanes difícilmente van a permitir que los
judíos construyan en este lugar un templo. Este es el lugar considerado el más
santo del mundo (para las tres religiones monoteístas).
Al
final de todo el recorrido veremos que lo verdaderamente importante no es el
templo de piedra lo que importa, según lo que nos dijo Cristo, el verdadero
templo. Cristo y el Espíritu Santo nos han convertido a nosotros en verdaderos
templos de Dios no de piedra sino de carne.
1 Antecedentes
Una roca fue considerada fundamental para la edificación de
la ciudad que es considerada la más santa en todo el mundo. Aunque parezca
increíble la ciudad de Jerusalén, y más en concreto el Templo, se erigió a partir de una roca, una
roca física, y especialmente sobre la roca de la fe. Recordemos que
Abraham es reconocido como el padre de la fe entre judíos cristianos
y musulmanes. Estos últimos le llaman Ibrahim y precisamente sobre una
roca que se venera en este lugar el monte Moriah fue donde Abraham
iba a ofrecerle a Dios a su hijo en sacrificio.
Para los judíos y cristianos se trataba de su hijo
Isaac pero para los musulmanes de su hijo Ismael. Por eso, después de haber sido
esclavos en Egipto, los hebreos cruzaron el desierto para regresar a la tierra
prometida y bajo la guía de los jueces y algunos Reyes fueron conquistándola
hasta que con el rey David pudieron entronizar el Arca de la Alianza en
Jerusalén y sobre la roca mencionada alrededor del año 960 a.C.
El rey Salomón hijo de David construyó el primer
templo. Casi 370 años después, en el año 587 a.C. fue destruido por los
babilonios fue reconstruido cuando los judíos regresaron del exilio.
En el año 40 a.C. fue restaurado y embellecido y
ampliado por Herodes el grande de tal manera que así lo vio Jesús.
Lamentablemente en el año 70 d.C. Jerusalén y el templo fueron destruidos
totalmente por los romanos provocando que los judíos huyeran y abandonaran el
lugar.
Con el nacimiento del islam y su expansión por el
Medio Oriente, entre los años 687 y 691 el califa Aba Malik mandó construir
sobre la roca un templo no solo como lugar de reunión sino también para
marcar la supremacía del islam sobre los otros credos y competir en esplendor y
magnificencia con los grandes santuarios cristianos. Además porque según la
narración del Corán, Mahoma emprendió un viaje desde la meca hasta Jerusalén y
desde esa roca una noche se elevó a los cielos.
En la roca, según los musulmanes, quedaron grabadas
las huellas de Alborán el caballo mitológico de Mahoma. Desde el siglo VI d. C.
este templo musulmán corona el lugar donde durante un tiempo estuvo el templo judío
del que solo quedó el llamado muro de los lamentos. Como los judíos de acuerdo
a su creencia solo pueden construir su templo sobre esta roca, desde que
lo destruyeron los romanos, no tienen templo y solo lugares de reunión y
oración llamado sinagogas.
1.1 La importancia del Templo
de Jerusalén
El Templo (en hebreo: בית המקדש, Beit Hamikdash) fue el santuario más importante del reino de Judá, y del judaísmo, hasta su destrucción en el año 70 d,C.
Tras la reforma de Ezequías (727-698 a,
C.) logró centralizar el culto en torno al Templo. Hizo retirar los santuarios,
derribó las estelas y cortó los postes sagrados (2 Re 18, 3-7).
Según la Biblia, se trataba del único santuario legítimo del pueblo israelita y contenía en su interior el Arca de la Alianza, un altar de oro, candeleros del mismo metal, una mesa con panes sagrados y demás utensilios empleados
para llevar a cabo el culto del dios Yahweh.[1]
Como hemos ya dicho suelen distinguirse dos templos sucesivos: el llamado Primer Templo o Templo de Salomón fue construido, según la Biblia, por el rey Salomón para sustituir al Tabernáculo como único centro de culto para las doce tribus de Israel. Su construcción marcó una ruptura con
la tradición hebrea según la cual el Dios Yahweh moraba en una tienda, el
tabernáculo, y no en una casa.[2] Los libros históricos de la Biblia, indican que fue saqueado por
el faraón Sisac (Sheshonq I) en 925 a. C., profanado por algunos de los reyes de Judá y destruido por los babilonios durante el tercer asedio de Nabucodonosor II contra Jerusalén en 587 a. C. No hay restos
arqueológicos del mismo.
El Segundo Templo fue completado por Zorobabel en 515 a. C., cuando Judea estaba bajo soberanía persa,
durante el reinado de Darío I y seguidamente consagrado por el sumo sacerdote Esdras. Se
convirtió en el edificio más importante de la ciudad de Jerusalén y de Judea, hasta el punto que algunos autores denominaron a
esta última un «estado-templo». Lugar de depósito de grandes tesoros, los
reyes seleúcidas, a quienes Judea estaba sometida, intentaron saquearlo. En el reinado
de Antíoco XI Epífanes fue profanado, convirtiéndose en un templo helenístico posiblemente consagrado al dios
Zeus. Tras la revuelta macabea, fue purificado y vuelto a consagrar al culto de Yahweh por Judas Macabeo en 165 a. C.[3] A finales del siglo I a, C. fue
ampliado y reconstruido por el rey Herodes, convirtiéndose en el punto focal del judaísmo.
En la primera guerra judía, fue sitiado por los romanos y destruido por las legiones al mando de Tito en el año 70. Su principal vestigio es el Muro de las Lamentaciones, también conocido como Kotel o Muro Occidental.[4] Después de una efímera
restauración del culto judío durante la revuelta de Bar Kojba en el siglo II, el área fue ocupada por un vasto complejo de
santuarios helénicos construidos por orden de Adriano, en la ciudad de Aelia Capitolina, que sustituyó a Jerusalén. Durante el imperio de Juliano, conocido como el Apóstata por los cristianos, hubo un intento fallido de reconstruir el Templo. En el siglo vii, finalmente y con la ciudad en manos de los musulmanes, se construyó en el área el Domo de la Roca y la mezquita Al-Aqsa.
Según algunas corrientes de la escatología judía, un Tercer Templo de Jerusalén será reconstruido con la llegada del Mesías.
1.2 Distintas tradiciones
El Templo de Jerusalén bien puede ser
considerado como “la roca de la fe”. En la explanada del templo “la roca fundacional” representa la roca fundacional de
las tres religiones monoteístas: judíos musulmanes y cristianos. Nos remite a un punto fundacional el sacrificio de
Abraham en la roca del monte Moriah.
1.2.1 La tradición judía
Su construcción marcó una ruptura con la tradición hebrea según la cual
el Dios Yahweh moraba en una tienda, el tabernáculo, y no en una casa. La
antigua tradición durante el tiempo que caminó
nómada por el desierto no tuvo templo.
Tan solo en la monarquía, cuando el pueblo se hizo sedentario, el templo
constituyó el centro de la vida de los judíos. Pero tras la primera destrucción del templo cuando tuvo que vivir en el exilio quedó la añoranza del
Templo. Finalmente cuando fue reconstruido volvió a recuperar su primacía y
papel preponderante.
Sin embargo cuando se llevó a cabo de nuevo la destrucción del templo
por los romanos en el año 70 y los judíos vuelven a la
diáspora pierde preponderancia y se fomenta el culto en la sinagoga.
En este artículo nos vamos a detener y mirar con detalle la
significación del templo de Jerusalén y su trayectoria a lo largo de la
historia.
1.2.2 La tradición islámica
El Templo de la Roca no es propiamente un
templo dada la tradición islámica, pero quiere sustituir al templo de Jerusalén. Aunque no sea una mezquita en el sentido estricto del término,[5] el Domo de la Roca es indudablemente un lugar de veneración para los musulmanes. El edificio islámico alberga la así llamada
"Roca Fundacional",[6] cuya significación es de suma importancia para el credo
musulmán.
“La roca Fundacional” es reverenciada por numerosos monoteístas como el lugar donde Abraham iba a sacrificar a su hijo;[7] sobre dicha formación pétrea se
ubicaba el recinto más sagrado del Templo de Salomón; y en ese mismo sitio, siglos después de la destrucción del Templo y
según sostiene la tradición islámica, el profeta Mahoma ascendió a los cielos, siendo portado por buraq, el caballo alado con cabeza humana que allí lo condujo en una "travesía nocturna".[8]
Presenta asimismo “la roca Fundacional” una importante impronta que, según la tradición islámica, la huella hecha por el buraq al ascender a los cielos o, según otra versión islámica, el arcángel Gabriel grabó en la Roca la mencionada impronta. Un hueco bajo la roca, sostiene la tradición
musulmana, es reminiscente del turbante de Mahoma, quien, al levantarse,
reincorporándose después de haber orado, se habría golpeado la cabeza con la
piedra de no haberse ésta reblandecido instantáneamente.
Considerado también el lugar santo por excelencia para los hebreos,[9] el lugar en cuestión es no menos venerado por los musulmanes, quienes
construyeron el Domo de la Roca para preservar dicho sitio y lo que el
mismo involucra, dado que es sumamente significativo desde un punto de vista
monoteísta.[10]
Debido a su valor histórico y simbólico, el Domo de la Roca figura como una imagen constante y dominante en numerosas
representaciones de la cultura islámica.[11]
Para los musulmanes incluso las gradas
del Domo de la Roca poseen un valor simbólico importante. Ocho gradas que
mueren bajo unas arcadas conducen desde cuatro lados hacia lo alto del Domo de la Roca; los musulmanes llaman a estas arcadas "mavazin", las balanzas. Según una leyenda islámica, el día del Juicio Final se tenderá una cerda
de caballo desde las "balanzas" al Monte de los Olivos y todos los resucitados deberán pasar por sobre ella: quien haya
cometido injusticias caerá a la
perdición eterna.
1.2.3 La tradición cristiana
La
tradición cristiana la remitimos al tiempo de Jesús. Jesús aparece en el Templo
a los 40 días de su nacimiento. También sabemos que se extravió en la primera peregrinación
que hizo con sus padres en aquel templo cuando tenía 12 años. También el
evangelio relata cuando vio la ciudad de Jerusalén desde el monte de los olivos
con la vista del maravilloso templo. Allí lloró porque predijo que aquel templo y toda la
ciudad sería destruida.
A esto se le suma la profecía de Jesús sobre la destrucción del Templo ante sus discípulos, admirados ante la belleza del Templo de Herodes: “Cuando salió Jesús del Templo, y se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del Templo. Mas respondiendo Él les dijo: ¿Veis todo esto? En verdad os digo: no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”. (Mt 24:1-2).23
Pocos años después, en el año 70, el Templo fue destruido por los romanos bajo las
órdenes de Tito. Lo único que ha quedado son restos del muro de la explanada,
no del templo en sí. De todas formas sigue siendo desde entonces un “monumento
símbolo” y el sitio de referencia
más sagrado para el judaísmo.[12]
1.3.4
El
Templo en tiempos de Jesús
El Templo de Herodes, tal como Jesús lo conoció, constaba de un gran
patio, lo que hoy es la gran
explanada, rodeado de suntuosos pórticos
de 13,5 metros de anchura sostenidos por columnas de mármol blanco de 11 metros de altura, de una sola pieza, y techo
de madera de cedro.
Los pórticos occidental, norte y oriental tenían dos
órdenes de columnas; mientras que el pórtico
meridional tenía cuatro órdenes y dos planos
columnados superpuestos.
Dentro del gran patio exterior, llamado Patio de los Gentiles, estaban los tres patios interiores, de dimensiones mucho más
reducidas, en el siguiente orden de cercanía al santuario: patio de las mujeres, patio de Israel o de los hombres y el patio de los sacerdotes en torno al Santuario.
Jesús reconoció en todo
momento la santidad del Templo. Aquí lo encontraron sus padres después de tres días de búsqueda. Muy probablemente venía con maría
y José anualmente desde los 12 años. Más tarde, durante su vida
apostólica, Jesús predicó largamente
bajo los pórticos del Templo, proclamándose agua viva y Luz del mundo e invitando a la gente a seguirle. Se declara anterior a Abrahán y quieren
apedrearle.
Jesús curó a un ciego en sábado y los fariseos sólo pensaban en acabar
con Él, pero sorprendida en adulterio. Jesús los pone en evidencia cuando le
presentan para tentarle a una mujer adúltera. No habían entendido que Él no había venido a juzgar, sino a salvar.
La parábola del Buen Pastor es anunciada en
el Templo, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Tampoco entendieron por qué expulsó
a los cambistas y vendedores.
Un día, mientras Jesús estaba predicando, se fijó en la gente que depositaba sus limosnas en el arca del tesoro del
Templo. Y he aquí que se acerca una viuda pobre y deposita unos céntimos. Jesús
se vuelve hacia sus discípulos y les dice: “En verdad, os
lo aseguro, esa viuda pobre ha echado en el arca más que nadie; porque todos
han echado de lo que les sobra, mientras, que ella, en su indigencia, ha
echado todo lo que tenía para vivir”.
En algún momento, San Juan sitúa a Jesús predicando bajo el pórtico de
Salomón, es decir, que este lugar
fue uno de los marcos destacados
de encuentro de Jesús con el pueblo y de desencuentro con la clase religioso-política, sólo que,
influenciados por estos, a la hora de la verdad, el pueblo también le abandonó.
2 Historia
El Rey David, tras conquistar la ciudad de Jerusalén a los jebuseos la fortificó, transformándola en la capital de Israel; además, trajo el Arca de
la Alianza. Este tabernáculo, una tienda que
contenía los Diez Mandamientos, fue colocado en la era de Ornan, sobre el monte
Moriah, en las afueras de la ciudad.
