7. EN TORNO A LA EVANGELIZACION EN FILIPINAS
(Los Dominicos del Convento de San Esteban
y la Provincia del Rosario en Filipinas)
(Los Dominicos del Convento de San Esteban
y la Provincia del Rosario en Filipinas)
Motivación
La presente reflexión
ha sido hecha con motivo del próximo aniversario que se celebrará del inicio de
la diócesis de Pangasinán y del V centenario de la Evangelización de Filipinas.
De pequeño nací como si dijéramos a la vera de los Dominicos de Salamanca. Vivía
en frente del Convento de San Esteban y acudíamos a misa los domingos toda la
familia. Los Dominicos eran nuestros confesores y directores espirituales. Rezábamos
el Rosario y hacíamos la novena de Nuestra Señora del Rosario en Octubre
terminando con la procesión en el claustro cada año y nunca imagine lo vinculado
que iba a estar este convento a la historia de la evangelización de Filipinas. Pangasinán
en Filipinas ha sido mi último mi último lugar de misión y he tratado de relacionar
estos dos lugares por los vínculos tan estrechos con los que Dios y los primeros
testigos de la fe en Oriente los unió para siempre. [1]
1.
Salamanca en la evangelización del Nuevo
Mundo
Cristóbal Colón
vino a Salamanca al convento de San Esteban a comunicar a los padres dominicos
las razones de su viaje en quien encontró atención y acogida. Los historiadores
datan su visita de tres meses en el invierno de 1486[2].
En este año el convento se ha integrado al grupo de conventos reformados y
acogía ya la teoría de la esfericidad de a tierra. Según las teorías de San
Alberto Magno. En el convento se desarrollaron reuniones de científicos para
estudiar el proyecto de Colón. Entre los frailes se encontraban maestros
expertos en astrología y matemáticas entre ellos Fray Bartolomé de las Casas,
Fray Domingo Báñez. Fray Juan de Santo Domingo y Fray Diego de Deza (preceptor
y maestro del príncipe Don Juan) Este último ayudó a Colón en su juicio
favorable a los Reyes Católicos para apoyarle en su empresa del descubrimiento
de las Indias[3].
Tras el
descubrimiento del Nuevo Mundo desde el convento de San Esteban partieron
distintas expediciones de frailes dominicos en misión de la nueva
evangelización de los nuevos pueblos. El convento de San Esteban es el primero
en la Orden dominicana que se interesa por misionar el Nuevo mundo. El Convento
de los dominicos de San Esteban, como convento reformado, se integró en la
Congregación de la Reforma viviendo los ideales de la propia Orden e impulsando
la nueva evangelización. El Convento se abrió a esta empresa misional que abrió
un nuevo horizonte sin límites y a él acudieron un enorme número de frailes
para prepararse. La Escuela de Salamanca fue pionera en la defensa de los
derechos de los indígenas. Entre los más célebres humanistas defensores del
derecho de gentes destaca Fray Francisco de Vitoria.
2.
Cristóbal Colón respaldado por los
dominicos en Salamanca
Colón venía de
una mala experiencia vivida en Portugal donde se vio traicionado por una Junta
que le negó la viabilidad del proyecto y el rey de Portugal por su cuenta envió
una carabela a explorar en la dirección que Colón había indicado. Según el
informe de Fray Bartolomé de las Casas, Colón escarmentado se mostraba
reservado y callaba argumentos para evitar que su empresa la realizaran otros[4].
La junta tuvo sus dificultades en aceptar el proyecto de Colón sobre todo
algunos datos y medidas que él proponía queriendo llegar a China y Japón por
Occidente. En sus mediciones optimistas calculaba Japón a unos 3.400 Km cuando
había 10.600 Km.
Colon encuentra su principal defensor y colaborador en Fray
Diego de Deza con el que tiene facilidad para hablar sin miedo de su proyecto.
Es muy probable que Deza y Colón se hubieran conocido antes de su llegada a
Salamanca por su vinculación a la Corte. Muestra de su confianza es que después
del descubrimiento Colón escribe a su hijo Diego para que tramite con los Reyes
Católicos asuntos económicos con Deza por ser quien le favoreció desde su
llegada a Castilla. Es muy probable que a Deza Colón le descubriera su secreto
de la existencia de islas a no muy larga distancia por Occidente. El mérito de
Deza está en que desde un principio creyó en el proyecto de Colón. Deza sería
quien más influiría en los frailes dominicos para avalar su proyecto. Colón
probablemente aprovechó su estancia en Salamanca para entrevistarse con los
Reyes Católicos del 2 de noviembre de 1486 al 30 de enero de 1487.[5]
3.
La Escuela de Salamanca en el siglo de Oro
y la época dorada del Humanismo
Fray Francisco de
Vitoria y Fray Domingo de Soto serían figuras claves en la defensa de los
derechos de los indígenas en la nueva evangelización. Ambos maestros
pertenecían a la denominada Escuela de Salamanca de teólogos juristas que
enseñaban en las aulas del antiguo Estudio General. Hombres de su tiempo,
supieron responder a los desafíos de los nuevos tiempos y ofrecer nuevas
soluciones. Supieron otear nuevos y fecundos horizontes con arreglo al nuevo
humanismo de la época sobre todo en su dimensión social. Estructura una visión
internacionalista del derecho de gentes tratando de corregir la usurpación del
poder de la corona de la monarquía y de dar paso a la aparición del estado
moderno. Vitoria es un auténtico innovador, inaugura un nuevo estilo, una nueva
visión de la realidad social de su tiempo en sus vertientes sociocultural y
ético jurídica. Siguiendo su formación tomista y nominalista se opusieron a la
usurpación del poder y a los desvíos de la conquista sobre los nuevos
territorios descubiertos.
