viernes, 5 de enero de 2024

LA GRAN PARODIA HUMANA

 

LA GRAN PARODIA HUMANA

(REFLEXION ANTE EL GRAN ESPECTACULO DE NUESTRO MUNDO)



El mundo que hallaba en tinieblas vio una gran luz (Is 9, 1)

INTRODUCCION

Después de la celebración de la Navidad, con momentos tan intensos, es tiempo de reposar. Después del ajetreado ritmo de Navidad me he tomado unos días de oración, de reflexión y descanso y este ha sido el motivo de redacción de este artículo. Estas reflexiones han surgido al pasear por la playa de Tondaligan en los despertares y atardeceres aún a oscuras esperando un nuevo amanecer.

Este artículo se elaboró durante la Octava de Navidad entre el 1 y el 5 de enero y se publicó el 6 de enero Fiesta de la Epifanía del Señor.

El año pasado celebrábamos la Navidad a un año de la guerra abierta en Ucrania y este año lejos de menguar el conflicto bélico mundial, aún se ha abierto otra guerra si cabe más cruenta en la misma tierra donde nació el Señor. ¿Cómo vivir la Navidad en medio de este doloroso conflicto que vivimos? No es un sueño, es una locura que refleja la gran parodia de nuestro mundo.

Necesitamos volver una y otra vez a nuestro origen, al inicio, al alborear del gran misterio de nuestra fe, adentrarnos en el misterio de Dios para esclarecer nuestro misterio. Quedan en nosotros tantos miedos, incertidumbres, arrastramos con nosotros tantas sombras y fantasmas. Necesitamos renacer. Tenemos necesidad de ser liberados, de ser salvados.

Quiero comenzar el artículo en oración con la salmodia del Oficio del día. Oración en la playa  de Tondaligan ahora desierta esperando el nuevo amanecer, invocamos al Seños nuestro Dios: 

Señor, tu misericordia llega al cielo, tu fidelidad hasta las nubes; tu justicia hasta las altas cordilleras, tus sentencias son como el océano inmenso.

Sacudirán las olas los cimientos de la tierra, las peñas en tu presencia se derretirán como cera, pero tú serás propicio a tus fieles

Tú socorres a hombres y animales; ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh, Dios!, los humanos se acogen a la sombra de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias, porque en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz.

Sacudirán las olas los cimientos de la tierra, las peñas en tu presencia se derretirán como cera, pero tú serás propicio a tus fieles

La Sabiduría es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad. Tú socorres a hombres y animales; ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!, los humanos se acogen a la sombra de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias, porque en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz

Sacudirán las olas los cimientos de la tierra, las peñas en tu presencia se derretirán como cera, pero tú serás propicio a tus fieles.

La Sabiduría es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo, y, entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo amigos de Dios y profetas.

El Señor da sabiduría a los prudentes y sencillos, conocimiento a los que tienen buen juicio y entendimiento. No seáis insensatos (gente sin seso). Él revela lo profundo y lo oculto; toda luz tiene su fuente en él.

Nos volvemos a tu Nacimiento en la noche, en el silencio, vienes de puntillas sin hacer ruido. Entre los testigos, los descartados, un pequeño resto. Los anawin, los pobres y sencillos de corazón, los humildes, sufridos, quebrantados, oprimidos lo esperaban. No había sucumbido su fe y su esperanza. Solo se enciende la luz para el que la busca desesperadamente.

Dios ha irrumpido en la historia. Toda la historia gira en torno a él y no se comprende sin él. La historia sin Dios, no es historia de salvación. Quizás la suma de los afanes de todos los hombres de la historia no serán sino un pálido reflejo de lo que se esconde en él. La Palabra de Dios revelará las intenciones profundas y desvelará los secretos más íntimos del corazón del hombre.

Asistimos a la gran parodia humana ¿Qué hay detrás del teatro o del circo de la vida? Nuestro mundo está en crisis porque sus fundamentos están en quiebra. Crisis moral, económica, política, religiosa. En definitiva una profunda crisis espiritual, la noche del espíritu. Nuestro sincretismo y relativismo han llevado a una ausencia de Dios y un vacío del hombre. Maranatha, ven Señor Jesús, te necesitamos.



 

EL MARCO DE ESTAS REFLEXIONES

El marco físico de estas reflexiones ha sido el parque del desembarco de Mac Arthur que se ha levantado en la playa de Tondaligan, el lugar donde las tropas americanas pusieron fin a la dominación nipona en la segunda guerra mundial.

Hagamos un poco de historia. Después del ataque a Pearl Harbor, las tropas japonesas al mando del general Homma Masaharu, desembarcaron en las Filipinas el 8 de diciembre de 1941 y obligaron al repliegue de alrededor de 180 000 soldados estadounidenses y filipinos al mando del general Douglas Mac Arthur. En septiembre de 1942, después de la derrota de Japón en la batalla de Midway el 6 de junio, MacArthur informó al Estado Mayor Conjunto que era necesario liberar las Filipinas de los japoneses. El personal estadounidense discutió la posibilidad de recuperar las Filipinas.

En julio de 1944, después de la destrucción de varias flotas japonesas en las islas Marianas, y bajo una intensa presión del presidente Franklin D. Roosevelt, del propio MacArthur y de la prensa estadounidense, las fuerzas estadounidenses realizaron un asalto anfibio en las Filipinas. se debían liberar las ciudades más importantes de Luzón. El 25 de julio de 1943, Roosevelt solicitó personalmente que se incluyera en los planes, un avance hacia el norte después del cerco de Manila; MacArthur también estuvo de acuerdo con este plan.

Los mandos de los dos ejércitos estadounidenses asignados para llevar a cabo la operación contra Luzón, en particular el general Walter Krueger, que tendría el mando táctico durante la operación y serviría como jefe de Estado Mayor de MacArthur, fueron informados de esta decisión. El objetivo de esta misión se indicó en un informe a finales de junio de 1944: «El objetivo del ataque contra la isla filipina de Luzón, es rodear al enemigo en el sur y destruir las formaciones enemigas en el norte, en un cerco de doble pinza. Las órdenes finales al personal de Krueger se dieron el 25 de julio de 1944. Varios batallones de paracaidistas y tanques del 8.º Ejército de EE. UU. fueron asignados con el 6.º Ejército para esta operación. Deberían atacar posiciones japonesas en las crestas y terrenos llanos. Las divisiones de infantería del 6.º Ejército, por otro lado, debían desembarcar en el golfo de Lingayen, en la costa occidental de Luzón, y después comenzarían el avance hacia Manila.

El Parque nacional MacArthur Landing Memorial (literalmente "P. N. del memorial al amerizaje de MacArthur", también conocido como el Leyte Landing Memorial Park y MacArthur Park) es un área protegida de las Filipinas que conmemora el histórico amerizaje del general Douglas MacArthur en el golfo de Lingayen al comienzo de la campaña para volver a tomar y liberar las islas Filipinas de la ocupación japonesa el 20 de octubre de 1944. Este acontecimiento llevó a la mayor batalla naval de la Segunda Guerra Mundial y finalmente a la derrota de Japón y la rendición después de casi tres años de ocupación.



El marco espiritual que he tenido como trasfondo han sido las alocuciones del papa Francisco en el tiempo de Navidad, la misa de Noche Buena y la alocución urbi et orbi pronunciada en la plaza del Vaticano con ocasión del comienzo del nuevo año. También la homilía del cardenal en la misa de Noche Buena celebrada en la basílica de la Natividad en Belén.

El papa Francisco en su alocución urbi et orbi del primer día del año decía: El profeta Isaías que profetizaba el Príncipe de la Paz, escribió acerca de un día en el que “no se levantará la espada una nación contra la otra”. Hablaba de un día en que los hombres “no se adiestrarán más para la guerra” sino que “con sus espadas forjarán arados y con sus lanzas podaderas” (Is 2, 4). Con la ayuda de Dios pongámonos manos a la obra para que este día llegue. 

Que llegue en Israel y Palestina, donde la guerra sacude la vida de estas poblaciones. Abrazo a ambas poblaciones, en particular las comunidades cristianas de Gaza (la parroquia de Gaza que fue objeto de atentado tan ruin). Llevo en el corazón el dolor por las víctimas del execrable ataque que sufrió y hago un llamamiento apremiante para la liberación de quienes aún están siendo retenidos. Suplico que cesen las operaciones militares, con sus dramáticas consecuencias de víctimas civiles inocentes y que se remedie la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda. 

Ayúdanos Señor para que se acabe esta locura, esta parodia. Que no se siga alimentando la violencia y el odio, sino que se encuentre una solución a la cuestión palestina por medio de un diálogo sincero y perseverante entre las partes, sostenido por una fuerte voluntad política y el apoyo de la comunidad internacional. Recemos por la paz en el mundo. La paz en Israel, en Gaza en Palestina en oriente próximo, por la población del Líbano, en la población que sigue martirizada en Siria, por la paz en Ucrania o Nigeria por los conflictos bélicos en Yemen, en Sahel en el cuerno de África y Sudán, en Camerún, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, que llegue la paz entre Armenia y Azerbayán entre pueblos enfrentados como las dos Coreas, entre los pueblos latinoamericanos de Nicaragua, Venezuela… que cesen los conflictos que se encuentren vía el diálogo de soluciones que lleven a superar las disensiones sociales, a luchar contra las formas de pobreza que ofenden a la dignidad de las personas, a resolver las desigualdades, afrontar el doloroso fenómeno de las migraciones. 

Desde el pesebre, el Niño nos pide que seamos voz de los que no tienen voz, voz de los inocentes, muertos por falta de agua y de pan, voz de los que no pueden encontrar trabajo o lo han perdido, voz de los que se ven obligados a huir de la propia patria arriesgando su propia vida en busca de mejor vida. 

Abramos nuestro corazón al Niño Dios que nos trae la salvación, el Príncipe de la Paz. Es la ocasión para convertir el corazón y responder con alegría a la llamada del Señor para acercar y llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación de los cautivos y la libertad a los prisioneros (Is 61, 1)




Los gritos sordos como el de los primeras víctimas de Ramá. Paseando por la playa del desembarco o sentándome junto al embarcadero próximo a la prisión oigo el batir de las olas frente a los restos de las ruinas de la guerra del pasado. No han pasado tantos años y aún hoy llegan los gritos de dolor de tantos sangrantes desvaríos que siguen latiendo en nuestro mundo roto… un grito desgarrador que deja oír nuestro mundo roto y oprimido… libertad…paz… unidad…fraternidad. Que cesen las luchas y nos demos las manos.




La noche del nacimiento en Belén. Caminamos en la noche y nos vemos como una nave sin rumbo en medio del mar bravío azotado por las olas. Necesitamos de un faro, de un puerto, de un asidero. Rezo el himno:

De la vida en la arena me llevas de la mano al puerto más cercano al agua más serena… la noche misteriosa acerca da paso a las sobras y nos acerca a lo escondido, el sueño es el olvido donde la paz se posa…velero, inquieta barquichuela azotada por los vientos y las olas… tu el mar y el cielo claro, hacia el alba que espero… el corazón se llena de ternura y en la noche brilla el resplandor de la luna. Se esclarece la noche y se disipa la oscuridad cuando tu brillas en ella. 

La Luz de la vida se acercó a nuestra orilla. Era la luz que ilumina la ruta, era la luz que esperaban los hombres. La vida se hizo visible entre los hombres… Nos hiciste Señor para ti y no descansaremos hasta reposar en ti. Nuestra vida es como una pequeña barquichuela navegando por un inmenso océano y no reposaremos hasta naufragar en ti.

 


LOS PEQUEÑOS JESUS DE HOY

En la misma alocución urbi et orbe del Papa, en un momento decía Los que son víctimas de la locura de la guerra, en especial tantos pequeños inocentes cuya infancia ha sido devastada por la guerra son los pequeños Jesús de hoy.

Caminando por la playa de Tondaligan, sobre todo al amanecer o atardecer cuando la playa quedaba desierta de los que la transitan, quedaban en la playa un pequeño resto de los que la habitan. Los pobres, los excluidos, los marginados que la habitan entre medio de basureros porque no encontraron otro lugar para vivir. La playa de Tondaligan se encuentra en el estuario de la bahía de Lingayen Dagupan. La playa deslinda a sus laterales con dos mugrientos focos, el de la prisión municipal al lado oeste y el vertedero municipal al este. La playa ha sufrido enormes mejoras por la elaboración en ella del llamado proyecto del Parque del desembarco de Mac Arthur. Aún a pesar de las mejoras siguen las condiciones insalubres debidas a estos dos focos, la prisión y el vertedero. 

La prisión sigue vertiendo sin ningún reparo las aguas residuales a la playa y a lo largo de la playa, sobre todo en las dos partes marginales que quedan a los lados, los pobladores siguen vertiendo también las aguas residuales a la playa por medio de tubos de PVC que quedan señalados por pequeños balizas de troncos de madera. Fuera de estos dos focos de contaminación se encentran poblados de pescadores que viven de la pesca en casas muy humildes a base de chapas y madera o palafitos con cañas de bambú. 

Algunos poblados expuestos a las olas del mar han sido protegidos por unos diques con lo que han quedado a la vez ocultos a los transeúntes. Las familias aledañas tratan de contribuir en algo a la mejora del ambiente quemando la basura que recogen cada día al mismo tiempo que el humo les sirve de repelente contra los mosquitos,





LOS DOS FOCOS DE CONTAMINACIÓN QUE TRATAN DE OCULTARSE

La cárcel. Voy primero a detenerme un poco en los dos focos principales que delimitan la playa. La prisión municipal al borde de la playa da a entender que estos arrabales hasta hace poco eran poco transitados. Tan solo en los últimos años se han hecho muchas mejoras para abrir la playa al turismo del interior. La prisión presenta un estado lamentable se oyen los murmullos de los presos internos dentro de sus altos muros alambrados que no dan vista a la playa. Los pobres prisioneros podían al menos tener esa grata compensación pero no se les es concedida. Viven hacinados por lo general en celdas comunes y grandes comedores salvo algunos presos considerados con alta medidas restrictivas y de seguridad por considerarse peligrosos. Paradójicamente tuve la oportunidad de ver algunos presos que quizás como premio a su buen comportamiento les dejaron salir unos minutos fuera a quemar la basura que almacenan casi a la entrada de la prisión.





El vertedero municipal ha mejorado notablemente en los últimos años por las obras de mejora que se hicieron en la playa, tratando de ocultarle, rebajarle y reciclarle en lo posible buscando la manera de llevar la basura a otro lugar. El vertedero era una enorme montaña de basura, smoking mountain porque salía humo al tratar de quemarla. Tenía un fuerte olor a excrementos que se pegaba en la ropa. Aún hoy van muchas personas a tratar de recuperar plásticos y otros productos que pueden vender.




Algunos personajes, los pequeños Jesús de hoy

Voy ahora a tratar de describir algunos de los personajes entre los que pueden descubrirse los pequeños Jesús de hoy, los pobres anawin que pueblan esta marginal orilla de la tierra. Los que más merodean la playa son los ancianos y los niños.

Los niños que merodean el lugar son los niños de la playa que no tienen escolarización y se la pasan haciendo travesuras e inventándose mil y una perrerías para pasar el rato. Hay por lo general mamás muy jóvenes que alternan el cuidado de los bebes con los de la casa, si es que se puede llamar casa a los cuchitriles en donde viven.