Su sucesor, el rey Salomón, conocido como
el rey sabio, tuvo el honor de erigir una morada para el Señor. Como anécdota,
destaca el envío, por parte del rey
fenicio, de los famosos cedros del Líbano, así como artesanos especializados que construyeron el Templo,
adornado con oro y decorado con enormes
querubines dorados, tal como lo describe el segundo libro de Crónicas.
A todo lo largo del Antiguo Testamento, el Templo fue el símbolo
de la presencia de Dios (sejinah) en medio de su pueblo; pero también la demostración clara de un pueblo que pasó del nomadismo a la sedentarización. El Templo de
Salomón se convirtió en la casa de Yahvé.
El Templo de Salomón, cuya construcción se terminó el 995 a.
C, se conservó intacto durante 400 años, hasta la invasión de los
babilonios que, al mando de Nabucodonosor, exiliaron a los judíos y destruyeron el Templo. Reconstruido cuando los
judíos retornaron al país, el segundo Templo fue sólo una sombra del esplendor
del primero.
Alejandro Magno permitió a los judíos profesar su religión. Años más
tarde, cuando Antioco IV Epifanes
prohibió la práctica del judaísmo e inicio los sacrificios de cerdos en el Templo, se
produjo la rebelión de los Macabeos, que acabó con la expulsión de los griegos de la ciudad, la
purificación del Templo el inicio de la
dinastía Asmonea, que gobernó hasta el 63 a.C. año en que Pompeyo tomó la
ciudad.
En el Nuevo Testamento, la idea de Jesús es que el
Templo es un lugar de oración. También expresó su oposición al formalismo del culto de su tiempo y, como los profetas, predijo la ruina
total del templo herodiano, que tuvo lugar el año 70 d. C, cuando el emperador
Tito arrasó la ciudad.
En el año 132 d.C. los judíos se
sublevaron nuevamente, recuperando el control de Judea y Samaria y durante dos años y medio Jerusalén fue nuevamente su
capital. El Emperador Adriano aplastó la rebelión y, decidido a acabar con toda resistencia, arrasó Jerusalén. Tras esto, lo único que quedó del Templo fue una de las murallas externas que protegían el recinto. Conocida durante generaciones como el Muro de las Lamentaciones, éste se transformó en el lugar de plegaria más sagrado para los
judíos, lo más próximo que podían llegar al sitio del Templo sagrado.
2.1 El primer Templo
Según la Biblia, este templo fue construido por el rey Salomón hijo del rey David alrededor del año 960 a. C. y funcionó como santuario principal de los israelitas, para sustituir el Tabernáculo que, desde el Éxodo, era utilizado como centro de culto al dios Yahweh. El Tabernáculo contenía, según algunas tradiciones, el Arca de la Alianza, la cual fue llevada a Jerusalén por el rey David y depositada bajo una tienda en una explanada cercana al palacio real, conocida como monte Moriá. Esta área era una era, quizás sagrada para los jebuseos, perteneciente a un tal Ornán (o Arauna, según otra transliteración), en el cual algunos investigadores ven al rey jebuseo de Jerusalén.[16] David compró el terreno a Ornán para construir el Templo, pero tal obra fue impedida por el profeta Natán, quien dijo haber recibido una revelación, según la cual sería Salomón, hijo de David, el encargado de tal tarea. El libro de los Reyes y el Libro de las Crónicas coinciden en este punto, pero el segundo resalta que David fue quien concibió en sus menores detalles el Templo y su culto.
2.1.1 Vestigios del primer Templo
Nos tenemos que remontar a la conquista
de Canaán, hacia finales de la Edad de Bronce tardío. En el libro de los Jueces
se nos narra la victoria de Josué sobre treinta y un reyes de Canaán (Jos
13,1). A mediados del S. X a.C. la sociedad seminómada que había habitado en
las ciudades cananeas durante casi una centuria dio paso a una comunidad más
sedentaria. En Tel Dan se ha descubierto una estela con una inscripción donde
se describe la victoria sobre un rey de la casa de David. Los investigadores
concuerdan en aceptar la figura de David como una figura histórica, aunque se
debate la importancia de su reinado. Jerusalén donde vivía y presumiblemente
gobernó, no era más que una fortaleza remota de poca entidad. [13]
Los restos del S. X a.C, presunta época
del reinado de Salomón, nos sugiere que se trataba de una pequeña ciudad
provincial con un ámbito de influencia muy limitado. El propio templo de
Jerusalén, la construcción más emblemática de Salomón no tiene
arqueológicamente fuertes datos, los hallazgos que se han hecho en el
yacimiento conocido como la ciudad de David no resultan del todo concluyentes.[14] Lo que si se puede afirmar que Israel
vivió una época de paz y prosperidad, de la existencia de un reino en
esplendor, en la mítica edad de oro. El nombre de Salomón parece confirmar esa
hipótesis pues procede de la raíz semítica SLM, que significa paz. Salomón
sería un nombre relacionado con la paz y prosperidad de este reinado.
Los investigadores concuerdan que el
reino de Israel en el S. IX a.C. fue el primer y original reino de la cultura
israealita/judaica y que la descripción bíblica de una monarquía unida anterior
no sea tan verosímil y podría provenir de un relato más tardío con una
intencionalidad concreta. De todas formas podemos hablar que durante el S. IX
a.C. la monarquía de Judá pudo estar subordinada al reino de Israel y que sólo
comenzó a tomar importancia a lo largo del S. VIII a. C., principalmente con la
caída de Samaría en manos asirias en el 722 a.C. [15]
No hay duda que se produjeron cambios de gran entidad que habrían de sentar los
cimientos para el desarrollo del judaísmo del segundo templo.
De cualquier forma tenemos que entender
que el relato bíblico tiene fuentes históricas concretas, pero van más allá de
narraciones o relatos históricos. Responden a una lectura de fe del pueble
creyente, donde interpretan los hechos desde una orientación concreta, la fe en
Yahvé y la actuación de Dios con su pueblo. La religión yahvista tiene unos
fundamentos muy diferentes a las mitologías de los pueblos paganos. No se
debería intentar buscar correlacionar los hechos de la historia sagrada del
relato bíblico con los hechos puramente históricos del pasado.
Lo que no podemos negar es la evidencia
de poder hablar de la Ciudad de David que se enclava en Jerusalén y de los
restos arqueológicos que así lo atestiguan. Esta ciudad se levantó sobre los
restos de una antigua ciudad jebusea. En la extensión dicha ciudadela en el monte Sión, el monte Moriah, se levantará el primer Templo de Jerusalén.
Este será destruido en el 722 y vuelto a levantar en tiempos del rey Darío, lo
que denominamos el segundo Templo. Durante el tiempo de Herodes se llevó
a cabo una gran restauración del Templo que coincidiría con la época de Jesús.
A la salida de la visita a la explanada
del Templo esta el Davidson Center, yacimiento arqueológico muy cercano al muro
de las lamentaciones. Alberga los restos de la Jerusalén romana, bizantina y
musulmana. Se pueden ver los restos de la pared de contención del promontorio
del templo construido por Herodes el Grande y los túneles subterráneos del
templo y de la ciudad vieja.
Los datos de que se disponen sobre el
llamado Primer Templo derivan de la Biblia y fueron puestos por escrito
entre los siglos VIII a.C. y IV a.C. Al no haber restos arqueológicos, en
parte por la presencia de edificios religiosos musulmanes en la zona, es muy
poco lo que puede comprobarse acerca de su historia. Los arqueólogos e
historiadores consideran que gran parte de los relatos referidos al Templo,
proyectan al pasado las características del tiempo del autor, lo cual es
evidente en su descripción que sigue modelos posteriores al tiempo de Salomón.
Por otra parte, hay un consenso acerca del pequeño tamaño de Jerusalén entre
los siglos X y VIII a.C., ya que su crecimiento, y el del reino de Judá, datan
de los reinados de Ajaz y Ezequías, cuando refugiados del destruido Reino de
Israel se asentaron en el reino de sur.
2. 1.2 Construcción del Primer templo
La Biblia relata la
construcción del Templo en el Primer Libro de los Reyes, capítulo 6 y en forma
paralela, con algunas variantes, en el Segundo Libro de las Crónicas, capítulos
3 y 4.[17] Según la narración, David reinó sobre
los reinos hebreos de Israel y Judá, desde la ciudad de Jerusalén, su sucesor,
Salomón fue un monarca pacífico (que es lo que significa su nombre) y próspero,
quien utilizó sus enormes riquezas para erigir numerosas edificaciones en todo
el reino. En el marco de la construcción de su palacio, en una gran explanada
al norte de su capital, decidió (siguiendo el mandato de su padre) edificar un
templo en honor a Yahweh, el dios nacional. El mismo estaba anexado a la residencia real
por lo cual actualmente se lo considera una especie de capilla privada de
soberano, pero, dado que la teología posterior introdujo la idea de un
santuario único, la Biblia lo presenta como el único templo legítimo del reino.
El Templo fue edificado en el estilo de
los santuarios cananeos, la descripción corresponde a las formas del siglo VIII
a. C., mientras que Salomón habría reinado en el sigo X a.C,, y fue levantado por medio de levas bajo la dirección de un tal Hiram, hijo de una
israelita de la tribu de Neftalí y
de un broncista fenicio, y con el
apoyo del rey Hiram de Tiro (no confundir ambos), quien proveyó
arquitectos, trabajadores especializados y madera de cedro para la
obra.
En el Primer Libro de los Reyes se indica
que la construcción comenzó durante el año cuarto de Salomón, en el mes
de Ziv, segundo del año
religioso. Esto equivale, si se acepta la cronología convencional, al año 966
a. C. El Templo en sí mismo se completó en siete años, pero la obra completa
del palacio llevó, veinte.[18] En el mes séptimo, durante la fiesta
de Succot (fiesta de
los tabernáculos), el Arca de la Alianza fue llevada por los levitas desde su
tienda en la Ciudad de David al Santo de los Santos en el Templo.[19]
2. 1.3 Dedicación
del primer Templo
Los capítulos 8 de I Reyes y 6 de 2
Crónicas relatan los eventos de la consagración del Templo. Cuando los
sacerdotes emergieron del Santísimo después de colocar el Arca, el Templo se
llenó con una nube luminosa que era la expresión de la Gloria de Yahweh, lo cual
fue interpretado por Salomón como una muestra del beneplácito divino.[20] Luego, Salomón en nombre del pueblo de
Israel pronunció una oración, en la cual señalaba que la construcción del
templo representaba el cumplimiento de la promesa de Dios a David, dedicaba el
mismo como un lugar de oración y reconciliación para el pueblo de Israel y para
los extranjeros residentes y destacaba que Dios quien vive en los Cielos no
puede estar contenido dentro de un solo edificio. La dedicación concluyó con
música, cantos y sacrificios tan grandes que debieron ser ofrecidos fuera del
recinto del templo, porque el altar dentro del templo no era lo suficientemente
grande. Toda la festividad duró ocho días y contó con la presencia de
israelitas venidos desde todo el reino, descripto como desde "la entrada
de Hamat hasta el arroyo de Egipto". La fiesta posterior de los
Tabernáculos extendió toda la celebración a dos semanas.
Después de la dedicación, la divinidad le
reveló a Salomón, en un sueño que Dios escucharía a su pueblo mientras este
cumpliera el pacto de no adorar otros dioses y respetar la Toráh. De lo
contrario, Dios abandonaría el Templo.
2.1.4 Descripción
del primer Templo
La
construcción del primer Templo data entre el año 969 y el 962 a.C. Para poder
saber cómo la imagen de este primer templo puede ayudarnos los capítulos 3 y
cuatro del libro segundo de las crónicas. Allí se menciona su estructura. Los
sacerdotes levitas y el rey podían entrar al templo a través de una gran puerta
de más de 10 m de altura y tenía más o menos 4 metros de ancho chapada en oro.
Tras esta puerta se encontraba el vestíbulo de entrada y después la estancia
principal. La tercera Cámara, la que estaba al fondo, se llamaba el sancta
sanctorum o el Santo de los Santos se encontraba en la parte trasera. En un
nivel más alto había que subir algunas escaleras y solo se podía acceder a ella
precisamente a través de esa escalera que estará siempre muy custodiada. En la
parte más importante se encontraba el Arca de la Alianza y a este lugar entraba
solamente el Sumo Sacerdote.
El Templo propiamente dicho, según la
descripción de la Biblia, era un
edificio orientado sobre un eje longitudinal en dirección este-oeste. El
edificio debió tener una longitud interior de aproximadamente 27 metros, 9
metros de ancho y una altura de también 13,5 metros (60×20×30 codos). Sus
dimensiones, por tanto, eran comparables a las de un santuario, mas el culto por
lo general se llevaba a cabo desde su exterior. A ambos lados de la entrada del
templo fueron erigidas dos columnas, llamadas Joaquín y Boaz. Los sacerdotes y el rey
entraban en el Templo a través de una gran puerta enchapada en oro, de
aproximadamente 10 metros de alto y 4 de ancho. Tras esa puerta se encontraban
tres recintos.
Un vestíbulo era seguido por otros dos
recintos. El primero de esos recintos era denominado Hejal o Santo (es decir, Lugar Santo o
Santuario), que era iluminado a través de ventanas altas. La anchura y longitud
de esta estancia guardaba una proporción de 1:2, lo que significa que la planta
del Hejal estaba
compuesta por un doble cuadrado. El forjado de piedra se encontraba cubierto
por un solado de madera de cedro. Las paredes y vigas del forjado del Hejal estaban recubiertas por láminas de cedro
libanés.
