SALAMANCA Y EL CAMINO DE FONSECA
ESQUEMA
0.
Introducción
0.1 El sentido de la peregrinación
0.2 Las peregrinaciones en el pasado
0.3 Salamanca en la encrucijada de caminos
1.
LA VIA DE LA PLATA
2.
EL CAMINO DE FONSECA
3.
LAS ETAPAS DEL CAMINO
4.
LA SALAMACA JACOBEA
5.
LUGARES DE INTERES DE LA PROVINCIA
6.
EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA PEÑA DE FRANCIA
0.
Introducción
0.1 El sentido de la peregrinación
El
sentido de la peregrinación es verdaderamente fascinante. Dante decía que
un peregrino se puede interpretar de dos maneras, en sentido vulgar y en
sentido estricto[1].
En sentido vulgar el peregrino es todo el que se encuentra fuera de su patria.
En un sentido estricto el que peregrina a tierra extranjera. Todos somos
peregrinos en esta tierra caminando hacia la Patria definitiva. Homero a través
de la historia de Ulises marca el camino de retorno a su tierra, a su hogar. En
el fondo todos sentimos esa ansia por volver a nuestro Origen. Es parte de
nuestra dimensión humana y divina. Todos tenemos sed de volver al seno que nos
dio a luz. Unamuno decía al final de su vida. “Vuelvo cansado del duro bregar,
acógeme Padre bueno en tu dulce hogar”
La peregrinación no es sólo un camino
físico sino un camino interior, una
verdadera experiencia mística.
Lanzarse a una peregrinación es aventurarse a transitar por caminos tortuosos
que otros ya han abierto y transitado. Los peregrinos han sido verdaderos
pioneros no solo por superar las dificultades naturales sino por transitar
caminos interiores del espíritu, verdaderos rastreadores
del espíritu.
El ponerse en camino es parte
fundamental de la vida humana. La idea de peregrinar es muy antigua, sentir la pasión
o veneración por un lugar santo es un
fenómeno universal. La devoción a un lugar sagrado es una de las
manifestaciones de fe más antiguas en todas las culturas. Como dice una teóloga
judía: “Los seres humanos desarrollaron lo que se ha dado en llamar una geografía sagrada que no tiene nada que
ver con un mapa científico del mundo, sino que se relaciona con la cartografía de su mundo interior”[2].
El término hebreo para señalar el
peregrinar es “alía lareguel” cuya
traducción significa “el que sube”, es
decir el que se eleva a través de sus pies. ¿Con que intención o que busca el
peregrino cuando se pone en camino? Las intenciones pueden ser varias. Cumplir
una promesa, perseguir o responder a una inspiración divina, alcanzar en el
lugar buscado una vivencia espiritual intensa etc. Sobre todo, no estancarse y
lograr un crecimiento espiritual.
El
peregrino es un ser en búsqueda, es un inconforme con su situación
espiritual. Necesita algo más de la vida y se lanza a buscarlo movido por una
inspiración divina. Uno empieza la peregrinación de una manera y termina de
otra. Cuando uno peregrina lo hace además con los que vinieron antes y los que
vendrán después. La peregrinación te
despierta el sentido trascendente de la vida. Una vida sin intercesión, sin plegaria
se empobrece. La oración nos abre a la dimensión trascendente y la puerta al
misterio. La peregrinación tiene el
valor de despojarnos de mezquindades acumuladas y la habilidad de encararnos
hacia lo eterno. Las peregrinaciones son tan antiguas como las religiones.
Guardan relación con los lugares santos y con la fe de los peregrinos.
Peregrinación
viene
de la palabra latina “per agrare”, el
que viaja o penetra a un país lejano y que tiene además una connotación para
poder ver un lugar santo o sagrado. La forma específica de la peregrinación no
es meramente un viaje turístico, recreativo o cultural, sino que está marcado
por una motivación o finalidad religiosa que evoca junto al viaje por fuera
otro tipo de viaje interior lo que queda reflejado por el prefijo “per”.
El mismo camino de la peregrinación
nos lleva más lejos, a la morada de Aquel que nos llama. El lugar santo es la meta y todo el camino supone la
preparación o purificación necesaria de entrada al lugar del encuentro. Toda la
existencia del hombre se podría decir que es una peregrinación. Peregrinar a
nivel profundo significa caminar hacia la verdadera Patria, meta final, la Jerusalén celeste. No
tenemos aquí la ciudad permanente, sino que somos todos peregrinos hacia el
cielo. El peregrino es aquel que espera y anhela alcanzar la verdadera patria
celeste.
Peregrinos en tierra
extranjera abriendo caminos y caminando hacia una patria y herencia común.
Hombres de fe creadores de la historia y forjadores de una nueva civilización
de la paz y del amor: “Por la fe se pusieron en camino obedeciendo una llamada.
Salieron sin saber bien a donde iban. Se trasladaron como forasteros habitando
en tiendas, a la intemperie, caminaron por el desierto apoyados en la fe como
bastón, vagaban cubiertos de pieles de cabra y ovejas. Nómadas necesitados,
atribulados, vagabundos por tierras desérticas entre montañas grutas y
cavernas. Renunciaron a imperios y valores y tesoros terrenos porque tenían
puestos sus ojos en otra promesa de paz. Se aferraban al invisible como si
fuera visible, atravesaron l mar como si pasaran por tierra firme, se
defendieron de enemigos, intentaron promover la justicia, cerraron la boca a
leones poderosos, extinguieron el ardor del fuego.
Pasaron entre llamas y no se quemaron.
Evitaron el filo de la espada, fueron valerosos, se enfrentaron a grandes
ejércitos, más aún torturados rehusaron librarse, prefirieron morir con valor y
honor confiando en la promesa. Sufrieron la prueba de las burlas, los azotes,
las cadenas. Fueron apedreados, destrozados, pasados a cuchillo. Fueron
maltratados, torturados, víctimas de todo atropello no renegando a su fe y
manifestando que el mundo no era digno de ellos”. “No fue su pericia, habilidad
y fuerza la que los mantuvo cuando asaltaron los soberbios y gigantes. Los
grandes ídolos perecieron y la esperanza del mundo se refugió en una pequeña
balsa que protegida en medio de tormentas guiada por la mano de Dios trasmitió
la semilla de la vida a los siglos venideros”[3].
Todos ellos esperaban la ciudad
construida sobre cimientos cuyo arquitecto y constructor es Dios. Este horizonte globalizante de la vida es
fundamental. La peregrinación como
bien eran conscientes los judíos nos lleva a la Jerusalén celeste. Todas las
demás peregrinaciones se presentan como sombras o figuras de esta gran patria
que buscamos desde nuestro nacimiento. Como lo anuncian los profetas, así se
designa en hebreo la Jerusalén celestial, Ierushalaim
shel mala, para diferenciarla de la terrenal Ierushalaim shel mata. La Jerusalén terrena es figura de la
celeste. También para los judíos sostienen que el ingreso a la ciudad celestial
podrá ser factible tan solo después de visitar la ciudad terrenal. De ahí que
al menos una vez en la vida se visite la ciudad Santa.
0.2 Las Peregrinaciones en el pasado
“Voy
por la vida peregrino y a veces creo que voy sin compañía cuando de repente
siento la presencia de alguien que me guía, otro viajero” [4]
Los
centros de peregrinación más importantes eran Jerusalén, Roma y
Santiago de Compostela. Vamos poco a poco a irnos introduciendo en cada uno de
ellos pues han sido etapas fundamentales de la propia vida.
Tras la paz romana primeramente se
desarrolla la peregrinación a Tierra
Santa, Eretz Israel, atraídos los
peregrinos por el Santo sepulcro. Pronto los peregrinos acuden a los sepulcros
de las sólidas columnas de la Iglesia: Pedro y Pablo. A principios del segundo
milenio se despierta con inusitado interés la peregrinación a la tumba del
apóstol Santiago. Ya desde antiguo se insistía en la necesidad de preparar la
peregrinación con previas visitas a santuarios, en especial en los que se
conservaban o veneraban las reliquias de los santos. De las peregrinaciones sale uno fortalecido. Según se cuentan de los
peregrinos del Camino de Santiago se decía de ellos que peregrinos se
hacen los hombres para servir a Dios y honrar a los santos[5].
La
preparación de la peregrinación tiene mucho que ver con el fruto a
encontrar. La propia peregrinación es una auténtica preparación del alma para poder
encontrarse en la mejor disposición para recibir el mayor fruto espiritual. La
penitencia, la intercesión, la súplica dispone el alma para henchirla y abrir
el espacio a la gracia que tan copiosamente se derrama a quien la busca.
Las peregrinaciones podrían tener
múltiples intereses o motivos, pero estos van más allá de un puro conocer
lugares. En general los peregrinos han sido devotos ansiosos de encontrar una
experiencia mística. Muchos peregrinos han sido arrastrados por múltiples
sentimientos religiosos, motivos de enmienda o penitencia. Era común en el
medievo imponer de penitencia pidiendo la renovación de vida y costumbres.
Otros como petición o acción de gracias con motivo de cumplir una promesa o por
una causa especial. Otros más profanos eran movidos por la curiosidad de
conocer nuevas gentes de lejanas tierras y culturas que les abrieran nuevos
horizontes.
Las
peregrinaciones se remontan a miles de años, a miles e personas que han dejado
huella y marcado un rumbo a la historia. La peregrinación nos adentra en toda
una corriente espiritual, fuente incesante renovadora de gracia. Como dice una
antigua oración de los peregrinos: “Que
todos los santos con todos los demás hombres de Dios nos asistan y sus méritos
y súplicas alcancen nuestro favor ante nuestro Señor Jesucristo que con el
Padre y el Espíritu vive y reina por los siglos de los siglos”[6].
Cuando nos planteamos las raíces de
nuestra identidad nos equivocamos cuando creemos residen en gestas imperiales.
Los intereses de monarcas y emperadores construyeron imperios y aunque fueron
canales de civilización muchas veces no eran sino intereses terrenales. Los
caminos que siguieron nuestros continentes fueron entretejidos por un pueblo
creyente movido no sólo por grandes ideales y gestas de caballeros sino por una
valerosa y sorprendente fe que les dio el coraje de perseverar contra viento y
marea. Los peregrinos abrieron las
barreras y fronteras para abrir y unir las culturas más diferentes en una misma
experiencia de fe constituyendo una única nación-pueblo, la de los creyentes.
Alemanes, suecos, ingleses, italianos, húngaros, polacos, franceses. Distintos
pueblos y culturas se unían en una misma fe. Incluso en una encrucijada de
caminos ver converger pueblos musulmanes, judíos y cristianos en un mismo
origen común.
Las peregrinaciones tienen como metas ciudades, santuarios o lugares
santos y abriga en ellos la búsqueda de una satisfacción trascendente y
búsqueda de sentido, de verdad, de plenitud donde el hombre puede rehacerse de
sus angustias y dar con la satisfacción de sus más hondos anhelos.
Cada pueblo con sus creencias y
religiones ha tenido como legado común una forma de vehicular sus creencias y
herencias espirituales y culturales, las peregrinaciones.
Cada pueblo con sus específicas peregrinaciones
a lugares santos participa de una u otra forma de un substrato común como una
epifanía de la fuerza del espíritu sobre un complejo mundo de las más diversas
motivaciones.
Toda la vida es una peregrinación, un camino. Como decía el
poeta “caminante no hay camino, se hace camino al andar”[7]. Lo
único que poco a poco va descubriendo es que sí que hay camino, un camino a
recorrer y un caminante que lo camina con nosotros.
Como los discípulos de Emaus no lo
reconocían y caminaba con ellos y El se les fue revelando según caminaba. Poco
a poco se les abrieron los ojos. El mismo les hizo ver cuán lentos y cuán
torpes eran en reconocer todo lo que habían vivido y les empezó a hacerles
descubrir su paso por sus vidas[8]. Resulta
un maravilloso ejercicio releer nuestra vida, nuestra historia a la luz de la
fe.
Todas las religiones practican la peregrinación como una auténtica
búsqueda de Dios para propiciar un verdadero encuentro con El. Dios ha estado y
esta presente en nuestros entresijo de la historia lo que pasa es que muchas
veces no lo reconocemos. Es como si se tratar de encontrarse mutuamente para
caminar en la misma dirección.
Toda la historia del pueblo de Dios se
vivió en peregrinación. Así Abraham
se puso en camino con toda su familia hacia la tierra prometida. Nuestros
padres en la fe se pusieron en camino y caminaron como peregrinos sin saber muy
bien hacia donde caminaban, hacia donde Dios les conducía confiando en una
promesa. Anhelaban una tierra mejor, una morada permanente, donde se dieran los
frutos mesiánicos, done reinara el amor y la justicia y Dios fuera su sólido
fundamento.
Así Abraham salió fuera de su tierra y
caminó como nómada peregrino hacia la
tierra prometida sin llegar a poseerla. También Moisés después de cuatrocientos
años de esclavitud en Egipto salió con todo su pueblo en un largo éxodo por el
desierto caminando durante cuarenta años hasta entrar en la tierra prometida.
Aunque sus descendientes llegaran a conquistarla y a establecerse como un reino
pronto quedaron desposeídos para hacerles comprender que era otra tierra y el
reino que anhelaban.
Llegada la plenitud de los tiempos
vino Jesús como el nuevo Moisés para reemprender un nuevo éxodo con toda la
humanidad y llevarla a su verdadero destino. Jesús emprende la gran
peregrinación con todo su pueblo hacia la casa paterna. Dios mismo en
Jesús, baja de su santa morada para caminar con nosotros como peregrino y
llevarnos con El a la morada del Padre.
Jesús emprende la gran peregrinación saliendo al frente de su pueblo para hacernos
avanzar por el desierto de la vida librándonos de todos los enemigos, el pecado
y la muerte, cargando con nuestras culpas para aliviarnos, levantarnos y
llevarnos sobre sus hombros a su Padre. En su gran peregrinación tuvo sus grandes etapas y altos en el camino.
Caminar
paso a paso[9]
Florecen a tu paso los manzanos
los azahares al borde del camino
de naranjos y paso peregrino
el aroma del valle que habitamos.
el trébol reverdece, un aire perfumado
de abeto es tu mirada y azulado
el aliento del viento penetrante.
a tu imagen, por ti, para tu gloria
y descubres la trama de la historia
que tus ojos contemplan asombrados.
te comprendes, Mesías anunciado
y el amor infinito acurrucado
en tus ojos exalta su grandeza.
y una laguna riega tu tristeza
contiene el mar inmenso en su pobreza;
tu mirada la acuna tiernamente.
Canta la tierra, tu paso la estremece
Pascua del cielo, tu sol la ha anticipado
camina un joven, paso cautivado
su mirada ondulante entre mieses
Lámina La Vía de la
Plata y la corriente histórico artística con su patrimonio.
0.3 Salamanca en la encrucijada de caminos.
Toda peregrinación tiene un inicio y
comienza dese el punto de partida.
Decía el dicho popular jacobipeta que
es en la puerta de la casa de cada uno donde comienza el Camino. El punto de
partida de la larga peregrinación de la vida empieza en la casa paterna. Se
trata de volverla inicio, la casa nativa que nos vio nacer y crecer. La casa
que nos vio partir. Se trata como volver al Kilómetro cero de nuestra
peregrinación[10].
