JERUSALEN LA CIUDAD SANTA
INTRODUCCION
La ciudad santa, la ciudad sagrada, la puerta del cielo,
en esta ciudad más que en otras el hombre hace ha afanado para tocar lo eterno,
para hablar con Dios. Ningún lugar en la tierra ha inspirado tanto amor, ardor,
odio y pasión. Durante miles de años millones de peregrinos han acudido a ella
para encontrar a Dios, para acercarse lo más cerca posible a lo divino. Un Dios
ha inspirado a tres grandes religiones, lastres aman a Jerusalén, pero las tres
han reclamado a Jerusalén como propia. El monte Moria fue la montaña sagrada
vínculo con lo divino, donde Dios se manifestó y bendijo a Abrahám
prometiéndole una tierra y una enorme descendencia. Sobre la roca del
sacrificio de Isaaac se levantó el gran Templo de Jerusalén como centro de la
tierra. En algunos mapas representaban a Jerusalén en el centro del mundo. Se
cree que Dios escapó de la destrucción del templo y que sigue viviendo en este
lugar. El centro de esta tierra prometida Eretz Israel es Jerusalén.
Etimológicamente la ciudad de la paz, paradójicamente nunca ha sido un lugar pacífico más de veinte veces destruida y construida durante treinta siglos. Uru-salim, significa: "fundada por Shalim,[1] dios asociado con el anochecer y la estrella de la tarde en los sentidos etimológicos de "culmización" del día, "puesta de sol", "descanso" y "paz".[2] Esta etimologìa se refuerza por la forma hebrea del nombre, relacionada con yeru (ירו), (casa) y shalem o shalom (שלם', paz), por lo que Jerusalén significaría literalmente «casa de la paz».[3] El Talmud y la tradición cristiana consideran que el antiguo nombre de la ciudad es Salem, tal como aparece en el capítulo 14 del libro del Génesis.[4]
Vamos a tratar de analizar las distintas fases que vivió la ciudad centro de peregrinación de las tres religiones monoteístas. Jerusalén después de su destrucción por los babilonios, asirios y macedonios fue finalmente destruida por los romanos bajo el emperador Tito. Después la reclamaron los cristianos, musulmanes y otomanos y turcos hasta que después de un gran exilio Israel fue constituida de nuevo en Estado judío en 1948 como reacción al antisemitismo y el Holocausto nazi.
En la actualidad Jerusalén es la capital de Israel y su ciudad más grande y poblada, con 773.000 residentes en un área de 125,1 KM cuadrados si se incluye Jerusalén Este. Situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto, se ha extendido bastante más allá de los límites de la Ciudad Vieja.
El estatus de la parte oriental de la ciudad, conquistada en 1967 por Israel, se encuentra disputado, ya que en este sector referido habitualmente como Jerusalén Este o Jerusalén Oriental, que incluye la Ciudad Vieja es donde la Autoridad Nacional Palestina pretende establecer la capital de su futuro Estado. Israel discute las reclamaciones palestinas y, tras la Guerra de los Seis Días, considera la ciudad como un todo unificado y un mismo municipio, declarándola como su capital "eterna e indivisible" mediante la Ley de Jerusalén en 1980. Esta anexión no es reconocida por la mayoría de la comunidad internacional, y en señal de protesta por este acto unilateral los Estados miembros de las Naciones Unidas acabaron por trasladar sus embajadas a Tel Aviv. Últimamente el presidente de Estados Unidos D. Trump volvió a trasladar sus embajadas y la sede de la capital a Jerusalén.
Este trabajo lo terminé en la fiesta de la Asunción, fue precisamente en esta fecha cuando en 1096 partió la primera Cruzada hacia Oriente a la conquista de Jerusalén.
1. ORIGENES
Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del mundo, habitada por los jebuseos antes de la llegada de las tribus hebreas a Canaán a principios del siglo XIII a. C. Algunos arqueólogos, creen que Jerusalén fue una ciudad fundada por un pueblo semítico occidental, con asentamientos organizados alrededor del s. XXVI a.C. De acuerdo a una tradición judía, Jerusalén fue fundada por Sem y Eber, ancestros de Abraham. Según el relato bíblico, Melquisedec (rey justo) era el rey Salem, sacerdote de Dios y presentó pan y vino a Abraham , quien era un arameo nómada, y lo bendijo a su vez Abraham le dio diezmo; Salem es identificada con Jerusalén.
El rey David la convirtió en capital de su reino unificado. David la renombró como Ir David ("Ciudad de David"), y sus restos se ubican al sudoeste de la actual Ciudad Vieja, en la llamada Colina Ophel del barrio de Silwan. Este yacimiento fue descubierto y excavado por el Fondo para la Exploración de Palestina entre 1923 y 1925. El descubrimiento por parte de Kathleen Kenyon de muros jebuseos y davídicos de la antigua Jerusalén, así como excavaciones más recientes de la denominada "gran estructura de roca", tienden a ser interpretadas por algunos arqueólogos como confirmaciones de los textos bíblicos sobre la conquista de la ciudad jebusea por David.[5]
La primitiva citadela de Jerusalén, estructura
escalonada de piedra en Ophel, la
parte más antigua de la ciudad porque ha sido datada hacia el 900 a. C., en
la Edad del Hierro
Allí en la cima del monte Moria su hijo el rey Salomón
erigió el primer templo. En lo sucesivo, fue una fuente continua de fuerza y
seguridad para la siempre amenazada comunidad judía. El sanctasantórum del
templo albergó el Arca de la Alianza y las leyes que Dios otorgó a Moisés en
dos tablas de piedra en el monte Sinaí. Éste sería el único templo que
permitiría la ley religiosa hebrea consagrado al culto yahvista,
La arqueología demuestra un crecimiento dramático de
Jerusalén en algún momento de la primera mitad del siglo VIII a. C. Pasó de ser
una una ciudad pequeña a una gran ciudad de hasta 60 hectáreas. La
razón causa de esto fue la caída del reino del norte y el reasentamiento de
grupos israelitas del área del sur de Samaria,
incluido Betel, en
Jerusalén y en el resto de Judá. El
nombre de Betel es “Casa de Dios y puerta del cielo”. Fue el lugar donde Jacob
tuvo el sueño donde vio una escalera donde los ángeles subían y bajaban del
cielo.[6]
Judá conoció posteriormente distintas etapas de dominación extranjera, primero bajo la influencia de los asirios, que sometieron al reino de Judá al pago de tributo, y luego directamente por los babilonios (597-546 a. C.) que tomaron y arrasaron la ciudad, deponiendo al último rey, desterrando a la clase dirigente a Babilonia y destruyendo el Templo en julio del año 587 a. C.
En el año 539 a. C. el rey persa Ciro II el Grande conquistó el Imperio babilónico y permitió el regreso de las comunidades judías deportadas a la provincia de Judá; éstas regresaron a Jerusalén y reconstruyeron la ciudad y el Templo. La construcción del Segundo Templo terminó en el año 516 c. C., durante el reinado de Darío el Grande, 70 años después de la destrucción del primero.
Poco después del 485 a. C. Jerusalén fue asediada, conquistada y en gran parte destruida por una coalición de estados vecinos. Alrededor del año 445 a. C., el emperador aqueménida Artajerjes I emitió un decreto por el que permitía la reconstrucción de la ciudad y de sus murallas. Jerusalén recuperó su papel como capital de Judá y centro del culto judío.
En 332 a. C. Alejandro Magno conquistó
el Imperio persa y la ciudad no sufrió destrucciones. A la muerte
de Alejandro, Judá (o Judea) y Jerusalén pasaron a quedar en manos de la dinastía ptolemaica bajo el reinado de Ptolomeo l. En
el año 198, el imperio seléucida tomó el control de la ciudad liderado por Antíoco III. Sin embargo, el intento por parte de los seléucidas
de helenizar Jerusalén llegó a su fin con el triunfo de la rebelión de
los macabeos, encabezada por Matatías y
sus cinco hijos contra Antíoco IV Epífanes.
Con la toma de control de los asmoneos, Jerusalén se convertiría en la capital de su reino y conocería un periodo de relativa independencia, si bien sería conquistada, junto con todo el reino, por las tropas romanas de Pompeyo en el 64 a. C. después de derrotar a los restos del Imperio seléucida.
Jerusalén sufrió el asedio y la conquista romana, con su anexión a la República romana. Sin embargo, poco después de la conquista romana llegó una invasión parta en apoyo de un contendiente rival al trono asmoneo, y de la lucha entre las fuerzas pro-romanas y las pro-partas emergería un líder idumeo llamado Herodes. Cuando Roma prevaleció en la disputa con los partos, instaló a Herodes como rey de un estado cliente.
Reconstrucción
del Templo de Salomón por Herodes I el Grande.
Poco después de la muerte de Herodes, en el año 6 d. C., Roma asumió el control directo de lo que pasó a denominarse la Provincia de Judea, aunque la dinastía herodiana siguió sirviendo al Imperio como reyes clientes de territorios vecinos hasta el 96 a. C. A partir del año 33 d. C. aproximadamente existió una iglesia cristiana creciente en Jerusalén, donde además se celebró el denominado Concilio de Jerusalén alrededor del año 49 d. C.
En el año 66 tuvo lugar la primera guerra judeo-romana, que supuso el asedio y la toma de la ciudad por parte de Tito en el año 70, lo que derivó en la devastación de gran parte de la ciudad y en la segunda destrucción del Templo de Jerusalén.
El historiador contemporáneo Flavio Josefo describió la destrucción de la ciudad afirmando que "la ciudad fue tan metódicamente arrasada por aquellos que la demolieron hasta sus cimientos que nada quedó en ella que pudiese persuadir al visitante de que aquello había sido alguna vez un lugar habitado".
Tito conquista Jerusalén y destruye el Segundo Templo. En el año 70 dC ocurrió lo predicho por Jesucristo: "Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los pueblos."
Cuando los judíos levantados en la Galilea se enfrentaron a su derrota en los primeros años de las revueltas, sus líderes, decididos a oponerse a los romanos, huyeron a Jerusalén, donde muchos de los rebeldes, los conocidos como zelotes, hicieron sus últimos esfuerzos para evitar la destrucción del Templo.
Durante esa época, en el 69 dC, también había luchas de poder en Roma y el comandante de las fuerzas romanas en Israel, Vespasiano, parte urgentemente de Tierra Santa hacia Roma para reclamar el trono de su imperio, dejando a su hijo Tito responsable de la captura de Jerusalén.
Mientras que su padre había sitiado la ciudad pacientemente durante casi dos años, Tito quería demostrar su valía y decidió tomar la ciudad. A través del esclavo judío e historiador romano Flavio Josefo, hizo varios intentos de negociación con los líderes rebeldes judíos, pero los líderes zelotes, decididos a defender el Templo y la ciudad santa, se negaron a hacer concesión alguna. Esta posición de los zelotes provocó un importante y sangriento conflicto entre los judíos de Jerusalén, muchos de los cuales, especialmente los más adinerados, acaso presintiendo la destrucción, querían negociar algún tipo de rendición. Acaso como último intento para motivar a sus correligionarios a luchar contra el sitio romano, en un determinado momento comenzaron a quemar las tiendas de comida. Algunos historiadores sostienen que murieron más judíos por las luchas intestinas que por los ataques romanos en sí.
El 70 dC, Tito Flavio Vespasiano derrota a los judíos rebelados, destruye totalmente Jerusalén y, poco después (73 dC), derrota su última posición en Masadá, donde se habían refugiado los pocos judíos que sobreviven a la destrucción de Jerusalén.
Aunque se debate si Tito dio la orden, las legiones de Tito hicieron que Jerusalén cayese pasto de las llamas, derribaron la triple muralla y destruyeron y mancillaron el Segundo Templo de los judíos. Flavio Josefo dice que los soldados romanos, contra las órdenes de Tito, prendieron fuego a una casa adyacente al Templo y sus llamas se extendieron rápidamente hasta acabar con éste; otros historiadores sugieren que el relato de Josefo es producto de una revisión provocada por Tito para lavar su imagen.
Al mismo tiempo, los romanos arrasaron completamente los alrededores de Jerusalén en un radio de 18 km, convirtiéndolos en un desierto calcáreo que aún subsiste hoy. Además, para construir sus torres de asalto y sus catapultas, Tito había ordenado la tala de los árboles hasta 10 km. alrededor de Jerusalén. Escribe Flavio Josefo: Y verdaderamente, el mismo panorama era algo melancólico; pues los lugares que estaban adornados con árboles y agradables jardines ahora se habían vuelto en campo desolado en todas las facetas, y sus árboles habían sido todos talados. Ningún forastero que antes hubiera visto Judea y los más bellos suburbios de la ciudad, y ahora la viera como un desierto, podría sino lamentar y afligirse tristemente ante cambio tan grande.
La destrucción total de Jerusalén y del Segundo Templo fue catastrófica para el pueblo judío. Según Flavio Josefo —historiador judío de la época, sometido a esclavitud, llevado a Roma y romanizado y repudiado por los judíos―, cientos de miles de judíos perecieron en el asedio a Jerusalén y en distintas partes del país, y muchos miles fueron vendidos como esclavos.
En el 132 los romanos derrotan a los judíos dirigidos por Ben Cojba. Más tarde (132 dC), los romanos destruyeron totalmente sus pobres restos, cuando los judíos, bajo las órdenes de Ben Cojba (nombre transmitido por los "rollos del Mar Muerto"), intentaron desprenderse del yugo romano.
El proyecto de reconstrucción de Adriano como una ciudad completamente romana (Aelia Capitolina) desencadenó la rebelión de Bar Kojba entre los años 132 y 135, que una vez aplastada dio inicio a la diáspora judía. Tras su victoria contra los judíos, el emperador romano Adriano unificó la Provincia de Judea con varios territorios vecinos y la rebautizó con el nombre de Siria Palestina. La ciudad de Jerusalén fue renombrada como Aelia Capitolina y reconstruida al estilo de una ciudad romana, y a los judíos se les prohibió el acceso a la ciudad so pena de muerte, con la excepción de un día al año, el Tisha B'Av.
Estas medidas, que se aplicaron también a los judíos cristianos, tendieron a secularizar la ciudad y se mantuvieron hasta bien entrado el siglo VII, si bien los cristianos ganaron su exención a la prohibición de entrar en Jerusalén tan pronto como Constantino I, el primer emperador romano de creencias cristianas, ordenó la construcción de templos cristianos en la ciudad, incluida la Iglesia del Santo Sepulcro en 326. Los únicos restos de enterramientos durante el periodo de control bizantino de la ciudad son cristianos, lo que parece sugerir que la ciudad estuvo exclusivamente habitada por cristianos mientras permaneció gobernada por Constantinopla.
La piadosa emperatriz Elena llegó desde Bizancio para buscar los lugares santos, logrando hallar el Santo Sepulcro de Jesucristo. Desde ese instante, Jerusalén se convirtió en juguete de la historia.
Litografía de David Robert, entrada en la ciudad de Jerusalén
2. LA
EDAD MEDIA Y EDAD MODERNA
La ciudad permaneció bajo el control del Imperio
Romano de Oriente hasta la expansión musulmana en el siglo VII,
para después ser conquistada en 1099 por los ejércitos cristianos que
promovieron las Cruzadas, creándose el Reino de Jerusalén. Tras
el desastre en los Cuernos Saladino tomó la ciudad nuevamente ese
mismo año y, salvo un pequeño intervalo de nueva dominación cristiana
entre 1228 y 1244, los cruzados no volvieron a tomar la
ciudad. Estas murallas cuentan con ocho puertas. Siete están abiertas y
una permanece sellada. Las cuatro puertas principales: la Puerta de
Yafo, de Damasco, de los Leones y la Puerta de Sion - fueron
construidas de acuerdo a los cuatro puntos cardinales, y se dirigen hacia
las principales ciudades del país.
El destino de Jerusalén siguió ligado a sucesivas conquistas y conflictos, formando parte del Imperio bizantino, dentro del cual fue una de las cuatro sedes de mayor importancia religiosa doctrinal del cristianismo, junto con Constantinopla, Antioquía y Alejandría.
El año 614 el Imperio sasánida conquistó la ciudad mediante un firme asedio de 21 días. Las crónicas bizantinas cuentan que los sasánidas y los judíos que luchaban con ellos masacraron a decenas de miles de cristianos en la ciudad, muchos de ellos en el embalse de Mamilla, y destruyeron sus monumentos e iglesias, incluida la Iglesia del Santo Sepulcro.[7] Este episodio de la historia jerosolimitana ha generado muchos debates entre los historiadores.[8] Los sasánidas regirían la ciudad hasta el año 629, cuando las tropas bizantinas del emperador Heraclio la recuperaron.[9]
Mapamundi
medieval (1485) con Jerusalén como centro del mundo.
La Jerusalén bizantina fue conquistada por los ejércitos árabes de Umar ibn al-Jattab en el año 638.[10] Entre
los musulmanes de la primera época del Islam se la conocía como Madinat
bayt al-Maqdis ("Ciudad del Templo"),[11] lo que
hacía alusión solamente al Monte del Templo. El
resto de la ciudad "...era conocida como Iliya, en referencia
al nombre romano asignado a la ciudad tras su conquista en el año 70ː Aelia
Capitolina".[12]
Posteriormente, el Monte del Templo pasó a conocerse como al-Haram
al-Sharif ("El Noble Santuario"), mientras que la ciudad a
su alrededor se denominaba Bayt al-Maqdis,[13] y
algo más tarde como al-Quds al-Sharif ("La Sagrada, Noble").
La relación del Islam con Jerusalén comenzó en el año uno de la Hégira (623), cuando a los musulmanes se les dijo que debían mirar hacia la ciudad cuando realizasen sus oraciones diarias y, según la tradición musulmana, tuvo lugar el viaje nocturno de Mahoma y su ascenso a los cielos. Trece años después, la quibla (dirección hacia la que los musulmanes oran) cambió a La Meca.[14] Tras la conquista musulmana de Jerusalén en el año 638 se permitió a los judíos permanecer en la ciudad.[15]
Por otro lado, el califa ortodoxo Umar ibn al-Jattab firmó un tratado con el Patriarca cristiano de Jerusalén Sofronio, en el que le aseguraba que la población y los lugares sagrados cristianos quedarían bajo la protección de los gobernantes musulmanes.[16] Según la tradición árabe-cristiana, cuando llevaron al califa Umar a rezar en la Iglesia del Santo Sepulcro, uno de los lugares más sagrados para los cristianos, este se negó a orar para que los musulmanes no le demandaran la conversión de la iglesia en mezquita.[17] Rezó fuera de la iglesia, justo en el lugar donde la Mezquita de Omar se encuentra hoy en día. El obispo galo Arculfo, que vivió en la ciudad entre 679 y 688, describió la Mezquita de Omar como una estructura rectangular de madera construida sobre ruinas que podía alojar a 3.000 fieles.[18]
A finales del siglo VII, el califa omeya Abd al-Malik encargó la construcción de un santuario en el Monte del Templo, conocido a día de hoy como la Cúpula de la Roca.[19] Dos de los más distinguidos habitantes de Jerusalén durante el siglo X fueron el geógrafo Al-Muqaddasi y el médico Al-Tamimi. El primero de estos escribió que Abd al-Malik construyó el edificio en el Monte del Templo para competir con la grandeza de las monumentales iglesias de Jerusalén.[20] En 710 se terminó de erigir la mezquita de Al-Aqsa.
Durante los siguientes cuatrocientos años la importancia de Jerusalén decayó mientras los diferentes poderes árabes competían por su control.[21] Jerusalén fue conquistada en 1073 por el comandante turco selyúcida Atsız.[22] A su muerte, el príncipe selyúcida Tutush I entregó la ciudad a otro comandante selyúcida, Artuk Bey. Cuando este murió en 1091, sus hijos Sökmen e Ilghazi gobernaron la ciudad hasta 1098, año en que fue reconquistada por los fatimíes.[23]
Sitio
de Jerusalén (1099)
Un movimiento mesiánico caraíta que llamaba al retorno a Jerusalén tuvo lugar al inicio del nuevo milenio, lo que ocasionó una "Edad Dorada" de los estudios caraítas allí a la que pusieron fin las Cruzadas.[24] En 1095 el papa Urbano II predicó en el Concilio de Clermont la Primera Cruzada, dirigida a recuperar Jerusalén de los musulmanes. En 1099, el gobernante fatimí expulsó a la población cristiana de Jerusalén antes de que la ciudad fuese conquistada por el noble francés Godofredo de Bouillón, que masacró a la mayoría de sus habitantes musulmanes y judíos tras tomar la fortaleza al asalto. Los cruzados crearon el Reino de Jerusalén, gobernado por el hermano de Godofredo, Balduino I.
Dado que Jerusalén quedó prácticamente despoblada, un proceso de repoblación tuvo lugar poco después de la constitución del nuevo reino, con la llegada de pobladores griegos, búlgaros, húngaros, georgianos, armenios, sirios, egipcios, nestorianos, maronitas y coptos, entre otros. Con esta emigración masiva se intentaba bloquear el retorno de los musulmanes y judíos que habían sobrevivido a la masacre. El barrio nororiental se repobló con cristianos ortodoxos provenientes de Transjordania.[25] Como resultado del conflicto, la población de Jerusalén cayó en 1099 hasta los 30.000 habitantes.[26]
Tras el desastre en los Cuernos de Hattin en 1187, el sultán de Egipto y Siria, Saladino, tomó Jerusalén nuevamente y permitió a judíos y musulmanes volver a asentarse en la ciudad.[27] Según los términos de la rendición cruzada, unos 60.000 francos fueron expulsados de Jerusalén una vez pagado su rescate. A los cristianos ortodoxos se les permitió quedarse.[28] Bajo la dinastía ayubí de Saladino se invirtieron grandes sumas de dinero en la construcción de casas, mercados, baños públicos y hostales para los peregrinos, así como en el establecimiento de donaciones religiosas. Sin embargo, durante la mayor parte del siglo XIII, la importancia de la ciudad fue en declive debido a su pérdida de valor estratégico y a las luchas interinas de los ayubíes.[29]
Jerusalén pasó pacíficamente a manos de los cristianos como resultado del tratado acordado en 1229 entre el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico II y el sultán ayubí de Egipto al-Kamil, que supuso el fin de la Sexta Cruzada. Los ayubíes mantuvieron el control de los santos lugares musulmanes y algunas fuentes árabes sugieren que a Federico II no se le permitió restaurar las fortificaciones de la ciudad.[30]
En 1244, Jerusalén fue saqueado por los tártaros jorezmitas, quienes diezmaron la población cristiana de la ciudad y expulsaron a los judíos.[31] Los jorezmitas fueron a su vez expulsados por los ayubíes en 1247. La continua reiteración de conflictos hicieron declinar rápidamente la población de Jerusalén, y cuando Nahmánides la visitó en 1267 solo encontró a dos familias judías de entre un total de 2.000 habitantes, 300 de los cuales eran cristianos y el resto musulmanes.[32] Entre 1260[33] y 1517, Jerusalén estuvo dominada por los mamelucos, si bien numerosos enfrentamientos tuvieron lugar entre estos por un lado y los cruzados y los mongoles por otro. La región también sufrió numerosos terremotos e incluso la peste negra.[34] La Orden del Santo Sepulcro fue responsable del mantenimiento de una pequeña población cristiana en la ciudad.
La
ciudadela de David y las murallas otomanas.
En 1517, Jerusalén pasó a formar parte del Imperio Otomano junto
con el resto de Palestina.[35] La
ciudad disfrutó de un próspero periodo de renovación y paz bajo el mandato
de Solimán el Magnífico. En 1538, la muralla que
hoy rodea la Ciudad Vieja fue construida; tiene una extensión aproximada
de 4,5 km. y su altura varía entre los 5 y 15 m., con un espesor de
hasta 3 m. El muro posee 43 torres y once puertas; siete están abiertas y
cuatro permanecen selladas. Las cuatro puertas principales de la ciudad son
la Puerta de Jaffa, la Puerta de Damasco,
la Puerta de los Leones y
la Puerta de Sion; todas fueron construidas de acuerdo a los
cuatro puntos cardinales, y se dirigen hacia las principales ciudades de la
región. La Puerta Dorada es llamada en hebreo y árabe la
"Puerta de la Misericordia", y de acuerdo a la tradición judía, por
esta puerta el Mesías entrará
en Jerusalén; los otros tres accesos sellados conforman la denominada Puerta de Hulda.
A lo largo de gran parte del dominio otomano, Jerusalén siguió siendo un centro provincial con gran importancia religiosa que no se beneficiaba de la principal ruta comercial entre Damasco y El Cairo.[36] El libro de referencia inglés "Modern history or the present state of all nations", escrito en 1744, afirmaba que "Jerusalén todavía es reconocida como la capital de Palestina, por mucho que haya decaído de su antiguo esplendor".[37] Los otomanos trajeron consigo muchas innovaciones, y entre los primeros síntomas de modernización de la ciudad se introdujeron modernos sistemas postales gestionados por los diversos consulados y servicios regulares de diligencias y carruajes.[38] A mediados del siglo XIX, los otomanos construyeron la primera carretera pavimentada entre Jaffa y Jerusalén, mientras que el ferrocarril llegó a la ciudad hacia el año 1892.[39]
Cuando el egipcio Mehmet Alí conquistó la ciudad en 1831, las misiones diplomáticas y los consulados comenzaron a asentarse en la Jerusalén. En 1836, Ibrahim bajá permitió a los judíos de Jerusalén restaurar cuatro importantes sinagogas, entre ellas la sinagoga Hurva.[40] Durante la revuelta de campesinos que convulsionó Palestina, Qasim al-Ahmad dirigió sus fuerzas desde Nablus y atacó Jerusalén ayudado por el clan Abu Gosh, y entró en la ciudad el 31 de mayo de 1834. Los cristianos y judíos de la ciudad sufrieron diversos ataques. El ejército egipcio de Ibrahim derrotó a las fuerzas de Qasim en Jerusalén al mes siguiente.[41]
Aunque los otomanos reinstauraron su control sobre la
ciudad en 1840, muchos musulmanes egipcios permanecieron en Jerusalén y judíos
provenientes de Argel y
de otras partes del norte de África comenzaron a asentarse en la ciudad en
números cada vez mayores.[42]
Durante las décadas de 1840 y 1850, las grandes potencias internacionales
comenzaron un tira y afloja en Palestina buscando aumentar la protección de las
minorías religiosas de la zona, una disputa llevada a cabo principalmente por
los representantes consulares presentes en Jerusalén.[43] Según
el cónsul prusiano, la
población en 1845 era de 16.410 habitantes, de los que 7.120 eran judíos, 5.000
musulmanes y 3.390 cristianos, además de 800 soldados turcos y 100 europeos.[44] El
número de peregrinos cristianos creció bajo el control otomano y la población
de la ciudad se doblaba al llegar la Pascua.[45]
La
Puerta de Damasco hacia 1900.
En la década de 1860, nuevos barrios comenzaron a
desarrollarse fuera de las murallas de la Ciudad Vieja para alojar a los
peregrinos y para aliviar la importante superpoblación y las deficientes
instalaciones sanitarias dentro de la ciudad. El Complejo Ruso y Mishkenot Sha'ananim fueron
fundados en 1860;[46] este
último fue erigido gracias a la donación del filántropo Moisés Montefiori, quien financió la construcción en
la zona de siete molinos de
viento, hoy en día quedan sólo dos, para incentivar a los pobladores a salir
de las murallas y sumarse a los nuevos barrios.
En los años y décadas siguientes se construyeron Mahane Israel (1868), Nahalat Shiv'a (1869), la Colonia Alemana (1872), Beit David (1873), Mea Shearim (1874), Shimon HaZadiq (1876), Beit Ya'aqov (1877), Abu Tor (década de 1880), la Colonia Sueco-Estadounidense (1882), Yemin Moshe (1891), y Mamilla y Wadi al-Joz en torno al final del siglo. En 1867, un misionario estadounidense anotó que la población aproximada de Jerusalén estaba "por encima" de los 15.000 habitantes, con entre 4.000 y 5.000 judíos y 6000 musulmanes. Cada año llegaban de 5.000 a 6000 peregrinos cristianos rusos.[47] En 1874, Jerusalén se convirtió en el centro de un distrito administrativo especial llamado el Mutasarrifato de Jerusalén, independiente del Valiato de Siria y bajo la autoridad directa de Estambul.[48]
Litografía
de David Robert, Jerusalén
3.
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
A mediados del s. XIX, Jerusalén comienza a expandirse fuera de las murallas. En la década de 1860, se fundaron los primeros barrios exteriores a las murallas, con la donación del filántropo Moisés Monterofi. Monterofi mandó construir en la zona siete molinos de viento, para incentivar a los pobladores a salir de las murallas y sumarse a los nuevos barrios. Con la creación del movimiento sionista y las grandes olas inmigratorias de judíos que comenzaron a finales del siglo, Jerusalén se expandió aún más. En 1925 fue fundada la Universidad Hebrea de Jerusalén en el Monte Scopus.
Los británicos se retiraron el 14 de mayo de 1948, si bien el territorio fue sometido previamente a una partición aprobada por la Asamblea General de la ONU, el 29 de noviembre de 1947, en la que se establecían dos estados, uno árabe y otro judío, quedando la ciudad de Jerusalén internacionalizada. La propuesta fue aprobada por autoridades judías pero rechazada por las autoridades árabes. La participación nunca se llevó a cabo a efectos reales, debido a la confrontación civil que se producía en esos momentos, y a la posterior Guerra de Independencia de Israel (1948)
En 1917 los ejércitos británicos desplegados en Egipto, liderados por el general Edmund Allenby, avanzaron por la costa oriental del mar Mediterráneo y capturaron la ciudad tras vencer la fuerte resistencia otomana durante la campaña del Sinaí y Palestina en el marco de la Primera Guerra Mundial.[49]
Finalizada dicha contienda, con la derrota del Imperio Otomano, la Sociedad de Naciones otorgó los territorios de Palestina, Transjordania e Irak al Reino Unido en calidad de mandato. Las autoridades británicas se enfrentaron con una serie de problemas derivados de la reciente presencia otomana en la ciudad. El 27 de enero de 1914, el ayuntamiento de Jerusalén y un empresario griego llamado Euripides Mavromatis firmaron una serie de acuerdos para el suministro de agua y electricidad y la construcción de una red de tranvías, todo ello mediante concesiones realizadas por las autoridades otomanas. Cuando los británicos tomaron el control, estas obras aún no habían comenzado y las autoridades británicas se negaron a reconocer la validez del acuerdo.
Mavromatis reclamó que la Concesión de Auja, firmada por los británicos con Rutenberg en 1921, coincidía con la suya y, por lo tanto, se le había privado de sus derechos legales. La concesión de Mavromatis siguió adelante pese a los numerosos intentos de las autoridades británicas de abolirla, y cubrió tanto a Jerusalén como a localidades cercanas (por ejemplo, Belén) en un radio de 20 kilómetros alrededor de la Iglesia del Santo Sepulcro.[50]
Los británicos no pudieron calmar las crecientes
hostilidades entre la población civil judía y árabe. Los grupos paramilitares
judíos se opusieron al régimen británico, puesto que reclamaban un Estado judío
independiente y la libre entrada de refugiados judíos de Europa, perseguidos
por la Alemania nazi. Por su parte, la población árabe protestaba tanto
contra la presencia de las tropas británicas, a las que consideraban una
potencia colonial, como contra la creciente llegada de inmigrantes judíos, algo
que en ocasiones derivaba en protestas violentas (como, por ejemplo, el pogromo de Jerusalén de 1920) o incluso en levantamientos
armados, siendo el más representativo de estos la revuelta árabe de Palestina que
tuvo lugar entre 1936 y 1939.
