lunes, 24 de diciembre de 2018

VII. ETAPA: LA NOCHE



VII. ETAPA: LA NOCHE

(Siguiendo los pasos de tantos mártires)




El martirio de San Lorenzo Ruiz


Introducción. 
     
VII. Etapa: La noche
Siguiendo los pasos de tantos mártires

Prólogo a las memorias de la última etapa

Cuando la vida festeje el modo de los calvarios,
la sombra rueda, los ojos llantos,
penetro al mundo del pequeño abecedario.
Mi misma muerte me está esperando,
después de aquel primer llanto,
lo se me espera su abrazo.

La etapa de la vejez, y el ocaso de la vida

Nunca mejor dicho que la vida es un suspiro y pasa casi sin darnos cuenta. La entrada en los sesenta marca una nueva etapa en la vida. Por así decirlo empieza la cuenta atrás y uno mermado de fuerzas nota el declive por un lado y por otro el tiempo de hacer síntesis. Hay un camino de ida y un camino de vuelta, uno empieza a vislumbrar la etapa final. Uno toma mayor conciencia del fin y de la transitoriedad de la vida. Uno es mucho más consciente de  las limitaciones, insuficiencias y miserias de la vida. Esta etapa es una llamada a sedimentar  la plena integración de la vida en el amor. Al final lo que queda, perdura y no envejece nunca es el amor.

En esta etapa de la vida soy consciente de que uno va haciendo síntesis. La propia palabra síntesis expresa la necesidad de hacer balance y de lograr un mayor equilibrio, una mayor integración. Con razón se dice que en el término medio esta la virtud. Pareciera como si en la vida uno ha ido dando bandazos de un extremo al otro. En esta etapa se adentra uno en la ancianidad, la serenidad el tiempo de aceptar y asumir los propios límites. Se comienza el descenso del arco de la vida. Se toma mayor conciencia del fin y de la transitoriedad de la vida. Se da el encuentro y aceptación de la sombra, las limitaciones, insuficiencias y miserias de la vida. Esta fase supone la plena integración con el mundo exterior y la reintegración de las funciones no desarrollada con la transformación de toda la realidad mirando el encuentro definitivo. Somos llamados a una plena integración viviendo el abandono confiado plena aceptación sin resignación de todos lo divino y lo humano, todos los aspectos, luces y sombras de nuestra vida. Es la preparación para el encuentro definitivo, el verdadero nacimiento y despertar a la vida eterna.

La vida hay que saber verla y vivirla tanto en sus partes como en su conjunto. Cada fase tiene sus retos y desafíos. Se nos pide la aceptación de cada etapa, de cada momento de la vida, lo que hace que en cada fase la persona pueda ser ella misma. Cada etapa tiene su razón de ser para su conjunto y también para el desarrollo de la otra fase. Si cada fase no se vive plenamente falta en lo sucesivo su aportación. El tiempo de la tarde de la vida, donde se empieza por una parte a decaer y a reciclar la propia existencia es el tiempo propicio para la síntesis. Después de un largo recorrido es tiempo de sedimentar toda la experiencia vivida y de preguntarse de todo lo vivido ¿Que nos queda?

En el atardecer de la vida aparecen las sombras. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su esplendor. “Sabréis entonces que soy yo”. Al final de la tarde lo único que queda es el amor. La vida no se construye a base de grandes empresas si estas no están movidas por amor en nada quedan, se disipan como el humo. Se trata de dar con los fecundo ríos del Espíritu de la vida que la penetra por dentro y que han fecundado los espíritus de los hombres a lo largo de toda la humanidad. Dar con la verdad, lo verdadero, lo bueno, lo noble que hunde sus raíces en el corazón de cada hombre. Hay un hilo a lo largo de la vida que la va entretejiendo se trata de la gran obra de Dios. Hay corrientes de vida que traspasan todas las épocas y fecundan todas las generaciones.

La Integración supone la armonización de polaridades, lo que tantas veces hemos vivido como tensiones, la contemplación y acción; la fe como abandono confiado y el compromiso y la acción; la gracia y la colaboración; el carisma y la institución; la comunidad y la misión; el ideal y la realidad; la sensatez y la ingenuidad; el riesgo de la insensatez y la cordura de la madurez; el desierto y la seguridad; el sinsabor y la dulzura; el ascetismo riguroso y la templanza de la caridad; el desencuentro y el perdón; la salud y la enfermedad; el trabajo y el descanso.
Uno se da cuenta que se trata de un lento aprendizaje que dura toda la vida y solo la inteligencia del amor descifra, camino de empobrecimiento para pasar a vivir de la riqueza de su amor. Camino envuelto en fragilidad en una vida sin brillo ni poesía ni fantasía. Solo el amor sana, transforma, integra, unifica. Al final uno hace síntesis de todo:

1.-Una persona: Fijos los ojos en Jesus
2.- Un libro no para leer sino vivir: el evangelio
3.- Un programa, dedicación: su misión
4.- Una pasión: su Reino

1.-Una persona: Fijos los ojos en Jesús

Seguir a Jesús con los ojos fijos en Él: estar disponible para hacer la voluntad de Dios para caminar por el camino de Cristo Nuestro Señor guiados y movidos por su Espíritu de amor
Humildad: No buscar el aprovechamiento propio sino de los demás. Vivir con sencillez y alegría el encuentro de cada día, vencer el desaliento y la desesperanza, no nos olvidemos de vivir de disfrutar de la etapa presente que nos toca vivir, vivirlo todo como don y con alegría, la alegría del don de la vocación de la fraternidad de la comunidad de la Iglesia, es como un tesoro que llevamos en vasijas de barro, una semilla en germen que un día florecerá… Que nadie nos la robe la alegría cayendo en la desesperanza ante la magnitud de los males del mundo a pesar de los malentendidos y fracasos, siempre es mas fuerte la fuerza del amor de los que intentan hacer el bien, no buscar subterfugios ni alegrías fatuas que nos roben la alegría del vivir  el momento presente con infinita confianza. Recogernos y aprender a encontrar ese «lugar interior de donde le viene la fuerza del Espíritu que nos guía, nos libera y nos renueva. Aprender a vencer la tentación que nos distrae de lo esencial, cada día tiene su afán, buscar el reino, su voluntad su querer. El evangelio del día una enseñanza una aplicación para la vida

Transformación que se va dando en la oración, una oración que se va simplificando de palabras y se va centrando en el corazón; obra primordialmente la gracia,  dejar que el Señor cure las heridas que mermaron la confianza, dejar que lentamente cambie la ausencia con compañía, cambie la la soledad con interioridad, cambie la la dispersión con recogimiento, cambie la apatía con el fervor, dejarnos cada dia cambiar nuestro juicios gustos pensamientos negativos, miedossombrios presentimientos, resentimientos, negatividad, pesimismo por el sano optimsmo de los que confían plenamente el Señor, nada hay imposible para El. No podemos renunciar a encontrar la presencia e Dios en la cotidianidad en lo ordinario en medio de nuestra precaria condición, desiertos, ambigüedades, soledades, noches…en lo oculto se encuentra el lado mas secretamente y sagradamente humano de la vida. No hemos de rechazar lo mas vulnerable por carente de poesía porque ahí se forja el corazón manso y humilde que agrada al Señor. Ante el sinsabor de la falta de reconocimiento, ante el absurdo, el sinsentido, el fracaso ser guiados por la sabiduria y la inteligencia del que renunciando al poder y la gloria que se le proponía se hizo pobre y semejante en todo a nosotros por amor. Seguimos al que se humilló, se inclino, y se puso de rodillas suplicante para ser sumiso y pobre y recibirlo todo de su Padre Dios. Dejar que en nuestra pobre humanidad el hable, se manifieste se revele a nuestro mundo herido y vulnerable de hoy. Cuando nos sintamos en la noche o en la sequedad es la prueba de que la búsqueda del amor y el amado no se acaba, de que siempre nos sorprende de que no se deja atrapar. Benditas noches donde Dios actua, irrumpe, se manifiesta, la noche es tiempo de salvación. Jesus nos invita a esperarle y recibirle y reconocerle llamándonos en la noche del sinsentido. Jesus no vino a los palacios ni poderosos de este mundo, vive y habita en lo pobre y humilde de este mundo, la esposa debe esperarlo y recibirlo en la condición humilde del esposo. Vuelve sulamita que busco tu mirada.

2.- Un libro no para leer sino vivir: el evangelio

No perder la alegría de vivir y anunciar el evangelio, siempre nuevo. Volver a recuperar la alegría la frescura de la novedad del evangelio que nos mueva a convertirnos cada dia. Hemos perdido la pureza se precisa volver a beber de las fuentes que mana de las altas cimas donde la nieve se deshiela. Que el esplendor de la luz solar disipe toda oscuridad. El encuentro con el amor fresco de cada dia que deshiela nuestros desiertos y da frescor y novedad al corazón. El evangelio es un camino a recorrer cada dia, un camino virgen siempre nuevo. El evangelio es lo que Dios ha querido decirnos hecho carne, el corazón de Dios traducido en lo humano, el encuentro de lo mas divino en lo mas humano frágil y vulnerable. Vivir el evangelio al desnudo sin retoricas para hacerlo entendible y accesible a nuestros hermanos mas pobres. Vivir la alegria del don de la fraternidad de poder rezar juntos, salir a misionar juntos y volver a reunirse en comunidad para celebrar juntos el reino entre nosotros, a imitación de la primera comunidad.
                
            3.- Un programa, dedicación: su misión

Dios nos creo para la misma misión de su hijo para continuarla en nuestro mundo llevando la buena noticia de l salvación a los pobres, pecadores a los que se veian indignos alejados, llevar una palabra de aliento de consuelo a los atribulados. Caminamos haciéndonos todo a todos con tal de ayudar salvar y rescatar a los que mas podamos. Nuestro “modo de proceder es como quienes levan este tesoro en vasijas de barro”, nuestro anuncio es pobre, inculturado, fraternal, servicial, libre de toda ambición mundana. Necesitamos la gracia de poder vivir con alegría el encargo de la preciosa porción del pueblo fiel de Dios que nos ha sido encomendada con sus pobrezas valencias y dones y alegrias

4.- Una pasión: su Reino

Espiritu de comunión: Unidad en la diversidad:
En lo accesorio periferico libertad
En lo esencial necesario y substancial unidad

No perder la paz y la alegría cuando nos vemos confrontados con nuestras debilidades y pecados propios y de los demás cuando experimentamos la pobreza, las adversidades y las humillaciones, es la oportunidad para soportarlas pacientemente con amor a aquel que tato soporto por nosotros.
No hay integración sin cruz. Acoger la cruz de cada día, la integración se va dando a lo largo de la vida. En la cruz es el lugar del encuentro del misterio de piedad y el misterio de iniquidad, donde coexisten las dos realidades mi pobreza mi pecado y su grandeza su misericordia. Vivir la alegría del abrazo entre la dulce piedad de Dios y nuestra pobre y humilde indigencia. Era necesario aceptar hasta lo mas profundo nuestra impotencia, fragilidad, iniquidd para salvarnos y esto se dio mediante el abandono amoroso y confiado del señor no resignado ni de mala gana sino ofrenda plena de amor
Tomar la cruz de cada día con alegría. Dar cada dia con esa mirada benevolente del Señor, que nos mira con misericordia y nos elige, nos envía a hacer llegar con toda su eficacia esa misma misericordia a los más pobres, a los pecadores, a los sobrantes y crucificados del mundo actual que sufren la injusticia y la violencia. Sólo si experimentamos esta fuerza sanadora en lo vivo de nuestras propias llagas, como personas y como cuerpo, perderemos el miedo a dejarnos conmover por la inmensidad del sufrimiento de nuestros hermanos y nos lanzaremos a caminar pacientemente con nuestros pueblos aprendiendo de ellos el modo mejor de ayudarlos y servirlos

Como norma suprema: En todo que presida la caridad. la misericordia no es una palabra abstracta sino un estilo de vida, que antepone a la palabra los gestos concretos que tocan la carne del prójimo. Creer en el amor que todo lo puede, lo soporta, lo disculpa, lo perdona, que baja a lo mas bajo de nueta existencia para hacer despertar lo mas bueno y mejor de nosotros y de los demás.

El contexto de esta etapa

 Esta etapa Dios tuvo a bien prepararla en Filipinas donde se celebraba  el año de la iglesia de los pobres. Llegamos en la celebración del Pentecostés como culmen de la preparación vivida en la Pascua haciendo el camino de Santiago. Estuvimos en Manila en el Teologado de los Misioneros de La Salette seis meses tratando de inculturizarnos con la lengua del Tagalog. Fue un comenzar festejando mis bodas de plata de sacerdote. En la fiesta de la Inmaculada donde se inauguraba el Jubileo extraordinario de la Misericordia iniciábamos nuestra nueva misión en Pangasinan, Malasiqui.

Estas memorias tienen el fondo final de una larga peregrinación.

Se trata de la larga peregrinación  de toda una vida misionera con muchas peripecias, una vuelta a la simplicidad, una vuelta a lo esencial. Poco a poco uno va haciendo síntesis en la propia vida y descubre que en la última etapa de la vida uno vuelve a ser como un niño envuelto en debilidad y fragilidad. Dios nos sigue llamando y eligiendo n o a pesar de nuestra pobreza sino precisamente siendo pobres, en una permanente escuela de amor en medio de nuestra pobreza. La vida se desenvuelve en un continuo aprendizaje. Diríamos que nuestra pobreza es el barro, la materia prima donde Dios como buen alfarero trabaja, va moldeando nuestro corazón. Francisco lo intuyó con una frescura inaudita: “voglio seguire a Cristo povero e crucifisso”. Nuestro Papa Francisco haciéndose eco de esta necesidad para la iglesia de hoy ya desde el principio de su pontificado en pleno escrutinio un cardenal brasileño le dijo “no te olvides de los pobres” y apenas comenzaba su pontificado declaraba cuanto deseo una iglesia pobre entre los pobres. Llegamos a Filipinas en el año donde la iglesia celebraba el año “la  iglesia de los pobres” y yo personalmente me sentía más pobre que nunca. Contrastaba mi primera venida a Filipinas en 1995 cuando tenía 20 años menos y me sentía pletórico de fuerzas.  Así que todo parecía converger en la misma dirección.
Más que nunca me siento como una pobre vasija en manos de su alfarero, un pobre servidor en manos de su Señor. Van desapareciendo las luces, las capacidades, las fuerzas, pero el amor es siempre joven. Uno no tiene el ímpetu de la juventud sino que siente el pasar de los años. Después de las cuatro operaciones y el periodo de convalecencia, cuando parecía que recobraba un poco la salud que me permitiera volver a Filipinas, apenas llegué tuve un gran batacazo rompiéndome el brazo izquierdo en cinco partes. Fue otro parón. Con el brazo escayolado e inmovilizado, tuve que interrumpir las clases de Tagalog que apenas había iniciado e iniciar un largo periodo de fisioterapia y recuperación que duró 6 meses hasta final de año. La llamada era clara volver a los orígenes, al primer amor. Jesús nos conoce, conoce nuestro barro y nos pide esta actitud de abandono confiado, como cuando Pedro cae a sus pies reconociéndose un pobre pecador y el Señor le hace partícipe de que Él le hará llegar a ser lo que no podía por sus propias fuerzas. No hemos de temer presentarnos pobres y esconder nuestras pobrezas. Un corazón pobre y humillado él no lo desprecia. 

El milagro precisamente se da en nuestra pobreza, paradójicamente Dios nos bendice cuando somos pobres, felices los pobres porque y pequeños porque entrarán en el Reino, en verdad os digo si no os hacéis pequeños como los niños no entrareis en el Reino. Te doy gracias Padre porque has tenido a bien revelar estas cosas a los pobres y pequeños. Sabernos pobres y pequeños, mantenernos pobres y pequeños porque Dios nos bendice cuando nos hace pobres. No hemos de caer  en la dinámica del mundo arrastrados por la vana gloria y tratando de ser grandes y de  buscar el aprecio y el reconocimiento. Cuando dejamos nuestro corazón apegarse a las riquezas y ambiciones de este mundo perdemos la libertad. El espíritu de posesión y de poder es contrario al espíritu del “pobre servidor”. En la medida que nos mantenemos pobres y pequeños podremos servir con alegría a los más humildes. Benditos los que se mantienen  como  pobres servidores siguiendo los pasos de Jesús.

Camino de empobrecimiento

Uno  tarda en descubrir que lo que más le agrada a Dios es un corazón pobre y contrito. No son nuestras proezas o virtudes sino nuestras pobrezas, incluso nuestro pecado lo que en definitiva hemos de presentarle. Hasta ahí llega la misericordia de Dios. Todo lo que hay de bueno es obra de Dios y lo que queda realmente nuestro es nuestra miseria. Pero tanto fue de grande el amor de Dios que nos amó con nuestra miseria. Apenas recién llegados cuando me sentía restablecido de mi largo proceso de recuperación de las operaciones y la última trombosis me caí y me rompí el brazo izquierdo en cinco pedazos. Estuve cinco meses con el brazo enyesado y luego otro tanto como tiempo de rehabilitación. Cuanto mayor es la debilidad humana más queda manifiesta la acción gratuita de su gracia.

Evangelizar desde la pobreza

Cuando llegue a Pangasinan después del pequeño intervalo para acudir  a la celebración del sacerdocio de Alceu me sentía verdaderamente pobre. Era un contraste con la primera vez que estuve en Filipinas. Entonces 1995 año del WYD en Manila yo tenía 25 años menos y me sentía pletórico de fuerzas. Ahora cumplidos los 60 me sentía muy mermado en mis capacidades físicas e intelectuales. Uno empezaba a sentir que flaqueaba la memoria entre otros reflejos y facultades. Quise meterme a estudiar el Tagalog y el Pangasinan pero descubría que Dios me invitaba más y más a evangelizar desde la pobreza. A continuación tomo el testimonio de un misionero Pedro Gomez jesuita en Japón que plasma este espíritu de la evangelización “desde la pobreza”. Recogemos su testimonio:

 Carta de Pedro Gómez desde Japón al general de los jesuítas en 1582

“Tengo casi cincuenta años y le confieso a Su Paternidad que lo estoy aprendiendo todo de nuevo como si estuviese entrando en el mundo. Estoy aprendiendo a comer, a beber, a sentarme, a acostarme, a vestirme, a ponerme los zapatos, a recibir y ser recibido; estoy aprendiendo las cortesías, el alfabeto, la lengua y la vida. Plazca al Señor que verdaderamente me haga un niño por su amor, Él que siendo la sabiduría de la tierra,  por mi causa se hizo un niño que no sabía hablar. Según entiendo, los que van al Japón deben igualmente deshacerse de las costumbres y la ropa que traen de Europa y adoptar la ropa y las nuevas costumbres de Japón, de forma que no intentemos  transformar la naturaleza de los japoneses en la nuestra sino la nuestra en la de ellos para traerlo a nuestro espíritu y a nuestra fe”

Lámina 0
El primitivo itinerario de los primeros misioneros españoles


Siguiendo Las huellas
de los primeros misioneros
españoles que llegaron
a este país



1.        Un año sabático en Salamanca

Después del Belén celebrado en Espinosa un pequeño incidente cambió el rumbo de mi vuelta a Argentina. Se repitió de nuevo “la trombosis” que me había dado en Perú. En Argentina tenía programada dos operaciones una para corregir “la escenosis” y estrechez de la uretra y otra para corregir las pérdidas de orina. Dada la situación vimos mejor que las tuviera en España y que me tomase un año sabático de recuperación. Este año sabático lo aproveché por una parte para estar con mi madre cada vez más desvalida y por otro para aprovechar en ahondar con las raíces de mi fe. Se celebraba el 500 aniversario de la muerte de la Santa y con ese motivo aproveché para “seguir las huellas” de la Santa, la andariega por antonomasia. En Alba de Tormes acudí a una misa que presidía el obispo de Salamanca donde leyó el texto que con ocasión del aniversario había escrito el Papa Francisco. En la carta se remarcaba las notas características de la santa como andariega sobre todo en su camino interior. Luego estando en Salamanca un sacerdote carmelita organizó una caminata “siguiendo las huellas” por la ciudad y una pequeña peregrinación a Alba para “seguir las últimas huellas” de la Santa. 