Todos necesitamos un punto de referencia, un punto estable de partida pues sin
este la vida se hace ininteligible. Tantas veces que en la vida nos perdemos
por los caminos, vericuetos y entretesijos que la misma vida comporta. Es
preciso volver a la fuente, al origen, al punto de partida, para recuperar el
hilo conductor. A veces nos parece haber sido arrojados a un mundo donde nos
sentimos huérfanos, sin raíces, sin padre y sin madre. No fuimos desalojados
del vientre materno para vivir al desamparo, a la intemperie. Necesitamos calor
de hogar, tenemos nostalgia de ser.
Volver a los orígenes es hacer memoria volver
al pasado histórico para asegurar y garantizar nuestra propia identidad.
Olvidarse del pasado es desconectar con las fuentes recreadoras de la vida, es
perder la herencia cultural- espiritual que nos dio el ser. Sin pasado, sin
memoria redebilita nuestra identidad y perdemos la libertad de ser lo que
somos. Nos transformamos en vagabundos errantes en la noche del sinsentido
experimentando el vacío, la sequedad, el cansancio, el hastío. No podemos ir
por la vida caminando solos. La vida se construye caminando con otros, la
construimos juntos, junto con los que caminaron detrás de nosotros que fueron
forjadores de una historia que nos pertenece. También nuestra historia presente
les pertenece a los que vendrán detrás de nosotros. Nosotros somos también
forjadores de la historia para el futuro que vendrá. La historia se va
construyendo como la ida misma en un tejido de experiencias personales
sociales, culturales, espirituales que se van enriqueciendo entretejiendo para
dar con el entramando que denominamos nuestro mundo. No dejemos de juntos
construir un mundo que merezca la pena ser vivido[11].
La ciudad de Salamanca podríamos
considerarla como encrucijada de caminos. Está situada en la comarca del Campo de Salamanca, junto al río Tormes y es
punto clave de defensa y de paso de la vía de la Plata, parte del Camino de
Santiago y es parte de la Ruta Camino de la Lengua Castellana. La
ciudad se levanta sobre cuatro cerros. El originario cerro de San Vicente, el posterior
cerro o teso de las Catedrales situado entre dos vertientes de los arroyos de
Santo Domingo y los Milagros y que se va extendiendo a otras collaciones.
Denominada como la Atenas castellana o
Atenas de Occidente, Roma la Chica. Se le denomina así por estar como Roma
levantada sobre colinas como Roma aunque más chica pues no son siete colinas
sino cuatro. La ciudad renacentista por excelencia de España es toda una obra
maestra de larga historia. Su ocupación sucesiva a lo largo de veintisiete siglos
de historia ha creado una estratigrafía de culturas que nos permite hablar de
varias ciudades superpuestas e interrelacionadas.
Así surge en lo que aparece como un
originario castro celtibérico después
de vacceos y vetones la Salmántica
como ciudad antigua que pasa ser la Helmántica romana y la civitas o mansio de Salmántica. Tras su
reconquista y repoblación es refundada como ciudad
medieval y que tiene todo su apogeo como ciudad renacentista.
A su universidad acudieron numerosos
famosos, santos, literatos, hombres del saber y de las ciencias, gobernantes y
líderes políticos, próceres del nuevo mundo y los más variados personajes. En
el siglo de Oro pasan Garcilaso y Cervantes. A Salamanca acude Santa Teresa, San
Juan de la Cruz. Fray Vitoria elabora su derecho a los indígenas. Fray Luis de
León traduce el Cantar de los Cantares a las lenguas vernáculas. Juan de la
Encina elabora la lengua castellana. En Salamanca se prepara y e aprueba el
viaje de Colón a las Indias.
Aunque es valioso y precioso su abolengo,
sobre todo su apogeo lo adquiera en el renacimiento como la Florencia de
España, la ciudad plateresca por la
suntuosidad de su labrado en piedra, a manera de los orfebres artesanos.
Salamanca es una verdadera joya por la belleza de sus monumentos.
Situada como encrucijada de caminos en
la Vía de la Plata la transitaron todos los pueblos que forjaron la historia de
la región y todas las corrientes artísticas que enriquecieron su patrimonio. En
1988 la ciudad
fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el
2002 es convertida en capital de Europa. Cuenta con un importante patrimonio
arquitectónico, entre el que destacan sus dos catedrales, la Catedral Vieja y la Nueva, la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor, el Convento de San Esteban y las Escuelas Mayores. Desde
2003, la Semana Santa en Salamanca está
declarada de Interés Turístico Internacional. En 2002 fue Capital Europea de la Cultura, en 2005 acogió la celebración de la XV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno y
desde el mismo año celebra anualmente el Festival Internacional de las Artes
de Castilla y León.
Muchos han cantado y elogiado su
hermosura. Desde los clásicos literatos, Garcilaso o Cervantes: “Advierte hija
mía, que estas en Salamanca que es llamada en todo el mundo madre de las
ciencias”. Miguel de Unamuno compone unas hermosas odas: “Alto soto de torres
que al ponerse tras las encinas que el celaje esmalte dora a los rayos de su
lumbre el padre sol de Castilla. Bosque de piedras que arrancó a las entrañas
de la tierra madre. Remanso de quietud, yo te bendigo. Mi Salamanca.”.
“Salamanca, Salamanca renaciente maravilla, académica palanca de mi visión
Castellana”. “Es una fiesta para los ojos y para el espíritu ver la ciudad como
poso del cielo en la tierra de las aguas del Tormes”.
Otros también la han alabado como Jesús Ricardo Rasueros: “Si ofrendáis corazón en sementera sabréis porque en hechiza Salamanca”. “Una vez en la calle admirarán por doquier restos preciosos de aquel bello estilo, que recordaba los tiempos en que Salamanca fue la Atenas de Occidente”[12].
José de Espronceda, en "El estudiante de Salamanca" habla de la famosa Salamanca, como insigne en armas y letras, patria de ilustres varones, noble archivo de las ciencias.
El historiador Luis Enrique Rodríguez-San Pedro Bezares dice:
"Cabe sospechar que, en este complejo discurrir de siglos y circunstancias
cambiantes, en este tejer y destejer de funciones, protagonistas y atmósferas
culturales contrapuestas, lo único esencial, lo único vertebral y permanente
sea la continuidad en la referencia simbólica, la fascinación de un
nombre:¡Salamanca!"
1
Salamanca en la Vía de la Plata
Salamanca está situada dentro de un
corredor natural del oeste peninsular conocido como Vía de la Plata. Su pasado hunde sus raíces en los asentamientos de
los tiempos de los arévacos y vacceos, aunque no se constituye como núcleo
urbano hasta la ocupación cartaginesa, en el S. III a.C. Es sobre todo con los
romanos quienes la toman como bastión defensivo de la vía de la plata a la
ribera del río Tormes. Allí levantan el grandioso puente. Su ubicación
fronteriza facilitó el tránsito de la vía que unía las explotaciones de aceite
del sur con las explotaciones de oro en el norte. La construcción de la Vía de la Plata favoreció el nacimiento
y posterior desarrollo de muchos núcleos de población que con el tiempo
llegaron a convertirse en importantes centros espirituales y artísticos.
La vía
de la Plata se construye uniendo la Astúrica Augusta (Astorga) y la Augusta
Emérita (Mérida)[13].
A partir del S. II los romanos construyeron en la provincia romana de Hispania
toda una red de calzadas para facilitar las comunicaciones. La Vía de la Plata era una de las más
famosas y comunicaba las ricas minas de las Médulas en León en el norte y los
olivares de Andalucía. Al sur desembocaba en el puerto de Cádiz y al note con
Gijón. Esta calzada era el eje vertebrador de Extremadura. Se utilizó como base
un camino natural de trashumancia que la atravesaba de norte a sur. Antes de la
construcción de la milenaria Vía romana, discurrían las antiguas cañadas por
las que el ganado transitaba en busca de los pastos frescos estacionales. Esta
trashumancia aparece unida a una antigua forma de vida que hacía parte de la
cultura propia de la región extremeña. Este camino natural se denominaba cañada de la Vizana y por esta los
pastores de Extremadura subían los ganados de animales vacuno y lanar hacia los
pastos de verano de los montes de León. La existencia de esta vía de
penetración fue primordial en el primer milenio. Esta vía fue originando poco a
poco un desplazamiento de la vida rural hacia formas de doblamiento de carácter
más sedentario y urbano.
Desde época prerromana los pueblos que
habitaban estos lugares, lusitanos, vettones, iberos y célticos, buscaron los
mejores accesos naturales. El primer proceso de unificación se manifiesta en la
aparición de un estado territorial cuyo centro era la región onubense de los Tartessos. Los tartesios necesitaban
para su desarrollo una vía de comunicación estable de norte a sur. La cultura
tartésica abrió esta ruta comercial desde el Guadalquivir hasta León utilizada
durante los S. VII-V a.C. La ruta fue olvidándose entre las convulsiones
generadas entre otras tribus. Tras la desaparición de los Tartessos una nueva potencia colonizadora inicia desde el sur se
trata de los cartagineses
Fueron los cartagineses y después los
romanos los que las mejoraron y convirtieron en calzadas para avanzar durante
sus campañas de colonización. Utilizando el viejo camino tartésico y la ruta
seguida por Aníbal Barca, constituida la península en provincia romana, se
empezó a construir una vía romana. En Hispania se comenzó la construcción de
toda una serie de obras de ingeniería. Fue sobre todo durante el emperador
Octavio Augusto quien proyectó una calzada que uniese Astúrica Augusta (Astorga) con Hispalis
(Sevilla) y Gadir (Cadiz), pasando
por Augusta Emérita (Mérida)[14].
A vía que había sido originariamente
abierta por Cepión y Mételo en el S. II a. C. siguiendo el trazado tartésico
Augusto la aseguró en su campaña a lo largo del año 26 a.C. Las fuerzas
militares que reutilizaron ellas guerras cántabro astures habían de desplazarse
a lo largo del país vetón y del territorio vacceo y nada mejor que el camino ya
utilizado por Aníbal. Así se estableció un camino unitario desde Emérita, capital de la nueva provincia
de Lusitania hasta Astúrica fundad sobre el campamento
utilizado por augusto como base de operaciones y convertida en centro
administrativo del conventus Asturum.
La vía era esencialmente militar y se abrió como una gran calzada con obras de
fábrica y señalización que hicieran más fácil la comunicación. Esta Vía romana
se convirtió en espina dorsal de comunicación del oeste peninsular cumplió un
papel vital en la introducción y extensión del complejo fenómeno de
transformación de las primitivas estructuras socioeconómicas que conocemos bajo
el término de romanización. El imperio romano la utilizó como instrumento de
colonización y eje estratégico.
A lo largo de toda la calzada
construyeron paradas, llamadas como mansio,
separadas unos 35 Km unas de otra. Todo el trayecto estaba señalizado con hitos
de piedra llamados miliarios,
colocados en cada milla romana, alrededor de un Km y medio. Cuando los
musulmanes invadieron la Península en el S. VIII, la antigua calzada asumió un
papel determinante. Fue en esa época medieval de sucesivas oleadas de pueblos
musulmanes cuando empezó a divulgarse con el nombre de la Vía de la Plata,
derivado del término balata, que
significa enlosar, hace referencia al aspecto del camino, enlosado con grandes
losas, lajas, de piedra. El camino
tenía una anchura de cinco metros con tres capas de afirmado, sobre as que iban
las grandes lajas de piedra que constituían el firme. La calzada estaba un poco
arqueada para dar salida a las aguas. La calzada daba facilidad para montar a
caballo y de vez en cuando existían pilones para dar de abrevar a los animales[15].
2. El Camino de Fonseca
La ruta de la Vía de la Plata ha
tenido enorme relevancia. Su interés comercial fue de primer orden y aun
después de la caída del imperio romano continuó su relevancia durante la larga
noche del S. V hasta la Reconquista. La importancia del camino continuó luego
durante el periodo de la Reconquista. Pasó a formar parte del famoso Camino de
Santiago que tomó como base la Vía de la Plata hasta Astorga y enlazando con el
antiguo Camino Francés.
Desde la Edad Media, tras la aparición
de la tumba del Apóstol Santiago, la Vía de la Plata fue el Camino utilizado
por los cristianos. Desde el sur de la Península que estaba bajo el dominio
musulmán se abría el Camino por la antigua calzada romana para los que querían
peregrinar hasta Santiago de Compostela. El Camino no cabe duda que favoreció
la propia Reconquista.
Esta ruta recibió el nombre de Camino Mozárabe al igual que otros
ramales del Camino de Santiago. Este Camino se constituyó en una importante
ruta de singular corriente artística. El Camino fue divulgador del arte
mudéjar, románico gótico, renacentista y barroco desde el sur al norte. Los
distintos ramales del Camino que partían desde Andalucía confluían en Mérida y
siguiendo la Vía de la Plata discurrían hasta Astorga. Para desde allí alcanzar
el destino final.
El camino adoptó el trazado del Itera ab Emérita Asturicam que iba desde
Mérida a Astorga. Progresaba desde Mérida llamada entonces Emérita Augusta[16],
a través de la provincia de Cáceres pasando muy cerca de la capital, llamada
entonces Norba Caesarina[17];
atravesaba el Tajo por un hermoso puente, hoy destruido y por Baños de
Montemayor y entraba en la provincia de Salamanca por el Puerto de Bejar hasta
alcanzar la ciudad de Helmantiké. La
ciudad de Helmantiké (Salamanca) y Arbucal (Toro) eran puntos estratégicos
en el valle del Duero. Desde Salamanca iba hacia el norte a través de Zamora,
donde estaba el cruce de caminos Venta de Baños para ir a través de Benavente a
Astorga.
La ruta más conocida como el Camino mozárabe, luego tomo otras denominaciones
como el llamado camino Fonseca que
por Orense comunicaba directamente con Santiago. Este primitivo trazado se
conservó en gran parte hasta el S. XVIII.
A partir del S. XIII, fue el coceo de
la Meseta el que arbitró la historia del camino, convirtiéndolo en cañada real.
De nuevo en el S. XIX la Vía de la Plata fue uno de los ejes de comunicación
utilizados por los franceses para la invasión de la Península. Estos fueron
parados y derrotados en Arapiles, provincia ya de Salamanca. Después
desgraciadamente algunos tramos cayeron en desuso o fueron destruidos para construir
la actual red de comunicaciones. Afortunadamente, la Junta de Extremadura ha
reconocido la importancia de la Vía de la Plata y se realizó un proyecto en
1998 denominado “La Vía de la Plata”
para recuperar su valor histórico y cultural y declarándola Bien de Interés Cultural con su
categoría de Sitio Histórico por su
rico patrimonio histórico, cultural, etnográfico y arqueológico.
El Camino de Santiago Mozárabe (también se
denomina así el Camino de Santiago Sanabrés12está
constituido por un conjunto de vías de comunicación históricas del sur y el
centro de la península ibérica que adquirieron especial
importancia durante la Edad Media ya que unían los importantes puertos
de Al-Ándalus con las grandes ciudades del interior.