La población de Jerusalén se disparó en el periodo comprendido entre 1922 y 1948, pasando de tener alrededor de 52.000 habitantes a un total de 165.000, de los que aproximadamente dos tercios eran judíos y un tercio eran árabes (tanto musulmanes como cristianos).[51] Bajo el gobierno británico, se construyeron nuevos suburbios verdes al norte y oeste de la ciudad,[52] y se fundó en 1925 la Universidad Hebrea de Jerusalén en el Monte Scopus,[53] con la clase inaugural dictada en alemán por Albert Einstein.[54]
La tensión entre británicos y judíos aumentó tras el final de la Segunda Guerra Mundial, al terminar la colaboración entre judíos y británicos en la lucha contra los nazis, y al agravarse las restricciones británicas a la inmigración judía, fijadas en el "Libro Blanco". El 22 de julio de 1946 el Irgún, liderado por Menájem Beguín, atentó contra el ala sur del Hotel Rey David, donde se encontraba la base del Secretariado Británico, sede del mando militar y la División de Investigación Criminal (sección especial de la policía). El atentado se saldó con 91 muertos, 17 de ellos judíos, en uno de los mayores atentados ocurridos durante el Mandato británico de Palestina.
Artillería
jordana asolando la ciudad de Jerusalén, entre enero y mayo de 1948.
El terrorio del Mandato británico de Palestina fue sometido a una partición aprobada por la Asamblea General de la ONU el 29 de noviembre de 1947, en la que se establecían dos Estados, uno árabe y otro judío, quedando la ciudad de Jerusalén internacionalizada. La resolución establecía: «La ciudad de Jerusalén se establecerá como un corpus separatum bajo un régimen internacional especial y será administrada por las Naciones Unidas».[55] Precisaba que la ciudad de Jerusalén incluiría la municipalidad de Jerusalén y las ciudades y pueblos de su periferia, siendo el más oriental Abu Dis, el más meridional Belén, el más occidental Ein Karim (incluyendo el área urbanizada de Motsa) y el más septentrional Shufat.[56] Estaba previsto que el régimen internacional de la ciudad de Jerusalén durase diez años, transcurridos los cuales se celebraría un referéndum entre sus habitantes que decidiría el futuro estatus de la ciudad.[57] La propuesta fue aprobada por las autoridades judías pero rechazada tanto por la población árabe de Palestina como por los líderes de los países árabes circundantes, dando inicio al día siguiente a una guerra civil.
Desde mediados de enero de 1948, los cerca de 100 000 habitantes judíos de Jerusalén (tanto de la parte oeste como de la este) fueron sometidos a un intenso asedio por parte de las tropas árabes.[58] En medio de los enfrentamientos, la administración británica abandonó Palestina el 15 de mayo de 1948, fecha en que expiraba el mandato británico y un día después de que David Ben Gurión leyese la Declaración de independencia de Israel en el Museo de Tel Aviv. Al día siguiente los países árabes vecinos iniciaron la invasión del Estado de Israel, dando inicio así a la Guerra de independencia de Israel o Guerra árabe-israelí de 1948.
Hotel
Semiramis tras el ataque de la Haganá en
enero de 1948.
La guerra
provocó el desplazamiento de los habitantes árabes y judíos de la ciudad. Los
2.000 habitantes del Barrio Judío de
la Ciudad Vieja fueron expulsados en masa cuando la Legión Árabe la
ocupó el 28 de mayo de 1948. El comandante jordano que lideró la operación
informó a sus superiores: "Por primera vez en 1000 años no queda
un solo judío en el barrio judío. Ni un solo edificio se mantiene intacto. Esto
hace que el retorno de los judíos aquí sea imposible".76 Dos
días después, la Sinagoga Hurva,
construida originalmente en 1701, fue volada por la Legión Árabe de Jordania.[59]
Por su parte, los habitantes árabes de Katamon, Talbiya y de la Colonia Alemana fueron expulsados de sus hogares. Para cuando la contienda terminó, Israel tenía el control sobre 12 de los 15 barrios residenciales árabes de Jerusalén. Un mínimo aproximado de 30.000 jerosolimitanos se convirtieron en refugiados.[60]
El esfuerzo militar que permitió mantener abierto el camino entre Tel Aviv y Jerusalén, para evitar que los barrios judíos de la ciudad cayeran en manos jordanas, llevó varios meses de intensas luchas, y fue uno de los que más vidas les costó a Israel en toda su historia. La partición prevista por la ONU nunca se llevó a cabo a efectos reales, debido a la guerra civil y a la posterior guerra árabe-israelí durante la cual Jerusalén fue ocupada por las tropas de Jordania e Israel, haciéndose los primeros con la ciudad vieja y los últimos con los barrios modernos.[61] El conflicto dejó la ciudad dividida en dos, hasta su reunificación tras la Guerra de los Seis Días.
En noviembre de 1948 se estableció una tierra de nadie entre las posiciones militares de ambos ejércitos. Moshe Dayan, comandante de las fuerzas israelíes en Jerusalén, se reunió con su homólogo jordano Abdullah el-Tell en una casa desierta del barrio jerosolimitano de Musrara y trazaron en un mapa las posiciones de ambos: la posición israelí con una línea roja y la jordana con una línea verde. El armisticio árabe-israelí de 1949 se estableció sobre la base de la línea de demarcación, llamada Línea Verde, fijada por el avance militar de ambas partes. Dejaba la parte oeste del lado israelí, mientras que la parte este quedaba en manos de Jordania, incluyendo la Ciudad Vieja, pero con excepción de un enclave israelí en el Monte Scopus, donde se encontraba la Universidad Hebrea y el Hospital Hadassah, instituciones que suspendieron sus actividades en esa zona hasta después de la Guerra de los Seis Días. Se erigieron barreras de alambre de espino y de cemento por el centro de la ciudad, pasando cerca de la Puerta de Jaffa (en la zona oeste de la Ciudad Vieja amurallada), y se estableció un paso fronterizo en la Puerta Mandelbaum, algo más al norte. Hubo frecuentes escaramuzas que amenazaron el alto el fuego sin llegar nunca a romperlo. Entre los acuerdos que constituyen el armisticio, la resolución 303 de la Asamblea General de la ONU de 9 de diciembre de 1949 reafirmaba el estatuto internacional de Jerusalén tal como lo definía la resolución 181 de 1947,[62] estatus que sigue estando vigente para la ONU en la actualidad.[63]
Tras el establecimiento del Estado de Israel, Jerusalén fue declarada oficialmente como su capital.[64] Jordania se anexionó formalmente Jerusalén Este en 1950, sometiéndola a la ley jordana, y en 1953 la declaró "segunda capital" de Jordania.[65] La capitalidad israelí de Jerusalén no fue reconocida por ningún país del mundo, y la anexión jordana solo fue reconocida por el Reino Unido y Pakistán sobre la base de la situación de facto,[66] aunque algunos académicos dudan de que este último reconocimiento tuviera lugar.[67]
Tras obtener el control de la Ciudad Vieja de Jerusalén, la administración jordana mantuvo y renovó los lugares sagrados musulmanes pero, en contra de los acuerdos de armisticio, negó a los judíos el acceso a sus santos lugares, muchos de los cuales fueron destruidos o profanados. En cuanto a los lugares sagrados cristianos, Jordania permitió un acceso muy limitado a los fieles;[68] estas restricciones llevaron a una parte de la población cristiana a abandonar la ciudad. Durante la administración árabe de diecinueve años, un tercio de los edificios del barrio judío fueron destruidos por los jordanos. Todas menos una de las cincuenta y tres casas de culto judío que existían en la Ciudad Vieja fueron destruidas. Las sinagogas fueron destruidas o saqueadas y despojados sus interiores para ser utilizados como gallineros o establos.[69]
En 1948, antes de la creación del Estado de Israel, la Ciudad Nueva tenía una extensión de 19,3 km², frente a 0,8 km² de la Ciudad Vieja. La propiedad árabe en ella era del 40 %, la judía del 26,12 % y las comunidades cristianas del 12,86 %. Las propiedades del gobierno y la municipalidad eran del 2,9 %, mientras que el resto (17,12 %) correspondía a calles, carreteras y vías férreas. Como resultado del armisticio que siguió a la guerra de 1948, el 84 % de la ciudad moderna pasó a ser parte del estado de Israel. En esos poco más de 16 km², la propiedad árabe era del 33,69 % frente al 30 % de propiedad judía.
En el primer día de la Guerra de los Seis Días, el ejército jordano atacó
Jerusalén Oeste con tiros de mortero. La respuesta de Israel fue inmediata, y
en solo 48 horas, su ejército aplastó a las falanges árabes, conquistando la
parte este de la ciudad y sus alrededores. El 7 de junio, penetraba en la Ciudad
Vieja.
Planificación y reconstrucción
Nada más terminar la guerra, el Estado israelí redefinió los límites de Jerusalén, anexionando los 6,5 km² de la Ciudad Vieja y 64,5 km² de terrenos que pertenecían a 28 pueblos de los términos municipales de Belén y Ramala, en Cisjordania.[70]
Del 10 de junio al 12 de junio de 1967, el Barrio Marroquí de la Ciudad Vieja fue destruido para crear una explanada al pie del Muro de las Lamentaciones a fin de acoger a los numerosos peregrinos judíos que se esperaban.[71] La superficie que ocupaba fue anexada al Barrio Judío, iniciándose así la nueva planificación del barrio.91 El alcalde de Jerusalén Oeste, Teddy Kollek, dio tres horas de plazo a los habitantes (unas 650 personas, 100 familias)[72] para que se llevaran sus pertenencias y desalojaran sus casas antes de que fueran demolidas.[73] El 29 de junio, el alcalde de Jerusalén Este, Ruhi al-Khatib, fue destituido. En abril de 1968, nueve meses más tarde, el ministerio israelí del Tesoro ofreció una indemnización de 200 dinares a las familias desplazadas, que fue rechazada por parte de ellos.[74]
En los años que siguieron la guerra de 1967, unos 6000 árabes musulmanes y cristianos fueron desahuciados del Barrio Judío, a fin de proceder a la reconstrucción del área. La residencia en este barrio fue prohibida a los no judíos.[75]
A partir de 1967, el área metropolitana de Jerusalén se extendió considerablemente, particularmente en el noreste y sureste de la ciudad. 35 % de las tierras anexionadas de Jerusalén Este fueron oficialmente confiscadas para la construcción de asentamientos o colonias judías,[76] tierras que son consideradas como tierras fiscales por el gobierno de Israel. En el mismo tiempo, 13 % de estas tierras fueron concedidas a los habitantes palestinos. Hasta 2011 se construyeron 15 nuevas ciudades judías en el área metropolitana de Jerusalén Este, dotadas de las necesarias infrastructuras y conectadas con el centro y el oeste de Jerusalén por carreteras reservadas a los colonos, o por el nuevo tranvía de Jerusalén (Jerusalem Light Rail), inaugurado en 2011.[77]
En el año 2000, en los segundos encuentros de Camp David, Yaser Arafat rechazó una propuesta de paz del Primer Ministro Ehud Barak donde se incluía que los barrios árabes de Jerusalén Este se convertirían en la capital del nuevo Estado.[78] El lugar propuesto era Abu Dis, un suburbio de Jerusalén Este al que se habría renombrado Al-Quds, nombre árabe de Jerusalén.[79] Los palestinos tendrían bajo su soberanía el barrio musulmán y el barrio cristiano y mantendrían el control parcial de sus lugares sagrados. A cambio, el Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas habría quedado bajo soberanía israelí, con su custodia religiosa confiada a los palestinos, y los palestinos tendrían que haber cedido 9 % de Cisjordania a Israel.[80]
En Jerusalén Este se encuentra la Ciudad Vieja, con los principales lugares religiosos del cristianismo y el judaísmo —la Iglesia del Santo Sepulcro de los cristianos y el Muro de los Lamentos, único resto del Segundo Templo de Jerusalén de los judíos-, y el Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas, lugar también sagrado para los musulmanes, situada tras el muro en el lugar donde antes se alzara el Templo de Salomón, con la Cúpula de la Roca como uno de los lugares destacados de la religión islámica, por ser considerado el lugar desde el cual Mahoma ascendió al cielo.[81]
La Ciudad Vieja está dividida en cuatro barrios, de mayor a menor, el Barrio Musulmán, el Barrio Judío, el Barrio Cristiano y el Barrio Armenio.
La ciudad alberga a casi medio millón de habitantes judíos, de los cuales 180.000 son colonos en los asentamientos de Jerusalén Este. [82]Los habitantes árabes de la ciudad suman 300.000, la gran mayoría de los cuales se negaron en el momento de la anexión israelí de su territorio a aceptar la ciudadanía israelí a cambio de jurar lealtad al estado judío lo que indica el rechazo mayoritario a aceptar la soberanía israelí en la ciudad. Hoy día viven con el estatus de residentes permanentes lo que no les garantiza los mismos derechos que si poseyeran la ciudadanía israelí [83]
4.
JERUSALEN CENTRO DE PEREGRINACION Y
CENTRO DEL COSMOS
JERUSALEN CENTRO DE PEREGERINACIONES
Jerusalén es considerada una
ciudad sagrada por las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y
el islam. Para el judaísmo es allí donde el rey David estableció la capital del Reino
de Israel y lugar de asentamiento
del Arca de la Alianza,
y donde su hijo Salomón construyó el Templo,
hacia donde deben dirigirse las plegarias; para el cristianismo es allí donde
predicó Jesús,
fue crucificado y resucitó;
es también la tercera ciudad sagrada del islam, donde para los musulmanes el
profeta Mahoma subió al cielo y a la que miraban
los primeros musulmanes al rezar, antes de pasar a hacerlo de cara a La
Meca, en Arabia
Saudita.
Desde que Israel se hizo con el control de la Ciudad
Vieja de Jerusalén en 1967, esta goza de plena libertad religiosa para todas
las confesiones,[84]
al igual que en todo el país.[85] En noviembre de 2010 el
Departamento de Estado de los Estados Unidos,
en la sección dedicada a Israel y los Territorios Ocupados de su informe anual
sobre la libertad religiosa en
el mundo, afirma que aunque el gobierno israelí apoye la libre práctica de las
religiones, existe una discriminación legal y estatal contra los no judíos y
las ramas no ortodoxas del judaísmo, así como impedimentos y restricciones de
acceso a los lugares santos para los fieles de religiones distintas a la judía,
un hecho que el informe viene denunciando desde hace varios años.
El informe declara, que si
bien la Ley de Protección de los Lugares Santos de 1967, es aplicable a todas
las religiones presentes en el país y en todo Jerusalén, las normas de
protección solo se aplican a los lugares santos judíos ya que el gobierno y la
ley de 1967 no reconocen como lugares santos oficiales a los de otras
religiones.[86]
Desde el mirador situado en el bíblico Monte de los Olivos se contempla la estampa más bella de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Este laberinto de calles angostas, mercados, iglesias, mezquitas y sinagogas, parapetado por una muralla de la época otomana, está dominado por el brillo dorado de la Cúpula de la Roca, erigida en lo alto del monte Moriah, donde el rey Salomón emplazó su palacio y un magnífico templo.
Miremos hacia donde miremos, la religión es omnipresente en esta ciudad de piedras milenarias que rezuman una agitada historia y es sagrada para las tres confesiones monoteístas mayoritarias: judaísmo, cristianismo e islam. Cabe decir que no todo está repartido por igual, pues de los 870.000 habitantes de Jerusalén, la comunidad más numerosa es la judía, con un 62% frente al 36% de musulmanes y al 2% restante; sin embargo, en la Ciudad Vieja el barrio más extenso es el musulmán.
Resulta emotivo entrar en la Jerusalén amurallada desde el Monte de los Olivos. El recorrido pasa por templos que conmemoran momentos de la vida de Jesús y por un extenso cementerio judío donde los creyentes aseguran que empezará la resurrección cuando llegue el Mesías. La senda comienza en la iglesia de Betfagé, que se alza en el lugar en que Jesús de Nazaret, montado a lomos de un pollino, descendió hasta la Ciudad Vieja.
PEREGRINACIÓN A TIERRA
SANTA
En este inicio del tercer milenio
hemos tenido el privilegio de ponernos a
las filas de los miles de peregrinos que han visitado tierra Santa y poder recoger nuestras impresiones
hilando las huellas del pasado y queriendo perpetuar el presente con el sabor
de lo eterno[87].
Sentí así la necesidad de
disponerme “como peregrino” tratando
de situarme en la corriente de vida que ha impulsado a tantos hombres y mujeres
a lo largo de la historia a peregrinar a estos lugares y embeberse del tesoro
espiritual que habita en estos santos lugares que con razón han venido
denominarse “el quinto evangelio”
o “el
evangelio viviente”.
La historia sagrada de esta
pequeña tierra empieza a aflorar como enterrada bajo cuatro milenios. Toda esta
tierra fue designada como la tierra de la promesa que por medio de patriarcas,
jueces, reyes, profetas y heroínas se fue consolidando como el corazón de la
tierra y lugar de encuentro de Dios con el hombre y de los hombres entre sí. No
por casualidad en este pequeño rincón confluyen los tres continentes con las
tradiciones más antiguas de todos los tiempos. Aquí se dan cita los anhelos y
esperanzas de gente de toda procedencia: Allí
se alza, en el monte Sión, en altura hermosa, se alza la Ciudad Santa, alegría
de toda la tierra. (Sal 47).
Aquí tuvo lugar la historia más
maravillosa de salvación que hunde sus
raíces en una larga historia de los cuales los primeros mil años están
registrados en la Biblia. Aquí se formó la identidad religiosa, nacional y
cultural del pueblo judío que peregrinó con Abraham desde la tierra de Ur de
los caldeos hasta tomar posesión de la tierra prometida. Con Moisés volverían a
esta tierra a través de un largo éxodo por el desierto. Este pueblo fue capaz
pese a todas las adversidades mantener viva su fe y su esperanza confiando en
la promesa: Manténgase firmes en la fe
porque si pierden esta fe no permanecerán (Is 7,9)
La peregrinación a Jerusalén para
llegar al templo guarda relación con las tres grandes fiestas de la Pascua Pesaj, Pentecostés Shavuot y las Tiendas Sucot.
Así que al menos una vez al año peregrinaban a la ciudad santa y esta
peregrinación se consideraba como mandato divino para la celebración de la Pesaj.
Cuando los judíos peregrinaban
preparaban sus indumentarias instrumentos y utensilios para la celebración de
las grandes fiestas. Ninguno olvidaba el Talit,
el manto ritual, los sidurim, libros
de oración[88], las
filacterias para recordar los pasajes más relevantes de la Torá.
También nosotros preparamos
nuestro propio equipaje. El báculo y el morral propios de toda peregrinación
iban a ser la Biblia y el cuaderno de oración. Como el zurrón y el báculo eran
entregados de manera solemne al inicio del viaje, también nosotros quisimos
prepararnos lo mejor posible para el viaje[89].
Cuanto necesitamos en el momento
presente de nuestra historia y de nuestra humanidad iniciando este nuevo
milenio volver a las raíces de
nuestra fe para reavivar la esperanza de unos tiempos nuevos y una tierra
nueva. A veces cuando miramos nuestro mundo, nuestra historia vemos episodios y
páginas de tanta violencia, de tanta lucha, de tanta sangre que quisiéramos no
volver la vista atrás o pasarlas por encima o arrancarlas de cuajo como si no
hubieran existido.
Hacer memoria de nuestra historia es hacer una lectura más profunda
de los acontecimientos hasta sondear los ríos de fe de un pueblo que supo
levantarse una y otra vez y recomenzar pese a todo con una esperanza firme que
le llevaba a perseverar contra toda desesperanza. Desde todas estas realidades
que vivimos a veces de aparente desventura y desgracia incluso de infidelidad y
de pecado es posible levantar nuestra mirada e implorar de nuestro Dios su
auxilio y su perdón. Nuestra esperanza es y será su misericordia. La
misericordia del Señor de edad en edad por siempre. Esa fue la convicción de
ese pueblo: El Señor es bueno, su
misericordia es eterna su fidelidad dura por siempre (Sal 99, 5).
Desde ahí como peregrino quería disponerme a recorrer
no sólo un camino exterior sino a
hacer un camino interior pidiéndole
al Señor que me permitiera a hacer memoria, ahondar en las raíces de nuestra
fe, a purificar la memoria y a renovar la vida con una nueva esperanza. Soy
consciente que ante las situaciones de iniquidad, de violencia de odio, de
enfrentamientos, división y destrucción se despierta fácilmente el odio y la
venganza. La violencia engendra violencia y el odio una espiral de odio como un
tifón que es imposible de contener.
La peregrinación a Jerusalén, la ciudad de la paz, era desde el
principio como una búsqueda profunda de la paz. Quiero profundamente ser un peregrino de esta paz. Una oración o
petición se hacía cada vez más insistente en mi corazón. Que haya paz, que
encuentre la paz. Dichoso el hombre que al final de su vida es capaz de vivir y
encontrar la paz. Jerusalén es centro de
peregrinación para hombres y mujeres de todas religiones credos, razas y
culturas. Hay algo común a todos. Una búsqueda profunda de paz de vivir en paz.
Quiero en esta peregrinación sentirme peregrino con todos los hombres, no dejar
nadie de lado, acercarme sin prejuicios a poder
hacer camino con todos hasta que pueda reinar la paz.
Esta era pues
mi súplica y la oración profunda que salía de lo más profundo del corazón:
Señor sal en esta peregrinación en nuestra búsqueda, en nuestro camino. Tú que eres la fuente de la paz y nos creaste para
convivir en paz y no la guerra haznos encontrar la paz. Enséñame a amar a todos
los hombres sean cual fueren que salen a mi paso cada día que ame lo agradable
y lo desagradable de la vida que los ame en sus gozos y sus sufrimientos que al
final de cada día un odio menos albergue en nuestro corazón. Permítenos Señor
que pueda reconocer a todos tus seres en tí como parte de tu Pasión como fruto
de tu Pascua, que confíe espere y crea en el poder de tu amor y tu resurrección
para vencer el odio y la muerte para poder gozar todos juntos de tu
Resurrección. El Príncipe de la Paz que
quiso rehacer la paz muriendo en una cruz, El que vivió, vive y vivirá por
siempre nos guíe en esta peregrinación. Shaloom
Grabado antiguo de Jerusalén
RESONANCIA HISTÓRICA
SOBRE JERUSALÉN
Jerusalén según se describe en el Talmud es la ciudad más encantadora del mundo anticipo de la
celeste: “Diez medidas de belleza fueron destinadas al mundo. Nueve, le
correspondieron a Jerusalén y una para el resto”[90].
La Ciudad de la Paz, la Ciudad Santa por excelencia, tuvo la habilidad de convertirse
en centro de peregrinación trascendente para las tres religiones.
Jerusalén para los judíos no cabe duda de ser la Ciudad Santa, la
Ciudad de David, sede del Templo, centro de sus peregrinaciones. Como dice uno
de los salmos: “Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano
derecha” (Sal 137,5). Para los cristianos sigue siendo por estas y otras
razones la Tierra Santa y el lugar de la Pasión, muerte y Resurrección de
Jesús”, el lugar santo por excelencia. Para los musulmanes Jerusalén, es El Quds, La Santa, es junto con la Meca
y Medina el lugar sagrado por excelencia. Aunque el centro principal sea en
Arabia donde nace Mahoma La mezquita de la Roca se venera como el lugar donde
Mahoma se traslada al cielo. Según los textos de Mahoma: “glorificado sea Él
que trasladó a Su servidor en la noche desde el Inviolable Lugar de Oración, la
Meca, al Lejano lugar de Oración, Jerusalén para desde allí ascender con
elevación mística a los siete cielos”[91].
Jerusalén, como ciudad encantada, una de las ciudades más antiguas
de toda la humanidad guarda tras de sí una larga historia[92].
Enclavada en la tierra de Canaán o de Efraím, con Sicar, Bethel Gabaón era ya
una población de relativa importancia cuando llegó Abrahám con sus tribus
semitas en 1900 A.C. Abraham desde Bersebá, parte al país de Moriyya convocado por Dios junto al monte con su propio
nombre para hacer prueba de su fe. Allí levantó un altar como agradecimiento a
Dios y más tarde allí mismo se levantaría
el gran templo de Jerusalén. Con Salomón Jerusalén conocería el máximo esplendor.
Jerusalén fue proclamada capital del pueblo de Israel
por el Rey David en 996 a.C. Allí construyó Salomón el primer Templo. Destruida
por Nabucodonosor el rey babilónico en el 587. De esta tierra y esta ciudad serían
exiliados para volver a ser reconstruida en el 445 por la fuerza mantenida por
Nehemías y los profetas del exilio. Darío fue el rey benefactor que contribuyó
a la reconstrucción del segundo Templo. Unos
40 años antes del nacimiento de Jesús, Herodes el Grande expandió y embelleció
el segundo Templo. Después del asedio final romano en los años 70 d.C.
Solimán el Magnífico vuelve a levantar sus murallas en 1542 con cuatro
Kilómetros de perímetro y siete puertas. A partir de 1858 Jerusalén crece hasta
rebasar el perímetro de las murallas y lograr la basta extensión que comprende
hoy.
Jerusalén fue pretendida por tantos, fue conquistada 11 veces, 5
veces destruida totalmente y de nuevo reconstruida. Fue destruida en el 70 d.C
por los Romanos, de nuevo por los persas en 614, después conquistada por el
Califa Omar en 637, luego conquistada nuevamente por los Selúcidas en 1072. En
1099 fue conquistada por los Cruzados, de nuevo en 1187 conquistada por el
sultán Saladino, Sala ed Din, luego en 1617
conquistada por los Otomanos, en 1917 tomada por el Gobierno Británico.
Actualmente en Israel conviven una población de 7 millones, donde 4 son judíos,
2,7 son musulmanes, 124 mil cristianos de distintas denominaciones y 86 mil de
otras minorías. Entre los cristianos se dan distintas denominaciones. La
mayoría es la Iglesia Ortodoxa. Aún dentro de la Iglesia Católica coexisten
distintos ritos. Semejante panorama pide un esfuerzo ímprobo de diálogo y
reconciliación.
Jerusalén aparece como dividida en reparticiones que no han llegado
a reconciliarse. Las murallas abrazan cuatro barrios bien diferenciados, el
armenio, el judío, el musulmán y el latino[93].
Desde el S. XI el barrio suroeste lo ocupan los armenios[94].
En el barrio armenio se encuentra una basílica catedral de Santiago, Sede del
Patriarcado armenio ortodoxo. Pudimos visitarla y nos sorprendió un icono
presidiendo el iconostasio. El icono refleja el abrazo de Pedro y Andrés que
nos habla de la reconciliación entre las dos iglesias Oriente y Occidente.
El barrio sureste de los judíos
se sitúa en torno el Muro de los Lamentos[95].
El barrio tiene cuatro grandes Yeshivat,
escuelas talmúdicas y numerosa sinagogas entre las que destaca la de Yohanan Ben Zakai, la cuádruple sinagoga
sefardita cuyos orígenes se remontan al S. XI.
En el noreste rodeando la
explanada del Templo se extiende el barrio musulmán, el más grande los cuatro[96].
En sus calles laberínticas abundan las mezquitas con sus alminares desde los
que el muecín llama cinco veces al día a la oración. Allí hay varias madrazas,
escuelas coránicas.
Finalmente, al noroeste se halla
el barrio latino en torno al Santo Sepulcro. En la época bizantina se cubrió de
iglesias y de monasterios y en la época de los Cruzados de hospitales,
hospederías y sedes episcopales. En la actualidad reside la iglesia de la
Custodia franciscana.
Jerusalén es un verdadero mosaico de culturas y
religiones llamadas a convivir en la Ciudad
de la Paz. Levantada sobre siete colinas, con su Templo construido y
destruido tantas veces, reclama la Paz,
la convivencia, la reconciliación: Haya
la paz en tus recintos. Que vuelva la Paz sobre el Monte Sión. (Cantos de Sión; Sal 84)
Jerusalén fue como levantándose una y otra vez de los escombros y
resistiéndose a desaparecer. Durante los largos años de dispersión el pueblo
judío nunca cortó ni olvidó su lazo con esta tierra. Su larga espera en
restablecer el Estado de Israel no se logró hasta 1948 no sin enfrentamientos y
penosos derramamientos de sangre. En el Museo de la Historia de Jerusalén que
luego tuve oportunidad de visitar en la Torre de David se muestra toda esta
larga historia. Fue muy emotivo para mí tratar de recorrerla y vivenciarla como
nuestra, parte de nuestra propia historia, conociendo más así nuestras raíces y
nuestro propio origen: Todos uno por uno
se dirán han nacido en ella (Sal 86,
5)
Litografía, Grabado de Jerusalén
COSMOVISION DE JERUSALEN COMO CENTRO DEL MUNDO
El Mapa Bünting la hoja del trébol , también conocido como El mundo en una hoja de trébol , ( alemán título: " ganze Die Welt in einem Kleberblat / Welches ist der Stadt Hannover meines lieben Vaterlandes Wapen ") es un antiguo mapamundi dibujado por el alemán protestante pastor , teólogo y cartógrafo Heinrich Bünting . El mapa fue publicado en su libro Itinerarium Sacrae Scripturae (Viaje a través de la Sagrada Escritura) en 1581.
Hoy en día, el mapa se encuentra dentro de la colección de mapas Eran Laor en la Biblioteca Nacional de Israel en Jerusalén . Un modelo de mosaico del mapa está instalado en la cerca de la plaza Safra en el sitio del ayuntamiento de Jerusalén.
El mapa es una representación figurativa, en la forma del formato mapamundi medieval, que representa el mundo a través de un trébol de forma. La forma es una simbolización de la cristiana Trinidad y un componente en la simbolización de la ciudad alemana de Hannover , donde nació Bünting. La ciudad de Jerusalén se representa como el centro, rodeado por tres continentes centrales, con algunas áreas más del mundo que se ilustran en consecuencia separadamente del trébol.
Jerusalén está en el centro del mapa rodeado por los tres continentes de Asia , Europa y África , que comprende tres hojas de un trébol de forma. El color en la hoja verde en forma superior derecha representa Asia, el de arriba-izquierda en color rojo representa a Europa, y la inferior de color amarillo representa en África. Los tres continentes incluyen títulos de sus diferentes países e ilustraciones de algunas de sus ciudades. Asia incluye ilustraciones de nueve ciudades, Europa incluye una ilustración de la italiana ciudad de Roma , y el continente africano incluye ilustraciones de tres ciudades con uno de ellos el egipcio ciudad de Alejandría .
