ORACIONES DE JULIO
(EL CAMINO DE INTEGRACION)
Introducción
Este mes de Julio enmarcada en este año jubilar tiene también resonancias de cara al ministerio sacerdotal. Es un tiempo de gracia, de renovación del sacerdocio. En este mes se ha celebrado el jubileo para los sacerdotes. He recuerdado mi ordenación sacerdotal y mi primera misa. Su elecciónes es pura gracia, iniciativa de él y totalmente inmerecida. Cada vez uno se hace más consciente de la distancia entre Cristo y a quien llama. Uno siente como Pedro su indignidad, apartate de mi que soy un pobre pecador. Su llamada supera nuestra capacidad. Nuestro sacerdoció esta inserto en Cristo, es participación del sacerdocio de Cristo. Hemos sido llamados para prolongar su sacerdocio entre los hombres, nuestros hermanos. A los que llamó los purifico, capacitó y santificó para ser ministros de esta nueva alianza. El nos amó y se entregó por nosotros cuando éramos pecadores. El nos ha prometido su auxilio, no dejó que desfalleciéramos faltos de ánimo en medio de la prueba. Mi gracia te basta porque mi fuerza se hace manifiesta en tu debilidad. El nos arraiga en su amor y misericordia. Lo que brota de nosotros es un canto de júbilo y de acción de gracias.
La figura mitológica griega de Sísifo encarna los
superhombres esforzados y resignados que tratan de escalar una montaña
arrastrando una gran piedra. Tratan de despojarse de la mortalidad y hacerse
semidioses, titanes. Pero acontecimientos surgen que hacen que poco a poco se
derrumbe y se precipite por los suelos. Tratan de erigirse en titanes, colosos
tomando las riendas de su vida y teniéndolo todo bajo control. El control no da
vida sino que a menudo aleja de vivirla con sano equilibrio. El que trata de coger
las riendas de su vida se les escapa de improviso todo control y se desploma.
Se pone tanto esfuerzo en controlar los sentimientos no le quedan fuerzas para
rodar la piedra hasta la cumbre. Procustes, el descoyuntador de miembros
aparece como un monstruo gigantesco y un salteador de caminos que hace
prisioneros a los caminantes. Hércules vence a Procustes y termina por tenderlo
sobre su lecho. Tántalo es la figura del hombre codicioso movido por una sed
insaciable que jamás puede calmar. Encarna esos que se deja llevar por la
omniscencia de los dioses. Su desmesura le lleva a destruir su propia carne
abusando de su cuerpo, se le castiga incapacitándole para disfrutar. Prometeo
probó el néctar de los dioses y quiso robar el néctar de la inmortalidad.
Prometeo es el paradigma de los hombres que creen que pueden robar a Dios lo
que quieran. No son humildes ni tienen respeto a Dios. Rebelarse contra Dios es
rebelarse contra la vida.
Caminamos en dos polaridades el rigorismo y el laxismo. los
que encarnan a Procrustes se rigen por la ley del rigorismo y del perfeccionismo.
Todos los que se empinan sobre sí mismos acaban aterrizando en su propia
prisión. Tántalo es el hombre codicioso que encarna el paradigma de los que
creen que todo les está permitido.
Hombres como Prometeo los ha habido en la antigüedad y los
sigue habiendo en la postmodernidad. Son aquellos que se rigen por sí mismos
creyendo que pueden llevar el control de todo. En su estera personal se creen
dueños de su propia vida, no cuentan con la bendición y el beneplácito de Dios.
Se creen dioses, robó de los dioses el fuego que puede acabar con el mundo y
pierden su humanidad.
Necesitamos despojarnos de toda autosuficiencia para vivir
en humildad desde lo que profundamente somos: hijos y hermanos. El hombre no es
solo inteligencia y voluntad, hemos de dar espacio al corazón. Hemos despojado
al hombre de los sentimientos y del alma. Hemos de vivir una vida unificada por
un mismo Espíritu (principio unificador). Somos aspirantes al cielo pero
peregrinos en la tierra. somos pobres peregrinos en camino.
No podemos subir hasta Dios a base de nuestras propios
méritos y fuerzas, por un camino de subir peldaños. La perfección la vivimos a
través de nuestras propias imperfecciones abajándonos a lo más hondo de nuestra
realidad (la oscuridad de nuestra sombra). La opción por Dios hemos de
mantenerla en los altibajos del día a día, en las distintas crisis que
atravesamos a lo largo de la vida. Quien no recorre el camino hasta lo más
hondo de su alma para conocerse y descubrir la imagen de Dios que hay en él,
queda excluido de la verdadera vida.
El camino de perfección
Son muchos los que creyeron que la perfección (con influencia de la filosofía estoica) consistía en la adquisición de virtudes, estado de perfección vía la ascesis y la negación a uno mismo. Si bien hay un combate espiritual entre el Espíritu de Dios y el epíritu de mal no se trata de una lucha desencarnada sino amigable y benébola guiados por el Espíritu del amor. No se trata de un voluntarismo sino de dar espacio a la gracia.
La perfección la vivimos en camino de conversión y de integración. (Iglesia semper reformanda) La tentación pelagiana empuja a la Iglesia a no ser humilde, desinteresada y bienaventurada. Y lo hace con la apariencia de un bien”. El pelagianismo nos conduce a poner la confianza en las normas, en las estructuras, en las organizaciones, en las mediaciones siempre humanas e imperfectas. A menudo nos lleva también a asumir un rol, un estilo de control, de dureza, de normatividad. La norma da al pelagiano la seguridad de sentirse superior, de tener una orientación precisa. Allí encuentra su fuerza, no en la suavidad del soplo del Espíritu.
La doctrina cristiana no es un sistema cerrado incapaz de generar preguntas, dudas, interrogantes, sino que está viva, sabe inquietar, sabe animar. Tiene un rostro que no es rígido, tiene un cuerpo que se mueve y crece, tiene carne tierna: la doctrina cristiana se llama Jesucristo. No podemos, por el hecho de haber optado la vida consagrada y tomar los consejos evángelicos, creer que hemos alcanzado un estado de perfección. Somos pecadores al igual que todos los hombres y en vías de conversión. Será preciso internalizar los valores para no quedarnos en los roles en las normas, hábitos y prácticas externas.
El hombre como espíritu encarnado es cuerpo, mente, corazón y voluntad. Hemos de saber integrar las distintas dimensiones de la persona (fisico biologica corporal, psicológica, relacional espiritual). Uno de los aspectos a integrar es la valoración del cuerpo, la teología del cuerpo (sede del espíritu). No se trata de idolatrizar el cuerpo (culto al cuerpo), pero tampoco de demonizarlo como opuesto al espíritu. Hemos de superar toda concepción dualista del cuerpo como opuesto al espíritu.
La perfección no se alcanza vía la negación sino de la atracción, la afirmación y conformación en Cristo. Las renuncias evangélicas tienden a adquirir
la libertad y el crecimiento del espíritu. La práctica de los consejos evangélicos
van a la mejor imitación de Cristo. Supone el orden en el amor, relativizar valores que serían legítimos por optar por valores trascendentes de orden mayor.
El Concilio Vaticano II supuso un nuevo paradigma: el paso de la primacía de la ley a la primacía de la gracia. El paso de las normas al seguimiento de Cristo y la práctica del amor. El paso de la obligación y el cumplimiento a la interiorización, personalización y configuración. Es necesario interiorizar el valor para no quedarnos en el rol (la mediación y la manera práctica de vivir el valor). El peso del rol puede llegar a opacar y desgartar el valor.
Hemos de aprender a descubrir el valor y de interiorización del valor. Comprender el significado de los valores, de los propios consejos evangélicos. Así el celibato no es una mera renuncia o prohibición: una norma a cumplir sino una adquisicion: la amistad e intimidad con Cristo. Hemos de abandonar un perfeccionismo legalista e individual en favor de vías aparentemente menos perfectas pero más fraternas y armónicas. Hemos de abandonar nuestros pedestales de considerarnos superiores a los demás para vivir desde nuestra propiacondición de seres pecadores igual al común de los mortales. Vivir desde la oferta del don recibido reconociéndonos indignos de tal don. Hemos de abandonar la presunción de una formación como adquisición de habilidades y méritos para vivir enraizándonos en la humildad (en lugar desubir, bajar) considerando a los otros comomediación de nuestra santificación. Nos salvamos caminando juntos en comunidad. Hemos devivir bajo la gracia perdiendo el control y auto-dominio para dejándonos guiar y abandonarnos en las manos de Dios.
La verdadera ascesis en la tradición monástica
Los monjes del desierto denominaban sketiotas (de la raíz sketis: desierto) a quienes practicaban la ascesis, la penitencia. Se retiraban al desierto a expiar los pecados. Su oración la dirigían a pedir confianza a los que habían sido probados. Hacerse violencia así mismos para reconciliarse refrenando sus pasiones y así revertirlo para el bien a los demás.
Como siempre ha ocurrido se dieron toda clases de desvíos y abusos. Pronto la ascesis se tornó en ejercicios de mortificación. El reino de los cielos pertenece a aquellos que se hacen violencia.
Los monjes del desierto practicaban una ascesis dura y
violenta, la violencia así mismos. Se practicaba la violencia, la disciplina
como forma de autocastigo acusarse y echarse la culpa de todo. Se reprime todo
sentimiento como algo ilícito. El sentimiento de autoestima se pone en la
identificación con el ideal. Se entra en una especie de competición cada vez
con el listón más alto. La peor secuela de las pulsiones y pasiones reprimidas
es la violencia y la crueldad. Nos hacemos orgullosos y exigentes. Los rigoristas
acaban por adueñarse de la ortodoxia y mostrarse autoritarios e intolerantes
con los que no la practican excluyéndolos de la salvación.
En el primer momento en el origen del monacato se
practicaba una ascesis humana que buscaba la santificación viviendo una vida
plenamente humana. San Antonio Abad como padre del monaquismo cuenta que un día
estaba sentado en el desierto lleno de mal humor y de ideas sombrías. Entonces
imploró al Señor: Señor quiero salvarme, pero mis pensamientos no me lo
permiten ¿cómo podre salvarme? Después de levantarse salió fuera y vio a
alguien que se lo parecía. Se puso a trabajar y luego a orar. Se sentó y trenzó
una cuerda y se volvió a levantar para rezar. Se trataba de un mensajero, un
ángel que Dios envió para darle consejo y seguridad. El ángel le decía haz así
y conseguirás la salvación. Dios mostró al padre Antonio un camino muy humano.
El ritmo equilibrado de oración y trabajo.
Los antiguos padres velan para que los hombres no se
maltraten con una ascesis excesivamente dura sino que descubran donde está para
ellos el punto de equilibrio. La ascesis monástica tenía una vertiente humana
que rechaza todo rigorismo. No se trata de demonizarlo todo sino de humanizarlo
y santificarlo mediante la acción del Espíritu en nosotros.
Frente al rigorismo la misericordia
Ascesis significa ejercicio, viene del verbo griego askein
que significa trabajar. Significa ejercitarse en el arte de amar de vivir
plenamente. El hombre debe entrenarse y ejercitarse para ser hombre, plenamente
hombre. La ascesis pide una concepción y valoración del hombre creado por Dios
a su imagen. La ascesis no es pues negación sino afirmación, configuración de
la vida. Por tanto partía de una visión positiva de ejercitarse para la virtud,
una conducta coherente y virtuosa coherente con el ideal para lograr tener
firmeza frente a las tentaciones. Solo con la filosofía estoica tomo una
connotación negativa. Esta connotación negativa caracterizó después la ascesis
cristiana a vivirla como renuncia y negación.
Juan Bautista era un asceta del desierto que iba vestido de
pelo de camello y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Juan invita a
la conversión: Preparar el camino al Señor. El Señor preparaba un camino mejor.
Jesús propone el camino de la humildad, la aceptación y la mansedumbre. Dios
nos perdona pero nosotros tantas veces no nos perdonamos parece que no nos
fuera lícito el amor a nosotros mismos. Aunque se que puedo fallar porque Dios
me acepta como soy y siempre me perdona, me enjuicio duramente cuando vuelvo a
cometer una falta. Mis juicios me hunden, tenías que haberte esforzado más,
tienes que poner más interés, no sirves para nada. Abrigo la ilusión de llegar
a dominar las pasiones pero no logro acallarlas. Reconciliarse con las propias
faltas y debilidades y llevarlas amistosamente en vez de gritarles y
reprimirlas es un proceso que dura toda la vida.
El rigorismo hace estragos en el trato con nosotros mismos y
en el trato con los demás. En nosotros el rigorismo se mueve continuamente en
el círculo de la culpa y el sentimiento de culpabilidad. El perfeccionista
siempre tiene miedo de verse envuelto en culpabilidades. Convierte a los
hombres enseres atormentados y angustiados. El perfeccionista es muy cruel
consigo mismo. Considera una debilidad ciudarse así mismo, no tolera tener
hobby alguno ni tener tiempo libre para él, se olvida de vivir con momentos
gratuitos disfrutando de la vida.
Una ascesis mal entendida puede hacer a uno agresivo contra
sí mismo. Tratar de progresar en la virtud a través de la mortificación
haciéndose violencia contra sí mismo deja heridas y huellas. Para los perfeccionistas
y rigoristas se vive en continua tensión tratándose de liberar de la tiranía de
las propias necesidades y deseos, renunciar es siempre mejor que disfrutar.
Una verdadera ascesis debe adoptar una actitud positiva
frente a uno mismo. Una verdadera salud espiritual debe repercutir en una
relación con el cuerpo, los sentimientos, las motivaciones del corazón y los
valores trascendentales. Cuando la ascesis funciona como una máquina represiva
acaba por tener funestas consecuencias. Todo lo que se reprime nos debilita.
Todo lo que se reprime pasa a formar parte de mi sombra. De mi falso yo de mi
falsa identidad. Cuando se reprimen los instintos sexuales en vez de educarlos
comienzan a aflorar afán de prestigio, competitividad que se camuflas con
motivos religiosos. El perfeccionista puede introducir al hombre en una espiral
de exigencias cada vez más altas. La mortificación termina siendo
aniquilamiento y destrucción. Cuando no se considera al hombre pleno algo
termina por forzarse. Surgen así hombre sin alma sin sangre y sin espíritu.
Quien se muestra insoportable y agresivo consigo mismo termina siendo agresivo
e insoportable para con los otros. Un rigorismo acaba haciéndonos violentos
contra las personas y las cosas. Si nos preguntamos por las razones que
impulsan a las personas a la violencia es en su mayoría la propia experiencia
de violencia no gestionada. Muchos han sufrido en las primeras etapas de su
vida violencia verbal, física o moral. Los hombres que pierden sus sentimientos
pierden la armoniosa relación consigo mismos, con los otros, con las cosas.
Cada persona es digna de ser estimada y valorada por lo que es. Cada persona
necesita sentirse amada, alguien que le acepte y ame como tal. La educación no
se realiza a fuerza de golpes. Una conducta agresiva no se corrige con castigo
violento, solo se cura a base de amor, simpatía, aprecio, valoración,
aceptación.