Hay también gente mayor. Entre estas personas, que a la gran mayoría pasan desapercibidas. Sí,  aunque no lo parezcan, son personas con nombres, rostros e historias concretas. Entre ellas  se deja ver la señora de 84 años recolectora de conchas, vive de ello para venderlas a un proveedor de Manila que las utiliza para manualidades de artesanía.

Los pescadores que salen por la noche o de madrugada a faenar y vuelven a mediodía. La pesca más típicas es la del bangus. Algunas mamas improvisan parrillas muy rudimentarias donde venden los bangus a los transeúntes.

Los pastores. Estos no pastorean ovejas sino cabras. Tuve la oportunidad de tratar con uno que precisamente llevaba las cabras al cobijo de la estatua de Mac Arthur donde aprovechan las cabras a comer de los arbustos y pastar a la sombras de ellos.

Los recogedores de basura a los que el Municipio les paga una mínima cantidad que no pude ser nombrar como salario pues no les da para vivir sino para atenuar los gastos de familias muy numerosas.

Los vendedores ambulantes de helados que van con una campanilla vendiendo helados sobre todo a las familias que vienen a pasar el día en la playa.

Los socorristas de piel tostada por el sol que con megáfono en mano tratan de advertir a los bañistas que no se alejen de la orilla por el peligro del arrastre de las olas. Los bañistas por lo general se bañan vestidos y muchos no saben ni nadar. Tratan de protegerse del sol en pequeñas chozas que alquilan para las familias puedan pasar el día.

Algunos animales testigos sin relevancia. En la playa pueden verse las gaviotas, las palomas, las cabras y los perros. Las gaviotas apenas se ven si no es en el vertedero donde se congregan en búsqueda de alimento entre la montaña de basura. Las palomas propiedad de algunas familias que guardan en pequeñas jaulas, salen a revoletear con el alba como canto de libertad un poco reducida pues vuelven a sus jaulas. Las cabras que ya mencionamos tienen suerte de tener pastor, cosa extraña en estos lares que cuida de ellas. El pastor que conocí llevaba en sus brazos un pequeño cabrito que quizás extenuado por el sol apenas podía caminar. Los perros por lo general bastante desatendidos y escuálidos tratan de llevarse algún bocado a la boca merodeando la basura que dejan los transeúntes.

La playa no es concurrida durante los días de semana. Solo los fines de semana y en fechas señaladas de vacaciones acuden en masa. Entonces los vendedores ambulantes preparan sus chiringuitos para ofrecer comidas típicas.

Si uno acude con asiduidad durante algunos días pronto hace amigos. Por lo general la gente es amable y honrada y te sorprende no ver guardas de seguridad en la zona, salvo como es de esperar en las cercanías de la prisión.

Este ha sido el escenario de estos días medio de retiro y oración y ahora vamos a tratar de ampliar al escenario a nuestro mundo de hoy.




 

UN HOMBRE EN BUSQUEDA

Voy a detenerme a analizar sobre todo tres grandes búsquedas existenciales con la que nos podemos identificar con el común de los mortales:

La búsqueda de paz, la búsqueda de sentido y la búsqueda de amor que desembocan en una búsqueda fundamental que es la raíz de todas las búsquedas, la búsqueda de Dios. Es triste que esta búsqueda fundamental el hombre la viva a tientas sin hacerla explícita y consciente. Aunque pueda resultar irrespetuoso y banal, decía alguien que aún el hombre que va buscando en un prostíbulo un poco de placer no se percata que lo que va buscando a tientas y en lugares equivocados es al mismo Dios.

 




LA BUSQUEDA DE PAZ

La búsqueda de paz, unidad, fraternidad responde al anhelo profundo de Dios y del hombre. Hoy más que nunca ante tantos escenarios de guerras y de conflictos bélicos se hace más acuciante, sobre todo en estas fechas de Navidad el anhelo de paz.

Recojo un fragmento de la alocución del Papa Francisco en la Misa de Noche Buena empezó con una pregunta fundamental: ¿En que Dios creemos? En el Niño Dios recostado en un pesebre vemos a un Dios humilde que entra en el escenario de la historia humana de rodillas. No vemos un Dios iracundo que castiga sino al Dios misericordioso que se encarna y que entra débil en el escenario del mundo. La lógica de nuestro mundo es la lógica del poder y de la fuerza, la fama y la gloria, donde todo se mide con los éxitos y resultados. El Dios encarnado en el Niño Dios no combate las injusticias desde lo alto con la fuerza, sino desde abajo con el amor. No irrumpe con un poder sin límites, no evita nuestras fragilidades sino que las asume y abraza.

Existe el riesgo de vivir la Navidad con una idea pagana de Dios, un Dios que se alía con el poder, con el éxito mundano y con la idolatría del consumismo. Dios se encarna para cambiar el mundo desde abajo, cambiar la realidad desde dentro.

El Príncipe de la Paz sigue hoy rechazado por el rugir de las armas, la lógica del mal y de la guerra.

Contemplemos a Dios en el Niño del pesebre que nos invita a la conversión, a salir de nuestras lógicas para entrar en la lógica de su amor. No viene a eliminar al pecador sino a perdonarlo y salvarlo. Quita el pecado del mundo cargándolo sobre sí. No quita el dolor sino que lo transforma desde dentro. No quita los problemas sino nos ayuda a vivirlos con la esperanza cierta de la victoria del amor sobre todo mal. Desea tanto abrazar nuestra existencia que, siendo infinito, siendo grande se hace pequeño. Siendo el Justo vive y soporta nuestras injusticias cambiándolas desde dentro. El signo que revela el rostro de Dios es su amor, compasión y misericordia. El que se encarnó en nuestra carne no espera de nosotros resultados exitosos sino un corazón abierto y confiado.

Recojo un fragmento de la alocución de la alocución urbi et orbi del Papa Francisco al inicio del año: la mirada y el corazón de los cristianos de todo el mundo se dirigen hacia Belén. Allí donde en estos días reinan dolor y silencio, resonó el anuncio esperado durante siglos y las palabras del ángel en el cielo de Belén se dirigen hoy también a nosotros: “les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor… Gloria a Dios en las alturas y Paz a los hombres que ama el Señor” (Lc 2,11). Esta noticia cambia el curso de la historia. No es una alegría pasajera como la del mundo, no la alegría de la diversión. Es una gran alegría porque nos hace grandes, ser hijos de Dios, ser hermanos. Hoy, en efecto, nosotros seres humanos, con nuestros límites abrazamos la certeza de una esperanza inaudita, la de ser ciudadanos del cielo, haber nacido para el cielo. Jesús nuestro hermano vino a hacer que su Padre sea nuestro Padre y que todos nosotros seamos hermanos. Siendo un Niño frágil, nos revela la ternura de Dios y mucho más. El. El Unigénito del Padre, “nos da el poder de llegar a ser hijos de Dios” (Jn 1, 12). Esta es la alegría grande que consuela el corazón, que renueva la esperanza y da la paz. Es la alegría del Espíritu santo, la alegría de ser hijos amados y ser hermanos. 

Hermanos y hermanas, en medio de las tinieblas de la guerra, se ha encendido una llama inextinguible, en medio de la oscuridad del mundo de hoy, hoy prevalece “la luz de Dios, que ilumina a todo hombre” (Jn 1, 9)… Alégrate tú que en el corazón no encuentras la paz, porque se ha cumplido la antigua profecía de Isaías, “Un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado y se le da por nombre Príncipe de la Paz” (Is 9, 5). La Escritura revela que su paz, su reino, no tendrán fin (Is 9, 6).





 

LA BUSQUEDA DE SENTIDO

Los porqués, los grandes interrogantes que subyacen y persisten a lo largo de la historia. La búsqueda de la verdad, el amor, el ansia de libertad, la fraternidad, sentido de la vida, el dolor, la muerte. Nuestros conocimientos son parciales, caducos, cambiantes, limitados, perecederos. Para que fuésemos capaces de averiguar el secreto misterioso de nuestras vidas, cuando el hombre se sentía incapaz de desentrañar el misterio de la vida, Dios mismo salió al encuentro del hombre, asumió nuestra naturaleza y en ella quiso desvelarnos la fuente del misterio. En El están escondidos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia. Que inmensidad de conocimiento para los que se abren de corazón a El.

 



LA BUSQUEDA DE AMOR

En nuestro mundo de hoy por desgracia hay muchas personas que no se sienten amados que se sienten descartados, marginados, excluidos, rechazados. No pintan nada, son un mero número o un cero a la izquierda.

En la alocución urbi et orbe el Papa Francisco nos dice: Alégrate tú hermano en la situación que te encuentres, Dios te ama con un amor incondicional por ser hijo suyo. Tú que has perdido la confianza y las certezas y te sientes abatido y solo, no estás solo, no estás sola. ¡ Cristo ha nacido por ti ¡ Alégrate tú, que has abandonado la esperanza, porque Dios no ha venido a condenarte, ha venido a salvarte, te tiende su mano. No te señala con el dedo, sino que te ofrece su manita de Niño para liberarte de tus miedos, para aliviarte de tus fatigas y mostrarte que a sus ojos eres valioso como ningún otro!.

 


LA BUSQUEDA DE DIOS

Hemos empezado el artículo preguntándonos en que Dios creemos porque sería más embarazoso preguntarnos con que Dios vivimos. Aunque parezca sin correlación depende de la imagen de Dios que tengamos será la imagen de hombre que proyectamos como dice el refrán: dime con quien andas y te diré quién eres. En el acontecimiento de Dios hecho hombre en Jesús de Nazaret se nos revela al mismo tiempo quien es Dios para el hombre y quien es el hombre para Dios. Dios en su omnipotencia suprema podría vivir sin el hombre, pero el hombre no puede vivir plenamente sin Dios. Digo plenamente porque lo cierto es que el hombre puede vivir como si dios no existiera, pero entonces la vida que vive no merece ser llamada vida. 

El Dios que se revela en Jesús es un Dios que nunca jamás nos hubiéramos imaginado. Un Dios omnipotente que por puro amor infinito no sabe vivir sin el hombre y que se hace pobre, débil y necesitado del propio hombre para mostrarle la manera plena de vivir. Nos podíamos preguntar si el Dios con el que vivimos es el revelado en Jesús de Nazaret o si hemos hecho un dios a nuestra propia medida.

Vamos a tratar de desmenuzar los acontecimientos que nos han llevado al escenario actual a la gran parodia del espectáculo dantesco, del show en el que vivimos, ¿Qué es lo que ha ido desencadenando esta pérdida de la dimensión trascendente, este vacío y eclipse de Dios de nuestro mundo actual?

 




LA GRAN ANTESALA DE LA HISTORIA

Empieza el espectáculo, se abren las cortinas y aparecen los personajes. No olvidemos la etimología de la palabra persona… máscara… un papel a representar. Las personas, al perder la imagen inviolable y sagrada de su naturaleza divina, han quedado privadas de su ser persona y convertidas en personajes sin relevancia, sin rostro, privadas de su dignidad más sublime.

Es obvio que podemos acercarnos a la reflexión sobre la persona desde distintos enfoques y son diversas las disciplinas que se preocupan por la persona. Acerca del ser humano reflexionaron filósofos, teólogos y las distintas corrientes de pensamiento tienen su propia valoración.

Las personas cuando aparece el escenario del mudo griego eran actores de teatro en la antigüedad los que usaban máscaras con la finalidad de representar a un personaje y generar mayor potencia a su voz en el escenario. De aquí deriva la palabra persona (sonare y per, del verbo personare, cosa que suena mucho).

Aunque el origen de su significado es griego, en su sentido etimológico la palabra persona viene del adjetivo latino personus, que significa resonante; personare equivale a «sonar fuerte», hacerse oír. Lo cual parece relacionar esta palabra con la griega prósopon, que significaba cara y también máscara (trágica o cómica) que se ponían los actores de teatro, y a la vez que les disfrazaba del personaje que representaban les servía de amplificador de la voz. La concavidad de la máscara reforzaba la voz, ocultaba al actor y por medio de la máscara el actor también “representaba” un personaje. Para los griegos, pues, prósopon no tenía el sentido que nosotros le damos a la palabra persona. Rara vez se alude a la persona en los textos filosóficos griegos.

Por derivación se pasó a llamar persona a los actores que usaban esas máscaras y, más tarde, el derecho romano tomó la palabra para designar a quienes actúan en el mundo jurídico. Pero hemos de ir más lejos. Ser humano y persona. Este ser humano, a diferencia de los demás animales mamíferos, posee un plus que constituye su ser, que es lo que conocemos como el espíritu de la libertad. La libertad constituye el núcleo existencial del ser humano. De ahí que el ser humano no se reduzca a pura naturaleza (exclusivamente la materia), sino que es, simultáneamente, un ser espiritual. El ser humano trasciende la naturaleza. No es sólo la razón, sino el espíritu de la libertad lo que caracteriza al «ser humano» y lo hace distinto de los demás entes del mundo. El ser humano resulta así una unidad indisoluble, entre lo que es su esfera psicosomática (su soma y su psique) y su centro existencial que es el espíritu.

En el escenario actual de la gran parodia del espectáculo que vivimos nos preguntamos ¿Dónde ha quedado dios y donde ha quedado el hombre, donde ha quedado el valor de la persona humano, el valor de las instituciones que cimentaron el mundo en el que vivimos? Nos atreveríamos a decir que no solo hemos perdido las formas sino los fundamentos y las bases del modelo de sociedad que vivimos.

¡Cuán grande la parodia de nuestro mundo! El mundo que vivimos es el de una representación donde cada uno trata de encajar o aparentar con su máscara para ganar relevancia. Muchos de los personajes han perdido su protagonismo y su papel y han sido convertidos en objeto de descarte. Se ha perdido el concepto, la idea, el sentido, el valor de la persona. La persona se ha cosificado y convertido en objeto de consumo. Hemos creado unos personajes ficticios de super héroes, nos hemos creído semidioses, titanes y el uso incontrolado del poder se nos ha vuelto en contra. Hemos distorsionado la realidad con personajes cosméticos de cartón y plástico vacíos de sentido buscando reconocimiento y protagonismo. Seguimos a las stars e influencers del momento y muchos en la carrera frenética de la moda, la fama y del consumo acaban estrellados, descartados. La inteligencia humana de la persona ha sido reemplazado por la inteligencia artificial y muchos son los que se encuentran manipulados bajo las lógicas de la sociedad de consumo. 






LA HISTORIA SAGRADA DE UN PUEBLO CREYENTE

El pueblo semita fue un pueblo fundamentalmente creyente en el Dios Yahvé. El pueblo judío era un pueblo imbuido en Dios, invadido por Dios, poseído por Dios. Dios había irrumpido en su historia trasformando una historia profana en una historia sagrada. Era Dios quien guiaba y daba sentido a la historia. No tenían una convicción y certidumbre más fuerte que Dios el rescatador de su sinsentido, el liberador de sus esclavitudes y era el creador de todo cuanto existe.

El pueblo semita, como diría José Luis Martín Descalzo hablando del mundo que vivió Jesús, vivía en una cosmovisión y un universo penetrado por el espíritu divino (la omnipresencia divina del espíritu), divinizado, sacralizado. El mundo sagrado era, por lo tanto, el prototipo de la existencia humana y debido a que era más rico, más fuerte y más duradero que cualquier otra cosa en la tierra, la gente quería desesperadamente participar en él.