La tercera cámara, denominada Dvir o Kodesh Ha-Kodashím era
el lugar más sagrado del Templo de Salomón. En latín se la conoce como Sancta sanctórum y en castellano como
"Santo de los Santos". Este último recinto se encontraba a un nivel
más alto que el Hejal y solo podía
accederse a él subiendo una escalera. El Dvir tenía la forma
de un cubo de aproximadamente 10×10×10 metros (20×20×20 codos). En su centro se
encontraba el Arca de la Alianza (gran arcón hecho de madera
de acacia, cubierta con planchas de oro y con cuatro anillas a las esquinas en
las que eventualmente se ponían varas para transportarla; dentro del Arca se
preservaban las Tablas de la Ley, entregadas por Dios a Moisés, y las Tablas a
su vez llevaban grabados los Diez Mandamientos,
sirviendo de conexión entre Dios e Israel).[21]
El patio interior del Templo era rodeado
por un muro formado por tres capas de bloques de piedra cubiertas por vigas de
madera de cedro. En este patio interior podían entrar los peregrinos y las
masas de fieles, pero el Santuario del Templo solo era accesible a los
sacerdotes y el monarca de turno.
La construcción del Templo de Jerusalén
fue el evento más importante del reinado de Salomón, gracias al
cual su nombre se ha recordado hasta 30 siglos después de su muerte. Ya en la
Biblia el Templo acapara la mayoría de los escritos donde aparece el rey Salomón. Su fama ha trascendido
los tiempos y, como edificio ideal concebido por Dios, constituye hasta hoy un
importante referente y fuente de inspiración en materia proyectual y
arquitectónica.[22]
Tras la muerte de Salomón, el templo
sufrió profanaciones debido a invasiones extranjeras y también a la
introducción de deidades sirio-fenicias. Con todo, fue rededicado bajo sus
condiciones originales durante los reinados de Ezequías y Josías.
2.1.5 Destrucción del Primer Templo
Después
de Salomón el templo sufrió profanaciones por las invasiones y la introducción
de deidades sirio fenicias. Se restauró durante los reinados de Ezequías y
Josías. El primer templo fue destruido en el año 587 por Nabucodonosor, segundo
rey de Babilonia, que llevó como cautivos a gran parte de los habitantes del
reino de Judá. Es lo que llamamos el
período del exilio.
Las tropas del rey babilónico Nabucodonosor II lo destruyeron en 586 a. C., llevando además cautiva a una gran
parte de los habitantes del Reino de Judá a Mesopotamia, cosa que dio lugar al exilio y cautiverio de los hebreos en Babilonia.[23]
Del Templo de Salomón no se conserva
ningún vestigio. Hasta 2011 se creía que una granada de marfil, muy pequeña y
con una inscripción en caracteres paleohebreos donde se lee: "Perteneciente al Templo de Yahweh,
consagrado a los sacerdotes", era un resto de los utensilios del Templo,
pero hoy se sabe que si bien la granada es
un objeto antiguo, la inscripción es una falsificación reciente. La misma era
exhibida en el Museo de Israel, el cual la retiró en 2011.[24]
2.2
El segundo Templo
Después
del cautiverio en el año 517 los persas autorizaron a los judíos a reconstruir
lo que sería el segundo templo gracias a Ciro el grande que
conquista esta área de Babilonia. Ciro permite que los judíos regresen a
Jerusalén y les da incluso ayuda para que puedan reconstruirlo (con las
influencias helenísticas posteriores que corresponden a Alejandro Magno). Una
vez que regresaron del exilio se restaura el templo con Antíoco IV.
En el Segundo Templo no estaban el Arca de la Alianza, ni su contenido que comprendía las Tablas de la Ley y la medida
de maná, los Urim y el Thumim, la serpiente de bronce (destruida por Ezequías ya en el Primer Templo) y la vara de Aarón. Estos objetos sagrados desaparecieron después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor.
Al igual que en el Tabernáculo, el Kodesh Hakodashim (Santo de los Santos) estaba separado por cortinas, había una
sola Menorá en el Hejal (Santo), además de una mesa para los panes de la proposición y un
altar de los inciensos; se conservaban también vasijas de oro que pertenecieron
al Templo de Salomón y, aunque habían sido llevada a Babilonia, fueron luego devueltas
al Templo de Jerusalén por Ciro.
Antioco Epífanes
conquistó Jerusalén y colocó en su templo la estatua del Dios griego Zeus. Esto
evidentemente va a causar malestar a los judíos y va a comenzar una revuelta
que es conocida en la Biblia como la rebelión de los macabeos
Esto
conlleva a volver a restaurar el templo a mediados del año 150 antes de Cristo.
Con la ascensión de los asmoneos y la llegada de los romanos el templo estuvo
nuevamente amenazado de profanación hasta que en el año 20 antes de Cristo 20
a.C.
2.2.1 Reconstrucción de Zorobabel
Luego del retorno del cautiverio y con el
liderazgo de Zorobabel se hicieron los arreglos necesarios para reorganizar el
desolado Reino de Judá y reconstruir su Templo, desaparecido para ese entonces hacía ya
siete décadas. El grupo recién llegado constaba de 42.360 personas judías,
incluyendo niños, junto a sus 7.337 sirvientes y 200 músicos (Esdras 2:65). Había completado el largo y lúgubre retorno a casa desde
las riberas del Éufrates hasta Jerusalén. Dicha gente estaba animada por un fuerte impulso religioso y una de
sus primeras preocupaciones fue restaurar su antigua casa de adoración,
reconstruyendo el Templo y
restituyendo sus rituales.
Junto con la invitación de Zorobabel, el gobernador mostró un noble gesto al contribuir con 1000 dáricos de oro y otros tantos regalos. La gente aportó además su parte al
tesoro sagrado y lo hizo con gran entusiasmo (Esd 2). Primero se levantó y dedicó el altar de Dios en el punto exacto
donde se encontraba su predecesor. Luego se limpiaron los escombros carbonizados que se hallaban en lo que había sido el
sitio de Primer Templo. Finalmente, en el segundo mes del segundo año (535 a. C.), y ante la emoción y
el júbilo del público allí congregado (Sal 116-118), se pusieron los cimientos del Segundo Templo. Este acto
tuvo importancia para el pueblo hebreo, dando además lugar a no pocos recuerdos
(Zac 4,10).
2.2.2 De la oferta
samaritana a la culminación de los trabajos
Los samaritanos hicieron una propuesta de colaboración en los trabajos. Mas
Zorobabel junto con el consejo de ancianos declinaron a la oferta ya que entendían que Judea debía construir el Templo sin ayuda externa. Como consecuencia de
ello, informes malintencionados fueron difundidos acerca de los judíos; de
acuerdo con Esdras 4:5, los samaritanos
buscaban frustrar el propósito de construir el Templo y enviaron mensajeros
a Ecbatana y Susa, lo que ocasionó que los trabajos de reconstrucción fueran retardados
y eventualmente suspendidos.
Siete años después de este
episodio, Ciro el Grande, quien había permitido y
ordenado la reconstrucción del Templo, murió y fue sucedido por su hijo Cambises. Luego Esmerdis ocupó el trono
por cerca de siete u ocho meses. Por último ascendió Darío I (521 a.C.) y, en el segundo año de su reinado, se retomaron los trabajos de reconstrucción del Templo y hasta su
finalización. Ello se desarrolló a partir del estímulo, los consejos y las
premoniciones de los profetas Hageo y Zacarías. En la primavera de 516 a.C., veinte años después del retorno desde el cautiverio en Mesopotamia, el Templo estaba listo para su
consagración. Según el Libro de Esdras (Esd 6:15), el Templo fue terminado por completo el tercer día del mes de Adar, en el sexto año del reinado de Darío I.
2.3 Renovación de Herodes
El
rey Herodes el grande decidió ampliarlo y restaurarlo. Respetando la planta física del
edificio mandó que se ampliarán todos los patios y añadió unos muros
exteriores. Esta reconstrucción es la que ve precisamente nuestro Señor
Jesucristo porque Herodes el grande ya era mayor cuando nace Cristo. La
superficie de este templo que mando restaurar la aumentó hasta
aproximadamente 500 m de largo por 300 m de ancho. El patio
interior del templo está formado por un muro con tres capas de bloques de
piedra cubiertas por vigas de madera de cedro. Posteriormente se añadió en el
lado norte una edificación romana, la famosa Torre Antonia donde Poncio Pilato
condenó a Cristo. Tenemos que decir que al patio interior podrían entrar los
peregrinos y las masas de los fieles pero el santuario estaba reservada
solamente al rey y a los sacerdotes.
Alrededor del 19 a. C., el rey Herodes el Grande comenzó una masiva renovación y expansión del Templo. Este fue prácticamente demolido y
se construyó uno nuevo en su lugar. La nueva estructura es referida algunas
veces como el Templo de Herodes, pero generalmente se lo siguió llamando
Segundo Templo. Los rituales de sacrificios fueron retomados en él. La superficie ocupada por el nuevo
edificio ocupaba una explanada de 500 metros de largo por 300 metros de ancho.
El 25 de septiembre de 2007, el arqueólogo Yuval Baruch, junto con la Autoridad de Antigüedades de Israel, anunciaron el descubrimiento de una de las canteras que proporcionaron a Herodes las piedras para el Templo. En dicha cantera fueron encontradas
monedas, piezas de alfarería y postes de hierro, los que son datados
hacia 19 a.C.. Otro arqueólogo, Ehud Nesher, confirmó que los contornos largos de
las rocas evidencian que se trató de un proyecto público masivo en el que probablemente trabajaron cientos de esclavos.
2.3.4 Características
del Templo de Herodes
El Templo de Herodes se diferenciaba de
su predecesor porque presentaba un patio mucho más grande y poseía además un
área reservada para los gentiles.
Este segundo templo llamado Beit Hamikdash medía 161 m de largo por 67 m y medio de ancho el templo en sí está
compuesto por 3 partes: el patio de las mujeres, el Shaar Nicanor, patio de los hombres y sacerdotes y
el Ulam donde estaba el Kodesh solo entraba el Sumo sacerdote.
El patio de las mujeres que medía 67 m y medio por 67 m y medio, allí en sus vértices tenía
cuatro grandes recintos. Cada 1 de ellos de 20 m por 20 m. También había un balcón superior que estaba
destinado a las mujeres.
Pasamos a describir a continuación los
cuatro recintos que se encontraban en el patio de las mujeres. El recinto que
está en el vértice sur este era la Cámara de los aceites. Era el depósito de los
aceites y los vinos que se utilizaban durante las ceremonias. En el vértice sur
oeste encontramos la Cámara de los leprosos, el recinto donde los leprosos luego de curarse esperaban para traer
su ofrenda en el altar y así purificarse totalmente. El recinto que se encontraba en el noreste se
llamada Cámara de la leña, el depósito de los leños para encender sobre el altar. Aquí jóvenes
levitas revisaban que estos no tengan gusanos o bichos. Por último en el
noreste tenemos la Cámara de los nazir, nazarenos. Aquí se cortaban el pelo
aquellas personas que habían prometido ser un nazir o nazareno. Al finalizar el
período de la promesa traían una prenda y cortaban su pelo en este lugar. En el
patio de las mujeres también se encontraba la Cámara del Sanedrin, el pequeño tribunal que estaba
compuesto por 23 jueces. Como ya dijimos en todo el perímetro había un balcón
que estaba destinado para las mujeres durante la festividad
Desde el patio de las mujeres se accedía
por 15 escalones al Shaar Nicanor donde donde los
levitas se paraban para tocar sus instrumentos durante las fiestas. A ambos
costados de esta escalinata hay dos pequeñas habitaciones donde justamente los
levitas guardaban sus instrumentos musicales. Pasando el portón del Shaar
Nicanor nos encontramos con el patio de las ofrendas, también llamado patio del azufre. Este patio estaba dividido por dos
niveles. El primer nivel de unos 6 m más o menos de ancho que se llamaba el patio de Israel o de los hombres. A partir de ahí había unos cuatro escalones que daban al patio de los sacerdotes. En este patio, en el centro se encontraba el gran altar. Este altar
era muy grande medía 16 m de ancho por 16 m de largo y 5 m de alto. Se accedía
al altar a través de 3 rampas, la mayor media 16 m de largo y era la que llevaba directamente al centro del altar. Sobre el
altar había 3 fogatas. En el patio de los sacerdotes a los costados había
pequeños recintos y cada uno tenía una función específica. Podemos encontrar la Cámara del lavado, donde se lavaban los
intestinos de los animales. La Cámara de los cueros donde se curtían los cueros de
los animales. El depósito de sal y del otro lado vemos el lugar de faenamiento de los animales donde había ganchos mesas y columnas donde se faenaban y se
despellejaban los animales que se iban a
acercar al altar. Detrás del portón de Nicanor había dos recintos más. A la
derecha la Cámara de los tejedores, donde se tejían y confeccionaban las ropas de los sacerdotes y a la
izquierda la Cámara de las tortas, el recinto donde
horneaban las tortas o especies de masuod que acompañaban a ciertas ofrendas de cereales. Entre el altar y el
portón principal del gran edificio del Ulam estaba una especie de fuente de cobre donde los
sacerdotes lavaban sus manos y pies ritualmente antes de comenzar el servicio. En la parte sur había tres portones. El
primero se llama el portón de la chispa o del combustible. En el del medio el portón de las ofrendas o sacrificios de los primogénitos y finalmente el portón del agua ya que sobre él había
una bañera que servía de baño ritual. Por el lado norte hay también tres
portones. El primero se llama portón de las ofrendas o animales, por el cual entraban los animales que se ofrecían sobre el altar. El
tercero portón del hogar. Se completaban así los
siete portones que tenía el mencionado Shaar Nicanor que como dijimos antes dividía el patio de mujeres del patio de los
sacerdotes.
En la parte norte hay dos construcciones
importantes. Una de ellas la más cercana al centro es el recinto donde estaba el Supremo tribunal compuesto por 71 ancianos. La otra construcción que podemos ver con
una cúpula en su interior había cuatro habitaciones. Una era la Cámara del horneado, donde se amasaban y horneaban los panes sagrados que iban sobre la
mesa de oro. La otra Cámara de los corderos, en ella se revisaban que los corderitos que se iban a ofender tengan
ningún defecto que los convierta en no aptos. La otra sala era la llamada Cámara de las piedras donde los macabeos guardaron las piedras del altar profanado en su momento por los griegos y por
último nos encontramos la Cámara de la hoguera que era una habitación desde donde se bajaba a un recinto donde estaba
el baño ritual en el cual los sacerdotes se purificaban antes del servicio.