La verdadera ascesis no es un hombre frío, duro y sombrío sino compasivo y afectuoso. La verdadera ascesis no es una violencia y agresión contra sí mismo sino un ejercicio de misericordia. La verdadera ascesis debe llevarnos a caminar en humildad un
camino de ganar en autenticidad, reconociendo nuestra propia verdad. Hemos de
atrevernos a bajar a lo más hondo y sombrío de nosotros mismos y reconciliarnos
con las zonas oscuras del propio ser. Nuestra pobreza es signo de nuestra
debilidad y nuestra dependencia de Dios.
El arte de la aceptación de uno mismo
A veces no nos perdonamos ser seres imperfectos, pobres,
pecadores. El ideal que seguimos es más importante que la misericordia de Dios.
Nuestra apertura y confianza a Dios es garantía de nuestra salvación. La
salvación no se gana por puños sino que nos viene dada como don gratuito de
Dios. Creer en Dios y creer en el hombre, en la bondad impresa en su corazón.
Creer que Dios puede cambiarnos de su obra transformante y liberadora pide que
le entreguemos a Dios lo que somos, todo lo que hay en nosotros. Supone estar
atentos a nuestros pensamientos y sentimientos a nuestras pasiones y
necesidades a nuestras angustias y anhelos para presentarlos todos ante Dios y
saber que quiere decirnos, para saber como quiere que seamos.
En contraste con las posturas rigoristas Jesús nos invita a
una vida en una actitud positiva frente a nosotros, los otros, el mundo. El
hombre no es malo ha sido creado bueno para reflejar la bondad del Padre. Se
trata de la bondad originaria del hombre, la imagen de Dios impresa en el
corazón del hombre.
Cuando nuestra imagen de Dios es falsa, Dios es alguien
severo y cruel y nosotros nos convertimos a su imagen en seres severos y
crueles con nosotros y nuestros hermanos. Nos acabamos destrozando
deshumanizando perdiendo nuestra propia dignidad y autoestima.
Creer en un Dios que es Padre bueno que comparte sus bienes
con nosotros nos lleva a vivir confiados, a tener ganas de desarrollar las
posibilidades que nos ha dado. La vida es plena la vivimos confiados y no
angustiados.
Aceptarse así mismo es tomar nuestra propia cruz, aceptando
las contradicciones e imperfecciones que hay en nosotros. La vida conlleva sus
propios afanes y sufrimientos. Reconciliarse con las pasiones y apetitos debe
de llevarnos no por el camino de la represión y autocastigo y autoflagelación
sino haciéndonos empáticos con nuestras emociones y sentimientos hacer las
paces con nuestro enemigo, el apetito de la gula, la ira etc. Reconciliarse con
el enemigo que hay en nosotros es saber encauzar nuestras emociones y
sentimientos para poder vivir una vida más libre y vigorosa. No imponernos bajo
el yugo de la ley y el rigorismo sino vivir como hijos en la libertad de los
hijos de Dios. No somos asalariados y esclavos para vivir bajo el temor sino
libres dejándonos llevar por el Espíritu de Dios. Vivir confiados y agradecidos
por lo que Dios nos ha regalado.
La verdadera aceptación de nosotros mismos se da no
sometiéndonos prácticas de una ascética rigorista sino en la libertad de los
hijos de Dios. Ir creciendo no en el autodominio sino en la autenticidad del
amor y la verdad.
Ser misericordiosos con nosotros mismos
Dios nos perdona pero nosotros nos cuesta acoger su perdón,
no aceptamos que somos débiles y pecadores. Jesús nos llama a vivir desde
nuestra condición de hijos, vivir desde la confianza no bajo la imposición, el
temor o el castigo sino bajo su mirada de amor incondicional y misericordioso.
No se trata de perder sino de ganar. El que encuentra un
tesoro esta dispuesto a invertirlo todo por adquirir ese campo. El que ha
encontrado el tesoro de la Vida eterna arriesga su vida y la vive confiadamente
está dispuesto a perderlo todo por amor. Se trata de hacer florecer mas que
enterrar para que no sufra ningún daño. Lo que no se da lo terminamos perdiendo.
El que no espera nada de Dios, no cree que su venida es signo de bendición
termina sin nada que agradecer, sin nada que celebrar y termina sin saber vivir
la vida empezando por lo más pequeño y sencillo.
Estamos siempre en camino hacia una plenitud y madurez que no veremos plenamente realizada. No se trata de no caer sino de saberse levantar una y otra
vez. Cuando se confía en el Dios infinitamente misericordioso uno quiere
portarse bien y devolver en amor la deuda recibida.
No es extraño el hincapié de socorrer al pobre y necesitado.
Pero hemos de saber también reconocer que ese pobre necesitado soy yo mismo.
Hacemos prójimos, próximos y no extraños ni enemigos empieza por nosotros
mismos. Es fácil ocultar o negar que hemos encontrado a este hermano pobre que
necesita de nuestra atención y misericordia. Quizás lo más difícil es aceptarse
y amarse desde nuestra propia realidad. La verdad es que solo puede vivir en
plenitud el que es comprensivo y misericordioso consigo mismo.
En el proceso lento y progresivo del conocimiento de sí la
meta es que cada uno se descubra a sí mismo, que descubra la imagen única que
Dios tiene de cada hombre. Para saber que imagen tiene Dios de mí, tengo que oírme
y descubrir la voz de Dios en mí. No tener miedo a exponerle y descubrirle lo
oscuro y lo caótico que hay dentro de mí. No rehuir ni reprimir nuestras
debilidades y contradicciones sino acogiéndolas abrazándolas como parte de
nuestro ser. Se trata de un camino de integración ayudar a saber aceptar
nuestras polaridades de luz y de sombra, de claros y oscuros.
La santificación es obra del Espíritu en nosotros. La
conversión como camino de reconciliación con Dios, consigo mismo, con los
hombres con toda la creación. Supone reconciliación de los adversarios, las
polaridades que hemos vivido como opuestas o rivales. Conciliar la pelea entre
los distintos pensamientos y deseos, dar paz y sosiego a la persona
desintegrada y dividida. No podemos vivir interiormente divididos, descontentos
de sí y de todos, en constante protesta. Se trata de sanar, besar, abrazar nuestras
heridas. Curar nuestras heridas aplicando el ungüento suave de la misericordia.
Todos somos pecadores. Dios nos salvo derramando todo su
amor y misericordia pero el hombre debe acoger esta misericordia. El hombre es
libre para acogerla o rechazarla. Hay los pecadores que se abren a su amor y
misericordia y quienes se cierran.
Quien te creo sin ti, no te salvara sin ti. Dios no puede
forzar al hombre a amarlo. El amor puede ser no reconocido incluso rechazado.
Este es el mayor pecado, el rechazo al amor, no dejarse amar por Dios.
El lícito amor a nosotros mismos.
La regla de oro es amar al prójimo como a nosotros
mismos. El corazón del evangelio esta en el nuevo mandamiento del amor. La
llamada de Dios es a que el hombre viva en armonía consigo mismo con los demás
con todo lo creado.
Jesús nos ha mostrado la norma principal sobre la que
descansa toda la ley antigua (la ley del talión). Se os dijo ojo por
ojo, diente por diente, pero yo les digo sean misericordiosos como su Padre del
cielo es misericordioso. Sólo se puede ser misericordioso con los demás si uno
es misericordioso consigo mismo.
Dios nos ha hecho hombres para que aspiremos a él desde
nuestra humanidad. Todo el camino de la encarnación es el camino de la
salvación que nos viene por un Dios abajándose a asumir nuestra humanidad. No
debemos desestimar todo lo que hay de verdadero, noble, justo, limpio, amable,
laudable, virtuoso y encomiable que hay en el hombre. El reino al que aspiramos
se construye dentro de nuestra condición de hombres. El camino de santificación
se construye a través de un camino de humanización.
El amor a nosotros mismos es una exigencia propia del amor.
El amor a nosotros mismos pasa por la aceptación de nosotros mismos. Muchos se
comportan cruelmente consigo mismos porque creen que así se liberan
violentamente de sus propias pasiones y angustias. En lugar de reprimirlas u
ocultarlas tengo que abrirlas a Dios y dejarnos transformar por su
misericordia. Dios nos da la luz y la gracia, la luz para reconocer mi culpa,
la gracia para recibir su perdón.
El amor entre hermanos. Amaos como yo os he amado.
La regla de oro responde al dicho de tratar a los
demás como te gustaría que te trataran a ti. Formamos una comunidad no de
perfectos sino de pobres pecadores que hemos sido perdonados. La comunidad es
la escuela de vida fraterna (Schola amoris), el lugar donde aprendemos a
vivir como hermanos. Para vivir como hermanos es necesario un camino de
liberación interior. El amor fraterno es la aceptación cordial de aquellos
hermanos que el Señor nos ha dado. Dios nos llama a caminar juntos desde la
aceptación mutua, asumiendo sus debilidades, sus dificultades. El ideal
comunitario no debe hacernos olvidar que toda realidad cristiana se edifica
sobre la debilidad humana. La comunidad cristiana es una realidad que requiere
caminos de reconciliación. Hemos de aprender a reemprender cada día el camino.
Debemos acogernos mutuamente como Cristo nos acogió. Respetándonos los unos a
los otros, poniéndonos al servicio de los otros. Estimando a los otros como
superiores, confortándonos mutuamente, siendo misericordiosos perdonándonos
mutuamente. No nos cansemos de hacer el bien a todos especialmente a nuestros
hermanos en la fe.
Vivimos en comunidad sobrellevándonos mutuamente con amor.
Todos somos pecadores pero somos acogidos por Dios y los hermanos. Solo el que
se deja perdonar aprende a perdonar. El reclamo del buen pastor es la práctica
de su misericordia: Pedro me amas, si verdaderamente has conocido mi amor ama,
apacienta con este amor misericordioso. Si verdaderamente amamos a Dios debemos
de apacentar con su misericordia. Se trata de aprender a ser misericordiosos
con nosotros mismos y con los hermanos que Dios nos ha dado (parábola del
siervo malvado que tras haber sido perdonado es incapaz de perdonar).
Se tratade pues de reconciliarse con nosotros mismos y
tratar a los demás con el amor que hemos sido amados. El acompañamiento y ayuda
fraterna es ayudar a que cada persona pueda vivir reconciliando su vida y su
historia. El objetivo de la vida espiritual es vivir según mi vocación a partir
de Dios. No se trata de eliminar ningún sector de mi vida sino integrando todos
para que en todo y a través de todo Dios sea glorificado. En el plan divino
Dios creo al hombre para vivir en fraternidad como verdaderos hermanos. En el
plan de Dios en la familia de Dios no hay excluidos (sólo los que se
autoexcluyen) todos somos pecadores perdonados. Los pobres, los marginados, los
disminuidos y los fracasados, todos formamos parte.
Hemos de salir de los círculos viciosos de la auto
destrucción, crítica, murmuración, comparación. No podemos vivir bajo la
acusación o la proyección de nuestro descontento contra Dios y contra los
demás. La relación con Dios y con el prójimo debe ir más allá del deber o la
obligación. El hermano no es una carga a soportar sino un hermano a abrazar.
No estamos hechos para vivir solos. El que sólo gira en
torno así mismo acaba por estancarse haciéndose víctima y esclavo de sí mismo.
Hay una forma narcisista de auto realización y auto perfección que deja fuera a
los otros que caminan a mi lado. Hemos de salir de nuestras prisiones al
encuentro de nuestros hermanos. El que se porta bien consigo mismo no se limita
a girar siempre en torno así mismo, sino que se proyecta también hacia fuera.
La vida fraterna es expansiva porque se abre a considerar a
todos los hombres como hermanos (Fratelli tutti) en su diversidad de
creencias, de lenguas razas y culturas.
La encíclica Fratelli Tutti, del Papa
Francisco, trata sobre la fraternidad universal y la amistad social,
invitando a la humanidad a construir un mundo más humano y justo donde nadie
quede excluido. En este contexto, la fraternidad es el sueño de Jesús, un
llamado a reconocer a los demás como hermanos y hermanas, y a construir
relaciones basadas en el amor, la solidaridad y la búsqueda del bien común.
La encíclica Fratelli Tutti, del Papa
Francisco, trata sobre la fraternidad universal y la amistad social,
invitando a la humanidad a construir un mundo más humano y justo donde nadie
quede excluido. En este contexto, la fraternidad es el sueño de Jesús. El
Papa nos recuerda que el bien, el amor, la justicia y la solidaridad no se
alcanzan de una vez para siempre; sino que serán conquistados cada día. El
Santo Padre nos llama a la esperanza. Hay en todos los hombres la sed,
aspiración de plenitud, de vida, de tocar lo grande, lo que llena el corazón y
eleva el espíritu hacia cosas grandes como la verdad, la bondad, la belleza, la
justicia y el amor. Todos aspiramos a ser parte de una fraternidad que no
conoce fronteras, una fraternidad abierta a todos. La esperanza es capaz de
mirar más allá de la comodidad, seguridades y compensaciones que nos encierran,
para abrirse a grandes ideales. La reconciliación nos resucitará y nos hará
perder el miedo a quedarnos aislados y encerrados.
Toda relación sana y verdadera nos abre a los otros, no
podemos reducir la vida a nosotros mismos o a nuestro pequeño grupo. La
hospitalidad y la acogida es un modo concreto de apertura y de encuentro (FT
90). La altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor, el
criterio para la decisión definitiva sobre la valoración de una vida humana.
Hemos de cultivar esta amistad social que nos permite descubrir lo valioso,
digno, grato y bello que hay en el otro. El amor que no conoce fronteras tiene
su base en esa amistad social. Nuestra tara en este mundo es aprender a vivir
no como rivales o extraños sino como prójimos, como hermanos. Solo tendremos
paz cuando se asegure la tierra, el techo, el trabajo para todos. La paz será
duradera desde un progreso integral de la persona humana, desde la solidaridad,
la cooperación poniéndonos todos al servicio de la construcción de la casa
común que es toda la familia humana.
El amor a toda la creación
Se trata pues de portarse bien consigo mismo, con los otros,
con toda la creación. Cuidar con cariño de las cosas es parte del proceso de
integración. Ser duro con las cosas se vuelve contra las propias personas y
viceversa. El que tiene cuidado con las cosas que Dios ha creado respeta el
plan de la creación y por ende a su Creador. Nos viene a la memoria el Cántico
de las criaturas de San Francisco donde contempla la creación desde la
mirada de Dios cuando sus ojos no podían ver por su enfermedad de cataratas. Entrar
en sintonía del canto que entona la creación que es un canto de alabanza a su
Creador. Se trata de ver al mundo como obra de Dios, creación de Dios. De ahí
surge una unidad interior que nos hace vivir en armonía. Decía San Bernardo que
todos los utensilios del convento han de considerarse como utensilios del
altar.