Así que todo se dio de tal forma que pude a la par del reposo forzado por la convalecencia aprovechar el año como etapa intermedia de preparación de la otra más larga peregrinación a Filipinas. Estando en Salamanca y yendo al convento de San Esteban me percaté que habían querido rescatar los antiguos misioneros que vinieron a Filipinas y murieron mártires. Estos misioneros vinieron a las tierras de Pangasinan y desde allí emprendieron viajes a Japón, Corea y China.  Santos y beatos hasta entonces para mí desconocidos empezaron a encabezar la lista de mi personal letanía como compañeros de viaje que nos habían precedido en el camino y que habían llegado a su destino. Santo Domingo Ibañez de Erquiza, San Francisco Gil de Federich, San José García Diaz, San Cándido Fernandez García, Santo Domingo de Henares, San Angel Ferrer de Orsucci, San Juan Martinez de Santo Domingo, etc. Es como en la peregrinación te encontrases compañeros de camino que habiéndolo ya recorrido te desvelan los entresijos para que ahora a nosotros nos sea más fácil siguiendo sus propias huellas.



  

Lámina 1
Las raíces de la fe cristiana en Asia




Los primeros mártires
fueron levantados como antorchas
que llenaron de resplandor
la espesa oscuridad



2.        El cursillo en Espinosa sobre la Misión en Asia
Durante la Cuaresma tuvimos la oportunidad de reunirnos dos semanas en Espinosa todo el equipo que nos preparábamos para venir a Filipinas junto con algunas misioneras más invitadas que sentían también interés por la evangelización en este continente. La convocatoria nos vino de Ester Palma que estaba haciendo la licenciatura precisamente en misionología con este tema y que había sido invitada a participar en Münster a un cursillo con este horizonte de fondo. Fue en Münster donde nacimos como comunidad, fue en Münster que se dieron en 1914 las primeras clases de misionología  gracias a Joseph Schmidlin, un misionero y teólogo enamorado de Asia. El Congreso precisamente se celebraba como primer centenario de la misionología en Asia, los 100 años de la primera cátedra de misionología de la Iglesia católica en Münster. Durante el congreso intervinieron teólogos y misioneros para reflexionar sobre lo caminado en estos 100 años de misionología y cuál es el hoy de la teología de la misión. Ester sintió que podía ser bueno compartir con nosotros todo lo vivido, estudiado y reflexionado. 
La verdad que fue un auténtico regalo para nosotros. Habíamos comenzado el año siguiendo de cerca el viaje del Papa a Filipinas y era de nuevo una oportunidad para calentar el corazón con la llamada que todos sentíamos por nuestra próxima misión. El cursillo se preparó de una forma muy creativa con momentos de oración, ponencias, grupos de trabajos en distintas áreas, puestas en común, video conferencias con distintas personas implicadas en la evangelización en Asia, y otros momentos más distendidos al final del día donde se proyectaban videos o películas que hacían alusión al tema propuesto. Se siguió de línea de fondo la evolución de la evangelización en Asia, la primera expansión durante los cuatro primeros siglos, la decadencia de la dinastía Tang, el dominio de los mongoles, la era de los descubrimientos, la era post colonial y los retos y expectativas del hoy de la misión. Fue especialmente interesante reflexionar en los pioneros de la evangelización como Matteo Ricci, Valignano, etc y detenernos en los retos de hoy con toda la evolución mantenida a través y la llamada a una nueva evangelización. Muy interesante analizar el reto del diálogo interreligioso, la confrontación con el Islam, el recrudecimiento de las relaciones con todo el fenómeno levantado por Isis, el problema y desafío de los ritos. 
Fue como correr una cortina y despertar a nuevos personajes de un mundo a penas conocido como el diácono Efrén, Tomás de Cana, Cosme el Navegador, Gregorio el Iluminador, Addai, Taciano, Tomas, Panteno, las comunidades de ascetas de siria, los mercaderes cristianos, y otros evangelizadores. La relevancia de la ruta de la seda, los centros de expansión como Edesa, la red de monasterios entre Edesa y la India con los monjes que como misioneros itinerantes desarrollaron un papel tan importante. Junto a redescubrir estos personajes del pasado fue la oportunidad de conocer los testimonios preciosos de tantas personas  en el contexto de hoy como Claire Ly, una budista de Camboya que vivió una conversión del Budismo al catolicismo en los campos de la muerte del genocidio de Pol Pot. Tuvimos ocasión de profundizar en la orientación de la misión en Asia a partir de las FABC, (Federación Asiática de las Conferencias Episcopales) “la misión como triple diálogo”. Diálogo con los pobres, con las otras culturas y con las otras religiones. 
Se trata de compartir la vida y junto con todos buscar el Reino de Dios. Analizamos el paso que se trata de dar, de la misión Ad Gentes a la Missio Inter gentes. Una misión entre las gentes se trata de un compartir. Compartir con las búsquedas de las otras religiones, de los libros sagrados. Se trata de un aprender a dar y a recibir. Aprender del modelo de Jesús misionero, en su encuentro con la samaritana. Si Jesús cansado le pidió agua, se sentía pobre y se abría a recibir. El paso de la ortodoxia a la ortopraxis. La Misión como  Missio Dei”, la misión que Dios lleva a cabo, ver cómo el ama, cómo actúa y unirnos a esa misión. Dios ya está en este pueblo. Dios ya estaba en Asia antes de los cristianos. Descubrir cómo actúa Dios desde su creación, redención, la guía del Espíritu Santo. Ortopraxis en cuanto a una misión ad vulnera de la hospitalidad, el testimonio y el diálogo. Ortopathos en cuanto a padecer con, el corazón del misionero. La empatía que equilibra esa misión. Profundizamos distintos aspectos en el cómo de la evangelización hoy, la misión como “diálogo profético”, el nexo entre proclamación y testimonio, la liturgia, el arte, la oración y contemplación desde el horizonte asiático, la integridad de la creación, el compromiso y la búsqueda de la Justicia y la paz, etc.

Lámina 2
Reconocer a Cristo en los pobres. (Pinturas de Joey Velasco)




Los pobres son capaces de escuchar el suave susurro de Jesús:
“Tengo Sed”


3.        La etapa final del Camino norte del “Camino de Santiago

Dios en su infinita pedagogía divina nos quería infundir el “espíritu del peregrino”. Vivir como peregrinos supone con poco “equipaje” para aprender a vivir en la providencia, en el lado oculto de la vida, caminando con los más pobres, aprendiendo de ellos. Caminar junto con los pobres como uno entre ellos para aprender a descubrir la presencia de Dios en medio de ellos, en medio del cansancio del dolor del sufrimiento. Aprender a vivir “al raso” sin seguridades ni grandes programas, cada día con su propio afán buscando el pan de cada día. Fueron de nuevo dos semanas la previa a la Pascua y la de la Semana Santa que elegimos vivirla en oración y peregrinación uniéndonos en el Camino de Santiago a otros hermanos peregrinos que Dios pusiera en nuestro camino. Escogimos el Camino del Norte por ser menos conocido y menos transitado y empezar desde Ribadeo hasta Santiago. El Camino del Norte o Camino asturiano recogía al principio el Camino primitivo y discurría por San Sebastián, Santander, Oviedo, hasta Santiago. En Oviedo se encontraban ya unas famosas reliquias de Don Pelayo y fue inicialmente el denominado Camino primitivo. 

Como no disponíamos de tiempo para hacerlo todo escogimos la última parte del camino hasta unirnos con el Camino francés en Caldas de Reyes. Las primeras etapas fueron muy emotivas recordando todo lo vivido en el monasterio de Combados y en Mondoñedo en los inicios de la nueva comunidad de servidores. Tuvimos casi desde el principio la ocasión de unirnos con dos inglesas profesoras que daban clases de inglés en Ribadeo y que se convirtieron con algunos más en compañeros del Camino. Al principio dormimos en pequeños albergues o casa de acogida para peregrinos era un ambiente muy familiar. A medida que íbamos caminando se iba incrementando el número de peregrinos y los albergues eran más numerosos. Empezábamos cada jornada antes de amanecer pues eran las mejores horas para caminar, teníamos diversas paradas  hasta llegar al albergue donde comíamos, nos cambiábamos, lavábamos la ropa y aprovechábamos para compartir la eucaristía y lo vivido con otros peregrinos. 

Cuando comenzamos el Triduo nos habíamos unido al Camino francés y tuvimos la ocasión de vivir el jueves con un sacerdote italiano y el viernes con un  sacerdote argentino recién ordenado que trabajaban juntos en una unidad pastoral. Fue muy bonito compartir en un clima muy misionero las celebraciones. El sábado llegamos a Santiago donde pudimos dar un abrazo al Santo, rezar en el sepulcro y recoger la “Compostela” certificado de acreditación del peregrino quedando nuestros nombres inscritos como peregrinos del Camino de Santiago. Nos alojamos en el Seminario Mayor y la pastoral de Jóvenes había organizado una Vigilia así que nos invitaron a unirnos con ellos. Como final y colofón de la peregrinación la misa del peregrino en la Catedral oficiada por el obispo de Santiago en el Domingo de Resurrección. En la plaza de las platerías se hizo antes de la misa la celebración del encuentro de Jesús Resucitado con su Madre y al apóstol Santiago se le paseó por toda la catedral bendiciendo a los peregrinos antes de comenzar la misa. 

Pusimos nuestra próxima misión de Filipinas en manos del apóstol y después de la misa el obispo se acercó a darnos una bendición especial. Luego nos reunimos con nuestros compañeros peregrinos del Camino para almorzar juntos. Así que el Señor no cesó de derrochar todo tipo de regalos con nosotros para que nos fuéramos con la investidura el beneplácito y la compañía del apóstol. Un detalle que nos tenía reservado el Señor cuando llegamos definitivamente al lugar asignado en Filipinas fue para  nuestra sorpresa que yendo de retiro a un convento de clarisas, el convento era del apóstol Santiago y lo tenían allí en la iglesia esperándonos para que no nos olvidásemos que sus promesas las cumple de verdad.




Lámina 3
Cuando da con nuestra indiferencia una vez más le dejamos solo en el camino al Calvario





Con nuestra indiferencia
aumentamos la Pasión de Cristo
Los pobres comparten su sufrimiento


4.      Llegada a Cubao, Seminario de los Misioneros de La Salette

La llegada a Filipinas era de nuevo palpar la Providencia Divina. Dios nos había prometido que regresaríamos a este pueblo y después de un largo exilio de trece años nos brindaba de nuevo la posibilidad de hacerlo. Aunque no llegásemos como primerizos se trataba de un volver a empezar desde los inicios y para que nos sintiéramos solos y desprotegidos sino acogidos nos vinieron a recoger dos sacerdotes coreanos Filipo y Peter que conocieron las misioneras en Corea y que ahora se encontraban en Manila. Después de tres horas pasando por Baclaran con un tráfico de muerte llegamos a las señas que teníamos de nuestro nuevo lugar de residencia, 8 Hillcrest Rd, Cubao, Quenzon City. Creíamos que se trataba de un dormitorio de estudiantes y era “un esolasticado” seminario de Teología de los Misioneros de La Salette. Esta es una congregación misionera dedicada al ministerio de la reconciliación surgida en Francia a partir de unas apariciones de la Virgen a Maximin y Melanie en los Alpes franceses en 1846. 

Nosotros no teníamos ni idea de esta nueva congregación ni de su carisma pero nos sentimos inspirados como los pequeños pastorcitos que oyeron de la Virgen: “Acercaos, no tengáis miedo vengo a daros una buena noticia”. Era pues como el saludo tierno y cariñoso que en aquellos hermanos misioneros con la Madre como medidora nos propiciaba a nuestra llegada. Las misioneras casi se caen del susto al ver que todos los que vivían allí eran hermanos seminaristas, los había además de otras congregaciones que compartían el lugar de residencia que era muy grande con ellos. Al frente de ellos estaba un sacerdote indio el Fr Job. Desde el primer saludo vimos en ellos que Dios nos daba hermanos para que no sintiéramos la ausencia de los que dejamos. Nos dieron habitaciones individuales repartidas en dos pisos. A mí me tocó la contigua a la capilla en el segundo piso donde estaba el Fr Job y la mayoría del escolásticado. 

Desde el primer momento nos sintieron sentir el calor de familia. No solo nos abrieron las puertas sino también el corazón. Al igual que ellos iban a clase de Teología nosotros empezábamos nuestras clases de Tagalog y compartíamos con ellos casi todo. Por la mañana iniciábamos con la misa a las 5.30 seguida del rezo de Laudes y el desayuno a las 7.00 luego todo el mundo partía para las clases. Se regresaba alrededor de las 12.00 para el almuerzo. Después de la siesta había tiempo de estudio luego pequeña merienda y a las 5.30 meditación y a las 6.00 rosario. A las 6.45 era la cena con un tiempo de recreación después, a las 8.30 las completas así que tuvimos oportunidad de alguna forma de “volver a los inicios” de nuestra formación misionera pero en un ambiente totalmente nuevo. Si su carisma era el de la reconciliación y habíamos vivido tan dolorosa ruptura de la fraternidad Dios rico en misericordia nos prodigaba el curar nuestras heridas con el bálsamo de aquellos hermanos que prodigaban tanta bondad. El ambiente era totalmente asiático pues había además de diversas congregaciones, no solamente los había de distintos lugares de Filipinas sino vietnamitas, de Malasia, de Myanmar, algún coreano y chino. Era la primera vez en acoger a hermanas y con nosotros se abrió el precedente para luego acoger a otra religiosa coreana. 

Quizás para que yo me sintiera amado de una forma más exagerada permitió que apenas llevaba un mes de nuestra llegada me rompiera el brazo izquierdo en cinco pedazos cuando una mañana tomaba la ducha y me desperté con un gran batacazo. Después de los primeros auxilios escayolarme y las radiografías vimos la aparatosa fractura que suponía ingreso con una operación y multitud de gastos o arriesgarnos a que poco a poco los huesos se fueran soldando con visitas periódicas a un hospital público “Orthopedic Hospital” como hacen los pobres. Así que confiando en la Providencia optamos por lo segundo. Mi plan cambio radicalmente por tener que abandonar los estudios del Tagalog e iniciar un largo proceso de rehabilitación que duró casi seis meses hasta que me quitaron definitivamente la escayola.



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En sus heridas somos curados




Cuando me sentía más desesperado después de una grave operación que me conllevó una gran depresión, grité a Dios desde lo hondo de la fosa:
a través de los pobres
Dios me lanzó una cuerda para sacarme de la oscuridad”


5.      Celebrando las bodas de plata del sacerdocio, retiro en Silang

Dios en su infinita providencia quiso prodigarnos con toda una serie de caricias como masajes al corazón para experimentar su infinita ternura. Celebramos mi cumple y el de Belén como el de cada uno de los hermanos aprovechando para el helado y una pequeña fiesta. Así que no faltaron oportunidades y no queriendo que perdiésemos ese ambiente celebrativo en este año inaugural se derrochó en el aniversario de plata de mi sacerdocio. El mejor regalo para celebrar el 25 aniversario de mi sacerdocio fue un retiro en Silang. Con la imagen de San Francisco cuando se retiró al monte Alverna en aquel momento en que  se sentía pobre y pecador demasiado turbado por su obra hasta dudar si era la voluntad de Dios. Necesitaba imperiosamente que Dios la hablara y Dios le confirma su llamada. A Dios no le interesa tanto nuestras obras cuanto nosotros nos dejemos hacer la obra de Dios. Si no me puedes seguir como un santo hazlo sintiéndote pecador. Allí en la oscuridad de todo esplendor, despojado de toda su gloria se le hacía más clara la grandeza de su Señor: “Así era mi Señor como el árbol partido por un rayo entre cenizas…” 

En el retiro me ayudaron cuatro imágenes, la vasija, el arroyito, la flor de lis y la pequeña gota frente a la cascada que estaban en torno un pequeño laguito a done me retiraba a hacer oración. La vasija. En un rincón del laguito había unas vasijas de barro. Me recordaron las tinajas de las bodas de Caná. Era el contexto nupcial de una boda. Allí la madre intercedió a su Hijo: “no tienen vino” y allí se dio el primer milagro cuando todo hacía presumir que el evento acabaría en un casco. Todos presentan el mejor vino al principio sin embargo en este caso “se reservó el mejor vino para el final”. El milagro de Dios se da frente a la escasez, conmovido  frente a la pobreza. El arroyito. Francisco cantaba la humildad de la hermana agua porque es trasparente, humilde, se abaja a fecundar el “valle de la humillación”. Dejemos visitarnos en el  valle de la humillación”. María se dejo visitar en su humillación y le pedimos Madre de misericordia muéstranos a Jesús en este “valle de lágrimas” haz resplandecer su rostro sobre nosotros para que brille su ostro y nos salve. La flor de Lis crece en “los fangos pantanosos”. 

La pequeña y preciosa flor tenía un nombre “aceptación y abandono alegre”. La pequeña flor de Lis creció en medio del fango sin ser vista ni reconocida por los hombres. Creció en medio de dos hermanas llamadas penas y sufrimientos en el “valle de la humillación”. Sin embargo no hubo flor más bendecida. De en medio de las cenizas, en medo de las espinas crece la flor que ha cautivado la mirada del Rey de Reyes. Por último la pequeña gota frente a la cascada. La pequeña gota se siente turbada ante el total abandono de quien salta al océano de la misericordia hasta hundirse y desaparecer. No debemos temer al abandono confiado. Nuestro destino final y última etapa de la peregrinación se da en el encuentro final con nuestro Amado. 