Los caminos más meridionales unen las ciudades de Almería, Granada, Málaga y Córdoba con Mérida, donde continúan el camino por la Ruta Jacobea de la Vía de la Plata. El
Camino de Santiago Mozárabe es uno de los Caminos de Santiago que comunica el
sur de España con una de las principales rutas, la Vía de la Plata. Esta ruta
está compuesta por una serie de vías que cobraron real importancia en la Edad Media,
especialmente durante la ocupación de los musulmanes en el territorio español.
Su relevancia se incrementó debido a ser rutas necesarias para la comunicación
entre los puertos más importantes de Al-Ándalus con las principales ciudades
del interior.
Porqué se denomina mozárabe
Como hemos comentado, los territorios estaban ocupados por
el pueblo musulmán. Sin embargo, tras el hallazgo del sepulcro de Santiago
el Apóstol, los cristianos que residían en esta zona decidieron
preservar su fe y comenzar la peregrinación hasta la Catedral. A estos
cristianos se les denominaba mozárabes, de ahí el nombre
del Camino Mozárabe.
Evolución
Tras la Reconquista del territorio español, estas rutas
continuaron siendo importantes, pero no al mismo nivel que en los tiempos de
antaño. No fue, hasta relativamente poco tiempo, y tras años de de trabajos
cuando, las Asociaciones
de Amigos del Camino de Santiago en colaboración con otras
instituciones, volvieron a poner en valor estas rutas jacobeas olvidadas y
trataron de otorgarle el valor perdido para comenzar de nuevo las
peregrinaciones hacia la Catedral.
Hoy en día, su crecimiento es notable y, dentro de las rutas
secundarias, es una de las más importantes. El Camino Mozárabe se puede empezar
desde 3
vías diferentes: Jaén, Málaga y Almería. Es por ello que
comenzaremos por separar las etapas de cada una de estas vías hasta mencionar
las comunes ya que, estas tres vías, se acaban uniendo,
posterioremente, en la localidad de Baena.
Desde Baena hasta Mérida, donde se une a la Ruta de la
Plata, será un mismo trayecto.
3. Las etapas del Camino de Fonseca entre
Salamanca y Astorga
La
ciudad de Béjar remonta su pasado al S. V a. C. con los vetones, sus primeros
pobladores. Luego ocupada por los romanos y musulmanes. Conserva sus antiguas murallas del S. XI, el
castillo palacio de los Duques de Béjar y un palacete renacentista denominado
El Bosque. La Vía de la Plata pasa por un pueblo llamado Calzada de Béjar que
se encuentra a pocos kilómetros siguiendo la carretera de Ciudad Rodrigo.
En
Ciudad Rodrigo constituye el centro del Campo Charro. Su origen se remonta a los
vetones en el S. VI a.C. El nombre de “mirobrigenses” l viene de los primitivos
pobladores, Miróbriga, llegados los
romanos en el S. II a.C. la cambiaron con el nombre de Augustóbriga en honor a Augusto. Se conservan tres columnas romanas
a la entrada a la ciudad, el puente romano y su muralla y cerca el puente de La
Malena. Pronto se accede a Salamanca.
Haremos recuento a continuación de las
etapas del Camino de Fonseca teniendo como punto de partida Salamanca hasta
llegar a Astorga donde entronca con el Camino Francés.
LAS
ETAPAS del Camino de Fonseca entre Salamanca y Astorga
1ª
etapa: Salamanca El Cubo de la Tierra del Vino
2ª
etapa: El Cubo
Zamora
3ª
etapa: Zamora
Riego del Camino
4ª
etapa: Riego Granja de Moreruela
Tábara[18]
5ª
etapa: Tábara Benavente
6ª
etapa: Benavente La Bañeza
7ª
etapa: La Bañeza Astorga
A partir de Astorga se enlaza con el
antiguo Camino Francés
Lámina. Iglesia de
Aldeaseca
Resonancias
histórico espirituales del Camino
En cada una de las etapas del Camino
haremos una serie de resonancias con algunos peregrinos invitados. En todas las
peregrinaciones es bueno caminar común peregrino adiestrado. Para esta primera
hemos querido caminar de la mano con varios viajeros maestros del espíritu.
Miguel de Unamuno, Machado y la Santa Teresa, la que pasa, peregrina, vive y
muere en Salamanca, Alba de Tormes. Miguel de Unamuno podría considerarse todo
un peregrino maestro de la vida que ha sabido extraer en su propio caminar sus
mejores enseñanzas. De sus muchos viajes saca muchas reflexiones.
La nieve había cubierto todas las cumbres rocosas
del alma, las que ceñidas de cielo se miran en este como en un espejo y se ven,
a veces reflejadas en forma de nubes pasajeras…
Qué lindo caminar y levantar la mirada
al cielo, ratos de eternidad que unan lo humano y lo divino y pensar que en
nuestra vida está transida de eternidad, mirada, sostenida y llevada por
alguien que en el camino de a poco y en tanto en tanto, se va haciendo
presente.
“La herencia en la vida”
Alguien dirá: ¿Qué dejaste?
Yo pregunto: ¿Qué llevaste
Al mundo donde hoy estás?
Vive el que ha vivido.
Itinerario: La
calzada trascurre por la calzada de Valdunciel, cerca está el Castillo del Buen
Amor. Esta etapa discurre toda ella por la provincia de Salamanca. Atravesamos
la comarca de la Armuña entre campos de cultivos cerealistas y campos extensos
de escasas ondulaciones. Se va subiendo lentamente hasta adentrarse en la
comarca de la Tierra del Vino. La dificultad de esta etapa no se encuentra en
la orografía sino en la falta de agua y la práctica inexistencia de arbolado.
Esto unido a la larga separación de las poblaciones hace que sobre todo en
verano, el peregrino deba de llenar su cantimplora y llevar remanente agua para
atravesar las duras secas tierras castellanas.
Localidades:
Aldeaseca de la Armuña, Arroyo de la Encina, Castellanos de Villaquera, Calzada
de Valdunciel, Ribera de Cañedo, Arroyo de Izcala, el Cubo de a Tierra del
Vino.
Puntos
de interés: Aldeaseca de la Armuña tiene como calle central la Rua de la Plata hasta llegar a la
altura de la iglesia parroquial. Se toma el camino de Mondiel y se adentra uno
en la comarca de la Armuña. Se suceden una serie de cruces por el camino.
Siguiendo el camino encontramos una Torre la de la iglesia de Castellanos.
Se puede visitar la iglesia parroquial
de Santa Elena que alberga una imagen de Santiago peregrino. La próxima
población de Calzada de Valdunciel alude claramente a su relación con la
Calzada romana de la Plata. Esto también se puede observar en los miliarios y
la antigua heráldica y donde ya aparecen la concha de Santiago. Desviándose un
poco por Villanueva del Cañedo encontramos a 2 Km el Castillo del Buen Amor, construido en el S. XV por Alonso Fonseca y
Acebedo II, arzobispo de Santiago.
Llegados a Cubo de a Tierra del Vino
nos encontramos con un hermosa placa: “En
estos lugares, en que la gente se afana día adía, hubo una ciudad vacea. Pasó
el cartaginés Aníbal en el año 220ª.C., se ubicó la mansio romana de Sabaria y
otros vaivenes de la historia trajeron gentes. Que también tú, peregrino,
cualquiera que sean los pasos de tu vida, te afanes en los valores humanos cada
día.”
Es bien curioso que el Castillo del Buen Amor fuera el primer
lugar de excursión que hiciera bien pequeño cuando estaba en primaria con los
Padres Escolapios. Sin saberlo comenzaba mi primera etapa de una peregrinación
que duraría toda la vida.
Lámina 1 Castillo del Buen Amor
Resonancias
del Camino
Estaba el alma envuelta en un manto de inmaculada
blancura, de acabada pureza, pero debajo de él tintaba arrecida de frío.
¿Porqué es fría, muy fría la pureza?[19]
La vida como las dehesas de Castilla a
veces se hace monótona fría sobre todo en invierno. El hombre a pesar de tantos
descubrimientos sigue siendo un gran desconocido para sí mismo. El hombre
tantas veces camina con desencanto con pesimismo. Nos encontramos solos,
vacíos, sin sentido, como perdidos por la vida sin encontrarle el camino. La
vida pierde color, calor sentido. Nos hemos parado a preguntar el porqué.
Caminante, son tus huellas
El camino, y nada más;
Caminante, no hay camino,
Se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
Todo pasa y todo queda,
Pero lo nuestro es pasar,
Pasar haciendo caminos,
Caminos sobe la mar
Resonancia con la Santa andariega: Tiempo de caminar[20]
¡Ya es tiempo de
caminar, andando por los caminos de la alegría, de la oración, de la
fraternidad, del tiempo vivido como gracia! Recorramos los caminos de la vida
de la mano de santa Teresa. Sus huellas nos conducen siempre a Jesús.
Teresa de Jesús invita
a sus monjas a «andar alegres sirviendo» (Camino 18,5). La verdadera santidad
es alegría, porque "un santo triste es un triste santo". Los santos,
antes que héroes esforzados, son fruto de la gracia de Dios a los hombres.
«¡Ya es tiempo de
caminar!» (Ana de San Bartolomé, Últimas acciones de la vida de santa Teresa).
Estas palabras de santa Teresa de Ávila a punto de morir son la síntesis de su
vida y se convierten para nosotros, especialmente para la familia carmelitana,
sus paisanos abulenses y todos los españoles, en una preciosa herencia a
conservar y enriquecer.
Resonancias histórico espiritual
La primera
etapa del inicio a la consolidación con la romanización
Como resulta en las etapas de
crecimiento del hombre así en paralelo ocurre con las edades de una cultura o
civilización. Como un niño nace como un ser indigente y tiene que ir
aprendiendo los rudimentos necesarios para la vida así lo que somos se lo
debemos a la larga herencia recibida que como código genético se recibe y se
enriquece en un perenne aprendizaje que transcurre a lo largo de los siglos y
se transmite por generaciones. Constituyen nuestras raíces y nos hablan de los
numerosos pueblos y personalidades que fueron dejando sus huellas. La cultura
castellana tiene una fuerte vocación peregrina y andariega.
Las raíces de nuestra cultura y
civilización se van fraguando lentamente a lo largo de la historia. Uno no deja
de preguntarse cómo los pobladores de tierras tan áridas que llegaron a ser
prácticamente desiertos despoblados y casi olvidados pudieran convertirse en la
cuna de gestas de héroes caballerescos y santos que fueron artífices de una
nueva civilización. Son para nosotros legendarios maestros que nos muestran a
nosotros que también transitamos por etapas de la vida de marasmos y desiertos
espirituales que estas pueden convertirse en tiempos fecundos que nos abren a
nueva vida. Es en el desierto de estas mesetas donde se fraguó nuestra historia
al igual que en el desierto nuestros primeros padres en la fe caminaron hacia
la tierra de promisión.
Podríamos remitirnos a la historia de
Salamanca como prototipo de unos pobladores de una tierra desierta que se va levantando en medio
de una amalgama de luchas, crisis y resurgimiento siempre con la esperanza de
vivir unidos bajo un mismo ideal de una cultura y civilización nueva asentada
en los valores humanos y eternos. Haremos una breve reseña histórica tratando
brevemente de recorrer las sucesivas etapas.
La primera etapa del inicio se
remontaría a
3.2 2ª
Etapa: El Cubo Zamora
Itinerario: La calzada romana desde Salamanca sigue para adentrarse en la Tierra del Vino, la provincia de Zamora y dar con la ciudad también cercada. Es la denominada Ocellum Durii de los romanos que los árabes llamaron Samurah y que en el S. IX fue repoblada con mozárabes. Los primeros cinco kilómetros discurren paralelos a la vía del tren y son un hermoso paseo por un encinar. Luego el paisaje se hace monótono como el del día anterior. El camino es descendente salvo dos pequeño altos desde los que se divisan hermosas vistas de la meseta. Desde ambos tesos se puede divisar ya Zamora. Pasando por Villanueva de Campeán donde acogen muy bien a los peregrinos se llega finalmente a Zamora.
Localidades: Cubo de
la Tierra del Vino, Villanueva de Campeán, Arroyo de los Barrios, Carretera a
Entrala, Paso del río Duero, Zamora.
Puntos
de interés: Pasado el arroyo de la Calzada daremos con las ruinas del
Convento Franciscano del Soto del S.XV y siguiendo por una pista damos con
Villanueva de Campeán. El camino que pasa por las antiguas campiñas de la
Tierra del Vino no ofrece interés hasta llegar a Zamora. Los orígenes de Zamora
se remontan a épocas prerromanas, una población que Ptolomeo denomina
Okelodourón. En el Itinerario de Antonio
se hace referencia a la mansió de Ocelo Durii u Oclodorum[21].
La reconquista de la ciudad la lleva a
cabo Alfonso I en el 748 designándola Zamoram. Este rey levanta el primer
recinto amurallado. En el 901 Alfonso III repuebla la ciudad con mozárabes
toledanos. Allí accedemos a la ciudad por un puente medieval levantado sobre el
antiguo romano derruido. Siguiendo hasta la plaza Mayor encontramos allí la
iglesia de San Juan del S.XII con dos símbolos emblemáticos, el rosetón
románico y la veleta del guerrero con armadura denominado Peomato.
Es significativa la Iglesia de
Santiago de los caballeros también del S. XII y en la que según la leyenda fue
armado caballero el Cid. También la iglesia de Santiago del Burgo del S. XII en
cuyo interior se encuentra una escultura de Santiago Matamoros. En lo alto se
divisa la torre de la catedral románica del S. XII con su magnífico cimborrio
con semblanzas de la catedral vieja de Salamanca. Junto a la catedral se
encuentra el Castillo del que se conserva el foso, la puerta de acceso y una
torre de homenaje.
Lámina 2 Catedral de
Zamora
Resonancias
del Camino
Los que miraban desde el valle la cumbre blanca y
solitaria, el alma que se erguía cara al cielo, no sospecha tan siquiera el
frío que allí arriba pesaba…[22]
Pasados los años sentimos el
cansancio, el hastío como un dolor profundo que desgarra el corazón por no
haber encontrado lo que soñábamos. Es tiempo de pararse y arrimarse al
arroyito. Detente hermano, regala tu tiempo, alivia tus penas y escucha e el
silencio el agua de la fuente que mana y corre.
¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
con tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña?¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre a guerra.
Resonancia con
la Santa andariega: Camino de la alegría
Teresa de Jesús invita
a sus monjas a «andar alegres sirviendo» (Camino 18,5). La verdadera santidad
es alegría, porque "un santo triste es un triste santo". Los santos,
antes que héroes esforzados, son fruto de la gracia de Dios a los hombres. Cada
santo nos manifiesta un rasgo del multiforme rostro de Dios. En santa Teresa
contemplamos al Dios que, siendo «soberana Majestad, eterna Sabiduría» (Poesía
2), se revela cercano y compañero, que tiene sus delicias en conversar con los
hombres: Dios se alegra con nosotros. Y, de sentir su amor, le nacía a la Santa
una alegría contagiosa que no podía disimular y que transmitía a su alrededor.
Esta alegría es un camino que hay que andar toda la vida. No es instantánea,
superficial, bullanguera. Hay que procurarla ya «a los principios» (Vida 13,l).
Expresa el gozo interior del alma, es humilde y «modesta» (cf.