La encíclica Laudato si del Papa Francisco nos habla
en este sentido. El camino de integración nos lleva a una ecología integral
como la trama socioambiental sobre la que construir el progreso integral
promoviendo el bien común y garantizando el respeto por la dignidad de todo ser
humano y la belleza de toda la creación. La violación de los derechos humanos
conlleva a gran número de personas causando desequilibrios que originan
poblaciones enteras que viven en la exclusión y la pobreza. No podemos hablar
de un desarrollo humano que genere tantos que quedan excluidos de lo necesario
para vivir, suelo, casa, trabajo.
La crisis ecológica nos deja ver como el planeta es dañada
por la explotación desordenada de unos frente a otros que quedan excluidos y
marginados. El crecimiento de la riqueza concentrada en unos pocos con la
maximización del lucro sin considerar que los bienes de la tierra están
destinados a todos. La tierra, casa común de todos está experimentando un
deterioro ambiental de enormes magnitudes y graves consecuencias. El planeta se
deteriora por la transgresión del orden creado rompiendo el equilibrio con todo
el ecosistema y generando la ruptura de la integridad de la biosfera, pérdida
de la diversidad biológica, exterminación de las especies.
No podemos hablar de crisis social y otra ambiental. Se
trata de las dos caras de la misma moneda. La pobreza y el deterioro ambiental
están intrínsecamente unidos y reflejan la violencia e injusticia inherentes a
un desarrollo meramente económico y materialista.
Habitamos en la misma casa común, Oikós, en la
diversidad de pueblos y culturas. Sin garantizar este equilibrio y sano
ambiente natural no hay vida sostenible. Hemos de recuperar el misterio y plan
de la creación y el mandato divino en el que Dios llama al hombre a su cuidado.
En el principio se vivía una gran armonía, un equilibrio natural integral. Todo
lo que Dios ha creado como un sistema cosmogónico en el que Dios vio que todo
era bueno. Dios mira la multiplicidad y diversidad de las especies y descubre
que son bellas, agradables y armoniosas. Toda criatura posee un grado de bondad
y perfección que le son propias. Se debe conservar esta bondad y armonía
original en la diversidad de las criaturas. Todo el universo revela un orden y
armonía que reflejan la bondad de su Creador. Toda la creación es como una cuna
que refleja el cariño, la caricia de Dios. El mandato de cuidar y cultivar la
tierra nos da a entender que nosotros no somos los patrones que lo utilizan
todo a su servicio nuestra actitud no debe ser la del explotador, dominador,
consumidor sin límites. No somos puros tecnócratas llevados por el pragmatismo
y el utilitarismo. La creación pide una profunda experiencia de sentirnos por
una parte criaturas y por otra llamados a mantener una conexión intima y
amorosa con Dios y todo lo que él ha creado.
El camino de integración
El camino de santificación y divinización se construye a
través de un camino de humanización. Jesús por hacerse hombre no deja de ser
Dios, al contrario nos revela su verdadero rostro de misericordia. El amor a
los enemigos incluye la aceptación de uno mismo. Tenemos que ser
misericordiosos con los enemigos que llevamos dentro.
Misericordia quiero más que sacrificios, no quiere que nos
inmolemos sobre el altar del deber ni que nos destruyamos para agradar a Dios.
No se trata de ganarnos el favor de Dios a base de sacrificios. No necesitamos
comprar su gracia inmolándonos y destruyéndonos. La salvación es un don que se
nos da en Jesucristo de forma gratuita. Somos amados y salvados gratuitamente.
Ser misericordiosos significa salir de mis autoacusaciones para entrar en
contacto con el espacio interior de ternura y bondad de amor de Dios que hay en
mí. Las heridas se transfigurarán para reflejar la bondad de Dios. Saber
convivir con nuestros fallos y debilidades, no es el no tener fallos lo que nos
acerca más a Dios sino la compasión con nosotros, con nuestras debilidades y
con los hombres que nos rodean siendo misericordiosos reflejaremos la entraña
de piedad y misericordia, no cerraremos el corazón al que vaga solitario y fracasado.
Jesús invita a no desanimarse porque la misericordia de Dios es infinita.
Buscar un sano equilibrio entre la ciencia y la actitud
trascendente, la razón y la dimensión espiritual, entre la oración y el
trabajo, la actividad y el descanso. Vivir de modo equilibrado y maduro
armonizando el ideal de lo que nos gustaría ser con lo que realmente somos. No
podemos vivir desintegrados. Por una parte lo que pensamos, por otra lo que
sentimos y por otra lo que actuamos.
Hemos de fomentar el principio de la gratitud y la lógica
del don, el cultivo de la empatía, el contacto íntimo y directo con la
realidad. Hemos de esforzarnos por una calidad de vida que nos haga disfrutar
de lo que somos y henos recibido, de vivir en comunión con nosotros y los otros
y toda la creación, en comunión con todo lo que nos rodea. La espiritualidad no
está desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o todas las realidades
con las que nos encontramos.
Hemos de tratar de ser feliz empezando por las pequeñas
cosas de cada día, empezando a ser personas fraternas, abiertas, cordiales,
disponibles, cálidas, cercanas, entrañables.
Un camino de humanización que empieza con los pequeños
gestos. Creer que pequeños gestos pueden generar grandes cambios. Estamos
perdiendo humanidad perdiendo los pequeños gestos y modales. Sin corazón ni
entrañas nos hacemos máquinas, una sociedad que sin motor y aceite no tiene
fuerzas para caminar. Pequeños gestos de cortesía son bálsamo que todo lo
transforma. Los buenos modales. Las buenas maneras son la llave maestra para
abrir los corazones y cambiar el mundo.
El camino de la integración es una tarea lenta que precisa
grandeza y nobleza de espíritu. Los buenos modales son signo del estado de
salud de una sociedad. Los modales están basados en valores como la gratitud,
la amabilidad, la cortesía, la hospitalidad, la solidaridad, ser sensibles y
respetuosos a las necesidades del otro. Tener buenos modales es como un
lubricante en el entramado de relaciones.
Todo ser humano tiene una dignidad y es creado por Dios por
eso merece amor, respeto, consideración y atención. Hemos de saber cuidar el
fondo interior de las personas. No podemos valorar las personas por sus
títulos, su curriculum o su estatus social. Los modales provienen
de valores que reflejan nuestras creencias. Estos valores son esenciales para
construir familias y comunidades sanas, entornos saludables, armoniosos y
equilibrados donde se busca el bien común de todos. Los comportamientos
groseros, divisivos y vulgares ponen en evidencia una sociedad sin alma donde
la humillación se ofrece como entretenimiento. La cultura individualista del
consumo que promueve la gratificación instantánea deja al descubierto la crisis
de valores. Son las pequeños gestos de gentileza y amor, los actos cotidianos
de personas ordinarias los que muestran la grandeza de un alma y alejan de la
maldad.
DIA 1: ESCONDEME QUE ME REFUGIO EN TI
Lectura cristológica.
Cristo encarna el Siervo sufriente. El inocente injustamente
acusado y tratado como criminal, cargó con nuestros delitos.
Prenden a Jesús, afilan sus lenguas como espadas, calculan
como esconder trampas, inventan maldades porque su corazón se ha pervertido.
Herido y traspasado de amor supo extirpar de raíz el mal y el veneno de muerte
venciendo el mal con el bien.
Cristo escogió el camino de la humillación. En ese acto
supremo de humillación y de obediencia hasta la muerte nos salva. La raíz del
mal proviene del orgullo y la prepotencia. Cristo venció el orgullo en suprema
obediencia a la voluntad de Dios.
En esa humillación Jesús pone toda su confianza en Dios.
Cristo busca en Dios su refugio. Protégeme escóndeme. Dios responde con la
resurrección del justo que se alegra por la acción de Dios.
Dios liberó a su pueblo de la opresión del poderoso gigante
Goliat con el pequeño y pobre David. Dios nos pide sus armas una honda de amor
y las pobrecillas de la simplicidad y la humildad. Jesús fue el nuevo David
cuya armadura fue una toalla, un cántaro de agua y una jofaina para lavarnos
los pies.
Sal 62
Los malhechores en su impunidad se atreven a actuar contra
Dios. Inventan maldades y ocultan sus invenciones ¿Quién lo descubrirá? El
hombre moderno se cree fuerte en su inteligencia y su poder hasta desafiar al
propio Dios. Es la tentación del origen. Tomad el alimento del árbol de la
ciencia y seréis como dioses. Pretendiendo ser como dios sin Dios. Jesús adopta
el camino contrario de la humildad, de vivir frente a Dios y para Dios.
Jesús nos invita a vivir de cara a Dios, no buscando nuestra
defensa. Aceptar y amar nuestra fragilidad. Nuestra pobreza y fragilidad será
motivo de la intervención de Dios. Nuestras heridas trasfiguradas
resplandecerán con la luz gloriosa de su Resurrección. La auténtica renovación
se dará no con el uso del poder y la fuerza sino de la aceptación de la
paradoja evangélica.
Se hizo el más pobre de los pobres para solidarizarse con
todos los marginados y explotados. Los pobres serán los sujetos privilegiados
de la acción de Dios. Dios escogió lo débil del mundo para manifestar su poder.
La nueva evangelización se dará a través de corazones pobres
y desarmados. Corazones heridos por la locura de amor de Cristo. Hombres con un
corazón traspasado y misericordioso como el de Cristo. Aparecerá pobre, frágil,
vulnerable a los ojos del mundo pero puesta para desarmar el hombre del orgullo
y de la prepotencia en que se ha colocado. En su debilidad se manifestará la
fuerza y el poder de Dios.
DIA 2: TU CUIDAS LA TIERRA Y NOS DAS A COMER EL
PAN DEL CIELO
Lectura cristológica.
Después de Pentecostés celebramos la fiesta del Corpus
Christi. La Iglesia vive de la Eucaristía. No podemos vivir sin la Eucaristía
La Eucaristía hace a la Iglesia y la Iglesia nos invita a la eucaristía como
fuente y cúlmen del amor de Cristo. Se nos da para vivir con él, de él y como
él. La participación en su Cuerpo no hace otra cosa que transformarnos en lo
que tomamos. La eucaristía nos hace uno en Cristo, un solo cuerpo con él.
Jesús se declara como el pan de vida que da vida al mundo.
El pan de vida ha bajado del cielo para que quien lo coma no muera sino tenga
vida eterna. Mi Padre es el que os da el verdadero pan del cielo, el que da la
vida al mundo.
El que viene a mi jamás tendrá hambre. El pan que yo voy a
dar es mi carne. La doy para que el mundo tenga vida. Mi carne es verdadera
comida. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna. El que come mi
carne vivirá gracias a mí. Vivirá en mí y yo en él
Tu nos das tu pan para que nos saciemos de tus dones
sagrados. Dichosos vosotros que os acercáis a comer el pan de vida. Me saciaré
con la participación en tu banquete de amor.
La Eucaristía es el banquete del amor donde Jesús se nos da
como alimento. Cada lugar donde se sufre es un lugar para celebrar la
eucaristía. Que buen obra hace el amor que el alma transforma en sí. El que me
come vivirá en mí y yo en él. En él nos movemos existimos y somos.
Sal 63
El reino de los cielos es semejante al grano de trigo que
cae en tierra y muere. Para que la tierra de fruto riegas los surcos, igualas
los terrones, tu llovizna los deja mullidos, preparas los trigales. En la era
preparas el grano que es triturado en el molino. Con la harina preparas el pan
para ser servido en la mesa.
De igual manera preparas los corazones en el surco de la
humillación como pan partido para ser ofrecido en tu altar. El pan bendecido
con la efusión de tu Espíritu pasa a ser el pan vivo de tu carne que da la vida
al mundo.
El hombre no solo tiene hambre de pan sino de amor,
justicia, paz, fraternidad. Tú el autor de todo lo creado que afianzas los
montes con tu poder, que reprimes el estruendo del mar, quisiste salvar el
hombre sin poder haciéndote pobre, pan partido. Tú cuidas de la tierra y la
enriqueces sin medida coronándola con tus bienes.
La Eucaristía es principio y fuente de la comunión. Jesús
nos enseña a pasar a ser pan partido, vivir para los demás. Como granos de
trigo que se dejan moler por las exigencias de la comunión y signo de esperanza
para nuestra humanidad rota y dividida.
DIA 3: VENID A VED LA OBRA DE DIOS
Lectura cristológica.
Jesús encarna un nuevo sacerdocio de una nueva alianza y nos
invita a prolongar su sacerdocio en el mundo. El es el mediador que intercede
al Padre por nosotros. El nos auxilia en cada momento. Él es el sumo sacerdote
capaz de compadecerse de nuestras debilidades porque el mismo cargó con ellas.
El nos amó y se entregó por nosotros cuando éramos
pecadores. El nos ha devuelto la vida y no dejó que desfalleciéramos faltos de
ánimo en medio de la prueba. Fuimos puestos a prueba pasando por el fuego de
la humillación y no dejó que sucumbiéramos. Nos purifico en el horno de la
humillación como se refina la plata.
Hizo salir de nosotros un cántico nuevo de alabanza y
de acción de gracias. Entrar conla alabanza a entonar este cántico de las
criaturas , cántico de alabanza y reconocimiento de la gran obra del Señor que
responde a su designio de amor. Señor heme aquí para hacer tu voluntad. Te ofreceré
un sacrificio agradable a tus ojos, mi vida como ofrenda de amor para unirla a
la tuya y pasar a ser contigo una misma ofrenda. Bendito sea Dios que no
rechazó nuestra súplica, ni retiró su favor.
Sal 64
También nosotros hemos sido llamados para prolongar su
sacerdocio entre los hombres, nuestros hermanos. A los que llamó los purifico,
capacitó y santificó para ser ministros de esta nueva alianza. Jesús pidió al
Padre por nosotros. Ruego por ellos, este es mi más ardiente deseo que los que
tu me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria. Ellos en mí
y yo en ellos.
Jesús nos quiere entrañablemente unidos a él para no ser
dispensadores o funcionarios meros administradores burócratas sumergidos en
ritos y rituales vacíos sino prolongadores y transmisores de su gracia y de su
misericordia movidos por el corazón de Cristo.
Sacerdotes con el corazón y entraña de Cristo, que se hizo
pobre por amor y se abajo a lavarnos los pies y besar nuestras heridas.
Sacerdotes que tengan el corazón traspasado de Cristo, herido de amor. Seremos
testigos de la gracia que nos hace fuertes desde la debilidad.
No podemos vivir el sacerdocio desde el pedestal de
superioridad buscando progresar en la carrera eclesiástica como líder,
burócrata y organizador controlándolo todo, como funcionarios de ritos,
rituales y prácticas vacías. Bajemos de nuestros pedestales y el afán de
protagonismo con deseos de poder y dominio.
Que se postre ante ti la tierra entera. No quieres
sacrificios de víctimas cebadas, carneros, bueyes o cabras. Cristo ha puesto
fin a los antiguos ritos e inaugurando un nuevo sacerdocio. Me preparaste un
cuerpo y te lo ofrezco. Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.
Sacerdotes con entraña y corazón de Cristo, con olor a
oveja, que tengan a Cristo en sus corazones y que hablen al corazón. No se
puede hablar a los corazones, tocar y sanar los corazones si no estamos
arraigados en Cristo desde su humildad mansedumbre y simplicidad de corazón. Dios
quiso elegir lo que es débil para confundir a los fuertes. Sacerdotes
misericordiosos y compasivos para los que se sienten excluidos, marginados,
extraviados.
