sábado, 28 de junio de 2025

ORACIONES DE JUNIO

 

ORACIONES MES DE JUNIO

 

EL CAMINO DE PURIFICACION DEL CORAZON

(ELCAMINO DEL DESCENSO DEJANDO QUE LA LUZ ILUMINE LA OSCURIDAD)

 


INTRODUCCION

Estas oraciones corresponden al final del tiempo Pascual. Tras la celebración de la Ascensión y la celebración de Pentecostés, es un tiempo jubilar, tiempo de gracia y de renovación, transformación, resurrección. Este mes de Junio está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. La invitación por parte de Jesús es entrar, habitar en su corazón y adquirir sus mismos sentimientos. De su corazón brota una fuente, torrente, inagotable de amor que no tiene fondo y se derrama de generación en generación. Hemos celebrado unas fiestas preciosas que nos ayudan a seguir ahondando en el misterio de nuestra fe como La Santísima Trinidad, el Corpus Christi, Cristo Sumo sacerdote y la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y el Sagrado corazón de María. Jesús desea que lo encontremos latiendo en lo más profundo del corazón. No temamos abrirle el corazón para que él pueda transformarlo hasta latir al ritmo de su corazón. 

Material de apoyo: (Para estas oraciones se ha utilizado el libro de André Daigneault, el camino de la imperfección, la santidad de los pobres)

Los Salmos encierran una riqueza inagotable. Como toda la Palabra de Dios están escritos para nosotros para hacer de ellos nuestra oración. Estas oraciones se centran en  la conversión del corazón.

Señor: Renueva la faz de esta tierra. No existe renovación por fuera que no parta de una renovación interior. He querido resaltar este aspecto como tiempo de renovación interior y dar el énfasis a la necesidad de cambiar el corazón. El Espíritu hace nuevas todas las cosas. Queremos abrirnos a la acción del Espíritu que viene en ayuda de nuestra flaqueza.

En la lectura de los salmos he utilizado dos claves de lectura. Una lectura cristológica y otra existencial. Representan el modo de orar de Jesús, hecho hombre, que oraba los salmos como hombre de su tiempo y del hombre de hoy que hace suya la oración del salmista.

Lectura cristológica. Jesús hecho hombre tuvo que aprender a orar. Aunque como buen judío oraba con la Torah y los profetas, los salmos fueron como la escuela de oración más familiar y cotidiana (escritos en esta clave como revelación, plenitud; Cristo es la imagen). Son muchas las referencias a los salmos que aparecen en los evangelios. Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en los salmos referentes a mí (Lc 24,44)

Lectura existencial. El hombre que ora con los salmos ora desde las múltiples facetas de la existencia humana. Dominan dos actitudes básicas la súplica y la alabanza. Cuando reza el salmista reza no en abstracto sino con el corazón, con palabras que salen de dentro. El pueblo de Israel los compuso insertos en la historia de salvación (escritos en clave del pueblo judío como preparación, representación y anuncio de lo que iba a venir) Ahora nos toca a nosotros tomar sus palabras y hacer de ellas la expresión de nuestra existencia cristiana (escritos como proyección para lo que había de venir en la etapa final para la posteridad)

Considerando los salmos como palabra de Dios viva y eficaz (espada de doble filo que escruta los corazones), los salmos siguen todo un proceso, un proceso de conversión y transformación interior. Es lo que vamos a tratar de profundizar en esta lectura orante de los salmos.


EL CAMINO DEL DESCENSO: BAJAR PARA SUBIR

Solo bajando a las profundidades del ser, reconociendo nuestra realidad más profunda de pobreza radical podemos dar con la fuente inagotable de su misericordia y dejarnos transformar dejando que su luz (El Espíritu) nos pueda trasformar. Es necesario bajar (la anabasis) para subir con él (la anástasis).

La perfección y la santidad no se consigue a base de méritos y puños sino siguiendo el “caminito”de la humildad. Subir bajando o bajar para después subir (dejarnos levantar). No hay verdadera santidad sin humildad.

Así todos podemos alcanzar la santidad, no subiendo sino bajando, a partir de la más sórdida bajeza. Pretender ser justificados por las propias obras es glorificarse así mismo y usurpar la gloria a Dios (raíz del pecado).

Dios quiere darse a conocer y permite situaciones de empobrecimiento para tocar fondo, para purificarnos y desapegarnos de las virtudes y caminar con un corazón pobre y desarmado con humildad y simplicidad de corazón.

BAJAR HASTA EL FONDO. HASTA LAS PROFUNDIDADES (De profundis)

La “sombra” queda enterrada y oculta en el inconsciente y necesita aflorar. La “sombra” comporta el lado oscuro de nuestro psiquismo, los deseos no reconocidos, los aspectos reprimidos. Se trata del “lado negativo” de nuestra personalidad, la suma de todos aquellos aspectos desagradables que deseamos ocultar. Cuando nos negamos a aceptar esa parte de nuestra personalidad termina tornándose hostil. Todo lo que reprimimos nos debilita hasta el momento que lo reconocemos y descubrimos que constituye una parte de nosotros mismos.

LA SOMBRA. LA HERIDA

La sombra es ese rincón inconsciente donde enterramos, temores y verdades incómodas. Ignorar la sombra no es eliminarla. Lo que no se afronta termina por gobernarnos. La sombra sigue actuando muchas veces disfrazada de impulso, de reactividad o de patrón repetido. Vivimos entre máscaras, filtros y emociones reprimidas. Es preciso un camino de interiorización, un proceso de individuación de reconocimiento de la sombra, del ego (falso yo) y la herida. No se trata de ser perfectos sino de ser íntegros.

Nuestra “sombra” responde a esa parte del inconsciente que complementa el “ego” y que representa aquellas características que nuestra personalidad consciente no se desea conocer y por ello las repudia, olvida o destierra a las profundidades de nuestro psiquismo. Son muchos los sentimientos que son reprimidos, rechazados por el “ego” y que determinan lo que está permitido y no lo está. Así pues “la sombra” se refiere al lado oscuro de nuestro psiquismo, que no queremos ver y rechazamos, el lado negativo de nuestra personalidad. La “sombra” se reviste de numerosos disfraces.

EL DESCUBRIMIENTO DE LA SOMBRA

Precisamos descubrir, desenmascarar y despojarnos de la “máscara” (falso yo) para dar con el “ego”, el yo real. Aunque la tratamos de ocultar la “máscara” tiene una gran influencia en nosotros. Nosotros no podemos percibir directamente el dominio oculto. Por su misma naturaleza, es difícil de reconocer. El descubrimiento de la “sombra” tiene por objeto fomentar nuestra relación con el inconsciente y expandir así nuestra identidad. Se precisa articular nuestras actitudes conscientes con nuestras profundidades inconscientes.

Llegan momentos de crisis donde mi fortaleza se torna vulnerabilidad. Todo mi temperamento equilibrado se desvanece en nada y la vida parece desbaratarse de repente y “tocar fondo”. Cuando se “toca fondo” nuestra reacción frente el poder y la adversidad desnudan el alma y desvelan nuestra parte inconsciente.

EL CONOCIMENTO DEL YO REAL

Tratamos de guardar las apariencias y comenzamos a negar o reprimir la “sombra” relegándola al mundo subterráneo. Tratamos de mantener “una imagen positiva” que nos lleve a ser reconocidos y aceptados por los otros. Eso que reprimimos forma parte de mi ”falso yo”, de mi yo enajenado. El “falso yo” es la fachada que erigimos para llenar el vacío originado por la represión, por la falta de una satisfacción adecuada a nuestras necesidades. El tratar de salvaguardar la imagen como instinto de supervivencia, tratar de desviar nuestra atención me lleva a disimular y ocultar la “sombra”. A veces la “sombra” resulta demasiado dolorosa como para poder ser reconocida como propia (justificación, proyección)

BAJAR HASTA EL POZO DE NUESTRO YO

Hemos de dejar a Dios bajar hasta lo profundo de nosotros mismos para subirnos y elevarnos con su gran misericordia. Bajar es como adentrarse en lo más profundo de nuestro ser, reconocer lo insignificantes que somos en la inmensidad de Dios. (La humildad es andar en verdad). Hay “zonas oscuras” en nuestra vida que no debemos tener miedo de exponerlas a Dios. Es una invitación para palpar el amor de Dios en esas “zonas oscuras”, en las “heridas. Las heridas nos pueden hacer crecer y madurar en su amor. Quién ha sentido más el dolor puede hacerse aún más compasivo. Hay zonas que necesitamos aún sanar y cicatrizar, donde parece que hemos fracasado, donde hemos palpado nuestra limitación, flaqueza, debilidad, pecado. Dios está ahí siempre, ha estado ahí siempre.

  • El eclipse de conciencia. La pérdida del sentido del pecado.

La pérdida de la vinculación entre el bien y la verdad, el elogio de una libertad subjetiva desvinculada con el bien y la verdad nos lleva al subjetivismo, al relativismo ético y moral, a la ruptura de los vínculos y a la pérdida de los valores donde se fundamenta la vida y la dignidad de la persona. Se pierde la autenticidad, la trasparencia y se cae en la falsedad y la doble vida.

  • La corrupción del corazón 

Lo que sale del hombre tiene la raíz en su interior. Del corazón del hombre salen las malas intenciones, la inmoralidad, los robos, los asesinatos, la codicia, la envidia, la injuria, el orgullo, la maldad. (Mc 7, 22) 

El deterioro, la degradación y la corrupción que vivimos en nuestro mundo ha de llevarnos a un examen más profundo. Si vamos a la raíz de toda esta crisis humanitaria llegaríamos a descubrir la corrupción del corazón. El corazón es concebido como la sede, como el centro de nuestros sentimientos, convicciones y determinaciones. La corrupción del corazón conlleva la corrupción del hombre entero. El hombre se deshumaniza al perder su vínculo sagrado. La pérdida del valor sagrado se pierde toda conciencia y se permite todo. Se rompen los vínculos y se traspasan todos los límites. Se falsea la verdad, se violenta la libertad, se da rienda suelta al odio y la maldad.

  • Examinar cómo está nuestra afectividad y sensibilidad

Conviene examinar como nos relacionamos, como tocamos y nos ponemos en relación con los demás. Desde el utilitarismo o desde la gratuidad. Con el tacto podemos mostrar amor, ternura, cercanía pero también podemos buscar nuestro propio gusto y placer. Una caricia puede estar cargada de afecto y de ternura o ser libidinosa y cargada de lujuria. No se trata de caer en puritanismos sino dejar a Jesús que cure nuestras heridas.

En lugar de vivir conectados, interconectados, interdependientes, la corrupción del corazón nos hace caer en la indiferencia, el egoísmo, el individualismo. El utilitarismo. La fragmentación, y corrupción del corazón conlleva la desvinculación. Se pierde la referencia del otro, del bien común, de la solidaridad de la ayuda mutua. 

  • La sequía en el corazón

El eclipse de Dios conlleva la ruptura con nuestro vínculo primordial, con la fuente de la verdad, el bien y el amor. El eclipse de Dios lleva consigo el eclipse del hombre. La desvinculación con Dios y el apego a los falsos ídolos derivan en la corrupción y sequía del corazón. La corrupción del corazón conlleva una distorsión y deformación de los conceptos de conciencia y libertad. La pérdida de la conciencia, del valor sagrado, del sentido moral conlleva una degradación sin límites. La deformación de la verdad nos lleva a una cultura fragmentaria que conlleva la violación de los derechos, a generar desigualdades a crear barreras y diferencias que parecen insalvables basadas la cultura del lucro y del descarte. Son tantos los que quedan excluidos, marginados, desprovistos de su dignidad de personas y considerados como meros objetos producto de descarte.

LA RAIZ DEL MAL: UN DOBLE MAL HIZO MI PUEBLO

“Se apartaron de la fuente y se fueron a beber a cisternas agrietadas de aguas infectadas”

El eclipse de Dios nos ha llevado al eclipse del hombre y al eclipse del amor. Lo que resulta más contradictorio es que el amor de Dios no sea reconocido y amado, al contrario, encuentre en los hombres dureza, desprecio e ingratitud. Juan Pablo II en su encíclica Evangelium vitae (EV 20-22) examina las causas del deterioro y vayamos a la raíz del corazón.

En la búsqueda de las raíces más profundas de la lucha entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte, no basta detenerse en la idea perversa de libertad anteriormente señalada. Es necesario llegar al centro del drama vivido por el hombre contemporáneo: el eclipse del sentido de Dios y del hombre, característico del contexto social y cultural dominado por el secularismo, que con sus tentáculos penetrantes no deja de poner a prueba, a veces, a las mismas comunidades cristianas.

Quien se deja contagiar por esta atmósfera, entra fácilmente en el torbellino de un terrible círculo vicioso: perdiendo el sentido de Dios, se tiende a perder también el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida. A su vez, la violación sistemática de la ley moral, especialmente en el grave campo del respeto de la vida humana y su dignidad, produce una especie de progresiva ofuscación de la capacidad de percibir la presencia vivificante y salvadora de Dios.

  • Se alejaron de Dios y se alejaron de los hermanos

En el libro del Génesis tras la ruptura radical que supone el pecado original nos deja ver toda una espiral de degradación del corazón. El hombre pasa de ser hermano, custodio y guardián de su hermano a un fratricida ¿Dónde está tu hermano? (Gn 4,9)

Hay un aspecto aún más profundo que acentuar: la libertad reniega de sí misma, se autodestruye y se dispone a la eliminación del otro cuando no reconoce ni respeta su vínculo constitutivo con la verdad. Cada vez que la libertad, queriendo emanciparse de cualquier tradición y autoridad, se cierra a las evidencias primarias de una verdad objetiva y común, fundamento de la vida personal y social, la persona acaba por asumir como única e indiscutible referencia para sus propias decisiones no ya la verdad sobre el bien o el mal, sino sólo su opinión subjetiva y mudable o, incluso, su interés egoísta y su capricho.

Con esta concepción falsa de la libertad, la convivencia social se deteriora profundamente. Si la promoción del propio yo se entiende en términos de autonomía absoluta, se llega inevitablemente a la negación del otro, considerado como enemigo de quien defenderse. Se pierden los vínculos recíprocos: cada cual quiere afirmarse independientemente de los demás, incluso haciendo prevalecer sus intereses. Sin embargo, frente a los intereses análogos de los otros, se ve obligado a buscar cualquier forma de compromiso, si se quiere garantizar a cada uno el máximo posible de libertad en la sociedad. Así, desaparece toda referencia a valores comunes y a una verdad absoluta para todos.