Un detalle digno de mencionar que me llamó poderosamente la atención y me hizo descubrir como nada en el corazón de Dios queda perdido u olvidado fue que estando esos días allí ocurrió algo significativo. Tuve una llamada de una señora de la Isla de Wight diciéndome que Barry que estaba en estado terminal con cáncer quería ponerse en contacto conmigo. Haciendo memoria me acordé de Barry un matrimonio que conocí convertido al catolicismo que trabajó con nosotros en la construcción del centro y de la capilla. Muy cercano a la comunidad, me hice muy amigo de él, su esposa Nikol y sus dos hijas. Pude ponerme en contacto con él y se le veía muy emocionado todavía se acordaba de un Cristo que le regalé y que aún llevaba en el pecho, a los pocos días me enteré de su muerte. Yo estaba celebrando el 25 aniversario y habían transcurrido más de un cuarto de siglo, me hizo recordar muchas cosas y dar gracias a Dios por lo que me permitió ver de su obra y de lo que quedó sin olvido en su corazón.



Lámina 5
Déjame que te abrace en tus heridas





Déjame que te muestre todo mi amor y misericordia
restaurando la belleza de tu dignidad perdida



6.      Buscando el lugar, encuentros con Cardenal Tagle

Nuestra ida a Filipinas no tenía todavía lugar de destino. Verónica y algunas misioneras del grupo base se habían encontrado en Roma con el Cardenal Tagle y este les había propuesto una serie de lugares entre los cuales se encontraba Malaybalay en Mindanao. Este parecía en principio que podía ser nuestro lugar de destino pero necesitábamos la confirmación del Cardenal. Como estaba muy ocupado con los nuevos nombramientos de presidente de Cáritas Internacional y otros cargos mientras estábamos en el seminario aprovechamos la primera oportunidad que vimos para acercarnos a él. Fue en un festival de corales que organizaba una iglesia en Manila a la que acudía él para cantar con una coral así que después de su actuación nos presentamos para saludarle presentar el nuevo equipo destinado a Filipinas y decirle que estábamos dispuestos al lugar que nos asignase. Nos recibió con su exquisita cortesía pero nos sorprendió que nos dijera que no era él que lo asignaba que éramos nosotros los que teníamos que ponernos en contacto con los obispos. 

Tras este encuentro empezamos toda una búsqueda de cuál sería el lugar que Dios tenía preparado para nosotros. Antes de dirigirnos a cualquier obispo queríamos tener más conocimiento de la realidad que pisábamos en el momento actual de la Iglesia en Filipinas. Empezamos por acudir en la universidad de los jesuitas a unas charlas que se daban sobre la situación en Mindanao. En esos momentos estaba en el Congreso la “Basamoro law” para ser aprobada por el Senado. Nos fuimos percatando que la situación en Mindanao era muy difícil y que no era el lugar indicado para una primera fundación que sobre todo pensábamos abrir a las otras comunidades de Asia, Corea y Japón. Era peligroso sobre todo para los extranjeros la estancia en Mindanao y según nos aconsejaban no era lo más conveniente. Se dieron otros encuentros fortuitos con el Cardenal pero siempre muy de pasada y nos dimos cuenta que debido a sus múltiples compromisos no era fácil conseguir una cita con él. Finalmente buscando consejo y orientación para saber a qué obispo o diócesis dirigirnos pensamos que el arzobispo presidente de la Conferencia Episcopal Filipinas Mons. Sócrates Villegas que ya nos conocía cuando era secretario del Cardenal Sin, podría ser la persona indicada para aconsejarnos en estos momentos. Además él estaba como arzobispo de una gran archidiócesis que incluía una de las pequeñas diócesis que nos proponían visitar, Nueva Ecija. Así que pedimos una cita y nos fuimos a Pangasinan a su residencia episcopal en Dagupan para tener una entrevista con él. 

Él nos recibió con gran cariño y cuando le contamos nuestra situación y que veníamos a pedirle consejo sobre la diócesis de Nueva Écija perteneciente a su archidiócesis nos dijo que podíamos dar por concluida nuestra búsqueda porque él nos ofrecía quedarnos en su diócesis porque él nos necesitaba allí. Nosotros nos quedamos sorprendidos y le dijimos que hablaríamos con nuestros responsables. Él se mostró tan interesado que se pasó todo el día con nosotros mostrándonos el seminario, un área pastoral en una población rural de Malasiqui y los alrededores. Tras consultarlo con nuestros responsables vimos de pedir la aprobación del Cardenal Tagle para nuestra nueva fundación en Pangasinan en la diócesis de Mons. Sócrates Villegas. El Cardenal nos dio su conformidad y dimos por concluida nuestra búsqueda. Era definitivamente Pangasinan, en Malasiqui el lugar que Dios había preparado para nosotros.



Lámina 6
Manumbos, los pobres hacinados en las montañas de basura







Aún tenemos la desfachatez de preguntarnos ¿Donde está Dios?
Dios está en cada persona, en cada pobre de este mundo
esperando que le reconozcamos (Mt 25)



7.      El encargo del arzobispo Socrates B. Villegas

Verónica se puso en contacto con el arzobispo y le confirmó el “visto bueno” del Cardenal. El obispo en su carta de acogida nos encomienda el ministerio de la misericordia y nos decía: “You come to us like a gente refreshing rain on the eve of the Jubilee Year of Mercy”. Sois como una gota de rocío y agua fresca para nuestra diócesis. No os canséis de ser misericordiosos para que la misericordia de Dios llegue sobre todo con los más pobres para que nadie quede privado de de la presencia y benevolencia de Dios. Tras la decisión de abrirnos a su propuesta de trabajar en su diócesis le preguntamos dónde él veía más necesidad para desarrollar nuestra misión y nos dijo que en el área pastoral de Malasiqui. Allí nos adjudicaba la atención de cinco capillas y el poder colaborar en la pastoral con los jóvenes en algunos Colleges. El obispo nos preguntó que cuándo comenzaríamos nuestra misión allí y le dijimos que estábamos acabando el curso de Tagalog y que pensábamos a principios de Diciembre con el inicio del Año Jubilar extraordinario de la Misericordia. Después de darnos a cada uno una carta personal asignándonos la tarea en la diócesis, tuvimos un almuerzo con él y su vicario el Fr Ric y el Fr Fredy naturales los dos de Malasiqui. Así que poniéndonos a ellos como intermediarios nos envió a que conociéramos el lugar y las capillas que nos encomendaba. 

Visitamos la parroquia del Fr Ric en Malasiqui y una antigua rectoría que se podía acondicionar para la estancia de las misioneras. Luego nos fuimos a ver el área pastoral con las capillas que se nos asignaba. En el extremo de la zona fuimos a ver una de las capillas nuevas con la pequeña casa adjunta que estaban construyendo. No podíamos quedarnos en una mera percepción humana, un lugar recóndito, insalubre, de mal olor por la porqueriza. Poco a poco nos fuimos enterando de la situación reinante. El lugar había sido un lugar rechazado y de litigio por los habitantes del lugar. La porqueriza pertenecía al capitán  del barangay al que intentaron denunciar para que trasladara la porqueriza a otro lugar. En cualquier caso si Dios nos reservaba aquel lugar sus razones debía de haber y entendíamos que lo de no cansarnos en hacer que su misericordia llegue a todos empezando por el capitán del barangay iba en serio. Resonaba en nuestros oídos el pasaje del padre misericordioso ante aquel hijo pródigo que había terminado por ir a cuidar cerdos y comer de la basura que ellos comían. 

La población de la zona era en general gente muy sencilla que vivía de las plantaciones de arroz. Sentimos que esa gente sencilla era la predilecta de Dios para que su misericordia también llegase hasta ellos. Terminamos por ver una pequeña casa granja que tenía el Fr Fredy y que también nos ofrecía por si las misioneras quisieran ir a vivir allí. Se encontraba en la otra punta de la zona en el lado opuesto de la población en un lugar muy a desmano y muy desamparado. Así que con un montón de impresiones nos regresamos a Manila para ir meditando serenamente en el corazón lo que Dios nos proponía y confiaba a través del obispo Sócrates Villegas en aquella zona pastoral de Malasiqui en Pangasinan.





Lámina 7
La dolorosa realidad de “los niños de la calle





“Dejad que los niños se acerquen a mí
porque de los que son como ellos
es el reino de los cielos”


8.      Malasiqui, Pangasinan, la tierra prometida, el  lugar elegido y preparado por Dios.
Durante el tiempo que Dios nos reservó en Manila antes de hacernos cargo del nuevo destino fuimos meditando acerca de la situación de la Iglesia en Filipinas y sobre todo de la zona de Pangasinan que nos confiaba. Lo primero que nos salía era una acción de gracias muy grande. Dios en su infinita misericordia se acordó de nosotros y se acordó de este pueblo. Dios nos bendijo (haplos sa banal) trayéndonos a este lugar. Dios preparó este lugar desde antiguo.  Después de la larga espera todo cobraba sentido para nosotros: Panasia, la tierra prometida, Binislakan, el hogar de las mil maravillas, Malasiqui, el lugar donde la intensa luz se quedó. 
Existe la antigua leyenda de que en la primera evangelización llevada a cabo por los españoles tres monjes dominicos caminaban por estos inhóspitos lugares. Uno se percató del barrizal y suciedad del camino y dijo de la tierra, “mala”, el compañero de al lado que parece que entendió su queja dijo “” y el otro que parece que no entendió a que se refería dijo “que”. Uniendo todos los vocablos tenemos el origen del nombre de Mala-si-que. Esta tierra fue bendecida por Dios desde tiempos remotos. Poco a poco fuimos profundizando en la historia sagrada del lugar y uno sentía la necesidad de descalzarse por saberse en tierra sagrada. Este lugar de Pangasinan tiene un inmenso legado de fe, esta bendita tierra fue regada por la sangre de muchos misioneros y de muchos mártires. Entre estos se encontraban numerosos dominicos que iniciaron en Pangasinan como relevo de los agustinos una gran misión. La primera diócesis que pertenecía a la jurisdicción de la archidiócesis de Manila fue Nueva Segovia. En la parte norte de Nueva Segovia se fue extendiendo paulatinamente con núcleos de misiones estratégicas. Lingayen fue uno de los primeros lugares por ser enclave portuario desde el cual se embarcaban los misioneros para Japón y Vietnam. 
Otros núcleos que se fueron formando fueros San Carlos, San Pedro y San Pablo en Calasiao, Malgandan en Manaoag, San Idelfonso en Malasiqui. En esta zona de Pangasinan uno de los primeros lugares asignados a los dominicos fue la misión de Binalantongan en la actual San Carlos. Allí recuerdan a Santo Domingo Ibañez de Erquiza que luego murió mártir en Japón junto con San Lorenzo Ruiz. Junto a este están otros santos mártires, santos Francisco Gil de Federich y  Mateo Alonso de Liciciana destinados también a la misión de Binalantongan que acabaron mártires en Vietnam con otros compañeros mártires como Santo Domingo de Henares, Ignacio Delgado, San Vincent Liem de la Paz. Una figura ejemplar en Malasiqui fue el padre Juan Camacho que restableció la paz en la población y definitivamente implantó una nueva parroquia separada de Binalatongan. La iglesia se mantuvo firme pese a revueltas, tifones, terremotos, hasta el día de hoy. Así que con tan ejemplar nube de santos mártires los empezamos a considerar nuestros “Kasamas”, nuestros compañeros de misión para que ellos que abrieron el camino de tan grandiosa primera evangelización nos ayudasen ahora en el inicio de esta “nueva evangelización”.




Lámina 8
En la encíclica “Laudato si” el Papa se hace portavoz del grito de Jesús en los pobres





Este el grito de los pobres en tres cuartas partes de la humanidad
Parad la destrucción de nuestra casa común
y pasar a preocuparos de los que sufren las victimas
del deterioro ambiental, los más vulnerables

9.       Acción de gracias en el Santuario de Manaoag

Al saber que este era el lugar elegido quisimos visitar uno de sus lugares emblemáticos el santuario mariano de Managoag, de Nuestra Señora del Rosario. Este fue un antiguo santuario mantenido por los Padres dominicos. Este lugar previo a la aparición estaba situado en lo que fuere la misión de Mangaldan que implantaron los primeros misioneros agustinos con el nombre de visita de Sta Mónica durante 1595-1600. Después la misión fue cedida a los padres dominicos que habían llegado a la misión de Binalatongan (actual San Carlos) en 1598. En 1600 los dominicos se hicieron cargo de la misión de Mangaldan, los primeros padres fueron Juan de San Jacinto y Tomás Jimenez. 

Esto era una prueba de que este lugar estaba bendecido por la Virgen y de nuevo se me hacía cercana la devoción de esta Virgen en el monasterio de San Esteban de Salamanca. Con razón Filipinas pertenecía a la provincia del Santo Rosario y la devoción en Bikol era tan profunda a la Virgen de la Peña de Francia. No podemos pues hablar de coincidencias o casualidades sino de la asombrosa providencia que en sus designios divinos todo lo prepara de antemano. Uno se percata que en los designios divinos nada acontece por casualidad sino que todo es preparado con infinita sabiduría desde tiempos remotos. 

Dios se toma su tiempo y señala el tiempo oportuno. La visita al santuario de Managoag fue la confirmación de que había llegado la hora, que para este tiempo y este lugar Dios nos había elegido. Managoag es hoy en día un lugar de peregrinación conocido en toda Filipinas.  Tras la aparición de la Virgen a un campesino, pronto se convirtió en lugar de peregrinación bajo el nombre de Managoag, “Apo Baket”, la Virgen que llama. El primer dominico que promovió la veneración del lugar en una pequeña capilla fue el padre Juan de San Jacinto que estaba encargado de la misión de Mangaldan. El padre Tomás Jimenez fue el primer residente del lugar que levantó un santuario. La imagen Milagrosa de Nuestra Señora del Rosario sobrevivió a tifones, terremotos, incendios. La imagen fue canónicamente coronada en santuario declarado como Basílica Menor dependiente de la Basílica Mayor de Santa María la Mayor en Roma. La gente acude a pedir y dar gracias y le ofrecen flores y velas. 

Cada año se renueva el manto y fragmentos de su manto se reparten en la fiesta mayor. La madre estaba bien interesada que lo que nos había hecho sentir en Argentina en su santuario de Luján no quedase en el olvido ni sintiéramos su ausencia antes al contrario viéramos la réplica mariana bajo rasgos filipinos en este bendito lugar de su santuario en Manogaog. Allí acudimos como peregrinos en esta nueva etapa de nuestra andadura misionera a ofrecerle no solo velas o flores sino nuestras vidas. La Virgen que llama nos llamaba de nuevo a este lugar dándonos su bendición.


Lámina 9
La convicción de los pobres: A pesar de tanto sufrimiento, Dios no nos abandona





Es el tiempo de una conversión:
Debemos promover un cambio a través de un camino de renovación
espiritual que lleve a un cambio estructural del orden perverso
de marginación y explotación de los más pobres

10.   Preparándonos para la nueva misión. Retiros con los hermanos de La Salette

El tiempo previo de nuestra estancia en Manila con los hermanos de La Salette fue una bendición que Dios nos preparó. Se dieron muchos espacios para poder compartir la fe. En las homilías de las eucaristías de las mañanas íbamos compartiendo los hermanos y las hermanas. Era toda una innovación ver que las hermanas también compartían las homilías. A mí de adjudicaron las homilías todos los sábados. Fue una manera de compartir el tesoro de la fe como lo más precioso a compartir entre nosotros. A través del Fr Job encargado de su formación nos vino la invitación para que les diéramos unos retiros. Lo recibíamos como una deuda de amor por tantos detalles que de ellos habíamos recibido. Como teníamos el contexto de la vida consagrada, la promulgación de la nueva encíclica de “laudato si” y el año jubilar de la misericordia que proponía para toda la iglesia, fueron la ocasión para que programasen con nosotros tres retiros. 

El primero lo realizamos sobre la vida consagrada en el contexto de la nueva evangelización y la llamada a una conversión personal y pastoral. El segundo para profundizar en la nueva encíclica de “laudato si” sobre la llamada a una conversión ecológica, la importancia del “pequeño camino” y el tercero sobre la misericordia, de cómo poner en nuestra vida el sólido fundamento de su amor. La verdad que fueron momentos privilegiados para compartir más a fondo con ellos la fe y de cómo entendíamos la llamada que Dios nos estaba haciendo. Personalmente como me veían a visitar al cuarto y me veían por el pasillo rezando el rosario con los palos haciendo lentamente ejercicios de rehabilitación les compartí como sentía que el Señor me invitaba a una escuela de empobrecimiento con clases particulares que me prodigaba a través de los más sencillos. En el centro de rehabilitación del “Orthopedic Hospital” había una chica parapléjica que se llamaba Joy y hacía honor a su nombre porque estaba siempre con la sonrisa en la boca. Le acompañaban dos asistentes que trataban de hacerle los ejercicios con todo cariño sabiendo que su progreso era super lento y que nunca podría recuperar un “estado normal”. Para mí era un testimonio muy grande y me ayudaba a descubrir donde se encuentra la “perfecta alegría” de la que hablaba Francisco.

 No se encuentra en las cosas que podamos hacer, grandes predicaciones, incluso grandes conversiones, sino en aceptar con paciencia “aceptance with joy” las cruces de la vida como la ocasión propicia de hacer de nuestra vida una ofrenda de amor unidos a la Pasión de amor de nuestro Señor. Pasar de hacer cosas a “ser”, “dejarnos hacer” la obra de Dios en nosotros a unirnos a su propia ofrenda de amor. Recordaba el librito que leí antes de ser misionero que tanto me ayudo “sabiduría de un pobre”, y en el camino de empobrecimiento que vivieron los amigos de Jesús, Pedro, “después de levantarte de tus caídas confirma a tus hermanos” y Pablo “mi gracia te basta porque mi fuerza se manifiesta en la flaqueza” y en la experiencia de tantos santos, San Francisco, Santa Teresita de Liseux. Si hemos de gloriarnos que sea en nuestras flaquezas como la ocasión para identificarnos con el Crucificado, con la cruz del Señor con la que nos redimió el Señor e infinita fuente de su misericordia. Jesús nos redimió aceptando este camino de empobrecimiento hasta morir pobre y despojado de todo y convertirse en la perfecta ofrenda de amor.



Lámina 10
Happag ng pag asa, la mesa de los pobres, el hogar de la esperanza




Jesús se presenta pobre y vulnerable
y los pobres le reconocen y
le invitan a su mesa



11.     Adviento. Preparándonos para el nuevo lugar

Como Dios todo lo prepara para bien de sus elegidos dispuso el tiempo de Adviento como el tiempo de preparación inmediata para la nueva fundación en Pangasinan. Así que nos agarramos de la mano de María para que ella nos mostrara el camino a seguir. El Jubileo extraordinario de la misericordia se iniciaba el 8 de Diciembre fiesta de la Inmaculada tomando a María como “la puerta santa” por la que quiso entrar el Señor para traernos la salvación. 

Aquí en Filipinas la preparación de la Navidad la hacen con mucha antelación desbordándose en toda clase de detalles, ornamentación exterior, limpiezas de las casas, etc. Nos ayudaba pensar en “los caminos de la encarnación” como la pedagogía del Señor para “entrar en sus caminos”. “No tengamos miedo a estos caminos de empobrecimiento”. Estábamos finalizando el año de la “Iglesia de los pobres”. “Dios se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”. 