La oración judía por su trascurrir a lo largo de todas las horas con su súplica incesante pretendía santificar todo el universo. Su intercesión pretendía reforzar la acción de Dios sobre el mundo y tratar de dirigir esa acción sobre las realidades humanas. La bendición era algo más que la petición, remarcaba el papel central que Dios tenía en toda la vida y en todas las cosas. El judío llenaba materialmente el día de bendiciones, no podía respirar sin bendecir. Había una bendición para apenas abrir los ojos, una segunda para el gesto de estirarse, una tercera para el momento de ponerse de pie, una cuarta para el primer paso que se daba, varias para cada uno de los vestidos que se ponía, otra para ponerse las sandalias, una para cubrirse la cabeza, otra para el momento de lavarse. Incluso aunque parezca mentira y hoy nos diera risa una oración para el momento de hacer las necesidades corporales. Cuando se sentaba a comer tenía plegarias para antes de la comida, para bendecir el pan, el vino, los cereales, la fruta, para después de concluida la comida. Tenía una oración para cuando olía un perfume, para cuando recibía una buena noticia, para cuando encontraba a un amigo, para cuando se sentía ante cualquier necesidad, para cuando se restablecía o se curaba.

Aunque no es hora de entrar en discusión en las formas y prácticas judías que en muchos casos fueron denunciadas por Jesús (el culto vació de tantas prácticas farisaicas que desatendían el culto interior del corazón)  lo que desde luego puede verse es cuan extraña y cuán lejos ha quedado esa cosmovisión para el mundo que nos toca vivir.





MITOS DE DIOSES, SEMIDIOSES, TITANES Y SUPERHEROES EN LUCHA POR EL PODER

La mayoría de las sociedades y culturas nacen al abrigo de creencias religiosas. Las gentes experimentaban lo sagrado. El mundo sagrado era parte de la existencia humana. La experiencia religiosa daba sentido a las vidas que vivían. El hombre trataba de dar sentido a las cuestiones existenciales a través de mitos. Los mitos se dieron lo mismo en el hinduismo que en el helenismo.

Hoy por desgracia nos vemos retratados en las figuras, personajes y muchos de los mitos del pasado. Mitos como el de Prometeo se hace muy actual y vigente para nuestro mundo de hoy. Luego pasaremos a analizarlo.





  

LA MITOLOGIA GRIEGA

Se rompe el orden sagrado del cosmos. Nace un nuevo paradigma, la visión monoteísta de los semitas se ve amenazada con el Zoroastrismo. El Zoroastro introduce una deidad malvada (el druj) que compite con otras deidades. Esta deidad malvada encarnaba el espíritu hostil, la mentira y era el epítome del mal. Aparece la figura del superhombre (Saoshyant) con parte de dios y parte de hombre.

Los griegos no creían en el Dios Yahvé creador y benevolente. Eran politeístas y no tenían un orden divino o dios supremo (no tenían un principio interno crucial y axial que regía la vida) asentado como principio. Los dioses empezaron a luchar por su hegemonía los unos contra los otros. Los griegos trataron de explicar la realidad a través de los mitos. Los dioses del Olimpo luchan entre ellos y se desarrolla la figura de los superhéroes, titanes y guerreros poderosos (Ulises).

La mitología griega es el conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a la cultura de la Antigua Grecia, que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, los orígenes y el significado de sus propios cultos y prácticas rituales. Formaban parte de la religión de la Antigua Grecia, que tenía como objeto de culto básicamente a los dioses olímpicos (dioses del Olimpo). Los investigadores modernos recurren a los mitos y los estudian en un intento por arrojar luz sobre las instituciones religiosas y políticas de la antigua Grecia y su civilización, así como para entender mejor la naturaleza de la propia creación de los mitos.

Los mitos griegos intentan explicar los orígenes del mundo y detallan las vidas y aventuras de una amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas mitológicas. Estos relatos fueron originalmente difundidos en una tradición poética oral, si bien actualmente los mitos se conocen principalmente gracias a la literatura griega.

Las fuentes literarias más antiguas conocidas, los poemas épicos de la Ilíada y la Odisea, se centran en los sucesos en torno a la guerra de Troya. Dos poemas del casi contemporáneo de HomeroHesíodo, la Teogonía y los Trabajos y días, contienen mitos o relatos sobre la génesis del mundo, la sucesión de gobernantes divinos y épocas humanas y el origen de las tragedias humanas y las costumbres sacrificiales.

También se conservaron mitos en los himnos homéricos, en fragmentos de poesía épica del ciclo troyano, en poemas líricos, en las obras de los dramaturgos del siglo v a. C. en escritos de los investigadores y poetas del período helenístico y en textos de la época del Imperio romano de autores como Plutarco y Pausanias.

Hesíodo, un posible contemporáneo de Homero, ofrece en su Teogonía (Origen de los dioses) el relato más completo de los primeros mitos griegos, tratando de la creación del mundo, el origen de los dioses, los Titanes y los Gigantes, incluyendo elaboradas genealogías, relatos populares y mitos etiológicos.

La cosmología órfica intenta llenar el abismo entre un Caos vacío y el mundo visible con un relato distinto, según el cual al principio de todo estaban Caos, la noche (Nix) y Erebos. Nix habría puesto un huevo, del que surgió Eros, que en otros relatos es denominado FanesProtogonos (el primer nacido)​ y conocido además como Metis y Erikapaios o Erikepaios), pero se trata del mismo padre (o madre, dado que en algunas versiones se lo describe como hermafrodita) de una gran cantidad de generaciones de dioses. De hecho, la fuente más antigua que se conserva, la comedia Las aves de Aristófanes, solo habla de Eros (no de Fanes) para referirse al nacido del huevo originario de Nix. Nix (Noche) es también mencionada como primer principio por muchos poetas y filósofos griegos. 

Homero organiza a los dioses a la manera en que se haría con un clan humano, Hesíodo presenta una cosmogonía de entidades primigenias que solo luego se van enlazando genealógicamente. ​ Para encontrar una genealogía completa y propia hay que recurrir a la Teogonía de Hesíodo, que es tanto una cosmogonía como una teogonía, y puede considerarse la tradición mitológica griega más fundamental, punto de partida para los desarrollos posteriores.

El siguiente estadio en el desarrollo del universo comienza cuando Caos y Gea generan nuevos seres sin contacto con pareja masculina. Parémonos a describir un poco la generación de estos dioses según el género de entonces poesía épica (Teogonía) y la mitología griega.




I Primera generación de deidades

    La familia de Caos

De Caos nacieron posteriormente Érebo (la oscuridad) y Nix (la noche). Nix concibió con su hermano Érebo a Éter (luminosidad) y Hemera (el día), para lo cual Hesíodo cambió el género gramatical de Érebo de neutro a masculino. Nix es mucho más importante que su hermano porque, además de los dos hijos que tuvo con él, es la fundadora de la rama principal de la familia de Caos, al generar una serie de hijos por sí misma, en su mayoría personificaciones de las fuerzas oscuras, destructivas y negativas:

 Moros (Destino), Ker (Perdición), Tánatos (Muerte), Hipnos (Sueño), Geras (Vejez), Ezis (Dolor), Apate (Engaño), Némesis (Venganza), Eris (Discordia), Filotes (Amistad, Ternura), Momo (Burla), las Hespérides (Hijas de la Tarde), los Oniros (los Sueños), las Keres (Espíritus de la destrucción y muerte) y las Moiras (Hados), correspondiéndose estas dos últimas con Ker y Moros respectivamente.




    La familia de Gea

De Gea surgió el «estrellado Urano», el cielo. En una simetría típica de las cosmologías griegas, el cielo es un igual respecto a la tierra y tiene «sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses»; en la Ilíada y la Odisea es llamado «bronce» y «hierro» respectivamente, y parece representar un techo sólido, plano y paralelo a la tierra. También surgieron de Gea los Ourea (las montañas, morada de las ninfas) y Pontos, el mar, «sin mediar el grato comercio». Con el nacimiento del mar finalizan las «concepciones inmaculadas» de los hijos de Gea, la tierra; quizás su estatus «primordial» impedía que pudieran nacer de una relación sexual. Si la línea genealógica de Caos (a través de Nix) produjo toda una serie de fuerzas negativas o dañinas, Gea fue la progenitora de todo lo positivo y sustancial en el mundo: las características físicas del universo, las deidades que presidían distintos aspectos de la naturaleza y todos los grandes dioses y diosas. Gea fundó dos familias con sus dos hijos, la mayor a partir de su unión con Urano y una menor con Pontos, constituida básicamente por divinidades marinas, ninfas y seres de naturaleza monstruosa o grotesca que fueron posteriormente desplazadas por las deidades del orden olímpico.




II Segunda generación de deidades primordiales

La unión de Gea y Urano, de la tierra y el cielo, es un motivo mitológico muy común, en el que la relación sexual es una metáfora de la naturaleza como producto de dicha unión. De ella nacieron los titanes, que pese a ser conocidos como un colectivo, son un grupo mezclado, solo unos pocos de los cuales realmente adecuados para una cosmogonía, y Hesíodo tomó varios de ellos de otros contextos. Entre ellos se encuentran Océano y Tetis, aunque no forman la pareja cosmogónica mencionada por Homero

Gea alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Crono, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre.

Zeus luchó contra su padre, Cronos, por el trono de la Tierra, por lo que se desató una guerra de dioses contra titanes. Junto a sus hermanos Poseidón y Hades e hijos (luego integrantes del panteón olímpico), y con la ayuda de los Cíclopes (a quienes liberó del Tártaro), los cuales otorgaron a cada hermano un arma, lograron la victoria condenando a Crono y los Titanes a prisión en el Tártaro, el centro de la Tierra.

De esta manera se aseguraron el control sobre la Tierra, que quedó dividida en tres reinos: la trinidad consistía en el Cielo para Zeus, el océano para Poseidón, y el inframundo para Hades, quien custodia que los titanes no salgan de Tártaro. ​

Zeus sufrió la misma preocupación y, después de que fuera profetizado que su primera esposa Metis daría a luz un dios «más grande que él», se la tragó. Sin embargo Metis ya estaba encinta de Atenea y esto lo entristeció hasta que esta brotó de su cabeza, adulta y vestida para la guerra. Este «renacimiento» de Atenea fue usado como excusa para explicar por qué no fue derrocado por la siguiente generación de dioses, al tiempo que explica su presencia. Es probable que los cambios culturales ya en progreso absorbieran el arraigado culto local de Atenea en Atenas dentro del cambiante panteón olímpico sin conflicto porque no podía ser derrocado, dado que tanto él, como sus hermanos e sus hijos, lucharon en conjunto.




El primer mito propiamente hablando aparece en la Teogonía es el que cuenta la disolución de la unión entre Gea y Urano y el derrocamiento de este último, motivado por el maltrato a su mujer e hijos. Urano odiaba a todos sus hijos y no les permitía emerger a la luz, lo que causaba tanta angustia a Gea que finalmente esta les instó a rebelarse contra él. Fue Crono, el benjamín de los titanes, el que armado con una hoz que había preparado expresamente Gea emasculó a Urano cuando se acercaba a su madre, permitiendo que sus hermanos salieran a la luz finalmente. Crono lanzó los genitales de su padre al mar, donde la espuma se reunió alrededor para generar a la diosa Afrodita Urania; algunas gotas de la sangre de Urano cayeron sobre Gea, que concibió tres últimas series de hijos de Urano: las erinias (personificación de la venganza), los gigantes y las melias.

Ian Morris considera las aventuras de Prometeo «un punto entre la historia de los dioses y la del hombre» Prometeo roba el fuego a los dioses, cuando este o Licaón inventa el sacrificio, cuando Tántalo roba néctar y ambrosía de la mesa de Zeus y los da a sus propios súbditos, revelándoles los secretos de los dioses, cuando Deméter enseña la agricultura y los Misterios a Triptólemo, o cuando Marsias inventa el aulos y se enfrenta en un concurso musical con Apolo

Además de los titanes, Gea alumbró a los cíclopes, gigantes de un solo ojo (Polifemo), que fueron llamados Brontes (el que truena), Estéropes (el que da el rayo) y Arges (el que brilla). También a los hecatónquiros, gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas de «fuerza inagotable y poderosa», llamados BriareoGiges y Coto.





El panteón griego recogía gran número de dioses: Según la mitología clásica, tras el derrocamiento de los Titanes el nuevo panteón de dioses y diosas fue confirmado. Entre los principales dioses griegos estaban los olímpicos, residiendo sobre el Olimpo bajo la égida de Zeus.​ Entre los más importantes Zeus, PoseidónHadesApoloAteneaArtemisaAfroditaAresDionisoHestiaHermesHefesto y  Hera

Cuando se aludía a estos dioses en la poesía, la oración o los cultos, se hacía mediante una combinación de su nombre y epítetos, que los identificaban por estas distinciones del resto de sus propias manifestaciones. Alternativamente el epíteto puede identificar un aspecto particular o local del dios.

La mayoría de los dioses están relacionados con aspectos humanos y específicos de la vida (se incluyen mayormente el zodiaco occidental). Por ejemplo, Afrodita era la diosa del amor y la belleza, mientras Ares era el dios de la guerra, Hades el de los muertos y Atenea la diosa de la sabiduría y la estrategia. Algunas deidades como Apolo (dios de la música) y Dioniso (dios del vino), revelaban personalidades más complejas y funciones varias, mientras Hestia significa literalmente ‘hogar’.

Sorprende la cantidad de dioses. Llamaban la atención los dioses revestidos de poder Hércules, Zeus etc. Otros cautivaban por el hechizo del amor Venus, Afrodita

La filosofía griega por medio de los grandes pensadores (Platón, Aristóteles) volvieron a repensar y reformular el concepto de la vida, sus valores para favorecer una sociedad más humana y más digna. el platonismo y el aristotelismo fundó las bases del pensamiento del mundo moderno.

El siglo de oro de Grecia dio luz a las formas y a las instituciones que durante siglos se han mantenido a lo largo de los tiempos y constituido la base de nuestra democracia. Etimológicamente viene de demos (pueblo) y Kratos (poder),  el poder del pueblo). Se pretendía que la convivencia social estuviera regida por los valores de libertad e igualdad para todos. El ágora, la polis, la política, los políticos aparecen como personajes que ya en el pasado tratan de gobernar y de dirigir el destino de los pueblos.

Sócrates implantó el arte de la dialéctica y fundó la Academia. Un diálogo riguroso para exponer las creencias y obtener la verdad.  Entendió que su misión era llevar a sus compañeros atenienses a la verdad y a una mejor comprensión de sí mismos. Él creía en Dios. El conocimiento era inseparable de la virtud. El coraje, la justicia, la piedad y la amistad no son ficciones vacías. La verdadera filosofía es aprender a vivir. El deseo, de liberación, sólo será posible a través de una gran transformación interior. El cultivo del alma era la tarea humana más importante, mucho más crucial que el logro del éxito mundano. El alma está dañada por acciones equivocadas. No debemos tomar represalias o hacer mal por mal a nadie, cualquiera que sea el mal que hayamos sufrido de él. Platón y más tarde Aristóteles reclamarían más tarde la capacidad de razonar bien y de orientar la conducta de los hombres en torno al bien común.

