BASILICA
DE LA SAGRADA FAMILIA
DE GAUDÍ
Introducción
Después de todo este todo este tiempo pascual volvemos en el ciclo litúrgico al llamado tiempo ordinario donde comenzamos con dos grandes celebraciones, La Solemnidad de la Santísima Trinidad y El Corpus Christi.
Estas dos fiestas nos ayudan a profundizar en el misterio de nuestra fe, a hondar en el misterio de Dios y del hombre. Ambas celebraciones nos ayudan a considerar el misterio de comunión del que venimos y a donde vamos. Tenemos un Dios comunión de tres personas distintas Padre Hijo y Espíritu Santo que nos invitan a entrar y vivir en esta comunión de amor.
Somos imagen de Dios que es relación y comunión de amor y estamos llamados a vivir en relación, en comunión con Dios y los hermanos. No somos islas, no podemos vivir sin los otros y para los otros. No fuimos creados para la soledad, como dice Dios en el libro del Génesis: No es bueno que el hombre este solo. Somos comunitarios, no podemos vivir los unos sin los otros.
El Papa Francisco este domingo de la Fiesta de la Trinidad decía” Nuestra fe en la Santísima Trinidad revoluciona nuestra manera de vivir. Dios en quien cada persona vive para la otra, no para sí misma, nos estimula a vivir con los demás y para los demás. Necesitamos a los demás, necesitamos servir y entregarnos a los demás. El Padre no sería tal sin el Hijo. El Hijo no puede ser pensado por sí solo sino siempre como el Hijo del Padre. El Hijo no puede hacer nada sin el Padre sino siempre con El (Jn 5). El Espíritu Santo a su vez es el Espíritu del Padre y del Hijo”[1].
Fuimos creados a imagen de Dios y la Sagrada Familia es quizás la expresión más bella de esta comunión de amor en esta tierra que se dio entre Jesús, María y José. La Sagrada Familia es un modelo excepcional para nuestro mundo de hoy donde hemos perdido este espíritu de Familia.
Este artículo lo quiero dedicar a recuperar la belleza de la familia. He pensado que la obra del genial arquitecto Gaudí dedicada a la Sagrada Familia puede ayudarnos de manera especial en nuestro tiempo.
Como en el artículo pasado nos parábamos a analizar el juicio Final de Miguel Ángel como una obra revolucionaria e innovadora que supuso la entrada en una nueva cosmovisión y paradigma, de igual forma vamos a ver ahora analizando la obra de Gaudí como supuso también una obra de un verdadero genio realmente innovadora que trajo una nueva cosmovisión del espacio y que nos introdujo a una verdadera nueva época.[2]
Inicialmente influenciado por el arte neogótico Gaudí tránsito por el modernismo pero su genialidad lo hizo traspasar estilos creando uno personal, un propio estilo orgánico, basado en la observación de la naturaleza. Esa observación se vio reflejada en su obra a través del uso de superficies regladas (como el hiperboloide y el paraboloide hiperbólico) mediante el estudio y la práctica de nuevas y originales soluciones.
La obra de Gaudí culminará en un estilo orgánico
inspirado en la naturaleza generando una obra arquitectónica que es una
simbiosis perfecta de la tradición y la innovación. Todo su trabajo está
marcado por las que fueron sus cuatro grandes pasiones: la arquitectura, la
naturaleza, la religión y el amor a su tierra y Cataluña.
1 Antecedentes
Pasemos antes de nada a ver algunos aspectos del contexto propio de su época para que así podamos descubrir la repercusión y el alcance de su obra.
1.1 El contexto socio político de su época.
Gaudí vive entre los años 1852 y 1926. Gaudí vive en convulsa una época caracterizada por grandes cambios diríamos encaminados a una nueva concepción de la sociedad. Vivió lo que denominaríamos la crisis del cambio de siglo y la entrada del modernismo. Se dio el fin del imperio colonial con las pérdidas de Cuba, Puerto Rico, Panamá, Filipinas. Gaudí nace en Reus en un contexto pobre, entre la clase trabajadora. Se vivía carestía, falta de salud, enfermedades, la epidemia de la gripe española de 1918.
Época de grandes cambios sociales debidos a la revolución industrial y al éxodo de la gente del campo a las grandes ciudades. Su época en Cataluña se caracterizaba por un ambiente de falta de fe, de agnosticismo, anticlericalismo y anarquismo. La sociedad experimentaba una modernización cada vez mayor en las formas políticas y los reclamos del nacionalismo. En 1873 aparece la primera República.[3] En 1909 se vivió en Cataluña la llamada “semana trágica” con revueltas, huelgas, quema de iglesias. Tras la dictadura de Alfonso XIII en 1923 surge el levantamiento del general Primo de Rivera que chocó con los nacionalismos catalanes y vascos y los sectores anarco sindicalistas.
2.1 La devoción a San José
El proyecto de la Sagrada Familia como templo expiatorio tiene su origen con la creación de una Asociación de devotos de San José. Esta Asociación surge en 1866 encabezada por José María Bocabella. Esta asociación crece de manera espectacular y en 1878 tenía adscritos 500.000 personas.
Esta Asociación tenía como objetivo la devoción a San José para pedir
al Santo fe para superar esos momentos convulsos tan difíciles que se vivía. Es
curioso que en 1870, cuatro años después de iniciarse la Asociación el Papa Pío
XI declara a San José patrono de la Iglesia Universal. (Es curioso también que
San José aparezca como figura relevante en el Templo de la Sagrada Familia)
La figura de San José terminará teniendo un peso muy importante en la trayectoria de su vida. A él encomendó su proyecto y cuándo le preguntaban que cuándo acabaría respondía: "pregúntenlo a San José".
2.2 La idea de levantar un templo.
La Asociación se propone levantar un Templo en expiación para remediar tanto mal y dedicarlo a la Sagrada Familia. Dicho templo se levantaría con las limosnas y prestaciones de los fieles devotos (estos llegaban a dejar herencias para tal fin).
En un principio el arquitecto al que se adjudica el proyecto es Francisco de Paula del Villar pero pronto desistió. En 1883 Gaudí aceptó hacerse cargo de continuar las recién iniciadas obras del templo de la Sagrada Familia. Apenas se habían levantado las columnas de la cripta hasta los capiteles, todo respondiendo a la traza neogótica. Entonces solo tenía 31 años. Poco a poco fue modificando totalmente el proyecto inicial convirtiéndola en su obra, a la que dedicaría su vida entera (murió cuando tenía 74 años). Según se dice Gaudí construyo la Sagrada Familia y la Sagrada Familia construyó a Gaudí como su arquitecto con renombre universal.
2.3 La constitución débil y frágil de Gaudí
Antonio Gaudí nace en 1852 en Reus. Procedía de una familia humilde de caldereros. Era un hombre de constitución frágil. Apenas podía andar cuando tenía 6 años. Ayudaba a su padre y a su abuelo en el taller familiar donde adquiere una habilidad especial para tratar el espacio y el volumen. Era una persona humilde y sencilla un hombre de campo. Por su precaria salud se vio obligado a pasar largas temporadas de reposo en el Mas de Riudoms. Se gozaba en mirar la naturaleza, la belleza de las cosas pequeñas. (Esa contemplación de la naturaleza constituyó su primera escuela). Como el mismo decía: "La naturaleza era su gran maestra por ser la obra suprema del Creador. Se trataba no de copiarla, pero de seguir sus mismos patrones respetando sus leyes. La originalidad consiste en volver al origen".
Tuvo que trasladarse a Barcelona en 1870 para cursar estudios de Arquitectura (para costear sus estudios empezó a colaborar en trabajos con otros arquitectos). Cuando en 1878 se graduó a los 23años el Director de la Escuela Elies Rogent dijo de forma profética: “Acabamos de titular a un hombre que no sabemos si será un loco o un genio. El tiempo lo dirá”
Gaudí para realizar la obra del templo
tuvo que rodearse de un gran grupo de profesionales. En 1895,
en que se formó la Junta Constructora del templo. En las
mediaciones del Templo organizó un taller a tal fin. En su taller se formaron
numerosas personas que con el tiempo alcanzarían un gran renombre. Gaudí vivió
dedicado por completo a su obra inmerso en una profunda religiosidad en la que
encontraba paz espiritual a menudo se ha pintado la imagen de un Gaudí huraño y
antipático pero la gente que lo trató más de cerca lo describió como una
persona afable, educado y cortés.
Según fue avanzando la edad se dio en él un progresivo retraimiento, despreocupándose por su salud, descuidando su aspecto personal, incluso comiendo con frugalidad. Llegó a caer enfermo con fiebre de Malta. Lejos de amilanarse esto le hizo entregarse más y más a su obra y a su Creador desde un profundo sentimiento místico y religioso.
2.4 Un patrimonio y legado universal
El 7 de junio de 1926 mientras se dirigía a la Iglesia de San Felipe Neri Gaudí fue atropellado por un tranvía. Murió 3 días después a los 74 años de edad, en la plenitud de su carrera. Murió pobre, atropellado por un tranvía, se le encontró como un mendigo indocumentado y llevado al Hospital de los pobres donde muere. El entierro tuvo lugar dos días después en la Sagrada Familia después de un multitudinario funeral. Se organizó un gran cortejo llevando su cuerpo en una carroza. Prácticamente toda la ciudad de Barcelona salió a las calles a despedirle. En su lápida figura la siguiente inscripción: "la belleza es el resplandor de la verdad y como que el arte es belleza sin verdad no hay arte”
Gaudí solo pudo acabar la Cripta y la Fachad del Nacimiento, su obra quedó incompleta. Aunque se habían perdido planos y maquetas en el expolio del templo, sus colaboradores más estrechos trataron de entre los restos continuar la obra según su pensamiento. En el año 2005 la UNESCO declaró al templo de la Sagrada Familia patrimonio de la humanidad (La Cripta y la fachada del Nacimiento). Hoy la Basílica sigue en construcción.
2. La obra de un genio, Antoni Gaudí
La Sagrada Familia es un templo excepcional, tanto por
lo que respecta a su origen y a su fundación como por lo relativo a sus
propósitos. Fruto de la obra del genial arquitecto Gaudí, fue un proyecto
impulsado por y para el pueblo, y ya son cinco generaciones las que han ido
viendo la evolución del templo en Barcelona. Actualmente, con más de 140 años
desde la colocación de la primera piedra.[4]
La Sagrada Familia iniciada en 1882, todavía está en construcción. Es la obra
maestra de Gaudí, y el máximo exponente de la arquitectura modernista. Es uno de los monumentos más visitados de
España, [5] y puede decirse que hoy es la iglesia más
visitada de Europa tras la basílica de San Pedro del Vaticano.[6]
La Sagrada Familia es un reflejo
de la plenitud artística de Gaudí: trabajó en ella durante la mayor parte de su
carrera profesional, pero especialmente en los últimos años de su carrera, donde llegó a la
culminación de su estilo naturalista, haciendo una síntesis de todas las
soluciones y estilos probados hasta aquel entonces. Gaudí logró una perfecta
armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los
ornamentales, entre plástica y estética, entre función y forma, entre contenido
y continente, logrando la integración de todas las artes en un todo
estructurado y lógico.[7]
Desde 1915 Gaudí se dedicó
prácticamente en exclusiva a la Sagrada Familia, que supone la síntesis de toda
la evolución arquitectónica del arquitecto. Después de la realización de la
cripta y el ábside, todavía en estilo neogótico, el resto del templo lo concibió en un
estilo orgánico, imitando las formas de la naturaleza, donde abundan las formas geométricas regladas. El interior debía
semejar un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes inclinadas, de
forma helicoidal, creando una estructura a la vez simple y resistente. Gaudí
aplicó en la Sagrada Familia todos sus hallazgos experimentados anteriormente
en obras como el parque Güell o la cripta de la Colonia Güell, consiguiendo elaborar un
templo estructuralmente perfecto a la vez que armónico y estético.
La Sagrada Familia tiene planta
de cruz latina, de
cinco naves centrales y transepto de tres
naves, y ábside con
siete capillas. Ostenta tres
fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús y, cuando esté concluida, tendrá 18
torres: cuatro en cada portal haciendo un total de doce por los apóstoles, cuatro sobre
el crucero invocando a los evangelistas, una sobre
el ábside dedicada a la Virgen y la torre-cimborio central
en honor a Jesús, que alcanzará los 172,5 metros de altura. El templo dispondrá
de dos sacristías junto
al ábside, y de tres grandes capillas: la de la Asunción en el ábside y las del
Bautismo y la Penitencia junto a la fachada principal; asimismo, estará rodeado
de un claustro pensado
para las procesiones y para aislar el templo del exterior. Gaudí aplicó a la
Sagrada Familia un alto contenido simbólico, tanto en arquitectura como en
escultura, dedicando a cada parte del templo un significado religioso.
Durante la vida de Gaudí solo se
completaron la cripta, el ábside y, parcialmente, la fachada del Nacimiento, de
la que Gaudí solo vio coronada la torre de San Bernabé. A su muerte se hizo
cargo de la construcción su ayudante, Domingo Sugrañes; posteriormente, ha estado bajo la
dirección de diversos arquitectos, siendo Jordi Faulí i
Oller director de las obras desde 2012. En la
decoración escultórica trabajaron artistas como Llorenç y Joan Matamala, Carles Mani, Jaume Busquets, Joaquim Ros i Bofarull, Etsuro Sotoo y Josep Maria Subirachs, autor este último de la
decoración de la fachada de la Pasión.
La obra que realizó Gaudí, es
decir, la fachada del Nacimiento y la cripta, fue incluida en 2005 por la UNESCO en el Sitio
del Patrimonio de la Humanidad «Obras de Antoni Gaudí».[8] Desde 2007, es uno de
los 12 Tesoros de España.[9] También en 2007 fue
elegida una de las Siete Maravillas de Cataluña.[10] El templo fue
declarado Basílica menor el 7 de noviembre de 2010 por
el papa Benedicto XVI.[11] Ese año la recién
construida nave principal del templo recibió el premio Ciudad de Barcelona de Arquitectura y
Urbanismo.[12]
3.
Breve historia del templo expiatorio de la Sagrada Familia
En 1882 se inicia el proyecto
primitivo de Francisco de Paula del Villar. El 19 de marzo, el obispo
Urquinaona coloca la primera piedra del templo. En 1883 Antonio Gaudí asume el proyecto, encargo que
compatibiliza con otras obras. En 1885 se inaugura la capilla de San José, en
la cripta, y se celebran en ella las primeras misas. En 1891 se comienzan las
obras de la fachada del Nacimiento. En 1914 Gaudí se dedica exclusivamente al
templo, hasta su muerte. En 1925 Se concluye el campanario de san Bernabé en la
fachada del Nacimiento. El campanario dedicado al apóstol Bernabé fue el único
que Gaudí pudo dejar terminado.
En 1926 Gaudí muere, y su discípulo, Domènec Sugranyes, asume la dirección de las obras. En 1936 La Sagrada Familia es objeto de actos vandálicos como consecuencia de la Guerra Civil. Se queman planos y fotografías y se destrozan las maquetas de yeso. En 1954 Se inician los cimientos para construir la fachada de la Pasión. En 1955 se organiza la primera cuestación. En 1958 el 19 de marzo, festividad de San José, se coloca en la fachada del Nacimiento el conjunto escultórico que representa a la Sagrada Familia, obra de Jaume Busquets. En 1961 Se inaugura un museo para explicar a los visitantes los aspectos históricos, técnicos, artísticos y simbólicos del templo. En 1966 Muere Francesc de Paula Quintana, y se hacen cargo de la dirección de las obras Isidre Puig i Boada y Lluís Bonet i Garí. En 1976 se acaban de construir los campanarios de la fachada de la Pasión. En 1978 se comienza la construcción de las fachadas de las naves laterales. En 1983 Francesc Cardoner i Blanch asume la dirección de las obras. En 1985 Jordi Bonet i Armengol es nombrado arquitecto coordinador y director de las obras. En 1986 Se comienzan a construir los cimientos de todas las naves, las columnas, las bóvedas y las fachadas de la nave principal, los transeptos, el crucero y el ábside.
El 7 de noviembre del 2010, el papa Benedicto XVI dedica la Basílica al culto y la distingue como basílica menor. En 2012 Jordi Faulí sucede a Jordi Bonet como arquitecto coordinador y director de las obras del templo de la Sagrada Familia, que prosiguen de acuerdo con las directrices de Antoni Gaudí. En 2016 se comienzan a alzar las torres de los Evangelistas, María y Jesús. En este año se finaliza la construcción de la sacristía de poniente y del claustro de la Virgen de los Dolores. En 2018 se coloca la Cruz en lo alto del frontón de la fachada de la Pasión. En 2019 llegan los primeros paneles de piedra de la torre de Jesucristo, y las torres de los Evangelistas y la de la Virgen María van cogiendo forma. En 2020 Las torres de Jesucristo y de la Virgen María superan en altura a las torres de las fachadas de la Pasión y del Nacimiento.
3.1 Los últimos trabajos
tras la pandemia
En marzo de 2020, a Junta Constructora de la Sagrada Familia decide parar las obras las obras de la Sagrada Familia. Ante la emergencia sanitaria provocada por COVID-19. También se paralizaron las visitas al templo, que fueron retomadas el 4 de julio tras tomarse las medidas adecuadas para evitar contagios. Las primeras visitas se ofrecieron de forma gratuita a los profesionales sanitarios que lucharon contra la pandemia. Por otro lado, el 26 de julio se ofreció una misa por las víctimas del coronavirus. En enero de 2021 se retomaron las obras, con el objetivo inicial de terminar la torre de María ese mismo año.[26]
En octubre se retoman las obras, que se centran en finalizar la torre de la Virgen María. Solo faltan los elementos del terminal, de 25 metros, que estará coronado por una estrella iluminada de doce puntas. En 2021 todos los esfuerzos se centran en acabar la torre de la Virgen María, la segunda más alta del conjunto de la Basílica con 138 metros de altura. En abril del 2021 se empieza la construcción del fuste o pináculo, parte intermedia del terminal de la torre de la Virgen María, de 18 metros de altura, que empieza en seis patas y finaliza en tres puntas o brazos de apoyo de la estrella luminosa.
Durante este mes se
coloca el encofrado y el armado del tercio inferior, pieza de 10,80 metros que
cambia de forma evidente de la imagen del perfil de la ciudad, ya que hace que
la torre llegue a los 127 metros de altura. Es la pieza de mayor longitud
(10,80 metros) que se ha subido nunca hasta ahora a la Sagrada Familia. En julio del 2021 se ornamenta el fuste con
trencadís.
En la Navidad de 2021 se
culminan los trabajos que dan fin a la torre de la Virgen María y se lleva a
cabo la iluminación de la estrella de doce puntas con gran expectación. El día 8 de diciembre, Fiesta de la Inmaculada, del
2021, la Sagrada Familia inauguró la torre de la Virgen María con
el acto central de la eucaristía y con la posterior bendición e iluminación,
por primera vez, la segunda torre más alta hasta entonces estaba ya finalizada.
Quedaba por finalizar la torre más alta del templo, la torre de Jesucristo.
3.3 El estado actual
En este momento está
colocada su parte inferior. La parte superior e inferior del fuste se recubren
de trencadís artístico de gres cerámico con colores que van desde los azules a
los blancos, con algunos puntos de mosaico veneciano dorado. En septiembre del 2021 se coloca el tercio
superior del fuste de la torre de la Virgen María. Con la colocación del tercio
superior la torre ya llega a los 134 metros.
El 9 de noviembre se colocaron las doce
estrellas de forja que culminan la corona de la torre de la Virgen María. El 29 de noviembre se colocó la estrella de la
Virgen María. Un hecho histórico al tratarse de la última pieza que se coloca
en la torre y que cambia el perfil de la ciudad de Barcelona. En el año 2022, si la situación evoluciona de
manera positiva, se prevé poder acabar las dos torres de los Evangelistas Lucas
y Marcos, así como la subida de tres niveles de la torre de Jesucristo.
3.4
La historia eclesiástica
El templo fue inicialmente una tenencia
parroquial de San Martín del Clot, desde 1907, (con Gil Parés, amigo de
Gaudí, como capellán custodio), hasta que fue erigido como parroquia en 1930.
Su primer párroco fue Marià Bertran. Actualmente es sede del arciprestazgo de
la Sagrada Familia, que incluye las iglesias del Espíritu Santo, Inmaculado
Corazón de María, Nuestra Señora del Rosario, San Olegario Obispo y Santo Tomás
de Aquino.
El 7
de noviembre de 2010 el Templo de la Sagrada Familia fue dedicado al culto
religioso por el papa Benedicto XVI, en
un acto al que asistieron los reyes de España, Juan Carlos I y doña Sofía, junto al arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach,
y diversas autoridades[13]. En esta ceremonia, el
papa declaró la Sagrada Familia como Basílica menor, siendo
la novena iglesia de la capital catalana en recibir esta distinción.