El espacio más central y sagrado del Templo se llamaba el Ulam.
Sus medidas eran de 50 m de ancho por 50 m de largo por 50 m de altura.
(prácticamente como un edificio actual de 17 pisos). Delante de su portón de 10
m de ancho por 20 de alto había 12 escalones en su interior. El edificio estaba recubierto de oro que
abarcaba el Santuario (Hejal, Sanctum) y el Santo Santuario (Kodesh Hakodashimsanto, Sancta santorum o el Kodesh). Sobre el portón del Ulam había 5 vigas de madera trabajadas de las que colgaba una araña de oro
donada por la reina Elena a los costados de este portón había dos gigantescas
columnas llamadas una Joaquín y Boaz dentro del Ulam. Estaba orientada al mediodía y medía en su interior 10 m de ancho por 30 m de largo. Las
paredes tenían un grosor de 3 metros y estaban íntegramente revestidas con una
capa de oro puro de aproximadamente 1 mm y medio de espesor. El Ulam estaba
dividido por una hermosa cortina formando dos recintos separados. El recinto exterior de 10 m por 20 m
era el Kodesh o santuario y en él estaba la menorá de oro, la mesa de los 12 panes y el pequeño altar de oro para el Kodesh.
Allí solo entraba el Sumo sacerdote una sola vez al año en Yom Kipur. Allí estaba el arca
sagrada que contenía las tablas de la ley entregadas por Dios a Moisés.
2.3.5 Destrucción del Segundo Templo de Herodes
Sabemos
más adelante que los judíos se van a levantar contra los romanos. Empiezan una
rebelión conocida como la rebelión de los zelotes que les llevó a la
guerra contra el imperio romano. Los romanos van a llegar con sus legiones al
mando del emperador Tito y van a destruir totalmente el templo van y la ciudad
(según lo que Jesucristo había predicho que de aquella de aquella gran
construcción no quedaría piedra sobre piedra).
En el 66 d.C., la población judía se rebeló en contra del Imperio romano. Cuatro años después, el 70, las legiones romanas bajo las órdenes de Tito reconquistaron y luego destruyeron la mayor parte de Jerusalén y el Segundo Templo. El arco de Tito, levantado en Roma para conmemorar la victoria de Tito en Judea representa los soldados romanos llevándose la Menorah del Templo. Jerusalén fue arrasada por el Emperador Adriano nuevamente.
3. Localización
El templo se localiza en la explanada del monte Moriáh, en la ciudad de Jerusalén. Allí en la explanada se encuentran
el Templo de la Roca (precisamente en la roca donde Abraham quiso
sacrificar a Isaac) y la Mezquita de Al-Aqsa.
Así el templo de Jerusalén fue construido sobre la
roca donde Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac, cuando a este monte se le
conocía como monte Moriah. Lamentablemente solo se conserva una parte del muro
occidental porque como lo predijo Cristo Jerusalén y el templo original fue
destruida por los romanos en el año 70.
Actualmente el área que ocupaba el templo, la llamada explanada
del templo, se ve así porque en el año 638 los musulmanes vencieron a los
bizantinos y se adueñaron del espacio construyendo varios templos llamados
mezquitas. Aunque tiempo después los judíos pudieron regresar a Jerusalén no
pueden reconstruir el templo porque el lugar sigue en posesión de los
musulmanes. Los judíos se conforman con acudir al muro sobreviviente que se
encuentra detrás de estas edificaciones al que llaman (Jacob en Java) en
árabe, en castellano el muro de los lamentos. Los cristianos se
conforman con visitarlo. Los musulmanes lo conservan como lugar de oración con
sus mezquitas y lugar de formación porque tienen dentro una escuela islámica.
En la explanada de lo que
era el templo de Jerusalén lo primero que podemos ver subiendo es la mezquita
de Al Aqsa finalizada en el año 710. Tiene un pórtico con elementos del tipo
arcos. También en esta parte podemos ver cómo algunas personas a la entrada en
unos pequeños muebles de madera guardan los zapatos para poder ingresar (ya que
como sabemos a las mezquitas no puede entrar ninguna persona calzada). Esto
recuerda lo que Dios le dijo a Moisés en el monte Sinaí: “quítate las sandalias
porque este lugar que estás visitando es santo” (cf. Ex 3)
En toda mezquita es importante la purificación por
lo que delante de esta mezquita de Omar podemos encontrar este elemento que
sirve para las purificaciones. Ese trata de una fuente con distintas llaves con
agua para que la gente se pueda purificar no solamente las manos sino también
los pies.
Frente la última vista de la mezquita de Al Aqsa ascendemos a dónde se encuentra la Cúpula de la Roca. El llamado Templo de la Roca, llamado así porque en este lugar Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac, actualmente se encuentra todavía la roca donde sucedió este evento. Los azulejos que recubren sus fachadas son magníficos. Solamente pueden entrar las personas musulmanas. Hay otra parte con vista hacia el huerto de los olivos donde los musulmanes realizan diversas actividades ya que en la explanada hay también escuela por lo que se puede reunir con la familia para convivir o también para hacer oración. El área grande de la explanada limita con las murallas y con árboles y jardines anexos.
4 Vistas del Templo
El
Templo estaba situado en lugar nombrado en árabe como monte de Haram ash-Sharif y en hebreo de Har ha Morija, correspondiente al monte
Moriah, lugar del sacrificio de Abraham. Es el lugar sagrado donde los judíos
construyeron el Templo de Salomón y donde los musulmanes, después de la
destrucción del templo, levantan el santuario de la Cúpula de la Roca, guardando
la roca donde creen esta la huella del pie de Mahoma antes de ascender al
cielo.
Desde
el monte de los olivos se ve una vista majestuosa de Templo. Los peregrinos que
se acercaban por el este a través de
Betania o los que venían de Galilea cruzando Jericó acudían al templo bordeando
el monte de los olivos y entrando por la puerta Dorada Sha´ar Hakahamin.
Desde
ambos lugares la vista del Templo era majestuosa. La parte central, el
Santuario o Santo de los Santos estaba enclavado en el lugar de la Roca de la
profesión de fe Abrahám, en el antiguo monte Moriah. En torno al
santuario en el que únicamente los sacerdotes podían entrar para quemar los
inciensos, había diferentes patios separados unos de otros por muros. Para ir
desde el Santuario a la muralla exterior se pasaba masivamente por el patio de
los sacerdotes donde se levantaba el altar de los sacrificios, luego por el
patio de los hombres, el patio de las mujeres y finalmente por el atrio de los
gentiles.
Cuando se ve a Jesús enseñando en el Templo aparece en este atrio bajo las columnatas que lo flanqueaban. Jesús aparece bajo el pórtico de Salomón, en el atrio de los gentiles (Jn 10, 23). El atrio de los gentiles estaba adornado en su parte sur por cuatro hileras de columnas corintias que constituían el pórtico real. En los otros tres lados se encontraba rodeado también por una hilera doble de columnas. El pórtico oriental se denominaba el pórtico de Salomón. Según el mismo Jesús había predicho, el templo fue incendiado y destruido completamente en la conquista de Jerusalén por Tito en el año 70.
Para imaginarse mejor la Jerusalén del tiempo de Jesús es muy interesante visitar la gigantesca maqueta del Museo de la Ciudadela que se ha realizado a escala 1:50 y que mide 1000 metros cuadrados[25]. Aparece Jerusalén con todas sus murallas. Destacan en la ciudad el segundo templo engrandecido de Herodes el Grande, el Palacio de Herodes con sus tres grandes torres: Fasael, Hípicus y Mariamne y la Fortaleza Antonia, al noroeste del Templo, residencia del procurador romano durante la pascua.
También para hacerse idea de la evolución de Jerusalén
después de su destrucción en el año 70 con la nueva remodelación que impulsa
Constantino construyendo las nuevas siete basílicas es muy interesante la
maqueta en la época bizantina[26].
Allí se pueden descubrir en torno al gran cardo central las basílicas de Santa
María de la Probática, la Anastasis en el Santo Sepulcro, la de San Juan
Bautista, La Nueva María Madre de Dios, Santa Sión, Siloam y San Petro en
Gallicanto.
5. Nuestra jornada en el Templo
El pueblo judío una vez al año, en tiempo de Pascua, peregrinaba a Jerusalén para la celebración de la Pascua, Pesaj. La celebración de la Pascua, Pesaj, solía durar dos semanas. En el centro el 14 de Nisán se celebraba la cena Pascual en la víspera del Sabath. El 11 de Nisán como los días previos al Sabath el pueblo judío se agolpaba por subir por la gran escalinata al grandioso templo que Herodes el grande se había encargado de mejorar y embellecer con el máximo esplendor.
Nosotros
tratamos de revivir los pasos de Jesús. Jesús los días anteriores a la Perásceve muy probablemente los vive por
la noche en oración en el huerto de Getsemaní y por las mañanas yendo al atrio
del Templo, patio de los gentiles donde concurría una gran multitud. Así lo
describe el evangelista Lucas refiriéndose a los últimos días de Jesús en
Jerusalén: Durante el día Jesús enseñaba
en el Templo y por la noche se retiraba al monte llamado de los Olivos. Y todo
el pueblo madrugaba para ir al Templo para escucharlo. (Lc 221, 37)
El Templo el recinto más santo que guardaba en su
interior el Santo de los Santos. De lugar tan santo quedaban excluidos los que
no lo eran los publicanos y pecadores. Era toda una secuencia de espacios o
espacios restringidos de mayor a menor santidad. El Santo de los santos
reservado al Sumo sacerdote, debar, el
patio de los sacerdotes, hejal, el
patio de los judíos, Israel, el patio
de las mujeres y los niños, Ulam. Por
último el gran patio de los gentiles, herom,
estos se conformaban en quedarse en la gran explanada de afuera rodeada de una
enorme galería y un grandioso pórtico.
La disposición del templo reflejan como radiografía
la estructura socio-política-religiosa del mundo judío según la concepción
concéntrica de élites y círculos de santidad. Dios es el santo, el puro, el
sagrado, el perfecto y el mundo es profano, impuro, vulgar, imperfecto. Por
contacto cada uno es capaz de comunicar una parte de lo que es. Dios comunica
su santidad a todo el que se acerca una santidad que según uno se aleja es cada
vez más tenue, difusa y débil.
Los círculos de santidad del templo se extendían a
toda una cosmovisión más amplia. El Santo de los santos en el corazón del
templo, el templo como el lugar más santo, en Jerusalén la ciudad santa, en
Israel, la nación santa y desde ahí al resto del mundo.
Según su estado puro o impuro, el hombre puede ir
avanzando en grados de santidad mientras permanezca dentro de los límites que
se le asignan. Si los traspasa su impureza lo profana y se rompe el equilibrio
querido por Dios.
Jesús parece interesado en invertir todos esos
círculos dando especial predilección a los pecadores a las mujeres y los niños
tratando de romper con las exclusiones y de incluir a todos. El Viernes Santo
en el momento en que se inmolaba el Cordero pascual en el templo moría Jesús
fuera del Templo y se rasgaba el velo del Templo como para dar acceso a los que
no lo tenían y de expulsar del mismo a los que se habían adueñado creyéndose
sus propietarios.
Los israelitas eran convocados a peregrinar a
Jerusalén y allí acceder al templo. Para entrar necesitaba un sacrificio de
expiación o purificación. Empezaba comprando un animal a la entrada del templo,
en el patio de los gentiles. Luego entraba en el segundo recinto y pasaba al
patio de Israel. Se presentaba a un sacerdote. Este le llevaba a través del
patio de los sacerdotes hasta el pie del altar.
Después de haber entrado en Jerusalén, Jesús entrará
en el templo en el recinto más sagrado. Arrogándose una soberanía inédita hasta
entonces se pone a expulsar a los vendedores diciendo. Habéis convertido mi
casa en cueva de ladrones (Lc 19, 43). Irrumpe en el templo echando a los
mercaderes que se agolpaban en el patio de los gentiles y cruzando por el patio
de los judíos llega hasta las clases más altas de los sacerdotes a increparles
su falsedad y su impureza de corazón.
Jesús va a romper con todas estas barreras y
estipulaciones formales de una santidad puramente legalista y exterior con el
reclamo y la pretensión de ir a lo profundo del interior, la pureza del
corazón. Jesús terminará desenmascarando a los que se creían los garantes del
pueblo. Duros van a ser los siete discursos contra los maestros escribas y
fariseos que en tono de desventuras opuesto a las bienaventuranzas. Jesús
dirige a las clases dirigentes para derribarlas de sus tronos y que van a
ocasionar la mayor discordia y oposición contra Jesús (Cf. Mt 23).
Con
gran expectación también nosotros nos disponíamos en esta jornada a adentrarnos
en sus recintos. Antes de partir subiendo a la terraza de la casa de acogida en
Gallicanto era impresionante la vista divisando el Templo, la
cornisa del pináculo. En el centro de la
explanada del Templo la Cúpula de la Roca guarda con veneración el lugar
del sacrificio. En el monte santo Moriah, Moriyya, la Roca donde Abraham
levanta el altar del sacrificio, donde Yahveh
provee. Los Santos Padres han visto en el sacrificio de Isaac la figura de la
Pasión de Jesús. Después de la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70
d.C., la explanada del Templo quedó abandonada por los primeros cristianos que
la consideraban como un lugar de maldición. Se convirtió en un lugar de
escombros y basuras. Después con Constantino los cristianos levantaron la
Iglesia de la Purificación en la época bizantina En el S. VI los musulmanes la
vuelven a venerar como lugar sagrado, la recuperan y la hizo limpiar. El califa
Omar levanta en la explanada una mezquita de madera. Después el califa
Abd-el-Malik edifica la grandiosa Mezquita
de la Roca. A finales del S. VII el califa Abd-el-Walid edifica la otra
mezquita de El Aksa, la lejana, así
llamada por referencia a Medina y a la Meca.