No se trata de buscar los culpables para convertirnos en verdugos. Todos somos culpables. No podemos decir que nuestras manos están limpias, están manchadas de sangre. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. (Jn 8, 8 ) Fuimos llamados a vivir como hijos, como hermanos, en fraternidad, a vivir en el amor, la confianza. El eclipse de Dios nos ha llevado al eclipse del hombre y al eclipse del amor. Hemos de profundizar en las causas e ir a la raíz. 

  • El eclipse de Dios nos ha llevado al eclipse del hombre y al eclipse del amor.

¿Dónde están las raíces de una contradicción tan sorprendente? Cuando se pierde el sentido de Dios, también el sentido del hombre queda amenazado y contaminado, como afirma lapidariamente el Concilio Vaticano II: La criatura sin el Creador desaparece... Más aún, por el olvido de Dios la propia criatura queda oscurecida. El hombre no puede ya entenderse como  misteriosamente otro respecto a las demás criaturas terrenas; se considera como uno de tantos seres vivientes, como un organismo que, a lo sumo, ha alcanzado un estadio de perfección muy elevado. Encerrado en el restringido horizonte de su materialidad, se reduce de este modo a una cosa, y ya no percibe el carácter trascendente de su existir como hombre. No considera ya la vida como un don espléndido de Dios, una realidad sagrada confiada a su responsabilidad y, por tanto, a su custodia amorosa, a su veneración. La vida llega a ser simplemente una cosa, que el hombre reivindica como su propiedad exclusiva, totalmente dominable y manipulable.

Una vez excluida la referencia a Dios, no sorprende que el sentido de todas las cosas resulte profundamente deformado, y la misma naturaleza, que ya no es mater, quede reducida a material disponible a todas las manipulaciones. A esto parece conducir una cierta racionalidad técnico-científica, dominante en la cultura contemporánea, que niega la idea misma de una verdad de la creación que hay que reconocer o de un designio de Dios sobre la vida que hay que respetar. Esto no es menos verdad, cuando la angustia por los resultados de esta « libertad sin ley » lleva a algunos a la postura opuesta de una « ley sin libertad », como sucede, por ejemplo, en ideologías que contestan la legitimidad de cualquier intervención sobre la naturaleza, como en nombre de una « divinización » suya, que una vez más desconoce su dependencia del designio del Creador. En realidad, viviendo « como si Dios no existiera », el hombre pierde no sólo el misterio de Dios, sino también el del mundo y el de su propio ser. 

  • Un hombre herido de amor, de corazón enfermo

En palabras del profeta Jeremías dos pecados han cometido mi pueblo: se apartaron de mi, que soy fuente de agua viva y se han ido a excavar cisternas rotas incapaces de retener las aguas (Jer 11, 13)

La enfermedad se produce cuando bajo la influencia de desviadores, el hombre desvía los polos y las facultades de su sentido natural que está en Dios. La enfermedad es algo que va en contra de nuestra naturaleza que nos hace daño y que necesita ser tratado para no empeorar nuestro estado. Se rompe el sano equilibrio y se produce una desintegración.

El eclipse del sentido de Dios y del hombre conduce inevitablemente al materialismo práctico, en el que proliferan el individualismo, el utilitarismo y el hedonismo. Se manifiesta también aquí la perenne validez de lo que escribió el Apóstol: Como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, Dios los entregó a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene (Rm 1, 28). Así, los valores del ser son sustituidos por los del tener. El único fin que cuenta es la consecución del propio bienestar material. La llamada calidad de vida se interpreta principal o exclusivamente como eficiencia económica, consumismo desordenado, belleza y goce de la vida física, olvidando las dimensiones más profundas las relacionales, espirituales y religiosas de la existencia.

Existen numerosos problemas que nos impiden crecer y que pueden provocar trastornos mentales o enfermedades mentales. Necesitamos ser curados de la apatía, el aburrimiento, el vacío nacido de la alienación experimentada de la naturaleza, de otras personas y de nosotros mismos. En tu tristeza, dolor y pena, volved a Aquel que tiernamente os ayudará. El Señor tomará lo que ha sido estropeado y arruinado por el mal para convertirlo en algo hermoso y bueno. 

LOS SINTOMAS DE NUESTRO CORAZON HERIDO Y ENFERMO

Diríamos que abandonando la fuente del amor el hombre entra en un proceso degenerativo que le va abocando cada vez más hacia el mal. Lo resumiríamos en una sola frase la degeneración, corrupción o perversión del amor.

Vamos a detenernos en algunos síntomas pero no para quedarnos en pobres diagnósticos sino para intentar ir a la raíz y curarnos del mal ¿De dónde surge el malestar, la impaciencia, la cólera, la amargura, los arrebatos, el rencor, la acedia, la pusilanimidad, la mezquindad? Los brotes malos proceden de un corazón herido y enfermo. La etiología de enfermedad viene de “in firmus” un corazón endeble , infirme que no hace pie en sí miso.

Un gran paso es reconocer el corazón enfermo. Debemos empezar a aceptándolo con humildad. Se precisa detectar todos esos sentimientos desoladores que provocan insatisfacción, desgana, amargura, frustración y que proyectamos fuera con descontento y murmuración. Se precisa de un autoexamen tratando de ver cómo me comporto, el porqué de mi comportamiento, para viendo las causas tratar de subsanar los malos brotes no alimentándolos para que no hagan daño sino de corregirlos para dar frutos buenos. Todo esto supone de una paciente poda. Se dan en nosotros actitudes perturbadoras, actitudes infelices y atormentadoras, que son un obstáculos para una vida sana en paz con nosotros mismos y con los demás que nos roban la felicidad y son la causa de una vida atormentada.

  • La insatisfacción, la amargura

Cuando dejemos de amar, actitudes atormentadoras te asaltarán, amargura, resentimiento, resentimientos sombríos y rencorosos. Necesitamos ser sanados y cambiar la amargura con el ungüento suave de la alegría. No podemos cambiar estos fuertes sentimientos de nosotros mismos. Necesitamos ser amados si queremos amar. Dos movimientos pueden activarse uno de una búsqueda de seguridad y placer en substitutos o adicciones que en lugar de aminorar empeoran nuestro estado. Otro el de querer evitar el sufrimiento lo que nos hace replegarnos, ponernos a la defensiva.

  • La confusión, las dudas y los miedos

Estamos llamados a aprender constantemente a convertir el miedo en la confianza y la fe usando cada tentación del temor como una oportunidad para practicar la fe. No debemos encerrarnos en una cueva oscura en un mundo de oscuridad exterior donde la luz y el amor no existen. Debemos abrirnos a la luz para que la luz entre cure cauterice. Se trata de un paciente proceso de abrirnos y dejarnos amar.

No hay peor ceguera que no querer ver. Nada peor que permanecer en la inconsciencia. Solo la verdad nos hará libres. El verdadero amor echa fuera todo miedo. Hemos de conjugar amor en verdad. Muchos de nuestros problemas ocurren porque basamos nuestras elecciones en certezas poco confiables de acuerdo con nuestra cultura (todos lo hacen), tradición (siempre lo hemos hecho), razón (parece lógico) o emoción (simplemente se sintió bien). Necesitamos una norma definitiva para decidir y discernir cuál es la voluntad de Dios. Escucha a Dios, lo que dice acerca de nosotros podemos discernir el camino correcto.

La verdad te liberará, pero primero duele y puede hacerte sentir miserable. Algunas veces aceptar la verdad puede ser difícil o incluso doloroso. Evitamos la conversión del corazón. Es humano resistirse al cambio. No debemos tener miedo, hemos de aprender a confiar en Dios.

A veces debemos confiar en un médico que ha de operarnos y no evitar el sufrimiento del dolor, lo hace por nuestro bien. Por un problema momentáneo podemos alcanzar una gloria eterna. Es el fuego del sufrimiento el que produce el oro de la piedad. El Señor está lleno de misericordia y compasión, cerca de los quebrantados de corazón. No quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva.

  • La ceguera, el tedio, la apatía, la desgana, la tibieza

No hay peor ceguera que la del hombre que no quiere ver. La ceguera espiritual ni se conmueve con las verdades y mucho menos con las evidentes pruebas de amor. No halla gusto en las cosas espirituales y se vive postrado a los gozos de las realidades terrenas. La laxitud de conciencia le lleva a una insensibilidad cada vez más grande.

  • La corrupción y la perversión del corazón

Se trata de una desviación de una pérdida de orientación fundamental. Se apartaron de mí la fuentes para cavarse cisternas agrietadas. En el origen del desequilibrio y el mal se encuentra una pérdida de la comunión interior. Cuando se daña la comunión con Dios deriva en una ruptura con nosotros mismos y con los demás. Las pasiones desordenadas poco a poco se apoderan del alma y no la dejan progresar. Hemos de cuidar de tres pasiones desordenadas dañinas porque dañan una relación sana con Dios, con nosotros mismos y con los demás y que son germen de desorden. El orgullo, la codicia y la vanidad. ¿Cuáles son esas cisternas agrietadas que corrompen el agua?

  • La ansiedad del poseer

El hombre pierde su orientación y pone los bienes temporales como fin y no como medio. El uso de los bienes es administrativo y no abusivo para el propio disfrute. La avidez y la avaricia no tiene límites. De la codicia material se pasa a la codicia espiritual. Se propicia el apego al poder y la dominación sobre los otros. Sustituimos el ser por el tener y la avidez nos hace caer en la sensación de que nunca tengo bastante.

  • La búsqueda desordenada de placerEl egoísmo, el amor propio

La persona queda a merced del cuerpo, los instintos más bajos gobiernan el alma. Nuestro cuerpo debe ser habitado por el espíritu. Sustituimos el ser por el placer a cualquier precio y las personas pasan a ser consideradas objetos de nuestro uso. Se va encerrando uno en sí mismo hasta convertirse en el centro de universo. Hace girar todo en torno a su gusto, interés y provecho.

  • El orgullo, la vanidad, la soberbia

Tratamos de buscar la propia gloria. La soberbia nos lleva a todos los males. Amamos el prestigio, las alabanzas y los aplausos en todo lo que hacemos. La humildad de corazón es el distintivo del amor de Cristo. El orgullo nos lleva a centrarnos en nosotros mismos creyéndonos autosuficientes. Perdemos el centro y sostén de nuestra vida. Rompemos la comunión con la fuente que nos da el ser y nos quedamos desnutridos, sin vida. Se cae en un amor desordenado y excesivo de uno mismo. El excesivo amor propio (filautía) lleva al hombre a verse así mismo como fuente y fin de sí mismo. 

LA SANACION DEL CORAZÓN

En boca del profeta Jeremías: Derramaré sobre vosotros un agua pura, os purificaré de toda mancha e idolatría, les quitaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne y les infundiré un espíritu nuevo, escribiré mi amor en sus corazones. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. El Dios con ellos (Jer 32, 39; Ez 36, 22-20)

El cuidado de corazón, en griego nepis, que significa vigilancia, sobriedad, supone rechazar y cortar los distractores y detractores del alma. El objetivo del cuidado del corazón es ganar en libertad ante los detractores. El cuidado del corazón es un aprendizaje a cuidar y dirigir convenientemente los movimientos del corazón. La sobriedad es como un centinela del espíritu ante el portal del corazón, distinguiendo sutilmente las mociones que se dan descubriendo sus propósitos para no confundir a nuestro espíritu. El Espíritu escruta los corazones para si son buenos acogerlos y si son malos o con germen de maldad evitarlos y no dejarles crecer.

Esto requiere de vigilancia, examen, una atención interior, permanecer atento al espíritu, ser portador de nuestro corazón para no dejar que ningún pensamiento entre o salga sin vigilarlo. Un pensamiento identificado y desenmascarado ya está derrotado. El que vigila se pregunta si cada movimiento es nuestro o del adversario. El discernimiento es fundamental.

El horizonte del cuidado del corazón no es caer en un rigorismo ascético sino disponer el corazón para promover la caridad, la misericordia y el servicio. No se nace con un corazón ardiente y generoso, hay que cultivarlo. Cuida de tu corazón para que no acoja y se enrede con pensamientos malos, vanos o inútiles sino para que con un corazón disponibles nos dispongamos a amar y servir a dios en los hermanos.

·        Necesitados de conversión. Volver a la fuente. Volver al amor

Cuando se dan síntomas de estancamiento, esterilidad, enfermedad y de muerte es a la vez una llamada a nacer de nuevo. Juan XIII hablaba de ver la humanidad como un cortejo fúnebre, muertos que caminan sin vida porque falta la vida del Espíritu. Si falta la vida del Espíritu el mundo es como un museo de cera, un gran cementerio.

Se puede vivir, sin alma, sin espíritu, encadenando gestos y palabras, actos y discusiones como un mero robot. Hay que hacer la experiencia de que hay otra manera de ser yo, oblativa, entregada, gratuita, interior. Estamos llamados a abrirnos al Espíritu, a nacer del Espíritu. Participar del mundo del Ser, de la Fuente de la vida.

El hombre ha sido creado para el bien, el amor, es algo que lleva inscrito en su naturaleza. La verdadera salud reside en la integración y orientación de los polos y de las facultades (inteligencia, deseo, fuerza, memoria, imaginación) hacia sus funciones naturales (buscar, amar, luchar) con el fin de alcanzar la comunión con Dios y con los hermanos. 

LA CONVERSIÓN DEL CORAZÓN

Te gusta un corazón sincero y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré más blanco que la nieve. Oh Dios crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme, no me alejes de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias (Sal 50)

El dinamismo del amor consumado pide la entrada en la paradoja de la Cruz, la dinámica del grano de trigo, la paradoja de perder la vida para encontrarla de nuevo. El amor consumado se encuentra en el don de uno mismo, en el hecho de donar toda la propiedad del yo inalienable para encontrase en el Otro.

