ORACIONES MES DE
JUNIO
EL CAMINO DE
PURIFICACION DEL CORAZON
(ELCAMINO DEL DESCENSO DEJANDO QUE LA LUZ ILUMINE LA
OSCURIDAD)
INTRODUCCION
Estas oraciones corresponden al final del tiempo Pascual. Tras la celebración de la Ascensión y la celebración de Pentecostés, es un tiempo jubilar, tiempo de gracia y de renovación, transformación, resurrección. Este mes de Junio está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.
La invitación por parte de Jesús es entrar, habitar en su corazón y adquirir
sus mismos sentimientos. De su corazón brota una fuente, torrente, inagotable
de amor que no tiene fondo y se derrama de generación en generación. Hemos
celebrado unas fiestas preciosas que nos ayudan a seguir ahondando en el
misterio de nuestra fe como La Santísima Trinidad, el Corpus Christi, Cristo
Sumo sacerdote y la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y el Sagrado corazón de
María. Jesús desea que lo encontremos latiendo en lo más profundo del corazón.
No temamos abrirle el corazón para que él pueda transformarlo hasta latir al
ritmo de su corazón.
Material de apoyo: (Para estas oraciones se ha
utilizado el libro de André Daigneault, el camino de la imperfección, la
santidad de los pobres)
Los Salmos encierran una riqueza inagotable. Como toda la
Palabra de Dios están escritos para nosotros para hacer de ellos nuestra
oración. Estas oraciones se centran en la conversión del
corazón.
Señor: Renueva la faz de esta tierra. No existe renovación
por fuera que no parta de una renovación interior. He querido resaltar este
aspecto como tiempo de renovación interior y dar el énfasis a la necesidad de
cambiar el corazón. El Espíritu hace nuevas todas las cosas. Queremos abrirnos
a la acción del Espíritu que viene en ayuda de nuestra flaqueza.
En la lectura de los salmos he utilizado dos claves de
lectura. Una lectura cristológica y otra existencial. Representan el modo de
orar de Jesús, hecho hombre, que oraba los salmos como hombre de su tiempo y
del hombre de hoy que hace suya la oración del salmista.
Lectura cristológica. Jesús hecho hombre tuvo que
aprender a orar. Aunque como buen judío oraba con la Torah y los
profetas, los salmos fueron como la escuela de oración más familiar y cotidiana
(escritos en esta clave como revelación, plenitud; Cristo es la imagen). Son
muchas las referencias a los salmos que aparecen en los evangelios. Es
necesario que se cumpla todo lo que está escrito en los salmos referentes a mí (Lc
24,44)
Lectura existencial. El hombre que ora con los salmos
ora desde las múltiples facetas de la existencia humana. Dominan dos actitudes
básicas la súplica y la alabanza. Cuando reza el salmista reza no en abstracto
sino con el corazón, con palabras que salen de dentro. El pueblo de Israel los
compuso insertos en la historia de salvación (escritos en clave del pueblo
judío como preparación, representación y anuncio de lo que iba a venir) Ahora
nos toca a nosotros tomar sus palabras y hacer de ellas la expresión de nuestra
existencia cristiana (escritos como proyección para lo que había de venir en la
etapa final para la posteridad)
Considerando los salmos como palabra de Dios viva y
eficaz (espada de doble filo que escruta los corazones), los salmos siguen
todo un proceso, un proceso de conversión y transformación interior. Es lo que
vamos a tratar de profundizar en esta lectura orante de los salmos.
EL CAMINO DEL DESCENSO: BAJAR PARA SUBIR
Solo bajando a las profundidades del ser, reconociendo
nuestra realidad más profunda de pobreza radical podemos dar con la fuente
inagotable de su misericordia y dejarnos transformar dejando que su luz (El
Espíritu) nos pueda trasformar. Es necesario bajar (la anabasis) para
subir con él (la anástasis).
La perfección y la santidad no se consigue a base de méritos
y puños sino siguiendo el “caminito”de la humildad. Subir bajando o
bajar para después subir (dejarnos levantar). No hay verdadera santidad sin
humildad.
Así todos podemos alcanzar la santidad, no subiendo sino
bajando, a partir de la más sórdida bajeza. Pretender ser justificados por las
propias obras es glorificarse así mismo y usurpar la gloria a Dios (raíz del
pecado).
Dios quiere darse a conocer y permite situaciones de
empobrecimiento para tocar fondo, para purificarnos y desapegarnos de las
virtudes y caminar con un corazón pobre y desarmado con humildad y simplicidad
de corazón.
BAJAR HASTA EL FONDO. HASTA LAS PROFUNDIDADES (De
profundis)
La “sombra” queda enterrada y oculta en el
inconsciente y necesita aflorar. La “sombra” comporta el lado oscuro de
nuestro psiquismo, los deseos no reconocidos, los aspectos reprimidos. Se trata
del “lado negativo” de nuestra personalidad, la suma de todos aquellos
aspectos desagradables que deseamos ocultar. Cuando nos negamos a aceptar esa
parte de nuestra personalidad termina tornándose hostil. Todo lo que reprimimos
nos debilita hasta el momento que lo reconocemos y descubrimos que constituye
una parte de nosotros mismos.
LA SOMBRA. LA HERIDA
La sombra es ese rincón inconsciente donde
enterramos, temores y verdades incómodas. Ignorar la sombra no es
eliminarla. Lo que no se afronta termina por gobernarnos. La sombra sigue
actuando muchas veces disfrazada de impulso, de reactividad o de patrón
repetido. Vivimos entre máscaras, filtros y emociones reprimidas. Es preciso un
camino de interiorización, un proceso de individuación de reconocimiento de la sombra,
del ego (falso yo) y la herida. No se trata de ser perfectos sino de ser
íntegros.
Nuestra “sombra” responde a esa parte del
inconsciente que complementa el “ego” y que representa aquellas características
que nuestra personalidad consciente no se desea conocer y por ello las repudia,
olvida o destierra a las profundidades de nuestro psiquismo. Son muchos los
sentimientos que son reprimidos, rechazados por el “ego” y que determinan lo
que está permitido y no lo está. Así pues “la sombra” se refiere al lado
oscuro de nuestro psiquismo, que no queremos ver y rechazamos, el lado negativo
de nuestra personalidad. La “sombra” se reviste de numerosos disfraces.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA SOMBRA
Precisamos descubrir, desenmascarar y despojarnos de la “máscara”
(falso yo) para dar con el “ego”, el yo real. Aunque la tratamos de ocultar la
“máscara” tiene una gran influencia en nosotros. Nosotros no podemos percibir
directamente el dominio oculto. Por su misma naturaleza, es difícil de
reconocer. El descubrimiento de la “sombra” tiene por objeto fomentar nuestra
relación con el inconsciente y expandir así nuestra identidad. Se precisa
articular nuestras actitudes conscientes con nuestras profundidades
inconscientes.
Llegan momentos de crisis donde mi fortaleza se torna
vulnerabilidad. Todo mi temperamento equilibrado se desvanece en nada y la vida
parece desbaratarse de repente y “tocar fondo”. Cuando se “toca fondo”
nuestra reacción frente el poder y la adversidad desnudan el alma y desvelan
nuestra parte inconsciente.
EL CONOCIMENTO DEL YO REAL
Tratamos de guardar las apariencias y comenzamos a negar o
reprimir la “sombra” relegándola al mundo subterráneo. Tratamos de
mantener “una imagen positiva” que nos lleve a ser reconocidos y aceptados por
los otros. Eso que reprimimos forma parte de mi ”falso yo”, de mi yo
enajenado. El “falso yo” es la fachada que erigimos para llenar el vacío
originado por la represión, por la falta de una satisfacción adecuada a
nuestras necesidades. El tratar de salvaguardar la imagen como instinto de
supervivencia, tratar de desviar nuestra atención me lleva a disimular y
ocultar la “sombra”. A veces la “sombra” resulta demasiado
dolorosa como para poder ser reconocida como propia (justificación, proyección)
BAJAR HASTA EL POZO DE NUESTRO YO
Hemos de dejar a Dios bajar hasta lo
profundo de nosotros mismos para subirnos y elevarnos con su
gran misericordia. Bajar es como adentrarse en lo más
profundo de nuestro ser, reconocer lo insignificantes que somos en la
inmensidad de Dios. (La humildad es andar en verdad). Hay “zonas oscuras” en nuestra vida que no debemos tener
miedo de exponerlas a Dios. Es una invitación para palpar el amor de Dios en
esas “zonas oscuras”, en las “heridas”. Las heridas
nos pueden hacer crecer y madurar en su amor. Quién ha sentido más el dolor
puede hacerse aún más compasivo. Hay zonas que necesitamos aún sanar y cicatrizar,
donde parece que hemos fracasado, donde hemos palpado nuestra limitación,
flaqueza, debilidad, pecado. Dios está ahí siempre, ha estado ahí siempre.
- El eclipse de
conciencia. La pérdida del sentido del pecado.
La pérdida de
la vinculación entre el bien y la verdad, el elogio de una libertad subjetiva
desvinculada con el bien y la verdad nos lleva al subjetivismo, al relativismo
ético y moral, a la ruptura de los vínculos y a la pérdida de los valores donde
se fundamenta la vida y la dignidad de la persona. Se pierde la autenticidad,
la trasparencia y se cae en la falsedad y la doble vida.
- La corrupción del
corazón
Lo que sale del hombre tiene la raíz en su interior. Del
corazón del hombre salen las malas intenciones, la inmoralidad, los robos, los
asesinatos, la codicia, la envidia, la injuria, el orgullo, la maldad. (Mc
7, 22)
El deterioro, la degradación y la corrupción que vivimos en
nuestro mundo ha de llevarnos a un examen más profundo. Si vamos a la raíz de
toda esta crisis humanitaria llegaríamos a descubrir la corrupción del corazón. El corazón es concebido como la
sede, como el centro de nuestros sentimientos, convicciones y
determinaciones. La corrupción del corazón conlleva la corrupción del
hombre entero. El hombre se deshumaniza al perder su vínculo sagrado. La
pérdida del valor sagrado se pierde toda conciencia y se permite todo. Se
rompen los vínculos y se traspasan todos los límites. Se falsea la verdad, se
violenta la libertad, se da rienda suelta al odio y la maldad.
- Examinar cómo está
nuestra afectividad y sensibilidad
Conviene examinar como nos relacionamos, como tocamos y nos ponemos en relación con los
demás. Desde el utilitarismo o desde la gratuidad. Con el tacto podemos mostrar
amor, ternura, cercanía pero también podemos buscar nuestro propio gusto y
placer. Una caricia puede estar cargada de afecto y de ternura o ser libidinosa
y cargada de lujuria. No se trata de caer en puritanismos sino dejar a
Jesús que cure nuestras heridas.
En lugar de vivir conectados, interconectados,
interdependientes, la corrupción del corazón nos hace caer en la indiferencia,
el egoísmo, el individualismo. El utilitarismo. La fragmentación, y
corrupción del corazón conlleva la desvinculación. Se pierde la referencia del
otro, del bien común, de la solidaridad de la ayuda mutua.
- La sequía en el
corazón
El eclipse de Dios conlleva la ruptura con nuestro vínculo
primordial, con la fuente de la verdad, el bien y el amor. El eclipse de Dios
lleva consigo el eclipse del hombre. La desvinculación con Dios y el apego a
los falsos ídolos derivan en la corrupción y sequía del corazón. La corrupción
del corazón conlleva una distorsión y deformación de los conceptos de
conciencia y libertad. La pérdida de la conciencia, del valor sagrado, del sentido moral conlleva una
degradación sin límites. La deformación de la verdad nos lleva a una cultura
fragmentaria que conlleva la violación de los derechos, a generar desigualdades
a crear barreras y diferencias que parecen insalvables basadas la cultura del
lucro y del descarte. Son tantos los que quedan excluidos, marginados,
desprovistos de su dignidad de personas y considerados como meros objetos
producto de descarte.
LA RAIZ DEL MAL: UN DOBLE MAL HIZO MI PUEBLO
“Se apartaron de la fuente y se fueron a beber a cisternas agrietadas de aguas infectadas”
El eclipse de Dios nos ha llevado al eclipse del
hombre y al eclipse del amor. Lo que resulta más contradictorio es
que el amor de Dios no sea reconocido y amado, al contrario, encuentre
en los hombres dureza, desprecio e ingratitud. Juan Pablo II en su
encíclica Evangelium vitae (EV 20-22) examina las causas del
deterioro y vayamos a la raíz del corazón.
En la búsqueda de las raíces más profundas de la lucha entre
la cultura de la vida y la cultura de la muerte,
no basta detenerse en la idea perversa de libertad anteriormente señalada. Es
necesario llegar al centro del drama vivido por el hombre contemporáneo: el
eclipse del sentido de Dios y del hombre, característico del contexto
social y cultural dominado por el secularismo, que con sus tentáculos
penetrantes no deja de poner a prueba, a veces, a las mismas comunidades
cristianas.
Quien se deja contagiar por esta atmósfera, entra fácilmente
en el torbellino de un terrible círculo vicioso: perdiendo el sentido
de Dios, se tiende a perder también el sentido del hombre, de su
dignidad y de su vida. A su vez, la violación sistemática de la ley moral,
especialmente en el grave campo del respeto de la vida humana y su dignidad,
produce una especie de progresiva ofuscación de la capacidad de percibir la
presencia vivificante y salvadora de Dios.
- Se alejaron de Dios y
se alejaron de los hermanos
En el libro del Génesis tras la ruptura radical que supone
el pecado original nos deja ver toda una espiral de degradación del
corazón. El hombre pasa de ser hermano, custodio y guardián de su hermano a un
fratricida ¿Dónde está tu hermano? (Gn 4,9)
Hay un aspecto aún más profundo que acentuar: la libertad
reniega de sí misma, se autodestruye y se dispone a la eliminación del otro
cuando no reconoce ni respeta su vínculo
constitutivo con la verdad. Cada vez que la libertad,
queriendo emanciparse de cualquier tradición y autoridad, se cierra a las
evidencias primarias de una verdad objetiva y común, fundamento de la vida
personal y social, la persona acaba por asumir como única e indiscutible referencia
para sus propias decisiones no ya la verdad sobre el bien o el mal, sino sólo
su opinión subjetiva y mudable o, incluso, su interés egoísta y su capricho.
Con esta concepción
falsa de la libertad, la convivencia social se deteriora
profundamente. Si la promoción del propio yo se entiende en términos
de autonomía absoluta, se llega inevitablemente a la negación del otro,
considerado como enemigo de quien defenderse. Se pierden los vínculos
recíprocos: cada cual quiere afirmarse independientemente de los demás, incluso
haciendo prevalecer sus intereses. Sin embargo, frente a los intereses análogos
de los otros, se ve obligado a buscar cualquier forma de compromiso, si se
quiere garantizar a cada uno el máximo posible de libertad en la sociedad. Así,
desaparece toda referencia a
valores comunes y a una verdad absoluta para todos.