En la misma línea
su colega Domingo de Soto en su tratado sobre la justicia y el derecho, De Iustitia et Iure, trata de responder
a los problemas que suscitó el Descubrimiento. Ambos rechazaron toda clase de
injusticias, violencias, atropellos y expolios que se llevaron a cabo en la
conquista de los nuevos territorios. Condenaron la esclavitud y toda privación
de la libertad. Los pobladores eran sometidos a abusivos tributos. Los
encomenderos fueron explotadores rapaces. Intentaron también prevenir y corregir
las trampas de beneficios eclesiásticos frecuentes de su tiempo defendiendo la
conducta igualitaria y ecuánime. Tampoco el Papa tenía la potestad en cuanto a
los poderes temporales. Estos no podían conceder a los monarcas el poder
temporal ni ceder su dominio temporal de los indígenas. Ambos defendieron el
derecho de los primitivos poblaores al dominium
rerum y al dominium iurisdictionis,
al señorío sobre los bienes y al señorío político. El dominio soberano de la
Corona debía tener una función de tutela y promoción de los pobladores
indígenas y no podían ser autosuficientes en el ejercicio de su soberanía. En
cuanto a labor evangelizadora en el tratado ius
predicandi evangelium y al ius
defendendi, defienden que el acto de fe ha de ser libre y no forzado por ninguna
coacción. Los indígenas eran hombres de la misma naturaleza que los
colonizadores cristianos sujetos a los mismos derechos inalienables.
4.
La evangelización del Extremo Oriente y en
particular Filipinas
El móvil de la
expansión del imperio español fue una empresa misionera. Bajo el reinado del
monarca Felipe II hijo de Carlos I y heredero del trono la corona se extendió
de Occidente a Oriente hasta límites insospechados hasta decirse que en su
imperio no se ponía el sol. El rey Felipe II llamado el prudente mirando el
bien espiritual que podría lograrse llego a decir: “Soy instrumento de Dios
para atraer a las Islas Filipinas bajo el estandarte del cristianismo”. El
mismo organizó la última expedición bajo su patrocinio.
Aunque la “leyenda negra” ha querido desfigurar la
realidad histórica, la verdad objetiva sobre la conquista de las nuevas tierras
está suficientemente probada para reafirmar que el impulso misionero fue el
aliento de las expediciones. Con el soldado iba siempre el misionero, siendo
éste más que aquel el verdadero libertador de la esclavitud del error y del mal.
De otro modo
resultaría imposible explicar el dominio total de más de 6.000 islas por un
puñado de soldados que llegaban mermados y extenuados del largo periplo. La
evangelización en Filipinas fue movida por principios religiosos y humanistas.
Los misioneros eran los que persuadían a los nativos a abrazar la fe y
someterse al Rey de España de quien recibirían la doble gracia del cristianismo
y la civilización. Esta penetración fue
hecha más desde la persuasión que desde la fuerza de las armas[6].
Aunque no cabe
duda que no pueden ocultarse los excesos y desvíos que ocurrieron en tal
empresa con sus luces y sus sombras, puede decirse sin lugar a dudas que la
gran expansión de la fe en Filipinas en menos de una centuria fue debido al
talante pacífico de los nativos y a los sacrificios heroicos de los frailes.
Filipinas acogería la fe y se convertiría en un ejemplo para todos los pueblos
de Oriente.
5.
Los dominicos y la evangelización en
Filipinas
La evangelización
fue el motivo principal de la expansión a Oriente. El emperador Carlos V busca
llevar la luz del evangelio a las remotas regiones de Extremo Oriente
sirviéndose de misioneros y de soldados que los protegiesen. Carlos V oye de la
posibilidad de llegar a Luzón y a las
Molucas por el Oeste y se lanza el
proyecto. La primera expedición tuvo lugar en 1520 bajo la dirección de
Magallanes se componía de cinco embarcaciones con un total de 234 hombres. Las
dificultades de la travesía que duró hasta tres años redujeron la expedición a
una sola embarcación de 18 tripulantes. Las islas bautizadas primeramente con
el nombre de San Lázaro por haberlas descubierto el sábado de la dominica de la
Pasión. Más tarde el archipiélago de San Lázaro pasó a denominarse como las
islas Filipinas debido al monarca Felipe[7].
Magallanes
desembarcó en Butuam, pueblecito de
Mindanao donde arribó el 30 de marzo de 1521 y donde celebró la primera misa.
De allí fue a Cebú donde hicieron un pacto de sangre con Lapu Lapu, príncipe
heredero, hijo de Hambar. Después el príncipe se vio engañado y Magallanes cayó
víctima de su temeridad en la pequeña isla de Mactan el 27 de abril de 1521. Juan Sebastián de Elcano se pone al
frente de la flota y vuelve a Sevilla. Carlos V manda preparar la segunda
expedición en 1524 que a las órdenes de García Jofre de Loisa llega a Mindanao
el 16 de octubre de 1526. La tercera expedición, bajo la dirección de Álvaro de
Saavedra arribó en Mindanao en marzo de 1528 y resultaría prácticamente un
fracaso.
La cuarta
expedición bajo el mando de Ruiz López de Villalobos se puso en marcha el 2 de
febrero de 1543 llegando a la isla de Leyte a la que dio el nombre de Filipina.
Este fue el momento de extender el nombre a todo el archipiélago. La última
expedición salió de Méjico el 21 de noviembre de 1565 al frente de Miguel López
de Legazpi protegido de Felipe II y asesorado por el virtuoso agustino Fr.
Andrés de Urdaneta. Fue Legazpi el primer gobernador quien al encontrar en Cebú
la imagen allí escondida de la primera expedición la constituyó protectora del
archipiélago[8]. Los
primeros misioneros que llegaron a Filipinas fueron agustinos que llegaron a
Cebú en 1565.
