LA SABIDURIA DE LOS POBRES
Introducción:
LECTURA: Padre te doy gracias porque has ocultado
todo esto a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los sencillos. Sí,
Padre así lo has querido. (Mt 11, 25-26)
Jesús comenzó a exponerles muchas cosas por medio de
parábolas y les dijo…a vosotros Dios os permite conocer los secretos del Reino.
Felices vosotros porque tenéis ojos para ver, oídos para escuchar, sabiduría
para entender porque muchos sabios y entendidos quisieron y no pudieron. Quién
pueda entender esto que lo entienda (Mt 13,3-16)
Jesús para hablar de los secretos del Reino solía utilizar
cuentos y parábolas para dar a conocer a los pobres y sencillos su mensaje.
Jesús declara dichosos a los pobres de espíritu y humildes de corazón porque de
ellos es el reino de los cielos.
Cuando habla del Reino pone imágenes de la naturaleza porque
ella lleva impresa las huellas de Dios. Solo los humildes saben percatarse y
reconocer sus huellas. La sabiduría de los pobres es saber descubrir su
presencia en medio de todo. En las flores del campo, las aves del cielo, en los
árboles grandes y pequeños, en la higuera seca, en el árbol seco en el leño
quemado medio muerto partido por un rayo. Él lo ha creado todo y lo sostiene
todo.
Se trata de abandonarse de aprender a vivir en sus manos,
trabajar, bailar y jugar, descansar, dormir en sus brazos, como el niño en los
brazos de su Padre. Poder despertar, reconocer su amor que lo invade todo, lo
penetra todo, lo puede todo.
Hemos perdido la sencillez e ingenuidad de los niños y nos
hemos creído sabios enorgullecidos e inflamados de sabiduría humana. Al perder
la inocencia hemos perdido también el secreto de la felicidad. Si no os hacéis
pequeños como los niños no podéis entrar en el Reino de los Cielos.
Muchos de estos cuentos han sido una ayuda para la
catequesis de los niños y para la predicación a la gente sencilla. Filipinas ha
sido para mí toda una escuela de hacerme todo a todos para llegar a todos. La
falta muchas veces de saber su lengua me ha llevado a utilizar estos medios sencillos
para la gente sencilla de nuestros barrios y aprender de ellos la sabiduría de
los pobres.
He querido recopilar una serie de historias, cuentos,
parábolas de vida que pueden ayudarnos a descubrir el gran amor con el que
somos amados y cuan valiosas son nuestras vidas. A estos acompañan una moraleja
o lección de vida a aplicar en nuestras vidas. Los acompañan también unos
textos bíblicos que nos ayudan a orar y unas reflexiones y experiencias de
maestros de vida, que han sido y son los
santos.
1 EL ESPANTAPAJAROS
(Hay más alegría
en dar que en recibir)
LECTURA: Podría tener todos los bienes de este
mundo, pero si me falta el amor nada soy. Podría poseer la más profunda ciencia,
pero si me falta el amor no soy nada. (1 Co 13, 1-3)
CUENTO: Había un hombre muy rico que poseía una gran
extensión de terreno. Era un hombre muy avaro que tenía roto el corazón. Vivía
ambicionando cada vez más con una sed insaciable de acumular riquezas para sí.
Cuanto más tenía más quería y siempre le parecía poco. Esto le hacía vivir
amargado e infeliz.
Un día se tuvo que ir de viaje. Había acabado de sembrar sus
campos y se preguntaba que podría hacer para que ni los pájaros vinieran a comer
el fruto de su cosecha. Entonces decidió poner en el cruce de caminos que
dividía sus campos un espantapájaros.
Quiso que pareciera lo más posible a una persona de verdad,
así que no deparó en vestirlo lo más elegante. Primero de todo utilizó dos
grandes palos en forma de cruz para sostener su esqueleto. Puso una calabaza de
cabeza y unas uvas de ojos una zanahoria de nariz y un tomate de boca. Luego le
puso un sombrero y un pañuelo de seda en el cuello. Luego vistió su cuerpo con
una camisa blanca, una corbata y una chaqueta muy despampanante. Le puso unos
preciosos pantalones y zapatos hasta un cinturón para sujetar los pantalones.
Para que no le faltase de nada y dotarle de vida quiso dentro de la camisa
poner una manzana colorada, sería su corazón.
Luego le empezó a dar instrucciones: te encargaras de
vigilar mis campos para que nadie entre ni robe tan siquiera unos granos de mi
cosecha. Y como parecía mirarla con una sonrisa, le insistió ¿me has entendido?
El espantapájaros que quedó con la cabeza un poco inclinad parecía que asentía
y que le decía que sí. Así que se fue de viaje esperando que cumpliera sus
órdenes.
Cuando el espantapájaros quedó solo en la encrucijada de
caminos empezó a ver toda la gente que extrañada se le quedaba mirando. Empezó
a haber necesidad en la región y la gente pasaba hambre y calor. Paso un
viejecito y le preguntó al espantapájaros si le prestaba su sombrero. Como
sonreía e inclinaba su cabeza parecía conforme así que lo tomó. Luego una mamá
con dos niños le pidió algo de comer. Como el espantapájaros asentía tomaron
las uvas, la zanahoria y el tomate. Una persona que había sido invitad a una
fiesta le pidió la camisa, la chaqueta y la corbata. Como el espantapájaros
parecía asentir lo tomó junto con el pañuelo de seda. Otro mendigo llego de harapos
le pidió los pantalones y también los tomó junto con el cinturón. Finalmente
una mamá le pidió para su marido los zapatos y también los tomó. Al final tan
solo quedaron los dos palos en forma de cruz con la manzana en el centro.
Cuando regresó el dueño de su viaje y se acercó a ver sus
campos y el espantapájaros no podía creerlo. Le echó una reprimenda de cómo
había podido dejar que la gente le quitar toda su ropa. Tan solo han dejado la
manzana. Así que antes de perderla también la tomó en sus manos y la mordió.
Cuando empezó a comer la manzana algo sorprendente ocurrió. Es como si el
espantapájaros le comunicar los sentimientos de su corazón y le mostrara que
hay más alegría en dar que en recibir. Se dio cuenta de cómo el espantapájaros
era conocido y apreciado por su amabilidad y generosidad con todos y decidió
vender sus tierras y dar sus bienes a los más pobres. Su vida se transformó y
desde entonces vivió feliz haciendo felices a los de su alrededor.
MORALEJA: De qué vale tener y ganar el mundo entero
si pierdo la vida. Podemos aspirar a los bienes más grandes, pero no hay nada
más grande, valioso y precioso que el amor. El amor todo lo puede y lo
transforma y lo hace de un sabor. Si no hay amor la vida pierde su sabor. No
solo lo sufre la persona egoísta sino los que viven a su alrededor. El amor es
como el aire para respirar, quien ama generosamente pronto verá los frutos del
amor germinar a su alrededor. Quien no ama se sentirá pronto vacío solo y sin
sentido. Hay más alegría en dar que en recibir. Quien ama generosamente y sin
medida recibirá amor sin medida.
2 JUAN SALVADOR GAVIOTA
(Del libro de
Richard Bach)
La pasión por
volar más alto
LECTURA: Llamamiento. Estaban en la orilla y les mandó
bregar mar adentro. Les llamó por su nombre y les dijo que llegarían a ser
pescadores de hombres. Ellos dejando las redes le siguieron (cf. Lc 5)
SINTESIS: Juan
Salvador Gaviota fue un pequeño
libro escrito por Richard Bach, un piloto inglés que estuvo en la RAF en la
segunda guerra mundial. Richard Bach dedicó la historia a todas las personas
que tienen un sueño y quieren ser mejores. Esta historia es una aventura,
tragedia y cuento educativo.
Juan Salvador
Gaviota era una gaviota muy diferente a las demás, trató de encontrar mejores
formas de volar y encontró una muy buena manera de volar. Fue expulsado de la
manada. Voló muy lejos con otras gaviotas brillantes que volaban como él y
practicó mucho tiempo y enseñó a otras gaviotas.
Juan Salvador
Gaviota volvió a la manada con un montón de buenas gaviotas que vuelan muy alto
y la Gaviota Mayor dijo que todas las gaviotas no pueden verlas porque se
quedan volando al ras. Juan encontró a Pedro y le enseñó a mejorar su técnica
de vuelo, entonces un día le dijo a Pedro que era hora y voló muy alto en el
cielo y le dijo a Pedro que era una gaviota que había aprendido a volar. Ahora
era el tiempo de enseñar a otras.
CUENTO: Juan Salvador gaviota era una gaviota
inquieta que no dejó apagar sus ansias y aspiraciones más profundas que le
dictaba su corazón. El se niega a seguir los moldes establecidos y decide no comer
de la basura, salir de la manada, dejar de volar al raso y lanzarse a buscar su
identidad más profunda (volar alto). Mirando a sus alas se preguntó: para qué
las alas sino para volar alto. No quiso renunciar a su aspiración más profunda.
No tuvo en cuenta el que dirán de la gente y decidió emprender su camino al
cielo empezando a volar alto desplegando sus alas al viento sin cansarse ni
desmayar.
Después de traspasar las oscuras tinieblas y las nubes que
encapotaban el cielo, según volaba alto empezó a ver nuevos horizontes,
surcando los umbrales conocidos se encontró con otras gaviotas allí donde no se
oculta el sol y brilla la luz sin ocaso.
Fue allí donde escuchó la voz del Maestro, la Gaviota Mayor,
la voz de lo eterno que le decía yo te enseñaré a volar, yo te enseñaré a amar,
no tengas miedo. Entonces encogió sus alas y se lanzó en picado hacia abajo y
empezó a descender y tomar velocidad, en principio pensó que no iba a resistir
la velocidad que iba a caer al vacío, pero desplego sus alas y empezó a planear
en maravillosa armonía con otras gaviotas siguiendo los rayos del sol.
Eran los mensajeros de la luz que irradiaban paz y serenidad
en su forma de volar. Eran portadores de un mundo nuevo lleno de paz y
esperanza reflejando e irradiando su luz en medio de las tinieblas.
MORALEJA: no recortes tus alas y tus sueños. Dios nos
ha creado con un plan y propósito en la vida. Él nos creó para vivir una vida
vacía, sin sentido, infeliz. Él nos creó para que tuviéramos vida plena, una
vida en abundancia. Nos creo con un propósito y una misión para compartir su
vida y su amor con todos. El nos creó para ser profetas y mensajeros de su paz
y su amor. Llevar a todos la buena noticia de su amor. Hay tantos hombres
perdidos en la oscuridad que están deseando ver la luz en sus vidas.
EXPERIENCIA DEL CURA DE ARS: La gloriosa tarea del
hombre es orar y amar. Si tu oras y amas encontrarás la plena felicidad. Una
felicidad que va más allá de lo que pudiéramos pensar. Dios es la fuente del
amor por eso debemos orar, porque sino no sabremos ni podremos amar. El nos
envuelve con su claridad y su paz. Nosotros somos pobres creaturas pero la
oración nos hace capaces de amar a Dios y a los hermanos.
3 EL AGUILA ENTRE GALLINAS
(Se libre,
atrévete a volar)
LECTURA: Dios creó al hombre a su imagen y
semejanza (Gen 2)
CUENTO: En un paraje junto a las montañas un chico
iba caminando cuando de repente entre unos arbustos vio moverse un pequeño polluelo
que dando pequeños saltos apenas podía moverse porque había quedado enredado
entre las ramas de espino. Estaba herido, llevaba anillas en sus patas y estas
las tenía atadas. El muchacho lo cogió entre sus manos y lo llevó a su granja.
Su padre lo curó de las magulladuras que tenía y lo puso en un corral donde
guardaba gallinas. Aunque no se `percataron mucho de su apariencia pensaron que
se trataba de una cría de gallina.
El polluelo pronto empezó a crecer y su apariencia fue poco
a poco cambiando. Tenía unas garras muy fuertes, no tenía cresta y tenía un
pico más encorvado. Sus alas empezaron a crecer más grandes con un plumaje
precioso.
El polluelo trataba de seguir las gallinas del corral. Comía
las sobras que les tiraba el amo de la granja y saltaba de un palo a otro, pero
el espacio de la jaula del corral se le hacía cada vez más pequeño. No hacía
más que arrastrarse por el barrizal, más aún cuando a las anillas de sus patas
ataron un pequeño cordel. La vida en el pequeño corral se le hacía cada vez más
triste y monótona. Cuando miraba como su cuerpecito iba creciendo y estirándose
cada vez más se preguntaba por qué sus alas con tan precioso plumaje eran tan
diferentes a las otras gallinas. ¿Por qué tenía unas alas tan grandes y que
hacía encerrada en aquel corral de gallinas?
Un día sus dudas se despejaron cuando en el suelo vio la
silueta de otra ave que sobrevolaba alto desde las montañas. Se trataba de una
hermosa águila imperial que parecía atraerla con su vuelo y le decía vuela.
Entonces se dio cuenta, no era una gallina sino un águila. No lo dudó, con el
pico se desembarazó de la cuerda que la ataba y empezó a dar enormes saltos
hasta romper el alambrado de la malla del corral. Por fin pude escapar de la
jaula y empezar a volar.
