domingo, 4 de octubre de 2020

La Basílica de Santa Sofía

 

BASILICA DE SANTA SOFIA


 

 

 

Introducción

Santa Sofía o Hagia Sophia (del griegoΆγια Σοφία, «Santa Sabiduría»; en latínSancta Sophia o Sancta Sapientia; en turcoAyasofya) es una antigua basílica ortodoxa, posteriormente convertida en mezquita, luego en museo y, en este año 2020, se ha querido de nuevo convertir en lugar de culto abriéndola de nuevo como mezquita en la ciudad de Estambul.[1]

La basílica de Santa Sofía, Hagia Sophia (Divina Sabiduría) de 82 m de longitud, 75 m de anchura y 56 m de altura, su bóveda celestial se alza a 180 m de altura, fue la iglesia más grande construida en el Imperio de Bizancio. Su cúpula de 33 m de diámetro fue todo un prodigio arquitectónico comparable al Panteón romano. Durante mil años fue el edificio más grande cerrado de la tierra y solo las pirámides la superaron en altura.

Durante más de 800 años, la Basílica de Santa Sofia fue el centro de la Iglesia de Oriente, la principal iglesia cristiana del imperio de Bizancio, considerada como la octava maravilla del mundo. Posteriormente transformada de basílica cristiana en mezquita musulmana guarda en sus muros la historia de la iglesia bizantina de Oriente y del Islam. Ha sobrevivido a choques de imperios y siglos de terremotos devastadores de ciudades.

El emperador Constantino fue quien declara Constantinopla capital del Imperio Romano de Oriente. Fue el emperador Justiniano (527-565) quien la mandó construir. Se terminó en el año 537. Con la toma de Constantinopla en 1543, la gran basílica dejó de ser cristiana para convertirse en mezquita. Se llevó a cabo un gran expolio. Se conservó como mezquita hasta 1934 cuando pasó en convertirse en museo.

Ahora se intenta convertirla de nuevo en mezquita y la iglesia pide le sea concedido utilizarla como lugar de culto cristiano al menos durante algunos días. El Corán lo permite y la práctica común se dio en algunas épocas del pasado. 

 


1.La historia

Desde la fecha de su inauguración en el año 360 y hasta 1453 sirvió como la catedral ortodoxa bizantina de rito oriental de Constantinopla, excepto en el paréntesis entre 1204 y 1261 en que fue reconvertida en catedral católica de rito latino, durante el patriarcado latino de Constantinopla del Imperio latino, fundado por los cruzados. Tras la conquista de Constantinopla por el Imperio otomano, el edificio fue transformado en mezquita, manteniendo esta función desde el 29 de mayo de 1453 hasta 1931, fecha en que fue secularizado. El 1 de febrero de 1935 fue inaugurado como museo. En julio de 2020, Recep Tayyip Erdoğan anunció que a partir del 1 de agosto de 2020, sería transformada de nuevo en mezquita.[2]

A veces llamada Sancta Sophia, es en realidad la transcripción fonética al latín de la palabra griega "sabiduría", el nombre completo en griego es Ναός τῆς Ἁγίας τοῦ Θεοῦ Σοφίας: «Iglesia de la Santa Sabiduría de Dios».[3] El templo estaba dedicado a la Divina Sabiduría, una imagen tomada del Libro de la Sabiduría del Antiguo Testamento y que hace referencia a la personificación de la sabiduría de Dios o segunda persona de la Santísima Trinidad. Su fiesta se celebra el 25 de diciembre, el aniversario de la encarnación del Verbo o Logos en Cristo.[4]

Famosa por su enorme cúpula, está considerada como el epítome de la arquitectura bizantina, y se dice de ella que cambió la historia de la arquitectura.[5] Fue la catedral con mayor superficie del mundo durante casi mil años, hasta que se completó la obra de la catedral de Sevilla en 1520. El edificio actual fue reconstruido entre 532 y 537 para ser usado como iglesia, por orden del emperador bizantino Justiniano I, siendo la tercera iglesia de la Santa Sabiduría edificada en ese mismo emplazamiento. El diseño es obra del arquitecto y físico jonio Isidoro de Mileto y del matemático y arquitecto lidio Antemio de Tralles.

La iglesia contiene una gran colección de reliquias de santos  y contó, en un principio, con un iconostasio de plata de 15 metros. Fue la sede del Patriarca de Constantinopla y el punto focal religioso de la Iglesia ortodoxa bizantina por casi mil años. En esta iglesia el cardenal Humberto excomulgó a Miguel I Cerulario en 1054; acto que comúnmente se considera como el comienzo del Gran Cisma.

En 1453 Constantinopla fue conquistada por los turcos otomanos bajo las órdenes del sultán Mehmed II, quien posteriormente decidió que el templo se convirtiera en mezquita.[6]​ Las campanas, el altar, el iconostasio y los vasos de sacrificio fueron retirados, y muchos de los mosaicos fueron enlucidos. Durante el dominio otomano se le añadieron detalles arquitectónicos islámicos, como el mihrab, el minbar y cuatro minaretes. El edificio se mantuvo como mezquita hasta 1931, fecha en que fue cerrado al público por el gobierno de Turquía hasta su reapertura, ya como museo, en 1935.

Santa Sofía fue la mezquita principal de Estambul durante casi 500 años y sirvió como modelo para muchas otras mezquitas otomanas, como la mezquita del Sultán Ahmed, también conocida como la mezquita Azul de Estambul, la mezquita de Sehzade, la mezquita de Solimán, la mezquita Rüstem Pasha y la mezquita Kiliç Ali Pasha. 

 


2. Su localización

Santa Sofía esta erigida en la ciudad de Constantinopla (la presente Estambul) a caballo de dos continentes Europa y Asia y sobre una gran falla geológica acumulando no sólo capas históricas sino tectónicas. Su mayor misterio es como sigue manteniéndose en pie después de tantos sucesos bélicos y terremotos durante 1.500 años. 

La Basílica sobrevivió a toda una serie de terremotos durante los años 553, 557, 558, 869, 989, 1509, 1999; aunque causaran graves desperfectos pudo ser reparada. Lo mismo ocurrió a otros tantos asedios. Es por ello que ha perdido parte de la gran belleza y esplendor con la que fue construida causando la admiración de tantos.

Durante el pasado siglo la falla de Anatolia Septentrional provocó el terremoto más grande de 1999 a menos de cien kilómetros de Estambul y fue devastador destruyendo muchos edificios de la ciudad y acabó con miles de vidas (murieron alrededor de 17.000 personas).

 


 

3.Su diseño

El diseño de Santa Sofia fue un auténtico reto y totalmente innovador. La gran cúpula en el centro reposa sin tambor sobre cuatro pechinas. La robusta estructura exterior es el resultado de los esfuerzos por conferirle apoyo seguro tras desplomarse 20 años después de su culminación. Su gigantesca cúpula descansa sobre cuatro enormes arcos reforzados sobre cuatro pilares gigantes y dos semicúpulas. La manera de resolver el descanso de la cúpula central en la superficie cuadrada en que descansaban los grandes arcos fue a través de enormes pechinas.

Se necesitaría de un gran trabajo para recuperar su estado original. Al convertirse en mezquita,  las pinturas y los mosaicos fueron blanqueados con cal, los elementos litúrgicos fueron destruidos, se intentaron borrar todos sus grandiosos mosaicos y sólo se conservaron una mínima parte. Su interior fue remodelado un púlpito para guiar la oración el mihrab y el minbar como el sancta santorum. El exterior también fue remodelado con la construcción de cuatro minaretes en las esquinas y de algunas otras dependencias como la fuente de abluciones, la tumba de Mustafá y el Imaret entre otras.

  


4.Su arquitectura

Santa Sofía es todo un prodigio de innovación. Construida durante una de las grandes encrucijadas de la historia la decadencia del imperio romano y el ascenso del bizantino. En el año 324 dC, devastada Roma, el emperador Constantino establece una nueva capital en la ciudad de Bizancio. Constantinopla se convierte en el centro del imperio Bizantino de Oriente.

A principio del s. VI se establece una lucha por el poder tras el ascenso al trono del emperador Justiniano que desafía la autoridad de Roma. Teodora su esposa le persuade para luchar y se alza victorioso. Los rebeldes queman una antigua iglesia imperial que se llamaba Santa Sofía.  Sobre los restos de esta antigua iglesia va a levantar una nueva basílica para enaltecer su poder y su propia gloria. Justiniano necesitaba un edificio que reflejara su poder como emperador y su piedad como cristiano. 

Su planta lejos de responder a la común planta basilical respondía a un modelo romano responde a un nuevo modelo. Adopta la forma rectangular, pero tomando el modelo del Panteón de Roma adopta su gran cúpula como símbolo del poder y la gloria de un imperio. Pero en lugar de descansar la cúpula en un espacio circular la hace descargar sobre un espacio rectangular. Para esto hizo algo que no se había hecho nunca fusionando las dos estructuras arquitectónicas el círculo de la bóveda y la planta rectangular.

El emperador Justiniano acudió a dos matemáticos físicos y científicos los griegos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto y les encargo construir el edificio más grande jamás construido. A la cabeza de estos maestros convoca 100 contratistas y 10.000 trabajadores, así como la totalidad de las arcas del imperio bizantino.