No se trata de buscar los culpables para convertirnos en
verdugos. Todos somos culpables. No podemos decir que nuestras manos están
limpias, están manchadas de sangre. Quien esté libre de pecado que tire
la primera piedra. (Jn 8, 8 ) Fuimos llamados a vivir como
hijos, como hermanos, en fraternidad, a vivir en el amor, la confianza. El
eclipse de Dios nos ha llevado al eclipse del hombre y al
eclipse del amor. Hemos de profundizar en las causas e ir a la raíz.
- El eclipse de Dios nos
ha llevado al eclipse del hombre y al eclipse del amor.
¿Dónde están las raíces de una contradicción tan
sorprendente? Cuando se pierde el sentido de Dios, también el sentido
del hombre queda amenazado y contaminado, como afirma lapidariamente el
Concilio Vaticano II: La criatura sin el Creador desaparece... Más aún, por el
olvido de Dios la propia criatura queda oscurecida. El hombre
no puede ya entenderse como misteriosamente otro respecto
a las demás criaturas terrenas; se considera como uno de tantos seres
vivientes, como un organismo que, a lo sumo, ha alcanzado un estadio de
perfección muy elevado. Encerrado en el restringido horizonte de su
materialidad, se reduce de este modo a una cosa, y ya no percibe el carácter
trascendente de su existir como hombre. No considera ya la vida como un don
espléndido de Dios, una realidad sagrada confiada a su
responsabilidad y, por tanto, a su custodia amorosa, a su veneración. La vida
llega a ser simplemente una cosa, que el hombre reivindica como su propiedad
exclusiva, totalmente dominable y manipulable.
Una vez excluida la referencia a Dios, no sorprende que el
sentido de todas las cosas resulte profundamente deformado, y la misma
naturaleza, que ya no es mater, quede reducida a material disponible
a todas las manipulaciones. A esto parece conducir una cierta racionalidad
técnico-científica, dominante en la cultura contemporánea, que niega la idea
misma de una verdad de la creación que hay que reconocer o de un designio de
Dios sobre la vida que hay que respetar. Esto no es menos verdad, cuando la
angustia por los resultados de esta « libertad sin ley » lleva a algunos a la
postura opuesta de una « ley sin libertad », como sucede, por ejemplo, en
ideologías que contestan la legitimidad de cualquier intervención sobre la
naturaleza, como en nombre de una « divinización » suya, que una vez más
desconoce su dependencia del designio del Creador. En realidad, viviendo « como
si Dios no existiera », el hombre pierde no sólo el misterio de Dios, sino
también el del mundo y el de su propio ser.
- Un hombre herido de
amor, de corazón enfermo
En palabras del profeta Jeremías dos pecados han cometido mi
pueblo: se apartaron de mi, que soy fuente de agua viva y se han ido a
excavar cisternas rotas incapaces de retener las aguas (Jer 11, 13)
La enfermedad se produce cuando bajo la influencia de
desviadores, el hombre desvía los polos y las facultades de su sentido natural
que está en Dios. La enfermedad es algo que va en contra de nuestra naturaleza
que nos hace daño y que necesita ser tratado para no empeorar nuestro estado.
Se rompe el sano equilibrio y se produce una desintegración.
El eclipse del sentido de Dios y del hombre conduce
inevitablemente al materialismo práctico, en el que proliferan
el individualismo, el utilitarismo y el hedonismo. Se manifiesta también aquí
la perenne validez de lo que escribió el Apóstol: Como no tuvieron a
bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, Dios los entregó a su mente
insensata, para que hicieran lo que no conviene (Rm 1,
28). Así, los valores del ser son sustituidos por los
del tener. El único fin que cuenta es la consecución del
propio bienestar material. La llamada calidad de vida se interpreta principal o
exclusivamente como eficiencia económica, consumismo desordenado, belleza y
goce de la vida física, olvidando las dimensiones más profundas las
relacionales, espirituales y religiosas de la existencia.
Existen numerosos problemas que nos impiden crecer y que
pueden provocar trastornos mentales o enfermedades mentales. Necesitamos ser
curados de la apatía, el aburrimiento, el vacío nacido de la alienación
experimentada de la naturaleza, de otras personas y de nosotros mismos. En tu
tristeza, dolor y pena, volved a Aquel que tiernamente os ayudará. El Señor
tomará lo que ha sido estropeado y arruinado por el mal para convertirlo en
algo hermoso y bueno.
LOS
SINTOMAS DE NUESTRO CORAZON HERIDO Y ENFERMO
Diríamos que abandonando la fuente del amor el hombre entra
en un proceso degenerativo que le va abocando cada vez más hacia el mal. Lo
resumiríamos en una sola frase la degeneración, corrupción o perversión
del amor.
Vamos a detenernos en algunos síntomas pero no para
quedarnos en pobres diagnósticos sino para intentar ir a la raíz y curarnos del
mal ¿De dónde surge el malestar, la impaciencia, la
cólera, la amargura, los arrebatos, el rencor, la acedia, la pusilanimidad, la
mezquindad? Los brotes malos proceden de un corazón herido y enfermo. La
etiología de enfermedad viene de “in firmus” un corazón endeble ,
infirme que no hace pie en sí miso.
Un gran paso es reconocer el
corazón enfermo. Debemos empezar a aceptándolo con humildad. Se precisa
detectar todos esos sentimientos desoladores que provocan insatisfacción,
desgana, amargura, frustración y que proyectamos fuera con descontento y murmuración.
Se precisa de un autoexamen tratando de ver cómo me comporto, el porqué
de mi comportamiento, para viendo las causas tratar de subsanar los malos
brotes no alimentándolos para que no hagan daño sino de corregirlos para dar
frutos buenos. Todo esto supone de una paciente poda. Se dan en nosotros
actitudes perturbadoras, actitudes infelices y atormentadoras, que son un
obstáculos para una vida sana en paz con nosotros mismos y con los demás que
nos roban la felicidad y son la causa de una vida atormentada.
- La
insatisfacción, la amargura
Cuando dejemos de amar, actitudes atormentadoras te
asaltarán, amargura, resentimiento, resentimientos sombríos y rencorosos.
Necesitamos ser sanados y cambiar la amargura con el ungüento suave de la
alegría. No podemos cambiar estos fuertes sentimientos de nosotros mismos.
Necesitamos ser amados si queremos amar. Dos movimientos pueden activarse uno
de una búsqueda de seguridad y placer en substitutos o adicciones que en lugar
de aminorar empeoran nuestro estado. Otro el de querer evitar el sufrimiento lo
que nos hace replegarnos, ponernos a la defensiva.
- La
confusión, las dudas y los miedos
Estamos llamados a aprender constantemente a convertir el
miedo en la confianza y la fe usando cada tentación del temor como una
oportunidad para practicar la fe. No debemos encerrarnos en una cueva oscura en
un mundo de oscuridad exterior donde la luz y el amor no existen. Debemos
abrirnos a la luz para que la luz entre cure cauterice. Se trata de un paciente
proceso de abrirnos y dejarnos amar.
No hay peor ceguera que no querer ver. Nada peor que
permanecer en la inconsciencia. Solo la verdad nos hará libres. El verdadero
amor echa fuera todo miedo. Hemos de conjugar amor en verdad. Muchos de
nuestros problemas ocurren porque basamos nuestras elecciones en certezas poco
confiables de acuerdo con nuestra cultura (todos lo hacen), tradición (siempre
lo hemos hecho), razón (parece lógico) o emoción (simplemente se sintió bien).
Necesitamos una norma definitiva para decidir y discernir cuál es la voluntad
de Dios. Escucha a Dios, lo que dice acerca de nosotros podemos discernir el
camino correcto.
La verdad te liberará, pero primero duele y puede hacerte
sentir miserable. Algunas veces aceptar la verdad puede ser difícil o incluso
doloroso. Evitamos la conversión del corazón. Es humano resistirse al cambio.
No debemos tener miedo, hemos de aprender a confiar en Dios.
A veces debemos confiar en un médico que ha de operarnos y
no evitar el sufrimiento del dolor, lo hace por nuestro bien. Por un problema
momentáneo podemos alcanzar una gloria eterna. Es el fuego del sufrimiento el
que produce el oro de la piedad. El Señor está lleno de misericordia y
compasión, cerca de los quebrantados de corazón. No quiere la muerte
del pecador sino que se convierta y viva.
- La
ceguera, el tedio, la apatía, la desgana, la tibieza
No hay peor ceguera que la del hombre que no quiere ver. La
ceguera espiritual ni se conmueve con las verdades y mucho menos con las
evidentes pruebas de amor. No halla gusto en las cosas espirituales y se vive
postrado a los gozos de las realidades terrenas. La laxitud de conciencia le
lleva a una insensibilidad cada vez más grande.
- La
corrupción y la perversión del corazón
Se trata de una desviación de una pérdida de orientación
fundamental. Se apartaron de mí la fuentes para cavarse cisternas agrietadas.
En el origen del desequilibrio y el mal se encuentra una pérdida de la comunión
interior. Cuando se daña la comunión con Dios deriva en una ruptura con
nosotros mismos y con los demás. Las pasiones desordenadas poco a poco se
apoderan del alma y no la dejan progresar. Hemos de cuidar de tres pasiones
desordenadas dañinas porque dañan una relación sana con Dios, con nosotros mismos
y con los demás y que son germen de desorden. El orgullo, la codicia y la
vanidad. ¿Cuáles son esas cisternas agrietadas que corrompen el agua?
- La
ansiedad del poseer
El hombre pierde su orientación y pone los bienes temporales
como fin y no como medio. El uso de los bienes es administrativo y no abusivo
para el propio disfrute. La avidez y la avaricia no tiene límites. De la
codicia material se pasa a la codicia espiritual. Se propicia el apego al poder
y la dominación sobre los otros. Sustituimos el ser por el tener y la avidez
nos hace caer en la sensación de que nunca tengo bastante.
- La
búsqueda desordenada de placer. El egoísmo, el amor propio
La persona queda a merced del cuerpo, los instintos más
bajos gobiernan el alma. Nuestro cuerpo debe ser habitado por el espíritu.
Sustituimos el ser por el placer a cualquier precio y las personas pasan a ser
consideradas objetos de nuestro uso. Se va encerrando uno en sí mismo
hasta convertirse en el centro de universo. Hace girar todo en torno a su
gusto, interés y provecho.
- El
orgullo, la vanidad, la soberbia
Tratamos de buscar la propia gloria. La soberbia nos lleva a
todos los males. Amamos el prestigio, las alabanzas y los aplausos en todo lo
que hacemos. La humildad de corazón es el distintivo del amor de
Cristo. El orgullo nos lleva a centrarnos en nosotros mismos creyéndonos
autosuficientes. Perdemos el centro y sostén de nuestra vida. Rompemos la
comunión con la fuente que nos da el ser y nos quedamos desnutridos, sin vida.
Se cae en un amor desordenado y excesivo de uno mismo. El excesivo amor propio
(filautía) lleva al hombre a verse así mismo como fuente y fin de sí
mismo.
LA SANACION DEL CORAZÓN
En boca del profeta Jeremías: Derramaré sobre
vosotros un agua pura, os purificaré de toda mancha e idolatría, les quitaré el
corazón de piedra y les daré un corazón de carne y les infundiré un espíritu
nuevo, escribiré mi amor en sus corazones. Ellos serán mi pueblo y yo seré su
Dios. El Dios con ellos (Jer 32, 39; Ez 36, 22-20)
El cuidado de corazón, en griego nepis, que
significa vigilancia, sobriedad, supone rechazar y cortar los distractores y
detractores del alma. El objetivo del cuidado del corazón es ganar en libertad
ante los detractores. El cuidado
del corazón es un aprendizaje a cuidar y dirigir convenientemente los
movimientos del corazón. La sobriedad es como un centinela del espíritu ante el
portal del corazón, distinguiendo sutilmente las mociones que se dan
descubriendo sus propósitos para no confundir a nuestro espíritu. El Espíritu
escruta los corazones para si son buenos acogerlos y si son malos o con germen
de maldad evitarlos y no dejarles crecer.
Esto requiere
de vigilancia, examen, una atención interior, permanecer atento al espíritu,
ser portador de nuestro corazón para no dejar que ningún pensamiento entre o
salga sin vigilarlo. Un pensamiento identificado y desenmascarado ya está
derrotado. El que vigila se pregunta si cada movimiento es nuestro o del
adversario. El discernimiento es fundamental.
El horizonte del cuidado del corazón no es caer en un
rigorismo ascético sino disponer el corazón para promover la caridad, la
misericordia y el servicio. No se nace con un corazón ardiente y generoso, hay
que cultivarlo. Cuida de tu corazón para que no acoja y se enrede con
pensamientos malos, vanos o inútiles sino para que con un corazón disponibles
nos dispongamos a amar y servir a dios en los hermanos.
·
Necesitados de conversión. Volver a la
fuente. Volver al amor
Cuando se dan síntomas de estancamiento, esterilidad,
enfermedad y de muerte es a la vez una llamada a nacer de nuevo. Juan XIII
hablaba de ver la humanidad como un cortejo fúnebre, muertos que caminan sin
vida porque falta la vida del Espíritu. Si falta la vida del Espíritu el mundo
es como un museo de cera, un gran cementerio.
Se puede vivir, sin alma, sin espíritu, encadenando gestos y
palabras, actos y discusiones como un mero robot. Hay que hacer la experiencia
de que hay otra manera de ser yo, oblativa, entregada, gratuita, interior.
Estamos llamados a abrirnos al Espíritu, a nacer del Espíritu. Participar del
mundo del Ser, de la Fuente de la vida.
El hombre ha sido creado para el bien, el amor, es algo que
lleva inscrito en su naturaleza. La verdadera salud reside en la integración y
orientación de los polos y de las facultades (inteligencia, deseo, fuerza,
memoria, imaginación) hacia sus funciones naturales (buscar, amar, luchar) con
el fin de alcanzar la comunión con Dios y con los hermanos.
LA CONVERSIÓN DEL CORAZÓN
Te gusta un corazón sincero y en mi interior me inculcas
sabiduría. Rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré más blanco
que la nieve. Oh Dios crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con
espíritu firme, no me alejes de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Un
corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias (Sal 50)
El dinamismo del amor consumado pide la entrada en la
paradoja de la Cruz, la dinámica del grano de trigo, la paradoja de perder la
vida para encontrarla de nuevo. El amor consumado se encuentra en el don de uno
mismo, en el hecho de donar toda la propiedad del yo inalienable para
encontrase en el Otro.