Sintió por primera vez la sensación de ser libre y de que
estaba hecha para volar y no para arrastrarse a ras de la tierra. Según fue
tomando altura alcanzó a ponerse al lado del águila que sobrevolaba por la cima
de la montaña. El águila la reconoció como suya y la tomó entre sus enormes
alas para elevarla por encima del cielo.
MORALEJA: llevamos impreso en nuestro ser la imagen
de Dios. Fuimos creados por él y para él. Fuimos creados para amar porque él es
amor. Amar es nuestra identidad lo que nos hace ser aquello para lo que fuimos
creados. Dios envió su Hijo al mundo para hacernos libres para amar. En él
descubrimos nuestra verdadera imagen porque nos reveló el verdadero amor de
Dios.
4 LA RENOVACION DEL AGUILA
(La crisis de la
mitad de la vida: Renovarse o morir)
LECTURA: Renovaré su vigor y subirán con alas como
de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse ( Is 40, 31)
HISTORIA: el águila es el ave de mayor longevidad, la
especie del águila real llega hasta los 70 años. Pero para llegar a esa edad a
los 40 deberá tomar una seria y difícil decisión. En mitad de la vida sus uñas
se vuelven apretadas, pierden fuerza y flexibilidad lo que le impide al águila
tomar sus presas. Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra su
pecho. Sus alas envejecen y se tornan pesadas y de plumas gruesas. Volar alto
cada vez le cuesta más y se le hace muy difícil.
Entonces el águila tiene solamente dos alternativas,
renovarse o morir. Si quiere sobrevivir ha de afrontar un doloroso proceso de
cambio y transformación que durará al menos medio año. Ese proceso consiste en
volar hacia lo alto de la montaña y quedarse allí por un tiempo. Se esconde en
un lugar cercano al paredón de la roca en donde no tenga necesidad de volar.
Allí debe comenzar a cambiar. Golpeará con su pico en la
pared hasta conseguir arrancarlo. Luego esperará el crecimiento de un nuevo
pico con el que desprenderá una a una las uñas de sus talones. Cuando los
nuevos talones comienzan a nacer comenzará a deshacerse desplumando sus plumas
viejas. Finalmente después de este largo proceso de cambio saldrá a la luz para
el famoso vuelo de renovación que le dará unos 30 años más de vida.
MORALEJA: situaciones parecidas nos suceden a lo
largo de la vida. Hay momentos en que parece que ya lo hemos dado todo lo que
teníamos. Parece como si hubiéramos agotado nuestra creatividad y que ya no
tenemos mucho que aportar. Nuestra vida se vuelve gris y envejecida. Es el
momento de la crisis de la mitad de la vida y la oportunidad de cambiar.
De la crisis podemos salir fortalecidos y enriquecidos,
podemos descubrir unas nuevas claves para la vida, conscientes de nuestra
orientación primordial. O nos transformamos como las águilas o estaremos
condenados a morir o vivir sin motivación y sin sentido.
La transformación exige primero hacer un alto en el camino.
Retirarnos y resguardarnos por un tiempo para después poder volar hacia lo
alto. Es preciso alejarse del activismo y del protagonismo y encontrar una
nueva motivación. Solos no podremos hacerlo necesitamos la ayuda del Espíritu.
“¿Cómo es posible al hombre viejo volver a nacer? Tenéis que nacer de nuevo.
Nadie puede entrar en el Reino de Dios si no nace del agua y del Espíritu” (Jn
3, 4-8)
Ese proceso de cambio será la oportunidad de una
transformación profunda que nos haga retomar la vida con esperanza. Solo así
podremos desprendernos de esos viejos hábitos adquiridos que nos encierran en
nosotros mismos y nos van empequeñeciendo. Solamente libre de las ataduras del
pasado podremos afrontar una renovación con nuevas motivaciones y expectativas
que nos haga seguir adelante con esperanza.
5 EL AGUILA Y EL HALCON
(El arte de vivir unidos)
LECTURA: El
les renovará el vigor y subirán con alas como de águila, correrán sin fatigarse
y andarán sin cansarse. (Is 40,31)
HISTORIA: Dos indígenas trataban de formalizar
relaciones y hacer una alianza de amor entre ellos. El jefe de la tribu pidió a
la joven escalar al monte y cazar el halcón más fuerte. Al joven le pidió
escalar la montaña y traer el águila más brava.
Los jóvenes partieron para cumplir su misión. Al cabo de un tiempo los
jóvenes bajaron de la montaña con las dos aves que les había pedido el jefe.
Entonces el jefe les dijo: tomen las aves y amárrenlas una a la otra por las patas con
esas cintas de cuero. Cuando estén amarradas, suéltenlas para que vuelen. Ellos
lo hicieron y soltaron las aves. El águila y el halcón intentaron volar pero a
penas consiguieron dar pequenos saltos. Minutos despues, irritadas por la
imposibilidad de volar, las aves comenzaron a agredirse una a la otra,
picándose hasta lastimarse. Entonces el jefe les dijo: Jamás se olviden lo que
están viendo. Este es mi consejo:
Ustedes son como el águila y el halcón. Si estuvieran amarrados uno al
otro, aunque fuera por compromiso, no sólo vivirán arrastrándose sino también,
más tarde o más temprano, comenzarán a lastimarse el uno al otro.
Si quieren
que el amor entre ustedes perdure, vuelen juntos, pero jamás amarrados. Libera
a la persona que amas para que ella pueda volar con sus propias alas. Este es un
principio para aprender el arte de vivir juntos en el matrimonio y también en
las relaciones familiares, amistades y comunidades.
Si queréis
vivir unidos habréis de aprender a respetaros mutuamente. Respeta el derecho de
las personas de volar rumbo a sus sueños. Solamente las personas libres son
capaces de amar. No se aten a nada para poder volar. No se arrastren sobre la
tierra. Vuelen alto pero juntos, caminen juntos. Sigan el águila que vuela
libre y habita en las montañas. El os guiará y os llevará sobre sus plumas.
MORALEJA: Cumplir o seguir las normas
establecidas no aseguran que el amor se de entre nosotros. No podemos amar por
imposición, obligación o a la fuerza. El amor debe circular entre nosotros y va
más allá de las reglas. Los compromisos se deshacen cuando falta el amor. No es
lo mismo vivir juntos que vivir unidos. No cualquier amor nos hace vivir
felices. El amor de comunión es cuando los dos miran en una misma dirección. El
amor precisa ser probado y purificado de todo egoísmo. El amor tiene que ser
verdadero. El amor y la verdad os hará libres.
6 LA PERLA PRECIOSA
LECTURA: El Reino de los Cielos se compara a un
mercader d que busca perlas finas. Cuando encuentra una de gran valor, va vende
lo que tiene y la compra (Mt 13,48)
HISTORIA (I): UNA
PERLA PRECIOSA. Un muchacho se encontró una perla y se fue al
maestro, una persona de confianza, para ver si era verdadera y que le dijera su
valor no fuera a malgastarla. El maestro le dijo. Es auténtica, vale muchísimo,
no la vendas por menos de 50 monedas de plata.
En el mercado cuando la vieron trataron de comprársela, pero
le daban poco dinero. Curioso el muchacho se dirigió a un experto que la tasó
en 100 monedas de plata.
Entonces el muchacho entró en una Iglesia y escuchó decir al
sacerdote que somos como una perla preciosa para Dios. Solo Dios que nos creó y
redimió pude decirnos el valor de nuestra vida. Nuestra vida es preciosa a sus
ojos. Valemos el precio de su sangre. No malgastes tu vida.
LECTURA: Vendrán a mí y cambiaré su tristeza en
alegría, su alma se convertirá en un huerto bien regado (Is 30, 12-13). Yo voy
a devolver el vigor a tu cuerpo y voy a sanar tus heridas (Is 30,7).En sus
heridas fuimos curados (Is 53,4). Había una mujer que padecía hemorragias desde
hacía doce años y que había gastado toda su fortuna en médicos, sin lograr que
ninguno la curase. En tonces decidió acercarse por detrás a Jesús y tocarle el
borde del manto. En el mismo instante se detuvo la hemorragia (Lc 8,43)
HISTORIA (II): LAS PERLAS PRECIOSAS QUE SALEN DE LAS
HERIDAS
La perla es producto de un laborioso trabajo. Cuando la
concha se abre va absorbiendo algas y arena con la que va lentamente elaborando
una perla preciosa. Una ostra que no ha sido herida no puede producir perlas
finas.
Las perlas finas son producto del dolor, el resultado de la
entrada de una sustancia extraña e indeseable al interior de la ostra, como un
parásito o un grano de arena. En la parte interna de la ostra se encuentra una
sustancia lustrosa llamada nácar. Cuando un grano de arena penetra en la ostra,
las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas
y capas para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. Como resultado se va
formando una perla fina de incalculable valor.
La perla fina es una herida cicatrizada. No digas tu herida
es incurable, es una llaga dolorosa que no tiene remedio ni nadie que la sane. No
dejes que tus heridas te hundan en baja estima y malos resentimientos. Entonces
tu ostra quedará vacía. Abre tus heridas a dios y deja que Él las sane y las
transforme en perlas finas. No seas vencido por el mal, vence el mal a fuerza
de bien.
MORALEJA: Quizás tú te hayas sentido lastimado por
heridas. Quizás hayas sufrido golpes en la vida. No temas las heridas pueden
cicatrizar y producir perlas finas. Deja que Dios vaya sanando tus heridas,
cubriendo tus heridas con capas de amor. Solo Dios es capaz de transformar el
dolor en amor.
EXPERIENCIA DE FRANCISCO EN EL MONTE ALVERNA.
Francisco poco a poco se quedó ciego. No soportaba durante el día la luz
natural, ni el resplandor del fuego durante la noche. Por ello se refugió entre
unas peñas en el monte Alverna donde permanecía en la oscuridad. No sólo era la
ceguera sino que además sufría día y noche un dolor tan atroz que casi no podía
ni reposar ni dormir. Una noche reflexionando sobre las muchas tribulaciones a
las que estaba expuesto, fue movido a piedad hacia sí mismo y dijo en su
corazón: Señor, ven en ayuda de mis enfermedades, a fin de que las pueda
soportar con paciencia”. El Señor se apiadó y lo consoló y fue tan grande la
consolación que le movió a escribir el canto de las criaturas. Quiero componer
para su gloria, para consuelo nuestro y del prójimo una alabanza del Señor por
todas sus criaturas. Lo curioso que un canto tan bello saliera de un pobre
hombre ciego que no podía ver las criaturas y estaba cargado de tribulaciones,
crucificado por dentro y por fuera. Descubre la belleza de las criaturas cuando
ya no las ve. Las ve bajo otra luz, una luz tabórica, transfigurada que le
permite captar el amor de Dios en medio del sufrimiento, identificándose por
amor con el Cristo Crucificado.
7 LA TAZITA DE PORCELANA
LECTURA: “Nosotros somos la arcilla, el barro,
en manos del alfarero”. (Jer 18, 1-6)
El alfarero baja a la alfarería donde trabaja en su torno
con paciencia. Cuando se le estropea la vasija pacientemente y amorosamente no
la suelta de sus manos, sino que la moldea dando nueva forma según le parece. Lo
propio del amor es abajarse. Dios se abaja al tomar nuestra humanidad y contar
y trabajar con ella. En el sótano de nuestras miserias, Él saca a relucir su
más precioso amor derramando su amor sobre nuestras rendijas y heridas las cura
y transfigura para que reflejen su amor misericordioso.
LA EXPERIENCIA DE SANTA TERESITA:
Jesús me tomó de la mano y me hizo entrar en un
subterráneo (la cueva de su alfarería). Allí en el silencio de lo escondido
donde no llegan los rayos del sol ni las gotas de la lluvia ni la brisa del
viento… en la penumbra del torno que gira y gira sin parar… no hay palabras, ni
el me dice nada ni yo le digo nada… solo se percibe sus dulces y amorosas manos
y los ojos abajados de la Santa Faz.
Aparentemente no veo que avance nada ni dar pasos hacia
la cumbre de la montaña. Al contrario siento la impotencia de ser barro,
arenilla, polvo del desierto que parece se lleva el viento. Aunque las montañas
se muevan se que su amor no se moverá ni se apartará de mí jamás.
Nuestro viaje se hace bajo tierra, la ruta que sigo no es
de consuelos y sin embargo me da paz. Jesús es quien ha escogido esta senda
estrecha y yo lo he escogido a él como Señor y guía. Nosotros queremos ser
grandes y buscamos caminos de grandezas. Jesús se abaja y tiene compasión por
lo débil y lo pequeño. Jesús pone sus manos suaves en mi barro y me hace
entender que debo aceptar humildemente mi pobreza. Lo que ama Jesús es mi
pequeñez, mi pobre alma.
Nosotros desearíamos ser perfectos, no caer nunca y sin
embargo topo cada día con mi debilidad y mis miserias. Pero El no se cansa de
rehacernos una y otra veza base de misericordia para hacernos a imagen de su
corazón misericordioso.