Meditaba como Dios en su sabiduría infinita había preparado de antemano con una cuidadosa y larga preparación nuestras vidas. Recordaba la larga trayectoria por la que fue introduciendo la iglesia la llamada a una iglesia pobre entre los pobres. El grupo de “la iglesia de los pobres” del Concilio, Helder Camara, Pedro Casaldaglia en Brasil, en Argentina todo nuestro caminar con el grupo de “la iglesia pueblo de Dios”, la iglesia de los pobres, la espiritualidad de los pobres, la mística de los pobres. Toda esa corriente espiritual que fuimos bebiendo de las fuentes de Tello, Gea, Angenelli, luego nuestros amigos sacerdotes Sergio Gómez Tey, Eduardo Farrell, Carbone, nuestro Papa Francisco, sin duda nada acontece por casualidad. Nuestro pesebre eran nuestras propias vidas y pobres como nos encontrábamos la mejor ofrenda al Señor. Dios nos enviaba a una zona pobre para anunciar a los pobres la buena nueva de la salvación. 

Dios eligió lo pobre a los pobres para manifestarles su poder. De Nazaret a Belén hay una senda y la recorren quienes confían en su promesa. Dios se dignó visitar las periferias a los más pobres y marginados para ponerlos en el centro de su corazón. María de Nazaret, una mujer a penas una niña, lo menos importante lo menos significativo de aquella sociedad para mostrar la primacía de su amor por los que el mundo desprecia y no tiene en cuenta. María pobre convertida en madre de los pobres. María peregrina caminando con los pobres. María servidora para servir y ofrecer a los más pobres la salvación de Dios. Jesús aprende en esta escuela de Nazaret durante treinta años y tras su discurso programático en la sinagoga de Nazaret decide llevar a cabo su misión eligiendo a pobres pescadores a anunciar desprovistos de todo la Buena Nueva del Reino. Sin duda Dios nos quiere en este nuevo milenio y nos llama a caminar como una Iglesia pobre servidora y peregrina entre los pobres. La evangelización de los pobres y con los pobres es una llamada prioritaria hoy y nosotros como pobres servidores Dios nos llama a hacerlo realidad.



Lámina 11
Desde los escombros de una humanidad destrozada nace la esperanza de un mundo nuevo






En medio del horror de la destrucción
renace la esperanza
de una nueva humanidad



12.    El inicio. La llegada en Malasiqui, Pangasinan, en Navidad

La llegada formal a Malasiqui fue el 3 de Diciembre día de San Javier. El inicio de nuestra misión en Malasiqui, Pangasinan, coincidía con el inicio del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Dios nos invitaba a entrar por la “Puerta Santa” de la Encarnación a través de María. Dios nos invitaba a entrar en este nuevo lugar de misión con los pies descalzos en esta tierra sagrada al compás de los pasos de tantos misioneros mártires que pisaron hace 500 años estas tierras. Ana y Belén haciendo honor a su nombre se adelantaron para abrir y preparar el camino estando en el comienzo del año jubilar y celebrar con el pueblo de Malasiqui y ya en nuestra estación pastoral y nuestras capillas la Navidad. Teresa se incorporaría en la fiesta de la Epifanía con los reyes Magos y yo más tarde en la fiesta de San Idelfonso patrono de la parroquia y de la población de Malasiqui

Todo quiso el Señor prepararlo para que fuera en el marco más emotivo entrañable y celebrativo. Ana y Belén como los pastores que se adelantaron a anunciar el nacimiento del Salvador anunciaban a los parroquianos y aldeanos del lugar que una nueva comunidad “los misioneros servidores de la misericordia de Dios” estaba de parte de Dios en aquel lugar para anunciar el evangelio de la misericordia a los más pobres. Lo hacían como entonces sin mucho ruido ni espaviento sino como de puntillas y a pie descalzo visitando las capillas, las familias del lugar a los más obres y enfermos y diciéndoles que fuimos enviados allá para vivir y compartir con ellos la alegría del evangelio. Ellos estaban extrañados de ver caras nuevas, rostros de jóvenes que no venían de turista sino con una cruz en el pecho hablándoles de Jesús en su propio idioma. Les ofrecieron unas habitaciones de la antigua rectoría en el piso superior de las oficinas de la parroquia y allí empezaron a limpiar y acondicionar el lugar como casa de las misioneras. 

Después de la época de lluvias y tifones, en el mes de noviembre es el mes de la recolección del arroz, las pepitas del arroz se extienden antes de ser pelado y lavado en lugares llanos para que se sequen al sol. Así que todo se prepara para que en estas fechas se pueda descansar y disfrutar en familia. Aquí en Filipinas la celebración de la Navidad viene enmarcada con la Novena previa con las misas de gallo, a las 4.00 y 5.00 de la mañana. La Iglesia se abarrota de gente humilde que rinde tributo al Señor con esa ofrenda, en la mayoría es la gente trabajadora que no puede asistir más durante el año. Todo el pueblo sobre todo la plaza con el mercado central se engalana con motivos navideños y se llena de luces de colores y cantos navideños. Con tal algarabía las misioneras “no pegaban ojo” y de noche tenían que retirarse algún lugar más apartado para poder dormir algo. Fr. Fredy les ofrecía su casa junto a unas de las capillas para que pudieran descansar. La gente va de casa en casa, los niños cantando villancicos para recibir el aguinaldo y el ambiente de celebración y de fiesta trascurre y corre de casa en casa. 

Las capillas discurren en una zona de campos de arroz donde viven familias muy humildes. La visitas a las casas era el medio de ir conociendo los “barangays”. También fueron acercándose a los colleges especialmente para informar de nuestra llegada y conocer a la gente encargada. La primera impresión era darse cuenta que era una zona de gran población, Malasiqui tiene 130.000 habitantes con 73 “barangays”, mucha población joven, el 30 por ciento entre 5 y 14 años, con  fuertes rasgos de pobreza, el índice de mortalidad infantil 25 por ciento y de malnutrición el 30 por ciento. Muchas de las familias tienen miembros que trabajan en el extranjero para conseguir dinero. Una de las personas que entonces abrió su casa y su corazón  fue Lory, con cáncer de mama que le repitió y poco a poco se hizo estado terminal. Reconocía que Dios nos puso en su camino y que respondió a la su oración. El tiempo que me quede lo quiero vivir sirviendo al Señor. Su vida a mí me recordaba a Cecilia en Argentina y su testimonio desde el primer momento  fue enorme para todos.

Lámina 12
El Dios escondido en las vidas de los pobres





La  Iglesia está llamada a
contemplar el rostro de Cristo
en los más pobres



13.    Mi paréntesis para acudir a la ordenación de Alceu y despedirme del pueblo argentino

Tuve que hacer un obligado paréntesis para acudir a la ordenación de Alceu en Argentina. Era la primera ordenación sacerdotal de la nueva promoción de los misioneros servidores del Evangelio y como es de suponer no podía faltar. Además mi partida de Argentina fue un tanto impetuosa porque no me dio tiempo ni a despedirme dado que pensaba volver para la tercera operación de próstata ya pautada pero se cambiaron los planes y la gente se quedó con el deseo que volviera a despedirme. La verdad que iba a “medio gas” recién me sacaron la escayola y con la sonda puesta, como cuando a Don Rodrigo Díaz de Vivar lo montaron en su cabalgadura cuando estaba muerto para espantar a los musulmanes. Al menos sin escayola no daba tanta pena y no espantaba al vecindario, pero “la procesión iba por dentro”. 

Así que era la ocasión para compartir con los hermanos y hermanas de comunidad en el ambiente navideño en aquellas fechas tan especiales y sobre todo con Alceu en esos momentos tan significativos. A Alceu casi no le perdonaban como se le había ocurrido elegir tales fechas para la ordenación pero tenía todo un significado para él el día de San Esteban y además porque ese tiempo de vacaciones posibilitaba a que su familia de Cabo Verde pudiera venir aunque sólo vinieran su madre, su hermana y su sobrina. Llegué el día previo a la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe patrona de la diócesis de Merlo Moreno, Patrona de Latinoamérica y patrona de Filipinas. Así que ella me echaba el capote para que me sintiera en casa hermanado con los dos pueblos. Pude participar en la celebración de la fiesta que hacía la diócesis con el obispo todos los curas, religiosos y todo el pueblo. Se celebraba como inicio del Jubileo extraordinario de la misericordia entrando por la “Puerta Santa” de la Catedral. 

Momentos muy emotivos que me hicieron recordar tantas cosas y una oportunidad de oro de verme de nuevo con nuestro querido obispo Fernando Maleti y con tantos hermanos con los que compartimos tan buenos momentos. Con Alceu nos fuimos una semana a preparar en retiro la ordenación según lo había pedido el obispo Maleti. Fue un auténtico regalo aquella semana en un lugar apartado donde tratamos de profundizar el don siempre inmerecido del sacerdocio. “Me amó hasta entregarse por mí”, hasta quererse entregar por medio de mi vida. Me amó en mi pobreza y debilidad, cuando me sentía indigno pobre y pecador, cuando me vio en mi desnudez postrado en el suelo, y me prometió su amor hasta el final para perpetuar su presencia entre los hombres. Te envío a anunciar la salvación a los pobres, a sanar y rescatar los corazones desgarrados y te propongo como única fuerza liberadora mi amor. Apacienta con mi mismo amor, ama a todos con mi amor y mansedumbre especialmente a quienes se puedan sentir más débiles y abatidos. Ama el mundo, la iglesia, la comunidad tus hermanos como son con sus luces y sus sombras, ama a todos con mi mismo amor. “No temas vivirte pobre y vulnerable, mantente con el espíritu manso, humilde y compasivo, confía en mí, no te dejes seducir por el dominio, el poder, la gloria del triunfo o del fracaso. Se sencillamente mi servidor”. 

En el ambiente festivo de la Navidad tuve oportunidad de festejar en comunidad y con la gente de las capillas. La celebración de la ordenación en la Basílica de Luján. Ver a Alceu fue como ver al propio Negrito Manuel, que a propósito se inicia la causa para declararlo Venerable. El obispo quiso que la oración de consagración imponiéndole las manos la compartiera estando a su lado. Cuando le imponía la casulla que llevaba impresa la Virgen con su madre era como si la misma Virgen le diera su bendición. Al recibir la patena y el cáliz las palabras “recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla ante Dios, considera lo que celebras, imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la Cruz del Señor” era como recibir en síntesis el nuevo programa de vida. Después nos reunimos en el predio de los Maristas para festejarlo con todos y fue un momento muy emotivo con toda la comunidad de Servidores y toda la gente de nuestras capillas. La misa de despedida mía la hicimos coincidir con la primera misa de Alceu en nuestra capilla de Nuestra Señora de Luján así que primó la alegría del relevo más que la despedida y de saber que quedaban en buenas manos y no iban a extrañar ni echar de menos mi ausencia. Era irse de Argentina como dejándonos ver cumplido el sueño prometido en esa tierra y que nos enviaba ahora a Filipinas con la promesa de que un día lo veríamos florecer.



Lámina 13
Encuentro con Dios, en las márgenes, en los pobres





Id a las márgenes,
a las periferias y
allí me encontrareis

14.    Mi llegada. Celebrando los 500 años de fe en este lugar

Me fueron a recoger al aeropuerto de Clark el hermano del Fr Ric con el Van de la Parroquia, cosa que agradecí mucho porque andaba “como un pez fuera del agua”. Cuando yo llegue era la fiesta del patrono del pueblo, San Idelfonso y todo el pueblo estaba de fiesta. Era como si Dios quisiera recibirme en este lugar con todo un desborde de alegría para que volviera a disfrutar de la tremenda acogida del pueblo filipino. Había toda una procesión “parade” con el “santo patrono” y toda una comparsa de tambores y clarinetes que circulaba por las calles principales aledañas a la iglesia parroquial. Así que comenzamos nuestra misión y el año coincidiendo con los 500 años de fe en este lugar con la alegría de “un niño que estrena zapatos nuevos”. 

Después de trece años de destierro de estas tierras volvíamos a Filipinas como el Señor nos había prometido. Dejamos estas tierras entre lágrimas y finalmente volvíamos en medio de cantares. El Señor ha estado grande con su pueblo y estamos alegres. Somos cada vez más conscientes que para este tiempo Dios nos ha llamado y para estas tierras y con esta misión de acercar su misericordia a todos. Llorabas cuando salisteis de estas tierras y pensabais que vuestros sueños se frustraron. Pero el Dios de las misericordias no frustra nunca los sueños que un día puso en nuestro corazón. 

Por caminos tortuosos que no imaginábamos en medio de la gran humillación y turbación Dios hizo nacer la comunidad de servidores del evangelio de la misericordia para bendecir de nuevo esta tierra y nuestras vidas. Tenemos el tesoro que hace renacer las vidas de las cenizas y devolver la esperanza a aquellos que la perdieron. Me invitaron a celebrar misa en la iglesia parroquial que en ese día tan singular estaba a desbordar y aprovechando la coyuntura de ser español como su patrono sin ánimo de que sintieran que veníamos a descubrirles la fe alabé la fe del pueblo filipino y de cómo lo sembrado en ellos había convertido el pueblo filipino en el pueblo asiático más católico con un tesoro que ahora debíamos ofrecer al mundo entero. 

Sí, Dios dispone el tesoro de la fe en vasijas pobres de barro y es hora de que los pobres tomen su protagonismo para evangelizar con su fe viva un mundo que poco a poco se va apartando de Dios. Los primeros días antes de presentarme oficialmente a las capillas con mi primera misa me dediqué  a arreglar un poco la casa que habían preparado con todo cariño con toda una serie de muebles antiguos para darle un aspecto más acogedor y misionero. Las hermanas me dijeron que ese fin de semana venía el Fr Filipo y era una manera de que tanto él como yo nos pudiéramos “sentir en casa”.




Lámina 14
Dejarnos misericordiar





Todos estamos heridos,
Necesitados de sanación,
Expongamos a Dios nuestras heridas
y dejémonos reconciliar por Dios

15.    La primera misa y la primera reunión en la capilla.

La primera misa coincidió con el funeral de una de las vecinas muy querida por la gente, “Ate Leti” que las misioneras habían estado acompañando en los últimos momentos, llevándola la comunión. La capilla se llenó de gente que acompañaba la familia y las puertas se abrieron para acogerles a todos. Era nuestra primera misa allí y por primera vez se instalaba el sagrario definitivamente en la capilla. Esa sería nuestra riqueza y fortaleza en medio de este pueblo. Dios quería no solo visitarles sino quedarse entre ellos. Quiso Dios preparar para ese día el discurso programático de Jesús en Nazaret: “el Espíritu del Señor esta sobre mí y me ha enviado a anunciar el evangelio a los pobres, cambiar el luto en gozo y anunciar el año de gracia del Señor”. 

El ambiente de luto del funeral se transformo en la fe en un ambiente celebrativo, “el Señor es nuestra fuerza y no nos abandona, Él sale a nuestro encuentro y cuando nosotros no podemos sostenernos nos levanta. Venid a mí benditos de mi Padre porque de vosotros es el reino de los cielos”. Después por la tarde convocamos a los representantes de todas las capillas para que conocieran al “nuevo cura” y para que el “nuevo cura” les conociera. La segunda lectura de aquel día fue la carta de Pablo a los Corintios: “Todos nosotros a pesar de ser muchos y diferentes, judíos, griegos, esclavos y libres, hemos sido llamados para formar un solo cuerpo”. 

Era como la llamada para que todas las diferentes capillas de los dos barangays Alacan y Gulig sintieran la llamada a concebirnos una misma familia, con la gran familia de Dios. En un dibujo representamos el cuerpo de Cristo y en su corazón os tenía  a todos dentro. Fue muy bonito que Filipo el sacerdote coreano que nos recibió por primera vez y con el que luego compartimos momentos muy buenos en Manila se acercase a compartir esos días con nosotros. 

Era la forma de que pudieran entender que nuestra misión Dios nos llama a vivirla en familia y que la familia Dios la hace extensible a todos, les hablamos de las dos comunidades que nos precedieron en Asia la de Japón y Corea y como queríamos caminar junto con ellas. Sin duda fue un momento de abrir el horizonte y los corazones para hacer nuestra la llamada que Dios nos hacía a concebirnos y formar parte de la gran familia  e Dios. En aquella primera reunión programamos las reuniones posteriores en cada una de las capillas. Estas reuniones facilitaron un primer encuentro para darnos a conocer y  conocer a las distintas personas involucradas y programar con ellos el camino que podíamos hacer juntos. 

Los comienzos Dios nos los brindaba vivirlos con una apertura muy grande no viendo no le faltaba sino valorando lo que había sabiendo que Dios elige lo pobre y lo sencillo para sus designios de salvación. Era un comenzar una etapa nueva en toda esta porción sagrada de su pueblo deseando ir viendo en un ambiente de familia una iglesia pobre, servidora, en camino, peregrina que caminando al paso de los más humildes fuera un pequeño germen del Reino de Dios. 


Lámina 15
Escuchar el cántico que brota de la cruz, del Crucificado






Así es mi Señor, así es mi amado
Sin belleza que pudiéramos estimar
ni rastro de apariencia,
como uno ante el cual uno vuelve el rostro

16.    La preparación de la Pascua, retiros de Cuaresma en los Colleges

Este año coincidió la Pascua temprano y pronto comenzamos la Cuaresma como el tiempo propicio para preparar la Pascua del Señor. El Segundo domingo Fiesta de la Transfiguración fue como fijar la mirada en Jesús que se hizo pobre hasta hacerse necesitado, aprendió a vivir como un hombre sencillo haciéndose sensible y vulnerable a las necesidades de los hombres. Jesús nos proponía el camino a seguir, la forma de vivir la misión. Poderle reconocer y abrirnos a su necesidad en los hermanos. Quien era Dios se hizo hombre, pobre, necesitado aprendió a vivirse necesitado del Padre y de los hermanos. Fue tentado, pasó por momentos de zozobra y angustia y tuvo necesidad como un niño de ser ayudado, consolado, sostenido. No le avergonzó nuestra debilidad, el también se sintió débil, asustado y sin embargo nos enseño a confiar en el Padre a vivir en esa infinita confianza, aprendió a amar con un corazón de hombre, de niño y nos invitaba a vivir este tiempo así con un corazón de niño que lo tiene todo por aprender. 

