1. SALAMANCA CUNA DE SANTOS I
Reflexiones en torno a Santa Teresa de Jesús
Reflexiones en torno a Santa Teresa de Jesús
Motivación
Salamanca, Monumenta Salamanticae, Ciudad Patrimonio de la Humanidad esconde no solo grandes monumentos de piedra sino más grandes “monumentos vivos”, figuras inmortales de hombres y mujeres “piedras vivas” que dejaron sus huellas y que perviven no solo en la memoria sino en la herencia inmortal de sus célebres santos.
Estas reflexiones en torno a santos
y figuras ilustres de nuestra ciudad natal de Salamanca las hice en la conmemoración del IV Centenario
de la beatificación de Santa Teresa en 2014 y del V Centenario de su nacimiento
en 2015. En este año me encontraba en Salamanca por cuestiones recuperación de
mi salud en un año sabático donde habiendo dado por terminado mi misión en
Argentina preparaba mi próxima misión en Filipinas.
Durante el
periodo de Octubre de 2014 a Octubre de 2015 tuvieron lugar distintos programas
patrocinados por el obispo Mons. Carlos López que instituyó una Comisión
Diocesana para tal proyecto. Tuve la suerte de acudir a la misa inaugural en
Alba de Tormes que el presidio el octubre de 20015 para conmemorar esta fecha
histórica.
El
ayuntamiento promovió una campaña de divulgación de las huellas de la Santa
poniendo unas baldosas de bronce en los lugares más representativos de la
ciudad vinculados a la Santa. Se sacaron
a la luz los hitos relacionados con su vida y obra. A Salamanca llegó la
andariega en 1570 para llevar a cabo su séptima fundación. Su octava tuvo lugar
en Alba de Tormes. Entonces Salamanca albergaba ilustres celebridades. En San
Esteban la santa se sintió acogida y comprendida por los frailes sus consejeros
y confesores. En la ciudad vivía su primer editor Fray Luis de León. En la
Catedral Nueva se abrió al culto la capilla que está dedicada a ella y se
expuso para veneración al público sus reliquias. En este año se celebraba a su
vez el V centenario de la construcción de la catedral Nueva
Siendo
Miguel de Unamuno rector de la Universidad nombró a la santa en 1922 la primera
mujer “Doctora Honoris Causa”
por su calidad literaria, su
espiritualidad y los valores reformistas. A la Santa sin dudad le adjudicaron las “llaves de la Ciudad”.
1.
Introducción. Los santos patronos de
Salamanca
Santa Teresa de Jesús
Salamanca tiene tres
santos patronos: Santa Teresa, San Juan de la Cruz y San Juan de Sahagún. La
Santa por excelencia, Santa Teresa que si bien nació en Ávila murió en
Salamanca (Alba de Tormes). Santa Teresa funda su séptima fundación en
Salamanca, la que narra en el libro de la Fundaciones le supuso muchos
trabajos. Santa Teresa fue una mujer de carácter abierto y comunicativo, de
extrema sensibilidad y simpatía personal, reunía a la vez un temple enérgico
que le permitió afrontar las mayores contrariedades. Apasionada y entusiasta,
intrépida y voluntariosa. Mujer mística y contemplativa y a su vez mujer de
acción, caminó con su mirada en lo alto y los pies en el suelo, logró
desenvolverse en su medio con el debido equilibrio entre el idealismo y la
práctica simbolizando la mujer castellana. Su probad paciencia en las
adversidades la dejó inmortalizada en su famosa poesía[1]:
Nada te turbe, nada te espante;
todo se pasa, Dios no se muda.
La paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene nada le falta.
Sólo Dios basta.
San Juan de la Cruz
San Juan de la Cruz vive y estudia durante tres
años en Salamanca. Su nombre verdadero de nacimiento era Juan de Yepes
Álvarez nació en Fontiveros, Ávila, España, el 24 de junio de 1542 y murió en Úbeda, Jaén, el 14 de diciembre de 1591. Fue un religioso y poeta místico del renacimiento español. Fue reformador de la Orden de los Carmelitas y cofundador de la Orden de Carmelitas. Vivió unos años en el convento bajo de los Carmelitas junto al convento de San Esteban cerca de las orillas del Tormes. Fue ordenado sacerdote en la Catedral Nueva de Salamanca durante el pontificado de don Pedro Gonzalez de Mendoza (1560-1574) obispo salmantino que asistió al concilio de Trento. Fundador de los Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española. Entre sus poemas más conocidos: Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva. En prosa escribió cuatro comentarios a sus poemas mayores: Subida del Monte Carmelo y Noche oscura para
el primero de estos poemas, y otros tratados homónimos sobre el Cántico espiritual y Llama de amor viva. Recogemos uno de sus poemas[2]:
Un pastorcico solo está penando
Un pastorcico solo está penado,
ajeno de placer y de contento,
y en su pastora puesto el pensamiento,
y el pecho del amor muy lastimado.
No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido,
aunque en el corazón está herido;
mas llora por pensar que está olvidado.
Que sólo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho del amor muy lastimado.
Y dice el pastorcito: ¡Ay, desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia,
y el pecho por su amor muy lastimado!
Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,
y muerto se ha quedado asido dellos,
el pecho del amor muy lastimado.
San
Juan de Sahagún
Su nombre de pila era Juan González del Castrillo. Era el hijo mayor, de siete hermanos de un matrimonio
pudiente. Hizo sus primeros estudios en el Monasterio de San Benito de Sahagún. Después de hacer la tonsura, se ganó la protección del obispo de Burgos quien supervisó
su educación en esta ciudad. Tras ser colegial del Colegio Mayor de San Bartolomé, se
ordenó fraile agustino en el
famoso convento que esta Orden tenía en Salamanca.
