CRISTO, EL ALFA Y LA OMEGA: EL PRINCIPIO
Y EL FIN
EL JUICIO FINAL DE MIGUEL ANGEL
Introdución
Acabamos
de celebrar el Pentecostés, el nacimiento de la Iglesia que nos sitúa en este
tiempo de la Iglesia en espera de la venida definitiva y gloriosa de Cristo. La
resurrección de los muertos viene por medio digo nombre todos mueren por ser de
Adán y todos también recibirán la vida por ser de Cristo. Cristo es el alfa
y el omega, el principio y el fin. Cristo fue la primicia; su
resurrección como cabeza se prolonga con todos los que sean de Cristo.
En
el tiempo final cuando Cristo entregue a Dios Padre el Reino después de haber
destruido toda grandeza dominio y poderío, pondrá bajo sus pies a todos sus
enemigos. El último enemigo en destruir será la muerte cuando todo le esté
sometido, el Hijo mismo se someterá a aquel que le sometió todas las cosas y en
adelante será Dios todo en todos.
El
triunfo de la humanidad va mucho más allá de la paz universal y de la justicia
por fin lograda entre los hombres. La expresión Dios será todo en todos y el
hombre entrará como Cristo en su gloria nos habla de la plenitud de cómo el
hombre será transformado recibiendo todo lo que Dios le puedes dar y que es
mucho más de lo que nunca se pudo imaginar o esperar. (1 Co 20-28)
Hoy precisamente celebramos la
vigilia de la fiesta de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote. Quizás no suele ser
este un atributo o apelativo común el de Sumo y Eterno Sacerdote más sin
embargo puede ayudarnos como clave de interpretación de lo que pretendemos
ahondar la figura de Cristo Juez.
Cristo Sumo y Eterno Juez nos dará a conocer la Sabiduría y la Justicia divina. Nuestro Sumo y
Eterno Juez es el que al final de los tiempos impartirá su Justicia. Sabemos
que además de Juez es también para nosotros nuestro Divino Redentor, Pastor, Sacerdote
y Víctima. Cristo, verdadero Dios y
verdadero hombre, es para nosotros nuestro modelo a seguir: “tened entre
vosotros los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Fil 2, 1-3). “Esto exige de
todos los cristianos que, en la medida de lo posible, reproduzcamos en nuestro
interior las mismas actitudes que tiene nuestro Divino Redentor, el que se puso
en lugar del hombre pecador y se ofreció por nuestros pecados. A él la adoración,
la alabanza, el poder, el honor y la gloria” (Pio XII, carta encíclica mediator
Dei, AAS 39, 552-553).
En este artículo pretendemos ahondar en la figura de Cristo, Alfa y Omega, Principio y Fin a partir de recuperar el tema de la Parusía, del final de los tiempos, del Juicio Final. Para ello vamos a tomar la genial obra pictórica del Juicio Final de Miguel Ángel.
1.
LA TIPOLOGIA DEL JUICIO
A veces obviamos preguntarnos sobre esta realidad del Juicio Final como si se tratara de algo ajeno o lejano a nosotros. Sin embargo frecuentemente nos preguntamos: ¿por qué existe el mal?, ¿porqué Dios permite tanta injusticia?, ¿porqué los malos triunfan en esta vida? Todo esto quedará esclarecido al final a la luz de la sabiduría divina. En el día Final del Juicio, se dará conocer a toda la humanidad como Dios dispuso la Historia de la Salvación para nuestro mayor bien y nos dejó a merced de nuestro libre albedrío.
De hecho Dios no vendrá a condenar sino a salvar. “Para los que se
hayan sometido al designio de Dios no habrá condenación; solo quien haya
rechazado la salvación ofrecida por Dios en Cristo con su misericordia
ilimitada se encontrará condenado porque se habrá condenado a sí mismo” (Juan
Pablo II, carta encíclica Dives misericordia 7 , 99)
En nuestra confesión de fe, en el Credo,
decimos que “Cristo vendrá de nuevo con gloria para juzgar a vivos y muertos y
su Reino no tendrá fin” El anuncio del Juicio Final se observa a lo largo del
Antiguo Testamento. El juicio es anunciado por los Profetas, así no lo dejan
ver los profetas Daniel o Joel.
El Juicio Final es descrito también
en el Evangelio: “Entonces aparecerá en el cielo la señal de la venida del Hijo
del Hombre y todas las razas de la tierra se golpearán el pecho al ver al Hijo
del Hombre viniendo en las nubes del cielo con el poder divino y la plenitud de
la gloria. Mandará a sus Ángeles los cuales tocarán la trompeta y reunirán a
los elegidos de los cuatro puntos cardinales de un extremo a otro del mundo” (Mt
24, 30-31), “El, como Pastor, separará a las ovejas de los machos cabríos
poniendo las ovejas a su derecha y los machos cabríos a su izquierda” (Mt 25,32)
San Juan en el libro del Apocalipsis
nos narra también la visión del Juicio Final: “Vi un trono espléndido muy
grande y al que se sentaba en el. Su aspecto hizo desaparecer el cielo y la
tierra sin dejar huellas. Los muertos grandes y chicos estaban al pie del Trono.
Se abrieron y después otro más el Libro de la Vida. Entonces los muertos serán
juzgados de acuerdo a lo que estaba escrito en los libros, es decir, cada uno
según sus obras”. (Ap 20, 11-14)
Digamos que el tema del Juicio Final ha sido tratado innumerables veces desde el inicio del arte Cristiano. Se desarrolla a todo lo largo de la Edad Media. También se recogerá en el Renacimiento. Lo que realiza Miguel Ángel no es una novedad sino más bien es una nueva y más intensa significación del contenido profundiza en el contenido incluso estilísticamente y pictóricamente está manifestando lo que se hablaba en ese entorno ( pensemos que estamos en el contexto del Concilio de Trento en donde se van a determinar una serie de cosas que nosotros vamos a ver representadas en el fresco de Miguel Ángel. Lo que trata de hacer el genio Miguel Ángel es profundizar en los elementos y conceptos teológicos que se contenían en estas obras, respondiendo al esquema de las obras propias de su época.
Pero empecemos con un breve recorrido de sus antecedentes. Son
muchos los artistas que van a hacer uso de la tipología del Juicio Final. Entonces
los conceptos teológicos se contenían en estas obras y sobre las cuales sobre
los cuales la cristiandad había ya reflexionado profundamente. La reflexión
teológica respondía a la filosofía de Santo Tomás de Aquino en la teología
católica medieval. Incluso tenía resonancia en la poesía sacra o literatura clásica,
pensemos en el en el poema la literatura de la Divina Comedia de Dante Alighieri.
Recordamos
del artículo anterior, las representaciones del Juicio Final que ya
encontrábamos en la Catedral vieja de Salamanca[1].
La representación del Juicio Final tanto en la entrada como en el testero
frontal dejaban ver elementos propios de esta tipología: el Pantócrator, el
solio del Supremo Juez, los grupos de ángeles a cada lado, los profetas, la
genealogía de María San Joaquín y Santa Ana, el precursor San Juan Bautista,
los Santos. También se observaban los ángeles que portaban los símbolos de la
Pasión y los ángeles que con trompetas llamaban a juicio. En el ábside central
observábamos una composición de forma similar. En el centro está el cuerpo
semidesnudo de Cristo Resucitado cubierto con un sudario en vigorosa actitud con su brazo
derecho alzado dictando sentencia. En la parte inferior se representan hombres
saliendo de sus sepulturas. Los que están a la derecha vestidos con túnicas
blancas, los que son encaminados hacia la izquierda van desnudos hacia la
enorme boca del dragón.
Todo
esto deja claro que la tipología del Juicio Final estaba extendida y formaba
parte de la decoración del frontis de muchas iglesias. En la configuración de
los templos cristianos se hizo habitual representar en el lado oriental al Señor
que vuelve como Rey, imagen de la esperanza, mientras en el lado occidental
estaba el Juicio Final.
Vamos ahora a acercarnos al contexto más afín florentino italiano a través de una serie de obras que sintonizan con el contexto histórico de Miguel Ángel.
Nos detenemos en la representación del Juicio del Beato Angélico. En este Juicio Final en una de las partes va a poner la lucha de las almas en el momento previo a la sentencia. La sentencia determinará entonces para irse al cielo, al purgatorio o al al infierno. Esta era precisamente la doctrina que se promulgaría en Trento (En el concilio se debatía, entre otros, el tema de los Novísimos, la existencia del purgatorio y el tema de las indulgencias tan debatido por la Contrarreforma). Los creyentes en Cristo que acojan su salvación con una vida recta gozarán de la bienaventuranza del cielo.
En el fresco del Beato Angélico se observa cuando recién van entrando los salvados. Aparece el detalle de como un Ángel muy tiernamente abraza a una de las almas salvadas. Todos estos elementos serán recogidos y elaborados de forma magistral en el Juicio Universal de Miguel Ángel.
Orto
ejemplo otro más de los artistas que se conocía en ese tiempo era Nardo de Chione
que trabaja en la Iglesia de Florencia Santa María Novella. En este fresco aparecen todos los coros que están participando del decreto de sentencia de nuestro
Señor Jesucristo en el Juicio Final incluso. Los Ángeles al medio tienen
los instrumentos de la Pasión, todos en coro para entonar el cántico nuevo de los redimidos, la
música nueva de la vida nueva.
Otro
ejemplo lo encontramos en otro artista italiano Scrovegni. El artista reproduce
un Juicio Final que también está dividido por estratos. Aparecen los coros angélicos, los coros apostólicos y de mártires, los elegidos que están a mano izquierda
ascendiendo y después las almas que desde la tierra están saliendo y por otra
parte el descenso hacia los infiernos. Conviene también destacar la imagen inferior acercándose a una especie
de puerta que hay en el lugar donde tenemos la Cruz.
Otro ejemplo es el juicio de Lucas Señorelli que trabajo en la catedral de Orvieto. En esa bellísima Catedral de Orvieto hay una capilla que se llama de San Brizio que está dedicada al Santo y allí hay una unos frescos que realizó Lucas Señorelli. Este pintor que va a tratar el tema también el tema de los novísimos es decir las postrimerías, las últimas cosas que suceden en la vida de ser humano, es decir: la muerte, el juicio, el cielo y el infierno.
2.
LA OBRA DE UN GENIO
Dice Hipólito Taine hablando de los genios que, ni la ciencia profunda, ni la completa posesión de todos los recursos del arte, ni la fecundidad de la imaginación, ni la originalidad del espíritu, han bastado para colocarles en este lugar. Lo que les ha llevado a tal rango es su alma, un alma de Dios.
De igual manera la grandeza de Miguel Ángel que admiramos a través de su obra está en osarse a entrar en este misterio de nuestra salvación. Sorprende su percepción y su visión. Cómo pudo alcanzar esa criatura indefensa y atormentada que es el ser humano un anciano decrépito elevarse a las alturas para contemplar este misterio.
Uno de sus biógrafos cuenta de verse lleno de frío cruzar las nevadas calles de Roma cerca del Coliseo. Alguien se acerca y le pregunta: "a dónde va usted, el contesta a la escuela para ver si aprendo algo". Responder así este anciano Miguel Ángel nos habla del buen arte que solo los genios se atrevieron a hacer. Miguel Ángel es sin duda uno de los genios más grandes junto a Dante, Shakespeare, Beethoven; de alguna forma la trilogía más alta quizá del espíritu creativo humano.