Este tiempo de Cuaresma a su vez coincide con el final del tiempo escolar y es un tiempo donde se acostumbra ofrecer retiros a los estudiantes. Fue un momento privilegiado para acercarnos a las escuelas y “Colleges” y darnos a conocer. Empezamos pasando por las aulas celebrando algunas misas y pronto empezaron a llover las demandas de poder dar retiros a los alumnos. Los retiros los ofrecimos de una jornada entera empezando a las 8.00 y terminando a las 5.00. En el salón parroquial de la Parroquia reuníamos varias clases por lo general grupos de entre 100 y 150 personas. Sabíamos lo que imponía grupos tan grandes pero encontramos la manera introduciendo juegos, canciones, videos de hacerlo lo más vivencial y ameno posible. Para muchos era la primera experiencia y Dios nos regaló la gracia de volver a renovar el amor del primer encuentro y el entusiasmo y apertura  de los corazones sencillos. Como cuando Jesús lleno de alegría dio gracias al Padre por revelar los secretos del reino a los sencillos. Solíamos acabar proponiendo confesiones y la misa. 

Para mí suponía un acto de infinita confianza porque se confesaban la gran mayoría y yo pese a lo pobre del idioma me asombraba ver a la gente tan tocad y conmovida por el paso de Dios por sus vidas. Sus lágrimas y pedir que les diera la absolución con un abrazo era el primero en salir convertido. Fue un tiempo donde Dios nos hizo recuperar la alegría de la misión y el hambre y apertura en los jóvenes y pequeños. Fue muy bueno la experiencia con grupos no tan numerosos de los que acaban y reciben la graduación. También nos hicimos conscientes de que los profesores que les acompañaban también les ayudaban y nos pidieron ofrecerles a ellos un retiro. Así que como si se trataran de ondas expansivas nos dimos cuenta de cómo  el Señor podía valerse de instrumentos tan pobres para manifestar la grandeza de su amor.





Lámina 16
Viendo la multitud Jesús tuvo compasión





Hacedlos recostar en la hierba
en grupos de unos cincuenta y
“Dadles vosotros de comer”



17.    La preparación de la Pascua y los retiros de Cuaresma en las capillas

Pensando en el deseo que tenía Jesús de vivir esta primera Pascua en esta pequeña parcela de su iglesia convocamos a la gente de las capillas para preparar la Pascua juntos. Para no caer en preparar actividades propusimos hacerlo en oración, orando juntos Aunque nos sentíamos un poco desbordados vimos que era el momento de que la Cuaresma como camino de preparación de la Pascua lo pudiéramos vivir con un retiro en cada capilla. Así lo ofrecimos y así lo vivimos. Estos retiros eran sólo de una tarde comenzando a mediodía y terminando con una eucaristía. Fueron momentos muy bonitos de preparanos juntos. Así fue como viendo la dificultad de unir las capillas y no queriendo primar una y dejar más desfavorecidas las otras quisimos proponer la celebración de la Semana Santa como una sola familia y comunidad que celebrábamos juntos la fe. 

Quisimos incorporar en la Semana santa algunas tradiciones muy arraigadas aquí: “el Santo Bankal” y el “Abot Abot” y para ello se nos ocurrió preparar una imagen de un “Cristo Crucificado” tamaño natural y articulable, como hizo Brochero en Traslasierra, para que sirviera en la celebración de muerte, el descendimiento, entierro y resurrección. A la vez preparamos una gran cruz no solo para colocar el “Cristo Crucificado” sino para llevarla en el Viacrucis portándola entre la gente. La celebración del Domingo de Ramos propusimos iniciarla con la bendición de Ramos en la más antigua y conflictiva, “Old Nazareno”, para romper “el hielo”, luego el jueves Santo la propusimos en la capilla de Fátima, Viernes Santo todos juntos recorriendo un Viacrucis por las distintas capillas teniendo la celebración de la muerte en la escuela y terminando en “Old Nazareno” con el “Santo Bankal”. 

La vigilia del sábado santo en “Holy Cross”. La madrugada del domingo de Pascua con la procesión del encuentro “Abet Abet” en Guilig y finalizar con la Misa de resurrección en la capilla de “New Nazareno”. La mayoría de la gente estaba acostumbrada a cercarse a la Parroquia o Managoag en esos días y era la primera vez que se proponía algo así, sabíamos del riesgo de hacerlo pero nos arriesgamos a convocarlo con la ayuda del Señor y la ayuda entre todos. Involucramos a preparar en cada capilla la celebración conscientes que abríamos la celebración para todos. Fue todo un camino de preparar sobre todo los corazones para abrirnos al paso del Señor rompiendo barreras prejuicios y confiados que con la misericordia de Dios podía sanar los corazones, las familias y capillas a veces tan divididas. 

A medida que se iba acercando la fecha crecía la expectación por parte de todos, hicimos unos “banners” para que en las capillas se convocara a la gente y en la escuela primaria pusimos un gran poster anunciando las actividades de la Semana Santa. Sobre todo mirábamos si en la “Old Chapel” lograríamos romper la dura resistencia y disposición que el “barangay capitán” había creado. Así que no nos faltaba nada los “herodianos” que se oponían, los “fariseos y guardianes de la ley” que fieles a sus costumbres se mantendrían férreos al Templo y los “anawin” pobres de Yahve  que con los niños vibraban por lanzarse a prepararlo con entusiasmo. Y como el Reino de los cielos lo arrebatan los pobres  los niños con ellos empezamos en los días previos a preparar los ramos con hojas de palmera entrelazadas para el “domingo de Ramos



Lámina 17
Retiro aniversario “Bodas de Plata” del sacerdocio en Silang





Déjame que te cante una canción de amor,
Un hortelano tenía una viña, un precioso jardín
que cuidó con todo cariño



18.   La celebración de nuestra primera Pascua
La celebración de la Pascua fue experimentar “el paso” del Señor. Tomamos la Cruz con el Cristo Crucificado y nos la llevamos a la explanada del “Old Nazareno” como quien porta el estandarte que encabeza “el ejército del Señor”. Y ver semejante Cruz portada por la gente parece que despertó no solo la curiosidad sino el alma de los más reacios. El Señor actuó en los corazones y la convocatoria para la bendición de los Ramos en la “Old Nazareno” y la procesión de entrada en la “New Nazareno” fue toda una premonición de que valió la pena. El entusiasmo de la gente que venían en comitivas de todas las capillas con los niños que se sumaban rompieron con el ambiente enrarecido que se había creado. La celebración de la cena del Señor en Fátima fue muy entrañable. Para el lavatorio de los pies invitamos a los  enfermos y más carenciados de cada capilla y Lory preparó un testimonio muy bonito para arrancar con la hora de exposición y adoración del Santísimo. 

El santísimo lo pusimos en el corazón del “Cristo Crucificado” queriendo simbolizar la disposición de Jesús de abrir su corazón a todos para acogernos a todos para abrazarnos a todos. Tenemos un lugar para vivir con sobreabundancia de amor para dar y repartir. En su corazón estamos todos “unus cordam”. El Viacrucis lo empezamos a una hora inusual para nosotros pero la convenida por todos por el calor, a las siete de la mañana. En la plaza exterior de nuestra capilla hicimos la invitación a acompañar a Jesús en oración cargando su cruz, la gran cruz que necesitaba al menos ocho personas para llevarla bien. Fue la ocasión para que los santos varones dieran un paso al frente, el viudo de Atte Lety Marcelo, el marido de Lolita Lorenzo, el gordito Rold, etc. Cuando llegamos a “Old Nazareno” allí fieles habían preparado su “altar” y los jóvenes ayudaron a llevar la gran cruz. 

A medida que avanzábamos se iba uniendo la gente que se asomaba para la gran cruz con el cortejo que con el coro y los niños con cantos formaban el “ejército del Señor”. Era como cuando la conquista de Jericó, ver que se iban derrumbando los muros al “paso del Señor”. Muy emocionante fue el paso por el “rail-road” donde habitan familias muy pobres y pareciera que aquel lugar era por primera vez visitado por el Señor. Allí colocamos dos altares entre las pobres familias del lugar. Yo bendecía a las familias, mamás y niños y dos niños se me pegaron para caminar juntos de la mano. Especialmente ayudó mucho las estaciones XI-XII celebrando la muerte del Señor en el pabellón de la escuela. Llevábamos dos horas de camino, la gente se había ido sumando y después de tomar un poco de agua para refrescarse un poco nos sentamos ocupando todo el pabellón. 

Allí se hizo un drama preparado con los jóvenes para dar a entender lo que le cuesta a Jesús el precio de nuestra redención y luego se escenificó la crucifixión clavando el “Cristo Crucificado” en la gran cruz. Después de una oración se motivó la adoración de la cruz y la gente iba pasando de uno en uno a besar y abrazar la cruz. Luego se continuó hasta la “Old Nazareno” para las estaciones XIII-XIV y vivir el descendimiento y santo entierro, “Santo Bankay”. Allí los jóvenes de la “Old Chapel” lo pusieron todo de su parte y después de poner al Cristo sedente en un gran sudario se le ungió con perfumes e incienso se le beso y se le introdujo en la “Old Chapel” que verdaderamente asemejaba el sepulcro del Señor. Fueron casi cuatro horas pero el Señor nos confortó y no sentimos ni el cansancio ni el peso de la cruz. Gran enseñanza nos dio el Señor: Cuando se vive todo con amor alivia  el peso y se vive todo mejor. Allí le pedimos que nos mantuviera a la espera deberle resucitar en los corazones más endurecidos. La Vigilia que se celebró en la “Holy Cross” precedida con el fuego, “el Cirio” y “el exultet” fue muy bonita. Allí nos hizo ver Señor la fuerza de su resurrección que Él sigue vivo corriendo las losas que lo aplastan  en nuestros corazones. Y como culmen antes del amanecer a las cuatro de la mañana se convocó a la gente de Alacan en el centro de Fátima y a la de Guilig en el arco de entrada para salir con el “Jesús resucitado” al encuentro de su Madre. 

En la oscuridad caminábamos con velas y cantos y cuando al doblar la curva se divisaron las dos comitivas con las dos imágenes empezaron los gritos de júbilo, Viva Jesús Nazareno, Viva María Nuestra Señora de Manaoag. En el encuentro unos niños vestidos de ángeles recorrieron el velo negro de la Virgen y le pusieron uno blanco. Finalmente celebramos afuera en la plaza la misa presidida con los “dos pasos” que  comenzamos de noche y acabamos de día. A la gente filipina le gusta madrugar para expresar su cariño a Dios y a la Virgen y fue una forma de que la gente de aquel barrio no se perdiera la alegría del “encuentro”. Volvimos con el Cristo Resucitado a Alacan y celebramos en “New Nazareno” la misa de Pascua de Resurrección.


Lámina 18
Y Dios nos mostró la tierra prometida, el lugar elegido






Dios nos reveló su nombre
Pananisia, Pangasinan,
la tierra prometida
el hogar de las cien maravillas



19.    Encuentro con Felipe y las hermanas del VD en la misa crismal del Jueves Santo

Dios en su infinita misericordia hace concurrir todo para bien y no se le escapa detalle así fue como nos preparó a través del obispo Fr. Sócrates un encuentro “fortuito” en la misa crismal del Jueves Santo, día del amor fraterno. Nos había comentado como Felipe antiguo presidente de la Fraternidad que vino a dar un retiro a las hermanas de la Caridad de Madre Teresa le había  hecho saber que mientras nosotros estuviéramos aquí se cuestionaba si ellos podrían venir. Al obispo le sorprendió tal actitud y le dijo que 

Él de su parte no veía inconveniente pero Felipe le dijo de las desavenencias y que veía mejor que donde nosotros estuviéramos ellos no venir. El obispo no entendió como después de 13 años siguieran tantos reparos y propuso que tuviéramos un encuentro. La verdad que cuando nos lo contó no nos sorprendió que aún estuvieran con estas cuestiones. Al enterarse que volvíamos a Filipinas lanzaron el grito en el cielo como si viniéramos a estas tierras a recoger el fruto de nuestro trabajo poniéndonos en contacto con la mucha gente que conocimos. Nosotros desde el principio actuamos con total discreción para no escandalizar a la gente que no podía entender lo que pasaba, pero no veíamos como después de tanto tiempo podían vivir con tantos miedos, trabajamos para el Señor y la gente es del Señor y no nos hacíamos ningún problema pero les manifestamos que no íbamos a trabajar en los lugares donde estuvimos que la viña del Señor es grande y lugar encontraríamos. 

Luego cuando se enteraron de nuestro posible destino en Malay Balay empezaron a poner objeciones de que en Cagayan de Oro, una diócesis vecina en la que trabajamos, tenían discípulos y que les podía afectar nuestra presencia allí. En fin como si siguiéramos con “la lepra” encima. Cuando al final nos venimos aquí a Pangasinan no nos imaginábamos que iban a continuar de esta manera pero el Señor ya dijo que los peores enemigos son los de la propia casa y que se enemistarán hermanos contra hermanos. Así que cuando el obispo nos lo contó le dijimos que por nosotros no veíamos ningún problema que si tenía alguna cuestión que quisiera saber. El nos dijo que le bastaba saber lo que sabía que no se preocupaba por “lo que había llovido” y que le interesaba nuestra situación actual y veía bien que nos encontrásemos así que lejos de ponernos a dar más explicaciones le dijimos que nos parecía bien. No esperábamos que tal encuentro se diera ese día pero sin duda fue la mejor ocasión. 

Por lo que se ve les había invitado el Fr Soc a Felipe y algunas hermanas a venir y sin que nosotros supiéramos nada nos los encontramos allí aquel día. En cuanto vi a Felipe antes de la celebración me acerqué muy amigablemente a él, hablamos un poco y después de la celebración nos sentamos en una mesa a comer el almuerzo que se había preparado juntos. Fue un encuentro cordial donde compartimos sin problema como nos iba como si no hubiera pasado nada. Les preguntamos por la salud de Jaime que nos habíamos enterado que le habían ingresado y por algunos hermanos. Creo que fue la mejor manera de hacer ver que no veníamos en plan de guerra sino de colaborar pobremente donde la Iglesia nos necesite caminando juntos con los hermanos que Dios nos ponga al lado.


Lámina 19
Malasiqui, el lugar donde “la intensa luz” se quedó






Ellos vieron la luz, la estrella,
que seguían desde Oriente
y el lugar donde se quedó



20.Tiempo de inculturización. La celebración de las fiestas en las capillas
Después de la Pascua no tuvimos tiempo de tregua porque vinieron toda la celebración de las fiestas de las capillas juntas. El 9 de enero había sido la fiesta de Jesus Nazareno en la New Chapel, el 1 de abril fue la fiesta en Old Nazareno, el 27 en Guilig, el 30 en Holy Cross y el 8 de Mayo en Fátima: el pueblo habían hecho el esfuerzo de adaptarse a lo nuevo que proponíamos y a nosotros nos correspondía el esfuerzo de adaptarnos a lo que ellos vivían. Para ellos era también los días más señalados del año y la manera de seguir celebrando la Pascua en un clima de fiesta. 
Las fiestas las preparan por todo lo alto misa, procesión, fiesta (libot) adornando las calles por donde pasa la procesión con banderitas procesión con banda con comparsa de tambores y clarinetes, ángeles, reinas, damas de honor, antorchas. Es la ocasión de “tirar la casa por la ventana” y “hacer de tripas corazón” para brindar lo mejo de lo mejor al Señor, nuestra Señora en acción de gracias por todo lo vivido. La primera en celebrar fue en “Old Nazareno” la capilla más antigua, de más tradición y con la que nos encontrábamos con más problemas desde el principio por toda la politización del “barangay captain”. Como ya la Pascua había significado un paso hacia adelante por nuestra parte queríamos que fuese un paso más hacia adelante. 

El capitán para ganarse al pueblo se puso a embellecer la capilla con una enorme fachada que quiso tener a punto para la fiesta. Por mi parte acudí varias veces a la novena que la empiezan a San José, luego a la Virgen y la terminan con Jesús Nazareno. Intente acercarme a Delia la sacristana su familia y vecinos para hacernos amigos. Aunque nos habíamos brindado para lo que fuera preciso, no sabíamos hasta el último momento ni siquiera nos invitarían. Vivían con mucha presión y miedo bajo las órdenes del capitán. Nos dijeron que recibiríamos una invitación pero esta no llegó y de palabra hasta el último momento para que les celebrase la misa. Aquel domingo se leyó el evangelio del encuentro de Jesús resucitado con los discípulos que se habían ido a pescar y les aguardaba en la orilla del lago con el desayuno puesto. “Es el Señor” fue la expresión de reconocimento del discípulo cuando vio al Señor. 

Yo lejos de entrar en polémicas valoré la fe de la gente sencilla que es capaz de vivir todas las situaciones con alegría en medio de las inclemencias. “Es el señor Jesús Nazareno” quien les da la fuerza para vivir el agotador trabajo de los campos, las enfermedades, el cuidado de la familia, la atención por el hogar para que a los niños no les falte lo indispensable. Valoré de corazón esa fe sencilla y pedí para que el Señor Jesús Nazareno nos la aumentara para descubrir su presencia y su necesidad entre nosotros. “Es el Señor Jesús” al que tenemos que reconocer y obedecer en medio de todas las otras voces. Luego compartimos con ellos y con el capitán la merienda nos fuimos a visitar a los enfermos, a la vuelta el almuerzo que prepararon como una especie de “locro” y la procesión por la tarde que con una enorme cantidad de niños alegraban la procesión. Me gusto que las imágenes que llevaban de San José, la Virgen y Jesús Nazareno las introdujeran en las otras capillas incluyendo la de “New Nazareno”. 

Por fin parecía que la vez del Señor era más fuerte que la del capitán. La celebración en Guilig fue en un ambiente muy familiar precedida por una fiesta baile por la noche en la plaza de la capilla donde celebramos el “Abot Abot”. Los niños habían preparado toda una serie de bailes y luego los más mayores, el grupo de “senniors citicens” incluso nosotros hicimos nuestro aporte. El barangay captain nos tuvo en la mesa presidencial presidiendo el festejo. “Holy Cross” se esmeró con carroza especial de la Reina y trajes y decoraciones de las otras reinas parecía un “Synulog” en pequeño. El Fr Fredy celebró la misa conmigo y nos invitó a cenar en su casa. La fiesta de Fátima fue la más sencilla pero a la vez la más emotiva. Yo llevé a la procesión la imagen de la Virgen que trajimos de Fátima y la paseamos por las familias en medio de todo el Barangay bendiciendo a los niños, los enfermos, las mamás embarazadas, etc. El Fr Filipo que había venido a compartir otros días con nosotros disfrutó.



Lámina 20
Our Lady of the Holy Rosary of Manaoag



Dejémonos de nuevo llamar
por la Virgen que llama



21.    La preparación del Pentecostés, retiros en las capillas con la instalación de reliquias

En medio de todo este clima festivo para recoger los frutos de la Pascua vimos de preparar la Fiesta de Pentecostés y del aniversario del nacimiento de la Iglesia como una ocasión más para unir las capillas. Aquí no estaban acostumbrados a celebrar esta fiesta así que se os ocurrió que podía ser la oportunidad de presentar la vida de los santos como testigos de la fuerza de la resurrección y entregar las reliquias que habíamos traído a cada una de las capillas.  Así que preparamos para el Pentecostés como una especie de “Via lucis”, procesión de la Cruz peregrinando por las capillas con la instalación de las reliquias de los santos en cada una de ellas. 