A partir del 9 de julio de 2017 las misas
dominicales, que hasta entonces se celebraban en la cripta, pasaron a
celebrarse en la nave principal del templo, por decisión del arzobispo Juan José Omella.[14]
El 21 de octubre de 2017 se celebró en el
templo una beatificación, la de 109 mártires claretianos asesinados
en 1936. La ceremonia estuvo presidida por los cardenales Angelo Amato, prefecto
de la Congregación para las Causas de los Santos, y Juan José Omella, arzobispo de Barcelona.[15]
En 2018, tras la jubilación de Lluís
Bonet i Armengol, fue nombrado párroco de la basílica de la Sagrada Familia
Josep Maria Turull, el primero en ejercer el cargo de la basílica en su
conjunto y no solo de la cripta como venía sucediendo hasta entonces.[16]
4. El primitivo proyecto
La idea de construir un
templo expiatorio dedicado a la Sagrada Familia fue del librero Josep Maria Bocabella, inspirado por el
sacerdote Josep Manyanet. Fue un santo canonizado en
2004, fundador de las congregaciones religiosas Congregación de Hijos
de la Sagrada Familia y Congregación de Misioneras Hijas de la
Sagrada Familia de Nazaret, encargadas de promover el culto a la Sagrada
Familia y fomentar la educación cristiana de niños y jóvenes.[17]
4.1 La Asociación de Devotos de
San José
Para tal fin, Bocabella fundó en
1866 la Asociación Espiritual de Devotos de San José, con el
objetivo de recaudar fondos. En 1881 compró un solar para la construcción del
templo en un lugar conocido como El Poblet, cerca del Camp de l'Arpa,
en San Martín de Provensals, entre las calles Provença,
Mallorca, Marina y Sardenya. Este terreno estaba incluido en el Plan Cerdá de Ensanche de Barcelona. El solar, era un poco más
grande que las manzanas normales del Ensanche, porque en el Plan Cerdá estaba
reservado para un hipódromo, que finalmente no se construyó.[18]
Para la difusión de su labor, la
Asociación Espiritual de Devotos de San José editó desde 1867 una revista,
llamada inicialmente El Propagador de la Devoción a San José,
dirigida por el sacerdote mercedario José María Rodríguez Bori;[19] que en 1948 pasó a
llamarse Templo. Desde 1895 la gestión del proyecto corrió a cargo
de la Junta Constructora del Templo Expiatorio
de la Sagrada Familia[20].
Su presidente nato es el arzobispo de Barcelona, actualmente Juan José Omella.
4.2 El primitivo proyecto de Francisco de
Paula
El proyecto fue encargado en primer lugar
al arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar y Lozano, quien tras
varios proyectos sucesivos ideó un conjunto neogótico y
desechó la idea de Bocabella de hacer una réplica del Santuario de Loreto (Ancona, Italia) (que se supone
guarda la que fue la casa de José y María en Nazaret). El proyecto
de Villar consistía en una iglesia de tres naves con los elementos típicos del gótico, como los ventanales alveolados, los contrafuertes exteriores
y un alto campanario en
forma de aguja, que habría llegado a los 100 m de altura.
La primera piedra se colocó el 19 de
marzo de 1882 (día de San José), con la presencia del entonces obispo de Barcelona, José María Urquinaona. Gaudí asistió a la ceremonia,
ya que había trabajado como ayudante de Villar en varios proyectos; en ese
momento no se podía imaginar que él pasaría a ser el arquitecto de dicha obra
Para conmemorar el hecho se colocó un pilar en la puerta de entrada de la calle
Mallorca con la fecha, el escudo pontificio y una cruz. Las obras no se
iniciaron hasta el 25 de agosto de 1883 y fueron adjudicadas al contratista
Macari Planella i Roura.
El proyecto primitivo
fue pues del arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar. Lo realizó para la
Sagrada Familia respondiendo a las pautas dominantes de la época, aplicaba las
fórmulas propias del neogótico: ventanales ojivales, contrafuertes y arbotantes
exteriores, y un campanario afilado. Divergencias de carácter técnico,
relativas al coste de los materiales, conllevaron la destitución de este
arquitecto y la elección de otro que comenzaba a destacar, Antoni Gaudí, que
confirió una nueva orientación al proyecto y lo transformó en una ambiciosa
propuesta de templo para la iglesia del futuro.
4.3 Cuando Gaudí se hace
cargo de las obras del templo de la Sagrada Familia
En 1883, Villar renunció por
desavenencias con Bocabella, quien contaba con el asesoramiento del célebre
arquitecto Joan Martorell. El proyecto se ofreció al propio
Martorell, pero al rehusar este fue ofrecido a un joven Gaudí de 31 años. El
arquitecto reusense se hizo
cargo de las obras el 3 de noviembre de 1883. Gaudí había sido ayudante de
Martorell en varias construcciones, hecho que motivó la recomendación del
recién licenciado arquitecto, que aún no había ejecutado grandes obras. Al
hacerse cargo Gaudí del proyecto lo modificó por entero (salvo la parte ya
construida de la cripta) y le
imprimió su estilo peculiar. Sin embargo, no pudo cambiar la orientación del
edificio, al estar ya realizados los cimientos. Gaudí habría preferido situar
el eje del edificio diagonalmente a la manzana, para situar el ábside orientado
hacia levante y para disponer de mayor longitud en planta.
Durante los restantes cuarenta y tres
años de su vida trabajó intensamente en la obra, los últimos quince de forma
exclusiva. Además, los últimos ocho meses antes de fallecer vivió en el taller
del templo. Esta dedicación tan intensa puede explicarse, además de por la
magnitud de la obra, por el hecho de que Gaudí definía muchos aspectos a medida
que la construcción avanzaba, en lugar de haberlos concretado previamente en
sus planos e instrucciones. Por ello su presencia personal en la obra era de
gran importancia. Gaudí contó casi desde el inicio con la ayuda de dos de sus
más fieles colaboradores, Francisco Berenguer y Juan Rubió. Más tarde,
hacia 1909, contó con la colaboración de Josep Maria Jujol. A la
muerte de Berenguer en 1914 pasó a ser su primer ayudante Domingo Sugrañes, hasta entonces segundo auxiliar; y,
en 1918, entró Francesc Quintana como segundo.
Gaudí estimaba que la construcción
duraría siglos. Por ello, propuso a la Junta Constructora construir en vertical
en vez de horizontalmente, por lo que levantó y terminó la fachada del ábside primero
y del Nacimiento después al objeto de que la generación que había comenzado la
obra viese algo acabado y, simultáneamente, esa fachada terminada pudiera
servir de estímulo a futuras generaciones para continuar el templo. Su
propuesta fue aceptada.
El 11 de diciembre de 1921 se puso la
primera piedra de la nave del templo (concretamente la de la base de la columna
dedicada a Tarragona), con una ceremonia de bendición oficiada por el nuncio
y el arzobispo de Tarragona y metropolitano de
Cataluña, Francisco Vidal y Barraquer.[21]
En 1923, aún en vida de Gaudí, en el
boletín de la Asociación de Arquitectos de Cataluña se publicaron los cálculos
de la estructura de las naves firmados por su ayudante Sugrañes. En esos
cálculos se han basado los que han continuado la construcción, aunque ha sido
preciso adaptarlos para cumplir la normativa vigente en la actualidad.36
Gaudí, consciente de que la construcción
del templo la llevarían a cabo generaciones posteriores, intentó definir el
proyecto sobre planos, pero, sabiendo que no le daría tiempo en vida, realizó
en detalle varias maquetas en yeso a escala 1:10 y 1:25 de las partes más
significativas, con la esperanza de que fuesen empleadas como modelos en el
resto del edificio. Gaudí proyectó en unas maquetas tridimensionales la nave
central, la sacristía y la fachada de la Gloria. La maqueta de la nave
principal debía servir de modelo para el resto de las naves y la maqueta de la
sacristía debía ser el modelo para las torres centrales.
Durante la vida de Gaudí solo se hizo la
cripta, el ábside y la fachada del Nacimiento, con escultura de Carles Mani, Llorenç Matamala y Joan Matamala, contando
con los dibujos de Ricard Opisso, que trabajó como auxiliar de oficina
desarrollando planos y realizando perfiles de figuras o motivos a escala. El
arquitecto solo llegó a ver coronada una de las torres antes de su
fallecimiento, la de San Bernabé. A su muerte se hizo cargo de las obras su
ayudante Domingo Sugrañes (durante los años 1926-1936), el cual finalizó las
tres torres que quedaban en la fachada del Nacimiento.
El 20 de julio de 1936, dos días después
del golpe de estado que originó la Guerra Civil, grupos de exaltados incendiaron la
cripta, por lo que se destruyó en su mayor parte el taller en el que Gaudí
había trabajado, donde se encontraban sus esbozos, maquetas y modelos. Unos
días después del destrozo, el arquitecto Lluís Bonet i Garí solicitó que se rescataran
los fragmentos rotos de las maquetas, que fueron guardados. Entre estos, otros
que quedaron enterrados y que se recuperaron posteriormente y las fotografías
conservadas de las maquetas originales, a partir de 1940 Lluís Bonet, Isidre Puig i Boada y Francesc Quintana restauraron
y reconstruyeron los modelos, elaboraron sus planos y construyeron una nueva
réplica de la maqueta de la nave principal a escala 1:10, que hoy se puede
contemplar en el museo de la basílica.
Cuando en 1944 se reemprendió la construcción de la Sagrada Familia tuvo que definirse en primer lugar cómo debía procederse, para edificar el templo de la forma más fiel a las ideas de Gaudí. Al frente de esta gigantesca tarea estuvieron los arquitectos Bonet, Quintana y Puig Boada, mientras que de la obra escultórica se encargaron Jaume Busquets y diversos escultores más. El impulso definitivo se produjo en 1953 gracias a la publicación de una carta pastoral del obispo de Barcelona Gregorio Modrego, en que expresaba su deseo de acelerar las obras; al año siguiente, la Junta Constructora decidió levantar la segunda fachada, la de la Pasión, sufragada gracias a donativos, colectas anuales y el inicio de la entrada de visitantes a las obras. Las torres de la fachada fueron culminadas en 1976.42 El conjunto principal de las figuras escultóricas de la nueva fachada le fue encargado en 1987 a Josep Maria Subirachs. Igualmente, el escultor japonés Etsuro Sotoo colaboró en algunas esculturas de la fachada del Nacimiento. Desde 1987 hasta 2012 las obras estuvieron bajo la dirección de Jordi Bonet i Armengol, fecha en que fue sustituido por Jordi Faulí i Oller.43
4.5 En cuanto a su ubicación
Uno de los puntos que ha suscitado mayor controversia en torno a la Sagrada Familia es su ubicación en el entramado urbanístico de Barcelona: cuando comenzaron las obras se encontraba en pleno campo, pero pronto fue integrada en el rápido desarrollo producido en la ciudad a principios del siglo xx.
En 1916, Gaudí realizó un proyecto para englobar la Sagrada Familia dentro del Plan Romeu-Porcel, el proyecto urbanístico heredero del Plan Jaussely, un nuevo proyecto de enlaces que debía conectar el ensanche del Plan Cerdá con los nuevos municipios agregados: concibió situar el templo dentro de una zona ajardinada en forma de estrella octogonal, que habría proporcionado una visión óptima del templo desde todas las zonas circundantes.
Finalmente, debido al coste de los terrenos, redujo el proyecto a una estrella
de cuatro puntas, que permitía una amplia visión desde todos los vértices.
Sin embargo, el plan de Gaudí finalmente no se llevó a cabo.
4.6 Algunos eventos destacados
La Sagrada Familia ha sido escenario
habitual de numerosos actos culturales y encuentros religiosos. La Sagrada
Familia ha tenido varios eventos destacados: en 1921 se celebró el Año
Jubilar de San José con procesiones, peregrinaciones y misas, y se cantó
el Aleluya de Händel por mil cantantes de orfeones venidos
de toda Cataluña,
dirigidos por Lluís Millet.47
En 1952, con motivo del XXXV Congreso Eucarístico Internacional celebrado
en Barcelona, se inauguró la iluminación artística de la fachada del
Nacimiento, se celebraron comuniones multitudinarias, se hizo una plegaria de
las naciones por la paz del mundo y se representó el auto sacramental El
pleito matrimonial del cuerpo y el alma, de Pedro Calderón de la Barca.
En 1981 se abrió la plaza de Gaudí frente
a la Sagrada Familia, con un proyecto de jardines de Nicolás María Rubió Tudurí, donde destaca el
estanque, en cuyas aguas queda reflejado el templo.
Al año siguiente en 1982, con motivo del
centenario de la colocación de la primera piedra, el templo recibió la visita
del papa Juan Pablo II.[22] Igualmente, el 18 de
marzo de 2007 se conmemoró el 125 aniversario de la colocación de la primera
piedra del templo con una fiesta, conciertos y bailes de sardana (La Santa Espina) envolviendo el templo.[23]
El Papa Benedicto XVI el 7 de noviembre de 2010 en medio de una misa solemne en el altar mayor dedicó la Basílica de la Sagrada Familia al culto religioso
El arquitecto jefe Jordi Faulí anunció en octubre de 2015 que la construcción estaba completa en un 70% y había entrado en su fase final de levantar seis campanarios.53 El 20 de agosto de 2017 se celebró en la Sagrada Familia una misa solemne en memoria de los fallecidos en el atentado de la Rambla del 17 de agosto, con la presencia de los reyes Felipe VI y Letizia, el presidente de España Mariano Rajoy, el presidente de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa, y otras autoridades.[24]
En 2014, en el transcurso del Primer Congreso Mundial sobre Gaudí celebrado en la Universidad de Barcelona, el arquitecto Jordi Bonet i Armengol anunció la futura realización de una estatua dedicada al obispo de Vich Josep Torras i Bages, prevista en principio para la finalización de las obras de la fachada en 2016, aunque de momento el proyecto se ha retrasado.
La obra escultórica de Josep Maria Subirachs en la fachada de la Pasión fue declarada el 11 de febrero de 2019 Bien Cultural de Interés Nacional, según la catalogación efectuada por la Generalidad de Cataluña, que señaló que es un «episodio excepcional en la escultura contemporánea que ha convertido a su autor en un referente esencial del arte catalán».[25]
5. El templo. El diseño innovador de
Gaudí
Cuando Gaudí empezó a dirigir la
construcción del templo, solo estaba construida la cripta, en la que modificó
los capiteles, que pasaron
de ser de estilo corintio a otro estilo inspirado en motivos
vegetales. Gaudí evolucionó cuando recogió el primitivo proyecto neogótico para
dar al nuevo su estilo particular naturalista, orgánico, inspirado en la
naturaleza. Gaudí opinaba que el gótico era imperfecto, porque sus formas
rectas, su sistema de pilares y arbotantes, no reflejaba las leyes de la naturaleza,
que según él es propensa a las formas geométricas regladas, como son el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.
Las superficies regladas son formas
generadas por una recta, denominada generatriz, al desplazarse sobre una línea
o varias, denominadas directrices. Gaudí las halló en abundancia en la
naturaleza, como por ejemplo en juncos, cañas o huesos; decía que no existe
mejor estructura que un tronco de árbol o un esqueleto humano. Estas formas son
a la vez funcionales y estéticas, y Gaudí las empleó con gran sabiduría,
sabiendo adaptar el lenguaje de la naturaleza a las formas estructurales de la
arquitectura. El arquitecto asimilaba la forma helicoidal al movimiento y la
hiperboloidal a la luz.
Gaudí fue modificando su concepción del
templo a lo largo de los años, ya que las interrupciones de las obras por falta
de recursos económicos le dieron tiempo para buscar nuevas soluciones
estructurales. Asimismo, aprovechó su experimentación en otros proyectos para
incorporar en la Sagrada Familia sus innovaciones más exitosas: la cripta de la Colonia Güell, así como las galerías y
viaductos del parque Güell, le sirvieron para adoptar nuevas
soluciones arquitectónicas basadas en hiperboloides y paraboloides, así como en
columnas helicoidales. Igualmente, las torres de la Sagrada Familia estaban
inspiradas en un proyecto no realizado para unas Misiones Católicas Franciscanas en Tánger[27] .
Gaudí da cuenta del alcance que tuvo ese proyecto. "Sin
la prueba a gran escala de las formas alabeadas, helicoidales en las columnas y
paraboloides en los muros y bóvedas, que he hecho en la Colonia Güell, no me
habría atrevido a utilizarlas en el templo de la Sagrada Familia".
Para Gaudí un elemento clave en su forma
de concebir la estructura era el arco parabólico o catenario, también
llamado funicular de fuerzas, que utilizó como elemento más adecuado para
soportar las presiones. Mediante la simulación de distintos polifuniculares
experimentales determinó la forma óptima de la estructura para soportar las
presiones de los arcos y las bóvedas, primero en la cripta de la Colonia Güell
y después en la Sagrada Familia. Desarrolló un modelo a escala de cordeles entretejidos
de los que suspendían pequeños sacos de perdigones que simulaban los pesos; así
determinaba el funicular de fuerzas y la forma de la estructura. Por tanto, a
partir del estado de cargas, simulados con los saquitos de perdigones,
determinó experimentalmente la forma idónea de la estructura (que él llamó
«estereostática»), que reproducía la estructura óptima para trabajar a tracción
y que, invirtiéndola, se obtenía la estructura idónea para trabajar a
compresión.77
Siguiendo el propio patrón que le dejaba la naturaleza, Gaudí concibió el interior de la Sagrada
Familia como si fuese la estructura de un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes divididas
en diversas ramas para sustentar una estructura de bóvedas de
hiperboloides entrelazados[28]. Las columnas las inclinó
para recibir mejor las presiones perpendiculares a su sección; además, les dio forma
helicoidal de doble giro (dextrógiro y levógiro), como en las ramas y troncos
de los árboles. Por el conjunto de elementos aplicados en las columnas (inclinación,
forma helicoidal, ramificación en varias columnas más pequeñas) consiguió una
sencilla forma de soportar el peso de las bóvedas sin necesidad de
contrafuertes exteriores.
Gaudí diseñó una planta de tipo basilical en cruz latina, con
el altar mayor sobre la cripta, rodeado de
siete capillas absidiales; frente al
altar, un transepto de
tres naves, con los portales del Nacimiento y la Pasión; en sentido
longitudinal el cuerpo central, de cinco naves, con el Portal de la Gloria. La
planta tiene unas dimensiones de 117 × 82,5 m, y la zona edificada tendrá
una superficie total de 4500 m². Su capacidad será de 14 000
personas.[29]
El conjunto incluirá además un claustro que
circundará la iglesia, previsto para la realización de procesiones y para
aislar el templo del exterior; en el centro del tramo correspondiente al ábside
se hallará la capilla de la Asunción. Dispondrá además de dos sacristías en los
lados de la fachada del ábside, así como las grandes capillas circulares
del Bautismo y
la Penitencia en los costados de la fachada de la
Gloria. El nivel principal l templo está elevado 4 m sobre el
nivel de la calle, lo que deja un sótano y un semisótano ocupados por el museo
y los talleres.
El templo tendrá 18 torres, cuatro en
cada una de las tres fachadas haciendo un total de doce por los apóstoles, en el centro
la torre cimborio dedicada
a Jesús, de 172,5 metros de altura, otras cuatro consagradas a los evangelistas alrededor
de la torre cimborio y, sobre el ábside, otro cimborio dedicado a la Virgen.
Tienen perfil parabólico y disponen de unas escaleras helicoidales que dejan la
parte central hueca para situar allí unas campanas tubulares dispuestas
como carillón.84
Junto al templo Gaudí construyó varios
edificios anexos: la casa del capellán (construida en
1887 y reformada entre 1906 y 1912), sencilla construcción de ladrillo, a la
que se adosaron diversos espacios destinados a despacho de Gaudí, un taller de
maquetas y un laboratorio de fotografía; y las Escuelas de la Sagrada Familia (1909), pequeño
edificio destinado a escuela para los hijos de los obreros que trabajaban en la
obra.[30]
5.1 Su diseño orgánico tremendamente
original y cargado de simbolismo
Gaudí concibió una compleja iconografía que
basó exclusivamente en su condición de templo católico y en el culto religioso,
para lo que adaptó todos los elementos arquitectónicos a los ritos litúrgicos.
Para ello se inspiró principalmente
en El Año Litúrgico de Prosper Guéranger,[31]
recopilación de todos los cultos y festividades religiosas producidos al cabo
del año, así como en el Misal Romano y el
Ceremonial de obispos. Para Gaudí, la Sagrada Familia era un himno de alabanza
a Dios, en que cada piedra era una estrofa. El exterior del templo
representa a la Iglesia, a través de los apóstoles, los evangelistas, la Virgen
y Jesús, cuya torre principal simboliza el triunfo de la Iglesia; el interior
alude a la Iglesia universal, y el crucero a la Jerusalén Celestial, símbolo místico de la paz.
Gaudí diseñó personalmente muchas de las
esculturas de la Sagrada Familia, aplicando un curioso método de trabajo ideado
por él: en primer lugar hacía un profundo estudio anatómico de la figura,
centrándose en las articulaciones para lo que estudió detenidamente la
estructura del esqueleto humano; a veces, se servía de modelos confeccionados
con alambre para
probar la postura adecuada de la figura a esculpir. En segundo lugar, realizaba
fotografías de los modelos, utilizando un sistema de espejos que
proporcionaban múltiples perspectivas. A continuación, hacía moldes en yeso de las figuras, tanto de personas como de
animales (en una ocasión tuvo que izar un burro para que no
se moviese). Sobre estos moldes hacía correcciones en las proporciones para
conseguir una perfecta visión de la figura dependiendo de su ubicación en el
templo, más grandes cuanto más elevadas. Por último, se esculpía en piedra.
5.2
El comienzo por la cripta. María la piedra angular.