Miguel Ángel próximo al fin de su existencia se va desprendiendo de
ataduras terrenas (como él mismo confiesa) para imbuirse en este buen arte que saber adentrarse a contemplar el misterio Dios. "Ninguna cosa tiene que distraer mi alma vuelta hacia el Divino amor que sobre la Cruz abrió los brazos para recibirnos"
Cuando
se le encarga por parte del papa Julio II la ejecución del fresco Juicio Final son los momentos en la
cúspide de su gloria y a su vez de una dramática existencia. No nos asustemos y temblamos solamente al contemplar la
obra. "Es el susto y el temblor que sentiremos ante el Juicio de aquel que nos ha
de juzgar a todos. El alma de inteligencia pura y libre puede por medio de la
mirada elevarse hasta tu esplendor pero el amor por ardiente que sea no concede
tal privilegio al cuerpo humano pesado y mortal".
2.1
LA REPRESENTACION DEL JUICIO FINAL DE MIGUEL ANGEL
La
Capilla Sixtina, que es el lugar en donde se encuentra el fresco del Juicio Final,
fue construida con el propósito de tener un lugar digno para realizar las
solemnidades más importantes del del calendario litúrgico. Ese es el propósito
de este lugar tan importante para el corazón de la Iglesia. Un lugar en donde se
conmemoraban los misterios más importantes de la Historia de la Salvación era el lugar más apropiado para recoger los grandes eventos desde
la Creación del mundo por parte de Dios hasta el final de la historia humana, el Juicio Final. La ejecución y restauración de la Capilla que estuvo a cargo de varios artistas memorables del
Renacimiento tuvo a Miguel Ángel como el máximo exponente. Nosotros vamos sobre todo a centrarnos a la representación del techo y la pared dónde está la historia de la salvación tiene su culmen, el Juicio
Final.
La Capilla Sixtina recoge la manifestación pictórica más asombrosa que realizó Miguel Ángel a petición del pedido del papa Julio II.[2] Para tal empresa dividió artificiosamente la vasta superficie de la bóveda formando un entramado arquitectónico para separar las composiciones y poder decorar en aquella gran bóveda toda la Historia de Salvación desde los primeros padres pasando por los patriarcas hasta culminar con Cristo. Las primeras figuras de Adán y Eva presentan el inicio de la creación. Dios creando Eva del cuerpo de Adán dormido. Le sigue la escena del pecado y la expulsión del paraíso.
Cuatro años pasó allí encerrado Miguel Ángel. Tuvo que superar muchísimas fatigas e inconvenientes. Tuvo que montar un gran andamio y pasar toda clase de calamidades. No solo tuvo que luchar con las dificultades propias del arte sino con apuros
económicos. Dos veces hubo de suspender la obra. Por fin fue inaugurada el día
de Todos los Santos en 1512. Julio II quiso celebrar aquel día la misa de
pontifical en la capilla.
2.3
EL GRAN ENCARGO DEL JUICIO CULMEN DE SU OBRA EN LA CAPILLA
Fue el papa Sixto IV quien ordenó
la restauración de la capilla en 1473. Anteriormente llamada la capella
Magna estaba dedicada a la Virgen María. En el frontis se encontraba la
pintura de la Virgen de la Asunción de Perugino. En 1503 el papa Clemente VII
encarga dos frescos en las paredes frontales; en el altar frontal el juicio y
en el lado de enfrente la resurrección. Esta última se acabó abandonando.
Al principio Miguel Ángel rechaza la oferta pero después procede finalmente a aceptarla. Después de pintar la bóveda, 25 años más tarde. Miguel Ángel volvió a entrar en la capilla para pintar por orden del papa Clemente la gran pared del fondo para representar el último de la tragedia humana, el Juicio Final.
Es interesante que en la decoración de la Capilla Sixtina no haya la menor mención del Calvario (salvo los emblemas o atributos de la Pasión en los lunetos: La columna, la Cruz, la corona de espinas y los clavos ) Parece como si un Miguel Ángel no quisiera acordarse de la redención. Trabajó en el Juicio Final seis años y fue inaugurado el día de Navidad de 1541,
En
lo alto en el centro El Salvador, a modo de Júpiter antiguo, lleno de fuerza y
vitalidad. Es una figura colosal que expresa la divina majestad de Cristo. Al
lado de Cristo está la Virgen en actitud reverente. En lo más alto grupos de Ángeles llevan
los atributos de la pasión.
Su composición gigante (gigantomaquia)
no es tan armoniosa como la de la bóveda llena de sentimientos elevados y
amables. El Juicio aparece lleno de dramatismo (terrabilitá). En el Juicio Final hay un personaje central Cristo en torno al cual gira todo. El cuerpo
humano aparece agigantado estirado, retorcido, torturado. Parece como si Miguel Ángel ya
no quisiera representar la figura del hombre como una máquina perfecta de
músculos huesos y tendones. Es preciso cambiar la mirada y estimar más el Juicio Final
a pesar de lo que tiene de estridencias y disonancias.[3]
A primera vista el Juicio Final puede ser contemplada como una expresión en cierto modo tumultuosa y caótica. Pero hay un elemento integrador y catalizador. En el centro aparece Cristo de forma poderosa con mucho énfasis reflejando el poder de Dios. Con su mano derecha alzada, como Juez dicta sentencia encauzando las almas a su derecha o a su izquierda. Una agitación convulsiva recorre este movimiento conjunto. Cristo Juez reordena el universo en el día final separando el bien del mal y situando a las criaturas en la gloria o en el infierno.[4]
2.4 SU ESTADO DE ANIMO
Miguel Ángel vivió al final de su vida un tiempo borrascoso. De alguna forma su estado de ánimo se percibe la dramatización del fresco del Juicio. En la representación del Juicio se muestra una martirizada energía la llamada Terriblitá de Miguel Ángel. De ahí que las expresiones de los personajes estén cargadas de este dramatismo. Influye sin duda el contexto en el que vive, al principio del Concilio de Trento y de la Contrarreforma y después del Saqueo De Roma. Se vive un tiempo convulso. El conflicto de la visión interior que vive el propio autor se refleja en el Juicio.
Miguel Ángel fue un hombre muy controvertido. Pese a todo quiso evitar las relaciones mundanas con los personajes de su época por eso ha sido tachado desde su propio tiempo de antisocial y de duro de trato aunque siempre trató de ser imparcial con todos. Pero salvo un entorno intimo (Lamela Nicole, Colonna y Tomaso Cavalieri, sus amores platónicos) fue incomprendido al punto de ganarse el epíteto de ermitaño ( al final se sintió solo y abatido, ni se casó ni tuvo hijos). Su genialidad y capacidad de trabajo remeció positiva y negativamente como todos los genios. Estas actitudes lamentablemente de envidia o de desprecio a su persona y a su obra ya desde el momento en que el artista estaba vivo y sobre todo a la religión que profesaba le ocasionaron muchos problemas. Fue tachado de homosexual y de herético y sus detractores buscaron arruinarle depravadamente.
Cuando Miguel Ángel trabaja de nuevo en la Capilla
Sixtina ya no era el mismo hombre habían pasado 25 años desde que terminó la
bóveda y pasaba de los 60 años de edad. Era una persona introvertida y pesimista, terco
malhumorado. A pesar de ser un devoto, su religiosidad y espiritualidad fue confrontada por los tiempos que le tocó vivir. La iglesia estaba en
crisis por el surgimiento de la reforma protestante
Miguel Ángel anciano, a la vuelta del mundo, tratando
siempre injustamente, incomprendido y despreciado encuentra en el arte su sostén, consuelo y refugio. Es curioso su autorretrato en
la piel informe que le arrancan al mártir San Bartolomé y que éste sostiene en
su poderosa mano izquierda pero dotada con los rasgos del pintor. Este Santo
dirige hacia Cristo una mirada llena de reproches como preguntando si debes
salvarlo o dejarlo caer. Este peculiar autorretrato corresponde con el estado de
ánimo que se va adueñando del maestro conforme envejece (en sus cartas y biografías de Giorgio Vasari y Ascanio Condivi, encontramos la prueba de todo esto).
Miguel Ángel se sentía explotado financieramente
estafado por sus comitentes, especialmente por Julio II que fríamente
sometió a una dura prueba al artista. durante En una de sus últimos cartas el
artista se describe de un modo que nos recuerda mucho al autorretrato sobre la
piel de San Bartolomé: “soy una bolsa de piel repleta de huesos y nervios mi
rostro es la imagen del horror. Las tan alabadas artes de las que yo tanto supe me
han traído hasta aquí. Soy como el tuétano en su funda, encerrado, pobre, solitario. La vivienda más parece una tumba que me impide remontar el vuelo. Quien ha comido o tomado una pócima deja sus heces delante de mi puerta. Aprendí a
distinguir el olor de los tipos de orinas en el canalillo la pestilencia de los
locos que vagan de noche de aquí para allá. Mi amiga es Lamela Nicole que trata de dar reposo al tormento. Yo sería bueno para la figura del bufón. Con esta cabaña aquí
en medio de los Palacios estoy consumido desgarrado roto por tanto esfuerzo
pobre viejo sometido a otro me desharé si no muero pronto”.
Miguel Ángel sitúa la entrada a los infiernos en el
lugar al que está obligado a dirigir los ojos el sacerdote, al pie de la Cruz. La Cruz del altar
que separa a ambos espacios sería calculada estratégicamente por el artista (algo
presente en otros juicios como los de Andrea del Salto y Bartolomeo). Es
notorio que Miguel Ángel ha cambiado y su pintura se orienta a conmover y
expresar un estado de ánimo interior y no tanto hacer una demostración triunfante
como las pinturas de la bóveda. El juicio final se concluye en 1541 donde comenzaba a preparar su muerte que aconteció en 1564.
2.5 CONTEXTO SOCIO CULTURAL DE LA OBRA
En la biografía que Giorgio Vasari hizo del artista cuando aún vivía escribió con mucho detalle una descripción del contexto histórico religioso y cultural de su época. Dice el biógrafo: "después de 100 años de tinieblas debido al cisma de Occidente sancionado en 1417 en medio de una crisis gravísima que por casi 40 años trató de destruir el papado la autoridad de la Iglesia especialmente en materia de fe y moral, donde además se impuso un Gobierno falso con el antipapa Juan XXIII" fue un cataclismo doctrinal y social que se reinició con la herejía Protestante iniciada el año 1517. Por eso hablamos de "100 años de tinieblas" como dice el biógrafo y tuvo una de sus manifestaciones históricas en él Saqueo de Roma de 1527. Este es el contexto la obra que tratamos de analizar. Si hablamos del Saqueo de Roma en 1527 nos encontramos a pocos años de la comisión que le hace Clemente VII al artista. La comisión, según algunos algunas cartas que tenemos, comienza en 1533 es decir seis años después del Saqueo de Roma. Los protagonistas de estos momentos han vivido todo esto que acabamos de mencionar. Este es el contexto en el que el genial artista Florentino Miguel Ángel realiza su gran obra del Juicio Final.
3.
LA FORMA CROMATICA
Resaltemos algunas cosas del del del total de esta gran obra. Aunque como es habitual en la
pintura al fresco predomina la línea y el dibujo sobre los planos de color, el
color va a ser central en la composición de Miguel Ángel. En su composición
utiliza como fondo el azul ultramar. Las figuras muestran claros rasgos
manieristas como el color metalizado con los colores tornasolados y ácidos.