CUENTO: LA TAZITA DE PORCELANA (I)
Se cuenta que una vez, en Inglaterra, existía una pareja
que le gustaba visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Una de sus
tiendas favoritas era una donde vendían vajillas antiguas. En una de sus
visitas a la tienda vieron una hermosa tacita.
– ¿Me permite ver esa taza? Pregunto la señora. – ¡Nunca
he visto nada tan fino como eso!
En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la
tacita comenzó a hablar. – ¡Usted no lo entiende!, yo no siempre he sido esta
taza que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo solo era un montón de
barro amorfo. Mi creador me tomo entre sus manos y me golpeó y moldeó
cariñosamente. Llego un momento en que me desesperé y le grité: -Por favor,
déjame ya en paz. Pero solo me sonrió y me dijo: “Aguanta un poco más, todavía
no es el momento”.
Después me puso en un horno. Yo nunca había sentido tanto
calor. Me pregunté porque mi creador quería quemarme, así que toqué la puerta
del horno. A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi creador
que me decían: “Aguanta un poco más, todavía no es el momento”.
Finalmente se abrió la puerta. Mi creador me cogió y me
puso en una repisa para que me enfriara.
Así esta mucho mejor, me dije a mi misma, pero apenas me
había refrescado mi creador ya me estaba cepillando y pintándome. El olor de la
pintura era horrible. Sentía que me ahogaría. Por favor detente, le gritaba a
mi creador, pero el solo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía
“aguanta un poco más, todavía no es el momento”.
Por fin dejo de pintarme; pero esta vez me metió
nuevamente al horno. No era un horno como el primero, sino que era mucho más
caliente. Ahora sí que estaba segura que me abrasaría. Le rogué y le imploré
que me sacara. Grite, llore, pero mi creador solo me miraba diciendo, “aguanta
un poco más, todavía no es el momento”. En ese momento me di cuenta de que no
había esperanza.
Nunca lograría sobrevivir a ese horno. Justo cuando
estaba a punto de darme por vencida se abrió la puerta y mi creador me tomó
cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la primera. Allí
me dejo un momento para que me refrescara. Después de una hora de haber salido
del segundo horno, me dio un espejo y me dijo:
-Mírate, esta eres tú.
Yo no podía creerlo, esa no podía ser yo. Lo que veía era
hermoso.
Mi creador nuevamente me dijo: -Yo sé que te dolió haber
sido golpeada y moldeada por mis manos, pero si te hubiera dejado como estabas,
te hubieras secado. Sé que te causó mucho calor y dolor estar en el primer
horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras quebrado.
También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de
no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera puesto en el
segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría
sido la suficiente para que subsistieras.
Ahora tu eres un producto terminado. Eres lo que yo tenía
en mente cuando te comencé a crear.
Igual pasa con nosotros. Dios nunca nos va a tentar ni a
obligar a que vivamos algo que no podamos soportar. Dios sabe lo que está
haciendo con cada uno de nosotros. El es el artesano y nosotros somos el barro
con el cuál Él trabaja. Él nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser
una pieza perfecta y podamos cumplir su voluntad.
LA TAZITA AGRIETADA (II) (Liana Castello)
El joven
caminaba y de pronto la vio. La tazita estaba ahí, reluciente, pintada, fina,
hermosa. Entró al comercio y compró esa bella taza de porcelana que sabía,
sería su taza. El joven tenía varias en su hogar, pero ninguna se igualaba a
esta. Era sin lugar a dudas, la elegida.
Al
principio la cuidaba como lo que era, algo frágil, hermoso y digno de ser
cuidado, él la amaba, de eso no había dudas. Sin embargo, con el tiempo, la
empezó a descuidar y no porque la amase menos, sino porque –en cierto modo- se
había acostumbrado a su diaria presencia, sabía que allí estaría para él al día
siguiente y al otro y al otro.
Ya no la
tomaba con cuidado, la olvidaba en cualquier lado de la casa y no la lavaba
bien. Cierto día, en uno de sus habituales descuidos, golpeó la taza contra la
mesada y en la fina y delicada porcelana, se abrió una delgada grieta.
La tomó con
miedo a que se hubiese partido al medio, miedo a que ya no tuviese remedio
alguno, pero al ver que la grieta era pequeña se alivió.
Esa noche,
comentó con sus amigos lo que había ocurrido y muchos fueron los comentarios
que escuchó: -Cuando una taza se quiebra ya no tiene remedio, algo siempre se
filtrará, debes dejarla y comprar una nueva-dijo uno.
-¡En
absoluto!-gritó otro-debes cuidarla más que nunca si la amas ¿no puedes
repararla?-preguntó. -No será la misma, yo sé lo que les digo-dijo otro.
-Con tantas
tazas que hay por ahí y tu haciéndote tanto problema…-agregó el último. -Pero
es mi taza, la que yo elegí, mi preferida, no quiero desprenderme de ella. -No
será la misma taza, verás-sentenció uno de sus amigos.
-Verás que
si tratas de repararla, si la cuidas, podrás seguir bebiendo de ella. Ahora
quizás aprendas a cuidarla mejor porque ya sabes, que nadie tiene nada seguro,
ni una taza, ni ninguna otra cosa en la vida-dijo otro.
Como el
joven amaba realmente a su taza, se prometió darse y darle una nueva
oportunidad. Cierto era que la rajadura no desaparecería, pero no menos cierto
era que no por eso debía desecharla.
Supo que se
había equivocado al descuidarla, que más allá del tiempo y la costumbre, seguía
siendo bella y por sobre todo seguía amándola y se prometió no lastimarla más.
Colocada
boca abajo, luego de un lavado cuidadoso, podía leerse en la base de la misma,
como si fuese su nombre o su marca la palabra “vínculo", unidos para
siempre.
8 LAS TINAJAS AGRIETADAS DE AGUA
LECTURA: “Herido por nuestras rebeldías soportó el
castigo que nos trae la paz. En su heridas fuimos curados”. (Is 53). “Tomó
sobre si nuestras heridas y cargó con nuestras enfermedades” (Mt 8,17). “Se
presentó delante de ellos y les mostró sus manos y su costado y les dijo: la
paz con vosotros” (Jn 20, 19-21)
CUENTO: Una chica trabajaba en un campo para un Señor
que la mandaba a acarrear agua para dar a beber a sus animales. Tenía que hacer
un largo recorrido. Pero lo peor era que los cubos con los que transportaba el
agua eran viejos y estaban agrietados.
Ella cada día tenía que ir al pozo a tomar el agua. Allí
cargaba los cubos y pacientemente tomaba un palo largo y colgaba en sus
extremos los cubos llenos de agua y recorría el camino hasta la granja donde
estaban los animales. Pero el trayecto era tan largo y los cubos tan
agujereados que cuando llegaba apenas quedaba agua para abrevar a los animales.
Así que tenía que repetir dos o tres veces el trayecto para que los animales
tuvieran la suficiente agua para beber.
Ella estaba desesperada de ver cuanto esfuerzo para sacar
tan poco provecho de su trabajo. Así que cuando estaba a punto de desesperar
sintió la presencia de alguien que le acompañaba en el camino. No te aflijas
pequeña que no hay una sola gota de agua que quede perdida. Y le invitó a volver
la mirada hacia atrás y ver que a lo largo del camino que transitaba cada día
habían florecido un montón de flores y pantas. Tendrás más que suficiente para
agradar a tu amo y alimentar a sus animales con verdes frutos.
MORALEJA: Nuestros trabajos y nuestros esfuerzos los
ve Dios. No hemos de perder la esperanza. Aunque de momento no veamos frutos,
incluso veamos nuestras vasijas de barro llenas de grietas. El Señor es capaz
de curar nuestras heridas y hacernos cauce de sanación para muchos. El Señor
une nuestra pobre ofrenda a la suya y no deja que nada se pierda.
EXPERIENCIA DE UN VIEJO SACERDOTE (Padre
Oliviant) A lo largo del tiempo son muchas las cosa que me llevaron a cambiar
el modo de celebrar la eucaristía. Pasaron los años y me cargué de enfermedades
que me impedían mi labor pastoral. En la mañana de la vida , yo era el sacerdote
y Jesús la víctima que se ofrecía. En el atardecer de la vida Jesús es el
sacerdote y yo soy la pobre ofrenda (víctima) que asocia a su sacrificio.
9 UN MENDIGO QUE NOS HACE RICOS
LECTURA: “Atesorad tesoros en el cielo donde la
polilla no puede corroer ni los ladrones robar, porque donde tengas tu tesoro
tendrás también tu corazón” (Mt 6, 20-21)
CUENTO: Un labrador acababa de recolectar una gran cosecha y
cargaba un gran saco de granos de trigo que lo llevaba a su casa. En el camino
se encontró a un pobre mendigo que le tendía la mano y le suplicaba que le
diera algo para remediar su indigencia.
El mendigo postrado al borde del camino no cesaba de pedir
que si por favor tenía algo. El hombre que había pasado de largo con
indiferencia volvió para atrás y tomó del saco un grano de trigo que finalmente
se lo dio.
Cuando llegó a su casa descargó el saco y derramó los granos
de trigo en el suelo para tratar de seleccionarlo y limpiarlo.
Cuál no sería su sorpresa cuando vio que entre el montón de
granos de trigo esparcidos por el suelo había uno que brillaba y relucía más
que el sol. Se acerco y lo tomó en sus manos. Y descubrió que se trataba de un
grano convertido en oro.
Entonces se acordó del mendigo y reconoció que tras la
apariencia de indigencia que tenía se trataba de un Rey, un gran benefactor que
transformaba todo lo que recibía en oro.
Entonces se dijo para sí. Qué pena que haya sido tan avaro y
mezquino con el pobre mendigo. Si le hubiese compartido y ofrecido todo lo que
llevaba ahora sería la persona más rica del mundo.
MORALEJA: Hay mas alegría en dar que en recibir. Lo
que distingue un hombre bueno de uno malo es su corazón. ¿Dónde tenemos puesto
el corazón?
Las exigencias del Evangelio a veces nos parecen exageradas.
“Ve vende lo que tienes y dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el Cielo”.
Nosotros tenemos la sensación que darlo todo y quedarnos sin nada es quedarnos
desamparados. Al contrario, es el momento de experimentar a Dios como el
verdadero tesoro de nuestro corazón. Sin él nada nos falta. Quién no le tiene a
él como tesoro no le bastará nada.
10 El ZAPATERO REMENDON
(Jesús te espera en cada corazón)
Lectura: “Zaqueo hoy quiero visitarte y alojarme
en tu casa” (Lc 19,1)
CUENTO: Erase un zapatero muy bueno que trabajaba en
su taller remendando zapatos viejos que le traía y dejándolos prácticamente
nuevos. Un día cansado del trabajo se quedó dormido junto al fogón cuando en
sueños escuchó que Jesús le decía: Estate despierto que mañana pienso ir a
visitarte.
Al día siguiente el zapatero se levantó lleno de alegría y
se puso a limpiar y arreglar la zapatería para que cuando llegase Jesús la
encontrase acogedora. Entre medias se presento una señora muy pobre con dos
niños con sus zapatitos rotos que enseñaban los dedos por delante y le pidió si
los reparaba aunque no sabía cuando se los pagaría y les dio unos panecillos.
El zapatero dijo que aunque se encontraba muy ocupado no se reocupara que el lo
arreglaría y que no se preocupase del dinero. Siguió limpiando y se presento
otro viejecito con las botas desgastadas muerto de frio, el le invitó a
quitarse las botas, acercarse al fogón y tomar un poco de caldo mientras le
reparaba los agujeros de las suelas poniéndolas unas nuevas. Y Así fue pasando
el día hasta que exhausto se quedó de nuevo dormido junto al fogón. Entonces
Jesús se le volvió a aparecer en sueños. El trato de disculparse dijo seguro
que pasaste y me encontraste ocupado por hoy se acercaron tantas personas.
Entonces se sorprendió cuando Jesús le dijo, Bien que lo se pues era yo quien
se acercó en aquella mujer pobre con sus dos hijitos y en el viejito de las
suelas agujereadas.
MORALEJA: No debemos esperar a ver a Dios en las
nubes porque está bien abajado entre nosotros. Quien dice que ama a Dios a
quien no ve y no ama al hermano al que ve es un mentiroso. Al final de la vida
seremos examinados por el amor y preguntaremos. ¿Cuándo te vimos hambriento, o
sediento o enfermo? Cuanto hicisteis por los más pequeños a mí me lo hicisteis
(cf. Mt 25)
EXPERIENCIA DE LA MADRE TERESA: Teresa de Calcuta se sintió llamada por Jesús
a llevar su luz y su amor a los rincones, agujeros más lúgubres de Calcuta. El
mismo Cuerpo de Cristo que adoramos en la eucaristía es el mismo Cuerpo de Cristo
que encontramos en los hermanos más pobres. Dese entonces se dedicó a llevar el
amor de Dios a los más pobres y destituidos de la tierra, huérfanos, enfermos,
moribundos. El hambre más profunda es el hambre de amor. Hay males y heridas
que no se curan con dinero sino con amor. No necesitamos armas y bombas para
llevar la paz, necesitamos amor y la compasión. El amor es una fruta de
temporada de todo momento y alcance de todas las manos. Difunde e irradia el amor
de Dios donde quiera que vayas. No dejes que nadie se aleje de ti sin ser un
poco más feliz. Nunca prives a nadie que se sienta amado por Dios. Dios mismo
te lo recompensara cuando te diga cuanto hicisteis por los más pequeños a mí me
lo hicisteis.