Igual que María es la puerta de entrada
en la fe, para Gaudí María es la piedra angular y así se refleja en la clave de
la bóveda. En la clave un
relieve policromado dedicado a la Anunciación, obra de Joan Flotats. La
simbología contiene fuertes caracteres marianos, la Inmaculada Concepción, sus padres San
Joaquín, Santa Ana, la capilla de Santa Isabel y San Zacarías.
Al hacerse cargo Gaudí de las obras, el 3
de noviembre de 1883, transformó los pilares añadiéndoles capiteles con motivos
naturalistas; también elevó la bóveda y rodeó la cripta de un foso para tener
iluminación y ventilación directas. Por otro lado, trasladó el altar mayor al
lugar previsto para la escalera principal, correspondiente al centro del
crucero, que así dejó libre, situando en su lugar dos escaleras de caracol en
los laterales. Los primeros planos de Gaudí para la Sagrada Familia fueron de
la capilla de San José, construida entre 1884 y 1885, fecha de la celebración
de la primera misa. Las obras de la
cripta se prolongarían hasta 1891.
Situada a 10 m de
profundidad respecto al nivel de la calle, la cripta tiene forma semicircular,
de 40 m de largo por 30 m de ancho. El
deambulatorio se compone de siete capillas dedicadas a la Sagrada Familia de
Jesús: San José, el Sagrado Corazón, la Inmaculada Concepción, la capilla
de San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Están dispuestas en forma de
rotonda, frente a la que se sitúan otras cinco capillas en línea recta: la
central dedicada a la Sagrada Familia (que
alberga el altar), flanqueada por la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, de
Jesucristo, de Nuestra Señora de Montserrat y
del Santo Cristo donde fue enterrado Josep Maria Bocabella. En el espacio
situado bajo las escaleras de caracol de los laterales hay sendas sacristías.
Las bóvedas de la cripta responden más al
proyecto primitivo original. Son de estilo neogótico, cada una de ellas (un total
de 22) con una clave central decorada con anagramas o imágenes
de ángeles y otros motivos; cabe destacar la clave de la bóveda central. Esta
bóveda central es la más alta, y sobresale en el piso superior dos metros sobre
el suelo, a la altura del presbiterio, donde unos ventanales permiten ver la
cripta desde arriba y aportan luz al espacio inferior. Está sustentada
por lunetas apoyadas
en arcos sobre diez pilares en haces de columnitas.
El altar está presidido por un retablo en relieve de
la Sagrada Familia, elaborado inicialmente para el oratorio de
la casa Batlló y después colocado aquí. La imagen
de la familia de Nazaret fue esculpida por Josep Llimona, mientras
que el Santo Cristo y los candelabros fueron modelados por Carles Mani; el marco
fue diseñado por el propio Gaudí. Varias de las esculturas originales fueron
destruidas en 1936, como la de San José, de Maximí Sala; las
del Sagrado Corazón y la Inmaculada Concepción, de
Josep Llimona; y la del Cristo que presidía el altar mayor,
de Joan Matamala. Anterior a 1936 solo se conserva
el Santo Cristo de Josep Llimona. De las actuales, la imagen
de la Virgen del Carmen es obra de Jaume Busquets; las
imágenes de la Inmaculada Concepción, San José y
el Sagrado Corazón son de Josep Maria Camps i Arnau.
La cripta está circundada por un mosaico
romano de opus tessellatum donde están representados
la viña y el trigo, símbolos de la Eucaristía, obra del
mosaiquista italiano Mario Maragliano.[32] Las vidrieras se
confeccionaron con un rico colorido, con imágenes de ángeles cantores y músicos
y azucenas. Las pilas
de agua bendita de la cripta están hechas con unas
grandes conchas marinas (Tridacna gigas)
procedentes de Filipinas, que le
proporcionaba a Gaudí el marqués de Comillas. Algunas de las
lámparas de la cripta las hizo Gaudí con sus propias manos, ya que el médico le
había recomendado trabajos manuales para combatir el reumatismo. También
diseñó el mobiliario litúrgico de la cripta, como un atril, un tenebrario,
armarios, confesionarios o candelabros, ejecutados por el carpintero Joan
Munné.
La cripta de la Sagrada Familia, junto
con el taller de construcción, sufrió importantes destrozos el 21 de julio de
1936 en un incendio provocado durante la quema de iglesias de Barcelona en la
Guerra Civil. Este atentado destruyó y dañó para siempre algunas de las
maquetas, planos y documentos del proyecto original de Gaudí. En ese mismo acto
también fue profanada la tumba del fundador del templo, Josep Maria Bocabella,
aunque por fortuna la de Gaudí quedó intacta, como pudieron comprobar sus
discípulos al abrir el sepulcro en 1939.
Entre 2007 y 2009 la cripta fue objeto de
una cuidadosa rehabilitación, esencialmente para colocar unos cimientos nuevos,
debido a que los anteriores provenían del proyecto de Villar, y quizá no
habrían sido suficientes para las modificaciones realizadas por Gaudí, que
doblaban la altura del edificio; pero de paso se rehabilitó la pavimentación de
mosaico, así como las vidrieras instaladas en la cripta. El 19 de abril de 2011
se declaró un nuevo incendio en la cripta, causado por un asistente habitual a
la parroquia, que destruyó prácticamente la totalidad de la sacristía.
5.3 El ábside
El ábside ocupa la
cabecera del templo, entre las fachadas del Nacimiento y la Pasión. En el
centro del claustro que lo circunda se situará la capilla de la Asunción y tendrá dos sacristías en los
laterales, de las que de momento se ha construido una. Gaudí dedicó el
conjunto del ábside a la Virgen María, de la que era gran devoto.
El proyecto contiene siete
capillas absidiales dedicadas a los siete dolores y gozos de San José, según deseos del
fundador Bocabella. Estas capillas están separadas en el exterior por ocho
contrafuertes con agujas, que llegan a los 50 m de altura. Cada
capilla contiene en su parte superior tres vitrales, delimitados por otros dos
contrafuertes con agujas de menor altura. De inspiración gótica, al
encontrarse sobre la cripta sigue su misma estructura. Su construcción se
realizó de 1890 a 1893, aunque las bóvedas de las capillas y el deambulatorio no
se finalizaron hasta inicios del siglo xxi.
El ábside contiene una profusa
decoración escultórica donde destacan las estatuas dedicadas a santos
fundadores de órdenes religiosas: en los contrafuertes se sitúan (de Nacimiento
a Pasión) santa Clara, san Bruno, san Bernardo de Claraval, san Benito de Nursia, santa Escolástica y san Antonio Abad; en el
ventanal de la fachada del transepto se encuentran san Francisco de Asís y santa Teresa de Jesús (Nacimiento y Pasión
respectivamente). También se encuentran los anagramas de Jesús
(la inicial de su nombre rodeada por una corona de espinas), de la Virgen (su
inicial con la corona de Reina de los Cielos y la Tierra) y san José (su
inicial acompañada de narcisos, flores
que evocan la pureza y castidad). Los pináculos de los contrafuertes están
rematados con esculturas de espigas y capullos de flora del entorno (cuando se
construyó era campo), dispuestos como un ramo de flores de ofrenda a la Virgen.
Además, en la parte superior de los contrafuertes se representan unas gárgolas con forma de animales (serpiente, camaleón, caracol, lagarto, lagartija, rana, salamandra, etc) obra
de Llorenç Matamala.
Las barandas altas de las capillas
del ábside llevan decoración floral de “la antífona de María
de la O”. El artista se inspiró en los atributos e invocaciones del Pequeño Oficio de la Bienaventurada Virgen María: cedro, palma, ciprés, cinamomo, rosa, olivo y bálsamo. Asimismo, los
terminales de los frontones del ábside están rematados con una decoración
escultórica que simboliza los frutos de la Virgen María: escaramujos, cinamomos, dátiles, olivas y uvas.[33] Las linternas de las
capillas tienen los símbolos de las antífonas de la última semana de Adviento, conocidas
como «antífonas de la O»:
O Sapientia: sabiduría, con un león y un cordero como unión de la fuerza y la mansedumbre.
O Adonai: invocación hebraica de Dios (corona ducal y cetro).
O Radix Jesse:
vara de Jesé.
O Clavis David: llave como signo de dominio.
O Oriens: sol como símbolo de justicia.
O Rex Gentium:
piedra angular (piedra con el anagrama de Jesús y corona real).
O Emmanuel rex: rey
y legislador (manto real, espada y tablas de la Ley).
La Capilla de la Asunción, de la que Gaudí dejó un
elaborado proyecto, tendrá forma de litera de piedra, evocando la litera con
que se sacaba en procesión a la llamada Virgen de Agosto de la catedral de Gerona. El arquitecto se inspiró en la
obra de Lluís Bonifaç de la seo gerundense,
reproduciendo en la capilla detalles como los cortinajes, la corona, los
pilares y los ángeles. La capilla estará rematada por una linterna de 30 metros de altura.
La cúpula será como un manto
levantado por los extremos por ángeles, que se situarán en los pináculos de
los frontones. El frontón principal llevará la
inscripción Salve, Regina, Mater misericordiae, en honor de la
Virgen de la Misericordia (patrona de Reus, la ciudad natal del arquitecto).
En el interior figurará la Santísima Trinidad en la cúpula coronando a
María, rodeada de ángeles (como advocación de Nuestra Señora de los Ángeles);
en la galería habrá doce ángeles (por las doce estrellas de la corona de la
Virgen) con los frutos del Espíritu Santo; bajo la
galería estará la muerte de la Virgen, la de San José, la presentación de María
en el templo por San Joaquín y Santa Ana y las bodas de Caná. En los
portales estarán los santos de advocaciones barcelonesas, San Roque y San José Oriol.
Las sacristías tendrán una altura
de 35 metros, sobre una base de 18 x 18. De momento se ha construido la de
poniente, edificada entre 2011 y 2016. Tiene una planta baja de forma cuadrada,
cuyos lados exteriores coinciden con el claustro que circunda el templo. En el
primer piso, los ángulos están achaflanados, por lo que presenta una planta
octogonal. Por último, la cúpula es un polígono de doce paraboloides.
La esquina exterior contiene tres
de los obeliscos que delimitarán las cuatro esquinas del templo, sobre los que
se sitúa una linterna con forma de hiperboloide elíptico. Las
paredes presentan unas oberturas triangulares limitadas por las generatrices y
directrices de los paraboloides.
En los frontones y la linterna
están inscritas las invocaciones del Apocalipsis (Ap 7,
9-12), en catalán: Lloança («alabanza»), Glòria, Saviesa («sabiduría»), Acció
de gràcies («acción de gracias»), Honor, Poder y Força («fuerza»)[34]. La cúpula está rematada
con un pináculo de tres escudos aristados, decorados con unas figuras de
cerámica esmaltada del Cordero y el Vendimiador (símbolos de Jesucristo), obra
de Francesc Fajula,[35] así como la
inscripción Amén, en pórfido rojo, y el
monograma JHS, en vidrio veneciano dorado;
y coronado por un anillo de bronce que representa la alianza con la Iglesia, y
la corona de la vida, que reciben los mártires en la resurrección (Ap 2)
Diríamos que el ábside es parco y
sobrio en imágenes porque la idea idea Gaudí era que fuese un espacio dedicado
a la oración y contemplación. Gaudí para dotar a la Sagrada Familia de una
grandiosidad monumental hasta ahora inusitada proyecta como tres retablos
exteriores en sus tres fachadas.
Gaudí siguiendo el propio curso
solar no comienza con la fachada principal del sur sino que comienza con la
fachada este por donde nace el Sol. Así comienza por la fachada del nacimiento.
Luego le seguirían la fachada de la Pasión y la de la gloria de la Resurrección.
En su vida solo lograría ver acabada la del Nacimiento. Las tres fachadas
estarían flanqueadas por sus respectivas torres. En total serían 12 torres
correspondientes a los apóstoles (cambiaria la de Judas el traidor por la de
San Bernabé). Cuatro correspondientes a los evangelistas y las torres de la
Virgen y de Jesucristo. La de Jesucristo en el centro del crucero coronaría la
obra. El templo pasaría a ser el más alto del mundo.
Fue providencial que en lugar de
dedicarse a su ejecución horizontal en el ábside se atreviera a levantar al
menos una de las fachadas. Esto daría pie que sus seguidores la tomaran como
modelo para poder construir el resto. Esta fachada fue pues la elegida por
Gaudí para dar una idea global de la estructura y decoración del templo.[36] Como era consciente de
que no podría terminar el proyecto en el transcurso de su vida, en vez de ir
construyendo el templo en su conjunto de forma lineal prefirió construir una
fachada completa en toda su verticalidad, para dar una muestra completa de cómo
debía ser el resto. Escogió esta fachada por ser, en su opinión, la que podría
ser más atractiva para el público, fomentando así la continuación de la obra
tras su muerte.
5.4 La Fachada del Nacimiento
La fachada expresa la
perturbación gozosa del universo del cosmos por la entrada de Dios en el
espacio y en el tiempo. Es toda una exaltación al misterio de la Encarnación,
al nacimiento del Hijo de Dios. La fachada la sostienen las columnas de María y
de José desde la que Los Ángeles anuncian el acontecimiento de la
Anunciación al universo. Sus anagramas con el de Jesús centran las tres
puertas representativas de las tres virtudes sobrenaturales por las que se
entra en la Iglesia católica, la fe, la esperanza y la caridad, enmarcadas por los
carámbanos helados de la noche de Navidad.
Al estar dedicada al acontecimiento
gozoso del nacimiento de Jesús, esta fachada presenta una decoración
exultante donde todos los elementos son evocadores de la vida. Se centra en la
faceta más humana y familiar de Jesús, con una amplia profusión de elementos
populares, como herramientas y animales domésticos. Orientada al levante
(nordeste), recibe el sol del amanecer, lo que refuerza la idea de vida y
alegría vinculada al nacimiento, en contraposición a la fachada de la Pasión,
que representa la muerte de Cristo y recibe por tanto la luz del ocaso; Gaudí
estudió minuciosamente el simbolismo de todos los espacios del templo.
5.4.1 Diseño de los distintos niveles de la Fachada
La fachada está dividida en tres arquivoltas, que presentan tres pórticos dedicados a las virtudes teologales: de la Esperanza a la izquierda, de la Fe a la derecha, y de la Caridad en el centro. Culmina con las cuatro torres dedicadas a San Matías, San Judas Tadeo, San Simón y San Bernabé. Fue construida entre 1893 y 1936. La escultura original es de Llorenç Matamala y Joan Matamala con la ayuda de Carles Mani, autor de moldes en cera de diversas figuras de la fachada, y con aportaciones posteriores de Jaume Busquets, Joaquim Ros i Bofarull y Etsuro Sotoo, el último que trabajó en la fachada, que dio por finalizada el año 2016.
Las tres arquivoltas tienen los
rampantes estribados en dos columnas en su parte interior, y en los claustros
en la exterior. Estas columnas están formadas por seis tambores estriados helicoidalmente: la de José
entre el pórtico de la Esperanza y el de la Caridad, y la de María, entre el
pórtico de la Caridad y el de la Fe. En la base de las columnas está
representada una tortuga (una
de tierra y una de mar) como símbolo de lo inalterable en el tiempo, mientras
que los capiteles son en
forma de hojas de palma, de las que
surgen racimos de dátiles cubiertos
de nieve (por el
invierno, fecha de la natividad de Jesús), que dan apoyo a dos ángeles
con trompetas que
anuncian el nacimiento de Cristo. En contraste con las tortugas, a ambos lados
de la fachada se situaron camaleones, símbolos del cambio. Realizada en piedra
arenisca de Montjuïc, en el proyecto original de Gaudí esta
fachada debía estar policromada,
pintando de diversos colores las arquivoltas de los tres pórticos; así, todas
la estatuas habrían sido pintadas, tanto las de figuras humanas como las de
flora y fauna y demás objetos. Sin embargo, hasta la fecha no se ha realizado
esta decoración.
Los tres pórticos tienen cuatro
puertas (la central es doble) diseñadas por Etsuro Sotoo, de bronce policromado
y cristal, decoradas con
vegetación, insectos y pequeños animales, evocando el lugar donde nació Jesús:
la puerta de la Caridad está decorada con hiedras (símbolo
de la obediencia) y flores de calabaza (símbolo
del matrimonio); la de la Fe contiene rosas silvestres sin espinas, siguiendo el
ejemplo de San Francisco de Asís, que quitó las espinas a las rosas;
y la de la Esperanza presenta unas cañas, como las del río
que cruzó la Sagrada Familia en su huida a Egipto.
Entre los insectos y pequeños
animales que aparecen en las puertas pueden apreciarse mariposas, hormigas, moscas, saltamontes, arañas, libélulas, escarabajos, grillos, chinches, avispas, ciempiés, abejas, mariquitas, orugas, etc. Las
primeras de estas puertas, las del Portal de la Caridad, fueron colocadas entre
julio y diciembre de 2014; la del Pórtico de la Esperanza fue instalada en
julio de 2015; y la del Portal de la Fe se colocó el 30 de noviembre de 2015. En la puerta
de la Caridad se pueden apreciar además las inscripciones en latín Deus
Caritas Est y Caritas Numquam Excidit, mientras que las
rosas de los dos batientes dibujan las iniciales J y M (José y María).[37]
Pasemos ahora a analizar más en
detalle los tres portales, el de la Caridad, la Esperanza y la Fe.
5.4.2 El Portal de
la Caridad
Es la puerta más grande porque la
virtud de la caridad es la mayor. Está dedicado a Jesús y se centra en su Encarnación. El Nacimiento se apoya en el árbol
genealógico de Jesús, las raíces humanas de la Sagrada Familia desde Adán hasta
Cristo. Los Ángeles lo anuncian al universo y cantan, unos con los instrumentos
de la música culta y otros con los instrumentos de la música popular. Las
plantas de Cataluña florecen antes de tiempo, para acompañar al niño y vienen a
cantarle todos los pájaros como recita el villancico popular: alcanzó sus alas
las estrellas del firmamento con las constelaciones del zodiaco adoptan la
misma posición que la noche de Navidad. Se acercan los pastores y los Reyes
Magos guiados por la estrella mientras cantan los Ángeles niños, también hay un
gigantesco Rosario de 150 avemarías.
Encima la escena de la Anunciación
en que la Virgen María cede a ser la Madre de Dios. Por este acto de sumisión y
perfecto amor de Dios, de caridad perfecta, María es coronada por su Hijo
Jesucristo Dios y Hombre como Reina del Universo. Asisten su esposo José y el
discípulo Juan que nos representa a todos sus hijos espirituales.
El final del pináculo comienza con
el monograma de Jesús las letras “JHS” (que en latín significa: Jesús Hombre Salvador)
Enmarcado en una gran Cruz griega de cuatro brazos iguales. Los Ángeles del
cielo doblan la rodilla ante el nombre de Jesús. El huevo representa la
resurrección y el pelícano es un símbolo de la eucaristía en que Jesús mismo se
nos da como alimento (ya que según la leyenda el pelícano se hiere a sí mismo
en el pecho para alimentar con su sangre a sus polluelos) es el misterio de la
eucaristía cuya caridad no se acabará nunca y permanecerá para siempre el
cielo. La puerta acaba en un ciprés, un árbol eterno, con las tres personas divinas:
la letra “tau” (en griego) inicial de Dios Padre, la letra “x” inicial de
Cristo y la Paloma del Espíritu Santo. Las otras palomas blancas son las almas
puras que por vivir la castidad se refugian directamente en el amor de Dios. La
caridad.
Este portal es el mayor de los
tres, y está dedicado a Jesús. Está formado por muros en esviaje que van de las
puertas a las columnas situadas entre las arquivoltas, que nacen en los
capiteles de las mismas; esta arquivolta central está estructurada alrededor de
un arco pentalobulado que le sirve de directriz y se remata en el ventanal
del tímpano central. Los muros son acanalados, con
seis aristas que surgen de un banco terrero y quedan interrumpidas por unas
peanas decoradas con motivos escultóricos de plantas y aves domésticas, sobre
las que se sitúan unas hornacinas con las esculturas de las adoraciones y el
Nacimiento coronando el parteluz.
El pórtico desarrolla una serie de
escenas sobre el nacimiento de Jesús: la Anunciación y
la Coronación de María, junto a la Adoración de los Reyes y
la Adoración de los pastores (estas últimas obra de Ros i
Bofarull (1981-1982); también encontramos la estrella de Belén y los signos
del Zodíaco, dispuestos
como estaban la noche que nació Jesús (Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo y Virgo), así como ángeles músicos —con instrumentos
clásicos (arpa, fagot y violín) y populares (guitarra, pandereta y gaita)— y las 59 cuentas del rosario rodeando el ventanal. En el dintel de las
puertas figura la inscripción «Gloria in excelsis Deo et in terra pax
hominibus bonae voluntatis». También hay numerosas representaciones de
especies vegetales.
La puerta de Jesús está dividida
con un parteluz con
el árbol de Jesé, la genealogía de
Cristo. En su base está la serpiente mordiendo la manzana, símbolo del pecado original; la
parte inferior de esta columna está protegida con una reja cilíndrica de
hierro, obra del forjador Joan Oñós. Sobre el capitel se sitúa el grupo
del Nacimiento, obra de Jaume Busquets (1958), con un Coro
de ángeles niños (realizado por Etsuro Sotoo en el año 2000), que
sostienen unas filacterias con la inscripción «Jesus est
natus. Venite, adoremus», ante cuyo mensaje los pájaros van el pie de la
cuna, según el villancico popular
catalán El cant dels ocells (El canto de los
pájaros).