A Fátima les adjudicamos las reliquias de los tres pastorcitos de Fátima. A Holy Cross las reliquias del Beato Lolo. A Guilig las reliquias de la Beata Madre Teresa, a Old Nazareno las del Beato cura Brochero y en New Nazareno las de Sta Teresita de Liseux. Propusimos un retiro para presentar la vida de cada santo en cada capilla como preparación del Pentecostés. En estos retiros llevamos las reliquias y presentamos la vida de los santos, el denominador común de todos ellos era como habían mantenido su fe de manera ejemplar en medio de la contradicción de la persecución, a enfermedad, el sufrimiento. Todos habían pasado por “su noche oscura” y en medio de la noche como fulgurante estrella habían hecho resplandecer la fe, la luz de Cristo. Teníamos presente tantas vidas que tenían que vivir su fe en medio de situaciones muy duras como por ejemplo Lory, otra mamá que habían perdido a su marido Henry también muy joven cuando apenas llevaban muy poco tiempo casados con una niña de meses o alguna que había perdido a su hijo Caeg casi recién nacido. 

Después de la presentación de sus vidas invitábamos a un momento de adoración del Santísimo que exponíamos junto con las reliquias como pertenecientes al mismo “Cuerpo de Cristo”. Luego dábamos a besar las reliquias a la gente que iba pasando de uno en uno. En todas las capillas hubo muy bien acogida agradeciendo tan especial regalo excepto en la capilla de “Old Nazareno” donde el “barangay captain” hizo como una “arenga” como si fuéramos a cambiarles los santos de su devoción. Le dijimos que este no era nuestro propósito que valorábamos los santos de su devoción y que simplemente queríamos enriquecer su fe con el legado de los santos que nos habían dado en los lugares de dónde veníamos. Acogimos no obstante la propuesta de presentar posteriormente la vida de los santos mártires filipinos San Lorenzo Ruiz y Pedro Colongsod. Nos dábamos cuenta que “seguían las espadas en alto” y que debíamos de insistir al Espíritu Santo por el fruto de la unidad. 

La preparación del pentecostés acontecía además en los momentos de la previa antes las elecciones presidenciales donde la Iglesia especialmente a través del arzobispo Fr. Soc invitaba a la oración frente al Santísimo pidiendo por la unidad y la paz en todo el país. Así que se unían todas situaciones para rezar juntos y pedir al Señor que envíe su Espíritu Santo sobre la faz de este pueblo para que enderece todo lo torcido y renueve y reconcilie los corazones para que sea su amor lo que presida todo, por encima de todo.



Lámina 21
Misioneros de la Misericordia, movidos por el corazón misericordioso de Jesús







Inaguremos con nuestra vida
la misión de la Misericordia



22.    La celebración del Pentecostés

Era nuestro primer Pentecostés, nuestro primer aniversario en esta Iglesia local de Filipinas y sentíamos que Dios nos llamaba a  celebrarlo como toma de conciencia de cuál era nuestra misión en este lugar. Poco a poco íbamos percibiendo la necesidad de mayor comunión entre nuestras capillas. La celebración del Pentecostés, aniversario del comienzo de la Iglesia, se dio en medio de un clima donde finalizada la campaña electoral el pueblo vivía con expectación frente a las nuevas elecciones. Se prestaba pues a un clima de oración para que el Espíritu de Jesús cambie la faz de esta tierra Filipinas y la conduzca hacia la plena manifestación de los hijos de Dios (Halika Espiritu Santo. Kailangan ko sa inyo): “He escuchado el clamor de este pueblo. Los sufrimientos del tiempo presente responden a la nueva gestación de un pueblo que clama justicia y espera con impaciencia que Dios descorra el velo de la gloria de sus hijos para vivir libres de toda corrupción en la libertad de los hijos de Dios”. 

La celebración unía el espíritu de peregrinación, oración y celebración. Para no hacer muy grande el recorrido se congregó a la gente en la capilla de Fátima a las 6.00 pm cuando empieza a atardecer y para aliviar el camino se puso la gran Cruz en un carretón. La gran Cruz volvió a congregarnos y unirnos en un solo corazón. Allí se hizo una motivación de la celebración de la Vigilia de Pentecostés como aniversario del nacimiento de la Iglesia se cantó el Veni Creator Spiritu y una secuencia al Espíritu. 

Se leyó la lectura de Babel y de los Hechos narrando la venida del Espíritu a los apóstoles, después se procedió a la instalación de las reliquias de los tres pastorcitos de Fátima leyendo un extracto de su vida luego se canto un canto a la Virgen donde se repite el Adiós que le dimos con los pañuelos como se suele hacer en Fátima. Con los niños tomaron las antorchas que preparamos con los frutos del espíritu e se inicio la peregrinación con la gran cruz hasta Holy Cross

Allí se volvió a cantar una estrofa del Veni Creator Spiritu y una secuencia al Espíritu. Se leyó un breve extracto de la vida de Lolo y se instalaron sus reliquias en la gran Cruz. Como signo los niños entregaron unos ramos de flores que pusimos en el carretón que llevaba la gran Cruz. Se continuó la peregrinación por la Rail-road, allí esta vez no les pilló de sorpresa, muchas familias habían colocado sus altarcitos y salían a ver la procesión de la gran Cruz con las antorchas. Yo me paraba a bendecir a las familias. Cuando llegamos a Guilig volvimos a cantar con la secuencia al Espíritu luego se leyó un extracto de la vida de la Madre Teresa y pusimos su reliquia en la gran Cruz. Como gesto nos dimos la paz. Cristo es nuestra paz y ha derribado el muro que nos separaba. Continuamos la peregrinación hacia la Old Nazareno

Allí después del canto y la secuencia se leyó un extracto de la vida del Cura Brochero y se instaló su reliquia en la gran Cruz. Como signo se colocaron junto a la Cruz unas piedras dando a entender que nosotros somos las piedras vivas del Templo de Dios. Por último la peregrinación continuó hasta la capilla de New Nazareno donde con el mismo ceremonial se instalaron las reliquias de Santa Teresita de Lisieux. Motivamos su deseo de continuar su misión desde el cielo haciendo descender una lluvia de rosas. Así que la capilla se llenó de pétalos de rosas que con su fragancia nos dio a entender lo que le gusta a Dios una vida a él entregada. Por último en la explanada de la capilla se encendió el fuego como signo de la presencia del Espíritu y se invitó a que la gente en oración se abriera a su acción para llevar a cabo juntos la misión que hoy nos confía.


Lámina 22

La celebración de nuestro primer aniversario





Recobrar la alegría y el estupor de la llamada
volviendo al primer amor
Sentir que Dios nos llama
para esta tarea evangelizadora
para este tiempo y
para este lugar



23.    La gran Cruz de la misericordia, lugar de encuentro. Peregrinando durante el año.

Fue una alegría muy grande que nuestra iniciativa de la gran Cruz fue promovida a nivel nacional en Filipinas. En Nueva Ecija el delegado de la juventud Padre Richard que había participado en las jornadas mundiales de la juventud y muy interesado en el acercamiento del Youcat a los jóvenes filipinos consciente de que los jóvenes  en general no podían acudir a las jornadas tuvo la iniciativa de hacer la cruz de los jóvenes para que fuera recorriendo las distintas diócesis de Filipinas. 

Con motivo de la celebración del año de la misericordia hizo una Cruz de la Misericordia con reliquias de Tierra Santa y las obras de la misericordia grabadas en la cruz para que fuera peregrinando entre los jóvenes. El Youcat filipino en cooperación con la CBCP promovió la peregrinación nacional de la Cruz de la Misericordia. Nosotros con ese motivo fuimos invitados a participar en dos jornadas en Lingayaen la primera misión de Pangasinan, una por la mañana ante ochocientos jóvenes en Columban´s College y otra por la noche en una vigilia de oración en la co-catedral de la Epifanía de Nuestro Señor. Fue precioso ver a tantos jóvenes tan abiertos a recibir el soplo de esta nueva llamada a la revolución de la ternura para con la misericordia sanar las heridas de nuestro mundo. 

Nosotros por nuestra parte vimos que la gran Cruz que utilizamos en la Pascua revestida ahora con las reliquias de los santos podía además ser revestida de las obras de Misericordia para pasar a ser la gran Cruz de la Misericordia que presidiera todas las celebraciones durante el año. Así que siguiendo el formato tomado por el Padre Richard donde cada obra de misericordia recoge aspectos del pueblo filipino las trasladamos a nuestra gran Cruz. La gran Cruz de la Misericordia propusimos que peregrinara por todas nuestras capillas y llevarla con todas las capillas en nuestra peregrinación a Managoag el primer sábado de Noviembre. Tenerla en la capilla de New Nazareno hasta el final del Año Santo de la Misericordia en la Fiesta de Cristo Rey. Llevarla a Fátima hasta la Fiesta de Epifanía como final de la Navidad. Llevarla a Holy Cross hasta el Miércoles de Ceniza. Llevarla a Guilig hasta el Domingo de Ramos. Llevarla a Old Nazareno hasta Pentecostés donde volvería a la capilla de New Nazareno. Así propusimos que fuera rotando por todas las capillas derramando su bendición y haciendo de puente de comunión. 

La gran Cruz de la Misericordia se llenó de luz color y vida llenándose de los frutos de la vida de los santos y teniendo en el centro el corazón ardiente de Jesús. Orar con ella es como visualizar todo el Cuerpo de Cristo, la Iglesia triunfante en los santos y militante en esta tierra. Nos remite a todas las situaciones donde Jesús en nuestro mundo nos da a entender su tengo sed de Misericordia. Al quedar todas las capillas reflejadas en la gran Cruz nos hace descubrir la sed de comunión. Todos estamos en él y también  a nosotros nos llama a vivir unidos en él en un sólo corazón. 

La verdad es que cada vez nos dábamos cuenta que este era nuestro año para encarnar el Espíritu de la Misericordia en este lugar como una especie de tornado que abrasa con su amor por cuanto todo lo que toca. A medida que uno trata de poner en práctica su misericordia abriéndonos a las necesidades de nuestros hermanos él iba abriendo nuestros corazones a otras realidades y necesidades capacitándonos para hacerla llegar hasta los rincones más oscuros y ablandar los corazones más endurecidos. El ejemplo más claro era el propio barangay captain al que poco apoco nuestra actitud persistente de cercanía y amabilidad iban horadando las capas de su corazón.



Lámina 23
Poner el sólido fundamento de su amor y su misericordia





Quien quiera lanzarse a tal empresa
debe poner un sólido fundamento
para llevar a término su obra



24.    El tiempo del antes durante y después de las elecciones

El tiempo preelectoral fue vivido con gran expectación. Nuestro padre obispo Socrates B. Villegas la reunión del clero anterior a las elecciones invitó a un grupo de Manila para hacer una semblanza de los candidatos y ayudar a la gente a votar con criterio y conciencia responsable. Previo a las elecciones envió una carta pastoral que fue leída en la homilía del domingo anterior a las elecciones llamando a una elección responsable frente a quienes promueven valores totalmente contrarios al evangelio, sin citar nombres hacía clara alusión a las propuestas de Duterte. Pidió que durante la semana previa se tuviese una hora de adoración frente al santísimo. 

No obstante la elección del 9 de Mayo fue ganada por Rodrigo Duterte con una gran mayoría, sacando la ventaja de más de 6 millones de votos sobre su más cercano rival. Tras las elecciones la siguiente reunión del clero nuestro padre obispo hizo un llamamiento a un examen de conciencia de porqué una nación mayoritariamente católica había votado con vasta mayoría a Duterte. Si bien remarcó como la gente asiática se deja llevar más por los sentimientos que por la razón y se adolece de una reflexión crítica y madura hizo un llamado a la conversión de cómo se había acompañado a la gente a formar las conciencias y hasta qué punto la gente siente cercana la Iglesia como defensora de sus principios. Sin duda se percibe preocupación por el tiempo que se avecina con el nuevo gobierno en su fuerte oposición a la Iglesia. 

El pueblo debería tener más memoria histórica de lo que aconteció en el pasado, haciendo alusión a la revolución del Rosary power en EDSA de la que fue testigo pivilegiado. Las reacciones no tardaron en llegar. Rodrigo Duterte como ganador de las elecciones hizo fuertes declaraciones contra la Iglesia: “La Iglesia es la más hipócrita de las instituciones, muchos obispos y sacerdotes violan su voto de celibato conviviendo con mujeres, los obispos son unos corruptos por pedir favores a los políticos y valerse de su posición”. Criticó al Padre obispo como presidente de la CBCP intentando persuadir a la gente para que no le votasen ironizando: “Mirad el caso que le han hecho y como sus intentos fueron incapaces de pararme”. Continuó con fuertes críticas frente a la Iglesia a la que declaró no defensora del pueblo: “Mientras que muchos no tienen lo suficiente para comida o medicinas ustedes disfrutan de las colectas de la gente, no les da vergüenza, hijos de…, desde el primero empezando por el Papa hasta el último son todos unos hijos de…”. El que se jactaba en su campaña de acabar con el crimen organizado en sólo 6 meses si era elegido se levantaba como una fiera deseoso e hacer rodar las cabezas antes de tiempo: “Si Dios quiere que ocupe el puesto presidencial los miles de muertos y desaparecidos durante su gobierno en Davao el periodo 1998-2015 se multiplicaran por cien en millares”. 

El arzobispo de Cagayan de Oro Antonio Ledesma en una carta pastoral en el tiempo preelectoral declaraba como entre los muertos por el Davao Death Squad se encontraban 132 menores de 17 años. Tras las fuertes declaraciones, la CBCP adoptó la postura de guardar silencio hasta el 30 de Junio fecha de la inauguración del nuevo gobierno. En otra carta  enviada al clero nuestro padre obispo explicaba la razón del silencio: “este silencio no es el de los cobardes que tienen miedo a la verdad, responde al silencio del Cordero que se ofreció sin abrir la boca ante sus trasquiladores, es el silencio de Jesús ante la arrogancia de Pilatos, es el silencio de quien implora la paz y rechaza el uso de la violencia, que respeta y pide por los enemigos. Que Dios nos de la sabiduría de cuando tenemos que hablar y cuando que guardar silencio”. 

Nos pidió que se rezara una oración imperata por el próximo gobierno antes de su inauguración. Sin duda se avecinan tiempos difíciles para la Iglesia en Filipinas que hacen entender más la llamada del Papa Francisco en este año jubilar de la misericordia para que la Iglesia viva estos momentos como tiempo privilegiado cómo llamada a la conversión para que dese una Iglesia más pobre y humillada sea testigo de la misericordia como único remedio de eliminar el mal de nuestro mundo. Me ayudó mucho ver la actitud del Fr Soc y de la CBCP que lejos de entrar en una confrontación se dispusieron a mantener una actitud de diálogo para favorecer un encuentro fraternal que limara asperezas y facilitara un acuerdo de colaboración buscando el bienestar y bien común del pueblo y sobre todo los más pobres.



Lámina 24

La vivencia de la Pascua. El núcleo y centro de nuestra fe




Este es mi Cuerpo
entregado por vosotros,
Haced esto en memoria mía




25.    La ordenación del Fr. Ric como obispo y su instalación en Tarlac

La ordenación de Most Rev. Enrique de Vera Macaraeg, entre nosotros Fr Ric, el muy querido padre párroco de St Idelphonse Parish en Malasaqui, fue en medio de todo e cima controvertido de dimes y diretes frente a las fuertes declaraciones de Duterte frene a la iglesia y en concreto frente l Fr. Soc. En medio de este clima fue como un balón de oxigeno y una ráfaga de aire fresco en medio del supor reinante. El padre Ric vicario general y Vice canciller fue muy querido por todos los sacerdotes de la archidiócesis y fue el padre que Dios dispuso a través del Fr. Soc para que nos introdujese en nuestra nueva estación pastoral. Desde un comienzo fue como intermediario de Dios una persona que nos mostró una gran acogida y supo estar atenta a nuestras necesidades para que nos sintiéramos en casa. Su elección como obispo de Tarlac la vivimos como un detalle de Dios para con este pueblo tan querido. 

La ordenación en el mes de la Virgen, el 24 de Mayo en la fiesta de María auxiliadora de los cristianos, presidida por los obispos de Lingayen Dagupan, el emérito de Tarlac y el de San Fernando La Union con más de cincuenta otros obispos y multitud de sacerdotes de las dos diócesis fue muy emotiva. Sin proponérmelo fue el día que compartí con Fr Elmer el que sería propuesto como nuevo obispo auxiliar de nuestra archidiócesis. En la segunda lectura de la carta de Pablo a los Filipenses se leía “Para mí la vida es Cristo”, este era el lema de su emblema episcopal responden a todo un programa de vida: “Mi vida es Cristo, mi amor es Cristo, mi misión es solamente Él, Jesús es todo para mí. La plenitud de vida está en Él, la verdadera paz y alegría. Todo en Él comienza y termina, El es mi amor mi único amor”. 

Durante la homilía Fr. Soc enfatizó en la etimología de Malasiqui. Lasi en Pangasinan significa rayo de luz y Ma lasi qui  el lugar de la intensa luz, donde la intensa luz se quedó, Fr Ric fue testigo de esa Luz. Fr Ric es un obispo de la tierra de la intensa luz, un signo viviente testigo del Evangelio que quiere hacer presente la luz de Cristo. La luz de Cristo que ha estado presente en Malasiqui ahora ha sido puesta en el candelero para que alumbre como sucesor de los apóstoles a todo el pueblo de Dios. Tras una misa de despedida en su antigua parroquia de St. Idelphonse  y una emotiva caravana de despedida, la instalación canónica como nuevo obispo de Tarlac fue el 31 de Mayo. A la celebración acudió el Fr. Soc, el obispo emérito de Tarlac y el arzobispo Florentino Lavarias, entre otros. 

Hubo una introducción del nuncio y la homilía fue dada por Florentino Lavarias remarcando la función del obispo como buen pastor en la guía de su pueblo. El buen pastor no tiene miedo en perder su vida por las ovejas. Finalmente habló el obispo emérito Florentino Cinense y el nuevo obispo Fr. Ric quien remarcó en dedicarse a la guía de todo el pueblo de Tarlac y especialmente a los jóvenes y a los pobres.



Lámina 25
Cristo nos revela el hasta donde de la misericordia de Dios para con todos      





Este es la copa de mi sangre,
Cristo ofrece su vida,
su sangre por nosotros
Ese es el precio al que
fuimos comprados


26.    Las visitas a los enfermos

El Año de la Misericordia lo queríamos vivir ejercitando sobre todo la visita a los enfermos a los más vulnerables. Aunque estábamos siempre abiertos a las urgencias que se presentaban en cualquier momento teníamos sobre todo regularmente los miércoles después de la misa en Guilig y los fines de semana, sábado por las mañanas en la zona de Alacan este y domingo después de misa en la zona de Alacan oeste. Era un medio de llevar el consuelo de la presencia sacramental de Jesús y de encontrarnos con él en la presencia de los propios enfermos. 