Los dominicos
fueron llegando a las islas del Poniente a través de sucesivas expediciones. La
primera se emprende el 24 de mayo de 1579 en la nave de Ativar. La segunda en
junio de 1586 en la nave de Pedro Asco. La tercera el 15 de junio de 1594 en la
nave de Santa Elvira. La cuarta el 20 de junio de 1595. La quinta el 26 de
junio de 1596 salen dos expediciones en la nave de Cristóbal de Zuleta y en la
nave de Juan Martín Villacan.
Los frailes
dominicos se emplazan en principio en Manila y desde allí envían expediciones a
Bataan y Pangasinan. La evangelización
siguiendo la orientación del monarca Felipe II debía de desarrollarse de forma
pacífica. Podríamos decir que de toda la nueva evangelización del Nuevo Mundo,
la evangelización de Filipinas fue la más humana corta y pacífica con el mínimo
derramamiento de sangre[9].
Los dominicos fray Domingo de Salazar, fray Miguel de Benavides y fray Diego de
Soria siguiendo las orientaciones de Vitoria, Soto y Bañez fueron insignes
defensores del derecho y la justicia. Influyen en la política del primer
gobernador Legazpi pero poco a poco se diluyo con abusos como ya se produjo con
el que lo remplazó Lavezaris. Siguiendo los principios de Vitoria y Soto el
monarca tan sólo poseía un dominio político in
ordine ad finem spiritualem.
La presencia de los españoles para conquistar
esas tierras respondía al fin de extender el evangelio. Esta debe ser la única
razón que permite la pacificación de los indígenas a la Corona.
La evangelización
va a acarrear un ingente sacrificio. Además de aprender sus dialectos
amoldándose a una vida sencilla y sacrificada. Querían mediante su conducta
atraer a los infieles. Recorrían enormes distancias para llegar a los lugares
más remotos sin buscar en esta tierra morada que permanezca. En todo querían
imitar a los Santos Apóstoles y los Padres Fundadores. Seguían una rigurosa
vida de oración de pobreza y de penitencia de acuerdo a las Constituciones[10].
6.
Las primeras expediciones
En la primera expedición de 1579 fueron 19 padres entre otros: Domingo de
Salazar, Pedro Benavides, Francisco Solano, Pedro Ibañez, Cristóbal de
Salvatierra, Antonio de Larralde (Salamanca)[11].
La figura más importante de la expedición era fray Domingo de Salazar, hijo del
convento de San Esteban de Salamanca. Salió vía Méjico con la primera misión
con 18 padres. La mayoría de ellos mueren en alta mar víctimas de la peste. Los
restantes deciden interrumpir su viaje y quedarse en Méjico. Domingo de Salazar
hace entrada en Manila acompañado de un solo hermano dominico Fray Cristóbal de
Salvatierra. En septiembre de 1581 llega la primera expedición con Domingo
Salazar que sería el primer obispo de Manila. Con Salazar llegaban los primeros
jesuitas y el dominico Fray Cristóbal de Salvatierra, único superviviente de
una gran expedición de dominicos. Salazar convoca una primera Junta en 1582 y
después el primer sínodo para dar solución entre otros el problema de los
tributos.
II En la segunda expedición de 1586 de 40 padres fueron entre otros: Crisóstomo,
Castro, Juan de Urrutia, Diego de Soria, Aloso Jimenez, Bernardo Navarro, Juan
Ormaza, Juan Maldonado, Pedro Bolaños, Pedro de Soto, Pedro Flores (Salamanca),
Ambrosio Bueno (Peña de Francia) y otros. Esta segunda expedición obedece al
deseo de Salazar y Cristobal de llevar a cabo la fundación de la nueva
Provincia. Esta, por así decir, sería la expedición fundacional. Partieron los
religiosos de Castilla en mayo de 1586 y continuaron su viaje llenos de mil
júbilos y alegrías, después de mil peripecias el 17 de julio de1586 se
embarcaron en Cadiz rumbo a Filipinas vía Méjico (Veracruz). Allí fray
Crisóstomo y Castro hubieron de reagruparse y organizar los que estaban
dispuesto a continuar a Filipinas, continuaron el viaje 20 padres. El día de
Santiago arrivaron a Manila. El padre Juan Crisóstomo que había sido nombrado
vicario general renuncia a su cargo en favor del padre Castro. El padre Miguel
de Benavides sería el fundador de la primera universidad en Manila.
III En la tercera expedición de 1594 fueron 25 padres entre otros:
Juan de la Vega (Salamanca). Esta sería la primera de las cuatro expediciones
con rumbo a Siam y Camboja donde los dominicos prestaban servicios como
capellanes. La Provincia del Rosario quiso que esta expedición sirviera para
expandir su misión en el continente asiático. Fue un fallido intento y hubieron
numerosas bajas entre ellas Fray Juan Maldonado y Pedro Labastida.
IV En la cuarta expedición de 1595 fueron 25 padres entre otros:
Alonso Navarro, Simón de San Judas (Salamanca). Se abren nuevos ministerios con
el fin de evangelizar a los chinos residentes en las periferias de Manila en el
barrio de Binondo. Fue como un ensayo para más tarde abrirse al continente
chino. Con más padres se abren nuevas misiones en Cagayán al extremo norte de
la isla de Luzón.
V En la quinta expedición
de 1596 fueron en la Nave de Cristóbal de Zuleta 29 padres Entre otros: Francisco
de Uribe, Juan de Velasco (Salamanca) y en la Nave de Juan Martín Villacan 30
padres. Gracias al refuerzo de esta expedición se funda la nueva misión de
Japón en el reino de Sutzuma en la isla de Kiunshu como una nueva vicaría de la
que se pondría al frente el padre Francisco Morales como primer Vicario.