El portal culmina en el Árbol de
la Vida, que representa el triunfo de la vida y el legado de Jesús. Aquí
encontramos el anagrama de Jesús con las letras “JHS” (Jesus Hominum Salvator, Jesús Salvador de la Humanidad), en
una cruz griega, con
las letras griegas alfa y omega, como símbolo del principio y el fin. Está
rodeado de ángeles incensarios y
ángeles portadores del pan y el vino, símbolo de la Eucaristía. Sobre el
anagrama encontramos un pelícano, primitivo símbolo cristiano que
representa igualmente la Eucaristía, con un huevo símbolo del origen y la
plenitud de la vida y la naturaleza. En sentido ascendente se hallan dos
escaleras como ascensión a Dios, y un ciprés que
simboliza la vida eterna, con un grupo de palomas que
representan los fieles que acuden a Dios. Por último, encontramos una
representación de la Santísima Trinidad, con la letra griega tau, inicial del nombre de Dios en griego (Theos), la
X de Jesús (por la letra griega X), inicial de Cristo en griego) y la paloma del
Espíritu Santo.
5.4.3 El Portal de
la Esperanza
Está
centrado en José enseñando su oficio a Jesús con las herramientas de carpintero
alrededor y bajo la barra del hogar. Joaquín y Ana padres de María y abuelos de
Jesús, contemplan la escena. En las piernas dos momentos de esperanza, la
degollación de los inocentes y la huida de la Sagrada Familia a Egipto. Es por
eso que las aves y las plantas son las propias del lugar. Encima el matrimonio
de María y José y más arriba José gobierna entre escollos la nave de la Iglesia
católica. El pináculo es una Peña de Montserrat con la inscripción salva (porque
la última esperanza de los catalanes es la Virgen de Montserrat).
Dedicado a San José, tiene una
forma similar al pórtico central, con muros en esviaje de dos canales que
siguen la forma pentalobulada de la arquivolta. Aquí encontramos las escenas de
los Esponsales de la Virgen María y San José, la Familia de
Jesús (con San Joaquín y Santa Ana), El sabio y el Niño Jesús,
la Muerte de los Santos Inocentes, La huida a Egipto y La
barca de San José, en que José es el timonel que conduce a la Iglesia
católica.
También podemos observar la
colocación de diversas herramientas: una sierra, una maza, un cincel, una
escuadra, un destornillador, un martillo y un hacha. En alusión a la huida a Egipto (y
simbolizando la esperanza de la vida) se hallan animales domésticos como ocas, gansos o patos en representación de la fauna del Nilo, así como flora de Egipto. El pórtico
está rematado por un gran pináculo semejante a los peñascos de Montserrat (concretamente el Cavall Bernat), con
la inscripción latina Salva nos.
5.4.5 El Portal de la Fe.
Este
portal está dedicado a la Virgen María. Desde fuera sin poder participar lo
contemplan los pecadores convertidos en monstruos ya que el pecador se
deshumaniza y se acerca la bestialidad. La puerta de la virtud de la fe está
centrada en Jesús adolescente en el templo de Jerusalén mostrando su corazón
divino al que liban abejas místicas las aves. Las plantas son las de Palestina.
El Divino Niño es encontrado por María y José en el Templo y admirado por su primo Juan y el
padre de éste, Zacarías. En las peanas se representa la visitación de María a
su prima Isabel y a se ve Jesús trabajando en su taller. Encima la presentación
del Niño Jesús en el templo. En el pináculo el dogma de la Inmaculada
Concepción. María realza sobre la lámpara de tres picos símbolo de la Santísima
Trinidad. La mano de Dios es representación de su providencia que gobierna el
mundo y cuida de los hombres. Las espigas de trigo y racimos de uva representan
el sacramento de la eucaristía misterio de fe.
Tiene una estructura similar al
pórtico de la izquierda. En este pórtico percibimos las siguientes escenas:
la Inmaculada Concepción, en que aparece la Virgen sobre una
lámpara de tres brazos, en referencia a la Santísima Trinidad; la Visitación,
la Virgen visita a su prima Isabel; La
presentación de Jesús en el templo, donde el Niño Jesús aparece en brazos
del sacerdote Simeón y, a su lado, aparece la profetisa Ana, que reconoce en
Jesús al Mesías; Jesús trabajando de carpintero; y Jesús
predicando en el templo, entre las figuras de San Juan Bautista y San
Zacarías. También encontramos el Corazón de Jesús, cubierto de espinas y
de abejas místicas
que liban su sangre; la Divina Providencia, en forma de mano con el ojo que
todo lo ve; uvas y espigas como
símbolo de la Eucaristía; flora y fauna de Palestina; y hojas de palma (símbolo del martirio) en las columnas.166
5.5 Fachada de la Pasión
La fachada de la Pasión se empezó
a construir en 1956 (después de los trabajos de excavación efectuados en 1954)
según los dibujos y explicaciones que había dejado Gaudí. Las torres se
acabaron en 1976 y, desde entonces, se trabajó en la decoración escultórica,
que se dio por finalizada en 2018 con la instalación de la cruz triunfal y el
grupo del Sepulcro vacío.[38]
Gaudí proyectó esta fachada
durante una convalecencia por unas fiebres de Malta en Puigcerdà, en 1911
(aunque el boceto definitivo lo trazó en 1917). Dedicada a la Pasión de Jesús, pretende reflejar el sufrimiento de
Cristo en su crucifixión, como
redención de los pecados del hombre. Por ello concibió una fachada más austera
y simplificada, sin ornamentación, donde destacase la desnudez de la piedra,
que semejase un esqueleto reducido a las líneas simples de sus huesos. Tan solo
figuran los grupos escultóricos del ciclo pasional de Jesús, obra de Josep Maria Subirachs, que ideó un conjunto simple y
esquemático, con formas angulosas que provocan un mayor efecto dramático.
Subirachs realizó su obra entre 1987 y 2009.
El propio Gaudí describía su concepción de la fachada de la Pasión de la siguiente manera: “Alguien encontrará esta puerta demasiado extravagante; pero yo querría que las personas reconocieran los sufrimientos de Nuestro Señor, y para conseguirlo no ahorraré el dramatismo del claroscuro, los motivos entrantes y salientes, todo lo que resulte de más trágico efecto. Es más, estoy dispuesto a sacrificar la misma construcción, a romper arcos y a cortar columnas para dar idea de lo cruento del Sacrificio”.[39]
La fachada está orientada al
poniente (suroeste), la fachada está sostenida por seis grandes columnas
inclinadas, que semejan troncos de secuoya, sobre las que
se emplaza un gran frontón o porche superior de forma piramidal constituido por 18 columnas en forma
de hueso, rematado por una gran cruz.[40] Las torres están
dedicadas a los apóstoles Santiago el Menor, Santo Tomás, San Felipe y San Bartolomé.
La fachada de la Pasión tiene tres
portales igualmente dedicados a la Fe, Esperanza y Caridad, donde destacan las
puertas de bronce creadas por
Subirachs. El portal central de la Caridad tiene dos puertas dedicadas al Evangelio, con los
textos evangélicos que narran los últimos días de Jesús, separadas por un parteluz con las
letras griegas alfa y omega, como símbolo del principio y el fin. Las puertas
miden 5,28 metros de alto por 2,82 de ancho, y pesan 6500 kilos. La de la
izquierda presenta los pasajes relativos a la Pasión según el Evangelio de Mateo, y la de la derecha Según el Evangelio de Juan. En conjunto,
tienen un total de unas 10 000 letras, algunas de las cuales están
remarcadas con bronce dorado, como la frase «¿Qué es la verdad?», que
contestó Pilato a Jesús ante su afirmación de que venía a
«dar testimonio de la verdad» (Juan 18, 38).
Frente a las puertas del Evangelio
se sitúa la columna de La Flagelación, que sustituye la cruz
inicialmente prevista por Gaudí; por ello, Subirachs dividió la columna en
cuatro bloques, que simbolizan las cuatro partes de la cruz. Tiene cinco metros
de altura, y está realizada en mármol travertino. Otros
detalles destacados de la columna son: el nudo, que simboliza las torturas
sufridas por Jesús; el fósil, hallado en
el bloque de mármol según Subirachs, y que tiene forma de palmera, símbolo del
martirio; y la caña que los soldados dieron a Jesús en vez del cetro real, como
símbolo del escarnio sufrido por el Redentor. Los tres escalones simbolizan los
tres días que transcurrieron hasta la resurrección.
El portal de la Fe presenta la
Puerta de Getsemaní, de
4,41 metros de alto por 2,40 de ancho, dedicada a la oración de Jesús en el
huerto de los olivos. Vemos las imágenes de Jesús orando, mientras que sus
discípulos duermen, y en la parte superior izquierda aparece el cielo nocturno
con la luna llena, como presagio de la muerte. En la parte inferior se
encuentra un poliedro procedente
del grabado La Melancolía de Alberto Durero, y la
inscripción «Jesús cayó sobre su rostro, orando: padre mío, si es posible,
aparta de mí este cáliz; pero que se haga no como yo quiero, sino como queréis
vos» (Mateo 26, 39).
El portal de la Esperanza presenta
la Puerta de la Coronación de espinas, de 5 metros de altura y 2,40 de ancho.
Aquí aparece Jesús escarnecido con la corona de espinas, el manto y la caña,
como burla de su condición de rey, junto a la inscripción «Y los soldados
tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza, y lo vistieron
con un manto de púrpura; y le decían: “salve, rey de los judíos”; y le daban
bofetadas» (Juan 19, 2). En otra escena, Jesús es conducido
ante Herodes y Pilato, que aparecen enfrentados de
forma simétrica, como vistos en un espejo. Incluye además una cita de La Divina Comedia de Dante y un poema de La pell de brau (La
piel de toro) de Salvador Espriu.
El ciclo escultórico de la Pasión está instalado en tres niveles, siguiendo un orden ascendente en forma de S, para reproducir el Calvario de Jesús. Las esculturas estás diseñadas siguiendo la forma de la letra “S” (El Salvador) y va en sentido ascendente al Calvario de abajo a arriba En el Nivel inferior se encuentran las escenas de la última Cena de Jesús antes de la crucifixión. La Última Cena presenta a Jesús con los doce apóstoles, en el momento en que Judas le traicionará, con la inscripción «Lo que vas a hacer, hazlo deprisa» (Juan 13, 27). Pedro y los soldados es el momento en que Pedro corta la oreja a Malco, el criado del Sumo Sacerdote. En El beso de Judas las figuras están toscamente talladas para sugerir una visión nocturna; detrás de Judas se sitúa la serpiente que simboliza el demonio. Al lado de El beso de Judas se halla un cuadrado mágico de 16 cifras que, sumando cuatro de ellas en cualquier sentido, siempre dan 33, la edad de Cristo al morir; se pueden hacer 310 combinaciones distintas. Por otro lado, al sumar las dos únicas cifras que están repetidas (10 y 14) da 48, el mismo número que la palabra INRI al sumar la equivalencia de sus letras en números según el alfabeto latino .[41]
La negación de Pedro contiene tres figuras de mujer que representan
las tres veces que Pedro negó a Jesús, junto a un gallo que anuncia la salida del sol; el apóstol
está envuelto en una sábana como símbolo de su cobardía. Junto a esta escena,
se sitúa un laberinto, como
símbolo de la inescrutabilidad de los designios divinos, a la vez que
representa el camino de Jesús hacia el Calvario.
El Ecce Homo Jesús es presentado
con la corona de espinas, custodiado por dos soldados y con la figura de un
Pilato dubitativo ante lo que debe hacer; a los pies del Nazareno la piedra
está resquebrajada, representando el terremoto que se va a producir. Junto a
esta escena hay una columna con el águila romana y la inscripción «Tiberio,
emperador de Roma». La última escena de este nivel es El juicio de
Jesús, en que Pilato se lava las manos asistido por tres sirvientas, junto
a un soldado y la figura de Prócula, la mujer de
Pilato, que se aleja de la escena tras fracasar en su intento de interceder por
el reo, al que había visto en sueños (Mateo 27, 19).
5.5.1 Diseño de los distintos niveles de la Fachada
El Nivel medio representa el
Calvario de Jesús. Aparece en primer lugar Las Tres Marías y Simón de
Cirene, en que este ayuda con la cruz a Jesús, rodeado por la Virgen, María Magdalena y María de Cleofás. La Verónica muestra
el rostro de Jesús marcado en negativo en la tela de la mujer que le limpió el
sudor; la figura de Verónica no tiene rostro para no interferir con la imagen
de Jesús. (Aquí Subirachs hace un homenaje a Gaudí, dándole su fisonomía a la
figura del evangelista situado a la izquierda). Cierra el
ciclo El soldado Longino, que clavó su lanza a Jesús aunque luego
se convirtió al cristianismo.
En el Nivel superior encontramos
la figura la muerte y entierro de Jesús. Comienza el nivel con Soldados
jugando a los dados las vestiduras de Jesús. La crucifixión es
la escena principal del pórtico, con Jesús colgado en la cruz (que es de cuatro
brazos, como las típicamente gaudinianas, pero puesta en horizontal), que está
hecha de hierro, con una I
pintada en rojo en la viga central, símbolo del INRI; aparecen de nuevo las tres Marías y San Juan, y
figuran también en la escena un cráneo, símbolo de la muerte (y del Gólgota), y una luna,
que representa la noche. El velo rasgado es una estructura de
bronce que representa el velo del Templo de Jerusalén, que se rasgó a la muerte de
Jesús. Por último, en El entierro figuran José de Arimatea y Nicodemo depositando
el cuerpo de Jesús en el sepulcro, junto a la Virgen María y un huevo símbolo
de la resurrección. (La efigie de Nicodemo es un autorretrato del escultor
Subirachs).
En el arco superior del atrio se
encuentran dos mosaicos realizados antes de la intervención de Subirachs, obra
de Jordi Vila i Rufas. En el portal central, sobre
la Crucifixión, hay un mosaico que fue posteriormente tapado
por El velo rasgado. Tiene un panel central con un cordero y las
letras griegas alfa y omega, y otros cuatro paneles con frases de la liturgia
de Viernes Santo, dos en latín y dos en catalán: «Nulla silva talem profert
fronde, flore, germine», «Flecte ramos, arbor alta», «Quan per menjar el fruit
d'Efes» y «A la plenitud del temps profetitzat». El segundo se encuentra en el
portal de la Fe, junto al grupo de Soldados jugando a los dados las
vestiduras de Jesús: es un pequeño mosaico con la leyenda Dulce
lignum, parte de una estrofa del himno Crux fidelis de Venancio Fortunato: «Dulce lignum, dulces clavos,
Dulce pondus sustinet» («¡Oh dulce leño, dulces clavos los que sostuvieron tan
dulce peso!»).
Por encima de este portal se sitúa
un frontón formado por un conjunto de dieciocho
columnas, sobre el que se sitúa una cornisa de prismas hexagonales, con un crismón en su
parte central con la inscripción Iesus Nazarenus Rex Iudæorum. La
columnata y el cimacio con el crismón se terminaron en 2016.[42]
En el intercolumnio del frontón se
desarrolla un programa relativo a los profetas y
los patriarcas bíblicos,
que continúa con la misma simbología de fe, esperanza y caridad: los patriarcas
representan la fe, los profetas la esperanza y la parte central, dedicada a la
Resurrección, simboliza la caridad.191 Los muros
con los nombres de los patriarcas y profetas, obra diseñada por Subirachs y
esculpida por su ayudante Bruno Gallart, se acabaron de colocar en 2005. En
principio los profetas y patriarcas debían ser imágenes, pero el escultor
prefirió hacer un mural con los nombres para no sobrecargar la fachada de la
Pasión y estorbar la visión del ciclo pasional de Jesús mostrado en la parte
inferior. Así, estas figuras bíblicas han sido representadas por Subirachs con
sus nombres (y algunos con sus símbolos correspondientes) en forma de arabesco, grabados en
un relieve de 36 metros de largo y 5,5 de alto.
Patriarcas: Adán y Eva (con la serpiente y el
árbol con la manzana del pecado original), Abel, Henoc, Noé (con una línea ondulada que representa
el diluvio), Matusalén (con la
cifra 969, los años que vivió según la Biblia), Abraham, Sara, Isaac, Rebeca, Jacob (con la escalera de Jacob), Lía, Raquel, Judá, David, Ezequías, Josías.
Profetas: Moisés (con
las tablas de la ley), Séfora, Aarón, Balaam, Débora, Samuel, Natán, Elías (con una
lengua de fuego), Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Jonás (con la inscripción de la ciudad de Nínive y su
pictograma sumeroacádico, un pez dentro de una casa) y Zacarías (con unas alas de ángeles); al final
aparecen los nombres Sion y Jerusalén junto a
una representación de sus murallas.
En los dos acroterios laterales
del frontón se encuentran dos figuras de animales: el cordero del sacrificio
de Abraham y el león
de Judá, vencedor de la muerte, ambos prefiguraciones de
Jesús. Estas figuras, obra de Lau Feliu, se colocaron
el 14 de diciembre de 2017.[43]
En la parte central del
intercolumnio se halla el grupo escultórico del Sepulcro vacío,
obra de Francesc Fajula, colocado en abril de 2018.
Representa el sepulcro donde fue enterrado Jesús y del cual resucitó: junto a
la entrada se encuentra la piedra redonda que la tapaba, sobre la que sienta el
ángel que anuncia la resurrección a las Tres Marías, que se
sitúan en el lado izquierdo. Este grupo está en relación con el ventanal que
representa la Resurrección de Jesús, situado en una pared de la
nave lateral, obra de Joan Vila-Grau,
resuelta en forma de gran ventanal formado por quince vidrieras. El ángel que
anuncia la resurrección señala con su brazo derecho hacia este ventanal.[44]
En el acroterio central figura una
gran Cruz para rematar el frontón, de 7,5 m de altura
y 4,25 m de envergadura, realizada en piedra tesada de 18
toneladas. Está realizada con doble giro, con base y remates cuadrados y la
parte central de forma octogonal, mientras que las puntas son de forma
piramidal.[45]
Es una Cruz triunfal, por lo que no lleva representada la imagen de Cristo.
Fue colocada el 2 de julio de 2018.[46] En los pies de la cruz
se situarán tres ángeles, que están siendo esculpidos por Lau Feliu, uno en
actitud de veneración, otro acariciando la cruz y otro sosteniendo un cáliz con
la sangre de Cristo. La gran Cruz es de granito, mientras que los ángeles son de
travertino.
En la parte interior del frontón,
en el espacio situado entre este y los campanarios, se ha reproducido la
cantera situada junto al Calvario, donde se excavó el sepulcro de Jesús y que
más tarde se convirtió en un huerto (Juan 19, 41-42). La cantera está
representada por grandes bloques de piedra basta y el huerto por diversas
especies vegetales situadas a los pies de estos bloques (fresa, violeta, campanilla de invierno, mirto y helecho). En su diseño
ha intervenido el equipo de paisajistas L'Obrador.[47]
Por encima del frontón se
encuentra el Espíritu Santo, una escultura de Subirachs inspirada
en una paloma, pero de formas
casi abstractas, instalada en 2001.[48] Finalmente se halla
la Ascensión de Jesús, en el puente que une las torres de San
Bartolomé y Santo Tomás, a 60 metros de altura, obra de Subirachs realizada en
bronce, instalada en 2005.[49]
Las figuras de los apóstoles en
las torres también son obra de Subirachs, hechas en piedra de travertino de
3,25 metros de altura. Fueron colocadas entre febrero y octubre del 2000. Santiago el Menor está
representado con un báculo de obispo, ya que tradicionalmente fue el primer
obispo de Jerusalén; San Bartolomé aparece con un cuchillo, símbolo
de su martirio (fue desollado, de ahí que su figura trasluzca su anatomía),
además de un pergamino, ya que fue autor de un evangelio apócrifo; Santo Tomás se muestra en actitud dubitativa, ya
que tuvo que tocar a Jesús para creer en su resurrección; y San Felipe sostiene entre sus manos un libro,
símbolo de la predicación que ejerció en Asia Menor.
Frente a la Fachada de la Pasión
Gaudí proyectó en 1916 colocar un monumento al obispo de Vich Josep Torras i Bages, amigo suyo recién fallecido. El
arquitecto realizó un boceto del proyecto, y se efectuó un busto de yeso del
obispo, obra de Joan Matamala. Sin embargo, el proyecto finalmente no se llevó
a cabo, y el busto fue destruido en 1936. El monumento, de 20
metros de alto y elaborado en piedra (la base) y bronce (el fuste), estará
formado por una escultura del obispo escribiendo, y tendrá tres patas dedicadas
a las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), como la fachada.[50]
5.6 La Fachada de la Gloria
La fachada de la Gloria será la más grande y monumental. Es la fachada principal, la que da acceso a la nave central. Las obras comenzaron en 2002. Dedicada a la Gloria celestial de Jesús, representa el camino ascensional a Dios: la Muerte, el Juicio Final y la Gloria, así como el Infierno, para todo aquel que se aparta del dictado de Dios. Gaudí esbozó tan solo las líneas generales de esta fachada, ya que era consciente de que no la haría él en vida, sino los que continuasen su obra: "El fragmento de maqueta de los campanarios de la fachada principal no lo completaré ni lo desarrollaré. He decidido dejarla sólo programada para que otra generación colabore en el templo, como repetidamente se ve en la historia de las catedrales, cuyas fachadas no sólo son de otros autores, sino también de otros estilos".