La conversión del corazón supone disponerse a atravesar esta
prueba de fuego donde el amor se purifique y se manifieste su verdadero valor.
Así como el oro se purifica en el crisol del fuego, así sucede con la
maduración y transformación del amor. La medida del amor consumado es amar sin
medida. El amor consumado debe estar dispuesto a superar la prueba. Cuando nos
topamos con la cruda realidad de la ofensa, la debilidad, la imperfección el
propio pecado. El verdadero amor es gratuito, paciente no busca su interés, no
rechaza al otro cuando no corresponde o es infiel. Un amor fiel supone la
entrega total y gratuita al otro hasta el fin.
Vivimos en constante conversión y crecimiento, en un
dinamismo de muerte y resurrección. Las relaciones deben ser reorientadas y
restauradas. La vida es un proceso creciente para amar. Dios quiere que
valoremos las relaciones y hagamos el esfuerzo de mantenerlas en lugar de
descartarlas cada vez que hay una ruptura, un dolor o un conflicto.
Constructores de unidad y paz, los pacificadores suponen aprender a amar y
relacionarse con los demás. El establecimiento de la paz no es evitar el
conflicto. Huyendo de un problema, fingiendo que no existe. Debemos enfrentar y
resolver conflictos y esto requiere apertura y guía del Espíritu Santo.
El papa Francisco en su carta encíclica Amoris
leticia (AL 163, 164), responde a los interrogantes de hoy sobre el
significado del verdadero amor. El amor aparece muchas veces falsificado,
adulterado. El amor que nos prometemos supera toda emoción, sentimiento o
estado de ánimo. El verdadero amor conlleva un querer más hondo, una decisión
del corazón que involucra toda la existencia. Así, en medio de un conflicto no
resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón, se
mantiene viva cada día la decisión de amar, de pertenecerse, de compartir la
vida entera y de permanecer amando y perdonando. El amor pide la renovación, la
fidelidad. Somos llamados a recorrer un camino de crecimiento y de
conversión. En medio de ese camino, Dios sale al paso y promete acompañarlo a
cada paso en cada etapa del camino.
El amor atraviesa por distintas etapas y modalidades y exige
la decisión de volver a renovar una y otra vez, no sólo para mantenerlo, sino
para madurarlo y desarrollarlo. Es el camino de construirse día a día. Pero
nada de esto es posible sin la fuerza del Espíritu Santo, si no contamos con su
gracia, si no se busca su fuerza sobrenatural, si no se le reclama con deseo
que derrame su fuego sobre nuestro amor para fortalecerlo, orientarlo y
transformarlo en cada nueva situación.
El amor se purifica en la prueba, en la dificultad, en la
cruz. Cuidar la persona cuando es atravesada por el dolor o la enfermedad
es permanecer allí, junto a la Cruz, confesando así un amor hasta la muerte. En
ese amor se manifiesta de un modo deslumbrante la dignidad del amante, dignidad
como reflejo de la caridad, puesto que es propio de la caridad amar, más que
ser amado. También podemos advertir esa calidad del amor oblativo y
tierno ante personas difíciles e incluso desagradecidas. Este amor oblativo en
el silencio es un signo del amor libre y desinteresado de Jesús.
·
La conversión de los sentidos y del corazón
Necesitamos nuevos signos para “descubrir” la acción de Dios
en la historia. Necesitamos una nueva sensibilidad contemplativa para percibir
el misterioso actuar de Dios en nuestro mundo cambiante, injusto, secularizado
y en proceso de globalización, bajo cuya mirada la realidad se vuelve
transparente. La experiencia de Dios es capaz de cambiamos de tal manera que
llegue a crear en nosotros otra sensibilidad para percibirlo activo en la
hondura de la realidad. En un instante, Dios puede devolvernos una nueva visión
de toda la realidad, como le ocurrió a Santa Teresa ante la visión de un Cristo
muy llagado (libro de la Vida, V 9), o como le sucedió a Ignacio de
Loyola a orillas del río Cardoner: «Era un hombre nuevo». «Tenía unos ojos
nuevos». Es el milagro de la conversión del corazón. «Se ve con el corazón»
(Antoine Saint Exupery, El Principito). Sólo un corazón enteramente
convertido a Dios, centrado en él, podrá percibir con finura la obra de Dios en
las personas y en la historia.
CAMINAR DESDE LA DEBILIDAD
Un corazón humillado Dios no lo desprecia (Lc 18,41)
. Dios siente predilección y le conmueve el corazón pobre. A veces es
necesario bajar a lo más hondo para que el grito de nuestra oración toque el
corazón de Dios. Cuesta el reconocimiento de nuestra debilidad y
vulnerabilidad, de nuestro pecado. Dios valora esta humildad de corazón. Cuando
nosotros pensamos que todo está perdido y nos sentimos solos y abandonados Dios
sale al encuentro del quien se siente perdido humildad de corazón.
El caminito de empobrecimiento es una senda estrecha que nos
da miedo, pero es desde el fondo del dolor y la angustia donde brota nuestro
grito de súplica. A veces no tenemos nada mejor que ofrecer que nuestra
debilidad pero esta pobre ofrenda le es agradable a Dios.
La pobreza de corazón no se logra por la práctica de la
virtud y de la ascesis. La humildad es andar en verdad. Hemos de tomar
conciencia de lo que somos. El verdadero camino de santidad es el camino de los
pobres imperfectos. Dios escucha el grito de los humildes. Cuando llegamos al
fondo de nuestra bajada estamos preparados para hacernos participes de su
salvación. Del abismo brota la santidad. Esta no nos llega por nuestras obras,
virtudes o éxitos apostólicos. La salvación nos viene como don gratuito de
Dios. El camino de santidad es el camino de los imperfectos, el camino de la perfección
se recorre desde la imperfección,
Hemos sido salvados no por nuestros méritos sino por pura
gracia. El amor de Cristo no nace de la perfección que hay en nosotros sino del
amor que Dios nos tiene.
BAJAR EN LA NOCHE
El no me dejará cuando en mi fe se meta el sol cuando
tropiece y piense que no hay solución el me guiará con la paciencia de su amor.
No hemos de temer experimentar el dolor de nuestra debilidad y vulnerabilidad.
Bajando por el túnel oscuro de nuestra imperfección aparece una luz aunque es
de noche. Bajando comenzamos a conocernos verdaderamente. Esta bajada se
realiza en la noche del sentido. La única luz que nos ilumina y nos guía es el
Espíritu Santo.
LA NOCHE DEL SENTIDO
En una noche oscura salí sin ser notada estando ya mi
casa sosegada. A oscuras y segura por la secreta escala disfrazada. En esta
noche salí sin otra luz y guía que la que en el corazón ardía. Esta secreta
escala disfrazada es la escalera del subir bajando. Esta noche es el símbolo de
la desnudez espiritual y camino hacia la libertad de espíritu. Este camino de
desnudez a pesar de ser penoso y oscuro no está destinada a las tinieblas. La
noche se vuelve alborada, la ausencia presencia y la esclavitud libertad
interior.
·
Ser purificados de todo desorden
Dios para purificarnos de nuestro orgullo y afectos
desordenados no quiso utilizar el poder sino desarmarnos con su pobreza
humillándose y bajando a nuestra nada. La purificación de los sentidos nos
conduce a la paciencia de saber esperar.
·
Buscando ser reconocido, alabado, admirado
El fariseo de pie muy plantado decía: te doy gracias por
no ser como los demás… el fariseo que pretendia aparentar ser mejor que los
demás salió sin ser justificado. Todo el que pretende ser superior a los demás
será humillado, pero el que se humilla será ensalzado (Lc 18, 11). El
fariseo se preocupa de su imagen. Actúa para ser visto y alabado por los
hombres. Los peldaños que hemos escalado con orgullo vamos a tener que bajarlos
con humildad. El éxito exterior no es una garantía de un apostolado fecundo.
Dios puede dar fecundidad en medio de la pobreza y la falta de resultados
evidentes.
·
Purificados de toda impureza
Los ojos son la luz del cuerpo. Si tus ojos están limpios
todo tu serás luminoso pero si en ellos hay maldad todo tu estarás en oscuridad
(Lc 11, 34) nuestra conducta queda condicionado por la gratificación. Corremos
el riesgo de desplazar el centro de orientación de la vida superando toda
fragmentación.
·
Buscando el consuelo de las creaturas
Cuantos obstáculos nos obstaculizan o paralizan buscando
falsos apoyos o seguridades. Necesitamos ganar en libertad interior ordenado
todo lo que somos y tenemos para conformar nuestro querer y actuar con el
actuar de Dios. Supone desprenderse de todo aquello que me aliena y esclaviza.
(acomodación, relajación, búsqueda de escapismos y seguridades)
DIOS CONMOVIDO POR LOS DE CORAZON POBRE. POBRES DE
ESPIRITU
Te doy gracias Padre porque has ocultado los tesoros del
Reino a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los sencillos (Mt
11, 26). Nada más dañino que la falta de trasparencia y la doblez de corazón
(doble vida)
- Pobres de corazón
Felices vosotros los pobres de espíritu porque el Reino
de Dios es vuestro (Mt 5, 3)
No significa desprecio a las cosas y a las criaturas sino
del uso de ellas conforme al querer de Dios. Vivir desde nuestra condición de
hijos desde la confianza y el abandono en su Providencia buscando su Reino de
amor, paz y justicia. No es pobre el que nada tiene sino el que comparte todo
(no hay pobre que no tenga nada que ofrecer)
·
Limpios de corazón
Felices vosotros los limpios de corazón porque veréis a
Dios (Mt 5, 8)
No se trata tanto de una renuncia sino de una adquisición
(quien encuentra un tesoro en un campo va y vende todo lo que tiene y compra
aquel campo.) vivimos la castidad para el Reino. No se trata de refugiarse en
un castillo interior sino de establecer unas relaciones limpias y vínculos de
amor.
·
La oración del pobre: abandono confiado
Felices vosotros los humildes porque heredareis mi Reino
(Mt 5, 5)
Introdúceme, Señor, atráeme y entra en lo profundo de mi ser
para que puedas transformar y modelar mi vida. Señor déjame ver tu rostro de
bondad y pronuncia de nuevo mi nombre. La verdad es que me encuentro cansado y
fatigado me siento con cierto grado de insatisfacción de desencanto desengañado
como si mis deseos más profundos estuvieran encogidos debilitados adormecidos
enfermos
Por eso vengo a ti. Desentierra y despierta el anhelo más
hondo de mi vida el que tú plantaste un día y el que tú solo colmarás nuestro
anhelo más profundo. Atráeme, Señor, sedúceme enamórame para que no
decaiga y se enfríe el amor y seas tú el único tesoro y centro de toda mi vida.
Me sedujiste Señor y quiero dejarme seducir y enamorarme de nuevo para vivir
complaciéndote y amándote en todo y en todas tus criaturas.
UN DIOS ABAJADO
Toda la Encarnación es un caminos de Kenosis de
abajamiento. Dios se revala abajándose. Dios baja hasta lo profundo de nuestra
bajeza para levantarnos, no nos salva imponiéndose desde arriba sino
emprendiendo un camino de bajada abajandose y humillándose haciéndose semejante
a nosotros para abrazarnos y levantarnos. Emprende un camino de abajamiento
despojamiento empobrecimiento sin retorno hasta la muerte y muerte de cruz (cf.
Fil 2,1). Dios se hace pobre para enriquecernos con su pobreza.
BAJAR CON CRISTO
Cristo baja hasta nosotros para levantarnos. Jesús vive en
absoluta debilidad desnudez, una pobreza desarmada y desarmante para ganar
nuestro corazón con la única fuerza de su amor. Jesús se hizo el más pobre de
los pobres para que nadie se pudiera sentir indigno de su amor. En esta kenosis
nos muestra la profundidad de su amor. El amor de Cristo no nos hace más
fuertes sino más débiles y eso nos lleva a vivir más dependientes de él.
ES PRECISO MORIR CON CRISTO PARA RESUCITAR CON CRISTO
Un corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia. El que se humilla será ensalzado, solo el que se reconoce pobre pecador
experimenta la liberación y la salvación de Dios. Para ser transformados en él
es necesario emprender el camino de la cruz, la bajada por el sufrimiento.
Nuestras pobrezas y heridas podrán así ser transfiguradas capaces de
convertirse en irradiación de su amor.
DIOS SE REVELA Y SE DA AL POBRE
Venid a mi los que os sentís cansados y agobiados y yo os
daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón. Así encontrareis descanso para vuestro espíritu, porque mi
yugo es fácil de llevar y mi carga ligera (Mt 11,28). Dios nos salva en un
acto de confianza y abandono total. Padre en tus manos encomiendo mi vida
(Lc 23, 46)
El reconocimiento de nuestra condición de pecadores nos
lleva a acudir con esperanza a la misericordia de Dios. Señor ten misericordia
de mí, solo de ti nos viene la salvación. Que tengo para ofrecerte todo me ha
sido dado, lo único que tengo mío es mi pecado. Ofreciéndote mi pecado dejo que
tú seas mi Dios.
VOLVER A EL. EN SUS HERIDAS SOMOS CURADOS
Si hoy escuchas su voz no endurezcas tu corazón (Sal
96). Abre tu corazón que mi cabeza está cubierta de rocío del relente
de la noche (CC 5, 2), Dame hijo mío tu corazón (Sal 4, 8).
Inclina tu corazón y aplica tus labios a mi corazón traspasado y abierto para
tí (Prov 23, 12). Bebe del torrente y sanará tu corazón (Sal
147, 3)
Un corazón herido, traspasado que es fuente de sanación de
nuestras heridas. Allí alzado en la cruz, en medio de la mayor oscuridad, se
dejó ver el amor más grande. ¿Quién reparará en un amor así, quien
se parará a contemplarte? Muchos que pasan por allí lo insultan y se burlan ¿no
es el que anunciaba la salvación y que decía ser el Hijo de Dios?
Nuestra historia de desamor está penetrada en sus capas más
profundas por toda una historia de amor y fidelidad de Dios. Las llamadas de
Dios a volver a él son constantes. Volvámonos a él. Bueno es contemplarle
y esperar en silencio su salvación. Yo se que El no nos da la espalda, no nos
desecha para siempre, no nos trata conforme a nuestros pecados sino según su
inmenso amor. Su misericordia es eterna, no se ha acabado ni agotado su
ternura. Decid a los de corazón abatido, confiad en el señor, él vendrá
y os salvará (Is 35, 4). Al verlo se estremecerá tu corazón (Is
60, 5)
Desde lo hondo invoque al Señor, no nos escondas tu rostro,
déjanos contemplar tu amor. Invoqué al Señor desde la hondura de la fosa y El
me atendió, el defendió mi vida y la sacó de las garras de la muerte.
