miércoles, 14 de noviembre de 2018

1. Salamanca cuna de Santos I: Sta Teresa de Jesús


    


1. SALAMANCA CUNA DE SANTOS I

Reflexiones en torno a Santa Teresa de Jesús



Motivación

Salamanca, Monumenta Salamanticae, Ciudad Patrimonio de la Humanidad esconde no solo grandes monumentos de piedra sino más grandes “monumentos vivos”, figuras inmortales de hombres y mujeres “piedras vivas” que dejaron sus huellas y que perviven no solo en la memoria sino en la herencia inmortal de sus célebres santos.

Estas reflexiones en torno a santos y figuras ilustres de nuestra ciudad natal de Salamanca las hice en la conmemoración del IV Centenario de la beatificación de Santa Teresa en 2014 y del V Centenario de su nacimiento en 2015. En este año me encontraba en Salamanca por cuestiones recuperación de mi salud en un año sabático donde habiendo dado por terminado mi misión en Argentina preparaba mi próxima misión en Filipinas.

Durante el periodo de Octubre de 2014 a Octubre de 2015 tuvieron lugar distintos programas patrocinados por el obispo Mons. Carlos López que instituyó una Comisión Diocesana para tal proyecto. Tuve la suerte de acudir a la misa inaugural en Alba de Tormes que el presidio el octubre de 20015 para conmemorar esta fecha histórica.

El ayuntamiento promovió una campaña de divulgación de las huellas de la Santa poniendo unas baldosas de bronce en los lugares más representativos de la ciudad vinculados a la Santa.  Se sacaron a la luz los hitos relacionados con su vida y obra. A Salamanca llegó la andariega en 1570 para llevar a cabo su séptima fundación. Su octava tuvo lugar en Alba de Tormes. Entonces Salamanca albergaba ilustres celebridades. En San Esteban la santa se sintió acogida y comprendida por los frailes sus consejeros y confesores. En la ciudad vivía su primer editor Fray Luis de León. En la Catedral Nueva se abrió al culto la capilla que está dedicada a ella y se expuso para veneración al público sus reliquias. En este año se celebraba a su vez el V centenario de la construcción de la catedral Nueva

Siendo Miguel de Unamuno rector de la Universidad nombró a la santa en 1922 la primera mujer “Doctora Honoris Causa” por su calidad literaria, su espiritualidad y los valores reformistas. A la Santa sin dudad le adjudicaron las “llaves de la Ciudad”.





1.      Introducción. Los santos patronos de Salamanca

Santa Teresa de Jesús

Salamanca tiene tres santos patronos: Santa Teresa, San Juan de la Cruz y San Juan de Sahagún. La Santa por excelencia, Santa Teresa que si bien nació en Ávila murió en Salamanca (Alba de Tormes). Santa Teresa funda su séptima fundación en Salamanca, la que narra en el libro de la Fundaciones le supuso muchos trabajos. Santa Teresa fue una mujer de carácter abierto y comunicativo, de extrema sensibilidad y simpatía personal, reunía a la vez un temple enérgico que le permitió afrontar las mayores contrariedades. Apasionada y entusiasta, intrépida y voluntariosa. Mujer mística y contemplativa y a su vez mujer de acción, caminó con su mirada en lo alto y los pies en el suelo, logró desenvolverse en su medio con el debido equilibrio entre el idealismo y la práctica simbolizando la mujer castellana. Su probad paciencia en las adversidades la dejó inmortalizada en su famosa poesía[1]:


Nada te turbe, nada te espante;
todo se pasa, Dios no se muda.
La  paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene nada le falta.
Sólo Dios basta.