11 EL PRINCIPE Y LA GOLONDRINA
(Un lugar donde
reposar)
LECTURA: Qué deseables son tus moradas. Hasta el
gorrión ha encontrado una casa y la golondrina un nido donde colocar sus polluelos. (Sal 83, 2; 4). No os dejaré huérfanos. Voy a prepararos un lugar.
El que acepta mis palabras y me ama será amado por mi Padre y vendremos a él y
haremos morada en él (Jn 14, 18 y 21)
CUENTO: en un lugar de la tierra hubo un Príncipe muy
amable y generoso que se pasó toda su vida haciendo el bien. La gente vivía
feliz y nadie pasaba necesidad porque sabían que si acudían al Príncipe siempre
recibirían ayuda en su necesidad. Cuando el Príncipe murió quisieron en
reconocimiento levantar una estatua de bronce en medio del pueblo para que
todos recordaran a su benefactor y su gran corazón. Decidieron por ello
revestir su corazón de oro en señal de reconocimiento y agradecimiento.
El caso fue que la vida siguió su curso, los años pasaron y
con el tiempo empezaron a olvidarse del Príncipe, de su gran benefactor. La
estatua quedó abandonada y llena de suciedad, casi irreconocible y las nuevas
generaciones perdieron la memoria de su gran bondad.
Un día de invierno, cuando estaba medio nevando con mucho
frío pasó una golondrina que sobrevolando el pueblo vio la estatua abandonada y
pensó en refugiarse antes de morir de frío. Se cobijó pues bajo sus brazos y
cual sería su sorpresa al notar que su corazón latía y le daba abrigo con su
calor. Entonces sorprendida notó que le hablaba: Siento compasión de mi pueblo
porque pasan mucha necesidad. ¿Quieres ayudarme a poder llevar consuelo y ayuda
a los más necesitados?
La pequeña golondrina no salía de su asombro. Pero yo no
tengo nada que ofrecerles, respondió. No te preocupes picotearás de mi corazón
y llevaras pepitas de oro a aquellos que yo te mostraré. Y empezó a hablarle de
cada una de las personas que más sufría. Todas las noches la golondrina
picoteaba del corazón del Príncipe y llevaba pepitas de oro que arrancaba de su
pecho a los enfermos, hambrientos, desconsolados que pasaban necesidad. La
golondrina se encargaba de ir limpiando con sus alitas la suciedad del Príncipe
y este recobró toda su belleza quedando de nuevo resplandeciente. Así agotó su
existencia hasta quedar rendida en el pecho del Príncipe.
Poco apoco fue como si el pueblo volviese a tomar vida y se
fueran encendiendo de nuevo la llama del amor en sus corazones. Algo
extraordinario empezó a cambiar la rutina del lugar, la gente empezó a ser más
buena y solidaria. Entonces todos recordaron de nuevo al Príncipe benefactor y
reconocieron que no estaba muerto que se había quedado a vivir entre ellos, en
sus corazones.
MORALEJA: Tenemos un lugar donde habitar, en los
brazos de Jesús, en el corazón de Jesús. Nuestra vida es como una pequeña
barquichuela en mitad de un océano inmenso que es el amor de Dios En él
podremos navegar hasta reposar en Él.
EXPERIENCIA DE STA TERESITA: Ocúltame en tu pecho y
allí habitaré sin temores. Que sea mi morada y hogar de mis amores tu Santo
Corazón. En tu gran Corazón de dulzura navega el mío a velas desplegadas.
Ligera surco el mar con mi tesoro, llevo de lastre amor. El que ama a Jesús
encuentra en su corazón su cielo y su tesoro.
EXPERIENCIA DE UNAMUNO AL FINAL DE SU VIDA: Unamuno buscó a Dios a tientas y al final de su
vida lo encontró. En Salamanca entrando en el cementerio esta la tumba de
Unamuno en la que se lee esta inscripción: “Méteme, padre eterno, en tu pecho,
misterioso hogar. Dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar”.
12 EL AMOR SECRETO
LECTURA: Dios nos amó primero. No hay amor más
grande que el que da la vida por los que ama. También vosotros debéis amaros de
la misma forma (cf. Jn 13)
CUENTO: Cuentan que un chico quedó locamente
enamorado de una chica. La chica era una mujer apuesta y preciosa pero el chico
era un pobre desarreglado que no tenía trabajo y vivía como un mendigo. Le daba
vergüenza declararse a la chica porque se encontraba indigno de su amor. El no
obstante reflexionó, es verdad que nunca ni ella ni su familia me aceptarán
dada mi condición. Pero, aunque no sea reconocido nada ni nadie me impedirá
amarla en secreto. Así que decidió ser su amor secreto.
Cada mañana se levantaba con el único interés de hacerla
feliz a base de detalles de amor. Antes de amanecer se levantaba temprano a
poner un ramo de flores a la puerta de su casa con una dedicatoria: Te amo, tu
amor secreto. Empezaba a silbar y cantar una dulce canción de amor para
despertarla cada día. Recorría el camino que iba a seguir y ponía en los árboles
su dedicatoria: Te amo, tu amor secreto. Sabía que iría a lavar su ropa en un
pequeño remanso que hacía el río. Así que subía hasta la fuente y manantial
donde corría el agua y en las hojas escribía la dedicatoria: Te amo, tu amor
secreto.
La mujer no salía del asombro viendo las flores, los árboles
y las hojas hablar a su corazón dándole noticia de su amor secreto. Ella era
feliz de sentirse tan amada y se preguntaba quién sería el pretendiente que la
cortejaba con tantos detalles de amor.
Sin embargo, pasaban los días y el chico en lugar de ser
reconocido como el amante secreto era despreciado y tomado por loco. La gente
le veía haciendo locuras como era transportar piedras enormes bajo sus espaldas
sin ningún sentido.
Pero para él todo tenía una motivación y sentido: un día
ella despertaría al gran amor con que era amada. Como en el lugar no había
lugares de distracción la gente los domingos solía subir hasta lo alto de la
montaña para desde allí contemplar el paisaje.
Así ocurrió, un domingo la muchacha salió a asear con sus
amigas y decidieron subir a la montaña. Cuál sería su sorpresa cuando al otear
el horizonte vio escritas en las tierras con letras de kilómetros que formaban
hileras de piedras enormes la dedicatoria: Te amo, tu amor secreto.
MORALEJA: Quizás esta historia te pueda parecer
descabellada, utópica, muy lejos de la realidad. Pero la verdad que ese amor
descomunal e infinito es el amor de Dios con el que somos amados. El es sin
duda nuestro amor secreto. Nos despierta cada día con el canto de los pájaros,
los árboles, las hojas que baten con el viento y las flores del camino. Todo
son detalles de amor con los que no deja de agasajarnos cada día. Pero para que
despertásemos a su amor infinito quiso enviarnos a su propio Hijo. En la cumbre
de la montaña, (Calvario), en la cruz. Nos dejó su dedicatoria, te amo, tu amor
secreto. En la eucaristía sigue diciéndonoslo cada día esperando a que
despertemos a su amor.
13 COMO UN LEÑO SECO, PARTIDO POR UN
RAYO
(Así era mi Señor Crucificado)
LECTURA: Su aspecto no era nada atrayente, no
había nada que llamase la atracción. Ignorado por todos, rechazado, despreciado
como uno ante el que se vuelve el rostro. Era el quien cargaba con nuestros
dolores y sufrimientos, más fue herido por nuestros pecados (Is 53, 2-5) A
Dios nadie lo vio jamás; el Hijo único que habita en íntima comunión con el
Padre nos lo ha dado a conocer. (Jn 1,18)
CANTICO DE SAN FRANCISCO AL CRUCIFICADO:
Así era mi Señor Crucificado:
Era como un árbol quemado y partido por un rayo que es inútil para
madera o para llama.
Era como un bosque incendiado, quemado y dormido para siempre hecho
cenizas.
Sin voz, sin belleza, clavado y despreciado; derrotado e impotente;
crucificado.
Como el agua derramada o flores pisoteadas que crees que no son buenas
para nada.
Creer la noticia buena noticia fue nuestro regalo. Marchitó entre las
manos, despreciado y olvidado.
Azotado, indefenso, abandonado, desfigurado, humillado, escupido y
crucificado.
El amor quiso revelarse dándose por entero, el amor quiso compartirlo
todo hasta morir de amor, sólo así puede ser el amor verdadero. Como el grano
de trigo que se entierra fructificará, resucitará y reinará eternamente.
EXPERIENCIA DE FFRANCISCO: así era la plegaria
profunda que salía del corazón de Francisco: Señor muéstrame tu rostro. El
Señor se lo concedió y pudo ver el rostro de Dios en un leproso. A este leproso
el mismo escandalizado lo había rechazado. Entonces lo abrazó y después lo besó
y El se convirtió en uno de nosotros y fue clavado desnudo en la cruz,
mostrando sus llagas ante el mundo. Experimentó la belleza y alegría del
Crucificado. El amor no es reconocido, no es amado. Tú eres el amor, la
caridad, tú eres la paciencia, tú la hermosura, tú eres la mansedumbre, tú eres
la seguridad, tú eres la quietud, tú eres el gozo, tú eres la fuente de
alegría, tú eres la justicia, tú eres la templanza, tú la razón de la
esperanza, tú eres toda nuestra riqueza a saciedad. Tú eres la hermosura, tú la
mansedumbre, tú eres el protector, nuestro defensor, el redentor. Tú eres
nuestra fe, tú nuestra caridad, tú nuestra esperanza, nuestra vida eterna,
grande y admirable Señor, omnipotente Dios, misericordioso Salvador.
EXPERIENCIA DE CLARA: ¿alguna vez has visto un hombre
sentenciado a la peor pena, que va a ser ajusticiado, los ojos de un hombre
malo, odiado por todos, condenado a muerte? Yo los he visto y no puedo olvidar
esos ojos. El ha cautivado toda mi alma y ahora solo quiero vivir para él. Él
cuya contemplación refresca el alma, cuya amabilidad encanta, cuya pobreza y
humildad enamora. El Señor de cielos y tierra reclinado en un pesebre y
entronado en una cruz.
MORALEJA: El drama del mundo moderno es haber
olvidado y rechazado a Dios y haberse hecho otros dioses a su medida. Nos
volvimos insensatos y embelesados con la hermosura de otros dioses y olvidamos
cuánto más hermoso es el Señor, autor de la misma belleza. El mismo Jesús
pregunta a los discípulos y vosotros quien decís que soy yo. Pedro lo declara
el Mesías el Hijo de Dios vivo, y al momento les declara que el Hijo del hombre
iba a sufrir mucho y ser rechazado por todos y crucificado para al tercer día
resucitar de entre los muertos. La cruz que fue escándalo para todos se
convertiría en la prueba del amor más grande. Necesitamos volvernos de nuevo a
Dios y preguntarle cómo Francisco: Señor déjame ver tu rostro.
14 LA MUJER DE LA CARA QUEMADA
(el verdadero
tesoro)
LECTURA: “El Reino de los cielos es semejante a un
hombre que encontró un tesoro y lo enterró en el campo. Entonces fue y
vendió todo lo que tenía para adquirir ese campo”.
ERASE UNA VEZ Una mujer pobre, madre soltera, que
tenía una única hija única por la que se desvivía. La hija era para ella el
tesoro de su corazón. Por ella trabajaba sin cesar limpiando casa para que a
ella no le faltase de nada. Según fue creciendo dobló el trabajo para que su
hija pudiera estudiar. La hija comenzó a estudiar termino sus estudios y se
graduó. ¿Pero que pasó?
La mujer tenía la cara deformada y a la hija le daba
vergüenza presentarla a sus amigas y en sociedad. Una mujer así, sin estudios,
era para ella como un impedimento para escalar en la alta sociedad y rodearse
de gente de clase.
La madre poco a poco notó la frialdad y la distancia con la
que su hija le trataba. Así que un día se acercó de su hija y tomándola de la
mano le conto una historia que desconocía. Quiero contarte porque tengo la cara
así y porqué no pude estudiar. Cuando era joven quede embarazada de ti y todos
me abandonaron. Desde entonces me puso a trabajar duro sin reservar tiempo para
mi para que a tí no te faltase de nada. Cuando a penas eras un bebe un día de
mucho frío te dejé al lado de la lumbre para que estuvieras caliente mientras
yo fui a trabajar. Cuando volví a casa vi que salía humo y que la casa se
estaba incendiando. Entonces corrí con una manta ataparte par protegerte del
fuego pero tratando de rescatarte yo me quemé la cara. Estas arrugas y
cicatrices que ves en mi cara son el signo de mi amor incondicional por ti.