Fue conocido por su intervención en la vida de la ciudad y su mayor
logro fue conseguir apaciguar la querella que enfrentaba a dos bandos de
familias nobles que durante cuarenta años se disputaban en Salamanca, con
muchas muertes por ambas partes. La Plaza de los Bandos de
Salamanca conmemora este hecho. De él se recuerdan en Salamanca dos milagros:
cuentan las crónicas que un niño se cayó a un pozo profundo, pero Juan echó su cíngulo, que
llegó hasta donde el niño pudo tomarlo. Entonces el santo hizo subir el nivel
del agua hasta que el niño llegó a la superficie. El milagro se recuerda en la
calle donde ocurrió con el nombre de la calle: Pozo Amarillo. El otro milagro
dice que un toro bravo se había escapado por las calles de Salamanca sembrando
el terror. Juan le detuvo y amansó diciéndole: "Tente, necio".
La calle donde esto ocurrió tiene ahora el nombre de Tentenecio. Se
dice de él que con sus oraciones libró a Salamanca de la peste del tifus negro.
Murió de forma violenta, parece que le amenazaron con quitarle la vida y
mandaron envenenarle. Sea como fuere pereció fruto de sus tramas a los 50 años.
Sus restos fueron enterrados en la Catedral Nueva de Salamanca. Fue
beatificado en 1601 y canonizado en
1691. Es el patrón de Salamanca desde
1868.
2. Salamanca cuna de santos
No obstante Salamanca tiene además otros
santos muy relevantes como Sor Teresa conocida como “la Negrita” declarada
beata y en proceso de canonización, o la Santa Sor Santa Bonifacia. Pasamos a
dar una descripción de las dos santas.
Sor
Teresa, La Santa Negrita, Princesa Chicaba
La Sierva de Dios Sor Teresa Juliana de Santo Domingo Chikaba denominada
la Negrita “Tshikaba”, la
princesa negra” nació en Guinea en el año 1676,
en el seno de una familia pagana, sus padres eran soberanos del Reino llamado
“Mina Baja del Oro”. Trasladada a España, en 1704 ingresó en el convento con el
nombre de Sor Teresa Juliana de Santo Domingo formando parte de la comunidad
salmantina de dominicas de Santa María de la Magdalena o de la Penitencia,
donde vivió y murió en 1748 en olor de santidad. Recogemos el texto del
poema, el primero que consta escrito en una lengua europea por una escritora
africana, es el siguiente[3]:
Ah, Jesús, donde te has ido, que un instante no puedo verme
sin ti.
Ah Jesús de mi
alma, donde te has ido, que parece que no vienes
y te has
perdido. Ah Jesús, qué diré yo, si os vais con otras, qué haré
yo:
Clamaré,
lloraré hasta ver a Dios, y si no, y si no, morir de amor.
Y ya lo
digo, pues estoy tan sola, que no has venido.
Y si estás con
otra, ya yo lo he visto; a Marta y María las has querido.
Ah, Jesús, donde
te hallaré yo, pues tan tonta me tiene cuando te tengo:
A Dios, a Dios
amor, A Dios Señor, A Dios corazón, no más, no más,
no más.
Santa Bonifacia
Rodríguez de Castro
Actualmente convento de las Siervas de San José
séptima fundación de Sta Teresa pertenece a la congregación fundada por Sor
Bonifacia Rodríguez Castro. Una casa que ha acogido a dos santas, emprendedoras
de comunidades. Este es uno de los vínculos de las dos santas.
Santa Bonifacia nació en
Salamanca en la calle Traviesa en 1837. Fue una mujer humilde y adelantada en
su tiempo. De profesión cordonera, con su esfuerzo y trabajo montó un taller de
cordonería. Junto un grupo de mujeres salmantinas constituyó la Asociación
Josefina para la promoción de la mujer. En 1874 fundó la congregación de
Siervas de San José en Salamanca[4]. Su vida de humildad trabajo y sencillez fue un
testimonio fiel del seguimiento de Jesús trabajador en Nazaret. Inició un
camino de espiritualidad centrado en la santificación del trabajo hermanado con
la oración, dentro de la sencillez de la vida cotidiana. Murió en Zamora en 1905.
Fue canonizada en el 2013.
3. Salamanca cuna de grandes
teólogos humanistas
Francisco
de Vitoria
Francisco de Vitoria fue fraile dominico, gran humanista del siglo de
oro XVI, teólogo, filósofo y jurista, profesor en la escuela de Salamanca.
Ingresó en la Orden de los Dominicos en 1504. Destacó por sus ideas y
contribuciones al derecho internacional y la economía moral basados
en el pensamiento humanista del realismo aristotélico tomista. Figura clave de la denominada Escuela
de Salamanca. La Escuela de Salamanca se utiliza de manera genérica
para designar el renacimiento del pensamiento en diversas áreas que llevó a
cabo un importante grupo de profesores pero especialmente teólogos
dominicos del convento de San Esteban liderados por Francisco de Vitoria prestigioso
profesor de la Universidad de Salamanca. No
cabe duda que el influjo de la Escuela se debió sentir en otras naciones,
puesto que muchos de los componentes de la Escuela dieron clases en
Universidades de fuera de España. He aquí algunas de sus redacciones en torno
al derecho de gentes[5]:
“El derecho de gentes no sólo tiene fuerza por el pacto y convenio de
los hombres, sino que tiene por sí mismo fuerza de ley, Y es que el orbe todo,
que en cierta manera forma una república, tiene poder de dar leyes justas y a
todos convenientes, como son las del derecho de gentes. De donde se desprende
que pecan mortalmente los que violan los derechos de gentes, sea de paz, sea
tocantes a la guerra. Y en los asuntos graves, como en la inviolabilidad de los
legados, ninguna nación puede darse por no obligada por el derecho de gentes,
pues éste viene conferido por la autoridad de todo el orbe. Los indios tienen sus
derechos a permanecer en su religión y a que nadie los coaccione físicamente
para abrazar una fe distinta”.
Domingo
de Soto
Domingo de Soto (1497-1960) fue formado en París vino a Salamanca para
ocupar la cátedra de Vísperas de Teología y Vitoria daba la Prima. Fue su
inmediato sucesor. Hombre de gran mesura y libertad interior renunció a ser
confesor del Emperador cuando se apercibió que su libertad de actuación sufría
mengua. En sus intervenciones en la Universidad mantuvo sierre independencia y
libertad de criterio. Cuando había una gran carestía no dudó en prestarse a
marchar a Toledo para obtener trigo para los estudiantes. Apoyó a Fray
Bartolomé de las Casas para defender la libertad y el respeto a los derechos de
los indios.