Los cruzados lo recuperaron en 1099 y los templarios
en 1128 se trasladan a residir y custodiar el templo de Jerusalén. Se pierde su
custodia en 11877 y finalmente cae en manos de los turcos y recuperado
nuevamente por los musulmanes. La explanada será para los musulmanes, el Haram es Shaif, el noble recinto
sagrado, para los judíos Haram es Bayit,
el monte del Templo, para los cristianos, la explanada del Templo al que acudió
Jesús, en definitiva el lugar sagrado para las tres grandes religiones
monoteístas.
Toda la explanada es una gran terraza levantada en
la ladera sur del monte Moriah donde el rey Salomón construye el primer Templo
y luego es renovado y ampliado el Segundo Templo con el rey Herodes el Grande.
La explanada, cerrada por enormes murallas de muros ciclópeos, ocupa una vasta
extensión de 15 Ha y tiene forma rectangular de casi 5000 m. de norte a sur y
de 330 m. de ancho al norte y 290 al sur.
El primer Templo de Salomón se levantó en el 975
a.C. como un majestuoso santuario que dominaba la antigua ciudadela de David
que queda en la parte baja de las murallas. Fue destruido por los babilónicos
en el 598 a.C. sería reconstruido en el 535 a.C. con el apoyo de Ciro y
ampliado y embellecido por Herodes el Grande en el 37 a.C. llevando a cabo el
más sublime de los edificios de la época. Más tarde sería destruido por Tito en
el 70 d.C. Sobre su explanada en la época bizantina se levantó la Iglesia de la
Purificación y cuando los árabes la conquistaron levantaron sobre la Iglesia
ortodoxa la mezquita del El-Adqsa y
la Cúpula de la Roca convirtiéndola en la tercera ciudad santa del Islam.
Como se puede observar desde que Abraham fuera
llevado a aquel monte Moriah para el sacrificio y levantó allí un altar este
lugar sería el centro de culto para todo el pueblo judío y para todos los
pueblos en una sucesión ininterrumpida de ocupaciones destrucciones y
reconstrucciones tratando de mantener vivo el espíritu de tan santo lugar. El
Templo de Jerusalén, el lugar más sagrado para las tres religiones monoteístas,
judíos, musulmanes y cristianos nos remite a los orígenes de nuestra fe. En el
Templo los judíos a partir de la reforma el Rey Josías con una perspectiva
mesiánica y universalista llevan a cabo la unificación del culto en el templo
de Jerusalén. Jerusalén quedaba constituido como el centro espiritual de todas
las naciones y los antiguos santuarios israelitas fueron considerados
ilegítimos.
Junto
a las murallas en la puerta de Sión una de las puertas de entrada hacia el
Templo. Tanto de la puerta de Sión como la de Jafa entran los peregrinos.
Nosotros como los antiguos peregrinos nos disponíamos a visitarlo (quisimos seguir las huellas descritas por la peregrina Egeria en su Itinerarium). Según íbamos a entrar por la puerta de Sión
dimos con todo un grupo de judíos que con su talit accedían al Templo en peregrinación con danzas y cantos.
Avanzamos
después por la calle de David, por el antiguo decumanus para desembocar en la Ha-Bad,
antiguo cardo de la Aelia Capitolina y llegamos a Bab-es-Silisihak, la puerta de la Cadena, al oeste del Templo. Pero
antes de entrar a visitar la explanada interior del Templo quisimos detenernos
a visitar la explanada exterior junto a los muros del Templo.
Si
bien durante el día, salvo el sábado, no se oyen los sonidos de los cuernos de
los judíos shofar que llaman a la
oración, sí durante la noche y el día se escucha la llamada a la oración que
los musulmanes hacen de los minaretes[27].
Los
judíos aún conservan el muro antiguo como lugar privilegiado de oración. Fue
para nosotros una oportunidad de unirnos con los hermanos judíos dejando
nuestra oración, fituch, en el muro y
luego haciendo nuestra oración en la explanada con nuestros hermanos
musulmanes. Aunque no pudimos entrar en sus mezquitas aquel lugar privilegiado
de la presencia de Dios, la Shejiná,
quería ser un reclamo de oración por la reconciliación y la paz. “Si tan sólo
hoy descubrierais quien viene como mensajero de paz a traeros la paz”.
6
Las murallas y las
puertas.
Jerusalén
fue amurallada en varios periodos, durante el rey David en el s. X a.C, durante
Herodes el grande en tiempos de Jesús y más tarde con Solimán el Magnífico
entre 1537 y 1541[28].
Tienen 34 torres almenadas y 8 puertas. Las primeras murallas del rey David
rodeaban la Citadela en la colina de Ofel, al suroeste de la ciudad actual. En
el S. VII con Ezequías se cerró la ciudad por el norte. Los reyes asmoneos en
el S. II a.C, la prolongaron por el norte. Herodes el Grande la fortaleció
embelleciendo sobremanera el área del Templo, luego Herodes Agripa su nieto
construyó la tercera muralla septentrional. Todas fueron arrasadas por Tito en
el año 70. Más tarde serían reedificadas por Solimán en la época turca.
Según
Josefo había diez entradas a los patios interiores, cuatro al sur, cuatro al
norte, una al este y una que conducía de este a oeste desde el Patio de las
mujeres al Patio de los hombres o de los israelitas. Llamada puerta de
Nicanor. Más adelante en la época de los turcos en la Edad Media había ocho
puertas, siete abiertas y una sellada. A lo largo de las murallas de la Ciudad
Vieja, que fueron construidas en el S. XVI por el sultán turco Solimán el
Magnífico.
En
la actualidad la entrada al templo se hace a través de una rampa situada donde
el muro occidental de las lamentaciones
En tiempos de Jesús la Puerta Dorada era la entrada principal. Se accedía a ella bajando desde el monte de los Olivos. la Puerta Dorada son en realidad
dos puertas alineadas de forma directa y precisa con el santuario del Templo y
con la Tumba del Santo Sepulcro. Hoy día está cerrada y según los judíos será
abierta el día en que el esperado Mesías entre de nuevo victorioso en la Ciudad
Santa. Junto a la gran muralla descansan
las tumbas de los justos que esperan recibir la gloria del Mesías cuando
vuelva.
Nosotros
quedamos impactados por el contraste de de una Ciudad que llena de gloria y
esplendor quedó en ruinas al cerrarle el corazón a Aquel que en son de paz en
una humilde borrica prometía la paz. Para Jesús la jornada que comienza lleno de
alboroto y regocijo se torna pronto en tristeza y melancolía. El primer
impulso de aclamación victoriosa pronto se torna en controversia y en pocas
horas el horizonte de victoria había pasado a ser de color y sabor a muerte y
aparente derrota.
Algunos
investigadores consideran que su reconversión se dio en tiempo de los califas
omeyas. La Puerta Dorada según las tres religiones monoteístas, judíos, musulmanes y
cristianos será el escenario del Apocalipsis en la segunda venida del Mesías
donde haría su entrada el día del Juicio Final. Los judíos no tardaron en
conferirle a esta puerta un significado místico y la llamaron Puerta de la
Misericordia.
En el 630 Heraclio emperador salió de Constantinopla
en sus últimos días cabalgó hasta la puerta Dorada que se abrió para esta
ocasión para devolver la Vera Cruz al sepulcro de Jerusalén. La catástrofe que
había asolado el imperio por la invasión persa dieron pie a una variante de la
visión del Apocalipsis en la que un último mesiánico emperador le entregaba el
poder a Jesús que gobernaría hasta el día del juicio final.
6.1
La Puerta Dorada del Templo
Originariamente correspondería al templo de Herodes y
respondería a la puerta por la que entró Jesús el Domingo de Ramos. En la época
de los cruzados se abría solo dos veces al año, el Domingo de Ramos y en la
Exaltación de la Cruz. Suleimán hizo tapiarla para cerrar a los infieles la
entrada al templo. Los judíos creen que el esperado Mesías llegará a la ciudad
por esta puerta.
6.2
La Puerta de Damasco o de San Esteban
La antigua puerta Neápolis de Adriano se convirtió
en la puerta de San Esteban, nombre que se conservó durante siglos hasta que
los árabes la llamaron puerta de la Columna y más tarde puerta de Nablus. Los
judíos la llamaron puerta de Shechem y
los otomanos le dieron el nombre que lleva hoy puerta
de Damasco. En la actualidad la puerta de San Esteban está en el lado oriental
de la ciudad.
6.3 La Puerta de la Misericordia
La Puerta Dorada también era conocida como la Puerta de la Misericordia
situada en la parte oriental. Esta puerta se encuentra en el centro de la
muralla. Tiene un gran significado para los judíos, ya que de acuerdo con las
sagradas escrituras, será la puerta por la que entre el Mesías libertador de
Israel.
7.
El Muro de las lamentaciones
Desde la destrucción del Templo judío, en el año 70 d. C., por las tropas del emperador Tito, la parte oeste del Muro se ha convertido en el lugar sagrado y vínculo de comunión para los judíos y símbolo de la perpetuidad del Templo. Los romanos y luego los musulmanes prohibieron a los judíos el acceso al monte del Templo. Solamente en 1967, año de la reunificación, los judíos lograron hacerse con la posesión del muro occidental. Entre las rendijas de las ciclópeas piedras los judíos ponen su fituch, sus oraciones y peticiones ante la Shejiná, la presencia divina de Dios, que dese la destrucción del Templo se cierne sobre el muro. El día más importante, en el Yom Kipur, día de la expiación, acuden miles de judíos.
El muro occidental del Templo esta exactamente enfrente del barrio judío. Repasamos los espacios de la explanada del muro de las lamentaciones. El lado izquierdo del muro es para hombres. El lado derecho bajó la rampa para mujeres. La rampa para subir a la explanada de las mezquitas donde estaba el antiguo templo. Los arcos de seguridad a la entrada de la explanada del muro y las casas del barrio judío de Jerusalén.
En la parte de los arcos está el ingreso. Si entramos en la zona para los hombres hay una pequeña mesita. Aquí se encuentran algunos sombreritos especiales, los Kipas, para que la gente que no tiene pueda cubrirse la cabeza (ya que es
requisito para entrar a esta parte sagrada para los judíos tener la cabeza
cubierta).
Los judíos más ortodoxos además del Kipas, el sombrero y el manto blanco con rayas azules, se suelen colocar las filacterias, una pequeña caja de cuero en la frente con una correa del mismo material que se fija el brazo izquierdo en cuyo interior se guardan cuatro fragmentos de pergamino. Las filacterias suelen llevar cuatro textos bíblicos tomados del libro del Deuteronomio y el Éxodo. Se colocan en la frente y cerca del corazón. El Deuteronomio dice: "Escucha oh Israel el Señor es nuestro Dios el Señor es uno, amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza" (Deut 6, 4-9). En general cada uno tiene los suyos pero en este lugar se alquilan en caso de que se carezca de ellos
Entre las piedra del muro, cada una de casi tres toneladas, se suelen colocar oraciones peticiones y acciones de gracias (fituchs). Los judíos pueden hacer oración, estudiar o hacer alabanza, de pie o sentados con el texto de la Toráh y mueven el cuerpo durante la oración porque están convencidos de que a Dios se le debe alabar con la boca la mente el corazón y el cuerpo.
El extremo izquierdo del muro hay una construcción donde se puede entrar. Esta zona es preferida por los habitantes de Jerusalén está abierta a
todos los visitantes. En este espacio se ofrecen prestados varios libros de
oraciones. Cada uno de los muebles de madera que se encuentran en el lado
derecho conserva un ejemplar de la Toráh y están embellecidos por una cortina de
terciopelo con un bordado del antiguo templo.
En este espacio reservado para hombres hay judíos
ortodoxos, que visten totalmente de negro con abrigos sombreros y barba o
patillas largas (porque la Toráh les prohíbe cortarse el cabello en redondo), pero
hay otros menos ortodoxos de Jerusalén y sobre todo de otras partes del mundo
que visten más informalmente.
El espacio sagrado sirve como lugar de ceremonias
públicas la Bar Nis Ba Big Data Joaquín o bendición de los sacerdotes. Durante las festividades del Pesaj o Pascua judía y la fiesta de los Tabernáculos tiene lugar el encendido de velas. En la fiesta de Janucá los
varones que cumplen 13 años por primera vez deben leer solemnemente la Toráh (un fragmento del Antiguo Testamento). Como muestra de alegría se tiene la
costumbre de arrojarles caramelos después de la bendición final.
La parte reservada a las mujeres está separada por una valla de metal. Las mujeres pueden estar cubiertas o
descubiertas de la cabeza.
La explanada exterior al Templo es una plaza amplia y enlosada abierta frente al denominada Muro del Lamento, Kotel, el corazón del judaísmo, la Shejiná, la presencia de Dios, testigo mudo de tanto dolor y sufrimiento. A lo largo de casi 20 siglos el pueblo judío ha acudido allí para llorar por la destrucción del Templo y Jerusalén.
El muro era uno de los muros de contención de
antiguo templo. Fue levantado por Herodes el grande que el año 20 a.C. llevó a
cabo la remodelación y engrandecimiento del segundo Templo. De este tiempo es
también el inexpugnable extremo suroriental del pináculo[29].
La mayor parte de los muros occidentales servían de contención al prolongar la
explanada Los grandes sillares gigantes corresponden a Herodes mientras que las
piedras de menor tamaño corresponderían a la época de los Macabeos.