La conversión del corazón supone disponerse a atravesar esta prueba de fuego donde el amor se purifique y se manifieste su verdadero valor. Así como el oro se purifica en el crisol del fuego, así sucede con la maduración y transformación del amor. La medida del amor consumado es amar sin medida. El amor consumado debe estar dispuesto a superar la prueba. Cuando nos topamos con la cruda realidad de la ofensa, la debilidad, la imperfección el propio pecado. El verdadero amor es gratuito, paciente no busca su interés, no rechaza al otro cuando no corresponde o es infiel. Un amor fiel supone la entrega total y gratuita al otro hasta el fin.

Vivimos en constante conversión y crecimiento, en un dinamismo de muerte y resurrección. Las relaciones deben ser reorientadas y restauradas. La vida es un proceso creciente para amar. Dios quiere que valoremos las relaciones y hagamos el esfuerzo de mantenerlas en lugar de descartarlas cada vez que hay una ruptura, un dolor o un conflicto. Constructores de unidad y paz, los pacificadores suponen aprender a amar y relacionarse con los demás. El establecimiento de la paz no es evitar el conflicto. Huyendo de un problema, fingiendo que no existe. Debemos enfrentar y resolver conflictos y esto requiere apertura y guía del Espíritu Santo.

El papa Francisco en su carta encíclica Amoris leticia (AL 163, 164), responde a los interrogantes de hoy sobre el significado del verdadero amor. El amor aparece muchas veces falsificado, adulterado. El amor que nos prometemos supera toda emoción, sentimiento o estado de ánimo. El verdadero amor conlleva un querer más hondo, una decisión del corazón que involucra toda la existencia. Así, en medio de un conflicto no resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón, se mantiene viva cada día la decisión de amar, de pertenecerse, de compartir la vida entera y de permanecer amando y perdonando. El amor pide la renovación, la fidelidad. Somos llamados a recorrer un camino de crecimiento y de conversión. En medio de ese camino, Dios sale al paso y promete acompañarlo a cada paso en cada etapa del camino.

El amor atraviesa por distintas etapas y modalidades y exige la decisión de volver a renovar una y otra vez, no sólo para mantenerlo, sino para madurarlo y desarrollarlo. Es el camino de construirse día a día. Pero nada de esto es posible sin la fuerza del Espíritu Santo, si no contamos con su gracia, si no se busca su fuerza sobrenatural, si no se le reclama con deseo que derrame su fuego sobre nuestro amor para fortalecerlo, orientarlo y transformarlo en cada nueva situación.

El amor se purifica en la prueba, en la dificultad, en la cruz. Cuidar la persona cuando es atravesada por el dolor o la enfermedad es permanecer allí, junto a la Cruz, confesando así un amor hasta la muerte. En ese amor se manifiesta de un modo deslumbrante la dignidad del amante, dignidad como reflejo de la caridad, puesto que es propio de la caridad amar, más que ser amadoTambién podemos advertir esa calidad del amor oblativo y tierno ante personas difíciles e incluso desagradecidas. Este amor oblativo en el silencio es un signo del amor libre y desinteresado de Jesús. 

·        La conversión de los sentidos y del corazón

Necesitamos nuevos signos para “descubrir” la acción de Dios en la historia. Necesitamos una nueva sensibilidad contemplativa para percibir el misterioso actuar de Dios en nuestro mundo cambiante, injusto, secularizado y en proceso de globalización, bajo cuya mirada la realidad se vuelve transparente. La experiencia de Dios es capaz de cambiamos de tal manera que llegue a crear en nosotros otra sensibilidad para percibirlo activo en la hondura de la realidad. En un instante, Dios puede devolvernos una nueva visión de toda la realidad, como le ocurrió a Santa Teresa ante la visión de un Cristo muy llagado (libro de la Vida, V 9), o como le sucedió a Ignacio de Loyola a orillas del río Cardoner: «Era un hombre nuevo». «Tenía unos ojos nuevos». Es el milagro de la conversión del corazón. «Se ve con el corazón» (Antoine Saint Exupery, El Principito). Sólo un corazón enteramente convertido a Dios, centrado en él, podrá percibir con finura la obra de Dios en las personas y en la historia. 

CAMINAR DESDE LA DEBILIDAD

Un corazón humillado Dios no lo desprecia (Lc 18,41) . Dios siente predilección y le conmueve el corazón pobre. A veces es necesario bajar a lo más hondo para que el grito de nuestra oración toque el corazón de Dios. Cuesta el reconocimiento de nuestra debilidad y vulnerabilidad, de nuestro pecado. Dios valora esta humildad de corazón. Cuando nosotros pensamos que todo está perdido y nos sentimos solos y abandonados Dios sale al encuentro del quien se siente perdido humildad de corazón.

El caminito de empobrecimiento es una senda estrecha que nos da miedo, pero es desde el fondo del dolor y la angustia donde brota nuestro grito de súplica. A veces no tenemos nada mejor que ofrecer que nuestra debilidad pero esta pobre ofrenda le es agradable a Dios.

La pobreza de corazón no se logra por la práctica de la virtud y de la ascesis. La humildad es andar en verdad. Hemos de tomar conciencia de lo que somos. El verdadero camino de santidad es el camino de los pobres imperfectos. Dios escucha el grito de los humildes. Cuando llegamos al fondo de nuestra bajada estamos preparados para hacernos participes de su salvación. Del abismo brota la santidad. Esta no nos llega por nuestras obras, virtudes o éxitos apostólicos. La salvación nos viene como don gratuito de Dios. El camino de santidad es el camino de los imperfectos, el camino de la perfección se recorre desde la imperfección,

Hemos sido salvados no por nuestros méritos sino por pura gracia. El amor de Cristo no nace de la perfección que hay en nosotros sino del amor que Dios nos tiene.

BAJAR EN LA NOCHE

El no me dejará cuando en mi fe se meta el sol cuando tropiece y piense que no hay solución el me guiará con la paciencia de su amor. No hemos de temer experimentar el dolor de nuestra debilidad y vulnerabilidad. Bajando por el túnel oscuro de nuestra imperfección aparece una luz aunque es de noche. Bajando comenzamos a conocernos verdaderamente. Esta bajada se realiza en la noche del sentido. La única luz que nos ilumina y nos guía es el Espíritu Santo.

LA NOCHE DEL SENTIDO

En una noche oscura salí sin ser notada estando ya mi casa sosegada. A oscuras y segura por la secreta escala disfrazada. En esta noche salí sin otra luz y guía que la que en el corazón ardía. Esta secreta escala disfrazada es la escalera del subir bajando. Esta noche es el símbolo de la desnudez espiritual y camino hacia la libertad de espíritu. Este camino de desnudez a pesar de ser penoso y oscuro no está destinada a las tinieblas. La noche se vuelve alborada, la ausencia presencia y la esclavitud libertad interior.

·        Ser purificados de todo desorden

Dios para purificarnos de nuestro orgullo y afectos desordenados no quiso utilizar el poder sino desarmarnos con su pobreza humillándose y bajando a nuestra nada. La purificación de los sentidos nos conduce a la paciencia de saber esperar.

·        Buscando ser reconocido, alabado, admirado

El fariseo de pie muy plantado decía: te doy gracias por no ser como los demás… el fariseo que pretendia aparentar ser mejor que los demás salió sin ser justificado. Todo el que pretende ser superior a los demás será humillado, pero el que se humilla será ensalzado (Lc 18, 11). El fariseo se preocupa de su imagen. Actúa para ser visto y alabado por los hombres. Los peldaños que hemos escalado con orgullo vamos a tener que bajarlos con humildad. El éxito exterior no es una garantía de un apostolado fecundo. Dios puede dar fecundidad en medio de la pobreza y la falta de resultados evidentes.

·        Purificados de toda impureza

Los ojos son la luz del cuerpo. Si tus ojos están limpios todo tu serás luminoso pero si en ellos hay maldad todo tu estarás en oscuridad (Lc 11, 34) nuestra conducta queda condicionado por la gratificación. Corremos el riesgo de desplazar el centro de orientación de la vida superando toda fragmentación.

·        Buscando el consuelo de las creaturas

Cuantos obstáculos nos obstaculizan o paralizan buscando falsos apoyos o seguridades. Necesitamos ganar en libertad interior ordenado todo lo que somos y tenemos para conformar nuestro querer y actuar con el actuar de Dios. Supone desprenderse de todo aquello que me aliena y esclaviza. (acomodación, relajación, búsqueda de escapismos y seguridades)

DIOS CONMOVIDO POR LOS DE CORAZON POBRE. POBRES DE ESPIRITU

Te doy gracias Padre porque has ocultado los tesoros del Reino a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los sencillos (Mt 11, 26). Nada más dañino que la falta de trasparencia y la doblez de corazón (doble vida)

  • Pobres de corazón

Felices vosotros los pobres de espíritu porque el Reino de Dios es vuestro (Mt 5, 3)

No significa desprecio a las cosas y a las criaturas sino del uso de ellas conforme al querer de Dios. Vivir desde nuestra condición de hijos desde la confianza y el abandono en su Providencia buscando su Reino de amor, paz y justicia. No es pobre el que nada tiene sino el que comparte todo (no hay pobre que no tenga nada que ofrecer)

·        Limpios de corazón

Felices vosotros los limpios de corazón porque veréis a Dios (Mt 5, 8)

No se trata tanto de una renuncia sino de una adquisición (quien encuentra un tesoro en un campo va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo.) vivimos la castidad para el Reino. No se trata de refugiarse en un castillo interior sino de establecer unas relaciones limpias y vínculos de amor.

·        La oración del pobre: abandono confiado

Felices vosotros los humildes porque heredareis mi Reino (Mt 5, 5)

Introdúceme, Señor, atráeme y entra en lo profundo de mi ser para que puedas transformar y modelar mi vida. Señor déjame ver tu rostro de bondad y pronuncia de nuevo mi nombre. La verdad es que me encuentro cansado y fatigado me siento con cierto grado de insatisfacción de desencanto desengañado como si mis deseos más profundos estuvieran encogidos debilitados adormecidos enfermos

Por eso vengo a ti. Desentierra y despierta el anhelo más hondo de mi vida el que tú plantaste un día y el que tú solo colmarás nuestro anhelo más profundo. Atráeme, Señor, sedúceme enamórame para que no decaiga y se enfríe el amor y seas tú el único tesoro y centro de toda mi vida. Me sedujiste Señor y quiero dejarme seducir y enamorarme de nuevo para vivir complaciéndote y amándote en todo y en todas tus criaturas.

UN DIOS ABAJADO

Toda la Encarnación es un caminos de Kenosis de abajamiento. Dios se revala abajándose. Dios baja hasta lo profundo de nuestra bajeza para levantarnos, no nos salva imponiéndose desde arriba sino emprendiendo un camino de bajada abajandose y humillándose haciéndose semejante a nosotros para abrazarnos y levantarnos. Emprende un camino de abajamiento despojamiento empobrecimiento sin retorno hasta la muerte y muerte de cruz (cf. Fil 2,1). Dios se hace pobre para enriquecernos con su pobreza.

BAJAR CON CRISTO

Cristo baja hasta nosotros para levantarnos. Jesús vive en absoluta debilidad desnudez, una pobreza desarmada y desarmante para ganar nuestro corazón con la única fuerza de su amor. Jesús se hizo el más pobre de los pobres para que nadie se pudiera sentir indigno de su amor. En esta kenosis nos muestra la profundidad de su amor. El amor de Cristo no nos hace más fuertes sino más débiles y eso nos lleva a vivir más dependientes de él.

ES PRECISO MORIR CON CRISTO PARA RESUCITAR CON CRISTO

Un corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia. El que se humilla será ensalzado, solo el que se reconoce pobre pecador experimenta la liberación y la salvación de Dios. Para ser transformados en él es necesario emprender el camino de la cruz, la bajada por el sufrimiento. Nuestras pobrezas y heridas podrán así ser transfiguradas capaces de convertirse en irradiación de su amor.

DIOS SE REVELA Y SE DA AL POBRE

Venid a mi los que os sentís cansados y agobiados y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. Así encontrareis descanso para vuestro espíritu, porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga ligera (Mt 11,28). Dios nos salva en un acto de confianza y abandono total. Padre en tus manos encomiendo mi vida (Lc 23, 46)

El reconocimiento de nuestra condición de pecadores nos lleva a acudir con esperanza a la misericordia de Dios. Señor ten misericordia de mí, solo de ti nos viene la salvación. Que tengo para ofrecerte todo me ha sido dado, lo único que tengo mío es mi pecado. Ofreciéndote mi pecado dejo que tú seas mi Dios.

VOLVER A EL. EN SUS HERIDAS SOMOS CURADOS

Si hoy escuchas su voz no endurezcas tu corazón (Sal 96). Abre tu corazón que mi cabeza está cubierta de rocío del relente de la noche (CC 5, 2), Dame hijo mío tu corazón (Sal 4, 8). Inclina tu corazón y aplica tus labios a mi corazón traspasado y abierto para tí (Prov 23, 12). Bebe del torrente y sanará tu corazón (Sal 147, 3)

Un corazón herido, traspasado que es fuente de sanación de nuestras heridas. Allí alzado en la cruz, en medio de la mayor oscuridad, se dejó ver el amor más grande. ¿Quién reparará en un amor así, quien se parará a contemplarte? Muchos que pasan por allí lo insultan y se burlan ¿no es el que anunciaba la salvación y que decía ser el Hijo de Dios?

Nuestra historia de desamor está penetrada en sus capas más profundas por toda una historia de amor y fidelidad de Dios. Las llamadas de Dios a volver a él son constantes. Volvámonos a él. Bueno es contemplarle y esperar en silencio su salvación. Yo se que El no nos da la espalda, no nos desecha para siempre, no nos trata conforme a nuestros pecados sino según su inmenso amor. Su misericordia es eterna, no se ha acabado ni agotado su ternura. Decid a los de corazón abatido, confiad en el señor, él vendrá y os salvará (Is 35, 4). Al verlo se estremecerá tu corazón (Is 60, 5)

Desde lo hondo invoque al Señor, no nos escondas tu rostro, déjanos contemplar tu amor. Invoqué al Señor desde la hondura de la fosa y El me atendió, el defendió mi vida y la sacó de las garras de la muerte. 

LA LUZ EN MEDIO DE LA OSCURIDAD

El que me sigue no camina en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. Ilumina tu rostro sobre nosotros y quedaremos radiantes, tu luz brillará en medio de nuestra oscuridad. Por tu luz vemos la luz, Ya no habrá mas noche porque el Señor irradiará su luz y reinará por los siglos de los siglos.