Fray
Luis de León
Fray Luis de León fue un poeta, humanista y religioso agustino español
de la Escuela salmantina. Fray Luis de León es uno de los escritores más
importantes de la segunda fase del Renacimiento español. A Fray Luis de
León se debe la primera edición del libro sobre Sta Teresa de Jesús. Es
una figura de renombre universal y célebre humanista del Renacimiento español junto
con Francisco de Aldana, Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz. Su obra forma parte de la
literatura ascética de
la segunda mitad del siglo XVI y está inspirada por el deseo del alma de
alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la
paz y el conocimiento. Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra. Fray
Luis de León, de temperamento apasionado y fogoso, fue acusado por los mismos profesores al
Tribunal de la Inquisición. La acusación le vino de parte de Fray Bartolomé
Medina y la Inquisición terminó encarcelándole en la prisión de la cárcel de
Valladolid durante cinco años. Allí en las paredes de la celda escribió su
famoso poema[6]:
Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado.
¡Dichoso el humilde estado del sabio
que se retira de aqueste mundo malvado!
Y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso con sólo Dios se compasa,
y a solas su vida pasa ni
envidiado, ni envidioso”.
4. Salamanca cuna de grandes
pensadores
En los denominados siglos de Oro S.XV y XVI
junto a Santa Teresa y san Juan de la Cruz, Fray Vitoria, Fray Luis de León,
Melchor Cano, Domingo de Soto, el Padre Suarez, encontramos en Salamanca a
Garcilaso, Cervantes, Juan de la Encina, Antonio de Nebrija, Cristóbal Colón, Hernán
Cortés y los próceres San Martín y Belgrano. Muchas son los grandes pensadores
Fernando Rojas, Lucio Marineo Sículo, Pedro Martír de Anglería, Arias Montano,
Abraham Zacut, Beatriz Galindo, Lucas Fernandez, Ginés de Sepúlveda, Tirso de
Molina, Calderón de la Barca, el Conde Duque de Olivares, Torres Villaroel,
Miguel de Unamuno.
Miguel
de Unamuno
Miguel de Unamuno y Jugo nació en Bilbao el 29 de septiembre de 1864 y
murió en Salamanca el 31 de diciembre de 1936 es uno de los pensadores y fue uno de los pensadores y personajes más
ilustres de la ciudad de Salamanca. Fue un escritor y filósofo español perteneciente
a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de
géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. Fue,
asimismo, diputado del Congreso de los Diputados de
1931 a 1933 por la circunscripción de Salamanca. Fue nombrado rector de
la Universidad de Salamanca tres
veces; la primera vez en 1900 y la última, de 1931 hasta su destitución,
el 22 de octubre de 1936. Recogemos uno de sus poemas a Salamanca[7]:
Alto soto de torres que al ponerse tras las encinas que el celaje
esmaltan dora los rayos de su lumbre e padre Sol de Castilla. Luego en las
tristes aulas de Estudio, frías y oscuras, en sus duros bancos, aquietaron
sus pechos encendidos en sed de vida. Como en los troncos vivos de los árboles,
de las aulas así en los muertos troncos grabó el amor por manos juveniles su
eterna empresa. Sentencias no hallaréis del Triboniano, del Peripato no veréis
doctrina, ni aforismos de Hipócrates sutiles, jugo de libros. Allí Teresa,
Soledad, Mercedes, Carmen, Olalla, Concha, Blanca o Pura, nombres que fueron
miel para labios, brasa en el pecho. Así, bajo los ojos, la divisa del
amor, redentora del estudio, y cuando el maestro calla, aquellos bancos dicen
amores. ¡Oh Salamanca! Entre tus piedras de oro aprendieron a amarlos
estudiantes, mientras los campos que te ciñen, daban jugosos frutos…
Recogemos también uno de sus escritos más relevantes, una meditación en
el Campo
de San Francisco[8]
“Yo en la pensión, sin tener que cerrar los ojos sueño y reveo aquel
Campo de San Francisco de mi Salamanca donde tantos ensueños he brizad, donde
tantos porvenires he soñado. Porvenires míos y de los míos, porvenires de mi
Salamanca. Allí, en aquel bendito Campo de San Francisco, campo franciscano, en
aquel rincón de remanso, donde he oído tantas veces el rumor de las aguas
eternas; allí si que estaba el centro del universo. Allí me ha llevado muchas
veces mi hermano del alma Cándido Pinilla, el ciego vidente, a oír al ruiseñor.
A oír al ruiseñor que cantaba en los árboles enclaustrados, a oír, sobre todo,
al ruiseñor que cantaba dentro de nosotros. ¡Y a ver!. El, el ciego me llevaba
a mí, a su lazarillo, a ver. ¡Y veíamos! Veíamos el tras porvenir, lo que está
más allá de todo, lo que ha venido y pasado, lo que está debajo y encima de lo
que pasa y lo que lo envuelve, la augusta forma eterna. Allí, en aquel
franciscano Campo de San Francisco, momentos, ni de bronce, ni de mármol;
ningún cómico disfrazado de héroe a sido reproducido allí. El que hizo de
Colón, el que figuró Fray Luis, el que posó de Maldonado el comunero, El padre
Cámara, obispo que fue y representó, se han ido a otro rincón de la ciudad.
Pero allí, al lado, en la capilla de la Veracruz eterniza la expresión de dolor
sobrehumano, la Dolorosa de Corral”
5.
Salamanca posada
para la andariega Santa Teresa
Conmemorando el 500
aniversario del Nacimiento de Santa Teresa la andariega hacemos un itinerario
siguiendo “las Huellas”. Algunos “Textos” relativos a Santa Teresa y San
Juan de la Cruz que narran su estancia en Salamanca. “Reflexiones” en torno a Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
Estas reflexiones se hacen
siguiendo su “huellas” a partir de dos periplos o rutas. Una es la misma ciudad donde la santa lleva a cabo su
séptima fundación. La otra, en la provincia, recoge otra fundación la de Alba
de Tormes donde muere y donde se encuentra su tumba. Salamanca y Alba de Tormes
forman parte de la lista de lugares incluidos en la "Ruta Huellas de Teresa", una ruta de peregrinación que permite descubrir los lugares
relacionados con la Santa. Esta
ruta es el resultado de la unión de Ávila, Medina del Campo, Malagón,
Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de
Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria,
Granada y Burgos.