Combina especialmente naranjas y verdes que puntean toda la escena con una
clara oposición de colores cálidos en las figuras, frente a los fríos del cielo
azul. La luz es utilizada con efectos constructivos de claroscuros para
producir volumen y efectos expresivos. La luz de la escena va ascendiendo de
las zonas inferiores hacia las zonas superiores y la figura central que es
Cristo, La luz, el sol sin ocaso.
Miguel Ángel interpreta todo el fresco del Juicio Final como un juego de luz y una balanza, un acto ascendente de las almas contrapuesto con el acto descendente de las almas que caen estrepitosamente al infierno. Las figuras están pintadas en una especie de movimiento vascular que queremos decir la novedad que propone el genial pintor es un fresco total que es como una entera balanza (pensemos que San Miguel en los juicios universales era el que tomaba la balanza para pesar a las almas)
En el fresco observamos toda una elaboración y transformación cromática. La parte del ascenso se convierte en un
color va haciendo más posibilidades de los pigmentos Miguel Ángel va usando más
pigmentos pictóricos y también van decayendo el uso de los colores por ejemplo
va pasando del color amarillo y ocre al rojo y gris en la parte del infierno.
Por
último, el fondo azul que es muy importante. Es el color particular que que
Miguel Ángel usa para decir algo más que la
representación realista del cielo. El azul ultramar es un color usado
desde la antigüedad y más precisamente en el ámbito del medioevo para indicar
la atmósfera celestial. (el azul ultramar era un color que para encontrarlo
había que ir más allá de los confines de la tierra y buscarlo en el límite del
paraíso es decir en ese lugar donde estaba ahí el el paraíso terrenal Adán y
Eva y pasando a los celestial de Dios que se había perdido precisamente por el
pecado original).
En
efecto San Alberto Magno a este color azul le llama microcosmos por las
manchas blancas de esta piedra preciosa pero tiene azul. Rose dice que es como
una nube que recorre su composición. Por lo tanto en el juicio no estamos
delante de algo meramente representativo sino simbólico.
Miguel
Ángel trata de situarnos ante este momento crucial, no como espectadores sino
intentando encontrar nuestro lugar. Estamos todos presentes. En este día final
todos sabrán las cosas como son de verdad, todos participarán al momento de la
sentencia para la gloria de Dios y de su verdad y su justicia. En conclusión
esta pintura no es una catástrofe ni un momento terrible de un Dios vengativo
si no es el triunfo de Dios y el rescate de las almas fieles que la interpreta
de otro modo no entienden nada ni de la fe ni del arte católico ni del arte del
genio Florentino.
4.
LA COMPOSICION
Antes
de entrar en la composición del Juicio Final en la gran pared del altar frontal
de la Capilla Sixtina, conviene decir que en principio, como ya mencionamos, se había pensado
reproducir en la gran pared posterior de entrada a la Capilla el tema de la
Resurrección de Cristo. Por motivos que no llegamos a indagar esta composición
quedó como proyecto irrealizado pues no llegó a ejecutarse. Sin duda hubiera podido ser un complemento muy valioso en su comprensión unitaria de la Historia de la Salvación.
El
Juicio Final también llamado Juicio Universal (Mt 25) se representó
pues en la gran pared del altar. Esta obra pictórica fue realizada en los años
de 1536 a 1543 cuando ya había pintado la entera bóveda de la Capilla Sixtina. El juicio Universal consta de una grandiosa representación, el último día, el día del
juicio en el centro domina la representación. La figura de Cristo Juez quien con su brazo
levantado parece casi dar un movimiento vertiginoso a todo el conjunto
imperiosamente mandando bienaventurados y condenados para recibir su premio o
castigo.
Todas
las figuras que componen este inmenso fresco aparecen empapadas de una
atmósfera apocalíptica penetradas por el sentido dramático de la vida y de la
muerte. Miguel Ángel en este fresco alcanzó ciertamente una de las cumbres más
altas de su arte.
Su
realización se presentan una vez más grandiosa y poderosa, en la orquestación
del conjunto, en la concepción unitaria y compleja del tema, en el sentimiento a
la vez heroico y dramático que arrastra como en un torbellino a la composición. La figura del Cristo en el centro da impulso a un movimiento rotatorio de todo
el cosmos que en su derredor se distribuye según la concepción tradicional, partición de condenados y bienaventurados. Sin embargo tal esquema tradicional cobra un ritmo nuevo más grandioso y poderoso hasta dar la
idea de la divinidad superior del Dios que lo preside. A diferencia de la composición de la bóveda, ninguna estructura
arquitectónica se introduce esta vez para separar los grupos de personas o
episodios de acontecimientos antes bien una atmósfera universal y cerrada
domina la grandiosa escena.
La composición del juicio de Miguel Ángel es sumamente novedosa pues abandona las arquitecturas fingidas que utilizó en la bóveda para crear una escena unitaria. Toda la obra se organiza de forma centrípeta y centrífuga alrededor del Cristo Juez. Todas las figuras parecen girar desde su centro. Los elegidos subiendo y los condenados bajando con el grupo de Ángeles con trompetas como enlace. Esto otorgaba unidad y ritmo en una constante correlación de movimientos ascendentes, descendente y diagonales.
En esta obra vemos casi 400 figuras del tamaño real o más grandes. A pesar del aparente desorden Miguel Ángel divide a las figuras en cuatro grupos, los dos superiores dedicados al mundo celeste y los inferiores al mundo de las tinieblas y el abismo.
La parte alta
En la parte alta se representa el mundo celestial . Hay 2 lunetos en la parte superior del fresco ajeno a la situación que se vive. Los Ángeles portan los atributos de la pasión. En el luneto izquierdo, algunos ángeles llevan la cruz de Cristo, la corona de espinas y los clavos de la Pasión. En el luneto derecho, otros ángeles llevan la columna de la flagelación de Cristo.
El espacio central está presidido por Cristo y rodeado por los Santos. Es el
primer círculo central. A ambos lados de este grupo central hay como
otro segundo círculo, el círculo de los mártires y de las mujeres
vírgenes.
La tensión se condensa en el grupo central de Cristo Juez lanzando un rayo como Zeus al grupo de la izquierda. En torno al Salvador aparecen además de la Virgen los apóstoles y patriarcas las sibilas y los profetas a los pies de Cristo se destacan las figuras de San Bartolomé y de San Lorenzo.
Entre los personajes que se amontonan en el primer grupo unos están en un ambiente de relativo temor, no saben qué hacer. Entre el tumulto otros están encontrando a sus familiares y amigos alegrándose de su encuentro, otros llegan a conmoverse reflejándolo en sus lágrimas.
La zona intermedia
Los que resucitan o salvados ascienden
al cielo. Algunos Ángeles ayudan a subirlos al cielo. Los que son condenados
que caen al infierno, unos caen y parecen estar desesperados, varios son
obligados a subir a la barca de Caronte. De la barca, los culpados son lanzados
por los demonios a las oscuridades.
En la zona intermedia del fresco, las multitudes se dividen en dos grupos: los que están ascendiendo al Cielo, que se encuentran al lado izquierdo y los que descienden a las tinieblas, al lado derecho. Las personas que ascienden son las que estaban en la Tierra en el momento en que Cristo llama a todas las personas. Muchos están resucitando y son representados como cadáveres. Algunos ángeles ayudan a subirlos al Cielo, y más adelante, las mismas personas ayudan a otras a que asciendan. En la Tierra hay algunos demonios escondidos en cuevas. Algunos demonios intentan evitar que las personas asciendan al Cielo.
Del lado derecho están los condenados que están siendo arrojados por ángeles y algunas personas a las Tinieblas. Muchos caen y parecen realmente estar muy desesperados. Varios son obligados a subir a la barca de Caronte con la más espantosa de las violencias. Caronte es uno de los monstruos más horribles en el cuadro. De la barca, los condenados son tirados por algunos demonios a las Tinieblas. Ahí está Minos, cuyos genitales son mordidos por una serpiente, y según la historia, tiene la cara y las facciones de uno de los sacerdotes que criticó al fresco cuando Miguel Ángel lo mostró. Los ríos de fuego y azufre les esperan.
La zona inferior
El traslado de los muertos en la
barca de Caronte (apelación a la mitología clásica donde la barca se conduce a
Laguna Estigia hasta la boca del infierno). En el fresco se deja ver la entrada
en el infierno desde la que se ve a los condenados sumergirse en las tinieblas
del abismo ante la presencia del juez y rey de los infiernos Minos.
4.
LA TEOLOGIA QUE ENCIERRA SU OBRA[5]
San Juan Pablo II cuando inaugura con una misa la restauración de los frescos de del genial pintor Florentino Miguel Ángel dice lo siguiente respecto a la composición de su arte pictórico: “se trata de un bien cultural de valor incalculable de un bien que reviste carácter universal. Lo atestiguan los innumerables peregrinos que de todas las naciones del mundo vienen a visitar este lugar para admirar la obra de ilustres maestros y reconocer en esta capilla una especie de admirable síntesis y de la Historia de Salvación”.[6]
Se trata de una verdadera confesión de fe, Juan Pablo II continúa diciendo: “Miguel Ángel suscita en nosotros el vivo deseo de
profesar nuestra fe en Dios creador de todo lo visible y lo invisible y al
mismo tiempo nos impulsa a reafirmar nuestra adhesión a Cristo resucitado que
vendrá el último día como Juez Supremo de vivos y muertos”.
Ante esta obra maestra del arte confesamos nuestra fe en Cristo Rey del Universo cuyo Reino no tendrá fin. Por lo tanto todo se centra él. En este sentido Juan Pablo II dice que la representación de la obra de Miguel Ángel nos ayuda a leer con profundo análisis para dar peso a nuestra existencia humana a la luz de la revelación. Tenemos solo una vida no hay que desperdiciarla. Es por eso que en muchas pinturas se ponen estos elementos para hacernos pensar en las postrimerías en los últimos momentos de nuestra vida (los Novísimos).
El
juicio de Miguel Ángel entonces no tiene nada de catastrófico ni tampoco se
puede analizar a través de una serie de elementos casi anecdóticos en cuanto a la relevancia de sus figuras. Miguel Ángel trata de situarnos en el momento donde se juega el destino final del universo. Miguel Ángel trata, en cierta forma, de ponernos alerta, de dejarnos con los sentidos atentos para no perder la vida en cosas
inútiles en frivolidades o lamentos o resentimientos por las acciones de los otros. La presencia de los Ángeles y de los Santos nos muestran la trascendencia del momento, la advertencia que no debemos eludir el momento de rendir cuentas ante el Juicio Final, de acuerdo con los actos que hayamos cometido.
En nuestro credo católico confesamos “Creo en un solo Dios creador del cielo y de la tierra de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero”. Siguiendo esta lógica dice San Juan Pablo II: “En el ámbito de la Luz que proviene de Dios también el cuerpo humano conserva su esplendor y su dignidad. Si el cuerpo lo separamos de esta dimensión en cierto modo se convierte en un objeto que con facilidad se envilece como las almas que cae en el infierno. Solo ante Dios, ante los ojos de Dios, el cuerpo humano, el ser humano, puede permanecer desnudo íntegro descubierto conservando intacto su esplendor y su belleza”.
Enmarcada
en el contexto que vivía Miguel Ángel que mencionábamos se entiende la fuerza creativa y apologética de la Iglesia católica que trataba de poner fin a esos 100 años de tinieblas. Era necesario hacer frente a la contradicción en
temas de fe y moral que vivía la Iglesia. Como dice Giorgio Vasari, biógrafo de Miguel Ángel:
“la pintura de Miguel Ángel parece como una pintura enviada por Dios a los
hombres en la tierra, infundida con la divinidad del conocimiento de Dios, destinada a
pulverizar las certezas de aquellos que ponen en duda la certeza de la fe. Miguel Ángel nos hace sacar la venda de los ojos de la mente llenas de tinieblas
sacándonos la venda de lo falso que ensombrecía los aposentos del intelecto”.