El trébol está rodeado por el océano , con su superficie incluyendo ilustraciones de criaturas marinas, monstruos y un barco. Inglaterra y Dinamarca -como tal vez la punta de la totalidad de los países nórdicos -son representados como dos islas-formas por encima de la hoja de Europa. El Mar Rojo se ilustra entre Asia y África, pintado en rojo. América se representa como un separado, en su mayoría de forma no revelada en la esquina inferior izquierda, de color verde, como Asia, con el título Die Neue Welt (El nuevo mundo ).
El mapa Orbis Terrarum, se conoce a un tipo de mapamundi, realizado en la Edad Media, caracterizado por su alta carga teológica. Las tierras emergidas y el océano que las rodea tienen forma circular, la «O», mientras que los mares que las dividen forman una «T» inscrita.
Los mapamundis que siguen este esquema OT se desinteresan de la exactitud cartográfica, limitándose a reproducir contenidos teológicos y simbólicos. Presentan de forma esquemática las grandes formaciones montañosas y corrientes fluviales así como algunos topónimos localizados por aproximación. Con el paso del tiempo se actualiza y enriquece la información, pero los mapas se llenan de contenidos fantásticos. Las ilustraciones se realizan a partir del santoral cristiano, siguiendo referencias bíblicas e incluso mitológicas, como lo es la presencia de las amazonas en el mapa de Ebstorf.
La O representa el mundo de forma circular, la forma geométrica perfecta, rodeado por el océano. La T hace referencia a la articulación del espacio interior a la vez que alude a la cruz. El eje vertical sería el mar Mediterráneo que separa Europa y África. El horizontal, perpendicular al anterior, se articula a partir del Nilo, continuando en el mar Negro y el río Don, separando Europa y Asia. El mundo habitable -la «Oikumene»- abarca Asia al oriente, en la mitad superior del mapa, Europa, en el cuadrante inferior izquierdo, y África, separada de Europa por el mar Mediterráneo. Cada continente aparece habitado por los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Asia; Jafet, Europa y Cam, África. Jerusalén ocupa el centro del mapa, siendo el ombligo del mundo.
Los mapas de T en O irían ganando complejidad con el paso del tiempo. Un ejemplo son los mapamundis de los Beatos, siendo el más famoso el Mapa Mundi de Beato de Liébana, originados en los Comentarios al Apocalipsis de San Juan, del siglo VIII, que contienen numerosas ilustraciones acompañando al texto. El diseño pasa en ellos a ser oval o elíptico, representándose las tierras conocidas en torno al Mediterráneo. En algunas miniaturas a partir del siglo XIII el propio mundo, en su forma circular, aparece como el cuerpo de Jesucristo que en ocasiones se encuentra sentado sobre él, como creador, principio y fin del mundo que gobierna desde el trono en que se convierte el propio orbe. En el mapamundi del Salterio de la abadía de Westminster Cristo aparece sobre el mundo, bendiciéndolo con la mano derecha y llevando en la izquierda otro pequeño orbe con la división en T. También en ocasiones se introduce el paraíso terrenal, localizado al oriente, en Asia, como puede verse en los mapamundis de Ebstorf y Hereford, ambos de hacia 1300, y las antipodas, más allá del océano y habitadas por seres fantásticos.
Mapa beatino del s. XII.
Mapamundi de Hereford, hacia 1300.
Plano de Jerusalén, casco antiguo y casco moderno
5.0
LA
TOPOGRAFIA, MONTES Y VALLES
LA TOPOGRAFIA, CONFLUENCIA DE TRES VALLES
Topografia
La topografía de Jerusalén en los tiempos del primer templo
(mediados del siglo 10 AC) y hay aún menos evidencia arqueológica de tiempos
antiguos. Los inicios de la ciudad fueron en la colina oriental, junto al
nacimiento del Gihon. La ciudad de David se sitúa entre la confluencia de tres
valles: el valle Kidron, el valle Tyropoeon y el valle, Hinnon. Dos son los
montes relevantes el monte Moriah y el monte Sión. El monte Sión es la montaña
sagrada donde Dios certifica su alianza con Abraham, en él se edificará el
Templo. El monte Sión es de donde se divisa la montaña sagrada, en él juto al
lugar del cenáculo donde descansa la tumba de David se edificara la Mater Eclesia,
la Haggia, madre de todas la Iglesias. La ciudad de David se ubica en la ladera
sur del monte Moriah, donde estaba la antigua ciudad de los jebuseos.
Un cinturón de altas colinas rodea la ciudad, formando una
especie de terraplén natural. Al norte está el Monte Scopus, cerca de él, al
este, el Monte de los Olivos, más allá del cual se encuentra también el Monte
de la Ofensa. Al sur está el Monte del Mal Consejo, el cual constituye el
límite este del Llano de Refaím, y cerca, al sudoeste, se sitúa una colina a la
que no se le ha dado nombre alguno.
Hacia el noroeste la ciudad está más descubierta; a cierta
distancia en esa dirección está dominada por el Nebi Samwil, el antiguo Maspha.
La primera de estas colinas se llama Monte Sión porque, según, todos los
escritores judíos y cristianos, donde se ubica la que refieren como ciudad de
Jebús, o Sión la ciudad de David estuvo aquí.
En la antigüedad para las poblaciones era vital la
localización del agua. Jerusalén necesitó proveerse de estanques o piscinas
donde recoger el agua. Estas quedarían dentro del recinto amurallado. El Monte
Sión está limitado al oeste por un valle que comienza cerca de la antigua
piscina llamada Birket Mamilla al noroeste de la propia colina. Este valle,
siguiendo la dirección sudoeste hasta la Puerta de Jaffa, la antigua puerta de
los jardines gira allí al sur y forma un embalse de agua llamado Birket es Sultán,
con un sólido dique, que fue rehecho en los siglos doce y dieciséis. Esta es la
Fuente del Dragón (tannin) a la que vino Nehemías cuando salió de la ciudad por
la puerta oeste. Josefo la llama Piscina de la Serpiente; la palabra hebrea
Tannin expresa tanto dragón como serpiente. Los nativos lo llaman Wadi Rababi;
en la Biblia aparece bajo el nombre de Ge Hinnom, o Ge Ben Hinnom, Valle de
Ennom (en A. V., Hinnom) o del hijo de Ennom un personaje desconocido.
Debajo de Birket es Sultán, se vuelve al este, pasa por
debajo de Haceldamá, y llega al Valle de Cedrón. En el entronque de los dos
valles se halla el vergel el jardín del rey (o, en D.V., la guardia del rey).
También, en la entrada del Valle de Hinnom se sitúa Tofet, el alto donde Acaz y
Manasés establecieron el culto de Baal-Moloch.
Josías, el rey justo, profanó este execrable lugar,
desparramando huesos humanos sobre él, a pesar de lo cual Joaquín restauró el
infamante culto a Moloch. Desde el tiempo de los nefastos fuegos que se
mantuvieron ardiendo en ese lugar durante cerca de un siglo y medio fuegos a
través de los cuales los Judíos apóstatas hicieron pasar a sus hijos para
consagrarlos o inmolarlos a Moloch- Ge Hinnom (en Arameo, Gehennam) recibió el
nombre de Geenna tou pyros, Gehenna de Fuego, y llegó a ser símbolo del
infierno. El Valle de Cedrón, desde Hinnom hasta el Mar Muerto, todavía se le
conoce como Wadi en Nar, Valle del Fuego.
Al norte, el Monte Sión limita con un valle, hoy día relleno
en gran parte, que va en línea recta desde la Puerta de Jaffa al este a los
pies del Monte Moria. En la pendiente de este valle hay un gran embalse con el
nombre árabe de Birket Hamman el Batrak, Piscina de los Baños del Patriarca, y
en los itinerarios de los peregrinos Piscina de Ezequias.
El valle
Cedrón
Para empezar la peregrinación al salir de Gallicanto bajamos por las
escaleras de los Macabeos dejando a un lado los restos de la antigua Citadela
de David junto al estanque de Siloé tomamos la senda que trascurre por el valle
de Cedrón pasando por la fuente de la Virgen. Continuamos rodeando el templo y
por la parte sur giramos teniendo sobre nosotros el pináculo del templo en el
ángulo sur oriental. Impresiona los enormes bloques herodianos con los que fue
construida esa magna obra.[97] El
camino transcurre en medio de lugares tenebrosos. Según se baja de frente el
monte del escándalo donde la tradición cuenta que Judas acabó con su vida, por
el valle del Cedrón, que significa negro, sombrío también denominado de
Josafat, Dios juzga, donde desemboca el
valle de Hinnon o valle de la Gehenna. A la vera del camino uno se
encuentra con numeroso Mausoleos de grandes personajes, la tumba de Absalón, la
tumba de Jacobo, Santiago el Menor, tumba de Zacarías, tumba Or Halam, etc[98].
Bordeando la muralla oriental de templo numerosas tumbas de ilustres judíos. En
la tradición judía querían ser enterrados cerca del muro del Templo y si fuera
posible cerca de la puerta Dorada. Por esa puerta según siguen creyendo los
judíos entrará el Mesías que liberará al pueblo y con Él saldrán victoriosos
todos los antepasados. Todos aguardan el sonido de las trompetas al que
seguirán la resurrección y el juicio final.
Este sería el recorrido inverso
que haría Jesús de Betania a la
entrada en Jerusalén por la que entraría como Mesías victorioso par salir, días
después, despojado de toda gloria para ser crucificado fuera de las murallas.
Murallas magníficas del templo que fueron destruidas por los romanos en los
años 70 D.C. y levantadas de nuevo por Solimán el Magnífico en 1542. Hoy se
siguen levantando muros y murallas. Yendo hacia Betania parte de la jurisdicción palestina se tiene que traspasar
el gran muro de hormigón que les separa y uno es sometido a toda clase de controles. Subiendo por la
empinada cuesta por el monte de los olivos va uno tomando altura hasta llegar a
la cima y divisar una imponente vista sobre Jerusalén. Pronto bordeando la cima
se encuentra uno con Betfagé y desde allí a solo un pequeño tramo da uno con la
pequeña población de Betania.
El huerto de Getsemani
Casi al final del sendero se
halla el Huerto de Getsemaní, el olivar donde los soldados romanos
apresaron a Cristo tras la traición de Judas. La procesión cristiana del Domingo de
Ramos sigue este camino hasta la Puerta de los Leones o de San Esteban, una de
las ocho entradas de la muralla. Traspasándola se accede al barrio musulmán,
que junto al cristiano, el judío y el armenio conforman el abigarrado casco
antiguo.
El valle
del Cedrón, la tumba de Absalón
Desde la
Casa de Caifás en Gallicanto, por una escalera cuyos peldaños iniciales se
remontan a la época de Herodes y cuya alineación corresponde a la época
bizantina, se accede al valle del Cedrón, Kidrón, el valle sombrío o de la
Gehenna, con numerosos sepulcros y que conduce hacia el huerto de los Olivos.
Allí se encuentra la tumba de Absalón, el hijo de David que huyendo se ahorcó
con las ramas de un árbol.
La Jerusalén del s. IV sobre la Aelia Capitolina
Sobre las ruinas de Jerusalén el emperador Adriano construye una nueva
ciudad con el nombre de Colonia Aelia
Capitolina. Con la estructura del castro romano la vertebraba el eje
central el cardo máximus de norte a
sur y el decumanus de este a oeste .
Estos ejes o arterias centrales dividían la ciudad en cuatro grandes barriadas.
El decumanus bordeado por doble
columnata se extendía desde la actual puerta de Damasco hasta la de Sión. El quadrivium o cruce de las dos grandes
arterias se hallaba hacia la ba´sura, el
Hhanqa, donde se encuentra la VII Estación de la Vía Dolorosa. En la gran
explanada del templo, el templo judío destruido por Tito en el año 70 fue
sustituido por el templo de Zeus o Júpiter de Adriano con dos estatuas
ecuestres que vio en el 333 el Peregrino de Burdeos, más tarde San Cirilo, San
Jerónimo y la misma Egeria.
Al Foro y al Capitolio destruidos
por Constantino en el 326 fueron sustituidos por dos edificios espléndidos: la
basílica del Martyrium, la Anástasis y el patio o claustro entre
las dos, ante Crucem. Más al sur,
fuera del Fretenesis se levantaba una
nueva iglesia, Mater Ecclesiae que
acogía dentro de sí la sala alta de Pentecostés o iglesia pequeña de los
Apóstoles: El Cenáculo. Levantada la basílica de la Anástasis por Constantino allí se traslada la sede del obispo
Máximo con su residencia en el Monte Sión. En la Jerusalén del S. IV que conoce
la peregrina Egeria estaban los cinco santuarios más importantes: el Cenáculo,
el Santo Sepulcro, Getsemaní, La Ascensión y la iglesia de Eleona. El Cenáculo
en el monte Sión, la santa morada se levantaba la Mater omnium ecclesiarum. Esta iglesia que conoce Egeria es la más
antigua denominada Santa Sión agrandada probablemente por Cirilo de Jerusalén[99].
Ya en tiempos de Tito destruida la ciudad se mantuvo algunas casas fuera de las
murallas y entre ellas una pequeña conocida como la pequeña iglesia de Dios y
que San Cirilo recuerda como la iglesia superior de los Apóstoles[100].Desde
allí se divisa el muro de hormigón que Israel levantó en Cisjordania
–territorio palestino– a partir de 2002. La Biblia cuenta que el rey David
arrebató Jerusalén a la tribu cananea de los jebuseos, quienes la denominaban
Jesús y cuyos restos han aparecido en la actual Ciudad de David. Existen
vestigios que apuntan que estuvo habitada en la Edad del Cobre (IV milenio
a.C.).
La Explanada de las Mezquitas (Haram al Sharif en árabe) compensa con un derroche de monumentalidad la espera en la rampa de acceso. Aquí se erigen la Mezquita de Al Aqsa, el tercer sitio más sagrado para el islam, y la Cúpula de la Roca.
El Templo estaba situado en lugar nombrado en árabe como
monte de Haram ash-Sharif y en hebreo de Har ha Morija, correspondiente al
monte Moriah, lugar del sacrificio de Abraham. Es el lugar sagrado donde los
judíos construyeron el Templo de Salomón y donde los musulmanes, después de la
destrucción del templo, levantan el santuario de la Cúpula de la Roca, guardando
la roca donde creen esta la huella del pie de Mahoma antes de ascender al
cielo.
Las más antiguas tradiciones judías sugieren que todos los Patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) rezaron en el Monte Moriah, la montaña hoy conocida como Monte del Templo, donde se ubicaron los lugares de culto más sagrados para los judíos, tanto
El Primer Templo (Templo de Salomón), destruido en el 586 aC, como el Segundo (Templo de Herodes, conocido así porque en el siglo I aC Herodes hizo grandes reformas en el templo, que, tras la destrucción del primero, había sido reconstr
El creciente enojo contra la supresión romana de la vida judía condujo a violencias esporádicas que culminaron en una revuelta general en el año 66 dC. La Piedra de Magdala describe el Segundo Templo, incluido su Sancta Sanctorum.
En 2009 se descubre cerca del Mar de Galilea (lago Tiberíades) la conocida como Piedra de Magdala que, según los arqueólogos, representa el Segundo Templo de la época de Herodes.
Desde el monte de los olivos se
ve una vista majestuosa de Templo. Los peregrinos que se acercaban por el este a través de Betania o los que
venían de Galilea cruzando Jericó acudían al templo bordeando el monte de los
olivos y entrando por la puerta Dorada Sha´ar
Hakahamin.
Desde ambos lugares la vista del
Templo era majestuosa. La parte central, el Santuario o Santo de los Santos
estaba enclavado en el lugar de la Roca de la profesión de fe Abrahám, en el
antiguo monte Moriah. En torno al santuario en el que únicamente los sacerdotes
podían entrar para quemar los inciensos, había diferentes patios separados unos
de otros por muros. Para ir desde el Santuario a la muralla exterior se pasaba
masivamente por el patio de los sacerdotes donde se levantaba el altar de los
sacrificios, luego por el patio de los hombres, el patio de las mujeres y
finalmente por el atrio de los gentiles.
Cuando se ve a Jesús enseñando en
el Templo aparece en este atrio bajo las columnatas que lo flanqueaban. Jesús
aparece bajo el pórtico de Salomón, en el atrio de los gentiles (Jn 10, 23). El atrio de los gentiles
estaba adornado en su parte sur por cuatro hileras de columnas corintias que
constituían el pórtico real. En los otros tres lados se encontraba rodeado
también por una hilera doble de columnas. El pórtico oriental se denominaba el
pórtico de Salomón.
Según el mismo Jesús había
predicho, el templo fue incendiado y destruido completamente en la conquista de
Jerusalén por Tito en el año 70.
Para
imaginarse mejor la Jerusalén del tiempo de Jesús es muy interesante visitar la
gigantesca maqueta que se ha realizado[101]. Aparece Jerusalén con todas sus murallas.
Destacan en la ciudad el segundo templo engrandecido de Herodes el Grande, el
Palacio de Herodes con sus tres grandes torres: Fasael, Hípicus y Mariamne y la Fortaleza Antonia, al noroeste del
Templo, residencia del procurador romano durante la pascua.
También para
hacerse idea de la evolución de Jerusalén después de su destrucción en el año
70 con la nueva remodelación que impulsa Constantino construyendo las nuevas
siete basílicas es muy interesante la maqueta en la época bizantina[102].
Allí se pueden descubrir en torno al gran cardo central las basílicas de Santa
María de la Probática, la Anastasis en el Santo Sepulcro, la de San Juan
Bautista, La Nueva María Madre de Dios, Santa Sión, Siloam y San Petro en
Gallicanto.
El Templo
Maqueta
de la vista del Segundo Templo en tiempo de Jesús
El Templo el recinto más santo que guardaba en su interior el Santo de
los Santos. De lugar tan santo quedaban excluidos los que no lo eran los
publicanos y pecadores. Era toda una secuencia de espacios o espacios
restringidos de mayor a menor santidad. El Santo de los santos reservado al
Sumo sacerdote, debar, el patio de
los sacerdotes, hekal, el patio de
los judíos, Israel,el patio de las
mujeres y los niños, ulam. Por último
el gran patio de los gentiles, herom,
estos se conformaban en quedarse en la gran explanada de afuera rodeada de una
enorme galería y un grandioso pórtico.
La disposición del templo reflejan como radiografía la estructura
socio-política-religiosa del mundo judío según la concepción concéntrica de
élites y círculos de santidad. Dios es el santo, el puro, el sagrado, el
perfecto y el mundo es profano, impuro, vulgar, imperfecto. Por contacto cada
uno es capaz de comunicar una parte de lo que es. Dios comunica su santidad a
todo el que se acerca una santidad que según uno se aleja es cada vez más
tenue, difusa y débil.
Los círculos de santidad del templo se extendían a toda una cosmovisión
más amplia. El Santo de los santos en el corazón del templo, el templo como el
lugar más santo, en Jerusalén la ciudad santa, en Israel, la nación santa y
desde ahí al resto del mundo.
Según su estado puro o impuro, el hombre puede ir avanzando en grados de
santidad mientras permanezca dentro de los límites que se le asignan. Si los
traspasa su impureza lo profana y se rompe el equilibrio querido por Dios.
Jesús parece interesado en invertir todos esos círculos dando especial
predilección a los pecadores a las mujeres y los niños tratando de romper con
las exclusiones y de incluir a todos. El Viernes Santo en el momento en que se
inmolaba el Cordero pascual en el templo moría Jesús fuera del Templo y se
rasgaba el velo del Templo como para dar acceso a los que no lo tenían y de
expulsar del mismo a los que se habían adueñado creyéndose sus propietarios.
Los israelitas eran convocados a peregrinar a Jerusalén y allí acceder al
templo. Para entrar necesitaba un sacrificio de expiación o purificación.
Empezaba comprando un animal a la entrada del templo, en el patio de los
gentiles. Luego entraba en el segundo recinto y pasaba al patio de Israel. Se
presentaba a un sacerdote. Este le llevaba a través del patio de los sacerdotes
hasta el pie del altar.
Después de haber entrado en Jerusalén, Jesús entrará en el templo en el
recinto más sagrado. Arrogándose una soberanía inédita hasta entonces se pone a
expulsar a los vendedores diciendo. Habéis convertido mi casa en cueva de
ladrones (Lc 19, 43). Irrumpe en el templo echando a los mercaderes que se
agolpaban en el patio de los gentiles y cruzando por el patio de los judíos
llega hasta las clases más altas de los sacerdotes a increparles su falsedad y
su impureza de corazón.
Jesús va a romper con todas estas barreras y estipulaciones formales de
una santidad puramente legalista y exterior con el reclamo y la pretensión de
ir a lo profundo del interior, la pureza del corazón. Jesús terminará
desenmascarando a los que se creían los garantes del pueblo. Duros van a ser
los siete discursos contra los maestros escribas y fariseos que en tono de
desventuras opuesto a las bienaventuranzas. Jesús dirige a las clases dirigentes
para derribarlas de sus tronos y que van a ocasionar la mayor discordia y
oposición contra Jesús (Cf. Mt 23).
Siguiendo las huellas de Jesús:
Esta jornada la dedicaríamos a visitar el templo y sus alrededores. Desde
Gallicanto nos dispusimos a visitar la
explanada exterior del Templo entramos por la puerta de Sión o de los
Leones cruzando por el barrio armenio para llegar hasta el muro de la parte sur
del Templo conocido como el Muro de los
lamentos. Desde este se accede por una rampa a la explanada interior del Templo que coincidiría con el patio de
los gentiles para llegar al corazón del templo donde hoy está emplazada la
sorprendente Cúpula de la Roca.
Historia del Templo
El Templo
de Salomón en tiempos de Jesús
Con gran expectación también
nosotros nos disponíamos en esta jornada a adentrarnos en sus recintos. Antes
de partir subiendo a la terraza de la casa de acogida en Gallicanto era impresionante
la vista divisando el Templo, la cornisa del pináculo. En el centro de la explanada del Templo la Cúpula de la
Roca guarda con veneración el lugar del sacrificio. En el monte santo Moria, Moriyya,
la Roca donde Abraham levanta el altar del sacrificio, donde Yahveh provee. Los Santos Padres han
visto en el sacrificio de Isaac la figura de la Pasión de Jesús. Después de la
destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 d.C., la explanada del Templo
quedó abandonada por los primeros cristianos que la consideraban como un lugar
de maldición. Se convirtió en un lugar de escombros y basuras. Después con
Constantino los cristianos levantaron la Iglesia de la Purificación en la época
bizantina En el S. VI los musulmanes la vuelven a venerar como lugar sagrado,
la recuperan y la hizo limpiar. El califa Omar levanta en la explanada una
mezquita de madera. Después el califa Abd-el-Malik edifica la grandiosa Mezquita de l Roca. A finales del S. VII
el califa Abd-el-Walid edifica la otra mezquita de El Aksa, la lejana, así llamada por referencia a Medina y a la
Meca.
Los cruzados lo recuperaron en 1099 y los templarios en 1128 se trasladan
a residir y custodiar el templo de Jerusalén. Se pierde su custodia en 11877 y
finalmente cae en manos de los turcos y recuperado nuevamente por los
musulmanes. La explanada será para los musulmanes, el Haram es Shaif, el noble recinto sagrado, para los judíos Haram es Bayit, el mote del Templo, para
los cristianos, la explanada del Templo al que acudió Jesús, en definitiva el
lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas.
Toda la explanada es una gran terraza levantada en la ladera sur del
monte Moriah donde el rey Salomón construye el primer Templo y luego es
renovado y ampliado el Segundo Templo con el rey Herodes el Grande. La
explanada, cerrada por enormes murallas de muros ciclópeos, ocupa una vasta
extensión de 15 Ha y tiene forma rectangular de casi 5000 m. de norte a sur y
de 330 m. de ancho al norte y 290 al sur.
El primer Templo de Salomón se levantó en el 975 a.C. como un majestuoso
santuario que dominaba la antigua ciudadela de David que queda en la parte baja
de las murallas. Fue destruido por los babilónicos en el 598 a.C. sería
reconstruido en el 535 a.C. con el apoyo de Ciro y ampliado y embellecido por
Herodes el Grande en el 37 a.C. llevando a cabo el más sublime de los edificios
de la época. Más tarde sería destruido por Tito en el 70 d.C. Sobre su
explanada en la época bizantina se levantó la Iglesia de la Purificación y
cuando los árabes la conquistaron levantaron sobre la Iglesia ortodoxa la
mezquita del El-Adqsa y la Cúpula de
la Roca convirtiéndola en la tercera ciudad santa del Islam.
Como se puede observar desde que Abraham fuera llevado a aquel monte
Moria para el sacrificio y levantó allí un altar este lugar sería el centro de
culto para todo el pueblo judío y para todos los pueblos en una sucesión
ininterrumpida de ocupaciones destrucciones y reconstrucciones tratando de
mantener vivo el espíritu de tan santo lugar. El Templo de Jerusalén, el lugar
más sagrado para las tres religiones monoteístas, judíos, musulmanes y
cristianos nos remite a los orígenes de nuestra fe. En el Templo los judíos a
partir de la reforma el Rey Josías con una perspectiva mesiánica y
universalista llevan a cabo la unificación del culto en el templo de Jerusalén.
Jerusalén quedaba constituido como el centro espiritual de todas las naciones y
los antiguos santuarios israelitas fueron considerados ilegítimos.
La explanada del Templo alrededor de la Mezquita al-Aqsa
Después de construirse el santuario de la Cúpula de la Roca, Abdelmalik y su hijo Walid construyeron la mezquita de Al Aqsa, la mezquita de Jerusalén para los rezos ordinarios en el extremo sur del monte del Templo. En el año 715, el hermano de Walid, Solimán, fue entronizado en la explanada de las Mezquitas. Desde la destrucción del Templo que Herodes Agripa embelleció, nunca se vio tanto esplendor en la explanada del Templo.
Al asumir el trono el
Rey Herodes en el año 37 AC embelleció la ciudad y construyó magníficos
edificios y fortificaciones. Sobre todo, puso todo su interés en el monte del
Templo. Rellenando el espacio hacia el sur del antiguo templo que manda demoler
levanta una subestructura sostenida por 88 pilares y doce arcos abovedados para
crear una plataforma de más de doce mil metros cuadrados de superficie, el
doble de la del foro romano sobre la que levantar el nuevo templo de una
majestuosidad nunca vista. Un historiador de su época dijo: Quien no ha visto
el Templo de Herodes no ha visto un gran edificio en toda su vida.
Herodes reconstruyó
el Templo casi por completo, amplió la explanada del Templo. Extendió el área
del muro occidental llenando y nivelando la tierra y construyendo bóvedas para
sostener el trabajo. Entre la parte de la ciudad y el monte construyó un puente
y escalinata de acceso, amplió y remodeló los alrededores construyendo puertas
y pasajes a lo largo de los muros Sur y oeste. Mejoró las fortificaciones
construyendo la Torre de David y su ciudadela y la Torre Antonia que dominaba
el Templo.
El historiador
contemporáneo Flavio Josefo quedó impresionado por su esplendor el cual
calificó como el edificio más magnífico construido por Herodes. Deslumbrante,
además de provocar la veneración, estaba todo cubierto por unas planchas de oro
que después de salido el sol relucía con un resplandor como de fuego.
El tamaño de los
patios del Templo iba disminuyendo a medida que se acercaban a una mayor santidad.
Tanto gentiles como judíos podían entrar en el inmenso patio de los gentiles,
pero un muro rodeaba el patio de las mujeres con esta inscripción de
advertencia. “¡Extranjero! No cruces esta verja y no entres en este recinto.
Aquel que sea capturado tan sólo podrá culparse así mismo de la muerte que
seguirá”.
Cincuenta escalones
conducían a una puerta que se abría al patio de Israel, accesible a cualquier
varón judío y que llevaba al exclusivo patio de los sacerdotes, el Ulam. Dentro se alzaba el santuario, el Hekhal, en cuyo interior se encontraba
el Santo de los Santos que descansaba sobre la roca en la que, según la
tradición, Abraham había estado a punto de sacrificar a su hijo Isaac y donde
David había construido el altar.
Pórticos de columnas
bordeaban los cuatro lados, el mayor de ellos, el Pórtico Real, una amplia
basílica que dominaba toda la montaña. Cuando llegaba el momento de visitar el
Templo, los peregrinos tomaban su baño purificador en las numerosas piscinas
rituales, los mikvahs, que se han
encontrado alrededor de las entradas del sur, y antes de la hora de la oración,
subían las monumentales escaleras que conducían al Pórtico Real.
Ahora no queda nada del grandioso
Templo de Jerusalén, n los grandiosos pórticos, ni las columnatas, ni el atrio
de los sacerdotes con el altar de los holocaustos, ni el Santo de los Santos.
Todo fue arrasado en tiempos de Tito por las legiones romanas, así como estaba
profetizado, no dejando piedra sobre piedra.
5.3 EL MURO DE LAS
LAMENTACIONES
Fieles
judíos rezando ante el Muro de las Lamentaciones
Desde la destrucción del Templo judío, en el año 70 d. C., por las tropas del emperador Tito, la parte oeste del Muro se ha convertido en el lugar sagrado y vínculo de comunión para los judíos y símbolo de la perpetuidad del Templo. Los romanos y luego los musulmanes prohibieron a los judíos el acceso al monte del Templo. Solamente en 1967, año de la reunificación, los judíos lograron hacerse con la posesión del muro occidental. Entre las rendijas de las ciclópeas piedras los judíos ponen su fituch , sus oraciones y peticiones ante la Shejiná, la presencia divina de Dios, que dese la destrucción del Templo se cierne sobre el muro. El día más importante, en el Yom Kipur, día de la expiación, acuden miles de judíos.
Jerusalén fue amurallada en
varios periodos periodos, durante el rey David en el s. X a.C, durante Herodes
el grande en tiempos de Jesús y más tarde con Solimán el Magnífico entre 1537 y
1541[103].
Tienen 34 torres almenadas y 8 puertas. Las primeras murallas del rey David
rodeaban la Citadela en la colina de Ofel, al suroeste de la ciudad actual. En
el S. VII con Ezequías se cerró la ciudad por el norte. Los reyes asmoneos en
el S. II a. C, la prolongaron por el norte. Herodes el Grande la fortaleció
embelleciendo sobremanera el área del Templo, luego Herodes Agripa su nieto
construyó la tercera muralla septentrional. Todas fueron arrasadas por Tito en
el año 70. Más tarde serían reedificadas por Solimán en la época turca.
La Puerta Dorada era la entrada
principal. Son en realidad dos puertas alineadas de forma directa y precisa con
el santuario del Templo y con la Tumba del Santo Sepulcro. Hoy día está cerrada
y según los judíos será abierta el día en que el esperado Mesías entre de nuevo
victorioso en la Ciudad Santa. Junto a
la gran muralla descansan las tumbas de los justos que esperan recibir la gloria
del Mesías cuando vuelva.
Nosotros quedamos impactados por
el contraste de de una Ciudad que llena de gloria y esplendor quedó en ruinas
al cerrarle el corazón a Aquel que en son de paz en una humilde borrica
prometía la paz. Para Jesús jornada que comienza lleno de alboroto y regocijo y
que se torna pronto en tristeza y melancolía. El primer impulso de aclamación
victoriosa pronto se torna en controversia y en pocas horas el horizonte de
victoria había pasado a ser de color y sabor a muerte y aparente derrota.