DIA 4: QUE TE ALABEN LOS PUEBLOS QUE TODOS TE
ALABEN
Lectura cristológica.
Jesús nos ha constituido un pueblo de reyes con un
sacerdocio real. Este pueblo sacerdotal ofrece a Dios un sacrificio y cántico
de alabanza viviendo como hijos y hermanos con toda la creación. Somos objeto
de la bendición de Dios.
Muéstrate Señor e Ilumina tu rostro sobre nosotros para que
nosotros podamos reflejar tu rostro a nuestros hermanos.
Señor bendice a tu pueblo, que el Señor tenga piedad y nos
bendiga. Tu que riges los pueblos con rectitud y gobiernas toda la tierra,
bendice a tu pueble para que te alabe y te bendiga por tus grades obras. Que
toda la tierra conozca tus caminos y todos los pueblos tu salvación.
Cantar un cántico nuevo, el canto nuevo del amor de la
nueva alianza, cantadlo no con la boca sino con el corazón. Bendecid y no
maldigáis, bendice el que haced el bien y es reflejo de la bondad de Dios.
Sacerdotes del Señor bendecid al Señor. Bendecid, decid bien
y no maldigáis. Hemos de relejar el rostro afable y benévolo de Dios siendo
afables y benévolos con nuestros hermanos. Cantad con alegría, tocad en su
honor. Esta es su alegría vernos que nos amamos,
Sal 65
Bendito sea Dios que nos ha bendecido en Cristo con toda
clase de bendiciones. Recibid de Dios su bendición y su amor para que podamos
bendecir y amar a los hermanos cantad una aclamación que abarque la tierra
entera que Dios nos bendiga, que lo reconozcan y lo amen todos los hombres de
esta tierra hasta los confines del orbe.
De esta bendición surge la proclamación. Es la invitación a
todos los hombres de la tierra a venid a ver la gran obra, la grandeza de su
amor que tiene su culmen y vértice en la gran manifestación del poderío de su
amor. Que se postren ante él todos los seres de la tierra. alegrémonos con Dios
que con el poderío de su amor quiso atraer a todos hacia sí. El es el Dios de
la vida porque no nos abandonó en las sombras de muerte sino que nos libró y
nos ha devuelto la vida.
El que ha sido salvado quiere bendecir, quiere aclamar,
quiere convocar a todos. Venid y os contaré lo que ha hecho conmigo. Dios
respondió a mi oración cuando me sentía solo y abatido, al borde de la muerte.
Dios me escuchó y atendió mi voz suplicante. Bendito sea Dios, que te alaben
los pueblos, que todos te alaben.
DIA 5: CANTAD UN CANTICO NUEVO
Lectura cristológica.
El culto a Dios es un culto de alabanza y acción de gracias.
Cantad y tocad para nuestro Dios, hacedlo con maestría. El culto del testamento
nuevo de Jesús es un cántico nuevo. En este cántico estamos llamados
y congregados como hijos y pueblo suyo todos los habitantes de la tierra
Dios se nos revela como el Padre de huérfanos, protector de
viudas. El libera de la opresión a los oprimidos y cautivos. El prepara una
casa a los desvalidos
Aliviaste la tierra extenuada y derramaste en tu heredad tu
gracia como una lluvia copiosa y los llenaste de tus bendiciones. Él soporta y
lleva nuestras cargas y les da fuerzas para que no desfallezcan por el camino.
Prepara una fiesta, un banquete les da el pan del cielo y la copa rebosa de
bendición. El guía a su pueblo en medio del desierto hasta introducirles en la
tierra prometida.
Reconoced las obras que hace el Señor. Los pobres se alegran
y gozan en la presencia de Dios rebosando de alegría.
Sal 66
Este salmo canta la obra del Señor que habita en medio de su
pueblo. Como cántico nuevo, los renacidos en Cristo, somos invitados a cantar
no solo con la lengua y los labios sino con el corazón, con toda la vida.
Disponte para cantar el cántico nuevo. Es un canto bello
porque es armonioso en armonía con toda la creación. Se canta en coro de voces
diferentes barítonos, sopranos, contralto, tenor, bajo y tonos distintos bajos
y altos, en toda la gama de tesituras y timbres como son las diferentes lenguas
y culturas de los hombres de esta tierra.
Se alaba a Dios con una vida santa, concorde a su voluntad.
Canta bien quien ama, solo el amor nuevo que es derramado en nuestros corazones
es capaz de conjugar hombres de distintas razas en unidad y fraternidad.
No dejemos de cantar, alabar, servir, amar a Dios con
nuestra vida. Mantengamos una buena conducta, abajándonos con los humildes,
sobrellevándonos y soportándonos con amor pues todos somos hermanos.
DIA 6: CANTO DE PEREGRINACION
Lectura cristológica.
Este salmo de peregrinación puede aplicarse a Cristo Buen
Pastor que camina con su pueblo. Jesús encarna este salmo en la entrada a
Jerusalén y en el introito del santo en la oración eucarística. Es un canto de
alabanza en el que participa la Jerusalén celeste, la Iglesia triunfante del
cielo y la Iglesia militante que nos encontramos en peregrinación al cielo.
Cantad a Dios y alabadle. Gloria Dios en el cielo y paz a
los hombres que habitan en la tierra. Reconoced al Hijo de Dios que viene en la
humildad de su Siervo, en nombre del Señor, a salvarnos.
Preciosa imagen de la Iglesia sinodal en camino. Los
primeros son los últimos y pequeños, al frente marchan los cantores con sus
voces como los ángeles y los últimos los tocadores de arpas con sonidos mas
graves. Él proclama y lanza su voz poderosa, la que cumple los mandatos del
Señor. El da aliento y fuerza al pueblo para que no sucumba por el camino.
Sal 67
El salmo evoca el éxodo la peregrinación por el desierto hacia
la tierra prometida. Utiliza preciosas y evocadoras imágenes: Salías al frente
del desierto para defender al pueblo de los enemigos.
Bendito sea el Señor que sale cada día a nuestro encuentro
para preparar la peregrinación. El lleva nuestras cargas nos abre las aguas nos
trae desde el fondo de los abismos.
Como caminó con su pueblo por el desierto sigue caminando
con nosotros. Camino no solo por delante aligerando el paso sino tendiendo su
mano para que nadie se quede fuera. Manos tendidas para los pobres, huérfanos,
viudas, desvalidos y cautivos. Camina con nosotros habiéndonos preparado una
morada eterna.
Cristo sube hasta el Monte Santo (Calvario), vértice de la
peregrinación y puerta hacia el cielo. Como se levantaba el arca en el desierto
hoy levantamos la cruz del Señor, donde se ofreció para alcanzar el perdón de
nuestras ofensas y para defendernos de todo mal, que huyan los enemigos. Los
humildes le dan gracias y se acogen a él.
Despliega tu poderío Señor y no dejes que las fuerzas del
mal se alíen contra nosotros. Contigo a nuestro lado caminaremos seguros hasta
la morada eterna que nos has preparado.
DIA 7: CONTEMLADLO LOS HUMILDES Y VIVIRA VUESTRO
CORAZON
Lectura cristológica.
Dios quiso salvar el mundo mediante la entrega de su propio
hijo. Este salmo evoca la petición de Jesús el pobre de Yahvé en la cima del
Monte Santo.
Ante la contemplación de su muerte en oración esta María su
madre, el discípulo amado y las mujeres santas que acompañaron a Jesús hasta el
final. En su soledad Jesús suplica al Padre y se convierte en el modelo de
nuestra oración. Juan remarca que sucedió tal como se anunciaba en las
escrituras para que contemplando tan grande ofrenda de amor encontremos fuerza
para perseverar en medio de las dificultades: Mirarán al que crucificaron.
El Hijo tomo sobre sí nuestros delitos y se entegó a la
muerte por nuestros pecados. Me llega el agua al cuello, me hundo en un cieno
profundo, he bajado hasta la hondura desde la fosa de muerte. Soy como un
extraño para mis hermanos, la afrenta me destroza el corazón y desfallezco.
Espero compasión y no la encuentro, para calmar mi sed me dieron vinagre. Se me
nublan los ojos de llorar, estoy agotado de gemir y tengo ronca mi garganta. La
vergüenza cubre mi rostro.
Desde lo hondo acudo a ti mi Dios. Por tu gran amor
escúchame. A tí no se te oculta mi dolor y mi desgracia. Soy u pobre malherido.
Ante ti mis llagas, mis heridas, quedan al descubierto. Por tu gran compasión
vuélvete hacia mi y ten compasión de mí. Si es tu voluntad rescata mi alma de
los que ansían matarme. Se que los que esperan en ti no quedan defraudados.
Sal 68
Jesús, el Siervo doliente y sufriente se identifica con
nosotros para que nadie se sienta no entendido. Se identifica con los pobres y
afligidos que quedan hundidos en la fosa de la muerte y del sinsentido en
tantos crucificados víctimas del odio y la guerra. Miradlo los humildes,
Contemplad al Señor y revivirá vuestro corazón.
Su grito de auxilio y su oración quiere compartirlo con
nosotros ¡Que tremenda paradoja! Un dios que asumiendo nuestra impotencia nos
pide auxilio. Tu que ves mi afrenta y mi dolor no te quedes lejos, respóndeme.
No le demos a beber el vinagre de nuestra indiferencia sino
atrevernos a corresponder con nuestro amor y compasión, lo que puede aliviar su
sed, calmar su sed de amor.
Cuántos los que se quedan lejos y al margen. Por no mirarle
ni contemplarle quedamos ciegos ante el misterio que se nos presenta. Dios
quiso revelarse en Cristo y revelarnos en Cristo, en el crucificado de amor,
aquel que viene a salvarnos no por fuera sino desde dentro.
El que residía en lo alto de los cielos revestido de su
gloria, se despojo de su manto de gloria y se anonadó hasta quedar al desnudo
inclinado sobre nuestras heridas para besarlas con su misericordia. Dios se
humilló, se hizo pobre y pequeño y nos invita a ser pobres y pequeños.
Contempladlo y se alegrá vuestro corazón y quedareis radiantes.
DIA 8: ALEGRAOS CONMIGO TODOS LOS QUE LE BUSCAIS
Lectura cristológica.
Dios es el Señor de todos. A todos creó con amor y por todos
se entregó. El mundo parece dividirse entre los que lo acogen y los que lo
rechazan.
¿su gran amor, a quién se manifestó? Dios se manifestó a
todos para que todos creyeran en él y encontraran en él la luz y la vida. Pero
el hombre es libre para acogerlo o rechazarlo. Que se acercan a él encontrarán
la salvación. Los que se alejan la desesperación.
Somos invitados y convocados como pueblo de la vida a
bendecid al Señor y proclamad el poderío de su amor. Alégrense conmigo todos
los que lo buscáis, no cerrad ni endurezcáis vuestro corazón. Los que abren su
corazón encontrarán sosiego y compasión. Dichoso aquel que lo toma como su
maestro y consejero.
Los que le rechazan, os que traman su daño se retiran
avergonzados. Su vida queda reseca y cubierta de oscuridad. El hombre no es
capaz de salvarse por sí mismo. Cuando nos apartamos de Dios y damos nuestro
corazón a otros dioses cesa el canto, no somos capaces ni de orar ni de amar.
Sal 69
¡Qué triste vivir como si Dios no existiera! Como un pájaro
que le quitas el cielo o un pez que sacas de su hábitat marino. Uno se siente asfixiado
sin aire para respirar.
Dios quiso venir a salvarnos y dichoso aquel que le acoge.
Se alegrará su corazón, se llenará de luz y de vida, su vida resplandecerá,
reverdecerá.
Dios quiso hacerse hombre para poder encontrar en el hombre
un ser que reconociese y correspondiese a su amor. Pero no puede forzarnos u
obligarnos a amarle.
Dios se hizo hombre para hablarnos desde el corazón, Dios está
con nosotros, pero precisa que el hombre se vuelva hacia él, queramos vivir con
él. Por su parte espera que le abramos el corazón. Déjame curarte para que
puedas verter el oleo de mi misericordia en los corazones rotos y desgarrados.
Alegraos conmigo todos los que le buscáis. Encontrareis su corazón abierto y
lleno de piedad y ternura para los que le buscan.
DIA 9: NO ME ABANDONES, SANAME POR TU AMOR QUE
ESTOY HERIDO DE AMOR
Lectura cristológica.
En la Cruz el Señor cerró sus ojos y nos abrió y entregó su
corazón. La oscuridad cubría la tierra y un soldado le abrió su costado comuna
lanza. De su costado brotó sangre y agua.
El rostro más bello entre los hombres fue crucificado y
despojado de toda gloria y dignidad. Dios ocultó para si su belleza. No había
en él hermosura, nada atrayente que pudiéramos estimar.
Cuando el Hijo amado cerró sus ojos, el Padre ocultó su rostro. Dejó a su propio hijo dormir en la oscuridad de la noche hasta despertarlos al tercer día. Sus ojos se volvieron a abrir en la mañana de Resurrección. Ningunos ojos tan abiertos, tan resplandecientes irradiando amor y misericordia. Desde entonces su claridad será jamás oscurecida. Esta fuente de amor que mana y corre esta escondida y no sabemos la medida (San Juan de la Cruz)
Señor déjame ver tu rostro, mírame y quedaré radiante. Abre
los ojos de mi corazón para poder contemplarte. Mis ojos mis pobres ojos los
hiciste para ver , no solo para llorar. Oh belleza tan hermosa, tan antigua y
tan nueva (San Agustín). Jesús es el Pastor hermoso que nos acompaña toda
nuestra vida (Carlo Mª Martini)
Sal 70
Mis ojos se apagaron en la oscuridad de la noche. Cuando
damos la espalda a Dios nos quedamos en la oscuridad. La verdad y la belleza
del hombre es negada donde quiera que se manifieste el odio y la maldad.
Cuántas veces nos dejamos seducir por el canto de las
sirenas y quedamos desnorteados perdiendo el rumbo de nuestra vida y el anhelo
de nuestro corazón. Jesús es ese Pastor hermoso porque hermoso es su amor que
no nos abandona en la oscuridad de la noche.
En el tiempo de la vejez, cuando las fuerzas menguan y la
belleza exterior se desmorona no nos abandona. Señor no me abandones, sáname
por tu amor que estoy herido de amor.
Cuando se oscurece la luz y es de noche, el misterio de Dios
queda escondido. En la Cruz el Hijo de Dios escondió su divinidad, en la
Eucaristía escondió también la humanidad. Pero por la fe sabemos y creemos que
está. Dichosos los que creen, te adoran y te aman.
No vemos sus llagas y heridas pero vemos las nuestras. Al
médico herido de amor que carga nuestras heridas le imploramos Oh buen Jesús
por tu sangre derramada límpiame, sáname confórtame (San Ignacio de Loyola).