Fundaciones 12,l). No se alcanza por el atajo fácil que evita la renuncia, el
sufrimiento o la cruz, sino que se encuentra padeciendo trabajos y dolores (cf.
Vida 6,2; 30,8), mirando al Crucificado y buscando al Resucitado (cf. Camino
26,4). De ahí que la alegría de santa Teresa no sea egoísta ni
autorreferencial. Como la del cielo, consiste en «alegrarse que se alegren
todos» (Camino 30,5), poniéndose al servicio de los demás con amor
desinteresado. Al igual que a uno de sus monasterios en dificultades, la Santa
nos dice también hoy a nosotros, especialmente a los jóvenes: «¡No dejen de
andar alegres!» (Carta 284,4). ¡El Evangelio no es una bolsa de plomo que se
arrastra pesadamente, sino una fuente de gozo que llena de Dios el corazón y lo
impulsa a servir a los hermanos!
Resonancias
histórico espiritual
Los
eslabones de la cavilación antigua, los albores de la civilización romana. La
vía de
La Vía de
La Vía de la Plata como exponente de
las vías romanas, nace con fines estratégicos, militares y económicos dentro
del vasto plan de romanización del imperio. Unía los grandes núcleos de
población, pariendo del sur de la antigua Sevilla, Hispalis, hasta Astorga, la
antigua Astúrica Augusta. Helmántica o Salmántica era una ciudad fortificación
custodiando el paso del Tormes. La Vía trascurría recorriendo, Emerita Augusta,
Salmántica, Intercatia, uniendo las provincias Betica, Lusitania y Gallaecia.
La romanización empezó en el sur y fue rapidísima en la provicia Bética. Los
romanos sustituyeron a los cartagineses en toda Andalucía. Los lusitanos y
vetones fueron poco a poco incorporados. Loa iberos y celtíberos, localizados
en el centro fueron lentamente aceptando la nueva organización implantada por
los romanos.
Las invasiones de os pueblos vándalos
germánicos se establecieron en la provincia Bética, los alanos en Lusitania y
los suevos en Gallaecia. Todos más tarde abandonaron la península a excepción
de los suevos con la dominación musulmana. Con la llegada de los árabes se
produjeron cambios importantes que trastocó las bases de la romanización. A
pesar de la caída del poder godo el prestigio de la monarquía y de la cultura
eclesiástica sobrevivió en el Norte en las zonas que no tomaron los romanos.
Así por ejemplo se mantuvo el obispado de Astorga como centro eclesiástico.
Al igual que se habla de la Vía de la
Plata como factor de romanización en el primer milenio, fue luego en el segundo
milenio a través de la difusión del Camino de Santiago incorporado como camino
de difusión del ate y de la cultura, camino de la lengua castellana, como
periplo lingüístico, artístico y cultural.
3.3 3ª Etapa: Zamora Riego del Camino
Itinerario: Después de atravesar la comarca de la Tierra del Vino y una vez cruzado el río Duero se entra en la Tierra del Pan. Nombres distintos para casi una idéntica realidad paisajística. La única diferencia que percata el peregrino es que aumenta el número de poblaciones. El tramo e Roales a Montamarta es un larga línea recta de 12 Km sin apenas una sombra. De Montamarta a Fontanilllas el camino es similar pero con el aliciente de caminar al lado del pantano de Ricbayo hasta llegar Ruinas de Castrotorafe desde donde se vigilaba el paso del río Esla.
Localidades: Zamora, Roales, Montamarta, Embalse
Ricobayo, Ruinas de Castrotorafe, Fontanillas de Castro, Riego del Camino
Puntos
de interés: Saliendo de Zamora y siguiendo por la N 630 llegamos a Roales del
Pan. Junto al Ayuntamiento y la Iglesia encontramos un curioso monumento
dedicado a la Vía de la Plata a manera de un antiguo milario.
Tomando pistas rectas sin cobijo de
sombra alguno entramos en Montamarta y encontramos de nuevo una placa que alude
a un Monasterio Jerónimo que estuvo aquí ubicado cerca de la iglesia
parroquial.
Tomando la calle de la ermita se
accede a la Ermita de la Virgen del Castillo de Montana encaramada en una peña
donde se ve el embalse Ricobayo. Las ruinas del Castillo de Castrotorafe son
monuento nacional. Responden a una antigua fortaleza que algunos llaman Zamora
a Vieja fundad en 1129 por orden regia sobre un poblado anterior y entregado
después al Mastrazgo de Santiago.
Llegados a Riego del Camino los alrededores están salpicados de palomares de distinta antigüedad y forma.
Lámina 3 Castillo de
Montamarta
Resonancias
del Camino
Pero dentro de aquellas cumbres rocosas, embozadas
en la creciente pureza de blancura de la nieve y escoltadas de cielo, bullían
aún las pavesas de los que en la juventud de las rocas fue volcán…[23]
Cuántas emociones sentimientos el
tiempo va haciendo madurar y el sufrimiento de la propia vida como un tapiz va
dejando el poso de lo verdadero, de lo eterno que como poso de vino añejo se va
enriqueciendo. Viajero que aprende a distinguir lo pasajero de la vida que lleva
el viento de lo eterno que nos lleva al cielo.
La hermosa tierra de España
Adusta, fina guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.
y de las cabalgaduras
los cascos baten las piedras.
A la orilla del Duero
canta una voz lastimera:
La tierra de Alvargonzalez
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra.
(Antonio Machado, Campos de Castilla CXIV)
Resonancia con la Santa andariega. El camino de oración.
La Santa transitó
también el camino de la oración, que definió bellamente como un «tratar de
amistad estando muchas veces a solas con quien sabernos nos ama» (Vida 8,5).
Cuando los tiempos son "recios", son necesarios «amigos fuertes de
Dios» para sostener a los flojos (Vida 15,5). Rezar no es una forma de huir,
tampoco de meterse en una burbuja, ni de aislarse, sino de avanzar en una
amistad que tanto más crece cuanto más se trata al Señor, «amigo verdadero» y
«compañero» fiel de viaje, con quien «todo se puede sufrir», pues siempre
«ayuda, da esfuerzo y nunca falta» (Vida 22,6). Para orar «no está la cosa en
pensar mucho sino en amar mucho» (Moradas IV,1,7), en volver los ojos para
mirar a quien no deja de mirarnos amorosamente y sufrirnos pacientemente (cf.
Camino 26,3-4). Por muchos caminos puede Dios conducir las almas hacia sí, pero
la oración es el «camino seguro» (Vida 213). Dejarla es perderse (cf. Vida
19,6). Estos consejos de la Santa son de perenne actualidad. ¡Vayan adelante,
pues, por el camino de la oración, con determinación, sin detenerse, hasta el
fin! Esto vale singularmente para todos los miembros de la vida consagrada. En
una cultura de lo provisorio, vivan la fidelidad del «para siempre, siempre,
siempre» (Vida 1,5); en un mundo sin esperanza, muestren la fecundidad de un
«corazón enamorado» (Poesía 5); y en una sociedad con tantos ídolos, sean
testigos de que «solo Dios basta» (Poesía 9).
Después de
la invasión germana y musulmana. La despoblación, El eclipse y la época de
mayor decadencia
Después de la invasión musulmana los
últimos siglos del primer milenio supusieron una época de gran eclipse y
decadencia. La tierra castellana entre Lusitania y Gallaecia pasó a ser tierra
de nadie. Quedaba entre medias de los dos grandes reinos, el musulmán y el godo
visigodo cristiano. Esta zona fue despoblándose poco a poco. Fueron territorios
saqueados por los sucesivos enfrentamientos entre musulmanes e hispano godos.
Salamanca y Zamora quedaban en la línea divisoria. De ahí que más tarde la
catedral vieja se hiciera con este carácter de catedral fuerte o fortificación
para impedir el ataque musulmán.
Estas tierras saqueadas sufrieron una
fuerte despoblación. En medio de la más absoluta soledad consiguieron abrir el
nexo ente los hontanares del abismo de la meseta abriendo la vista al cielo y
al horizonte de eternidad. Es ahí en el más agreste y árido del rudo terruño de
la meseta castellana donde se despierta el encanto de la planicie. Será la
meseta que canta Machado en sus versos de Castilla, la mística y guerrera, de
limpios e infinitos horizontes. Cuando parece que el paisaje renuncia a todo
adorno y floritura se adentra uno en lo mágico de lo eterno, lo inmemorial en
su grandeza y belleza más extrema.
Así entramos en los embrujos de las
dehesas y de las soledades de las mesetas de Castilla, suelos pardos y pobres
que dieron a luz verdaderos héroes aguerridos, guerreros, artistas,
conquistadores y santos. Nunca nadie hubiera pensado que de estas tierras
pobladas por etnias de oscuro origen y de prácticas endogámicas, de fuerte
personalidad, tierras de arrieros sobrios y trabajadores saldrían verdaderos
personajes que se convertirían en transmisores de una mística sublime,
verdaderos artesanos en las artes, la poesía y la cultura inmemorial de un
nuevo reino que se propagaría tras el descubrimiento del Nuevo mundo hacia el
Este y el Oeste sin ocaso porque tal sería su difusión y esplendor que en su
reino no se ponía el sol.
A lo largo de la historia esta zona
relegada y aislada supo levantarse de las cenizas como el ave Fénix para
convertirse en la cuna de una nueva civilización de anchura imperial que se
extendió al mundo entero. De estas tierras saqueadas surgirán de las cenizas el
nuevo esplendor del reino castellano encabezado por el Cid Campeador. Los monjes
de cenobios de abolengo como Suso y San Millán serían un reducto de
florecimiento de la nueva cultura y lengua hispana.
3.4 4ª etapa: Riego Tábara
Itinerario: A partir de la Granja de Moreruela el
Camino se separa definitivamente de la Vía de la Plata romana. Si hasta aquí el
peregrino no ha encontrado muchos peregrinos ahora comienza un camino menos
hollado en el que a compañía va a escasear aún más. Un alivio será el abandono
de las inmensas y monótonas llanuras castellanas empezando a vislumbrar las
montañas sanabresas. El terreno se va ondulando suavemente y los árboles
empiezan a hacerse presentes.
Localidades:
Riego
del Camino, Graja de Moreruela, Río Esla, Faramontanos de Tábara.
Puntos
de interés: Esta etapa recobra interés por la visita de los restos del
Monasterio Cisterciense de Santa María de Moreruela así como la iglesia y torre
de Santa María de Tábara que nos hablan de la relevancia de los monasterios
mozárabes en tiempos e Almanzor, de los tiempos de la repoblación y del foco cultural
que irradiaban los monjes tan respetuosos con la naturaleza.
El monasterio cisterciense es
monumento histórico artístico nacional desde 1931. La parte del monasterio
correspondiente a la iglesia fue finalizada hacia el 1168. Fue el primer
monasterio cisterciense construido en España. El Monasterio se convirtió en
punto obligado de paso de los peregrinos.
Aún se puede rescatar la denominada
fuente del peregrino en el muro exterior del monasterio. Pasadas la Granja de
Moreruela se cruza un hermoso puente. Junto a la iglesia parroquial se lee una
placa: “Peregrino en este lugar se
bifurca el Camino Jacobeo, para volver a encontrarse a los pies del Señor
Santiago. Que en la andadura que sigas Él te acompañe[24].”
Lámina 4 Monasterio
de Santa maría de Moruela
Resonancias
del Camino
El páramo no puede, como puede la cumbre, mirar sus
pies; el páramo no puede mirar más que el cielo. Y la más trágica crucifixión
del alma es cuando tendida, horizontal, yacente queda clavada al suelo y no
puede apacentar sus ojos más que en el implacable azul del cielo desnudo o en
el gris tormentoso de las nubes…[25]
No bajes la mirada no encurves tu
cabeza quedándote en el polvo mira hacia el cielo. Las mismas nubes pasarán y
te llevarán al horizonte que se esconde más allá del horizonte. Cuando se
encuentra uno en el polvo aún entre el rescoldo de las cenizas puede volver a
arder el fuego. Es tiempo de esperar, de mendigar, de buscar de interceder que
alguien más allá nos escucha y más acá nos asiste saliendo a nuestro paso.
Señor, ya me arrancaste lo que más
quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
Dice la esperanza: un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
sólo tu amargura es ella.
Late, corazón… No todo
se lo ha tragado la tierra.
(Antonio Machado, Campos de Castilla, CXIX, CXX)
IV Resonancia con
la Santa andariega: Camino de la fraternidad
Este camino no podemos
hacerlo solos, sino juntos. Para la santa reformadora la senda de la oración
discurre por la vía de la fraternidad en el seno de la Iglesia madre. Esta fue
su respuesta providencial, nacida de la inspiración divina y de su intuición
femenina, a los problemas de la Iglesia y de la sociedad de su tiempo: fundar
pequeñas comunidades de mujeres que, a imitación del "colegio
apostólico", siguieran a Cristo viviendo sencillamente el Evangelio y
sosteniendo a toda la Iglesia con una vida hecha plegaria. «Para esto os junto
El aquí, hermanas» (Camino 2,5) y tal fue la promesa: «que Cristo andaría con
nosotras» (Vida 32,11). ¡Que linda definición de la fraternidad en la Iglesia:
andar juntos con Cristo como hermanos! Para ello no recomienda Teresa de Jesús
muchas cosas, simplemente tres: amarse mucho unos a otros, desasirse de todo y
verdadera humildad, que «aunque la digo a la postre es la base principal y las
abraza todas» (Camino 4,4). ¡Cómo desearía, en estos tiempos, unas comunidades
cristianas más fraternas donde se haga este camino: andar en la verdad de la
humildad que nos libera de nosotros mismos para amar más y mejor a los demás,
especialmente a los más pobres! ¡Nada hay más hermoso que vivir y morir como
hijos de esta Iglesia madre!
Resonancias
de carácter histórico espiritual
El inicio
del segundo milenio. El Camino de Santiago y el auge religioso y el despertar
de la lengua castellana como factor de cohesión
A principios del segundo milenio Salamanca
que había quedado menguada con una población residual vuelve a recuperar su
esplendor y se logra repoblar por orden de Alfonso VI. El momento en que tal
repoblación se lleva a cabo es a principios del S. XII con nuevos pobladores
venidos de distintas regiones, francos, toresanos, gallegos quienes dieron una
nueva fisonomía. La ciudad se estructuró en barrios en torno a parroquias
románicas.
En el S. XIII la creación de la
Universidad dio un giro copernicano al desarrolla de la nueva “civitas” convirtiéndola
en verdadera cuna del arte y de la cultura. Surge en torno a la Catedral y se
va extendiendo a través de los colegios Mayores y Menores y estableciendo
nuevas órdenes militares y religiosas. La ciudad se duplica en el número de
habitantes.
Un factor determinante en este nuevo
esplendor lo dio la fuerte peregrinación a Santiago convirtiendo la Vía de la
Plata en una de las rutas hacia Santiago. El Camino influye en la expansión del
romance y del románico propio de los pueblos francos. El nuevo impulso del
principio del nuevo milenio y el trasiego de francos y otomanos venidos por el
Camino contribuyeron al trasiego de nuevas formas, ideas, afectos, ritos y
costumbres.