Algunos investigadores consideran
que su reconversión se dio en tiempo de los califas omeyas. La puerta según las
tres religiones monoteístas, judíos, musulmanes y cristianos será el escenario
del Apocalipsis en la segunda venida del Mesías donde haría su entrada el día
del Juicio Final. Los judíos no tardaron en conferirle a esta puerta un
significado místico y la llamaron Puerta de
la Misericordia.
En el 630
Heraclio emperador salió de Constantinopla en sus últimos días cabalgó hasta la
puerta Dorada que se abrió para esta ocasión para devolver la Vera Cruz al
sepulcro de Jerusalén. La catástrofe que había asolado el imperio por la
invasión persa dieron pie a una variante de la visión del Apocalipsis en la que
un último mesiánico emperador le entregaba el poder a Jesús que gobernaría
hasta el día del juicio final.
El ambiente religioso se intensifica al entrar en la
plaza del venerado Muro de las Lamentaciones. El Muro frente al que ahora
rezan los judíos formaba parte del patio del Segundo Templo. Los
visitantes pueden entrar en las zonas de oración, hombres y mujeres separados.
El Muro de las Lamentaciones se emplaza bajo la Explanada de las
Mezquitas, adonde se accede por una pasarela de madera. Para llegar hasta ella
la mejor opción es salir de la plaza –y de la Ciudad Vieja– a través de la
Puerta de Dung.
La Puerta Dorada del Templo
Originariamente correspondería al
templo de Herodes y respondería a la puerta por la que entró Jesús el Domingo
de Ramos. En l época de los cruzados se abría solo dos veces al año, el Domingo
de Ramos y en la Exaltación de la Cruz. Suleimán hizo tapiarla para cerrar a
los infieles la entrada al templo. Los judíos creen que el esperado Mesías
llegará a la ciudad por esta puerta.
La explanada exterior al Templo es una plaza amplia y enlosada abierta
frente al denominada Muro del Lamento, Kotel, el corazón del judaísmo, la
Shejiná, la presencia de Dios, testigo mudo de tanto dolor y sufrimiento. A lo
largo de casi 20 siglos el pueblo judío ha acudido allí para llorar por la
destrucción del Templo y Jerusalén.
El muro era uno de los muros de contención de antiguo templo. Fue
levantado por Herodes el grande que el año 20 a.C. llevó a cabo la remodelación
y engrandecimiento del segundo Templo. De este tiempo es también el
inexpugnable extremo suroriental del pináculo[104]. La
mayor parte de los muros occidentales servían de contención al prolongar la
explanada Los grandes sillares gigantes corresponden a Herodes mientras que las
piedras de menor tamaño corresponderían a la época de los Macabeos.
Perfectamente se pueden distinguir los dos estratos. A partir del suelo
se elevan siete hileras herodianas con impresionantes bloques ciclópeos,
colocados sin argamasa de piedra caliza y la parte superior se ven las piedras
más pequeñas. Durante el día a la luz del sol toman tonos amarillentos,
anaranjados y dorados. Sobre el muro brilla el azul del cielo y el oro de la
cúpula de la Roca.
Acudimos hasta la explanada donde se encuentra el Muro de las
lamentaciones que sintetiza un montón de cosas. Para los judíos peregrinos a
Jerusalén es sin duda el lugar más señalado, más sagrado. Los judíos acuden de
todas partes, llevan sobre sus hombros el talit[105] y en
el brazo izquierdo y sobre su frente los tefilim[106]. Sus
cabezas están cubiertas con sus kipas[107].
Entre los judíos los hassidim,
destacan por su atuendo[108].
Visten una especie de levita con calzón corto, camisas blancas y cubiertos con kipas o sombreros anchos o stramiel[109].
No se puede visitar a Jerusalén y no visitar el Muro, más aún orar frente al
Muro.
Una valla separa la plaza del lugar de la oración y existen dos recintos
separados, uno para hombres a la izquierda y otro para mujeres a la derecha.
Nosotros no quisimos ser menos y allí acudimos para unirnos en la oración.
Entré en el recinto reservado para hombres. Existe una fuentecilla para la
purificación y te ofrecen kipas para
cubrirte la cabeza. También en unas mesas cubiertas se ofrecen biblias. En el
centro en un cofre los rollos de la Torah. Allí entre las rendijas de las
piedras colocamos nuestro fituch[110].
La Puerta de San Esteban
La antigua Puerta Neápolis de Adriano
se convirtió en la Puerta de San Esteban, nombre que se conservó durante
siglos, hasta que los árabes la llamaron puerta de la Columna y más tarde,
puerta de Nablus. Los judíos la llamaron Puerta de Shechem y los otomanos le
dieron el nombre que lleva hoy, puerta de Damasco. En la actualidad, la Puerta
de San Esteban está en lado oriental de la ciudad.
LAS PISCINAS: La Piscina de Betesda
Ruinas de la Piscina de Bethesda
Junto a la puerta de las Ovejas en la
parte norte de templo se encontraba la Piscina de Bethesda. Tenía cinco
pórticos bajo los cuales yacían los enfermos que no podían entrar en el templo.
Había en el lugar dos pozos. El más antiguo, situado más al norte, ya existía
en el S. VIII a.C. y servía para suministrar agua al primer templo de Salomón.
En el S. II d.C. fue erigido un santuario dedicado a Asclepio, dios de la
medicina. En el S. V los bizantinos erigieron una basílica que fue destruida.
Hoy al lado está la iglesia de Santa Ana, que atribuyen al lugar de nacimiento
de la Virgen María.
Cerca del Templo junto a la
puerta Probática o de las Ovejas Shaár
HaArayot se encuentra
la Piscina de Betesda, Bet Hesda, casa de la
misericordia. Está en la parte
noroeste de la ciudad, la piscina servía de remanente de agua para la ciudad y
el Templo con el que se conectaba por un canal subterráneo[111]. Allí
tiene lugar la famosa curación del paralítico. (Jn 5, 1-9).
La historia de este recinto
aledaño al templo de Jerusalén es muy significativa. Ya en tiempos del rey Acab
se construye un dique de 6 m de ancho para retener el agua de la lluvia en un
estanque de 50×40 m. En el S. III siendo sumo sacerdote Simón se construye un
segundo estanque de 60×50 para conducir agua al templo. Entre los años 150 a.C.
al 70 d.C. encontramos un lugar de curación al este de los estanques
mencionados. Se edifica una cisterna y una serie de baños en unas grutas. La
más grande sirve de cisterna desde donde se conduce agua a través de pequeños
canales hasta los baños. Una multitud de enfermos buscaban allí la curación,
dado que no se les permitía acercarse al Templo a causa de sus enfermedades.
Bajo el reinado de Herodes el grande construyó la piscina de Birket Israel, contra el muro del
templo, quedando inutilizados los estanques de Bethesda.
En el año 44 d.C. Herodes Agripa
levantó el tercer muro de la ciudad. Se rellenaron los estanques de Bethesda.
Entre el 70 d.C. con la destrucción del Templo y el S. II, el lugar de curación
perdió su importancia. En la época de la “Aelia
Capitolina” (200-400 d.C.) se erigió un templo dedicado a Esculapio Serapis delante de los baños.
En tiempos del Patriarca Juvenal (422-458) se levantó la basílica bizantina
dedicada a Santa María de la Probática asociando el lugar no solo a la curación
del paralítico sino al lugar que la tradición recoge como el nacimiento de
María[112].
En el 614 los persas causaron un
gran deterioro de la basílica. El monje Modesto la restauró en tiempos de
Carlomagno levantando un monasterio contiguo. De esta iglesia destruida después
por el Califa Hakim, los Cruzados no encontraron más que ruinas. Los Cruzados
construyeron una iglesia romana dedicada a Santa Ana, madre de María y la
confiaron a una comunidad de Benedictinas.
Después el Sultán Salah-el-Din transformo la iglesia en
una escuela de derecho coránico. Sólo
después de la guerra de Crimea en 1856 las autoridades otomanas permitirán la
reconstrucción de la Iglesia para el culto melquita y las excavaciones
posteriores. En 1878 el santuario recuperado fue confiado a la custodia
de los Padres Blancos, Misioneros de África, quienes se encargaron de la
formación del clero Melquita. Más tarde los Dominicos de la Escuela Bíblica
localizaron la basílica bizantina y los baños antiguos de curación.
La Cúpula
de la Roca.
En el centro de la explanada del Templo se alza la Cúpula de
la Roca, lugar sagrado por excelencia que guarda la roca del sacrificio, el
lugar del monte Moriah, el lugar de la roca donde Abraham ofrece en sacrifico a
su hijo Isaac. Abdelmalik tarda siete años en levantarla. La Cúpula, símbolo
del cielo y del vínculo con Dios, de 20 m. de diámetro soportada por un tambor
que a su vez descansa sobre un muro octogonal.
No es una mezquita sino un santuario, a semejanza de un martirium,
queriendo rivalizar con el Santo Sepulcro. Sufre diversas modificaciones. No
recuperará su revestimiento de oro hasta el 1969.
Esta última fue construida en el siglo VII y alberga
una roca considerada sagrada tanto por musulmanes como por judíos. Los primeros
creen que el profeta Mahoma ascendió a los cielos en su caballo alado desde
esta roca.
Para los judíos es la Piedra Fundacional, el lugar más
sagrado del Primer Templo, erigido por el rey Salomón y que custodiaba el Arca
de la Alianza con las Tablas de la Ley. El Primer Templo fue destruido por
los babilonios y el Segundo por los romanos el año 70. Los judíos denominan a
la Explanada Har Habayit (Monte del Templo). La entrada al recinto es
libre, pero solo los musulmanes pueden rezar allí.
La
Cúpula de la Roca desde la fuente El-kas
La explanada del templo respondía a
la shahira, la llanura, en la que tendrá lugar el día del juicio, de la reunión
y el nombramiento, un místico lugar, una especie de paraíso terrenal un lugar
embellecido con rosas, jacintos y arrayanes. La fuente de El-Kas responde a
todo el embellecimiento que hace Saladino en la explanada del Templo para
realce a la Cúpula de la Roca.
La Cúpula de la Roca
La explanada de las Mezquitas Har
haBayit en hebreo, Haram al-Sharif
en árabe enclavada en el monte Moria es el centro no solo de Jerusalén sino de
Israel. Para muchos estas casi quince hectáreas siguen siendo el centro del
mundo.
En el centro de la explanada del Templo la Cúpula de la Roca guarda con
veneración el lugar del sacrificio. En el monte santo Moria, Moriyya, la
Roca donde Abraham levanta el altar del sacrificio, donde Yahveh provee. Los Santos Padres han visto en el sacrificio de
Isaac la figura de la Pasión de Jesús.
Allí en donde se levanta la Cúpula de la Roca se levantaba el corazón del
templo de Jerusalén, el Santuario. Herodes hizo demoler el segundo Templo para
construir el nuevo. Mil sacerdotes fueron formados como constructores. Se
talaron bosques de cedros del Líbano y se labraron grandes sillares de
reluciente piedra caliza. En los túneles a lo largo del monte del templo hay
una piedra de casi 13 m de longitud que pesa 500 toneladas. Herodes sin duda
utilizó la tecnología más avanzada. El Santo de los Santos se levantó en dos
años pero el complejo del templo tardó en construirse 80 años. Herodes cavó
hasta encontrar la piedra fundacional y construyó a partir de ahí ampliando la
explanada del monte del Templo.
Con Abd-el-malik se construyó en
siete años entre 685 y 692 la Cúpula de la Roca[113].
No es una mezquita sino un santuario, el primero de los grades santuarios
omeyas y el más antiguo de los monumentos islámicos. Su forma octogonal se
parece al de un “martirium” cristiano
recordando la del Santo Sepulcro y a la vez con resonancias a la Kaaba de la
Meca. El santuario tiene cuatro puertas orientadas hacia los cuatro puntos
cardinales. Todo gira entorno a la roca sagrada, el-Sakhra. En la roca hay un agujero perforado que comunica con el
interior de la gruta[114].
De su centro pende una cadena de oro, que indica el que se supone el centro de
la tierra.
La Cúpula se imponía sobre
Jerusalén y le hacía sombra al Santo Sepulcro. Desde aquel momento los
musulmanes ridiculizaron la iglesia el Santo Sepulcro Kayamah en árabe llamándole kumamah,
el montón de excrementos.
Para los musulmanes adquirió la
cúpula un lugar de significativa importancia. La Roca era el lugar del paraíso
de Adán y del altar de Abraham, el lugar que más tarde había visitado Mahoma en
su viaje nocturno y desde donde subió al cielo. Una huella de pisada en la Roca
que en el pasado se enseñaba a los peregrinos cristianos explicando que se
trataba de la marca de Jesús se convirtió en la última pisada de Mahoma antes
de ascender al cielo[115].
El cielo desciende sobre el monte del Templo y el infierno se sitúa en el valle
del Hinom. El arcángel de la muerte, una de las puertas de la Cúpula lleva su
nombre, hae sonar su trompeta. Los muertos especialmente los que están
enterrados cerca de la puerta Dorada resucitan y cruzan la puerta, el umbral
que da acceso al Final de los Días, con sus dos puertas, la de la Misericordia
y a del Arrepentimiento para ser sometidos a juicio en la Cúpula donde cuelga
la balanza de la justicia.
La Cúpula de la Roca actual Qubbat al-Sakkra fue con la mezquita de Al Aqsa desde 1128 sede de la Orden del
Temple, orden del Templo de Salomón[116].
Los Templarios que ocuparon en un inicio
unas caballerizas, llegaron a estar nueve años ocupando todo el recinto del
templo. La Cúpula santuario fue transformada en iglesia cristiana Templum Domini. Los templarios
sustituyeron la media luna de plata que la coronaba por una cruz de oro.
Durante este tiempo los templarios se dedicaron no solo a la protección de los
santos Lugares sino a la oración y al estudio traduciendo algunos textos en
hebreo encontrados tras la toma de Jerusalén tras la primera cruzada en 1099.
Se dice que los templarios
estudiaron los patrones y medidas sagradas del Templo y sus construcciones
sagradas las relaciones geométricas con la proporción áurea y otras escalas
musicales entre las que se podría encontrar el secreto de las octavas. La
verdad que la planta octogonal de la Cúpula sería un modelo que se repetiría en
numerosos templos promovidos por la Orden del Templo (sobre todo en capillas
mortuorias del Camino de Santiago).
Dentro de la leyenda de los
caballeros del Temple dicen encontrar escondidas en el Templo, restos del Arca
de la Alianza y escondida en ella el Santo Grial, el cáliz que utilizó Jesús en
la última Cena y que fue recogido por José de Arimatea. También rescatan las
reliquias de la lanza del soldado que atravesó el costado de Cristo, denominad
la lanza de Longinos[117].
Por otra parte, la leyenda del
Santo Grial se amplia tanto a los cátaros como a los mismos sufies[118].
Los caballeros suffies también buscaban una copa milagrosa, a llamada Jém-i Jam o copa del mítico rey persa Jams-héd, como un talismán en la que se
podían ver reflejados todos los acontecimientos y fenómenos del mundo[119].
En el Islam chiíta, el décimo segundo Imán, el Imán oculto se hace visible en
el 14 del mes de Abid, solsticio de la primavera, correspondiente a la noche de
Pascua.
Mezquita
de Al-Aqsa y templo de las
Cadenas
La mezquita de al-Aqsa fue construida
en el lugar donde los romanos en el año 70 d. C. construyeron un templo en
honor a Júpiter y después los Cruzados construyeron una iglesia consagrada a
María. Junto a la mezquita en el lado oriental de la Cúpula de la Roca aparece
el templo de las Cadenas. Según las fuentes islámicas, en ese lugar se colgaron
las cadenas que David utilizaba para juzgar. Destaca el púlpito o torre
orientado al mismo tiempo hacia la mezquita de Al Aqsa y hacia la Meca.
La Mezquita del al- Aqsa
Tito Flavio Vespasiano que gobernó el imperio
Romano entre el 79 y 81 fue quien tomo Jerusalén durante la rebelión judía.
Tras cinco meses de asedio, destruyó el templo y arrasó la ciudad tan solo dejo
la Torre de David recordando la grandeza de la antigua ciudad de Herodes.
Empezó entonces la nueva diáspora por el Norte de África por donde pasaron a
España. Sobre su explanada en la
época bizantina se levantó la Iglesia de la Purificación y cuando los árabes la
conquistaron levantaron en
el S. VIII sobre la Iglesia
ortodoxa la mezquita de Al-Aqsa y la
Cúpula de la Roca. Tras
la ocupación de los musulmanes convirtieron los lugares del templo en
mezquitas, El Al-Aqsa y la Cúpula de
la Roca, convirtiéndola en la
tercera ciudad santa del Islam.
La conquista árabe ocurrió después de la muere de Mahoma y duró más de
cuatro siglos. Al comienzo del régimen musulmán fue reanudado el asentamiento
judío en Jerusalén y se acordó a la comunidad judía el status acostumbrado de “bajo protección”. Los primeros “creyentes” musulmanes parecían no
mostrar ninguna hostilidad hacia las otras religiones monoteístas, cristianos o
judíos. Algunos de los primeros “creyentes”
eran cristianos o judíos[120]. Muawiya fue quizás el creador del actual
monte musulmán, le explanada de las Mezquitas que los árabes la llamaban marwazins[121].
Fue él quien construyó la primera mezquita, niveló la roca de la antigua
fortaleza Antonia, amplió la explanada y añadió una construcción exagonal
abierta a todos los lados, la Cúpula de la Cadena en el centro exacto de la
explanada. Apenas era reconocible como mezquita pero es probable que se alzara
donde se alza ahora la mezquita de al-Aqsa.
Jerusalén tenía un santuario, la Cúpula, pero no tenía una mezquita
imperial, así que Abd-el-malik
construye la primera mezquita en Jerusalén, al-Aqsa
para los rezos ordinarios[122].
Para construirla los constructores tomaron prestados elementos de otros
lugares. Las vigas de madera fueron extraídas de un edificio cristiano y llevan
todavía marcado en griego el nombre de un patriarca del S. IV. Un terremoto
sacudió luego la ciudad de Jerusalén provocando serios daños en la mezquita.
Mansur reparó después la deteriorada Aqsa y pagó por este trabajo fundiendo las
puertas de oro y plata de la Cúpula de la Roca donadas por Abd-el-malik.
La mezquita actual moderna de al-Aqsa mantiene vestigios del pasado[123]. La fachada del S. XII con grandes arcos góticos que se corresponden con las naves. tiene un mihrab, un oratorio orientado a la Meca y un minbar, un púlpito. Aún hoy llaman a la oración y se juntan a orar en la gran explanada. En el centro hay una fuente circular del S. XIII, El-kas, la Taza, sus aguas proceden de manantiales entre Belén y el Hebrón. En sus caños se purifican los pies antes de la oración.
5.6 LA VIA DOLOROSA
Como para confirmar que Jerusalén es una rica amalgama
de culturas y creencias, el barrio musulmán está atravesado por la Vía
Dolorosa, la que recorrió Jesús cargado con la cruz hasta el monte del
Calvario. El primer edificio que detiene el paseo del recién llegado es la
iglesia románica de Santa Ana, del año 1030, erigida sobre la casa en la que
posiblemente nació la Virgen María.
El Hospicio Austriaco, unos metros más adelante, ofrece un oasis de paz en medio del bullicio, así como vistas privilegiadas sobre la Cúpula de la Roca y los tejados de la Ciudad Vieja. Es uno de los hospedajes de peregrinos más tradicionales de Jerusalén. Su agradable jardín resulta ideal para descansar mientras se degusta el strudel que elaboran las monjas del hospicio.
Al salir a la Vía Dolorosa uno se lanza de pleno
a un ovillo de calles entre las que surgen tiendas de artesanía y
mercados que cautivan con sus colores, aromas y sabores. Religiosos,
seculares, turistas y policías armados se confunden en estas vías cargadas de
historia y también de vida.
La Vía Dolorosa finaliza en la iglesia del Santo Sepulcro, ya en el barrio cristiano, donde se cree que fue enterrado Jesús. El emperador romano Constantino I mandó construir la iglesia, que alberga capillas de las diversas corrientes cristianas. Para evitar enfrentamientos entre ellas, una familia musulmana guarda la llave del templo desde hace siglos.
Ecce Homo, El Lisosthrotos
La Torre Antonia era una
fortaleza construida sobre una plataforma rocosa en el costado norte del templo
fue construida por Herodes el Grande alrededor del 30 AC. Estaba rodeada de un gran foso. En el interior había un gran patio
central, el enlosado Lisosthrotos con
un pórtico alrededor de unos 250 metros cuadrados.
La historia del santo Vía Crucis
No queremos pasar esta intensa jornada sin detenernos en los pasos de
Jesús desde la Fortaleza Antonia Hasta el Calvario lo que se ha venido a
denominar el Vía Crucis y donde la tradición fue rescatando los lugares más
significativos en cada una de las estaciones.
El santo Vía Crucis arranca desde los primeros tiempos del cristianismo
en la primera comunidad cristiana de Jerusalén. Tras la persecución romana y la
diáspora una vez establecida la paz en el imperio en tiempos de Constantino los
creyentes empiezan a recobrar uno por uno todos los lugares santos y se esmeran
en venerarlos y custodiarlos con todo amor.
En los primeros cristianos quedaron grabados los lugares y gestos de
Jesús habiendo sido testigos predilectos. Una tradición que partiría del
círculo de María, Juan y las santas mujeres que tan de cerca lo acompañaron.
Quienes habían sido testigos oculares no olvidaron sino que cuidaron con todo
esmero para guardar clara memoria de ellos y trasmitirlos a las generaciones
futuras.
La destrucción de Jerusalén y la persecución de los cristianos no
consiguieron borrarlos. En el año 326 Constantino mandó construir basílicas en
los lugares santos empezando por el Calvario y el Santo Sepulcro donde como
dijimos los romanos habían levantado lugares de culto a sus divinidades.
San Jerónimo que se va como ermitaño a vivir a Tierra santa menciona
ilustres peregrinos que llegaban a visitar los santos lugares. El relato más
antiguo que se conserva es el de un peregrino francés Itinerarium Burdigalense y el más conocido es el diario de la
peregrina española Itinerarium de Egeria
de finales del S IV.
Los peregrinos atestiguan el culto de los Santos lugares sobre todo el Calvario y el Santo Sepulcro. En torno a estos comienza la veneración de todo el recorrido que hizo el señor desde el Pretorio situado en la Fortaleza Antonia hasta el Calvario pasando por toda la vía de la amargura, lo que pronto popularmente sería conocido como el santo Vía Crucis. Fue así como comenzó la contemplación de la pasión de Jesús a través de las conocidas catorce estaciones.
Los peregrinos y fieles de todo el mundo han seguido estos pasos o
estaciones de Jesús durante siglos. Muchos han sido los que se han postrado a
besar los lugares por donde pasó Jesús con la meditación de su Pasión. Así
quisieron unirse a la Pasión recogiendo como perlas preciosa todos sus pasos y
participar así de los inagotables méritos de su Pasión. De ahí la costumbre de
los peregrinos siguiendo el ejemplo de la madre de Jesús de besar el suelo
donde Jesús había estado y de seguir el camino que él había recorrido.
Así en Jerusalén desde el S. IV la comunidad presidida por su obispo va
procesionalmente desde el pretorio hasta el Calvario. Prontamente se hicieron
famosas las paradas o estaciones que recordaban los lugares y acontecimientos
más significativos del recorrido que hizo Jesús, las llamadas: estaciones jerosolimitanas. La práctica
se extendió en el S. XI por toda Europa y de allí por todo el mundo. Es
costumbre que esta devoción se haga el viernes Santo como los viernes de
cuaresma, en memoria del camino que ese día hiciera Jesús cargando la Cruz.
Hay que decir que los lugares del Vía Crucis como tantos otros, no los
visitamos sólo una vez un día sino que serían objeto de muchas visitas pues a
menudo cruzábamos la ciudad por el “zoco”
siguiendo las callejuelas del Vía Crucis y aprovechando para pararnos y entrar
con detenimiento en algunas de las estaciones. Desde Gallicanto, nuestra base
de operaciones nos era fácil partir a contemplar cada día con asombro y
detenimiento los pasos de Jesús en su Vía
Crucis hasta su muerte en Cruz en el Calvario.
El Vía Crucis trascurre por la llamada Vía Dolorosa. Si cabe dudar sobre
el emplazamiento y el exacto recorrido del Vía Crucis, lo que si se sabe es su
lugar departida, el Pretorio y su destino, al Calvario. En los últimos dos mil
años, tanto el nivel del suelo de la ciudad como el recorrido hasta el Calvario
se han transformado tanto que no se puede asegurar cual sería el itinerario
real seguido por Jesús[124]. Uno
es consciente de lo enterrada que quedó esta vía que recorrió Jesús del
basamento actual que pisamos en nuestros días, pero al peregrino le es dado
desenterrarla del pasado y llevarla a la luz. Los peregrinos desarrollan una
geografía sagrada que va más allá de la cartografía exterior. La costumbre de
marcar los eventos puntuales relacionados con el trayecto realizado por Jesús
desde el Pretorio al Calvario arraiga sobre todo después de las Cruzadas, a
partir del S. XV cuando con la práctica del Vía Crucis se llega a hacer
costumbre por los peregrinos siguiendo la vía Dolorosa.
Las primeras nueve Estaciones (de la I a la VIII) abarcan los lugares
comprendidos entre la Fortaleza Antonia, comenzando por la Puerta de los Leones
trascurriendo por el barrio musulmán hasta el lugar de la tercera caída junto
al muro del convento ortodoxo griego de Charlambos
aledaño al Hospicio luterano alemán de San Juan. Las cinco siguientes (de la IX
a la XIV) transcurren alrededor y en el interior del Templo del Santo Sepulcro.
Cada viernes se celebra El Vía
Crucis que arranca del patio
donde se supone estuvo localizada la Torre Antonia hoy Omariyeh-School junto al patio se
encuentran la Capilla de la Condenación y la Capilla de la Flagelación bajo la custodia de los Franciscanos. A éste quisimos unirnos para
recoger así la meditación en cada estación: Nos hemos reunido para seguir las huellas del Señor en el camino que
hace por la vía dolorosa cargando la cruz desde su condena hasta el monte
calvario. Nosotros también queremos acompañar a Jesús, siguiendo sus huellas y
pidiéndole que nos ayude a llevar nuestras propias cruces y a aliviar y
soportar con amor las cruces de nuestros hermanos que más sufren.
El
Lisosthrotos
El lugar
donde Jesús carga con la Cruz se halla situado en el Convento de las Damas de
Sión done según la tradición tiene lugar la condena de Jesús Allí en el fondo
del enlosado, Lisosthrotos, sobre un mosaico la tradición guarda el lugar donde
le cargan a Jesús con la cruz.
El Enlosado Lisosthrotos
Aunque el Vía crucis arranca
pronto pudimos visitar con más detenimiento los lugares más significativos de
este momento, la capilla de la condenación y de la flagelación que regentan los
franciscanos. Los vestigios han quedado algunos desparramados la columna en la
Capilla del Santísimo en el Santo Sepulcro, la escalera Santa fue llevada a
Roma, lo que sería el Pórtico del Pretorio o Arco Ecce Homo construido por Adriano en el convento de las Damas de
Sión etc.
Entrar en la capilla de la
flagelación y orar allí fue especialmente emotivo. Un gran mosaico dorado
contiene una gran corona de espinas en el techo y en el sagrario se observa la
Santa Faz: Jamás se vio un rostro más
tierno y misericordioso y sin embargo tan poco tenido en cuenta. No dejes Señor
de mostranos tu rostro. Enséñanos a contemplarlo descubrirlo y restaurarlo en
cada hombre desfigurado.
En frente en la capilla de la
condenación sobre el sagrario se levanta una estatua del “Ecce Homo”. Allí el Señor despojado de todo honor fue expuesto
después de la flagelación para mover a la compasión y el perdón: Despreciado deshecho de los hombres sin
aparente belleza que pudiéramos estimar y sin embargo eran nuestras culpas y
dolencias la que él llevaba, como Cordero llevado al degüello silenciosamente
callaba y no abrió la boca. (Is 53; 1ss).
La Torre Antonia era una
fortaleza construida sobre una plataforma rocosa en el costado norte del templo
fue construida por Herodes el Grande alrededor del 30 AC. Servía para proteger
los ataques que venían del norte y permitía a los soldados romanos controlar la
zona del Templo. Estaba rodeada de un gran foso. En el
interior había un gran patio central, el enlosado Lisosthrotos con
un pórtico alrededor de unos 250 metros cuadrados.
En los laterales otros patios de
servicios uno que daba a las caballerizas con un lugar de recreación y juego
para los soldados donde había una columna para la flagelación de los reos y
otro que daba a las prisiones escavadas en la roca que conducían a la gran
caverna que almacenaba en una enorme cisterna una reserva de agua como lugar
estratégico para cualquier asedio. En frente al pórtico de entrada y elevado
sobre el enlosado había una escalinata que daba a la sede y los aposentos del Palacio.
Donde residía Pilato.
En el enlosado Lisosthrotos después de un largo proceso Pilato
condena a Jesús y se lava las manos. El
Lisosthrotos fue descubierto por el Padre Ratisbone en 1857, al norte de
la Torre Antonia. Este empedrado es obra de Adriano que lo construye sobre la
bóveda de la cisterna. Servía de foro y de plaza para el mercado en la Aelia Capitolina. Un juego romano, el
juego del rey, está grabado sobre el empedrado legítima la escena de burla del
evangelio. Este enlosado fue testigo del procesamiento y ajusticiamiento de
Cristo antes de ser crucificado.
En El Convento de las Damas de Sión encontramos los restos del pavimento
de la Fortaleza Antonia denominado el Enlosado, Lithostrotos, donde
Jesús después de ser burlado y azotado es expuesto como Ecce Homo. En
las losas encontradas se conserva en el
piso grabado el juego que hacían los soldados con el reo y el lugar donde
supuestamente Jesús toma la cruz.
El Lithostros, Gabbatha, en arameo estaba situado en el corazón de la
Torre Antonia. Allí había un patio de unos 2500 m2 con un lujoso enlosado. Este
patio hacía de pretorio. El nombre de
Gabbatha, que significa altura, se debe al lugar elevado como era la puerta
meridional de la colina de Bezatha.
Próximo a aquel lugar se debió realizar la flagelación en algún pati aledaño
donde los soldados se ensañaron con Jesús y coronan el tormento con la parodia
de la entronización real. Según la tradición no fue el látigo ordinario de
correas, flagellum, sino el horrible
látigo de torturas con bolas de metal, flagrum,
con el que escarnecieron el cuerpo de Jesús. El suplicio era lo bastante
terrible como para causar a veces la muerte.
Aunque en el Vía crucis
tradicional por cuestión práctica no se visita el enlosado por quedar apartado
y tener entrar en el Convento de las Damas de Sión y tener que descender por
angostas escaleras hasta muy abajo, nosotros en otra ocasión lo pudimos visitar
celebrando una misa frente a lo que sería el pórtico del pretorio. Allí pudimos
ver sobre el enlosado los dibujos del juego que hacían los soldados, allí
pudimos meditar pausadamente la estación
5.8 EL CENACULO, EL MONTE SION
Basílica del Santo Sepulcro.