LA LUZ EN MEDIO DE LA OSCURIDAD
El que me sigue no camina en tinieblas sino que tendrá la
luz de la vida. Ilumina tu rostro sobre nosotros y quedaremos radiantes, tu
luz brillará en medio de nuestra oscuridad. Por tu luz vemos la luz, Ya no
habrá mas noche porque el Señor irradiará su luz y reinará por los siglos de
los siglos.
NUESTRA RESPUESTA DEAMOR PUEDE ALIVIARLE
Sorprende un amor que no abandona al hombre a
pesar de su extravío. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él ?
(Sal 8). Sus heridas eran nuestras heridas, fue traspasado por nuestros
pecados. El tomó nuestras heridas y cargó con todas nuestras enfermedades.
(Is 53, Mt 8,17)
El sufre nuestras infidelidades, desprecios y lejos de
responder con agravios responde con compasión hasta querer consolar las almas
que les causan tormento y aflicción.
El Corazón de Jesús tiene sentimientos. Su corazón sigue
latiendo con los mismos sentimientos que cuando estuvo en esta tierra. Jesús
sigue presente y vivo hoy. Podíamos pues preguntarnos cuáles los ultrajes que
sufre y vive hoy? ¿cómo podemos aliviarle? ¿Cómo responder al amor que el
nos ha brindado?
Amor con amor se paga. Nuestra vida se convierte en toda una ofrenda de amor. El padre de las misericordias que nos ha consolado y librado de toda tribulación nos llama a consolar a los que se sienten atribulados. El se hizo solidario de nuestro dolor para que nosotros nos hagamos solidarios de todos los que sufren, de todos los crucificados de hoy.
DIA1: DIOS MIO VEN EN MI AUXILIO, DATE PRISA EN
SOCORRERME
Lectura cristológica:
Este salmo pronunciado en boca de Jesús inocente e
injustamente tratado muestra al Hijo que pone su causa en manos del Padre. Toda
su vida la vive en esta confianza infinita. Ahora al final de la vida, cuando
se encuentra pobre y desamparado, se pone en sus manos de su Padre sabiendo que no quedará
defraudado. El Padre responde a su plegaria con la resurrección.
Jesús encarna la oración del justo, del hombre inocente que es sometido a prueba. El dolor por la injusticia y el mal que recaen sobre él. Sin motivo me escondían redes y me abrían zanjas mortales. Los opresores quieren ser los protagonistas de la escena como ejecutores de la sentencia. Pero Dios rescata la vida del justo y levanta al desvalido.
Es la oración de Jesús, un hombre acusado y perseguido injustaente al que odian sin motivo. El hombre inocente vive rodeado y acosado por los que desan acaban con él , turbado y humillado ante un juicio amañado con testigos falsos y falsas acusaciones.
Jesús que encarna al hombre inocente, lejos de verse vencido, vence el mal con el bien. no pide a Dios venganza sino benevolencia esperando en su infinita misericordia. Los delitos, los crímenes, la crueldad, la naldad tienen los días contados. Jesús nos invita a orar al Padre con infinita confianza
Sal 34
Levántate y
ven en mi auxilio. Levántate, no te quedes a distancia. Señor defiende mi causa
y mi boca proclamará tu alabanza. También nosotros somos invitados a
vivir con esta confianza en manos de Dios haciendo nuestra la oración de Jesús:
Padre me pongo en tus manos. Señor confío en ti. A ti te expongo mi causa y me
quedo aguardando, sabiendo que no quedaré defraudado. Tú que lo ves no te
quedes callado, no te alejes de mí, defiende mi causa. Enfréntate con los que
luchan contra mí. Extende tu mano y sal en mi socorro. Tú que libras al humilde
del poderoso.
Yo que estoy orando sin cesar, que ando triste y cabizbajo,
ven en mi auxilio. Aunque me sienta turbado y amenazado sé que llegará el día
de la victoria definitiva. Nos animan las palabras de Cristo: Tened confianza,
yo he vencido al mundo.
Por eso, aunque todo parezca perdido, confiaré y no temeré.
Las aguas caudalosas no nos anegarán, las redes del abismo no nos atraparán. Mi
lengua anunciará tu fidelidad, te daré gracias en la gran asamblea.
DIA 2: QUE INAPRECIABLE ES TU MISERICORDIA
Lectura cristológica:
Cristo es la morada de Dios y el asilo del hombre. En la
Cruz de su corazón traspasado nos abrió una fuente inagotable y nos dio a beber
del torrente de sus delicias. Uno de los soldados le abrió el costado con un
lanza y al punto brotó de él sangre y agua (Jn 19, 34). Por las fatigas de
su alma hemos visto la luz. Venid y comed este es mi cuerpo, venid y bebed esta
es mi sangre. En el está la fuente de la vida.
Jesús dijo: si alguien tiene sed que venga a mí y beba (Jn
7,37). Ahora sabemos donde se encuentra la fuente de la vida y el torrente de
luz. Que bien se yo la fuente que mana y corre.
Me llevo al umbral del templo y el agua bajaba de debajo
del lado derecho. Era un torrente que no se puede atravesar y me dijo por donde
quiera que pase el torrente todo ser que en él se mueva vivirá. Porque allí
donde penetra esta agua lo sanea todo y la vida prospera (Ez 47, 1-9). El
que beba del agua que yo le de no volverá a tener sed, el agua que yo le de se
convertirá en su interior en un manantial capaz de dar vida eterna.
Sal 35
Quiero vivir, quiero que la centella de la vida encienda
todo lo que hago. Mi alma tiene sed de tí como tierra seca, sedienta de agua. ¿A
dónde iremos, solo tu tienes palabras de vida eterna? En tí esta la fuente de
la vida y tus palabras nos hacen ver la luz.
El Señor baja a nuestras zonas oscuras para iluminarlas. En
un mundo de oscuridad, de duda y de incertidumbre tu eres el rayo
resplandeciente, el cándido amanecer de cada mañana. Que la luz de tu Espíritu
ilumine nuestros corazones y fortalezca nuestras voluntades,
De tu corazón herido nos das a beber la medicina, del
torrente de tu misericordia. Del fondo de nuestra alma nos das a beber de la
fuente de la vida. Déjame beber de tu costado, de la fuente, del agua que sacia
mi sed. Tu socorres a hombres y animales. Los hombres se acogen a la sombra de
tus alas y se nutren de lo sabroso de tu casa. Déjame sentir tu frescura, tu
pureza y tu fuerza.
Que inapreciable es tu misericordia, llega hasta el cielo,
tu fidelidad hasta las nubes. Tus sentencias son como el océano inmenso. En ti
esta la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz. El que me sigue no
caminará a oscuras.
DIA 3: CONFIA EN EL SEÑOR Y ESPERA EN EL
Lectura cristológica
Jesus encarna las bienaventuranzas, su carta magna. Las
bienaventuranzas son el autorretrato de Jesús, el corazón de Jesús y del
evangelio, su ADN, su carta magna. No se trata de un código moral sino una
forma de vivir, de concebirse frente a Dios y frente a los demás.
En el sermón del monte Jesús promulga la nueva ley, la nueva alianza que quiere Dios establecer con todos los hombres y que se exiende a los pobres, los sufridos, los marginados. Jesus declara dichosos a los que confían y esperan en la misericordia, no se verán defraudados, herederán el Reino que Dios les ha preparado.
Los que siguen el camino que propone Jesús son llamados felices, los bendecidos por Dios. Dios les dará lo que desa su corazón y actuará en su favor.
Felices los
pobres, Jesús encarna el corazón pobre que pone la confianza en Dios.
Felices los
que tienen hambre y sed, no se agostarán en tiempos de hambre.
Felices los
pacíficos, los que perdonan porque heredaran el reino.
Felices los
perseguidos y excluidos porque el señor los libra y los protege.
Felices los
mansos y sufridos porque esperan en el Señor.
Felices los
limpios de corazón porque llevan en el corazón la ley del Señor.
Sal 36
Encomienda al Señor tus afanes, confía en él y él actuará. Sea
el Señor tu delicia y el te dará lo que ansía tu corazón. No te exasperes por
las intrigas del hombre. Contempla la creación como la tierra sabe esperar para
que de el fruto a su tiempo. La tierra aguarda la lluvia, los campos que
germine la cosecha. No se salva el hombre por mucha fuerza, Dios es el que
salva, Dios es el que actúa. Hemos de saber confiar, saber esperar espera en
Dios que volverás a alabarlo.
Dios quiso salvar el mundo o desde el poder sino desde la
pobreza, desde la humildad, abajándose. La perfección no se consigue a base de
esfuerzos y méritos. No por mucho afanarse se logra salvarse, imponiéndose sino
sometiéndose. Dios baja hasta lo profundo de nuestra bajeza para levantarnos,
no nos salva imponiéndose desde arriba sino emprendiendo un camino de bajada
abajándose y humillándose haciéndose semejante a nosotros para abrazarnos y
levantarnos.
El caminito de empobrecimiento es una senda estrecha que nos
da miedo, pero es desde el fondo del dolor y la angustia donde brota nuestro
grito de súplica. A veces es necesario bajar a lo más hondo para que el grito
de nuestra oración toque el corazón de Dios. Cuesta el reconocimiento de
nuestra debilidad y vulnerabilidad, de nuestro pecado. Dios valora esta
humildad de corazón. Cuando nosotros pensamos que todo está perdido y nos
sentimos solos y abandonados Dios sale al encuentro del quien se siente perdido
humildad de corazón.
DIA 4: EN TI SEÑOR ESPERO, NO ME ABANDONES
Lectura cristológica
Cristo cargó con nuestro pecado, se hizo solidario con
nuestros sufrimientos e hizo suyo todo nuestro dolor. No hay parte ilesa en mi
carne, no tienen descanso mis huesos. Mis culpas sobrepasan mi cabeza, son un
peso superior a mis fuerzas. Mis llagas supuran y tengo las espaldas ardiendo.
Voy encorvado y encogido, todo el día camino sombrío. No hay parte ilesa en mi
carne, estoy agotado y deshecho del todo. Me falta la luz de mis ojos. Soy como
un sordo que no oye, un mudo que no abre la boca.
Cargó con nuestras dolencias y fue molido por nuestros
pecados. Fue herido de muerte y soportó el castigo que nos trae la paz. En sus
heridas fuimos sanados.
Pero espero y confió en ti. Todas mis ansias las puso en ti.
Imploró a su Dios: No me abandones, no te quedes lejos. Dios escuchó su
plegaría y le libro de sus angustias.
Sal 37
También nosotros experimentamos la turbación. Todo el día
caminamos sombríos y nos sentimos encorvados y encogidos. Hemos perdido el
valor y nos encontramos destrozados. Pero en medio de mi angustia acudo al
Señor y me acojo a él sabiendo que no quedaré defraudado.
Acuérdate por tu misericordia. Se me echan encima todas mis
culpas. Me cercan desgracias sin cuento. Yo soy pobre y desgraciado pero el
Señor se cuida de mí. No me cierres tus entrañas.
El se inclinó y escucho mi grito. Me levantó de la fosa
fatal, de la charca fangosa. El afianzó mis pies sobre la roca, aseguró mis
pasos y me sacó a espacio abierto. Me puso en la boca un cántico nuevo. He
proclamado tu salvación ante la gran asamblea.
DIA 5: LAMENTO DE UN ENFERMO
Lectura cristológica
Jesús en su Pasión se siente acusado, abrumado, angustiado,
abandonado. El abandono final es el comienzo de la confianza total. Lo
describiríamos como el sanador herido. Su herida se hizo cada vez más profunda.
Su corazón ardía por dentro. Cuando es acusado se mantiene en silencio.
Humillado no abrió la boca, se humilló sin decir nada. Abrumado por una
profunda tristeza se abandona en las manos del Padre: Me encuentro
profundamente turbado, mi alma está llena de tristeza. Padre si es posible
líbrame de esta hora de amargura, pero no se haga ni voluntad sino la tuya.
Se ofrece como Cordero llevado al matadero haciéndose
solidario con nuestros pecados. Despreciable y desecho de los hombres, varón de
dolores y sabedor de dolencias y con todo eran nuestros sufrimientos las que él
llevaba, nuestros dolores los que soportaba.
No hay parte ilesa en mi carne. Las persecuciones que él
padecerá con gran paciencia se convertirán en camino de salvación. Han clavado
mi carne y me devuelven mal por bien. Jesús hace de su Cuerpo roto un camino de
salud y liberación.
Sal 37
Miro alrededor y todo es confusión, miro hacia el interior y
caigo preso de desolación. Mi herida, mi dolor y mi sufrimiento me hace
solidario con los que sufren. La compasión nace cuando descubrimos en el centro
de nuestra existencia humana que Dios es Dios y el hombre es hombre,
En mi soledad acudo a Dios, Señor en ti confío, no quedaré
defraudado. Me doy cuenta de mi finitud y de mi nada, mis días son nada ante
ti. Nada de lo humano te resulta extraño.
A veces hacemos todo lo posible para evitar la soledad y nos
sentimos atrapados por falsos dioses. Los ídolos nos prometen satisfacción
inmediata pero no encuentro alivio. Te expongo mis heridas, mi alienación, mi
soledad, mi aislamiento. Me llamas no solo a exponer ante tí mis propias
heridas sino a convertirlas en fuente de curación.
Lectura cristológica
Jesús previene a sus discípulos no estéis inquietos ni
angustiados. llorareis y gemiréis mientras que los del mundo se alegrarán pero
vuestra tristeza se convertirá en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz se
siente angustiada porque ha llegado la hora, pero cuando el niño ha nacido su
alegría la hace olvidar el sufrimiento pasado. El que quiera ganar la vida la
perderá pero quien la pierda por mí la ganara.
Jesús adopta el rol del servidor y se concibe como el
servidor de todos. El que quiera ser el primero ha de hacerse el servidor. Pide
que sus seguidores sigan su ejemplo. No es más el siervo que su amo. Os he dado
ejemplo para que vosotros hagáis lo que hago con vosotros. Jesús quiso entrar
en los límites de nuestra condición humana de modo que pudiéramos acceder lo
infinito en lo finito. El sume íntegramente nuestra naturaleza para redimirla y
transformarla.
Jesús nos salva desde nuestra fragilidad haciéndose
vulnerable. Hemos de reconocer nuestra pequeñez, nuestra mortalidad. Señor
hazme saber mi fin, cuál es la medida de mis días, para que sepa yo cuan frágil
soy, el hombre no dura más que un soplo, pasa como pura sombra. Pero reviste
nuestra mortalidad de inmortalidad.