El románico impulsado por los
benedictinos y la reforma del Cister es otro vehículo de la nueva cultura
proveniente de los pueblos Europeos. Otro de los factores concluyente en el
florecimiento cultural es el resurgimiento de la nueva lengua castellana. La
lengua castellana surge de la degradación del latín vulgar con alocuciones incorporadas
por los francos y occitanos. La lengua castellana se convertirá en un factor
importantísimo de cohesión social.
Como un niño hace un laborioso
aprendizaje para la enseñanza del lenguaje que dura varios años, nuestra lengua
se fragua en un laborioso proceso de varios siglos. Se pasa del latín vulgar
pasando por el romance hasta convertirse en lengua castellana. Estamos de lleno
en la cuna de la lengua castellana. El castellano representa toda una
cosmovisión y fue instrumento de la nueva cultura. Comenzó a formarse en el S.
XI según se recogen en las Glosas Emilianenses del monasterio de Suso y de San
Millán de la Cogolla. Y las Glosas Silenses recogidas en el monasterio de Santo
Domingo de Silos.
5ª
Etapa: Faramontanos de Tábara Benavente
Itinerario:
Siguiendo el camino se pasa por San Pedro de la Nave y San Cebrián de Castro
con su bien conservado castillo y por el monasterio cisterciense de Moreruela,
se continua caminando hasta llegar a Benavente.
Localidades: Faramontanos de Tábara, Santovenia, Benavente
Puntos
de interés: Merece la pena detenerse en
Benavente, la también llamada Villa de los Condes para ver las ruinas de la
antigua Intercacia romana.
Lámina 5 Santiago
peregrino de Zábara
Resonancias
del Camino
Al Cristo, al crucificado en el árbol de la
redención, lo irguieron derecho, de pie, sobre el suelo y pudo con su mirada
aguileña y leonina a la vez abarcar el cielo y la tierra…[26]
Tu vida la puedes llegar a ver como el
robledal curvado con el tronco roído medio partido. Tu dirás, me quebró la
vida. Hoy nadie me mira. Te ves seco muriéndote por dentro. Pregunta a Aquel
que quedó en aquel árbol seco como partido por un rayo. Verás el rostro de
Aquel clavado en la Cruz s alza para levantar nuestra mirada hacia el cielo. Míralo
a sus ojos y abraza sus sueños dale una sonrisa. El Dios de la vida te saldrá
al encuentro.
¿Para que llamar caminos
a los surcos del azar?...
Todo el que camina anda,
Como Jesús, sobre el mar.
Batallas que pelear:
En sueños lucha con Dios;
Y despierto, con el mar.
¿Cuál fue Jesús, tu palabra?
¿Amor? ¿Perdón? ¿Caridad?
Todas tus palabras fueron
Una palabra: Velad
Resonancia con la Santa andariega: Camino del propio tiempo
Precisamente porque es
madre de puertas abiertas, la Iglesia siempre está en camino hacia los hombres
para llevarles aquel «agua viva» (cf. Jn 4,10) que riega el huerto de su
corazón sediento. La santa escritora y maestra de oración fue al mismo tiempo
fundadora y misionera por los caminos de España. Su experiencia mística no la
separo del mundo ni de las preocupaciones de la gente. Al contrario, le dio
nuevo impulso y coraje para la acción y los deberes de cada día, porque también
«entre los pucheros anda el Señor» (Fundaciones 5,8). Ella vivió las
dificultades de su tiempo -tan complicado- sin ceder a la tentación del lamento
amargo, sino más bien aceptándolas en la fe como una oportunidad para dar un
paso más en el camino. Y es que, «para hacer Dios grandes mercedes a quien de
veras le sirve, siempre es tiempo» (Fundaciones 4,6). Hoy Teresa nos dice: Reza
más para comprender bien lo que pasa a tu alrededor y así actuar mejor. La
oración vence el pesimismo y genera buenas iniciativas (cf. Moradas VII, 4,6).
¡Éste es el realismo teresiano, que exige obras en lugar de emociones, y amor
en vez de ensueños, el realismo del amor humilde frente a un ascetismo afanoso!
Algunas veces la Santa abrevia sus sabrosas cartas diciendo: «Estamos de
camino» (Carta 469,7.9), como expresión de la urgencia por continuar hasta el
fin con la tarea comenzada. Cuando arde el mundo, no se puede perder el tiempo
en negocios de poca importancia. ¡Ojalá contagie a todos esta santa prisa por
salir a recorrer los caminos de nuestro propio tiempo, con el Evangelio en la
mano y el Espíritu en el corazón!
Resonancias
histórico espiritual
La
transición del mundo medieval al humanismo renacentista
En mitad del segundo milenio el S. XV
vuelve a ser un siglo de decadencia con luchas y enfrentamientos entre las
principales familias nobles que se dividen en bandos. Dos son los bandos que se
forman en torno a dos parroquias sobresalientes, la de San Benito que
capitoneaba el bando de los benitinos y la de Santo Tomé cabeza de los tomesinos.
Gracias a la prodigiosa y milagrosa intervención de San Juan de Sahagún y con
la intervención de los Reyes Católicos se logró finalmente la reunificación de
la ciudad. En esta lucha interna se perdieron y fueron derruidos muchos
palacios y torres símbolo del poder de la monarquía sobre la nobleza.
El S. XVI supuso la etapa de mayor
esplendor para Salamanca con el resurgir de la Universidad convirtiéndose en
cuna del saber y del Renacimiento. La universidad con el descubrimiento de las
Américas abre sus puertas al mundo. La Universidad de Salamanca se convierte en
uno de los centros de cultura más importante en el mundo occidental europeo
equiparada a la de Oxford, Cambridge, Bolonia o París. Tras su fundación a
finales del S. XII adquiere su hegemonía en este siglo de Oro. La Universidad
impulsa fuertemente la difusión cultural en el Nuevo Mundo y se convierte en
modelo para las universidades de Hispanoamérica como la de Sto Domingo en el
Virreinato de Méjico o la de Lima Y Cuzco en el Virreinato de Perú.
La Escuela de Salamanca adquiere fama
mundial con grandes personajes como Francisco de Vitoria defensor del derecho
internacional y de os derechos de los indios, Fray Luis de León, Domingo de
Soto, Fray Bartolomé de las Casas, Nebrija, Fernando de Rojas, etc. Por allí
pasaron conquistadores como Hernán Cortés, los próceres San Martin o Belgrano,
literatos como Góngora, Cervantes, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Santos
como Santa Teresa y San Juan de la Cruz, personajes judíos Abraham Zacut,
maestros árabes como Averroes, Condes como el Duque de Olivares, y filósofos
ilustres contemporáneos como Miguel de Unamuno y otros personajes como María
Gil Robles, Adolfo Suarez o Juan Manuel de Prado.
3.6 6ª Etapa: Benavente - La Bañeza
Itinerario: La
siguiente etapa es dirección a la Bañeza a orillas del Órbigo con un paisaje
que empieza a cambiar haciéndose más accidentado con las estribaciones de las
Muelas y de los montes de León.
Localidades:
Benavente,
Quiruelas de Vidriales, La Bañeza
Puntos de interés: Merecen la pena detenerse en la Bañeza a contemplar las hermosas iglesias de San Salvador y Santa María.
Lámina 6 La Bañeza
Resonancias
del Camino
Ver el azul supremo, la blancura de las cumbres y el
verdor de los valles. ¡Pero el alma clavada a tierra!.. y ninguna otra, sin
embargo, ve más cielo[27].
Buscamos donde esta el amor donde esta
la vida. Nuestras vidas como el curso del sol en los tramos o momentos más
oscuros tienen la promesa de un nuevo amanecer. También el dolor y la tristeza
son buenos peregrinos y mejores educadores. Un hombre puede ver más profundo a
través de una lágrima que de muchas especulaciones. Bulwer decía podemos medir
nuestro camino por el número de tristezas por las que pasamos. Detrás de cada
tristeza se esconde una alegría y detrás de cada muerte una nueva vida.
Ayer soñe que veía a Dios y que a Dios
hablaba;
Y soñé que Dios me oía… después soñe
que soñaba.
Soñe a Dios como una fragua
de fuego, que ablanda el hierro,
como un forjador de espadas,
como un bruñidor de aceros,
que iba firmando en las hojas
de luz: libertad. Imperio.
Juan de la Cruz, espíritu de llama,
por aquí hay mucho frío, padres, nuestros,
corazoncitos de Jesús se apagan!
Resonancia con
la Santa andariega: Teresa arroyo de la verdadera sabiduría
Teresa de Jesús es arroyo que lleva a la fuente, es
resplandor que conduce a la luz. Y su luz es Cristo, el «Maestro de la
Sabiduría», el «Libro vivo» en que aprendió las verdades; es esa «luz del
cielo», el Espíritu de la Sabiduría, que ella invocaba para que hablase en su
nombre y guiase su pluma. Vamos a unir nuestra voz a su canto eterno de las
misericordias divinas, para dar gracias a ese Dios que es «la misma Sabiduría».
Teresa de Jesús, primera Doctora de la Iglesia universal, se
ha hecho palabra viva acerca de Dios, ha invitado a la amistad con Cristo, ha
abierto nuevas sendas de fidelidad y servicio a la Santa Madre Iglesia. Sé que
ha llegado al corazón de los obispos y sacerdotes, para renovar en ellos deseos
de sabiduría y de santidad, para ser «luz de su Iglesia». Ha exhortado a los
religiosos y religiosas a «seguir los consejos evangélicos con toda la
perfección» para ser «siervos del amor».
Ha iluminado la experiencia de los seglares cristianos con
su doctrina acerca de la oración y de la caridad, camino universal de santidad;
porque la oración, como la vida cristiana, no consiste «en pensar mucho, sino
en amar mucho» y «todos son hábiles de su natural para amar».
Su voz ha resonado más allá de la Iglesia católica,
suscitando simpatías a nivel ecuménico, y trazando puentes de diálogo con los
tesoros de espiritualidad de otras culturas religiosas. Me alegra sobre todo
saber que la palabra de Santa Teresa ha sido acogida con entusiasmo por los
jóvenes. Ellos se han apoderado de esa sugestiva consigna teresiana que yo
quiero ofrecer como mensaje a la juventud de España: «En este tiempo son
menester amigos fuertes de Dios».
Teresa ha buscado y encontrado a Cristo. Lo ha buscado en
las palabras del Evangelio que va desde su juventud «hacían fuerza en su
corazón»; lo ha encontrado «trayéndolo presente dentro de sí»; ha aprendido a
mirarlo con amor en las imágenes del Señor de las que era tan devota; con esta
Biblia de los pobres -las imágenes- y esta Biblia del corazón -la meditación de
la palabra- ha podido revivir interiormente las escenas del Evangelio y
acercarse al Señor con inmensa confianza. ¡Cuántas veces ha meditado Santa
Teresa aquellas escenas del Evangelio que narran las palabras de Jesús a
algunas mujeres! ¡Qué gozosa libertad interior le ha procurado, en tiempos de
acentuado antifeminismo, esta actitud condescendiente del Maestro con la
Magdalena, con Marta y María de Betania, con la Cananea y la Samaritana, esas
figuras femeninas que tantas veces recuerda la Santa en sus escritos! No cabe
duda que Teresa ha podido defender la dignidad de la mujer y sus posibilidades
de un servicio apropiado en la Iglesia desde esta perspectiva evangélica: «No
aborrecisteis, Señor de mi alma, cuando andabais por el mundo, las mujeres,
antes las favorecisteis siempre con mucha piedad...».
Resonancias
histórico espiritual
La edad de
Oro de los grandes mecenas, artistas,
literatos y místicos
La Universidad es testigo de la
transición del mundo medieval al nuevo humanismo renacentista. Salamanca se
convierte así en la cuna del Renacimiento en España y en una de las mayores
luminarias de la nueva civilización europea. Por su rica herencia espiritual,
artística, monumental, literaria y humanista se convierte en un gran foco de
irradiación del conocimiento a nivel mundial.
La rica cultura miscelánea reunirá las
formas más clasistas heredadas del mundo cásico romano con su latín vulgar con
las glosas refinadas de Alfonso X el Sabio, con las inspiraciones árabes de
Galerno y Avicena con los grandes clásicos de la literatura Góngora, Lope de
Vega o Calderón.
Salamanca se convierte en la Castilla
la Vieja tierra de santos, de sabios, de artistas, de literatos. Fray Luis de
León es figura determinante en el fuerte influjo del castellanismo y el
humanismo. Como no destacar los grandes místicos colosos revolucionarios de la
religión y el idioma como es la pareja del misticismo hispano Santa Teresa y
San Juan de la Cruz. Contemporáneos a ellos son San Juan de Ávila, Fray Luis de
Granada, Francisco de Osuna, San Pedro Alcántara o el Padre Gracián confesor de
la santa. Aún se conserva el confesionario en el convento de San Esteban.
La Santa andariega hace una fundación en Salamanca en 1570 y camina entre
Salamanca y Alba entre 1573 y 1574, donde finalmente muere en 1582. Su
experiencia mística nos abre al horizonte de una sabiduría mística, espiritual
y literaria que se esfuerza por expresar lo sublime, lo inefable, lo inmortal,
lo eterno, desde las soledades y los desiertos y arideces del alma. Los santos
que viven en la ciudad y se acercan a la Universidad logran cúlmenes del
humanismo cristiano estableciendo verdaderos puentes entre la tierra y el
cielo. La vida de estos santos coincide con un decisivo cambio en la
orientación política y económica de Castilla que se abre al compromiso europeo
con los Reyes Católicos.
Se trata de la Castilla culta y
erasmista abierta al mundo y que sería embrión del nuevo espíritu de reforma.
La literatura teresiana se alinea con el inconformismo de la Celestina, el
Lazarillo o el Guzmán. El temple austero castellano junta la extrema sensibilidad
del temple enérgico, apasionado, entusiasta, intrépido que permitió a estos
hombres y santos afrontar las mayores contrariedades. La vida de los caballeros
se traslada a la vida de los santos para narrar las gestas espirituales.
En el convento de San Esteban se
asesora Colón con los maestros de la Escuela de Salamanca, Melchor Cano y
Domingo de Soto entre otros, para la preparación de su arriesgado viaje y en el
recinto universitario se reúne el Comité de Sabios que lo autoriza a para
viajar al Nuevo Mundo. En la Universidad Antonio Nebrija publica la primera
gramática de lengua castellana.
3.7 7ª Etapa: La Bañeza Astorga
Itinerario: Se
trataría de la última etapa antes de retomar en Astorga el antiguo y primitivo
Camino Francés. Se dejan las tierras zamoranas y se adentra uno en la
Maragatería de León
Localidades:
La
Bañeza, Soto de la Vega, Villarejo de Orbrigo, Celada, Astorga
Puntos
de interés: Cuando finalmente llegamos a Astorga, la antigua Astúrica Augusta, son muchos los puntos
de interés. La catedral, el palacio arzobispal obra de Gaudí, etc.
Lámina 7. Muralla y
Catedral de Astorga
Resonancias
de carácter histórico espiritual
Aún a pesar
del tiempo perdura la cultura y el conocimiento del humanismo cristiano
A finales del siglo XVII comienza de
nuevo el declive por la crisis que se extendió hasta el S. XIX. Tras la
invasión y dominación francesa y la consiguiente desamortización se arruinaron
más de la mitad del patrimonio artístico con la pérdida de numerosos
monasterios y conventos.