En definitiva lo que pretende Miguel Ángel es un reclamo a la conversión y a
la penitencia. Estas son las coordenadas en las que tenemos que entender
entonces la obra del Juicio Final que pintó Miguel Ángel.
La obra de Miguel Ángel destaca la relevancia del tema del Juicio Final. Su pintura hemos de verla con honestidad en su tratado composicional y reconocer en sus protagonistas este drama místico y universal.
La pintura está dividida en distintos estadios, en distintos estratos, (círculos) que nos permiten entender lo que se
realiza y el deseo en el artista de encontrar una solución armónica del conjunto. Para la relación entre los grupos diversos representados vamos a analizarlos
por grupos (círculos) pero aunados en la fuerza centrípeta del Cristo Juez que está a
punto de dar sentencia definitiva a los destinos humanos. Estamos justo en ese
momento del decreto definitivo. Cristo como supremo Juez (no condena) decreta
sentencia.
Hay que
considerar el Juicio Final no como un solo momento particular. Cuando decimos que el tema principal es el Juicio la Sentencia no es solo ese momento sino que se trata como un compendio de momentos que dan curso final a este momento final. Estamos frente a las postrimerías de estas últimas cosas (los Novísimos) que
el cristiano tendría que meditar y que están en el corazón de la Capilla
Sixtina como coronando toda la Historia de la Salvación de los hombres.
El fresco del Juicio Final se compone de una colección de muchos eventos. Aunque se desarrollen en diferentes cronologías se ven simultáneamente como un solo evento. Se trata del momento más crítico de toda la historia humana. Es el momento final, es el momento crucial en el que en el Justo Juez fija el destino para cada persona. Este destino no es ajeno a la libertad de cada uno, en cierta forma la persona marca su destino con sus propias elecciones. Cada uno de nosotros tendrá eternamente aquello que ha elegido durante la vida sea el bien que eligió o el mal que quiso hacer, el pecado que eligió o la gracia que siguió. Así será entonces el destino de nuestras vidas, el destino eterno que nos espera después de la sentencia del Justo Juez
Estamos
en el momento en donde se ha acabado el tiempo del mérito y la misericordia y
lo único que queda ahora es la sentencia por las obras que el ser humano haya realizado y por lo tanto estamos delante de la
verdad y la justicia divina y eterna. Este es el momento que trata de representar Miguel Ángel en el Juicio Final
Se trata de una verdadera obra apologética de la Iglesia Católica delante esos 100 años de tinieblas.. Miguel Ángel quiso dar claridad al misterio de nuestra fe, al destino último de nuestra existencia y de toda la humanidad. Pensemos que ese término claridad está referido a la belleza y a la percepción intelectual de las cosas. Por lo tanto está hablando de la de los artículos de la fe manifestados a través de su obra pictórica. El autor va a tratar de proponer apologéticamente su obra de arte. Miguel Ángel se sitúa como testigo que confirma la fe firme de la Iglesia católica, la fe que pese a sus dudas y crisis el artista trató de vivir coherentemente.
Alrededor
del Cristo Juez, el hombre nuevo, el Nuevo Adán que da inicio a toda la humanidad nueva. En torno a Cristo
aparece tanto la humanidad caída fruto del pecado (primer Adán) como la humanidad nueva
renovada en Cristo (Nuevo Adán).
5.
CLAVES TIPOLOGICAS
La
figura central es Cristo que como juez en la parusía, en la segunda venida, con su mano alzada genera el movimiento tremendo y dinámico del día final El Cristo resucitado aparece con esta
fuerza centrípeta que ya hemos descrito como movimiento general del del
fresco. Es la manifestación del poder legítimo del Hijo de Dios revestido de todo su poder y gloria.
Cristo aparece como el Eterno y Justo Juez del Universo. Cristo, como dice el credo: Dios y hombre verdadero. Así la representación responde a toda esta simbología, esta tipología del Cristo Juez. El gesto del Juez no es vengativo. La gestualidad de sus brazos mas bien responde a las bendiciones (estamos en la Capilla Sixtina que es un ambiente en donde se solemniza la liturgia, por lo tanto hay una gestualidad muy específica). El gesto de su brazo alzado y su mano derecha abierta es de impartir una sentencia que tiene en cuenta también sus propios dones. Los dones de nuestro Señor Jesucristo porque se imparte con una mano llagada. Las manos de Cristo tienen las marcas de los clavos y el costado está expuesto es el Cristo después de la Pasión que ha sufrido por nosotros. El Cristo levanta la mano para la sentencia final, por lo tanto es una sentencia del todo particular. El rostro aparece imperturbable casi no tiene gestualidad porque todo sigue el curso de los acontecimientos dispuestos por su divina providencia.
5.1. CRISTO LA LUZ
Como dice el artículo del Credo "Dios de Dios, Luz de Luz". Como en el origen Dios con la Luz separa la oscuridad y las tinieblas. Jesús viene como Luz del mundo para iluminar a todo hombre.
Se trata de una interpretación cósmica heliocéntrica de la humanidad en la que Cristo ocupa el espacio del Sol. Cristo aparece rodeado de una mandorla de oro de la que salen rayos luminosos. Hacia él concurren todas las figuras. Esta interpretación se alejaba de la visión geocéntrica que la Iglesia mostraba en esos momentos).
Todo
el gran fresco responde a la tensión o lucha que se da entre la luz y las
tinieblas, entre el poder del bien y del mal. Cristo aparece como fuente de luz
con una aureola de sol. A medida que las figuras se acercan a Cristo las
figuras van tomando color, irradiando su luz. A medida que se alejan van
perdiendo la luz y el color. De la misma forma que al principio Dios hizo
surgir la luz y separó las tinieblas, Cristo como Juez divino con su gesto se
inicia el decisivo momento de luz en donde asiente ascienden los salvados y de
las tinieblas en donde se precipitan los réprobos.
Toda
la iluminación del fresco de Miguel Ángel está sincronizada con en el gesto de
Cristo en los rayos de luz que van tocando los cuerpos de los transfigurados o
Santos de los que están ascendiendo y atraídos por la Luz y lo que van descendiendo al Sheol y se van poniendo más oscuro. Esto es lo que está sucediendo a partir de el
que es la luz y que va a decretar sentencia.
La
luz de la escena va ascendiendo. Las zonas inferiores son oscuras (la región
del sheol y los infiernos). Incluso de la región de las tinieblas los hombres
que van resucitando según van ascendiendo y acercándose a la Luz, Cristo, van
resplandeciendo por la luz que este les irradia.
5.2. CRISTO MODELO DE PERFECCION. VERDADERO
DIOS
Como dice el artículo del Credo "Dios verdadero de Dios verdadero". Se resalta la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo. Esto es lo que pretende Miguel Ángel.
Cristo
aparece sin barba como el eternamente joven. El canon de perfección esta de
acuerdo con los moldes clásicos de la época. El modelo del artista es el rostro
de Apolo. el dios Apolo es una escultura clásica que representa a un dios de
figura humana. Es una imagen que responde a los semina verbi es decir
aquellas semillas que se encuentran en las culturas paganas que de algún modo
preanuncian lo que iba a venir como el mesías. (Es algo ya utilizado por Miguel Ángel en el fresco de la bóveda de la Capilla Sixtina dónde las sibilas que son las
profetizas paganas anuncian la venida del mesías Salvador) Así pues Cristo
sería el verdadero Apolo, Dios hecho hombre. O como dice Dante el verdadero
Júpiter. O como dice la Biblia el Nuevo Adán.
El Juicio Final se debe purificar de todo un lenguaje simbólico que no es fácil de interpretar. En la pintura de Miguel Ángel, tanto en la figura de Cristo como los personajes que le acompañan, se nota las semblanzas de una poderosa divinidad griega. Diríamos que no
aparece el manso y humilde hijo del carpintero o el Cristo pantocrátor de los
iconos medievales que tienden a ser más semejante al hombre histórico. En cambio
pareciera que el Cristo Juez de Miguel Ángel (lejos de
esa forma de Siervo que mencionas a Pablo en su himno cristológico a los
filipenses Fil 2,1ss) pareciera más bien la figura del grandioso
Zeus que aún reflejando una profunda parsimonia con su mano alzada parece estar
a punto de lanzar sus saetas de rayos sobre el mundo.
En ese sentido puede hacerse una sana crítica al respecto. Miguel Ángel busca otra interpretación se da también en la revelación cristiana. Miguel Ángel se inspira en el Apocalipsis. En su contexto trata de hacer alianza entre el arte del mundo clásico y el lenguaje apocalíptico. Es por eso que las figuras mitológicas que renacen durante este período en algunos puntos distorsiona el mensaje cristiano.
Mientras para el mundo griego la perfección es ideal y se
busca por fuera, para el cristianismo (de modo completamente inverso) lo ideal
es El Logos desde el cual por el cual y en el cual todo ha sido creado. El
ideal de perfección no se debe buscar afuera como si se encontrara lejos de
nosotros en su perfección acabada en su formalidad autónoma como si se tratase
de un Dios estático como las estatuas griegas. Por el contrario esta forma
ideal para nosotros se ha hecho carne y ha venido a habitar en medio de
nosotros. Nuestro Dios es el que inflamado de pasión y de amor extiende su
palabra hasta los confines de nuestra caverna como simbolizan tan bellamente
los iconos del nacimiento de Jesús asumiendo los límites de nuestra materia en
toda su radicalidad.
5.3. CRISTO PROTOTIPO VERDADERO HOMBRE
Como dice el artículo del Credo "se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre" Se resalta la naturaleza humana de nuestro Señor Jesucristo. Esto es lo que pretende Miguel Ángel.
Cristo diríamos es el arquetipo, más que un modelo anatómico de belleza del ser humano. (se podría hacer una
referencia al torso de Belvedere en la que muchos artistas han fijado para
poder determinar y seguir los cánones de la estructura anatómica ideal e
perfecta integral de del ser humano) Por lo tanto el Cristo de Miguel Ángel va
a tener esa esas características de perfección anatómica.
Cristo
aparece como arquetipo, prototipo del verdadero hombre, el modelo del ser humano y
especialmente es el modelo de los salvados en su condición gloriosa. Llama la
atención que los demás seres que están en el Juicio Final van como repitiendo
esas características de perfección que encontramos en Cristo, en cambio los
réprobos los que están cayendo en el infierno se están
transformando se están mutando y perdiendo esa condición ideal de anatómica que de algún modo va degradándose.
La
perfección viene de Cristo como prototipo y modelo del hombre perfecto.
Mientras que uno se va acercando a Cristo, resalta la figura pues la belleza
verdadera viene de Cristo y se degrada cuando uno se aleja de él. Nada tienen
entonces que ver con una representación sensual de parte del artista.
5.4. LA VIRGEN COMO VERDADERA MUJER NUEVA EVA
La Virgen es la mujer que está al lado de Cristo. Está hecha según el modelo de la piedad. Es la Virgen, la nueva Eva, que en el Calvario acoge la nueva maternidad de los renacidos en su Hijo (9de su costado abierto en la Cruz. La Virgen ya no reza ni intercede.