Pequeña biografía de Sta Teresa de Avila
Teresa de Cepeda y Ahumada, más conocida por el nombre de Santa Teresa de Jesús o simplemente Teresa de Ávila. Nace
en Ávila el 28 de marzo de 1515 y muere en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582. Fue una religiosa, doctora de la
Iglesia Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas, rama de la Orden de
Nuestra Señora del Monte Carmelo. Salamanca será su séptima fundación. Junto
con san Juan de la Cruz, se considera a santa Teresa de
Jesús en la cumbre de la mística
cristiana, y una de las grandes maestras de la vida espiritual en la
historia de la Iglesia. La ponemos en relación con san Juan de la Cruz pues no
pueden ambos entenderse por separado. Fray Juan en 1567 regresa a Medina del
Campo para ser ordenado presbítero y celebrar su primera misa y allí conoce a Teresa de Cepeda y
Ahumada,
futura santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una
nueva sede de su Reforma carmelita,
los llamados carmelitas descalzos.
Teresa convence a Juan y lo une a
su causa de reforma de su orden, que tropezó con una gran hostilidad por parte de los carmelitas calzados. Juan regresa a Salamanca e inicia estudios de teología durante el curso 1567-1568, pero
sólo termina un curso de cuatro por lo que no obtuvo ni siquiera el grado de
bachiller. El 28 de noviembre de 1568 funda en Duruelo, Ávila, el primer convento
de la rama masculina del Carmelo Descalzo. Durante la ceremonia cambia su
nombre por el de fray Juan de la Cruz. Juan se convierte en uno de los
principales formadores para los nuevos adeptos a esta reforma carmelitana.
Hemos querido hacer unas reflexiones a partir de textos selectivos de la Santa
que reflejan lo mucho que le costó esta séptima fundación en Salamanca y lo que
supuso la octava de Alba de Tormes.
Texto que se
recoge al final del Cap. 19 de las Fundaciones[9]:
“En ningún monasterio de los que el
Señor ahora ha fundado de esta Primera Regla, no han
pasado las monjas, con mucha parte, tan
grandes trabajos… Plega a la Divina Majestad que no
nos falten las moradas eternas, por su
infinita bondad y misericordia. Amén, amén”.
Su temprano deseo de ser monja y
hacer ermitas y monasterios
Siguiendo la vida de
la Santa deja ver como el deseo de ser monja y fundadora responde a los deseos
de su más temprana edad.
Texto del Libro de la vida, sobre los recuerdos de su niñez[10].
“Tenía un hermano que era casi de mi edad…Él y yo nos entreteníamos
mucho leyendo vida de santos. Veíamos todo lo que las santas mártires soportaron
por amor de Dios, y me parecía que, a pesar de sufrir tanto, todavía no era
pagar caro la felicidad de ir a gozar de Dios…Por eso me juntaba con mi
hermano, a ver cómo podríamos morir de la misma manera que los
mártires…estábamos decididos a irnos a tierra de moros para que allá nos
descabezasen. Una vez comprendí la imposibilidad de ir a donde nos matasen por
amor a Dios, pensé en que quizás podríamos ser ermitaños y comenzamos a hacer
ermitas en el huerto de la casa con unas piedrecillas… Cuando jugaba con otras
niñas, me gustaba mucho hacer monasterios y pensar que éramos monjas”.
La ayuda que les prestaron “las Isabelinas”, franciscanas
terciarias.
La ayuda que les
prestaron “las Isabelinas” monjas del
convento de Sta Isabel, fue narrada por la misma santa en su libro de las
Fundaciones. “Las Isabelinas” se
encuentran situadas cerca de la denominada “casa
de los estudiantes” que aún hoy se conserva en la Plaza de Sta Teresa.
Fragmento recogido del Libro de las
Fundaciones[11].
“Unas monjas que estaban junto, que pensaron les pesara mucho, nos
prestaron ropa para las compañeras que habían de venir y nos enviaron limosna.
Llamábase Santa Isabel, y todo el tiempo que estuvimos en aquella nos hicieron
harto buenas obras y limosnas”.
6. Siguiendo “las Huellas” de
Santa Teresa en Salamanca
Santa Teresa es una de las grandes místicas del siglo de Oro español
declarada doctora de la Iglesia. Teresa transmite con espontaneidad su
experiencia personal con Dios. Primero más de 20 años de oración estéril, sequedad o
acedía, coincidiendo con enfermedades por las que padece tremendos sufrimientos.
Después, a partir de los 41 años, fuertes y vivas experiencias místicas que Teresa confía en su origen divino por el
efecto que dejan de paz,
refuerzo de las virtudes, especialmente de la humildad y
anhelo de servir a Dios y a
los otros. Fue una mujer valerosa que confió en la fuerza de Dios para
arremeter contra muchos ataques.
La Inquisición vigiló
muy de cerca sus escritos. Bajo el consejo de sus confesores muchos de sus
textos fueron autocensurados, temiendo esta vigilancia. Su manuscrito "Meditaciones Sobre El Cantar de los Cantares"
fue quemado por ella misma por orden de su confesor, en una época en que estaba
prohibida la difusión de las Sagradas Escrituras en romance. La experiencia
vivida y transmitida por Teresa en todos sus escritos se basa en la oración como
el modo por excelencia de relación y comunicación con
Dios. En el libro Camino de Perfección
detalla las etapas de la oración en 7 pasos. Describiendo el alma como
un castillo de cristal o diamante al que
se entra por medio de la oración y en el que se van recorriendo diversas
moradas. Teresa insiste en perseverar en la oración con humildad frente
a Dios sin
exigir o buscar experiencias sobrenaturales: “importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino; y, por
ventura, el que le pareciere va por muy más bajo está más alto”[12]. O
dicho de otra forma: “el verdadero
humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor”[13].
Recogemos un fragmento del Camino de Perfección[14].