Sabemos que no es oro todo lo que reluce. También aparecieron quienes denunciaron los abusos de poder. Después del siglo de Pericles, los sofistas difundían argumentos falaces que mostraban el absurdo lógico del sentido común. Fue el origen de la duda sistemática del relativismo, el subjetivismo y el escepticismo. Es imposible formular ninguna verdad. Promueven una duda sistemática y la inutilidad del lenguaje. No había autoridad trascendente ni Dios supremo. Afirmaban que el hombre era libre e independiente y que tomaba el control de su propia vida.

Los cínicos eran los que desengañados de la vida terminaban viviendo al margen de la sociedad. Los cínicos fueron famosos por sus excentricidades, de las cuales cuenta muchas Diógenes Laercio, y por la composición de numerosas sátiras o diatribas contra la corrupción de las costumbres y los vicios de la sociedad griega de su tiempo, practicando una actitud muchas veces irreverente, la llamada anaideia. Ciertos aspectos de la moral cínica influyeron en el estoicismo, pero, si bien la actitud de los cínicos es crítica respecto a los males de la sociedad, la de los estoicos es de acción mediante la virtud Reinterpretaron la doctrina socrática considerando que la civilización y su forma de vida eran un mal y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. El hombre llevaba ya en sí mismo los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía; era de hecho el verdadero bien.



Reflexión acerca del mito de Prometeo 

Esta reflexión la hice en los tiempos de Pandemia  y está recogida en este blog. El mito de Prometeo ha inspirado a muchos a lo largo de la historia para referirse a la osadía y gran tentación de los hombres de pretender ser como los dioses, sustrayéndoles el poder divino.

En la mitología griega, la figura de Prometeo está íntimamente ligada a la humanidad. Desafiando al dios supremo, el celestial Zeus, Prometeo intenta favorecer a los hombres entregándoles el fuego, robado a los dioses, elemento esencial no sólo en el sentido material, como punto de partida fundamental para avances ulteriores en el desarrollo de la civilización, sino también en el orden espiritual, pues el fuego es el símbolo de la vida, de la energía, de la inteligencia que mueve a los humanos.  

En la mitología griega, Prometeo es el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses y darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo.   El mito se caracteriza por centralizar el símbolo de la humanidad al personaje de Prometeo, esto se puede explicar dado la amplitud que tiende a tener este titán con relación a los dioses del Olimpo, Zeus. Prometeo trata de ser un benefactor de la humanidad. 

Podemos plantear que hay una relación significativa dentro del perfil de Prometeo que tiene una analogía muy estrecha con la modernidad, o en todo caso el hecho de civilización del hombre que parte desde una des divinización que en cierta medida cree favorecer a la humanidad proveyéndola de ciertos medios por los cuales no sólo sistematiza de una manera más rápida sus actividades (el fuego, simboliza el adelanto tecnológico), sino que crea las primeras ideas acerca de la tecnología, es decir la creación y utilización instrumental de un determinado objeto para la facilitación de los actos cotidianos vitales. 

Podemos plantearnos basándose en este elemento principal (fuego), que cualquier ánimo de conocimiento o descubrimiento se da a raíz de una necesidad por la supervivencia y, en ese sentido, Prometeo, conociendo la necesidad de los humanos, trata de rebelarse ante Zeus para robar el fuego y por ende su fuerza en pos de la humanidad. 

El mito nos propone una visión muy estrecha entre la humanidad y el conocimiento que prontamente deslinda una relación con los dioses (Zeus) y en este entorno la idea de progreso se ve en un naciente estado donde los humanos satisfacen sus necesidades sin la necesidad de dependencia divina:

Acerca del mito de creación de la humanidad podemos puntualizar que Prometeo no sólo interviene de una forma activa, sino que utiliza elementos naturales para formar al hombre y así en todo caso obtener una configuración humana muy ligada a la naturaleza, ya que no sólo hay una intención de dar vida a lo inanimado (es decir al barro), sino que la intención primordial es la de crear un ser individual y racional, que se diferencie de los animales u otra clase de seres y que tenga en consecuencia el poder para sobrevivir más allá de sus instintos. 

Con respecto a la idea concreta de creación y evolución de los hombres, en el mito podemos notar que no sólo hay una condición ya de dependencia divina, sino que también existe un patente sometimiento por parte de los dioses ante los hombres, pues es sabido que el poder que éstos tienen por el conocimiento y por ende este “poder”, logra hacer que el hombre no sólo se rebele ante las divinidades opresoras, sino que se independice de ellas y les “robe poder” que utilizan para someterlos. 

Esta relación casi dialéctica Dios-Humanidad, gira en el mito como una constante íntimamente ligada al hecho de necesidad y rebelión, que es la que regulariza todos los actos de “engaño” que Prometeo utiliza ante Zeus, para robarle poder, con el único objetivo que es el de proporcionar libertad a la humanidad. Entre estos actos de engaño, podemos diferenciar dos importantes: el sacrificio a los dioses y el robo del fuego. En el sacrificio a los dioses, Prometeo demuestra que no sólo basta ser poderoso para obtener el conocimiento, sino que hay que ser muy precavido en nuestro juicio antes de tomar una decisión. 

En otro “engaño” a los dioses, Prometeo roba el fuego para entregarlo a la humanidad y así hacer que ésta alcance el grado de civilización, partiendo del control, utilización y perfeccionamiento del fuego y todos sus posibles beneficios, que en todo caso restará poder a los dioses y centrará sus ojos en el vislumbramiento hacia el conocimiento y la inteligencia, es decir cualidades humanas por excelencia que serán el eje central del desarrollo de las civilizaciones a lo largo de la historia. 

Pero no podemos olvidar algo importante en el mito y es la contraparte del progreso y el elemento defensivo de los dioses visto desde el concepto del “castigo” que Zeus envía a Prometeo por su rebeldía y por haber dejado en ridículo la hegemonía divina. El castigo dentro del mito se denota como una frustración del poderío divino ante el avance tecnológico de la humanidad y por ende el cuestionamiento de parte de los hombres ante la existencia de los seres etéreos. Podemos puntualizar que el mito recrea en sí dos grandes castigos que tiene que suplir Prometeo: el de ser encadenado y torturado día tras día en el Cáucaso por un cuervo que le comía las entrañas y un segundo castigo que tiene relación con otro mito, el de Pandora, y que también simboliza la desobediencia que trae como consecuencia una serie de maleficios contra los hombres. 

Algunos han querido ver en Prometeo a un ser parecido al personaje de Cristo dentro de la religión cristiana. Notamos grandes rasgos entre los que destacan la inteligencia y la prudencia, pero también se desprende la idea de rebeldía ante lo establecido, la utilización del mismo ser como un objeto de sacrificio y por último la creación de un nuevo sistema (que visto desde otra perspectiva es lo que denominamos liberación de los oprimidos

En suma la amplitud que tiene el mito de Prometeo dentro de una conformidad literaria y mítica dentro de la tradición antigua griega, no sólo nos hace referencia a la facultad a la que aspira el hombre asombrado de la naturaleza, conocimiento, sino que parte de una necesidad inherente del hombre por llevar su vida a un nivel mayor. Cabe rescatar el hecho importante que conlleva a pensar que es necesario la idea de oposición para que haya un cierto desarrollo dentro de las civilizaciones y que a raíz de esta oposición no sólo obtengamos ciertos beneficios, sino también la certeza de que el ser humano es y será siempre una dualidad inconforme ante su contexto y con un ansia casi obsesiva por lograr una identidad concreta. Es decir su esencia primordial proyectada al horizonte del progreso.

El mito de Prometeo es tan antiguo como el que nos describe el primer relato del Génesis al inicio de la creación. (Gen 3). El Tentador haciendo dudar de la soberanía y benevolencia del Creador hace a nuestros primeros padres la propuesta de una falsa superación: Comer del árbol de la ciencia y seréis como dioses. Erraron el camino de la felicidad. En lugar de ser hijos por el camino del amor fieles a la verdad el hombre se arrogó querer ser el Señor soberano de todo poniéndose en el lugar de Dios. Cristo adopta el camino del servidor contrario al del señor. No se aferró celoso a su igualdad con Dios sino que se sometió tomando la condición de siervo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por esto Dios lo engrandeció Cristo se constituiría en el Hombre nuevo, glorificado por Dios y puesto por encima de todo para que todos siguiéramos su ejemplo. (Filp 2, 1-11)

El mito de Prometeo quizás nos vale para interpretar la realidad que vivimos. Nuestra sociedad se había creído como Prometeo que robó el fuego a Zeus. Nuestra sociedad post moderna llena de arrogancia, soberbia y prepotencia, alzándose en un desarrollo tecnológico con adelantos que nunca hubiéramos imaginado nos ha llevado a creernos dioses, a creernos titanes, inmortales. El optimismo científico nos ha hecho creer que éramos invencibles, indestructibles. Ha bastado un diminuto virus, el COVID-19 para hacernos caer en la realidad que somos pobres creaturas incapaces de sostenernos a nosotros mismos.

Terminemos con este escenario prolífero en dioses sumando al Panteón griego el Panteón romano.




Los romanos tenían costumbre cuando conquistan un pueblo asumían sus dioses, cambiándoles de nombre eso sí y asegurar ese modo su protección. Los romanos pues heredan el panteón griego y levantan el panteón romano, cambiando la nomenclatura de los dioses. Intentaron frenar la irrupción del cristianismo, pero no pudieron (persecuciones). Quisieron sepultar los vestigios cristianos levantando templos a los dioses paganos.

Entre los principales dioses del panteón romano destacamos doce:

Júpiter, el dios del cielo era el principal dios romano. Tenía correlación con el dios griego Zeus.

Plutón, dios del inframundo, los romanos creían que el inframundo era el lugar al que se iba después de la muerte. Era el hermano de Júpiter y Neptuno

Juno, la reina de los dioses. Tenía correlación con la diosa griega Hera. Era la esposa de Júpiter y por tanto Reina de los cielos, así como el parto y la fertilidad

Minerva, diosa de la sabiduría. Era el equivalente al dios griego Atenea más conocida como la diosa de la guerra. También era la diosa del comercio y la educación. Cuentan los mitos que surgió de la cabeza de Júpiter.

Apolo, dios del sol y de la música. Era hijo de Júpiter. Mantuvo su nombre griego y también se le conoce como Febo. Según la mitología Apolo tenía muchos trabajos y responsabilidades, ya que era el dios del tiro con arco. La música, la danza, la curación, la enfermedad. Así como el sol y la luz

Diana diosa de la caza. En la versión griega correspondería a Artemisa. Era la diosa de los animales salvajes, la caza, la luna, la castidad, el parto. Era la hermana gemela de Apolo.

Ceres, diosa de la agricultura y del amor familiar. Era el equivalente a la diosa griega Deméter. Era la diosa del grano y la agricultura y se le atribuía enseñar a los humanos a cultivar, conservar y preparar el cultivo. Se pensaba que era la responsable de la fertilidad de la tierra y por eso desempeñaba un papel muy activo en la vida cotidiana. También estuvo asociad con la maternidad y el amor maternal debido a su estrecha relación con su hija Proserpina (Perséfone), la esposa de Hades. Los romanos creían que las estaciones se debían a que Deméter se ponía de luto durante la mitad del año cuando Proserpina estaba en el inframundo con su marido durante los mese de invierno y celebraba su regreso haciendo fértil la tierra durante el verano.

Neptuno, dios de los mares. Es el equivalente al dios griego Poseidón. En el arte a menudo se le representa con un tridente y un delfín.

Marte, el dios de la guerra. Era en la versión griega Ares. Estaba como segundo al mando de Júpiter. Según la mitología fue considerado como el padre de Rómulo y Remo, los míticos gemelos creadores de Roma.

Mercurio que sería en versión griega Hermes, el dios de la traducción y de la interpretación. Era considerado uno de los dioses más inteligentes del Olimpo y fue un mensajero para ellos. También gobernó sobre la riqueza, la buena fortuna y el comercio.

Venus la diosa del amor y la belleza. Era la versión griega de Afrodita la diosa del amor y la fertilidad. Según la mitología Venus nació de la espuma del mar. Es por eso que en el arte se la representa surgiendo de las olas.

Saturno, dios del tiempo. Fue el primer rey de los dioses y también era conocido como el dios del tiempo. En el arte se le representa con una guadaña, herramienta que se utilizaba para cortar cultivos. Según la mitología cuando Saturno murió, el mundo se dividió entre sus hijos, Neptuno, Plutón y Júpiter. 

Jupiter, Rey de los dioses; hijo de Saturno, hermano de Neptuno, Plutón y Juno (y también su marido). Se trata del rey de los dioses y protector de Roma: el más poderoso de entre todos los dioses del panteón romano. Era considerado como el equivalente romano del dios griego Zeus. Controlaba el clima y las fuerzas de la naturaleza y era conocido por enviar rayos para advertir a los ciudadanos de Roma.

Los romanos adoraban también a muchos dioses. Esto se debe a que creían que todo, desde los ríos hasta los árboles, las vacas y los cultivos, tenían un espíritu guardián que los vigilaba. A cada dios se le podía asignar uno o más trabajos. Algunos de estos trabajos podrían ser muy importantes, como asegurarse de que saliera el sol todos los días o que los cultivos crecieran en los campos.

La gente de Roma rezaba a sus dioses al menos una vez al día, el dios al que rezaban dependería de lo que quisieran o necesitaran. A medida que Roma se expandió y sus ciudadanos entraron en contacto con otras civilizaciones que adoraban a otros dioses, adoptaron más y más. Si estas personas tenían éxito, el dios al que adoraban debía haber influido en su éxito, por lo que los romanos adoptaban dioses de otras religiones. Sin embargo, cambiaron sus nombres para representar a nombres romanos y también aspectos de su personalidad. A los romanos les gustaban especialmente muchos de los dioses griegos, tanto que adoptaron muchos de ellos en su propia religión, combinándolos con los dioses etruscos más antiguos que los romanos adoraban. Los romanos se tomaban muy en serio el culto a sus dioses y les dedicaban gran parte de su tiempo. Además de la adoración, también se hacían sacrificios a los dioses. Casi todo lo que le sucedía a un ciudadano romano, bueno o malo, estaba relacionado con su culto a los dioses, o en algunos casos, la falta de él.

Los romanos junto con los griegos constituirían los padres fundadores del mundo clásico que ha perdurado hasta ahora. Recogiendo el legado de la civilización griega construyeron las base del derecho romano, y de instituciones de tanto calado como el senado. Los senadores elegidos por el pueblo trataron de hacer frente a los abusos de poder del emperador que se creía omnipotente para decidir el destino del imperio. En pleno apogeo del imperio romano nace Cristo, el ungido de Dios.

Sorprende la aversión del pueblo romano frente al cristianismo que dejo de asumir su Dios se revela quitándolo de en medio. Después de la caída de Jerusalén y el comienzo de las persecuciones cristianas los romanos trataran de borrar todo vestigio cristiano levantando templos paganos en los lugares santos.




El cristianismo va a dar un giro a la historia (la gran transformación). El cristianismo irrumpe dentro del judaísmo como una secta. Va a cambiar el escenario de la humanidad, desaparece una era antigua y comienza una era nueva. Jesús aparece como el mesías esperado, el ungido, el christos. Jesús aparece no para fundar una nueva religión sino anunciando un nuevo tiempo, el Reino de Dios que Dios prometía a los que seguían su camino. Jesús se propone así mismo como el camino y modelo a seguir por sus seguidores.