Sal 38
La herida de nuestra soledad es profunda y sometida a la
incomprensión. Pero el dolor puede dar paso a la confianza. El penoso
reconocimiento de la soledad es un hecho fundamental de nuestra existencia. La
soledad nos hace descubrir una sed interior que solo Dios puede colmar. Ninguna
expresión de cariño, ningún abrazo íntimo será capaz de satisfacer nuestro
deseo de vernos aliviados de nuestra soledad
Soledad y capacidad de relación se implican mutuamente. Un
conocimiento profundo de nuestra interioridad y fragilidad permite convertir
nuestra debilidad en fuente de curación, nuestras prisiones en lugar de
liberación interior. No hemos de disimular o tratar de ocultar nuestra
debilidad. Tan solo si yo mismo estoy liberado puedo atender a los demás.
Hemos de hacernos próximos y solidarios de los que sufren. La
hospitalidad es la virtud que nos permite romper la estrechez de nuestros
miedos y abrir nuestra casa al extraño. Es preciso que el que hospeda se sienta
en el hogar en su propia casa. La hospitalidad es la habilidad de atender al
huésped, lo que implica estar libre y desenredado de nuestras preocupaciones.
DIA 7 : HACED ESTO EN MEMORIA MIA
Lectura cristológica.
Cristo aceptando plenamente el plan del Padre realiza el
gran sacrificio. Jesús durante su vida mortal tuvo la voluntad del Padre en su
horizonte y en su corazón. Cumplir la voluntad del Padre era su alimento y
sustento. Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis: Yo no puedo hacer nada
por mi cuenta. Juzgo y hago conforme el Padre me ha dicho.
Cristo inaugura un sacerdocio nuevo. Tenemos un Sumo
Sacerdote que penetró en el Santuario. Habiendo ofrecido ruegos y súplicas aun
siendo Hijo como era se hizo en todo obediente. Penetró en el Santuario una vez
para siempre ofreciendo no la sangre de machos cabríos sino su propia sangre
consiguiendo así una redención eterna. Por eso es mediador de una Nueva
Alianza: Esta es la sangre de la Nueva Alianza a fin de quitar el pecado de
muchos.
Sal 39
Contemplando a Cristo el hombre aprende el sentido del
propio sacrificio que es la entrega total de la vida al Padre. Tu no quieres
ofrendas ni sacrificios entonces yo digo: Aquí estoy Señor para hacer tu
voluntad. Este es el verdadero culto. Convertirse con Cristo en ofrenda permanente
para la salvación de los hombres. Ser ofrenda con Cristo no compete al hacer
sino al ser. Ser eucaristía. Supone vivir orientados hacia él de forma que
llegue a ser él el centro más íntimo de toda nuestra vida. Celebrar la eucaristía
es hacer realidad su muerte y la victoria de su amor.
En la medida que nos entregamos nos encontramos con nosotros mismos. Señor tómame como soy y hazme como tu quieres que sea. En la ofrenda eucarística ofrecemos no solo nuestra pobreza sino aquello que solo el Señor de toda vida puede dar. Oremos para que esta ofrenda la de Jesús y nuestra vida sea para el mundo pan de vida y bebida de salvación.
DIA 8: DICHOSO EL QUE SOCORRE AL DESVALIDO
Lectura cristológica.
Jesús se muestra cercano a los pobres y pecadores. Amigo de
pecadores escucha el grito del huérfano y de la viuda. No se escandaliza de
comer con ellos, muestra a todos misericordia compasión y ternura. Se pone a la
fila de los pecadores.
Jesús sufrió en su carne el desprecio y el rechazo. Se abaja
hasta el último lugar, considerado como un malhechor, hasta morir con la muerte
más ignominiosa. Padece un mal sin remedio. Se acostó en el lecho de la cruz
para no levantarse. Acudió al Señor que le mantuvo en el lecho del dolor.
Jesús se identifica con el Siervo Sufriente. Es ultrajado y
no abre la boca, las persecuciones que sufre con gran paciencia serán escándalo
para los espectadores. Indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los
rebeldes: Mis enemigos se reúnen a murmurar contra mí. Los que pasaban al pie
de la Cruz le insultaban y se burlaban meneando la cabeza: Ha puesto su
confianza en Dios, que le salve ahora librándole de la muerte.
Sal 40
Dios socorre al pobre e indefenso. Dios viene en ayuda de su
siervo y encumbra a los humildes. No aparta sus ojos del pobre y escucha su
dolor. Ante la aflicción y el lecho de dolor mantiene su presencia.
El sufrimiento y la incomprensión no podemos evitarlo. Hemos
de afrontar la crisis como cambio y crecimiento. La superación de la crisis no
se logra con escapismos o evasiones mediante el activismo sino vía la
interiorización y purificación liberadora.
Hemos de reconocer la ruptura y la herida como lugar de su
presencia. Hemos de saber mirar nuestra ruptura con cariño. Si no podemos
evitar el rechazo, el oprobio y la humillación podemos vivirlo bajo el signo
del perdón, la reconciliación, la bendición.
Hemos de aceptar el desafío de permanecer y saber esperar. Podemos
poner nuestra ruptura al amparo de la bendición de Dios. Dejar que Dios abrace
nuestra ruptura y llevarla bajo el resplandor de su luz.
Dios nos hará descubrir su presencia como el amigo con quien
compartimos el pan. El pan del dolor se transformará en bendición. Lo mismo que
el pan necesita ser partido para ser ofrecido así pasa con nuestra vida
convertida en pan partido para vida del mundo.
DIA 9: ESPERA EN DIOS QUE VOLVERAS A ALABARLO
Lectura cristológica.
Jesús transita la noche del dolor: Mi alma está envuelta en
tristeza. Estoy solo, afligido, voy andando sombrío en la oscuridad. Desde la
oscuridad se abre a la presencia de Dios. Primero turbado: ¿Porqué me olvidas?
Luego confiado: Tu me defensor defiende mi causa. Envía tu luz y tu verdad. Mi
boca proclamará tu alabanza.
Jesús como hombre vive el desamparo. Antes de subir a la luz
de tu presencia se abaja hasta el fondo de nuestra nada para ser abandonado por
todos. Pero en medio de la oscuridad confiesa Dios como el Señor de la vida: mi
roca y mi baluarte. Jesús mismo nos previene: No se turbe vuestro corazón.
Creed en Dios, confiar en Dios.
Jesús se nos da como pan partido: Mis lágrimas son mi pan,
noche y día. Jesús nos invita a compartir nuestro dolor como pan partido. Este
es mi Cuerpo ofrecido para vida del mundo. Unir nuestra pobre ofrenda a la suya
para pasar a ser con él pan partido y compartido para vida del mundo.
En el momento culminante de su vida Jesús se ofrece como
sacrificio que anticipa el sacrificio de la Cruz. Jesús nos ha dejado el
memorial de su presencia en este supremo acto de amor que el Padre hace perenne
y glorioso con la Resurrección.
Sal 41
También nosotros necesitamos transitar la noche del dolor
con la esperanza del nuevo amanecer de tu Resurrección. Hay toda una
progresión, la intercesión, la súplica confiada, la alabanza. Del recuerdo en
medio de lágrimas a la espera y confianza en Dios que no defrauda. Se de quién
me he fiado.
Después de gozar de tu intimidad al verme privado de ella
siento en el fondo del corazón una profunda nostalgia. Se mezcla la turbación
con la aridez. Me siento solo seco agostado buscado La fuente que mana y corre
aunque es de noche. Recuerdo los tiempos antiguos. Acudiré confiado al Dios de
mi vida.
Conozco mi condición y no pido escabullirme de la prueba del
dolor y del sufrimiento sino tenga la serenidad y la fuerza de mantenerme firme
y avanzar con confianza. Lo que pido es que en medio de las pruebas y
sufrimientos la luz de tu verdad brille disipando toda tiniebla. Quiero
encontrarte en mi noche, en la pobreza de mi ser y la aridez de mi alma.
Sostenme en la fe, anhelo encontrarte y la vehemencia de este anhelo tu guiarás
mis pasos.
DIA 10: NOS LIBRASTE PORQUE NOS AMABAS
Lectura cristológica.
Jesús se hizo pecado por nosotros. Jesús comparte carne y
sangre con nosotros. Por haber sido puesto a prueba y haber soportado el
sufrimiento puede ayudar a los que somos probados. Por eso Jesús pasó por las
mismas pruebas que nosotros Jesús sufre el desamparo y la aparente ausencia de
Dios. Esta kenosis nos deja ver que para levantarnos del pecado fue
preciso despojarse de su condición divina y hacerse en todo semejante a
nosotros.
El Hijo siente el vacío de la aparente ausencia de Dios. La
certeza de su presencia da paso a la súplica en medio de la angustia. Dios le
hizo pecado por nosotros experimentando este sufrimiento que causa la ruptura
con Dios: la separación, el rechazo del Padre. Levántate no nos rechaces, no
escondas tu rostro olvidándote de nosotros: No nos retires tu rostro ni te
olvides de nosotros.
Por este acto de abandono hizo la mayor obra de su vida,
realizó la obra de nuestra redención. Por este acto de abandono todo nuestro
dolor es asumido y transformado, nuestro abandono es superado.
Sal 42
También nosotros estamos llamados a transformar nuestro
dolor en ofrenda de amor. Hemos de valorar nuestros sufrimientos uniéndolos al
dolor de Cristo en la Cruz. Completo en mi cuerpo lo que falta a las
tribulaciones de Cristo en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia. Todo lo
podemos unir a Jesús crucificado que se orece en la eucaristía para salvación
del mundo.
Cuando experimentamos el aparente vacío y ausencia de Dios
es el mejor momento para vivir como ofrenda de amor. Cada lugar donde un hombre
sufre es un lugar para vivir y celebrar la eucaristía. Lo que cuenta no es el
tamaño y cantidad de nuestras acciones sino vivir cada momento como una ofrenda
de amor. Convertir nuestra vida en eucaristía, pan partido para el mundo.
DIA 11: NO DEJES QUE SE ENDUREZCA EL CORAZON
Lectura cristológica.
Jesús se levanta como voz sin los sin voz y testigo de
esperanza. Jesús no se salvó así mismo huyendo de la prueba. Se mantuvo firme
en medio del tormento. Se dejó crucificar, ultrajar sin responder con venganza
venciendo el mal con el bien. El Se enfrentó la prueba hasta el derramamiento
de su sangre. Mirad a qué precio fuisteis salvados.
Jesús respondió al mal con el ofrecimiento de su vida
transformando la tribulación en un canto de victoria: Aleluya. Llorareis y
gemiréis mientras el mundo se alegrará. Vuestra tristeza se tornará en alegría.
En medio de la noche se oscurecerá el sol y la luna perderá su brillo. Os
perseguirán a causa mía. Cobrad aliento y levantar vuestra cabeza porque
vuestra liberación ya está cerca. Será tanto la maldad que el amor de muchos se
enfriará.
No dejéis que nada ni nadie os robe la esperanza. Vosotros
habéis de ser mis testigos. Que vuestra fe no sucumba en medio de la prueba.
Recordad que si el mundo os odia primero me odió a mí. Como me persiguieron a
mí también os perseguirán a vosotros. En el mundo tendréis sufrimiento, pero
ánimo yo he vencido al mundo.
Sal 43
Nos llamas a ser testigos de fe y esperanza en un mundo sin
fe y sin esperanza. Vivimos en un mundo que le ha dado la espalda a Dios. La
Iglesia ha dejado de ser una Iglesia de multitudes y grandezas ha pasado a ser
una Iglesia de minorías. Es una Iglesia incomprendida y perseguida: Nos has
hecho el escarnio de nuestros vecinos.
No es Dios el causante de nuestras desgracias, no es Dios el
que se ha alejado de nosotros. Somos nosotros los que nos hemos alejado de
Dios. Hemos levantado ídolos incapaces de salvar Hemos puesto el corazón en
esperanzas fugaces que fustran nuestros anhelos y nos dejan sin consuelo.
No dejéis que la tribulación, la oposición, la contradicción
y el infortunio enfríen el amor y endurezcan el corazón. Jesús nos ha prometido
su Espíritu que no nos dejará huérfanos. Cuando en la noche se meta el sol y
parezca que no hay solución él nos guiará con la paciencia de su amor.
Recordemos a nuestros antepasados que dieron testimonio de
su fe con el derramamiento de su sangre. Estamos llamados a ser mártires y
testigos de esperanza en medio de la prueba y la tribulación. Hemos de confiar
que la última palabra la tiene Dios. Cielos y tierra pasarán pero mis palabras
no pasarán.
DIA 12: NOSOTROS HEMOS CONOCIDO Y CREIDO EN EL
AMOR
Lectura cristológica.
Jesús vivió y murió por amor y nosotros hemos conocido y
creído en el amor. Cristo vivió y murió dando gloria a Dios. Quiero hacer
memorable tu nombre por generaciones para que tu pueblo te reconozca y te alabe
por siempre jamás.
Jesús no vivió buscando su propia gloria sino la gloria del
Padre. Yo no busco honores que puedan dar los hombres. Si yo me alabara a mí
mismo mi alabanza carecería de valor. Yo no hago lo que quiero sino la voluntad
del que me envió.
Nadie vio la gloria y el rostro de nuestro Dios. Su único
Hijo nos lo ha dado a conocer. Por medio de Cristo hemos conocido el amor que
Dios nos tiene y hemos creído en él. También nosotros estamos llamados a
irradiar su gloria permaneciendo asiduos en la alabanza.
Sal 44
No hemos de perder el sentido de la adoración y la alabanza.
El asombro el reconocimiento de la hermosura: Canto de Aleluya alegraos en el
Señor. El poder y la gloria es de nuestro Dios. Santo eres Señor, fuente de
toda santidad. Alegrémonos y ensalcemos su grandeza. A nuestro Dios la
alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor el poder y la
fuerza.
¡Qué Dios es tan bueno como nuestro Dios! Hermoso eres amado
mío, fuente de mi vida y esperanza, anhelo de mi corazón. Este salmo es el
epitalamio real, el canto nupcial del desposorio de Cristo con su Iglesia.
Prendado está el Rey de su amada. Prendada esta la amada por su Rey. A él la
gloria y la alabanza. La iglesia proclama la grandeza de su Dios: Me brota del
corazón un poema bello, recito mis versos a un gran Rey y soberano de todas las
cosas.
La oración de la Iglesia es hija de la alabanza. Nosotros
nos unimos a esta alabanza continua y permanente. Estos son los que le rinden
culto de día y de noche. Sus servidores le darán culto y contemplarán su gloria
y su grandeza. La Iglesia permanece en oración y la alabanza ante el trono de
Dios y del Cordero. En unión con Cristo y todo su Cuerpo que es la Iglesia
permanecemos en oración incesante ante el trono de Dios. El aleluya es el fruto
de la alabanza que se canta asiduamente ante el trono de Dios.