“Procurad hija, pues estáis sola, tener compañía. Pues, ¿qué mejor que
la del mismo Señor que nos enseñó a orar? Representad al mismo Señor junto con
vos y mirad con qué amor y humildad os está enseñando; creedme, mientras
pudieras no estés sin tan buen amigo. Si os acostumbráis a traerle junto a vos
y él ve que lo hacéis con amor, no le podréis echar de vos y no os faltará para
siempre, ¿pensáis que es poco un tal amigo al lado?...No os pido ahora que
penséis en él, ni que saquéis muchos conceptos, no os pido más que lo miréis.
Mirad que no está aguardando otra cosa sino que le miremos. ¿Es mucho que a
quien tanto os ama volváis los ojos a mirarle?”
La fundación de San José en
Salamanca
La primera casa denominada “casa
de los estudiantes” fue patrocinada por Nicolás Gutierrez, uno de los
grandes benefactores. La santa entra en la
ciudad por primera vez el 31 de octubre de 1570 donde provisionalmente se
establece con el objeto de dar inicio a que será su séptima fundación. Se trata
del Convento
de San José de Carmelitas Descalzas ubicado en el casco histórico de la ciudad. En
este edificio de la familia Ovalle tuvo lugar la noche
de las ánimas. En su
estancia de 1573 obedeciendo a su director, el jesuita Ripalda, redactó el Libro de sus Fundaciones. En esta
casa-convento escribe el famoso poema:"Vivo
sin vivir en mí". El que fuera convento carmelitano durante
cuatro años pertenece en la actualidad a las Siervas de San José y es lugar
donde vivirá la otra santa salmantina, La Madre Santa Bonifacia Rodríguez[15]. La casa fue propiedad del Comendador Juan Antonio
Ovalle Prieto y se encuentra cercana a la Iglesia de San Juan
de Bárbalos
donde predicó San Vicente Ferrer.
En esta casa es donde la santa sufrió el famoso éxtasis del Domingo de
resurrección Que inspiró una de sus mejores poesías: “Vivo sin vivir en mí”.
Fragmentos del Libro de las
Fundaciones[16].
El libro de las Fundaciones trata de las Fundaciones de La Santa. El fragmento que recogemos trata de la
fundación del monasterio de San José de Salamanca, que fue año de 1570.
“Las hermanas de San José de Salamanca, donde estoy cuando esto escribo,
me han pedido diga algo”…[17]
“Acabadas estas dos fundaciones, torné a la ciudad de Toledo. Estando en
esto me escribió un rector de la compañía de Jesús de Salamanca, diciéndome que
estaría allí muy un monasterio de estos, dándome razones de ello; aunque por
ser muy pobre el lugar, me había detenido a hacer allí fundación de pobreza...
me determiné a hacerlo. Parecíame a mí,
que teniendo la licencia del Ordinario, tenía hecho el monasterio, según se me
hacía fácil; y así luego procuré alquilar una casa que me hizo haber una señora
que yo conocía… aunque era dificultoso por tenerla alquilada a unos
estudiantes…Me partí para allá, llevando sola una compañera, por ir más
secreta, y no llevar las monjas hasta tomar la posesión, porque, si hubiese
estorbo, le pasase yo sola el trabajo”[18].
La intempestiva llegada a la “casa de los estudiantes”
La santa describe con
enorme realismo la aventura pasada en su llegada “la noche de las ánimas”, la víspera de la Fiesta de “Todos los Santos”.
“Llegamos víspera de todos los Santos, habiendo andado harto del camino
la noche antes con harto frío, y dormido en un lugar estando yo bien mala. No
pongo en estas fundaciones los grandes trabajos de los caminos, con fríos, con
soles, con nieves, que venía vez no cesarnos en todo el día de nevar, otras
perder el camino, otras con hartos males y calentura… su Majestad daba fuerzas,
y con el hervor que me ponía y el cuidado, parece que me olvidaba de mí. Lo que ahora me acuerdo, nunca dejé fundación
por miedo del trabajo, aunque de los caminos, en especial largos, sentía gran
contradicción… Estuvo el monasterio en esta casa cerca de tres años… y sentí
harto ver lo que las hermanas padecieron aquí”[19].
Su vinculación a la Universidad
Salamanca era famosa
por su Universidad que hacía parangón con la de París, Oxford y Bolonia. A ella
confluían numerosos estudiantes. La casa primera, una casa nobiliaria
perteneciente a la noble familia de Ovalle a la que llega la santa estaba
ocupada por estudiantes. Entre los estudiantes desalojados se encontraba Juan
Moriz que llegaría a ser obispo de Barbastro. En 1611 sería uno de los prelados
que solicitaron de Roma la beatificación de la santa. Así lo confesó en su
beatificación: “Ha cuarenta años que
estudiando en la universidad de Salamanca, salí de la casa que vivía para que
entrase en ella a fundar un monasterio de monjas la bendita Madre Teresa de
Jesús” (Memorias historiales, BN
Mss. 13483, R n. 232). En la universidad acudían prestigiosos maestros como
Fray Luis de León. Fueron los jesuitas, en concreto el Padre Álvarez, quienes
animaron a Teresa a visitar Salamanca, ciudad universitaria, y a iniciar aquí
una nueva fundación por su vinculación a la Universidad. En ella
estudiaría San Juan de la Cruz junto con otros estudiantes.
Fray Juan entre
1559 y 1563, estudia con los jesuitas; durante los primeros tres años, recibe
la formación según la novedosa Ratio Studiorum, en la que el latín era la base de
todo el currículo; en el cuarto año, aparte de
recibir instrucción retórica, aprende a escribir en latín, a construir versos
en este idioma y a traducir a Cicerón, Julio César, Virgilio, Ovidio, Marcial y Horacio. Simultáneamente, vive las nuevas corrientes del humanismo cristiano, con estilo y comportamientos
renovados en la pedagogía. A los veintiún años, en 1563, ingresa en el Convento de
los Padres Carmelitas de Medina del Campo, de la Orden de los
Carmelitas,
y adopta el nombre de Fray Juan de san Matías. Tras realizar el noviciado entre
1563 y 1564 en el Convento de
Santa Ana,
se traslada a Salamanca donde estudiará en el Colegio de San
Andrés de los Cármenes entre 1564 y 1567 los tres cursos
preceptivos para bachillerarse en artes. Durante el tercer curso, fue nombrado,
por sus destrezas dialécticas, prefecto de estudiantes en el colegio de San
Andrés.