NUESTRA RESPUESTA DEAMOR PUEDE ALIVIARLE

Sorprende un amor que no abandona al hombre a pesar de su extravío. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él ? (Sal 8). Sus heridas eran nuestras heridas, fue traspasado por nuestros pecados. El tomó nuestras heridas y cargó con todas nuestras enfermedades. (Is 53, Mt 8,17)

El sufre nuestras infidelidades, desprecios y lejos de responder con agravios responde con compasión hasta querer consolar las almas que les causan tormento y aflicción.

El Corazón de Jesús tiene sentimientos. Su corazón sigue latiendo con los mismos sentimientos que cuando estuvo en esta tierra. Jesús sigue presente y vivo hoy. Podíamos pues preguntarnos cuáles los ultrajes que sufre y vive hoy? ¿cómo podemos aliviarle? ¿Cómo responder al amor que el nos ha brindado?

Amor con amor se paga. Nuestra vida se convierte en toda una ofrenda de amor. El padre de las misericordias que nos ha consolado y librado de toda tribulación nos llama a consolar a los que se sienten atribulados. El se hizo solidario de nuestro dolor para que nosotros nos hagamos solidarios de todos los que sufren, de todos los crucificados de hoy.




DIA1: DIOS MIO VEN EN MI AUXILIO, DATE PRISA EN SOCORRERME

Lectura cristológica:

Este salmo pronunciado en boca de Jesús inocente e injustamente tratado muestra al Hijo que pone su causa en manos del Padre. Toda su vida la vive en esta confianza infinita. Ahora al final de la vida, cuando se encuentra pobre y desamparado, se pone en sus manos de su Padre sabiendo que no quedará defraudado. El Padre responde a su plegaria con la resurrección.

Jesús encarna la oración del justo, del hombre inocente que es sometido a prueba. El dolor por la injusticia y el mal que recaen sobre él. Sin motivo me escondían redes y me abrían zanjas mortales. Los opresores quieren ser los protagonistas de la escena como ejecutores de la sentencia. Pero Dios rescata la vida del justo y levanta al desvalido.

Es la oración de Jesús, un hombre acusado y perseguido injustaente al que odian sin motivo. El hombre inocente vive rodeado y acosado por los que desan acaban con él , turbado y humillado  ante un juicio amañado con testigos falsos y falsas acusaciones.

Jesús que encarna al hombre inocente, lejos de verse vencido, vence el mal con el bien. no pide a Dios venganza sino benevolencia esperando en su infinita misericordia. Los delitos, los crímenes, la crueldad, la naldad tienen los días contados. Jesús nos invita  a orar al Padre con infinita confianza

Sal 34

Levántate y ven en mi auxilio. Levántate, no te quedes a distancia. Señor defiende mi causa y mi boca proclamará tu alabanza. También nosotros somos invitados a vivir con esta confianza en manos de Dios haciendo nuestra la oración de Jesús: Padre me pongo en tus manos. Señor confío en ti. A ti te expongo mi causa y me quedo aguardando, sabiendo que no quedaré defraudado. Tú que lo ves no te quedes callado, no te alejes de mí, defiende mi causa. Enfréntate con los que luchan contra mí. Extende tu mano y sal en mi socorro. Tú que libras al humilde del poderoso.

Yo que estoy orando sin cesar, que ando triste y cabizbajo, ven en mi auxilio. Aunque me sienta turbado y amenazado sé que llegará el día de la victoria definitiva. Nos animan las palabras de Cristo: Tened confianza, yo he vencido al mundo.

Por eso, aunque todo parezca perdido, confiaré y no temeré. Las aguas caudalosas no nos anegarán, las redes del abismo no nos atraparán. Mi lengua anunciará tu fidelidad, te daré gracias en la gran asamblea.



 

DIA 2: QUE INAPRECIABLE ES TU MISERICORDIA

Lectura cristológica:

Cristo es la morada de Dios y el asilo del hombre. En la Cruz de su corazón traspasado nos abrió una fuente inagotable y nos dio a beber del torrente de sus delicias. Uno de los soldados le abrió el costado con un lanza y al punto brotó de él sangre y agua (Jn 19, 34). Por las fatigas de su alma hemos visto la luz. Venid y comed este es mi cuerpo, venid y bebed esta es mi sangre. En el está la fuente de la vida.

Jesús dijo: si alguien tiene sed que venga a mí y beba (Jn 7,37). Ahora sabemos donde se encuentra la fuente de la vida y el torrente de luz. Que bien se yo la fuente que mana y corre.

Me llevo al umbral del templo y el agua bajaba de debajo del lado derecho. Era un torrente que no se puede atravesar y me dijo por donde quiera que pase el torrente todo ser que en él se mueva vivirá. Porque allí donde penetra esta agua lo sanea todo y la vida prospera (Ez 47, 1-9). El que beba del agua que yo le de no volverá a tener sed, el agua que yo le de se convertirá en su interior en un manantial capaz de dar vida eterna.

Sal 35

Quiero vivir, quiero que la centella de la vida encienda todo lo que hago. Mi alma tiene sed de tí como tierra seca, sedienta de agua. ¿A dónde iremos, solo tu tienes palabras de vida eterna? En tí esta la fuente de la vida y tus palabras nos hacen ver la luz.

El Señor baja a nuestras zonas oscuras para iluminarlas. En un mundo de oscuridad, de duda y de incertidumbre tu eres el rayo resplandeciente, el cándido amanecer de cada mañana. Que la luz de tu Espíritu ilumine nuestros corazones y fortalezca nuestras voluntades,

De tu corazón herido nos das a beber la medicina, del torrente de tu misericordia. Del fondo de nuestra alma nos das a beber de la fuente de la vida. Déjame beber de tu costado, de la fuente, del agua que sacia mi sed. Tu socorres a hombres y animales. Los hombres se acogen a la sombra de tus alas y se nutren de lo sabroso de tu casa. Déjame sentir tu frescura, tu pureza y tu fuerza.

Que inapreciable es tu misericordia, llega hasta el cielo, tu fidelidad hasta las nubes. Tus sentencias son como el océano inmenso. En ti esta la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz. El que me sigue no caminará a oscuras.



 

DIA 3: CONFIA EN EL SEÑOR Y ESPERA EN EL

Lectura cristológica

Jesus encarna las bienaventuranzas, su carta magna. Las bienaventuranzas son el autorretrato de Jesús, el corazón de Jesús y del evangelio, su ADN, su carta magna. No se trata de un código moral sino una forma de vivir, de concebirse frente a Dios y frente a los demás.

En el sermón del monte Jesús promulga la nueva ley, la nueva alianza que quiere Dios establecer con todos los hombres y que se exiende a los pobres, los sufridos, los marginados. Jesus declara dichosos a los que confían y esperan en la misericordia, no se verán defraudados, herederán el Reino que Dios les ha preparado.

Los que siguen el camino que propone Jesús son llamados felices, los bendecidos por Dios. Dios les dará lo que desa su corazón y actuará en su favor.

Felices los pobres, Jesús encarna el corazón pobre que pone la confianza en Dios.

Felices los que tienen hambre y sed, no se agostarán en tiempos de hambre.

Felices los pacíficos, los que perdonan porque heredaran el reino.

Felices los perseguidos y excluidos porque el señor los libra y los protege.

Felices los mansos y sufridos porque esperan en el Señor.

Felices los limpios de corazón porque llevan en el corazón la ley del Señor. 

Sal 36

Encomienda al Señor tus afanes, confía en él y él actuará. Sea el Señor tu delicia y el te dará lo que ansía tu corazón. No te exasperes por las intrigas del hombre. Contempla la creación como la tierra sabe esperar para que de el fruto a su tiempo. La tierra aguarda la lluvia, los campos que germine la cosecha. No se salva el hombre por mucha fuerza, Dios es el que salva, Dios es el que actúa. Hemos de saber confiar, saber esperar espera en Dios que volverás a alabarlo.

Dios quiso salvar el mundo o desde el poder sino desde la pobreza, desde la humildad, abajándose. La perfección no se consigue a base de esfuerzos y méritos. No por mucho afanarse se logra salvarse, imponiéndose sino sometiéndose. Dios baja hasta lo profundo de nuestra bajeza para levantarnos, no nos salva imponiéndose desde arriba sino emprendiendo un camino de bajada abajándose y humillándose haciéndose semejante a nosotros para abrazarnos y levantarnos.

El caminito de empobrecimiento es una senda estrecha que nos da miedo, pero es desde el fondo del dolor y la angustia donde brota nuestro grito de súplica. A veces es necesario bajar a lo más hondo para que el grito de nuestra oración toque el corazón de Dios. Cuesta el reconocimiento de nuestra debilidad y vulnerabilidad, de nuestro pecado. Dios valora esta humildad de corazón. Cuando nosotros pensamos que todo está perdido y nos sentimos solos y abandonados Dios sale al encuentro del quien se siente perdido humildad de corazón.

 


DIA 4: EN TI SEÑOR ESPERO, NO ME ABANDONES

Lectura cristológica

Cristo cargó con nuestro pecado, se hizo solidario con nuestros sufrimientos e hizo suyo todo nuestro dolor. No hay parte ilesa en mi carne, no tienen descanso mis huesos. Mis culpas sobrepasan mi cabeza, son un peso superior a mis fuerzas. Mis llagas supuran y tengo las espaldas ardiendo. Voy encorvado y encogido, todo el día camino sombrío. No hay parte ilesa en mi carne, estoy agotado y deshecho del todo. Me falta la luz de mis ojos. Soy como un sordo que no oye, un mudo que no abre la boca.

Cargó con nuestras dolencias y fue molido por nuestros pecados. Fue herido de muerte y soportó el castigo que nos trae la paz. En sus heridas fuimos sanados.

Pero espero y confió en ti. Todas mis ansias las puso en ti. Imploró a su Dios: No me abandones, no te quedes lejos. Dios escuchó su plegaría y le libro de sus angustias.

Sal 37

También nosotros experimentamos la turbación. Todo el día caminamos sombríos y nos sentimos encorvados y encogidos. Hemos perdido el valor y nos encontramos destrozados. Pero en medio de mi angustia acudo al Señor y me acojo a él sabiendo que no quedaré defraudado.

Acuérdate por tu misericordia. Se me echan encima todas mis culpas. Me cercan desgracias sin cuento. Yo soy pobre y desgraciado pero el Señor se cuida de mí. No me cierres tus entrañas.

El se inclinó y escucho mi grito. Me levantó de la fosa fatal, de la charca fangosa. El afianzó mis pies sobre la roca, aseguró mis pasos y me sacó a espacio abierto. Me puso en la boca un cántico nuevo. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea.

 


DIA 5: LAMENTO DE UN ENFERMO

Lectura cristológica

Jesús en su Pasión se siente acusado, abrumado, angustiado, abandonado. El abandono final es el comienzo de la confianza total. Lo describiríamos como el sanador herido. Su herida se hizo cada vez más profunda. Su corazón ardía por dentro. Cuando es acusado se mantiene en silencio. Humillado no abrió la boca, se humilló sin decir nada. Abrumado por una profunda tristeza se abandona en las manos del Padre: Me encuentro profundamente turbado, mi alma está llena de tristeza. Padre si es posible líbrame de esta hora de amargura, pero no se haga ni voluntad sino la tuya.

Se ofrece como Cordero llevado al matadero haciéndose solidario con nuestros pecados. Despreciable y desecho de los hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias y con todo eran nuestros sufrimientos las que él llevaba, nuestros dolores los que soportaba.

No hay parte ilesa en mi carne. Las persecuciones que él padecerá con gran paciencia se convertirán en camino de salvación. Han clavado mi carne y me devuelven mal por bien. Jesús hace de su Cuerpo roto un camino de salud y liberación.

Sal 37

Miro alrededor y todo es confusión, miro hacia el interior y caigo preso de desolación. Mi herida, mi dolor y mi sufrimiento me hace solidario con los que sufren. La compasión nace cuando descubrimos en el centro de nuestra existencia humana que Dios es Dios y el hombre es hombre,

En mi soledad acudo a Dios, Señor en ti confío, no quedaré defraudado. Me doy cuenta de mi finitud y de mi nada, mis días son nada ante ti. Nada de lo humano te resulta extraño.

A veces hacemos todo lo posible para evitar la soledad y nos sentimos atrapados por falsos dioses. Los ídolos nos prometen satisfacción inmediata pero no encuentro alivio. Te expongo mis heridas, mi alienación, mi soledad, mi aislamiento. Me llamas no solo a exponer ante tí mis propias heridas sino a convertirlas en fuente de curación.



 DIA 6: FUERTES EN NUESTRA DEBILIDAD

Lectura cristológica

Jesús previene a sus discípulos no estéis inquietos ni angustiados. llorareis y gemiréis mientras que los del mundo se alegrarán pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz se siente angustiada porque ha llegado la hora, pero cuando el niño ha nacido su alegría la hace olvidar el sufrimiento pasado. El que quiera ganar la vida la perderá pero quien la pierda por mí la ganara.

Jesús adopta el rol del servidor y se concibe como el servidor de todos. El que quiera ser el primero ha de hacerse el servidor. Pide que sus seguidores sigan su ejemplo. No es más el siervo que su amo. Os he dado ejemplo para que vosotros hagáis lo que hago con vosotros. Jesús quiso entrar en los límites de nuestra condición humana de modo que pudiéramos acceder lo infinito en lo finito. El sume íntegramente nuestra naturaleza para redimirla y transformarla.

Jesús nos salva desde nuestra fragilidad haciéndose vulnerable. Hemos de reconocer nuestra pequeñez, nuestra mortalidad. Señor hazme saber mi fin, cuál es la medida de mis días, para que sepa yo cuan frágil soy, el hombre no dura más que un soplo, pasa como pura sombra. Pero reviste nuestra mortalidad de inmortalidad.