Sus arquitectos, Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, cubrieron el edificio, de planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre pechinas. Ésta reposa sobre cuatro arcos, sostenidos a su vez por cuatro pilares. Dos semicúpulas hacen de contrafuerte de la cúpula central y los muros abiertos están asegurados por contrafuertes.

Posee además unos bellos mosaicos bizantinos. La construcción definitiva se llevó a cabo sobre la primitiva basílica de Constantino entre el 532 y el 537, durante el reinado de Justiniano, en el periodo conocido como "Primera Edad de Oro". Sus arquitectos hicieron un diseño sin precedentes, tomando elementos conocidos (planta basilical y rotonda), pero que se unen en una estructura nueva.

En palabras de Agatías, los diseñadores trataron de «aplicar la geometría a la materia sólida». Justiniano, según su cronista oficial Procopio de Cesarea, al ver Santa Sofía terminada exclamó: «Salomón, te he vencido». Su arquitectura es eminentemente espacial, aunque el efecto exterior ha sido significativamente modificado por los otomanos, que lo enriquecieron con minaretes, espolones y grandes contrafuertes. La idea del edificio fue el que la gran cúpula que se iba a construir se sostuviera merced a cuatro arcos reforzados, mediante contrafuertes y semicúpulas que desviaran los empujes.[7]

La planta es un rectángulo de 77 x 71 metros. La cúpula con forma de media naranja, de 56,6 metros de altura y 31,87 de diámetro, se apoya sin tambor en cuatro pechinas y está reforzada por cuarenta nervios entre los que se practican otros tantos huecos de ventana.[8] Por fuera, la masa de la gran iglesia se eleva con cierta armonía, pero sin demasiada gracia quizás fruto de las sucesivas transformaciones. La cúpula imponía una centralización bastante ajena a las basílicas del pasado, pero gracias a las pechinas y la traslación de los esfuerzos a las naves laterales, así como un refinado uso de la luz, no parece descansar en base sólida.

 


5. La génesis

Ya hemos contada que la basílica se levanta sobre una antigua iglesia imperial con el mismo nombre de Santa Sofía. Pero la nueva basílica tuvo sus modificaciones. A un modelo antiguo se responde con un nuevo modelo con una planta totalmente nueva. Incluso el modelo actual se ve sometido a diferentes remodelaciones. Santa Sofía ha sobrevivido a varios choques culturales y terremotos, vamos a tratar de desarrollar cada uno de los sucesos.


 

5.1 La primera iglesia

La primera iglesia imperial se conoció como Μεγάλη Ἐκκλησία, Megálē Ekklēsíā, «Iglesia Grande» o Magna Ecclesia en latín,[9] debido a que sus dimensiones eran mayores que las de las iglesias contemporáneas de la ciudad.[10] Fue inaugurada el 15 de febrero del 360, durante el reinado de Constancio II, por el obispo arriano Eudosio de Antioquía[11]​ fue construida junto a la zona donde se estaba desarrollando el palacio imperial. La cercana iglesia de Santa Irene, «Santa Paz», fue terminada antes y sirvió como catedral hasta que se terminó la iglesia de Santa Sofía. Ambas fueron conjuntamente las principales iglesias del Imperio bizantino.

En un escrito de 440, Sócrates de Constantinopla afirmó que la iglesia fue construida por Constancio II, que estaba trabajando en ella en el 346. Una historia posterior al s. VII o VIII, afirma que el edificio fue construido por Constantino el GrandeZonaras reconcilió las dos opiniones, afirmando que Constancio reparó el edificio consagrado por Eusebio de Nicomedia después de que este se derrumbara. Dado que Eusebio fue obispo de Constantinopla de 339 a 341 y que la muerte de Constantino ocurrió en 337, parece posible que la primera iglesia fuera erigida por este último.9​ El edificio fue construido como una basílica latina tradicional con columnas, galerías y un techo de madera, y estaba precedida por un atrio.

El Patriarca de Constantinopla, Juan Crisóstomo, entró en conflicto con la emperatriz Elia Eudoxia, esposa del emperador Arcadio, y fue enviado al exilio el 20 de junio de 404. Durante los disturbios que se produjeron tras este hecho, la iglesia fue quemada y derrumbada en gran parte,[12] y en la actualidad no se conserva nada de este primer edificio. 

 


 

5.2 Otra iglesia

El emperador Teodosio II ordenó la construcción de una segunda iglesia, que inauguró el 10 de octubre de 415. Esta basílica, con techo de madera, fue construida por el arquitecto Rufinus. Sin embargo, durante los disturbios de Niká se desató un incendio que quemó este segundo edificio, entre el 13 y el 14 de enero de 532.

Aún sobreviven algunos bloques de mármol de esta segunda iglesia. Entre ellos unos relieves que muestran doce corderos, representando a los doce apóstoles, y que originalmente formaban parte de una monumental puerta de entrada. En la actualidad estos bloques se encuentran en una excavación junto a la entrada del museo.[13]



5.3 Una Nueva Iglesia

Tuvo que levantarse una nueva y diferente iglesia, más grande y más majestuosa que sus predecesoras. Esta se llevó a cabo por los arquitectos Isidoro y Artemio, la nueva iglesia fue reconocida por los contemporáneos como una colosal obra de arquitectura. Se afirmaba que era uno de los monumentos más destacados del mundo en esa época. Cuando fue terminada mosaicos de oro cubrían 16.000 m2 de paredes y techos.

El historiador bizantino Procopio de Cesarea describió la construcción del templo[14]. Se emplearon más de diez mil personas para la construcción, y el emperador hizo traer material procedente de todo el imperio, como las columnas helenísticas del Templo de Artemisa en Éfeso, grandes piedras de las canteras de pórfido de Egipto, mármol verde de Tesalia, piedra negra de la región del Bósforo y piedra amarilla de Siria.

El emperador Justiniano I  junto con el patriarca Eutiquio, inauguró con mucha pompa la nueva basílica el 27 de diciembre de 537. A penas 20 años después de la dedicación de la nueva basílica la cúpula se desplomó en el 558 a causa de un gran terremoto de efectos catastróficos. Para entonces Justiniano había muerto. 

 


5.4 La remodelación de la nueva iglesia

Los terremotos de agosto de 553 y del 14 de diciembre de 557 causaron grietas en la cúpula principal y en la media cúpula oriental. La cúpula principal se derrumbó por completo durante un posterior terremoto el 7 de mayo de 558[15]​ que también destruyó el ambón, el altar y el copón. El accidente se debió principalmente al exceso de carga de la cúpula y al enorme empuje horizontal que transmitía a los soportes, al tener un diseño demasiado plano. Esto causó también la deformación de los pilares que sostenían la cúpula.

En el 558 se decidió remodelar la nueva iglesia. Se eligió a un sobrino del arquitecto original Isidoro de Mileto, llamado Isidoro el joven.  Este rediseñó la cúpula. Para reducir su peso estableció un pequeño tambor con cuarenta ventanas. Las ventanas tienen dos propósitos que entrara la luz y deshacerse de ladrillos que aumenten el peso.

El emperador ordenó la restauración inmediata a Isidoro el Joven, que utilizó materiales más ligeros y elevó la cúpula,11​ dando a la construcción su altura interior actual de 55,6 metros[16]​ Por otra parte, Isidoro cambió también el tipo de bóveda, erigiendo una cúpula nervada con pechinas, cuyo diámetro se encontraba entre 32,7 y 33,5 metros[17]​ Esta reconstrucción, que dio a la iglesia su actual forma característica del siglo VI, se completó en el año 562. El poeta bizantino Pablo Silenciario compuso un poema épico, conocido como Ekphrasis, para la dedicación de la basílica presidida por el patriarca Eutiquio el 23 de diciembre de 562. 

Los mosaicos del interior de la iglesia se completaron bajo el reinado del emperador Justino II (565-578). Santa Sofía fue la sede del patriarca ortodoxo de Constantinopla y el escenario principal de las ceremonias imperiales bizantinas, como las coronaciones. La basílica también ofrecía asilo a los malhechores.

En 726, el emperador León el Isáurico publicó una serie de edictos contra la veneración de imágenes y ordenó al ejército destruir todos los iconos, inaugurando el período de la iconoclasia bizantina. En ese momento, todas las imágenes y estatuas religiosas se retiraron de la iglesia de Santa Sofía. Después de un breve respiro durante el mandato de la emperatriz Irene (797-802), los iconoclastas reaparecieron. El emperador Teófilo (829-842), fuertemente influido por el arte islámico, prohibió las imágenes religiosas e instaló una puerta de bronce de dos hojas con su monograma en la entrada sur de la iglesia.

La basílica volvería a sufrir daños: primero por un gran incendio en el 859, y de nuevo por un terremoto, el 8 de enero de 869, que colapsó media cúpula. El emperador Basilio I ordenó las reparaciones. Un siglo después, el 25 de octubre de 989, un nuevo gran terremoto arruinó la cúpula, y fue el emperador Basilio II quien encargó su reparación al arquitecto armenio Trdat, creador de las grandes iglesias de Ani y Argina.[18] Sus principales reparaciones afectaron al arco occidental y a una parte de la cúpula. La magnitud de los daños requirió seis años de reparación y reconstrucción, hasta que la iglesia fue reabierta el 13 de mayo de 994.