El cristianismo aparece no como una nueva religión sino como una novedad de vida para los que seguían su camino. El cristianismo se esparce como fuego imparable y contribuye en ello la conversión de Constantino como el primer emperador cristiano. La Iglesia al quedar unida al Estado, experimenta la lucha de poderes. Esto va a convertirse en una arma de doble filo. Con la expansión se va a producir también una mitigación y degradación. El cristianismo se convierte en la religión del estado y ello va a conducir a una crisis con la caída y el colapso del imperio y necesidad de renovación.




La Iglesia se va a ver sometida a grandes transformaciones (entre luces y sombras). Los santos padres tratan de volver a los orígenes y de volver a la radicalidad de la fe. Se produce otra gran crisis con la aparición del islamismo. Otra gran crisis con la ruptura entre la iglesia de Oriente y Occidente (el gran cisma). El monaquismo y las nuevas órdenes mendicantes tratan de emprender esta renovación durante la edad media. La Iglesia va a tener que afrontar otra gran crisis con la aparición del protestantismo.




 

LA DIVINA COMEDIA

Con el renacimiento y la exaltación del hombre se da fin a la hegemonía de Dios. Se da entrada a un nuevo humanismo impregnado de paganismo. Poco a poco se pierde el valor sagrado de la vida y se vuelve al mundo pagano.

La Divina comedia, escrita por el florentino Dante Alighieri, es un poema épico, género literario que consiste en la narración en verso de las hazañas de los héroes. Tales hazañas constituyen un modelo de virtud, sean verdaderas o ficticias. Este texto representa un compendio de la cultura y el conocimiento medieval, tanto en lo religioso como en lo filosófico, científico y moral.

Originalmente, el poema se llamó Comedia, nombre que designaba las obras con finales felices, por oposición al concepto clásico de la tragedia. Cuando Giovanni Boccaccio recibió el encargo de escribir sobre la obra, la llamó Divina comedia para evidenciar la centralidad de los valores cristianos.

Dante, alter ego del poeta, se encuentra perdido en medio de una selva oscura. Al amanecer, llega a una montaña iluminada, donde es asediado por tres animales simbólicos: un leopardo, un león y una loba. El alma de Virgilio, el poeta latino, acude en su auxilio y le hace saber que su amada Beatriz le ha encomendado llevarlo hasta las puertas del paraíso. Para eso, deberán pasar primero por el infierno y el purgatorio.

En la primera parte de la travesía, Virgilio acompaña al peregrino a través de nueve círculos infernales, en los cuales Dante vislumbra los escarmientos que sufren los pecadores impíos.

En la segunda parte, el poeta peregrino conoce el Purgatorio, lugar en que las almas pecadoras, pero contritas, purifican sus pecados para ascender al cielo.

En la tercera parte, Dante es recibido por Beatriz en las puertas del paraíso, ya que Virgilio tiene la entrada prohibida por haber sido pagano. Dante conoce el firmamento y atestigua la victoria de los santos y la gloria del Altísimo.

Iluminado y convertido por la revelación, el poeta peregrino regresa a la Tierra y decide dar testimonio de su viaje en un poema para advertencia y consejo de la humanidad.

Los personajes principales de la Divina comedia son esencialmente:

Dante, el poeta peregrino, que representa la condición humana.

Virgilio, poeta de la antigüedad clásica que representa el pensamiento racional y la virtud.

Beatriz, el amor adolescente de Dante, quien representa la fe.

Junto a estos, Dante hace mención, a lo largo del poema, de diversos personajes de la historia antigua, bíblica y mitológica. Hace referencia también a figuras reconocidas de la vida florentina del siglo XIV. 

La Divina comedia desarrolla tres escenarios: el infierno, el purgatorio y el paraíso.

La Comedia, en su conjunto, representa alegóricamente el camino del alma hacia Dios y, por lo tanto, hacia la salvación. Desarrolla una serie de personajes y fondos con sabor al mundo clásico de los dioses mitológicos tratando de hacer una simbiosis entre el mundo clásico pagano y el mundo cristiano.

 

En el comienzo del Infierno, el extravío del protagonista en la selva oscura representa la vida pecaminosa o despojada de su dimensión espiritual. La oscuridad de la selva puede interpretarse como la ausencia de la gracia divina. También la ausencia de luz se relaciona con el pecado, como podemos observar en este pasaje bíblico: "Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas" (Jn., 2, 20). Asimismo, cuando el protagonista afirma que abandonó "la senda verdadera" (Canto I, v. 12), alude a una desviación moral. Esta imagen también es bíblica.

 

Por otro lado, el monte que divisa a continuación (Canto I, v. 13) representa la vida virtuosa, y su ascenso, probablemente, el esfuerzo necesario para alcanzar la virtud. Consecuentemente, los tres animales que obstaculizan su avance hacia el monte representan los principales vicios que lo alejan de la virtud. 

La Divina Comedia sigue el camino desde el centro de la Tierra, donde se halla Lucifer, hasta el dominio de Dios. El tema de la obra es el recorrido del poeta a través del más allá. En su obra se encuentra gran capacidad para describir el infierno, los círculos, los sufrimientos y los pecadores.






I El infierno está formado por nueve círculos. La primera parte de la Divina comedia es el infierno. Dante y Virgilio pasan primero donde se encuentran los cobardes, a los que el escritor tilda de inútiles. Al llegar al río Aqueronte, los poetas se encuentran al barquero infernal, Caronte, que lleva las almas hasta la puerta del infierno. Sobre la puerta se lee la siguiente inscripción: ¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza! El infierno está estructurado por nueve círculos, donde los condenados se encuentran distribuidos según sus culpas.

Primer círculo (no bautizados)

El primer círculo es el limbo o ante infierno. En él se encuentran las almas que, aunque virtuosas, no conocieron a Cristo o no fueron bautizadas, incluido el propio Virgilio. Su pena es no poder gozar de los dones de la vida eterna. De él, sólo han sido liberados los patriarcas de Israel.

Segundo círculo del infierno (lujuria)

Reservado a los culpables de lujuria, uno de los pecados capitales. Desde la entrada, Minos examina a las almas y determina el castigo. Allí se encuentra Francesca Rímini, una mujer noble de Italia que se hizo símbolo del adulterio y la lujuria tras su trágico final.

Tercer círculo (gula)

Reservado al pecado de la gula. Las almas sufren en un pantano infectado con lluvia helada. En este círculo se encuentra el can Cerbero y Ciacco.

Cuarto círculo del infierno (avaricia y prodigalidad)

Reservado al pecado de la avaricia. Los despilfarradores también tienen un lugar en él. El lugar está presidido por Pluto, a quien el poeta representa como un demonio de la riqueza.

Quinto círculo (ira y pereza)

Reservado a los pecados de la pereza y la ira. Flegias, hijo del dios Ares y rey de los lápitas, es el barquero que lleva las almas por la laguna Estigia hasta la ciudad infernal de Dite. Los poetas se encuentran a Felipe Argenti, enemigo de Dante. Al verlos, los demonios se encolerizan.

Sexto círculo (herejía)

Se manifiestan las Furias de la torre de Dite y Medusa. Un ángel los socorre abriendo las puertas de la ciudad para avanzar al círculo de los incrédulos y heresiarcas, condenados a los sepulcros ardientes. Se encuentran a los nobles epicúreos Farinata degli Uberti, gibelino y adversario de Dante, y Cavalcante Cavalcanti, de la casa güelfa. Virgilio le explica al poeta los pecados según la escolástica.

Séptimo círculo del infierno (violencia)

Reservado a los violentos, entre quienes se cuenta a los tiranos. El guardián es el Minotauro de Creta. Los poetas son llevados por el centauro Neso a través de un río de sangre. El círculo se divide en tres aros o girones, según la gravedad del pecado: violentos contra el prójimo; violentos contra sí mismos (suicidas incluidos); y violentos contra Dios, la ley natural y el arte.

Octavo círculo (fraude)

Reservado a los fraudulentos y seductores. Se divide en diez fosos circulares y concéntricos. Aquí se castiga a los rufianes, aduladores, cortesanas, practicantes de la simonía, adivinos e impostores, barateros (corruptos), hipócritas, ladrones, consejeros del fraude, cismáticos y promotores de discordia y, finalmente, falsificadores y alquimistas.

Noveno círculo (traición)

Reservado a los traidores. Los poetas se encuentran con los titanes y el gigante Anteo los lleva en brazos al último abismo. Está dividido en cuatro fosas distribuidas de la siguiente manera: traidores a los parientes, a la patria, a sus comensales y a sus benefactores. En el centro se encuentra el mismo Lucifer. Desde allí, salen al otro hemisferio. 




II El purgatorio está formado por nueve estancias divididas en: la antesala, los siete gradas y el paraíso terrenal. El purgatorio es el lugar del trasmundo donde las almas purifican sus pecados para poder aspirar al cielo. Esta idea, muy anclada en el imaginario medieval, es la que toma Dante.

Por invocación de las Musas, el poeta llega a las orillas de la isla del purgatorio, ubicada en el hemisferio austral. Allí se encuentran a Catón de Útica, a quien Dante representa como el guardián de las aguas. Catón los prepara para el tránsito por el purgatorio.

El Antepurgatorio

Los poetas llegan al antepurgatorio en la barca impulsada por un ángel. Se encuentran el músico Casella y otras almas. Casella canta una canción del poeta. Al llegar, Catón les reprende y el grupo se dispersa. Los poetas notan la presencia de los conversos tardíos y de los excolmulgados por su contumacia (negligentes procrastinadores de la conversión, los muertos repentinamente y los muertos violentamente).

Más adelante, el trovador italiano, Sordello da Goito, los guía a la presencia de los monarcas que deben purgar su ambición de poder. Entre ellos se cuentan las casas reales de Bohemia, Francia, Aragón, Provenza, Sicilia y de la Pulla.

En la noche, mientras Dante duerme, Lucía lo transporta hasta la puerta del purgatorio. Al despertar, el custodio graba en su frente siete "P" en alusión a los pecados capitales, marcas que desaparecerán en la medida en que ascienda al cielo. El ángel abre las puertas con las llaves místicas del arrepentimiento y la conversión.

Primera grada (soberbia)

El aro primero o primer círculo del purgatorio está reservado al pecado de la soberbia. Allí contemplan ejemplos escultóricos de humildad, como el pasaje de la Anunciación. Más adelante también contemplan imágenes del orgullo en sí, como los pasajes de la Torre de Babel. Dante pierde la primera letra "P".

Segunda grada (envidia)

Está reservado a los que purgan la envidia. Nuevamente, se contemplan escenas ejemplares de virtud encarnadas en la Virgen María, el propio Jesús predicando el amor al prójimo o pasajes de la antigüedad.

Tercera grada (ira)

El círculo tercero está destinado al pecado de la ira. Virgilio explica a Dante el sistema moral del purgatorio y se reflexiona sobre el amor mal conducido. El punto central es afirmar el amor como principio de todo bien.

Cuarta grada (pereza)

Está reservado al pecado de la pereza. Tiene lugar una importante discusión sobre el libre albedrío y su relación con las acciones humanas que surgen del amor, tanto para el bien como para el mal. También se recuerdan los efectos de la pereza.

Quinta grada (avaricia)

En el quinto círculo se purga la avaricia. En un rellano del purgatorio, los poetas contemplan ejemplos de la virtud de la generosidad. El purgatorio tiembla a causa de la liberación del alma de Estacio, un maestro y poeta latino que le rinde honores a Virgilio.

Sexta grada (gula)

En este aro se purga el pecado de la gula. Estacio cuenta que, gracias a las profecías de la IV Égloga de Virgilio, se libró de la avaricia y acogió el cristianismo en secreto. Sin embargo, fue este silencio lo que le valió la condena. Se encuentran los penitentes sometidos a hambre y sed. Dante se sorprende de ver a Foresto Donati, salvado por las oraciones de su esposa.

Séptima grada (lujuria)

Reservado a los lujuriosos. Virgilio explica la generación del cuerpo y la infusión del alma. Desde un círculo en llamas, los lujuriosos cantan loas a la castidad. Se encuentran con los poetas Guido Guinizelli y Arnaut Daniel. Este último le pide oración. Un ángel anuncia que Dante debe atravesar las llamas para llegar al paraíso terrenal.






III El paraíso está estructurado en nueve esferas y el empíreo. El paraíso de la Divina comedia está estructurado en nueve esferas, y las almas están distribuidas según la gracia alcanzada. Virgilio y Dante se separan. El poeta inicia con Beatriz el viaje hacia el empíreo, donde Dios habita.

Primera esfera, la Luna (espíritus que quebrantaron el voto de castidad)

La primera esfera es la Luna, cuyas manchas representan a aquellos que faltaron a los votos de castidad. Beatriz explica el valor de los votos ante Dios y qué puede hacer el alma para compensar su falta. Inicia el camino al segundo cielo donde, al llegar, lo alcanzan varios espíritus activos y benéficos.

Segunda esfera, Mercurio (espíritus activos y benéficos)

El espíritu del emperador Justiniano le informa a Dante que en Mercurio están aquellos que dejaron grandes obras de acción o pensamiento para la posteridad. El poeta pregunta por qué Cristo decidió el destino de la cruz como salvación. Beatriz le expone la doctrina de la inmortalidad del alma y la resurrección.

Tercera esfera, Venus (espíritus amantes)

La esfera tercera es Venus, destino de los amantes que lograron dominar su pasión. El poeta se encuentra a Carlos Martel, heredero del trono húngaro, quien expone dos casos contrarios en su propia familia. Luego, Fulco de Marsella que señala los pecados de Florencia, especialmente la avaricia del clero.

Cuarta esfera, el Sol (doctores en filosofía y teología)

La cuarta esfera es el Sol, donde se encuentran los doctores en teología y filosofía. Ante las dudas que Dante manifiesta, los sabios responden y enseñan. Santo Tomás de Aquino aclara la superioridad de Adán y de Jesucristo respecto a la sabiduría de Salomón. Le habla también de san Francisco de Asís. San Buenaventura elogia a Santo Domingo.

Quinta esfera, Marte (mártires)

La quinta esfera es Marte. Está dedicada a los mártires de la cristiandad, tomados como guerreros de la fe. Las almas de los mártires son luces que se aglomeran formando una cruz. Beatriz elogia a los caídos en las cruzadas, y Dante se encuentra con su antepasado Cacciaguida, quien fue cruzado. Este predice el exilio de Dante.

Sexta esfera, Júpiter (gobernantes justos)

Es la esfera dedicada a los buenos gobernantes, donde Júpiter funciona como alegoría (como dios de los dioses griegos). Allí, Dante se encuentra con los grandes jerarcas de la historia considerados justos, como Trajano, de quien una leyenda dice haberse convertido al cristianismo.

Séptima esfera, Saturno (espíritus contemplativos)

Saturno, la séptima esfera, es donde reposan los que hicieron vida contemplativa en la tierra. Allí conversan Dante y San Damián sobre la doctrina de la predestinación, el monacato y los malos religiosos. San Benedicto le expresa también su decepción frente al destino de su orden. Dante y Beatriz inician el paso a la octava esfera.

Octava esfera, estrellas (espíritus triunfantes)

La octava esfera corresponde a las estrellas de la constelación de géminis, que simbolizan a la Iglesia militante. Allí, aparecen Jesucristo y la Virgen María, a cuya coronación asiste. Beatriz pide para Dante el don del entendimiento. San Pedro lo interroga sobre la fe; Santiago, sobre la esperanza, y San Juan evangelista sobre el amor. Dante sale victorioso.