Para acceder al Pórtico de la
Gloria habrá una gran escalinata con una terraza donde se situará el Monumento
al Fuego y al Agua, con un gran tedero con fuego, en representación de la
columna de fuego que guió al pueblo elegido, y un surtidor de agua, con un
chorro de 20 metros de altura que se dividirá en cuatro cascadas, simbolizando
los ríos del paraíso terrenal y las fuentes de agua viva del Apocalipsis.
La escalinata creará un paso
subterráneo en la calle Mallorca, que representaría el Infierno y el vicio, y
estaría decorado con demonios, ídolos y falsos
dioses, cismas, herejías, etc.
También figurará el purgatorio, y la muerte representada
en sepulcros situados
en el suelo del porche. En representación de la condena al trabajo sufrida por
el hombre tras el pecado original, figurarán en un soportal de la
fachada principal las representaciones de diversos oficios: sastre, zapatero, albañil, panadero, herrero, alfarero, carpintero, etc. Por
medio del trabajo y cultivando la virtud, el hombre puede alcanzar la Gloria, a
través de la redención y por intermediación del Espíritu Santo. Así, el pórtico
tendrá siete grandes columnas dedicadas a los siete dones del Espíritu Santo; en sus bases aparecerán los
siete pecados capitales, y en los capiteles las siete virtudes:
Dones: Piedad, Fortaleza, Inteligencia,
Sabiduría, Consejo, Ciencia, Temor de Dios.
Pecados: Avaricia, Pereza, Ira, Envidia, Gula, Soberbia, Lujuria.
Virtudes: Generosidad, Diligencia, Paciencia, Caridad, Templanza, Humildad, Castidad.
Asimismo, hay siete puertas
dedicadas a los sacramentos y a las peticiones del Padre Nuestro:
Bautismo: «Padre
Nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre».
Extremaunción: «Venga a nosotros tu Reino».
Orden Sacerdotal:
«Hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo».
Eucaristía: «Danos hoy
el pan nuestro de cada día».
Confirmación:
«Perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos
ofenden».
Matrimonio: «No nos dejes caer en la tentación».
Penitencia: «Y líbranos del mal».
La primera y la última puerta, del
Bautismo y la Penitencia, coincidirán con las dos capillas laterales de la
fachada de la Gloria, que interseccionan con el claustro. También figurarán
en la fachada las Bienaventuranzas y las Obras de Misericordia corporales
y espirituales. Igualmente estarán representados: Adán y Eva, como origen
del ser humano; San José en su labor de carpintero; la Fe, la Esperanza y la
Caridad representadas por el Arca de la Alianza, el Arca de Noé y la
Casa de Nazaret; la Virgen
María, rodeada de ángeles, santos, profetas, patriarcas, apóstoles, mártires,
sacerdotes, confesores, vírgenes y viudas; y Jesús en el Juicio Final, con el
Espíritu Santo en forma de rosetón y Dios
Padre, formando la Trinidad Santa.
La fachada se completará con unas
grandes nubes iluminadas
que contendrán en grandes letras el Credo niceno (Credo
in unum Deum Patrem Omnipotentem, creatorem coeli et terrae), situadas
sobre 16 grandes linternas de forma hiperboloide y acabadas en
cono, dispuestas en orden ascendente: las siete inferiores representarán los
días de la creación y,
las nueve superiores, las jerarquías angélicas.
Las torres serán las más altas de las tres fachadas, y estarán dedicadas
a San Pedro, San Pablo, San Andrés y Santiago el Mayor.214
El 22 de abril de 2007 se instaló
una escultura de San Jorge en
la baranda del jubé (en el
lado interior de la fachada de la Gloria), coincidiendo con la proclamación del
550 aniversario del santo como patrón de Cataluña y en el marco de los actos de
celebración del 125 aniversario de la colocación de la primera piedra del
templo.[51] Obra de Subirachs, la
estatua es de bronce, de tres metros de altura, y está inspirada en el San
Jorge de Donatello.[52]
Asimismo, entre 2008 y 2012 se
instalaron las puertas de la fachada de la Gloria, realizadas en bronce por
Subirachs con la ayuda del escultor Bruno Gallart, con las inscripciones
del Padre Nuestro. La principal, compuesta de dos láminas de bronce
de dos toneladas cada una, presenta la oración completa, en catalán, así como su
segundo párrafo («Danos hoy nuestro pan de cada día») en cincuenta idiomas
distintos.[53]
Cabe destacar que las letras A y G de la palabra caiguem (correspondientes
a los tiradores de las puertas) están destacadas en color dorado, al ser las
iniciales de Antoni Gaudí, como homenaje al arquitecto. El resto de las puertas
presenta cada una su petición correspondiente de la oración. Cada puerta tiene
un símbolo que representa su respectivo sacramento: el bautismo, un jarro de
agua y una pila bautismal; la extremaunción, una imposición de manos; la orden
sacerdotal, una imposición de manos del obispo; la eucaristía, el cáliz y la
hostia (en este caso situado en el cristal sobre la puerta); la confirmación,
por la venida del Espíritu Santo; el matrimonio, unos anillos; y la penitencia,
una cruz.
5.7 Las 18 torres de la Sagrada Familia
Gaudí proyectó un templo de gran
verticalidad, para que fuese visible desde cualquier punto de Barcelona y
destacase sobre el resto de edificios. Para ello dotó a la Sagrada Familia de
18 torres: doce por los apóstoles, cuatro de los evangelistas y los cimborrios
de Jesús y la Virgen María. Tienen distinta altura, en sentido ascendente: las
torres del Nacimiento, 98,40 metros las exteriores y 107 las centrales; las de
la Pasión, 107,40 metros las exteriores y 112,20 las centrales; las de la
Gloria, 112,20 metros las exteriores y 120 las centrales; las de los
evangelistas, 135 metros; la de la Virgen, 138 metros; y la de Jesús, 172,50
metros.[54]
Las torres son de perfil parabólico, y tienen distintas soluciones según su tipología: las de los apóstoles están rematadas por pináculos de mosaico veneciano policromado con escudos con la cruz y unas esferas blancas, que simbolizan la mitra episcopal; también figuran el anillo y el báculo episcopales, así como la letra inicial de cada apóstol. Igualmente se encuentran diversas inscripciones como Hosanna, Excelsis y el trisagio Sanctus, Sanctus, Sanctus, repetido tres veces por la Santísima Trinidad: el del Padre en color amarillo, por la luz; el del Hijo de color rojo, símbolo del martirio; y el del Espíritu Santo de color naranja, síntesis de los otros dos.
Al parecer, para los
pináculos de las torres Gaudí se inspiró en los tallos de una planta
denominada uñas de gato (sedum nicaeensis). Cada
torre lleva inscrito el nombre en latín y la
palabra Apostolus junto con una escultura del apóstol que representa.
Asimismo, cada apóstol está relacionado con una constelación zodiacal, según la
correspondencia establecida por Beda el Venerable en
el siglo viii: San Pedro sería Aries, san Andrés Tauro, y así sucesivamente.
Las torres actúan de campanario, y
contendrán un total de 84 campanas, comunes y tubulares: en la fachada del
Nacimiento, campanas tubulares de percusión; en la de la Pasión, campanas
tubulares de órgano resonante; y en la de la Gloria, campanas afinadas con las
notas mi, sol, do. Gaudí realizó complicados estudios de acústica para
lograr una perfecta sonoridad. En el interior de las torres se encuentran unas
escaleras de caracol inspiradas nuevamente en un elemento orgánico, un tipo de
caracol marino denominado torrecilla (turritella communis).
Las torres de los evangelistas
estarán rematadas por las figuras alegóricas que los representan en la
iconografía cristiana (Tetramorfos): san Juan, el águila; san Marcos, el león; san Mateo, el ángel; y san Lucas, el buey. El escultor Xavier Medina Campeny está trabajando en el
proyecto. Los terminales de las torres tendrán una altura de 22,5 m,
compuestos por tres partes diferenciadas: la base estará formada por cuatro
líneas de hexágonos con las inscripciones Al·leluia y Amen rodeadas
de palmas de cerámica en forma de espiga; en la parte central se ubicará
un icosaedro intersecado
con una esfera recubierto de trencadís cerámico
y vidrio veneciano, que contendrá los focos de iluminación; y el remate serán
las esculturas del Tetramorfos, aladas y con un libro evangélico con las
iniciales de cada evangelista.[55]
Asimismo, estas torres contendrán
unas gárgolas que ya han sido construidas por Etsuro Sotoo, en granito de cuatro
metros, con diversas formas que simbolizan a los evangelistas: la de Juan
presenta siete pergaminos, como los escritos en el Apocalipsis; la de
Mateo tiene forma de bolsa de dinero, en referencia a su oficio de recaudador
de impuestos; la de Marcos es en forma de sábana, en referencia a un joven que
se vio corriendo desnudo con una sábana que se le escapó volando, la noche que
prendieron a Jesús; y la de Lucas es un maletín de médico, con sus instrumentos
correspondientes.
Estas torres tendrán dos focos
cada una que de noche iluminarán la calle y la torre de Jesús. Igualmente,
están relacionadas con los signos del Zodíaco, los cuatro elementos y los
cuatro estadios del camino hacia el conocimiento.
La torre de María se sitúa sobre el ábside y está rematada por una gran estrella de doce puntas, que simboliza la estrella de la mañana. Además, lleva varios elementos iconográficos alusivos a la Virgen, como el avemaría y diversas flores como símbolo de los atributos de la madre de Jesús. Estos elementos se hallan en la base de la torre, entre los ventanales, agrupando una frase y una flor: Ave Maria gratia plena, azucena como símbolo de castidad; Dominus tecum, narciso como símbolo de la vida eterna y el triunfo del amor divino; Benedicta tu in mulieribus, muguete como símbolo de humildad; y Benedictus fructus ventrus tus Iesus, jazmín como símbolo de pureza.[56]
El remate de la torre
consta de tres partes: la corona, de piedra y 6 m de altura, con
doce estrellas de forja en su parte superior; la linterna,
de 18 m de altura, confeccionada en hormigón con revestimiento
de trencadís blanco y azul, con forma de hiperboloide y
terminada en tres brazos que sostienen la estrella superior; y la estrella,
un dodecaedro de doce
puntas con un diámetro de 7,5 m, elaborada en vidrio texturado con
una estructura de acero inoxidable, iluminada desde el interior.[57] Las obras de la torre
finalizaron el 29 de noviembre de 2021 con la colocación de la estrella en la
cúspide de la torre, y fue inaugurada el 8 de diciembre con una serie de actos
culturales.[58]
Por último, la torre de Jesús
estará conectada mediante cuatro puentes con las torres de los evangelistas y
estará rematada por una gran cruz de seis brazos, de 13,5 metros: en su parte
central figurará un cordero, así como la inscripción Tu solus Sanctus,
Tu solus Dominus, Tu solus Altissimus y las palabras Amén y Aleluya.
Cada uno de los cuatro brazos de la cruz tendrá potentes haces de luz que serán
visibles a grandes distancias, en rememoración del pasaje bíblico que define a
Jesús como «yo soy la luz del mundo» (Juan, 8:12).[59] En su interior, la
torre de Jesús estará dividida en tres pisos, que simbolizarán la creación del
universo y la frase relativa a Cristo «yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»
(Juan, 14:6).[60]
En los paramentos interiores habrá un mosaico de cerámica esmaltada que
recorrerá toda la torre hasta media altura, que representará el firmamento como
creación de Dios, así como el Espíritu Santo; está siendo proyectado por Etsuro
Sotoo.
Del conjunto de seis torres
centrales, la torre de Jesús comenzó a construirse en 2015, y las restantes en
2016, tras preparar la base de las mismas sobre la nave central del templo. Según las
previsiones del equipo constructor, cuando esté lista la estructura de las
torres la Sagrada Familia será el edificio más alto de Barcelona y la Basílica más alta del mundo.[61]
5.8 El exterior
En el exterior destaca el claustro, que rodea
casi todo el perímetro del templo, solo interrumpido en la fachada principal,
la de la Gloria, por lo que tiene forma de U. Esta solución original ideada por
Gaudí se contrapone a la disposición tradicional del claustro en atrio de las basílicas paleocristianas o situado a un lado de la
iglesia en los monasterios y catedrales medievales. Lo hizo así para aislar el
templo del exterior (tanto a nivel acústico como climático) y favorecer el
tránsito en procesión. Como el resto del proyecto, se encuentra a cuatro
metros sobre el nivel del suelo, y su longitud total será de 240 metros.
Para los ventanales de los muros
exteriores Gaudí ideó tres tipologías distintas, para conseguir una transición
del neogótico original a la nueva estructura naturalista aplicada en sus
últimos años: el primer nivel, bajo la cantoría, es neogótico; el segundo,
sobre las cantorías, presenta un hiperboloide elíptico rodeado de cuatro
circulares, sobre un friso de aberturas alargadas; el tercero, que corresponde
a la nave central, tiene igualmente un hiperboloide elíptico rodeado de dos
hiperboloides de revolución, también sobre cuatro aberturas alargadas,
figurando en el centro la inscripción Gloriam.
Entre los ventanales de las naves
laterales se sitúan unas columnas salomónicas con las inscripciones aurum,
thus, myrrham (en latín oro, incienso y mirra) y oració, sacrifici, almoina (en
catalán oración, sacrificio y limosna), y rematadas por las letras
griegas α (alfa) y ω (omega). También se alternan en los muros exteriores otras
inscripciones como: Jesus, Maria, Joseph; Sursum corda; Gratia
plena; Ora pro nobis.
Los ventanales terminan en un
frontón, el vértice del cual está coronado por una cesta de frutas que
simbolizan la lluvia de frutos del Espíritu Santo que cae sobre los hombres.
Son obra de Etsuro Sotoo. En el parteluz sobre cada ventanal hay Santos
Fundadores (de Nacimiento a Pasión): san Jerónimo, san Ignacio de Loyola, san José de Calasanz, san Vicente de Paúl, san Felipe Neri, santa Juana de Lestonnac, san José Manyanet, san José Oriol, san Juan Bosco, santa Joaquina de Vedruna, san Antonio María Claret y san Pedro Nolasco.
En las intersecciones del claustro
con las fachadas Gaudí proyectó unos portales dedicados a la Virgen: a ambos
lados de la fachada del Nacimiento, la Virgen del Rosario y la de Montserrat;
en la fachada de la Pasión, la Virgen de la Merced y la de los Dolores.
Especialmente destacada es la Virgen del Rosario, que Gaudí eligió para hacer una
demostración de cómo tenía que ser la decoración del resto del templo.
El portal está presidido por la
Virgen con el Niño, flanqueada por Santo Domingo y Santa Catalina. Otras
escenas reproducen: la Muerte del Justo, con la Virgen mostrando a
un moribundo al Niño Jesús, para proporcionarle alivio; la Tentación de
la Mujer, representada por un monstruo en forma de pez que ofrece a una
mujer una bolsa de dinero; y la Tentación del Hombre, simbolizada
por un diablo que ofrece a un obrero una bomba Orsini, empleada por los anarquistas en
aquella época.
A cada lado de la puerta figuran
los reyes David y Salomón y los
profetas Isaac y Jacob. Asimismo, hay gran profusión de rosas que adornan todo el pórtico, y frases como
las últimas palabras del Ave María: Et
in hora mortis nostrae, Amen. Las esculturas del portal, obra de Llorenç
Matamala, sufrieron graves daños durante la Guerra Civil y fueron restauradas entre 1982 y
1983 por Etsuro Sotoo. En el
exterior, este portal está rematado por una linterna cuyo pináculo tiene forma de capullo de aloe (Aloe
arborescens).
En las cuatro esquinas del templo
figurarán tres obeliscos por
cada una, representando los puntos cardinales,
las cuatro estaciones, los ayunos cristianos (Témporas),
relacionados, a su vez, con las órdenes sacerdotales,
las virtudes cardinales representadas
simbólicamente, así como símbolos de San José (lirio), la Virgen María (corona) y Jesús (variando en
cada grupo). Por último, cada obelisco central llevará tres de las doce
estrofas del himno de Daniel de los niños de Babilonia (Trium puerorum), uno de los
laterales Sancte Joseph, Ora pro nobis, y el otro Sancta
Dei Genitrix, Ora pro nobis, Deo gratias.258 Tienen forma
de hiperboloide en su parte central, mientras que la superior es un tronco de
pirámide triangular con tres semiconos finales.
5.9 El interior del templo
Gaudí evolucionó de un primer
proyecto neogótico hacia un estilo personal, orgánico, inspirado en las formas
de la naturaleza: para librarse de los contrafuertes góticos ideó el uso de
columnas en forma de tronco de árbol, que permiten descargar el peso de las cubiertas
directamente en el suelo, solución práctica a la vez que estética, ya que
convierte el interior de las naves del templo en un espacio orgánico que semeja
un bosque. En 1987 se inició la cimentación de las naves; en 1997 se
completaron las bóvedas laterales y se empezó la central, finalizada en 2010.
Gaudí realizó mediante estática
gráfica el cálculo de la nave principal, que fue publicado por su ayudante
Sugrañes en 1923. A partir de 1985 fue preciso ampliarlos y adaptarlos a las
normativas actuales, por lo que Carles Buxadé, Joan Margarit, Josep Gómez,
Ramón Ferrando y Ágata Buxadé calcularon todas las naves concibiendo una
estructura continua de hormigón armado desde los cimientos hasta las bóvedas
El templo tiene planta de cruz latina, con cinco naves de 90 metros de longitud, y transepto de tres
naves de 60 metros; la nave central tiene un ancho de 15 metros, y 7,5 las
laterales, haciendo un total de 45 metros; ancho del transepto, 30 metros. La
altura es de 45 metros en las bóvedas de la nave central y 30 en las laterales,
mientras que las del crucero llegan a los 60 metros. Gaudí estructuró toda la
planta sobre la base de un módulo fundamental de 7,5 metros, que para él era la
medida del «árbol-hombre» ideal, la proporción perfecta dada por la naturaleza.
Vemos así que la longitud del templo son 90 metros (7,5 x 12), la
del transepto 60 (7,5 x 8), la anchura del templo 45 (7,5 x 6), la del
transepto 30 (7,5 x 4), y que la altura total del edificio (en la torre de
Jesús) es de 172,50 metros (7,5 x 23).
Las naves laterales contienen las
cantorías para los coros. El ábside
es lobulado, con deambulatorio en
torno al presbiterio. Tiene siete capillas, de las que la del
Santísimo se usa como oratorio: tiene un altar de piedra de Montserrat, sobre el que se halla un sagrario de plata
rodeado de un aura de luz y, sobre este, una copia del relieve de la Sagrada
Familia elaborado por Josep Llimona que
se halla en la cripta. El sagrario es obra de Joaquim Capdevila y presenta un
relieve de líneas verticales que semejan espigas de trigo, junto a una cruz y
la frase «yo soy la vida»; en el interior de la tapa se encuentra una sagrada forma que
a su vez representa el mundo, rodeada de otras más pequeñas con una cruz en el
centro, sobre fondo dorado.
El templo contiene un total de 36
columnas, que oscilan entre 11,10 y 22,20 metros de altura, con bases de polígonos estrellados
de varios lados según su ubicación: 6 (naves laterales), 8 (nave central), 10
(torres de los Evangelistas), 12 (torre de Jesús). Los materiales utilizados
para la construcción varían de la piedra de Montjuïc al granito, basalto o pórfido para los
revestimientos, sobre una estructura de hormigón armado. Tienen forma
helicoidal de doble giro (dextrógiro y levógiro), semejante al crecimiento de
algunos árboles o arbustos: una posible fuente de inspiración serían especies
como la abelia (Abelia
floribunda) o la adelfa (Nerium
oleander). Estas columnas se bifurcan a la altura del capitel (de forma
elipsoide), y se vuelven a ramificar a mayor altura, por lo que ciertamente
semejan árboles.
Para las bóvedas (con forma de
hiperboloides) Gaudí utilizó la técnica constructiva de la bóveda catalana o «bóveda tabicada», que
consiste en la superposición de varias capas de ladrillos con argamasa. Las
cubiertas son de forma piramidal, coronadas por una linterna. Los ventanales
están pensados para distribuir una iluminación suave y armónica, creando un
efecto de recogimiento, y tienen forma geométrica abstracta. Gaudí realizó
profundos estudios acústicos y lumínicos para conseguir una perfecta sonoridad
e iluminación en el interior del templo. Asimismo, diseñó las lámparas,
mobiliario y objetos litúrgicos de la Sagrada Familia: armarios de sacristía, bancos de
los oficiantes, faldistorios, púlpitos, confesonarios, tenebrarios, atriles, soportes de cirios pascuales, etc.
Al igual que el exterior, el
interior tiene un gran significado religioso, con tres vías que representan
diversos conceptos: de la fachada de la Gloria al ábside simboliza la Vía de la
Humanidad (Via Humanitatis); de la fachada del Nacimiento a la de la
Pasión, la Vía de Jesucristo (Via Christi); y el claustro representa la
Vía de la Iglesia (Via Ecclesiae). A su vez, las naves del templo
representan a la Iglesia militante, la cripta a la penitente y el altar central
a la triunfante.
Por otro lado, la Sagrada Familia representa la Nueva Jerusalén, la Jerusalén Celestial, para lo que
Gaudí se basó en el libro del Apocalipsis (Ap 21 y 22): así como en el texto bíblico la Nueva Jerusalén baja del cielo y
habita entre la humanidad, la Sagrada Familia se sitúa en Barcelona, que
simboliza el conjunto de todos los pueblos del planeta.