Cuando Miguel Ángel prepara los dibujos se ve que hay unas veces que la pone rezando y otras con las manos en alto como las orantes de las catacumbas, otras. Sin embargo sorprende que aquí no está intercediendo. La Virgen está con los brazos cruzados porque el tiempo del mérito ha pasado ahora solo sigue la sentencia de su Justo Hijo.
Su semblante sereno no expresa ni terror ni angustia. En su actitud plácida serena y pasiva también se nos quiere expresar que solo sigue los eventos providenciales como los ha hecho en la vida. Con los brazos cruzados refleja la característica de complacencia y abandono en Dios. María trata de meditar todo en su corazón tenerlo para sí contemplarlo y entenderlo a la luz de la fe por lo tanto entiende que son eventos providenciales. Los que han amado a Dios tendrán la bienaventuranza eterna, los que han odiado a Dios mediante su pecado caerán en las tinieblas. Ese es el destino por eso ya no es necesaria y oportuna la intercesión porque ya está todo decidido.
Estamos en el final, en el destino universal, en lo que determina la historia futura eterna de los seres humanos y también por qué no en la convivencia con Dios. Aquellos que se encomendaron a ella han tenido la posibilidad de salvarse los que no acudieron a su maternidad (que por eso muestra de algún modo el vientre) ahora ya no tienen ninguna esperanza. Han dejado la oportunidad voluntariamente de aproximarse a la Madre que nos alcanza de su Hijo la salvación por intercesión la Virgen. Es por ello que no hace el gesto de súplica sino que se deja todo ante la potencia y veracidad de Cristo Juez.
Hay un cierto recato ante la sentencia definitiva porque como también lo
dice la sagrada escritura y la teología quién puede estar delante de Cristo. Es
por eso que la Virgen gira el rostro hacia uno de los estratos que vamos a analizar
ahora es decir está mirando aquellos que han se han confiado y a los que ha
llegado su intercesión y por eso que entonces son los que se elevan a vivir en
esta eternidad alrededor de su Hijo.
6.
CIRCULOS DE INTERPRETACION. SU ROL Y SIGNIFICADO
Para descodificar el significado específico de la obra tenemos que ir analizando todos estos estratos que nos ha dejado tan claramente Miguel Ángel pero a la vez de manera tan unitaria con esa composición centrípeta que en la cual yo les hacía mención en partiendo con la figura de nuestro Señor Jesucristo al centro. La representación tiende a nuestro Señor Jesucristo en ascenso y después desciende a través de los distintos ámbitos o estratos de los que nos vamos a ocupar ahora .Vamos pues a analizar el fresco a través de sucesivos círculos para tratar de ver en ellos su significación teológica.
6.1. LAS DOS LUNETAS SUPERIORES
El primer estrato son las lunetas o semicírculos en donde encontramos los seres que transportan los emblemas o armas de la Pasión de Cristo. Lo que tenemos allí son la Cruz, el Pilar, la lanza, la esponja, los clavos y la corona que son transportadas por estos seres. Estos instrumentos de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo fueron las armas con las cuales nos ganó la redención y nos salvó.
Todos estos
instrumentos son llevados por una serie de seres pintados con cuerpos
voluminosos no musculosos con un movimiento dinámico. Son Ángeles
antropomórficos (porque así aparecen en muchas de las obras de los primeros
siglos) Aparecen sin alas de forma antropomórfica, con cuerpo
humano. Dios se relaciona con el hombre proporcionalmente a su capacidad (es precisamente el lenguaje que aparece en la Biblia, a veces en el Antiguo Testamento y otras en el Nuevo).
Los movimientos y la gestualidad de
estos Ángeles ayudan a analizar el significado. Estos se encuentran en los instrumentos de la Pasión. Hay un Ángel que
pone la mano para ser clavada o por ejemplo se ve el esfuerzo que hacen para
sostener o cargar la Cruz (evidentemente es una referencia al Evangelio
que la Cruz pesa pero hay que llevarla o hay que participar en la pasión de
Cristo) El Ángel de la corona tiene la mano extendida para para
recibir los clavos. Un Ángel muestra nuevamente el abrazo a la columna. Cristo solidario con el sufrimiento humano, cargó con nuestros pecados. Recibió los azotes
por parte de los hombres por los pecados de los hombres. Por lo tanto los Ángeles son también personajes alegóricos que tratan de dar el significado de Nuestro Señor Jesucristo con los atributos de la Pasión. "Por nuestra causa fue crucificado, padeció y fué sepultado". Este Cristo "resucitó y subió al cielo y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin".
6.2. EL CIRCULO CENTRAL: LA MANDORLA DE CRISTO
Y LA VIRGEN
El círculo central de Cristo está concebido a una escala superior a los infiernos. Esta escala mayor representa el cielo y responde a una función evidentemente jerárquica. De este modo rompe toda visión de planimetría creando un efecto convexo y de movimiento rotatorio en torno a un Cristo que es el Sol divino de Justicia. Se trata de una nueva cosmogonía, una nueva creación, unos nuevos cielos más allá de nuestra concepción terrestre meramente humana, "el Reino que no tendrá fin".
Cristo
está como en una mandorla de oro una especie de figura elíptica de la que salen
estos rayos dorados Pues bien los círculos que acompañaban van a insistir en los
atributos de Nuestro Señor Jesucristo. Jesucristo, principio y fin, alfa y omega es el Verbo Encarnado es el Mesías el
anunciado que imparte sentencia junto a los coros de los apóstoles mártires y
profetas. Nos centramos en el círculo central que acompaña a Cristo en este
gesto tan impresionante de Nuestro Señor. Cristo tiene
características particulares pero que se acentúan a través de la representación
de los círculos concéntricos a su propio círculo de su entorno más próximo. Así los personajes aumentan en proporción y grandeza en la medida que están próximos a Cristo Rey del Universo. .
A
partir de este círculo o mandorla central vamos a ver los Santos que se unen al
círculo de la Virgen y el Cristo. Están como en el artículo del credo: se trata de la
comunión de los Santos. "Creo en la comunión de los santos, , la resurrección de la carne y la vida eterna". Por eso los Santos participan en el Juicio y ayudan a las almas
salvadas a subir y gozar de la vida plena y eterna. Junto a Cristo aparecen la Virgen y San
Juan Bautista , el Precursor. Estas figuras son como la deisis (figura que generalmente se utiliza en los ritos orientales). La Virgen y San
Juan Bautista son como abogados de la humanidad.
En el centro vemos a Cristo y junto a él la Virgen. En torno a Cristo y la Virgen aparece un primer círculo de personajes, son los Santos y Apóstoles. San Juan Bautista aparece envuelto en pieles. San Pedro con las llaves, San Pablo con barba larga, San Sebastián quien lleva flechas, Santa Catalina con una Rueda donde fue martirizada, San Blas con un par de rastrillo. A los pies de Cristo aparece San Lorenzo con una parrilla quien fue quemado hasta la muerte y a San Bartolomé con un cuchillo en su mano y en la otra su piel quien fue desollado vivo. Aparecen también algunas mujeres que vemos tienen cuerpos musculosos entre ellas tantas heroínas y mártires.
Este
primer círculo nos permite entonces identificar el rol del coro de los Santos
en el Juicio Final. Nos dan los parámetros para conocer la dignidad del Justo
Juez que es Dios, "verdadero Dios y verdadero hombre" (doble naturaleza). Es por
lo que aparece la genealogía para acentuar su naturaleza de hombre. Dios
imparten la justicia ante los jueces del Antiguo Testamento y también ante los
apóstoles indicando que son testigos ante el Justo Juez que imparte sentencia y
que defienden y abogan por aquello que ellos hicieron durante la vida. Este primer círculo central lo vamos a tratar de
desglosar poco a poco.
6.3 CIRCULO DE LA GENEALOGIA
Los
personajes de la izquierda constituyen la genealogía del Juez Universal. Vemos
por ejemplo además del ya citado San Juan Bautista en casi de cuerpo entero a
San José que sostiene la Cruz. Aparece también Zacarías el viejo que está de
rojo a los pies o la misma Santa Isabel entre otros. Estos son los que nos
indican que Cristo es parte del de la raza humana.
6.4 CIRCULO DE LOS REYES Y JUECES
Detrás
de la figura de Cristo Juez arriba vamos a tener el grupo de los Reyes y los Jueces del Antiguo Testamento, aquellos que están encargados de dispensar la
justicia de Dios. Los Reyes y Jueces son los que preanuncian con sus sentencias
las sentencias de Cristo sobre la justicia divina. Así por ejemplo reconocemos a
Moisés con los cuernos y al rey David con la corona.
6.5 CIRCULO DE LOS APOSTOLES Y SANTAS
MUJERES
Al
otro lado derecho de Cristo Juez tenemos a los apóstoles que es parte de la
tradición que indica que los coros de los apóstoles van a participar en el
juicio. Podemos así reconocer a San Pedro que está con las llaves en la mano.
(La llave de oro que desata y la llave de plata es la que ata porque es el
poder que confirió nuestro Señor a Pedro y a la Iglesia. La confesión es otro momento de la sentencia judicial. Pedro aparece devolviendo las llaves a nuestro
Señor Jesucristo después de haber administrado la justicia divina a través de su perdón. "Creo en el perdón de los pecados" Ahora le toca
determinar definitivamente lo que ha ocurrido durante el tiempo para perpetuarlo ahora en la
eternidad). San Juan mira a nuestro Señor Jesucristo y además extiende la mano
hacia el observador pidiendo por él.
También
encontramos a las santas mujeres las que están más atrás y que vemos detrás por
ejemplo de San Andrés que está al lado de San Pedro. Las santas mujeres que
acompañan a Cristo ahora están presentes también en este juicio universal. Las santas mujeres se cubren el rostro de la luz definitiva y final
(diríamos que es demasiada luz para aquellas mujeres que lo vieron casi
en las tinieblas de la muerte colgando de la Cruz y ahora lo ven en gloria). A
los pies del Justo Juez tenemos a los abuelos de Jesús San Joaquín y Santa Ana
Santa Ana está del lado de la genealogía de Jesús. San Joaquín está del lado de
los patriarcas profetas, apóstoles y mártires.
6.6 EL CIRCULO DE LOS PATRONOS
Por último cerrando el círculo central y en mayor escala tenemos a los patrones de la Iglesia de Roma que son San Lorenzo que tiene la parrilla del del martirio (recordamos que lo asaron vivo) y San Bartolomé con la piel en la mano y que fue descuartizado y despellejado (sus reliquias están en la isla Tiberina) Estos dos grandes patrones no solo son patrones de Roma sino que además son los patrones de la Capilla Sixtina (de ahí su gran tamaño). En un principio, como ya dijimos, la Capilla estaba dedicada a la Santísima Virgen María, a la Virgen María Asunta a los cielos, pero más tarde se cambio el fresco primitivo de la Virgen Asunta de Perugio por el fresco del Juicio de Miguel Ángel y tomaron relevancia estos santos.
6.7 EL CIRCULO SUPERIOR IZQUIERDA: LAS
HEROINAS MUJERES
Vamos a detenernos ahora al círculo superior izquierda, el de las heroinas mujeres, mujeres que defendieron e intercedieron por el pueblo de Dios. Lo encabezan dos mujeres (de mayor tamaño) que son probablemente quienes inauguran el grupo de la alegoría de la Iglesia y la sinagoga. A estas dos mujeres (una que ayuda a la otra) la sigue Judith que le cortó la cabeza a Holofernes y que el artista había pintado en uno de los pinachos de la de la capilla en el techo. Aparece también la reina Ester que intercedió por su pueblo.