DIA 13: RENDIOS Y RECONOCED QUE YO SOY DIOS Y NO HAY OTRO
Lectura cristológica.
Jesús nos da a conocer la fuente de todo consuelo. El que tenga sed que venga a mí, de sus entrañas brotarán ríos de agua viva esto lo decía refiriéndose al don de su Espíritu. El que beba del agua que yo le dé descubrirá en su interior una fuente que salta hasta la vida eterna. El será quien os conduzca y os guie a las corrientes de vida.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios. Cada mañana al despertar el nos asiste al despuntar la aurora. Sus torrentes son mi delicia. Aunque brame y se agite el mar y su barca tambalee en medio de la tormenta Dios la socorre desde el primer momento al despertar la aurora. todas las fuerzas hostiles humanas y sobrehumanas se estrellarán bajo el poder de su misericordia.
El esta con nosotros. El tomará de lo mío y os lo dará a conocer. El que escucha mis palabras será amado por mi Padre y vendremos a él y haremos morada en él. En él nos movemos existimos y somos. Si el Señor está con nosotros ¿quién contra nosotros?
Sal 45
El pecado más grave del pueblo de Dios es la idolatría.
Hemos cambiado la gloria de Dios por la gloria humana, la vanagloria dando
culto a otros dioses. Ídolos de hechura humana incapaces de salvar.
Ídolo es todo aquello que ocupa el lugar de Dios. Los ídolos
embotan nuestra mente y endurecen el corazón. Ídolos pueden ser el
reconocimiento, la búsqueda del éxito, la vanagloria, la búsqueda de riquezas, el
empoderamiento por medio de la sabiduría, la ciencia, el confort.
Confesad a Dios como vuestro refugio y vuestra roca. Rendíos
y reconoced que yo soy Dios. No deis que vuestro corazón a falsos dioses que
dejarán frustrado vuestro corazón. Reconoced que solo en Dios descansa tu alma
y sacia los anhelos del corazón.
Jesús es nuestra roca inamovible y baluarte; mi defensa y mi
puerto seguro. Aunque tiemble la tierra, aunque sean muchas las olas que nos
amenacen nada podrán contra la barca de Jesús. Yo me río de todo lo que es
temible, la confiscación, el destierro, la muerte; en todo saldremos
victoriosos si ponemos nuestra confianza en él. La ira de los poderosos no pesa
más que una tela de araña.
DIA 14: DIOS SOBERANO REINA SOBRE LAS NACIONES
Lectura cristológica.
La fiesta de la Ascensión nos evoca el triunfo de nuestro
Rey. El Siervo Sufriente después de abajarse es levantado y colocado como
Cabeza de todo el pueblo santo. El evangelio nos narra como Jesús los llevó
fuera de la ciudad al Monte Santo y allí los bendijo y fue llevado al cielo. El
Padre todo lo ha puesto bajo el dominio de Cristo, plenitud del que llena el
universo.
El Señor es elevado de la tierra al cielo, asciende entre
cantos de vítores y aclamaciones y se sienta sobre su trono sagrado: pueblos
todos batid palmas y y tocad para nuestro Rey.
Los apóstoles como príncipes del pueblo se reúnen. Desde
allí el Señor afirma su dominio y es aclamado por todos los pueblos tantos
judíos como gentiles como signo de su Reino definitivo. Los discípulos durante
diez días esperan en oración la promesa del Espíritu.
Sal 46
Subió a los cielos el que previamente había bajado a lo
profundo de la tierra. El que bajó fue elevado a lo más alto de los cielos con
el fin de abarcar el universo entero. Al subir a los cielos nos abrió las
puertas de los cielos a los que transitamos en esta tierra. Somos ciudadanos
del cielo a fin de que no pongamos el corazón en los bienes pasajeros sino en
los eternos: busquen y aspiren a las cosas del cielo y no las de la tierra.
Dios nos ha destinado a vivir con Cristo y cuando aparezca glorioso también
nosotros entraremos a participar de su gloria eterna.
Mientras esperamos la Iglesia es reunida en asamblea. Unos
alaban y cantan otros proclaman y anuncian. La Iglesia orante alzando los
brazos se mantiene en la alabanza continua. La Iglesia militante se mantiene
alzando su voz como trompetas
Se exhorta a que no cesemos en la oración intercesión
continua, a no bajar los brazos. La Iglesia militante somos urgidos a anunciar
a Cristo tocando con maestría el canto nuevo del amor. Que nuestra vida se vea
avalada por el testimonio. Pongamos todo el empeño en estrechad los vínculos
del amor y la unidad. Todos con un solo corazón formando un solo pueblo. La
fraternidad universal será el signo y distintivo de la presencia de Dios entre
nosotros.
DIA 15: SOMOS LA MORADA DE DIOS Y TEMPLO DEL
ESPIRITU
Lectura cristológica.
Cristo inaugura un nuevo templo, la nueva presencia de Dios
entre los hombres. El templo de Jerusalén situado en Sión, el monte santo, era
propiamente la "Shekhinah". La palabra hebrea que se refiere a
la presencia divina o la gloria de Dios, especialmente en el contexto del
Templo de Jerusalén y su manifestación entre los israelitas. La palabra
deriva del verbo hebreo "shachan" que
significa "morar" o "residir". Es grande la presencia
de Dios en su templo, en su morada santa, altura hermosa, vértice del cielo,
alegría de toda la tierra.
Cristo denuncia el culto vacío y pide un cambio interior, el
culto del corazón. Habéis convertido el templo de Dios en un lugar de
comerciantes, en una cueva de ladrones. Cristo inaugura un nuevo templo. Dios
se hizo hombre y puso su morada entre nosotros. Este templo será destruido y yo
lo levantare en tres días. Se refería al santuario de su Cuerpo.
Después de su resurrección, inaugura un nuevo templo y un
nuevo culto. Sus servidores darán culto al Cordero de día y de noche y el Señor
será su luz perpetua. En la nueva Jerusalén no ví templo alguno. El Señor
soberano de todo ofrece su Cuerpo como cordero inmolado. No vi lámparas, la
ciudad la ilumina la gloria de Dios. Del centro salía una fuente de agua viva
que manaba del Cordero.
En el monte Calvario se alzará sobre la cruz, el nuevo
templo. Cristo resucitado con el don de su Espíritu nos abre a la nueva
manifestación de su presencia entre los hombres. Este nuevo no es levantado con
piedras sino con piedras vivas. El templo de Jerusalén se levantaba sobre la
roca del sacrificio de Abraham en el monte Moriah. El nuevo templo está
cimentado sobre la Roca que es Cristo.
Sal 47
Cristo con el don de su Espíritu nos abre a un nuevo templo
y un nuevo culto. Vi la nueva Jerusalén que bajaba del cielo junto a Dios. El
nuevo templo pasa a ser su Cuerpo construido con piedras vivas. Nosotros siendo
muchos estamos injertados en Cristo para formar un solo Cuerpo.
El nuevo templo pasa a ser la Iglesia y cada creyente. El
santuario de Dios es sagrado y vosotros sois este santuario. Vosotros sois
templos del Espíritu. El nos guiará hasta la nueva Jerusalén escatológica.
Presentaos a vosotros mismos como ofrenda viva. Ese ha de
ser vuestro auténtico culto. Vivid conforme las exigencias del Espíritu y no os
dejéis llevar por las desordenadas apetencias de la carne.
Que la Iglesia sea lugar de encuentro con Dios, donde su
pueblo celebra la liturgia de oración y de alabanza. Amaos de corazón viviendo
como hermanos. Sed humildes de corazón no presumáis de suficiencia sino
considerad a los otros como superiores. Sed prontos para el servicio.
Solidarizaos con las necesidades de los otros. Que la esperanza os mantenga
alegres en las dificultades. Bendecid y no maldigáis. Vivid en plena armonía
unos con los otros.
DIA 16: DIOS ME SALVA Y ME LLEVA CONSIGO
Lectura cristológica.
Jesús responde a nuestra sed más profunda de una vida plena
y verdadera. Jesús es la vida verdadera, en él está la vida. Separados de él no
tenemos vida. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. El Hijo es la fuente de
la vida. El es el camino la verdad y la vida, Nadie va a el Padre sino por él.
El es la luz de los hombres, el que me sigue no caminará en
la oscuridad. El nos instruye en sus camios para que marchemos por sus sendas. Nadie
puede salvarse por sí mismo.es Jesús quien nos salva dando su vida para que
nosotros tengamos vida.
Es tan caro el precio de nuestra vida. Cristo Jesús
ofreciéndose así mismo rescata nuestra vida del abismo. Para salvarnos vino a
compartir nuestra condición humana hasta la muerte.
Sal 48
El hombre está llamado a una vida plena. Sin embargo,
vivimos en tensión y en lucha de dos polaridades, la vida y la muerte, la luz y
la sombra, la gracia y el pecado. ¿quién colmará los deseos de nuestro corazón?
Tu presencia desvela el secreto más hondo de nuestra vida.
Nos hiciste para ti y nuestro corazón no descansará hasta reposar en ti. No
fuimos destinados al fracaso ni a la muerte. El me saca de las garras del
abismo y me lleva consigo.
Dichoso el camino de los confiados, no quedaran defraudados.
Su tesoro es el Señor por eso no se agotara y perdurar para siempre. No en
cambio los que confían en su poder y sabiduría porque no necesitan de Dios. El
hombre rico que se vanagloria en la opulencia se llevará su tesoro a la tumba.
DIA 17: OFRECE A DIOS EL CULTO DE ALABANZA
Lectura cristológica.
Al que sigue mis caminos le haré ver mi salvación. En cambio
el que persiste en el mal camino acabará en la fosa. Jesús previene la actitud
farisaica del que actuar con doblez de corazón. Ay de vosotros que sois como
sepulcros hermosos por fuera pero llenos de inmundicia primero os hacéis pasar
por justos delante de la gente pero vuestro corazón está lleno de hipocresía.
Enseñan una cosa pero no hacen lo que enseñan. Todo lo hacen
para que la gente los alaben y admiren. Les gusta ocupar los primeros puestos y
llamarse maestros. Estúpidos y ciegos.
No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser el
primero que tome el último lugar. No hagáis nada por egoísmo o vanagloria. Sed
humildes y considerad que los demás son mejores que vosotros.
Sal 49
Ofrece a Dios el culto de alabanza, la humilde confesión de
nuestros pecados y el propósito de cumplir sus votos. Confesar el pecado es el
sacrificio que me honra. Invócame el día del peligro y él te librará. Dios nos
invita a convertirnos. El malvado no quedará impone y la maldad se volverá
contra el propio pecador.
Lo que le agrada al Señor es el corazón humilde y
arrepentido. Que no haya doblez en tu corazón. Comportaos como servidores de
Dios soportándoos mutuamente con amor. Ahí está la presencia del Espíritu en
nosotros, nuestro amor sin doblez.
No ambicionéis grandezas sino poneos al nivel de los
humildes y no presumáis de suficiencia. Bendecid y no maldigáis. Solidarizados
con las necesidades de los otros.
DIA 18: EL MISERERE: SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MI
Lectura cristológica.
Señor no nos ocultes tu rostro. Jesús nos revela el
verdadero rostro de Dios: la misericordia. Jesús no vino a condenar sino a
salvar. No se muestra acusando sino perdonando. Vino a salvar a los pecadores.
No vino a llamar a los justos sino a los pecadores. Se ofreció en rescate por
nuestros pecados. Jesús ofreciéndose en la cruz se ofrece en recate de nosotros
pecadores. Padre no les tengas en cuenta su pecado, perdónalos.
Señor crea en mi un corazón puro, rocíame con tu espíritu y
quedaré limpio. La nueva creación la lleva con el perdón y la efusión de su
Espíritu de amor que nos hace capaz de amar y de perdonar. Pide a los suyos que
perdonen. Amad a vuestros y perdonad a los que os odian. Bendecid no maldigáis.
Ser bondadosos y misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso y de este
modo seréis hijos de vuestro Padre del cielo.
Sal 50
Reconozco Señor mi pecado, pero sobre todo reconozco tu
infinito amor, tu misericordia y tu perdón. Esta es la doble confesión. Ante mi
confesión de pecador Dios se nos muestra como el Dios que siempre perdona.
El pecado por una parte nos hace descubrir nuestra condición
humana. En la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
El pecado por otra parte solo se reconoce a partir del amor
con que somos amados. Contra ti,
contra ti solo peque. No correspondí a tu amor. He despreciado tu amor.
He traicionado tu amistad.
Pero aunque nosotros te abandonemos tú no nos abandonas. No te
cansas de acogernos y perdonarnos. Un corazón quebrantado y humillado tu no lo
desprecias.
DIA 19: ME FIO Y CONFIO EN SU MISERICORDIA
Lectura cristológica.
Cristo aparece como el olivo, el árbol de la vida. En el
árbol de la Cruz, de donde pende Cristo, se nos da la Vida. Jesús promete el
don de su Espíritu. Inclinando la cabeza entregó el Espíritu. Del árbol de la
Cruz sale el torrente de vida. Jesús nos promete el que viene a mí no pasará hambre
ni tendrá sed jamás. Del muro del templo brotará un manantial. Un río de agua de
vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. A
un lado y a otro del río, hay un árbol de vida que da doce frutos, cada mes su
fruto.
Jesús nos da su Espíritu, la corriente de Vida que mana sin cesar de
Dios, una inmensa corriente, un río de vida y amor que crea y mantiene la vida
de todas las criaturas derramándose en ellas.
Esta corriente fecunda continuamente al mundo. Nos crea, nos envuelve,
nos recrea, nos cura, nos fecunda. El mundo vive en ella y por ella. Nosotros
también vivimos en esta corriente: en El vivimos, nos movemos y existimos. Es
el río que nos lleva. En ese río de vida y amor navegamos junto a todos los
seres, sustentados, llevados, rodeados, penetrados del Amor y la Vida que es
Dios. Viviré a la sombra del olivo plantado al borde del torrente que nos da la
vida.
Nuestra tarea consiste en insertarnos en esa corriente de Vida,
dejarnos invadir y llevar por ella. Vivir desde ella y en ella. Prolongar y propagar
su acción creadora, sanadora, restauradora, liberadora. Potenciar la
fecundidad, hacer que crezca la vida por donde nosotros pasamos. Porque somos
como el árbol plantado junto a la corriente, da fruto hasta en su vejez.
Sal 51
Yo confiaré en el Señor en su gran bondad y misericordia. Seré
como verde olivo plantado en la casa del Señor. Le daré gracias por siempre y
proclamaré su Nombre delante de los fieles.