La bóveda cupular del ábside está
cubierta con un mosaico dorado que representa las vestiduras de Dios cubriendo
la bóveda celeste, obra del ceramista Jordi Aguadé. Es un hiperboloide
de 17,5 m de diámetro, realizado con dos formas geométricas
básicas: un triángulo (Dios)
dentro de un círculo (el
mundo como creación). Entre los pliegues de las vestiduras aparecen cabezas
de serafines, mientras que
entre las columnas de soporte aparece el trisagio Santo,
Santo, Santo, en colores amarillo, rojo y naranja, por el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo.
Para el altar central, el proyecto
de Gaudí contemplaba que del triforio más alto del ábside colgaría una lámpara
de siete brazos que simboliza el Espíritu Santo. El altar queda enmarcado por
un arco triunfal formado por las columnas de Pedro
y Pablo y sus ramificaciones que se unen en el hiperboloide de la bóveda. Estas
columnas tienen una argolla cada una con una inscripción: Pedro, pastor
de la Iglesia y Pablo, apóstol de nuestro pueblo. De
estas argollas pende el baldaquino que
cubre el altar, que tiene inscrito el canto de Gloria del
Ordinario de la Misa.[62]
Tiene forma de heptágono, realizado
en metal de unos
cinco metros de diámetro, del que cuelgan racimos de uva (en vidrio), hojas de parra (de cobre) y espigas (en madera blanca),
con laterales de pergamino y
cubierta de tapiz, todo cubierto de pan de oro de 22
quilates.[63]
En los pergaminos, obra de las monjas del monasterio de San Benito de Marganell, figuran
inscritos los Dones del Espíritu Santo (Sabiduría, Inteligencia, Consejo,
Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios), obra del calígrafo Josep Batlle.[64]
Del baldaquino penden 50 candiles (como en San Juan de Letrán), así como una figura de Cristo
crucificado de 1,90 m, obra de Francesc Fajula,
esculpido según un diseño que realizó Gaudí para el oratorio de la casa Batlló, realizado
en aquel entonces por Carles Mani.
El altar está constituido por un
bloque de pórfido iraní de 3 metros
de longitud y 7500 kilos de peso. Al lado del altar se situó la sillería
episcopal, que tiene grabados los nombres de los tres santos obispos de
la archidiócesis de Barcelona: san Severo, san Paciano y san Olegario, además de
las virtudes teologales y cardinales y, en el centro, una paloma en
representación del Espíritu Santo, obra de Francesc Fajula.
En los triforios correspondientes
a las fachadas del Nacimiento y la Pasión figuran San José y Santa María,
esculturas realizadas por Ramón Cuello; con el
crucifijo del altar, completan la Sagrada Familia. En las claraboyas de las
bóvedas hay unos difusores de vidrio con anagramas de Jesús, José y María en
las naves laterales, y el crismón y los
atributos de Cristo (cruz, cetro, espada y signo del infinito) en la central,
obra de Antoni Vila. En el interior, figura también el Evangelio a través
de la misa de cada domínica del año, con las epístolas correspondientes:
(Adviento, Navidad, Septuagésima, Cuaresma, Pascua y Pentecostés); también
se representa la oración con las Horas canónicas, cada una con su himno final:
Maitines: Miserere (Salmo 51/50) y Te
Deum laudamus, en las cantorías y bajo el cimborio central.
Laudes: Benedictus
Dominus Jesus Israel (Lucas 1, 68-79), en el interior de la fachada de
la Pasión.
Vísperas: Magnificat (Lucas 1, 46-55), en el
ábside.
Completas: Nunc dimitis (cántico de Simeón),
en el interior de la fachada del Nacimiento.
Las columnas del interior tienen
variada simbología: las cuatro del crucero están dedicadas a los evangelistas,
las doce que rodean el crucero a los apóstoles (San Pedro y San Pablo al lado
del altar), y el resto a los obispados continuadores de la obra apostólica:
Los ventanales del interior del
templo están recubiertos de vidrieras, diseñadas por el vidriero catalán Joan Vila-Grau entre
1999 y 2016, utilizando cristal de distintos colores para representar temas
variados. Las vidrieras de los transeptos fueron las primeras en colocarse
siguiendo la idea original de Gaudí.
Las vidrieras laterales inferiores
representan a los santos y santuarios de las diócesis representadas en las
columnas frente a los ventanales. En las vidrieras superiores figuran las parábolas de Jesús (desde la fachada de la
Gloria lado Nacimiento hasta Gloria lado Pasión): Yo soy el perdón, Yo
soy el buen samaritano, Yo soy el buen pastor, Yo soy
la verdad, Yo soy el camino, Yo soy la vida, Yo
soy fuente de agua viva, Yo soy la luz, Yo soy la
puerta, Yo soy el sembrador, Yo soy quien te habla, Yo
soy el pan de vida, Yo soy el alfa y omega.
Las vidrieras del ábside
simbolizan las antífonas de Adviento; las del transepto de la Pasión
representan el agua, la resurrección y la luz; y las del transepto del
Nacimiento la pobreza, el nacimiento y la vida. Los ventanales de la nave
central carecen de colorido —son diferentes texturas (cristal impreso) de
cristal translúcido—, ya que se realizaron con cristales claros para simbolizar
la pureza y permitir una mayor entrada de luz.[65]
En el voladizo interior habrá el
símbolo eucarístico de los peces, unos
nadando hacia el altar con la boca abierta y otros volviendo con la Sagrada Forma en
la boca, como fieles sedientos de Eucaristía. Sobre las cantorías se encuentran
veinticuatro custodias de cerámica policromada, de 3,325
metros de altura cada una, que presentan en su parte superior la Sagrada Forma,
como una macla de medio
hiperboloide de eje horizontal, con un casquete esférico y rodeado de
pirámides, y un cuerpo de hiperboloide de eje vertical con tres ventanas, en
cuyo interior se encuentra un cáliz; son obra de los ceramistas Jordi Aguadé
y Antoni Cumella.[66]
Por último, la cúpula del crucero
representa el Trono de Dios y del Cordero, compuesto por un tragaluz central de
forma hiperboloidal, rodeado de otros cuatro más pequeños, y de veinticuatro
más en dos círculos concéntricos de doce. Estos tragaluces que rodean al
central simbolizan a los cuatro evangelistas y a los veinticuatro ancianos
descritos en el libro del Apocalipsis 4, 6-10.
En el año 2010 se acabó de cubrir
el interior del templo, hecho que permitió su dedicación como Basílica por
el papa Benedicto XVI el 7
de noviembre de 2010. Para tal evento se inauguraron varias obras creadas
recientemente siguiendo las instrucciones de Gaudí: en la parte interior del
portal de la Pasión se colocó en las losas del suelo un bajorrelieve sobre
la Entrada de Jesús en Jerusalén, obra de Domènec Fita; se
instalaron en el transepto las esculturas de San José (en el
lado del Nacimiento) y la Virgen María (en el lado de la
Pasión) de Ramón Cuello, realizadas en travertino y con
una altura de 2,80 metros; y se colocó la decoración de los capiteles de las
columnas centrales del crucero, las de San Pedro y San Pablo (con sus símbolos,
unas llaves y una espada y un libro, respectivamente), y las de los cuatro
evangelistas, con los signos del Tetramorfos enmarcados
por un elipsoide de metacrilato, obra de Domènec Fita. También se colocó
el altar y la sillería episcopal, y sobre el altar se instaló el baldaquino
colgante, con la figura de Cristo crucificado de Francesc
Fajula. Por último, se instaló un órgano, construido en el taller Blancafort de Collbató.
6. El taller y el equipo
constructor. Sus continuadores
En época de Gaudí colaboraron con
el arquitecto muchos de sus discípulos y ayudantes, como Francisco Berenguer, Josep Maria Jujol, Josep Francesc Ràfols, Cèsar Martinell, Joan Bergós, Francesc Folguera, José Canaleta y Juan Rubió. A su
muerte, se hizo cargo de las obras otro de sus discípulos, Domingo Sugrañes, que finalizó la construcción de las
tres torres de la fachada del Nacimiento que quedaban pendientes.
Tras un periodo en que las obras
estuvieron paradas, en 1944 fueron reemprendidas por un equipo compuesto
por Francesc Quintana, Isidre Puig i Boada, Lluís Bonet i Garí y Francesc Cardoner, que
asumió la dirección en 1983. Este equipo se encargó principalmente de la
construcción de la fachada de la Pasión, siguiendo los planos y maquetas
dejados por Gaudí, procurando seguir de la forma más fiel posible el estilo
personal y único de Gaudí.
En 1985 fue nombrado
director Jordi Bonet i Armengol,
con un equipo en el que figuraban Carles Buxadé, Joan Margarit, Jordi Faulí i Oller, Josep Gómez, Mark Burry y Jordi Coll i Grifoll. Este equipo se ha encargado
principalmente de la parte interior del templo, logrando hasta la fecha cubrir
las bóvedas de las naves centrales y laterales. De nuevo se han seguido los criterios
marcados por Gaudí, aunque con pequeñas innovaciones, sobre todo en el uso de
nuevos materiales como el hormigón y en la
aplicación de nuevas tecnologías como el diseño en CAD y las proyecciones en 3D.
Desde 2009 buena parte de las
obras del templo están externalizadas en un espacio
de 12 ha situado en la localidad de Galera (Gayá), donde se
construyen módulos prefabricados de piedra postensada que posteriormente son
colocados en el templo, con lo que se consigue un gran ahorro de tiempo y
costes de producción.[67]
En 2012 Jordi Faulí i Oller
sustituyó a Bonet como director de las obras, por encargo del Patronato de
la Junta Constructora de la Sagrada Familia. Continúan en la
Dirección Facultativa del templo Carles Buxadé, Joan Margarit y Josep Gómez
Serrano.
7. El proyecto de Gaudí sometido a alabanzas y fuertes
polémicas
A lo largo de su historia el templo ha
sido objeto de diversas críticas y polémicas, tanto de tipo artístico y
urbanístico como político, económico, religioso y social. Una de las más
recurrentes ha sido su vinculación con el nacionalismo catalán, ya que ha sido frecuente lugar
de reunión y reivindicación de actos nacionalistas.
En el ámbito artístico, el proyecto
gaudiniano tuvo desde su inicio defensores y detractores: entre los primeros se
encontraban asociaciones como la Lliga Regionalista, la Lliga Espiritual de la Mare de
Déu de Montserrat y el Círculo Artístico de San Lucas, junto a
personalidades como José Torras y Bages, Joan Maragall, Josep Carner, Joan Llimona, José Pijoán o Joaquín Folch y Torres,
así como el periódico La Veu de Catalunya. Entre los segundos se
encontraba el grupo de arquitectos novecentistas, el
estilo que sucedió y desplazó al modernismo, encabezado por su teórico, Eugeni d'Ors, así como
el crítico de arte Feliu Elias y la revista satírica L'Esquella de la
Torratxa.
Muchos han sido los que han elogiado la obra de Gaudí: “El templo de la Sagrada Familia es una gran obra de arte; de esto estamos plenamente convencidos aquí y fuera de aquí, su fama ha traspasado nuestra frontera”.[68] “No puedo pensar sin terror en el destino de nuestro pueblo, obligado a sostener, sobre su propia normalidad, tan precaria, el peso, la grandeza, la gloria de estas sublimes anormalidades: la Sagrada Familia, la poesía de Maragall”[69]
Por otro lado, desde el reinicio de las
obras en los años 1940 se suscitó un intenso debate sobre si era adecuado
continuar las obras o no, alegando sus detractores que Gaudí no había dejado
suficientes indicaciones y su continuación desvirtuaría su proyecto; en cambio,
los defensores de continuar los trabajos se basaban en las múltiples
indicaciones dejadas por el arquitecto a sus ayudantes y discípulos, así como
los dibujos, maquetas y fotografías que dejaban constancia del proyecto
esbozado por Gaudí, por no hablar de sus múltiples manifestaciones reconociendo
que el proyecto sería obra de varias generaciones.
El impulso definitivo a la continuación
de las obras fue decidido por la jerarquía eclesiástica en el seno de la
celebración en 1952 del XXXV Congreso Eucarístico
Internacional. Sin embargo, las voces críticas no
se acallaron: en 1959 el arquitecto Oriol Bohigas dio una conferencia titulada Problemas
en la continuación de la Sagrada Familia, en la que manifestó que «la
continuación de un templo de las características del de la Sagrada Familia es
un error social y urbanístico».
Por otro lado, el 9 de enero de 1965 un
grupo de arquitectos, intelectuales, críticos y profesionales de diversos
ámbitos publicó una carta-manifiesto en La Vanguardia cuestionando
la continuidad de las obras; entre los firmantes se encontraban: Le Corbusier, Bruno Zevi, Giulio Carlo Argan, Nikolaus Pevsner, Gio Ponti, Roberto Pane, Gillo Dorfles, Camilo José Cela, Alexandre Cirici, Oriol Bohigas, José Antonio Coderch, Nicolás María Rubió Tudurí, Ricardo Bofill, Antoni Tàpies, Salvador Espriu, Joan Miró, Joan Brossa y Josep Maria Subirachs (quien paradójicamente
sería luego escultor del templo), además del Colegio de Arquitectos de
Cataluña, la asociación Fomento de las Artes Decorativas y la Escuela de Arquitectura de Barcelona.[70] Sin embargo, hubo una
amplia respuesta popular en defensa de la continuidad del proyecto, que se
tradujo en una recaudación récord para el impulso de las obras.
Igualmente, en 1971 se publicó en prensa
un nuevo manifiesto firmado por 123 arquitectos en contra de la continuación
del templo, los cuales pedían la paralización de las obras, la cesión del
edificio al Estado o al municipio, la restauración de la obra gaudiniana y la
convocatoria de un concurso internacional para evaluar el futuro del proyecto.
También en 1976 se dedicó toda una edición de 70 páginas de la revista CAU a
evaluar y censurar todo lo construido desde la muerte de Gaudí.[71]
Otro debate se suscitó en 1987 con la
elección de Subirachs para la realización del conjunto escultórico de la
fachada de la Pasión, al ser un escultor de estilo vanguardista y
abstractizante alejado del estilo inicial del templo, de corte más realista. El
10 de julio de 1990 se produjo una manifestación frente al templo en contra del
trabajo de Subirachs, organizada por la revista Àrtics, que no
encontró gran apoyo popular. Frente a la crítica de ser uno de los firmantes
del manifiesto de 1965, Subirachs alegó que «yo estaba en desacuerdo con la
forma en que se acababa. Cuando acepté el encargo fue porque me respetaron esta
condición de hacerlo con un estilo libre. No he cambiado yo de opinión, sino la
junta de obras».
En 2009 se publicó un nuevo manifiesto
titulado Gaudí en Alerta Roja, patrocinado por Fomento de las Artes
Decorativas, en que se denunciaba las intervenciones en diversas obras de Gaudí
declaradas Patrimonio de la Humanidad. Los firmantes declaraban que «las obras
de la continuación han dado lugar, a lo largo de los años, a una sistemática
continuación de agravios. Hoy ya no se sabe, ni se hace saber a nadie, donde
empieza y donde acaba la obra del autor».
Una nueva polémica se produjo por las
obras del túnel de alta velocidad Barcelona
Sants-La Sagrera, que
transcurría por la calle Mallorca, junto a los cimientos de la fachada
principal de la Sagrada Familia, y que podía poner en peligro la integridad del
conjunto. Aunque frente a dos de las fachadas del templo hay ya estaciones de
metro a muy escasa distancia y profundidad, la construcción del túnel comportó
una campaña de rechazo, en la que intervinieron asociaciones de vecinos,
el Ayuntamiento de
Barcelona, la Generalidad de Cataluña y el Ministerio de
Fomento. Técnicos de varias universidades apoyaron
esta campaña. La finalización de las obras en 2011 sin incidentes puso fin a la
polémica.[72]
Con el tiempo la mayoría de la opinión
pública se ha ido mostrando a favor del templo, hoy día uno de los emblemas
indiscutibles de Barcelona. Prueba de ello es el cambio de opinión del
arquitecto Óscar Tusquets, uno de los firmantes del manifiesto
de 1965, quien en 2011 publicó un artículo en El País titulado ¿Cómo
pudimos equivocarnos tanto?, en que reconocía el acierto en la continuidad
de las obras. O, por otro lado, el cambio de actitud del Ayuntamiento,
originalmente indiferente cuando no reacio a la construcción del templo, y que
cambió de parecer con la concesión a la Sagrada Familia del premio Ciudad de Barcelona de Arquitectura en
2010.[73]
En cuanto a la realización de las obras,
en 2016 la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia puso una denuncia por
incumplimiento de la normativa urbanística al considerar que las columnas de la
fachada de la Gloria invaden entre 20 y 50 centímetros la acera de la calle de
Mallorca.
8.
La espiritualidad y el misticismo de Gaudí, el arquitecto de Dios.
Su biografía deja ver los rasgos de la profunda espiritualidad de Gaudí.[74] Mi nombre es Antonio Gaudí Cornet y nací en 1852. Mi padre era de Riudoms y mi madre de Reus. En estas dos poblaciones del baix Camp pasé mi infancia. Pronto viene a Barcelona para estudiar arquitectura la primera pasión de mi vida. Mi otra pasión que sería consagrarme a la gran obra de Dios para rendirle la Gloria que merece fue creciendo paulatinamente. Mi entorno me llevó a ello. Vivía detrás de la maravillosa Iglesia gótica de Santa María del Mar. Tenía una pequeña habitación realquilada con mi hermano francés. No teníamos dinero y yo trabajaba como delineante para algunos arquitectos.
Trabajé
en la reforma del santuario de la Virgen de Montserrat patrona de Cataluña. Entonces
obtuve el título de arquitecto yo tenía 26 años. El director de la escuela de
arquitectura comentó: “hoy hemos dado el título de arquitecto a un genio o a un
loco”.
Trabajé
en la 1886 Cripta de la Sagrada Familia donde se celebró la primera eucaristía.
Inauguramos la capilla de San José en la cripta los Santos. Ahí empezo a crecer en mí la devoción a San José. La aclamación en
lengua Latina de Los Ángeles a Dios el único Santo es como mi firma cuando hago
el altar. Use como modelos de los ángeles cantores los huérfanos de la Casa de Caridad
de Barcelona.
Poco
después complete la cripta de la Sagrada Familia. Ya podríamos empezar a
construir el templo. Encima en la clave de la bóveda la piedra que aguanta todo
el edificio representa la escena del Ángelus tras el anuncio del Arcángel San
Gabriel. La Virgen María accede a ser la Madre de Dios y se produce la
Encarnación de Jesucristo. Esta es la piedra que aguanta todo el cristianismo y
por tanto la clave para interpretar todo el edificio de la Sagrada Familia. La
Virgen María ofrece al mundo a su hijo Jesucristo como Salvador de los hombres. La devoción a la Virgen empezó a crecer día a día. Solía terminar mis actividades con un rosario.
Quería que Dios fuera conocido en todo el mundo. En 1892 proyecté uno de mis proyectos más queridos destinado a difundir
el Evangelio en el norte de África las misiones católicas de Tánger en
Marruecos era tan grande como la Sagrada Familia un ensayo general con todas
las cadencias del arte árabe y oriental pero no se pudo llevar a cabo.
6.1 La Sagrada Familia una obra
divina, una obra de Dios.
Tarde
5 años en construir el ábside, el ábside está dedicado a la Virgen. Igual que
un árbol no necesita muletas este ábside no necesitará contrafuertes para
aguantarse como ocurre en las catedrales góticas porque a diferencia de las
góticas las bóvedas de mi arquitectura conducirán los pesos de las cubiertas al
suelo sin dejar empujes laterales que deban ser corregidos serán mecánicamente
perfectas como las ramas de un árbol o las estalactitas de una cueva
En
el diseño me inspire de la flora natural de las palmeras y la vegetación de
Palestina que pisaron los pies de María. Su estrella iluminará la gran torre
que un día cubrirá el ábside. Hacia ella
crecen las flores silvestres. Son las humildes hierbas del solar reproducidas a
tamaño gigante. Trenzan una corona como la que los poetas ofrecen a su Amada en
los juegos florales las justas poéticas tradicionales de Cataluña. Cuando la
luz de la estrella de María ilumina el alma huyen despavoridos los pecados las
serpientes las salamandras los lagartos y los caimanes. En cambio los vicios
arraigados abandonan el alma más lentamente y dejando un rastro viscoso como
estos caracoles la primera y la última letra del alfabeto griego: Alfa y omega
de Jesucristo principio y fin del universo. Y como María no se puede separar de
su Esposo y de su Hijo hice poner en cada absidiolo las iniciales de las tres
personas de la Sagrada Familia; la J Florida de José, la M coronada de María y
la J rodeada de espinas de Jesús. A las tres personas quise consagrar el templo y mi vida entera.
Cuando
comenzamos la fachada del Nacimiento me preparé con un ayuno cuaresmal que
estuvo a punto de causarme la muerte. Mi amigo el sacerdote Torras I Bages me
convenció de que comiera algo tenía razón. Yo pensaba que las cosas grandes han
de hacerse mediante el sacrificio, el ayuno y la oración.
En
la capilla de mi parroquia de San Juan de Gracia participaba cada día en la
eucaristía y cada día recibía la comunión Si era domingo iba a misa a la Catedral.