En Guilig se sumaban Ching y las santas mujeres entre ellas Sophi, en Alacan este la fiel e incondicional Lory y en Alacan oeste el grupo misionero entusiasta de chicos chicas y niños capitaneadas por cuya Edwin. Las visitas empezaron con todo un ritual que habían preparado las misioneras en Tagalog con todo detalle. Luego se fue modificando con el paso del tiempo incorporando cualquier excusa para llevar también la imagen de la Virgen y cuando venían los niños aprovechar con sus cantos y oraciones en Pangasinan. 

Las visitas generalmente las hacíamos siguiendo un recorrido que parecía la letanía de los santos, Santa Maria Corazón, San Luis, Sta Potenciana, Sta Priscila, San Agustín, Sta Corazón por un lado y Lolo Juan que jocosamente llamábamos “lolo one”…lolo two…lolo three, Lolo de Dada, lola Lidia, etc. Los había ciegas Priscila y  Lidia con su “Little tigre”, lolos de Dada y Juan con oxigeno y tratamiento, Jaime y Luis con rehabilitación del “strock”. Inmovilizados Agustín y Potenciana. La mayoría mayores entre cincuenta, sesenta, setenta y plus, Potenciana nuestra “Little Princess” con ciento tres años. A nuestro paso nos acercábamos a los niños y las familias y era una manera de misionar sin palabras con gestos y expresiones de cariño. Era enternecedor cada vez que llegábamos nos recibián con expectación como si esperasen el encuentro toda la semana. En algunos casos como Agustín o María Corazón nos sacaban unas galletas y un refresco y parecía una reunión de familia con su mujer sus hijos y nietos. Priscila también con su hija y sus nietas. Cuando llegábamos a casa de Potenciana teníamos que cruzar entre vacas, carabaos, cerdos, patos, gallinas, gatos, perros que formaban parte del “Arca de Noé”. 

Era un momento especial para orar con todos y acercar a todos la presencia de Jesús. De manera muy especial descubrimos la presencia de Jesús en Geny una chica de unos 25 años que parecía de 15 por su retraso y enfermedad cerebral. No podía hablar ni caminar, apenas gateaba como un bebe. Cuando visitamos por primera vez llevando la Virgen nos dimos cuenta de su gran sensibilidad y tremenda fe. Uno percibía algo misterioso, la fe es un sentido superior a la razón. Puedes perder el habla, la vista, incluso la razón y mantener una fe muy grande. Este era el caso de Geny. La preparamos para recibir la comunión que no recibía por su condición mental y no poder acudir a la Parroquia. La recibió con enorme alegría y no había persona que desear más recibir la comunión que ella. Le regalamos un rosario que nos dieron las Poor Sisters of Claire y desde entonces lo lleva colgado en su pecho como el mejor “collar de perlas” que  hubiera recibido. Verdaderamente de los pequeños es el reino de los cielos y te invitaban a la conversión. Yendo a visitarlos salías tú mismo evangelizado por ellos por su pureza y grandeza de corazón.


Lámina 26

Cristo es nuestra paz, el ha hecho de los pueblos enemistados un solo Pueblo





Sana Señor las heridas
de nuestros corazones,
de nuestros pueblos
y danos un corazón nuevo,
un Espíritu Nuevo



27.    Misionando las familias más apartadas con los niños

El tiempo de vacaciones se prolongaba con los niños hasta final de Mayo coincidiendo este mes con el mes de María. En nuestra capilla de Alacan Conchang poco a poco con los niños se fue formando un entusiasta grupo misionero. Se reunían a rezar todos los sábados en la capilla y luego se prestaban ansiosos a cualquier actividad. Se empezó con ellos con algunas catequesis y formaciones que recibían como esponjas y pronto nos dábamos cuenta que disfrutaban cuando les invitábamos a misionar visitando familias o enfermos. Así que aprovechamos el Mes de Mayo y la fiesta de nuestra Señora de Fátima y del Sagrado Corazón de Jesús y de María para misionar llevando las imágenes a las casas y propiciando un tiempo de oración en familia. 

En nuestra visita a Managoag trajimos más imágenes de la Virgen para poder misionar con ella. La verdad que los niños que conocían el barrio como nadie eran los mejores emisarios, te conducían por todos los entresijos hasta ntroducirte por todos los rincones sin ningún reparo. Era la ocasión sobre todo con ellos de “romper el hielo” con el sector de la “Old Nazareno” que costaba tanto y de misionar sobre todo la parte oeste de nuestra capilla de “New Nazareno” hasta Cubol. La invitación para misionar fue recibida con enorme alegría. Solíamos hacer dos grupos grandes repartiéndonos la visita a las familias unos de la mano derecha del camino hacia  Cubol y otros las de la mano izquierda. Ibamos cantando y bailando como los juglares del evangelio de la alegría que hacía recordar los tiempos del “Poverello de Asís”. Eran incansables deseosos por llegar a los rincones más pobres y alejados. 

Nos introducíamos por senderos de barro hasta acercarnos a lugares pobrísimos con casas de nipa, de cañas de bambú sin piso en mitad del barro y de las vacas y caravaos, los cerdos, las cabras y los patos. Cantábamos el canto de San Francisco “laudato si”el esplendor de la creación con los pájaros “pío pío”, con los patos “cua cua”, con las gallinas “ki ki ri ki”, con las vacas “muum muum”, con los cerdos “guog guog”, con los sapos “cruag cruag”. Las pobres familias nos recibían con asombro y gran apertura de corazón. Invitábamos a toda la familia incluyendo a los niños, os juntábamos a rezar con ellos, visitábamos a los que tuvieran enfermos y bendecíamos a todos dando a besar a imagen de Jesús “papa Jesus” y María “Mama Mary”. 

Las oraciones llevadas por los niños en pangasinan eran combinadas por cantos y hasta los pájaros y los grillos se unían al júbilo y alegría. Fue como un recuperar con los niños el frescor genuino del evangelio revelado a los niños. Uno entendía el reclamo de Jesús de que de ellos es el reino de los cielos y que si no nos hacemos como ellos nos perdemos experimentar la alegría del evangelio. Las barreras y cerrojos que no éramos nosotros capaces de romper se iban derribando uno a uno en aquellos corazones que sedientos de Dios se abrían al anuncio del Reino.




Lámina 27
Volver a nuestro común origen




Jesús ha venido
a restaurar nuestra identidad
de hijos y de hermanos
Todos somos parte de la misma Familia de Dios



28.    Iniciando las escuelas de la Palabra, “bible sharing” con los niños

Aprovechando ese tiempo de vacaciones donde los niños andan por las casas sin saber mucho qué hacer vimos que quizás era bueno iniciar un sencillo Bible sharing para que a través de ellos se animaran también los jóvenes y las mamás pues la excusa de los niños congregaba también a algunos jóvenes y mamás. Aunque se había arrancado con el grupo misionero de Alacan Cochang que empezaban a compartir algunas experiencias en la misa, iniciamos el experimento como tal en “sitios” muy pobres de Guilig, en Mabolo con la familia Ferrer y en Combo con la familia de Maribel. Eran “sitios” donde se reunían naturalmente familias muy afines muy pobres que trabajan en los campos. La experiencia fue muy buena pues efectivamente la Palabra del Evangelio iba cayendo como agua fresca en los corazones de aquellos niños que poco a poco les hacíamos acercar a las capillas para que expusieran a todos su experiencia. Las más valientes y espabiladas eran las niñas que las mamás vestían como de primera comunión como si se tratara de acudir a una entrega de diploma de graduación. Nosotros y los más mayores quedábamos perplejos de su soltura espontaneidad y profundidad volviéndose a confirmar que de los pequeños es el Reino de los cielos. 

El experimento siguió en Fátima con el grupo de niños que animaba Lory entre ellos sus sobrinas, en Holy Cross también con un grupo de niños que incluía alguno de la “Rail road” y por supuesto los fieles del grupo misionero de Alacan Cochang. A la par para que esto sirviera como foco de irradiación vimos bueno tener algunas eucaristías en los “sitios” de Mabolo, Combo y Rail road pues muchas de las familias por su laborioso trabajo no acudían a las capillas los días que teníamos pautados entre semanas. Fueron experiencias muy bonitas donde palpábamos su apertura de corazón y cómo agradecían enormemente que nos acercásemos a ellos. 

Esta iniciativa nos hizo pensar en la necesidad de un acompañamiento catequético de los niños para prepararse para recibir los sacramentos. Muchos de ellos no habían recibido la primera comunión y en la Escuela primaria de Alacan era muy deficiente y muy de año en año. A través de Teresa empezamos a lanzar el llamamiento de profesoras retiradas que dispusieran de ganas y tiempo para dar catequesis en la Escuela primaria. Surgio un grupito que acudieron a un seminario intensivo que se preparó en Bayanbang y se habló con el Principal de la Escuela para ofrecer catequesis este año. Igualmente Ana y Belén vieron bueno ofrecer en el National College catequesis de confirmación para los jóvenes con la intención de ir formando de entre ellos un grupo misionero de jóvenes. Se hablo con los responsables y se programó para arrancar este año también teniendo en el College misas mensualmente. Era la forma de tener durante el año un grupo con los que se pudiera trabajar y acompañar más a fondo para que a su vez ellos pudieran animarse a ayudarnos en la misión. De nuevo fue experimentar como a través de meros intentos iniciales. Dios nos abría caminos insospechados para la evangelización en este precioso lugar que nos había encomendado.



Lámina 28
El Cristo de los pobres




Venid a mi todos los que estais
cansados y agobiados (Mt 11, 28)


29.     Las escuelas de la Palabra, “Bible sharing”, con los adultos, inicio incipiente de las BEC

Toda nuestra labor misionera en este año inicial estaba en germen. Se trataba de plantar los retoños que un día veremos florecer. Desde un ir trabajando con los más pequeños jóvenes y adultos, nuestro sueño era ver florecer un día una infancia misionera, grupos de jóvenes y adultos misioneros y familias misioneras que nos pudieran ayudar a llevar a cabo juntos la misión. La mies es mucha y los obreros pocos. La iglesia de Filipinas a través de la CBCP después del PCP II vio muy necesario empezar a trabajar la formación de los laicos a través de la creación de BEC (Basic eclesial communities). 

La misma diócesis había lanzado un programa “Pananabangan” para alentar a este espíritu de construir juntos la comunidad un espíritu de comunión misionera. Así que movidos por tal “soplo” del Espíritu después del trabajo que habíamos iniciado con los niños y los jóvenes en su tiempo de vacaciones una vez que arrancaron las clases veíamos que era el tiempo, la oportunidad de ofrecer semanalmente escuelas de la Palabra para ayudar a las personas a escuchar a Dios poniéndonos a la escucha de su palabra y compartir la experiencia de Dios con los hermanos. 

En Dagupan las misioneras acudieron a un seminario con algunos jóvenes que se daba como animación misionera para jóvenes. Se daba el seminario especialmente para animadores “facilitators” que luego pudieran ellos repetirlo en sus grupos parroquiales. Con este pequeño grupo en nuestra pastoral station propusimos una primera convivencia de jóvenes. Habíamos acudido también a un pequeño seminario promovido la CBCP por y organizado por la Philippine Bible Society para “facilitators” y catequetistas que pudieran difundirlo. Se trataba de un programa de difusión de la palabra de Dios: FCBH (Faith Comes by Hearing), ofreciendo material para trabajar con la gente en su propio idioma el “pangasinan”. 

En general la Iglesia en Filipinas ve la necesidad de promover BEC (Basic Eclesial Communites) y la diócesis viendo la carencia en este sentido intenta promover Bible Sharing o Bible Listening Group. Nosotros recogíamos este llamamiento y vimos que después de ir conociendo el terreno que pisábamos era la ocasión propicia para poder ir avanzando en pasos con nuestra tarea evangelizadora. En la experiencia con los niños nos dábamos cuentas que sobre todo en las madres se despertaba mucho interés por lo que los niños hacían y lo que ellos empezaban a vivir y compartir.  Así que este fue el detonante y arranque de las escuelas de la Palabra. En Alacan Cochang iniciamos   los grupos de “Bible sharing” con los adultos. 

En general eran grupos de gente muy sencilla que se abrían por primera vez a esta experiencia nueva para ellos. Como en ellos es muy fuerte la experiencia de fe se iban venciendo poco a poco las barreas del idioma y de la vergüenza inicial por un compartir sencillo pero muy rico de lo que ellos van viviendo. Era un contagio mutuo de fe y de vida de los que todos salíamos bendecidos y enriquecidos como la multiplicación de los panes y los peces tras el mandato de Jesús a que se sentaran a compartir “por grupos”. Finalmente tras bastante trabajo por congregar a los miembros del “pastoral council” de cada capilla pudimos hacer también nuestro “Pananabangan”. En el nuevo barangay hall lo dio un equipo asignado por la diócesis donde estaban Susane y Bety de coordinadoras, Bety Soriano, Corona, Celia etc. Trataron de infundir este espíritu de comunión invitando a compartir time-talents and treasures.



Lámina 29
Construyendo juntos la Comunidad




La Iglesia es misterio de comunión y misión,
Vivamos juntos la espiritualidad de comunión
para juntos llevar a cabo la misión



30.     La escuela de la Misericordia para los más cercanos

El sábado siguiente a la celebración de mi cumple en julio arrancamos con una escuela de la misericordia con adultos. Fue en medio de la lluvia y pleno paso del “tifón Botsoy” pero veíamos que no debíamos poner límites a querer infundir este espíritu de Misericordia. Se trataba de aprovechar el llamamiento del papa Francisco para toda la Iglesia y de proponerlo para la gente de nuestras capillas a la vez de dar de beber de la espiritualidad más propia de la comunidad para que ellos se sintieran llamados con nosotros y como nosotros a ser misioneros de la misericordia una comunidad que encarne la misericordia de Dios en nuestros barrios. Para sacar fondos para el techo de nuestra capilla diseñamos unas camisetas con la imagen de la Virgen de Managoag y por detrás un texto de la Bula del Papa Francisco que decía: “no nos cansemos de ofrecer misericordia”. 

Este fue precisamente el lema de nuestro arranque con esta pequeña escuela. Si bien por la lluvia no fueron muchas las personas que acudieron fue como una manera de arrancar con espacios de formación para personas que veíamos podían ayudarnos a llevar a cabo la misión que Dios nos confiaba. Todos comenzaban las clases y nosotros queríamos también ofrecer mensualmente unos espacios formativos para la gente más cercana y que más pudiera captar. Los adultos que venían se veían animados por los niños que venían de misionar las familias con nosotros en medio de la lluvia cantando con inmensa alegría. Echamos en falta algunos que por la lluvia no pudieron venir sobre todo a Lory cuya enfermedad estaba ya muy avanzada. Quisimos transmitir el impulso misionero que el Papa está haciendo hoy a la Iglesia y el acento tan grande en la misericordia. No se trata de algo accesorio sino esencial como el centro del evangelio. Más que hacer obras de misericordia se trata de pasar a ser misericordiosos como el padre es misericordioso. Se trata pues de nuestra más profunda identidad, nuestra identidad de misioneros de la misericordia, de una comunidad, una iglesia, un pueblo, una nación donde nuestra identidad más profunda sea la misericordia. 

Teníamos la gran cruz de la misericordia presidiendo el primer encuentro. Tras la formación tuvimos un rato de oración. Trajimos al Santísimo y lo expusimos junto a la gran cruz para que todos pudiéramos sentir la llamada que Él nos hacía en la situación de nuestra iglesia y nuestro mundo de hoy a no tener miedo a dejarnos tocar transformar y llevar por la misericordia a que no nos cansemos de ofrecer la misericordia como la medicina capaz de sanar las heridas de división latentes en nuestro mundo. Teníamos de fondo las situaciones tan dolorosas vividas no solo por toda la situación de los emigrantes procedentes de Irán o de países de África donde a vida es amenazada sino lo ocurrido recientemente en Bangladesh, Turquía o Francia en tantas víctimas hoy de la locura del terrorismo y más de cerca toda la situación latente también aquí en Filipinas no solo en Mindanao sino en la ola de violencia y de muerte que se expande queriendo eliminar la muerte con la muerte. 

El mundo necesita un cambio y ese cambio debe de empezar por nuestras vidas. Necesitamos ser tocados y transformados por la misericordia de Dios para poder mirar el mundo y las situaciones de hoy como una oportunidad y gozosa esperanza.



Lámina 30
Visitando las familias





Caminando al lado de los más pobres y vulnerables
para que nadie se sienta excluido

31.    Celebraciones, aniversario, cumple y visita del Obispo
Los filipinos nos enseñan a celebrar los acontecimientos más importantes de la vida. Para  la celebración de nuestro primer aniversario de nuestra segunda llegada a Filipinas eligimos dos de los lugares más significativos de la iglesia de Pangasinan: el shrine del Divino Tesoro en Calasiao y el shrine de Our Lady del Santo Rosario en Managoag. Quisimos celebrarlo de manera especial dando gracias. Primero fuimos a Calasio al shrine del Divino Tesoro e iniciamos allí un rato de oración viendo a tanta gente pasar a recibir gracia besando y abrazando al Cristo que les ha acompañado en tanto momentos dolorosos, incendios, terremotos tififones. Allí estaba como victorioso de tantas batallas brindándonos su cobijo protección y ayuda. Luego nos fuimos al santuario de Managoag para agradecer al Señor todo lo vivido a la Madre su asistencia y socorro y seguir poniendo nuestras vidas y esta fundación bajo su manto. 

Otro momento muy bonito fue la celebración de mi cumple. Mi manera de ser no es la de celebrar mucho especialmente las fechas más personales. Diríamos que desde que entré misionero había quedado a celebrarlo con Jesús a nivel más íntimo y privado. El convivir con el pueblo filipino nos hacía entender que estas ocasiones son las propicias para estrechar los lazos familiares. 

Es impresionante ver como desde las familias más pobres son capaces de “tirar la casa por la ventana” para invitar a propios y a extraños a celebrar cualquier aniversario. Es el espíritu acogedor festivo y celebrativo propio del pueblo filipino. Acercándose la fiesta de mi cumpleaños pensando en cómo ellos celebran estas ocasiones nos dimos cuenta que era también la ocasión propicia para estrechar los lazos entre las capillas y con la nueva familia de Dios que dios nos había dado. Así que alentados por el interés que mostraban los niños en querer festejar este día nos lanzamos a poder aprovechar el momento y vivirlo como una auténtica misión. 

La preparación fue muy bonita con las mamás y los niños. Las primeras se brindaron a colaborar en la comida que en estos eventos se ha de multiplicar sobremanera y con los niños llenos de entusiasmo empezamos a decorar la casa y la capilla para llenarla de banderitas y corazones haciendo alusión a todas las capillas. Era mostrar como Dios nos ensanchaba el corazón para acoger y estrechar a todos en un cordial abrazo. La celebración del cumple la celebramos en dos momentos. El primer momento fue en Guilig, la capilla del barrio más alejado, y que les era muy difícil trasladarse a la capilla donde yo vivo. 