Cuánto más hombre se haga el hombre, ser necesitado de amor, el hombre mas
experimentará la necesidad de adorar (Teilhard de Cardin) rindamos todo nuestro
ser adorando y admirando su misterio de amor, ofrezcamos todo lo que somos y
tenemos al que se hizo hombre y prójimo por amor (solo el merece ser adorado y
amado por lo que es).
DIA 10: CUANDO ME FALLAN LAS FUERZAS NO ME
ABANDONES
Lectura cristológica.
Jesús intercede por Pedro en el momento de la prueba, cuando
va a ser cribado y molido como el grano de trigo. Simón vas a ser cribado y
zarandeado como trigo en la criba. Animo, he rogado por ti, para que no te
falte la fe. Cuando vuelvas en ti, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.
En la prueba del dolor es dónde se prueban los verdaderos
amigos. En esos momentos Jesús le tiende su mano a Pedro. No se conocía así
mismo. Se creiía seguro de sí mismo, incapaz de dar la espalda a Jesús. Por ti
estoy dispuesto a dar la vida más sin embargo se va a sentir provado, infirme
(enfermo) quedando al desnudo en su propia debilidad.
Recuerda los tiempos pasados como desde mi juventud yo te
instruía y te protegía. Desde el seno materno tu me sostenías y eras mi fuerte
refugio. Pude pasar por muchos y graves peligros.
Ahora en tu vejez y enfermedad cuando te van faltando las
fuerzas no te abandonaré Por mi parte yo seguiré esperando y redoblaré mi
esperanza y mi confianza en ti, porque fuiste mi auxilio.
Jesús en la cruz mendiga nuestro corazón, se asfixia y
espera de amigos que calmen su sed. Que contradicción que el que es la fuente
mendigue amor tocando las puertas de nuestro corazón.
Jesús nos invita a escuchar el susurro de su corazón herido.
No me abandones, sálvame por tu amor. Nosotros podemos calmar la sed de Jesús
en tantos crucificados de hoy. Cuando vuelvas porque yo te haga volver confirma
a tus hermanos, fortalece la fe de los más débiles, vulnerables y afligidos.
Sal 71
Jesús se queda solo, note quedes a distancia, no me
abandones. Acude al Padre como su confidente. Se nos da como ejemplo de aquel
que intercede ante Dios como el único que puede salvarle. Me sostuviste y de
nuevo me consolaras.
Tu me levantarás de mi postración y me harás subir de lo
hondo de la tierra. De nuevo me darás vida cuando pierda el aliento. Yo te
ensalzaré y te daré gracias, mi lengua y mis labios te aclamarán porque fuiste
mi amparo y mi auxilio.
Nosotros somos testigos. Nosotros hemos sido levantados de
la fosa y librados del poder del pecado y de la muerte. Nuestra confianza y
amor a Jesús calma su sed. Pide que nosotros sus amigos no le abandonemos. No
te quedes a distancia, date prisa en socorrerme.
Jesús nos promete su auxilio. Cada día te alcanzará mi
gracia. Yo me levantaré sostenido en tu amor y misericordia para proclamar tus
proezas. Cada día recitaré tu auxilio y mi boca proclamara tu alabanza.
DIA 11: HARE DERRAMAR MI AMOR SOBRE LA TIERRA
RESECA Y EXTENUADA
Lectura cristológica.
Este salmo tiene una fuerte connotación eucarística. Hace
alusión en prefiguración de la Eucaristía. Cristo se entrega por nosotros y
nosotros nos alimentamos de él hasta la victoria final
Como el pueblo israelita en su éxodo por el desierto fue
curado, levantado y fortalecido de la mordedura de la serpiente mirando el
estandarte de la Cruz y alimentado con el mana del cielo y el agua que manaba
de la roca, así nosotros somos sanados y fortalecidos en nuestra travesía por
la Eucaristía para que no desfallezcamos por el camino.
Este mi Cuerpo entregado como alimento y mi sangre que os
purifica de vuestros pecados. Yo derramare mi gracia como lluvia fecunda que
empape esta tierra extenuada.
Yo fecundaré los corazones con el rocío de mi Espíritu para
que florezca la unidad, la justicia y la paz en esta tierra dividida por el
odio y las guerras. Yo de nuevo enviare la lluvia para que fecunde los campos y
broten las espigas. Para alimentar a mi pueblo extenuado, para saciar y salvar
la vida de los pobres.
Sal 72
No hemos sido salvados con oro y plata, valemos la sangre
preciosa de Cristo. Hemos sido revestidos de Cristo, hemos pasado a ser
miembros de su cuerpo para que fructifiquemos en la construcción de un mundo
nuevo, como semillas del reino nuevo de Dios.
Contamos con su auxilio y su amor. Su amor es eterno. Somos
fortalecido con su presencia en nosotros y entre nosotros. Se nos pide que
reconozcamos su presencia en nosotros pobres y necesitados, en los más pobres y
vulnerables.
No podemos quedarnos hundidos y abatidos. La victoria del
Cordero perdura por siempre y para siempre. Su bendición de generación en
generación. El nos levanta del polvo y nos abre los ojos y el corazón a un
futuro glorioso ilimitado en el tiempo y el espacio que llega hasta los
confines de la tierra y el final de los tiempos.
Este el Pan que ha bajado del cielo que contiene en sí todo
deleite. Solo Dios es adorable y digno de ser adorado. Que se postren ante él y
lo reconozcan los pequeños y grandes, que todos ofrezcan sus vidas como don por
el gran don recibido.
DIA 12: PARA MI LA VIDA ES CRISTO
Lectura cristológica.
Tomando las palabras del salmista: meditaba sobre mi destino
y me resultaba muy difícil hasta que entré en el misterio de Dios y comprendí
lo que Dios ha preparado y destinado. Para mi lo bueno es estar junto a Dios y
hacer de él mi refugio, ¿no te tengo a ti en el cielo? Entonces no me importa
lo que me pueda ocurrir en esta tierra.
Como dice el apóstol Pablo, vivo en la fe del Hijo de Dios
que me amó y se entregó por mí. Para mí la vida es cristo y la muerte una
ganancia, nada vale la pena en comparación con el bien supremo que consiste en
conocer a Cristo. Quiero estar unido a él no por mis méritos y fuerzas sino en
virtud de su fuerza salvadora, quiero conocer a Cristo, experimentar el poder
de su Resurrección compartiendo sus sufrimientos y muriendo su misma muerte,
Espero por ello alcanzar así la Resurrección.
Que Cristo habite en el centro de vuestra vida así seréis
capaces de entender cuán largo y ancho, cuán alto y profundo es su amor, un
amor que desborda tonta ciencia humana y nos colma de la plenitud misma de
Dios.
Aunque Cristo es el que me ha alcanzado no quiero decir que
lo haya logrado o conseguido todavía llegar a la meta, pero olvido lo que he
dejado atrás y me lanzo hacia adelante en busca de la meta. Preferiría partir
de este mundo para estar ya con él. Pero si considera que es para vuestro
provecho y beneficio seguir en este mundo continuaré anunciando a Cristo.
Sal 73
Al hombre le resulta muy difícil entender su destino. Sin la
fe en el Hijo de Dios es imposible escrutar sus designios, lo que él ha
preparado a los que le acogen y aman. A veces nos resulta difícil conjugar
nuestra la temporalidad y la finitud de nuestros hechos tan volátiles y
pasajero con la infinitud de nuestros deseos; nuestra temporalidad como seres
de esta tierra y nuestro destino como buscadores del cielo; nuestra humanidad y
los destellos de la divinidad impresa en nuestros corazones creados a imagen de
Dios.
A veces tenemos la impresión de aspirar tan alto que nos
resulta imposible llegar hasta la meta colmando nuestras expectativas. A veces
mirando atrás pudiéramos caer en nuestra corta visión e impresión que a penas
hecho nada o peor en la amargura de que nada ha merecido la pena.
Sin embargo, Cristo viene a iluminar nuestros corazones para
comprender sus insondables designios de amor que el ha reservado a los que en
él confían. Nada está perdido, aunque nuestro pequeño granito de arena fuera
como una gota de agua que se diluye en un inmenso océano, él contiene todo ese
torrente inmenso de amor y resiente el más mínimo detalle y pequeña ofrenda de
amor con un valor incalculable.
No debemos dejarnos llevar por nuestro hacer sino en el ser
delante de Dios. Solo él puede colmar los anhelos más profundos del corazón.
todas las cosas de este mundo son pasajeras y nos dejan vacíos con una
insatisfacción profunda. Como dijera San Agustín ese buscador insaciable del
amor, fuimos creados por él y para él y nuestro corazón no descansara hasta
reposar en él.
DIA 13: QUE LOS HUMILDES, POBRES Y AFLIGIDOS
ALABEN TU NOMBRE
Lectura cristológica.
El oprimido y afligido grita ¿hasta cuándo? ¿Por qué retraes
tu mano izquierda y tienes tu derecha escondida en el pecho? Ten en cuenta la
opresión de quienes nos afligen, los enemigos que te ultrajan y desprecian tu
nombre. Levántate y defiende nuestra causa, no entregues a los buitres la vida
de tu tórtola ni olvides sin remedio la vida de los pobres.
Más nuestro Goel, nuestro defensor no alza su mano derecha
para eliminar con golpes al opresor sino que se pone como intercesor para
suplicar el perdón de todos. Padre perdónalos, no les tengas en cuenta lo que
hacen porque no saben lo que hacen. No eres un Dios justiciero que vences con
la ira y la venganza, sino que nos ganas con tu misericordia.
Retraes tu mano izquierda para no castigar desplegando tu
poder con ira y extiendes a todos tu mano derecha para salvarnos, venciendo el
mal con el bien. Cristo es nuestra paz. El ha derribado en su Cuerpo la barrera
de odio que nos separaba y ha hecho de los pueblos enfrentados una sola
familia, ha dado u golpe de muerte a la enemistad (el enemigo) que nos tenía
divididos.
Sal 74
Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo, de
quienes rescataste para posesión tuya. La Iglesia perseguida hace suyo este
salmo en medio de la persecución, sobre todo cuando parece triunfar los
opresores. El furor antirreligioso de los que se rebelan contra Dios.
El origen del mal se indujo por la desobediencia. Nos
sobrevino la desgracia porque le dimos la espalda a Dios. Rompiendo la Alianza,
los vínculos de amistad y la comunicación con Dios rompimos los vínculos de
amistad entre nosotros. Alejándonos de Dios nos alejamos de nosotros mismos
hasta pervertirnos y hacernos enemigos de nuestros propios hermanos.
Las imágenes de la destrucción de tu santuario dan pruebas
del furor del enemigo. Prendieron fuego a tu santuario, derribaron y profanaron
la morada de tu nombre, incendiaron todos los templos del país. Ya no se ven ni
signos ni profetas porque han sido expulsados, exiliados o aniquilados.
Los pobres y afligidos acuden al único Goel,
defensor, que puede librarlos. Tu nuestro Goel y defensor sal en defensa
de nuestra causa. Tú que hendiste con fuerza el mar, aplastaste la cabeza del Leviatán
y ganaste la victoria en medio de nuestros enemigos, sal en defensa de los
pobres y afligidos.
La acción redentora de nuestro Dios nos mueve a la
reconciliación de los contrarios. Tu amor lo extiendes sobre todos para que se
reconcilien los opuestos. Amad a vuestros enemigos, orad por los que os
persiguen. Todos te alabarán la luna y el sol, el día y la noche, el verano y
el invierno, el frío y el calor, los pequeños y los grandes.
DIA 14: YO SIEMPRE TE ALABARE Y PROCLAMARE TU
GRANDEZA
Lectura cristológica.
Solo Dios es grande y merece nuestra alabanza. Es el Señor
quien lo hace. Somos puro milagro, prodigio de su misericordia infinita. Hemos
sido rescatados y salvados por puro amor.
¿Como darte gracias por tantos beneficios? Alzaré la Copa de
salvación. El Señor tiene una copa en la mano, un vaso lleno de vino drogado
que nos das a beber hasta la última gota.
Este salmo hace alusión al sacrificio eucarístico de Cristo
que se ofrece por nuestra salvación. Bebamos de la Copa de salvación para que
drogados, atraídos, seducidos por su inmenso amor, proclamemos su grandeza.
Jesús tomando la copa la bendijo y se la dio a beber a sus
discípulos: Este es el Cáliz de la Nueva Alianza confirmada con mi sangre que
será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. El sacerdote elevando la hostia consagrada dice: Este el el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Sal 75
En el mundo que vivimos nos hemos hecho necios y arrogantes
usurpando el lugar de Dios. Conociendo a Dios le dieron la espalda y no le
retribuyeron el honor que merecía, al contrario, alardeando de sabios se
hicieron insensatos dejando correr su pensamiento tras cosas sin valor y
dejando su corazón lleno de oscuridad.
Aunque todo se tambalee y tiemble la tierra no vacilaré
afianzado en la Roca inamovible de su inmenso amor. Dios permite la humillación
para levantarnos y abrazarnos con su inmenso amor. A los humildes colma de
bienes y a los ricos los despide vacíos.
No os jactéis con arrogancia de vuestro poder y sabiduría,
no alcéis la testuz contra el cielo, no digáis insolencias contra la Roca.
Abandonando a Dios y poniéndose en su lugar quedaron a merced de su mente
pervertida.
Solo Dios es digno de adoración porque es el creador del
mundo y quien lo gobierna. Él no dejara que nadie le arrebate lo que está en su
mano. Lleva en sus manos los destinos del mundo y todo lo conducirá a un final
feliz. Yo doy mi vida por mis ovejas y jamás perecerán ni podrá nadie
arrebatármelas.
Sólo Dios gobierna con amor y soberano poder todo lo que él
ha creado, de los cuatro puntos cardinales vendrán a alabarlo. Los humildes
heredarán su Reino y proclamarán su grandeza mientras los arrogantes quedarán
vacíos.
DIA 15: A TI CUMPLIRE MIS VOTOS EN ACCION DE
GRACIAS
Lectura cristológica.
Jesús en el Monte Sión del Calvario manifestó su gran amor
por nosotros. Cuando sea levantado en lo alto atraeré a todos hacia mi. ¿Quién
podrá resistirse ante su inmenso amor?
No fue con ira ni con alaridos de venganza sino a través de
su amor misericordioso como derribó a los poderosos inmovilizando carros y
caballos y levantó sus brazos para salvar y enaltecer a los humildes de la
tierra.
Desde el cielo proclamó el Padre la victoria sobre la muerte
con la Resurrección del Hijo. Allí se puso fin a la oscuridad y la luz brilló
en todo su esplendor. Allí quebró los relámpagos del arco, el escudo, la espada
y la guerra.
El evangelista nos describe este momento con imágenes
teofánicas y apocalípticas: la tierra tembló y las rocas se resquebrajaron y
muchos corazones compungidos se abrieron a su perdón. Las tumbas se abrieron y
muchos volvieron a la vida. Los que estaban ciegos comenzaron a ver. Entre
ellos el centurión romano y los que hacían su guardia ante Jesús, Al ver todo
lo que estaba sucediendo exclamaron sobrecogidos: verdaderamente éste era Hijo
de Dios.