De nuevo en el S. XX con la Guerra
Civil española se deteriora la impronta de la ciudad que se convierte en
cuartel general del bando nacional y sólo después de la contienda se lleva a
cabo la importante reforma urbanística. Tuve la oportunidad después de mis
estudios universitarios de arquitectura y la especialización en urbanismo de
ampliar los estudios de doctorado con el proyecto de recuperación del carácter
histórico artístico de la ciudad de Salamanca. Esta fue una maravillosa
oportunidad para investigar y poder velar por el legado histórico artístico
recibido. Con razón la ciudad será declarada en nuestros días por la Unesco
Patrimonio de la Humanidad y designada como ciudad europea de la cultura.
Destacar el talante castellano capaz
de levantarse una y otra vez de las crisis y sobreponerse para un resurgimiento
cultural y espiritual. He querido hacer memoria a un gran defensor de la
herencia del humanismo cultural de Salamanca, Miguel de Unamuno. Recogemos sus
propias palabras: “Alto de torres que al ponerse tras las encinas que el celaje
esmaltan dora a los rayos de su cumbre el padre Sol de Castilla; bosque de
piedras que arrancó la historia a las entrañas de la tierra madre, remanso de
quietud, yo te bendigo, ¡ mi Salamanca!”
Resonancias
del Camino
De Machado a Don Miguel de Unamuno
A un pueblo de arrieros,
lechuzas y tahúres y logreros
dicta lecciones de Caballería.
Y el alma desalmada de su raza,
que bajo el golpe de su férrea maza
aun duerme, pede que despierte un día.
antes de que cabalgue, al caballero,
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda
cerca del corazón la hoja de acero.
Que soño más allá de sus hogares,
Y que el oro buscó tras de los mares.
Quiere ser fundador, y dice Creo;
Dios y alenté el ánima española…
Y es tan bueno y mejor que fue Loyola
Sabe a Jesús y escupe al fariseo.
(Antonio Machado, Divagaciones CLI)
Resonancia con la Santa andariega. El secreto: tener «trato de amistad» con Jesús
Esta consiste en un encuentro personal con aquel que es el
único camino para conducirnos al Padre. Teresa reaccionó contra los libros que
proponían la contemplación como un vago engolfarse en la divinidad o como un
«no pensar nada» viendo en ello un peligro de replegarse sobre uno mismo, de
apartarse de Jesús del cual nos «vienen todos los bienes». De aquí su grito:
«Apartarse de Cristo... no lo puedo sufrir». Este grito vale también en
nuestros días contra algunas técnicas de oración que no se inspiran en el
Evangelio y que prácticamente tienden a prescindir de Cristo, en favor de un
vacío mental que dentro del cristianismo no tiene sentido. Toda técnica de
oración es válida en cuanto se inspira en Cristo y conduce a Cristo, el camino,
la verdad y la vida.
Bien es verdad que el Cristo de la oración teresiana va más
allá de toda imaginación corpórea y de toda representación figurativa; es
Cristo resucitado, vivo y presente, que sobrepasa los límites de espacio y
lugar, siendo a la vez Dios y hombre. Pero a la vez es Jesucristo, Hijo de la
Virgen que nos acompaña y nos ayuda.
4
La Salamanca jacobea
La revitalización del Camino Jacobeo
en Salamanca tuvo lugar sobre todo a partir del 1980 cuando después del
Encuentro Mundial y la visita a Santiago de Juan Pablo II se despertó un
inusitado interés por el Camino de Santiago.
Durante el año 2004 se lleva a cabo la Salamanca Jacobea coincidiendo con el
año jacobeo de la gran perdonanza.
Los años de la gran perdonanza son
los años jacobeos que desde 1181 y según la bula de Alejandro III, Regis Aeterni, se celebran los años en
que la fiesta del Apóstol, 25 de julio, coincide en domingo. Así sucedió en el
2004[28]. Esto
dio inicio al proyecto de Salamanca
Jacobea en donde se empezó a divulgar y a pensar el Camino como Camino del
Espíritu
De entre los caminos que conducen al
peregrino hasta Santiago, los que más vinculan a Salamanca son los llamados del
sur o Camino mozárabe, que llegan a
Santiago por la Vía de la Plata. Unida al Camino
Francés o por la desviación hacia Orense por el denominado Camino Fonseca.
La Ciudad de Salamanca se recuperaba
así como un hito importantísimo para los peregrinos provenientes del sur y del
este de Portugal. El título Camino del espíritu fue el elegido para la
intervención en las Torres de la Catedral con ocasión del Año Jubilar Jacobeo.
Significó el primer momento de los cinco espacios que componen la Ruta Urbana
Jacobea por la Ciudad de Salamanca y por la Provincia. Puntos significativos de
estos espacios se señalaron junto al Convento de las Úrsulas, la Casa de las
Conchas, el Palacio de la Salina y el Colegio del Arzobispo Fonseca.
5
LUGARES DE INTERÉS EN LA PROVINCIA DE SALAMANCA
Salamanca quedó incluida en la
Lusitania, provincia situada al sur del Duero y atravesada de sur a norte por
la Vía de la Plata Con la crisis del Imperio se produce una ruralización de
todo el territorio, con la profusión de mansiones rurales o villas, como San
Julián de la Valmuza, Zaratán o Ciudad Rodrigo. En el S. VI pasó la provincia a
estar integrada en el reino de Toledo y dividida en dos diócesis, Salamanca y
Ciudad Rodrigo.
Lámina 8 La
provincia de Salamanca
5. LOCALIDADES DE INTERES EN LA PROVINCIA DE SALAMANCA
Desde buena parte de la penillanura
pude observarse la azulada silueta que forma el Sistema central al sur de la
provincia con las alineaciones de la Sierra de Béjar y la Sierra de Francia.
Allí se encuentran los núcleos de Béjar y La Alberca. Prerromanos, romanos y
musulmanes dejaron sus huellas en estas tierras
Nada mejor que acercarse
progresivamente a la Ciudad Antigua de Salamanca queriéndola enmarcar en su más
inmediato entorno de su Provincia.
La Provincia de Salamanca está situada
al suroeste de la Comunidad de Castilla y León y formando frontera con Portugal
no es solo llanura y encina, nieve, bosque, ribera, es ante todo un vasto
núcleo de cultura y tradición. Se enclava en un zócalo paleozoico plegados por
los movimientos alpinos, constituyendo la parte salmantina del Sistema central.
Los restos arqueológicos más antiguos
hallados hasta el momento permiten remontarnos al Paleolítico Inferior Medio,
con una antigüedad de entre 500.000 y 1000.000 años. Los habitantes nómadas de
los valles del Tormes utilizan utensilios de piedra tallada en una cultura
básicamente centrada en la caza y la recolección. La Maya, Galisancho y
Valdigrande son representativos de este momento. El paleolítico Superior se
sitúa en yacimientos como la Dehesa, Cerro del Berrueco o la importante estación
de arte rupestre de Siga Verde, en los afloramientos rocosos del Águeda.
A finales del Neolítico se desarrolla
el fenómeno megalítico, con la construcción de monumentos funerarios de grandes
lajas e piedras, que se proyecta hasta la Edad de Bronce. Dólmenes como los de
Villamayor, Galisancho o Aldeavieja son un ejemplo. En la primera edad de
Hierro aparecen poblados en Ledesma o Salamanca con cabañas circulares de
adobe, características de las facies “Soto de Medinilla”. En la segunda edad de
Hierro, cacceos y vettones se reparten la provincia.
Los primeros eminentemente agrícolas,
ocupan las tierras del noreste, dejando el resto para los segundos,
representantes de la llamada “Cultura de
los Verracos” por sus características escultóricas zoomorfas en piedras y
sus castros[29].
De la mano de estos pueblos indígenas, entramos en la Historia, coincidiendo
con su derrota y posterior sumisión a Cartago y luego a Roma. Tras la conquista
romana de la Península durante la Segunda Guerra Púnica, a finales del S. II
a.C.
Hoy he vuelto a la luz[30]
Anduve los caminos por hallar un horizonte.
Salí de las tinieblas tras la Luz y halé tu nombre.
Estaba repetido en el fulgor de los albores,
Y estaba en el jardín temblando en colores de la banca y la flor.
Sin el altar de tu mirar y herido.
Fue como encontrar el fresco manantial
donde bebí en tu boca la paz
que hay un Edén desde ayer, latiendo.
Hoy me deja el sol caricias de tu amor,
Ya ves…Hoy he vuelto a la luz.
de un rostro deformado en la visión de sueño y nada
yo supe de la angustia y el dolor sin alborada
pero un día feliz sonrió mi soledad cuando te ví llegar
Lámina Béjar
Béjar.
La ciudad está declarada conjunto histórico en
1974. Conoció su mayor esplendor en el S. XIX fruto de su pujante industria
textil, con la elaboración de los famosos paños de lana. Entre sus monumentos
citar sus murallas, el palacio de los Duques, las iglesias de Santa María de San Juan, el convento de San Francisco.
Sus orígenes se remontan al s. IV aC
cuando era un asentamiento vetón enclavado en la parte más antigua de la
ciudad. Durante la invasión musulmana estuvo ocupada por los beréberes,
remontándose a esta época la tradición de los hombres de musgo, que cada
año durante la festividad del Corpus recuerdan como los cristianos ataviados
con trajes de musgo tomaron la ciudad.
En el s. XV se creó el ducado de Béjar
que recayó en Álvaro de Zuñiga como muestra de agradecimiento de los Reyes
Católicos por su apoyo durante la guerra de sucesión. El IV Duque de Béjar
ordenó acondicionar en el s. XV un bosque que poseía en las inmediaciones de la
ciudad y que dio como resultado el
Jardín Histórico Artístico conocido como El Bosque, que se caracteriza
por sus arboledas, numerosas fuentes y gran estanque.
Béjar cuenta con un gran patrimonio monumental,
destacando sus iglesias medievales o su plaza de toros poligonal del s. XVII.
La Alberca.
La Alberca es uno de
los pueblos más bellos de España, conjunto histórico artístico desde 1940. Sus
casa se apiñan en torno a la montaña, configurando un laberíntico enramado de
calles y destacando del conjunto sus casas blasonadas, su porticada plaza
Mayor, su iglesia del S. XVIII con su famoso “Cristo del Sudor”. Sus
fiestas están llenas de sabor popular, religioso y tradicional como el “Día
del Pendón”. Por una calle tortuosa se desciende al Valle de las Batuecas
en el que un estrecho camino nos lleva al convento de los Carmelitas.
Esta villa
enclavada en la Peña de Francia recibió el título de Monumento Histórico Artístico
por ser uno de los pueblos más pintorescos de la provincia. Sorprende sus
calles graníticas y casas de entramado de madera.
Como punto
neurálgico de la villa está la plaza, presidida por un crucero de granito y una
fuente. La abundancia de estas casa blasonadas y los estanques fue el origen
del nombre de la villa, que deriva del árabe Al Bereká (el estanque).
En la
plaza destacan los edificios porticados con columnas graníticas taladas, como
la Casa Ducal, lugar donde residía el administrador el Duque de Alba. Esta ha
sido tradicionalmente el ayuntamiento de la villa.
Lámina San
Felices de los Gallegos
San
Felices de los Gallegos.
En la comarca del Abadengo, llamada
así por el dominio al que se vió sometida, por parte del abad de los Templarios
en la época medieval comprende los campos de Hinojosa. Alí se levantan pueblos
como Lumbrares, Lumbrales, Barruecopardo y Saldeana desde donde se divisa uno
de los arribes más escabrosos e impresionantes formado por el río Huebra y
enfrente el Castillo de Bermellar. San Felices de los Gallegos se alza altiva y
señorial sobre el intrincado Águeda. Villa histórica i monumental ampliada para
completar la línea defensiva con Ciudad Rodrigo, frente a Portugal.
El territorio pasó a la
dependencia del obispo metropolitano de Mérida durante
la dominación visigoda de la península ibérica. Es durante esta época cuando
teóricamente se funda el núcleo de San Felices de los Gallegos entre 688 y 690
por dependientes del Obispo de Oporto, don Félix. Es a este fundación a quien
debe su nombre "San Felices" por Don Félix, y "de los gallegos"
puesto que los colonos habrían llegado desde la región conocida en esta época
como Gallaecia, las tierras al norte el Duero.
En todo caso, aunque el
topónimo "de los gallegos" se enlaza a que el obispo Félix trajera
consigo para hacer la fundación una colonia de moradores de Gallaecia, la
evolución histórica de la zona nos indica que dicho topónimo podría responder
más bien a las repoblaciones efectuadas por los monarcas del Reino
de León en las que, en todo
caso, se fijó el grueso de la población del actual San Felices de los Gallegos,
en sendas repoblaciones efectuadas por los reyes Alfonso VI de León y Fernando II de León.
Asimismo, los sillares inferiores del primer cerco de la villa apuntarían a una
primera repoblación por parte del rey Ramiro II de León en
el siglo X.
En 1194 se encontraba en San
Felices el rey Alfonso IX de León,
tomando la villa cierta importancia con motivo de la donación que el clérigo
Pelayo Moro hace al monasterio cisterciense de Santa María de Aguiar, en Figueira de Castelo Rodrigo. Asimismo, en 1291 Sancho IV "el Bravo" instituyó el Mercado del Lunes,
siendo este el primer documento en que San Felices es citado como
"villa", título con el que se le debió distinguir unos años antes.
Sea como fuere, el verdadero
impulso a San Felices de los Gallegos llegó en 1296, cuando el rey Dionisio I de Portugal mandó construir el castillo una vez que sus
tropas habían ocupado la localidad, pasó a Portugal de la villa que se confirmó
en 1297 en el Tratado de Alcañices.
Este acuerdo supuso también la pérdida definitiva por parte del Reino
de León del área del Riba-Côa,
lo que se tornará decisivo más adelante para San Felices, que se convertirá en
fronterizo por dicho motivo.
En 1312 tuvo lugar el litigio
entre Dionisio I de Portugal y Fernando IV "el Emplazado" por la posesión de las villas de
San Felices, Olivenza, Campomor, así como las del Riba-Coa. Pese a la mediación
de Jaime II de Aragón,
el pleito no se solucionó hasta 1326, cuando San Felices se reintegró en el
territorio leonés como dote de la nueva reina en los esponsales entre Alfonso XI "el Justiciero" y María de Portugal,10 matrimonio celebrado en 1327. Los Reyes Católicos ceden finalmente
San Felices a García Álvarez de Toledo, primer Duque de Alba, en 1476, quedando desde entonces bajo
el dominio de dicha casa ducal.
Ciudad
Rodrigo.
La ciudad se sitúa en las
estribaciones de la Sierra de Gata junto al río Agueda lindando casi a Portugal
se encuentra la ciudad de fuerte carácter estratégico y defensivo. Conjunto
histórico desde 1944. Una ciudad hermosa que hunde sus raíces en la Miróbriga
vettona y que se alzó como un baluarte sobe el Águeda dominando una fértil vega
que pasó a manos romanas y musulmanas hasta su repoblación en el S. XII por el
Conde Rodrigo. Su situación fronteriza le involucró en sucesivas luchas hasta
ser liberada de las tropas Napoleónicas por l duque Wellinton. Las ruinas del
Real Fuerte hablan de su fortificación siguiendo el sistema Vauban en forma de
estrella.