En su libro De caerimoniis aulae Byzantinae, el emperador Constantino VII (913 a 919) escribió un relato detallado de las ceremonias que llevaron a cabo el emperador y el patriarca en la iglesia de Santa Sofía. Todavía Santa Sofía tiene que sobrevivir a grandes choques culturales. 600 años después de Justiniano su esplendor inspira envidias en 1204 los cruzados cristianos que se dirigían a Tierra Santa en la primera cruzada toman la ciudad y saquean los tesoros de la iglesia bizantina de santa Sofía.

Tras la toma de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada la iglesia fue saqueada y profanada por los cristianos latinos.[19] Muchas reliquias de la iglesia, como una piedra de la tumba de Jesús, la leche de la Virgen María, la mortaja de Jesús y los huesos de varios santos, fueron enviadas a las iglesias de occidente, y actualmente se encuentran en varios museos. Durante la ocupación latina de Constantinopla (1204-1261) la iglesia se convirtió en una catedral católica. En ella fue coronado emperador Balduino I de Constantinopla, en una ceremonia que siguió de cerca las prácticas bizantinas, el 16 de mayo de 1204.

Las huestes del Islam asedian siete veces Constantinopla a lo largo de ocho siglos. En 1453 el sultán Mehmed conquista finalmente la ciudad de Constantinopla y la convierte en la capital del imperio Otomano. Mecmec entra en la iglesia de Santa Sofia un martes y el mismo viernes está rezando en la mezquita de Haggia Sophia. Para el sultán otomano Santa Sophia era la conquista suprema, era el símbolo que buscaba para representar a su nuevo imperio. Pasaremos ahora a desarrollar más detalladamente todos estos sucesos. 

 


 

6.El gran Cisma de Oriente y Occidente

El  Gran Cisma o Cisma de 1054 se refiere al conflicto religioso ocurrido en 1054, cuando el máximo jerarca de la Iglesia católica en Roma, el papa  San León IX, y la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa, el patriarca de Constantinopla Miguel I Cerulario, se excomulgaron mutuamente. Este enfrentamiento de autoridades comportó la separación de la cristiandad occidental o católica, que reconocía la suprema autoridad de Roma, de la oriental u ortodoxa. Su antecedente directo se conoce como Cisma de Focio.

 


 

6.1 La controversia dogmática del Filioque

Durante el Tercer Concilio de Toledo en el año 589, cuando tuvo lugar la solemne conversión de los visigodos al catolicismo, se produjo toda una controversia dogmática que termina resolviéndose con la añadidura del término Filioque (traducible como “y del Hijo”), por lo que el Credo pasaba a declarar que el Espíritu Santo procede no exclusivamente “del Padre”, como decía el credo Niceno.[20]

Esta controversia tuvo consecuencias nefastas en la iglesia de Oriente. En el año 568, el nombre del papa fue retirado de los dípticos del patriarcado de Constantinopla. Se discute todavía entre los historiadores cuál fue el motivo de este cambio. Una causa pudo ser el hecho de que el papa Sergio IV había enviado al patriarca de Constantinopla una profesión de fe que contuviera el Filioque y eso habría provocado la incomprensión de parte del patriarca.

Aunque la inserción del Filioque en el credo latino estaba en las diferentes liturgias europeas desde el siglo VI, y sobre todo en la carolingia desde el siglo IX, la liturgia romana no incluía la recitación del credo en la liturgia. En 1014, con motivo de su coronación como emperador del Sacro ImperioEnrique II solicitó al papa Benedicto VIII la recitación del Credo. El papa, necesitado del apoyo militar del emperador, accedió a su petición y lo hizo según la praxis vigente por entonces en Europa: de este modo, por primera vez en la historia, el Filioque se usó en Roma.

Según cuenta el historiador Rodolfo Glabro, la Iglesia griega quería, en aquellos primeros años del milenio, encontrar una especie de entendimiento con la Iglesia latina, de manera que «con el consenso del Romano Pontífice la Iglesia de Constantinopla fuese declarada y considerada universal en su propia esfera, así como Roma en el mundo entero».[21]​ Esto implicaba una doble forma de ser una sola Iglesia católica. El papa Juan XIX pareció vacilante ante la propuesta de la iglesia griega, lo cual le supuso recibir la recriminación de algunos monasterios que estaban por la reforma eclesial.[22] 

 


 

6.2  El comienzo del conflicto

Un precedente del Cisma tuvo lugar en el año 857, cuando el emperador bizantino Miguel III, llamado el Beodo, y su ministro Bardas expulsaron de su sede en Constantinopla al patriarca San Ignacio.[23] Lo reemplazaron por un nuevo candidato para dicho puesto, Focio, quien en seis días recibió todas las órdenes de la Iglesia. Focio comenzó a entrar en desacuerdo con el papa Nicolás I y recibió la entronización.

Hay muchas perspectivas y opiniones referentes a la vida de dicho Obispo, tanto en pro como en su contra. Para los que no le aprobaban en su primacía, fue descrito como "el hombre más artero y sagaz de su época: hablaba como un santo y obraba como un demonio"; en cuanto a su favor, fue reconocido como un "importante constructor de paz de la época". Incluso el papa Nicolás I se refirió a él por sus "grandes virtudes y el conocimiento universal".[24]

Poco tiempo antes de la muerte del patriarca Ignacio, este había abogado para que Focio fuera restituido como su sucesor después de su segundo período, manifestando su alta estima y favor por este. Pero Focio fue destituido y desterrado a un monasterio en el año 887. En todo caso, en su segundo período, obtuvo el reconocimiento formal del mundo cristiano en un concilio convocado en Constantinopla en noviembre de 879. Los legados del papa Juan VIII asistieron, dispuestos a reconocer a Focio como patriarca legítimo, una concesión por la que el papa fue muy censurado por la opinión latina. 

 


6. 3 La escisión        

En 1054, el papa León IX quien, amenazado por los normandos, buscaba una alianza con Bizancio, mandó una embajada a Constantinopla encabezada por su colaborador, el cardenal Humberto de Silva Candida, y formada por los arzobispos Federico de Lorena y Pedro de Amalfi. Los delegados papales negaron, a su llegada a Constantinopla, el título de ecuménico (autoridad suprema) al patriarca Miguel I Cerulario y, además, pusieron en duda la legitimidad de su elevación al patriarcado. El patriarca se negó entonces a recibir a los legados. El cardenal respondió publicando su Diálogo entre un romano y un constantinopolitano, en el que se burlaba de las costumbres griegas, y abandonó la ciudad tras excomulgar a Cerulario mediante una bula que depositó el 16 de julio de 1054 sobre el altar de la Iglesia de Santa Sofía. Pocos días después, el 24 de julio, Cerulario respondió excomulgando al cardenal y a su séquito, y quemó públicamente la bula romana, con lo que se inició el Cisma. Alegaba que, en el momento de la excomunión, León IX había muerto y por lo tanto el acto excomunicatorio del cardenal de Silva no habría tenido validez; añadía también que se excomulgaron individuos, no Iglesias.

Existen múltiples conjeturas para definir dicha escisión, y una de ellas pretende suponer que el cisma fue más bien resultado de un largo período de relaciones difíciles entre las dos partes más importantes de la Iglesia universal: causas como las pretensiones de suprema autoridad del papa de Roma y las exigencias de autoridad del patriarca de Constantinopla.

El hecho más sobresaliente fue que el Obispo de Roma reclamaba autoridad sobre toda la cristiandad, incluyendo a los cuatro patriarcas más importantes de Oriente. Este tema lleva a interpretaciones contradictorias sobre lo que viene a ser "la sagrada tradición apostólica" y "las santas escrituras": los patriarcas y primados, en comunión plena con estos, alegaban que el Obispo de Roma solo podía ser un "primero entre sus iguales" o "Primus inter pares", dejando a la voluntad de Jesucristo la primacía infalible en toda la Iglesia y negaban toda estructura piramidal sobre las Iglesias hermanas.[25]

El Gran Cisma también tuvo gran influencia en las variaciones de las prácticas litúrgicas, en los calendarios y santorales y en las disputas sobre las jurisdicciones episcopales y patriarcales.

 


 

6.4 La reunión ecuménica

Cabe decir que ambas iglesias se reunieron en 1274, en el Segundo Concilio de Lyon y en 1439, en el Concilio de Basilea, pero en cada una de estas ocasiones, las intenciones conciliares se vieron frustradas por el mutuo repudio posterior.

En años recientes, algunas Iglesias orientales han decidido aceptar la primacía universal del papa y ahora son denominadas Iglesias orientales católicas. Seis de ellas son patriarcales y todas en conjunto están reunidas en la Congregación para las Iglesias Orientales (Congregatio pro Ecclesiis Orientalibus). Algunas nunca han estado en cisma con la Santa Sede (como la Iglesia maronita y la Iglesia ítalo-albanesa) y otras han surgido de divisiones de las Iglesias ortodoxas o de las antiguas Iglesias nacionales de Oriente.