Aparecen también en el grupo Raquel con Lía conversando (esa
mujer que está con hablando con otra y que se que se vuelve casi desnuda). Está
también la mujer de Noé quien aparece mirando el techo en dirección al marido
(es la mujer que tiene atuendos verdes y con las con las dos manos indicando
hacia lo alto) y por último termina el extremo superior izquierdo con una mujer
anciana que se cubre la cabeza, Eva, que es la madre de los vivientes donde
parte toda esta génesis.
6.8. EL CIRCULO SUPERIOR DERECHA: LOS PROFETAS
QUE ANUNCIARON EL JUICIO DE DIOS
En
el círculo superior derecho tenemos los Santos Profetas (Nos encontramos
debajo de la columna de la flagelación). Son los que habían predicado del
juicio de Dios contra el pueblo impenitente anunciando el día final y
definitivo. Se inicia con el profeta Oseas, sigue con el profeta Natán y con
Jonás que es el que repite el gesto del justo juez. (Jonás también es figura en
el Antiguo Testamento de nuestro Señor Jesucristo).
6.9. EL CIRCULO DE LOS MARTIRES Y CONFESORES
DE LA FE
Los
Santos mártires y confesores de la fe son los hombres y mujeres que testimonian
con su vida la fe en Cristo y que han dado su vida para que prevalezca su
nombre y dieron prueba del poder de redentor de Jesucristo. Estos círculos entonces afirman la universalidad
del poder del Justo Juez al que nadie puede escapar porque es parte de la Providencia Divina.
Ellos
nos están indicando que a pesar y especialmente a través de las cruces y
pesares vividas por amor a Cristo podemos alcanzar el cielo como ellos lo
alcanzaron. Estos mártires muestran a los
pecadores los instrumentos que usaron para infringirles dolor y asesinarlos por odio a su fe. En correspondencia a los instrumentos utilizados en la Pasión de Cristo.
Tenemos
entre ellos los mártires del Antiguo Testamento. Isaías que tiene la sega como
una especie de serrucho para cortar. Se observa también a San Simón zelotes el
apóstol, Daniel y los tres jóvenes que fueron lanzados al horno ardiente que están
en formando una especie de círculos inferiores. Tenemos también por ejemplo a
San Blas y Santa Catalina de Siena y Santa Catalina de Siena (está mostrándole
la Rueda a los que están aún en el purgatorio. Junto a ella el héroe San
Sebastián que muestra las flechas de su martirio. Es importante reconocer las insignias y distintivos del martirio de los Santos porque son los instrumentos
por los cuales alcanzaron la eterna beatitud.
Subiendo
en este grupo nos encontramos con el buen ladrón Dimas ayudado por San Simeón
el Cireneo con una inmensa Cruz, los cuatro padres y doctores de la Iglesia,
San Agustín que está con su madre Santa Mónica, San Jerónimo que está con la
mano levantada casi mostrándonos la Cruz, San Ambrosio y San Gregorio casi
hablando de estos de estos últimos momentos y por último vemos a los grupos de
figuras abrazándose y besándose (Es interesante destacar que son los gestos que
se reciben al encontrarse padres e hijos hermanos también partícipes del
triunfo de la gloria del cielo, así pues no tiene nada que ver con ninguna
connotación sensual).
Por
último tenemos a los primeros padres que están participando de este gozo como
Noé que aparece como el viejo barbudo que está con un atuendo verde y detrás de
ellos está Adán con el con el justo Abel en el lado
opuesto de ese lugar donde estaba Eva que se cubría la cabeza en el lugar
de las santas mujeres. Diríamos que se cierra así el círculo de la primera y la Nueva Creación en Cristo.
6.10 EL CIRCULO DE LOS ANGELES ANUNCIANDO EL
JUICIO Y LOS LIBROS
A manera de charnela más hacia el centro nos encontramos a los Ángeles que tocan las trompetas y portan los libros. Los libros y las trompetas responden al día final (como aparece en el libro del Apocalipsis) Son los Ángeles que anuncian el fin de la historia y el inicio de la vida eterna. Los Ángeles portan dos libros. Hay un libro más pequeño que es el libro de la vida, de los vivientes, de los bienaventurados. Hay otro grande incluso es tan pesado que lo sostienen dos Ángeles. (según el Evangelio son pocos los salvados y muchos los condenados). Se exalta el movimiento a través de las posturas de Los Ángeles porque es como una sentencia que se anuncia con toda la fuerza (se expresa por ejemplo en las mejillas hinchadas para soplar la trompeta final). Se anuncia la Victoria de Cristo y la bienaventuranza de a los muertos que van resucitando. Se está mostrando así el dramatismo ilustrativo del juicio final.
6.11 EL CIRCULO DE LOS MUERTOS QUE RESUCITAN
Los
muertos que resucitan los representa Miguel Ángel con cuerpos gloriosos, con un cuerpo inmortal
ahora ya para la vida eterna. Sin embargo algunos aún están batallando porque
los resucitados son disputados entre Ángeles y demonios. Son quizás los que se
arrepienten en el último momento y todos están vestidos de gris. El gris es el
color de la muerte y a medida que van ascendiendo van tomando color, es decir
se van transformando para una vida nueva y gloriosa. Seguimos con el ascenso de
los salvados y los Ángeles que ayudan a las almas benditas a subir a este nuevo
estado de gloria de felicidad y vida nueva; aun cuando tengan todavía que luchar
con las artimañas de los demonios estamos en el momento del trance de la
muerte. (Pensemos que muchas veces el demonio tienta en ese momento, por eso
que se juegan entonces hasta el último momento).
Se
pude observar un cuerpo que esta siendo tirado por cuentas de un rosario (Es un rosario árabe con los 99 nombres de Dios que quizás muestra la conversión aún
de los paganos). Los cuerpos que se elevan son más esbeltos y fuertes pero con una
tal liviandad que nos insinúan una nueva realidad, la realidad eterna de los
cuerpos glorificados. Estos cuerpos suben con movimientos que manifiesta la
liberación de las garras de la muerte. El artista hace gala de ese dinamismo de
las figuras qué es el principio motor de toda la composición
6.12 EL CIRCULO DE LOS DEL PURGATORIO
Vamos
al otro extremo donde se representa la lucha en el purgatorio. En el lado opuesto vemos la
terrible lucha las penas del purgatorio. (Conviene recordar toda la doctrina de
los Novisimos que era la doctrina que se estaba desarrollando y estableciendo
precisamente en el Concilio de Trento). En el fresco del Juicio Miguel Ángel trata de representar lo que sucedía
con las almas en el purgatorio y de la necesidad de pedir por las almas del purgatorio )
El artista trata de escenificar el dramatismo, la tensión y el conflicto. Hay un hombre que tiene la cara de desesperación que se cubre la mitad de la cara es decir que representa a los que ya han perdido la oportunidad y que cae en las manos de los demonios (lo muerde una serpiente). Es como el remordimiento por haber desaprovechado las oportunidades y lo va tirando fuertemente otro demonio.
En el lado opuesto de los glorificados estos van tomando
características más bellas más cromáticas más coloridas más livianas. Los que
no se arrepienten van cayendo pesadamente y se van transformando en horribles
monstruos. Van perdiendo la fe y la esperanza. La escenografía dantesca tiene
rasgos que se explicitan grandilocuentemente en la en la Divina comedia de
Dante Alighieri, es casi una representación literal la que está haciendo Miguel
Ángel de una forma alegórica.
Estamos pues en el ámbito del purgatorio en donde Dante dice que se espían terriblemente estos pecados. Hay una serie de presuntos retratos de prelados incluso que han traicionado la fe y la moral (son los que han trazado con las ideas protestantes del hereje Lutero y con los pecados de escándalo de ese tiempo) Se les representa cayendo de cabeza.
Hay varios que están precipitándose al abismo arrastrados por otros. Hay uno que tiene el símbolo de una bolsa de dinero que es la avaricia con dos llaves. Hay otro que es tirado desde los genitales que es símbolo de la lujuria y así podríamos seguir describiendo los siete pecados capitales. En este sector aún hay esperanzas aunque mínima. (así se representa una mujer o una figura que estaba vestida cubierta la cabeza y que está implorando por las almas de este de este sitio). Recordemos que entonces es uno de los problemas criticados por la reforma, el tema de las las indulgencias.
6.13 LOS CONDENADOS
Vamos por último al lugar de los condenados. El descenso de los infiernos es la última parte de lo que estamos analizando. Siguiendo la escenografía dantesca ahora Miguel Ángel se inspira en la representación que Dante hace en la figura de Caronte. Se trata de una figura zoomórfica que golpea con el remo a los condenados haciéndolos caer de la barca. Se trata de algo difícil de representar y de ahí que acuda a esta forma de alegoría para representar la condenación eterna.
Los demonios son grotescos casi caricaturescos como una personificación del mal y del mal que los demonios hacen sufrir a la criatura que había sido creada por Dios. Los demonios se aprovecha de realizar acciones con mucho más odio. Son las diversas monstruosidades iracundas de odio. Tiran, arrastran y golpean a los condenados que ya no tienen ninguna posibilidad de salvación sino que quedarán fijos en este lugar de eternos tormentos.
Por último son recibidos por Minos que es la figura representada por una serpiente en la contraposición del juez universal. Es aquel que determina el lugar en el infierno donde van a estar las almas condenadas de acuerdo a los a los pecados. La figura diabólica tiene una serpiente envuelta en su cuerpo para decretar a qué círculo del infierno está condenado el alma muerta en pecados. Minos es el que decreta el lugar y la forma de condena y está detrás está como de algún modo abriendo unas puertas infernales. En la lejanía se ve al mismísimo diablo que espera en el corazón del fuego. Aparece también la puerta de la gehena donde se ve el anticristo que se manifiesta al final del tiempo al interno de la Iglesia incluso engañando con una seducción paradigmática.
6.14 LA CRUZ QUE CIERRA EL JUICIO
Lo
único que cierra las puertas del abismo es la Cruz del Justo Juez y el
sacrificio eucarístico. Cristo Sacerdote y Víctima se ofrece por nuestros pecados. Los pecadores y las almas del purgatorio se salvan
solamente por la Pasión de nuestro Señor Jesucristo y el sacrificio del altar
que es precisamente el tema de y la intercesión por las almas del purgatorio.
Tratando de resumir diremos que el tema central del Juicio Final puede tener toda clase de consideraciones doctrinales. Pero no cabe duda que el Juicio Final es una obra clave. Se trata del momento definitivo de la Parusía en el que se llevará a cabo la sentencia final. La venida de nuestro Señor Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre que vendrá como Juez Supremo en aquel último día en el que se acaba la historia universal y las personas recibirán la sentencia para vivir eternamente feliz y sale el cielo o para ser condenadas para los tormentos eternos en el infierno.
La sentencia que imparte el Justo Juez será positiva o negativa de
acuerdo a las acciones que cada uno ha libremente decidido realizar durante su
vida Este contenido tan profundo tan importante que el maestro explícitamente
quiso realizar en el corazón de la cristiandad católica en la Capilla Sixtina
al interno de la Ciudad del Vaticano de los Estados pontificios, en el corazón
de la Iglesia católica. Allí Miguel Ángel quiso explícitamente dejarnos un
mensaje póstumo para toda la humanidad.
7.