Sal 76
El salmista nos invita a la conversión nacida del corazón.
Amor con amor se paga. Solo tu mereces ser alabado por tu inmenso amor. ¿Ante
esto, que diremos? cumpliré mis votos en acción de gracias y proclamaré la
grandeza de tu amor por siempre.
Dios es el único que merece nuestra alabanza y adoración. El
es el único y soberano de todo. Todos deben de rendirle honor y gloria por
siempre, por su infinito amor hacia nosotros.
Nuestros corazones endurecidos como piedras toman carne, las
losas que nos encerraban en la oscuridad de la muerte se abren y somos ahora
testigos de su resurrección. Los muertos salieron de sus tumbas después de la
resurrección de Jesús y entraron en la ciudad donde se aparecieron a mucha
gente,
Todos los que empuñan la espada a espada morirán más quien
persevere amando hasta el final se salvará. La imagen de Pablo se nos presenta
como icono del hombre nuevo convertido de perseguidor en anunciador de su
Resurrección. Iba con su espada cotando cabeza y termina como testigo muriendo
por Cristo bajo espada. En Tre Fontane brotaron tres fuentes
cuando su cabeza cayó por tierra golpeándola tres veces.
DIA 16: QUE DIOS ES TAN GRANDE COMO NUESTRO DIOS
Lectura cristológica.
El salmista se para a contemplar la gran teofanía del
Calvario. Con tu brazo rescataste a tu pueblo y mostraste tu poder a todos los
pueblos de la tierra.
Junto a la cruz a su lado permanecían absortas en
contemplación del Crucificado María la madre de Jesús y Juan el discípulo amado
y algunas mujeres que le acompañaban que le miraban de lejos, María Magdalena,
María la mujer de Cleofás que era hermana de su madre, María la madre de
Santiago y José y la madre de los hijos de Zebedeo.
También ahora la Iglesia se mantiene en contemplación del
Crucificad-Resucitado. No bajamos los brazos ni dudamos de su poder salvador.
En silencio de la noche cuando nos asaltan los porqués, nuestra boca ahoga y
traga los lamentos y quejas. Aunque estemos inquietos, angustiados y agitados no
podemos dudar de su bondad y fidelidad. ¿Es que el Señor nos va abandonar y
rechazar y no volverá a favorecernos? ¿Se ha agotado ya su misericordia, se ha
terminado para siempre su promesa? ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad o
la cólera cierra sus entrañas? ¿Se habrá agotado su amor y olvidado de ser
compasivo y misericordioso?
La respuesta es evidente considero y medito todas tus obras
recordando las maravillas que hiciste y deduzco que su misericordia y fidelidad
duran por siempre. El Señor no cambia, no dejará de brindarnos su favor, no
dejará de favorecernos.
Sal 77
Todo el salmo es una invitación a la esperanza, a repasar la
historia de salvación para no olvidar su bondad y su fidelidad y mantenernos
fieles en medio de la adversidad. En medio de la tribulación seamos pacientes y
mantengamos la fortaleza de espíritu confiando siempre en el Señor.
El recuerdo de sus obras nos ayuda a soportar la angustia y
el sufrimiento presente. Repaso los días antiguos y recuerdos los años remotos.
Se recuerda el paso del mal Rojo. Tú nos abriste camino entre las aguas
caudalosas. Tú nos guiaste como a un rebaño por medio del desierto. Al recordar
sus acciones se renueva la confianza y la esperanza.
La causa de permanecer angustiados es la falta de fe, de
amor y de esperanza. No es tanto la aparente ausencia de Dios cuánto el
preguntarse por el carácter definitivo que pueda tener dicha ausencia ¿Será
para siempre? ¿Será un olvido total y perpetuo? Aunque todos te abandonaran yo
jamás te abandonaré. El no puede dejar de ser lo que es , sería negarse así
mismo.
No es fácil tolerar las adversidades pero Jesús se nos
presenta como nuestro modelo e intercesor. Tú nuestro redentor sufriste como
cordero degollado cargando y soportando con paciencia nuestros sufrimientos y
pecados ¿Qué Dios es grande como nuestro Dios?
DIA 17: NO TE OLVIDES DE SUS PROEZAS
Lectura cristológica.
El salmo narra las acciones que Dios ha tenido con su pueblo
con objeto de reavivar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor. Medítalas
y cuéntalas de generación en generación para que pongamos en Dios toda nuestra
confianza y esperanza,
El Señor se manifestó de forma prodigiosa en el epicentro de
la historia enviándonos al Verbo. Tanto amó Dios al mundo que nos entregó a su
único Hijo, el amado para darnos a conocer su infinito amor.
En el ápice de su encarnación el Hijo se entregó por
nosotros en el altar de la cruz. De la hendidura de su costado, de su corazón
traspasado brotó sangre y agua, un pueblo nuevo, la Iglesia. Pondera el lugar
donde fuimos engendrados.
El se nos da en la Eucaristía donde nos da a gustar el mejor
alimento que nos hace Iglesia, familia, vivir en comunión con él y los
hermanos. Hirieron la roca de su Cuerpo para que se abrieran nuestros corazones
de piedra y se volvieran en corazones de carne. El Hijo tenía que ser levantado
en alto para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Dios no envió a su
Hijo para condenarnos sino para salvarnos. La condena se vuelve para aquellos
aque rechazan su amor y persisten en su increencia.
Sal 77
El salmista nos invita a repasar nuestra historia haciendo
memoria de su gran amor. Hcemos memoria para redescubrir nuestra propia
historia. No olvides sus acciones. Contempla como a pesar de nuestras
transgresiones e infidelidades Él hizo portentos a la vista de todos:
Dividió el mar pata abrirnos paso entre aguas caudalosas.
Nos guio por el deserto con una nube. Cuando desfallecíamos de sed de la
hendidura de la roca nos diste a beber agua a raudales. Cuando desfallecíamos
de hambre nos proveyó del pan del trigo celeste para comer hasta hartarnos.
Hizo soplar desde el cielo y dirigió con su fuerza el viento dio prueba con sus
plagas y nos guio entre incontables prodigios.
Pese a todo, nuestros corazones se cerraron y no fuimos
fieles a sus pactos y alianzas. Frente a nuestra obstinación Él perdona
nuestras culpas y en lugar de destruirnos nos cuida con paciencia. Se apiada de
su pueblo y pone de manifiesto su compasión y fidelidad. Nos pastoreas con
corazón integro y nos guías con mano inteligente.
El mensaje sapiencial al que nos conduce el salmo es que
nosotros nos hemos hecho merecedores de las calamidades que nos han
sobrevenido. Han venido por apartarnos del Señor y serle infieles, por no
fiarnos y confiarnos ciegamente en Él. Pero la paciencia y la misericordia de
Dios es infinita. Pongamos toda nuestra confianza en Él y mantengámonos con el
corazón integro y fiel que responda a tu gran amor.
DIA 18: EL BUEN PASTOR QUE ESCUCHA EL GEMIDO DE
LOS POBRES
Lectura cristológica.
Jesús se nos presenta como el buen pastor que guía a su
rebaño y lo defiende del enemigo. Yo soy el buen pastor que conozco a mis
ovejas y doy la vida por ellas, nadie las podrá arrebatar de mi mano. El se
pone delante de sus ovejas y les va abriendo camino. Las ovejas siguen sus
pasos porque reconocen su voz. El las conoce y las llama por su nombre.
El buen pastor se desvive por las ovejas y da su vida por
salvar sus ovejas. Es la misión y el encargo que el Padre le ha encomendado. Mi
rebaño anda errante y disperso sin que nadie se preocupe de ellas, yo mismo
cuidaré del rebaño e iré a buscar a mis ovejas.
Yo mismo iré a salvar a mis ovejas para que no estén
expuestas al pillaje. Yo las congregare y reuniré y las llevaré al lugar de
reposo. Yo las apacentaré en buenos pastos. Yo buscaré a la oveja perdida,
tornaré a la descarriada, curaré a la herida, confortaré a la enferma y llevaré
sobre mis espaldas a la desvalida.
Sal 78
Este salmo bien refleja el pueblo en marcha y peregrino por
el desierto. También nosotros sentimos a Jesús como buen Pastor caminando con
nosotros. Nosotros somos tu pueblo y ovejas de tu rebaño. Es la oración de los
pobres, del pueblo que se siente oprimido y perseguido. Nosotros lo invocamos
en medio de la persecución. Que tu salvación nos alcance Señor y Dios nuestro.
Tu nuestro buen pastor mira a tu pueblo abatido. escucha el
clamor y el gemido de los pobres y no nos abandones en el momento de la prueba
y la tribulación. Nos devoran, asolan nuestras casas, somos el escarnio y la
burla de nuestros opresores. Derraman la sangre de los más pequeños e
indefenso, echan los cadáveres de tus siervos como pasto a los buitres. No nos
abandones.
Llegue hasta tu presencia el gemido del cautivo, con brazo
poderoso salva a los condenados a muerte. Socórrenos, que tu compasión nos
alcance pronto, nosotros te daremos gracias y cantaremos tus alabanzas de
generación en generación.
DIA 19: MUESTRANOS TU ROSTRO DE BUEN PASTOR Y
RESPLANDECE
Lectura cristológica.
Tu que guías a tu pueblo como un rebaño, restáuranos,
resplandece, haz brillar tu rostro sobre nosotros. En Cristo la Iglesia
contempla su rostro de Buen Pastor. Lleno de amor y clemencia. Vuele a nosotros
tus ojos misericordiosos.
Dios nos muestra su rostro resplandeciente y brillante. Con
su presencia benévola nos visita y sale a nuestro encuentro sobre todo en los
momentos de prueba y tribulación. Su presencia benévola ilumina y serena
nuestra condición vulnerable.
Cristo en el Tabor resplandece ante sus discípulos
apesadumbrados por el anuncio de su Pasión. En la subida al monte
experimentaron “una visión tabórica” que les transformo su percepción de las
cosas. Cristo apareció con su rostro resplandeciente ante sus discípulos
atemorizados. Ellos quedaron envueltos bajo el resplandor de su gloria y vieron
la gloria de Jesús. Quedaron envueltos bajo la sombra de una nube. Pedro
absorto por esta visión dijo: que bueno que estemos aquí. Se escuchó una voz
del cielo que decía. Este es mi Hijo, mi elegido contempladle y escuchadle.
Después desapareció y quedaron con Jesús a solas. Los discípulos guardaron
silencio y de momento no contaron a nadie lo que habían visto.
Sal 79
El salmo contiene no sólo la imagen del pastor sino la
imagen de la viña. La imagen de la viña se refiere a la Iglesia y a nosotros.
La cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa la han talado y
prendido fuego. La viña que tu trasplantaste y preparaste y regaste para que
echara raíces aparece ahora abandonada pisoteada y entregada a las contiendas y
burlas del enemigo.
También nosotros necesitamos renovar esta “experiencia
tabórica”. Contemplando el rostro de Cristo. Míranos Señor con tus ojos
misericordiosos. No nos alejaremos de ti, danos vida para que invoquemos tu
nombre. Tu nuestro Buen Pastor que brille tu rostro y nos salve. Restáuranos,
fortalécenos.
Su rostro crucificado y glorificado nos habla de la victoria
de Cristo sobre el mal, el pecado, la muerte. Cristo no está desesperado sino
orante y confiado ofreciéndonos su consuelo y su paz. Vuélvete a nosotros, mira
fíjate, ven a visitarnos que nos sentimos solos y desconsolados. Ven a
fortalecernos en nuestra debilidad.
DIA 20: ESCUCHAME YO TE DARE DE BEBER Y COMER
Lectura cristológica.
Este salmo era cantado como himno popular que se proclamaba en la
Fiesta de las Tiendas. En estas fiestas según los ritos tradicionales todos
aclaman a Dios con cantos y música. De repente resuena la voz del Señor celoso
por su pueblo: Escucha pueblo mío yo soy el Señor Dios tuyo, no te hagas dioses
extraños ni les entregues tu corazón. Ojalá me escucharas, te alimentaría con
flor de harina te saciaría con flor silvestre.
El Señor también exhorta a su pueblo. Se acercaba la fiesta
de las Tiendas y Jesús subió a Jerusalén, aunque allí le esperaban muchos para
matarle. Mediada la fiesta Jesús subió al templo para enseñar y exhortar al
pueblo. El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús puesto en pie exclamó
en alta voz: el que tenga sed que venga a mí, el que crea en mí encontrará
donde beber. De sus entrañas brotarán ríos de agua viva.
Recordad de donde nacisteis, de donde os saqué cuando erais
esclavos. No demos por supuesta nuestra liberación porque a gran precio fuimos
comprados. Acordémonos del Calvario donde el Señor pactó con nosotros una
alianza nueva sellada con su sangre. Esta es nuestra raíz, nuestra historia y
nuestra identidad. Lo que somos se lo debemos a Cristo, nuestro libertador, lo
que hemos llegado a ser, su pueblo redimido y de su propiedad, es por pura
gracia.
Considera quién, cuál y grande es este que descendió y subió
a lo alto de la Cruz. Se abrieron las rocas y su tránsito resucita a los
muertos. Oh corazón humano más duro que las rocas, recuerda quien dio su vida y
su sangre por ti para que la compunción te aflija y la piedad te ablande.
Sal 80
El salmo recoge los momentos significativos de la liberación
del pueblo de Egipto. La salida el paso por el mar rojo, la fuente de Meribá.
Recuerda como clamasteis en el desierto en medio de la aflicción y como te
libré portentosamente. Como decimos en nuestra oración matinal en el salmo
invitatorio: Si hoy escucháis mi voz no dejéis que se endurezca vuestro
corazón.
El fariseísmo y la hipocresía religiosa es una realidad
bastante frecuente, el culto esplendoroso pero vacío y el formalismo ritual
representa una tentación continua para el pueblo. Un pueblo que olvida sus
orígenes pierde su identidad. Lo que nos hace ser un pueblo es nuestro origen
común. El olvido nos hace perder nuestra identidad, un pueblo sin memoria es un
pueblo sin raíces sin historia y por ende sin futuro.
Tú Señor has sido quien rompiste nuestras cadenas, curaste
nuestras heridas, restauraste nuestro amor y nuestra confianza en ti ¿A dónde
iremos fuera de tí? solo tú tienes promesa de vida eterna. El que tenga sed que
venga a mí y beba. Os alimentaría con flor de harina, os saciaría con miel
silvestre.
Del costado de Cristo, de su corazón traspasado manó sangre y agua. Tenemos abierta la fuente de la vida Aplica a ella tus labios para beber del agua que mana de la fuente del Salvador. Fuente que vivifica y luz que ilumina y llena de esplendor Oh fuente y dulce manantial oculta a los ojos mortales cuya profundidad es sin fondo y sin término.
DIA 21: RECONOCEDME EN LOS MAS POBRES Y
VULNERABLES
Lectura cristológica.
Este salmo tiene el tinte del juicio final donde Dios se
presentará para imponer su justicia universal. Será el juicio definitivo de
todos los pueblos. Cuando el Hijo del hombre venga con todo su esplendor
acompañado de todos sus ángeles se sentará en su trono glorioso y todas las del
mundo serán reunidas en su presencia.