Perfectamente se pueden distinguir los dos estratos.
A partir del suelo se elevan siete hileras herodianas con impresionantes
bloques ciclópeos, colocados sin argamasa de piedra caliza y la parte superior
se ven las piedras más pequeñas. Durante el día a la luz del sol toman tonos
amarillentos, anaranjados y dorados. Sobre el muro brilla el azul del cielo y
el oro de la cúpula de la Roca.
La explanada donde se encuentra el
Muro de las lamentaciones sintetiza un montón de cosas. Para los judíos
peregrinos a Jerusalén es sin duda el lugar más señalado, más sagrado. Los
judíos acuden de todas partes, llevan sobre sus hombros el talit[30] y en el
brazo izquierdo y sobre su frente los tefilim[31]. Sus
cabezas están cubiertas con sus kipas[32]. Entre los
judíos los hassidim, destacan por su
atuendo[33]. Visten una especie
de levita con calzón corto, camisas blancas y cubiertos con kipas o sombreros anchos o stramiel[34].
No se puede visitar a Jerusalén y no visitar el Muro, más aún orar frente al
Muro.
Una valla separa la plaza del lugar de la oración y
existen dos recintos separados, uno para hombres a la izquierda y otro para
mujeres a la derecha. Nosotros no quisimos ser menos y allí acudimos para
unirnos en la oración. Entré en el recinto reservado para hombres. Existe una
fuentecilla para la purificación y te ofrecen kipas para cubrirte la cabeza. También en unas mesas cubiertas se
ofrecen biblias. En el centro en un cofre los rollos de la Torah. Allí entre
las rendijas de las piedras colocamos nuestro fituch[35].
El Muro de las lamentaciones junto a los restos de
la muralla sur del antiguo templo es el centro de culto judío en la gran
explanada junto al templo. Es expresión del gran llanto y lamento por el templo
perdido.
Con gran devoción acuden los judíos a hacer sus
plegarias sobre todo el día del sábado, el
Sabath. Multitudes de judíos de todo el mundo llegan hasta el Muro portando
sus temores pidiendo auxilio, súplica, perdón, portando las aspiraciones y
esperanzas o en señal de gratitud. Allí oran en voz alta, recitan los salmos,
cantan, bailan, baten palmas, con toda clase de movimientos que acompañan a la
oración.
Allí oramos todos con judíos de todas edades, niños,
ancianos, hombres robustos, delgados, pálidos, soldados. Sin duda a este lugar
que conserva los vestigios más antiguos del Templo acuden en oración los judíos
donde depositan su oración. También nosotros nos acercamos en oración a hacer
la nuestra. Recordamos entonces la oración que hizo nuestro Papa Benedicto[36]:
“Dios de todos los tiempos en mi visita a Jerusalén, la ciudad de la paz, casa espiritual para los judíos, musulmanes y cristianos, te presento las alegrías, las esperanzas y las aspiraciones, las pruebas, los sufrimientos y las penas de tu pueblo esparcido por el mundo. Dios de Abraham de Isaac y de Jacob, escucha el grito de los afligidos, los atemorizados, y los despojados; derrama tu paz sobre esta Tierra Santa, sobre oriente Medio, sobre toda la familia humana. Bueno es el Señor con el que en Él espera, con el alma que lo busca. (Lam 3, 25)”.
8. La gran explanada del Templo
Al asumir el trono el Rey
Herodes en el año 37 AC embelleció la ciudad y construyó magníficos edificios y
fortificaciones. Sobre todo puso todo su interés en el monte del Templo.
Rellenando el espacio hacia el sur del antiguo templo que manda demoler levanta
una subestructura sostenida por 88 pilares y doce arcos abovedados para crear
una plataforma de más de doce mil metros cuadrados de superficie, el doble de
la del foro romano sobre la que levantar el nuevo templo de una majestuosidad
nunca vista. Un historiador de su época dijo: Quien no ha visto el Templo de
Herodes no ha visto un gran edificio en toda su vida.
Herodes reconstruyó el
Templo casi por completo, amplió la explanada del Templo. Extendió el área del
muro occidental llenando y nivelando la tierra y construyendo bóvedas para
sostener el trabajo. Entre la parte de la ciudad y el monte construyó un puente
y escalinata de acceso, amplió y remodeló los alrededores construyendo puertas
y pasajes a lo largo de los muros Sur y oeste. Mejoró las fortificaciones
construyendo la Torre de David y su ciudadela y la Torre Antonia que dominaba
el Templo.
El historiador contemporáneo
Flavio Josefo quedó impresionado por su esplendor el cual calificó como el
edificio más magnífico construido por Herodes. Deslumbrante, además de provocar
la veneración, estaba todo cubierto por unas planchas de oro que después de
salido el sol relucía con un resplandor como de fuego.
El tamaño de los patios del
Templo iba disminuyendo a medida que se acercaban a una mayor santidad. Tanto
gentiles como judíos podían entrar en el inmenso patio de los gentiles, pero un
muro rodeaba el patio de las mujeres con esta inscripción de advertencia.
“¡Extranjero! No cruces esta verja y no entres en este recinto. Aquel que sea
capturado tan sólo podrá culparse así mismo de la muerte que seguirá”.
Cincuenta escalones
conducían a una puerta que se abría al patio de Israel, accesible a cualquier
varón judío y que llevaba al exclusivo patio de los sacerdotes, el Ulam. Dentro se alzaba el santuario, el Hekhal, en cuyo interior se encontraba
el Santo de los Santos que descansaba sobre la roca en la que, según la
tradición, Abraham había estado a punto de sacrificar a su hijo Isaac y donde
David había construido el altar.
Pórticos de columnas bordeaban
los cuatro lados, el mayor de ellos, el Pórtico Real, una amplia basílica que
dominaba toda la montaña. Cuando llegaba el momento de visitar el Templo, los
peregrinos tomaban su baño purificador en las numerosas piscinas rituales, los mikvahs, que se han encontrado alrededor
de las entradas del sur, y antes de la hora de la oración, subían las
monumentales escaleras que conducían al Pórtico Real.
Ahora
no queda nada del grandioso Templo de Jerusalén, ni los grandiosos pórticos, ni
las columnatas, ni el atrio de los sacerdotes con el altar de los holocaustos,
ni el Santo de los Santos. Todo fue arrasado en tiempos de Tito por las
legiones romanas, así como estaba profetizado, no dejando piedra sobre piedra.
Después de construirse el santuario de la Cúpula de la
Roca, Abdelmalik y su hijo Walid construyeron la mezquita de Al Aqsa, la
mezquita de Jerusalén para los rezos ordinarios en el extremo sur del monte del
Templo. En el año 715, el hermano de Walid, Solimán, fue entronizado en la
explanada de las Mezquitas. Desde la destrucción del Templo que Herodes Agripa
embelleció, nunca se vio tanto esplendor en la explanada del Templo.
9. La Mezquita del al- Aqsa
Tito Flavio Vespasiano que gobernó el imperio Romano entre el 79 y 81 fue quien tomo Jerusalén durante la rebelión judía. Tras cinco meses de asedio, destruyó el templo y arrasó la ciudad tan solo dejo la Torre de David recordando la grandeza de la antigua ciudad de Herodes. Empezó entonces para los judíos una nueva diáspora.
Sobre la explanada del Templo, en la época bizantina, se levantó
la Iglesia de la Purificación y cuando los árabes la conquistaron levantaron en el S. VIII sobre
la Iglesia ortodoxa la mezquita de Al-Aqsa
y la Cúpula de la Roca. Tras la ocupación de los musulmanes convirtieron los lugares del templo
en mezquitas, El Al-Aqsa y la Cúpula
de la Roca, convirtiéndola en la
tercera ciudad santa del Islam.
La conquista árabe ocurrió después de la muere de Mahoma y duró más de cuatro siglos. Al comienzo del régimen musulmán fue reanudado el asentamiento judío en Jerusalén y se acordó a la comunidad judía el status acostumbrado de “bajo protección”. Los primeros “creyentes” musulmanes parecían no mostrar ninguna hostilidad hacia las otras religiones monoteístas, cristianos o judíos. Algunos de los primeros “creyentes” eran cristianos o judíos[37].
Muawiya fue quizás el creador del
actual monte musulmán, la explanada de las Mezquitas que los árabes la llamaban
marwazin[38].
Fue él quien construyó la primera mezquita, niveló la roca de la antigua
fortaleza Antonia, amplió la explanada y añadió una construcción exagonal
abierta a todos los lados, la Cúpula de la Cadena en el centro exacto de la
explanada. Apenas era reconocible como mezquita pero es probable que se alzara
donde se alza ahora la mezquita de al-Aqsa.
Jerusalén tenía un santuario, la Cúpula, pero no
tenía una mezquita imperial, así que Abd-el-malik
construye la primera mezquita en Jerusalén, al-Aqsa
para los rezos ordinarios[39]. Para construirla
los constructores tomaron prestados elementos de otros lugares. Las vigas de
madera fueron extraídas de un edificio cristiano y llevan todavía marcado en
griego el nombre de un patriarca del S. IV. Un terremoto sacudió luego la
ciudad de Jerusalén provocando serios daños en la mezquita. Mansur reparó
después la deteriorada al-Aqsa y pagó por este trabajo fundiendo las puertas de
oro y plata de la Cúpula de la Roca donadas por Abd-el-malik.
La mezquita actual moderna de al-Aqsa mantiene vestigios del pasado[40].
La fachada del S. XII con grandes arcos góticos que se corresponden con las
naves. tiene un mihrab, un oratorio
orientado a la Meca y un minbar, un
púlpito. Aún hoy llaman a la oración y se juntan a orar en la gran explanada.
En el centro hay una fuente circular del S. XIII, El-kas, la Taza, sus aguas proceden de manantiales entre Belén y el
Hebrón. En sus caños se purifican los pies antes de la oración.
En el centro del culto y la oración judía una clave
es pedir por la reparación del mundo. La expresión Tikún olam incluida en la Aleinú
proviene de la oración e la Mishná concretamente
de la frase mip´nei tikún olam, que
en hebreo significa la finalidad de arreglar el mundo y que indica que la
práctica de la Torá incide en la tarea y responsabilidad de reparar el mundo.
10. El
templo de las Cadenas
La mezquita de al-Aqsa fue construida en el lugar
donde los romanos en el año 70 d. C. construyeron un templo en honor a Júpiter
y después los Cruzados construyeron una iglesia consagrada a María. Junto a la
mezquita en el lado oriental de la Cúpula de la Roca aparece el templo de las
Cadenas. Según las fuentes islámicas, en ese lugar se colgaron las cadenas que
David utilizaba para juzgar. Destaca el púlpito o torre orientado al mismo
tiempo hacia la mezquita de Al Aqsa y hacia la Meca.
La explanada del templo respondía a la shehira, la llanura, en la que tendrá
lugar el día del juicio, de la reunión y el nombramiento, un místico lugar, una
especie de paraíso terrenal un lugar embellecido con rosas, jacintos y
arrayanes. La fuente de El-Kas
responde a todo el embellecimiento que hace Saladino en la explanada del Templo
para realce a la Cúpula de la Roca.
11. El Templo de la Roca
La explanada de las Mezquitas Har haBayit en hebreo, Haram
al-Sharif en árabe enclavada en el monte Moriah es el centro no solo de
Jerusalén sino de Israel. Para muchos estas casi quince hectáreas siguen siendo
el centro del mundo.
En el centro de la explanada del Templo la Cúpula de la Roca guarda con veneración el lugar del sacrificio. En el monte santo Moria, Moriyya, la Roca donde Abraham levanta el altar del sacrificio, donde Yahveh provee. Los Santos Padres han visto en el sacrificio de Isaac la figura de la Pasión de Jesús. Allí en donde se levanta la Cúpula de la Roca se levantaba el corazón del templo de Jerusalén, el Santuario.
Herodes hizo demoler el segundo Templo para construir el nuevo. Mil sacerdotes fueron formados como constructores. Se talaron bosques de cedros del Líbano y se labraron grandes sillares de reluciente piedra caliza. En los túneles a lo largo del monte del templo hay una piedra de casi 13 m de longitud que pesa 500 toneladas. Herodes sin duda utilizó la tecnología más avanzada. El Santo de los Santos se levantó en dos años pero el complejo del templo tardó en construirse 80 años. Herodes cavó hasta encontrar la piedra fundacional y construyó a partir de ahí ampliando la explanada del monte del Templo.
Después de ser destruido el Templo, bastión de los judíos por los romanos en el 70 el lugar permaneciera desolado hasta la conquista de los musulmanes. Con
Abd-el-malik se construyó en siete años entre 685 y 692 el nuevo templo musulmán que quería reemplazr al judío. La Cúpula de la Roca[41] no es una mezquita sino un santuario, el primero de los grades santuarios
omeyas y el más antiguo de los monumentos islámicos. Su forma octogonal se
parece al de un “martirium” cristiano
recordando la del Santo Sepulcro y a la vez con resonancias a la Kaaba de la
Meca. El santuario tiene cuatro puertas orientadas hacia los cuatro puntos
cardinales. Todo gira entorno a la roca sagrada, el-Sakhra. En la roca hay un agujero perforado que comunica con el
interior de la gruta[42].
De su centro pende una cadena de oro, que indica el que se supone el centro de
la tierra. La Cúpula se imponía sobre Jerusalén y le hacía sombra al Santo
Sepulcro. Desde aquel momento los musulmanes ridiculizaron la iglesia el Santo
Sepulcro Kayamah en árabe llamándole kumamah, (el montón de excrementos).