Sal 38

La herida de nuestra soledad es profunda y sometida a la incomprensión. Pero el dolor puede dar paso a la confianza. El penoso reconocimiento de la soledad es un hecho fundamental de nuestra existencia. La soledad nos hace descubrir una sed interior que solo Dios puede colmar. Ninguna expresión de cariño, ningún abrazo íntimo será capaz de satisfacer nuestro deseo de vernos aliviados de nuestra soledad

Soledad y capacidad de relación se implican mutuamente. Un conocimiento profundo de nuestra interioridad y fragilidad permite convertir nuestra debilidad en fuente de curación, nuestras prisiones en lugar de liberación interior. No hemos de disimular o tratar de ocultar nuestra debilidad. Tan solo si yo mismo estoy liberado puedo atender a los demás.

Hemos de hacernos próximos y solidarios de los que sufren. La hospitalidad es la virtud que nos permite romper la estrechez de nuestros miedos y abrir nuestra casa al extraño. Es preciso que el que hospeda se sienta en el hogar en su propia casa. La hospitalidad es la habilidad de atender al huésped, lo que implica estar libre y desenredado de nuestras preocupaciones.



 

DIA 7 : HACED ESTO EN MEMORIA MIA

Lectura cristológica.

Cristo aceptando plenamente el plan del Padre realiza el gran sacrificio. Jesús durante su vida mortal tuvo la voluntad del Padre en su horizonte y en su corazón. Cumplir la voluntad del Padre era su alimento y sustento. Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis: Yo no puedo hacer nada por mi cuenta. Juzgo y hago conforme el Padre me ha dicho.

Cristo inaugura un sacerdocio nuevo. Tenemos un Sumo Sacerdote que penetró en el Santuario. Habiendo ofrecido ruegos y súplicas aun siendo Hijo como era se hizo en todo obediente. Penetró en el Santuario una vez para siempre ofreciendo no la sangre de machos cabríos sino su propia sangre consiguiendo así una redención eterna. Por eso es mediador de una Nueva Alianza: Esta es la sangre de la Nueva Alianza a fin de quitar el pecado de muchos.

Sal 39

Contemplando a Cristo el hombre aprende el sentido del propio sacrificio que es la entrega total de la vida al Padre. Tu no quieres ofrendas ni sacrificios entonces yo digo: Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad. Este es el verdadero culto. Convertirse con Cristo en ofrenda permanente para la salvación de los hombres. Ser ofrenda con Cristo no compete al hacer sino al ser. Ser eucaristía. Supone vivir orientados hacia él de forma que llegue a ser él el centro más íntimo de toda nuestra vida. Celebrar la eucaristía es hacer realidad su muerte y la victoria de su amor.

En la medida que nos entregamos nos encontramos con nosotros mismos. Señor tómame como soy y hazme como tu quieres que sea. En la ofrenda eucarística ofrecemos no solo nuestra pobreza sino aquello que solo el Señor de toda vida puede  dar. Oremos para que esta ofrenda la de Jesús y nuestra vida sea para el mundo pan de vida y bebida de salvación.


 


DIA 8: DICHOSO EL QUE SOCORRE AL DESVALIDO

Lectura cristológica.

Jesús se muestra cercano a los pobres y pecadores. Amigo de pecadores escucha el grito del huérfano y de la viuda. No se escandaliza de comer con ellos, muestra a todos misericordia compasión y ternura. Se pone a la fila de los pecadores.

Jesús sufrió en su carne el desprecio y el rechazo. Se abaja hasta el último lugar, considerado como un malhechor, hasta morir con la muerte más ignominiosa. Padece un mal sin remedio. Se acostó en el lecho de la cruz para no levantarse. Acudió al Señor que le mantuvo en el lecho del dolor.

Jesús se identifica con el Siervo Sufriente. Es ultrajado y no abre la boca, las persecuciones que sufre con gran paciencia serán escándalo para los espectadores. Indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los rebeldes: Mis enemigos se reúnen a murmurar contra mí. Los que pasaban al pie de la Cruz le insultaban y se burlaban meneando la cabeza: Ha puesto su confianza en Dios, que le salve ahora librándole de la muerte.

Sal 40

Dios socorre al pobre e indefenso. Dios viene en ayuda de su siervo y encumbra a los humildes. No aparta sus ojos del pobre y escucha su dolor. Ante la aflicción y el lecho de dolor mantiene su presencia.

El sufrimiento y la incomprensión no podemos evitarlo. Hemos de afrontar la crisis como cambio y crecimiento. La superación de la crisis no se logra con escapismos o evasiones mediante el activismo sino vía la interiorización y purificación liberadora.

Hemos de reconocer la ruptura y la herida como lugar de su presencia. Hemos de saber mirar nuestra ruptura con cariño. Si no podemos evitar el rechazo, el oprobio y la humillación podemos vivirlo bajo el signo del perdón, la reconciliación, la bendición.

Hemos de aceptar el desafío de permanecer y saber esperar. Podemos poner nuestra ruptura al amparo de la bendición de Dios. Dejar que Dios abrace nuestra ruptura y llevarla bajo el resplandor de su luz.

Dios nos hará descubrir su presencia como el amigo con quien compartimos el pan. El pan del dolor se transformará en bendición. Lo mismo que el pan necesita ser partido para ser ofrecido así pasa con nuestra vida convertida en pan partido para vida del mundo.


DIA 9: ESPERA EN DIOS QUE VOLVERAS A ALABARLO

Lectura cristológica.

Jesús transita la noche del dolor: Mi alma está envuelta en tristeza. Estoy solo, afligido, voy andando sombrío en la oscuridad. Desde la oscuridad se abre a la presencia de Dios. Primero turbado: ¿Porqué me olvidas? Luego confiado: Tu me defensor defiende mi causa. Envía tu luz y tu verdad. Mi boca proclamará tu alabanza.

Jesús como hombre vive el desamparo. Antes de subir a la luz de tu presencia se abaja hasta el fondo de nuestra nada para ser abandonado por todos. Pero en medio de la oscuridad confiesa Dios como el Señor de la vida: mi roca y mi baluarte. Jesús mismo nos previene: No se turbe vuestro corazón. Creed en Dios, confiar en Dios.

Jesús se nos da como pan partido: Mis lágrimas son mi pan, noche y día. Jesús nos invita a compartir nuestro dolor como pan partido. Este es mi Cuerpo ofrecido para vida del mundo. Unir nuestra pobre ofrenda a la suya para pasar a ser con él pan partido y compartido para vida del mundo.

En el momento culminante de su vida Jesús se ofrece como sacrificio que anticipa el sacrificio de la Cruz. Jesús nos ha dejado el memorial de su presencia en este supremo acto de amor que el Padre hace perenne y glorioso con la Resurrección.

Sal 41

También nosotros necesitamos transitar la noche del dolor con la esperanza del nuevo amanecer de tu Resurrección. Hay toda una progresión, la intercesión, la súplica confiada, la alabanza. Del recuerdo en medio de lágrimas a la espera y confianza en Dios que no defrauda. Se de quién me he fiado.

Después de gozar de tu intimidad al verme privado de ella siento en el fondo del corazón una profunda nostalgia. Se mezcla la turbación con la aridez. Me siento solo seco agostado buscado La fuente que mana y corre aunque es de noche. Recuerdo los tiempos antiguos. Acudiré confiado al Dios de mi vida.

Conozco mi condición y no pido escabullirme de la prueba del dolor y del sufrimiento sino tenga la serenidad y la fuerza de mantenerme firme y avanzar con confianza. Lo que pido es que en medio de las pruebas y sufrimientos la luz de tu verdad brille disipando toda tiniebla. Quiero encontrarte en mi noche, en la pobreza de mi ser y la aridez de mi alma. Sostenme en la fe, anhelo encontrarte y la vehemencia de este anhelo tu guiarás mis pasos.

 


DIA 10: NOS LIBRASTE PORQUE NOS AMABAS

Lectura cristológica.

Jesús se hizo pecado por nosotros. Jesús comparte carne y sangre con nosotros. Por haber sido puesto a prueba y haber soportado el sufrimiento puede ayudar a los que somos probados. Por eso Jesús pasó por las mismas pruebas que nosotros Jesús sufre el desamparo y la aparente ausencia de Dios. Esta kenosis nos deja ver que para levantarnos del pecado fue preciso despojarse de su condición divina y hacerse en todo semejante a nosotros.

El Hijo siente el vacío de la aparente ausencia de Dios. La certeza de su presencia da paso a la súplica en medio de la angustia. Dios le hizo pecado por nosotros experimentando este sufrimiento que causa la ruptura con Dios: la separación, el rechazo del Padre. Levántate no nos rechaces, no escondas tu rostro olvidándote de nosotros: No nos retires tu rostro ni te olvides de nosotros.

Por este acto de abandono hizo la mayor obra de su vida, realizó la obra de nuestra redención. Por este acto de abandono todo nuestro dolor es asumido y transformado, nuestro abandono es superado.

Sal 42

También nosotros estamos llamados a transformar nuestro dolor en ofrenda de amor. Hemos de valorar nuestros sufrimientos uniéndolos al dolor de Cristo en la Cruz. Completo en mi cuerpo lo que falta a las tribulaciones de Cristo en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia. Todo lo podemos unir a Jesús crucificado que se orece en la eucaristía para salvación del mundo.

Cuando experimentamos el aparente vacío y ausencia de Dios es el mejor momento para vivir como ofrenda de amor. Cada lugar donde un hombre sufre es un lugar para vivir y celebrar la eucaristía. Lo que cuenta no es el tamaño y cantidad de nuestras acciones sino vivir cada momento como una ofrenda de amor. Convertir nuestra vida en eucaristía, pan partido para el mundo.

 


DIA 11: NO DEJES QUE SE ENDUREZCA EL CORAZON

Lectura cristológica.

Jesús se levanta como voz sin los sin voz y testigo de esperanza. Jesús no se salvó así mismo huyendo de la prueba. Se mantuvo firme en medio del tormento. Se dejó crucificar, ultrajar sin responder con venganza venciendo el mal con el bien. El Se enfrentó la prueba hasta el derramamiento de su sangre. Mirad a qué precio fuisteis salvados.

Jesús respondió al mal con el ofrecimiento de su vida transformando la tribulación en un canto de victoria: Aleluya. Llorareis y gemiréis mientras el mundo se alegrará. Vuestra tristeza se tornará en alegría. En medio de la noche se oscurecerá el sol y la luna perderá su brillo. Os perseguirán a causa mía. Cobrad aliento y levantar vuestra cabeza porque vuestra liberación ya está cerca. Será tanto la maldad que el amor de muchos se enfriará.

No dejéis que nada ni nadie os robe la esperanza. Vosotros habéis de ser mis testigos. Que vuestra fe no sucumba en medio de la prueba. Recordad que si el mundo os odia primero me odió a mí. Como me persiguieron a mí también os perseguirán a vosotros. En el mundo tendréis sufrimiento, pero ánimo yo he vencido al mundo.

Sal 43

Nos llamas a ser testigos de fe y esperanza en un mundo sin fe y sin esperanza. Vivimos en un mundo que le ha dado la espalda a Dios. La Iglesia ha dejado de ser una Iglesia de multitudes y grandezas ha pasado a ser una Iglesia de minorías. Es una Iglesia incomprendida y perseguida: Nos has hecho el escarnio de nuestros vecinos.

No es Dios el causante de nuestras desgracias, no es Dios el que se ha alejado de nosotros. Somos nosotros los que nos hemos alejado de Dios. Hemos levantado ídolos incapaces de salvar Hemos puesto el corazón en esperanzas fugaces que fustran nuestros anhelos y nos dejan sin consuelo.

No dejéis que la tribulación, la oposición, la contradicción y el infortunio enfríen el amor y endurezcan el corazón. Jesús nos ha prometido su Espíritu que no nos dejará huérfanos. Cuando en la noche se meta el sol y parezca que no hay solución él nos guiará con la paciencia de su amor.

Recordemos a nuestros antepasados que dieron testimonio de su fe con el derramamiento de su sangre. Estamos llamados a ser mártires y testigos de esperanza en medio de la prueba y la tribulación. Hemos de confiar que la última palabra la tiene Dios. Cielos y tierra pasarán pero mis palabras no pasarán.

 


DIA 12: NOSOTROS HEMOS CONOCIDO Y CREIDO EN EL AMOR

Lectura cristológica.

Jesús vivió y murió por amor y nosotros hemos conocido y creído en el amor. Cristo vivió y murió dando gloria a Dios. Quiero hacer memorable tu nombre por generaciones para que tu pueblo te reconozca y te alabe por siempre jamás.

Jesús no vivió buscando su propia gloria sino la gloria del Padre. Yo no busco honores que puedan dar los hombres. Si yo me alabara a mí mismo mi alabanza carecería de valor. Yo no hago lo que quiero sino la voluntad del que me envió.

Nadie vio la gloria y el rostro de nuestro Dios. Su único Hijo nos lo ha dado a conocer. Por medio de Cristo hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. También nosotros estamos llamados a irradiar su gloria permaneciendo asiduos en la alabanza.

Sal 44

No hemos de perder el sentido de la adoración y la alabanza. El asombro el reconocimiento de la hermosura: Canto de Aleluya alegraos en el Señor. El poder y la gloria es de nuestro Dios. Santo eres Señor, fuente de toda santidad. Alegrémonos y ensalcemos su grandeza. A nuestro Dios la alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor el poder y la fuerza.

¡Qué Dios es tan bueno como nuestro Dios! Hermoso eres amado mío, fuente de mi vida y esperanza, anhelo de mi corazón. Este salmo es el epitalamio real, el canto nupcial del desposorio de Cristo con su Iglesia. Prendado está el Rey de su amada. Prendada esta la amada por su Rey. A él la gloria y la alabanza. La iglesia proclama la grandeza de su Dios: Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un gran Rey y soberano de todas las cosas.

La oración de la Iglesia es hija de la alabanza. Nosotros nos unimos a esta alabanza continua y permanente. Estos son los que le rinden culto de día y de noche. Sus servidores le darán culto y contemplarán su gloria y su grandeza. La Iglesia permanece en oración y la alabanza ante el trono de Dios y del Cordero. En unión con Cristo y todo su Cuerpo que es la Iglesia permanecemos en oración incesante ante el trono de Dios. El aleluya es el fruto de la alabanza que se canta asiduamente ante el trono de Dios.



DIA 13: RENDIOS Y RECONOCED QUE YO SOY DIOS Y NO HAY OTRO

Lectura cristológica.