“Nicolás Gutiérrez, trabajó mucho para desembarazarme la casa. Vino y
díjome que la casa no estaba desembarazada, que no había podido acabar con los
estudiantes que saliesen de ella… yo le dije lo que importaba… tanto trabajó,
que se la desembarazaron aquella tarde”.
Su vinculación a San Esteban
Los padres dominicos prestaron mucha ayuda a Santa Teresa de Jesús
durante su estancia en Salamanca, prueba de esta vinculación es el
confesionario al que acudía la santa en busca de consejo. Por mandato de su
confesor, el dominico Pedro Ibáñez, escribió el Libro de su Vida (1561),
trabajo que terminó hacia junio de 1562;
añadió, por orden de fray García de Toledo, la fundación de San José; y por
consejo de Domingo de Soto volvió a escribir el Libro de su Vida en 1566.En
1562 conoció al padre Báñez, que fue su principal director, y a fray García de
Toledo, ambos dominicos. Hoy día puede visitarse el antiguo
confesionario en el convento de San Esteban, a dicho confesionario el padre
dominico accedía por el claustro mientras los devotos accedían por las capillas
laterales de la iglesia. Junto a la capilla lateral del confesionario de la
santa se pude contemplar la talla de un Cristo del que se dice era muy devota
la santa.
Los grandes trabajos que hubo de
soportar
La santa en el libro
de las Fundaciones describe los pormenores de esta su séptima Fundación que
según ella le comportó enormes trabajos a las monjas.
Fragmento del Libro de las
Fundaciones[21].
En el libro de las
Fundaciones la santa relata como prosigue la fundación del monasterio de San
José de Salamanca.
“La víspera de Todos Santos, el año que queda dicho, a mediodía,
llegamos a la ciudad de Salamanca. Desde una posad procuré saber de un
hombre,Nicolás Gutiérrez, a quien tenía encomendado me tuviese desembarazada la
casa.Ya casi noche entramos en ella.Fue la primera que fundé sin poner el
Santísimo Sacramento… Al día siguiente por la mañana se dijo la primera
misa…Quedamos la noche de Todos los Santos mi compañera y yo solas, María del
Sacramento. La casa era muy grande y desbaratada y con muchos desvanes, y mi
compañera no había quitársele del pensamiento los estudiantes, pareciéndole,
que como se habían enojado tanto de que salieron de la casa, que alguno se
había escondido en ella… Encerrámonos en una pieza adonde estaba paja…en ella
dormimos esa noche con unas dos mantas que nos prestaron. Mi compañera no hacía
sino mirar a una parte y a otra todavía con temores y díjome: “Madre, estoy
pensando, si ahora me muriese yo aquí, qué haríades vos sola” y comencé a haber
miedo”.
La segunda casa junto a Monterrey
por fin con Santísimo Sacramento
La segunda casa de
esta fundación estuvo junto al Palacio de Monterrey y hoy ha desaparecido. Fue
tomada en agosto, día de San Miguel. Estaba el nuevo convento cerca del Palacio
de Monterrey, el que alguna vez se hospedó la santa. Esta casa fue favorecida
por la condesa de Monterrey, doña María Pimentel.
Texto del libro de las Fundaciones[22]:
“Ellas concertaron con un caballero que les diese una para entrar en
ella…Yo procuré que el padre Julián de Ávila, que es el que andaba conmigo en
estas fundaciones, viniera conmigo y vimos la casa para decir lo que había de
hacer…Fuimos por agosto, y con darse toda prisa posible, se estuvieron hasta
San Miguel, que es cuando allí se alquilan las casa, y aún no estaba bien
acabada con mucho. La iglesia estaba casi acabada de enlucir…Pasámonos víspera
de San Miguel, un poco antes que amaneciese. Ya estaba publicado que había de
ser el día de San Miguel el que se pusiese el Santísimo sacramento… La capilla
habíase hecho nueva, y estaba tan mal tejada, que lo más de ella se llovía…Y al
tiempo de venir la gente comenzó a hacer sol…Hubo mucha gente y música, y
púsose el Santísimo Sacramento con gran solemnidad”…
La tercera casa convento de Sta
María del Monte Carmelo
La fundación tuvo la
tercera casa en el denominado convento de Sta María del Monte Carmelo, más
tarde denominado “el Carmen Alto”. La
iglesia fue construida 60 años después en 1630 que es lo que queda ahora del
conjunto conventual, el arco fue trasladado al paseo de Carmelitas. En el libro
de las Fundaciones cap. 19 narra la santa como de la casa de don Pedro de la
Banda tuvieron que trasladarse a la de Suarez Solís en 1582. Hoy se puede
visitar la iglesia junto al paseo de Carmelitas fuera de la muralla
antigua de circunvalación.
7.
Otras pequeñas
“huellas” de Teresa en Salamanca
Son muchos los
rincones donde se deja ver el paso de la santa por Salamanca. Entre sus
“huellas” cabe destacar:
En la Catedral de Salamanca. La Catedral Nueva de Salamanca alberga una capilla
dedicada a Santiago Apóstol y a Santa Teresa sufragada por el racionero doctor
Antonio Almansa. En el retablo de la Capilla se puede ver una escultura de la
Santa, obra de Antonio de Paz de la escuela de Gregorio Hernández. En el
retablo de la Capilla está destaca la imagen de Santa Teresa que junto con San
Juan de la Cruz son los patronos de Salamanca.
En el Museo Catedralicio se encuentra además una
espléndida reliquia de un hueso del brazo de la Santa que es venerado en
momentos especiales. En la actualidad se puede ver en la capilla de la Santa.
En la Plaza Mayor. En la Plaza Mayor se puede ver un medallón con la imagen de la santa.
Está situado en el Pabellón de Petrineros, que es el que está en el lado
izquierdo si nos situamos mirando hacia el Ayuntamiento. En este pabellón están
los medallones de otros personajes ilustres como Unamuno, Antonio de Nebrija,
Francisco de Vitoria o Fray Luis de León.