Novena esfera, cristalino (jerarquías angélicas)

El poeta atisba la luz de Dios, rodeado por nueve anillos de cortes celestiales. Beatriz le explica a Dante la correspondencia entre la creación y el mundo celeste, y son descritos los ángeles siguiendo las enseñanzas de San Dionisio.

El Empíreo (Dios, ángeles y beatos)

Dante asciende, finalmente, al empíreo, un lugar más allá del mundo físico conocido, la verdadera morada de Dios. El poeta es envuelto en la luz y Beatriz se revestida de inusual belleza. Dante distingue una gran rosa mística, símbolo del amor divino, en la que las almas santas hallan su trono. Beatriz obtiene su lugar junto a Raquel. Dante será conducido en su tramo final por San Bernardo. La Santísima Trinidad se manifiesta a Dante en forma de tres círculos idénticos. Tras ser iluminado, Dante abre su entendimiento y comprende el misterio del amor divino. 





Valoración crítica de la Divina Comedia

Sin duda que la Divina Comedia es una obra clave en el pensamiento  como fin de la Edad Media e inicio del Renacimiento. Su lectura alegórica da pie a múltiples interpretaciones. Homero dice en la Odisea: «los dioses tejen desventuras para los hombres para que las generaciones venideras tengan algo que cantar». Virgilio, que se sabe condenado a habitar para siempre en el infierno (il nobile castello) lleno de la ausencia de Dios… En cambio, a Dante le será permitido ver a Dios.

La Divina Comedia es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval (teocentrista) al renacentista (antropocentrista). Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal.

La Divina comedia se considera una de las obras maestras de la literatura italiana y universal. Dante resume en ella todo el amplio conocimiento acumulado durante siglos, desde los antiguos clásicos hasta el mundo medieval; su fe religiosa y sus convicciones morales y filosóficas. El estilo de la obra posee un rico lenguaje lleno de símbolos y frecuentes referencias a personajes históricos y de la antigua mitología.

Toda la obra está llena de símbolos que remiten al conocimiento y al pensamiento medievales; religión, astronomía, filosofía, matemáticas, óptica, etcétera, que se encarnan en personajes, lugares y acciones.

El poema cuenta con un personaje principal: Dante, que personifica a la humanidad, y representa la tentación del pecado. Luego cuenta con dos personajes secundarios: Beatriz, que personifica la Fe y lleva a Dante a cada una de las esferas del paraíso, hasta el Empíreo, espacio inmóvil, donde contempla la Rosa mística formada por Dios y sus elegidos; y Virgilio, que hace otro tanto con la razón.

El Paraíso representa el saber y la ciencia divina. El Infierno representa al ser humano frente a sus pecados y sus funestas consecuencias. El Purgatorio, la lenta purificación de sus culpas hasta la liberación. En esta obra el autor narra con extraordinario realismo un maravilloso viaje durante el que se encuentra con las almas de grandes y terribles personajes de la historia; es un canto a la humanidad que sólo en la fe en Dios encuentra su felicidad. 

Hoy sin duda el relato de la Divina comedia abre cuestiones existenciales. Nuestro hombre vive en la inmanencia sin cielo y sin infierno. Quizás sea esta la lucha que vive el hombre en la dialéctica entre el cielo y el infierno, de vivir viendo a Dios como Dante o Virgilio lleno de la ausencia de Dios. Lo cierto es que sin Dios el hombre cae en el abismo de perder su identidad y de comprender el sentido del universo, de la vida y de sí mismo.

Dante y Virgilio llegan al segundo círculo y ahí ven el remolino de almas y sienten el hedor del pecado, el hedor del castigo. Hay circunstancias físicas desagradables. Por ejemplo Minos, que se enrosca la cola para significar a qué círculo tienen que bajar los condenados. Eso es deliberadamente feo porque se entiende que nada puede ser hermoso en el Infierno. Al llegar a ese círculo en el que están penando los lujuriosos, hay grandes nombres ilustres. Digo «grandes nombres» porque Dante, cuando empezó a escribir el canto, no había llegado aún a la perfección de su arte, al hecho de hacer que los personajes fueran algo más que sus nombres. Sin embargo esto le sirvió para describir al nobile castello.

Vemos a los grandes poetas de la Antigüedad. Entre ellos está Homero, espada en mano. Cambian palabras que no es honesto repetir. Está bien el silencio, porque todo condice con ese terrible pudor de quienes están condenados al Limbo, de quienes no verán nunca el rostro de Dios. Cuando llegamos al canto quinto, Dante ha llegado a su gran descubrimiento: la posibilidad de un diálogo entre las almas de los muertos y el Dante que los sentirá y juzgará a su modo. No, no los juzgará: él sabe que no es el Juez, que el Juez es el Otro, un tercer interlocutor, la Divinidad. 

La idea de Dios como indescifrable es un concepto que ya encontramos en otro de los libros esenciales de la humanidad. En el Libro de Job, ustedes recordarán cómo Job condena a Dios, cómo sus amigos lo justifican y cómo al fin Dios habla desde el torbellino y rechaza por igual a quienes lo justifican y a quienes lo acusan.

Dios está más allá de todo juicio humano y para ayudarnos a comprenderlo se sirve de dos ejemplos extraordinarios: el de la ballena y el del elefante. Busca estos monstruos para significar que no son menos monstruosos para nosotros que el Leviatán y el Behemoth (cuyo nombre es plural y significa muchos animales en hebreo). Dios está más allá de todos los juicios humanos y así lo declara El mismo en el Libro de Job. Y los hombres se humillan ante él porque se han atrevido a juzgarlo, a justificarlo. No lo precisa. Dios está, como diría Nietzsche, más allá del bien y del mal.  

Hay un personaje que falta en la Comedia y que no podía estar porque hubiera sido demasiado humano. Ese personaje es Jesús. No aparece en la Comedia como aparece en los Evangelios: el humano Jesús de los Evangelios no puede ser la Segunda Persona de la Trinidad que la Comedia exige.

En el segundo episodio, quizá el más alto de la Comedia. Se encuentra en el canto veintiséis. Es el episodio de Ulises. Creo que es el más enigmático de los episodios de la Comedia y quizá el más intenso, salvo que es muy difícil, tratándose de cumbres, saber cuál es la más alta y la Comedia está hecha de cumbres.

Llegan a una hoya, creo que es la octava, la de los embaucadores. Hay, en principio, un apóstrofe contra Venecia, de la que se dice que bate sus alas en el cielo y en la tierra y que su nombre se dilata en el infierno. Después ven desde arriba los muchos fuegos y adentro de los fuegos, de las llamas, las almas ocultas de los embaucadores: ocultas, porque procedieron ocultando. Las llamas se mueven y Dante está por caerse. Lo sostiene Virgilio, la palabra de Virgilio. Se habla de quienes están dentro de esas llamas y Virgilio menciona dos altos nombres: el de Ulises y el de Diomedes. Están ahí porque fraguaron juntos la estratagema del caballo de Troya que permitió a los griegos entrar en la ciudad sitiada.

Ahí están Ulises y Diomedes, y Dante quiere conocerlos. Le dice a Virgilio su deseo de hablar con estas dos ilustres sombras antiguas, con esos claros y grandes héroes antiguos. Virgilio aprueba su deseo pero le pide que lo deje hablar a él, ya que se trata de dos griegos soberbios. Es mejor que Dante no hable. Esto ha sido explicado de diversos modos. Torcuato Tasso creía que Virgilio quiso hacerse pasar por Homero. La sospecha es del todo absurda e indigna de Virgilio porque Virgilio cantó a Ulises y a Diomedes y si Dante los conoció fue porque Virgilio se los hizo conocer. Podemos olvidar las hipótesis de que Dante hubiera sido despreciado por ser descendiente de Eneas o por ser un bárbaro, despreciable para los griegos. Virgilio, como Diomedes y Ulises, son un sueño de Dante. Dante está soñándolos, pero los sueña con tal intensidad, de un modo tan vívido, que puede pensar que esos sueños (que no tienen otra voz que la que les da, que no tienen otra forma que la que él les presta) pueden despreciarlo, a él que no es nadie, que no ha escrito aún su Comedia.

Dante ha entrado en el juego, como nosotros entramos: Dante también está embaucado por la Comedia. Piensa: éstos son claros héroes de la Antigüedad y yo no soy nadie, un pobre hombre. ¿Por qué van a hacer caso de lo que yo les diga? Entonces Virgilio les pide que cuenten cómo murieron y habla la voz del invisible Ulises. Ulises no tiene rostro, está dentro de la llama. Aquí llegamos a lo prodigioso, a una leyenda creada por Dante, una leyenda superior a cuanto encierran la Odisea y la Eneida. 

Ulises deja a Penélope y llama a sus compañeros y les dice que aunque son gente vieja y cansada, han atravesado con él miles de peligros; les propone una empresa noble, la empresa de cruzar las Columnas de Hércules y de cruzar el mar, de conocer el hemisferio austral, que, como se creía entonces, era un hemisferio de agua; no se sabía que hubiera nadie allí. Les dice que son hombres, que no son bestias; que han nacido para el coraje, para el conocimiento; que han nacido para conocer y para comprender.  

En algún terceto de la Comedia dice que a nadie le está permitido saber cuáles son los juicios de la Providencia. No podemos adelantarnos al juicio de la Providencia, nadie puede saber quién será condenado y quién salvado. Pero él había osado adelantarse, por modo poético, a ese juicio. Nos muestra condenados y nos muestra elegidos. Tenía que saber que al hacer eso corría peligro; no podía ignorar que estaba anticipándose a la indescifrable providencia de Dios. 

 




LA PARODIA DE LA TRAGICOMEDIA DEL MUNDO DE HOY

Cuál sería la descripción del escenario que nos abre el pensamiento del mundo moderno. El paso de la Divina comedia a la trágica comedia. El título del artículo quiere resaltar este escenario que vivimos que denominaríamos como la tragicomedia o la parodia del mundo de hoy. Seguro que el adjetivo trágica responde mejor que el adjetivo de divina dado que Dios se ha relegado hasta el punto de quedar ausente.

El iluminismo del modernismo, el siglo llamado de las luces, lejos de contribuir al verdadero progreso de los pueblos, contribuyó a sembrar más sombras de oscuridad. El hombre quedó como hechizado ante el poder de la ciencia y de la técnica y perdió el rumbo de la historia.

Entran en escena y aparecen los llamados tres jinetes del apocalipsis: Marx, Nietzsche y Freud.

Los tres jinetes del apocalipsis del mundo moderno no hacen referencia a la obra de Cheterston. Originariamente desde un sentido bíblico los jinetes del Apocalipsis eran cuatro y representaban la guerra, el hambre, la peste y la muerte. Representan las tragedias que dan fin a la humanidad.

Los Jinetes del Apocalipsis son los cuatro caballeros que se describen en la primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis. ​ El capítulo habla de un pergamino en la mano derecha de Dios que está sellado con siete sellos, en ese escenario Jesús abre los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a estos jinetes que montan en cuatro caballos blancobermejonegro y amarillo. Según la exégesis representan y son alegorías de la conquista o la gloria (Zelo), la guerra (Ares), el hambre (Limos) y la muerte (Moros/Tánatos), respectivamente, aunque solo a este último se le designa por este nombre

Los tres jinetes modernos del Apocalipsis son llamados filósofos de la sospecha. Tratemos de ver lo que les caracteriza. Los tres, Karl Marx, Friedrich Nietzsche y Sigmund Freud, expresan, cada uno a su manera, la crisis de la filosofía de la modernidad; los tres muestran un espíritu crítico hacia la sociedad del momento y cuestionan los valores de su época. Esta actitud y este pensamiento podría reunirlos como parte de un mismo “movimiento” –que nunca fue tal– al que puso nombre el filósofo francés Paul Ricoeur. Ricoeur  une a Marx, Nietzsche y Freud bajo un paraguas común: los filósofos de la sospecha o los maestros de la sospecha. Ricoeur encuentra que los tres ponen bajo la lupa las deficiencias de la noción de sujeto y de persona, que había sido la base sobre la que se había elaborado la filosofía moderna.

Marx, Nietzsche y Freud sospechan de los valores que las sociedades europeas han aceptado como válidos provenientes de la Ilustración, el movimiento cultural e intelectual que se desarrolló en el siglo XVIII. Sospechan de la libertad del hombre, que se ve limitada por el Estado, la religión u otros valores. Sospechan que la sociedad occidental está sustentada sobre un error: la creencia ciega en la razón, en el progreso y en la preeminencia de un sujeto libre de la subjetividad. Sospechan y cuestionan el racionalismo que impera en la época e intentan liberar al hombre de la conciencia falsa que le ha sido impuesta.

Marx, Nietzsche y Freud sospechan y critican en un aspecto diferente y con un argumento distinto, guiado cada uno por su pensamiento. Y una vez que detectan el problema, cada uno de ellos propone un camino para solucionarlo. Los tres señalan que, tras la noción clásica de sujeto, se esconden unos elementos que lo condicionan. Esto les permite pensar –sospechar– que el hecho de crear una filosofía sobre esta noción es una falacia. Y es más, que la misma noción de conciencia también es otra falacia. Dicho de una forma, los tres pensadores afirman que el sujeto no se construye a sí mismo, sino que es resultado de condicionantes históricos, sociales, morales y psíquicos.

Para Marx, la conciencia del individuo se falsea por intereses económicos y como solución propone acabar con la ideologización; Nietzsche culpa de esta falsa conciencia al resentimiento de la debilidad y apuesta por la restauración del nuevo hombre; Freud ve la causa en las represiones del inconsciente y establece una terapia para abrirle la puerta y darles rienda suelta. Los tres afirman que la persona no se construye así misma, sino que es el resultado de condicionantes históricos, sociales, morales, psíquicos.



I El primer jinete, Marx: el motor del cambio es la economía

Karl Marx detecta el problema descubriendo que la ideología es en realidad una falsa conciencia enmascarada por el materialismo y los intereses económicos. La sociedad del siglo XIX vive unas circunstancias desastrosas que hay que cambiar con urgencia. Es la falsa conciencia social, política y económica. Los ideales ilustrados han calado hondo en las élites europeas, que los utilizan para establecer políticas liberales en lo económico que reducen la intervención del Estado. La Revolución industrial consolida el capitalismo como sistema de producción, y sus consecuencias son terribles: el hacinamiento en las ciudades de miles de trabajadores con empleos realizados en condiciones infrahumanas, jornadas larguísimas cobrando sueldos míseros. La explotación masiva del ser humano por el ser humano.

Marx advierte del error de pensar que el motor del cambio son las ideas; el motor del cambio es la economía. La ideología y la filosofía corresponden a la clase dominante, que gracias a ellas se mantiene en su posición de privilegio. Hay que cambiar este mundo injusto para crear un mundo nuevo de seres libres e iguales. Hay que conseguir la igualdad social donde no existan las clases ni el Estado.

Para Marx, la organización social del S. XIX había provocado la explotación del ser humano por el ser humano. Dios ha sido el opio del pueblo.