LA CONTROVERSIA REINANTE
No cabe duda de que la obra de Miguel Ángel solo podemos entenderla a la luz de su contexto histórico. Roma estaba sumergida en una terrible crisis tras el Saqueo de la ciudad en 1527 y el arraigo de la reforma y la contrarreforma. Esto tuvo una enorme repercusión en su programa iconográfico. La situación de la Iglesia era una situación de profunda crisis y controversia. La Iglesia estaba enredada en los negocios del mundo y donde los propios pontífices en sus luchas por el poder eran víctimas de ello. El tema del Juicio estaba pues relacionado con lo que había sucedido en la Iglesia en los cien años precedentes (Años de oscuridad): la Reforma Protestante y el Saqueo de Roma. Por eso el encargo del papa Clemente a Miguel Ángel para representar el Juicio haciendo recapacitar a la humanidad frente a su salvación. Era necesario acabar con la oscuridad con una potente Luz.
Ante
la reforma Protestante de Lutero se veía la necesidad de una verdadera
reforma al interno de la Iglesia (como así sucedió). El mismo Miguel Ángel fue hostigado y perseguido por la propia
Inquisición. Se le tachaba de pertenecer a una fraternidad oculta masónica, una nueva era de espiritualidad que promovía una profunda
renovación ("los espirituales", gli illuminati). Este grupo oculto con tachas masónicas se reunían en
clandestinidad y era sometido a una profunda crítica. Condivi dice que Vittoria Colonna
pertenecía a la fraternidad y el cardenal Pole inglés estaba muy influenciado
de esta espiritualidad a pesar de ser obispo de Canterbury y papable. ("Los espirituales" promovían un nuevo sentimiento, estudiaban los textos de la reforma, la gracia de
Dios no se puede comprar, criticaban las indulgencias, no se puede comprar la
salvación).
Se necesitaba volver a Cristo, a un Cristo pobre, a un Cristo más humano. la Iglesia se había apartado de sus enseñanzas. era necesario creer en la fuerza redentora del sacrificio de Cristo en la Cruz como la clave central de la salvación. El hombre no puede salvarse por sí mismo, solo por la gracia de Dios. La Iglesia sometida una gran corrupción había perdido credibilidad. En el fondo lo que motivó a Miguel Ángel fue una llamada de atención, una llamada a la conversión.
Concluimos diciendo que el Juicio de Migue Ángel tiene algo de autobiográfico. Se ha dicho que el artista cuya experiencia del mundo le había llevado a la conclusión de que vana es la gloria y los poderes de este mundo se encontraba entre la encrucijada de ser contado entre los salvados o verse arrojado al poder de las tinieblas. De ahí se entiende mejor su terribilitá y dramatismo, En la pintura de Miguel Ángel se refleja este dramatismo a través de una expresión de terribilidad propia de su propio contexto personal social e ideológico de su época. Quizás por ello la ejecución de su obra fue tremendamente innovadora. Su ejecución respondía a unos cánones clásicos pero los superaba con creces, Su ejecución fue incluso muy distinta a los anteriores trabajos en la Capilla Sixtina y llegó a ser su obra pictórica culmen, dejando un mensaje póstumo para toda la humanidad[1].
7.1
LAS REACCIONES
El gran mural del Juicio provocó escándalo y oposiciones muy violentas. Hubo perseguidores que acusaron a Miguel Ángel de hereje por inmoralidad y obscenidad. El Juicio Universal de Miguel Ángel fue una obra muy controvertida. Sin duda recogió muchos elogios pero a su vez feroces críticas.
Existieron duras críticas por sus desnudos, su obra la tacharon de ser indecente e impropia del lugar sagrado que ocupaba, la capilla y el frontis del altar mayor. (quién podría celebrar la Santa Misa con decoro y veneración con teniendo en cuenta semejantes obscenidades).
Una vez terminada, en 1541, la pintura provocó el escándalo y las críticas más violentas, pues se consideraba vergonzoso que en tan sagrado lugar se hubiesen representado tantas figuras desnudas, especialmente algunas parejas cuyas posturas podían parecer comprometidas. Según algunos obispos, el fresco no correspondía a un recinto tan sagrado como la Capilla sino a una taberna.
Fueron muchos los detractores. Uno de los pertenecientes a la curia vaticana, Pietro l´Áretino, mandó una carta de 1541 al Cardenal Gonzaga relativos a los desnudos Pietro l´Áretino mandó otra carta venenosa aconsejando al papa Pablo III que la destruya. Pietro l´Arentino definió públicamente el Juicio Final como vulgar.
Biagio da Cesena, maestro de ceremonias de la casa papal tildó la obra de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina como una obra no digna para un templo (se dice que como reacción a este agravio Miguel Ángel lo represento en la figura de Minos).
En 1555 después de la elección del Papa Pablo IV con la fuerte oleada de puritanismo que inmediatamene precedió al Concilio de Trento, los desnudos se ordenaron que fueran revestidos con paños para cubrir sus partes indecentes. Miguel Ángel cuando se le dijo lo que se iba a hacer, envió el siguiente mensaje: Diganle a su santidad que mire a la configuración del mundo creado con toda belleza y dignidad y que no se haga ningún problema.
Se comenta que Miguel Ángel se enojó enormemente, no solo por alterar la escena inicial, sino también por la imposibilidad de recuperarla a su estado original, dado que las ropas que cubren los cuerpos están pintadas utilizando la técnica del óleo, mientras que toda la pared lo está al fresco. Pero Biaggio de Cesena tuvo su castigo: En la parte inferior derecha de la escena, a la entrada de los infiernos, Miguel Ángel representó a Minos, el rey del Infierno, desnudo, con orejas de burro, una serpiente enroscada a su cuerpo y con los rasgos faciales de Biaggio de Cesana.
Aunque el papa Julio III era tolerante y no se preocupó de los desnudos, a su muerte se decidiría la «corrección» del fresco colocando paños de pureza a todos sus personajes. La congregación del Concilio de Trento ordenó que el papá Paulo IV que Daniele da Volterra tapara las desnudeces.
La persona que se ocupó de esta labor, por orden de Pío V, fue Daniele da Volterra, discípulo de Miguel Ángel, a quien, por este trabajo se colocó el sobrenombre de Braghettone Pintacalzones; Daniele da Volterra trato de mantener el decoro y que las imágenes representadas lo fueran de modo respetable. Daniele murió dos años después de iniciar el trabajo, sin haberlo terminado.
En 1570, cuando Miguel Ángel ya había fallecido, algunos trataron de destruir su obra. El Greco propuso repintar el Juicio Final pero esta vez, acorde a las ideas de la Contrarreforma. Pero para ese entonces, el fresco del Juicio Final ya era aceptado y valorado entre los religiosos. El Greco tuvo que abandonar Roma por decir tal locura.
7.2 SU APORTE
Pese a todo el Juicio Final Miguel Ángel influenció el curso del arte italiano, tanto en la teoría como en la forma. Sus formas y figuras rompieron todos los moldes y cánones de entonces y se convirtieron en las nuevas inspiradoras fuentes del llamado manierismo. Las imágenes retorcidas con sus escorzos forzados (propias de los ignudi, desnudos) mostraban la genialidad de su autor con su genuina terribilitá o fuerza heroica propia del cánon hercúleo de la mitología griega.
Sus imitadores trabajaron con un
verdadero frenesí tratando de capturar su Espíritu. Este Espíritu, animó
a otros a elevar el arte a una Nueva Altura.[7]
Aunque Miguel Ángel se concibió más como escultor que como pintor pues él mismo decía que su arte no era la pintura sin embargo estas pinturas dan muestra de un verdadero genio innovador. Aunque le costó el manejo de la técnica del fresco con la complejidad que comportaba, fue un verdadero experto tanto en la forma como en el manejo del color.
Con su estilo manierista, con sus escorzos forzados, en toda esa atmósfera de terribilitá, logra efectos insospechados. Dentro del ambiente de convulso de la época logra una síntesis de lo narrativo y lo simbólico, uniendo el simbolismo pagano y el Cristiano, el mundo grecorromano y la tradición judeocristiana.
En medio de una
época llena de temores, dramas y violencias (el escenario gris de su época) quiso
abrir un cambio de época inaugurando una nueva etapa que trae el Renacimiento. Utiliza
el lenguaje alegórico propio del Apocalipsis. Se vale de modelos clásicos como
los de Apolo o Júpiter, el Belvedere o el Laoconte. Toma las imágenes de la Divina
Comedia de Dante y a través de este lenguaje simbólico y alegórico crea un
lenguaje propio nuevo e innovador. Su intento fue modernizar o introducir el
verdadero Renacimiento, la forma de representación iconográfica síntesis de los
tiempos pasados y futuros para la humanidad.
7.3 LAS RESTAURACIONES
La pintura al fresco tiene como límite que queda sujeta a posteriores restauraciones. En muchos casos los frescos tras un tiempo se deterioran y eran modificados o remplazados por otros. Se entiende por eso que haya habido restauraciones subsecuentes. Las restauraciones no fueron muy exitosas y la mayor parte del repintado resultó particularmente desastroso.
Después del tapado de los desnudos obra de Daniele da Volterra por mandato de la comisión de Trento, no se vió la forma de recuperar el estado original. Marcello Benusti copió la obra antes de su alteración a pequeña escala y se encuentra en el Museo di Capodimonte en Nápoles Italia.
El fresco ha sufrido varias restauraciones. La
última restauración trató de devolver su originalidad al fresco sin alterar el tapado de los desnudos. La limpieza de los frescos de Miguel Ángel iniciaron en 1980 y
finalizaron en 1999. Antes de esto,
de 1710 a 1714, el fresco
recibió una capa de cola, la cual se creía que fijaría los colores y evitaría
su descomposición, pero finalmente, terminó por adherir al muro todo el polvo y
humo que había en la atmósfera de la Capilla.
Había dos problemas fundamentales,
los muros no eran estables y las goteras y humedades habían perjudicado el
estado del fresco. El mayor proyecto de restauración fue llevado a cabo a
través de una técnica compleja. Se trató de tapar las grietas del muro. Se
limpió con gel disolvente para quitar las capas de cola, de sedimento y de
polvo que cubrían el fresco para qué las figuras recuperarán así los colores
originales. Se trató así de eliminar las capas y de recuperar el brillo
original. Para protegerlo se tomaron también medidas para control de
visitantes. Se quiso reducir la entrada del público y se puso un sistema de
respiración y ventilación para proteger el fresco
8.
EL MISTICISMO DEL GENIO MIGUEL ANGEL
Miguel Ángel nos confiesa en su diario: “Siempre fui pobre, viví pobre, quise amoldarme a la vida de quien vivió y murió pobre. Quise dejarme guiar por el espíritu divino. Aseguro tener una inspiración divina. Por eso me atrevo a decir que el arte le pertenece al cielo, no es mortal es divino. La historia juzgará mi trabajo y hará justicia. Toda mi obra es para mostrar la perfección tela arte y la grandeza de Dios. En mi arte expresó lo grande y lo trágico de la existencia humana"
En la Capilla Sixtina se expresa el misterio del hombre envuelto en gracia y en pecado, el estremecedor encanto de la creación y el tormento interior que hace a las figuras adoptar las posturas más desoladas la agitación compulsiva que pesa compartir la gloria divina cuando es atacada por la pasión del pecado
A través del arte se adentra en el misterio divino. "El mundo a través de cientos de años ha estado en tinieblas y Dios quiso venir como luz e iluminar al mundo". El artista se empeña en esa obra de Dios y así consigue hacer la mayor obra de arte que jamás ha hecho un ser humano. Su obra expresa la búsqueda ansiosa y dramática de la verdad y la belleza de la luz inaccesible.