En el convento de San Andrés donde
se alojó San Juan de la Cruz. En el llamado “Carmen Bajo”
junto al arroyo de San Esteban se encuentra lo que queda del convento de San
Andrés, donde se alojó San Juan de la Cruz. El templo fue expoliado en la
Guerra de la Independencia.
Texto del Libro de las Fundaciones, donde narra el encuentro con Fray
Juan[23]:
“Poco después, acertó a venir un padre de poca edad, que estaba
estudiando en Salamanca, llámase fray Juan de Santo Matía, luegoJuan de la
Cruz. Yo alabé a nuestro Señor, y hablándole, contentóme mucho, y supe de él
como se quería también ir a los cartujos. Yo le dije lo que pretendía y le
rogué mucho esperase hasta que el Señor nos diese monasterio, y el gran bien
que sería, si había de mejorarse, ser en la misma Orden, y cuánto más serviría
al Señor”.
8. Siguiendo “las Huellas” de San
Juan de la Cruz en Salamanca
San Juan de la Cruz ofrece una radical originalidad en el
misticismo consistente en el concepto de noche oscura espiritual. Desde los
inicios históricos de la vida retirada eremítica, los
buscadores renunciaban a los bienes y placeres mundanos sometiéndose a ayunos y
otras asperezas, con el objeto de vaciar sus deseos del mundo y llenarlo de
bienes más elevados. San Juan de la Cruz aclara que esta es solamente la
primera etapa, ya que tras ella viene la citada noche espiritual, en que el
buscador, ya desapegado de los consuelos y placeres mundanos, perderá también
el apoyo de su paz, de sus suavidades interiores, entrando en la más "espantable" noche a la que sí sigue
la perfecta contemplación. Describe así la existencia de “tres vías”que se corresponde con las “tres potencias” clásicas del alma: memoria, entendimiento y voluntad y que
en este mismo orden son reducidas a un estado de perfecto silencio. El silencio
de la memoria es llamado en la mística esperanza. El silencio del
entendimiento se llama fe y el
silencio de la voluntad caridad o amor. Estos “tres silencios” representan a
la par un vaciamiento interior y una renuncia de uno mismo que alcanza su
máximo grado a través de la virtud de la caridad. De ahí sobrevienen la enorme angustia y la
sensación de muerte característica de los místicos, pues
unirse a Dios es un perderse previo a sí mismo para después ganarse.
Recogemos
un fragmento de su poema de “La Noche
oscura”[24]
“En
una noche oscura,
con
ansias, en amores inflamada,
¡oh
dichosa ventura!, salí sin ser notada
estando
ya mi casa sosegada.
En una noche oscura
la llama del amor ardía en mi pecho
y por una linterna brillante
huí de mi casa mientras todos en silencio descansaban.”
Siguiendo
sus “huellas” en Salamanca:
Colegio
de San Andrés. San Juan de la Cruz se traslada a Salamanca donde
estudiará en el Colegio de San
Andrés de los Cármenes entre 1564 y 1567 los tres cursos
preceptivos para bachillerarse en artes. Durante el tercer curso, fue nombrado,
por sus destrezas dialécticas, prefecto de estudiantes en el Colegio de San
Andrés.
Universidad
de Salamanca. Juan regresa a Salamanca e
inicia estudios de teología durante
el curso 1567-1568, pero sólo termina un curso de cuatro por lo que no obtuvo
ni siquiera el grado de bachiller.
Fundación
de Descalzos en Salamanca A partir de 1577 San Juan de la Cruz
acompaña a Santa teresa en distintas fundaciones de descalzas como el de Segovia.
Santa Teresa fundó
varios conventos descalzos, en Alcalá otro en Valladolid y otro en Salamanca,
estos dos últimos fundados en 1581.
9.
El final del camino
de Santa Teresa en Alba de Tormes
Santa Teresa rodera a
rodera va transitando por los caminos de Castilla en la titánica tarea de sus
fundaciones tras el permiso del Padre Rubeo superior general de los carmelitas.
Como mujer recia castellana con escasa salud pero voluntad de hierro transita
por los campos en carros tirados por mulas, dirigidos por arrieros y
encabezados por un capellán, el Padre Julián de Ávila. Los carros cerrados con
telas se convierten en verdaderos conventos ambulantes. Tras la fundación de
Salamanca en 1571 se dirige a Alba de Tormes. Teresa de Layz ha visto en un
sueño un campo florido con muchas flores blancas. Ha entendido que eran las
carmelitas aquellas flores. Allí llegaba Teresa para convertir en un convento
suyo el palacio de la ilustre dama.
Recogemos
las “Huellas de Teresa” que dejó en
Alba de Tormes:
Iglesia y
Convento de la Anunciación. El Convento fue fundado por la Santa en 1571
y fue el lugar donde falleció el 4 de octubre de1582. Se trata de la octava
fundación de Sta Teresa y guarda el sepulcro de la Sta con las reliquias de su
corazón y el brazo izquierdo.
Iglesia y Convento
San Juan de la Cruz de los Padres Carmelitas de Alba de Tormes. El Convento, al que pertenece la
Iglesia de San Juan de la Cruz, que se puede ver en la misma plaza que el
Convento de la Anunciación, data del siglo XVII. Es el primero del mundo dedicado
a San Juan de la Cruz, quien estuvo muy relacionado con la labor de Santa
Teresa.
Convento
Madres Franciscanas Terciarias. Madres Isabeles. Santa Teresa se hospedó en este convento
en varias ocasiones.
Castillo de
los Duques de Alba. El tercer duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel,
conocido como el "Gran Duque de Alba"
por sus méritos militares, fue contemporáneo de Santa Teresa, que visitó el
Castillo y quedó impresionada por la opulencia del camarín de la Duquesa, como
ella misma cuenta en "Las Moradas": Una vez me llevaron a una pieza de ́estas en casa de la Duquesa de
Alba... (Las
Moradas)
Basílica de
Santa Teresa de Jesús. Esta basílica comenzó a construirse en 1898, con la intención de
que fuera el lugar donde se ubicasen el sepulcro y las reliquias de la Santa,
aunque aún no se ha terminado su construcción, que se financia con los
donativos de los fieles.