7.
La primera comunidad de dominicos en
Filipinas
Los dominicos se
establecieron formalmente en 1587 bajo la supervisión de Fray Domingo de
Salazar[12].
Fray Domingo de Salazar era natural de Bastida,
Alava, era hijo del convento de San Esteban de Salamanca. Tomó profesión
el 25 de marzo de 1546. Pasó 40 años de misión en Colombia, Méjico y Florida
ganándose el sobrenombre de “defensor de
los indios”. Tomó parte de la primera expedición para la nueva
evangelización en Extremo Oriente. Se embarcó el 24 de Mayo de 1574 rumbo a
Filipinas. En 1579 Felipe II lo presentó al Papa Gregorio XIII para que fuese
consagrado obispo de Filipinas y organizase aquella Iglesia nombrándole al
mismo tiempo “Protector de los Filipinos”.
El primer obispo de Filipinas Salazar fue un verdadero padre, protector,
organizador y legislador adquiriendo el nombre de “Verdadero P. Las Casas de los Filipinos”[13].
El obispo Salazar
no quiso que su orden estuviera al margen de la gran epopeya misional que
empezaba a perfilarse en Oriente y, antes de partir para su nueva diócesis,
hizo las gestiones necesarias para llevar consigo un grupo de religiosos
dominicos que fuesen como el germen de una nueva provincia misionera. Por
desgracia de los 18 religiosos sólo el
P. Salvatierra llegó a Filipinas.
A su llegada se
celebró la primera misa y se colocó la primera piedra del primer convento
dominicano en las islas, el Convento de
Santo Domingo de Manila. El primer día del año se inaugura el nuevo
convento a orillas del río Pasig que más tarde quedaría en Intramuros, es decir
dentro de las murallas de la ciudad. Este convento será la casa madre de la
nueva Provincia, residencia del Provincial y sede de casi todos los Capítulos
provinciales. En ese mismo año en el mes de Junio se celebra el primer Capítulo
Provincial confirmando el nombramiento de del padre Castro como Vicario. En
1602 es cuando se introduce la primera imprenta en Filipinas lo que significará
una gran proyección cultural. En 1611 se funda el Colegio de Nuestra Señora del Rosario y el de Santo Tomás en Manila
que luego más tarde en 1645 se convertiría en la primera Universidad de Santo Tomás en el Oriente[15].
En 1631 se funda en Manila el Colegio
Seminario de los santos apóstoles Pedro y Pablo después de superar sus
humildes principios como real Colegio de
San Juan de Letrán.
8.
Las imágenes de nuestra Señora del Rosario
y nuestra Señora de Peña de Francia
La primera imagen
de Nuestra Señora del Rosario estaba en el primitivo convento de Manila. Su
figura es de gran hermosura, el rostro manos y niño es de marfil, se hizo por
encargo de Don Luis Pérez Dasmariñas, Gobernador de las Islas. A esta imagen se
le atribuye desde el inicio numerosos milagros. Por satisfacer a la ciudad que
deseaba grandemente reverenciar esta imagen milagrosa de la Virgen la pusieron
los religiosos en la iglesia el año 1621.
Es de destacar el
relieve que tomará la devoción a Nuestra Señora del Rosario en la provincia de Pangasinán y el Santuario de Manaoag que allí se levanta. Este fue un
antiguo santuario mantenido por los Padres dominicos. Este lugar previo a la
aparición estaba situado en lo que fuere la misión de Mangaldan que implantaron los primeros misioneros agustinos con el
nombre de visita de Sta Mónica durante 1595-1600. Después la misión fue cedida
a los padres dominicos que habían llegado a la misión de Binalatongan (actual San Carlos) en 1598. En 1600 los dominicos se
hicieron cargo de la misión de Mangaldan,
los primeros padres fueron Juan de San Jacinto y Tomás Jimenez. Esto era una
prueba de que este lugar estaba bendecido por la Virgen y de nuevo se me hacía
cercana la devoción de esta Virgen en el monasterio de San Esteban de
Salamanca. Con razón Filipinas pertenecía a la provincia del Santo Rosario y la
devoción en Bikol era tan profunda a
la Virgen de la Peña de Francia.
El padre Miguel
que en 1599 residía en Valadolid después de una epidemia de peste se fue a
vivir al convento de la Peña de Francia. Era muy devoto de aquella Santísima
Imagen. Estando allí unos hermanos que en el año 1601 iban a Filipinas y
llegaron a tomar la bendición de aquella Imagen. Así fue como el padre fray
Miguel se vino con ellos y dio en difundir la veneración de la imagen de la
Virgen de la Peña de Francia. Llegado a Manila, comenzó a predicar
graciosamente de ella.
9.
La Provincia de Santo Rosario
La provincia
dominicana del Oriente se denominó Provincia de Nuestra Señora del Rosario[16].
Esta provincia sería rica en gestas heriocas y testimonios ejemplares. La
fundación fue encomendada al a fray Crisóstomo pero no cabe duda que se fragua
a través del recién nombrado obispo Salazar. No obstante el aparatoso fracaso
de la primera expedición en el intento de llevar dominicos a Filipinas, el
obispo Salazar logra interesar a los dominicos de la provincia dominicana de
Santiago de México en el proyecto de fundar una nueva Provincia de la Orden
para las misiones de Oriente. El padre Juan Crisóstomo es elegido para
gestionar dicha fundación. La fecha de fundación de la nueva Provincia
dominicana misionera de Nuestra Señora del Rosario corresponde como era común
con la llegada de los religiosos a Manila en 1587. Tras la celebración del
primer Capítulo en la Casa Madre en junio de 1588 se constituye la Provincia
del Rosario incluyendo Manila y las provincias del centro y noroeste de la isla
de Luzón conocidas como Pangasinán y
Bataan[17]. La
Provincia así designada correspondía al territorio adjudicado a los dominicos.