5.8.1 EL CENACULO EN EL MONTE SION
¿Cuál es esta sala, cuál este
lugar tan especial para Jesús y sus discípulos? Por lo que cuenta la tradición
se trata de la casa de uno de los amigos de Jesús. Se piensa en Nicodemo una
persona rica y prestigiosa en Jerusalén. Junto al Monte Sión de unos 130 metros
sobre el nivel del mar, en sus mismas estribaciones se localiza el Cenáculo, el
lugar escogido por Jesús para celebrar la cena de Pascua.
En la estancia superior o Cenáculo, Jesús celebra la Séder Pésaj, la Pascua Judía con sus discípulos
dándole una significación totalmente nueva. Esta es La Pascua Eterna de la
Nueva Alianza: Tomad y comed esto es mi Cuerpo. Estas palabras resuenan
en el cenáculo donde Jesús inaugura y perpetúa para la eternidad su Pascua
abriéndonos el corazón y las puertas a toda su Pasión de amor.
Siguiendo las huellas de Jesús:
Bordeando la puerta de Sión nos dirigimos por un estrecho callejón al corazón
del monte Sión. Allí tendría lugar los preparativos de la cena pascual. El
lugar de la cena, el Cenáculo en la cumbre del monte Sión. Delante de su
entrada hay una plazuela con un conjunto de edificios antiguos. Desde allí se
accede al piso superior donde se encuentra el venerado, Ad Coenaculum.
El Cenáculo como uno de los
lugares más significativos de Jerusalén por la trascendencia que tiene en la
vida de Jesús y de la primera comunidad cristiana tuvo toda una serie de
trasformaciones. Según consta en los evangelios y en los hechos de los apóstoles
los primeros discípulos lo adoptan como el lugar donde se congregan después de
la muerte de Jesús y donde Jesús se aparece a los discípulos después de su
Resurrección hasta Pentecostés[125].
5.8.2 EL LUGAR DEL CENÁCULO EN LA CIMA DEL
MONTE SIÓN
En el lugar la comunidad
jerosimilitana adopta una primera iglesia sinagoga, luego en la época bizantina
una gran basílica, después es destruida y los cruzados rescatan el lugar y
construyen la capilla que se conserva ahora. Es una estancia rectangular amplia
con bóvedas ojivales sostenidas por columnas en la pared y una central que la
separa en dos ambientes. Pasamos ahora a detenernos con curiosidad hasta
indagar en su forma original.
El Cenáculo en el estado actual es del S. XII de la época de los Cruzados
y se levanta sobre las ruinas de la antigua Iglesia bizantina denominada Santa
Sión, Hagia Sión del tiempo 386-349[126]. La
Iglesia bizantina que albergó el cenáculo quedó en ruinas y fue reconstruida
por los Cruzados[127].
Estos trataron de mantener el lugar para acceso de los peregrinos lo que se
hizo hasta el S XVI donde pasó a custodia de los musulmanes[128]. Hoy
en la actualidad está bajo custodia de los judíos por guardar en la parte baja
el lugar de enterramiento del rey David que sigue siendo venerado. El estado
judío ha suprimido todo culto tanto musulmán como cristiano.
Los primeros cristianos se instalaron en el Cenáculo del monte Sión ya en
el S. I. Allí construyeron una iglesia sinagoga que se salvó gracias a estar
extramuros de las destrucciones de Tito (77) y Adriano (135). La comunidad
cristiana que huyó a Pella en el 66 d. C, antes de la revuelta judía y del
subsiguiente asedio romano en el 70 d.C, debió de volver a este lugar donde se
había conservado la cátedra de su primer obispo de Jerusalén, Santiago.
La peregrina Egeria describe la liturgia que se celebraba en la iglesia Hagia Sión en memoria de las apariciones
de Cristo después de la Resurrección y de Pentecostés. Después de su
destrucción por los persas en el 614 los Cruzados recuperaron sobre las ruinas
de la vieja Iglesia bizantina en el lado sud-oeste de la nave central dos
capillas superpuestas. En la sala inferior llamada Galilea se remontaba el lavatorio mientras que treinta escaloncitos
conducían a la sala de arriba la Hieroom
Sión o Aliat Sahiun sería el Cenáculo donde se
llevó a cabo la institución de la Eucaristía.
La iglesia de Santa María de Sión estaba dividida en tres naves. En el
lado sudoeste de la nave central se conservaba el Coenaculum. Este estaba compuesto por dos capillas sobrepuestas y
subdivididas hasta formar cuatro lugares distintos dos abajo y dos arriba.
Es interesante esta disposición porque según una tradición que concuerda
con las meditaciones de Santa Catalina de Emmerick, Jesús habría celebrado la
última cena en cuatro salas probablemente con cuatro grupos. En la sala alta de
la derecha habría estado Jesús con los doce, en la sala contigua de arriba
María con dos grupos de doce. En las dos salas de abajo estaría Natanael con
otros dos grupos de doce y Elhocin con otros dos grupos. En total además de los
doce apóstoles serían los setenta dos discípulos de los que habla el evangelio[129].
Así es de suponer que Nicodemo, José de Arimatea algunas mujeres y sobre
todo la madre de Jesús acompañarían a Jesús en momento tan significativo, lo
que coincide con una hermosa costumbre de la piedad popular muy extendida en el
siglo pasado que no se resigna a la idea de que María participa de algún modo
de este momento culmen de la vida de Jesús y de que eligiera este lugar para
residir sus últimos años hasta sus últimos días. Así la presencia de
María en el cenáculo es comentada como verosímil por varios autores [130].
Es curioso en este sentido el paralelo del banquete de Jesús con el
banquete de José con sus hermanos al volverlos a encontrar en Egipto. También
allí los comensales se distribuyeron en tres mesas. José es servido por un
lado, los once hermanos hebreos por otro y los convidados por otro. José asigna
a los hermanos los puestos y convierte al último en primero Ellos lo ven y no
comprenden, Es un gesto de preferencia al más pequeño[131].
También es muy interesante destacar un elemento que conserva la liturgia
oriental asociado al ritual de la Pascua. En ella se realiza el ritual del
lucernario que tenía la función de iluminar la Cena de la Pascua. Esta función
estaba reservada a las mujeres. María , la Madre del Señor sería junto con las
mujeres quien realiza el lucernario en la Cena Pascual del Señor[132].
Después de todas estas reflexiones nos dispusimos a visitar estos santos
lugares y en ellos saborear estos preciosos momentos de la vida de Jesús que
supo preparar al detalle.
5.8.3 LA HAGGIA SION
Siguiendo las huellas de Jesús:
Nos dispusimos a pasar el día bajo la mirada de María aguardando la
Resurrección. Visitamos en el Monte Sión la Basílica de la Dormición. Hicimos
la visita a la cripta y la basílica, asistimos al rezo de los laudes con la comunidad
benedictina y celebramos la eucaristía. Luego nos dirigimos a visitar el otro
sepulcro de María que conserva la tradición Oriental junto al Huerto de
Getsemaní.
El origen del emplazamiento
En el S. V fue levantada la
iglesia bizantina de Haggia Sión, Santa
María de Sión, la Mater omnium
ecclesiarum, la madre de todas las Iglesias. Situada en la cumbre más alta
de este monte recordando el lugar Coenaculum
donde Jesús instituye la eucaristía, donde los discípulos con María
aguardan y reciben el Espíritu en Pentecostés, se convirtió en una de las metas
de peregrinación más importante de la Ciudad Santa. En este lugar residió María
junto al Coenaculum durante sus
últimos años y allí falleció rodeada de los apóstoles. Así lo certificaban la
arqueología y las ruinas encontradas en la zona a los albores del cristianismo
en el S. I.
Al ser destruida la iglesia
bizantina que albergaba el Coenaculum, los
franciscanos trataron de conservar el lugar con un hospicio de peregrinos hasta
su expulsión en el S XVI, Luego el lugar se fue deteriorando. La iglesia vio la
necesidad de una presencia más fuerte e el monte Sión y la posibilidad llegó
cuando la asociación alemana de Tira Santa bajo el patrocinio del rey de
Baviera accedió a levantar la Iglesia de la Virgen María en el Monte Sión.
Como el edificio con la tumba de
David era una propiedad musulmana tras arduas negociaciones se compro al sultán
el terreno contiguo. El emperador Guillermo II adquirió el lugar para levantar
la nueva iglesia y logró una comunidad de benedictino para ocuparse de ella. El
proyecto se concibió para recuperar el lugar de martirio que testimoniara la
Dormición de María.
No importa tanto el lugar físico
sino rescatar lo que allí se genera. Allí dio comienzo y se genero en torno a
María la Iglesia. La Iglesia dicen los santos Padres nace del costado abierto
de Cristo como Eva fue formada de la costilla de Adán. La “Nueva Eva”, María, Madre de todos los creyentes, estaba allí al pie
de la cruz, ofreciéndose con su Hijo, recibiéndonos y acogiéndonos (Jn 19, 25-27).
María estaba ahí en el cenáculo
recibiendo y congregando a los discípulos como lo hizo en el memorial de su
cena guardando sus palabras y su promesa en el corazón. Allí rememoraban los
últimos hechos y gestos de Jesús
encontrando ahora el significado de lo que quedaba oculto a sus ojos. Allí
aguardaban en oración la espera del Espíritu.
Los discípulos que habían quedado
perplejos, desconcertados, abatidos por el aparente espantoso final fueron
fortalecidos por la fe de María que les animaba a creer en sus promesas. Los
encuentros con el Resucitado fueron definitivos. Lo empezaron a reconocer
presente al compartir el pan, al compartir sus experiencias como lo habían
reconocido vivo y actuando en medio de ellos. Durante setenta días no se
alejaron de Jerusalén y aguardaron la festividad de Pentecostés de forma que
estando reunidos en aquel lugar recibieron todos el don de la promesa ,
quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a anunciar con valentía la
palabra de Dios. María permaneció con los apóstoles e hizo su morada en aquel
lugar santo bendecido por Dios donde Jesús se hacía presente en el misterio de
la eucaristía y se seguiría haciendo presente en el misterio y sacramentalidad
de la propia comunidad: donde dos o más
estén presentes en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ustedes (Mt 19, 20)
María permaneció así alentando la
fe de la primera comunidad hasta sus últimos días. Bajo la Cripta junto al altar de la Dormitio, Koimesis, está
justo en frente bajo el coro de la Iglesia el ábside de Pentecostés.
Pentecostés es el otro episodio que junto con la Dormitio se conmemora en esta Iglesia a semejanza de la antigua
Basílica Mater omnium ecclesiarum. En
el ábside de la Koimesis Cristo en
forma de Pantocrator recibe el alma
de la Virgen. Alrededor del medallón del Pantocrator
se puede leer: Levántate amigaría,
hermosa mía y ven (CC 2, 10). En seis medallones están
representadas las grandes mujeres del Antiguo Testamento como figuras de María:
Eva, Miriam, Yael, Judith, Ruth y Esther.
Arriba la Iglesia de planta
circular con nichos circundantes como Iglesia madre de todas recogen distintas
capillas con distintas advocaciones a María. El ábside central muestra un
mosaico de la Madre de Dios con el Niño Dios en brazos con el libro abierto y
la frase: Yo soy la luz del mundo (Jn 8, 12). Debajo de la imagen los ocho
profetas que habían anunciado la llegada del Mesías. Allí pudimos celebrar la
eucaristía y prolongar la oración en el coro del ábside con el rezo de Tercia con toda la comunidad benedictina.
Un momento bellísimo de abrir nuestra comunión a toda la Iglesia universal con
María, Mater omnium ecclesiarum.
Aquí se dio inicio la Iglesia y
desde entonces no ha cesado de reunirse para celebrar el Misterio Pascual. Así
nos lo muestran las Catequesis de San
Cirilo de Jerusalén o las Narraciones
de la Peregrina Egeria en su Itinerarium. Si bien la gran Vigilia Madre de
todas las Vigilias se celebraba en el Santo Sepulcro la Basílica Mater omnium ecclesiarum congrega a la
Iglesia para la celebración do Pentecostés y una bella procesión de las luce
desde el Monte Sión hasta el sepulcro de María al pie de Getsemaní para
reforzar así la comunión con los hermanos ortodoxos[133].
Dos son las tumbas vacías en Jerusalén. La de Jesús en el Santo Sepulcro
y la de María al pie del Monte de los Olivos. Después de la muerte de María que
según la tradición se da junto al cenáculo en el Monte Sión los discípulos la
trasladan al pie del Monte de los Olivos hasta su Asunción[134].
Allí junto al Monte de los Olivos la tradición oriental guarda el sepulcro
donde reposó el cuerpo antes de su asunción. Allí es donde la comunidad
fue testigo de la asunción de María. Por una escalinata se baja a un nivel
inferior. Por una ancha escalinata abovedada a través de cuarenta y ocho
escalones se desciende u recinto sumido
en una oscuridad absoluta solamente iluminada tenuamente por los lampadarios
que cuelgan en el techo.
Resalta como María que acompaña a Jesús hasta el último momento de su
muerte termina también su vida reposando su cabeza en los lugares más íntimos
de Jesús el Cenáculo y Getsemaní. Ella congrega en torno así la primera
comunidad cristiana.
La tradición católica recoge la dormición unido al tránsito de la Virgen
a los cielos, confesando la asunción de la Virgen en cuerpo y alma a los
cielos. En griego la anlepsis, en la iglesia oriental Koimesis designa
la dormición. El tránsito glorioso de la Virgen a semejanza de su Hijo asocia a
María a la Pascua de Jesús. Ella es la primicia pascual con Cristo de la Nueva
Humanidad. La nueva Basílica de la Dormición se eleva como alborear de la
Pascua en a cima del Monte Sión.
El
lugar actual del Cenáculo
En el suroeste de la ciudad, cerca de
la muralla, en el monte Sión, se encuentra el Cenáculo o Sala de la última
cena. Desde el S. XII en ese lugar se alzaba una basílica. Los cruzados
hicieron un edificio nuevo del que se ha salvado algunas partes de lo que quedó
tras la destrucción de Saladino. En la planta baja se encuentra el sepulcro del
rey David. Desde 1948 el monumento se encuentra bajo la protección israelí.
5.8.4 LA
TUMBA DE DAVID
Debajo del Cenáculo está la tumba de David. A través de un jardín
enclaustrado se penetra a un pequeño recinto abovedado que es en la actualidad
una sinagoga. A través de un claustro sencillo de arcos ojivales se llega a la
tumba del gran Rey David. Tuvimos la oportunidad de rezar primero ante la tumba
de David. La tumba está protegida por una verja t es como un enorme sarcófago
revestido por un paño bordado en su parte frontal con inscripciones hebreas y
la estrella de David[135].
La tumba de David continúa atrayendo a miles de peregrinos. Resulta
increíble el contraste con la sobriedad de la tumba y la significación y el
culto que en el lugar se venera. Muchos judíos se acercan con las dos Torot preparadas para ser leídas
verticalmente al estilo sefardí. Aquel Rey David fue el más grande de los reyes
de Israel y a su vez también cayó en lo más bajo que un ser humano puede caer.
Sin embargo quizá ese sea su mejor ejemplo que desde su fragilidad y pecado
supo levantarse y fiarse de la misericordia de Dios: “Misericordia Dios mío por tu bondad” (Sal 50, 1ss).
“No me abandones ni me desampares
Dios mío” (Sal 27, 1ss). David
que venció a Goliat, el gigante pero venció una lucha de un enemigo más
poderoso que él. Asistido por la gran misericordia de Dios reconoció su
fragilidad y se pudo levantar de su pecado. Alternó en él la fuerza y la
fragilidad, tocó lo más alto y lo más bajo y no se derrumbó. Sin duda por ello
sea el antecesor del Mesías. ¿Quién es ese Mesías sino aquel ser humano y divino
que nos anunciará que el mundo merece la redención?.
Después de la pequeña oración en la timba del gran rey nos dirigirnos a
la sala-museo del Holocausto, Martyrium,
o cámara de la destrucción[136].
La sala
del Holocausto
La sala del Holocausto fue fundada junto con el Estado de Israel por el
Director General del Ministerio de Religión y Custodia del Monte Sión, El Rabí
Dr. S. Z. Kahana y conmemora los millones de vidas de judíos inmolados en el
holocausto nazi.
Entrando uno inmediatamente se remonta al pasado de toda la historia
negra y trágica del pueblo judío. En unas placas se lee: Esta no es otra que la casa del Señor y cuán lleno de temor es este
sitio (Gn 28, 17). Es una llamada de horror por la muerte y de súplica ante
el futuro. Hay varias salas, en la primera sala hay expuestos rollos de la
Torah y en las siguientes las paredes están cubiertas con miles de pequeños
nichos con los nombres de los que allí están incinerados[137].
Seis lámparas funerarias brillan en homenaje a otros tantos millones de hijos
de Israel sacrificados[138].
En la sala del memorial de los niños donde se recuerda al millón
doscientos mil niños brutalmente asesinados si piedad por los nazis, se
encuentra otra placa que dice: Una clama
desde lo alto, lamentación y amargo llanto. Raquel llora por sus hijos; ella
rehúsa ser confortada por sus hijos, porque ellos no están (Jer 31, 14).
En las últimas salas y en un patio, hay multitud de pequeños nichos con
una lucecita llameante cada uno. En 1998 La santa Sede difundió sus reflexiones
acerca de la Shoah, el holocausto
perpetrado durante la segunda guerra mundial. La Shoah apuró la vuelta del pueblo judío a Israel. Fue el empujón
después de la insistencia de dos mil años de exilio para regresar a su tierra.
Desde entonces los supervivientes de la masacre exhaustos por el padecimiento
libraron una poderosa lucha por volver a su tierra de origen y llevar una vida
libre. El movimiento sionista y la Hapala
impulsó la emigración de los judíos hacia la tierra de los ancestros. El
Memorial del Holocausto es oración y memoria por los caídos y al mismo tiempo
petición y súplica para que el atroz genocidio no vuelva a repetirse[139].
Nosotros salimos de aquel lugar muy sobrecogidos y bajamos del monte Sión
hacia nuestra residencia en Gallicanto. Desde allí contemplábamos el valle de
la Gehenna, que lo rodea por el oeste
y por el sur. La misma palabra Gehenna,
que viene de Ge Hinnon sinónimo de
infierno lleva el recuerdote tantas atrocidades. Valle de tristes recuerdos en
los que reyes idólatras de Judá pasaron por el fuego a sus hijos e hijas recién
nacidos (2 Rey 23; Lev 18).
Litografia
de David Robert, El santo Sepulcro
5.9 EL SANTO SEPULCRO
El Monte Calvario
El Calvario
también conocido como el Gólgota, fue un sitio que se encontraba
cerca del exterior de las murallas de Jerusalén. En este lugar
según los evangelios fue crucificado Jesús.[140] El término Gólgota o
Gólgotha proviene del griego que es la transliteración griega de un término arameo que pudiera ser Gûlgaltâ. En el texto griego
de Mateo, Marcos y Juan se da su traducción como (Kraníou Tópos); lugar
de la Calavera, vertido al latín como Calvariae Locus, de donde
deriva la palabra española Calvario, en el evangelio de Lucas se lo denomina simplemente, Lugar de la Calavera[141].
El apelativo
"lugar de la calavera" en arameo es gagûltâ. La etimología está
basada en la raíz hebrea, de la que se deriva la palabra hebrea calavera
(gulgōleṯ).[142]
Se han dado algunas explicaciones alternativas. Se ha sugerido que el nombre
arameo es gol go a tha, que significa "monte de
ejecución", y que su localización es la misma que el Goatha mencionado en
el pasaje del Libro de Jeremías (Jeremías
31:39) que describe la geografía
de Jerusalén.[143]
Una explicación alternativa es que el lugar fuese un sitio para ejecuciones
públicas, y que el nombre hiciera referencia a los cráneos abandonados que
podían encontrarse ahí, o que estuviera situado cerca de un cementerio y que el
nombre hiciera referencia a los huesos que estaban enterrados ahí.[144]
En algunas
tradiciones cristianas y judías, el Gólgota es el lugar donde se encuentra el
cráneo de Adán. Esta tradición dice que Sem y Melquisedec viajaron al lugar donde se encontraba el Arca de
Noé, recuperaron el cráneo de Adán y fueron guiados por ángeles hasta el
Gólgota, que es descrito como una colina con forma calavera en el centro del
Mundo, donde también estaba la cabeza de la serpiente del Edén. Esta tradición
aparece en muchas fuentes antiguas, incluyendo la Kitab al-Magall,
el Libro de Adán y Eva, la Cueva de los Tesoros y
los escritos del patriarca Eutiquio de Alejandría. También se sugiere que la orografía del lugar tenía
la forma de una calavera y que recibió ese nombre por esa razón.
Ubicación del
lugar del Calvario
El Santo Sepulcro (1) en
el barrio cristiano de Jerusalén.
A la izquierda está la pequeña colina del Gólgotha,
donde el Señor fue crucificado. A un tiro de piedra de ahí hay una bóveda
[cripta] donde yació su cuerpo, y donde se levantó al tercer día. Ahí, en la
actualidad, por mandato del emperador Constantino, se ha construido una
basílica; es decir, una iglesia de maravillosa belleza.
La ubicación
tradicional del Gólgota deriva de identificación por Helena, la madre
de Constantino I, en el 325. A unos pocos metros Helena identificó la
localización de la tumba de Jesús y dijo haber descubierto la verdadera cruz.
Su hijo, Constantino, construyó la Iglesia del Santo Sepulcro en ese entorno. En el 333 un autor con el
seudónimo de Peregrino de Burdeos escribió en la obra Itinerarium
Burdigalense:[145]
Antes de la identificación
de Elena, en el lugar había un templo a Afrodita. La construcción
de Constantino abarcó casi todo el antiguo recinto del templo. La
"Rotonda" y el claustro (que fue reemplazado en el siglo XII por el
actual Catolicón y la Capilla del Calvario) están prácticamente solapados con
el antiguo templo. La basílica que Constantino construyó sobre el resto del
recinto fue destruida en el siglo XI y no ha sido reemplazada. La tradición
cristiana dice que ese lugar fue originalmente un sitio de veneración
cristiana, pero que Adriano enterró apropósito los lugares cristianos y
construyó ese templo encima, dando cuenta de su desprecio hacia el
cristianismo.[146]
Vestigios
encontrados en tiempos de Constantino: Antiguo Templo de Afrodita
Hay evidencias de
que en torno al 160, unos 30 años después de que se construyese el templo de
Adriano, los cristianos lo asociaban con el lugar del Gólgota; Melitón de Sardes, un obispo del
siglo II influyente en la región, describió su localización "en mitad de
la calle, en mitad de la ciudad",[147] lo que marca la
posición del templo de Adriano a mediados del siglo II. Se construyó una típica
ciudad romana de acuerdo con un plan hipodámico: una vía de
norte a sur, la Cardo y una avenida de este a oeste, el Decumano (que hoy es la Vía Dolorosa).[148] El foro solía situarse
en la intersección de estas dos vías, con los principales templos adyacentes.[149] Sin embargo, debido a la
obstáculo que suponía el Monte del Templo, y por el campamento de la Décima
Legión de la Colina Occidental, la ciudad de Adriano tenía dos cardos, dos
decumanos, dos foros y varios templos.
El Foro
Occidental (hoy Muristán) se encuentra en la encrucijada entre el cardo oeste y
lo que hoy es la calle El-Bazar/David, con el Templo de Afrodita adyacente, en
la intersección entre el Cardo Occidental y la Vía Dolorosa. El Foro Norte
estaba al norte del Monte del Templo, en la unión entre la Vía Dolorosa y el
Cardo Oriental, cerca del templo de Júpiter Capitolino construido intencionadamente
sobre el Monte del Templo.[150] Otro conocido sitio
sagrado que Adriano convirtió en un templo pagano fue la Piscina de Bethesda, a la que seguramente se refería el capítulo cinco
del Evangelio de Juan (Juan 5:1-18)[151] donde se construyeron
los templos de Asclepio y Serapis.
Aunque
posicionamiento del Templo de Afrodita podría no haber sido intencionado, sino
un resultado del diseño de la Colonia romana, Adriano es conocido por haber
construido templos paganos encima de lugares sagrados en Jerusalén y en otros
lugares como parte de la política de romanización.[152]
Excavaciones
arqueológicas bajo la Iglesia del Santo Sepulcro han revelado grafitis de
peregrinos de tiempos en los que todavía estaba el Templo de Afrodita, de un
barco, un símbolo paleocristiano muy común,[153] y la frase "Dominus
Ivimus", que significa, "Señor, nosotros vinimos",[154] lo que apoya la
afirmación de Melitón de Sardes de que los primeros cristianos decían que el
Gólgota estaba en medio de la ciudad de Adriano en lugar de fuera.
La Basílica del Santo Sepulcro
La basílica del Santo Sepulcro
está construida en el mismo lugar donde Cristo murió y resucitó. Las tumbas en
tiempos de Jesús tenían una recámara donde unían el cuerpo y una cámara donde
lo enterraban. Aunque por supuesto haya sido modificado su aspecto externo
dentro de la edícula que hoy se conserva, el acceso a la primera cámara o
Capilla del ángel tiene la forma del hueco cubierto por una piedra redonda. En
el interior de esta primera cámara se conserva parte de la piedra redonda que
cubrió el sepulcro del Señor. Accediendo a la segunda cámara conserva la Tumba
del Señor cubierta con una losa de mármol.
Somos conscientes que después de
tantas demoliciones, construcciones y reconstrucciones no sea posible
autentificar todos los vestigios de la Tumba del Señor. El lugar real y los
pormenores son menos importantes de lo que en el lugar realmente sucedió[155].
Los detalles a los que accedemos desde los evangelios nos dicen que no era una
caverna natural ya que estaba esculpida en una roca sólida (Mt 27, 60), fue sellada con una gran
piedra circular como queda demostrado por el hueco de entrada a la tumba (Mt 27, 60) y tenía espacio para varias
personas a manera de cámara de lamentaciones[156].
Es impresionante ver la fila
incesante de peregrinos acercarse a besar la tumba del Señor. Sabemos que se
acercan no a besar la tumba de un muerto. La tumba está vacía y el que estuvo
enterrado muerto está resucitado.
Secuencia: Siguiendo
las huellas de Jesús: Vigilia de la noche en el Santo Sepulcro terminando con
la misa y visita al Monte de los Olivos. Seguiremos las huellas de los últimos
momentos de la vida terrena de Jesús su muerte en el Calvario, su unción en la
piedra y su sepultura en el sepulcro desde donde se anuncia su resurrección con
la tumba vacía.
El Santo Sepulcro representa hoy
para los cristianos el centro de la peregrinación a Jerusalén[157].
Aquí conmemoramos la muerte y Resurrección de Cristo. Las antiguas piedras y la
oración ininterrumpida a lo largo de los siglos actualizan los acontecimientos
a través de los cuales nos vino la Salvación. Nos sentimos tan atraídos al
seguir los pasos de este santo Vía Crucis que sentimos el deseo de culminar el
santo itinerario pasando una noche en el Santo Sepulcro y celebrando la
eucaristía al amanecer. Pedimos permiso y se nos concedió.
Durante la noche de oración una
hermosa e inolvidable experiencia en una liturgia en la que se van
simultaneando los ritos de las siete comunidades: abisinios, coptos, griegos
ortodoxos, latinos, armenios, incluso los mismos musulmanes que abren y cierran
el Templo. La familia musulmana de los Nusseibeh custodian el Santo Sepulcro
desde hace casi 50 años.
Habíamos pedido permiso a los
hermanos franciscanos y custodios del templo para pasar allí toda la noche.
Comenzamos con un pequeño grupo de mujeres polacas que también se habían quedado.
A las 8.00 una vez cerrada la Basílica por los Nusseibeh musulmanes comenzamos
lo que iba a ser una noche inolvidable[158].
Esta fue el
itinerario siguiendo la secuencia de la Vigilia[159]:
12.0
Oficio
de los greco-ortodoxos en la “Capilla del Calvario”
1.0
Oficio
de los coptos en la “Piedra de la Unción”
2.0
Oficio
de los armenios en el lugar del “stábat”
3.0
Oficio
de los armenios ortodoxos en la “entrada del Santo Sepulcro”
4.0
Oficio
de los coptos en la “salida del Santo Sepulcro”
5.0
Oficio
de los latinos en la “Capilla de las Apariciones”
5.9.1 EL
CALVARIO
Litografía
de David Robert,Oración en la Capilla del Calvario
El Santo Sepulcro es un “lugar santo”
llenos de espacios sagrados envueltos en una significación mística cargados de
historia. La iglesia recupera el lugar del Gólgota pequeña colina próxima a las
murallas de Jerusalén donde tuvo lugar la crucifixión del Señor. Los romanos
tratando de borrar el lugar construyeron un templo de Afrodita. Constantino
recuperó el lugar construyendo una basílica e el S. III. Se encontraron
distintas cisternas en las que se hallaron restos de las cruces de los
crucificados, de ahí la tradición de la Vera Cruz. La iglesia inaugurada en 335
guarda en la Capilla del Calvario el lugar donde se encontraba la “Vera Cruz”.
Oración en
la Capilla del Calvario
La noche comenzó en silencio con un gran tiempo de oración en silencio postrado en la capilla del Calvario[160]. Recordando la liturgia del Viernes Santo recordábamos a su vez el día de la ordenación sacerdotal y tantos momentos de oración postrados ante el Santísimo sacramento. Imponía toda la Basílica del Santo Sepulcro en silencio, tan solo se oía el pasar de las fregonas de unas mujeres musulmanes que fregaban el piso. Ese piso sobre el que Cristo derramó su sangre y cuya sangre se desparramó por la roca hasta entrar en las hendiduras más duras de los corazones.
Allí postrado en oración en el Calvario no era tan fácil trasportarse al momento cumbre de la vida de Jesús. El lugar de mayor oprobio y humillación a su vez el de la más grande revelación del amor. En el lugar de mayor soledad y abandono el de mayor cercanía. El Hijo de Dios desciende y se abaja asumiendo hasta el fondo nuestra humanidad para abrirnos a todos el camino hacia Dios.
Es el momento final de la muerte
de Jesús donde se termina desvelando profundamente su persona en la confesión
del centurión pagano: verdaderamente este era el Hijo de Dios. Asumiendo
libremente y con infinito amor su horrible destino y lo escandaloso de su
muerte e va a convertir en consumación de su obra salvadora. Jesús es levantado
en la cruz con el título de rey no envuelto en poder, honor y gloria sino
despojado de todo en la condición sufriente de siervo ofreciéndose en sumisión
amorosa al Padre para obtener nuestro perdón.
Por mucho que uno quiera no
podemos entrar en el sentido y alcanza de este misterio. Nos mueve tan solo el
respeto profundo que impone el misterio de la muerte del Señor. Misterio de
iniquidad y de gracia, misterio de pecado y redención desde donde se ilumina
todo el misterio del hombre.