Jesús nos da a conocer la fuente de todo consuelo. El que tenga sed que venga a mí, de sus entrañas brotarán ríos de agua viva esto lo decía refiriéndose al don de su Espíritu. El que beba del agua que yo le dé descubrirá en su interior una fuente que salta hasta la vida eterna. El será quien os conduzca y os guie a las corrientes de vida. 

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios. Cada mañana al despertar el nos asiste al despuntar la aurora. Sus torrentes son mi delicia. Aunque brame y se agite el mar y su barca tambalee en medio de la tormenta Dios la socorre desde el primer momento al despertar la aurora. todas las fuerzas hostiles humanas y sobrehumanas se estrellarán bajo el poder de su misericordia.

El esta con nosotros. El tomará de lo mío y os lo dará a conocer. El que escucha mis palabras será amado por mi Padre y vendremos a él y haremos morada en él. En él nos movemos existimos y somos. Si el Señor está con nosotros ¿quién contra nosotros? 

Sal 45

El pecado más grave del pueblo de Dios es la idolatría. Hemos cambiado la gloria de Dios por la gloria humana, la vanagloria dando culto a otros dioses. Ídolos de hechura humana incapaces de salvar.

Ídolo es todo aquello que ocupa el lugar de Dios. Los ídolos embotan nuestra mente y endurecen el corazón. Ídolos pueden ser el reconocimiento, la búsqueda del éxito, la vanagloria, la búsqueda de riquezas, el empoderamiento por medio de la sabiduría, la ciencia, el confort.

Confesad a Dios como vuestro refugio y vuestra roca. Rendíos y reconoced que yo soy Dios. No deis que vuestro corazón a falsos dioses que dejarán frustrado vuestro corazón. Reconoced que solo en Dios descansa tu alma y sacia los anhelos del corazón.

Jesús es nuestra roca inamovible y baluarte; mi defensa y mi puerto seguro. Aunque tiemble la tierra, aunque sean muchas las olas que nos amenacen nada podrán contra la barca de Jesús. Yo me río de todo lo que es temible, la confiscación, el destierro, la muerte; en todo saldremos victoriosos si ponemos nuestra confianza en él. La ira de los poderosos no pesa más que una tela de araña.

 


DIA 14: DIOS SOBERANO REINA SOBRE LAS NACIONES

Lectura cristológica.

La fiesta de la Ascensión nos evoca el triunfo de nuestro Rey. El Siervo Sufriente después de abajarse es levantado y colocado como Cabeza de todo el pueblo santo. El evangelio nos narra como Jesús los llevó fuera de la ciudad al Monte Santo y allí los bendijo y fue llevado al cielo. El Padre todo lo ha puesto bajo el dominio de Cristo, plenitud del que llena el universo.

El Señor es elevado de la tierra al cielo, asciende entre cantos de vítores y aclamaciones y se sienta sobre su trono sagrado: pueblos todos batid palmas y y tocad para nuestro Rey.

Los apóstoles como príncipes del pueblo se reúnen. Desde allí el Señor afirma su dominio y es aclamado por todos los pueblos tantos judíos como gentiles como signo de su Reino definitivo. Los discípulos durante diez días esperan en oración la promesa del Espíritu.

Sal 46

Subió a los cielos el que previamente había bajado a lo profundo de la tierra. El que bajó fue elevado a lo más alto de los cielos con el fin de abarcar el universo entero. Al subir a los cielos nos abrió las puertas de los cielos a los que transitamos en esta tierra. Somos ciudadanos del cielo a fin de que no pongamos el corazón en los bienes pasajeros sino en los eternos: busquen y aspiren a las cosas del cielo y no las de la tierra. Dios nos ha destinado a vivir con Cristo y cuando aparezca glorioso también nosotros entraremos a participar de su gloria eterna.

Mientras esperamos la Iglesia es reunida en asamblea. Unos alaban y cantan otros proclaman y anuncian. La Iglesia orante alzando los brazos se mantiene en la alabanza continua. La Iglesia militante se mantiene alzando su voz como trompetas

Se exhorta a que no cesemos en la oración intercesión continua, a no bajar los brazos. La Iglesia militante somos urgidos a anunciar a Cristo tocando con maestría el canto nuevo del amor. Que nuestra vida se vea avalada por el testimonio. Pongamos todo el empeño en estrechad los vínculos del amor y la unidad. Todos con un solo corazón formando un solo pueblo. La fraternidad universal será el signo y distintivo de la presencia de Dios entre nosotros.



 

DIA 15: SOMOS LA MORADA DE DIOS Y TEMPLO DEL ESPIRITU

Lectura cristológica.

Cristo inaugura un nuevo templo, la nueva presencia de Dios entre los hombres. El templo de Jerusalén situado en Sión, el monte santo, era propiamente la "Shekhinah". La palabra hebrea que se refiere a la presencia divina o la gloria de Dios, especialmente en el contexto del Templo de Jerusalén y su manifestación entre los israelitas. La palabra deriva del verbo hebreo "shachan" que significa "morar" o "residir". Es grande la presencia de Dios en su templo, en su morada santa, altura hermosa, vértice del cielo, alegría de toda la tierra.

Cristo denuncia el culto vacío y pide un cambio interior, el culto del corazón. Habéis convertido el templo de Dios en un lugar de comerciantes, en una cueva de ladrones. Cristo inaugura un nuevo templo. Dios se hizo hombre y puso su morada entre nosotros. Este templo será destruido y yo lo levantare en tres días. Se refería al santuario de su Cuerpo.

Después de su resurrección, inaugura un nuevo templo y un nuevo culto. Sus servidores darán culto al Cordero de día y de noche y el Señor será su luz perpetua. En la nueva Jerusalén no ví templo alguno. El Señor soberano de todo ofrece su Cuerpo como cordero inmolado. No vi lámparas, la ciudad la ilumina la gloria de Dios. Del centro salía una fuente de agua viva que manaba del Cordero.

En el monte Calvario se alzará sobre la cruz, el nuevo templo. Cristo resucitado con el don de su Espíritu nos abre a la nueva manifestación de su presencia entre los hombres. Este nuevo no es levantado con piedras sino con piedras vivas. El templo de Jerusalén se levantaba sobre la roca del sacrificio de Abraham en el monte Moriah. El nuevo templo está cimentado sobre la Roca que es Cristo.

Sal 47

Cristo con el don de su Espíritu nos abre a un nuevo templo y un nuevo culto. Vi la nueva Jerusalén que bajaba del cielo junto a Dios. El nuevo templo pasa a ser su Cuerpo construido con piedras vivas. Nosotros siendo muchos estamos injertados en Cristo para formar un solo Cuerpo.

El nuevo templo pasa a ser la Iglesia y cada creyente. El santuario de Dios es sagrado y vosotros sois este santuario. Vosotros sois templos del Espíritu. El nos guiará hasta la nueva Jerusalén escatológica.

Presentaos a vosotros mismos como ofrenda viva. Ese ha de ser vuestro auténtico culto. Vivid conforme las exigencias del Espíritu y no os dejéis llevar por las desordenadas apetencias de la carne.

Que la Iglesia sea lugar de encuentro con Dios, donde su pueblo celebra la liturgia de oración y de alabanza. Amaos de corazón viviendo como hermanos. Sed humildes de corazón no presumáis de suficiencia sino considerad a los otros como superiores. Sed prontos para el servicio. Solidarizaos con las necesidades de los otros. Que la esperanza os mantenga alegres en las dificultades. Bendecid y no maldigáis. Vivid en plena armonía unos con los otros.

 


DIA 16: DIOS ME SALVA Y ME LLEVA CONSIGO

Lectura cristológica.

Jesús responde a nuestra sed más profunda de una vida plena y verdadera. Jesús es la vida verdadera, en él está la vida. Separados de él no tenemos vida. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. El Hijo es la fuente de la vida. El es el camino la verdad y la vida, Nadie va a el Padre sino por él.

El es la luz de los hombres, el que me sigue no caminará en la oscuridad. El nos instruye en sus camios para que marchemos por sus sendas. Nadie puede salvarse por sí mismo.es Jesús quien nos salva dando su vida para que nosotros tengamos vida.

Es tan caro el precio de nuestra vida. Cristo Jesús ofreciéndose así mismo rescata nuestra vida del abismo. Para salvarnos vino a compartir nuestra condición humana hasta la muerte.

Sal 48

El hombre está llamado a una vida plena. Sin embargo, vivimos en tensión y en lucha de dos polaridades, la vida y la muerte, la luz y la sombra, la gracia y el pecado. ¿quién colmará los deseos de nuestro corazón?

Tu presencia desvela el secreto más hondo de nuestra vida. Nos hiciste para ti y nuestro corazón no descansará hasta reposar en ti. No fuimos destinados al fracaso ni a la muerte. El me saca de las garras del abismo y me lleva consigo.

Dichoso el camino de los confiados, no quedaran defraudados. Su tesoro es el Señor por eso no se agotara y perdurar para siempre. No en cambio los que confían en su poder y sabiduría porque no necesitan de Dios. El hombre rico que se vanagloria en la opulencia se llevará su tesoro a la tumba.



 

DIA 17: OFRECE A DIOS EL CULTO DE ALABANZA

Lectura cristológica.

Al que sigue mis caminos le haré ver mi salvación. En cambio el que persiste en el mal camino acabará en la fosa. Jesús previene la actitud farisaica del que actuar con doblez de corazón. Ay de vosotros que sois como sepulcros hermosos por fuera pero llenos de inmundicia primero os hacéis pasar por justos delante de la gente pero vuestro corazón está lleno de hipocresía.

Enseñan una cosa pero no hacen lo que enseñan. Todo lo hacen para que la gente los alaben y admiren. Les gusta ocupar los primeros puestos y llamarse maestros. Estúpidos y ciegos.

No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser el primero que tome el último lugar. No hagáis nada por egoísmo o vanagloria. Sed humildes y considerad que los demás son mejores que vosotros.

Sal 49

Ofrece a Dios el culto de alabanza, la humilde confesión de nuestros pecados y el propósito de cumplir sus votos. Confesar el pecado es el sacrificio que me honra. Invócame el día del peligro y él te librará. Dios nos invita a convertirnos. El malvado no quedará impone y la maldad se volverá contra el propio pecador.

Lo que le agrada al Señor es el corazón humilde y arrepentido. Que no haya doblez en tu corazón. Comportaos como servidores de Dios soportándoos mutuamente con amor. Ahí está la presencia del Espíritu en nosotros, nuestro amor sin doblez.

No ambicionéis grandezas sino poneos al nivel de los humildes y no presumáis de suficiencia. Bendecid y no maldigáis. Solidarizados con las necesidades de los otros.



 

DIA 18: EL MISERERE: SEÑOR TEN MISERICORDIA DE MI

Lectura cristológica.

Señor no nos ocultes tu rostro. Jesús nos revela el verdadero rostro de Dios: la misericordia. Jesús no vino a condenar sino a salvar. No se muestra acusando sino perdonando. Vino a salvar a los pecadores. No vino a llamar a los justos sino a los pecadores. Se ofreció en rescate por nuestros pecados. Jesús ofreciéndose en la cruz se ofrece en recate de nosotros pecadores. Padre no les tengas en cuenta su pecado, perdónalos.

Señor crea en mi un corazón puro, rocíame con tu espíritu y quedaré limpio. La nueva creación la lleva con el perdón y la efusión de su Espíritu de amor que nos hace capaz de amar y de perdonar. Pide a los suyos que perdonen. Amad a vuestros y perdonad a los que os odian. Bendecid no maldigáis. Ser bondadosos y misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso y de este modo seréis hijos de vuestro Padre del cielo.

Sal 50

Reconozco Señor mi pecado, pero sobre todo reconozco tu infinito amor, tu misericordia y tu perdón. Esta es la doble confesión. Ante mi confesión de pecador Dios se nos muestra como el Dios que siempre perdona.

El pecado por una parte nos hace descubrir nuestra condición humana. En la culpa nací, pecador me concibió mi madre.

El pecado por otra parte solo se reconoce a partir del amor con que somos amados. Contra ti, contra ti solo peque. No correspondí a tu amor. He despreciado tu amor. He traicionado tu amistad.

Pero aunque nosotros te abandonemos tú no nos abandonas. No te cansas de acogernos y perdonarnos. Un corazón quebrantado y humillado tu no lo desprecias.

 


DIA 19: ME FIO Y CONFIO EN SU MISERICORDIA

Lectura cristológica.

Cristo aparece como el olivo, el árbol de la vida. En el árbol de la Cruz, de donde pende Cristo, se nos da la Vida. Jesús promete el don de su Espíritu. Inclinando la cabeza entregó el Espíritu. Del árbol de la Cruz sale el torrente de vida. Jesús nos promete el que viene a mí no pasará hambre ni tendrá sed jamás. Del muro del templo brotará un manantial. Un río de agua de vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. A un lado y a otro del río, hay un árbol de vida que da doce frutos, cada mes su fruto.

Jesús nos da su Espíritu, la corriente de Vida que mana sin cesar de Dios, una inmensa corriente, un río de vida y amor que crea y mantiene la vida de todas las criaturas derramándose en ellas.

Esta corriente fecunda continuamente al mundo. Nos crea, nos envuelve, nos recrea, nos cura, nos fecunda. El mundo vive en ella y por ella. Nosotros también vivimos en esta corriente: en El vivimos, nos movemos y existimos. Es el río que nos lleva. En ese río de vida y amor navegamos junto a todos los seres, sustentados, llevados, rodeados, penetrados del Amor y la Vida que es Dios. Viviré a la sombra del olivo plantado al borde del torrente que nos da la vida.

Nuestra tarea consiste en insertarnos en esa corriente de Vida, dejarnos invadir y llevar por ella. Vivir desde ella y en ella. Prolongar y propagar su acción creadora, sanadora, restauradora, liberadora. Potenciar la fecundidad, hacer que crezca la vida por donde nosotros pasamos. Porque somos como el árbol plantado junto a la corriente, da fruto hasta en su vejez.

Sal 51

Yo confiaré en el Señor en su gran bondad y misericordia. Seré como verde olivo plantado en la casa del Señor. Le daré gracias por siempre y proclamaré su Nombre delante de los fieles.