Era voluntad de rey Felipe II que no haya religiosos de una orden donde ya
existen religiosos de otra.
Los primeros
misioneros que llegaron a filipinas fueron los agustinos en 1565, luego los
franciscanos en 1578 y más tarde los jesuitas en 1581. Los agustinos tomaron
las provincias de Tagalas, Pampanga, Iloco y Negros. Los franciscanos en la
zona sur de Luzón, Camarines y Bicol.
Los jesuitas en Visayas y Mindanao[18].
Los recoletos en Mindanao, Palawan y Zambales.
El padre
Crisóstomo que fue elegido para gestionar la fundación en 1582 no pudo
embarcarse en la primera expedición y tuvo que esperar a la segunda.
Renunciando a su cargo lo cedió a favor del padre Juan de Castro. La Provincia inició su fundación con la
llegada a Cavite de los 15 primeros
dominicos de la segunda expedición el 21 de julio de 1587. El nuevo Vicario
Juan de castro organizó el primer Capítulo General y procedió a la distribución
de los frailes a las distintas regiones de Filipinas. El padre Juan Ormaza,
Alonso Jimenez, Pedro Bolaños y Domingo de Nieva a Bataán; Benardo Navarro,
Pedro de Soto, Marcos de Soria y Juan de Castro a Pangasinán; Miguel de Benavides, Diego de Soria, Juan Maldonado y
Pedro Rodriguez en Manila. La nueva Provincia iría creciendo expandiendo su
obra evangelizadora. Después de ser repartidos se fueron acomodando a aprender
las lenguas del lugar para facilitar la propagación de la fe.
10.
Primer provincial y primer Capítulo
provincial de la Provincia de Santo Rosario
El Padre Juan
Crisóstomo se puso enfermo. Otro dominico a recordar es el padre Juan Cobo que
vino procedente de Nueva España a estas tierras en el segundo viaje. A él se
agregaron el padre Juan García y Tomás Castellar y dos hermanos fray Pedro
Martínez y Juan Deza.
El segundo
domingo de la octava de Resurrección de 1588 tuvo lugar el Primer Capítulo
Provincial. Fue convocado por el Padre Vicario General y salieron elegidos el
padre Juan Castro Primer Provincial, padre Diego de Soria, Vicario del Convento
de Manila; padre Juan Cobo y Juan de Santo Tomás Vicario de Bataán y el padre
Bernardo de Santa Catalina Vicario de Pangasinán.
La primera acción
del Capítulo fue aceptar las Ordenaciones generales que se hicieron para esta
Provincia estando los fundadores en Méjico. Todos los que vinieran de España
debían de leer y acatar estas disposiciones. Se dio a la Provincia el nombre de
Nuestra Señora del Rosario a la que eligieron como principal abogada y Patrona
de la Provincia.
Nombraron
Predicador General y Lector del Convento al padre Miguel de Benavides. Por ser
de gran capacidad y talento se le encomendó que aprendiese la lengua china. El
junto con el padre Cobo fueron los primeros en hacerlo a pesar de la mucha
dificultad que presentaba. El padre Benavides sería el fundador de la
Universidad de Santo Tomás y el primer obispo de Pangasinán.
11.
La llegada de los dominicos a Pangasinán,
Lingayen
La labor de los
dominicos a Pangasinán no fue fácil. Cuando llegaron estaban los indios en
estas tierra dados a la idolatría y con mucha repugnancia al Evangelio. Los
religiosos que fueron de la provincia de Pampanga
y de Ilocos no eran bien recibidos.
Habían clérigos y religiosos franciscanos pero sufrieron mucha resistencia. Tan
sólo en el pueblo principal donde estaba el Alcalde Mayor, Lingayen habían podido perseverar religiosos de San Agustín.
En 1587 fueron
enviados Fr Bernardo de Santa Catalina con otros cinco compañeros sacerdotes.
Los pobladores no veían la hora de echarlos de allí. Así padecieron por espacio
de tres años muchos trabajos. Cinco de ellos cayeron enfermos sin médicos ni
medicinas. Enterado el obispo Salazar quiso que los religiosos los dejasen y salieran de ellos. Fr Bernardo no quiso venir en ello y
permanecieron allí. Después de tres años
comenzaron a creer en los religiosos viendo su modo de vivir. Fue creciendo la
buena opinión de los frailes Dominicos
entre la gente. El primer Obispo fue Don Miguel de Benavides donde se guarda la
carta que dirige a Clemente VIII: En la provincia de Pangasinán hace once años que entraron los religiosos de Santo
Domingo donde gran número de los pobladores ya son cristianos.
La principal
razón que tuvieron los indios para perseguir a aquellos primeros Padres fue
porque la religiosidad que ellos practicaban chocaba con la nueva fe que se les
predicaba. Al llegar los frailes Dominicos su mayor ídolo llamado Ana Gaoley cesó de dar respuestas y
oráculos. Las sacerdotisas que invocaban a Managanito
no encontraban respuesta a sus peticiones. Pero aún a pesar de la gran
resistencia que pusieron al principio poco a poco se fueron doblegando a dar su
obediencia a la fe.
Entre los muchos
que se convirtieron fue el gran principal del pueblo de Magaldán llamado Casipit.