Da fuerza a tu siervo y líbralo de las garras del enemigo.
El que rehúsa el mal y rechaza el soborno habitará en la casa del Señor, tendrá
su alcázar en un picacho rocoso con abasto de pan y provisión de agua.
Plantado junto a la corriente da fruto en su sazón, no se
marchitan sus hojas y cuanto emprende tiene buen fin. En cambio el camino de
los malvados acaba mal. El que se engría en su opulencia, confía en sus
riquezas y se jacta en su sabiduría quedará desolado y baldío. Será como paja
que se lleva el viento.
Señor que dominas todo, oye el clamor de los desamparados y
libranos del poder de los malvados. No dejes que siga la senda de los
perversos. No tengas envidia de los malos. Confía en el Señor. Los justos
heredarán la tierra. El justo será como árbol de olivo que prosperará dando
fruto. Aceite que sanará las heridas.
DIA 20: EL SEÑOR CAMBIARA NUESTRA SUERTE
Lectura cristológica.
Jesús viene a salvarnos y rescatarnos de la muerte: He
venido a salvar a mi pueblo de suerte que los que vagan ciegos en las sombras
de la muerte vuelvan al buen camino.
A pesar de tantos signos el hombre no quiso reconocer a Dios
y se obstino en el mal camino. Se oscurecieron sus ojos y endurecieron el
corazón.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará
el Dios que viene de lo alto. Vino como luz que resplandece en las tinieblas y
las tinieblas no la sofocaron. Alos que le reconocieron y le acogieron les dio
el poder hacerse hijos de Dios.
Sal 52
Vivimos en un mundo ateo que le ha dado la espalda a Dios.
Dice el necio para sí: no hay Dios. Prefirieron la mentira a la verdad. Todos
se extraviaron igualmente obstinados.
Se han corrompido cometiendo execraciones. Vagaron
extraviados a merced de su mente pervertida hasta rebosar de injusticia,
impiedad, codicia y maldad. Prefirieron adorar a los ídolos en lugar de su
Creador.
Dios observa desde el cielo para ver si hay alguno sensato.
A pesar de nuestra terquedad Dios no quiso olvidar ni abandonar lo que había
creado. Aunque el hombre rechaza a Dios, Dios no rechaza al hombre. La
paciencia de Dios es nuestra salvación.
Ojalá se rasguen los cielos para que destile su amor como
rocío que empape la tierra. Ojalá venga el Señor a cambiar la suerte de su
pueblo. Este es el misterio de la infinita piedad de nuestro Dios. Dios
persiste en reclamar su atención y llega hasta el colmo de salir al encuentro
del hombre.
Dios se revela como nuestro salvador y defensor que viene en
ayuda de nuestra flaqueza. Ojalá el hombre reconozca y confiese la bondad de
nuestro Dios. De ti viene la salvación y la bendición sobre tu pueblo.
Lectura cristológica.
Jesús vive de cara y en presencia del Padre y permanece en
la oración y la alabanza: Yo no estoy solo el Padre esta conmigo y yo con el
Padre. El Hijo vive para el Padre. El Hijo no quiere hacer nada por su cuenta.
Yo no hablo por mi cuenta. El Padre es el que me dice lo que debo hablar y
enseñar. Lo que ve hacer al Padre es lo que hace el Hijo. El hijo todo lo que
hace es para dar gloria al Padre.
Sobre todo en la hora de la prueba se fía y se confía en las
manos del Padre. aunque unos insolentes se alcen contra mí y hombres violentos
me persigan a muerte, veré la derrota de mis enemigos y la victoria de nuestro
Dios.
Jesús permanece en actitud suplicante frente al Padre. El
Padre atiende mi súplica. El es mi auxilio y escudo. El sostiene mi vida ¿A
quién he de temer? Jesús se adhiere a la voluntad del Padre y vence el temor y
la duda a través de la fe y la confianza.
Sal 53
Jesús nos enseña a vivir de cara a Dios permaneciendo en la
oración y la alabanza. Cada día empezamos la oración de la mañana con esta
invocación inicial: Dios mío ven en mi auxilio, Señor date prisa en
socorrernos. Por la mañana invocaré tu Nombre y tu escucharás mi voz.
Comenzamos el día pidiendo que los primeros impulsos de la
mente, los labios y corazón estén dirigidos a Dios: abreme Señor los labios y
mi boca proclamará tu alabanza.
Es la primera hora del día, el despertar de la aurora. Esta
primera hora nos evoca la Resurrección del Señor. Nos abrimos a recibir la luz
del Sol para recibir la Luz que ilumina nuestros pasos, para orientarnos con
esperanza hacia la Luz que no conoce ocaso. Pedimos que esa Luz retorne a
nosotros para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte.
Nuestra suplica se hace adhesión para venciendo nuestros
miedos ofrecerle al Señor un sacrificio de alabanza. Entonaré un canto de
alabanza en acción de gracias. Te ofreceré mi vida como ofrenda agradable a ti
para gloria de tu Nombre que es bueno. Tu bondad me acompañara cada jornada
para santificarla haciendo lo que a ti te agrada.
DIA 22: ENCOMIENDO A DIOS MI VIDA EL SEÑOR ME
SOSTIENE
Lectura cristológica.
Jesús en su Pasión nos enseña a vivir en manos del Padre.
Jesús pasa por la turbación y la desolación desde el abandono confiado. Señor
escucha mi voz suplicante, respóndeme que no quede confundido.
Me turba los gritos de los malvados me salta el temor y el
terror. Estoy solo, afligido. Se retuercen mis huesos y me sobrecoge un pavor
mortal. Me cubren las tinieblas y me cubre el espanto. Jesús lleno de angustia
y postrado por tierra oraba incesante al Padre.
El evangelio nos hace ver la crudeza de ese pavor mortal. Le
caía el sudor al suelo en forma de grandes gotas de sangre. En esta situación
de angustia piensa en la huida como remedio. Si pudiera emigraría lejos y
escaparía como una paloma. Padre si es posible que pase esta hora de angustia y
amargura. Pero que no se haga mi querer sino el tuyo.
Tu eres mi auxilio mi amigo y confidente. No me abandones en
la prueba. Mira a tu Siervo que confía en ti, a quien me une una dulce
intimidad. Oigo en mi corazón confía en El encomienda a El tus afanes, pues no
permitirá que caiga en la desesperación. Confía en Dios y no quedarás
defraudado.
Dios no le priva del dolor y el sufrimiento de la prueba. Es
probado en la fe por nosotros para que nosotros no desfallezcamos. Nos promete
su auxilio. Jesús asume el dolor y la soledad solidario con nosotros dándonos
ejemplo de perseverancia.
Sal 54
También nosotros pasamos por esta hora de turbación y de
prueba. Jesús nos invita a permanecer en oración sobre todo en los momentos de
agitación, turbación, desolación. Por la mañana, al mediodía, por la tarde alzo
mi voz. Jesús nos pide no abandonar la oración y la súplica. Señor escucha mi
voz suplicante. No te cierres a mi súplica.
Estamos llamados a saber vivir la soledad como espacio de
oración y de escucha como lugar para el encuentro con Dios. Lugar para hacer
experiencia de un Dios cercano al que nos une una dulce intimidad. Señor no
estes lejos. No es la huida lo que salva sino la oración incesante la que llega
hasta Dios. La victoria de Cristo vino a través de su obediencia filial. La
desobediencia y la rebeldía hubiera sido la derrota.
Es a través del abandono confiado como Dios nos salva. Jesús
nos enseña a vivir en el abandono confiado. Siendo Hijo aprendió en la escuela
del dolor lo que cuesta obedecer para darnos ejemplo.
Esta es la lección magistral de Jesús en su Getsemaní, en su
Pasión, en la cátedra de la Cruz. Confía en Dios, espera en Dios. El escuchará
la voz suplicante, El nos rescatará de la fosa fatal. Espera en Dios que
volverás a alabarlo.
DIA 23: EN DIOS CONFIO Y NO TEMO
Lectura cristológica.
Jesús en la Pasión deja manifiesto que sufre no solo por
fuera sino por dentro. Vive un combate interior entre la luz y las tinieblas,
entre la huida y la aceptación, la desesperación y la confianza. La raíz del
pecado es la desobediencia.
Jesús siente como sus enemigos se confabulan para matarle. Me acechan, me atacan, me oprimen, me hieren. ¿Cómo vence la hora de la prueba? Tres veces se repite todo el día. El acoso es incesante. Tres veces se repite en Dios confío y no temo.
En Getsemaní Jesús por tres veces se dirige al Padre en
oración: Padre si es posible que pase de mi este cáliz de amargura. Padre todo
es posible para ti. Padre que no se haga lo que yo quiero sino lo que tú
quieras.
Jesús ora con insistencia, hasta el punto de no tener
fuerzas de pararse y tener que orar postrado por tierra. No cesa hasta
adherirse a la voluntad del Padre. Levantaos, vámonos, ha llegado la hora.
Sal 55
Jesús personifica la oración del justo y nos enseña a
perseverar en la oración hasta adherirnos a la voluntad del Padre. en esa
situación desesperada no desespera, aunque se siente abrumado no es derribado,
aunque se siente atemorizado el temor no le paraliza.
Ora hasta reavivar su confianza en Dios. En Dios confío y no
temo. ¿Qué podrán hacerme los simples mortales? Pide a Dios que haga suyo su
lamento y recoja sus lágrimas en un odre.
Yo mantendré las promesas que hice porque tu libraste mi
vida del que me causaba y acosaba día y noche. Como fruto de esta adhesión se
reaviva la confianza. Caminaré en tu presencia todos los días de mi vida.
DIA 24: A TU SOMBRA ME COBIJO MIENTRAS PASA LA
CALAMIDAD
Lectura cristológica.
Jesús vive en manos del Padre. la primera y última palabra
del evangelio en boca de Jesús es Padre. No sabías que me debo a las cosas de
mi Padre. En tus manos Padre encomiendo mi vida. Tu eres un Padre para mí y yo
tu hijo amado. Estoy en tus manos me tienes en tu pensamiento y tu corazón. Tu
Señor me conoces y me amas. Tu riges todo con sabiduría y poder. Tu me
estrechas por detrás y por delante y me cubres con tu palma.
Jesús nos ha dado a conocer al Padre. No tengáis miedo a los
que pueden matar el cuerpo. Como llama a cada estrella por su nombre y conoce a
los pajarillos del campo vosotros valéis más que los pájaros y no se pierde ni
un solo cabello sin su consentimiento. Por mucho que os preocupéis ¿podéis
añadir una sola hora a vuestra vida? El Padre sabe dar a cada tiempo lo que
necesitáis.
Mi corazón está firme te daré gracias ante los pueblos por
tu bondad que es más grande que los cielos, tu fidelidad que alcanza las nubes.
Ni la tiniebla es oscura para ti y la noche es clara como el día.
Sal 56
El salmista encuentra protección cobijado en manos de Dios.
Me refugio a la sombra de tus alas mientras pasa la calamidad. Tu conoces hasta
el fondo de mi alma, no desconoces cada uno de mis huesos.
Aunque hayan tendido una red a mis pasos para que sucumbiera
y cavado ya la fosa confiaré en el Señor. Aunque se cierna la noche tenebrosa
aguardaré en tu misericordia. Despertaré a la aurora invocando al Dios
altísimo. Misericordia, Dios mío, misericordia. Desde el cielo me enviará su
salvación, enviará su gracia y su lealtad.
En mi debilidad tú me haces fuerte, en mi fragilidad tu me
haces firme. Elévate sobre el cielo, muestra tu poder y ven a salvarnos. Tu
enviarás tu gracia y mantendrás tu fidelidad de generación en generación.
Cada día amaneceré invocando tu nombre evocando tu
Resurrección aguardando y esperando la salvación, confiando en el Dios que me
ama y que hace tanto por mí. Proclamaré tu bondad que es más grande que los
cielos, tu fidelidad que alcanza las nubes.
DIA 25: DIOS RESTABLECIO LA JUSTICIA RESUCITANDO A
SU HIJO
Lectura cristológica.
Jesús se abandona en el Padre y deja que sea él quien
dictamine y tenga la última palabra. Dios quiso salvar al mundo dándose a
conocer por medio de Jesucristo. La vida eterna es que reconozcan al Dios de
Jesucristo como el Dios verdadero. La condena está en el que rechaza a Cristo y
su mensaje.
No he venido a condenar al mundo sino a salvarlo. No seré yo
el que condene sino el hombre que no acepte mi mensaje, mi propio mensaje le
condenará al no haber creído.
Jesús nos ha revelado el auténtico rostro de Dios. Dios es
misericordioso y quiso poner un límite al mal con su misericordia. No hemos de
tomar la justicia por nuestra mano. No recurráis a la violencia sino venced el
mal con el bien. Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Ser
misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso.
El mensaje del evangelio nos revela el corazón de Dios. El
remedio contra el mal es el perdón. En medio de un mundo lacerado por el odio y
la maldad, sed misericordiosos. Perdonar para que todos encuentren la
misericordia de Dios.
Sal 57
El hombre es libre de reconocerlo o de rechazarlo. El pecado
es apartarnos de Dios. Vosotros que seguís vuestro propio albedrío y os
levantáis como jueces inicuos para someter a los hombres según vuestro provecho
y beneficio seréis como las babosas que se arrastran por el suelo. Seréis como
la paja que se lleva el viento, como flor que se marchita, como hierba
pisoteada.
El mal entró por la desobediencia. No dejéis corromper
vuestro corazón, porque del corazón corrompido brota la injusticia. Los que
planeáis delitos seducidos por la serpiente serán exterminados de la tierra. Dios
se alzará como protector de los pobres y oprimidos que heredarán la tierra.
Practicad la justicia defendiendo a los pobres y oprimidos. Felices
los que buscáis extender mi reino trabajando por la paz denunciando la
injusticia como lo hicieron los profetas. Alegraos cuando seáis perseguidos por
ser justos y buenos porque os espera una gran recompensa.
DIA 26: QUE TU FAVOR SE ADELANTE OH DIOS
Lectura cristológica.
Por la mañana aclamare tu misericordia y por la tarde
cantare tu fuerza. Este salmo personifica la oración del pobre y afligido que
encarna Jesús. Padre Señor del cielo y de la tierra. Te doy gracias porque has
querido revelar los secretos del reino y de tu corazón a los pobres y pequeños
Este es mi siervo a quien he elegido, yo le amo y él es toda
mi alegría. No estéis preocupados que vais a comer o beber para poder vivir.
Vosotros buscad su reino y todo lo bueno que hay en él. No os inquietéis por el
día de mañana, cada día tiene bastante con su propio afán.