San Juan de la Cruz

San Juan de la Cruz vive y estudia durante tres años en Salamanca. Su nombre verdadero de nacimiento era Juan de Yepes Álvarez  nació en FontiverosÁvilaEspaña, el 24 de junio de 1542 y murió en ÚbedaJaén, el 14 de diciembre de 1591. Fue un religioso y poeta místico del renacimiento español. Fue reformador de la Orden de los Carmelitas y cofundador de la Orden de Carmelitas. Vivió unos años en el convento bajo de los Carmelitas junto al convento de San Esteban cerca de las orillas del Tormes. Fue ordenado sacerdote en la Catedral Nueva de Salamanca durante el pontificado de don Pedro Gonzalez de Mendoza (1560-1574) obispo salmantino que asistió al concilio de Trento. Fundador de los Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española. Entre  sus poemas más conocidos: Noche oscuraCántico espiritual y Llama de amor viva. En prosa escribió cuatro comentarios a sus poemas mayores: Subida del Monte Carmelo y Noche oscura para el primero de estos poemas, y otros tratados homónimos sobre el Cántico espiritual y Llama de amor vivaRecogemos uno de sus poemas[2]:

Un pastorcico solo está penando
Un pastorcico solo está penado,
ajeno de placer y de contento,
y en su pastora puesto el pensamiento,
y el pecho del amor muy lastimado.

No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido,
aunque en el corazón está herido;
mas llora por pensar que está olvidado.

Que sólo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho del amor muy lastimado.

Y dice el pastorcito: ¡Ay, desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia,
y el pecho por su amor muy lastimado!

Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,
y muerto se ha quedado asido dellos,
el pecho del amor muy lastimado. 


San Juan de Sahagún

Su nombre de pila era Juan González del Castrillo. Era el hijo mayor, de siete hermanos de un matrimonio pudiente. Hizo sus primeros estudios en el Monasterio de San Benito de Sahagún. Después de hacer la tonsura, se ganó la protección del obispo de Burgos quien supervisó su educación en esta ciudad. Tras ser colegial del Colegio Mayor de San Bartolomé, se ordenó fraile agustino en el famoso convento que esta Orden tenía en Salamanca

Fue conocido por su intervención en la vida de la ciudad y su mayor logro fue conseguir apaciguar la querella que enfrentaba a dos bandos de familias nobles que durante cuarenta años se disputaban en Salamanca, con muchas muertes por ambas partes. La Plaza de los Bandos de Salamanca conmemora este hecho. De él se recuerdan en Salamanca dos milagros: cuentan las crónicas que un niño se cayó a un pozo profundo, pero Juan echó su cíngulo, que llegó hasta donde el niño pudo tomarlo. Entonces el santo hizo subir el nivel del agua hasta que el niño llegó a la superficie. El milagro se recuerda en la calle donde ocurrió con el nombre de la calle: Pozo Amarillo. El otro milagro dice que un toro bravo se había escapado por las calles de Salamanca sembrando el terror. Juan le detuvo y amansó diciéndole: "Tente, necio". La calle donde esto ocurrió tiene ahora el nombre de Tentenecio. Se dice de él que con sus oraciones libró a Salamanca de la peste del tifus negro. Murió de forma violenta, parece que le amenazaron con quitarle la vida y mandaron envenenarle. Sea como fuere pereció fruto de sus tramas a los 50 años. Sus restos fueron enterrados en la Catedral Nueva de Salamanca. Fue beatificado en 1601 y canonizado en 1691. Es  el patrón de Salamanca desde 1868.





2.      Salamanca cuna de santos

No obstante Salamanca tiene además otros santos muy relevantes como Sor Teresa conocida como “la Negrita” declarada beata y en proceso de canonización, o la Santa Sor Santa Bonifacia. Pasamos a dar una descripción de las dos santas.

Sor Teresa, La Santa Negrita, Princesa Chicaba

La Sierva de Dios Sor Teresa Juliana de Santo Domingo Chikaba denominada la Negrita “Tshikaba”, la princesa negra” nació en Guinea en el año 1676, en el seno de una familia pagana, sus padres eran soberanos del Reino llamado “Mina Baja del Oro”. Trasladada a España, en 1704 ingresó en el convento con el nombre de Sor Teresa Juliana de Santo Domingo formando parte de la comunidad salmantina de dominicas de Santa María de la Magdalena o de la Penitencia, donde vivió y murió en 1748 en olor de santidad. Recogemos el texto del poema, el primero que consta escrito en una lengua europea por una escritora africana, es el siguiente[3]

Ah, Jesús, donde te has ido, que un instante no puedo verme sin ti. 
Ah Jesús de mi alma, donde te has ido, que parece que no vienes 
y te has perdido. Ah Jesús, qué diré yo, si os vais con otras, qué haré yo: 
Clamaré, lloraré hasta ver a Dios, y si no, y si no, morir de amor. 
Y ya lo digo, pues estoy tan sola, que no has venido. 
Y si estás con otra, ya yo lo he visto; a Marta y María las has querido. 
Ah, Jesús, donde te hallaré yo, pues tan tonta me tiene cuando te tengo: 
A Dios, a Dios amor, A Dios Señor, A Dios corazón, no más, no más, 
no más. 