Estaba dispuesta a perderlo todo incluso mi vida para salvar la tuya.
MORALEJA: “Tanto amó Dios al mundo que nos envió a su
Único Hijo para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”. Dios que nos
creó con amor y nos sostuvo con amor todos los días de nuestras vidas para que
no nos faltase de nada, no dudó en enviarnos a su propio Hijo para salvarnos.
El dio su vida por nosotros y derramó su propia sangra para redimirnos del
pecado. Valemos el precio de su vida, de su sangre derramada por nosotros.
Mírale en la Cruz con su rostro desfigurado y no te avergüences ni menosprecies
el amor con que fuimos amados.
EXPERIENCIA DE FRANCISCO. SUS ESTIGMAS LO
COVIERTEN EN CRUCIFICADO PARA EL MUNDO
Francisco sube al monte Alverna, no en un momento de paz y de tranquilidad. Ha
perdido su serenidad habitual porque experimenta que ha perdido a Dios. Después
de sentirse turbado, solo y abatido Francisco experimenta el abandono de Dios.
A pesar de haberlo buscado con tanta tenacidad ahora lo buscaba a tientas a
Dios, no lo veía, no lo sentía, no escuchaba su voz. En él sólo una ardiente
súplica: Te ruego Señor, que la ardiente y dulce fuerza de tu amor arrebate mi
alma para que yo muera de amor por tu amor como tú te dignaste morir por amor a
mí.
El Señor responde a su súplica e interviene de una forma
inesperada. No responde a sus preguntas sino que le da un grado inédito de
configuración con él. El Señor le da su forma a Francisco y le participa de su
amor llagado y crucificado. Ahora es pobre de verdad. Sus estigmas lo ha
convertido en un crucificado para el mundo. Su amor le alcanza en el corazón y
en la carne. Estoy crucificado con Cristo y ya no vivo yo es Cristo quien vive
en mí. Los estigmas constituyen la señal de este paso.
15 EL CESTO DE MIMBRE
(San Francisco, Sabiduría
de un pobre, cap XI)
HISTORIA: Un día se levantó Francisco de mañana y se puso hacer una
pequeña fogata no lejos de la ermita. León se acercó y le preguntó: ¿Qué estas
quemando? Un cesto, respondió Francisco. ¿No será el cesto que estabas haciendo
con esmero estos días? Preguntó León. Sí, el mismo, respondió Francisco. ¿Y
porqué lo has quemado? ¿No te gustaba como había quedado? Preguntó León
asombrado. Sí, quedaba muy bien, hasta casi demasiado bien, replicó Francisco.
Pero, entonces, ¿por qué lo has quemado? Porque hace un
momento, mientras rezábamos me distraía tanto que acaparaba toda mi atención.
Era justo que en recompensa lo sacrificara al Señor, explicó Francisco.
Padre no te comprendo. Si fuera preciso quemar todo lo que
nos distrae en la oración no se terminaría nunca, murmuró León. Entonces
francisco lo tomó aparte y le dijo, voy a decirte porqué he obrado así.
Quiero trabajar con mis manos y quiero también que todos mis
hermanos trabajen. No por el ambicioso deseo de ganar dinero, sino por el buen
ejemplo de solidaridad con los pobres y huir del ocio. Pero el trabajo no es
todo, no lo resuelve todo, puede ser incluso un obstáculo temible a la
verdadera libertad del hombre. Aquí la gran tentación. Que el hombre se deje
acaparar por su obra hasta el punto de olvidarse de adorar a Dios. Es preciso
velar para no dejar apagar en nosotros el espíritu de oración. Por eso lo
importante de estar prestos para hacer este sacrificio al señor. Sólo con esta
condición el hombre conserva su alma disponible.
El hombre no es grande hasta que se eleva por encima de su
obra para no ver más que a Dios. Pero esto es muy difícil. Quemar un cesto de
mimbre no es nada, aunque esté muy bien hecho, pero despegarse de la obra de
toda una vida es algo muy distinto, Ese renunciamiento está por encima de las
fuerzas humanas.
MORALEJA: Para seguir un llamamiento de Dios el
hombre se da a fondo a una obra. Lo hace apasionadamente y con entusiasmo. Eso
es bueno y necesario. El servidor de Dios corre entonces un peligro. Esta obra
que ha hecho, en la medida en que él se apega, se hace para él el centro del
mundo; le pone en un estado de indisponibilidad radical. Será preciso un
romperse para arrancarle de ella. La vida hace entonces su crisis más profunda.
Esta crisis inevitable se presenta más pronto o más tarde en todos los estados
de vida. El hombre se ha consagrado a fondo a su obra y ha creído darle gloria
a Dios por su generosidad, y he aquí que, de repente, Dios parece abandonarle a
sí mismo, no interesarse por lo que hace. Aún más, Dios parece pedirle que
renuncie a su obra, que abandone eso a lo que se ha entregado en cuerpo y alma.
Es la hora de elegir a Dios por encima de las obras y de no apropiarse de la
obra de Dios.
16 EL HILO PRIMORDIAL
(Mamerto Menapache)
EL PODER DE LA ORACION
LECTURA: “Quien beba del agua que yo le daré nunca
más volverá a tener sed. El Agua que yo le daré se convertirá en su interior en
un manantial capaz de saltar hasta la vida eterna” (Jn 4,13). “Venid a
mi todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré” (Mt 11,28)
CUENTO: EL HILO PRIMORDIAL. LA ORACION
Una araña se descuelga por ese primer hilo resistente y
primordial, que baja desde la rama de un árbol, y a partir de él comienza a
tejer el resto del entramado de la tela. De ese hilo primero agarra
otros hilos cuyas puntas son fijadas en ramas y troncos que estiran hacia
abajo; el hilo primordial es el único que estira hacia arriba, y, de esa
manera, se mantiene tensa toda la estructura de la tela.
Por aquel hilo primordial la araña subía todas las
tardes al acabar su trabajo, y bajaba cada mañana para volver a empezar. Pero,
al cabo del tiempo, como tenía éxito atrapando a sus víctimas (y se daba sus
buenos banquetes), la araña dejó de subir cada tarde al tronco a través del
hilo primero.
Estaba entusiasmada por su éxito en las cacerías y preocupada
por extender más hilos y prefería quedarse entre la tela sin tener que subir y
bajar cada día. Tanto es así que llegó a creer que ese hilo primordial
no tenía ningún sentido, porque no servía para atrapar presas (no era “productivo”).
Y ella -araña práctica, científica y técnica- no estaba para tonterías: o ese
hilo servía para algo… o había que eliminarlo. Y eso fue lo que hizo: con las
pinzas de sus mandíbulas lo cortó de un solo golpe.
Y pasó lo que tenía que pasar. Al perder su punto de tensión
hacia arriba, la tela de desplomó contra el suelo, y en la caída arrastró a la
araña que recibió un fuerte golpe, tan fuerte que perdió el conocimiento.
Cuando recuperó la conciencia, el sol ya decaía, y la tela, pringosa al resecarse
sobre el cuerpo magullado de la araña, la fue estrangulando lentamente, y la
osamenta de las presas le iba aprisionando el pecho, en un abrazo que, al no
tener ya capacidad de reacción, llegó a ser mortal.
Y no comprendía que ese inesperado y triste final fue
consecuencia de haber cortado aquel hilo primordial.
MORALEJA: Es vital que encontremos y que cuidemos ese “hilo
primordial”. Todo lo demás (la tela de nuestras actividades, de nuestros
proyectos y éxitos) tiene que estar sostenido por él, aunque a veces no lo
percibamos como primordial o nos parezca inútil.
Si cortamos ese hilo primordial corremos
el riesgo de perder el sentido de lo que llevamos a cabo… y que nos puede
llegar a asfixiar. Por ese hilo Dios nos va llevando, nos acompaña. Por eso
hilo estamos en unión con Él, con nuestras raíces y con las personas que nos
quieren. Ese hilo es el que nos hace respirar Vida y el que nos rescata (¡nos
salva!) de muchas situaciones de agobio y de pérdida de sentido.
SANTA TERESA DE JESUS, SOBRE LA ORACION: (Libro de la Vida, cap. VII y VIII )
Tengo por segura que un alma se salva cuando ora y se pierde cuando deja de orar. Reconozco como fui perdiendo el ansia de oración, comencé en pasatiempos, yendo de vanidad en vanidad, de ocasión en ocasión tocando el peligro de la tentación. Hasta llegar a meterme en ocasiones de pecar. Estaba tan estragada mi alma en vanidades que perdí el gusto y el interés por la oración. Reconozco que este fue el más terrible engaño.
Reconozco que el andar distraída dejando la oración fue la mayor tentación que tuve y que si seguía así me iba a acabar de perder.
Pase por un mar tempestuoso que duró casi veinte años, me levantaba y caía y no ponía remedio para dejar mi ruin vida. No puedo entender cómo los que siguen y sirven al Señor pueden dejar la oración. No se explica cerrar a Dios la puerta para que no entre a darnos contento.
Doy gracias a Dios que no dejó que me perdiera y que hizo que no terminase apartándome de la oración pata no perder mi alma. Ahora veo claro la gran misericordia que tuvo el Señor cuando puso en mi la resolución de volver a él. Que bien hace Dios a un alma determinándola a no dejar la oración.
Solo él nos saca de la tormenta y nos lleva al puerto de la salvación. No lo dejéis nunca y valorar lo mucho que os va en tener su amistad. La puerta es la oración. Que buen amigo encontrareis cuando veáis lo mucho que hace por nosotros y que él no nos abandonará nunca. De esta determinada determinación de volver a él se remediaron todos mis males.
17 LAS SEMILLA DEL REINO
LECTURA:
“El Reino de los cielos es semejante al grano de
mostaza que un hombre sembró en su campo y que luego creció como un
pequeño arbusto hasta hacerse un árbol en cuyas ramas bajaban a anidar
los pájaros del cielo” (Lc 13, 18-19)
El Reino de los cielos es una realidad ya presente y actual
pero que se da de forma desapercibida y escondida, en germen. Se trata de un
orden nuevo instaurado por Cristo. Es algo que empieza aquí pero que no se
realiza plenamente aquí. El granito de mostaza es insignificante, cae en tierra
y sin que se sepa cómo va creciendo. No depende de nosotros que crezca, en la
propia semilla reside una fuerza interna, el Espíritu de Dios, que la hace
germinar. Dios es el que da crecimiento. Aunque no veamos el fruto inmediato
consiste en confiar.
SEMILLAS DEL REINO. PROFETAS DE ESPERANZA (Mons. Oscar
Romero)
De vez en cuando, nos ayuda dar un
paso atrás y contemplar el vasto panorama.
El Reino no solamente está más
allá de nuestros esfuerzos, sino que trasciende nuestra visión.
Cumplimos en nuestra vida
solamente una ínfima fracción
de la magnífica empresa que es la
obra de Dios.
Nada de lo que hacemos es
completo, lo cual es otra forma de decir
que el Reino siempre nos
trasciende.
Ninguna declaración expresa todo
lo que puede ser dicho.
Ninguna oración expresa totalmente
nuestra Fe.
Ninguna confesión deviene en
perfección.
Ningún programa lleva a cabo la
misión de Cristo.
Ninguna meta o serie de objetivos
incluye la totalidad.
Eso es lo que proponemos.
Plantamos las semillas que algún
día brotarán.
Regamos las semillas que ya han
sido plantadas,
sabiendo que contienen una promesa
futura.
Echamos los cimientos que
necesitarán posterior desarrollo.
Proveemos la levadura que produce
efectos más allá de nuestras aptitudes.
No podemos hacer todo,
y al darnos cuenta de ello nos
sentimos liberados.
Eso nos permite hacer algo y
hacerlo muy bien.
Será incompleto pero es un
comienzo,
un paso a lo largo del camino,
y una oportunidad para que la
gracia del Señor aparezca y haga el resto.
Quizá nunca veremos los resultados
finales.
Pero ahí está la diferencia entre
el maestro de obras y el albañil.
Somos albañiles, no maestros de
obra, ministros, pero no Mesías.
Somos los profetas de un futuro
que no es el nuestro. (Oscar Romero)
REFLEXIÓN del Cardenal Van Thuan (en su aislamiento en Hanoi, Vietnam 1985.)
Me aconteció en pleno éxito de mi trabajo apostólico, cuando era objeto de los elogios y aprobación de todos. Fui hecho prisionero y deportado a una cárcel de Hanoi. Una noche, en lo profundo de mi corazón, escuché una voz que me decía: ¿Porqué te atormentas? Tienes que distinguir entre Dios y las obras de Dios. Todo aquello que has hecho y querrías continuar haciendo, visitas pastorales, formación, construcción de escuelas, misiones para la evangelización… todo eso es una obra excelente, pero son obras de Dios, no son Dios. Si Dios quiere que tu dejes todas esas obras poniéndote en sus manos, hazlo y ten confianza en Él. Él confiará tus obras a otros. Tu debes escoger a Dios y no sus obras.