Da fuerza a tu siervo y líbralo de las garras del enemigo. El que rehúsa el mal y rechaza el soborno habitará en la casa del Señor, tendrá su alcázar en un picacho rocoso con abasto de pan y provisión de agua.

Plantado junto a la corriente da fruto en su sazón, no se marchitan sus hojas y cuanto emprende tiene buen fin. En cambio el camino de los malvados acaba mal. El que se engría en su opulencia, confía en sus riquezas y se jacta en su sabiduría quedará desolado y baldío. Será como paja que se lleva el viento.

Señor que dominas todo, oye el clamor de los desamparados y libranos del poder de los malvados. No dejes que siga la senda de los perversos. No tengas envidia de los malos. Confía en el Señor. Los justos heredarán la tierra. El justo será como árbol de olivo que prosperará dando fruto. Aceite que sanará las heridas.

 


DIA 20: EL SEÑOR CAMBIARA NUESTRA SUERTE

Lectura cristológica.

Jesús viene a salvarnos y rescatarnos de la muerte: He venido a salvar a mi pueblo de suerte que los que vagan ciegos en las sombras de la muerte vuelvan al buen camino.

A pesar de tantos signos el hombre no quiso reconocer a Dios y se obstino en el mal camino. Se oscurecieron sus ojos y endurecieron el corazón.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el Dios que viene de lo alto. Vino como luz que resplandece en las tinieblas y las tinieblas no la sofocaron. Alos que le reconocieron y le acogieron les dio el poder hacerse hijos de Dios.

Sal 52

Vivimos en un mundo ateo que le ha dado la espalda a Dios. Dice el necio para sí: no hay Dios. Prefirieron la mentira a la verdad. Todos se extraviaron igualmente obstinados.

Se han corrompido cometiendo execraciones. Vagaron extraviados a merced de su mente pervertida hasta rebosar de injusticia, impiedad, codicia y maldad. Prefirieron adorar a los ídolos en lugar de su Creador.

Dios observa desde el cielo para ver si hay alguno sensato. A pesar de nuestra terquedad Dios no quiso olvidar ni abandonar lo que había creado. Aunque el hombre rechaza a Dios, Dios no rechaza al hombre. La paciencia de Dios es nuestra salvación.

Ojalá se rasguen los cielos para que destile su amor como rocío que empape la tierra. Ojalá venga el Señor a cambiar la suerte de su pueblo. Este es el misterio de la infinita piedad de nuestro Dios. Dios persiste en reclamar su atención y llega hasta el colmo de salir al encuentro del hombre.

Dios se revela como nuestro salvador y defensor que viene en ayuda de nuestra flaqueza. Ojalá el hombre reconozca y confiese la bondad de nuestro Dios. De ti viene la salvación y la bendición sobre tu pueblo.


 

 DIA 21: EL SEÑOR ESCUCHA MI VOZ SUPLICANTE

Lectura cristológica.

Jesús vive de cara y en presencia del Padre y permanece en la oración y la alabanza: Yo no estoy solo el Padre esta conmigo y yo con el Padre. El Hijo vive para el Padre. El Hijo no quiere hacer nada por su cuenta. Yo no hablo por mi cuenta. El Padre es el que me dice lo que debo hablar y enseñar. Lo que ve hacer al Padre es lo que hace el Hijo. El hijo todo lo que hace es para dar gloria al Padre.

Sobre todo en la hora de la prueba se fía y se confía en las manos del Padre. aunque unos insolentes se alcen contra mí y hombres violentos me persigan a muerte, veré la derrota de mis enemigos y la victoria de nuestro Dios.

Jesús permanece en actitud suplicante frente al Padre. El Padre atiende mi súplica. El es mi auxilio y escudo. El sostiene mi vida ¿A quién he de temer? Jesús se adhiere a la voluntad del Padre y vence el temor y la duda a través de la fe y la confianza.

Sal 53

Jesús nos enseña a vivir de cara a Dios permaneciendo en la oración y la alabanza. Cada día empezamos la oración de la mañana con esta invocación inicial: Dios mío ven en mi auxilio, Señor date prisa en socorrernos. Por la mañana invocaré tu Nombre y tu escucharás mi voz.

Comenzamos el día pidiendo que los primeros impulsos de la mente, los labios y corazón estén dirigidos a Dios: abreme Señor los labios y mi boca proclamará tu alabanza.

Es la primera hora del día, el despertar de la aurora. Esta primera hora nos evoca la Resurrección del Señor. Nos abrimos a recibir la luz del Sol para recibir la Luz que ilumina nuestros pasos, para orientarnos con esperanza hacia la Luz que no conoce ocaso. Pedimos que esa Luz retorne a nosotros para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte.

Nuestra suplica se hace adhesión para venciendo nuestros miedos ofrecerle al Señor un sacrificio de alabanza. Entonaré un canto de alabanza en acción de gracias. Te ofreceré mi vida como ofrenda agradable a ti para gloria de tu Nombre que es bueno. Tu bondad me acompañara cada jornada para santificarla haciendo lo que a ti te agrada.



 

DIA 22: ENCOMIENDO A DIOS MI VIDA EL SEÑOR ME SOSTIENE

Lectura cristológica.

Jesús en su Pasión nos enseña a vivir en manos del Padre. Jesús pasa por la turbación y la desolación desde el abandono confiado. Señor escucha mi voz suplicante, respóndeme que no quede confundido.

Me turba los gritos de los malvados me salta el temor y el terror. Estoy solo, afligido. Se retuercen mis huesos y me sobrecoge un pavor mortal. Me cubren las tinieblas y me cubre el espanto. Jesús lleno de angustia y postrado por tierra oraba incesante al Padre.

El evangelio nos hace ver la crudeza de ese pavor mortal. Le caía el sudor al suelo en forma de grandes gotas de sangre. En esta situación de angustia piensa en la huida como remedio. Si pudiera emigraría lejos y escaparía como una paloma. Padre si es posible que pase esta hora de angustia y amargura. Pero que no se haga mi querer sino el tuyo.

Tu eres mi auxilio mi amigo y confidente. No me abandones en la prueba. Mira a tu Siervo que confía en ti, a quien me une una dulce intimidad. Oigo en mi corazón confía en El encomienda a El tus afanes, pues no permitirá que caiga en la desesperación. Confía en Dios y no quedarás defraudado.

Dios no le priva del dolor y el sufrimiento de la prueba. Es probado en la fe por nosotros para que nosotros no desfallezcamos. Nos promete su auxilio. Jesús asume el dolor y la soledad solidario con nosotros dándonos ejemplo de perseverancia.

Sal 54

También nosotros pasamos por esta hora de turbación y de prueba. Jesús nos invita a permanecer en oración sobre todo en los momentos de agitación, turbación, desolación. Por la mañana, al mediodía, por la tarde alzo mi voz. Jesús nos pide no abandonar la oración y la súplica. Señor escucha mi voz suplicante. No te cierres a mi súplica.

Estamos llamados a saber vivir la soledad como espacio de oración y de escucha como lugar para el encuentro con Dios. Lugar para hacer experiencia de un Dios cercano al que nos une una dulce intimidad. Señor no estes lejos. No es la huida lo que salva sino la oración incesante la que llega hasta Dios. La victoria de Cristo vino a través de su obediencia filial. La desobediencia y la rebeldía hubiera sido la derrota.

Es a través del abandono confiado como Dios nos salva. Jesús nos enseña a vivir en el abandono confiado. Siendo Hijo aprendió en la escuela del dolor lo que cuesta obedecer para darnos ejemplo.

Esta es la lección magistral de Jesús en su Getsemaní, en su Pasión, en la cátedra de la Cruz. Confía en Dios, espera en Dios. El escuchará la voz suplicante, El nos rescatará de la fosa fatal. Espera en Dios que volverás a alabarlo.


 

DIA 23: EN DIOS CONFIO Y NO TEMO

Lectura cristológica.

Jesús en la Pasión deja manifiesto que sufre no solo por fuera sino por dentro. Vive un combate interior entre la luz y las tinieblas, entre la huida y la aceptación, la desesperación y la confianza. La raíz del pecado es la desobediencia.

Jesús siente como sus enemigos se confabulan para matarle. Me acechan, me atacan, me oprimen, me hieren. ¿Cómo vence la hora de la prueba? Tres veces se repite todo el día. El acoso es incesante. Tres veces se repite en Dios confío y no temo.

En Getsemaní Jesús por tres veces se dirige al Padre en oración: Padre si es posible que pase de mi este cáliz de amargura. Padre todo es posible para ti. Padre que no se haga lo que yo quiero sino lo que tú quieras.

Jesús ora con insistencia, hasta el punto de no tener fuerzas de pararse y tener que orar postrado por tierra. No cesa hasta adherirse a la voluntad del Padre. Levantaos, vámonos, ha llegado la hora.

Sal 55

Jesús personifica la oración del justo y nos enseña a perseverar en la oración hasta adherirnos a la voluntad del Padre. en esa situación desesperada no desespera, aunque se siente abrumado no es derribado, aunque se siente atemorizado el temor no le paraliza.

Ora hasta reavivar su confianza en Dios. En Dios confío y no temo. ¿Qué podrán hacerme los simples mortales? Pide a Dios que haga suyo su lamento y recoja sus lágrimas en un odre.

Yo mantendré las promesas que hice porque tu libraste mi vida del que me causaba y acosaba día y noche. Como fruto de esta adhesión se reaviva la confianza. Caminaré en tu presencia todos los días de mi vida.

 




DIA 24: A TU SOMBRA ME COBIJO MIENTRAS PASA LA CALAMIDAD

Lectura cristológica.

Jesús vive en manos del Padre. la primera y última palabra del evangelio en boca de Jesús es Padre. No sabías que me debo a las cosas de mi Padre. En tus manos Padre encomiendo mi vida. Tu eres un Padre para mí y yo tu hijo amado. Estoy en tus manos me tienes en tu pensamiento y tu corazón. Tu Señor me conoces y me amas. Tu riges todo con sabiduría y poder. Tu me estrechas por detrás y por delante y me cubres con tu palma.

Jesús nos ha dado a conocer al Padre. No tengáis miedo a los que pueden matar el cuerpo. Como llama a cada estrella por su nombre y conoce a los pajarillos del campo vosotros valéis más que los pájaros y no se pierde ni un solo cabello sin su consentimiento. Por mucho que os preocupéis ¿podéis añadir una sola hora a vuestra vida? El Padre sabe dar a cada tiempo lo que necesitáis.

Mi corazón está firme te daré gracias ante los pueblos por tu bondad que es más grande que los cielos, tu fidelidad que alcanza las nubes. Ni la tiniebla es oscura para ti y la noche es clara como el día.

Sal 56

El salmista encuentra protección cobijado en manos de Dios. Me refugio a la sombra de tus alas mientras pasa la calamidad. Tu conoces hasta el fondo de mi alma, no desconoces cada uno de mis huesos.

Aunque hayan tendido una red a mis pasos para que sucumbiera y cavado ya la fosa confiaré en el Señor. Aunque se cierna la noche tenebrosa aguardaré en tu misericordia. Despertaré a la aurora invocando al Dios altísimo. Misericordia, Dios mío, misericordia. Desde el cielo me enviará su salvación, enviará su gracia y su lealtad.

En mi debilidad tú me haces fuerte, en mi fragilidad tu me haces firme. Elévate sobre el cielo, muestra tu poder y ven a salvarnos. Tu enviarás tu gracia y mantendrás tu fidelidad de generación en generación.

Cada día amaneceré invocando tu nombre evocando tu Resurrección aguardando y esperando la salvación, confiando en el Dios que me ama y que hace tanto por mí. Proclamaré tu bondad que es más grande que los cielos, tu fidelidad que alcanza las nubes.

 


DIA 25: DIOS RESTABLECIO LA JUSTICIA RESUCITANDO A SU HIJO

Lectura cristológica.

Jesús se abandona en el Padre y deja que sea él quien dictamine y tenga la última palabra. Dios quiso salvar al mundo dándose a conocer por medio de Jesucristo. La vida eterna es que reconozcan al Dios de Jesucristo como el Dios verdadero. La condena está en el que rechaza a Cristo y su mensaje.

No he venido a condenar al mundo sino a salvarlo. No seré yo el que condene sino el hombre que no acepte mi mensaje, mi propio mensaje le condenará al no haber creído.

Jesús nos ha revelado el auténtico rostro de Dios. Dios es misericordioso y quiso poner un límite al mal con su misericordia. No hemos de tomar la justicia por nuestra mano. No recurráis a la violencia sino venced el mal con el bien. Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Ser misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso.

El mensaje del evangelio nos revela el corazón de Dios. El remedio contra el mal es el perdón. En medio de un mundo lacerado por el odio y la maldad, sed misericordiosos. Perdonar para que todos encuentren la misericordia de Dios.

Sal 57

El hombre es libre de reconocerlo o de rechazarlo. El pecado es apartarnos de Dios. Vosotros que seguís vuestro propio albedrío y os levantáis como jueces inicuos para someter a los hombres según vuestro provecho y beneficio seréis como las babosas que se arrastran por el suelo. Seréis como la paja que se lleva el viento, como flor que se marchita, como hierba pisoteada.

El mal entró por la desobediencia. No dejéis corromper vuestro corazón, porque del corazón corrompido brota la injusticia. Los que planeáis delitos seducidos por la serpiente serán exterminados de la tierra. Dios se alzará como protector de los pobres y oprimidos que heredarán la tierra.

Practicad la justicia defendiendo a los pobres y oprimidos. Felices los que buscáis extender mi reino trabajando por la paz denunciando la injusticia como lo hicieron los profetas. Alegraos cuando seáis perseguidos por ser justos y buenos porque os espera una gran recompensa.


DIA 26: QUE TU FAVOR SE ADELANTE OH DIOS

Lectura cristológica.

Por la mañana aclamare tu misericordia y por la tarde cantare tu fuerza. Este salmo personifica la oración del pobre y afligido que encarna Jesús. Padre Señor del cielo y de la tierra. Te doy gracias porque has querido revelar los secretos del reino y de tu corazón a los pobres y pequeños

Este es mi siervo a quien he elegido, yo le amo y él es toda mi alegría. No estéis preocupados que vais a comer o beber para poder vivir. Vosotros buscad su reino y todo lo bueno que hay en él. No os inquietéis por el día de mañana, cada día tiene bastante con su propio afán.