La
Piedra de la Unción
El hall de entrada aparece decorado
con dos bellos y grandiosos iconos que representan el descendimiento y la
sepultura de Jesús. Delante de ellos en el suelo se encuentra la Piedra de la
unción donde supuestamente fue embalsamado el cuerpo de Jesús. El lugar estuvo
sujeto a muyas trasformaciones. La actual piedra de mármol fue reconstruida por
los riegos en 1810
La Gran liturgia en torno a la piedra de la unción
La Gran liturgia a manera de
gran Vigilia dio comienzo con un primer oficio a las 12.00, una hermosa
liturgia en el lugar del calvario oficiada por los greco-ortodoxos donde se
conmemoraba la muerte de Jesús en aquel Monte Santo. Después iban bajando hasta
el hall de la entrada donde se encuentra la Piedra de la unción para de allí
dirigirse al atrio del Katholicón.
Con hermosos himnos, cantos y
rezos todos cantados en un clima de adoración subía nuestra plegaria al Padre
con la ofrenda del incienso. Siguió otro oficio a la 1.00 de los coptos en el Katholicón donde se conmemora el
descenso y la sepultura de Jesús de la Cruz[161].
Después le sigue otro oficio a las 2.00 de los monjes armenios junto a la
piedra de la unción y la losa circular que recuerda el lugar desde donde las
santas mujeres contemplaban a Cristo Crucificado.
Teniendo de frente el inmenso
icono que gráficamente recoge estas escenas uno se introducía casi sin darse
cuenta en la profundidad del misterio.
5.9.3 LA SEPULTURA
Litografia
de David Robert, El Santo Sepulcro
Oración en el Santo Sepulcro
Siguió otro oficio a las 3.00 con
una hermosa liturgia en el Santo Sepulcro oficiada por armenios ortodoxos
dentro y delante del sepulcro junto a la entrada al Katholicón. Con hermosos cantos e himnos se llamaban y se
respondían los celebrantes uno dentro y el otro con nosotros fuera
reproduciendo los diálogos entre Cristo y las mujeres que fueron al Sepulcro,
representando a la Iglesia. Hay un sitio donde se venera el lugar propio donde
estuvieron situadas las mujeres al pie del Calvario.
Poco después, casi
simultáneamente, se celebraba otro oficio a las 4.00 en una capillita detrás
del Sepulcro celebrado por los coptos. Finalmente a las 5.00 se dio inicio otro
oficio en la capilla de las apariciones, donde se recuerda la aparición a Santa
María Magdalena cuya capilla se venera a la parte izquierda de la edícula y se
terminaba con una oración de los latinos en la Capilla del Santísimo sacramento
recordando la aparición de Cristo a su Madre[162].
Allí con cantos gregorianos se entona el himno “De Angelis” donde como uniéndose en oración a todo el pueblo
católico se quiere unir a todas las lenguas del mundo y a todas las naciones de
la tierra.
Oficio en el Santo Sepulcro
Siguió otro oficio a las 3.00 con
una hermosa liturgia en el Santo Sepulcro oficiada por armenios ortodoxos
dentro y delante del sepulcro junto a la entrada al Katholicón. Con hermosos cantos e himnos se llamaban y se
respondían los celebrantes uno dentro y el otro con nosotros fuera
reproduciendo los diálogos entre Cristo y las mujeres que fueron al Sepulcro,
representando a la Iglesia. Hay un sitio donde se venera el lugar propio donde
estuvieron situadas las mujeres al pie del Calvario.
Poco después, casi
simultáneamente, se celebraba otro oficio a las 4.00 en una capillita detrás
del Sepulcro celebrado por los coptos. Finalmente a las 5.00 se dio inicio otro
oficio en la capilla de las apariciones, donde se recuerda la aparición a Santa
María Magdalena cuya capilla se venera a la parte izquierda de la edícula y se
terminaba con una oración de los latinos en la Capilla del Santísimo sacramento
recordando la aparición de Cristo a su Madre[163].
Allí con cantos gregorianos se
entona el himno “De Angelis” donde
como uniéndose en oración a todo el pueblo católico se quiere unir a todas las
lenguas del mundo y a todas las naciones de la tierra.
5.10 EL MONTE DE LOS OLIVOS,
DE LA ASCENSION
La
Cúpula de la Ascensión
La Cúpula de la Ascensión tiene una
inscripción que fecha su construcción entre 1200 y 1201. sinembargo su origen
puede que se remonte al año 392 donde se erige una pequeña iglesia que fue
destruida por los persas y reconstruida por los cruzados en 1102. Después de la
conquista de Jerusalén por los musulmanes, Saladino la convierte en mezquita.
La pila bautismal con sus capiteles francos coronada por un elegante falso
lucernario podría tener su origen en el Templum Domini. En el nterior se guarda
la piedra objeto de veneración que recoge la huella que dejó Jesús antes de
ascender al cielo supuestamente fue encontrada en la cima del monte de los
Olivos.
AL MONTE DE LOS OLIVOS, CAMINO
DE LA ASCENSION
Camino de la Ascensión
Una vez acabada la Gran Vigilia
salimos a desayunar en el gran atrio de la Basílica y nos dispusimos para
culminar la semana y la primera semana de peregrinación a los lugares santos de
Jerusalén con la visita al Monte de los Olivos para detenernos en la Basílica
del Pater Noster y la Mezquita de la Ascensión.
Allí habíamos comenzado la
peregrinación el primer día y allí la concluimos este último día que a su vez
recordábamos “el primer día de la semana”.
Allí San Mateo narra la aparición de Jesús a los discípulos y el envío a todas
las naciones (Mt 27, 28). En la cima
de aquel monte donde en la hondura y espesura de la noche vivió su agonía se
vislumbraba ahora con un sol radiante el esplendor de la Resurrección. “Un primer día” daba inicio a una
primavera nueva a un día que no tiene ocaso. También en este mismo monte camino
de Betania Lucas sitúa el lugar de la Ascensión a los cielos (Lc 24, 50 ).
Antes de dirigirnos a la cumbre
del lugar de la Ascensión, visitamos la Basílica del Pater Noster y allí el lugar donde según la tradición donde Jesús
enseño a orar a sus discípulos. Se trata de una pequeña gruta excavada en la
roca donde se dice también acudía la primera comunidad de Jerusalén en los
tiempos de persecución. La oración será siempre roca de refugio en donde
encontrar paz y serenidad en los tiempos turbulentos.
Allí en la cornisa del Monte de los Olivos se encuentra la basílica del Pater Noster. Un edificio de ladrillo
rojo del siglo pasado donde en la actualidad existe un convento de carmelitas
descalzas francesas. Allí existe una cueva donde según la tradición Jesús
enseñó a los discípulos la oración de Padre Nuestro. En medio en los muros del
claustro ojival abierto puede leerse en baldosas policromadas la oración del
Padre nuestro en más de setenta lenguas.
Los estudios realizados han descubierto que la basílica está enclavada
sobre una antigua[164]. Esta, llamada Eleona, fue erigida por Constantino en el 333, sobre la gruta
convertida en cripta donde Jesús enseña la oración [165]. Los
persas la destruyeron en el 614. Sobre sus restos los cruzados reedificaron
otra iglesia que también volvió a arruinarse. En el 1875 con el sufragio de la
princesa Aurelia de Bosi se levantó el convento carmelitano.
Penetrando en la cripta bajo el presbiterio estuvimos en aquel lugar tan
especial donde Jesús enseño a los discípulos a orar. Allí rezamos la oración
del Padre Nuestro con especial devoción. Allí dicen que los primeros cristianos
se reunían en los tiempos difíciles a orar.
Desde allí nos dirigimos al lugar
de la Ascensión, como si nosotros nos despidiéramos de Jerusalén y al mismo
tiempo recordásemos cómo Jesús se despidiera de los suyos antes de su Ascensión
a los cielos. Después de aquella intensa semana todo parecía relucir con una
nueva luz nos sentíamos ya no extraños ni extranjeros sino parte ciudadanos de
aquel lugar: Vi unos cielos nuevos y una
nueva tierra. Nos íbamos tan cargados de experiencias que nos resistíamos a
irnos algo nos empujaba a quedarnos y permanecer allí para siempre. Si estos
eran nuestros pobres sentimientos imaginamos y entendemos que Jesús no sólo los
pudo tener sino que lo pudo hacer quedarse con nosotros en una nueva forma de
presencia.
En la cumbre del monte visitamos
la Mezquita de la Asunción. Un templete en un promontorio propiedad de los
musulmanes que tomaron en el tiempo de los cruzados y que recoge el lugar de la
ascensión[166]. En
medio del recinto circular se levanta un modesto templete octogonal cubierto
con una cúpula sobre un tambor.
La historia del lugar se remonta
a la época romana[167].
Una piadosa matrona llamada Pomenia
edificó una basílica circular llamada Ibomon
sobre la cumbre[168].
Los persas destruyeron la basílica en el 614. Los cruzados la reconstruyeron en
forma octogonal y respetaron la abertura central. En 1187 los persas al mando
de Saladino la tomaron en posesión, cubrieron la capilla del centro con una
cúpula y tapiaron sus arcos. En este
lugar una vez al año permiten que se celebre una misa en la Fiesta de la
Ascensión[169].
En el se guarda una roca donde se dice Cristo dio su última pisada como
tomando impulso al cielo[170].
Verdaderamente Jerusalén es ciudad coronada como diadema real y puerta del
cielo.
6. LAS
CRUZADAS[171]
El Papa Urbano II justificó el inicio de una campaña
militar cristiana a fin de recuperar la llamada Tierra Santa. “Dios quiere lo
que quiere”. Así, según el cronista Roberto de Reims, respondió la congregación
de Clermont en 1095. Según el cronista expone en palabras del papa: “Ha llegado
a nuestros oídos una terrible historia: que una estirpe procedente del reino de
los persas, un pueblo maldito por entero alejado de Dios, una generación que,
en verdad, ni ha dirigido su corazón a Dios ni le ha confiado su espíritu, ha
invadido los territorios de los cristianos, y los ha despoblado mediante la
espada, el saqueo y el fuego… ¿A quién pues, corresponde la tarea de vengar
estos agravios y de recuperar tales territorios sino a vosotros? A vosotros, a
quienes Dios, por encima de otras naciones, ha concedido gloria en las armas,
coraje, energía y fuerza para derrotar… a aquellos que se os resistan”.
El Papa había dirigido su llamamiento a todos los hombres de armas. Los cristianos que tomaron las armas para tal empresa se les denominó cruzados porque tomaban como estandarte la cruz. La convocatoria tuvo un enorme éxito. Casi de inmediato, los obispos comenzaron a llamar a la cruzada por toda Europa apelando a todos los militares a luchar por recuperar Tierra Santa. Ningún rey respondió a la llamada, pero varios nobles y caballeros si lo hicieron. Entre ellos destacó las figuras de Raimundo de Saint Guilles, conde de Tolouse, Hugo de Vermandois hermano de Felipe I, el rey francés; Roberto duque de Flandes, Esteban conde de Blois y yerno de Guillermo el Conquistador; Godolfredo de Bouilon, duque de la Baja Lorena, y su hermano Balduino; Bohemundo Guiscard, hijo de Robert Guiscarad, y su sobrino Tancredo. Acompañándolos fue también un gran número de miembros de la baja nobleza, caballeros, escuderos y oficiales, con sus respectivas comitivas. Juntos con los soldados viajaba Adhemar, obispo de Le Puy, líder titular de la cruzada, así como cientos de sacerdotes y monjes.[172]
Esta primera cruzada partió en dirección a Oriente
en la fiesta de la Asunción de la Virgen, el 15 de agosto de 1906. Llegaron a
Constantinopla, capital del imperio bizantino. En aquel entonces el imperio
bizantino capitaneado por el emperador Alejo. Pronto eran demasiados para
unirse sin más al ejército bizantino y tampoco parecían dispuestos a dejarse
mandar por los líderes bizantinos.[173]
Los cruzados tuvieron que enfrentarse a tropas turcas y continuaron la marcha a
través de Asia Menor hacia Jerusalén. Llegaron a Antioquía en 1097 y comenzaron
su asedio. Después de varios meses de asedio, el día 3 de junio de 1098, los
cruzados lograron convencer a los asediados que los dejasen entrar. Los
sitiadores ocuparon la ciudad en poco tiempo. Jerusalén había sido tomada por
los turcos selyúcidas en 1070.
Cuando los cruzados llegaron a Jerusalén estaban ya muy diezmados, el número no superaba los 20.000 hombres. El 15 de julio de 1099 los cruzados entraron en Jerusalén. A continuación, se produjo la masacre de sus habitantes perpetrada por ardientes entusiastas religiosos que no veían nada malo en matar a todo el que no estuviese de acuerdo con las creencias cristianas. Durante el medio siglo que siguió a la caída de Jerusalén, los cruzados aumentaron sus posesiones en Tierra Santa.
Tras la muerte del obispo Adhemar, el 1 de agosto de 1098, se negaron a devolver las posesiones conquistadas al imperio bizantino y a considerarlos feudos del Papa. En lugar de ello los líderes cruzados establecieron sus propios reinos. Bohemindo Guiscard se convirtió en Príncipe de Antioquía. Balduino de Bouillón en conde de Edesa. Raimundo de Toulouse pasó a ser conde de Trípoli. Y Godofredo de Boillon, máximo líder de los cruzados, fue nombrado rey de Jerusalén. Después de lograr su propósito muchos regresaron a sus hogares y solo unos pocos, alrededor de 300, permanecieron en Jerusalén. Con el fin de aumentar su número, los cruzados fundaron órdenes monásticas militares. Las más destacadas fueron la de los Caballeros Templarios, los Caballeros Hospitalarios y los Caballeros de la Orden Teutónica. Durante un tiempo, los cruzados continuaron cosechando éxitos.
La segunda cruzada la convoca el Papa Eugenio III en 1144; cuando la ciudad y el condado de Edesa, situados a cierta distancia de Antioquía y los demás reinos cruzados fueron atacados y conquistados por los turcos selyúcidas al mando de Zengui, gobernador de Mosul. De nuevo un gran número de soldados tomaron el estandarte de la cruz incluidos dos reyes: Conrado III de Alemania y Luis VII de Francia. Sin embargo, esta cruzada fue una de la más desastrosa de la historia. Al llegar a Jerusalén, los segundos cruzados comenzaron a tener desavenencias con los cruzados residentes. Los cruzados locales propusieron llevar un ejército al norte de Alepo. Los reyes Conrado y Luis prefirieron, en cambio, invadir Damasco. Los segundos cruzados invadieron la ciudad, pero su asedio duró menos de una semana. Los reyes discutían quién debía atribuirse la victoria. El rey Conrado partió de regreso a casa seguido al año siguiente por el rey Luis.
La cuarta cruzada la convoca el Papa Inocencio III en 1209; El Papa reunió un gran número de soldados, sin participación de la raleza, en Venecia al mando del dux de Venecia Enrico Dandolo. La cruzada se centró en la recuperación de Constantinopla de manos del Islam. La capital de Bizancio fue sitiada en 1203 y finalmente saqueada. A partir de entonces el imperio latino de Constantinopla sustituyó al imperio bizantino oriental. Sin embargo, el imperio latino no tuvo un verdadero éxito como reino. Las relaciones entre Bizancio y Europa, de los cristianos de Constantinopla y Roma no volverían a ser nunca iguales.
Jerusalén pasó pacíficamente a manos de los cristianos como resultado del tratado acordado en 1229 entre el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico II y el sultán ayubí de Egipto al-Kamil, que supuso el fin de la Sexta Cruzada. Los ayubíes mantuvieron el control de los santos lugares musulmanes y algunas fuentes árabes sugieren que a Federico II no se le permitió restaurar las fortificaciones de la ciudad.[30]
Otras cruzadas en Europa: El Papa Inocencio reprendió a los cruzados que participaron en el ataque a Constantinopla lo que distrajo y redujo el interés principal de recuperar Jerusalén. El Papa convoca la cruzada para luchar primero contra los albigenses, herejes que se sublevaron en el sur de Francia. Tuvo lugar un gran exterminio: “Matadlos a todos Dios lo sabrá”
7. EL
REINO LATINO DE JERUSALEN EN EL S. XII[174]
El reino latino de Jerusalén se inaguró tras la segunda
cruzada. Se daba inicio así a la monarquía jerosolimitana. El rey pretendió
compararse con el heredero del trono de David. Balduino I optó por un modelo
claramente secular que no tuvo la aceptación de Roma. El nuevo rey quiso
controlar las dignidades eclesiásticas para que respondiera a sus intereses. El
rey intentaba así consolidar su embrionario reino, pero lo hacía sobre un
peligroso y desestabilizador presupuesto, el de la tensión con la Iglesia.
Fue un reino dividido desde el comienzo. El rey pretendió acercarse a las comunidades cristianas no latinas, griegas, sirias y armenias que junto a las no cristianas judías y musulmanas, conformaban la población mayoritaria del Reino. El espíritu práctico de la política chocó con la fría ortodoxia de Roma que amonestaba a un contemporizador patriarca de Jerusalén.
A Balduino I le sucedió Balduino II. El nuevo monarca aunque fue mejor visto por la Iglesia[175], comenzó su reinado devolviendo privilegios y protagonismo al clero. El corto reinado de Balduino II (118-1131) fue ciertamente el de la consolidación de los grandes barones del reino. La estructura feudal implantada en el Reino de Jerusalén debilitaba la acción de gobierno de la monarquía. El rey de Jerusalén no era soberano de los demás territorios, simplemente mantenía un personalizado vínculo feudal.[176]
A Balduino II le sucedió el rey Fulco, duque de Anjou, que mantuvo uno de los más centralizados estados señoriales. Fue un hombre que mantuvo el ideario cruzado y que accedió al trono gracias a su matrimonio con la heredera de Balduino II, la reina Melisenda. Al rey Fulco le sucedió el rey Balduino III i finalmente Balduino IV el leproso, cuya terrible enfermedad le causó la muerte sin dejar heredero. En su juventud Balduino había sido líder político y militar muy eficaz. En 1177, con tan solo 16 años, derrotó a una fuerza musulmana al mando de Saladino en la batalla de Montgisard.
A su muerte se produjeron frecuentes desacuerdos entre los líderes cruzados. El espíritu belicista de Guido de Luisignan se vio alimentado por el gran maestre del Temple, Gerardo de Ridfort y Reinaldo de Chatillon. Raimundo de Trípoli regente del rey y Guido de Lusignan pleitearon sobre quién debía ser el nuevo rey. El segundo llegó a ser rey y en 1187 inició una campaña contra Saladino. El resultado fue la desastrosa batalla de Hattin en la que fue capturada casi la totalidad del ejército cruzado y acabó con la posterior ocupación de Jerusalén. Esto desencadenó la tercera cruzada.
Si tuviésemos que analizar las cusas del declive del reinado franco diríamos que se debió a los conflictos feudales con el rey de Jerusalén y a la fractura interna entre los propios cruzados. Desde el principio se dieron desavenencias entre el reinado de Bizancio y los nuevos cruzados francos. Estos desencuentros serían la causa de la desestabilización y el desencuentro entre de las nuevas generaciones de “poulains o cachorros”, como despectivamente fueron llamados los cristianos en territorio jerosolimitano y los caballeros provenientes de occidente llamados “advenedizos”. El desencuentro se hizo más evidente en la batalla de Ager Sanguis en 1119 que estuvo a punto de destruir el principado de Antioquía. Fue la primera vez que los cruzados experimentaron la sensación de vulnerabilidad. Este hecho expoleó a la orden del Temple que terminaría siendo un puntal decisivo en la estrategia defensiva de Jerusalén.
El reino de Jerusalén sintió y sufrió las tensiones internas. La política de edificación de fortalezas que inundó todo el espacio franco cruzado fueron constituyéndose en poderosos núcleos feudatarios. Estas fortalezas además de ser enclaves vitales para la defensa del territorio eran también núcleos de ordenación del espacio político. Capaces de controlar extensas áreas territoriales. Poco a poco se convirtieron los ejes sobre los que pivotaba la vida política. Algunas llegaron a ser grandes núcleos de poder como Edesa, Acre, Tiro, Sidón, Cesaréa. No pocas de ellas fueron confiadas a la tutela de los Templarios.
Poco a poco se fue dando un fortalecimiento de los grandes feudatarios de la corona que terminó por poner en jaque al monarca y la autoridad y prestigio del titular trono de David. Esta fractura se evidenció a partir de 1150 durante Balduino III. El rey deseoso de sacudirse la tutela de su madre la reina Melisenda, se coronó nuevamente Rey en 1152. El enfrentamiento constituyó un primer y serio aviso que el hermano del rey, y sucesor Amalarico, procuró desactivar con medidas excepcionales. Se exigió a los grandes feudatarios de un homenaje preferencial al rey que neutralizara la fuerza de los señores. El último capítulo fue con el rey Balduino IV y el desastre de Hattin[177]. Este nuevo conflicto puso de manifiesto la gran fractura interna del reino franco que acabó por diluir la autoridad real. Sus causas quedaron manifiestas: la prepotencia señorial, la manipulación del clero, la politización partidaria de los Templarios y el renovado enfrentamiento entre “cruzados nativos” y “cruzados advenedizos”. El reinado de Balduino IV es la escenificación del enfrentamiento radical entre las facciones cortesanas irreconciliables con la monarquía.
8. LAS
BATALLAS CRUZADAS (1099-1187)
La principal fuerza militar de los francos era la hueste
feudal, compuesta en primer lugar por los caballeros (chevaliers). En el
seno de esta élite nobiliaria había, franceses, normandos, y provenzales (populains)
y peregrinos nobles llegados de Europa. Esta minoría también prestaba servicio
militar. El rey de Jerusalén y otros príncipes también contrataban caballeros a
sueldo (stipendia equitum). Otros soldados eran los turcópolos (turcopoles),
jinetes orientales de origen mestizo, mercenarios turco-cristianos, que combatían
como caballería ligera. Junto a los armenios, los turcópolos los que más
colaoraron con los francos. El ejército franco también contaba con una
infantería de a pie, los peones (pedetis), tropas heterogéneas duchas en
preparación y armamento. Los más cualificados, arqueros, ballesteros, y
lanceros, podían ser contratados. En un nivel intermedio entre los caballeros y
los peones estaban los sargentos o sirvientes (serjans), combatientes de
origen urbano sufragados por las comunidades eclesiásticas y las ciudades.
Los cruzados franco latinos alcanzaron un alto nivel de destreza y rendimiento. El armamento de los francos no era superior al de los musulmanes pero los superaban en destreza combinando caballería con arqueros montados o lanzas de guerra. Los musulmanes eran casi siempre superiores en número, pero la calidad de los jinetes de élite y de los peones profesionales resultaba ser más ventajosa que la cantidad. También la fragmentación política del Islam favoreció mucho la tarea. Los francos se enfrenaron a dos rivales al sur estaba el Califato fatimí de Egipto en una situación de creciente debilidad política y militar. El otro enemigo estaba en el norte y centro de Siria. Eran los poderes turcos desgajados del Sultanato silyuquí o selyúcida, deseosos de recuperar el condado de Edesa y el principado de Antioquía.
Para contrarrestar esta amenaza, los cruzados francos del norte intentaron avanzar posiciones en el interior de Siria siendo frenados e las batallas de Harran (1104) y Ager Sanguis (1119). La gran ciudad de Alepo fue sitiada en 1124 por el rey Balduino II, quien también fraasó en 1129 al intentar tomar Damasco, que supuso también una gran derrota en la segunda Cruzada
9. LA
BATALLA DE HATTIN Y LA CAIDA DE JERUSALEN (1187)
Saladino puso fin al Califato fatimí en 1171 y unificó en su mano Egipto y casi toda Siria a la muerte de Nur al Din (1174). Además de comandar un ejército muy grande y bien organizado fue un gran estratega que conocía las limitaciones militares de los francos, en especial la escasez crónica de las tropas, sus pugnas internas y su aislamiento del Imperio Bizantino.
En lugar de dirigirse directamente a Jerusalén, Saladino comprendió que luchar en campo abierto debilitaría sustancialmente los efectivos de los cruzados francos y dejará indefensas sus plazas fuertes. Saladino reunió un gran ejército para castigar a los cruzados por sus repetidos quebrantamientos a una tregua y por sus ataques a caravanas comerciales. Mediante engaño hizo avanzar a los ejércitos cruzados alejándolos de su suministro de agua, hasta acorralarlos y rodearlos en un valle. La sed y el hostigamiento acabaron agotando a los cruzados e incapacitándolos para resistir el ataque musulmán definitivo en los cuernos de Hattin cerca de Tiberiades. La mayoría de los cruzados fueron capturados y ejecutados, lo que permitió a Saladino avanzar hacia Jerusalén y finalmente conquistarla.
Antes de entrar a analizar la batalla de Hattin, la verdad es que se dio un progresivo debilitamiento en las filas del ejército franco. En 1177, un pequeño ejército al mando de Balduino IV sorprendió desperdigads a las tropas de Saladino y le infligió en Montgisard una de sus mayores derrotas. Dos años más tarde fue Saladino quien sorprendió y derroto a Balduino IV en la batalla de Marj Ayyun, conquistando después la recién construida fortaleza de Vado de Jacob, no lejos de Damasco.[180] En respuesta a las provocaciones de Reinaldo de Châtillon, Saladino invadió tierra cristiana en mayo de 1182, causando numerosos daños. Los cruzados francos, quizás con exceso de confianza, optaron por perseguir de cerca al enemigo, dificultar sus movimientos y presionar sus líneas de abastecimiento. Finalmente, en La Forbelet, cerca de la fortaleza hospitalaria de Belvoir, Balduino IV hizo frente al ejército de Saladino y, empleando la Fightin march, logró neutralizar la invasión. Unos meses más tarde, en diciembre de 1183, poco después de que la ciudad de Alepo cayera en manos ayubíes y el ejército franco latino quedar casi sitiado, fue cuando el enfrentamiento a gran escala estuvo a punto de producirse. Los francos reunieron el ejército más grande conocido hasta la fecha y algunos barones propusieron atacar a las tropas de Saladino, pero otros convencieron a Guido de Luisignan, regente del rey Balduino, de que era mejor no arriesgar la suerte en una batalla abierta. Esta estrategia defensiva permitió a los francos conservar sus fuerzas intactas, aunque a costa de una creciente debilidad económica, política, militar.
En julio de 1187, en respuesta a otra provocación de Reinaldo de Châtillon, Saladino sitióla ciudad de Tiberiades y desafió de nuevo al ejército franco. Tras la muerte de Balduino IV en 1186, Guido de Lusignan, rey de Jerusalén movilizó todos los efectivos disponibles y, esta vez, recogió el guante. Fue cuando se produjo la gran batalla de Hattin, los francos combatieron comonunca lo habían hecho hasta entonces.
El 3 de julio, el ejército cruzado levantó el campamento y marchó en dirección al valle situado entre los Cuernos de Hattin. Las fuerzas de Saladino bloquearon el extremo oriental del valle, impidiendo así el acceso de los cruzados, cada vez más sedientos, al lago Tiberiades. Tras ser hostigados por los musulmanes mediante flechas y fuego durante la noche del 3 al 4 de julio, aumentando así su sed y desesperación, la vanguardia cruzada trató en vano de pasar entre las tropas de Saladino situadas al este. Cuando el extremo occidental del valle quedó bloqueado por otra parte del ejército musulmán, la retaguardia cristiana, formad en su mayoría por caballeros templarios y hospitalarios, carga contra los musulmanes con escasos resulados. Roberto de Trípoli, fatigado, sediento y agotado tras un día completo de lucha, huye con los supervivientes de la vanguardia cruzad rodeando el cuerno del norte. Las tropas de Guido de Lusignan se ven forzadas a rendirse. Muchos de sus miembros son hechos prisioneros y Saladino se hace con la reliquia de la Vera Cruz.
La derrota dela batalla de Hattin marcaría el destino del
ejército cruzado y la historia de las cruzadas. El 14 de julio de 1187 la
trayectoria del cruzadas experimentó un cambio de rumbo que n solo afectaría a
Tierra Santa, sino a Siria, Egipto, Bizancio y Europa. Parecía como si la rueda
de la fortuna hubiera dejado de girar a favor de los cristianos y la suerte
pasar a sonreír ahora a los musulmanes.
1. LA
BATALLA DE HATTIN Y LA CAIDA DE JERUSALEN (1187)
En lugar de dirigirse directamente a Jerusalén, Saladino comprendió que luchar en campo abierto debilitaría sustancialmente los efectivos de los cruzados francos y dejará indefensas sus plazas fuertes. Saladino reunió un gran ejército para castigar a los cruzados por sus repetidos quebrantamientos a una tregua y por sus ataques a caravanas comerciales. Mediante engaño hizo avanzar a los ejércitos cruzados alejándolos de su suministro de agua, hasta acorralarlos y rodearlos en un valle. La sed y el hostigamiento acabaron agotando a los cruzados e incapacitándolos para resistir el ataque musulmán definitivo en los cuernos de Hattin cerca de Tiberiades. La mayoría de los cruzados fueron capturados y ejecutados, lo que permitió a Saladino avanzar hacia Jerusalén y finalmente conquistarla.
Antes de entrar a analizar la batalla de Hattin, la verdad es que se dio un progresivo debilitamiento en las filas del ejército franco. En 1177, un pequeño ejército al mando de Balduino IV sorprendió desperdigads a las tropas de Saladino y le infligió en Montgisard una de sus mayores derrotas. Dos años más tarde fue Saladino quien sorprendió y derroto a Balduino IV en la batalla de Marj Ayyun, conquistando después la recién construida fortaleza de Vado de Jacob, no lejos de Damasco.[181] En respuesta a las provocaciones de Reinaldo de Châtillon, Saladino invadió tierra cristiana en mayo de 1182, causando numerosos daños. Los cruzados francos, quizás con exceso de confianza, optaron por perseguir de cerca al enemigo, dificultar sus movimientos y presionar sus líneas de abastecimiento. Finalmente, en La Forbelet, cerca de la fortaleza hospitalaria de Belvoir, Balduino IV hizo frente al ejército de Saladino y, empleando la Fightin march, logró neutralizar la invasión. Unos meses más tarde, en diciembre de 1183, poco después de que la ciudad de Alepo cayera en manos ayubíes y el ejército franco latino quedar casi sitiado, fue cuando el enfrentamiento a gran escala estuvo a punto de producirse. Los francos reunieron el ejército más grande conocido hasta la fecha y algunos barones propusieron atacar a las tropas de Saladino, pero otros convencieron a Guido de Luisignan, regente del rey Balduino, de que era mejor no arriesgar la suerte en una batalla abierta. Esta estrategia defensiva permitió a los francos conservar sus fuerzas intactas, aunque a costa de una creciente debilidad económica, política, militar.
En julio de 1187, en respuesta a otra provocación de Reinaldo de Châtillon, Saladino sitióla ciudad de Tiberiades y desafió de nuevo al ejército franco. Tras la muerte de Balduino IV en 1186, Guido de Lusignan, rey de Jerusalén movilizó todos los efectivos disponibles y, esta vez, recogió el guante. Fue cuando se produjo la gran batalla de Hattin, los francos combatieron comonunca lo habían hecho hasta entonces.