REFLEXIÓN de una misionera laica: Somos los profetas
de un futuro que no es el nuestro, pero lo que sí es nuestro es la
responsabilidad como cristianos y como hijos de Dios, de secundar sus planes y glorificarlo
con nuestras acciones.
Como muchos de ustedes soy misionera Salesiana laica en
Montero, Bolivia. Aunque irme a Bolivia nunca estuvo en mis planes, tengo la
certeza de que es ahí donde me necesitan más y también es ahí donde creceré
espiritualmente y tal vez, quiero creer, encontraré las respuestas de tantas
preguntas.
Muchas personas se han preguntado el porque de mi misión,
que es lo que me motiva para ser misionera. Quien me sembró esa semillita de
amor al prójimo y de donde me salió ese corazón misionero y lo primero que
se me viene a la mente es, mi familia. Dios me bendijo con unos padres hermosos
y una hermana extraordinaria que han fomentado en mi el amor para las personas
mas necesitadas y al servicio. Ellos me han enseñado más de lo que mil libros
me enseñarían jamás, su sabiduría trasciende palabras, pensamientos y planes,
todo lo que he aprendido ha sido a base de acciones ejemplares.
Mi deseo es llevar el amor de Dios y hacerlo presente en
todo lugar. Quiero trabajar por su Reino de una forma sencilla. Hechos tan
simples como visitar el asilo de ancianos y platicar con los viejitos olvidados
de la sociedad, como hacer propuestas y lidiar con la jerarquía social para
obtener ambulancias, bomberas y fondos para ayudar a la comunidad en una
magnitud más compleja. El objetivo por muy grande o muy pequeño, siempre será
el mismo: sembrar la semilla del amor de Dios.
18 LA MUJER INVISIBLE
(Constructores de
grandes catedrales)
HISTORIA: Una mujer, ama de casa se dio cuenta que
todo lo que hacía pasaba desapercibido a los ojos de quienes tenía alrededor.
Todo comenzó a ocurrir gradualmente. Cuando entro en la habitación y digo algo,
nadie se da cuenta. Digo “apaguen la televisión por favor”, y nada ocurre.
Entonces lo digo más fuerte: “apaguen la televisión por favor” pero nadie se
inmuta absortos en sus tareas. Finalmente tengo que ir yo misma a apagar la
televisión. Fue entonces cuando comencé a darme cuenta.
Mi marido y yo estuvimos en una fiesta durante tres horas y
yo estaba lista para irme, me acerqué a él, que estaba conversando con un
compañero de trabajo, me acerqué para irnos y él siguió conversando. Él ni
siquiera me respondió. Fue ahí donde me di cuenta. Él no pude verme. Soy
invisible. Allí lo empecé a notar más y más. Llevé a mi hijo al colegio, y su
señorita le preguntó: “Jake, ¿con quién has venido?” y mi hijo respondió: “con
nadie”. Él tiene tan sólo cinco años, pero cómo es que dice “con nadie”.
Una noche estábamos entre amigas celebrando el regreso de
una amiga de Londres, Jennise había hecho este viaje increíble, contaba y
contaba los hoteles fabulosos en los que había estado y yo estaba allí sentada
observando a las otras mujeres en la mesa, yo me había maquillado de camino en
el auto, tenía puesto un vestido viejo porque era lo único limpio que tenía, me
había hecho un moño en la cabeza, así que me sentía realmente patética y luego
Jennesi vino hacia mí y me dijo: “te traje esto”. Era un libro de las grandes
catedrales de Europa. No lo comprendía. Entonces leí la dedicatoria: “Con
admiración, por la grandeza de lo que tu estás construyendo cuando nadie lo
ve”. No pude mencionar los nombres de las personas que han construido las
grandes catedrales. Buscando por el libro quienes habían construido las
maravillosas obras intentas buscar los nombres y dice: Autores; anónimo,
anónimo, anónimo. Ellos trabajaron en sus obras sin verlas acabadas, sin saber
que notarían su trabajo.
Hay una historia acerca de uno de los constructores que
estaba tallando una pequeña ave en el interior de una viga que iba a ser
cubierta por un techo y que alguien e acercó y le preguntó: “¿porqué empleas
tanto tiempo en realizar algo que nunca nadie verá?” Entonces el constructor
respondió: “Porque Dios lo ve”. Ellos confiaron que Dios lo veía todo y todo lo
hacían para gloria de Dios. Ellos entregaron toda su vida a un trabajo, un
magnífico trabajo que jamás verían terminado. Ellos trabajaron día tras día.
Algunas de estas catedrales llevaron más de cien años en construirse. (eso es
más tiempo que toda la vida de trabajo de un hombre). Ellos hicieron grandes
sacrificios sin recibir nada a cambio por una obra cuyo nombre jamás figurara.
Un escritor se adelantó a decir que ninguna “Gran Catedral” jamás volverá a ser
construida, porque muy poca gente está dispuesta a sacrificar su vida de esta
forma.
MORALEJA: no eres invisible a los ojos de Dios. Dios
te ve. Ningún sacrificio es tan pequeño como para que yo no lo note. Veo cada
plato de lentejas que preparas, veo cada lágrima de decepción cuando las cosas
no salen de la manera que quieres que salgan, pero recuerda: Estas construyendo
una Gran Catedral que no será terminada durante tu vida y lamentablemente no la
verás acabada aquí, pero si la construyes por amor a mí, seré Yo quien termine
la obra y la lleve a plenitud. Está bien no recibir elogios de nadie trabajamos
para él, nos sacrificamos para él y a pesar de que no nos salga del todo bien,
el no dejará que ningún sacrificio caiga en el vació y recibirá con agrado la
obra de nuestras manos.
19 NO DEJES DE ENCENDER TU LUZ
POR PEQUEÑA QUE
ESTA SEA
LECTURA: “Vosotros sois la luz del mundo. No se
encienda una lámpara y se ls tapa con una vasija. Al contrario, se la pone en
alto, de manera que alumbre a todos los que están en la casa. Pues así debe
alumbrar vuestra luz delante de los demás, para que todos vean el bien que
hacéis y alaben por ello a vuestro Padre del cielo” (Mt 5, 14-16)
EXPERIENCIA. (Atribuido a Elizabeth Gilbert)
"Hace unos años, me quedé atrapada en un autobús urbano
en Nueva York en hora pico. El tráfico apenas se movía. El autobús estaba lleno
de gente con frío y cansada que estaba profundamente irritada con los demás,
con el mundo mismo. Dos hombres se gritaban por un empujón que podría haber
sido intencionado o no. Una mujer embarazada subió y nadie le ofreció un
asiento. La rabia estaba en el aire; aquí no se encontraría piedad.
Pero cuando el autobús se acercaba a la Séptima Avenida, el
conductor habló por el interfono. “Sé que han tenido un día difícil y que están
frustrados. No puedo hacer nada sobre el tiempo o el tráfico, pero esto es lo
que puedo hacer. Cuando cada uno de ustedes se baje del autobús, les tenderé la
mano. Al pasar, dejen caer sus problemas en la palma de mi mano, ¿de acuerdo?
No lleven sus problemas a sus familias esta noche, déjenlos conmigo. Mi ruta
pasa justo por el río Hudson, y cuando pase por allí más tarde, abriré la
ventanilla y tiraré vuestros problemas al agua”.
Fue como si se hubiera levantado un hechizo. Todo el
mundo se echó a reír. Los rostros brillaban de alegría sorprendida. Las
personas que durante la última hora habían fingido no darse cuenta de la
existencia de los demás se sonreían de repente como si este tipo hablara en
serio. En la siguiente parada, tal como había prometido, el conductor extendió
la mano con la palma hacia arriba y Uno a uno, todos los viajeros que salían
colocaron su mano justo encima de la suya e hicieron el gesto de dejar caer
algo en su palma. Algunos se rieron, otros lloraron, pero todos lo hicieron. El
conductor repitió el mismo bonito ritual en la siguiente parada. Y en la
siguiente. Todo el camino hasta el río.
MORALEJA:
Vivimos en un mundo difícil. A veces es extra difícil ser
sencillamente un ser humano. A veces tienes un mal día. A veces el mal día dura
varios años en medio de luchas y fracasos. Pierdes trabajos, dinero, amigos, fe
y amor. Eres testigo de acontecimientos horribles que aparecen en las noticias,
y te vuelves temeroso y retraído. Hay momentos en los que todo parece estar
envuelto en la oscuridad. Anhelas la luz, pero no sabes dónde encontrarla.
Tu puedes irradiar está luz, en cualquier momento. Este tipo
no era un gran jugador de poder. No era un líder espiritual. No era un
influenciador de los medios de comunicación. Era un conductor de autobús, uno
de los trabajadores más invisibles de la sociedad. Pero poseía un poder real, y
lo utilizó maravillosamente para nuestro beneficio.
Cuando la vida me parece especialmente sombría, o cuando me
siento particularmente impotente ante los problemas del mundo, pienso en este
hombre y me pregunto: ¿Qué puedo hacer, para irradia la luz? Por
supuesto, no puedo acabar personalmente con todas las guerras, ni resolver el
calentamiento global, ni transformar a las personas molestas en criaturas
totalmente diferentes. Definitivamente no puedo controlar el tráfico. Pero
tengo cierta influencia sobre todos los que me rozan, aunque nunca nos hablemos
ni nos sepamos el nombre. Puedo ser sencillamente reflejo y destello del
amor de Dios con aquellos con los que me encuentro.
No importa quién seas, ni dónde estés, ni lo mundana o
difícil que pueda parecer tu situación, creo que puedes iluminar tu mundo. De
hecho, creo que ésta es la única manera en que el mundo será iluminado, un
brillante acto de gracia a la vez, hasta llegar al río.
20 LOS TRES ARBOLES
LECTURA: Feliz tú porque has creído que las
promesas de Dios se cumplirán y que nada hay imposible para Dios (Lc 1, 45)
CUENTO: Al caer de la tarde cuando cesan los ruidos y
llega la hora del silencio en el tupido bosque, tres ramitas que crecieron
juntas empezaron a compartir sus sueños. Uno primero se adelantó y dijo: A mí
me gustaría ser el árbol más dócil y suave. Uno segundo continuó diciendo: a mí
me gustaría ser el más fuerte y robusto. Por fin otro tercero dijo: a mí me
gustaría llegar a ser el árbol más alto capaz de alcanzar el cielo. Y así con
estos hermosos deseos entró la noche y les vino el sueño y se quedaron
dormidos.
Pasaron los días y las ramitas crecieron hasta convertirse
en árboles. Un cierto día se encontraron con un leñador que iba buscando leña.
Allí quedaron perplejos los tres jóvenes árboles creyendo que sus sueños
quedarían frustrados y que nunca los verían hechos realidad. Nosotros
esperábamos sueños de grandezas y henos aquí preparados para el sacrificio. Los
árboles fueron cortadas, arrancados de la tierra y atados en espuertas que
cargaba sobre el hombro el leñador. Es el fin hoy moriremos en el fuego se decían
uno al otro.
El leñador llegó a su casa y puso los árboles cortados en un
cobertizo donde fueron guardados como leña para el invierno. El tiempo pasó y
quedaron allí abandonadas sin que nadie se acordase de ellos.
Sin embargo, un día paso una pareja de pobres peregrinos que
iban buscando posada. La mujer estaba embarazad y a punto de dar a luz. Así que
el joven le pidió un poco de su leña para acomodar el lugar del alumbramiento.
El leñador se prestó a compartir su leña y les dijo que entraran en el establo
y tomaran lo que necesitaran. El joven se fijó en el árbol más joven que tenía
las ramas más flexibles. La pareja eran José y María. Ellos se retiraron a un
pequeño rincón del establo y allí organizaron con las pequeñas ramitas aún
flexibles una pequeña cuna para el Niño que iba a nacer. De pronto el árbol que
deseaba ser el más dócil y suave se dio cuenta que el Señor la había elegido
para albergar en su seno al Niño Dios y vio su sueño cumplido.
El tiempo pasó y otro día unos hombres rudos se acercaron a
la casa del leñador para pedir madera para hacer una barquichuela. Eran
pescadores y el Maestro les había encargado hacer una barca. El Maestro
necesita de unas tablas para la barca. El leñador no se opuso sino al contrario
les ofreció lo mejor que tenía. Entre los árboles encontraron uno más robusto.
Lo despedazaron y aserraron en tablas de maderas. Se trataba de aquel segundo árbol
que tuvo el sueño de ser el más fuerte. Los pescadores hicieron la barca. Un
día el Señor se subió en ella. Navegaron por un largo y en medio de una gran
tormenta el Señor aplacó el viento levantando sus manos. Las olas que abatían
la barca no pudieron derribarla. Entonces la segundo árbol que quería ser el
más fuerte entendió que el Señor lo eligió para construir su barca y que las
fuerzas del mal no podrían contra ella y vio su sueño cumplido.