Primero se convirtió su mujer que se llamaba Lalo mediante la predicación de
Fr. Pedro de Soto. Siguieron a sus padres tres hijas que tenían. Al padre Casipit, cuyo nombre de pila fue Don
Pedro, le fueron tan bien las cosas que con su ejemplo y amonestación trajo al bautismo
a todos sus vasallos.
En el pueblo de Calasiao comenzó la cristiandad a través
del padre Alonso Montero que aprendió pronto su dialecto. Una noche le dijeron
que había muerto una niña en una sementera. Insistió para que se la trajeran
viva o muerta y al fin se la llevaron. Por muerta la trajeron pero en presencia
del religioso recobró la vida. El padre la bautizó y le puso el nombre de
María.
El primer
Provincial murió. En la primera visita del nuevo Provincial del tercer
provincialato a Pangasinán oyó cosas
admirables de como los religiosos que habían sido tan perseguidos. Estos tan
faltos de todo lo necesario y las enfermedades que hubieron de pasar viviendo
encasas tan estrechas casas donde vivían tan alegres y tan trabajadores
caminando siempre a pie como si no les faltase de nada. Vio que se habían ya
edificado muchas iglesias por aquellos pueblos, Batán 1588, Binalatongan 1587, Calasiao
1588, Magaldán 1604 , Manaoag 1608, Lingayen 1614, Malasique, etc. Y quedó maravillado de
los milagros que el Señor y nuestra Señora había realizado en estas tierras.[19]
12.
La fundación de Manaoag
Por el año 1605
los Padres Dominicos de Pangasinán tomaron a su cargo el pueblo de Manaoag
donderadica un famoso santuario. Los primeros que se hicieron cargo de esta
misión fueron los religiosos Agustinos en el año 1600 con el título de Santa
Mónica. La misión la asistían desde Ligayen, cabecera de aquella provincia
donde residía una firme comunidad. Para los religiosos agustinos atender Santa
Mónica le resultaba gran esfuerzo porque tenían que caminar tres días si iban
allá por vía fluvial.
Los Agustinos
terminaron renunciando a la administración jurídica pidiendo a los Padres
Dominicos tomasen cargo a través del Obispo don Fr Diego de Soria. Los Padres
enviaron allá al padre Fr Juan de San Jacinto que entró en Manaoag en 1605. Los
Padres ante la adversidad que encontraron decidieron tomar por patrona a la
Virgen del Rosario para que les ayudase a la nueva empresa. Así dieron esta advocación
a una Iglesia nueva que levantaron cuya dedicación se solemnizó con un gran
colectivo bautismo de personas adultas. Después de esto a los pocos meses no
había persona infiel en el pueblo.
A cuatro leguas
de Manaoag, en un pueblo de Igolotes, vivía un indio principal infiel, llamado
Dagarat, el cual solía bajar a Manaoag. Cayendo enfermo envió llamar al padre
Fr Tomás Gutiérrez. El padre vistó al indio al que catequizó y bautizó.
13.
Los primeros mártires
En 1602 se funda
la misión de Japón en el reino de Sutzuma, en la isla de Kiushu. Se nombra
Vicario de aquella nueva Vicaría al P. Francisco Morales. En 1614 empiezan las
grandes y crueles persecuciones contra los cristianos en Japón, que durarán 25
años. De 1617 a 1637 treintaidós frailes dominicos de diversas nacionalidades
dan testimonio de su fe con el martirio acompañados de gran número de
terciarios, cofrades y simples fieles escribiendo una de las páginas más
gloriosas del martirologio cristiano de todos los tiempos[20].
En los 35 años que duró la misión en Japón solo un fraile dominico murió de
muerte natural, todos los demás fueron mártires. A partir de 1640 la misión
dominicana de Japón se cerró por más de dos siglos[21].
En 1626 se abre
la misión de Formosa en Taiwan, con los padres Francisco Mola y Jerónimo Morer,
dándole el rango de Vicaría[22].
Desde esta misión se dieron los pasos para fundar en la China Continental en
1631. Esta misión durará solamente hasta 1642. Por último cabe destacar también
la presencia dominicana en el norte de Vietnam (Tunkin, Tun-King). Fue una
misión gloriosa generosamente regada con sangre dominicana. Vietnam al igual
que China estuvo organizada bajo un solo Vicariato pasando luego a formar tres
Oriental, Central y Septentrional. Muchos fueron los misioneros testigos de la
fe que murieron por la fe y pueden ser considerados mártires.
14.
Dominicos primeros mártires y testigos de
la fe en Oriente:
I Representantes de la primera generación (1587-1687)
Beato Fr Angelo Ferrer Orsucci (1575-1622)
Nació el 8, del
5, de 1575 en Luca, Toscana, y toma hábito de la Orden el 21 del 12 de 1586.
Fue colegial de Santa María en Viterbo donde se ordena sacerdote en 1597. Fue
después trasladado a Valencia. Después se incorpora a la Provincia del Rosario.
Llegado a Filipinas fue destinado a la provincia de Cagayan donde trabajó
varios años. El duro trabajo, las privaciones y excesivos y luego se retira a
Bataan. calores minaron su salud. Recuperado fue asignado a Bataan donde tuvo
que aprender una nueva lengua. Después fue asignado a Pangasinán como Vicario Provincial
(1610-1612. Después en Manila fue definidor en el Capítulo de 1616 y luego s e
retira a Bataan. A los 44 años entra disfrazado en Japón en 1618 cayendo en
poder de sus perseguidores junto con su hermano y compañero de estudio de
lengua japonesa Fr Juan de santo Domingo en la ciudad de Nagasaki. Conducido
luego a la cárcel de Omura continuó allí hasta 1622. Trasladado a Nagasaky
muere con fuego lento con los brazos atados a la espalda y ammarrados a un
palo, rodeado de otros 23 campeones de la fe. Beatificado en 1867.