Con todo, tanto la Iglesia ortodoxa como la Iglesia católica reivindican también la exclusividad de la fórmula: "Una, Santa, Católica y Apostólica", considerándose cada una como la única heredera legítima de la Iglesia primitiva o universal y atribuyendo a la otra el haber "abandonado la iglesia verdadera" durante el Gran Cisma.[26]

Como consecuencia de la expansión musulmana en el siglo VII, tres de los cuatro patriarcados orientales cayeron bajo dominio del IslamAlejandríaAntioquía y Jerusalén. Por eso, el Oriente cristiano se identificó desde entonces con la Iglesia griega o bizantina, es decir, el Patriarcado de Constantinopla y las iglesias nacidas como fruto de su acción misionera, que le reconocían una primacía de jurisdicción o al menos de honor. Estas cristiandades que giraban en la órbita de Constantinopla, integraban la Iglesia greco-oriental.

El cristianismo sufrió la impronta de la contraposición entre Oriente y Occidente, cultura griega y latina. Constantinopla se convirtió en el principal Patriarcado del Oriente cristiano, émulo del Pontificado romano, estrechamente vinculado al Imperio de Bizancio, mientras que Roma se alejaba cada vez más de este y buscaba su protección en los emperadores francos o germánicos. En este contexto de creciente frialdad entre las dos Iglesias, las fricciones y enfrentamientos jalonaron un largo proceso de debilitamiento de la comunión eclesiástica.

 


7. La toma de Constantinopla por los cruzados

Desde la definitiva y fatídica escisión de 1054 entre la Iglesia católica gobernada por el papado de Roma y la Iglesia oriental ortodoxa gobernada por el patriarcado de Constantinopla creció la tensión de ambos bandos. Ambos lados habían sido enemigos acérrimos casi desde el origen en que Constantino dividió el Imperio.

Las maquinaciones venecianas y la avaricia de los cruzados se combinaron en un gran asalto a la ciudad de Constantinopla, capital del Imperio Bizantino cuyo éxito, además de debilitar el Imperio, precipitó su eventual caída.

  


7.1. Antecedentes 

Los bizantinos, fueron derrotados en la desastrosa batalla de Manzikert (1070), cuando los turcos amenazaron sus fronteras.[27] El emperador Alejo I solicitó ayuda al papa Urbano II para defenderse de los turcos. En un principio los bizantinos vieron con buenos ojos la formidable presencia de los cruzados en su territorio para luchar con un enemigo común.[28]

Esta esperanza fue restando cuando los rudos francos empezaron a tratar a los cristianos ortodoxos igual de mal que a los infieles musulmanes. Los cruzados consideraban a los bizantinos personas poco dignas de confianza que conspiraban con los musulmanes para impedirles conquistar todo Oriente Próximo.

En 1203, el Occidente católico, representado por Venecia y la nobleza francesa, se preparó para infligir una terrible venganza sobre los apóstatas de Oriente. Los líderes de cruzados franceses llegaron a un acuerdo con el Dux de Venecia, Enrico Dándolo para tomar Constantinopla y así establecer la hegemonía en el mar Egeo y en el Mediterráneo Oriental. Aprovecharon las disputas al trono del joven emperador el príncipe Alejo con Alejo III, su hermano, que había usurpado el trono a su padre Isaac II. Los venecianos prometieron su auxilio a costa de darles todos los privilegios comerciales a Venecia.[29]  En 1202, la flota cruzada zarpó de Venecia. El previo saqueo y destrucción de Zara cuya población era cristiana y su gobernador un compañero cruzado sirvió de premonición de lo que iba a sucederles.[30] 

 


 

7.2. La toma de Gálata

La flota franco veneciana avistó Constantinopla el 24 de junio en 1203. Los bizantinos observaban llenos de estupor como aquella inmensa armada, de alrededor de cien barcos, se acercaba por el Bósforo.[31] Su desembarco tuvo lugar en el suburbio de Gálata que defendía en la orilla opuesta a Constantinopla la entrada del Cuerno de Oro.

Para los bizantinos era crucial conservar Gálata por su valor estratégico así que Alejo III se puso al mando de sus defensores. Alejo y sus defensores no pudieron hacer nada frente al ejército de cruzados que perfectamente armados y disciplinados arremetieron con su caballería y sus afiladas lanzas. Alejo con los defensores tuvieron que huir hacia al norte. La armada de la flota cruzada derrotó a los barcos bizantinos.

 


7.3 El primer asalto

Frente a Constantinopla se levantaba una formidable muralla triple difícil de flanquear. Los cruzados sabían que el punto más débil de la muralla correspondía al lado que daba al mar a lo largo del Cuerno de Oro.[32] Los cruzados realizaron un asalto combinado a la muralla en la parte que daba al palacio y al sector de la ciudad llamado Blachernae.[33]

Durante la mañana del 17 de julio, los cruzados atacaron en este punto, pero se encontraron con la resistencia feroz de la guardia Varangiana del ejército bizantino.[34] Pero los barcos venecianos contrarrestaron con su ataque desde los barcos con las catapultas y los mangoneles que llevaban en la cubierta de proa. A lo largo de una lucha encarnecida los venecianos tomaron 24 torres de la muralla y abrieron una brecha en la muralla en la zona de Blachernae desde donde entraron a incendiar todo este barrio. Alelo III huyó y la ciudad quedó sin gobernante. Los senadores de Constantinopla se reunieron con el clero y no admitían que subiera al trono Alejo IV. Tomaron a Alejo Ducas apodado el Murzuflo como nuevo emperador bajo el nombre de Alejo V. Por su parte los franceses lo desestimaron y coronaron al conde Balduino de Flandes.[35]

 

 

 

7.4 El saqueo de Constantinopla

Durante el breve mandato de Alejo V reparó la muralla cuando de nuevo los venecianos el 9 de abril decidieron asaltar la ciudad. Los francovenecianos asaltaron y entraron de nuevo en la ciudad imperial y esta vez no salvaron a nadie. Durante tres días de asedio del 12 al 15 de abril, ataron sin piedad a todos los bizantinos que encontraban ya fuesen mujeres, niños, adultos, civiles o militares. Los francos destruían mientras los venecianos saqueaban violaban y asesinaban. Alejo IV pudo huir a Adrianápolis. Los franceses lo capturaron y asesinaron en 1206.

Lo que más dolió al patriarca Choniates fue los actos de profanación contra la iglesia ortodoxa. Los agresores instalaron a una prostituta en el trono del patriarca y luego declararon patriarca a un veneciano católico. Saquearon las iglesias, se orinaron en ellas y las utilizaron como establos, burdeles y barracones.

Cuando en 1261 tomaron Constantinopla los turcos otomanos, el imperio bizantino se encontraba totalmente en ruinas y esto se debió en gran medida gracias a la escabechina realizada por los cruzados franceses y venecianos. 

 

 

8. La toma de Constantinopla por los turcos

El Imperio bizantino iba decayendo y tocando a su fin. El Imperio, a partir del cisma con Occidente, se veía cada vez más diezmado por las disputas religiosas históricas de la población griego ortodoxa. Desde hacía más de un siglo los otomanos, con su centro en Damasco, habían avanzado firmemente, arrebatando territorio a los bizantinos. Después de varios asedios en la primavera de 1453, un enorme ejército otomano asedió de nuevo los muros de la ciudad cristiana de Constantinopla para asestar el último golpe de gracia. 

 




8.1 El último asedio 

El sultán Mehmed II pretendía conquistar la ciudad para el Islam. Tras las murallas esperaba Constantino XI que estaba decidido a combatir hasta el fin. El emperador bizantino se enfrentaba a un ejército compuesto por un mínimo de cien mil hombres. La principal baza de Constantino era la misma ciudad. Constantinopla desde su fundación fue una ciudad bien fortificada. Con forma aproximada de un triángulo y un perímetro de diecinueve Kilómetros, dos de sus lados rodeados por agua, estaba protegido por las fortificaciones más formidables del mundo medieval. La muralla teodosiana se alzaba desde el s. V y estaba compuesta por cinco estratos defensivos, una doble muralla con 112 torres, un foso y dos zonas expuestas que el enemigo debía de cruzar.[36] 

En sus 1.100 años de historia, la ciudad había vivido veintiséis asedios, y ningún atacante había logrado superar aquellas murallas. En 1204, los Cruzados conquistaron Constantinopla asaltando las murallas marítimas, no las teodosianas. Además, Constantino estaba encantado porque un genovés especialista en asedios, había llegado para dirigir las operaciones defensivas. 

 

 

 

8.2 Unas murallas inexpugnables

Desde las murallas, los defensores de la ciudad veían el campamento otomano a sus pies, extendiéndose de costa a costa. Era un espectáculo imponente de millares de hombres y lo más alarmante era que el enemigo había desplazado un número de cañones sin precedentes. Los cañones de bronce fabricados en la vecina ciudad de Adrianápolis por un fundidor de origen húngaro llamado Urban podían lanzar gigantescos obuses contra los muros. Mehmed había reunido 70 de ellos, incluido un super cañón enorme, bautizado como Basílica, que fue transportado desde la ciudad de Edirne y que estaba diseñado para bombardear y atravesar las murallas[37]. El 12 de abril los cañones empezaron atronar. La guerra había comenzado.