Entonces dictará sentencia separando los justos (las ovejas)
a su derecha y los injustos (machos cabríos) a su izquierda. Dirá a los de su
derecha: Venid benditos de mi Padre, recibid en propiedad el reino que os tenía
prometido. Porque estuve hambriento y me disteis de comer; estuve sediento y me
disteis de beber; llegué como un extraño y me acogisteis; me visteis desnudo y
me disteis ropa; estuve enfermo y me visitasteis; estuve enfermo y en la cárcel
y fuisteis a verme.
Sorprende la identificación del Señor con el pobre,
hambriento, sediento, prisionero. De tal manera que preguntan ¿cuándo te vimos
hambriento o sediento, desnudo o enfermo o en la cárcel? El responderá os
aseguro que todo lo que hicisteis en favor del más humilde de mis hermanos a mí
me lo hicisteis.
Señor haz que te podamos reconocer en cada hermano pobre y
necesitado y saber echarte una mano cuando te veamos en ellos mendigo e
indigente. Ábrenos los ojos y el corazón para que no nos quedemos indiferentes.
Os aseguro que cuanto dejasteis de hacer en favor de los más humildes también a
mí dejasteis de hacerlo.
Sal 81
En la muerte de Cristo se consuman y ahogan las injusticias.
En su Resurrección se culmina su victoria sobre el pecado y la muerte
destronando los poderes que gobiernan inicua mente el mundo.
Ellos ignorantes e insensatos caminan a oscuras en la sombra
de muerte. Todos moriréis como cualquier hombre y los poderosos que abusan de
su poder quedarán al descubierto. El Señor viene para destronar los poderosos e
imponer su justicia.
La justicia de Dios demanda proteger y defender al
indefenso. Proteged al desvalido tended la mano al pobre y necesitado, defended
a los oprimidos. Dios se levanta para sacar a los pobres e indigentes de la
mano de los culpables.
El pueblo gime al Señor que lo rescate del opresor y haga
justicia. Levántate oh, Dios, y juzga la tierra. Dios se levanta con poder en
medio de la asamblea para hacer justicia al humilde e indigente librándole del
yugo opresor del enemigo.
DIA 22: VARON DE DOLORES FAMILIARIZADO CON EL
SUFRIMIENTO
Lectura cristológica.
Frente al mal del mundo tu respondes con amor. El Señor
permanece callado, en silencio, humillado despreciado sin que le tengamos en
cuenta. Tu eres el que nos pides ¿si hoy escuchases mi voz y no endurecierais
vuestro corazón? ¿Quién como tú que te hiciste solidario con el que sufre?
Permítenos reconocerte en los pobres e indigentes de la tierra. Podemos en
ellos amarte.
Tu en la Cruz permaneces callado, en silencio, inmóvil como
un árbol seco partido por un rayo, como hojarasca frente al vendaval, como
maleza echada al fuego, como despojo echado al basural.
Así era mi Señor. Varón de dolores, abrumado de dolor y de
tristeza como un derrotado. Pero era él quien se ofrecía para el perdón de
nuestros pecados para abrir nuestros ojos y corazones y reconociésemos lo
excelso de su amor.
Quiero hablar de un amor infinito que se hace pequeño,
pobre, frágil, vulnerable, amor de un hombre humillado y un amor apasionado.
Siendo Rey se hace esclavo y con dolor carga nuestros pecados. Cuánto amor hay
en quien se humilla y se abandona en las manos de Dios. Allí en la Cruz
permanece en silencio, cerrando sus ojos aparece como dormido apartado de todas
las miradas, olvidado de los hombres, sepultado en su profunda humildad
esperando que nosotros despertemos.
Sal 82
El salmo esta formulado en categorías de una ley que
prescribe con la venida de Cristo. Se os dijo pero yo os digo. No debemos tomar
la justicia de nuestra mano sino dejar que Dios haga justicia.
Trátalos con dureza y aniquílalos. Cúbreles el rostro de
ignominia para que queden abrumados de vergüenza y sean para siempre derrotados
La justicia del Antiguo testamento era una justicia
distributiva. Ojo por ojo y diente por diente. Al que te ha hecho mal
devuélvele la ofensa cometida. Pero tu justicia va más allá de nuestra forma
innata de proceder. Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que persiguen
oprimen e injurian, sed misericordiosos para procede así como vuestro Padre es
misericordia.
Miremos a Cristo en la Cruz y en la Eucaristía cerrados sus
ojos, callado, humillado en silencio. Cierro mis ojos y verlo no con los ojos
del cuerpo sino del corazón en el más misterioso y continuado anonadamiento y
sueño profundo hasta la consumación del mundo esperando ser reconocido y amado.
Aunque preciera que el Señor duerme, sigue velando, su amor sigue despierto,
que no es el amor el muerto, yo soy el muerto de amor. Que si la lanza pudo
herir tu corazón no pudo el amor morir el que es la fuente del amor.
Despierta alma mía. El es para mi y yo soy para mi amado. El
es nuestro amor y nuestra esperanza. De su corazón abierto y traspasado nos
llegan los torrentes de agua viva que fecundan el mundo. Haz que podamos
responder al reclamo de tu corazón. tienes sed de amor, de amantes que pregonen
y sean canales de tu amor y de tu gracia.
DIA 23: QUIERO SEÑOR HABITAR EN TU CORAZÓN
Lectura cristológica.
Jesús, como el mejor amante, busca la presencia, la
cercanía, la permanencia con su amada. No os dejaré solos. Voy a preparos un
lugar para que donde yo este también estéis vosotros. El que escucha mis
palabras vendremos a él y haremos morada en él. El que toma mi Cuerpo vivirá en
mí y yo en él.
Con la imagen de la vid y los sarmientos Jesús da a entender
como el se une a nosotros para que nosotros vivamos en él. Pernaneced unidos a
mí como yo lo estoy a vosotros. El que permanece unido a mí, como yo estoy
unido a él, produce mucho fruto porque separados de mí nada podéis hacer.
Permaneced en mi amor.
Sal 83
Que deseable es para ti hacer tu morada en nosotros.
Permaneced en mí como yo permanezco en vosotros. Qué deseable vivir bajo tu
amparo. Mi alma se consume y anhela vivir en ti. Mi corazón y mi carne ansían
la presencia de Dios vivo. Que dichosa el ama que habita en ti. Dichosos los
que encuentran en ti la fuerza.
Cuando atraviesan por áridos valles los convierten en oasis.
Como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones. Vale más un día en tus
atrios que mil en mi casa, prefiero el umbral de la cas de Dios a vivir con los
malvados. El Señor no niega sus bienes a los que se refugian en é.
Tenemos un lugar seguro donde habitar. Dichos el hombre que
confía en ti. En ti se sacia nuestra sed, tú das la gracia y la gloria. El
deseo del hombre de habitar y vivir en tu presencia lo colma Dios haciendo su
morada en nosotros.
Que dichosos los que viven en tu morada. El gorrión ha
encontrado un lugar para habitar, la golondrina para anidar donde colocar sus
polluelos.
Aquieta nuestro corazón desasosegado revoloteando de casa en
casa entre las cosas pasajeras de la vida. Dame Señor la gracia de habitar en ti,
permanecer en ti en el lado oculto y sereno, humilde, sin brillo y sin ruido
donde escuchamos el susurro suave de tu corazón.
DIA 24: JESUS ES NUESTRA PAZ
Lectura cristológica.
La venida de Cristo se describe como alguien que viene
escoltado por la misericordia y la fidelidad. Dios, en Cristo, ha querido y
propiciado el deseado encuentro. Dios con el hombre, su misericordia y nuestro
pecado, su fidelidad y nuestra indigencia. Ha derramado su Espíritu como un
beso, como una lluvia temprana, sobre nosotros y ha hecho florecer los frutos
de una tierra fecundad por su Espíritu. Los deseos de fidelidad brota de nuevo
en los corazones y en la tierra aparecen los brotes de su justicia.
En Cristo se han cumplido las promesas. Nuestros anhelos de
liberación y nos invita a ser constructores de paz y unidad. Jesús resucitado
se presenta a sus discípulos y les dice: La paz este con vosotros. Les enseñó
las heridas transfiguradas en sus manos pies y costado y volvió a decirles. La
paz esté con vosotros. Como el Padre me envió así os envio yo a vosotros, Sopló
sobre ellos y les dijo: como el Padre me envió así les envio yo. Llevad mi paz
hacer florecer la paz. A quienes perdonéis recibirán mi perdón y mi paz.
Sal 84
Muéstranos Señor tu misericordia y danos tu salvación. Tu das
tu paz a los que vuelven el corazón a ti. Has sido bueno con tu siervo, has
restaurado la suerte de Jacob, has perdonado todas nuestras culpas.
No fuimos creados para la guerra sino destinados a vivir en
paz. La tierra derrama la sangre de tantas víctimas de la injusticia. Vivimos
sumidos en la desesperanza y la desgracia. La paz empieza en el corazón,
corazones reconciliados capaces de ofrecer el perdón. Y de vencer el mal con la
misericordia.
El pecado de vivir alejados de Dios provoca una ruptura
radical, rompe la armonía total humana y cósmica. Esta desarmonía provoca en el
hombre. Miedo, inseguridad, vergüenza. Nos echamos las culpas los unos a los
otros y provocamos el conflicto. Es el tiempo de vivir unidos, de besarnos, de
abrazarnos los que vivíamos enfrentados y divididos.
Dios ha venido en Cristo a traernos la paz. Dios quiere
reunirse y reconciliarse con su pueblo para que en la tierra florezca la
justicia y reine la paz. El reencuentro con Cristo nos abre un camino de
esperanza, su victoria nos abre a la esperanza de que El cumple su promesa y
llevará la humanidad a la restauración final.
DIA 25: TU SEÑOR ME AYUDAS Y CONSUELAS
Lectura cristológica.
Jesús es la revelación suprema de la misericordia de Dios. A
Dios no lo ha visto nunca, el Hijo el que está a la derecha del Padre nos lo ha
dado a conocer. Quien me ve a mí ve al Padre.
Jesús nos muestra ese Dios inclinado. Abajado a nuestra
miseria, para curar y abrazarnos en nuestras heridas y levantarnos hacia él.
Jesús nos revela el Dios que atiende escucha y responde al humilde, pobre,
desvalido, perseguido, oprimido, desgraciado que no tiene protector. El l Dios
que levanta al pobre y lo colma de bienes.
María la madre de Jesús y nuestra entonaría este cántico de
alabanza, canto a la fidelidad y bondad de Dios, muestra de la profunda
confianza en él. Me siento feliz de ser la servidora de tan buen Señor que se
ha fijado en lo más humilde para colmarnos de su gracia y su bendición.
Sal 85
Moisés se atrevió a descubrirse ante Dios y Dios le reveló
su rostro. Yo soy el Dios clemente y misericordioso lento a la cólera y rico en
piedad. Su rostro quedó tocado irradiando el resplandor de Dios. También
nosotros que estamos al descubierto frente a Dios permitimos que Dios nos
muestre su rostro de bondad y misericordia en su Hijo Jesucristo. Tu Señor eres
bueno, piadoso y compasivo, rico en misericordia con los que te invocan. Solo
tú amor es tan grande y digno de nuestro amor. Tú me salvaste del abismo
profundo. Nosotros hemos contemplado su gran amor y hemos creído en él. Que
suerte tan grande ser un pequeño siervo de tan gran Señor.
En esta peregrinación acudimos incesantes a él. Son muchos
los peligros y pruebas que atravesamos. En medio del peligro te llamo porque tu
me escuchas. Cada mañana al despertar comenzamos la oración con la súplica.
Señor ven en mi auxilio date prisa en socorrerme. Da fuerza a tu siervo, alegra
el alma de tu siervo, protege mi vida que soy tu pobre siervo, un pobre
desamparado, salva a tu siervo que confía en ti.
Tu nos enseñas, nos abres y conduces en tu camino para que
te sigamos de verdad. Señor mantén entero mi corazón para que pueda seguirte y
reconocerte en mis hermanos y acontecimientos de la vida. Te alabaré de todo
corazón y daré gloria a tu nombre por siempre.
DIA 26: EN TI SEÑOR LA FUENTE DE LA VIDA Y EL AMOR
Lectura cristológica.
Se dirá de cada uno, todos hemos nacido en ti. Nacidos del
costado abierto del Cuerpo de Cristo ofrecido en el altar de la Cruz. En tu
muerte y resurrección hemos recibido de ti la nueva vida porque en ti está la
fuente de la vida y del amor. Has querido que nuestra vida tenga el sólido
fundamento de tu amor para vivificarnos estando injertados en ti.
El apóstol Pablo pide al Padre origen de toda vida que
derrame sobre los creyentes su Espíritu y su amor entre hasta lo más íntimo del
ser para que Cristo habite en el centro de nuestra vida y su amor sea nuestro
cimiento y raíz.
Viviendo arraigados en su amor podamos crecer en el amor
puesta nuestra mirada el él que es nuestra Cabeza. Su amor es el vínculo de
unidad en todo el Cuerpo. Somos su pueblo adquirido, la familia de Dios,
piedras vivas de un edificio construido sobre el cimiento de los apóstoles y
profetas. Cristo Jesús es la roca y piedra angular sobre la que descansa todo.
Sal 86
Estamos llamados a vivir en unidad como miembros de un solo
Cuerpo. Una sola fe, un mismo Espíritu, un solo Cuerpo, un solo Señor y un solo
Dios Padre de todos que por medio de todos actúa y en todos vive.
En la Nueva Jerusalén habitan personas de diferentes
nacionalidades y culturas, filisteos, tirios, etíopes, todos congregados en un
mismo amor. Hasta los de Egipto (Rahab) y Babilonia (Babel) que eran
archienemigos del pueblo de Dios han sido reconciliados en Cristo. Cristo ha
hecho e ellos un solo pueblo derribando el muro que nos separaba. Él es nuestra
paz y nuestra esperanza.
El pregón y testimonio de unidad será el pregón que la
Iglesia como sacramento de unidad, está llamado a proclamar. Somos pregoneros y
mensajeros de paz en nuestro mundo dividido por el odio y las guerras. El salmo
nos invita a que nuestra liturgia sea la celebración de esta la fiesta de la
fraternidad universal del nuevo Reino que se empieza a vislumbrar en esta
tierra.
DIA 27: YO SE QUE TU ME ESCUCHAS
Lectura cristológica.
Este Salmo está teñido de un fuerte lamento, dolor,
angustia, al sentir que fallan todos los apoyos y deja de manifiesto la
incondicional confianza en Dios.
Jesús ante su Pasión inminente se dirige a Dios su padre con
estas mismas palabras: Padre yo sé muy bien que tú siempre me escuchas…
El salmista se siente trasladado al reino de los muertos, el
mundo de las tinieblas. el abismo, el sheol. Jesús en su vida mortal se
acerca a esta región desolada, donde los hombres atormentados se encontraban
despreciados y abandonados por todos, olvidados de Dios y del resto de
mortales, consumiéndose en el dolor y la desesperación.