Después de desayunar seguía andando hasta la Sagrada Familia. Bajaba la cripta saludar
a Jesucristo en el Sagrario y así empezaba mi jornada de trabajo con una pausa al
mediodía para comer los vegetales qué me preparaba la portera. A las cinco de
la tarde cogía el abrigo el sombrero y el bastón me metía unas avellanas en el
bolsillo donde también llevaba el Rosario y caminaba mi ruta habitual por las
Ramblas hasta el barrio gótico buscando la intimidad con Dios. Saludaba la
imagen de San Roque de la muralla romana junto a la Catedral y entraba por las
estrechas calles hasta el oratorio de San Felipe Neri donde quería completar mi día.
Allí
rezaba cada tarde y conversaba con mi director espiritual el padre Luis María
de Valls qué me administraba el sacramento de la penitencia en un confesionario.
Estábamos de acuerdo en que mi principal defecto era el mal genio contra el que
luchaba sin conseguir dominarlo sobre todo cuando algún ignorante o presuntuoso
intentaba discutir conmigo de arquitectura.
Una
tarde de 1902 me encontré con esta sorpresa mi amigo el pintor modernista Johan
Girona había tomado mis facciones para representar en dos grandes cuadros del
presbiterio a San Felipe Neri enseñando la doctrina cristiana al pueblo sobre
todo a los niños y en un milagro mientras se eleva a Jesucristo presente en el
pan consagrado. Sí es lo que yo pretendía al alzar el templo de la Sagrada
Familia al que estaba dedicando mi vida mi inteligencia y mi capacidad
artística, mostrar todo el cristianismo y adorar a Jesús Dios y hombre en el
milagro de la Eucaristía.
En
1911 a los 59 años caía enfermo de fiebres de Malta a punto de morir. Mis amigos
me trasladaron a Puigcerdá a los Pirineos hice testamento dejando mis pocos
bienes a la Iglesia pero Dios dispuso qué me recuperase y siguiera viviendo. Meditaba
el cántico espiritual del místico castellano San Juan de la Cruz a las puertas de
la muerte diseñé la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia centrada en la Pasión,
Muerte de Jesucristo y en su Resurrección. La fachada se construiría muchos
años más tarde. Su desnudez muestra la pena del universo por la muerte del Hijo
de Dios.
Sin
embargo, en la Sagrada Familia disminuían tanto las limosnas que paralizaron la
obra yo me negué y salí a mendigar a la calle primero a mis conocidos y después
a todo el mundo. Cada semana pedía limosnas para poder pagar el sábado a los
pocos albañiles y escultores que habían quedado. La gente nos llamaba la
catedral de los pobres para que la Sagrada Familia fuera la catedral de los sin dinero. Pasamos muchas penurias, solo podíamos
continuar poco a poco la fachada del Nacimiento. Yo acudía a la Virgen y San José quienes me ayudaban a confiar siempre en la Divina Providencia.
6.2 El legado y Patrimonio de Antonio Gaudí
No le es posible a una sola generación de alcanzar todo el Templo, dejemos, pues, una tan vigorosa muestra de nuestro paso de modo que las generaciones que vengan sientan el estímulo de hacer otro tanto; y por otro lado no los atemos para el resto de la obra (...). "Hemos hecho una fachada completa del Templo para que su importancia haga imposible dejar de continuar la obra".
"La Sagrada Familia era el templo construido por la gente y para la gente. Todos tenían lugar: Todo el mundo debe encontrarse reconocido en el templo": los campesinos ven gallinas y gallos; los
científicos, los signos del Zodíaco; los teólogos, la genealogía de Jesús; pero
la explicación, el raciocinio, solo la saben los competentes y no se debe
vulgarizar.
"El interior del
templo será como un bosque". (...) Los pilares de la nave principal serán
palmeras; son los árboles de la gloria, del sacrificio y del martirio. Los de
las naves laterales serán laureles, árboles de la gloria, de la inteligencia.
Para
Gaudí su obra de la Sagrada Familia es una obra divina. La creación la
dejó Dios en manos del hombre para que se sintiera colaborador de su obra. La
obra de Gaudí estaba inspirad en medio de la naturaleza. Sus figuras
geométricas base de su nueva arquitectura era para glorificar la Santísima
Trinidad. El copiaba de la naturaleza y a través de la naturaleza
llegaba al arte y a través del arte llegaba a Dios.
La
naturaleza está construida con estas superficies alabeadas desarrollables en
rectas. En los hiperboloides parabólicos Gaudí veía en sus 3 rectas infinitas a
Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, son una imagen perfecta
del Dios Trinidad en la naturaleza que Gaudí copia para su arte.
7.
Gaudí en los altares. Proceso de beatificación
El proceso de beatificación de Antonio Gaudí comenzó por la iniciativa de un sacerdote que tras leer una biografía del arquitecto vio que éste era digno ejemplo para los cristianos.[75] Desde el 10 de junio de 1992 en la que se funda la Asociación para la Beatificación de Antonio Gaudí, de la forman parte distintos profesionales, han estado promoviendo el proceso de beatificación a través charlas y exposiciones. La devoción personal de Antonio Gaudí ha ido creciendo de día en día.
Gaudí fue un arquitecto genial y un cristiano
consecuente. Esta razón es ya suficiente como para ser venerado por la Iglesia.
Pero además fue capaz de unir arquitectura, arte y fe cristiana. En todo lo que
hace transmite los dones que tiene con un trabajo bien hecho sintiéndose un
colaborador en la obra de Dios.
A través de las obras arquitectónicas es como Gaudí
nos dejó una catequesis perenne para los cristianos. La Sagrada Familia apunta
y centra la atención de los visitantes hacia el cielo, hacia la santidad de
todos. En los cimientos se encuentran símbolos de las diferentes herramientas
de los artesanos y profesiones: carpintero, picapedrero, albañil, (…). Si
continuamos por las columnas salomónicas, pone las siglas de Jesús, María y
José (JMJ) en un triángulo. Por las columnas, en latín y catalán, encontramos
esculpidas las palabras: oro (la limosna), incienso (la oración)
y la mirra (el sacrificio). Al final de las columnas están los santos y
los frutos que dejan para la Iglesia. Gaudí en esta progresión de símbolos nos
deja en piedra la invitación para aspirar a la santidad desde nuestro trabajo
concreto, siguiendo a la Sagrada Familia y con nuestra limosna, oración y
sacrificio.
Gaudí cuenta que mientras trabajaba en la
representación de la Natividad para la fachada "vio a la persona de Jesucristo".
Poco a poco, su vida empezó a seguir un modelo ascético. Para el almuerzo Gaudí
solía comer unas hojas de lechuga mojadas en leche.
Como ya dijimos al preparase para trabajar en la
representación de la Natividad a sus 40 años casi murió durante el ayuno de
cuaresma. Sólo volvió a comer cuando un sacerdote le recordó su misión de
construir la basílica. A esa encomienda dedicó cuatro décadas de su vida,
rechazando por ello lucrativos contratos en París y Nueva York. Y cuando el
proyecto estuvo en peligro de bancarrota, Gaudí empeñó todos sus ahorros.
Gaudí pasó sus últimos años completamente
inmerso en su trabajo, viviendo al lado de su taller dentro de la iglesia.
Salía a las calles para pedir dinero para la construcción, que siempre se
financió con donaciones públicas.
Cuando lo atropelló un tranvía en junio de
1926, mientras iba de camino a confesarse, pesaron inicialmente que era un
mendigo, por sus ropas harapientas. Gaudí murió tres días después, dejándole
todo su dinero a la basílica.
La mayoría de los santos católicos vienen
de las filas religiosas, curas, frailes y monjas. Pero Juan Pablo II estaba
interesado en la beatificación de cristianos laicos y gracias a la cobertura
internacional de la campaña por la beatificación de Gaudí, el Papa se enteró
del caso. Parece que el Vaticano acogió su causa con interés y las cosas
comenzaron a progresar con una mayor rapidez.
En 2003 los obispos de Cataluña compilaron
en un documento información sobre la vida del arquitecto y se lo enviaron al
Vaticano. Para su sorpresa los funcionarios del Vaticano les contestaron casi
inmediatamente expresando su interés.
En 2010 hubo otra señal positiva para los
propulsores de la iniciativa, cuando el Papa Benedicto XVI consagró la Sagrada
Familia y alabó la creatividad del arquitecto modernista.
7.1 Su beatificación. “El arquitecto de
Dios”[76]
El Viernes Santo de 1992,
el predicador popular Ignasi Segarra hizo el Sermón de las Siete Palabras en
Riudoms. Lo ilustró con frases de Gaudí que encabezaban cada capítulo de una
biografía recién publicada.[77]
El mosén bajó del púlpito
aún radiante por el toque del Espíritu Santo y dijo: “Hay que beatificar a
Gaudí”. En seguida surgió un grupo de laicos dispuestos. Propusimos al
Arzobispado de Barcelona que promoviera la beatificación.
Al principio no les
interesó, ya que destacados clérigos y laicos intelectuales estaban en contra.
Bajando las escaleras del Arzobispado, constituimos la Associació pro
Beatificació d’Antoni Gaudí, entidad civil registrada en la Generalitat.
Fue providencial, porque
así se evidencia que Gaudí no era un sacerdote, un monje o un sacristán.
Además, nadie podría acusar a la Iglesia de Barcelona de montar la
beatificación por motivos económicos o turísticos; ni tampoco a la Associació,
independiente y que vive de donativos.
A Gaudí, pues, lo
beatificaría el pueblo, el mismo pueblo que, mientras los intelectuales
noucentistas y lerrouxistas lo reducían al papel de orate, de chiflado morboso,
le daba los dineros para que levantase su “Catedral de los Pobres”.
Para lanzar la
beatificación, se editó una estampa en catalán, castellano, inglés y japonés.
Se titula “El Arquitecto de Dios”, que es como había sido denominado
Gaudí tras su fallecimiento, en 1926. El arquitecto había muerto con fama de
santidad e iba a ser beatificado.
Pero vinieron la caída de
la Monarquía, la persecución religiosa, la guerra, el caudillo, el concilio y
el postconcilio. No eran “los tiempos” de la beatificación. Esto es lo que el
Espíritu Santo había desvelado al Dr. Ignasi Segarra en el Mas de la Calderera,
para que lo anunciase, comenzando por su querido Riudoms: ¡Ha llegado “el
tiempo” de la beatificación de Gaudí!
Es el período de los
pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI. Gaudí repetía que “la Belleza
es el resplandor de la Verdad”; creía en la Verdad, absoluta e independiente de
quienes la buscan; y que su trabajo de artista consistía precisamente en
moldear la materia finita hasta que la luz de la Verdad infinita pudiera ser
vista en ella por todos los demás hombres.
Gaudí es el arquetipo de
la “alianza entre el Evangelio y el Arte” que propugnaba Juan Pablo II en su
Carta a los Artistas (1999), la cual desarrolla el Mensaje a los Artistas del
final del Concilio Vaticano II (1965). Benedicto XVI la enriqueció en el
Discurso de la Capilla Sixtina (2009) con la tesis de que el camino de la
Belleza es un itinerario de fe, de búsqueda teológica, que acaba hallando el
Todo en el fragmento, el Infinito en lo finito.
La respuesta del pueblo
cristiano de Catalunya fue entusiasta: “¡Ya era hora!”. La reacción de los
medios de comunicación católicos de Italia a Filipinas, pasando por Polonia,
Irlanda, Quebec, México, etc., fue también unánime: Gaudí será un santo
universal, como Francesco de Asís. Y el eco mediático fue y es sorprendente:
Los grandes periódicos, televisiones, radios y agencias del mundo nos conceden
mucho espacio, con un tratamiento positivo.
La arquitectura de Gaudí,
como la música de Bach, eleva a Dios indistintamente a católicos y a luteranos.
Es lógico, pues el arquitecto quería vivir personalmente como uno de los
primeros cristianos y deseaba con su obra mostrar a la sociedad progresista
industrial la Iglesia primitiva. Más adelante, la peregrinación del templo del
Buda (Japón) a la tumba de Gaudí, aportó un gran donativo para la beatificación.
Lo recogido entre feligreses budistas, nos demostró que creyentes piadosos de
religiones no cristianas piensan que Gaudí vive en el cielo y veneran su
camino.
A algunos de ellos, la
Sagrada Familia, que es la exteriorización del alma de Gaudí, los ha atraído
tanto a Jesús que se han hecho cristianos y se han bautizado. Nuestro objetivo
era poder acceder con la causa de su beatificación al Vaticano, el centro
decisorio de la Iglesia. Presentamos a los cardenales, monseñores y prelados
que encontramos por los pasillos dos argumentos.
Primero. El mundo contemporáneo no ha sido
construido por los católicos. Muchos quisieran recluir a la Iglesia católica en
el pasado, en un museo. No obstante, algunos católicos han contribuido
brillantemente a la construcción de la contemporaneidad. Y Gaudí, en la
vanguardia de las artes plásticas, que, cuando le acusaban de estar alzando
anacrónicamente la última de las catedrales, replicaba: “Quizá será la primera
de la segunda etapa”.
Segundo. La Iglesia ha contado con las mejores
obras artísticas de cada generación, pero no ha tenido estima por sus autores,
como si aceptase que les tocaba llevar una vida “de artista”. En el catálogo de
los santos de la Iglesia católica falta ostensiblemente un gran artista de fama
mundial. Juan Pablo II quiso reparar esta injusticia, y, rebuscando en los
Museos Vaticanos, beatificó en 1982 a fray Angélico y lo nombró patrono de los
artistas. Nuestro candidato llegaba tarde, pero es un número uno, como
Michelángelo. Además, fray Angélico es del siglo XV y Gaudí es del XX. Y, sobre
todo, fray Angélico es un fraile dominico santo que pintaba; en cambio, Gaudí
es sólo artista: es un artista santo. Hasta que un día el Papa preguntó: “Este
Gaudí, ¿es laico?”. Y el proceso canónico se abrió el 12 de abril de 2000.
La beatificación de Gaudí
contribuirá al arte universal y que Gaudí sea conocido más allá de las
fronteras. La cultura catalana tiene dos cimas: La expansión mediterránea de la
Baja Edad Media y la Renaixença, en cuya última ola vivimos. Afirmaba Gaudí que
“el templo es la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo”. Lo
que fueron Santa Maria del Mar y la Seo de Mallorca, ambas a orillas del mar y
una hija de la otra, son para la Catalunya actual la iglesia de la Colònia
Güell y la Sagrada Familia, en una fábrica y en el ensanche urbano de la
capital. Ahora bien, glosando al sabio arquitecto, las culturas y las naciones
son valoradas, resumidas y entendidas desde fuera a través de sus “templos
vivos": Aquellas personas que las encarnan y son más conocidas
internacionalmente. Lo mejor de la expansión mediterránea lo encarna el beato
Ramon Llull; y lo mejor de la Renaixença, Antoni Gaudí.
Con su beatificación se
conseguirá una bellísima simetría histórica: los dos momentos álgidos del
pueblo catalán en la historia universal serán identificados internacionalmente
por dos beatos. Una interesante singularidad. Para la generación emergente
partidaria de la independencia de Catalunya con su propio estado, la
beatificación de Gaudí es un regalo del cielo. El arquitecto nunca hizo ni
exclusión ni proselitismo construía para todos.
A Gaudí lo caracterizaba
el amor a Catalunya, el amor al Arte, el amor al trabajo bien hecho y el amor a
los pobres eran para Gaudí zonas comunes, de esfuerzos compartidos y diálogo;
eran ámbitos y maneras de vivir la fraternidad universal, su ideal utópico más
sentido.
Él mismo no era un rezador nato ni se ocupó de la
religión desde la adolescencia. Fue madurando poco a poco y a sus cuarenta años, fue cuando, en una decisión
madura y autónoma, con pleno conocimiento de las alternativas, escogió las
Bienaventuranzas de Jesús (como programa de vida), poniendo todos los medios que en el mismo Sermón de
la Montaña el Maestro señala para alcanzarlas: buen ejemplo, humildad,
sencillez, amor a todos, limosna, oración, ayuno, pobreza, prioridad de las
obras sobre las palabras y abandono en la Providencia. Después, diría de sí
mismo, refiriéndose a su experiencia anterior: “El hombre sin religión es un
disminuido espiritual, un hombre mutilado”.
Gaudí libre de
obligaciones familiares, se entregó al proyecto de la Sagrada Familia con
idéntico misticismo con que otros fundan una institución religiosa o misionan
un nuevo país. Dios se portó bien: le concedió una creatividad muy superior a
la de su juventud y, a los setenta y cuatro años, la muerte que le había
pedido: morir como un mendigo pobre (asociado al Cristo que nació y murió pobre) en el hospital de pobres, recogido y acompañado por la caridad
cristiana.
7.1
El testimonio del escultor japonés Etsuro Sotoo
El escultor japonés Etsuro Sotoo colaboró en algunas esculturas de la fachada del Nacimiento. El mismo afirma “comencé a trabajar en la fachada del nacimiento en 1978 iniciada por Gaudí en 1892. Yo he tenido la suerte de acabar los trabajos a finales del siglo XX. En la Navidad del año 2000 después de 1/4 de siglo he encontrado el espíritu de Gaudí.
A través de las piedras del templo y de las torres de la Sagrada Familia me he convertido al catolicismo y he sido bautizada. Gaudí es mi maestro y mi compañero me enseña cómo tenemos que construir ese templo y cómo tenemos que vivir. Él quería construir un mundo mejor para la humanidad porque a través del arte como en este templo de la Sagrada Familia encontró el camino hacia Dios.
Mi trabajo no es solo estudiar y admirar lo qué Gaudí hizo
sino seguir el camino que caminaba Gaudí e intentar ir a donde Gaudí quería ir.
Hemos de tener siempre una filosofía del bien. Esta fachada transmite esperanza
ilusión porque muestra el Nacimiento de Jesús que es luz del mundo, es la
esperanza para el futuro de la humanidad”[78].
7.2
El testimonio de fe del propio Gaudí
Gaudí
tuvo como modelo a San José obrero y trabajador. Fue un hombre cercano que se
interesó por los problemas de los trabajadores que tiene a su lado. Consideraba
el trabajo como fruto de la colaboración del hombre en la Creación de Dios. Todo
lo puso al servicio del Creador. El trabajo tiene que basarse en el amor. No
hay nadie inútil y tan importante es el carpintero como el picapedrero, como el
escultor o el pintor. (Dispuso en la parte detrás del ábside un taller para sus
trabajadores y les dedicó un blasón en honor a sus oficios)
Gaudí
fue un hombre que consagró su vida y su obra a la salvación, a exaltación de la
fe, y que dio ejemplo en el día a día de su vida. Como dijo el papa Benedicto XVI:
“Gaudí quiso unir la inspiración que la llegada de los 3 grandes libros en los
que se alimentaba como hombre como creyente y como arquitecto. El libro de la
naturaleza, el libro de Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la
realidad del mundo contemplada en la Creación, el mundo de la historia de la
salvación tal como nos es narrada en la Biblia y el mundo que se actualiza en
la Liturgia. Introdujo en su ornamentación toda clase de elementos naturales, piedras,
árboles, animales, para que toda la creación se convirtiera en alabanza divina.
Al
mismo tiempo sacó los retablos afuera para poner ante los hombres el misterio
de Dios revelado en el Nacimiento, Pasión y Muerte y Resurrección de Jesucristo.
De este modo colaboró a la edificación de la conciencia humana anclada en el
mundo abierto a Dios iluminada y santificada por Cristo Se afanó en superar la
escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en
este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y
Dios cómo belleza. Esto
no lo hizo con palabras sino con piedras, trazos, planos y cimientos.
Con que con su obra nos muestra que Dios es la verdadera medida de todo, que el
secreto de la auténtica originalidad está en volver al origen que es Dios”.[79]
7.3 La Sagrada Familia conocida
popularmente como la Catedral de los pobres.
Desde sus inicios la Sagrada Familia se
sufragó con limosnas y donativos, lo que originó que en diversas ocasiones las
obras se ralentizasen o incluso parasen debido a la falta de aportaciones. Por
ello, en 1905 el poeta Joan Maragall escribió
un artículo titulado Una gràcia de caritat, para llamar a la
opinión pública a colaborar con la construcción del templo[80]
Fue
un acto de fe del Cardenal Vidal I Barraquer en 1921 cuando bendiciendo la
primera piedra de la nave de la Sagrada Familia pensara que un día se podría
llevar a término.
Así
lo atestigua el mismo Gaudí: "No teníamos dinero ni nada solo fe en Dios y las
maquetas que yo iba haciendo en yeso ya que no podíamos comprar piedras". Si era
un acto de fe: "algún día la Iglesia reunirá a sus fieles bajo los árboles del
bosque del apocalipsis descrito en la sagrada escritura pueblos de todas las
razas acudirían a alabar a Dios. Así el Templo se convertiría en un reflejo y una participación de la liturgia
que eternamente viven en el cielo la Virgen María Los Ángeles y los Santos."
"Yo
ya no lo vería y aún pasaría muchas dificultades". El año 1923 se dio un golpe
de Estado que instauró la dictadura del Rey Alfonso XIII y del general Primo de
Rivera. Cuando el 11 de septiembre iba a la basílica de los Santos justo y
Pastor para participar en la eucaristía la policía me impidió entrar. El
Gobierno había prohibido la eucaristía yo me quejé en lengua catalana y me
detuvieron. Me insultaban y yo les contestaba que mis únicas armas eran el
crucifijo y el Rosario que siempre llevaba en el bolsillo. Me metieron en el
calabozo. En junio de 1926 conseguí coronar con la Cruz el primer campanario de
los 12 de la Sagrada Familia símbolos de los 12 apóstoles y sus sucesores los
obispos. El final es un báculo un anillo y una mitra es el campanario de San
Bernabé cuya fiesta se celebraría el viernes 11 de junio.