El efecto de los bombardeos de esta artillería pesada fue devastador. Las murallas que habían resistido siglos de ataques empezaron a desmoronarse. El espectáculo era tal que los defensores consideraron una señal del Apocalipsis y corrieron a rezar a las iglesias. Santa Sofía se llenó de gente que oraba sin cesar.

El bombardeo se prolongó durante días y Giustiniani improvisó una solución ingeniosa frente al poder destructivo de los cañones. Mandó construir barreras improvisadas con piedras y tierra culminadas con barriles llenos de más tierra para las almenas. Los terraplenes resultantes neutralizaban el impacto de los proyectiles de piedra que eran amortiguados por la tierra. Pequeños grupos de asalto actuaban de noche, retirando los cascotes caídos para evitar que los otomanos construyeran un puente. 

 


8.3 La fallida esperanza en la ayuda desde Italia

En sus días finales se hizo más evidente la desunión entre los cristianos. La ciudad vivió intensas rivalidades políticas que mermaron las fuerzas y el modo de salir del inevitable desastre.[38] La esperanza de Constantino se concentraba en la llegada de una flota de apoyo desde Italia. Sin embargo, lo que el 12 de abril contemplaron los defensores de la ciudad fue una imponente flota otomana recién construida y enviada para bloquear las vías marítimas. Una semana después, tres grandes veleros genoveses arribaron por la desembocadura del Bósforo cargados de provisiones y de hombres, pero esto resultó, claro está, insuficiente. 

La situación de la ciudad era cada vez más desesperada. Constantino cuando todo parecía llegar a su fin mandó sacar en procesión desde Santa Sofía el icono más sagrado de la Virgen que había protegido la ciudad. Una violenta tempestad sorprendió a quienes participaban en el ritual, y el icono resbaló y cayó al fango, lo que terminó con la procesión. La mañana siguiente se vieron extraños efectos de luz alrededor de la cúpula de Santa Sofía. Los habitantes aterrorizados creyeron que Dios había abandonado definitivamente su ciudad. 

 


8.4 El último trágico desenlace

El 27 de mayo, el sultán Mehmed, impulsado espíritu del yihad, instó a sus huestes al asalto definitivo. Durante tres noches seguidas ordenó que encendieran hogueras a lo largo de la línea del frente. Los cristianos colocaron sus iconos en las murallas para rogar la protección divina. La tarde del 28 de mayo, todos se congregaron en Santa Sofía por última vez para rezar, lo que por fin concilió a ortodoxos y católicos. Antes del amanecer del 29 de mayo, entre el ruido de tambores, cuernos y campanadas, los otomanos empezaron a lanzar constantes ataques en oleadas hasta que finalmente se resquebrajó la defensa cristiana. Los otomanos pudieron atravesar las murallas y asaltar las calles asesinando y saqueando. Una multitud se refugió en Santa Sofía como el último refugio y bastión. Los otomanos abrieron las puertas de Santa Sofía a la fuerza y todos los que estaban en su interior fueron esclavizados.  




 

8.5 El fin de un imperio

La toma final de Constantinopla marcó el fin del Imperio Bizantino y el final de la Edad Media. Supuso el final del mundo clásico, la llegada definitiva de los musulmanes a la arena europea. La aflicción embargó a toda la cristiandad. Constantinopla había sido la ciudad fundacional del cristianismo bajo el imperio constantiniano. La ciudad la creían inexpugnable y eterna.

Los relatos de la época muestran que la gente recordaba donde se encontraban cuando se enteró del desastre.[39] ¿Este final sería un castigo divino? Al final se sentenció lo que parecía ser una premonición a la división de la cristiandad en Oriente y Occidente. Se decía que muchos ortodoxos se resignaron a vivir a la sombra del Sultán antes que bajo el manto protector de las codiciosas repúblicas italianas. De cualquier modo, fue toda una lección de la historia.[40] 



9. Santa Sofía convertida en Mezquita

En 1453 el sultán Mehmed puso cerco a Constantinopla, impulsado en parte por un deseo de convertir a la ciudad al islam.[41] El sultán prometió a sus soldados tres días de saqueo ilimitado antes de reclamar los contenidos de la ciudad para sí mismo.[42]

La iglesia de Santa Sofía no estuvo exenta de saqueos, siendo el punto focal de los invasores, quienes pensaban que contendría los tesoros más importantes de la ciudad.[43] ​Poco después de que las defensas de la ciudad se derrumbaran, los saqueadores se dirigieron a la iglesia derribando sus puertas.[44] A lo largo del asedio, en la iglesia se estuvo celebrando la santa liturgia y la liturgia de las horas, siendo el templo un refugio para muchos ciudadanos incapaces de contribuir en la defensa de la ciudad.[45] Atrapados en la iglesia, feligreses y refugiados se convirtieron en parte del botín a repartir entre los invasores. El edificio fue profanado y saqueado, y sus ocupantes esclavizados o asesinados.[46]​ los ancianos y los enfermos fueron asesinados, y el resto encadenados.[47]​ Los sacerdotes continuaron celebrando los ritos cristianos hasta que fueron detenidos por los invasores.[48] Cuando el sultán entró en la iglesia con su cohorte, insistió en que debía ser transformada en mezquita, tras lo cual uno de los ulemas subió al púlpito y empezó a recitar el shahada.[49]

Inmediatamente después de la conquista de Constantinopla en 1453, Mehmet II convirtió Santa Sofía en la mezquita de Ayasofya.[50] Según lo descrito por varios visitantes occidentales como el noble cordobés Pero Tafur[51] y el florentino Cristoforo Buondelmonti,[52] la iglesia estaba en un estado ruinoso, con varias de sus puertas fuera, el sultán Mehmed II ordenó la limpieza de la iglesia y su conversión. El sultán asistió a la primera oración del viernes en la mezquita el 1 de junio de 1453.[53]

Para transformarla en mezquita se retiraron las campanas y el iconostasio y se añadió el ninbar (púlpito) donde el Imán pronunciaba el sermón y el mihrab (a manera del Santa santorum) en dirección donde se encontraba la Meca. Posteriormente se borraron con cal los mosaicos de imágenes con iconos cristianos y se sustituyeron con ornamentación a base de grandes discos caligrafiados con versos sagrados del Corán y construyeron minaretes en el exterior para llamar a la oración.

Santa Sofía se convirtió en la primera mezquita imperial de Estambul.[54]​ Como dotación Waqf le fueron asignadas la mayoría de las casas de alrededor y la zona del futuro Palacio de Topkapi. Además, por las cartas imperiales de 1520/926H y 1547/954H se añadieron a lo anterior tiendas y partes del Gran Bazar y de otros mercados.[55]

Antes de 1481 se erigió un pequeño minarete en la esquina suroeste del edificio, por encima de la torre con escalera.[56]​ Más tarde, el siguiente sultán, Bayaceto II (1481-1512), construyó otro minarete en la esquina noreste.[57] Uno de ellos se derrumbó debido al terremoto de 1509,22​ y hacia mediados del siglo XVI fueron reemplazados por dos minaretes diametralmente opuestos construidos en las esquinas del edificio este y oeste.[58]​ En el siglo XVI el sultán Solimán el Magnífico (1520-1566) trajo dos colosales candelabros de la conquista de Hungría, que se colocaron a ambos lados del mihrab.

Durante el reinado de Selim II (1566-1577), el edificio comenzó a mostrar signos de fatiga y fue muy reforzado con la adición de contrafuertes exteriores, por el gran arquitecto otomano Mimar Sinan, considerado uno de los primeros ingenieros en incluir refuerzos antisísmicos.[59] Además de reforzar la histórica estructura bizantina, Sinan construyó los dos grandes minaretes adicionales en el extremo oeste del edificio, el original palco del sultán, y el Turbe, mausoleo de Selim II, en el sureste del edificio en 1576-7/984 H. Con el fin de hacer que, un año antes que las partes del patriarcado en la esquina sur del edificio fueron derribadas.​ Por otra parte, una media luna de oro se montó en la parte superior de la cúpula, ​ mientras que se creaba una zona de respeto de 35 arşin, alrededor de 24 metros de ancho, alrededor del edificio, derribando todas las casas que se habían construido en el entorno. ​ Más tarde su Turbe acogió también 43 tumbas de los príncipes otomanos. ​

En 1594/1004H, Mimar, el arquitecto de la corte, Davud Ağa construyó la Turbe de Murad III (1574-1595), donde el sultán y su favorita, Safiye Sultán fueron enterrados más tarde. ​ El mausoleo octogonal de su hijo Mehmed III (1595-1603) y su favorita se construyó al lado de él en 1608/1017 H por el arquitecto real Dalgiç Mehmet Aĝa.[60] ​ Su hijo Mustafa I (1617-1618; 1622-1623) convierte el baptisterio en su Turbe.[61]

Más recientemente se añadieron nuevos elementos, como el minbar (especie de púlpito) decorado con mármoles, y una logia para el almuédano. El sultán Murad III (1574-1595) puso a ambos lados de la ave sendas urnas helenísticas de alabastro, traídas desde Pérgamo. El sultán Mahmud I ordenó la restauración del edificio en 1739 y añadió una madrasa (escuela coránica, actualmente biblioteca del museo), una cocina para dar sopa a los pobres, una biblioteca y, en 1740, una fuente de abluciones rituales (Şadirvan), transformando así el edificio en un külliye, es decir, un vasto complejo social. A la vez se construyeron una nueva galería para el sultán y un nuevo mihrab.