II. El segundo jinete, Nietzsche: los valores de la moral son decadentes

Nietzsche habla de la necesidad de cambiar los falsos valores que han dominado en la sociedad occidental a lo largo de la historia, una moralidad que nace a partir de un resentimiento contra la vida. Nietzsche critica la falsa conciencia moral. La moral está llevando al ser humano a la decadencia. Sus valores son decadentes. La moral cristiana de la época en Occidente convierte a los ciudadanos en esclavos de ellos mismos. El bien y el mal presididos por dios. La alienación religiosa. Es una moral de esclavos basada en el sacrificio y el dolor que los poderosos la utilizan para dominar a los oprimidos. La solución llegará con el hombre del futuro, un Superhombre poderoso, seguro de sí mismo, independiente, individualista y que vivirá en libertad. Nietzsche propone el desarrollo del Superhombre, seguro, independiente y libre.





III. El tercer jinete, Freud: la mayor parte de la psique humana es irracional.

Freud (1856-1939) propone la liberación mediante la liberación del inconsciente. Freud  critica la falsa conciencia racional. Establece la relación entre ser humano y razón y dice que la mayor parte de la psique humana es irracional y se basa en pulsiones inconscientes que desconocemos pero que controlan y gobiernan nuestra vida y nuestra conducta. Para el padre del psicoanálisis, las motivaciones humanas son irracionales y están causadas por el inconsciente. El ser humano vive en lucha interior entre las fuerzas del eros y del tanatos, la lucha constante entre sus instintos, los impulsos destructores y el impulso del placer. Freud habla del Principio de placer y el Principio de realidad. El primero busca lo placentero y huye de lo que no lo es, pero la realidad se impone socioculturalmente. Freud se refiere a las pulsiones debidas a la represión del inconsciente, esto es, la parte de la mente de la que no tenemos conciencia, pero que muestra signos de su presencia de diversas formas. Un inconsciente que domina y rige los actos de la conciencia. La solución que propone: una vía de escape para defendernos, la terapia psicoanalítica, que permitirá liberar nuestro inconsciente para que así podamos vivir en paz con los demás.

Dios como engaño

Además de la crítica a la falsa conciencia que detectó Paul Ricouer, los tres pensadores coinciden en su ateísmo, convencidos de la idea de que Dios es un pretexto creado para engañar a la gente, una herramienta inventada para alejarla de la razón y de la realidad.

«La religión es el opio del pueblo. Es el espíritu de un mundo que carece de espíritu», dice Marx. Un analgésico. Cuando las necesidades espirituales no están cubiertas, la sociedad busca evadirse a otro mundo imaginario en el que se le prometa una vida mejor. Y eso es para Marx la religión.

Según Nietzsche, las religiones influyen sobre los hombres débiles. «Dios ha muerto», afirma. Y su muerte permite desarrollar un hombre nuevo, superior, que crea sus propios valores morales, necesarios, pero sin Dios.

Para Freud, la religión es una neurosis cercana a veces a la locura, una amenaza para la libertad, la verdad y la felicidad; «La religión es una neurosis obsesiva universal de la humanidad», escribe.





Algunos han hecho una lectura para nuestro mundo globalizado:

1. El primer jinete: La Competencia Despiadada (El Jinete Blanco)

El primer jinete del Apocalipsis en nuestro globalizado  de las finanzas sería la competencia despiadada. Al igual que el jinete blanco del Apocalipsis, la competencia puede parecer pura y sin restricciones. Los hombres y las firmas internacionales (lobys) compiten por talento, reconocimiento, maestría. La globalización y las tecnologías avanzadas han hecho que el mundo legal sea aún más competitivo.

Para sobrevivir a este jinete, las firmas internacionales deben adaptarse continuamente, invertir en tecnología, desarrollar estrategias de marketing efectivas y cultivar relaciones sólidas con los clientes. La diferenciación y la especialización son clave para destacar en medio de la competencia feroz.






2. El segundo jinete: La Regulación Rigurosa (El Jinete Rojo)

El segundo jinete del Apocalipsis, representado por el color rojo, simboliza la regulación rigurosa que enfrentan las firmas internacionales. La industria legal está sujeta a una amplia gama de regulaciones gubernamentales y de autorregulación que buscan garantizar la práctica legal. Esto incluye normativas sobre publicidad, conflictos de interés, confidencialidad y más.

Para enfrentar este desafío, las firmas internacionales deben estar al tanto de las regulaciones cambiantes, mantener altos estándares y establecer políticas internas sólidas para cumplir con las normativas. Las firmas internacionales también deben invertir en la formación continua de su personal y en programas de cumplimiento para garantizar que se cumplan todas las regulaciones aplicables.




3. El tercer jinete: La Evolución Tecnológica (El Jinete Negro)

El tercer jinete del Apocalipsis en el mundo de las firmas internacionales es la evolución tecnológica, representada por el color negro. La tecnología ha transformado profundamente la forma en que se realiza el trabajo legal, desde la gestión de casos hasta la investigación y la comunicación con los clientes. La inteligencia artificial, la automatización y la gestión de datos han cambiado el panorama legal de maneras que no eran imaginables hace unas décadas.

Para abrazar este cambio y no ser víctimas del jinete negro, las firmas internacionales deben adoptar tecnologías innovadoras y estar dispuestas a adaptarse a las nuevas formas de trabajar. La inversión en software de gestión de casos, análisis legal y seguridad de datos es fundamental. Aquellas firmas que abrazan la tecnología pueden aumentar su eficiencia y ofrecer un mejor servicio a sus clientes.





4. El cuarto jinete: La Escasez de Talento (El Jinete Pálido)

El cuarto y último jinete, el jinete pálido, simboliza la creciente escasez de talento en el mundo legal. A medida que las firmas internacionales compiten por los mejores profesionales legales, la lucha por atraer y retener talento se vuelve cada vez más intensa. Esto se debe en parte a la jubilación de profesionales experimentados y a la demanda constante de nuevas habilidades y conocimientos.

Para enfrentar este desafío, las firmas deben desarrollar estrategias efectivas de reclutamiento y retención. Esto puede incluir programas de desarrollo profesional, culturas de trabajo atractivas y oportunidades para el crecimiento y el avance. Además, las firmas pueden explorar modelos de trabajo flexibles y colaborativos para atraer a una fuerza laboral diversa y talentosa.

En conclusión, las firmas internacionales enfrentan constantemente desafíos en su búsqueda por el éxito y la supervivencia. Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis en el mundo de las firmas internacionales, que representan la competencia despiadada, la regulación rigurosa, la evolución tecnológica y la escasez de talento, requieren que las firmas sean ágiles, adaptables para prosperar en este entorno altamente competitivo y en constante cambio. La capacidad de enfrentar estos desafíos puede marcar la diferencia entre el éxito y la extinción en el mundo de hoy.






Un mundo cada vez más incierto y desesperanzado

Después de tantos nuevos personajes de nuestra historia nos preguntamos ¿Dónde quedó Dios, donde quedó quedó el hombre, la persona? ¿Hacia dónde vamos? 

El eclipse de Dios, la ausencia de Dios en un mundo moderno vaciado de espíritu conlleva el eclipse del hombre y la humanidad. Un hombre truncado desesperanzado. El marxismo heredero de Hegel, adolece de ser expresión de la incoherente construcción inmanentista. Si no hay leyes objetivas y eternamente válidas, si la teoría desarma el hábitat de la persona y todo no ha sido más que retórica, la persona no es literalmente nada. La persona es lo que la colectividad le deja ser o, mejor aún, quiere que sea. 

Las grandes exigencias que impone nuestro mundo desenfrenado nos orienta hacia una elite superdotada,  un modelo de superhombres al que solo unos pocos acceden, donde se marcan estándares que crean cada vez una raza exigua desigual regida por unas elites de poder donde se unos pocos se reparten lo que les pertenece a todos, donde las diferencias entre pobres y ricos se agranda y donde tantas personas frustradas, marginadas, se sienten relegadas y excluidas; los descartados. 

Pesa el agobio del desencanto, las promesas incumplidas, los sueños rotos. Pesa también la falta de un horizonte claro. Crece la angustia al sentir que es cada vez más difícil salir para adelante con la falta de recursos y de trabajo, con tantos jóvenes en paro. tantos viven encerrados y enclaustrados en la prisión del vacó y sin sentido donde todo es oscuridad y la luz del sol parece no pode entrar. hemos levantado barreras y muros que nos aíslan y dividen los unos de los otros. la incertidumbre el miedo y la angustia hacen mella en las personas más vulnerables (tantos quedan mentalmente afectados presos de la depresión o atentando contra el suicidio de sus propias vidas)

Se hace de noche, a oscuridad y la tiniebla parece cubrir la tierra, se entra en el caos y la increencia. las bases e instituciones que parecían perdurar desde el pasado pierden vigencia y credibilidad (El Estado, la Iglesia). La gente desengañada de la política y de los políticos. La democracia liberal esta también en crisis. Se propone  una política del bienestar y del bien vivir en lugar del bien común y crece la desigualdad, crecen las diferencias. entramos en repliegues y cierres que nos aíslan los unos de los otros. Se levantan cada vez más muros que nos dividen. entramos en una espiral de odio, violencia y guerra que parece expandirse por toda la tierra. El caos amenaza de norte a sur y de este a oeste. entramos en una crisis humanitaria donde se violan loa derechos inalienables de la persona y donde sentimos la falta de solidaridad y fraternidad. 

La trágica y absurda parodia en la que vivimos parece parece llevarnos a  un callejón sin salida. La raíz de esta crisis no es otra que una crisis profunda de fe. El hombre sin Dios se pierde y cae en la desesperación y el sin sentido.

 


EL HOMBRE SOMETIDO A LAS MISMAS TENTACIONES

Nos vuelve la pregunta del inicio:  ¿en qué Dios creemos? Aún a pesar del aparente progreso las tentaciones que pesan sobre el hombre de hoy siguen siendo las mismas. Las tentaciones tienen mucho que ver con la imagen de Dios y de mesianismo que proyectamos y vivimos. 

Las tres preguntas capitales del diablo en las tentaciones de Jesús tienen que ver con su conciencia de hijo de Dios y del mesianismo que el Padre le llama a vivir. Las tentaciones que vive Jesús son hermanas gemelas de las tentaciones que padecemos los hombres en nuestro corazón. ¡cuáles son las tentaciones en las que el Espíritu del mal tienta a Jesús y que persisten a lo largo de la historia? El diablo trata a Jesús de llevarle hacia un mesianismo distinto del querido por Dios. Empuja a Jesús por los caminos de nuestra lógica mundana. Los reduccionismos del promotor de un bienestar social donde la búsqueda del confort, del placer, del dinero, satisfagan las necesidades primarias relegando la necesidad primaria y última del corazón. Convertirse en un reformador social que de el pan y sustento para todos. Jesús sin menos preciar las necesidades básicas hablará de otra necesidad fundamental el pan vivo que es la Palabra de Dios.

A esta tentación le sigue la tentación de las eficacias humanas, del éxito, el triunfo, el protagonismo. Tel diablo trata de en lugar de servir a Dios, utilizar a Dios, de ponerlo a nuestro servicio. Entra en juego el concepto que Jesús tiene de Dios. Dios no puede ser concebido como la vaca lechera, como solo fuente de beneficios. Buscamos a Dios por lo que puede darnos más que por el mismo. Están en juego la sabiduría y criterios de nuestro mundo y nuestras eficacias humanas. Las estrategias y caminos de los hombres a veces no coinciden con los caminos de Dios. Fácilmente somos arrastrados por lo grande, lo espectacular y nos cuesta aceptar los caminos pacientes y muchas veces dolorosos del amor que llega hasta la cruz (la vía estrecha y el escándalo de la cruz).

Por último la tentación del sometimiento y del poder, del uso la fuerza para levantar su imperio. Convertirse en un rey poderoso al que todos se sometan. Jesús rechaza la tentación diciendo que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida al servicio del Reino del Padre. Jesús rechazó el camino de grandezas y alabanzas y optó por hacerse pobre y pequeño. A solo Dios adorarás y servirás. Su obediencia hasta el final será su ley y su trono será la cruz.

Estas tentaciones siguen vigentes en nuestro mundo. La salvación del mundo no se dará sino desde el camino del amor del servicio de la donación no desde la riqueza, la fuerza o el poder.

 


LOS MISMOS PELIGROS DE REDUCCIONISMOS

Durante siglos no han sido fácil armonizar los polos a veces enfrentados por sus diferencias a veces antagónicas lo humano y lo divino, teocentrismo y antropocentrismo, la trascendencia y lo inmanente, lo sagrado y lo profano, en definitiva Dios y el hombre. Desde la encarnación no cabe preguntarse dónde está Dios. Dios está y vive con nosotros. Los interese del hombre son ya interese de Dios y viceversa.

En Jesús de Nazaret se integran las polaridades Dios se hace hombre y el hombre se hace semejante a Dios. No basta creer en un Dios adhiriéndonos a dogmas sino hace falta experimentar vivir de Dios y con un Dios vivo para saber quien es Dios y que ha venido a hacer de nosotros, hacernos sus hijos, hacernos hermanos.

La misma espiritualidad y organización de lo religioso adquiere en Jesús de Nazaret un giro trascendental en función del hombre. Si en el planteamiento mosaico el hombre está sometido no solo a Dios sino también a las formas más externas de la ley, en Jesús de Nazaret las formas y normas cambian de centro. La ley se convierte en algo al servicio del hombre (el hombre no esta hecho para el sábado sino el sábado para el hombre (Mt 2, 27))

Me temo que el rechazo del mundo actual de Dios tiene que ver del Dios que les hemos presentado muchas veces más parecido al del Antiguo Testamento que al del nuevo testamento y revelado en Jesús de Nazaret. El mismo Vaticano II dice que una de las causas del ateísmo del mundo presente tiene que ver con el anti testimonio que han visto en muchos cristianos.  Los hombres de todos los siglos y de todos los tiempos han buscado y necesitado un Dios que ilumine y plenifique sus vidas.

 


QUIEN ES JESUS DE NAZARET

Nada menos que un Dios hecho hombre, nada menos que todo un hombre Jesús de Nazaret. No es un hombre del pasado es un Dios hecho hombre por nosotros que vivió murió y resucito y vive con nosotros, entre nosotros. Somos invitados a entrar en un modo nuevo de ser, de pensar, de amar. Una nueva conciencia de interioridad, de verdad, de obediencia, de libertad. Jesús es el hombre de Dios que vive para Dios pues todo radica en su unión vital con el Padre. Jesús viene enviado por el Padre para hacer su voluntad, llevar a cabo su obra. Jesús es el hombre para el Reino, para los demás. El hijo de Dios y el hermano de todos. 

 


LA GRAN PARODIA DE NUESTRO TIEMPO

La Navidad nos habla también de la gran parodia de nuestro tiempo y la gran paradoja de este mundo. ¿Cómo se puede celebrar la Navidad sin paz, sin sentido, sin Dios?  ¿Cómo se puede celebrar la Navidad en medio de tanta guerra? ¿Cómo deberíamos celebrar la Navidad con pleno sentido, con un verdadero sentido cristiano?

El papa Francisco hablaba en su alocución urbi et orbe: Al Príncipe de la Paz se le opone el Príncipe de este mundo (Jn 12, 31) que, sembrando la muerte, actúa en contra del Señor, que ama la vida (Sab 11, 26). Lo vemos obrar en Belén cuando, después del nacimiento del Salvador, sucede la matanza de los inocentes. Cuántas matanzas de inocentes en el mundo: en el vientre materno, en las rutas de los desesperados que buscan esperanza, en las vidas de tantos niños cuya infancia está devastada por la guerra. Estos niños cuya infancia ha sido devastada por la guerra, por las guerras, son los pequeños Jesús de hoy. Decir sí al Príncipe de la paz significa decir no a la guerra, a toda guerra, a la misma lógica de la guerra, un viaje sin meta, una derrota sin vencedores, una locura sin excusas. Decir no a la guerra es un decir no a las armas y a los enfrentamientos armados. Porque si el hombre cuyo corazón es inestable y está herido, encuentra instrumentos de muerte entre sus manos, antes o después los usará. 