Jesús se encuentra en medio del dolor y la aflicción pero
permanece en la oración y la súplica. Mira que estoy acechado y me acosan los
poderosos. Alza su voz: líbrame, protégeme, sálvame. Confiesa tu eres mi
alcázar, mi refugio, mi escudo.
Señor sal a mi encuentro, que tu favor se adelante cada día.
Despierta y ven a mi encuentro. Por la mañana es el tiempo de la gracia. Antes
de que salga el sol empieza la jornada en oración y la termina por la tarde
aclamando tu misericordia.
Sal 58
Jesús nos enseña a hacer de la oración nuestra forma de
vivir, nuestra vida cotidiana. Jesús busca a Dios como el aire para respirar. Me
levantaré cada mañana buscando tu favor y terminaré el día proclamando tu
misericordia.
El salmo nos previene de la autosuficiencia, viven sin tener
presente a Dios y les mueve la soberbia insolente. Sueltan la lengua como
puñales. Dan vueltas buscando satisfacer su vientre. Van gruñendo hasta
hartarse. Vagan ladrando como perros salvajes. Profieren mentiras y
maldiciones. Quedarán prendidos en su arrogancia.
Despierta tu poder y ven a salvarme. Parece que Dios duerme
pero a pesar de todo confía plenamente en el Señor. También nosotros
necesitamos abrir nuestro corazón a Dios cuando nos vemos asediados. Necesito
un lugar donde sentirme seguro. Tu mi alcázar me comunicas tu fuerza y me
libras de los temores que me asaltan. Por la mañana invocaré tu nombre y por la
tarde proclamaré tu misericordia.
DIA 27: DIOS HABLO DESDE SU MORADA
Lectura cristológica.
Ante un mundo roto y dividido pedimos el Espíritu que venga
en ayuda de nuestra flaqueza. La ayuda del hombre es inútil si tú no habitas en
ella. Renueva, repara las grietas de la Iglesia. Auxílianos, restáuranos,
guíanos con Dios haremos proezas.
Acercándose a Jerusalén antes de su partida a la casa del Padre nos implora. cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina reune a sus pollitos bajo sus alas. Si hoy reconocieseis mi venida. no cerreis y endurezcais el corazón Llorareis y gemiréis porque seréis odiados e incomprendidos.
Más no estéis angustiados ni tengáis miedo. No os dejaré huérfanos. Os enviaré
mi Espíritu que os guiará. En el mundo tendréis sufrimientos pero ánimo yo he
vencido al mundo.
Jesús es el ungido por Dios, portador del Espíritu. El Espíritu
esta sobre mí. El me ha enviado a sanar los corazones destrozados y vendar sus
heridas. Jesús fue elevado al cielo y habló desde su morada. Como el Padre me
envió así yo os envio. Jesús pide por los suyos. Padre protégelos del maligno.
No te pido que los saques del mundo sino que los defiendas del maligno.
Sal 59
Cuando todo se desmorona y parece derrumbarse tu nos
prometes tu auxilio. Con Dios realizaremos proezas. El derrotará a nuestro
adversario. No temáis yo he vencido al mundo. El Señor se eleva sobre todos los
pueblos y desde allí se abaja para mirar la tierra. No, yo no olvido a los
hombres, comienza vuestra tarea. Este es el tiempo del nacimiento de la
Iglesia, es el tiempo de la misión de proclamar su grandeza. Con el Espíritu
haremos proezas.
Frente al ateísmo y el secularismo no nos quitas del mundo,
nos quieres cercanos a los hombres nuestros hermanos. Frente un mundo dividido
por las discordias, nos quieres en el mundo como fermento de paz y unidad.
Testigos de fe y esperanza en un mundo desalentado y desorientado.
El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de
Israel. No podemos quedarnos encerrados en nuestro torreón. Hemos de derribar
los muros que hemos levantado. Parece que no hay lugar para ti en nuestras
ciudades y sin embargo tú estás aguardando en cada corazón.
Dios habló desde su morada. ¿Quién me conducirá hasta mi
morada en Sión? Triunfante ocuparé Siquem. Tu nos envías a nuestras ciudades
para hacerte presente en medio de las realidades que viven.
El Espíritu nos ha ungido y enviado, nos ha sido para
prolongar la misión del Hijo. Para levantar del polvo as desvalido, para alzar
de la basura al pobre, para anunciar la Buena Noticia a los pobres, para
levantar testigos en las plazas.
DIA 28: VIVIRÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR
Lectura cristológica.
Jesús nos prometió el Espíritu y nos lo dio como lluvia
temprana que empapa la tierra. Ahora sois mi morada. Yo habitaré siempre en mi
morada. Yo cuidaré de vosotros para que nadie se pierda. Podrás vivir al amparo
de mis alas.
No he sido elevado al cielo para olvidarme de la tierra, no
os dejaré huérfanos mi Padre y yo vendremos para hacer morada en vosotros. Yo
habitaré siempre entre vosotros. Mi corazón estará abierto día y noche para
atender vuestros ruegos.
Os revestiré de gloria y de poder y os sentaré como
príncipes para reinar sobre la tierra. La gobernareis y cuidareis de ella con
amor. Mi gracia y fidelidad te harán guardia. Yo iré cumpliendo mis promesas
día tras día. Yo seré vuestro amparo, baluarte, refugio, el bastión que os
proteja del enemigo.
Sal 60
El hombre se afanó por levantar una morada digna para el Señor.
Dios mismo quiso levantar su morada entre los hombres. En Cristo puso su morada
para que su presencia llenara la tierra. somos familia de Dios. Somos
ciudadanos del cielo nuestra verdadera patria. A los que veneran mi nombre y
atienden mis preceptos tu les darás una morada eterna.
Como dijo Dios a David: no hay quien pueda contener mi
presencia, ni en lo alto de los cielos ni abajo sobre la tierra. Desde el día
en que saqué de Egipto a mi pueblo no habité en ningún templo. No serás tú
quien edifique una Casa en mi nombre. Será un descendiente tuyo quien la
edifique.
Yo moraré entre los hombres en un lugar sin puertas ni
barreras de día y de noche. Yo estaré en tu Siervo, que tus ojos estén abiertos
ante él día y noche escuchando la oración que tu Servidor te dirige en este
lugar.
DIA 29: DESAHOGAD ANTE EL VUESTRO CORAZON
Lectura cristológica.
En Cristo Dios estableció su morada y nosotros podemos
descansar en Dios porque él está con nosotros. Descansa en Dios alma mía y
desahogad ante él vuestro corazón. Dadle todo vuestro corazón
Pueblo suyo confiad en él. No confiéis en creaturas que son
apariencia y pesan lo que un soplo. El ser humano es débil y efímero. Sin embargo,
el amor de Dios es estable y firme. Aunque estamos juntos siempre hay una
sombra de división, una sombra, una fisura, una herida, una sed que nadie puede
saciar.
Cristo habiendo amado a los suyos los amó hasta el extremo.
Les he dado a conocer tu amor y se lo seguiré dando a conocer para que el amor
con que tu me has amado este en ellos y yo mismo en ellos. El Espíritu es el
amor que une al Padre y al Hijo en unidad perfecta. Este amor ha sido derramado
en nuestros corazones para que nosotros podamos amar de forma gratuita e
incondicional. Nosotros no sabemos ni podemos amar como conviene pero el
Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad y flaqueza.
Sal 61
Nos hiciste para ti Señor y nuestro corazón no reposará
hasta descansar en tí. El corazón tiene que desahogarse y entregarse a Dios,
solo él es la fuente, que saciará nuestra sed que curará nuestra herida. El
Espíritu nos hace capaces de amar sin condiciones a todas las personas.
A veces tenemos el corazón herido, partido, abatido y no
sabemos a quién acudir. Tu corazón permanece siempre abierto. Sentimos la
tristeza, el desengaño, la frustración, el cansancio, el desánimo. No os hagáis
falsas ilusiones. Nadie ni nada de este mundo podrá colmar nuestras
expectativas. No confíes en seres de barro imperfectos, limitados. Desahogad en
Dios vuestro corazón.
La vida se nos va cuando perdemos el amor y nos quedamos
apagados. Sentimos nostalgia de amor. A pesar de la desilusión que
experimentamos por fuera mira a tu interior. En nuestro interior esta la fuente
que calmará nuestra sed. Solo el amor de Dios es firme y verdadero.
El verdadero amor conlleva un querer más hondo, una decisión
del corazón que involucre toda la existencia. En medio de un conflicto no
resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón.
Hemos de mantener viva la decisión de amar aunque a veces cueste y suponga
dolor.
DIA 30: MI ALMA TIENE SED DE TU AMOR
Lectura cristológica.
Jesús no busca en nosotros sino una respuesta a su amor. Por
ti madrugo a ti me dirijo cada día. Todo mi ser tiene sed de ti. Tu amor vale
más que la vida. Me saciaré con manjares sustanciosos hasta vivir de ti i para
ti. Toda mi vida está unida a ti. Te alabaran mis labios y mi boca proclamara
tu alabanza.
Buscad sin descanso el amor. Vivid en el amor. Somos de
Cristo. Le pertenecemos a Cristo. Padre Santo haz que vivan unidos a mí. Aquí estoy
yo con los mios, los que Dios me ha dado.
Jesús insiste en permanecer unidos a la fuente. Permaneced
unidos a mí como yo lo estoy a vosotros. Separados de mí no podéis hacer nada.
Como el Padre me ama a mí así yo os amo a vosotros.
Sal 62
Mi vida tiene ansia de ti. Sin ti nada soy. Soy como tierra
reseca agostada sin agua. Nuestro mundo roto y dividido solo se renovará desde
corazones renovados necesitamos de una revolución, la que nos impulsa el amor.
Tantas veces vivimos presos en nuestras prisiones,
encerrados en nosotros mismos, presos de muros y de máscaras por miedo a
revelarnos tal cual somos, a no ser valorados. Todos vamos buscando amor,
reconocimiento, afirmación. La peor enfermedad es la pérdida del amor.
Podemos hacer nuestra la secuencia de Pentecostés: Ven
Espíritu de Amor, fuente del mayor consuelo, amable huésped del alma, calienta
nuestra frialdad, brisa en horas de bochorno, paz en las horas de duelo.
Entra en lo más hondo del alma, lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestros desiertos, cura nuestras heridas, doblega nuestra soberbia,
luz que penetra las almas, endereza nuestras sendas llena los corazones y
enciende en ellos el fuego de tu amor. Entra y siéntete conmigo como en tu casa.
Conclusión
Hemos celebrado la fiesta de Pentecostés, irrupción del
Espíritu que hace nuevas todas las cosas. Tiempo de gracia de kairos de
inicio de una tierra nueva. Tiempo de renovación que apunta a la restauración
final. Haz que venerando estos sagrados misterios podamos experimentar los
frutos de la Redención.
Comenzamos esta serie de oraciones con la invocación Espíritu Santo Ven, llena los
corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Renueva la faz de la tierra. Renueva nuestros corazones. Pedimos al Señor que
entre hasta el fondo de nuestros corazones y los renueve porque toda renovación
empieza desde dentro del corazón.
Miremos hacia dentro y examinemos como vivimos como
construimos si es sobre la roca de su Amor o sobre barro. Los titanes se
creyeron semidioses. Se creyeron omnipotentes pero vieron derribarse el ídolo
de autosuficiencia que se habían construido. A veces vamos como caballos
desbocados que antes o después caen por tierra y son derribados.
Buscad en todo el amor. Si nos falta el amor no somos nada,
de nada me aprovecha. El amor es lo que permanece. Fuimos elegidos y amados y
destinado a dar fruto. Dichosos vosotros cuando lo pongáis en práctica.
El fruto del Espíritu es el amor. El amor es lo que renueva
y hace nuevas todas las cosas. El amor nos dinamiza y nos unifica. El amor
unifica nuestro ser, nuestro cuerpo (el carro), nuestras emociones (el
caballo), nuestra mente (el jinete).
El camino de santificación es la obra del Espíritu del Amor.
Es un camino que conlleva aceptar nuestros errores, puede que nos equivoquemos,
pero podemos levantarnos.
Aceptar nuestras ambigüedades y polaridades, nuestras
emociones y sentimientos. Todo el mundo tiene que lidiar con sentimientos
positivos y negativos, momentos de ánimo y de desánimo. Lo importante es no
desfallecer. Aceptar las dificultades, las limitaciones, las debilidades, la
enfermedad, el cansancio, el dolor como parte de nuestro ser humanos y no
superhombres.
Se trata no de un perfeccionismo de mantener una imagen
ideal sino de mantener el amor vivo en todas las situaciones de la vida.
Felices seréis si permanecéis en mi amor. El secreto de la felicidad no está en
la búsqueda de resultados o eficacias humanas. La felicidad no viene de del no
fallar sino de aprender a levantarse una y otra vez. Debemos sencillamente de
intentar crecer en el amor.
Disfrutar de lo que vivimos, de las cosas buenas de la vida,
sabiendo que cada día tiene su afán. El Espíritu nos ayuda a dar sabor a lo que
hacemos y vivimos. En todo hacemos lo que podemos intentando hacerlo bien. Buscar
tanto el bien propio como el de los demás. La presencia del Espíritu se ordena
al bien de todos. La presencia del Espíritu se ordena al bien de todos. Esta es
la promesa del Espíritu que Jesús nos da, confiad, yo estoy con vosotros,
estamos en él.
El Espíritu de Jesús se une a nuestro espíritu y viene en
ayuda de nuestra flaqueza a hacernos experimentar hijos de Dios y hermanos de
todos los hombres. Pedimos que el Espíritu nos renueve para que podamos
experimentar sus dones y frutos.
Ven Espíritu Santo a iluminar nuestra mente e inteligencia y
cambiar nuestra manera de pensar. Danos tu luz para poder descubrir el sentido
de la vida, del sufrimiento, de la humillación dentro del plan de Dios
Ven Espíritu Santo a cambiar nuestros corazones para que
amemos como Cristo ama. Sana nuestro corazón herido y danos tu calor, dulce
huésped del alma, enjuga nuestras lágrimas fuente del mayor consuelo.
Ven Espíritu Santo y mueve nuestra voluntad para que
actuemos según Dios según las inspiraciones divinas. Danos experimentar tu
victoria, que tu amor es más fuerte que nuestro pecado y podamos sobrellevar la
dificultad con paciencia y templanza.
Este es el tiempo de la gracia (Kairos), el tiempo del amor.
Celebramos la victoria del amor. La vida nueva en el Espíritu es un nuevo
nacimiento, una vida en Cristo que vivida en Cristo busca hacer la voluntad del
Padre. Los que son de Cristo son hombres nuevos, han crucificado la carne para
vivir del Espíritu.
































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