Para los musulmanes la Cúpula adquirió un lugar de significativa importancia. La Roca era el lugar del paraíso de Adán y del altar de Abraham, el lugar que más tarde había visitado Mahoma en su viaje nocturno y desde donde subió al cielo. Una huella de pisada en la Roca que en el pasado se enseñaba a los peregrinos cristianos explicando que se trataba de la marca de Jesús se convirtió en la última pisada de Mahoma antes de ascender al cielo[43]. El cielo desciende sobre el monte del Templo y el infierno se sitúa en el valle del Hinom. El arcángel de la muerte, una de las puertas de la Cúpula lleva su nombre, hace sonar su trompeta. Los muertos especialmente los que están enterrados cerca de la puerta Dorada resucitan y cruzan la puerta, el umbral que da acceso al Final de los Días, con sus dos puertas, la de la Misericordia y a del Arrepentimiento para ser sometidos a juicio en la Cúpula donde cuelga la balanza de la justicia.
La
Cúpula de la Roca actual Qubbat al-Sakkra
fue con la mezquita de Al Aqsa desde
1128 sede de la Orden del Temple, orden del Templo de Salomón[44].
Los Templarios que ocuparon en un inicio
unas caballerizas, llegaron a estar nueve años ocupando todo el recinto del
templo. La Cúpula santuario fue transformada en iglesia cristiana Templum Domini. Los Templarios
sustituyeron la media luna de plata que la coronaba por una cruz de oro.
Durante este tiempo los Templarios se dedicaron no solo a la protección de los
santos Lugares sino a la oración y al estudio traduciendo algunos textos en
hebreo encontrados tras la toma de Jerusalén tras la primera cruzada en 1099.
Se
dice que los Templarios estudiaron los patrones y medidas sagradas del Templo y
sus construcciones sagradas las relaciones geométricas con la proporción áurea
y otras escalas musicales entre las que se podría encontrar el secreto de las
octavas. La verdad que la planta octogonal de la Cúpula sería un modelo que se
repetiría en numerosos templos promovidos por la Orden del Templo (sobre todo
en capillas mortuorias del Camino de Santiago).
Dentro
de la leyenda de los caballeros del Temple dicen encontrar escondidas en el
Templo, restos del Arca de la Alianza y escondida en ella el Santo Grial, el
cáliz que utilizó Jesús en la última Cena y que fue recogido por José de
Arimatea. También rescatan las reliquias de la lanza del soldado que atravesó
el costado de Cristo, denominad la lanza de Longinos[45].
Por
otra parte la leyenda del Santo Grial se amplia tanto a los cátaros como a los
mismos sufies[46].
Los caballeros suffies también buscaban una copa milagrosa, a llamada Jém-i Jam o copa del mítico rey persa Jams-héd, como un talismán en la que se
podían ver reflejados todos los acontecimientos y fenómenos del mundo[47].
En el Islam chiíta, el décimo segundo Imán, el Imán oculto se hace visible en
el 14 del mes de Abid, solsticio de la primavera, correspondiente a la noche de
Pascua.
Nos situamos en la puerta del oeste Bab-al-Gharb, la llamada Puerta del Jardín y nos dirigimos más
adelante donde estaba la elegante Puerta
de la Oración. Allí una inscripción del Corán ordena orar mirando a La
Meca. Allí nos quedamos haciendo oración.
La Cúpula dorada de la Roca como centro del templo, de Jerusalén y diríamos del mundo por todas las connotaciones descritas está llena de simbolismo mistérico que llenan el lugar de un encanto especial. Resplandece de un oro ardiente en los atardeceres y en las pálidas y azuladas noches. La Cúpula dorada se enfrenta a la cúpula celeste del Santo Sepulcro como compitiendo en primacía. Salimos del Haram por la puerta Hitteb que conduce a la Vía Dolorosa y desemboca en el Santo Sepulcro.
En el centro de la explanada del Templo se alza la Cúpula de la Roca, lugar sagrado por excelencia que guarda la roca del sacrificio, el lugar del monte Moriah, el lugar de la roca donde Abraham ofrece en sacrifico a su hijo Isaac. Abdelmalik tarda siete años en levantarla. La Cúpula, símbolo del cielo y del vínculo con Dios, de 20 m. de diámetro soportada por un tambor que a su vez descansa sobre un muro octogonal. No es una mezquita sino un santuario, a semejanza de un martirium, queriendo rivalizar con el Santo Sepulcro. Sufre diversas modificaciones. No recuperará su revestimiento de oro hasta el 1969.
El Templo con planta octagonal está levantado en
torno a la roca, el elemento de culto central. Está cubierto por una
cúpula de media naranja. (La maqueta
del Museo de la ciudadela en Jerusalén nos permite ver su estructura externa e
interna; observando la maqueta se puede uno dar idea del diseño de todo el conjunto).
Su decoración exterior original fue modificada en el
S. XVI. En el exterior tiene cuatro puertas dirigidas a cada uno de los puntos
cardinales. El templo está revestido de mármol hasta la altura de las ventanas
y a partir de esa parte tenía un maravilloso mosaico vidriado de tipo bizantino
con temas vegetales como hojas de vida. Lamentablemente la decoración se cambió
en 1554.
En cada uno de sus ocho lados tiene siete arcos de
los que algunos son ventanas con celosías lo que da un total de 56 arcos. El
tambor que sostiene la cúpula también estaba decorado con mosaicos de tipo
bizantino y se veían más claramente sus ventanas con celosías. Lamentablemente
también estos mosaicos desaparecieron en el año 1554 y las ventanas se hicieron
menos visibles. En su lugar tiene una decoración de cerámica turca. Los únicos
mosaicos de la cúpula que se conservan del S. VII d.C. están en su interior.
La cúpula estaba totalmente recubierta en oro y
actualmente está recubierta con chapas de cobre dorado que se colocaron en el
siglo XI d. C. En el interior cada lado tiene tres arcos y dos bellas columnas
y las paredes y pilares están recubiertos de mármol. Los techos que rodean la
parte central tienen una estructura de madera. El interior de la cúpula que
corona la roca estaba dorado pero actualmente además del oro tiene una
finísima decoración y los mosaicos vidriados bajo la cúpula y sobre los arcos a
diferencia del exterior son los originales del S. VII d. C. por lo que
observándolos podemos imaginar cómo se veía antes el exterior pero dejemos la
maqueta del templo original.
El exterior del templo mide 54 m de diámetro. La
cúpula coronada por una luna menguante alcanza los 36 m de altura y en días
soleados su brillo como si fuera un faro que alcanza a verse desde lejos. El
tambor que sostiene la cúpula ya no tiene los mosaicos vidriados originales
sino la cerámica turca con la que se embelleció posteriormente y las celosías
no permiten ver fácilmente las ventanas.
Los coloridos diseños y las delicadas piezas que los
forman geométricas y vegetales (recordamos que las imágenes de personas y
animales están prohibidas en el islam) por eso se utilizaron figuras
geométricas entrelazadas y sobre todo inscripciones religiosas en árabe
especialmente citas del Corán con excepción del nombre del constructor y de la
fecha. Los textos invitan a someterse al islam y afirman su superioridad sobre
las otras religiones.
En cuanto a los colores, el azul representa
el cielo pero en el islam; el verde es el color más utilizado porque la tradición
asegura que Mahoma usaba un manto verde (este color representa el paraíso la
alegría el éxito la felicidad la esperanza y la paz por esta razón los
musulmanes suelen decorar las mezquitas y el interior de sus casas con este
color); el blanco es símbolo de la pureza, la belleza, la inocencia y lo
femenino; el amarillo puede ser signo de cosas positivas como la vida la
fascinación el fuego y la sangre pero también de la envidia y la muerte.
Finalmente el Corán habla del rojo como signo de llamada de atención,
pero también es el que anuncia el fin del mundo. (recordamos que las alfombras
de las mezquitas son en general rojas para recordar que Dios a través
del fuego de la Zarza ardiente hizo que Moisés reconociera el lugar sagrado que
se quitaba las sandalias por esa razón los musulmanes siempre deben entrar
descalzos a las mezquitas que para ellos son lugares sagrados).
La parte más baja del templo está decorada con
mármoles con figuras geométricas en solo dos colores
En cuanto al aspecto exterior se ven las cuatro
caras del templo que están frente a los puntos cardinales. Cada cara tiene una
puerta. La más importante es la que está situada al sur. Esta tiene una
marquesina sostenida por ocho columnas pareadas dispuestas en dos filas. A cada
lado de la entrada tiene un arco de herradura y una decoración exuberante que
incluye textos del Corán.
La puerta situada al norte es mucho más sencilla
porque a diferencia de la anterior tiene solo dos columnas de mármol con
capiteles corintios (herencia de la cultura clásica) pero los mosaicos dorados
que la embellecen son un preámbulo a lo que se observa en su interior. Ya en el
interior se observan las alfombras rojas y verdes y nuestra mirada se eleva
lentamente hacia los capiteles corintios dorados de las columnas y a los arcos
de piedras blancas y negras así como a la decoración con mosaicos vidriados
originales del S. VII que hasta el S. XVI embellecieron también el exterior.
Los mosaicos lucen en todo su esplendor gracias a la restauración que
especialistas jordanos y palestinos realizaron entre los años 2000 y 2017 (al
igual que en templos cristianos bizantinos como los de Constantinopla Rávena o
Venecia aparecen temas vegetales sobre fondos dorados como representación del
paraíso). Los artesonados del techo en color verde mantienen la unidad con los
mosaicos de los arcos que en su interior en la parte baja muestran flores de
las trabes que como un espléndido cinturón dorado unen los arcos y contrastan
con los mármoles de las pilastras y paredes.
En torno a la cúpula hay dos deambulatorios o pasillos. El más cercano a la roca es circular y el más cercano a las paredes octagonal (es el que define el exterior del edificio). En estos deambulatorios algunos hacen oración dirigiéndose hacia la meca. Los cristales de las ventanas transforman en el interior la luz en color. Y en la parte alta la cúpula que corona todo el edificio con una decoración minuciosa de líneas que se entrelazan sobre diversos colores y elementos dorados. Hay que recordar que la cúpula tiene unos 20 m de diámetro por 25 m de altura. Aunque se trata de una enorme superficie los detalles minuciosos parecen ser parte de una pequeña pieza de joyería.
Pero sin duda el elemento más significativo es la roca del centro, que dio origen a este templo. Esto nos indica que la gran explanada el templo judío de Jerusalén o el templo o cúpula de la roca se construyeron sobre la roca de la fe. Según la tradición esta es la roca sobre la que Abraham o Ibrahím iba a sacrificar a su hijo y desde la que el profeta Mahoma ascendió a los cielos. Para manifestar su sacralidad durante un tiempo se le colocó una especie de docente con textiles espléndidos y actualmente la rodea una pequeña verja de protección. Se puede acceder a ella para su veneración a través de esta puerta creada por columnas.
12 Conclusión
David quiso levantar el
Templo a Yahweh. Si el rey tiene un palacio ¿porqué Dios no va a tenerlo? Pero
Dios hablo a David por medio del profeta Natán: “Ve y dile a mi siervo David
¿Eres tú quien me construirá una casa para que yo permanezca en ella? Desde que
saqué a Israel de Egipto hasta el día de hoy no he tenido casa, sino que iba de
un lado para otro alojado en una tienda de campaña. Mientras he caminado entre
los israelitas ¿me he quejado acaso a quienes ordene guiar a mi pueblo les pedí
a caso que me dedicaran una casa cubierta de cedro? Esto dirás de mi parte a
David: Te fui a buscar al campo y te saque detrás de tus ovejas para hacerte
jefe de mi pueblo. He estado contigo en todas partes y he destruido ante ti
todos tus enemigos. Pero ahora voy a hacer que tu nombre sea famoso entre los
grandes de la tierra. Yo fijaré un lugar para mi pueblo, Israel; allí lo
plantaré y allí quedará. Ya no lo molestaran ni lo seguirán oprimiendo sus
enemigos como antes. Desde aquel día en que constituye Jueces sobre mi pueblo,
a ti te he concedido la paz con todos tus enemigos y ahora te prometo
construirte una casa. Así dice Yahvé: Cuando se hayan acabado tus días y vayas
a descansar con tus padres, yo pondré en el trono a tu hijo fruto de tus
entrañas, y afirmaré su poder. El me construirá una casa y yo afirmaré su poder
para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu
descendencia y tu reino estarán siempre presentes ante mi tutor no estará firme
hasta la eternidad”. (2 Sam 7, 1-16)
La profecía del profeta
Natán parecería primeramente dirigida a Salomón, hijo y sucesor de David. Sin
embargo esta profecía la dirige al mismo Jesús, el que más tarde realizará
plenamente lo anunciado. Con esta profecía por parte de Natán Dios da a
entender que el lugar donde manifestará su presencia será su propio Hijo: Yo
seré un Padre para el y el será para mí Hijo”
Jesús mismo cuando entra en
el templo expulsa a los vendedores y cambistas diciendo. “Saquen todo eso de
aquí y no hagan de la Casa de mi Padre un lugar de mercado. Los jefes de los
judíos trataron de impedirlo pero Jesús dijo: Destruyan este templo y yo lo
edificaré en tres días. Ellos contestaron: Cuarenta y seis años demoraron en la
construcción de este templo y tú ¿piensas reconstruirlo en tres días? Pero
Jesús hablaba de otro Templo, el de su propio Cuerpo. Solamente cuando resucitó
de ente los muertos, sus discípulos recordaron lo que él había dicho y creyeron
en estas palabras de Jesús “ (Jn 2 13-22)
El Templo de Jerusalén es, según una tradición cristiana, la expresión
preparatoria para el nuevo Templo: Cristo. Ella sostiene que en tanto que morada de Dios entre los hombres, el
Templo jerosolimitano prefigura la morada
definitiva que se encarna en la figura del Redentor. La base de esta noción
tiene su principal referente en el Evangelio: “el Verbo se hizo carne, y puso
su morada entre nosotros” (Jn 1, 14).[48]
Jesús en su tiempo se
esfuerza por echar abajo todas las regulaciones y restricciones que hacían el
Templo solo accesible a una casta determinada. Siguiendo los círculos de
santidad al Santo de los Santos solo entraba el Sumo sacerdote. Al Santo solo
entraban los sacerdotes. Al patio de los hombres sólo los hombres. Afuera
quedaba el patio de las mujeres y el atrio de los gentiles. Pero los impuros
quedaban excluidos del Templo. Así se ve como en la Piscina de Betsaida en las
márgenes del templo, un paralitico que esperaba quien le pudiera meter en el
agua se ve curado por Jesús. También encontramos como Jesús se acerca a tocar y
curar los leprosos y pide que se presente a los sacerdotes del templo. Así se
ve que Cristo quiere abrir las puertas del nuevo templo que es su Cuerpo a
todos, abrir las puertas de su corazón a los que han quedado fuera y excluidos.