La mejor conocida de las restauraciones de Santa Sofía fue la que se hizo entre 1847 y 1849 por el sultán Abdülmecid, hecha por más 800 obreros dirigidos por dos arquitectos italo-suizos, los hermanos Gaspare y Giuseppe Fossati. Los trabajos consistieron en la consolidación de la cúpula y de las bóvedas, la recuperación de las columnas y la revisión de la decoración interior y exterior. Se limpiaron los mosaicos de la galería. Las viejas lámparas se remplazaron por otras nuevas, más accesibles. Los Fossati añadieron un minbar y se adosaron a los cuatro pilares centrales unos paneles de 7,5 metros de diámetro, con los nombres de Alá, del profeta del Islam Mahoma y de los cuatro primeros califas Abu BakrOmarUthman y Ali, así como los dos nietos de Mahoma: Hasan y Husáin, por el calígrafo Kazasker Mustafa Izzet Efendi (1801-1877)[62]​. En 1850, los Fossati construyeron una nueva galería para el sultán en estilo neobizantino, unida al pabellón real sito tras la mezquita. Fuera del edificio se construyeron un nuevo edificio para el guardián del tiempo y una nueva madrasa. Se modificaron los minaretes para igualar su altura. Acabada la restauración, se reabrió la mezquita con fastuosas ceremonias el 13 de julio de 1849. 

 



10. Santa Sofia convertida en Museo

En 1931, durante el mandato de Mustafa Kemal Atatürk, la mezquita se cierra al público, y se abre nuevamente en 1935, pero esta vez como museo. Aunque desde entonces y hasta 2020 el uso del complejo como lugar de culto (mezquita o iglesia) estaba estrictamente prohibido,[63] en 2006 el gobierno turco permitió la asignación de una pequeña habitación en el complejo del templo para ser utilizada como sala de oración para musulmanes y cristianos. Desde 2013, el almuedano canta la llamada a la oración dos veces al día por la tarde desde los minaretes de Santa Sofía.[64]

Desde su conversión en museo, ha habido peticiones para reconvertir Santa Sofía tanto en iglesia como en mezquita. En 2007, el político griego-americano Chris Spirou creó una organización internacional llamada Free Agia Sophia Council que defiende la causa de restaurar el edificio a su función original como iglesia cristiana.[65]​ Por su parte, el 13 de mayo de 2017, un gran grupo de personas organizado por la Asociación de Jóvenes de Anatolia (AGD) se reunieron frente a Santa Sofía y rezaron la oración de la mañana con un llamado a la reconversión del museo en mezquita.[66]​ El 21 de junio de 2017, la Presidencia de Asuntos Religiosos (Diyanet) organizó un programa especial, que incluía la recitación del Corán y oraciones en Hagia Sofia, para conmemorar el Laylat al-Qadr, el programa fue transmitido en vivo por la televisión estatal TRT.[67]​ El 1 de julio de 2016, las oraciones musulmanas se celebraron de nuevo en Santa Sofía por primera vez en 85 años.[68]

El 31 de marzo de 2018, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan recitó el primer verso del Corán en Santa Sofía, dedicando la oración a las almas de todos los que nos dejaron esta obra como herencia, especialmente el conquistador de Estambul, fortaleciendo el movimiento político para hacer de Santa Sofía una mezquita de nuevo, lo que revertiría la medida de Atatürk de dedicarla a museo secular.[69] En marzo de 2019, Erdoğan anunció que cambiará el estatus de Santa Sofía de un museo a una mezquita[70]​ y agregó que fue "un gran error" convertirlo en un museo.[71]

El 29 de mayo de 2020, el Gobierno de Turquía celebró el 567 aniversario de la conquista otomana de Estambul con una oración islámica en Santa Sofía. Durante el evento se leyeron pasajes del Corán. Grecia condenó esta acción, mientras que Turquía en respuesta acusó a Grecia de hacer declaraciones inútiles e ineficaces. En junio, el jefe de la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía (Diyanet) dijo que estaríamos muy contentos de abrir Santa Sofía para la adoración" y si esto sucede "proporcionaremos nuestros servicios religiosos como lo hacemos en todas nuestras mezquitas.[72]

  

 


11. La reconversión en mezquita (2020)

El 10 de julio de 2020, el Consejo de Estado aprobó la decisión del Consejo de Ministros de transformar la iglesia de Santa Sofía de nuevo en mezquita.[73]​ Y, a pesar de las críticas seculares y globales, Erdogan firmó un decreto que anula el estado de museo de Santa Sofía para su conversión en una mezquita.

El llamado a la oración fue transmitido desde los minaretes poco después del anuncio del cambio y retransmitido por las principales redes de noticias turcas. Los canales de redes sociales del Museo Hagia Sophia fueron retirados el mismo día, y Erdoğan anunció en una conferencia de prensa que las oraciones se realizarían allí a partir del 24 de julio.[74] Un portavoz presidencial dijo que se convertiría en una mezquita en funcionamiento, abierta a cualquiera similar a la Basílica del Sagrado Corazón y la Catedral de Notre-Dame de París. El portavoz también dijo que el cambio no afectaría el estado de Hagia Sophia como sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO, y que los íconos cristianos dentro de ella continuarían protegidos.[75]

Grecia denunció la conversión y la consideró una violación del título de Patrimonio Mundial de la UNESCO.[76] El Patriarca Cirilo I de Moscú, líder de la Iglesia ortodoxa rusa denunció la conversión del edificio en una mezquita como una "amenaza para toda la civilización cristiana" [77]​ Morgan Ortagus, portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, señaló que "estamos decepcionados por la decisión del Gobierno de Turquía de cambiar el estado de Hagia Sophia".[78]

El 10 de julio de 2020, el Consejo de Estado de Turquía aprobó una decisión que decreta que Santa Sofía se use solo como una mezquita y no "para ningún otro propósito".[79]

La UNESCO anunció que "lamenta profundamente" la conversión, "realizada sin debate previo", y pidió a Turquía que "abriera un diálogo sin demora", declarando que la falta de negociación era "lamentable".[80] Orhan Pamuk, famoso novelista turco, denunció públicamente la medida.[81] Por su parte el Papa Francisco aseguró estar "muy dolido" por la reconversión de Santa Sofía en mezquita.[82]

Fuentes turcas dijeron que los íconos y mosaicos cristianos del edificio serán preservados, pero estarán cubiertos con tecnología de luz, cortinas y alfombras durante las oraciones islámicas.[83]

Ibrahim Kalin, portavoz gubernamental del gobierno de Erdogan refirió que los mosaicos de la Virgen María con el Niño Jesús y del Arcángel Gabriel que se encuentran en el ábside del templo y que casualmente están orientados hacia La Meca, serían tapados durante las oraciones musulmanas. También especificó que los otros mosaicos de Jesús y otras figuras bíblicas destacadas no serían cubiertas porque no están localizadas en dirección a La Meca. Tras las oraciones, el recinto volverá a abrirse al público y los mosaicos serían descubiertos.

Finalmente, el 24 de julio de 2020, el templo abrió al público como mezquita en una ceremonia de rezo del viernes en presencia del presidente Recep Tayyip Erdogan y otros líderes musulmanes de países vecinos.[84] Una gran alfombra azul turquesa elegida por Erdogan fue colocada en el piso del templo y los mosaicos cristianos fueron ocultados con cortinas durante la plegaria.[85] 

 


12. Un gran reto y desafío

Queda abierto el interrogante: ¿Recobrará algún día Santa Sofía el propósito y significado original para lo cual se construyó? Cuenta el historiador Procopio de Cesárea que el emperador Justiniano cuando vio Santa Sofía terminada exclamó:"¡Salomón, te he vencido!". Corría el año 537 y Justiniano se había impuesto la misión de cristianizar la parte oriental del antiguo Imperio Romano y crear en Constantinopla la basílica que sería el centro de este nuevo mundo. Para ello mandó traer los más ricos materiales del Imperio Bizantino: mármol verde de Tesalia, pórfido de Egipto, roca negra del Bósforo, columnas del templo de Artemisa, y oro y piedras preciosas para los mosaicos. Ante tanta belleza, el día de su inauguración, la gente aseguraba que un ángel había mostrado los planos a Justiniano. 

Aunque cuando se inauguró con Justiniano I en el 27 de diciembre del 537 sus muros lucían mármoles de colores su decoración tardó en completarse con hermosos mosaicos entre los años 565 y 578 bajo el emperador Justiniano II en los siglos posteriores. En el nártex o pórtico de entrada se encuentra un hermoso mosaico del s. IX en el que aparece el Señor (Basileus) ante el que se postra el emperador Constantino VII en actitud de sumisión y ofrenda. 

Ese ángel ha vuelto a sobrevolar Estambul. Convertida en museo desde 1935, Santa Sofía muestra ahora de nuevo toda su magnificencia después de 17 años enredada en obras y andamios. La restauración empezó en 1993, un año después de ser declarada por la Unesco Patrimonio Histórico de la Humanidad junto con el resto del barrio histórico de Estambul. 