Jesús se encuentra en medio del dolor y la aflicción pero permanece en la oración y la súplica. Mira que estoy acechado y me acosan los poderosos. Alza su voz: líbrame, protégeme, sálvame. Confiesa tu eres mi alcázar, mi refugio, mi escudo.

Señor sal a mi encuentro, que tu favor se adelante cada día. Despierta y ven a mi encuentro. Por la mañana es el tiempo de la gracia. Antes de que salga el sol empieza la jornada en oración y la termina por la tarde aclamando tu misericordia.

Sal 58

Jesús nos enseña a hacer de la oración nuestra forma de vivir, nuestra vida cotidiana. Jesús busca a Dios como el aire para respirar. Me levantaré cada mañana buscando tu favor y terminaré el día proclamando tu misericordia.

El salmo nos previene de la autosuficiencia, viven sin tener presente a Dios y les mueve la soberbia insolente. Sueltan la lengua como puñales. Dan vueltas buscando satisfacer su vientre. Van gruñendo hasta hartarse. Vagan ladrando como perros salvajes. Profieren mentiras y maldiciones. Quedarán prendidos en su arrogancia.

Despierta tu poder y ven a salvarme. Parece que Dios duerme pero a pesar de todo confía plenamente en el Señor. También nosotros necesitamos abrir nuestro corazón a Dios cuando nos vemos asediados. Necesito un lugar donde sentirme seguro. Tu mi alcázar me comunicas tu fuerza y me libras de los temores que me asaltan. Por la mañana invocaré tu nombre y por la tarde proclamaré tu misericordia.

 


DIA 27: DIOS HABLO DESDE SU MORADA

Lectura cristológica.

Ante un mundo roto y dividido pedimos el Espíritu que venga en ayuda de nuestra flaqueza. La ayuda del hombre es inútil si tú no habitas en ella. Renueva, repara las grietas de la Iglesia. Auxílianos, restáuranos, guíanos con Dios haremos proezas.

Acercándose a Jerusalén antes de su partida a la casa del Padre nos implora. cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina reune a sus pollitos bajo sus alas. Si hoy reconocieseis mi venida. no cerreis y endurezcais el corazón Llorareis y gemiréis porque seréis odiados e incomprendidos. Más no estéis angustiados ni tengáis miedo. No os dejaré huérfanos. Os enviaré mi Espíritu que os guiará. En el mundo tendréis sufrimientos pero ánimo yo he vencido al mundo.

Jesús es el ungido por Dios, portador del Espíritu. El Espíritu esta sobre mí. El me ha enviado a sanar los corazones destrozados y vendar sus heridas. Jesús fue elevado al cielo y habló desde su morada. Como el Padre me envió así yo os envio. Jesús pide por los suyos. Padre protégelos del maligno. No te pido que los saques del mundo sino que los defiendas del maligno.

Sal 59

Cuando todo se desmorona y parece derrumbarse tu nos prometes tu auxilio. Con Dios realizaremos proezas. El derrotará a nuestro adversario. No temáis yo he vencido al mundo. El Señor se eleva sobre todos los pueblos y desde allí se abaja para mirar la tierra. No, yo no olvido a los hombres, comienza vuestra tarea. Este es el tiempo del nacimiento de la Iglesia, es el tiempo de la misión de proclamar su grandeza. Con el Espíritu haremos proezas.

Frente al ateísmo y el secularismo no nos quitas del mundo, nos quieres cercanos a los hombres nuestros hermanos. Frente un mundo dividido por las discordias, nos quieres en el mundo como fermento de paz y unidad. Testigos de fe y esperanza en un mundo desalentado y desorientado.

El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel. No podemos quedarnos encerrados en nuestro torreón. Hemos de derribar los muros que hemos levantado. Parece que no hay lugar para ti en nuestras ciudades y sin embargo tú estás aguardando en cada corazón.

Dios habló desde su morada. ¿Quién me conducirá hasta mi morada en Sión? Triunfante ocuparé Siquem. Tu nos envías a nuestras ciudades para hacerte presente en medio de las realidades que viven.

El Espíritu nos ha ungido y enviado, nos ha sido para prolongar la misión del Hijo. Para levantar del polvo as desvalido, para alzar de la basura al pobre, para anunciar la Buena Noticia a los pobres, para levantar testigos en las plazas.


 

DIA 28: VIVIRÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR

Lectura cristológica.

Jesús nos prometió el Espíritu y nos lo dio como lluvia temprana que empapa la tierra. Ahora sois mi morada. Yo habitaré siempre en mi morada. Yo cuidaré de vosotros para que nadie se pierda. Podrás vivir al amparo de mis alas.

No he sido elevado al cielo para olvidarme de la tierra, no os dejaré huérfanos mi Padre y yo vendremos para hacer morada en vosotros. Yo habitaré siempre entre vosotros. Mi corazón estará abierto día y noche para atender vuestros ruegos.

Os revestiré de gloria y de poder y os sentaré como príncipes para reinar sobre la tierra. La gobernareis y cuidareis de ella con amor. Mi gracia y fidelidad te harán guardia. Yo iré cumpliendo mis promesas día tras día. Yo seré vuestro amparo, baluarte, refugio, el bastión que os proteja del enemigo.

Sal 60

El hombre se afanó por levantar una morada digna para el Señor. Dios mismo quiso levantar su morada entre los hombres. En Cristo puso su morada para que su presencia llenara la tierra. somos familia de Dios. Somos ciudadanos del cielo nuestra verdadera patria. A los que veneran mi nombre y atienden mis preceptos tu les darás una morada eterna.

Como dijo Dios a David: no hay quien pueda contener mi presencia, ni en lo alto de los cielos ni abajo sobre la tierra. Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo no habité en ningún templo. No serás tú quien edifique una Casa en mi nombre. Será un descendiente tuyo quien la edifique.

Yo moraré entre los hombres en un lugar sin puertas ni barreras de día y de noche. Yo estaré en tu Siervo, que tus ojos estén abiertos ante él día y noche escuchando la oración que tu Servidor te dirige en este lugar.

 


DIA 29: DESAHOGAD ANTE EL VUESTRO CORAZON

Lectura cristológica.

En Cristo Dios estableció su morada y nosotros podemos descansar en Dios porque él está con nosotros. Descansa en Dios alma mía y desahogad ante él vuestro corazón. Dadle todo vuestro corazón

Pueblo suyo confiad en él. No confiéis en creaturas que son apariencia y pesan lo que un soplo. El ser humano es débil y efímero. Sin embargo, el amor de Dios es estable y firme. Aunque estamos juntos siempre hay una sombra de división, una sombra, una fisura, una herida, una sed que nadie puede saciar.

Cristo habiendo amado a los suyos los amó hasta el extremo. Les he dado a conocer tu amor y se lo seguiré dando a conocer para que el amor con que tu me has amado este en ellos y yo mismo en ellos. El Espíritu es el amor que une al Padre y al Hijo en unidad perfecta. Este amor ha sido derramado en nuestros corazones para que nosotros podamos amar de forma gratuita e incondicional. Nosotros no sabemos ni podemos amar como conviene pero el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad y flaqueza.

Sal 61

Nos hiciste para ti Señor y nuestro corazón no reposará hasta descansar en tí. El corazón tiene que desahogarse y entregarse a Dios, solo él es la fuente, que saciará nuestra sed que curará nuestra herida. El Espíritu nos hace capaces de amar sin condiciones a todas las personas.

A veces tenemos el corazón herido, partido, abatido y no sabemos a quién acudir. Tu corazón permanece siempre abierto. Sentimos la tristeza, el desengaño, la frustración, el cansancio, el desánimo. No os hagáis falsas ilusiones. Nadie ni nada de este mundo podrá colmar nuestras expectativas. No confíes en seres de barro imperfectos, limitados. Desahogad en Dios vuestro corazón.

La vida se nos va cuando perdemos el amor y nos quedamos apagados. Sentimos nostalgia de amor. A pesar de la desilusión que experimentamos por fuera mira a tu interior. En nuestro interior esta la fuente que calmará nuestra sed. Solo el amor de Dios es firme y verdadero.

El verdadero amor conlleva un querer más hondo, una decisión del corazón que involucre toda la existencia. En medio de un conflicto no resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón. Hemos de mantener viva la decisión de amar aunque a veces cueste y suponga dolor.


 

DIA 30: MI ALMA TIENE SED DE TU AMOR

Lectura cristológica.

Jesús no busca en nosotros sino una respuesta a su amor. Por ti madrugo a ti me dirijo cada día. Todo mi ser tiene sed de ti. Tu amor vale más que la vida. Me saciaré con manjares sustanciosos hasta vivir de ti i para ti. Toda mi vida está unida a ti. Te alabaran mis labios y mi boca proclamara tu alabanza.

Buscad sin descanso el amor. Vivid en el amor. Somos de Cristo. Le pertenecemos a Cristo. Padre Santo haz que vivan unidos a mí. Aquí estoy yo con los mios, los que Dios me ha dado.

Jesús insiste en permanecer unidos a la fuente. Permaneced unidos a mí como yo lo estoy a vosotros. Separados de mí no podéis hacer nada. Como el Padre me ama a mí así yo os amo a vosotros.

Sal 62

Mi vida tiene ansia de ti. Sin ti nada soy. Soy como tierra reseca agostada sin agua. Nuestro mundo roto y dividido solo se renovará desde corazones renovados necesitamos de una revolución, la que nos impulsa el amor.

Tantas veces vivimos presos en nuestras prisiones, encerrados en nosotros mismos, presos de muros y de máscaras por miedo a revelarnos tal cual somos, a no ser valorados. Todos vamos buscando amor, reconocimiento, afirmación. La peor enfermedad es la pérdida del amor.

Podemos hacer nuestra la secuencia de Pentecostés: Ven Espíritu de Amor, fuente del mayor consuelo, amable huésped del alma, calienta nuestra frialdad, brisa en horas de bochorno, paz en las horas de duelo.

Entra en lo más hondo del alma, lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos, cura nuestras heridas, doblega nuestra soberbia, luz que penetra las almas, endereza nuestras sendas llena los corazones y enciende en ellos el fuego de tu amor. Entra y siéntete conmigo como en tu casa.

 


Conclusión

Hemos celebrado la fiesta de Pentecostés, irrupción del Espíritu que hace nuevas todas las cosas. Tiempo de gracia de kairos de inicio de una tierra nueva. Tiempo de renovación que apunta a la restauración final. Haz que venerando estos sagrados misterios podamos experimentar los frutos de la Redención.

Comenzamos esta serie de oraciones con la invocación Espíritu Santo Ven, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Renueva la faz de la tierra. Renueva nuestros corazones. Pedimos al Señor que entre hasta el fondo de nuestros corazones y los renueve porque toda renovación empieza desde dentro del corazón.

Miremos hacia dentro y examinemos como vivimos como construimos si es sobre la roca de su Amor o sobre barro. Los titanes se creyeron semidioses. Se creyeron omnipotentes pero vieron derribarse el ídolo de autosuficiencia que se habían construido. A veces vamos como caballos desbocados que antes o después caen por tierra y son derribados.

Buscad en todo el amor. Si nos falta el amor no somos nada, de nada me aprovecha. El amor es lo que permanece. Fuimos elegidos y amados y destinado a dar fruto. Dichosos vosotros cuando lo pongáis en práctica.

El fruto del Espíritu es el amor. El amor es lo que renueva y hace nuevas todas las cosas. El amor nos dinamiza y nos unifica. El amor unifica nuestro ser, nuestro cuerpo (el carro), nuestras emociones (el caballo), nuestra mente (el jinete).

El camino de santificación es la obra del Espíritu del Amor. Es un camino que conlleva aceptar nuestros errores, puede que nos equivoquemos, pero podemos levantarnos.

Aceptar nuestras ambigüedades y polaridades, nuestras emociones y sentimientos. Todo el mundo tiene que lidiar con sentimientos positivos y negativos, momentos de ánimo y de desánimo. Lo importante es no desfallecer. Aceptar las dificultades, las limitaciones, las debilidades, la enfermedad, el cansancio, el dolor como parte de nuestro ser humanos y no superhombres.

Se trata no de un perfeccionismo de mantener una imagen ideal sino de mantener el amor vivo en todas las situaciones de la vida. Felices seréis si permanecéis en mi amor. El secreto de la felicidad no está en la búsqueda de resultados o eficacias humanas. La felicidad no viene de del no fallar sino de aprender a levantarse una y otra vez. Debemos sencillamente de intentar crecer en el amor.

Disfrutar de lo que vivimos, de las cosas buenas de la vida, sabiendo que cada día tiene su afán. El Espíritu nos ayuda a dar sabor a lo que hacemos y vivimos. En todo hacemos lo que podemos intentando hacerlo bien. Buscar tanto el bien propio como el de los demás. La presencia del Espíritu se ordena al bien de todos. La presencia del Espíritu se ordena al bien de todos. Esta es la promesa del Espíritu que Jesús nos da, confiad, yo estoy con vosotros, estamos en él.

El Espíritu de Jesús se une a nuestro espíritu y viene en ayuda de nuestra flaqueza a hacernos experimentar hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. Pedimos que el Espíritu nos renueve para que podamos experimentar sus dones y frutos.

Ven Espíritu Santo a iluminar nuestra mente e inteligencia y cambiar nuestra manera de pensar. Danos tu luz para poder descubrir el sentido de la vida, del sufrimiento, de la humillación dentro del plan de Dios

Ven Espíritu Santo a cambiar nuestros corazones para que amemos como Cristo ama. Sana nuestro corazón herido y danos tu calor, dulce huésped del alma, enjuga nuestras lágrimas fuente del mayor consuelo.

Ven Espíritu Santo y mueve nuestra voluntad para que actuemos según Dios según las inspiraciones divinas. Danos experimentar tu victoria, que tu amor es más fuerte que nuestro pecado y podamos sobrellevar la dificultad con paciencia y templanza.

Este es el tiempo de la gracia (Kairos), el tiempo del amor. Celebramos la victoria del amor. La vida nueva en el Espíritu es un nuevo nacimiento, una vida en Cristo que vivida en Cristo busca hacer la voluntad del Padre. Los que son de Cristo son hombres nuevos, han crucificado la carne para vivir del Espíritu.

 

 

 

 





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