Monasterio de San Leonardo. Otro de los lugares vinculados a
Santa Teresa es el Monasterio de San Leonardo, que en la época de la Santa
pertenecía a la Orden de los Jerónimos. En la actualidad alberga el Museo Arqueológico del Padre Belda.
10. Su última etapa hacia el destino final
Santa Teresa
incansable andariega muy mermada de salud llega a su última etapa Alba de
Tormes hacia su destino final. Sí, todos los caminos de la santa parecen morir
en Alba. Teresa, estando en Medina, solicitada por la duquesa en su parto. Fue
la última y más costosa obediencia de la Madre. Teresa sólo pedía que el niño
naciese antes de que ella llegase y así fue. Teresa iba muriéndose por el
camino. La Priora de Medina no les había dado comida para el viaje, molesta por
una reprensión de la Madre. Anochecía cuando llegaron a Aldeaseca de la
Frontera donde se desmayó la Madre. La Madre se repuso con unos higos secos,
esa misma noche, prematuramente nació el hijo de la duquesa. Llegó a Alba de
Tormes a las seis de la tarde. En cuanto llegó se acostó para no volverse a
levantar.
El día 2 de octubre llamó al Padre Antonio para que la confesase. El
3 rezaba el Miserere: “Señor un corazón
contrito y humillado Vos no lo abandonas”. Por la tarde recibió el Viático.
Incorporándose en la cama y recostando la cabeza sobre los brazos de la hermana
enfermera Ana de San Bartolomé, se dirigió a sus monjas: “Hijas mías, os pido que guardéis la Regla y sólo así seréis santas. No
miren el mal ejemplo que esta mala monja les ha dado y perdónenme”. Al
aparecer el Santísimo exclamó. “Ya es
llegada la hora tan deseada, tiempo es ya que nos veamos, Amado mío. Ya es
tiempo de caminar. Muero como hija de Dios e hija de la Iglesia”.
El día 4
amaneció sin habla, vuelta a las monjas, con el crucifijo en las manos y a las
nueve de la noche dio su último suspiro. Murió en brazos de Ana de San Bartolomé la noche del 4 de octubre de 1582. Su cuerpo fue enterrado en el convento de la Anunciación de esta
localidad. El cuerpo fue exhumado el 25 de noviembre de 1585, quedó allí un brazo y se llevó el resto del cuerpo a Ávila, donde se
colocó en la sala capitular; pero el cuerpo, por mandato del Papa, fue devuelto al pueblo de Alba,
habiéndose hallado incorrupto en 1586. Se elevó su sepulcro en 1598; se colocó su cuerpo en la capilla
Nueva en 1616, y en 1670, todavía incorrupto, en una caja de
plata.
Recogemos las últimas “huellas” de la santa en Alba:
Sepulcro de
Santa Teresa de Jesús. El sepulcro se encuentra en la Iglesia del
Convento de la Anunciación. En la Iglesia se conserva la estancia donde murió
la santa. En el altar se conserva su sepulcro, donde está su cuerpo incorrupto.
Junto al sepulcro se ha levantado el Museo
Carmelitano donde además de numerosas piezas de arte se guardan como
reliquias su corazón y su brazo izquierdo.
Museo
Carmelitano. Este Museo es el mayor dedicado a Santa Teresa. La visita permite
descubrir un importantísimo patrimonio artístico. Se puede acceder a través de
la visita a una parte del convento de clausura, sobre todo el camarín donde
muere la santa. Además, se ha habilitado un recorrido que permite contemplar el
sepulcro de la Santa de cerca.
Centro de acogida de peregrinos en la Basílica. Este centro se encuentra en la
plaza del peregrino. Este centro se revitalizó con ocasión de la celebración
del V Centenario Teresiano en el periodo de Octubre de 2014 a Octubre de 2015.
En él se desarrollaron actividades con un centro audiovisual para acercar la
vida de la santa a los peregrinos.
Parroquia de San Pedro. En este templo se celebró la eucaristía el
día de la fundación del convento de las carmelitas estando presentes Sta Teresa
y San Juan de la Cruz. Al fin de la celebración se trasladó procesionalmente el
santísimo hasta el nuevo palomarcico el 25 de enero de1571.
Iglesia de
San Juan. En esta iglesia se encuentra la maqueta completa de la Basílica
teresiana. Fue una de las 12 parroquias de la villa ducal. En su interior se
puede ver un impresionante Apostolado románico en piedra arenisca del siglo
XIII. La iglesia, de estilo románico-mudéjar es la más importante de su estilo
en la provincia de Salamanca.
BIBLIOGRAFIA BASICA
Sta
Teresa de Avila, Libro
de la vida
Sta
Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones
Sta
Teresa de Avila, Camino
de Perfección
[1] Poesías de Sta Teresa de Jesús
[2] Poesías de San Juan de la Cruz
[3] Poesías de Sor Teresa Juliana de Santo Domingo Chikaba denominada “la
Negrita Tshikaba”, o también “la princesa negra”.
[4] En la fundación le asiste el clérigo Don Francisco Javier Butiña
[5] Escritos de Fray Luis de León, Sobre el derecho de gentes,
“iure gentium”, “de Iustitia et Iure”
[6] Poesías de Fray Luis de León
[7] Poesías de Miguel de Unamuno
[8] Miguel de Unamuno, Meditación en el Campo de San Francisco
[10] Sta Teresa de Avila, Libro de la Vida, Cap. 1.
[13] Sta Tersa de Avila, Camino de Perfección 15, 2
[14] Este texto de Sta Teresa
del Camino de Perfección 26,3 que está en relación al Cantar de los Cantares 2,
14
[15] En 1881 se instalan en la Casa de Sta Teresa las Siervas de San José.
Junto a su fundadora, la Madre Bonifacia, las monjas procuraron ayuda a la
mujer trabajadora, ofreciéndole educación y formación profesional.
[16] Sta Tersa de Avila, Libro
de las Fundaciones, Cap. 7 y Cap. 18
[20] Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 18
[21] Sta Tresa de Avila, Libro de las Fundaciones , Cap. 19
[22] Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 19
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