El principal trabajo ha consistido en limpiar 600 metros cuadrados de mosaicos y la cúpula. Durante estos 17 años, obreros y artesanos repararon el domo de 31,3 metros de diámetro y las caligrafías doradas que lo recubren. También se ha descubierto la cara de uno de los ángeles situado en las enormes pechinas sobre las que descansa. 

Melike Oscam, secretaria de la dirección del museo, explica que las caras de los mosaicos se ocultaron bajo un caparazón metálico cuando la basílica se convirtió en mezquita tras la caída de Constantinopla. "Mehmet el Conquistador mandó hacer de Santa Sofía el centro del Califato. Años más tarde, se cubrió la cara de los ángeles, pues en el islam está prohibido rezar delante de representaciones humanas". De la época otomana, también se han limpiado las enormes caligrafías que decoran la pared con el nombre de Allah y de los ocho profetas. "Tuvimos que restaurarlas in situ porque eran demasiado grandes para pasar por la puerta. Por eso descubrimos que fueron hechas dentro del templo", comenta Oscam. 

En el exterior, la restauración se ha centrado en limpiar las fachadas y en reforzar los techos con 50 toneladas de plomo para minimizar los daños del futuro gran terremoto que, según los expertos, azotará la metrópolis en algún momento de los próximos 30 años. No será el primer desastre al que sobrevive Santa Sofía, que se ha enfrentado a varios temblores, asedios y a los caballeros de la Cuarta Cruzada.[86]

Además, el próximo año se podrá visitar el baptisterio, situado en el atrio de Santa Sofía, así como la enorme pila bautismal del siglo VI tallada en un solo bloque de mármol y usada por los cristianos para bautizos colectivos. "Aquellos cristianos se ungían con aceite para que su piel quedara resbaladiza. Tras el bautizo, el demonio no podía tocarles" explica el director del museo Santa Sofía, Haluk Dursun. El edificio, que tiene la misma planta que su hermana mayor, se transformó en el siglo XVI en almacén y posteriormente en mausoleo para los sultanes Mustafa I e Ibraim, que fueron destronados y por tanto indignos de un nuevo panteón como sus antecesores.

Dursun, que ha dirigido los dos últimos años las obras, anuncia nuevos proyectos para 2011: la apertura de la biblioteca del sultán Mahmud I y los trabajos en los techos de la galería superior, recubiertos por una espesa capa de pintura durante el XIX con el fin de proteger sus mosaicos. "Nuestra intención es mostrar todas las etapas por las que ha pasado Santa Sofía, por eso el trabajo nunca se puede dar por acabado". 

 


13. Conclusión

Santa Sofía fue hecha para sobre vivir y es símbolo de las grandes civilizaciones que la hicieron suya. En el 1054 se produjo el gran cisma de oriente cuando 1054 el cardenal Umberto excumulgó al Patriarca Celulario. Para ambos cristianos católicos y ortodoxos y musulmanes Santa Sofía fue un lugar sagrado, templo de Dios, lugar de oración. La imponente cúpula tuvo un simbolismo y significado religioso común, símbolo del cielo y del poder divino y celeste. Actualmente existe un gran desafío cuando se decide que deje de ser un museo y pase a ser de nuevo un lugar de culto. El gran reto de volver a convertirla en lugar de culto es quién debe rendirle el culto. Decidir qué elementos se deben conservar y que capas de historia son las que se deben mostrar es algo difícil de resolver, una batalla que sigue librándose entre sus muros. ¿Que resaltar la época bizantina, cristiana de los cruzados o musulmana?, ¿Los iconos de las imágenes cristianas de hace mil quinientos años o la austera decoración musulmana que prohíbe el uso de las imágenes?

La presente imagen de la superficie de más de 18.000 m2 que se ve de Santa Sofía es lúgubre, opaca y fría, ha perdido la belleza y el resplandor del brillo celestial. Han quedado ocultas las imágenes que fueron cubiertas de yeso. Algunos han tratado de recuperarlas y han acudido a archivos que aún guardan los hermosos mosaicos originales de Santa Sofía. En 1847 el sultán encargó al arquitecto Gaspare Fosati la tarea de restaurar la mezquita de Santa Sofia. Los hermanos Fosati arrancaron el yeso de las paredes y quedaron asombrados ante el esplendor de las imágenes que se ocultaban. El gran descubrimiento fueron los extraordinarios mosaicos bizantinos. Aunque se han encontrado algunos de los mosaicos reproducidos otros no han aparecido pero la gran mayoría siguen ocultos. El centro de la gran cúpula la preside el icono de un Cristo debajo de los versos del Corán. ¿Cuál de las dos imágenes se debería conservar? Nuestro objetivo es pasar el legado a las nuevas generaciones y entre todos la preservemos con el significado originario con el que se construyó. 

Este trabajo lo terminé de hacer el día en que el papa Francisco hacía pública su nueva encíclica de “Fratelli tutti” y que firmó en Asís en la víspera de la fiesta de San Francisco de Asís. En ella recoge un episodio de la vida de San Francisco que nos muestra su corazón de hermano universal sin confines, capaz de ir más allá de las distancias de procedencia, nacionalidad, color o religión. Es su visita al Sultán Malik-el-Kamil, en medio de las cruzadas, que significó para él un gran esfuerzo de romper las barreras y las distancias establecidas por las diferencias de idioma, cultura y religión. Sin desconocer las dificultades y peligros, san Francisco fue al encuentro del Sultán con la misma actitud que pedía a sus hermanos que cuando fueran entre sarracenos y otros infieles […] no promuevan disputas ni controversias, sino que estén sometidos a toda humana criatura por Dios. Impresiona como ochocientos años atrás Francisco invitara evitar toda forma de agresión, violencia o contienda y a vivir con un espíritu humilde y fraterno de sometimiento incluso ante los que no compartían su fe.

La Basílica de Santa Sofía dedicada a la Divina Sabiduría, el Logos, Jesús, la segunda persona de la Santísima Trinidad, encarna este deseo de establecer la comunión con todo el género humano. Hoy más que nunca lejos de caer en luchas doctrinales y confesionales que tanta veces nos han dividido es una llamada a confesar un solo Dios Padre de todos que nos llama a vivir una fraternidad universal donde nos comportemos todos los hombres como verdaderos hermanos.

En un mundo plagado de guerras y divisiones igual que el que vivió Francisco se nos invita a ser hombres de paz y reconciliación viviendo en armonía con todos. El papa Francisco en su encuentro con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, en Abu Dabi quiso recordar que Dios ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos. Ojalá que la Basílica de Santa Sofía como dice el Antiguo Testamento y el propio evangelio en boca de Jesús cuando entró en el Templo de Salomón en Jerusalén sea una casa de oración para todos los pueblos (Is 56,7; Mt 21,9) 

Este es pues el anhelo y el reto que en boca del propio papa Francisco en esta época que nos toca vivir, reconocer la dignidad de cada persona humana, para que podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad. Soñemos, vivamos, caminemos como una única humanidad, como peregrinos en la misma tierra compañeros de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos, todos unidos, trabajando juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz y la comunión entre todos.

 


Bibliografía: 

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·         Ronchey, Silvia; Braccini, Tommaso (2010). Il romanzo di Costantinopoli. Guida letteraria alla Roma d'Oriente. Torino: Einaudi. 



[1] «Hagia Sophia». (2008). The Columbia Encyclopedia (en inglés) en CREDO reference. Consultado el 25 de junio de 2011.

[2] «El Papa, "muy afligido" por la conversión en mezquita de Santa Sofía»ELMUNDO. 12 de julio de 2020. Consultado el 14 de julio de 2020.

[3] Binns, John (2002). An Introduction to the Christian Orthodox Churches. Cambridge: Cambridge University Press. p. 57

[4] Janin (1953), p. 471.

[5] Simons, Marlise (22 de agosto de 1993). «Center of Ottoman Power»The New York Times 

[6] «Hagia Sophia» (en inglés). Arch Net. Archivado desde el original el 5 de enero de 2009.

[7] Los tímpanos de los cinco arcos principales reflejan cómo se llevó el cuerpo de San Marcos a la basílica.

[8] Según Procopio daba la sensación de estar suspendida del cielo por una cadena de oro.

[9] Foni, Alessandro E.; Papagiannakis, George; Magnenat-Talmann, Nadia. «Virtual Hagia Sophia: Restitution, Visualization and Virtual Life Simulation» (en inglés). Virtual World Heritage. Archivado desde el original el 25 de marzo de 2009

[10] Janin (1953), p. 472.

[11] Janin (1953), p. 41.

[12] Janin (1953), p. 472.

[13] Las piezas fueron descubiertas por A. M. Schneider en 1935, bajo el patio oeste, pero posteriormente las excavaciones fueron detenidas por temor a que afectaran a la estabilidad del edificio actual.

[14] La descripción de la construcción del edificio aparece en su obra “Sobre los edificios”: De aedificiis en latín;  Peri ktismatōn, en griego.

[15] Janin (1953), p. 41.

[16] «Haghia Sophia» (en inglés). Emporis. Consultado el 30 de junio de 2011.