El hombre de Gerasa vivía en la otra parte del lago tierra
pagana, perteneciente a la Decápolis. Este hombre vivía en el cementerio, junto
a las tumbas de los muertos, encadenado con grilletes y demoniado. Se
arrastraba gritando y golpeándose con piedras. Hasta allí se acercó Jesús a
liberarle.
Nuestro credo confiesa que Jesús después de morir desciende
a los infiernos. Allí Jesús desciende para acercar su salvación a los que yacen
desesperados. La liturgia del sábado santo nos evoca la bajada de Jesús, el
nuevo Adán al reino de la muerte para tender su mano al antiguo Adán con el
poder de romper las cadenas de la muerte y de dar a los muertos nueva vida.
Sal 87
En los momentos críticos frente a un mal insoportable el
hombre se cuestiona el sentido de todo, su perplejidad ante el sufrimiento, la
muerte. Las aguas me llegan al cuello, me encuentro encerrado en la fosa y no
puedo salir, soy como un inválido que tendido en el lecho del dolor como los
que yacen en el sepulcro. El enigma del mal trastoca los cimientos del hombre y
no sabe que responder, se multiplican las preguntas: ¿Por qué mi alma está
colmada de desdichas? ¿se podrá alzar el hombre del abismo? ¿Se anuncia en el
sepulcro tu misericordia ? ¿Dónde tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Por qué
no te manifiestas en lugar de esconder tu rostro?
Muy a pesar de todo, surge la súplica, la petición de
auxilio y confianza, Dios no puede abandonarnos, sería negarse así mismo,
contrario a su bondad y misericordia infinita. Por la mañana pediré tu auxilio
e irá a tu encuentro mi súplica y me mantendré aguardando. De día te pediré
auxilio y de noche gritaré en tu presencia. Ten piedad de mí. Llegue hasta ti
mi suplica, inclina tu oído a mi clamor. También el abismo y el reino de la
muerte será visitado por Dios, también allí anunciará su misericordia y hará
ver los prodigios de su amor.
También nosotros nos despertamos implorando tu auxilio y
acogiéndonos a tu misericordia sabiendo que no quedaremos defraudados ni
abandonados.
DIA 28: CAMINARE EN PRESENCIA DEL SEÑOR
CONTEMPLANDO SU ROSTRO
Lectura cristológica.
Este salmo canta las misericordias del Señor. Se remonta a
la obra de la creación y continua con su obra de redención y santificación
presente en la historia de salvación que llega a nuestros días y se proyecta en
la restauración final al final de los tiempos.
Tu prometiste a tu pueblo mantendré eternamente mi favor y
mi alianza con él será estable En la plenitud de los tiempos Dios cumple su
promesa de amor y fidelidad enviando a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. El
nos rescató del poder de la muerte.
Aunque tu pueblo no siempre respondiera al pacto de amor y
fuera infiel, tú no lo abandonaste, ni retiraste tu favor, ni te retractaste de
tu promesa. No les retirarñe mi favor ni desmentiré mi fidelidad ni cambiaré mi
promesa. Al contrario le tendiste tu mano para que volviera a ti.
¿Quién com tú (mi ka el)?¿Quién como tú Señor y Dios
nuestro? A tí todo honor y toda gloria. Tu misericordia y fidelidad me
acompañaran todos los días de mi vida. Bendito sea el Señor por siempre.
Sal 88
Cuál es el legado de Cristo para su pueblo. El haber
conocido el rostro de la misericordia de Dios. El nos ha revelado al Padre.
quien me ve a mi ve al Padre. Mi pueblo invocará su nombre y reconocerá; tú mi
Dios eres mi Padre, rico en amor y misericordia. Caminaré en tu presencia
seguro de tu amor u fidelidad.
Cuando las circunstancias históricas parecen contradecir las
promesas divinas, cuando su presencia y su ayuda se ocultan y nos sentimos
dejados de la mano de Dios, el recuerdo y la alabanza de sus intervenciones
pasadas deben movernos a la confianza y a mantener la fe, y la esperanza. Que
no se desanimen vuestros corazones, no dejemos enfriar el fuego de su amor.
Como el sol y la luna sale cada día y nos dan luz y calor
que permanece, así nosotros nos acogemos a tu infinita misericordia que
permanece para siempre. mi pueblo me invocará y encontrará mi mano tendida. Tu
serás para mí, mi hijo y te daré una posteridad perpetua y un trono duradero
como el cielo.
DIA 29: POR LA MAÑANA SACIANOS CON TU MISERICORDIA
Lectura cristológica.
Solo el Señor responde a nuestra fragilidad. La vida del
hombre pasa y los años se acaban, la mayor parte son fatiga inútil. Se pone en
entredicho el sentido de la vida. El salmista pide la sabiduría de Dios, mil
años son como un ayer que pasó. Una vela nocturna. Danos tu luz para poder
comprender la brevedad de la vida y adquirir un corazón sensato. Todo pasa solo
queda tu amor que perdura para siempre.
Jesús nos instruye en el evangelio. Atesorad tesoros en el
cielo donde no se apolillan ni se echan a perder y donde no hay ladrones que
puedan robarlas. Donde tengáis vuestras riquezas allí tendréis también el
corazón.
El hombre sin Dios cae en el absurdo y sin sentido. Polvo
somos y en polvo nos convertiremos. Comamos y bebamos que mañana moriremos. A
la brevedad existencial se une el fracaso y la inutilidad de los esfuerzos
humanos. Solo Dios existe eternamente. El nos llama a una existencia duradera
viviendo en su presencia. El que vive en mí vivirá para siempre. En la brevedad
de nuestra vida, en pocos años, podemos
adquirir una gloria que no tiene fin.
La resurrección de Cristo ilumina el misterio de nuestra
vida. Si solo vivimos abocados al mundo somos los seres mas desgraciados del
mundo. Dios colmará nuestros días de alegría y nos dará una salvación perpetua.
Sal 89
¿Cómo podemos colmar nuestras vidas de un valor
incalculable?. Viviendo en tu presencia. Danos la alegría de amanecer bajo tu
presencia, por la mañana saciaos de tu misericordia y toda nuestra vida será
alegría y júbilo.
Cada mañana alzar nuestros corazones y nuestros brazos
implorando tu misericordia para que baje a nosotros tu favor y hagas prosperar
la obra de nuestras manos.
Incluso cuando quedemos hundidos en nuestra infidelidad y
sean muchas nuestras culpas no dudemos en abrir a ti nuestros corazones rotos y
afligidos, ponernoa a la luz de tu mirada, tu no retiras tu mirada sobre
nosotros y nos das a conocer tu misericordia infinita.
DIA 30: SEÑOR MIO Y DIOS MIO CONFIO EN TI
Lectura cristológica.
El salmo es toda una confesión de abandono y confianza,
vivir en las manos de Dios. Tomaste al Altísimo como refugio y él no te
abandonará, su brazo es escudo y armadura, el salmista utiliza la imagen bíblica
del águila. El te cubrirá con sus plumas, bajo tus alas te refugiarás, te
llevará sobre sus alas para que camines seguro y tu pie no tropiece.
Jesús nos envía su Espíritu como guía y protector. No estéis
inquietos ni angustiados confiad en Dios. No os dejaré solos ni abandonados
subo a mi Padre y os enviará mi Espíritu que estará siempre con vosotros.
Vendremos a vosotros y viviremos en vosotros.
La vida y el amor que yo tengo lo tendréis también vosotros.
El amor que el Padre me tiene estará con vosotros y yo mismo en vosotros. Os
digo esto para que en medio de las tribulaciones participéis de mi paz y mi
alegría. Ánimo yo he vencido al mundo.
Sal 90
Este salmo describe la experiencia peregrina del pueblo por
el desierto. El Señor velará tus pasos. No temerás el espanto nocturno ni la
peste funesta que se desliza en las tinieblas, ni las flechas que lanza el
enemigo, caerán a tu izquierda y derecha pero a ti no te alcanzarán. El Señor
será tu escudo y baluarte donde encuentres refugio.
De día y de noche, acostado o levantado, en la bonanza y la
adversidad, en el trabajo y en el descanso, en la salud y en la enfermedad tu
estás a mi lado Señor. El está conmigo conforme a su promesa. Le invocaré y me
escuchará, me protegerá porque conoce mi nombre. Con el de mi mano nada temeré.
Este salmo se suele rezar en la oración de completas, antes
de dormir para vivir bajo su amparo en sus manos. El velará nuestro descanso.
Los ángeles son enviados por Dios para proteger a sus fieles.
DIA 31:
Lectura cristológica.
El salmista utiliza la imagen bíblica del árbol, el árbol de
la vida. Como estaba en un principio plantado en el centro del paraíso, el
árbol descrito está plantado en el interior del templo sagrado, en la casa del
Señor, en los atrios de nuestro Dios.
Desde una lectura cristológica evoca el árbol de la vida, la
Cruz, sobre el que fue alzado Cristo. Si del primer árbol nos vino el fruto
amargo del pecado que nos ocasiono la muerte, del segundo árbol nos ha venido
la vida, el fruto que deleita nuestro paladar. En la cruz se derrama el amor de
Cristo que fecunda la tierra, nos refresca y fortalece.
Como el olivo que para dar fruto abundante es azotado con
una vara para que caigan las olivas y luego estrujado en la piedra del lagar
para extraer el aceite, así el Cuerpo del Señor fue azotado, maltratado y
estrujado. De su Cuerpo herido destila el aceite con el que somos ungidos para
fortalecer y curar muestras heridas
Este árbol se levanta firme. No es endeble como la palmera
sino robusto como el cedro. Es un árbol frondoso lleno de frutos de vida.
Estamos llamados a acogernos a su sobra para recibir la vida que mana de él.
Sal 91
Plantado e injertado como renuevo de olivo, mi vida
florecerá y en la vejez seguirá dando fruto. Cada día me saciaré cobijado bajo
tu sombra, nos renovarás las fuerzas, nos ungirás con aceite nuevo,
proclamaremos por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad.
Cada día podemos acudir a comer del fruto del sacrifico eucarístico donde se renueva el sacrificio de la Cruz. La Iglesia se alza como una vid frondosa que hunde sus raíces en el manantial de la vida y expande sus ramas hacia los cuatro puntos cardinales para que florezca el amor, la paz y la justicia en toda la tierra.
Conclusión
UN SACERDOTE DEBE SER…
Muy grande y, a la vez, muy pequeño,
de espíritu noble, como si llevara sangre real,
y sencillo como un labriego,
héroe, por haber triunfado de sí mismo,
y hombre que llegó a luchar contra Dios,
fuente inagotable de santidad
y pecador a quien Dios perdonó,
señor de sus propios deseos
y servidor de los débiles y vacilantes,
uno que jamás se doblegó ante los poderosos
y se inclina, no obstante, ante los más pequeños,
dócil discípulo de su maestro
y caudillo de valerosos combatientes,
pordiosero de manos suplicantes
y mensajero que distribuye oro a manos llenas,
animoso soldado en el campo de batalla
y madre tierna a la cabecera del enfermo,
anciano por la prudencia de sus consejos
y niño por su confianza en los demás,
alguien que aspira siempre a lo más alto
y amante de lo más humilde…
Hecho para la alegría,
acostumbrado al sufrimiento,
ajeno a la envidia,
transparente en sus pensamientos,
sincero en sus palabras,
amigo de la paz,
enemigo de la pereza,
seguro de sí mismo.
(Manuscrito medieval encontrado en Salzburgo)
Este jubileo es un tiempo de gracia, de renovación y
transformación. También necesitamos un nuevo Pentecostés sacerdotal. En este
mes de Julio cumplo 36 años de sacerdocio. Es tiempo de renovación del
sacerdocio y de la vocación recibida. El ministerio es pura gracia, don
inmerecido. Jesús inaugura un nuevo sacerdocio. Ser sacerdotes como
prolongación del sacerdocio de Cristo es una invitación a hacernos uno con él.
Padre este es mi deseo que los que tu me has dado estén conmigo donde tu estas
y contemplen mi gloria. Ellos en mí y yo en ellos. Yo les he dado a conocer tu
nombre para que el amor que tu me tienes esté en ellos y yo en ellos.
No imitamos un modelo por fuera sino que somos movidos por
el mismo Espíritu de Jesús que vive y actúa en nosotros. Nosotros estamos
llamados a tener los sentimientos de Cristo, el sacerdote compasivo capaz de
compadecerse de nuestras debilidades. Transparentar desde nuestra debilidad el
rostro misericordioso de Cristo manso y humilde de corazón. Sacerdotes de
corazón pobre con entrañas de misericordia. Sacerdotes que se reconocen pobres
y pecadores dignos de piedad. Sacerdotes que hacen suyo el gemido y dolor de
los pobres y que hablen al corazón. No se puede evangelizar a los pobres al que
no se siente pobre, herido, pecador. Si nos mantenemos con nuestras fortalezas
no podremos entrar en contacto profundo con los que se sienten heridos, pobres
y pecadores. Sanar el corazón herido de nuestros hermanos solo se logra
derramando sobre sus heridas el ungüento suave de su misericordia.
Sacerdotes con el corazón y entraña de Cristo, que se hizo
pobre por amor y se abajo a lavarnos los pies y besar nuestras heridas.
Sacerdotes que tengan el corazón traspasado de Cristo, herido de amor. En sus
heridas fuimos curados. Seremos testigos de la gracia que nos hace fuertes
desde la debilidad. Dios quiso elegir lo que es débil para confundir a los
fuertes. Solo seremos fuertes para cargar, ayudar, abrazar, consolar con
ternura y piedad. Sacerdotes misericordiosos y compasivos para los que se
sienten excluidos, marginados, extraviados.
No podemos vivir el sacerdocio desde el pedestal de
superioridad buscando progresar en su carrera eclesiástica como líder,
burócrata y organizador controlándolo todo, como funcionarios de ritos,
rituales y prácticas vacías. Bajemos de nuestros pedestales y el afán de
protagonismo con deseos de poder y dominio. No se puede hablar a los corazones,
tocar y sanar los corazones si no estamos arraigados en Cristo desde su
humildad mansedumbre y simplicidad de corazón.
Para este mundo lleno de miseria se precisan sacerdotes,
pobres servidores de la misericordia de Dios que despierte la santidad en los
más pobres y les hablen al corazón. sacerdotes que sean capaces de tocar, sanar
y besar las heridas de los más débiles y abatidos. Sacerdotes que como buenos
samaritanos puedan inclinarse sobre la miseria de los heridos que han quedado
extraviados perdidos y tendidos al borde de los caminos.
“El rey dijo a sus siervos: Id por los caminos e invitad
al banquete de bodas a todos los que encontréis. Traed a los pobres, los
inválidos, los ciegos, los cojos y decid venid que está todo preparado y no
ceséis hasta que mi casa se llene. Feliz aquel que responda a mi invitación y
sea sentado a comer en el banquete del reino”. (Lc 14 15-24)

































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