El tiempo pasó y otro día se acercaron al cobertizo que
albergaba la madera del leñador unos soldados que buscaban dos troncos para
hacer una cruz. Habían ajusticiado a un tal Nazareno que impusieron la pena
máxima. Esta vez no pidieron permiso sino que entrando al cobertizo arramplaron
con el árbol más viejo que partieron en dos troncos. Se trataba de ese tercer
árbol que soñaba ser el árbol más grande y más alto. Cuál no sería la sorpresa
de ver al señor abrazar su tronco ya viejo y dejarse clavar en él con unos
fuertes clavos. Luego lazaron el madero en la cumbre del Calvario donde reposó
el Señor hasta morir por amor para salvarnos a todos, entonces se acordó de que
quería ser el árbol más alto que uniese el cielo y la tierra. Así fue y vio
como su sueño se hizo realidad.
MORALEJA: Nunca
depares ni dudes en que el Señor cumplirá fielmente sus promesas. Aunque
parezca que todo se tuerce y se viene abajo debemos de tener fe y perseverar.
Dios escribe recto con renglones torcidos y a veces diríamos que se olvidó de
lo que un día nos prometió. Lo cierto es que el Señor siempre cumple sus
promesas. Quizás sean por caminos insospechados y marcando él los tiempos en
que todo suceda.
21 LAS TORTUGAS APLASTADAS
LECTURA: “El camino de los justos es como el paso
del poniente, crece como la primera luz de la aurora de la mañana hasta ganar
el esplendor del día sin ocaso. Los justos, los santos, brillarán como
estrellas por toda la eternidad” (Sab)
HISTORIA: hay una clase de tortugas grandes en Indonesia
que salen del agua del mar a poner sus huevos y esconderlos en la arena de la
playa. Cuando las tortuguitas rompen el cascarón del huevo y se lanzan a la
aventura de la vida se guían por el reflejo del resplandor de la luna en el mar
y se adentran de nuevo en el océano.
En un lugar ocurrió un hecho curioso que traía de cabeza a
los biólogos. Las pequeñas tortuguitas equivocaban su camino y orientación y en
lugar de volver al mar las encontraban aplastadas por las ruedas de los
camiones en una autopista que habían construido junto al mar. Los biólogos se
preguntaban cuál era la causa de semejante destrucción de las pequeñas crías de
tortugas.
Al final llegaron a encontrar una explicación al extraño
fenómeno que les tenía desconcertados. En la construcción de la autopista
pusieron unos grandes reflectores para la circulación vial. Lo cierto es que
las tortuguitas confundían la luz procedente de los reflectores con el reflejo
de la luz de la luna que le debía de llevar al mar y eran aplastadas por los pesados
camiones que pasaban a toda velocidad.
MORALEJA: Estamos llamados a seguir la luz y no otros
espejismos de estrellas fugaces. No es extraño que hoy los más jóvenes queden
deslumbrados por las estrellas fugaces que hoy brillan y mañana dejan de
brillar. Hacen falta referentes que resplandezcan la luz verdadera de la fe. La
fe lo ilumina todo con una nueva luz. Sin fe se pierde la orientación
fundamental de la vida.
22 IKIGAI
(El sentido de la
vida)
LECTURA: “Quien quiera construir una torre se
siente primero a ver si tiene como construirla. Debemos poner un sólido
fundamento para nuestra vida” (Lc 14,27)
HISTORIA: Ikigai es un vocablo japonés que
utilizan los habitantes de Okinawa. Muchos dicen que es uno de los lugares
donde viven las personas más longevas del planeta. Cuando les preguntan porqué,
responden que han descubierto su Ikagai.
El término lo utilizan cuando quieren referirse a aquello
que hace que la vida valga la pena vivirla, y vivirla con pasión. Es lo que nos
hace desear despertar cada mañana, el motivo para vivir. Encontrar y tener vivo
el Ikigai podría ser la clave de la longevidad.
El Ikigai suele acompañarse de una cantidad de
hábitos que permiten disfrutar más y mejor de la vida, alguien que conoce su Ikagai
está más preparado para afrontar y sortear las dificultades de la vida y
aprende a descubrir lo que es verdaderamente importante, lo que amas y te hace
feliz.
¿Cuál es tu Ikigai?, ¿Cuál tu razón para vivir?
CUENTO: En un pequeño pueblo japonés una mujer estaba
muriendo. De pronto tuvo la sensación de ser llamada al cielo y estar delante
de la voz de sus antepasados.
¿Quién eres?, le dijo una voz. Soy la esposa del
alcalde, ella respondió. Yo no te pregunto de quién eres esposa sino ¿quién
eres tú?. Soy la madre de cuatro hijos, ella respondió. Yo no pedí que me
digas cuántos hijos tienes, sino ¿quién eres?
No parecía tener una respuesta satisfactoria a la pregunta,
hasta que la mujer dijo: Yo soy quien se despierta cada mañana para cuidar de
mi familia y alimentar las mentes jóvenes y de los niños en mi escuela.
Entonces esa respuesta satisfizo a los antepasados que de
nuevo la mandaron a la tierra. A la mañana siguiente se despertó sintiendo que
había descubierto su Ikigai, el sentido de su vida.
MORALEJA: La vida va más allá del alimento o el
vestido. Nuestra vida va más allá de nuestras habilidades o nuestros trabajos.
El propósito y finalidad de nuestra vida va más allá, entra en el diseño y plan
de Dios que hizo todas las cosas tiene para ti desde la eternidad. Dios cuando
creó todo lo creó con un propósito y una razón. Descubrir su amor, ese debe ser
el sólido fundamento de tu vida.
23 CUANDO DESPIERTES LO DESCUBRIRAS
(El verdadero amor tarda en ser
reconocido,
pero el verdadero amor no se cansa de
esperar)
LECTURA: Cuando sea levantado en alto atraeré a
todos hacia mi (cf. Jn 14)
CANCION: Un Ramito de violetas (Cecilia)
Era
feliz en su matrimonio
Aunque su marido era el mismo demonio
Tenía el hombre un poco de mal genio
Y ella se quejaba de que nunca fue tierno
Desde hace ya más de tres años
Recibe cartas de un extraño
Cartas llenas de poesía
Que le han devuelto la alegría
Quien le escribía versos dime quien era
Quien le mandaba flores por primavera
Quien cada nueve de noviembre
Como siempre sin tarjeta
Le mandaba un ramito de violetas
A veces sueña y se imagina
Cómo será aquel que tanto la estima
Sería un hombre más fiel de pelo cano
Sonrisa abierta y ternura en las manos
No sabe quien sufre en silencio
Quien puede ser su amor secreto
Y vive así de día en día
Con la ilusión de ser querida
Quien le escribía versos dime era
Quien le mandaba flores por primavera
Quien cada nueve de noviembre
Como siempre sin tarjeta
Le mandaba un ramito de violetas
Y cada tarde al volver su esposo
Cansado del trabajo la mira de reojo
No dice nada porque lo sabe todo
Sabe que es feliz, así de cualquier modo
Porque él es quién le escribe versos
Él, su amante, su amor secreto
Y ella que no sabe nada
Mira a su marido y luego calla
Quien le escribía versos dime quien era
Quien le mandaba flores por primavera
Quien cada nueve de noviembre
Como siempre sin tarjeta
Le mandaba un ramito de violetas
CUENTO: Hubo una señora que estaba muy grave en la
unidad de cuidados intensivos. Esta señora quedó semi inconsciente, en coma. Su
marido no dejaba de visitarla todos los días y cada día le llevaba un ramito de
flores diferente.
Alguien del staff de sanitarios que la atendían le preguntó por
qué lo hacía puesto que ella no podía ni abrir los ojos ni reconocerle. El
insistió yo la seguiré cortejando como el primer día y sé que el día que
despierte verá todo el amor que la tengo.
MORALEJA: a veces el amor no es reconocido ni
correspondido, pero no quita que hemos de dejar de amar. El verdadero amor se
muestra en los escondido a través de detalles pequeños que hacen a la persona
sentirse feliz, sentirse amada. El verdadero amor no desespera, no se cansa de
esperar.
24 EL CANTO DEL ALELUYA DE LAS CIGARRAS
LECTURA: todo es obra de tus manos Señor y
llevamos en todo grabada tu imagen. (Col 1,16)
HISTORIA: Las cigarras tienen mala connotación por la
fábula de Esoto, pero sin embargo son unos animales curiosos cuya vida nos
sorprendería. Las cigarras son parte de una gran familia ancestral denominada
Cicadidae. Aunque pese a ser insectos pequeños suelen vivir varios años. Lo
curioso es que la mayor parte de su vida la viven bajo el suelo.
Las hembras ponen sus huevos en los árboles y posteriormente
las ninfas caen al suelo para enterrarse un periodo que puede durar hasta 17
años. Al emerger suben a los árboles donde la ninfa se transforma en adulto.
Durante su primera noche a la intemperie saca unas largas alas y volará a algún
árbol cercano donde empezará a cantar.
Podemos decir más apropiadamente que no cantan sino
estridulan, emiten un sonido estridente que se relaciona con la llegada de la
primavera o el verano. Su periodo de vida adulta es muy breve, de apenas 4 a 6
semanas. Así su periodo de vida afuera es muy corto en comparación con todo el
tiempo que viven enterradas en la oscuridad
UNA CREENCIA: El canto del Aleluya de las
cigarrras
En Asia la cigarra es un animal emblemático que se asocia a
la inmortalidad. Hay una creencia popular que dice que las cigarras salen con
la llegada de la Cuaresma y durante la Semana Santa. La Pascua es el tiempo del
canto del Aleluya, es el tiempo donde las cigarras emiten el sonido estridente
de la victoria de la Resurrección como emisarios desde las ramas más altas.
La creencia dice que los árboles donde cantan las cigarras
lloran sangre conmemorando la crucifixión del Señor. Lo cierto es que el color
rojizo se debe al excremento líquido de la chicharra que se alimenta de árboles
con sabia rojiza. Podemos decir que las cigarras mensajeras de la Resurrección
mueren cantando.
Para la cultura asiática la cigarra es el emblema más
poderoso de la Resurrección y símbolo de la inmortalidad. Debido a la capacidad
para levantarse de la tierra después de un largo periodo de enterramiento. Era
costumbre por ello venerarlas y colocarlas bajo la lengua de los muertos para
estimular su resurrección.
MORALEJA
Estamos llamados a conectar con
el germen de vida y resurrección que late en cada creatura, a imagen de su
Creador. La vida nueva del resucitado bebe de la sabia del árbol de la vida que
es la Cruz. Cristo en nosotros por medio de su Espíritu nos anima e impulsa a
vivir muriendo, cantando el Aleluya. El misterio de nuestra vida solo se
entiende a partir del misterio Pascual donde el morir por Cristo no es una
pérdida, es una ganancia. Hemos muerto con Cristo y resucitado con Cristo a una
vida nueva y nuestra vida esta escondida con Cristo en Dios. Para entrar en la
dinámica de la vida nueva necesitamos vivir la dinámica del grano de trigo que
cae en tierra y muere sabiendo que todo fructifica en El. No podemos quedarnos
atrapados y sumergidos en la tierra, necesitamos levantarnos y ponernos en la
dinámica de la Resurrección. Aunque suponga a veces procesos lentos y costosos
el Espíritu viene en nuestra ayuda.
CON MARIA, TESTIGOS DE LA
RESURRECCION
María fue la primera que vive
esta dinámica, ella encabeza la peregrinación hacia la Vida. María es la puerta
de entrada para dar entrada a la Encarnación del Hijo de Dios. Dios a través de
María inaugura un punto de inflexión, un nuevo orden de cosas. El Señor
enaltece a los humildes y a los poderosos derriba de sus tronos. María
peregrina con todos los humildes de esta tierra encaminándonos a la Patria celestial.
No debemos de leer nuestra historia a través de razonamientos y parámetros superficiales
sino abrirnos a reconocer la trama del misterio en el que Dios entreteje la
historia por caminos que no entendemos. No debemos apresurarnos a dar
respuestas fáciles, nos topamos con el misterio del mal. En medio de la
adversidad parece que dios se esconde. Nos invita a saber confiar y esperar en
sus promesas.
25 LA CINTA AMARILLA
EN EL VIEJO
ROBLE
(acerca de la misericordia de Dios)
LECTURA: El regreso del hijo pródigo (Lc 15)
CANCION: Ata una cinta amarilla en el viejo
roble. (Tie a yellow
ribbon in the old oak)
CUENTO: Una persona tomó el camino equivocado
y desperdició su vida de una manera disoluta. Terminó en prisión por las cosas
equivocadas que hizo. En la cárcel tuvo tiempo para reflexionar y arrepentirse.
Cuando iba a salir la prisión, decidió escribir una carta a su familia. Lo
siento mucho por lo que hice. He deshonrado a toda la familia y estoy
avergonzado y arrepentido. Voy a salir de la cárcel y tengo la determinación de
cambiar mi vida. Tomaré el autobús para volver a casa. Cuando pase en el
autobús al lado de la casa, si queréis que me quede, atad una cinta amarilla en
el viejo árbol. Si no, pasaré e iré a otro lado.