Cómo se puede hablar de paz si la producción, la venta y el comercio de armas aumentan? Hoy como en el tiempo de Herodes, las intrigas del mal, que se oponen  a la luz divina, se mueven a la sombra de la hipocresía y del ocultamiento. ¡Cuántas masacres debidas a las armas ocurren en un silencio ensordecedor, a escondidas de todos! La gente no quiere armas sino pan. La gente que le cuesta salir adelante y pide paz, ignora cuántos fondos públicos se destinan a los armamentos. ¡Y sin embargo, deberían saberlo para que se conozcan los intereses y beneficios que mueven los hilos de las guerras!

El gran escenario de nuestro mundo es un escenario dantesco. Ni tan siquiera Dante en su figura del infierno supo retratar con vivas imágenes las lúgubres cavernas del odio y del sinsentido, porque la realidad que vivimos ha superado toda ficción. Las estrellas fugaces pronto se desvanecen y quedamos en la sombra de la indignación, la vergüenza, la duda sobre todo, la sospecha amenazante del poder del mal que parece esparcir sus tentáculos para envenenar y estrangularlo todo. La civilización occidental aparece como un macabro cortejo fúnebre de rostros tristes, vacíos sin alma, sin espíritu.

 


ANTE LOS ESCOMBROS DE UNA CIVILIZACION PERDIDA

No podemos refugiarnos en el pasado con la melancolía que todo tiempo pasado fue mejor. La historia está escrita con renglones derechos y torcidos, en medio de luces y sombras, pero Dios escribe recto a través de renglones torcidos. Dios sigue rigiendo los destinos de la historia y no estamos a la deriva sino que caminamos hacia el triunfo de la resurrección. No podemos caer en una visión apocalíptica y catastrófica del mundo abocado al caos y la destrucción. Tampoco en una visión ingenua del pasivismo de brazos cruzados creyendo que Dios actuará como si todo dependiera de Dios

Nuestro mundo está necesitado de salvación y Dios sigue contando con el hombre para que esta liberación se lleve a cabo. Como dijera Irineo y san Agustín quién te creó sin ti no te salvará sin ti.   El mundo y la cultura occidental se levantó bajo los cimientos de una cosmovisión cristiana que se impuso sobre la mentalidad pagana de la mitología griega. Se ha perdido esta cosmovisión cristiana y se ha vuelto a una cosmovisión pagana. La crisis profunda que vivimos tiene como raíces la pérdida de la fe. Esta es la raíz de todos los desequilibrios que experimenta el hombre.

Nos creíamos titanes con el poder de los dioses y nos vimos incapaces de sostener nuestras propias vidas. Nos creímos capaces de transformar el mundo con la ciencia y con la técnica, con nuestras propias armas y fuerzas y nos vemos víctimas del mal uso del poder y progreso que hemos creado. Sigue la escalada de violencia y no somos capaces de superar los grandes errores del pasado. Las guerras mundiales, los holocaustos de Auschwitz o Treblinka, las masacres de Ruanda, las luchas fratricidas de Bosnia y Croata, la guerra de Ucrania la espiral de violencia y los ataque terroristas de Oriente próximo nos hablan del gran desequilibrio mundial, son las oscuras epifanías de la pérdida de la fe y del sentido, que trae consigo la perdida de sagrada inviolabilidad del ser humano

 


EL RESURGIR DE LOS ESCOMBROS (EL AVE FENIX)

Probablemente la leyenda del fénix pasó de la tradición egipcia a la grecorromana a través del historiador Heródoto, quien cuenta en sus historias que viajó a Egipto y también conoció a los sacerdotes egipcios de Heliópolise. En la mitología griega, el fénix (en griego antiguoromanizaciónphoînix) es un ave de larga vida que se regenera de las cenizas de su predecesor. Según algunas fuentes, el fénix muere en un espectáculo de llamas y combustión, aunque hay otras fuentes que afirman que el ave legendaria muere y simplemente se descompone antes de nacer de nuevo.​ 

HeródotoLucanoPlinio el Viejopapa Clemente ILactancioOvidio, e Isidoro de Sevilla están entre los que han contribuido al recuento y transmisión del tema del Ave Fénix. En la antigua Grecia y Roma, el fénix se asoció con Fenicia, (moderno Líbano), una civilización famosa por su producción de tinte púrpura a partir de conchas y por su comercio marítimo a grandes distancias a través del mediterráneo.

En el registro histórico, el fénix «podría simbolizar la renovación en general, así como el sol, el tiempo, el Imperiometempsicosisconsagraciónresurrección, la vida en el ParaísoCristoMaríavirginidad celestial, el hombre excepcional y ciertos aspectos de la vida cristiana»

El cristianismo también adoptó el Fénix como símbolo de muerte y metáfora de la resurrección de Cristo, de hecho la imagen de él se podía encontrar en las primeras lápidas cristianas. Según el Génesis del Antiguo Testamento, el ave fénix vivía en el paraíso del Jardín del Edén, y anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del fénix, haciendo que ardieran este y su inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, como el poder del fuego y la luz, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas. Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo el mismo ave fénix, siempre único y eterno; esto ocurría cada quinientos años.

Para San Ambrosio, el ave fénix muere consumida por el Sol, convertida en cenizas de las que renace, después de arder su cuerpo, como un pequeño animal sin miembros, un gusano muy blanco que crece y se aloja dentro de un huevo redondo, como si fuera una oruga que se vuelve mariposa, hasta que dejando de ser implume se transforma en un águila celeste que surca el firmamento estrellado.

Renovarse o morir aquí está el dilema. El mundo y la Iglesia en el mundo está en crisis pero esto es buena noticia. La crisis es tiempo y oportunidad de una gran transformación. ¿Por qué la pérdida de credibilidad en las instituciones permanentes? ¿Por qué la pérdida de confianza en las religiones cuando éstas parecen ser una fuente de confrontación en lugar de comunión entre nosotros?

Al final, las doctrinas y prácticas religiosas tradicionales que en el pasado parecen fuertes parecen ser tan débiles e incluso irrelevantes. Este tiempo de crisis tan profunda está requiriendo una experiencia trascendente más profunda y una profunda transformación. Necesitamos abrirnos a otra forma de ser religiosos más allá de las prácticas rituales que quedaron obsoletas del pasado. Necesitamos una fe más profunda que toque y transforme nuestras vidas. Una fe más innovadora que ilumine con una nueva luz las realidades del propio mundo. Existe la certeza de que en tiempos de crisis espiritual la humanidad se vuelve atrás para buscar las verdades de una manera más profunda.

Jesús nos revela el verdadero nombre de Dios: Padre. Dios es el Padre bueno y misericordioso que nos invita a vivir como hijos y hermanos. Nos habla de un nuevo Reino, una fraternidad universal en la que caben todos los hombres de esta tierra. Para llevar a cabo este sueño del Padre, de fraternidad, de unidad, de paz y libertad nos muestra el camino. El es el camino que nos conduce hacia el Padre.




CONCLUSION 

Hemos visto una estrella y salimos en su búsqueda

Hoy el día de la Epifanía hemos orado con estas palabras con esta actitud de los reyes. Los tres reyes magos no sabemos realmente quiénes eran, astrólogos, adivinos. Quizás no eran reyes pero si sabios en espíritu, buscadores de la verdad. Queremos como ellos permanecer en búsqueda y en camino.

Mientras el mundo aletargaba en la oscuridad de la noche, ellos eran buscadores que se pusieron en camino. Salieron siguiendo el resplandor de una lucecilla y no pararon hasta que la misma Luz prendiera en sus corazones. Caminaban juntos un camino de fe, una llamada compartida que les hacía perseverar en la noche. Se ayudaban a reencender la llama de la confianza. Las verdaderas estrellas brillan de noche por toda la eternidad y no se desvanece la luz. Tantos grandes buscando grandes prodigios se perdieron en las sombras de la historia de tanto mirar estrellas fugaces y quedaron ahogados en la desesperanza.

Siguieron la estrella hasta dar con el niño Dios y postrándose le adoraron

Quiero destacar tres actitudes de los magos de oriente que quisiera imitar:

La búsqueda que les hace ponerse en camino. Buscadores en camino guiados por una estrella y cuya búsqueda no cesaron hasta dar con el Mesías esperado.

El abajarse ante el niño, hacerse como los niños. Solo es grande en la vida quien sabe abajarse y hacerse pequeño. Los buscadores quedaron asombrados al ver al Mesías esperado. Un Dios humilde y abajado hecho Niño. Un Niño rey que ni es suntuoso ni rico ni parece rey. Quizás esperaban un Mesías poderoso, pero lo encontraron hecho Niño envuelto de inocencia, de pequeñez y de pobreza.

La invitación era clara hacerse como niños, se sintieron niños y se sintieron verdaderos. Un sello de veracidad, el humilde es el verdadero, el poderoso vencedor. Si este Niño era Dios no venía para vencer con poder sino más bien para ser derrotado. Nacido así en el trono de un pesebre no podría tener otro final que otro trono, la cruz. Sería su victoria ante el poder fatídico del mal y de la muerte.

Se cesó la búsqueda de Dios porque lo encontraron fajado en pañales hecho amor humilde y abajado. Si Dios no podía ser otra cosa que amor, el amor más sublime no podía llevar otro distintivo que la hermosa humillación de hacerse uno de nosotros, el más humilde de todos. Un Dios poderoso y orgulloso tenía forzosamente que ser un Dios falso

El postrarse ante el misterio para adorar al Niño Dios. Los buscadores reconocieron en aquel Niño al Hijo de Dios. E hicieron algo tan absurdo como postrarse y arrodillarse. Se arrodillaron y se sintieron verdaderos ante el verdadero amor. El verdadero buscador nunca se resigna a la profunda sencillez de la verdad. La verdad no se impone se reconoce por su acento humilde y no persuasivo.

El Papa Francisco en su homilía de la Noche buena nos invita a reclinarnos y adorar como los pastores al Niño del pesebre. Adorar es interceder, reparar, permitirle a Dios que enderece la historia y cambie nuestras vidas. Esta es la Noche buena y santa en que el amor encarnado cambia la historia y los corazones. Haz que creamos, oh, Señor en el poder de tu amor, tan distinto del poder del mundo. Tú que te hiciste semejante en todo a nosotros menos en el pecado, haznos Señor más semejantes a ti, para que podamos encarnar tu amor en nuestra carne y testimoniar al mundo la belleza de tu rostro.

El cardenal Krajewski, el limosnero del Papa enviado a Tierra Santa. Ante la celebración de la misa de Navidad en la basílica de la Natividad junto a familiares de personas que pasan estas fiestas bajo las bombas y los misiles en la Franja de Gaza, somos invitados a acoger Al que viene a salvarnos hecho Niño y recostado en un pesebre.

En el rezo de vísperas el Padre Rami Asakra, párroco de la iglesia de Santa Catalina (que sufrió recientemente el atentado) dijo: Es posible que este año no mostremos alegría externa como signo de nuestra humanidad y solidaridad con las víctimas de la guerra. Pero seguimos celebrando la Navidad, después de estar decepcionados con los líderes de este mundo, para probar y proclamar al mundo entero que, a través del nacimiento de Cristo, nuestro rey, Dios se convirtió en Emanuel, y su luz aún brilla en las tinieblas, pues estas no pueden vencerlo. Hemos venido a recordar al mundo que Dios es amor y que todos los seres humanos son hijos suyos y tienen derecho a la justicia, a la paz, a la alegría y a la vida. El cardenal Pierbattista Pizzaba (Patriarca latino de Jerusalén) pidió que Cristo nazca de nuevo en esta Tierra y pidió para que Jesús renazca en esta tierra y para que desde aquí se reinicie el camino del Evangelio de la paz para todo el mundo. 

 

El Cardenal Krajewski (limosnero del Papa) en su homilía hablo sobre todo que José y María no encontraban lugar para el Nacimiento (Lc 2, 7). Al igual que no había lugar en Belén para María y José, hoy parece que no hay lugar para la Navidad, para la alegría y para la paz, porque el dolor aquí ha afectado a todos, tanto palestinos como israelíes. No hay lugar para los habitantes de Gaza que han perdido sus hogares, y no hay lugar en su propia tierra para el pueblo palestino, que lleva décadas esperando que la comunidad internacional encuentre soluciones para poner fin a la ocupación, mientras todos parecen encerrados en su dolor, su odio y su rencor. 


Nuestro mundo de hoy, que parece no tener lugar para el nacimiento del Príncipe de la Paz. Recordó a los creyentes la capacidad de Dios de encontrar siempre un lugar para la Navidad, incluso en estas circunstancias dramáticas, diciendo: creemos que Dios puede hacer espacio incluso en los corazones más duros. Habló de lo que significa celebrar la Navidad diciendo: El Nacimiento de Cristo muestra el deseo de Dios de entrar en relación con la humanidad a través de la encarnación del Verbo, y celebrar su Natividad significa acoger la Palabra, y recibir su deseo de amor, paz y reconciliación, proclamándola. El cardenal dijo  que el mundo vuelva a inclinarse ante Dios y florecerá la paz. Concluyó con una oración: "¡Que Cristo nazca de nuevo en esta tierra, la suya y la nuestra, y que desde aquí comience de nuevo el camino del Evangelio de la paz para el mundo entero! ¡Que renazca en el corazón de los que creen en Él, moviéndolos al testimonio y a la misión, sin temor a la noche y a la muerte! ¡Que también Él renazca como deseo de paz y de bien, de verdad y de justicia, en el corazón de los que aún no creen!.

En medio de la noche de nuestro mundo sigue amaneciendo la luz que ilumina a todo hombre. a pesar de las tinieblas del mundo, las tinieblas no sofocaron la luz. La luz se impuso, prevaleció, brilló y brillará por siempre.

Pedimos al Señor que su luz brille en nuestros corazones y que nosotros, testigos de la luz podamos irradiar su luz para que esta ilumine y brille en todos los corazones. Santa Teresa de Calcuta sintió la llamada de llevar su luz a los rincones más lúgubres de Calcuta, hoy también nosotros en tantos lugares y corazones. 

El Señor mira compasivo nuestra humanidad herida. El Señor no se queda impasible frente a nuestra realidad sino que con su luz radiante desciende hasta las profundidades más lúgubres y oscuras que podamos vivir, las atraviesa y las transforma. El Señor entra en todas esas experiencias de infierno y como luz que brilla en la oscuridad nos hace ver su luz que disipa toda oscuridad.

Aquí en esta playa de Tondaligan ha salido el sol y ha brillado su luz. Hemos visto su rostro en los niños de la playa, y tantas personas que hemos encontrado. Pedimos por todos ellos, por los presos de la prisión, por los que trabajan en el vertedero, por los vendedores ambulantes, por el pastor de cabras o la recogedora de conchas todos ellos van buscando una vida más digna, buscadores de amor, libertad, paz. Maranatha, Ven Señor Jesús










 

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