Cuando pasó a ser antigua Miróbriga
romana recibió su nombre actual del conde Rodrigo Gonzalez Girón, quien se
encargó de su repoblación en el s. XII. Es a partir del reinado de Fernando II,
a mediados del s. XII cuando realmente comienza su repoblación con la
construcción de las murallas y la catedral.
La historia de la ciudad está marcad
por su carácter fronterizo que ha contribuido a su fisonomía urbana ya que fue
principal punto estratégico en multitud de guerras desde el s. XIV hasta la
guerra Civil. Conserva cinco de las siete puertas que tuvo la muralla, que fue
transformada en el s. XVIII, cuando se añadieron los baluartes que le dan la
característica forma estrellada al recinto.
Posee un rico patrimonio que le
mereció la declaración de Conjunto histórico artístico en 1944. Destacan su
catedral de origen románico con su Pórtico del perdón; las murallas y la
fortaleza de Enrique II de Trastámara, la Capilla de Cerralbo, obra neoclásica
del s. XVII y numerosas casas y palacios renacentistas.
Lámina Ledesma
Ledesma.
Esta ciudad está situada al norte del
Campo Charro, a la vera del río Tormes. Su condición de suelos pobres y escasas
condiciones para la agricultura lo hizo apto para la ganadería siguiendo la
tradición de los viejos vettones. Son dehesas de encinas y robles donde el ganado
lanar, porcino y vacuno enseñorea el paisaje. Tierra famosa por sus ganaderías
de reses bravas de raza morucha autóctona. La Villa de Ledesma esta fortificada
sobre un promontorio berroqueño, con un desarrollo histórico que parece
paralelo a Salamanca. Fue declarada conjunto histórico en 1975.
La villa está ubicada en un lugar de
ocupación muy antigua tal como lo atestiguan el verraco prerromano y la lápida
romana incrustada en la iglesia de santa maría que hace referencia a
Blestisama, origen de la actual villa.
Su esplendor llegó a partir de la
segunda mitad del s. XII con la repoblación de Fernando II y la construcción de
su muralla granítica. En el s. XV la villa pasó a manos del Conde de Ledesma,
título creado por Enrique IV, quien se lo concedió a su favorito Beltrán de la
Cueva.
La villa fue declarada Conjunto
Histórico Artístico en 1975 debido a estado e conservación y su rico
patrimonio: murallas, castillo, casas nobles y palacios, varias iglesias y
ermitas.
Resonancias históricas
La provincia un lugar de frontera
Toda la Vía de la Plata y la provincia de Salamanca a semejanza de la
Ciudad está cargada de un profundo valor histórico. Quizás la provincia está
mas en el olvido y por eso se hace más necesario que se den a conocer su valor.
Como lugar de frontera, la provincia está llena de fortificaciones.
Es un lugar fronterizo no solo con el reino de Portugal con el que
estuvo durante siglos vinculado sino que durante la Reconquista fue lugar
fronterizo con los reinos taifas musulmanes. También incluso durante la
ocupación de las tropas francesas en la guerra de la Independencia se libraron
decisivas batallas por el general Wellington en Ciudad Rodrigo y sobre todo en
Arapiles que dio todo un giro a la ocupación napoleónica.
Es por esta razón que encontramos en la provincia sistemas defensivos
cuya cronología se extiende desde el s. III a.C., como es el caso del castillo
de Yeltes, hasta los s. XVIIy XVIII. Destacan además de Ciudad Rodrigo, la
villa de Ledesma, la villa de San Felices de los Gallegos, Aldea del Obispo o
el castillo del Buen Amor.
El castillo fortaleza Real Fuerte de la Concepción situado en Aldea del
Obispo es claro exponente de ello. Fue levantado en la segunda mitad del s.
XVII por el Duque de Osuna y destruido en 1810 para evitar que fuese ocupado
por las tropas de Napoleón. Aún así, nos podemos hacer una idea de lo que fue
este conjunto.
El conjunto de la antigua fortaleza consta de un patio de armas
cuadrangular con cuatro baluartes pentagonales, así como una muralla con cuatro
revellines también pentagonales que dan al conjunto una forma estrellada. El
conjunto se completa con e fortín de San José, unido al fuerte por medio de un
camino subterráneo.
Por los caminos de la vida[31]
Porqué camino andaré sea verano o invierno
Que mano amiga tendré para irlo recorriendo.
Solo hoy y por hoy soy feliz con la vida de hoy
ninguno me ha visto andar,
andándolo despacito no parece que se va.
Camino solo detrás del tiempo por el espacio
sin conocerme, como un extraño.
de la inocencia del desengaño.
No se si el río de la desesperanza se pone agrio.
No se y para qué...
y en lo labios chirridos de conciencia que hay sueltos por ahí.
Alguna vez entre chirridos cante estos versos.
la sombra rueda los ojos con llantos y penetro
al mundo del pequeño abecedario.
desde aquel día del primer llanto
tal vez mañana me ría de lo que estoy llorando
…no sé y para qué.
El
Santuario de la Virgen de la Peña de Francia está situado en las estribaciones
de la Sierra de Francia, al sur de la provincia. Allí se encuentra un Parque
Natural con una gran variedad de fauna y flora. En la Peña de Francia, formada
por dos anticlinales que soportan un sinclinal colgado de gran altura,
encontramos un mirador natural excepcional desde el que se observan unas
maravillosas vistas.
A lo largo
de la Sierra se levantan numerosas poblaciones de notable valor como son La
alberca, San Martín del Castallar, Sequeros o Mogarraz. En el valle de las
Batuecas, auténtico paraíso natural se pueden aún ubicar numerosas pinturas
prehistóricas en abrigos rocosos. En lo alto de la Peña se ubica el Santuario
de Nuestra Señora de la peña de Francia, regentado por los Padres Dominicos y
que alberga la imagen de esta Virgen Negra.
El Santuario de Nuestra
Señora de la Peña de Francia, dedicado a la advocación mariana correspondiente
a la Natividad de María bajo
la denominación homónima, patrona de Ciudad Rodrigo (Salamanca),
de la provincia civil de Salamanca y de la comunidad autónoma de Castilla y León,
está situado en la cima de la Peña de Francia, Sierra de Francia, en el término municipal de El
Cabaco (Salamanca).
Regido por los padres
dominicos, es el santuario mariano a mayor altitud del mundo.
Una réplica de la imagen de
este santuario también es patrona de la región de Bicol (Filipinas), donde es conocida como Nuestra
Señora de Peñafrancia, o bien Our Lady of Peñafrancia. Así
mismo, es patrona de São
Paulo, Itapira y Resende
Costa, en Brasil.
Constituyen el santuario la
iglesia y un convento de frailes, así como las capillas exteriores de la Blanca
(construida sobre la cueva donde Simón
Vela encontró la imagen de
la Virgen), San Andrés y el Santo Cristo. Así mismo, forman parte del conjunto
la plaza con rollo
jurisdiccional, una hospedería
independiente del monasterio y una antena repetidora de telecomunicaciones y el
vértice geodésico en la terraza superior de la torre de la iglesia.
Desde el lugar en que está
enclavado, se divisa toda la llanura del Campo Charro hacia
el norte, la Sierra de Tamames hacia el este, y el pantano de
Gabriel y Galán hacia el sur, aparte del resto del macizo montañoso.
Historia
El 19
de mayo de 1434, Simón
Vela encontró la imagen de
la Virgen en lo alto de la Peña de Francia[32] y, a partir de 1436, contando con el apoyo de Juan II de Castilla y
la intervención inicial de Lope de Barrientos,[33] se hicieron cargo de la
imagen y de su ermita los dominicos. En 1445 se
comenzó la construcción del convento y la ampliación de la iglesia, finalizada
en 1450. Aunque, la sacristía es del siglo
XVI, la portada neoclásica y la
escalinata son del siglo
XVII, y la torre del siglo
XVIII.
El rollo levantado
en el centro de la plaza por concesión de Carlos V,
da fe de que el monasterio contaba con el privilegio de exención de
jurisdicción (concedido originalmente en 1445 por el rey Juan II de Castilla).[34] En 1516 se comenzó a construir en El
Maíllo La Casa Baja,
actualmente de propiedad privada, como convento de apoyo para la época invernal.
Los religiosos de este
convento mostraron una destacada vocación misionera, impulsando la devoción a
la Virgen de la Peña de Francia en América y Filipinas.[35] La comunidad desapareció
en 1835, por la desamortización de Mendizábal;
pero los dominicos regresaron para hacerse cargo del santuario el 16 de julio
de 1900.
Personalidades destacadas en
la recuperación del santuario han sido el intelectual católico e hispanista
francés Maurice
Legendre (que organizó en 1934 una peregrinación oficial francesa
con motivo del quinto centenario del hallazgo de la imagen[36] y que está enterrado en
la nave central de la iglesia) y el fraile dominico Constantino Martínez
Uriarte (1911-1991, inhumado en la capilla de la Blanca del santuario).[37]
Eclesiásticamente, el
santuario pertenece a la diócesis de Salamanca, a pesar de su cercanía a Ciudad
Rodrigo, que también cuenta
con obispo.[38]
Romería
La Hermandad de Nuestra
Señora de la Virgen de la Peña de Francia de Ciudad Rodrigo celebra una romería anual coincidiendo con el último
fin de semana de junio. Durante la misma, los romeros suben la imagen de la
Virgen de la Peña de Francia que se encuentra durante todo el año en la ermita
del Alto de Valhondo[39] desde Ciudad Rodrigo
hasta el santuario y posteriormente vuelven a bajarla.[40]
Los enigmas de la Virgen de la Peña sagrada
El hecho histórico de la aparición de la
Virgen de la Peña se remonta al siglo XV. Por 1434, miércoles de la infraoctava
del Espíritu Santo, reinando en Castilla Juan II, el peregrino francés Simón
Roland -más conocido por Simón Vela-, tras siete años de búsqueda, encontrará,
dentro de una covacha, una de esas tallas negras, que pasará a llamarse la
Virgen de la Peña de Francia. Posteriormente, en otros refugios rocosos de esta
montaña aparecerán otras imágenes, casi todas ellas de factura románica, que,
sin lugar a dudas, fueron escondidas por los cristianos ante el avance musulmán
en la Península Ibérica. Otro día, Simón marcha tras unos carboneros serranos a
los que había visto reñir en el mismo mercado y mentar el nombre de la Peña de
Francia, aunque no le habían querido dar señas del enclave. Cuando llega se
encamina a la cumbre, allí después de pasar tres noches y sin encontrar nada
aún, se le aparece la Virgen en una noche de tormenta en medio de una gran luz,
indicándole la gruta donde encontrará una imagen que lleva buscando siete años.[41]
El misterio de la cima de la Peña se
remonta al pasado. Siempre la montaña en las culturas primitivas fue un lugar
sagrado. El gran historiador
y geógrafo griego Heródoto, aseguraba que el oráculo de Dionisos se halla en
las más altas montañas. Su compatriota Hesíodo en su obra 'La Teogonía' dice:
«Las altas montañas son la morada que place a los dioses». Y es que la
mitología griega situaba en el monte Olimpo el hogar de los dioses olímpicos,
los principales dioses del Panteón griego, presididos por Zeus. Para los cristinos existen dos cumbres míticas: El Sinaí, donde Yahvé dio
sus leyes a los hebreos, o el místico monte Carmelo, que ya se menciona en el
Antiguo Testamento de la Biblia. Es aquí donde el profeta Elías demuestra que
el señor de Israel es el verdadero Dios (1 Re 18, 1 ss).
La tradición islámica asegura que Moisés
vino del Sinaí, Jesús del monte Seir y Mahoma del Paran. Como hemos podido
comprobar la mayoría de las culturas recogen en sus tradiciones ancestrales que
las cimas (adonde se unen el cielo y la tierra), es donde se vincula en cierto
modo el Dios al mundo de los seres vivientes y es que indudablemente son puntos
por los que la energía terrestre sube hacia el cielo, siendo el símbolo ascensional
perfecto.
Aquí en nuestra región, en la provincia de
Salamanca encontramos una de nuestras montañas sagradas: la Peña de Francia,
donde profecías, leyendas, apariciones, milagros y enigmas serán los
ingredientes que encontraremos en nuestra visita.
Misterio en la cima
La Peña de Francia se levanta casi de
súbito sobre la llanura, al sur de la provincia de Salamanca, en el límite con
la de Cáceres. Una serpenteante y ascendente carretera conduce a la cima, donde
se extiende una meseta donde podemos encontrar el Santuario Mariano más elevado
del mundo (1.723 metros de altitud), en el que se venera a Nuestra Señora de la
Peña de Francia. Una talla de la Virgen con tez morena que ya indica que el
lugar es especial. Los Vetones ya consideraban este lugar sagrado y lo denominaban
Lancia Oppidana. Hoy en día no sería nada más que un pintoresco paisaje sino
fuera por los hechos que se desencadenaron en el siglo XV.
Transcurría el año 1424, durante el
reinado de Juan II de Castilla, cuando suceden unos inexplicables
acontecimientos. Una joven moza de la localidad de Sequeros, conocida como Moza
Santa y de nombre Juana Hernández se debate entre la vida y la muerte. Tras
regresar de la lucha con el otro lado, relata una profética visión: «Volved
vuestro rostro contra la Peña de Francia, puestas las rodillas en tierra, con
mucha fe y devoción, y decid tres veces el Ave María a la Virgen María, a honor
y reverencia de una su imagen, que allí está escondida hará doscientos años. La
cual imagen de aquí a poco tiempo ha de ser manifestada, por lo cual Nuestro
Señor hará muchos milagros y maravillas. Y después que esta imagen fuese
revelada vendrán muchas gentes y naciones a buscar allí».
Tiempo después la Virgen se aparece en
París a un joven estudiante francés, de vida virtuosa, llamado Simón Rolán, y
le impulsa a la búsqueda de una imagen suya, escondida y perdida su memoria
desde largos años atrás. «Simón, vela y no duermas -le habló la Virgen-.
Partirás a la Peña de Francia, que se encuentra en tierras de Occidente, y
buscarás en ella una imagen semejante a mí; la encontrarás en una gruta, y allá
se te dirá lo que has de hacer». Simón Rolán parte de París y recorre Bretaña
sin que nadie sepa darle razón del lugar por el que pregunta. Nadie tiene allí
noticia de ninguna Peña de Francia.
Sin embargo de nuevo escucha la voz
celestial: «Simón, vela; no renuncies a tu santa peregrinación, que tus
trabajos tendrán recompensa».
Decide emprender una peregrinación a
Santiago de Compostela, de retorno, se desvía y demora en Salamanca. Cierto
día, escucha en el mercado la voz de una mujer que pregona carbón vegetal de la
Peña de Francia pero la multitud no le deja averiguar quién publicaba aquellas
maravillosas palabras. Otro día, Simón marcha tras unos carboneros serranos a
los que había visto reñir en el mismo mercado y mentar el nombre de la Peña de
Francia, aunque no le habían querido dar señas del enclave. Cuando llega se
encamina a la cumbre, allí después de pasar tres noches y sin encontrar nada
aún, se le aparece la Virgen en una noche de tormenta en medio de una gran luz,
indicándole la gruta donde encontrará una imagen que lleva buscando siete años.