Beato Fr Juan Martinez de Sto Domingo (1577-1619)
Nace en 1577. Es
fraile de la quinta expedición que fue presidida por el P. Pedro Ledesma por
encargo del P. Miguel de Benavides que partió de Cádiz en 1559. En las Actas
del Capítulo de 1600 se dan los nombres de los religiosos fallecidos. No
aparecen ni Miguel de Santa María ni Juan Martínez de Santo Domingo. Fr Juan es
encarcelado en Omura y muere en la cárcel torturado y sometido a toda clase de
privaciones en 1622. Beatificado en 1867.
Beato Fr Alonso de Mena Navarrete (1578-1622)
Natural de
Logroño el 3 del 2 de 1587. Toma el hábito en el convento de San Esteban,
Salamanca donde profesa en 1594. En Filipinas es asignado a Binondo, suburbio
de Manila, entre los chinos. Fue elegido para fundar la misión de Japón donde
logra permiso para fundar la iglesia de Hizen en 1606. En Nagasaky se ocupó de
auxiliar a los cristianos perseguidos procedentes de Hizen. Fue denunciado y
hecho prisionero. Es llevado a la isla de Ikinoshima y después trasladado ala
cárcel de Omura. Allí padeció grandes quebrantos y enfermedades quedando medio
ciego. Fue finalmente quemado vivo a fuego lento en Nagasaki en 1622 y
beatificado n 1867.
Santo Domingo Ibañez de Erquizia (1589-1633)
(1589-1633). Natural de Guipuzcoa llegó a Filipinas en 1611 destinado a
la misión de Binalatongan (San Carlos) entre 1612 y 1616, luego dio clases en
Manila en el Colegio de Sto Tomás (luego Universidad) y finalmente nombrado
Vicario Provincial se trasladó a Japón donde fue apresadotorturado ymartirizado
(horca y hoya) en 1633. Fue el primero de la tanda de 16 compañeros mártires
junto con San Lorenzo Ruiz.
II Representantes de la segunda generación (1687-1787)
Santo Francisco Gil de Federich (1702-1745)
(1702-1745). El padre Francisco natural de Tortosa llegó a Filipinas en
1730 y destinado también a la misión de Binalantongan desde 1731 hasta 1733.
Luego se ofreció voluntario para la misión de Tonkin en Vietnam en 1730. Allí
fue capturado y hecho prisionero en 1737. Finalmente muere mártir
decapitado-degollado junto con el padre Mateo Alonso de Liciciana que corrió su
misma suerte. Forman parte de otros compañeros mártires como San Vincent Liem
de la Paz. Fue beatificado en
1906 y canonizado en 1988
Santo Mateo Alonso de Liciciana (1702-1745)
Natural de Nava
del Rey, Valladolid, donde nació el 26 del 11 de 1702. Ingresó en la Orden y
profesó en el covento de Santa Cruz de Segovia en 1723. Llegado a Filipinas fue
destinado a la Universidad de Santo Tomás de Manila y después aprobado para las
misiones de Tonkin en 1730. Llegó a Tonkin en 1730. En 1732 hizo entrada en
Trun-ling y empezó a aprender la lengua del país. En 1733 empzó a padecer
persecución. En 1743 le arrestaron y clavaron una lanza. Fue conducido a la
corte de Namdinh y desde allí trasladado a Hanoi y encarcelado. Fue condenado
al degüello y luego le conmutaron la pena por cadena perpetua. Allí se encontró
con su hermano Federich para gran consuelo espiritual de ambos. Juntos fueron
degollados en 1745, ambos tenían 43 años de edad. Los cristianos recogieron los
cadáveres y los sepultaron en la Iglesia de Luc-thuy-ha. Fue beatificado en
1906 y canonizado en 1988
Santo Domingo de Henares (1765-1838)
(1765-1838). Natural de Baena Córdoba, llegó a Manila en1786 donde estudia
en la Universidad de Sto Tomás, ordenado sacerdote en Ilocos. Pocos días
después de su ordenación se incorpora a la misión de Tonkin en Vietnam. Fue
ordenado obispo por su compañero y amigo Ignacio Delgado. En 1838 fue arrestado
y un mes después decapitado.
15.