Cuando llegó
cerca de la casa estaba todo inquieto y nervioso preguntándose: ¿Aceptarán que
me quede o no? Cuando llegó a su casa no podía creerlo, vio una cinta amarilla
en cada rama del árbol. La casa estaba pintada de amarillo. Su familia vistió
el viejo árbol completamente de amarillo, también ellos vestían paños amarillos
e incluso el perro tenía una cinta amarilla en el cuello.
MORALEJA: No existe amor más grande que el amor
misericordioso de Dios. Si hay algo que atraiga el corazón de Dios es el
corazón pobre que suplica su perdón y su misericordia. Dios es seducido por la
pobreza y la desnudez del hombre. Dios tiene misericordia sobre el hijo
pródigo, sobre la mujer adúltera. Nuestra miseria ejerce sobre el corazón de
Dios tal seducción que le empuja a encarnarse en Jesucristo para revelarnos su
rostro de misericordia. Por muy grande que fuese nuestro pecado más grande es
la misericordia de Dios que siempre nos abre sus brazos. Nosotros podemos
cansarnos de vernos tan pecadores, pero Dios no se cansa de amarnos y
perdonarnos.
26 CANCION A MI VIÑA
(Voy a crear unos cielos nuevos y una
tierra nueva.
Espera ten confianza, en un abrir y
cerrar de ojos lo verás)
LECTURA: Voy a cantar a mi amigo la canción de su
amor por su viña. Mi amigo tenía una viña en un fértil otero. La cavó y
despedregó y la plantó de cepa exquisita. Edificó una torre en medio de ella, y
además excavó en ella un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agraces
(Is 5, 1-2)
CANCION: LA CASA DE MI AMIGO, (Ricardo
Cantalapiedra)
La casa de mi amigo no era grande,
su casa era pequeña.
En casa de mi amigo había alegría
y flores en la puerta.
A todos ayudaba en sus trabajos,
sus obras eran rectas.
Mi amigo nunca quiso mal a nadie,
llevaba nuestras penas (R)
Mi amigo nunca tuvo nada suyo, sus
cosas eran nuestras.
La tienda de mi amigo era la vida,
amor era su hacienda.
Algunos no quisieron a mi amigo,
le echaron de mi tierra.
Su ausencia la lloraron los
humildes, penosa fue su ausencia.
La casa de mi amigo se hizo grande
y entraba gente en ella.
En casa de mi amigo entraron leyes
y normas y condenas.
La casa se llenó de comerciantes,
corrieron las monedas.
La casa de mi amigo está muy
limpia, pero hace frío en ella.
Ya no canta el canario en la
mañana, ni hay flores en la puerta.
Han hecho de la casa de mi amigo
una oscura caverna,
Donde nadie se quiere ni se ayuda,
donde no hay primavera.
Nos fuimos de la casa de mi amigo,
en busca de sus huellas.
Ya estamos viviendo en otra casa,
más humilde y pequeña.
Donde se come el pan y bebe el
vino, sin leyes ni comedias.
Y hemos encontrado a nuestro amigo
y seguimos sus huellas.
MORALEJA: Vivimos momentos de una crisis con grandes
cambios. El papa Benedicto siendo cardenal se aventuró a presagiar hace 40 años
una especie de profecía. Se avecinan un tiempo de gran crisis para la Iglesia
donde se derrumbaran muchas seguridades. Será una oportunidad de cambio y
renovación profunda. Esta profecía se ha hecho realidad. El Papa Francisco
decía en EG (Evangelium Gadium), prefiero una Iglesia en salida y accidentada,
herida y manchada por salir por los caminos, antes que una Iglesia enferma por
el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades (EG 49).
El año pasado comenzamos un trienio de un camino sinodal
para toda la iglesia donde se nos invita a abrir y recorrer caminos nuevos. La
llamada es a ponernos a caminar juntos en una iglesia en salida y misionera.
Atreverse a salir de la propia comodidad para llegar a todas las periferias que
necesitan la luz del evangelio. (EG 20)
Esto nos lleva a un proceso de empobrecimiento dejando atrás
las estructuras estériles y vacías que nos atenazan, la búsqueda de
seguridades, riquezas, poder que nos hagan sentir fuertes y autosuficientes. La
promesa de Dios nos alimenta la esperanza de ver nacer una iglesia pobre y
renovada. Yo te levantaré de tus ruinas y verás una Iglesia pobre entre los
pobres, excluidos y marginados, despojada de poder y libre para salir al
encuentro de los más necesitados.
27 LA VACA Y EL BURRO DEL PESEBRE
LECTURA: Sucedió que mientras estaban en
Belén se cumplió el tiempo del alumbramiento. María dio allí luz a su
primogénito. Lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre, porque no habían
encontrado alojamiento para ellos en el mesón (Lc 2, 6-7)
HISTORIA: Después de una larga caminata con
el burro llegaron a Belén cuando María estaba a punto de dar a luz. Cuando la
joven pareja de Nazareth, José y María, buscaban un lugar donde refugiarse, no
encontrando lugar en las posadas, se fueron a cobijar a una cueva. Cuál no
sería la sorpresa cuando iban a entrar encontrar una vaca dentro. De pronto
apareció el vaquero que enfurecido no les permitió entrar. ¿A dónde se han
creído que iban? Esta es mi cueva y esta mi vaca a la que cuido. José y maría
no podían creer que ni en aquel lugar le dieran cabida para dar a luz al niño
Dios. María trato de tranquilizar a José que lleno de nerviosismo no sabía lo que
hacer.
El vaquero
tiró de la cuerda y trató de sacar la vaca, pero la vaca se opuso enérgicamente
a salir. El vaquero enfurecido la cargó a palos con una vara hasta chorrear
sangre. Pero no había forma, la vaca había decidido no salir de allí. El
vaquero furioso y cansado se rindió y dijo a la pobre pareja. Parece que la
vaca quiere quedarse así que aquí os dejo la vaca y la cueva para que hagáis lo
que queráis.
Cuando el
vaquero se fue José se puso a acariciar la vaca y a pedirla que se apartase un
poco para que pudiesen entrar. María estaba exhausta y se retiró a un rincón.
José se dispuso a hacer el lugar un poco habitable. Apiló leña e hizo una
fogata para calentarse y luego empezó con unas ramitas a limpiarla de los
excrementos esparcidos y metió al burrito dentro al que puso junto un establo.
Luego se fue al pueblo a buscar alguna persona que pudiera asistir a María en
el parto.
Finalmente
llegó la hora de dar a luz y María lo envolvió en pañales y lo recostó luego en
el pesebre. Allí estaban la vaca y el burro con su aliento calentando al Niño.
De pronto aparecieron un grupo de pastores que al ver a María a José y al niño
contaron que unos ángeles se les aparecieron y les anunciaron el nacimiento del
Mesías. Al poco llegó el vaquero y no podía creer lo que estaba viendo. También
se arrodilló a adorar al niño. María y José le agradecieron el gesto de haber
cedido aquel lugar para que naciese el Niño.
MORALEJA: Dios
quiso nacer en la máxima pobreza para que no hubiera ningún hombre que no se
encontrase digno de recibir su presencia. Quiso así mostrarnos que está
dispuesto a habitar en cualquier corazón por miserable que se vea con tal de
que se abra a recibirlo. Quiso nacer entre animales para hacer de nuevo alianza
con toda la creación.
28 EL TOQUE
SUAVE
LECTURA: Una respuesta suave calma la
ira, pero una dura la agita. La copa amarga se vuelve dulce cuando hay amor. (Prov
15,1)
CUENTO: Algunos muchachos de la ciudad
vivían en una granja durante el tiempo de vacación. Un día, una cabra salió del
establo y los tres estaban tratando de volver a meterla . Así que uno de ellos
tiró de sus cuernos pequeños y los otros dos empujaron por detrás. Pero cuanto
más tiraban y empujaban, más rígidas eran las piernas y se quedaba allí.
La hija pequeña del granjero vino y los observó. Ella
sonrió, se acercó a la pantorrilla y puso el dedo en su boca. Cuando la cabra
chupó el dedo, entró voluntariamente en el granero.
Los chicos se rascaron la cabeza con asombro. Habían
utilizado el enfoque equivocado. Habían insistido en hacer lo que querían,
ignorando por completo lo que la cabra quería. La chica de la granja uso el
enfoque adecuado. Le dio al ternero lo que quería, un poco de cariño, y la
cabra la siguió de buena gana.
MORALEJA: Más vale tratar con dulzura
que con acritud. Más vale un plato de lentejas con amor que un suculento festín
si falta el amor. Lo que hacen las cosas agradables y de un mismo sabor es el
amor con que lo hagamos.
LA MADRE
TERESA: insistía que
no se trata de hacer cosas grandes sino hacer las cosas pequeñas con amor. Dios
y las personas resienten el amor que ponemos en lo que hacemos. Aunque
pareciera que nuestra aportación es como una pequeña gota en medio de un gran
océano, este océano del amor de Dios resiente nuestra gotita que ponemos con
amor.
29 VISION DEL MUNDO
(Eduardo
Galeano)
LECTURA: Los ojos son la luz del cuerpo. Si tus ojos están limpios,
todo tu estarás luminoso, pero si en ellos hay maldad todo tú serás oscuridad
(Lc 11, 3435)
CUENTO: "Un hombre del pueblo Neguá, en la costa de Colombia,
pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado desde
arriba la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso, reveló,
un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz
propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y
fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del
viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos,
fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión
que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende".
MORALEJA: Eduardo Galeano es un escritor uruguayo que presenta este
cuento en su libro titulado “El libro de los abrazos”. Este cuento se centra en
la visión del mundo como un lugar maravilloso lleno de gentes muy diferentes
entre sí, pero que no dejan de ser personas. También nos hace ver la relevancia
de atreverse a vivir intensamente.
SANTA CLARA DE ASIS: Clara hace honor a su nombre, claridad. Nada
como mirar el mundo a través de los ojos de Dios, a través de los ojos de
Jesús. Mirar como él nos mira, mirar a los otros como el los mira. Para ella
Jesús es como el espejo de sus miradas. Ella mira a diario ese espejo y busca su reflejo. En
este espejo se reflejan la pobreza bendita, la humildad santa y el amor
inefable. El espejo de Jesús será tu fuente de contemplación. En las
profundidades de este espejo reflexiona sobre su amor crucificado. Todos
ustedes que pasan por este camino, he aquí y vean si hay algún amor que este.
Tu amor arderá con una llama cada vez más brillante.
30 EL HOMBRE QUE CONTABA HISTORIAS
(Oscar
Wilde)
LECTURA: ¿Quién es el mayor en el Reino de los cielos? Si no os
hacéis como niños no entrareis en el Reino de los cielos (Mt 18, 1-2)
CUENTO: Este relato nos sitúa en un pequeño pueblo en medio del bosque
y frente al mar, donde vivía un hombre sabio que salía del
pueblo cada mañana y por la noche regresaba para contar fantásticas historias a
los lugareños que lo escuchaban atentamente.
Cuando volvía el hombre sabio le preguntaban insistentemente:
-Cuéntanos, ¿Qué has visto hoy?
A lo que él respondía con su voz suave y pausada:
-He visto a un fauno que tocaba una melodía hermosa con su
flauta y con ella obligaba a bailar en círculo a un grupo de silvanos.
-Y qué más has visto? Preguntaban insistentemente los aldeanos
al hombre sabio.
-He visto a 3 sirenas mientras me dirigía a la orilla del mar,
todas ellas eran criaturas hermosas que peinaban sus verdes cabellos con un
peine de oro.
Estas historias fascinaban a todos y cada uno de los habitantes
del pueblo, desde niños hasta adultos e incluso a los viejos. Es por eso que
todos los vecinos del pueblo lo apreciaban por encima de cualquier otro
habitante.
Una mañana el hombre que contaba historias salió de nuevo hacia
el mar y vio a tres sirenas en el filo de las olas, que peinaban sus
largos cabellos verdes con un peine de oro. Asustado, el hombre se dirigió de
nuevo hacia el bosque para regresar a casa, y allí vio con sus propios ojos a
un fauno que tañía delicadamente su flauta y con sus sonidos hacía bailar a un
grupo de silbamos que se encontraban con él.
Cuando regresó al pueblo esa misma noche, todos los habitantes
le preguntaron, como de costumbre, qué es lo que había visto, a lo que él
contestó. -No he visto nada".
MORALEJA: Este relato nos habla de las apariencias, de la mentira y de
cómo no siempre todo es lo que parece. Queremos aparecer como sabios y nos
hacemos insensatos cambiando la gloria inmortal de Dios por lo que hoy parece
ser y mañana desaparece, prefiriendo la mentira a la verdad.
EXPERIENCIA DE SANTA TERESITA DE LISIEUX. La santa
habla de mantenerse en la infancia espiritual. Lejos de toda autosuficiencia y
conscientes de nuestra pequeñez y pobreza nos invita a acudir a Dios con
confianza infinita. Nada mejor que la infancia espiritual para escrutar los
secretos del Reino que Dios reserva a los pequeños. No hace falta atiborrar la
oración de palabras, no os inquietéis que el Padre sabe de lo que tenéis
necesidad. Abandónate y confía en él que él sabe lo que necesitas.