El 3 de julio, el ejército cruzado levantó el campamento y marchó en dirección al valle situado entre los Cuernos de Hattin. Las fuerzas de Saladino bloquearon el extremo oriental del valle, impidiendo así el acceso de los cruzados, cada vez más sedientos, al lago Tiberiades. Tras ser hostigados por los musulmanes mediante flechas y fuego durante la noche del 3 al 4 de julio, aumentando así su sed y desesperación, la vanguardia cruzada trató en vano de pasar entre las tropas de Saladino situadas al este. Cuando el extremo occidental del valle quedó bloqueado por otra parte del ejército musulmán, la retaguardia cristiana, formad en su mayoría por caballeros templarios y hospitalarios, carga contra los musulmanes con escasos resulados. Roberto de Trípoli, fatigado, sediento y agotado tras un día completo de lucha, huye con los supervivientes de la vanguardia cruzad rodeando el cuerno del norte. Las tropas de Guido de Lusignan se ven forzadas a rendirse. Muchos de sus miembros son hechos prisioneros y Saladino se hace con la reliquia de la Vera Cruz.
La derrota dela batalla de Hattin marcaría el destino del ejército cruzado y la historia de las cruzadas. El 14 de julio de 1187 la trayectoria del cruzadas experimentó un cambio de rumbo que n solo afectaría a Tierra Santa, sino a Siria, Egipto, Bizancio y Europa. Parecía como si la rueda de la fortuna hubiera dejado de girar a favor de los cristianos y la suerte pasar a sonreír ahora a los musulmanes.
10. LA
CAIDA DE JERUSALEN
1. SALADINO
Y ELEJERCITO AYUBI
Saladino fue el protagonista de esta derrota y de todo el giro de la historia de las cruzadas. La historia de apogeo de Saladino comenzó mucho antes de 1187. Fue durante la conquista de Egipto cuando Saladino subió al poder. Shirkuh había sido el comandante general, o visir,de Nur al Din contra los fatmíes, y Saladino era su sobrino y lugarteniente. Cuando Shirkuh murió en 1169, tan sólo unos meses después de entrar en el Cairo a la cabeza de un ejército victorioso, Saladino lo sucedió. Fue nombrado visir y dos años después sultán, con lo que logró el liderazgo tanto político como militar.
Saladino consiguió muchas victorias militares y aumentó sus territorios al sur del Nilo y al otro lado del mar Rojo, hacia Yemen. Las campañas militares de Nur al Din contra los reinos cruzados en 1177 y 1173 quedaron eclipsadas. Su matrimonio con la viuda de Nur al Din le proporcionó mayor legitimidad. Saladino trajo la prosperidad y la unidad a Egipto. Saladino se hizo cargo del ejército ayubí y pudo marchar en dirección este hasta Damasco y entrar allí en paz. Alepo y Mosul acabaron uniéndose a él sin demasiada violencia en 1176 y 1186 respectivamente. Durante un tiempo Saladino y lo ejércitos cruzados coextieron bastante bien. Fue a partir de la batalla de Montgisard, en 1177, que cambió la suerte. La ruptura de la tregua en 1182 por parte de Reinaldo colmó el vaso. Saladino sitió la fortaleza de Krak durante la celebración del matrimonio del hijastro de Reinaldo y finalmente levantó el asedio con promesas de paz. Pero Reinaldo de Châtillon aliado con Guido de Lusignan comenzó de nuevoa atacar las caravanas comerciales que pasaban cerca de sus castillos. En una de ellas viajaba la hermana de Saladino. El ataque provocativo desencadenaría toda una serie de conflictos posteriores.
El declive del poder del ejército cruzado y la soberanía del poder del ejército ayubí en manos de Saladino tienen mucho que ver con el potencial militar que fue adquiriendo Saladino Saladino fundó la dinastía Ayubí uniendo a los musulmanes desde lugares tan remotos como Egipto y Siria. Los ayubíes participaban de una relación clientelar entre la familia reinante y los distintos grupos tribales. Como último wazir del califato fatimí, Saladino heredó el ejército fatimí, pero además añadió a este las tropas que había traído de Egipto. El resultado fue un ejército mixto. El ejército de Saladino aunó dos tradiciones militares diversas: la vieja tradición fatimí y la nueva seyúcida o turco persa. De su unión surgiría el ejército ayubí, un modelo novedoso que sería heredado por los sucesores de Saladino.
Saladino a su vez era un gran estratega. Escribió una serie de tratados militares, el primero el Tabsira Arab al Lubab fue escrito en Egipto durante los primeros años de su reinado. Otro tratado el de Al Harawi se completó poco después de su muerte. En su estrategia militar se aconsejaba poner las mejores tropas en el centro, donde era más probable que el enemigo atacara, pero también a mantener a algunas de las más valiosas en reserva para su empleo en estratagemas. La infantería con arqueros y lanzadores se dispondría frente a la caballería. El comandante debería alinear sus tropas en consonancia con las del enemigo: las mejores frente a las mejores y según su tipo. En el momento el ataque por parte de la unidad enemiga, la sección de la línea enemiga desde la que surgió el ataque debería ser contraatacada de inmediato con caballería e infantería, pues se entendía que el esfuerzo del ataque habría mermado sus fuerzas.
Saladino poco a poco fue conociendo los puntos flacos del ejército franco y supo encontrar la manera de hacerle daño. El ejército musulmán ayubí se componía de tropas regulares y auxiliares diversas (turcomanos, Kurdos, beduinos árabes, jurasaníes, daylamíes, armenios), voluntarios de yihad y una élite de jinetes turcos (ghulam, mamluk) que dominaba el tiro con arco, la esgrima de lanza y el manejo de la espada y la maza. Eran diestros estrategas y cuando los cruzados francos cargaban con la caballería estos se fragmentaban en pequeñas unidades. Cuando resultaban más vulnerables se daban la vuelta y les atacaban.[182]
11. SALADINO
Y EL RENACER DEL ISLAM
Independientemente del éxito militar con su espada, el mayor logro de Saladino que se constituyó en un verdadero líder fue más allá de el de índole militar sino como político y religioso. Saladino fue clave en el renacer del Islam en Oriente medio. Saladino supo responder al propio mal que llevó a la ruina al reino franco sumido en divisiones internas de poder, donde la figura del rey del reino franco paso a ser un comodín de los poderes de los señores feudales.
A mediados del s. X era ya evidente que el califato abasí
había fracasado como proyecto político. Con el tiempo la casa de Abbas que
reinó un imperio floreciente fue mermando a medida que los gobernadores fueron
consolidando su propio poder y sus dinastías propias. El califa pasó a ser un peón de un imperio de
usurpadores. Era un tiempo de ejércitos privados y mercenarios cuya lealtad
vendían al mejor postor. El califa abasí apenas controlaba la ciudad imperial.
Había un verdadero entramado de luchas de poder. Mientras
los búyidas, que eran chiitas despegados del debate teológico, toleraban al
califa abasí, que era sunita, otros grupos chiitas no se sentían cómodos con
esa situación. Los búyidas eran chiitas radicales mientras los chiitas
islamailitas fatimíes no solo rechazaban de plano las reivindicaciones
espirituales de los abasíes, sino que declaraban abiertamente que el verdadero
líder espiritual era el imán, que descendía de Alí.
El mayor logro de Saladino fue el de unificar las distintas
luchas internas de poder y liderar las tribus islámicas hacia una causa común,
la expansión del Islam. Amenazado el reino del Islam por la invasión cruzada.
Saladino se mantuvo muy próximo a los elementos religiosos de Siria y, a
cambio, estos no solo le apoyaron sino que participaron en sus campañas militares.
El reino franco para unificar y consolidar su reino
construyó fortalezas y castillos que si bien al principio fueron para
salvaguardar el ejército franco de la amenaza del ejército musulmán poco a poco
derivó en focos de poder que intentaron defender sus propios feudos y
debilitaron la figura del rey. Para la
unificación de su reino Saladino se apoyó en las madrazas. La madraza fue una
contribución de Nizam al Mulk que significa escuela. En origen era más bien una
contribución para la enseñanza de la ley islámica (fiqh) conforme a una
de las cuatro escuelas suníes. Las madrazas se extendieron estratégicamente
como centros provinciales con amplias esferas de influencia. Los futuros cargos
gubernamentales fueron estudiantes de madrazas. Las madrazas contribuyeron al
consenso (la ijma) y a mantener la unidad entre los sunitas y chiitas.
Las madrazas no solo contribuyeron a restar las luchas internas del chiismo y
en particular el fatimí, sino que promovieron la unidad y el orden en el reino
musulmán. Saladino participó activamente en este proceso. Su tío fundó dos
madrazas en Alepo y dos en Damasco. Saladino supervisó la construcción de al
menos cinco en Egipto, y una en Jerusalén.
Desde Bagdad hasta Siria o Egipto las madrazas se
difundieron y su currículo más o menos estandarizado permitió el desarrollo de
un esprit de corps entre los ulemas independiente a las condiciones
políticas. Las madrazas podríamos decir que salvaron al Islam. Las madrazas
crearon la homogeneidad intelectual entre aquellos que protagonizaron la
resistencia tanto a los cruzados como a los mongoles. Saladino comprendió que
la fundación de madrazas era la manifestación de la nueva ortodoxia y las fundó
más que ningún otro.
Saladino era hijo del resurgimiento sunita, como shafi´ita
que era nunca mostró predilección por una escuela coránica alguna y mantuvo un
espíritu de conciliación y unificación por encima de todo. Saladino fue no solo
un líder que aglutinó las fuerzas del ejército musulmán sino un sultán que
gobernó con un objetivo distante la regeneración del Islam. Fue este proyecto
el que le permitió alcanzar sus grandes éxitos.
12. FINAL
DE LA PEREGRINACION
En los tiempos antiguos cuando
los peregrinos judíos pisaban por primera vez la ciudad de Jerusalén,
desgarraban sus ropas como muestra de su pena por la destrucción del templo y
recitaban el lamento de Isaías: Tus
ciudades santas han quedado desiertas, Sión desierta ha quedado, Jerusalén
desolada (Is 64, 10).
Después de nuestra peregrinación
nosotros no sentimos la necesidad de desgarrarnos las tropas pero sí uno sentía
esa extraña mezcla de estupor regocijo pena y dolor. Nuestro corazón estaba
dolorido, desgarrado por tantas heridas que aún no han sido cicatrizadas.
Mirando la última vista de
Jerusalén antes de partir como lo hacíamos en la orilla del mar de Rosh Naníkra antes de dejar Galilea, nos
preguntábamos y lo hacíamos antes de despedirnos de Jerusalén: ¿que sientes
dentro y fuera de tus muros?, Que gritos aún ocultos, lágrimas y lamentos
escondes bajo tus moradas y moradores? Como dice el libro de las Lamentaciones: A quién te compararé y asemejaré Hija de
Jerusalén, virgen Hija de Sión. Tu quebranto s inmenso como el mar ¿Quién te
sanará?...Ríos de lágrimas ante el desastre y la herida de mi pueblo. Mis ojos se deshacen de llorar y arden mis
entrañas por el desastre de Sión. (Lam
2, 13; 11)
Jerusalén, Jerusalén, tantas
veces asediada, destruida y tantas veces levantada, reconstruida es como si
llevaras dentro tuya una fuerza inusitada que te impulsa a florecer. Llevas en
tus entrañas el germen de la muerte que como un aguijón parece recaer sobre ti
y a la vez la semilla de la resurrección.
Jerusalén viene a ser una
parábola viviente y símbolo de toda la humanidad, de nuestra humanidad de
adentro y de nuestra humanidad de afuera. Jerusalén tan pretendida y tan
abandonada. Abandonada por sus antiguos amantes, desolada y privada de su
glorioso esplendor, despreciada y humillada y a la vez no cesa sobre ella la
promesa de paz de sus profetas: Serás
restablecida, reedificada, recobrarás un esplendor aún más grande del que
tuviste. Desde el fondo de tu herida, de tu amargura resurgirá la vida. Dios no
ha rechazado a su pueblo. Dios ha escuchado tu llanto y tu clamor.
En medio de sus murallas y
baluartes resuenan cánticos de esperanza: Volverán
a Sión, a la hija de Sión, los pueblos dispersos. Oprimida, atormentada, sin
consuelo. Durante un tiempo permaneciste abandonada pero con inmensa ternura
vengo de nuevo a ti para sacarte de tu indignación y de tu postración.
Restableceré contigo una alianza de amor eterno. Mi amor de tu lado no se
apartará, mi alanza de paz no vacilará. Ningún arma podrá alcanzarte. Serás
reconstruida con piedras preciosas y será grande la dicha y la paz de tus
hijos. (Is 54, 6-14).
En medio de la postración más
grande en el exilio resonaron para tí estas palabras como sueño irrealizable: Yo cambiaré la suerte de Sión, tendré
compasión de sus moradas. La ciudad será reconstruida y volverán los cantos de
alabanza. De nuevo te edificaré y serás reconstruida Virgen de Israel. (Jer
30-31). ¿Quién ha oído jamás cosa igual?. ¿Puede tomar vida tantas víctimas
y tornar en alegría los llantos de lágrimas y de lamento, puede acaso una mujer
profanada recuperar su virginidad, puede renacer todo un pueblo desde sus
escombros?: Alégrense con Jerusalén todos
los que por ella llevasteis luto, porque voy a derramar sobre ella como un
torrente la paz, la gloria de las naciones. La mano de Yahvé se dará a conocer
a sus servidores. (Is 65, 7-14).
No teman, de pie no pierdan el
ánimo, yo les hago venir como peregrinos y ya vuelven de lejos, de todos los
extremos de la tierra, los que se fueron llorando los volveré a traer llenos de
alegría. Sí hay esperanza para tu futuro: Dichosos
los que te aman, dichosos los que te desean la paz. Bendice alma mía al Señor,
al rey soberano, porque Jerusalén será reconstruida, y allí su templo para
siempre. (Cant Tob 13, 16-17)
Tu Jerusalén como parábola
viviente de nuestra vida, de nuestra humanidad, de nuestra comunidad, de la
humanidad entera. Dios te fundó y te hizo nacer como morada santa para ser por
Él habitada. Dios por su gran benevolencia no te retiró su favor su alianza de
amor eterno. Después del exilio y la deportación, después de ser asediada por
los ataques de tantos enemigos fuiste restablecida y bendecida para que en tus moradas reine la concordia, la paz y
la justicia entre los pueblos.
Dios desde siempre creó la tierra y la
humanidad soñando la unidad. La humanidad fue establecida en una tierra que era
casa de todos y Dios quiso morar en esta tierra como el Dios de todas las
tribus y razas. El Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. El Dios
de los judíos, musulmanes y cristianos que un día partieron de la misma fe en
el único de Dios y que un día volverán a caminar con el mismo Dios juntos como
hermanos. El Dios que a través de patriarcas y profetas prometió una tierra
donde habitar en paz y una alianza de paz que pusiera fin a los odios,
divisiones y enemistades.
La unidad y la paz provienen de
Dios. La unidad no se hace en contra de Dios sino con Dios, con todo lo que
Dios ha querido. Dios quiso poner fin al
odio y ese Dios en Cristo Jesús su Hijo vino a restablecer esa paz mediante el
sacrificio de la Cruz. El vino a unir a los pueblos que estaban enfrentados en
uno sólo, derribando el muro de la enemistad que nos separaba, creando en su
propia persona un solo hombre nuevo, una humanidad nueva, reconciliándonos a
todos. Esta es la Buena Noticia, la Buena Noticia de la Paz, paz para los que
estaban lejos y paz para los que estaban cerca. Todos sin distinción tenemos
acceso al Padre de todos en un mismo Espíritu. Todos llamados a no sentirnos
extraños ni extranjeros sino conciudadanos y miembros de una misma familia de
Dios (Ef 2, 11-22)
Ese ha sido y es el designio de
Dios sobre toda la humanidad al que no podemos claudicar. Esa unidad que no se
construye a base de mandatos ni imposiciones por fuera sino que surge de lo más
profundo del corazón, fruto de un corazón reconciliado, pacificado, unificado.
Esa paz y unidad que no se establece por meros acuerdos o concordatos por fuera
ni se mantiene por as armas contenida a la fuerza. La unidad y la paz que brota
de un corazón desarmado que vence el temor a base de amor.
La unidad verdadera no se puede
realizar por los hombres ni contra los hombres. No nos pertenece. No pertenece
a los hombres el construirla sino el descubrirla. Es tarea del hombre descubrirla
dentro de toda la creación dentro de nosotros y dejarla germinar y florecer.
CONCLUSION:
“Se hinchó tu corazón y dijiste: «Soy Dios, entronizado
en solio de dioses en el corazón del mar», tú que eres hombre y no dios; te
creías listo como los dioses; ¡Si eres más sabio que Daniel!; ningún enigma se
te resiste. Con tu talento, con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste
oro y plata en tus tesoros. Con agudo talento de mercader, ibas acrecentando tu
fortuna; y tu fortuna te llenó de presunción. Por eso, así dice el Señor: Por
haberte creído sabio como los dioses, por eso, traigo contra ti bárbaros
pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu belleza y tu sabiduría, profanando
tu esplendor”.
(Ez 28,1-10)
“Entró Jesús en el Templo y echó fuera a
todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó las mesas de los
cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y les dijo: «Está escrito:
Mi Casa será llamada Casa de oración. ¡Pero vosotros estáis haciendo de ella
una cueva de bandidos!”
(Mateo 21,12-13)
Estos textos bíblicos expresan el destino de la arrogancia del hombre cuando se apropia de la obra de Dios. El templo y la tierra sagrada le pertenecen a Dios y no al hombre. El hombre no puede arrogarse poseer su presencia sino acogerla con humilde corazón.
Jerusalén, la ciudad santa, la puerta del cielo, el lugar más sagrado de la tierra, paradójicamente fue profanada y sometida al saqueo repetidamente a lo largo de su accidentada historia. La historia sagrada se convirtió en una historia profana y profanada.
Desde el principio después que Salomón construyera el templo la tentación fue apropiarse del templo y de la ciudad como baluarte hegemónico contra los otros pueblos. Pero Dios no se eja usurpar por ningún poderío humano. El templo y Jerusalén fue destruido por los asirios . Aunque la ciudad y el templo fue reconstruido fue nuevamente destruido por los romanos.
Finalmente en el tiempo de las cruzadas se conquistó nuevamente Jerusalén pero de nuevo sucumbió ante el poderío de Saladino. La pérdida de Jerusalén, la Ciudad Santa, es el resultado de las dificultades con que nació la monarquía jerosomilitana y de las contradicciones que generó su turbulento desarrollo. Fue una lucha de poderes e intereses, una prueba de fuerza para el pontificado que luchaba contra las aspiraciones universalistas del emperador. Por extraño que parezca el reino franco con capital en Jerusalén no fue algo deseado por la Iglesia. En la mente del papa la cruzada había sido concebida como una empresa papal y en la que no tuvieron cabida los reyes.
El papa tuvo la gracia de recuperar la Ciudad Santa, la capital espiritual del mundo que se erigía como centro de la cristiandad. La iglesia soñaba con protagonizar un tiempo nuevo en el que nada ni nadie pudiera hacer sombra a la teocracia pontificia pero este sueño pronto se desvaneció. Ni el poder del papa fue mucho mayor ni desde luego los nobles cruzados estaban dispuestos a permanecer en la sombra del servilismo eclesial.
La ciudad que quiso ser, sede de Dios y bendecida con la paz sufre hasta hoy ataques amenazada constantemente por luchas de poderes. Cristianos, musulmanes y judíos han reclamado y luchado por su pertenencia. Sin embargo Jerusalén como centro de las tres religiones monoteístas está llamada a ser el símbolo de un nuevo orden donde reine la convivencia pacífica de todos sus habitantes por encima de credos.
Es incomprensible que las tres religiones del libro, La Biblia, el Corán y la Torá que proclaman la paz entre todos los pueblos hayan propiciado luchas fratricidas enfrentando unos pueblos contra otros. La religión no puede ser instrumento al servicio de la guerra sino instrumento para favorecer la convivencia pacífica de los pueblos.
La Biblia termina con el libro del Apocalipsis donde se habla de la visión de la Nueva Jerusalén. (Ap 21, 1- 4; 9-14). Los hombres se esforzaron por construir una ciudad donde residiera Dios. Dios construyó algo mucho más grande, una humanidad reunida en la misma vida y paz de Dios. Dios mismo dice ahora soy yo quien hago todo nuevo. Se trata de la realidad última y definitiva y no habrá más historia después. Dios principio y fin de todas las cosas da a conocer el plan que prometió y destinó desde antaño congrega a todas las naciones en un solo pueblo. Fue el anhelo de la humanidad de ver a Dios presente en medio de ella. En el nuevo orden del mundo nuevo ya no habrá templo, la sombra sustituye a la realidad. Dios estará presente entre los hombres de forma permanente.
Ven voy a mostrarte la Nueva Jerusalén. Me colocó en un cerro grande y elevado. Me mostró la Ciudad Santa, que bajaba del cielo, del lado de Dios y que tenía por gloria, la gloria de Dios. Oí una voz que clamaba desde el trono: esta es la morada de Dios entre los hombres. El fijará desde ahora su morada en medio de ellos y ellos serán su pueblo y él mismo será su Dios con ellos. Enjugará toda lágrima de sus ojos y ya no existirá ni muerte, ni duelo, ni gemido, ni penas porque todo lo anterior ha pasado. (Ap 21, 1- 4)
·
ANEXO 1
LUGARES SANTOS SEGÚN EL CRISTIANISMO
·
Iglesia
del Santo
Sepulcro: Allí
está el Calvario donde fue crucificado Jesús, así como el "Sepulcro del Salvador". Es
el lugar más santo del cristianismo.
·
Cenáculo: Habitación del piso alto donde Jesús celebró
la Última
Cena, donde se apareció a los
apóstoles y donde estos recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés.
·
Basílica de las Naciones o de la Agonía: Ubicada en el Monte de los Olivos, donde Jesús pasó sus últimos momentos antes de ser
detenido.
·
Iglesia
del Dominus Flevit: Desde
allí, Jesús contempló la ciudad santa y lloró por ella (episodio de Flevit super illam) en el Domingo de Ramos.
·
Iglesia
del Padre
Nuestro: Lugar
donde Jesús enseñó esa oración a los discípulos.
·
San Pedro in Gallicantu: Iglesia que recuerda el lugar donde estaba la casa
de Caifás donde fue juzgado Jesús y donde fue negado
por San Pedro.
·
Litostrotos: Pavimento de la antigua Fortaleza
Antonia de los romanos donde
Jesús fue coronado de espinas y ultrajado por los soldados romanos.
·
Vía Dolorosa: Camino que siguió Jesús con la cruz desde la
Fortaleza Antonia hasta el Calvario. En él están marcadas las estaciones,
estando las últimas en la Basílica del Santo Sepulcro.
·
Abadía de Hagia María o de la Dormición: Recuerda el lugar donde según la tradición
cristiana tuvo lugar la dormición de
la Virgen, rodeada por los apóstoles. En su cripta se halla una imagen de la
Virgen Yacente.
·
Iglesia
de Santa Ana: Lugar en donde, de acuerdo a
la tradición católica, nació la Virgen María.
·
Edículo
de la Ascensión: Lugar desde el cual Jesús
subió al cielo.
LUGARES SANTOS
SEGÚN EL ISLAM
·
La Cúpula de la Roca: ubicada en el centro del Monte del
Templo, es un santuario —no una
mezquita— construido entre los años 687 y 691 por el noveno califa, Abd al-Malik,
alrededor de la roca en la que Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac. Según la tradición islámica (Sura 17 del Corán), en
un sueño de Mahoma que relata "desde la Mezquita Sagrada
hasta la Mezquita Lejana", sin mencionar ninguna ciudad, ascendió hasta el
trono de Alá en el curso de un viaje nocturno a la ciudad desde Medina. Sin embargo, a raíz de la conquista de Jerusalén
por Saladino, se cree que éste cambió el significado de dicho lugar sagrado por
el de Jerusalén para afianzar la dominación política del islam sobre la tierra
de Judea.
·
La mezquita de Al-Aqsa: situada en el extremo meridional de la Explanada de
las Mezquitas, fue construida unos años después de la Cúpula de la Roca (705) y recontruida varias veces después. Es el templo
musulmán más importante de Jerusalén.
·
La Explanada de las Mezquitas: llamada Al-Haram ash-Sharif en
árabe ("Noble Santuario" en español), su recinto alberga los dos
monumentos anteriores. Es el tercer lugar sagrado del islam tras La Meca y
Medina.[183] El conjunto es un waqf, un bien musulmán gestionado por administradores
musulmanes (a los que se refiere también como Waqf) desde el siglo
VII,[184]
y colocado bajo supervisión del gobierno de Jordania desde la firma del tratado de paz en 1994[185]
LUGARES
SANTOS SEGÚN EL JUDAÍSMO
·
Jerusalén es la más sagrada
de las ciudades del judaísmo, así como el epicentro espiritual
del pueblo
judío desde el siglo X a. C.,[186] cuando el sitio fue
escogido por el rey David para el emplazamiento del Templo Sagrado. En 1840 la comunidad judía constituyó el
mayor grupo religioso de la ciudad[187] y desde 1880 en adelante
conforma la mayoría dentro de la misma.[188]
·
Las
tradiciones La ciudad de Jerusalén se
encuentra en una categoría especial en la ley religiosa judía.
Específicamente, los judíos que se encuentran fuera de Jerusalén oran hacia su
dirección, y el Ma'aser
Sheni, el Révai y los Primeros Frutos debe ser consumidos en Jerusalén.
Cualquier expansión de la ciudad para estos fines deben ser aprobados por
el Sanedrín. Cuando el Templo de Jerusalén fue
levantado, Jerusalén observaba las leyes especiales relativas a las cuatro
especies en Sucot, y el Shofar en Rosh
Hashaná.
·
La
ciudad de David Desde hace mucho tiempo
Jerusalén ha sido incorporado a la conciencia religiosa judía. El pueblo judío
ha estudiado la lucha por el Rey
David de la conquista de Jerusalén
y su deseo de construir el templo judío, como se describe en el Libro
de Samuel y el Libro de los Salmos.
Muchos de los anhelos del Rey David sobre Jerusalén se han adaptado en
oraciones y cantos populares.
·
Jerusalén aparece en el Tanaj (Biblia Hebrea)
669 veces y Sion (que por lo general significa
Jerusalén, así como Tierra
de Israel) aparece 154 veces. En el
judaísmo se considera la Ley escrita,
la base de la Ley Oral (el Mishná, el Talmud y
el Shulján
Aruj) estudiado, practicado y
atesorado por el pueblo
judío y el judaísmo durante tres milenios. El Talmud
desarrolla en profundidad la conexión judía con la ciudad.
·
El Muro de las Lamentaciones es el lugar más importante para los
judíos. Último remanente del templo judío construido por Herodes sobre
las ruinas del templo de Salomón. Comprende el Muro Occidental, sección
principal del Muro, ubicado en el vecindario judío de la Ciudad Vieja; y el
Pequeño Muro, extensión del Muro Occidental, ubicado en un vecindario árabe, es
lugar de oración para los judíos de distintas corrientes. El Templo fue
construido en el lugar en el que, según la tradición judía, Abraham se aprestó a sacrificar a su
hijo, Isaac.
· El Monte del Templo (donde hoy se encuentra el Domo de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa) es considerado el lugar más sagrado, ya que en él se encontraba el Sancta Sanctorum, donde se alojaban las Tablas de la Ley. Durante el inicio de la Edad Media la zona al frente del Muro de las Lamentaciones fue usada como basurero, es por esto que la Puerta cercana al Muro se llama "Puerta Dung o Dung Gate". [189]En el siglo XVI, el Sultán Suleiman II descubrió la ubicación del Muro e hizo limpiar la zona.[190]
·
La Destrucción
de Jerusalén. El Arco de Tito Para celebrar la conquista de
Jerusalén, Domiciano, hermano de Tito, levanta el Arco del
Triunfo de Tito en Roma, situado en la esquina sudeste del
Foro, en el que se muestra a los judíos sujetos a esclavitud (y bajo el que no
pasan muchos judíos hoy), y con los tesoros del Templo judío de Jerusalén, fundidos,
construyen el Coliseo romano.
·
ANEXO 2: SUCESIVAS DESTRUCCIONES Y
CONQUISTAS DE JERUSALÉN
En el año 586 destrucción de Jerusalén y del primer
Templo
En el año 70 destrucción de Jerusalén y del segundo
Templo
En el año 614 fue destruida por los persas, en el 637
conquistada por el califa Omar,
En el 1072 por los selúcidas y en el 1099 por los
cruzados cristianos.
En el año 1187, el sultán Saladino volvió a arrebatar la
ciudad a los caballeros francos.
En el 1617 asaltaron sus muros turcos osmanlíes.
·
ANEXO 3: CRUZADAS
PRIMERA CRUZADA: la convoca el Papa Urbano II en
1096
SEGUNDA CRUZADA: la convoca el Papa Eugenio III en
1144
TERCERA CRUZADA: la convoca el Papa Gregorio VIII
en 1187
CUARTA CRUZADA : la convoca el Papa Inocencio III
en 1209
·
ANEXO 4: BREVE CRONOLOGÍA
1004 B.C.E: fundación. El
rey David establece Jerusalén como la capital del reino de Israel.
970 B.C.E: primer templo El
rey Solomon construye el Primer Templo en Jerusalén como el centro religioso y
espiritual del pueblo judío.
922 B.C.E: El reino judío se divide entre
Norte (Israel) y Sur (Judea): Jerusalén se convierte en la capital de Judea.
586 B.C.E: El rey Nebuchadnezzer de
Babilonia conquista Jerusalén y destruye el Primer Templo.
538 B.C.E: Los judíos construyen el templo de
nuevo. El Segundo Templo en Jerusalén. El poderoso ejército babilónico bajo las
órdenes del rey caldeo Nabucodonosor destruyó la capital de Judá y su Templo y
exilió a los ciudadanos
370 B.C.E: Los persas capturan Jerusalén.
332 B.C.E: Alejandro Magno conquista
Jerusalén.
163 B.C.E: Tras la derrota de los judíos
helenistas por parte de los Macabeos, Jerusalén vuelve bajo autonomía judía
durante el imperio Hasmoneo.
63 B.C.E: Comienza el dominio romano sobre
Jerusalén.
10: El noveno día del mes ‘Av’ (Tisha
B’Av) en el calendario judío se observa como un día de luto por la
destrucción del Primer Templo santo en Jerusalén. Hoy en día todavía se practica
esta tradición, judíos a través del mundo ayunan para lamentar la pérdida del
Primer y Segundo Templo sagrado en Jerusalén, así como otras tragedias en la
historia judía.
28-30: Ministerio de Jesús en
Jerusalén.
30: Muerte de Jesús en Jerusalén,
de la Galilea hacia la ciudad santa, el cual fue observado por los primeros
seguidores de Jesús, conocidos como “los doce apóstoles”.
70: Los romanos asedian la ciudad
de Jerusalén; destruyendo la ciudad y el Segundo Templo.
132-135: Simón bar Kojba se rebela
contra el imperio romano, controlando Jerusalén durante tres años.
313: Se funda la Cofradía del Santo
Sepulcro en Jerusalén.
325-335: Se construye la Iglesia del
Santo Sepulcro en Jerusalén.
A principios de los años 600: Muhammad
funda el islam, mirando hacia Jerusalén durante su oración.