[17] Müller-Wiener (1977), p. 86.

[18] Maranci, Christina (septiembre de 203). «The Architect Trdat: Building Practices and Cross-Cultural Exchange in Byzantium and Armenia»Journal of the Society of Architectural Historians (en inglés)(Society of Architectural Historians) 62(3): 294-305. Consultado el 30 de junio de 2011.

[19] El suceso fue descrito por el historiador bizantino Nicetas Choniates.

[20] Al decir: et in Spiritum Sanctum, dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit. Se decía:

“Del Padre y del Hijo y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo”.

[21]Texto latino de la fuente: «cum consensu Romani pontificis, liceret ecclesiam Constantinopolitanam in suo orbe, sicuti Roma in universo, universalem dici et haberi» RAOUL GLABER, Les cinq livres de ses Histoires (900-1044), M. PROU (ed), Paris 1886, lib. IV, cap. I, p. 92).

[22] Véase, por ejemplo, la carta que Alfredo y Samantha Volpiano envió al papa invitándolo a defender la unidad del poder espiritual de Pedro, cf. R. GLABER, ibidem. p. 93.

[23] Conmemorado hoy en día como santo, tanto en la Iglesia ortodoxa como en la Iglesia católica.

[24] Patriarca Focio de Constantinopla: su vida, contribuciones académicas y correspondencia junto con una traducción de las Cincuenta y dos de sus cartas por Despina Stratoudaki White, derechos de autor Holy Cross Orthodox Press, 1982

[25] Varios de los papas contemporáneos a dicha fecha, pretendían sostener sus preceptos religiosos, por ejemplo, en los escritos del obispo Ireneo de Lyon (santo padre apostólico), el cual decía que "es necesario que cualquier Iglesia esté en armonía con la Iglesia hermana, por considerarla depositaria primigenia de la Tradición apostólica". Dichos pontífices interpretarían como dicha "Iglesia hermana" a Roma en su caso.

[26] Tras el Concilio Vaticano II (1962), la Iglesia católica inició una serie de iniciativas que han contribuido al acercamiento entre ambas iglesias, y así el papa Pablo VI y el patriarca ecuménico Atenágoras I decidieron, en una declaración conjunta, el 7 de diciembre de 1965, «cancelar de la memoria de la Iglesia la sentencia de excomunión que había sido pronunciada».

[27] Entonces los turcos capturaron a su emperador, Romano IV Diógenes.

[28] A medida que los bizantinos retrocedían a través de Asia Menor, los turcos selyúcidas los seguían. El nuevo emperador Alejo I Comneno no podía hacer nada para evitarlo. Fue por lo que pidió al papa Urbano II refuerzos para luchar contra los turcos.

[29] Esta fue la excusa para permitir que los cruzados invadiesen el territorio bizantino.

[30] Los habitantes de Constantinopla no eran conscientes por aquel entonces de la amenaza que se cernía sobre ellos.

[31] La flota veneciana era la mejor de Europa. Los venecianos habían construido unas grandes naves de modo que los cruzados podían montar sus caballos a bordo y con rampas de madera podían bajarse y descender a la orilla totalmente armados.

[32] La enorme muralla teodosiana con una altura de 9 m. y gigantescas torres se consideraba inexpugnable, pero este flanco que daba al mar era su punto débil.

[33] Este era el talón de Aquiles de la ciudad amurallada de Constantinopla.

[34] La guardia Varangiana estaba formada por mercenarios ingleses y daneses que formaban un ejército de élite.

[35] La ceremonia fue celebrada el 16 de mayo.

[36] Los otomanos debían superar una sucesión de barreras que parecían infranqueables. Primero un gran foso de 20 m de ancho, luego un gran muro almenado con una terraza denominada parateichion, luego otra muralla exterior con torres en forma de media luna, luego otra zona aterrazada denominada períbolos y finalmente una muralla interior con sólidas torres coronada con una pasarela almenada.

[37] Los recursos empleados en la toma de Constantinopla supusieron un avance considerable de la tecnología de la pólvora.

[38] El veneciano Nicolo Barbaro que siguió de cerca los hechos dejó anotado en su diario del asedio que muchos habitantes de Constantinopla asumieron el lema de un dignatario de la corte imperial, Lucas Notaras, cuando dijo: “Más vale ver reinar en Constantinopla el turbante de los turcos que la mirada de los latinos”

[39] El erudito Eneas Silvio Piccolomini escribía al papa: “¿Qué es esa execrable noticia que nos llega sobre Constantinopla? Me tiembla la mano mientras escribo”.

[40] En cierto modo, cabría decir que la caída de Constantinopla causó en su tiempo un impacto comparable al que los hechos del 11-S de 2001 han tenido en nuestra época.

[41] Ali, Daniel and Spencer, Robert. Inside Islam. West Chester: Ascension Press, 2003, pp. 108–110, 112–118.

[42] Runciman, Steven (1965). The Fall of Constantinople, 1453. Cambridge: Cambridge University Press. p. 145. 

[43] Nicol. The End of the Byzantine Empire, p. 90.

[44] Runciman. The Fall of Constantinople, p. 147.

[45] Runciman. The Fall of Constantinople, pp. 133-134. Nicol, Donald M. The Last Centuries of Byzantium 1261–1453. Cambridge: Cambridge University Press, 1972, p. 389.

[46] Nicol. The End of the Byzantine Empire, p. 90.

[47] Runciman. The Fall of Constantinople, p. 147.

[48] Nicol, Donald M. The Last Centuries of Byzantium 1261–1453. Cambridge: Cambridge University Press, 1972, p. 389.

[49] Nicol, Donald M. The Last Centuries of Byzantium 1261–1453. Cambridge: Cambridge University Press, 1972, p. 389.

[50] Janin (1953), p. 475.

[51] Tafur, Pero (1926). Travels and Adventures, 1435–1439. Trans. M. Letts. London: G. Routledge. pp. 138-148.

[52] G. Gerola, “Le vedute di Costantinopoli di Cristoforo Buondemonti,” SBN 3 (1931): 247-79.

[53] Mamboury (1953), p. 288.

[54] Necipoĝlu (2005), pg. 13

[55] Müller-Wiener (1977), p. 91.

[56] Janin (1953), p. 475.

[57] Mamboury (1953), p. 288.

[58] Müller-Wiener (1977), p. 91.

[59] Mungan, I. (2004). Hagia Sophia and Mimar Sinan. Mungan & Wittek (eds); Taylor & Francis Group, London. pp. 383-384.

[60] Müller-Wiener (1977), p. 93.

[61] Mungan, I. (2004). Hagia Sophia and Mimar Sinan. Mungan & Wittek (eds); Taylor & Francis Group, London. pp. 383-384.

[62] Neil Wilson (1995). Berlitz Pub, ed. Discover Turkey (en inglés). p. 90.

[63] «Ýstanbul Tanýtýmý – Ayasofya Müzesi». Istanbul.gov.tr. Archivado desde el original el 24 de enero de 2012

[64] «Ayasofya'da ezan okunuyor, duydunuz mu?». Timeturk. Consultado el 16 de julio de 2013.

[65] «Group unveils initiative on Hagia Sophia»HomeboyMediaNews.

[66] Turkey refutes Greece on Quran session in Hagia Sophia

[67] «Turkey rejects Greek criticism of Hagia Sophia prayers». hurriyet.

[68]  «Muslim group prays in front of Hagia Sophia to demand re-conversion into mosque». hurriyet.

[69] Turkish President Erdoğan recites Islamic prayer at the Hagia Sophia

[70] «Hagia Sophia's status to be changed to mosque: Erdoğan». hurriyet.

[71] «Hagia Sophia: Controversy as Erdogan says museum and former cathedral will become a mosque». euronews.

[72] Turkey refutes Greece on Quran session in Hagia Sophia

[73] Iglesia, mezquita, museo y mezquita otra vez: Turquía decreta reconvertir Santa Sofía

[74] Hagia Sophia: Turkey turns iconic Istanbul museum into mosque

[75] Erdogan Signs Decree Allowing Hagia Sophia to Be Used as a Mosque Again

[76] Basílica de Santa Sofía aviva tensiones entre Turquía y Grecia

[77] World reacts to Turkey reconverting Hagia Sophia into a mosque

[78] World reacts to Turkey reconverting Hagia Sophia into a mosque

[79] Making the Hagia Sophia a mosque is a political slap in the face for the West

[80] UNESCO statement on Hagia Sophia, Istanbul

[81] Hagia Sophia: Turkey turns iconic Istanbul museum into mosque

[82] El papa Francisco, “muy dolido” por la conversión en mezquita de Santa Sofía

[83] Christian icons in the Hagia Sophia will be covered using optical technology: Hurriyet

[84] Santa Sofía extiende la alfombra al primer rezo musulmán de Erdogan

[85] Erdogan y miles de fieles asisten al primer rezo musulmán en Santa Sofía tras su reapertura como mezquita

[86] En el s. XIII los cruzados y venecianos saquearon Santa Sofía llevándose el oro de los mosaicos y tesoros que hoy se pueden ver en la iglesia de San Marcos (los caballos alados de la fachada) o la corona de espinas de Cristo que hoy se encuentra en la capilla de Sainte Chapelle de París.

 

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