Breve relación de los mártires asociados:
I Representantes de la primera generación (1587-1687)
1619 Juan Martín de Santo Domingo mártir en Japón, tormentos, cárcel;
beatificado
1622 Otros mártires
en Japón Luis Flores,
fuego lento; beatificado
Francisco de Morales, fuego lento; beatificado
Angelo Ferrer Orsucci, fuego lento;
beatificado
Alfonso de Menay Navarrete, fuego
lento; beatificado
José
Salvanés de San Jacinto; fuego lento; beatificado
Jacinto
Orfanel, fuego lento; beatificado
Tomás Zumarraga, degollado; beatificado
Tomás del Rosario, fuego lento;
beatificado
Mancio de Santo Tomás, fuego lento;
beatificado
Domingo Ngata del Rosario, degollado;
beatificado
Alejo N., fuego lento; beatificado
Domingo N., fuego lento; beatificado
1633 Otros mártires en Japón Domingo Ibáñez de Erquiza, horca y
fosa; beatificado
Lucas
Alonso del Espíritu Santo, horca y fosa; beatificado
Jacobo Kyushei Tomonaga; horca y
fosa; beatificado
Mateo Kokioye del Rosario; horca y fosa;
beatificado
Francisco Shoyemon, horca y fosa;
beatificado
II Representantes de la segunda generación (1687-1787)
1745 mártires
en Tonkin (Vietnam) Francisco Gil de Federich, decapitado;
beatificado
Mateo Alonso de Liciana, decapitado;
beatificado
1838 otros
mártires en Tonkin Domingo de Henares, decapitado;
beatificado
Ignacio
Delgado, decapitado; beatificado
José
Fernandez, decapitado; beatificado
Vicente
Yen, decapitado; beatificado
Pedro
Tu, decapitado; beatificado
Domingo
Nguyen, decapitado; beatificado
BIBLIOGRAFIA
Fr Eladio Neira O.P., Heraldos
de Cristo en los Reinos del Oriente, Roma 1986
Fr Diego Aduarte O.P., Historia
de la Provincia del Santo Rosario de la Orden de Predicadores en Filipinas,
Japón y China, CSIC, Departamemnto de Misionología, Madrid 1962
Fr Hilario Ocio O.P. y Heladio Neira O.P.,
Misioneros Dominicos en el Extremo Oriente 1587-1835, Manila, Filipinas
2000
Fr Manuel Gonzalez Pola O.P., La
Evangelización de los Dominicos en Filipinas, Studium V. 32
Fr Miguel Angel Medina O.P., La
Primera Comunidad de Dominicos en Filipinas y la defensa de los derechos
naturales,Ciencia Tomista V. 116
Fr. Antonio M. Molina O. P., Dimensión
cultural de la evangelización de los Dominicos en Filipinas, Studium, V. 27
Fr Roberto B. Andre O.P., Estado
de los Dominicos en Filipinas, Or Philippiniana Sacra, V. 44
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Dominicos en América y Filipinas, Archivo dominicano, V. 14
Fr. Alberto E. Ariza O.P., Misioneros
Dominicos en América y Filipinas en
el SXVI, Libro 271
Historiadores
Dominicos Pro Quinto Centenario de la Evangelización en el Nuevo Mundo, Los Dominicos y el Nuevo Mundo, Actas
del II Congreso Internacional, Salamanca 1989
Historiadores
Fonseca, Payo, Piñeiro, Pedro O.P.,
Historia de los Dominicos en Filipinas y Misiones en Oriente, Libro 27122212 ROJA
[1] En la actualidad en
el Convento de San Esteban en una de las capillas laterales han puesto los
cuadros y las reseñas de algunos de los frailes del Convento Santo Francisco
Gil de Federich, Santo Mateo Alonso de Liciciana, Santo Domingo de Henares que
fueron a Filipinas y se cuentan entre los primeros mártires de Oriente.
[2] Antonio de Remesal, Fernando
Pizarro y Orellana, dan cuenta como el regidor Dr Don Rodrigo Maldonado de
Talavera regidor de Salamanca da cuenta de la Junta que hace Hernando de
Talavera con otros sabios letrados y marineros. Informe del Memorial histórico
del convento de San Esteban al Rey Felipe V.
[3] Antonio de Remesal, OP, Historia
General de las Indias, BAE 175, Madrid 1965
[4] Bartolomé de las Casas, Historia de
las Indias, I. BAE 95, Madrid 1975
[5] Fr Diego de Deza era fraile del
Convento de San Esteban en Salamanca y catedrático de prima e Teología en la
universidad. Era confesor y confidente de los Reyes Católicos. Su prestigio e
permitió que fuera valedor de Cristóbal Colón ante los Reyes. Su intervención
fue decisiva y el favor de los Reyes lo encumbró al episcopado que ejerció
entre otras diócesis en la salmantina. Aquí intervendrá en el proyecto de
construcción de la Catedral Nueva de Salamanca.
[6] Historiadores como Coleman o Morgan
han sabido defender con imparcialidad y valentía esta verdad histórica.
[7] El gran archipiélago consta de más de
6.000 islas
[8] Legazpi ante la imagen del Niño de Praga
hace esta oración: “Señor, poderoso eres para castigar el abandono en que te
dejaron los primeros cristianos de esta isla y para volverlos a Ti, y para
fundar en ella tu casa e Iglesia santa donde tu nombre sea alabado y ensalzado.
Bazaco, La Iglesia de Filipinas, 160
[9] J. A. Robertson, The Philippine Islands,
Ohio 1903
[10] Historia de la Provincia del Sto Rosario,
Tomo I, p. XIX
[11] P. José Mª Vargas, Lista de los religiosos que pasaron al Nuevo
Mundo de 1492 a 1600
[12] P. Domingo Salazar hijo del Convento
de San esteban de Salamanca contemporáneo de losPP Maestros Domingo Báñez y
Bartolomé de Medina
[13] Retana así lo registra en su obra, Archivo del bibliófilo filipino, III,
Prólogo
[14] P. Salvatierra era también hijo del convento de san Esteban
y salió de su convento con el deseo de ser uno de los primeros fundadores.
[15] El Colegio recibe el rango de “Studiorum generalium Universitas”
adquiriendo el rango de Universidad. El padre Miguel de Benavides sería su
fundador.
[16] La práctica tradicional de la Orden
era que las Provincias llevasen el nombre de su territorio jurídico, luego se
optó por un nombre religioso. A la nueva Provincia se la denominó del Rosario
como expresión de su carácter misionero universal.
[17] La Provincia asignada más tarde
comprendería también las provincias de Zambales, Cagayán en el note de Luzón,
Batanes y Babuyanes.
[18] Informe del Gobernador Tello a
Felipe II, 1599
[19] A los 50 años de fundarse la
Provincia contará con 33 casas agrupadas en cuatro Vicarías
[20] La vida de los mártires se
encuentran registradas en las notas necrológicas Nomina defunctorum de las Actas ACPPSR, 1619.
[21] La misión se intentó abrir sin
éxito en varias ocasiones desde Filipinas.
[22] Al cumplirse los 50 años de la
fundación de la Provincia cuenta esta con ocho vicarías, incluyendo Japón,
Formosa y China