Pero
el lunes anterior 7 de junio, cuando después de trabajar hacía mi recorrido
habitual hacia el oratorio de San Felipe Neri, al cruzar la Gran Vía hubo un
accidente. Cruzando la Gran Vía fue
atropellado por el tranvía de la línea 30 (tranvía que va de la plaza Tetuán a
la plaza Cataluña) El cuerpo del artista quedó en el suelo inconsciente y
ensangrentado. Unos peatones le atendieron.
Cómo
iba tan pobremente vestido y además ya era tarde los camilleros lo dejaron en
el hospital de la Santa Cruz que era el hospital para pobres (hospital que
entonces había en Barcelona para atender a los menesterosos sin recursos, e lugar
de sufrimiento de los pobres). El accidentado fue recogido en este hospital de
beneficencia cristiana. Gaudí que había vivido como un pobre voluntario al cabo
de 3 días murió en este hospital de beneficencia entre los demás pobres
recogidos de la ciudad. Era el 10 de julio de 1926, a las 17:15 h de la tarde.
7.4
Tras su muerte se abrió la causa de beatificación
La
repentina y trágica muerte de Gaudí conmociono a la ciudad entera de Barcelona.
Aunque murió como un pobre mendigo en el Hospital de los pobres, a sus exequias
del funeral acudió prácticamente toda la ciudad. Cientos de miles de personas
se agolparon en las calles para despedir al celebre y querido genio.
Además
de todos los miembros de la Asociación de devotos de San José, colaboradores, amigos y allegados, acudieron
todas las autoridades y personas venidas de todas partes. Prácticamente toda la Ciudad de Barcelona acudió a la cita de su despedidada.
Como
dice el Postulador de la causa de su Beatificación, la fama de santidad de
Gaudí cuando murió era enorme[81].
Todos los autores que escriben sobre el suceso la certifican y la describen es
una opinión fundamentada. todos los artículos de entonces, incluso los más
anticlericales, afirman la rotunda catolicidad y santidad de Gaudí.
La
Asociación pro beatificación no inventa nada sino que
parte de los hechos. Decía su postulador que al preguntar cuándo se acabaría la
Sagrada Familia Gaudí les respondía: “mi cliente no tiene prisa”. En otra
ocasión le preguntaron quién la acabaría, el contesto: “San José”. El final del
proceso de beatificación está abierto y en manos de Dios.
Se
tenía el objetivo estimado de acabar las obras en 2026, fecha del centenario de
la muerte de Gaudí[82].
Quizás habrá que esperar que para cuando se celebre le consagración final del
Templo (a mediados del S XXI) Gaudí pueda haber sido declarado santo y
reconocido en uno de los altares de la Sagrada Familia.
8.
A manera de conclusión
Hoy
se celebra la Solemnidad del Corpus Christi. En el Oficio de Lecturas se toma
el Salmo 41 que habla del deseo de contemplar el Templo: Recuerdo otros
tiempos y mi alma desfallece de tristeza al recordar cómo marchaba en procesión
hacia la casa de Dios entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la
fiesta. Mi alma te busca y se pregunta ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Después
de dos años de restricciones por la pandemia cuánto se añora volver a
congregarnos para la procesión de la Festividad del Corpus Christi. Qué gratos
recuerdos guardamos cuando éramos pequeños y en aquella procesión participaban
los niños que habían cumplido la Primera Comunión. Después de los convenios
Iglesia Estado se ha pasado a celebrar esta festividad el Domingo. ¿Habrá
procesión? se preguntarán muchos.
Verdaderamente
vivimos tiempos nuevos. Lejos quedaron las populosas manifestaciones populares
de la Fiesta del Corpus. También Gaudí participo de la fiesta del Corpus y fue
un hombre enamorado de la eucaristía. ¡Cuánto deseaba Gaudí por medio de su
obra que el hombre volviera su rostro hacia Dios! En la fachada de la Pasión se
tomó la foto de Gaudí perpetuando este momento (cuando participaba en la
posesión del Corpus). Precisamente a través de su obra en la Sagrada Familia sacó
los retablos afuera para poner ante los hombres el misterio de Dios. Qué bien
lo reflejó en las fachadas del Nacimiento, la Pasión y la Gloria. Glosando al genio arquitecto, las
culturas y las naciones son valoradas, resumidas y entendidas desde fuera a
través de sus “templos vivos". Nosotros sus tempos vivos cuando encarnamos
y reflejamos el amor cuando vivimos la comunión y la fraternidad.
Diríamos
que vivimos de espaldas al misterio. Empezábamos el presente artículo diciendo
que nuestro Dios Trinidad, es un Dios comunión. Procedemos de esta comunión y
fuimos creados para esta comunión. La eucaristía es precisamente este vínculo
irrompible que Dios ha querido establecer con los hombres y entre los hombres.
Por nuestra reconciliación Cristo ofreció en el altar de la Cruz su Cuerpo como
víctima a Dios su Padre para reestablecer la comunión perdida por el pecado.[83]
Cuando el hombre se
aparta de Dios se deshumaniza. Parafraseando al mismo Gaudí “El hombre sin religión es un disminuido
espiritual, un hombre mutilado”. Gaudí dedicó toda su vida para construir lo que llamó; "la Catedral de los pobres". Pedimos a Dios por intercesión de Gaudí, el
arquitecto de Dios que podamos reconocer la presencia de Dios a través de toda
la obra de la Creación, no solo en la naturaleza sino en el hombre mismo. Hemos
de promover la comunión como forma de vida. Hemos de defender y promover la
solidaridad con todos los hombres, con toda la familia humana. Hemos de
defender y promover las necesidades los más pobres.
Me alegra las declaraciones que en nuestra diócesis de Salamanca ha hecho nuestro obispo Jose Luis Retana en cuanto a la celebración de la fista del Corpus que este domingo 19 de junio. Recuerda que eses día se celebra al mismo tiempo el Día de la Caridad: "Es como si hubiera también dos procesiones, la del Corpus con el Cuerpo del Señor, pero también la de los pobres, con todas sus obrezas."
La situación de
injusticia que vivimos, guerras, discriminación, exclusión, racismo,
emigrantes, etc es el resultado de una mentalidad secularizada que no reconoce
la dignidad de la persona y que genera injusticia. Gaudí propuso como las tres
puertas de entradas en el Templo, la fe, la esperanza y la caridad. La
exclamación del Salmo ¿Cuándo
entraré a ver el rostro de Dios? (Sal 41), nos la responde el mismo Señor, cuando veamos su rostro
en cada hermano. “Lo que hicieres con el más pequeño de mis hermanos a mí me
lo hicisteis”. (Mt 25, 40)
[1]
Papa Francisco, Alocución en el Ángelus del Domingo 12 junio, solemnidad de la
Santísima Trinidad.
[2]
Artículo publicado en darmarperegrino, blogspot.com, 10 de junio 2022
[3]
La Primera República surge con la presidencia de Estanislao Figueras en 1873 y
destituido pronto le sustituye Francisco Pi Margall.
[4]
La primera piedra fue colocada por Villar en 1882
[5]
Estaba inspirada en la revista
francesa Le propagateur de la dévotion à Saint Joseph, publicada
en Dijon por el padre Joseph Huguet.
[6]
Josep
Maria Bocabella, fundador de la Asociación
de Devotos de San José, impulsora del templo, fue el primer director de las
obras del templo, hasta que en 1895 se formó la Junta
Constructora del Templo.
[7]
Villar quería construir los pilares de piedra maciza,
mientras que la dirección del proyecto estipulaba que fuesen bloques de piedra
rellenos de mampostería, que sería más económico. (Gómez Gimeno, 2006, p. 13)
[8]
En una ocasión comentó: «la aportación de distintas
generaciones contribuye a la riqueza de un monumento, con diferentes estilos
que rivalizan en esplendor. ¡Cuántas catedrales existen con fachadas y cuerpos
de edificio que señalan, cada uno muy acertadamente, el paso de los siglos!»
[9]
Según Jordi Faulí, la columna de doble giro «es el resultado de la
intersección de dos columnas: de la columna salomónica helicoidal generada por la base girando hacia la
derecha, con la columna salomónica generada por la misma base girando hacia la
izquierda. Con la intersección, el número de aristas se multiplica a medida que
la columna se eleva y, a la vez, se reducen las puntas del vértice hasta llegar
a un polígono cercano al círculo. Con este sistema una columna de base cuadrada
se transformará, progresivamente, primero en octógono y luego en un polígono de
16 lados y en uno de 32».
[10]
La de San Francisco es obra de Montserrat
García Rius, instalada en 2002; la de Santa Clara es de la misma autora,
colocada en 2004; la de Santa Teresa fue ejecutada por Andrés
Gallego de Montiel y bendecida en
2004; las de San Bruno y San Bernardo fueron
realizadas igualmente por García Rius en 2012; la de San Benito fue confeccionada
por Manuel Cusachs en 2013; la de Santa Escolástica fue ultimada
por Francesc Fajula en 2013; y la de San Antonio Abad está firmada por
Manuel Cusachs en 2014.
[11]
Esta capilla puede tener en un futuro próximo una réplica
en Chile: en 1922 recibió Gaudí un encargo de parte del padre franciscano Angélico Aranda de una iglesia dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles en Rancagua, Chile. Gaudí se excusó diciendo que ocupaba su tiempo en
exclusiva a la Sagrada Familia, pero envió a Chile unos bocetos de la capilla
de la Asunción, que más o menos coincidían un poco con lo solicitado por el
padre Aranda. Este proyecto no se llevó a cabo.
[12]
Llorenç Matamala realizó los grupos Ángeles
trompeteros, El sabio y el Niño Jesús, Familia de Jesús, Muerte
de los Santos Inocentes, La huida a Egipto, San
Zacarías, San Juan predicando y el Árbol de la
Vida. Joan Matamala colaboró con su padre Llorenç hasta su fallecimiento;
posteriormente trabajó en la fachada del Nacimiento hasta 1934, ejecutando
piezas como Jesús trabajando de carpintero, Jesús
predicando en el templo, Visitación, La presentación de
Jesús en el templo, Inmaculada Concepción, Esponsales
de la Virgen María y San José, La barca de San José y
la Coronación de María, así como las figuras de los apóstoles
Bernabé, Simón, Judas Tadeo y Matías en las torres de la fachada del
Nacimiento.
[13]
El Papa Benedicto XVI el 7 de noviembre de 2010 en medio de una misa solemne en
el altar mayor dedicó la Basílica de la Sagrada Familia al culto religioso.
[14]
Se trata de una iniciativa del arzobispo de Barcelona, Juan José Omella. La
celebración, que hasta ahora tenía lugar en la Cripta, pasará a la Basílica con
los mismas horarios que hasta ahora, una misa internacional cada domingo.
[15]
Según lo recoge el
escrito de la Junta Constructora de la Sagrada Familia. octubre-diciembre de
2017. p. 12.
[16]
Omella nombra a Josep María Turull como
primer rector de la Sagrada Familia, así lo recoge La
Vanguardia 21de julio del 2018
[17]
Para esta obra, Subirachs vivió y
trabajó por un tiempo en una modesta vivienda situada en el interior del propio
templo de la Sagrada Familia, a imagen y semejanza de su ídolo, Antoni Gaudí.
En la realización de la misma, contó con la colaboración de sus ayudantes Ramon
Millet y Bruno Gallart. Su
obra en el templo gaudiniano fue muy criticada por su estilo contemporáneo, que
rompía con el estilo en que se había desarrollado hasta entonces, de corte más
realista (especialmente la fachada del Nacimiento). Llegó incluso a producirse
en 1990 una manifestación frente a la Sagrada Familia en contra de su
intervención en la misma.
[18]
Altura pendiente del estudio definitivo de la estrella del
terminal. Cabe remarcar que en el proyecto gaudiniano esta torre debía
medir 127,5 m, pero fue modificada por voluntad del cardenal Lluís
Martínez Sistach, quien consideró que la
torre de la Virgen debía ser más alta que las de los evangelistas.
[19]
Estas estatuas son obra de diversos autores: San Jerónimo,
de Núria Tortras (2001); San Pedro Nolasco, de Domènec Fita (1999); San Ignacio de Loyola, de Manuel Cusachs (1999); San José de Calasanz, de Manuel Cusachs
(1998); San Felipe Neri, de Joan Seguranyes (2000); San José Oriol, de Francesc Carulla (2002); Santa Joaquina de Vedruna, de Francesc
Carulla (1998); San Antonio María Claret, de Domènec Fita (1997); San Juan
Bosco, de Joan Puigdollers (1998); San Vicente de Paúl, de Núria Tortras (1998);
Santa Juana de Lestonnac, de Francesc Carulla (2009); y San José Manyanet,
de Francesc Carulla (2001).
[20]
Se trata de una fundación canónica creada para promover la construcción del
templo a través de donativos e iniciativas privadas.
[21]
Gaudí enseña las obras de la Sagrada Familia al nuncio del papa, Francesco
Ragonesi en 1915. En aquella ocasión monseñor Ragonesi calificó a Gaudí como
«el Dante de la arquitectura».
[22]
Visita del papa Juan Pablo II en 1982 con ocasión de la celebración del
Centenario de la colocación de la primera piedra del templo.
[23]
El Patronato de la Sagrada Familia
presenta el programa de los 125 años del inicio del templo, 9
de enero de 2013
[24]
Cristina Savall. Ceremonia en la Sagrada Familia con la presencia de
comunidades musulmanas». El Periódico. Consultado el 20 de agosto de 2017.
[25]
La obra de Subirachs en la Sagrada Familia, Bé Cultural d'Interès Nacional. La
Vanguardia. Consultado el 5 de marzo de 2019.
[26]
Silvia Angulo. «La Sagrada Familia reinicia obras para acabar este año la torre
de María. La Vanguardia. Consultado el 24 de enero de 2021.
[27]
Proyecto encargado por el marqués de Comillas en 1892 para las Misiones
Católicas Franciscanas de Tánger. Este proyecto sirvió de modelo a Gaudí para
las torres de la Sagrada Familia.
[28]
No olvidemos que el bosque fue ya para los cásicos griegos, igual que para
muchas culturas indígenas, el paradigma del templo. Las columnas del Partenón
representaban los árboles del bosque.
[29]
María José Gómez Gimeno, La Sagrada Familia, Mundo Flip. Ed. P. 25
[30]
La Casa del Capellán de la Sagrada Familia, fue utilizada como oficina y taller
de Gaudí. La Ilustració Catalana, Barcelona, 18 de marzo de 1906.
[31]
Maria Antonietta, Crippa 2007, p. 28
[32]
Simbología en la Cripta de la Sagrada Familia, archivado el 1 de
julio de 2010.
[33]
Los terminales de los frontones del ábside representan los frutos de la Virgen
María» Consultado el 27 de febrero de 2020.
[34]
Revista Temple. Barcelona: Junta
Constructora de la Sagrada Familia. abril-junio 2016. p. 9.
[35]
Revista Temple. Barcelona: Junta Constructora de la Sagrada Familia.
enero-marzo de 2016. p. 4-5.
[36]
El mismo Gaudí llegó a decir: ”Si en vez de hacer esta fachada decorada,
ornamentada, turgente, hubiese comenzado por la Pasión, dura, pelada, como
hecha de huesos, la gente se habría retraído”.
[37]
Etsuro Sotoo: "L'objectiu no és acabar l'obra, sinó ajudar a la
reconstrucció personal"». Archivado desde el original el 1 de marzo de
2017.
[38] «Finalizada la fachada de la Pasión con el manto del Santo Sepulcro». Consultado el 20 de julio de 2018.
[39]
Puig i Boada, Isidre (1986). El temple de la Sagrada Família. Barcelona:
Nou Art. p.44
[40]
https://blog.sagradafamilia.org/es/divulgacion/fronton-fachada-pasion-victoria-jesus-sobre-muerte/
[41]
«Anagrama de la Sagrada Familia». Archivado desde el original el 26 de mayo de 2013. Consultado el 9
de enero de 2013.
[42] Revista Temple.
Barcelona: Junta Constructora de la Sagrada Familia. abril-junio 2016.
p. 27.
[43]
Carles Cols. «El león de la discordia ya ruge en la
Sagrada Família». El Periódico. Consultado el 17 de diciembre de 2017.
[44]
«El sepulcro vacío: un conjunto escultórico fundamental para la fachada de la
Pasión». Consultado el 5 de diciembre de
2017.
[45]
Una cruz gloriosa para coronar la fachada
de la Pasión». Consultado el 5 de julio de 2018.
[46]
«La Sagrada Família coloca una cruz
gigante en el pórtico de la
Passió». Consultado el 3 de julio de 2018.
[47]
«El huerto del nártex superior de Pasión
toma vida». Archivado desde el
original el 16 de junio de 2017. Consultado el 25 de mayo de 2017.
[48]
Alexander Menzinsky (2008). «Resurrección». Consultado el 13
de febrero de 2012.
[49] «La Sagrada Familia abrirá al culto en 2008, según sus responsables». Consultado el 9 de enero de 2013.
[50]
José Ángel Montañés. «La sonrisa de Gaudí». Consultado el 12
de octubre de 2014.
[51] «Instalado en la Sagrada Familia el «Sant Jordi» de Subirachs». Consultado el 9 de enero de 2013.
[52]
Josep Maria Tarragona. «La escultura de San Jorge». Archivado desde el original el 15 de octubre de 2012.
[53]
Ana Mª Férrin. «Las puertas de la fachada de la Gloria». Consultado el 9
de enero de 2013.
[54]
Jordi Coll i Grifoll (septiembre-octubre 2012). Revista Temple.
Barcelona: Junta Constructora de la Sagrada Familia. p. 9.
[55]
Revista Temple, Barcelona: Junta
Constructora de la Sagrada Familia. octubre de 2019. p. 7.
[56] Revista Temple, Barcelona: Junta Constructora de la Sagrada Familia.
julio-setiembre 2017. p. 10-11.
[57]
Revista Temple. Barcelona: Junta
Constructora de la Sagrada Familia. diciembre 2020. p. 22-25.
[58]
Sara Sans, Jesús Sancho. «Coronada la torre de María de la Sagrada Familia con la gran estrella». La Vanguardia. 8 de diciembre
de 2021.
[59]
Jordi Faulí i Oller (noviembre-diciembre 2012). Temple (revista).
Barcelona: Junta Constructora de la Sagrada Familia. p. 5.
[60]
«¿Cómo será por dentro la torre más alta de la Sagrada Familia?». 10 de mayo de 2018. Consultado el 27
de mayo de 2018.
[61]
Jordi Faulí i Oller (julio 2018). Temple (revista).
Barcelona: Junta Constructora de la Sagrada Familia. pp. 9-10.
[62]
«El baldaquino: la representación del Espíritu Santo en la Sagrada Familia». Consultado el 7
de junio de 2018.
[63]
María Paz López. «Últimos retoques en la Sagrada Familia por la visita papal». Consultado el 8
de octubre de 2010.
[64]
Ana María Férrin. «Sagrada Familia. De arte illuminandi». Consultado el 12
de febrero de 2012.
[65]
«Simbología». Archivado desde el original el 28 de diciembre de 2012. Consultado el 9 de enero de 2013.
[66]
Revista Temple. Barcelona: Junta
Constructora de la Sagrada Familia. marzo-abril 2011.
[67]
Ramon Espel i Rosell (julio-agosto 2014). Revista Temple.
Barcelona: Junta Constructora de la Sagrada Familia. pp. 4-5.
[68]
Joan Llimona, La
Veu de Catalunya, 20 de enero de 1906.
[69] Eugeni d'Ors, Glosari, 1906.
[70] http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1965/01/09/pagina-24/33541589/pdf.html
search=sagradafamilia.
[71]
Revista Construcción-Arquitectura-Urbanismo,
n.º 40
[72]
«Expertos de todo el mundo contra el
túnel del AVE». Archivado desde el original el 30 de septiembre de 2011. Consultado el 9 de enero de 2013.
[73]
Joan Foguet (4 de febrero de 2011). «La Sagrada Familia recibe el premio
Ciudad de Barcelona 2010 de Arquitectura». El País. Consultado el 22
de agosto de 2016.
[74]
De la biografía de Antoni Gaudí. El
periodista Josep María Tarragona fue el encargado de escribir su biografía para
el proceso de beatificación.
[75]
La Asociación Pro Beatificación de Antonio Gaudí promueve su proceso de
beatificación y canonización.
[76]
Reproducido en la Vanguardia, Grandes Temas 05, noviembre 2010
[77]
Sermón publicado en Albesa 1929. Barcelona 2003
[78]
Testimonio del escultor japonés Tsuru Soto
[79]
El Papa Benedicto XVI, Homilía del 7 de noviembre de 2010
[80]
Joan Maragall, artículo titulado Una gràcia
de caritat
[81]
Don José Manuel Almuzara es actual presidente de la Asociación y uno de los
promotores de la causa de beatificación.
[82]
En la Capilla de Nuestra Señora del Carmen en la Cripta de la Basílica de la
Sagrada Familia, es donde está enterrado Gaudí.
[83]
Santo Tomás, Opúsculo 57 en la Fiesta del Cuerpo de Cristo, lect 1-4
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