614-638: Jerusalén cae en manos de los
persas.
636-637: El califa musulmán, Umar, conquista
Jerusalén. Los judíos son permitidos a vivir de nuevo en Jerusalén.
679-690: Se construye la mezquita de al-Aqsa
(oración) en Jerusalén a lo largo del muro sur de la ciudad.
687-691: Se construye la mezquita de la
Cúpula de la Roca en Jerusalén sobre el Monte del Templo cerca de la mezquita
de al-Aqsa.
797: El rey Carlomagno envía la
primera embajada al califa musulmán, Harun al-Rashid, quien se dice que le
ofreció a Carlomagno la custodia de los lugares sagrados en Jerusalén,
incluyendo la Iglesia del Santo Sepulcro.
1009: El califa musulmán ordena la
destrucción completa de la Iglesia del Santo Sepulcro.
1042-48: El Emperador Constantino IX
Monómaco patrocina la reconstrucción de la Iglesia del Santo Sepulcro en
cooperación con el califa musulmán.
1054: Los cristianos en la tierra de
Israel son colocados bajo la jurisdicción del patriarca griego ortodoxo de
Jerusalén.
1095: El Papa Urbano II anuncia La Primera
Cruzada.
1099-1187: El periodo de las cruzadas y la
primera captura de Jerusalén por parte de los europeos.
Mayo 1141: Poeta español/hebreo, Judah
Halevi, promueve el retorno de la diáspora judía a Jerusalén.
1187: Saladino, un musulmán kurdo
captura a Jerusalén de los cruzados.
1244: Jerusalén es destruida.
1250: Jerusalén bajo el mandato de
los malukes.
1264: Najmanides, también conocido
como Ramban, revitaliza la presencia judía en Jerusalén y promueve que otros
judíos se regresen a la ciudad.
1392: El rey inglés Henry IV hace
una peregrinación a Jerusalén.
1516-1517: El imperio otomano reemplaza
el reino de los malukes en una gran parte del Levante mediterráneo y Jerusalén.
1535-1538: Solimán el Magnífico reconstruye
las murallas de Jerusalén.
1563: Se escribe el Shulján
Aruj, considerado como el “Código definitivo de Ley Judía”. Entre varios
otros dictámenes, el Shulján Aruj requiere que las puertas y
las ventas de las sinagogas judías se abran hacia Jerusalén para que los fieles
puedan orar en dirección de la ciudad santa. Según evidencia arqueológica, los
judíos que han vivido fuera de Jerusalén desde el exilio de Babilonia (597/586
B.C.E – 538 a.C.) han mantenido a Jerusalén como un objeto de la oración.
1604: Se llega a un acuerdo entre el
imperio otomano y el rey Enrique IV de Francia, lo cual permite que sus sujetos
visiten libremente los lugares sagrados en Jerusalén.
1774: Catalina II de Rusia y el sultán
otomano firman un acuerdo dándole a Rusia el derecho a gobernar sobre todos los
lugares sagrados cristianos en el imperio otomano, incluyendo los de Jerusalén.
1799: Napoleón, sin éxito, intenta
capturar a Jerusalén durante el asedio de Acre.
1831: Mohamed Ali de Egipto toma
Jerusalén.
1840: Los turcos otomanos retoman
Jerusalén.
1847: Giuseppe Valerga se convierte en
el primer patriarca latino de Jerusalén desde la época de las cruzadas.
1700 la Aliyá Jasídica
1882 la Aliyá Yemenita
1917 el mandato británico
1929 masacre judía
1947 corpus separatum
Guerra de 1947 a 1949: Violencia
a través del país, incluyendo en Jerusalén; actuando bajo órdenes, los
militares árabes saquearon y dinamitaron sinagogas y escuelas judías.
Veintisiete sinagogas y treinta escuelas fueron destruidas.
23 de enero de 1950: El
parlamento israelí declara a Jerusalén como la capital de Israel. Israel
traslada la mayoría de sus instituciones gubernamentales a Jerusalén – el
parlamento, la Corte Suprema, oficinas gubernamentales, y la oficina del primer
ministro.
11 de mayo de 1966: Se establece el museo de
Israel en Jerusalén.
7 de junio de 1967: Durante la Guerra de los Seis
Días entre Israel y los Estados Árabes vecinos, Israel tomó control de la
península del Sinaí, la Ribera Occidental, la franja de Gaza y el Golán, y de
toda el área de Jerusalén. Tras la guerra, el Vaticano abandonó su demanda de
internacionalizar a Jerusalén. El Ministro de Defensa de Israel, Moshe Dayan,
inmediatamente después de la guerra, aunque reclamaba la soberanía sobre el
Monte del Templo, escogió permitirles a los funcionarios musulmanes un
control de facto del Monte del Templo, siempre y cuando,
estuviera ‘ausente el quebrantamiento del orden público’. Existe controversia
entre los judíos en cuanto al derecho de acceso y el derecho a orar.
1967: El movimiento, Devotos del
Monte del Templo, basado en Jerusalén y formado por judíos ortodoxos, busca
(re)construir el Tercer Templo. Sus esfuerzos antagonizan a los musulmanes en
Jerusalén.
1967: La población de Jerusalén – 263.300
habitantes, 195.700 de los cuales son judíos.
22 de diciembre de 1973: Palabras
del Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Ismail Fahmi: “un acuerdo de
paz debe incluir, entre otros, los siguientes elementos: desistimientos,
fronteras reconocidas, medidas de seguridad, garantías, resolución de los
intereses legítimos de los palestinos y un reconocimiento que Jerusalén
contiene lugares considerados santos por tres grandes religiones.” Ismail
Fahmi, Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Declaraciones de apertura
en la Conferencia de la Paz para el Medio Oriente en Ginebra.
5 de enero de 1988: “Jerusalén
será internacionalmente reconocida como la capital de Israel en cualquier
futuro acuerdo de paz. Pero Jerusalén también es el centro de las aspiraciones
de los palestinos. Por lo tanto, para una Jerusalén pacífica, la ciudad debe
seguir siendo unificada, garantizando la libertad de culto y el acceso. Además,
se deben encontrar medidas políticas que reflejen las características de la
población de la ciudad.” Hacia la paz árabe-israelí: Informe de un
grupo de estudio. El ‘Brookings Institute’.
JERUSALEN
EN EL IMAGINARIO COLECTIVO
Mapa de Madaba, mosaico bizantino, siglo VI
Mapamundi
con Jerusalén en el centro, Salterio Latino, siglo XIII-XV.
Hartmann
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[3] Por lo general,
siempre se recita al final de Amidá, un verso de oración hebrea que termina con las palabras
"...bilvav Shalem": con un corazón derecho
[4] Gen 14,18
[5] Erlanger, Steven (2005-08-05).
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Sexta Cruzada, Federico II... cerró un tratado con los sarracenos en 1229 que
colocó Jerusalén bajo control cristiano pero permitió tanto a musulmanes como a
cristianos libre acceso a los santuarios religiososo de la ciudad. A los quince
años de la marcha de Federico, los turcos jorezmitas sucesores de los selyuquíes,
arrasaron Siria y Palestina capturando Jerusalén en 1244. (Jerusalén no
volvería a ser gobernado por cristianos hasta que los británicos la ocuparon en
diciembre de 1917, durante la Primera Guerra Mundial).
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Parlamento israelí la declaró capital de Israel".
[65] Michael
Dumper, The Politics of Jerusalem Since 1967, Columbia University
Press, 1997: Israeli West Jerusalem was made the capital of the State
of Israel (p. 21); "en 1953, los hachemitas otorgaron a Jerusalén
el estatus de amana (adiministración fiduciaria) y la hizo
"segunda capital" de Jordania" (p. 33)
[66] Anuncio de la
Cámara de los Comunes del Reino Unido de su reconocimiento del Estado de Israel
y de la anexión de Cisjordania por parte del Estado de Jordania. Commons Debates (Hansard) 5th series, Vol. 474, pp.
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[87] Los últimos Papas, Pablo VI, Juan Pablo II y últimamente Benedicto XVI, del 11 al 13 de Mayo del 209 visitaron como peregrinos de la Paz Tierra Santa.
[88]
A veces se unía el Jumash compendio
de la Torá y el Rosh Jodesh ritual sobre las fiestas y los tefilin
[89]
Este viaje tuvo como preparación inmediata el viaje apostólico del Papa
Benedicto que como “Peregrino de la Paz”
realizó a Tierra Santa del 11 al 15 de Mayo que pude seguir con toda curiosidad
y expectación como si se tratara de la mejor preparación para el nuestro.
[90] Talmud, Tratado de Kindushin, 49:2
[91]
Según narra el surah, capítulo del
Corán
[92]
Jerusalén aparece en la historia en el tercero y segundo milenio antes de
Jesucristo con los nombres de Urasalim y
Urashanem, la Biblia lo menciona con el nombre de Salem por primera vez en el libro del Génesis, (Gen 14, 17-24)
[93]
Esta división se remonta a la fundación de la Aelia Capitolina por el emperador Adriano en l 35 d. C. El cardo
dividía la ciudad de norte a sur y a él e ajusta la actual calle de Ha-Bad, que va desde la puerta de
Damasco a la de Sión. El decámenus la
cruzaba en ángulo recto de este a oeste coincidiendo con las calles de David y
de la Cadena. La actual repartición de los barrios se va cristalizando a partir
de los Cruzados.
[94]
Allí viven unas 300 familias alrededor de la Catedral de Santiago.
[95]
Allí viven unas 7000 familias en general de buen status, artistas, intelectuales
y ricos judíos extranjeros.
[96]
Allí viven unos 50.000 árabes, en general comerciantes en torno al zoco o
mercado central.
[97]El pináculo es de 26 m. de altura. Desde sus
almenas hasta el fondo del torrente hay 120 m. Entre los bloques de piedra
labrada que se utilizaron en la mampostería del templo, miden 8m y pesan cerca
de cien toneladas. Desde allí según la tradición fue arrojado Santiago el
Menor, primo de Jesús y primer obispo de Jerusalén. La tumba de Absalón es de
la época macabea, de forma cúbica y cubierto con una cúpula cónica.
[98]
El monumento funerario de Zacarías recortado y aislado en la roca viva es un
monolito cuadricular coronado con una pirámide, su estilo responde a la época
helénica del s. II a. C. En el que se conoce como la tumba de Santiago, una
inscripción indica el nombre de la familia sacerdotal Beni Hezir
[99]
Recientemente hay estudios que dicen que fue Juan sucesor de Cirilo (386-417)
quien hizo construir la suntuosa iglesia de la Dormición sobre el lugar del
Cenáculo.
[100]
San Cirilo, Catequesis de Jerusalén,
Cat XIII 4 PG 33, 924
[101]
La maqueta a escala 1:50 fue hecha por
iniciativa de M. H. Kroch, tras 7 años de estudios serios y minuciosos en razón
a los descubrimientos arqueológicos y ocupa una superficie de 1000 m2 . Se
encuentra en hotel Holy Land de
Jerusalén.
[102]
Esta se puede ver en las afueras y a la entada de la Iglesia se San Pedro en
Gallicanto
[103]
El perímetro de las murallas es de casi 4 Km, su altura media de 13 m y 3 m. de
espesor. Así se describe en la obra de Pierre Benoit, Las murallas de
Jerusalén.
[104]
El pináculo del Templo es uno de los
cuatro ángulos de los pórticos del Templo. Tiene unos 180 m de altura. Flavio
Josefo decía que en este lugar había peligro de sufrir vértigo mirando desde
arriba hacia el torrente. Es precisamente en este lugar donde se sitúa una de
las tentaciones de Jesús.
[105]
El manto ritual para la oración,
un manto alargado con franja oscuras y
flecos
[106]
Las famosa filacterias, tiras de cuero con fragmentos de la Sagrada Escritura
que guardan en unas cajitas.
[107]
Especie de solideos para cubrirse la
cabeza, o en su caso también utilizan gorros o sombreros negros.
[108]
Los judíos más ortodoxos cuyo aspecto se distingue por su cabeza rapada, barba
larga y de sus patillas dejadas crecer cuelgan largas trenzas.
[109]
Gorros de pieles en general de zorra que fueron usados por los antepasados en
Polonia por orden del rey Sijón para ridiculizarlos. Se convirtió después en un
signo honorable.
[110]
Hoja donde los judíos escriben su oración y doblada se incrusta en las rendijas
del muro.
[111]
La piscina estaba cercana a un mercado de ovejas y a la puerta Probática
denominada también la de los rebaños. Un pequeño canal unía la piscina con el
Templo donde se utilizaban sus aguas para los sacrificios rituales.
[112]La
piscina era rectangular en dirección Norte Sur tenía 120 m. de largo y 78 de
ancho. La Basílica de Nuestra Señora Probática reposaba sobre el pórtico
central de la piscina y sus naves se apoyaban sobre el dique y sobre
los siete arcos situados en el estanque.
[113]
Cúpula octogonal, los lados tienen de 20 m, el diámetro de la base 70m, la
altura de la cúpula 30 m y un diámetro en el tambor de 25 m.
[114]
Según algunos autores coincide con el lugar del altar de lo holocaustos del
Templo, donde se vertía la sangre de los sacrificios.
[115]
Desde la Roca Mahoma fue elevado al cielo sobre el legendario corcel alado El-Burak atravesando los siete cielos y
presentarse ante Dios después de haber sido trasladado durante la noche y en
visión desde la Meca a Jerusalén, Cf. Corán, XII, 1.
[116]
El Rey Balduino II concede a la Orden del Temple el privilegio de darles la
custodia del Templo y sus dependencias. Desde entonces circulan toda clase de
leyendas esotéricas a secretos que los caballeros guardaron celosamente, en
relación al Arca de la Alianza, la lanza de Longinos y el Santo Grial. Aunque
no se ajuste a la historia hay autores como Charpentier que afirman que los
templarios encontraron en el Templo estos antiguos tesoros dotados de cierto
poder talismán y los escondieron o trasportaron en secreto.
[117]
Esta reliquia según la tradición fue rescatada por el centurión que pertenecía
a la legión de Tarraco, Longinos que
fue testigo ocular del hecho. Cuando los Cruzados tomaron la ciudad de
Antioquía en 1097 un sacerdote, Pedro Bartolomé indica donde se guardaba y es
rescatada después por los Templarios y llevada a Francia y luego a Roma para
pasar a depositarse en la Basílica de San Pedro debajo de una de las columnas
que sostiene la Cúpula.
[118]
Los caballeros o maestros sufies eran
conocidos como los Futuwa que están a
la base del esoterismo islámico. El apelativo colectivo de sufiya aparece en Alejandría en el 821 para denominar a los
puritanos insurrectos y designa a un grupo de musulmanes que se transmiten una
tradición esotérica y secreta, relacionad con la al-qémiye, la alquimia.
[119]
Toda la tradición de los chiítas hablan de una Copa a la que llaman “Luz de la Gloria”. La tradición Jshraqi iraní también habla de una Copa
denominada “La ciudad de la esmeralda”.
[120]
Los denominados “creyentes” era como
se llamaban los primeros musulmanes y que aparece mil veces en el Corán
[121]
Marwazins significa las balanzas pues
allí serán pesadas las obras buenas y malas el día del juicio final.
[122]
Las tres primeras mezquitas fueron la de la Meca, Medina y Al-Aqsa, así o
reseña uno de los hadith de Al-Khidri
[123]
Construida por Abd-el Malik, destruida por terremotos, fue restaurada por
El-Zahir en 1033. los cruzados instalaron las dependencias de los reye latinos
y luego fue sede de los Templarios hasta la conquista de Saladino. Luego se
incendió en 1969 y fue modernamente restaurada.
[124]
Hay estudios de arqueólogos judíos que discrepan con el recorrido del Vía
Crucis. El arqueólogo israelí Nahman Avigad afirma que la Puerta de Gennath,
mencionada por Josefo se encontraba en la zona norte del barrio judío. Según
este durante el periodo musulmán los cristianos se equivocaron al creer que la
fortaleza Antonia era el Praetorium donde Pilatos había juzgado a Jesús.
Los franciscanos desarrollaron en el medievo S. XII-XIII la tradición de las
estaciones de la cruz a lo largo de la Vía Dolorosa, desde la ubicación de la
fortaleza Antonia partiendo de este supuesto. La diferencia de los itinerarios
el de la Vía Dolorosa tradicional y la posible ruta según estos estudios se
recogen en el plano de Jerusalén del S. I que expusimos en el incio.
[125]
Este lugar sería tremendamente
significativo para la comunidad cristiana por ser no sólo el lugar donde Jesús
instituye la Eucaristía celebrando la última cena con sus discípulos sino
también por ser el lugar donde se reunían para orar después de su muerte (Hechos 1, 14) y donde estaban reunidos
en la venida del Espíritu en Pentecostés (Hechos
2,1). La tradición también asocia este lugar donde la Madre de Jesús vive
sus últimos años y donde acontece su dormición o tránsito a los cielos.
[126]
El arzobispo de Jerusalén, Juan, manda erigir esta grandiosa basílica como
madre de todas las iglesias. Así se levanta en el S. IV con el nombre de Hagia
Sión, la madre de todas las Iglesia, Mater
ómnium ecclesiarum. Adriano en su viaje a oriente encontró destruido el
Templo y la ciudad de Jerusalén pero hace mención de algunas casas en torno a
la pequeña Iglesia de Sión. Las investigaciones y hallazgos arqueológicos
encontrados en la zona se remontan hasta el S. I señalando un lugar: Coenaculum sobre el que Constantino
mandara construir la Basílica de Santa María de Sión, la Hagia Sión a instancias de Santa Elena.
[127]
Tras la derrota de 1187 la iglesia de los Cruzados denominada Santa María del
Monte Sión comenzó a caer en ruinas y en el S. XIV estaba prácticamente
derruida, tan sólo se salvó el Cenáculo. Los padres franciscanos lo restauraron
en 1343, luego los turcos en 1523 lo transformaron en mezquita edificando un
minarete.
[128]
En el muro de enfrente hay un Mihrah de
alabastro, el nicho de oración de los musulmanes orientado hacia la Meca.
[129]
Santa Catalina de Emmerick, Pasión y Resurrección de Jesús, Visiones y
revelaciones
[130]
Así lo comentan San Efrén, Abercio, Dockimof, Edith Stein etc. El padre Jesús Castellano en su obra María Mujer Eucarística, comenta también
que es lógico pensar en la cena pascual con la presencia de las mujeres que
solían acompañar y seguir Jesús.
Aquellas mujeres que lo acompañan y siguen ayudarían a Jesús a preparar el
banquete pascual. Es verosímil que pudieran estar en mesas o salas aparte
escuchando y viviendo lo mismo. También es pintada por algunos artistas
como Fray Angélico en el convento de San Marcos en Florencia.
[131]
La razón de esta separación comenta Ruperto en su lectura alegórica contempla a
los gentiles y a los judíos a quienes Cristo une en sí mismo llevándoles a una
misma fe. Ahora unidos a Cristo gracias a su sacrificio une los que antes
estaban lejos. P. Emiliano Jiménez Hernández, José en busca de sus hermanos
[132]
P. Evdokimov, El Misterio de maría en la
Iglesia Ortodoxa
[133]
A los pies del huerto de los Olivos se encuentra el sepulcro de la Virgen María
del S. I excavada en la roca a la que se accede por una escalinata profunda de
45 peldaños. Allí dice la tradición fue depositada por los apóstoles hasta su
Asunción. La Iglesia ortodoxa prepara cada año una procesión con la Virgen
desde el Monte Sión hasta la Tumba vacía de la Virgen María.
[134]
Junto al Huerto de los Olivos la tradición oriental conserva el denominado
sepulcro de María cuyo núcleo original se remonta a la comunidad judeo
cristiana de Jerusalén de los S. II y II. Había allí un núcleo funerario de
tres grutas. Las de San Joaquín y Santa Ana, San José, etc. A raíz de unas
inundaciones en 1972 el P. Bagatti se encontraron los restos de una iglesia
sinagogal de la comunidad judeo cristiana
[135]
Este lugar al que los judíos llaman la Diáspora del sionismo moderno es un
lugar muy venerado.
[136]
Hoy en día el museo del Holocausto ha pasado a las afueras de Jerusalén en las
cercanías del monte Herz al Memorial mausoleo del Holocausto Yad Vashem, yad,
memorial, shem, nombre.
[137]
Allí aparecen fotografías espeluznantes
de fosas repletas de cadáveres esqueléticos, mujeres desnudas al borde
de las fosas comunes para ser fusilados, niños hambrientos y famélicos, colas
de judíos esperando en los trenes para ser deportados a los campos de
concentración.
[138]
Se puede ver la reproducción de un horno crematorio con fotos metiendo en ellos
los cadáveres sacados de la cámara de gas, la primera cámara de gas que se
instala en el campo de concentración de Aswitch.
[139]
En el Museo del Holocausto de Yad Vashem,
al oeste de Jerusalén se haya el memorial amplificado de los judíos
exterminados. En su interior una llama permanente ilumina los nombres de los principales
campos de concentración grabados sobre mármoles negros.
[140] Chisholm, Hugh,
ed. (1911). "Calvary". Encyclopædia Britannica (Undécima ed.). Cambridge
University Press.
[141] Evangelio de Mateo: "Llegaron al
sitio llamado Gólgota, que quiere decir lugar de la calavera" (Mateo 27:33) Evangelio de
Marcos: "Le llevaron al lugar del Gólgota, que quiere decir lugar de
la calavera" (Marcos 15:22)Evangelio de Lucas:
"Cuando llegaron al lugar llamado La Calavera, le crucificaron allí"
(Lucas 23:33) Evangelio de
Juan: "Tomaron, pues, a Jesús, que, llevando su cruz, salió al sitio
llamado lugar de la calavera, que en hebreo se dice Gólgota" (Juan 19:16-17).
[142] George M.
Lande (2001) [1961]. «Building Your Biblical Hebrew Vocabulary Learning Words
by Frequency and Cognate». Resources
for Biblical Study 41 (Atlanta: Society of Biblical Literature).
p. 115.
143 N.
Garibian de Vartavan, N. (2008). La Jérusalem Nouvelle et les premiers
sanctuaires chrétiens de l’Arménie. Méthode pour l’étude de l’église comme
temple de Dieu. Londres: Isis Pharia.
144 Peter Schäfer (2003). The Bar Kokhba war
reconsidered: new perspectives on the second Jewish revolt against Rome. Mohr
Siebeck. p. 36.
[145] Itinerarium Burdigalense, páginas 593-594
[146]
Eusebio, Vida de Constantino, 3:26
[147]
Melitón de Sardes, En el Este
146 Coronel
Claude R. Conder, The City of Jerusalem (1909), (reeditado en 2004)
[148] Warwick Ball. Rome in the East: The
Transformation of an Empire. p. 294.
[150] Charles
Clermont-Ganneau. Archaeological researches in Palestine during the years
1873-1874.
[151] Jerome Murphy-O'Connor, The
Holy Land, (2008), página 29.
[152] Peter Schäfer (2003). The Bar Kokhba war
reconsidered: new perspectives on the second Jewish revolt against Rome. Mohr
Siebeck. p. 36.
[154] Charles Clermont-Ganneau. Archaeological
researches in Palestine during the years 1873-1874. p. 103.
[155]
El emperador Adriano para erradicar todo el recuerdo de Jerusalén mandó
destruir los restos de los muros, pasó el arado por toda la localidad, rellenó
el Calvario de escombros, sobre la explanada construyó un foro y un templete a
la diosa Venus.
[156]
Es verosímil que parte de la cantera original de piedra calcárea fuera
trasformada en sepulturas y una de ellas, a unos 40 m. del montículo de la
Calavera, fuera adquirida por José de Arimatea. Allí este habría hecho tallar
en la propia roca la tumba como era común entonces, con su pequeña antecámara y
la cámara mortuoria.
[157] Aún a
pesar de lo intentos de borrar todo rastro el lugar del Santo Sepulcro se
mantuvo en la memoria de la comunidad judeo cristiana. Se pudo acceder
precisamente por la localización del altar de Venus que habían colocado para
olvidar su memoria. Elena la madre de Constantino y el obispo Macario
descubrieron bajo el altar de Venus el Calvario y el Sepulcro de Jesús intactos
entre la arena y los escombros. Constantino decidió edificar allí una grandiosa
Basílica denominada el Martirium. Detrás
del ábside se alzaba el Gólgota y al occidente se levantaba el Anástasis una monumental rotonda de 38 m
de diámetro. En el centro se hallaba el sepulcro vacío.
[158]
Nusseibeh cierra las puertas de la basílica a las 800 p.m. y se pone de acuerdo
con los sacristanes de los griegos, latinos y armenios para ver a quien le toca
abrir las puertas. Él llega a las 4.00 a.m. cada mañana y toca a las inmensas
puertas en la fachada románica de Melisenda.
[159] Los
oficios con las oraciones rituales comienzan a media noche. Todas las distintas
comunidades antan sus maitines. El oficio de los coptos es en antiguo egipcio
copto. A las 2.00 los ortodoxos dominantes empezaron su misa con ocho
sacerdotes cantando en griego alrededor de la Tuba. Luego le ceden paso a los
armenios para su servicio, badarak en
armenio que empieza a las 4.00 cuando se abren las puertas. Los católicos
tienen su oportunidad a las 6.00 de a mañana
[160] A la
capilla del Calvario se accede por unas escaleras que se encuentran a la
izquierda del vestíbulo de entrada. Una gran plataforma recubre la cima de la
roca, a unos 5m del suelo y en ella hay a su vez dos capillitas abovedadas y
comunicadas entre sí, la de la derecha la latina y la central la de los
ortodoxos. La de la derecha recoge el lugar donde Cristo fue clavado y la de la
central de la izquierda el lugar donde muere. Bajo un altar un disco deja
abierto el agujero en el que estuvo sujeta la Cruz y en frente un enorme icono
de plata presenta a Jesús levantado en la Cruz acompañado de María y Juan.
[161] El
hall de entrada aparece decorado con dos bellos y grandiosos iconos que
representan el descendimiento y la sepultura de Jesús. Delante de ellos en el
suelo se encuentra la losa de la unción
donde supuestamente fue embalsamado el cuerpo de Jesús. El lugar estuvo sujeto
a muyas trasformaciones. La actual piedra de mármol fue reconstruida por los
riegos en 1810.
[162] A la
derecha del Santo Sepulcro se encuentra el lugar de la aparición a María
Magdalena y desde allí se accede a la capilla de la aparición de Jesús a su
Madre que regentan los padres franciscanos. En el ángulo derecho está un trozo
de la columna de la flagelación.
[163]
A la derecha del Santo Sepulcro se encuentra el lugar de la aparición a María
Magdalena y desde allí se accede a la capilla de la aparición de Jesús a su
Madre que regentan los padres franciscanos. En el ángulo derecho está un trozo
de la columna de la flagelación.
[164]
El P. Vincent dominico en 1910 realiza varias excavaciones y descubre la
antigua basílica bizantina de 3 naves de 38 m. de largo por 18m. de ancho.
[165]
El nombre de Eleona de la antigua
basílica se debe a Santa Elena la madre de Constantino que tanto se preocupó de
recuperar los lugares santos de Tierra Santa.
[166]
Los musulmanes son propietarios desde 1187.
[167]
Las excavaciones realizadas por el P. Corbo en 1959 descubrieron los restos de
la antigua basílica y de una fortaleza del tiempo de los cruzados.
[168]
Esta primera basílica tenía 26 m de diámetro y sobre el suelo decorado con
mosaicos se levantaban tres filas concéntricas de columnas con un doble pórtico
circular. El centro quedaba descubierto al cielo.
[169]
En la vigilia de la Ascensión con permiso del Imán se reúnen todas las
comunidades cristianas de Jerusalén par celebrar la liturgia de la Ascensión.
[170]
Sin duda esto guarda cierto paralelismo con lo describíamos en la Cúpula de la
Roca.
[171] Kelly Devries, Iain Dickie, Martin J. Dougherty,
otros, Batallas de las Cruzadas, Ed Susaeta, Madrid.
[172]
A este gran ejército también se le sumó otro segundo ejército de campesinos que
llegó antes al Imperio Bizantino.
[173]
Alejo logró un juramento de lealtad de los líderes cruzados y la promesa de que
todo lo que se ganase sería para él.
[174] Revista Desperta Ferro, La caída de Jerusalén,
nº 28
[175]
Balduino I cometió numerosas irregularidades entre otras repudiar a su primera
esposa, una armenia, para contraer matrimonio con la rica heredera de los
condes normandos de Sicilia.
[176]
En la práctica el rey de Jerusalén vendría a ser como el presidente de una
confederación de estados o reinos que se hallaban unidos a él por el prestigio
carismático de su trono y por oportunas alianzas matrimoniales. Rev. Desperta
Ferro, nº 28, pág. 8.
[177] Revista Desperta Ferro, Balduino IV El rey leproso,
nº 27
[178] Revista Desperta Ferro, Historia Antigua y Medieval,
nº 20
[179] Usama Ibn Munquid en su célebre obra autobiografíaca
Kitab Al I´tibar decía: “Los francos son los más cautos de todos los hombres en
el arte de la guerra”
[180] Revista Desperta Ferro, Balduino el rey leproso,
nº 27
[181] Revista Desperta Ferro, Balduino el rey leproso,
nº 27
[182] Ambroise, Estoire de la Guerre Sainte, dice al
respecto: “Cuando se perseguía a los turcos eran como una pesad mosca venenosa
que cuando la persigues, primer huye y luego se da la vuelta y te persigue a
ti.”
[183] Dome of the Rock (Qubbat
al-Sakhra) Archivado el 13 de marzo de 2013 en la Wayback Machine., en archnet.org, Dictionary of Islamic Architecture.
Acceso
17 de junio de 2012
[184]
Adnan Husseini: Muslim Waqf Activities in Jerusaelm. Archivado el 6 de noviembre de 2012 en la Wayback Machine. En PLO's Negotiations Affairs Department, From
the press, Jerusalem. Acceso 17 de junio de 2012
[185] Old City of Jerusalem: Publication of UNESCO’s
technical mission Report. 15 de marzo de
2007. En la página de Unesco. Acceso 17 de junio de 2012
[186] Since the 10th century BCE:"Israel was first forged into a unified nation from
Jerusalem some three thousand years ago, when King David seized the crown and
united the twelve tribes from this city... For a thousand years Jerusalem was
the seat of Jewish sovereignty, the household site of kings, the location of
its legislative councils and courts. In exile, the Jewish nation came to be
identified with the city that had been the site of its ancient capital. Jews,
wherever they were, prayed for its restoration." Roger Friedland,
Richard D. Hecht. To Rule Jerusalem, University of California Press, 2000, p. 8.
[187] Grenville, John Ashley Soames. A history of the world from the 20th
to the 21st century; Routledge,
2005. pg. 456.
[188] Weiner, Justus Reid. Is Jerusalem Being
"Judaized"?Archivado el 14 de marzo de 2012 en la Wayback Machine., Jewish Political Studies Review 15:1-2 (Spring
2003), citing Schmelz, U.O. "Modern Jerusalem's Demographic
Evolution," Jewish Population Studies 20 (1987):9
[189] Dung Gate
[190] Jewish Jerusalem - The Western Wall
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