Jesús inaugura un nuevo templo en su propia persona. El es la manifestación y presencia de Dios (Shejiná) entre los hombres. “Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo”. De la misma manera Cristo inaugura un nuevo culto en espíritu y en verdad. Los judíos rivalizaban con los samaritanos el lugar donde se debería adorar a Dios.“ Vosotros adoran a Dios en un monte pero llega la hora en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad” (Jn 4, 22-23).
Lo que a Dios le interesa no son tanto los templos de piedra sino el templo espiritual que somos todos y cada uno de nosotros. Con cuanto celo se ha querido preservar el lugar sagrado del templo y a la vez tantas veces saqueado y profanado. El lugar donde Dios habita fue destruido y expoliado tantas veces. Hoy sigue también profanado en tantos hombres y mujeres que no reconocen la presencia de Dios en sus vidas y se degradan hasta perder su dignidad. Nosotros somos el templo vivo de Cristo, templos del Espíritu santo, por el Bautismo.
Sí, nosotros somos
peregrinos, nómadas en este mundo. Los judíos reconocían la presencia de Dios
en el monte, en la nube, en la tienda, en el arca y luego en el Templo. Pero
llega la hora de descubrir la presencia de Dios en el mundo entero y sobre todo
en cada hombre, la primicia de su creación. Dios quiere vivir y habitar en cada
hombre y pide ser reconocido. El Padre busca adoradores que entren en contacto
íntimo y personal con él por medio de su Espíritu que ha sido derramado en
nuestros corazones.
NOTAS
Se ha tenido en cuenta el Itinerario de la virgen Egeria, Itinerarium Egeriae, La BAC p. 179 ss.
[1] Gabrielle Sed-Rajna, L'abecedaire du Judaïsme, Flammarion: París, 2000, p. 116. La ilustración que figura sobre la derecha muestra la indumentaria de los sacerdotes y los diversos utensilios propios del Templo de Jerusalén.
[2] James, E.O.; Historia de las religiones;
Madrid: Alianza Editorial, 2006; p. 81.
[3] Episodio que es recordado en la fiesta judía
de Janucá.
[4] Simón Dubnow, Manual de la historia judía,
Buenos Aires: Sigal, 1977, pp. 288-295: "La destrucción de
Jerusalén".
[5] A diferencia de la Mezquita de Al-Aqsa, el Domo de la
Roca nunca sirvió como mezquita, por lo que también es inapropiada la
denominación "Mezquita de Omar".
[6] Árabe: صخرة (Sajrah); hebreo: אבן השתייה (Even Hashetiá). Otras traducciones alternativas
de Roca Fundacional son "Roca de la Fundación",
"Piedra Fundacional", e incluso "Piedra de la Fundación";
el hábito y la usanza de la expresión "Domo de la Roca" justifican el
empleo de Roca Fundacional, ya que la relacionan con el edificio construido
para preservarla. El uso de "roca" en vez de "piedra"
potencialmente la relaciona con las palabras de Jesús respecto a Pedro,
"Tú eres la roca sobre la cual edificaré mi iglesia" (lo que a su vez
presenta conexión con varias preexistencias bíblicas y arqueológicas que
relacionan al recinto más sagrado del Templo de
Jerusalén con la Roca Fundacional). La elección de
"Fundación" en vez de "la Fundación" tiene su razón de ser
en el simple hecho de que piedras o rocas fundacionales ha habido innumerables
a lo largo de la historia y ello incluye además a la mismísima Roca
Fundacional, a la que se escribe aquí con mayúsculas, para tratarla como un
caso particular y diferenciarla así de todas las demás.
[7] Según las tradiciones judía y cristiana, Isaac;
según los musulmanes, Ismael.
[8] Corán, Sura 17: Isra y
Mi'raj.
[9] Testimonio de ello es, por ejemplo, la insignia
hebrea con bendiciones de Marco Antonio Giustiniani, que incluye una imagen del
Templo de Jerusalén representado tomando en cuenta al Domo de la Roca, Venecia,
1545–52
[10] Debido a que el Domo de la Roca se encuentra en lo
que en la Antigüedad era el área del Templo, los judíos ortodoxos se abstienen
de visitar este sector. A ello se le suma la tradición judía que sostiene que
sobre la Roca Fundacional se hallaba precisamente el recinto más sagrado del Templo de
Salomón, donde según los textos bíblicos residía Yaveh, es decir, dicho
lugar se relaciona directamente con lo que los hebreos denominan "Shejiná" (presencia
divina).
[11] Sarah Kochav, Grandes civilizaciones del
pasado: Israel, Barcelona: Folio, 2005, p. 148: "El Monte del
Templo".
[12] Al Kotel o Muro
de las Lamentaciones se lo conoce también como
"Muro Occidental del Templo de Jerusalén"; el mismo es para el judaísmo "un
monumento símbolo" de importancia cardinal hasta el advenimiento del Mesías
judío, que según la mencionada religión, en su momento lo
reconstruirá, dando lugar al Tercer
Templo de Jerusalén (Gabrielle Sed-Rajna, L'abecedaire
du Judaïsme, Flammarion: París, 2000, pp. 108-109: "Temple de
Jérusalem: Un monument symbole").
[13] Manuel Cimavedilla, La conquista de
Canaán y el comienzo de la monarquía unida, Revista Arqueología e Historia,
p. 19; n. 43; 2022.
[14] Javier Alonso López, Salomón, una
tragedia griega, Revista Arqueología e Historia, p. 56; n. 43; 2022.
[15] Aren M. Maeir, Judá y el final de los
reinos isrealitas, Revista Arqueología e Historia, p. 39; n. 43; 2022.
[16] Clifford Mark
McCormick (2002). Palace and Temple: A Study of Architectural and
Verbal Icons. Walter de Gruyter. p. 31–. ISBN 978-3-11-017277-5.
[17] Lumby, J. R.
(1886), Cambridge
Bible for Schools and
Colleges on 1 Kings 6, accessed 15 April 2020
[18] Dever, William G. (2005). Did God Have a Wife?: Archaeology and Folk Religion in Ancient Israel. Wm. B. Eerdmans. pp. 96-97. ISBN 978-0-8028-2852-1.
[19] Barnes, W. E.
(1899), Cambridge
Bible for Schools and Colleges on 2 Chronicles 5, accessed 17
April 2020
[20] Pulpit
Commentary on 1 Kings 8, accessed 2 October 2017
[21] Según la descripción de la Biblia, el poder de
Dios a través del Arca ya se había acreditado cuando se derrumbaron las
murallas de Jericó al pasar los judíos ante ellas con el Arca.
[22] Ejemplos de ello son Santa
Sofía de Constantinopla y el Monasterio
de El Escorial. Y a ellos también debe agregárseles el proyecto
del arquitecto Louis I. Kahn para
la Sinagoga Hurva en
Jerusalén, realizado entre 1967 y 1974. Numerosos son los puntos de vista
teóricos en torno al Templo de Salomón y existe además un importante número de
reconstrucciones e incluso intentos diversos por volver a materializarlo a lo
largo de la historia. Para mayores detalles, véase Reconstrucciones
del Templo de Salomón.
[23] Simón Dubnow, Manual de la Historia Judía,
Buenos Aires: Sigal, 1977, capítulo XIII: "La Cautividad en
Babilonia"; Gabrielle Sed-Rajna, L'abecedaire du Judaïsme,
Flammarion: París, 2000, p. 116.
[24] Gabrielle
Sed-Rajna, L'abecedaire du Judaïsme, Flammarion: París, 2000, p.
116. La ilustración que
figura sobre la derecha muestra la indumentaria de los sacerdotes y los
diversos utensilios propios del Templo de Jerusalén.
[25] La maqueta a escala 1:50 fue hecha por
iniciativa de M. H. Kroch, tras 7 años de estudios serios y minuciosos en razón
a los descubrimientos arqueológicos y ocupa una superficie de 1000 m2 . Se
encuentra en hotel Holy Land de
Jerusalén.
[26] Esta se puede ver en las afueras y a la
entada de la Iglesia se San Pedro en Gallicanto
[27] Cinco veces al día el muecín desde los
alminares de las mezquitas llama a los musulmanes a la oración.
[28]
El perímetro de las murallas es de casi 4 Km, su altura media de 13 m y 3 m. de
espesor. Así se describe en la obra de Pierre Benoit, Las murallas de
Jerusalén.
[29] El
pináculo del Templo es uno de los cuatro ángulos de los pórticos del Templo.
Tiene unos 180 m de altura. Flavio Josefo decía que en este lugar había peligro
de sufrir vértigo mirando desde arriba hacia el torrente. Es precisamente en
este lugar donde se sitúa una de las tentaciones de Jesús.
[30] El manto ritual para la oración, un manto alargado con franja oscuras y flecos
[31] Las famosa filacterias, tiras de cuero
con fragmentos de la Sagrada Escritura que guardan en unas cajitas.
[32] Especie de solideos para cubrirse la cabeza, o en su caso también utilizan gorros o
sombreros negros.
[33] Los judíos más ortodoxos cuyo aspecto se
distingue por su cabeza rapada, barba larga y de sus patillas dejadas crecer
cuelgan largas trenzas.
[34] Gorros de pieles en general de zorra que
fueron usados por los antepasados en Polonia por orden del rey Sijón para
ridiculizarlos. Se convirtió después en un signo honorable.
[35] Hoja donde los judíos escriben su oración
y doblada se incrusta en las rendijas del muro.
[36] Visita del Papa Benedicto a Tierra Santa
en 2010
[37] Los denominados “creyentes” era como se llamaban los primeros musulmanes y que
aparece mil veces en el Corán
[38] Marwazins
significa las balanzas pues allí serán pesadas las obras buenas y malas el día
del juicio final.
[39] Las tres primeras mezquitas fueron la de
la Meca, Medina y Al-Aqsa, así o reseña uno de los hadith de Al-Khidri
[40] Construida por Abd-el Malik, destruida
por terremotos, fue restaurada por El-Zahir en 1033. los cruzados instalaron
las dependencias de los reye latinos y luego fue sede de los Templarios hasta
la conquista de Saladino. Luego se incendió en 1969 y fue modernamente
restaurada.
[41] Cúpula octogonal, los lados tienen de 20
m, el diámetro de la base 70m, la altura de la cúpula 30 m y un diámetro en el
tambor de 25 m.
[42] Según algunos autores coincide con el
lugar del altar de lo holocaustos del Templo, donde se vertía la sangre de los
sacrificios.
[43] Desde la Roca Mahoma fue elevado al cielo
sobre el legendario corcel alado El-Burak
atravesando los siete cielos y presentarse ante Dios después de haber sido
trasladado durante la noche y en visión desde la Meca a Jerusalén, Cf. Corán,
XII, 1.
[44] El Rey Balduino II concede a la Orden del
Temple el privilegio de darles la custodia del Templo y sus dependencias. Desde
entonces circulan toda clase de leyendas esotéricas a secretos que los
caballeros guardaron celosamente, en relación al Arca de la Alianza, la lanza
de Longinos y el Santo Grial. Aunque no se ajuste a la historia hay autores
como Charpentier que afirman que los templarios encontraron en el Templo estos
antiguos tesoros dotados de cierto poder talismán y los escondieron o
trasportaron en secreto.
[45] Esta reliquia según la tradición fue
rescatada por el centurión que pertenecía a la legión de Tarraco, Longinos que fue testigo ocular del
hecho. Cuando los Cruzados tomaron la ciudad de Antioquía en 1097 un sacerdote,
Pedro Bartolomé indica donde se guardaba y es rescatada después por los
Templarios y llevada a Francia y luego a Roma para pasar a depositarse en la Basílica
de San Pedro debajo de una de las columnas que sostiene la Cúpula.
[46] Los caballeros o maestros sufies eran conocidos como los Futuwa que están a la base del
esoterismo islámico. El apelativo colectivo de sufiya aparece en Alejandría en el 821 para denominar a los
puritanos insurrectos y designa a un grupo de musulmanes que se transmiten una
tradición esotérica y secreta, relacionad con la al-qémiye, la alquimia.
[47] Toda la tradición de los chiítas hablan
de una Copa a la que llaman “Luz de la
Gloria”. La tradición Jshraqi
iraní también habla de una Copa denominada “La
ciudad de la esmeralda”.
[48] Ángelus
2006. El pontífice se refiere a Juan
1:14, cuyo texto es "Y el Verbo se hizo carne, y habitó
entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno
de gracia y de verdad". La versión española es consonante con el contenido
bíblico del Evangelio en latín (Verbum caro factum est et habitavit in nobis) e
incluso con el Evangelio en hebreo (הדבר נהיה בשר ושכן בתוכינו). Respecto al empleo del término
"morada", éste tiene su referente en un texto profético que figura lo
que los cristianos denominan Antiguo Testamento y los
judíos llaman Torá: « Mi morada estará
también junto a ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.» (Eze 37:27). La exégesis cristiana ve en las palabras de Ezequías una
prefiguración de aquellas de Juan el Evangelista.