Oculta en una gruta
Al no poder él solo quitar todas las
piedras que tapan supuestamente la figura, bajó al pueblo de San Martín en
busca de ayuda. Cuatro vecinos animosos, esperando encontrar un tesoro, se
ofrecieron a acompañarlo. Con no pequeñas dificultades consiguieron apartar la
piedra tras la cual, en una pequeña gruta, se ocultaba la imagen de la Virgen y
que hoy en día se puede visitar.
La historia ha conservado el nombre de los
cuatro animosos vecinos: Pascual Sánchez, Juan Hernández, Benito Sánchez (el
escribano que dio testimonio fehaciente) y Antón Fernández. La Virgen quiso que
este descubrimiento de su imagen fuese acompañado de prodigios, dispensando un
favor a cada uno de ellos. Claro que desde aquella fecha no son los únicos
favores concedidos.
Existe en el Monasterio un libro sobre
todos los milagros y favores concedidos por la Virgen.
Sorprendentes son los casos en los que varias
personas se despeñaron por los precipicios existentes por aquellos lares. De
hecho hay una zona que se conoce como 'El salto del Niño', debe su nombre a un
acontecimiento que se ha repetido a lo largo de la historia del santuario. Un
niño, que jugaba entre sus rocas, resbaló y cayó a lo profundo de uno de sus
barrancos. Cuando sus padres, pensando encontrarlo sin vida, descendieron a lo
profundo de la sima, encontraron al niño sentado y entretenido en sus juegos.
Los familiares, testigos de estos hechos, han interpretado lo sucedido como un
favor especial de la Virgen de la Peña.
En la actualidad todavía viven dos protagonistas de acontecimientos semejantes, uno en Morasverdes y otro en La Alberca. La caída de este último fue espectacular, cayó 17 metros abajo, golpeándose en las rocas tres veces y sin embargo, aunque fue encontrado sin conocimiento, hoy en día es uno de los testigos vivos de que los prodigios existen. Son muchos más los misterios que alberga este enclave mágico de nuestra tierra, como la desconcertante toponimia con el término de Francia o las leyendas carolingias que alberga, pero sin duda el mayor enigma es esa virgen de tez morena cuyas raíces parecen hundirse en un culto ancestral a las Diosas de la Madre Tierra.
Conclusión
El
sentido de la peregrinación[42].
En tierra extraña peregrinos
Con esperanza caminamos
que, si arduos son nuestros caminos
sabemos bien a dónde vamos.
En el desierto un alto hacemos,
es el Señor quien nos convida,
Aquí comemos y bebemos
El pan y el vino de la vida.
Para el camino se nos queda
Entre las manos, guiadora,
La cruz, bordón, que es la vereda
Y es la bandera triunfadora.
Entre el dolor y la alegría,
Con Cristo avanza en su andadura
Un hombre, un pobre que confía
Y busca la Ciudad futura
Salamanca y su devenir histórico es ejemplo del misterio y devenir
de la vida. Venimos de un pasado glorioso porque nuestro origen es divino y
nuestro destino es glorioso porque nuestra vida está orientada y dirigida hasta
Dios, la última etapa de nuestra peregrinación.
Sin embargo, en medio de la peregrinación suceden toda clase de
eventos en el camino. Algunos episodios gloriosos y otros menos donde parece
oscurecerse el sentido de la vida.
En la mitad de la vida hay un punto de inflexión culminante. Este tramo suele ser difícil de superar. Es fácil que la búsqueda de realizaciones pasajeras nuble nuestro último destino. En el cenit de nuestra vida Dios anhela el encuentro y espera que el hijo vuelva libremente a su encuentro, no solo de visita sino para quedarse para siempre en casa. El padre quiere introducirnos en esa efusión desbordante de ternura y de misericordia.
El Padre quiere que nos reconozcamos hijos muy amados desde toda la eternidad. Aunque nosotros no hayamos reconocido ni respondido a su amor. Él no ha dejado de amarnos ni un minuto de nuestra existencia. De que vale la existencia, sin esta conciencia. Se rompe el velo y tomamos conciencia de ese amor inmerecido. Dios me ama a pesar de mi pecado de mi deslealtad, de mi indiferencia, mi obstinación y cerrazón porque simplemente es nuestro Padre y no puede dejar de amarnos. Sin ningún reproche se abalanza a abrazarnos como el primer día introduciéndonos en el hogar cálido de su corazón.
Esta es la conversión que por toque de
su gracia nos permite refrescar a sus bazos tiernos. No sabemos ni el momento
ni la hora tan solo que despertamos del largo sueño y nos vimos rodeados en sus
brazos tiernos. Fue como el despertar y después de andar perdido saberme
encontrado de haberme sentido herido saberme curado y aliviado por su divina
presencia. Lo que creíamos mediocridad incurable que se iba calando de
escepticismo amargura y desconfianza se volvió en clima de fiesta y regocijo.
Este es mi hijo que estaba perdido y ha sido hallado. Corrió el vino de la
alegría y volví a sentir lo que es vivir bajo las caricias de su amor.
Dios respeta nuestra libertad y nos
llama y nos insiste persiste y espera. Yo no lo encontré, fue El quien salió a
nuestro encuentro. Diríase que estuvo siempre pero que era yo el que no lo
encontraba a mi lado. Un día crucé el umbral de su casa y fue como encontrar el
fresco manantial de donde se irradia la vida, el amor y la paz.
Dios paciente sabe esperar, sabe
esperar el momento. Sin forzarnos, sin retenernos un día el hombre caerá
rendido, exhausto, extenuado. Allí lo esperará nuestro Padre Dios con los
brazos abiertos. Hay un amor más allá de todo, que nos espera y va a seguir
esperando.
Nosotros necesitamos volver una y otra
vez a recuperar y estrenar esta desbordante efusión de ternura como nuestro
verdadero origen como nuestra verdadera meta.
También Salamanca pasó por un tramo
oscuro de la historia. Después de las guerras de secesión y la guerra de la
Independencia durante el s. XIX hubo todo un tiempo de desmantelamiento y
declive difícil de superar. Diríamos que durante la época contemporánea pierde
su referencia gloriosa y vive una decadencia cultura y espiritual y una
evocación ruinosa que llega casi hasta nuestros días.
El inicio de nuestro Tercer milenio es
una llamada a despertar a nuestra identidad y a enrutar nuestra vida y nuestra
historia hacia su auténtico destino. Termino con un breve pensamiento de
Unamuno. Unamuno como rector de nuestra Universidad y tan vinculado a nuestra
tierra después de su gran exilio recorre en nuestra ciudad los últimos seis
años de su vida.
“Te llevo en mí con mi vida,
Salamanca. Del corazón en las honduras guardo tu alma robusta; cuando yo muera
guarda, dorada Salamanca mía, tú mi recuerdo. Y cuando el sol al acostarse encienda
el oro secular que te recama, con tu lenguaje de lo eterno heraldo, di tú lo
que ha sido…
Tras la noche viene el día. Vivimos
entre luces y tinieblas marchando hacia un término que no son las tinieblas
sino la luz. Somos un pueblo antiguo con una vestidura moderna, con las ideas
recibidas de adulto pero con el espíritu aún joven. No debemos dejar morir el
espíritu. Con este dejar morir el espíritu viene la decadencia. Son los muertos
los que quedan sumergidos en la historia pero nuestro Dios, el Dios de Cristo
no es un Dios de muertos sino de vivos…
Hay que vivir con toda el alma, con la
fe que brota del conocer, con la esperanza que brota del sentir, con la caridad
que brota del querer. Somos confluencia de una eternidad y de una inmensidad. Nada
se pierde, nada pasa del todo, pues que todo se perpetúa de una manera o de
otra, y todo, luego de pasar por el tiempo, vuelve a la eternidad…
La muerte es la mentira y la verdad es
la vida. y si la verdad nos llevara a morir, vale más morir por verdad, morir
de vida, que no vivir de mentira, vivir muriendo. Es el amor más fuerte que la
vida y que la muerte, y domina todas las discordias de éstas. Dios de mi España
contrita tómame un chorro de voz, recibe el recio lamento de mi agónica
oración. Méteme, Padre eterno, en tu pecho, misterioso hogar, dormiré allí,
pues vengo deshecho del duro bregar”.
[1] Dante, Vita nuova
[2] Karem Armstrong, Jerusalem:
una ciudad y tres religiones
[3] Cf. Sab 14, 1- 11
[4] Himno de la Liturgia de las Horas
[5] Las Partidas
de los romeros a Santiago de Compostela
[6] Las Partidas de los
romeros a Santiago de Compostela
[7] Antonio Machado, Poesías
[8] Cf. Lc 24
[9] Poesía del P. Alejandro Ferreiros, Florecen a tu paso
[10] Junto a la pilastra izquierda a la entrada del puente romano pone
“Kilómetro cero” de la ciudad. Punto
desde donde parten todos los caminos.
[11] En el origen de mi vocación esto tuvo especial significado. Viendo
niños que habían sido abandonados y que llorando me decían: No quiero vivir en
este mundo. Antes de construir un mundo pensando en sólo edificios me pregunté
que sentido tenía la vida que vivimos y cuál la vida que con pleno sentido
merece ser vivida.
[12] Libro de España, 1928
[13] Para este apartado se han utilizado artículos de gente
especializada sobre el Camino de la Plata,
Jose Manuel Roldán, Luis Carandell, o
el apartado de la Vía de la Plata del
Libro de España, Extremadura, Patrimonio cultural y artístico.
[14] La Vía Lata conocida formalmente como Iter ab Emérita Asturicum era un planificado camin de más de
ochocientos kilómetros que recorría Gadir, la colonia Julia Rómula Hispalis,
Emerita Augusta, Castra Liciniana, Metellinum, Vicus Caelius, Castra Caelia,
Norba Caeserina, Helmantica, Arbucala, Asturica Augusta, Legio, Lucus Asturum y
Gigia.
[15] Aún ahora son muchos los vestigios romanos, miliarios, puentes,
fortificaciones que a lo largo de la historia dejaron estos dos mil años.
[16] Emérita Augusta fundada
por Augusto en el 25 a.C ocupaba el noveno lugar en importancia de las ciudades
del Imperio Romano. Fue erigida para asentar a los soldados eméritos o
veteranos y fue embellecida por su yerno Agripa. El arco de Trajano, el
acueducto de los Milagros, el anfiteatro son muestras de algunos de sus
majestuosos monumentos.
[17] Norba Caesarina o Castra Servelia fue fundada por Cepión
como campamento romano en su lucha contra los lusitanos y sus aliados vetones
para proteger las cuencas del Tajo y el Guadiana. Castra Cecilia (Cáceres el viejo) fue fundada por Cecilio Metelo en
el 79 a.C.
[18]
En esta etapa se bifurca el llamado Camino
Mozárabe siguiendo desde Tábar por Sta Marta de Tera, Mombuey, Puebla de
Sanabria, Lubián, A Gudiña, Verín, Laza, Xinzo de Limia, Allariz, Xunqueira de
Ambia, Ourense, Oseira, Prado, Ponte Ulla, Santiago de Compostela.
[19] Miguel de Unamuno, Paisajes
del alma, Revista de Occidente, 1944
[20] Mensaje del Papa Francisco con
motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa
[21] Al igual que encontramos en Jerusalén el itinerario de Egeria o en Santiago el Codex Calixtiniano, en el Camino
mudejar se conserva en itinerario de
Antonio que aporta también interesantes datos.
[22] Miguel de Unamuno, Paisajes
del alma, Revista de Occidente, 1944
[23] Miguel de Unamuno, Paisajes
del alma, Revista de Occidente, 1944
[24] En este punto se abandona la Ruta de la Plata que entroncaría con Astorga el Camino Francés y se continúa el Camino Mozárabe por el denominado Camino Sanabrés.
[25] Miguel de Unamuno, Paisajes
del alma, Revista de Occidente, 1944
[26] Miguel de Unamuno, Paisajes
del alma, Revista de Occidente, 1944
[27] Miguel de Unamuno, Paisajes
del alma, Revista de Occidente, 1944
[28] Con motivo del proyecto de la Salamanca Jacobea se hicieron una serie de actos como la Bienvenida de la estatua de Santiago peregrino
de alabastro en la Sala de la Bóveda de la Catedral incorporándola al proyecto
exposición Ieronimus. Lo más
interesante fue la divulgación del Camino y la preparación de estancias que
termino con el proyecto de una Hospedería que funciona desde el 2010
[29] Un bello exponente es el Verraco
que se encuentra actualmente en el Puente Romano.
[30]Versos de José Larralde
[31] Versos de José Larralde
[32] Angel del Pozo, Los enigmas de la
Peña de Francia
[33] «Ángel
Martínez Casado: Lope de Barrientos: un intelectual de la corte de Juan
II, Salamanca, 1994, p. 24.»
[34] «Santuario
de Nuestra Señora de la Peña de Francia: El Rollo»
[35] Yo doy crédito de
ello. Como misionero en Filipinas poco a poco me di cuenta de cuán arraigada
está allí la devoción a la Virgen de la Peña de Francia:
Our
Lady of Peñafrancia.
En 2018 tuve que ir a dar un retiro a las Siervas de María que viven cerca de
Bicol. Cuando llegué a esta ciudad y fui a ver su santuario y participar de sus
celebraciones me di cuenta lo que significaba para ellos esta advocación.
Durante el mes de Septiembre en su fiesta grande, hacen una procesión fluvial
con miles de personas llegadas de todos los rincones de Filipinas.
[36] Alberto
Colunga: Santuario de la Peña de Francia
[37] «Santuario
de Nuestra Señora de la Peña de Francia - P. Constantino Martínez Uriarte O.P.»
[38] Archivado en la Diócesis de Ciudad Rodrigo: «Como consecuencia del
Concordato de 1953, los límites de la Diócesis sufrieron una nueva variación el
20 de julio de 1958, para ajustar la delimitación territorial eclesiástica a la
de la provincia de Salamanca.(...) También pasó a Ciudad Rodrigo el Monasterio
de Porta Coeli de El Zarzoso. No así el Santuario de la Virgen de la Peña de
Francia, a pesar de su proximidad geográfica»
[39] No se trata de la
imagen del santuario, que solamente es trasladada en agosto a Las Hurdes.
[40] «La Hermandad de
Nuestra Señora de la Virgen de la Peña de Francia celebró en la noche del
viernes una reunión para empezar a preparar la Romería al Santuario del Risco
Mariano del año 2015. Esta cita será especial, ya que se cumplirá el XXV
Aniversario de la propia Romería, lo que hará que la Hermandad desarrolle una
serie de actos especiales para celebrar tan señalada fecha.(...) Además, la
Romería tendrá una importante novedad que se estrenará en la edición del XXV
Aniversario, pero que se mantendrá en ediciones sucesivas: se llevará a cabo de
viernes a lunes, recuperando sus fechas tradicionales de celebración, según
aprobaron por mayoría los romeros reunidos en la noche del viernes».
[41] Angel del Pozo, La montaña mágica
[42] Liturgia de las Horas, Tomo
II, Himno para el tiempo de Cuaresma, pág 38
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