Allí iniciamos con una misa seguida con un “feed program” para los niños más pobres y una pequeña merienda organizada por la gente de la capilla. Fue muy emotivo sobre todo ver a los niños más pequeños con los que poco a poco fuimos compartiendo como van sintiéndose familia con nosotros. Hay sobre todo un niño que siempre se interesa por mí desde “mi caída” jugando con ellos a la “banderita”. El segundo momento en Alacan con todo un programa armado especialmente con los niños. La fiesta fue toda una sorpresa llevada por los niños que de las distintas capillas de Alacan organizaron bailes típicos del lugar. Lo habían estado preparando una semana antes con todo detalle y la verdad que no solo me conmovieron a mí sino a los más extraños como eran los trabajadores de la “pirgery” de enfrente que seguían asombrados el desarrollo de la fiesta. 

Aquí en Filipinas se acostumbra en los “cumple” traer un “Karaoke” y poner la música a todo volumen de manera que no hay quien “pegue ojo” y lo triste es que entre los hombres muchos acaban “bebiendo y pasándose de la raya”. Fue muy bonito el que vieran que la fuente de nuestra alegría es otra y que se puede festejar sin tener que sobrepasar ningún límite. Otra celebración muy bonita fue la visita del obispo Fr Soc a Alacan para celebrar misa en la capilla de “New Nazareno”. Fue una celebración llena de expresiones de fe, participación y alegría. Habíamos invitado a la gente y vino gente de las diferentes capillas y gente que no había venido nunca tuvimos que poner sillas también por fuera para que pudieran sentarse. Como sabemos que al obispo le gusta la liturgia solemne nos esmeramos para que Gen Gen invitara el grupo de amigos monaguillos de la parroquia para que viniesen a ayudar, los niños se sumaron al coro de Yoyo y Jaqui, todos se esmeraron en las canciones, las lecturas y los bailes. En la ofrenda las sobrinas de Lory prepararon un baile de ofrenda floral de Bagio y para finalizar  las chicas de nuestra capilla un baile de velas ofrecido a la Virgen así que la gente junto con el obispo disfrutaron de la celebración y el espíritu de familia que se respiraba.

Lámina 31
Los bienaventurados





Aprendiendo de los pobres a vivir el Reino,
Descubriendo a Dios presente
en todas las realidades de nuestra vida



32.     Las defunciones de los padres, funerales en la Catedral de Dagupan y entierros en Calasiao

En general me ha ayudado mucho la vivencia del clero con los religiosos que vivimos en la diócesis. Se ve el esmero del Fr Soc en que se respire un ambiente de familia. Aunque parezca mentira no es común este ambiente de familia en otras diócesis y tampoco es fácil la presencia y el trabajo con los religiosos. Después de los excesos vividos en la colonización española y del reclamo por un clero autóctono parece que es el tiempo que las aguas vuelvan de nuevo a su cauce. Por nuestra parte aunque nos vemos limitados por el idioma y porque recién comenzamos a situarnos en este nuevo lugar queremos favorecer este clima participando tanto en las reuniones del clero como en los eventos más significativos de la diócesis. Como sucede para las familias el pueblo filipino es muy sensible sobre todo en las defunciones. 

Los filipinos no pierden el espíritu de celebración te lo muestran sobre todo en las llegadas y en las despedidas. Los funerales no son pues la excepción sino la prueba de su percepción de fe de la muerte como paso a nuestra vida definitiva en el Reino de los cielos. Los filipinos no tienen miedo a la muerte, no tratan de esconderla o evadirla, la afrontan con toda dignidad y veneración. Durante siete o nueve días acompañan al difunto en las casas con una novena en este ambiente celebrativo, el difunto previo misa de funeral es enterrado con toda veneración acompañado por familiares y amigos. Luego se acostumbra a los nueve meses el remover el velo y en algunos casos se aprovecha para remover los huesos y pasarlos a un pequeño relicario. 

Todo esto se hace con enorme respeto veneración y acompañado de un ambiente celebrativo con cortejo de rezadores que encabezan los rezos en la lengua vernácula. Para los sacerdotes no podría esperarse menos. En el poco tiempo que llevamos asistimos a tres defunciones de tres sacerdotes. En marzo un sacerdote que estaba en san Francisco y en junio el Msgr Canciller de derecho canónico Luis Ungson y Fr Eduardo Negrete OP de Managoag. Me era muy emocionante ver a los obispos y centenares de sacerdotes tanto diocesanos como religiosos todos unidos para despedir a sus sacerdotes en un ambiente celebrativo. En la catedral vestida de gala se recibe al sacerdote: “Tu eres sacerdote eterno, siervo bueno y fiel pasa al banquete de tu Señor”. La misa “concelebrada”, es como si se tratara de su “última y definitiva misa” pasando a participar plenamente del banquete eterno. La casulla se extiende sobre el ataúd blanco y sobre la casulla se coloca el evangeliario y la cruz. El evangelio queda abierto para que sea Dios mismo el que se pronuncie sobre la vida de su siervo. Recordando las palabras de David: “me acogeré al juicio de Dios antes que el de los hombres porque sé que su misericordia es eterna y se extiende de generación en generación”.

La verdad que es como una verdadera evangelización y terapia paliativa para perder el miedo a la muerte, pues a uno le entra el gusto de querer morir así. Después del funeral en la Catedral de Dagupan se acompaña al sacerdote hasta Calasio para ser enterrado en la antigua Iglesia de San Pedro y San Pablo, sitio de la primera misión-iglesia en Pangasinan. Allí junto con los primeros apóstoles en la capilla de la Resurrección se entona el “Tedeum” como el mejor himno de acción de gracias a nuestro Señor. A continuación como es costumbre se termina con una comida almuerzo en las dependencias del viejo convento para que en un ambiente fraterno se compartiera como se hace en las familias.



Lámina 32
Con Espíritu de comunión uniendo lo viejo y lo nuevo




Confiar en rescatar cada persona
porque en ella se esconde
la bondad originaria
de la imagen de Dios



33.    La partida de Lory

La partida de Lory a la Casa del Padre fue el miércoles siguiente a la misa con el obispo. Con gran esfuerzo Lory se había acercado al cumple con sus sobrinas. A partir de entonces fue empeorando hasta  tener que ingresarla en el hospital. Prácticamente acudíamos todos los días a visitarla y darle la comunión. Después de decidir que no quería más operaciones la trajeron del hospital el miércoles que por la mañana había ido a visitar Teresa. 

Ese mismo día a las 4.00 de la tarde cuando iniciábamos nuestra misa en Guilig falleció. Las sobrinas se habían acercado a llamarme a la Capilla de Alacan Cochang pero no pudieron encontrarme pues estaba en Guilig. En los últimos días era ver como ella era consciente de que Dios preparaba su partida. Cuando se ponía a orar decía que todos los dolores se le iban y que soñaba con el cielo que Jesús y María la recibían con un abrazo. Ese día por la tarde  su sueño se hizo realidad. Cuando nos enteramos de su fallecimiento acudimos a la casa. El cuerpo de Lory finalmente reposaba yacente en una sencilla cama que pusieron en la entrada de la salita de estar. Durante los últimos días no se podía tumbar porque tenía los pulmones encharcados y no podía respirar. Junto a la cama estaban sus sobrinas casi encima de su cuerpo como si estuvieran jugando con ella. Su rostro recordaba al de Santa Teresita porque no había perdido su serena sonrisa. Después de una oración arrodillados frente a su cama rezamos un rosario guiado por Maica la sobrina mayor que más le ayudaba y las más pequeñas fieles al grupo de niños que acompañaba Lory en Fátima. Era como los tres pastorcitos junto a su Señora. Al día siguiente jueves celebramos con la familia y amigos una misa en su casa por la mañana. La acababan de traer ya arreglada de la Funeraria. Estaba en un ataúd blanco vestida de blanco como en traje de gala de novia para su esposo. Habían puesto una foto donde se la veía toda guapa en su lozanía. La misa la habíamos programado con ella en el Hospital el día anterior pero no nos imaginábamos que ella la iba ya a celebrar desde el cielo. Fue una misa muy íntima y familiar que creo que nos ayudó a todos en su mayoría los más cercanos a ella. Fuimos compartiendo en oración de acción de gracias lo que nos había ayudado su vida entregada. 

Para nosotros era como tenerla como una misionera parte de nuestra pequeña comunidad. Desde el principio nos abrió no solo las puertas de su casa sino que algunas noches de mucho ruido en el centro las misioneras fueron a dormir a su casa. Su casa era centro de acogida para todos nos reuníamos allí todos los sábados antes de salir a visitar a los enfermos. Siempre nos preparaba un pequeño desayuno para tomar fuerzas antes de salir. No había persona más fiel que se preocupara de preparar cada eucaristía de invitar y llevar a los niños de prepararles un refresco, “candies” o una pequeña merienda. Todo eran detalles de hacerte sentir bien en n ambiente de familia. Siempre humilde, en servicio, sonriendo. Cuando íbamos con ella a visitar los enfermos era como un alivio de aire fresco en medio del sopor del calor. Con su paraguas te cobijaba para hacerte sentir a “la sombra de Dios Padre”. 

Todos estos eran mis pensamientos que en acción de gracias elevaba hacia ella y al Señor cuando después de la misa volvía a casa mirando el cielo de Alacan. Nos hizo sentir que el Reino de los cielos está ya cerca que de alguna manera podemos ya vislumbrar el cielo en esta tierra. Especialmente en ese día sentí una tremenda paz como la sentí en la partida de mis seres queridos de mi propia familia o de Cecilia servidora muy cercana que también murió con cáncer en Argentina y que era confirmación de su bendición desde el cielo. Ahora sabemos que tenemos una misionera más que nos seguirá ayudando desde el cielo, “diva? ”.


Lámina 33
El alma de Alacan reside en la fe del Señor Jesús Nazareno






Tú eres Señor el dueño de la mies,
Nosotros tus servidores,
moldéanos según tu corazón


34.     El inicio de las clases en el Seminario de San Fabián

El obispo nos propuso colaborar en la formación de los seminaristas y el decano de teología del seminario Fr. Oliver programó para el segundo semestre hacerme cargo de un seminario en el área de moral para introducirme así en la formación de los seminaristas. La diócesis cuenta con un seminario menor en Binalatongan y otro mayor recién comenzando. El Seminario mayor de San Fabián todavía está completando los ciclos de teología. La verdad que en estos momentos no es que me apeteciera tomar de nuevo el rol de profesor pero pensando en los seminaristas creímos que podría ser bueno para ellos compartirles nuestra forma de vivir la teología en un contexto más experiencial y misionera. Es como si Dios estuviese interesado en no enterrar los dones de él recibidos y lo que tanto nos ayudo a nosotros en la nueva orientación de la formación teológica lo pudiésemos ahora aportar para enriquecer esta diócesis tan necesitada de una espiritualidad más misionera. No sin razón el día que llegamos por primera vez a la diócesis a hablar con el obispo Fr Soc. era el día del Cura de Ars y fue la primera visita porque quiso mostrarnos el seminario de San Fabián como la “niña de sus ojos”. Allí encontramos por primera vez los seminaristas unidos en oración frente al Santísimo. La verdad que Dios todo lo prepara para bien de los elegidos. 

Desde su magnánime providencia veo como Dios nos preparó el camino con el caminito que hicimos con dos seminaristas en el tiempo de la post Pascua. Los meses de abril mayo eran para ellos el tiempo de vacaciones de verano y dos de ellos José y Joseph fueron destinados a nuestra estación pastoral para que pudieran tener una experiencia de misión, así que fue la oportunidad de tener un primer contacto con ellos. La verdad es que disfrutaron de compartir con nosotros lo que íbamos viviendo en las capillas, la animación de las misas, escuelas de la palabra y catequesis con los niños, actividades con los jóvenes, visitas a las familias y a los enfermos, etc. 

Para nosotros era un momento de arrancar en distintos “sitios”, Combo, Mabolog, etc y aprovechar el tiempo de vacaciones con los jóvenes y con los niños. Vivieron también nuestros desafíos de ir generando comunión entre capillas palpando las diferencias, barreras y rencillas existentes. Al final tuvimos una cena muy familiar en la casa de las misioneras compartían lo mucho que les había ayudado y que habían descubierto un horizonte nuevo para ver la necesidad y el hambre de la gente y lo mucho que se podía hacer cuando le dejamos a Dios las riendas de nuestra vida. A nosotros también nos enriqueció su presencia como una forma de inculturizarnos más con el pueblo a través de su propia lengua. Ellos fueron para nosotros nuestros “Kasamas” interlocutores.



Lámina 34
Dios dispuso un lugar donde vivir





Mi casa será una casa de oración
para todos los pueblos



35.     La clausura del Jubileo de la Misericordia.

Una de las propuestas del papa Francisco para el año extraordinario del Jubileo de la misericordia era la de proponer una peregrinación como signo peculiar en el Año santo. Nosotros veíamos todo lo que nos había ayudado el vivir con este espíritu de peregrinos, todo lo que nos ayudó la peregrinación a Santiago como preparación previa a nuestra venida a Filipinas y que era una oportunidad más para infundir el espíritu de la misericordia en este año jubilar y la forma más adecuada para favorecer el espíritu de comunión que queríamos ir viviendo entre las capillas. Así que propusimos como clausura del año jubilar una peregrinación al Santuario de Managoag

En la peregrinación uno sabe que es muy importante prepararse y disponerse para ella, así que en este caso es como si la hubiésemos estado preparando todo el año con la gran cruz de la misericordia, las camisetas de la misericordia, la escuela de la misericordia, etc. La venida a esta diócesis la iniciamos con una visita a Managoag y la clausura el año la queríamos vivir yendo también a Managoag. Pero en este caso ya no vamos solos sino que vamos con todo un pueblo. Habíamos vivido en mitad del año algo similar pues acompañamos a toda la parroquia de St Idelphons a que después de Pascua fueramos a Managoag para una misa de acción de gracias. Ahora se trataba de caminar en peregrinación con la porción del pueblo que Dios nos había encomendado aquí en nuestra pastoral station en los barangays de Alacan y Guilig

La vida es una auténtica peregrinación, todos estamos como peregrinos en esta tierra y caminamos hacia nuestro destino final, nuestra patria eterna e el cielo. En esta peregrinación no estamos solos caminamos juntos como un pueblo peregrino en la fe, y nos vamos ayudando y sosteniendo los unos con los otros. Las alegrías cuando se comparten son causa de más alería, las penas cuando se comparten se hacen más livianas y llevaderas. Quisimos caminar con la cruz de la misericordia que nos acompaño todo el año como ese Jesús peregrino que se hizo presente en nuestras vidas como en los peregrinos de Emaús. Caminamos con los santos nuestros hermanos del cielo que nos han precedido. Los santos que nos acompañaron más de cerca en las capillas y los hermanos que nos precedieron y se adelantaron como Lory, los sacerdotes y familiares difuntos con los que compartimos parte del camino. Era poner en manos de la Madre todas nuestras vidas y a este pueblo naciente poniendo como fundamento la misericordia para que nos haga vivir y propagar este espíritu con todo el pueblo filipino. Al igual que el santuario de Luján fue para nosotros nuestra casa madre en Argentina queríamos que el santuario de Managoag fuera nuestra casa madre en Filipinas.



Lámina 35
A la sombra de tu misericordia quiero reposar





Para tener una palabra de aliento
para quien se sienta solo y desamparado

CONCLUSION

Todas las memorias tenían un lugar propio significativo pues estaban enmarcadas en lugares santos de peregrinación. En estas memorias de esta última etapa en Filipinas no la teníamos establecida desde el principio. Es como si dios nos propusiera caminar como peregrinos toda la vida y en cualquier situación y lugar que nos encontramos a hacer la experiencia de peregrinos con todos quienes nos encontrásemos. 

En este nuevo destino de Pangasinan nuestro lugar de peregrinación surgió sin haberlo conocido previamente como una sorpresa que Dios quería hacernos en esta última etapa del camino. Poco a poco uno va descubriendo en la peregrinación la etapa final en la casa del Padre que es a su vez la casa de la Madre. En este caso fue muy significativo que el lugr de peregrinación fuese un santuario mariano. Nuestra Señora del Santo Rosario, Our Lady of Manaoag, es también conocida como la Virgen de la llamada por el término “taoag” que en pangasinan significa “llamar”. Manaoag es desde antaño santuario y lugar de peregrinación para todo el pueblo filipino. La tradición cuenta que la Virgen se apareció junto a un árbol a un campesino que sintió que le “llamaba” y que le dijo que quería que allí se levantase un templo para asistir desde allí a los más desamparados. 

La construcción de la basílica pasó por distintas etapas, primero una pequeña capilla luego una iglesia que fue destruida por un terremoto, finalmente reconstruido el templo y más tarde pasó a ser basílica. En 1926 tuvo lugar la primera Coronación canónica de Nuestra Señora. En 1976 fue la celebración del Golden Jubilee y en 2001 la celebración del Diamond Jubilee. En 2011 fue la formal declaración de filiación con la basílica Papal de Santa María la Mayor en Roma. Manaoag era “Basílica Minor” y Santa María la “Basílica Mayor”. Entonces se celebró una misa presidida por el arzobispo Socrates B.Villegas a la que asistió cientos de sacerdotes y religiosos. La basílica es centro de peregrinación permanente,  durante todo el año acuden peregrinos de todas partes, los sábados y domingos son numerosos los grupos de peregrinos que acuden en masa en los tiempos más señalados de Navidad, Semana Santa, Pascua, mes de Mayo y el mes de Octubre sobre todo en la fiesta de Nuestra Señora del Rosario el 7 de Octubre. 

Esta peregrinación a Manaoag se convierte en “paradigma” de toda mi vida porque providencialmente, nunca mejor dicho fruto de la Providencia divina, al final de la vida fue como retornar al principio no a la casa paterna de Salamanca sino a la casa materna de la Virgen. Quién me iba a decir cuando a mis cinco años, cuando recibí  la primera comunión y empezaba mis rezos del rosario junto a una Virgen denominada Nuestra Señora del Rosario en el convento de San Esteban de los Padres dominicos iba a ser La Virgen que me esperaba en estas lejanas tierras. 

Los dominios de San Esteban pertenecían a la Provincia de Nuestra Señora del Rosario a la que pertenecía Filipinas y de este convento partieron muchos misioneros a Oriente. Los dominicos fueron los que introdujeron la devoción en Filipinas a la Virgen Nuestra Señora del Rosario (en Manaoag) y a la Virgen de la Peña de Francia (en Bikol). Esta es nuestra larga peregrinación, un día salimos de la casa paterna, de Dios, y al final de la vida a Dios volvemos tras el largo peregrinar de toda nuestra vida. Cuando llegamos al destino final después de un largo caminar paradójicamente nos sentimos de nuevo como en casa, todo nos resulta tremendamente familiar. 

La Virgen ha estado silenciosamente en toda nuestra peregrinación y es la que nos recibe cuando llegamos definitivamente al destino final. Nuestra Señora del Rosario ruega por nosotros, como has rogado desde el inicio, ahora y siempre, acuérdate de nosotros cuando lleguemos a nuestro destino final.