Miguel Ángel está penetrado por una profunda religiosidad. Lo podríamos resumir como la búsqueda trágica del amor divino así lo expresa en su propio diario al final de su vida en un admirable soneto: "Ha llegado ya el final de mi vida como una frágil barca azotada por una gran tempestad en el mar que llega al deseado puerto. allí se pasará a dar cuenta y razón de toda obra mala y piadosa. La afectuosa fantasía hizo que el arte se hiciera un ídolo o monarca. ahora entiendo bien cuánto estaba lleno de error. Los amorosos pensamientos antes vanos y alegres ¿que serán ahora cuando a dos muertes me acerco? De una tengo certidumbre y la otra me amenaza. Ni el pintar, ni el esculpir podrán más sosegar el alma vuelta hacia Aquel amor divino, que abrió para asirnos los brazos en la Cruz" (del soneto dedicado a Giorgio Vasari).
Después del Juicio Final Miguel Ángel empieza una vida que va en declive. Miguel Ángel tiene 89 años y pasa insomne sus noches en desbastar ese bloque de mármol del que lentamente va surgiendo la que será su última obra. Una piedad austera que rompe con todos los moldes pero que guarda fidelidad a la constante de su obra. No hay un solo de mis pensamientos en el que la muerte no está esculpida.
Según
dice en su diario “me pienso me siento próximo a la muerte” Tiene la nariz
partida, la cara deformada, una pierna rota por una caída desde un andamio
cuando realizaba el fresco de la bóveda de la Capilla Sixtina, sufre de la
vesícula el mal de piedra pero esto no le impide aprovechar su falta de sueño
para recorrer las calles de Roma por las noches. En una de estas salidas
regresa enfermo se avisa a su sobrino Leonardo Buonarote y Tomás Cavalieri que
recogen sus últimos suspiros
Los sonetos que Miguel Ángel escribe a Vittoria Colonna reflejan una profunda tristeza un pensamiento místico muy alejado de la inspiración de la mayor parte de los contemporáneos: “Estoy
roto deshecho dislocado por mis trabajos y la Posada a la que me en camino para
vivir y comer es la muerte”. La muerte le llegó el 18 de febrero de 1564. La
piedad inacabada, su último mensaje esculpido, la Piedad Palestrina, quedaba
inacabado. En ella se retrataba como un monje (José de Arimatea)sosteniendo o sostenido entre Jesús y María. [8]
Miguel Ángel va a influir
enormemente en los artistas de su tiempo. Su influencia fue enorme desde Tintoretto
al Greco, Pontorno, Bronzino a Rubens. Como hemos dicho Miguel Ángel es parte
de una época de genios innovadores, hijo de una época privilegiada. Su época como su pintura estuvo marcada por la terribilitá. Durante 1347-1353 se produjo la primera pandemia de peste negra más devastadora de la humanidad. Prácticamente devastó el 30 al 60 por ciento de la población en Europa. Como dijimos su época vivió una intensa crisis espiritual y una profunda transformación del equilibrio
jerárquico de los valores que se mantuvieron hasta entonces. Miguel Ángel sufrió y padeció esta crisis (como nosotros la podemos estar viviendo ahora)). Después de los 100
años de oscurantismo precedente con la reforma Protestante y el saqueo de Roma
se hacía necesario un cambio de paradigma. Miguel Ángel se atreve a entrar en
el misterio de Dios y del hombre y de la humanidad, en el inescrutable plan
divino no a través del realismo sino del simbolismo y lenguaje alegórico con
una grandiosa síntesis entre arte y fe.
No debe de interpretarse el Juicio
como el día de la ira o de la condena sino el día de la salvación.
Más que poner el acento en la ira de un Dios que condena Miguel Ángel nos
ayuda ahondar en las trágica realidad de quién puede salvarse o condenarse es el
mismo hombre al acoger o rechazar la salvación. Más que el aspecto amenazador y
lúgubre del juicio se debe rescatar el esplendor de la esperanza. Se trata pues
de un mensaje de esperanza. El poder del amor Divino, el amor del Resucitado. El
Juicio de Dios garantiza la justicia divina. Solo Dios trae la verdadera
justicia. Solo el día de la Resurrección de la carne, traerá la justicia divina.
El paraíso es la esperanza y la justicia realizada.
Conclusión
¿Qué
tiene que ver el juicio final con nuestra vida cristiana?
Pareciera
que nuestro hombre contemporáneo vagase sin rumbo como exiliado y ajeno a su
verdadero destino. Nuestro hombre contemporáneo preñado de inmanencia se ha
vaciado de toda trascendencia. Viviendo en lo inmanente y pasajero ha perdido
el sentido y valor de lo que en la vida es verdadero, inmutable, imperecedero.
Pareciera que vivimos en la noche fría del sin sentido, en un vacío desolador, que la vida se haya oscurecido, haya perdido todo su valor y su encanto. Quizás no sea el tiempo del juicio de Dios si al menos el de nuestro propio juicio (nos preguntamos si no habremos perdido el juicio) Como decía el Papa Francisco en su oración, Statio Orbis, “Quizás es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida y de la historia, el tiempo de elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para saber discernir en una balanza lo que es necesario y lo que no lo es”.[9]
En
la encíclica Spi Salvis del papá Benedicto XI enseñaba que ya desde los
primeros tiempos la perspectiva del juicio final ha influido en los cristianos
también en su vida diaria como criterio para ordenar la vida presente, como
llamada a su conciencia y al mismo tiempo como esperanza en la justicia de Dios
la fe en Cristo.[10]
El
cristiano al igual que todo hombre peregrino en esta tierra nunca ha mirado
solo hacia atrás, ni solo hacia arriba, sino siempre adelante hacia la hora de
la justicia que el Señor había preanunciado repetidamente. Este mirar hacia
adelante ha dado la importancia que tiene el presente para el cristianismo la
conciencia de su meta y su destino final.
Como
decíamos en la configuración de los edificios sagrados cristianos donde se
quería hacer visible la amplitud histórica y cósmica de la fe en Cristo se hizo
habitual representar en el lado oriental al señor que vuelve como rey imagen de
la esperanza mientras al lado occidental estaba el juicio final como imagen de
la responsabilidad respecto a nuestra vida una representación que miraba y
acompañaba a los fieles justamente en su retorno a lo cotidiano.
En el desarrollo de la iconografía, sin embargo, se ha dado después cada vez más relieve al aspecto amenazador y lúgubre del juicio que obviamente fascinaba a los artistas más que el esplendor el esperanza el cual quedaba con frecuencia excesivamente oculto bajo la amenaza. Ahora bien se podría decir que la obra de Miguel Ángel se sitúa precisamente en la perspectiva de la esperanza cristiana.
Aún
cuando se mantiene la armonía clásica y casi formal del arte del Renacimiento
al menos en las proporciones y en los cuerpos la escena está cargada de
tensiones llenas de dramatismo así como también lo están algunas de las
expresiones de los personajes en el centro vemos a Cristo alrededor del cual
converge toda la escena. Cristo es el alfa y el omega, el principio y fin de
toda la historia humana.
El juicio final se debe siempre purificar de sus exageraciones terroríficas a través del crisol de este profundo misterio que es la pasión y muerte de Jesús. El Juicio Final de Miguel Ángel en su conjunto pictórico de la capilla Sixtina representa una de las mejores síntesis del misterio de nuestra fe y la obra de la salvación llevada a cabo con Cristo. A mi parecer la obra de Rupnik en la capilla “Mater Redemptoris”[11], también llamada como “La Nueva Sixtina” refleja esta síntesis maravillosa aportando una iconografía más oriental y con una elaboración teológica si cabe más completa al ser desde otro contexto posterior y más actual.
Pero
también creo que este pequeño artículo nos deja dos mensajes uno más personal,
particular y existencial y el otro más universal que nos arroja luz sobre el
devenir futuro.
En
cuanto al nivel más personal pareciera como si el propio Miguel Ángel en el
momento de representar el Juicio Final se situara antes uno de los mas grandes
interrogantes, el destino del hombre, el destino de la humanidad. El propio
Miguel ante las postrimerías de su muerte se sentía inquieto y abrumado al
final de su vida. Se encontraría él entre los bienaventurados o los condenados.
Pareciera que en su obra póstuma inacabad de la Piedad Rondini nos respondiera
vislumbrando su vida en el misterio mismo de la Piedad. Acabando su vida entre
los brazos de Jesús y de María. Siempre hemos de creer que nuestro bondadoso
Juez no vino a condenar sino a salvar y que quien implora misericordia
encontrará misericordia porque la misericordia de Dios es infinita.
En
cuanto al plano más universal ante la situación presente del mundo no cabe duda
que el futuro se nubla de nubarrones y se nos hace demasiado oscuro. La obra de
Miguel Ángel a la luz de una exégesis más apocalíptica nos abre también a la
esperanza. Los designios de Dios no son de destrucción sino de salvación.
Miguel Ángel quiso dar claridad al misterio de nuestra fe, al destino último de
nuestra existencia y de toda la humanidad.
De
momento y sin banalizar una misericordia que, aunque supera la justicia humana
no pasa por alto la responsabilidad del hombre creo que el mensaje de Miguel
Ángel es una invitación a la conversión. No podemos banalizar la gravedad del
pecado ni el poder destructor del mal del que tantas veces somos artífices y
responsables. La salvación de Dios gratuita en Cristo Jesús se da en quien la
recibe, en quien se deja salvar desde el arrepentimiento acogiendo su perdón
aunque fuera en el último momento como le ocurrió al buen ladrón Dimas. “Señor
acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino. En verdad te digo que hoy mismo
estarás conmigo en el paraíso”
Que esta gran obra de Miguel Ángel entonces sea como aquello que nos hace mirar
y meditar y contemplar San Ignacio de Loyola cuando uno tiene que tomar
elecciones hacer elecciones de modo solemne delante del juicio de Dios nuestras
obras nuestras acciones libres siempre tienen que estar tomadas a la luz que no
a la A la luz de la eternidad a la luz de Dios porque de ese modo tienen mérito
y nos siguen para alcanzar el cielo por lo tanto que el juicio final de Miguel
Ángel nos haga pensar en el fin de nuestra vida pero sobre todo que nos active
para hacer cada vez más fecundos en esta vida y que así entonces podamos ganar
el cielo.
[1]
Ver mi último artículo publicado el 30 de mayo 2022, en mi blog sobre Un
cielo nuevo y una tierra nueva, darmarperegrino.blogspot.com
[2]
Ver artículo publicado en mi blog sobre la Capilla Sixtina,
darmarperegrino.blogspot.com
[3] Santini Loretta, Miguel Angel, Terni,
Roma, 1982
[4]
José Ramón Aznar, La pintura de Miguel Ángel, Artículo publicado en ABC,
Feb 1975
[5]
Hemos utilizado el análisis y comentario hecho por el P. Rodrigo Miranda Ive,
en su estudio sobre las obras maestras del arte, El Juicio Final de
Miguel Ángel
[6]
Papa Juan Pablo II, Mensaje en la misa inauguración de la restauración de los
frescos de la Capilla Sixtina
[7] John Furse, Michelangelo an his
art, London 1975
[8]
Javier Rubio, Vida de Miguel Ángel, Artículo publicado en ABC, Feb 1975
[9]
Papa Francisco, Statio Orbis, Oración ante la pandemia, viernes 27 de
marzo de 2020
[10]
Papa Benedicto XI, Encíclica Spi Salvis
[11]
Ver artículo publicado en mi blog sobre la Capilla Remptoris Mater, darmarperegrino.blogspot.com
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