Santa Bonifacia Rodríguez de Castro

Actualmente convento de las Siervas de San José séptima fundación de Sta Teresa pertenece a la congregación fundada por Sor Bonifacia Rodríguez Castro. Una casa que ha acogido a dos santas, emprendedoras de comunidades. Este es uno de los vínculos de las dos santas.

Santa Bonifacia nació en Salamanca en la calle Traviesa en 1837. Fue una mujer humilde y adelantada en su tiempo. De profesión cordonera, con su esfuerzo y trabajo montó un taller de cordonería. Junto un grupo de mujeres salmantinas constituyó la Asociación Josefina para la promoción de la mujer. En 1874 fundó la congregación de Siervas de San José en Salamanca[4]. Su vida de humildad trabajo y sencillez fue un testimonio fiel del seguimiento de Jesús trabajador en Nazaret. Inició un camino de espiritualidad centrado en la santificación del trabajo hermanado con la oración, dentro de la sencillez de la vida cotidiana. Murió en Zamora en 1905. Fue canonizada en el 2013.




3.      Salamanca cuna de grandes teólogos humanistas

Francisco de Vitoria

Francisco de Vitoria fue fraile dominico, gran humanista del siglo de oro XVI, teólogo, filósofo y jurista, profesor en la escuela de Salamanca. Ingresó en la Orden de los Dominicos en 1504.  Destacó por sus ideas y contribuciones al derecho internacional y la economía moral basados en el pensamiento humanista del realismo aristotélico tomista. Figura clave de la denominada Escuela de Salamanca. La Escuela de Salamanca se utiliza de manera genérica para designar el renacimiento del pensamiento en diversas áreas que llevó a cabo un importante grupo de profesores pero especialmente  teólogos dominicos del convento de San Esteban liderados por Francisco de Vitoria prestigioso profesor de la Universidad de Salamanca. No cabe duda que el influjo de la Escuela se debió sentir en otras naciones, puesto que muchos de los componentes de la Escuela dieron clases en Universidades de fuera de España. He aquí algunas de sus redacciones en torno al derecho de gentes[5]:

“El derecho de gentes no sólo tiene fuerza por el pacto y convenio de los hombres, sino que tiene por sí mismo fuerza de ley, Y es que el orbe todo, que en cierta manera forma una república, tiene poder de dar leyes justas y a todos convenientes, como son las del derecho de gentes. De donde se desprende que pecan mortalmente los que violan los derechos de gentes, sea de paz, sea tocantes a la guerra. Y en los asuntos graves, como en la inviolabilidad de los legados, ninguna nación puede darse por no obligada por el derecho de gentes, pues éste viene conferido por la autoridad de todo el orbe. Los indios tienen sus derechos a permanecer en su religión y a que nadie los coaccione físicamente para abrazar una fe distinta”.

Domingo de Soto 

Domingo de Soto (1497-1960) fue formado en París vino a Salamanca para ocupar la cátedra de Vísperas de Teología y Vitoria daba la Prima. Fue su inmediato sucesor. Hombre de gran mesura y libertad interior renunció a ser confesor del Emperador cuando se apercibió que su libertad de actuación sufría mengua. En sus intervenciones en la Universidad mantuvo sierre independencia y libertad de criterio. Cuando había una gran carestía no dudó en prestarse a marchar a Toledo para obtener trigo para los estudiantes. Apoyó a Fray Bartolomé de las Casas para defender la libertad y el respeto a los derechos de los indios.

Fray Luis de León

Fray Luis de León fue un poeta, humanista y religioso agustino español de la Escuela salmantina. Fray Luis de León es uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento español. A Fray Luis de León se debe la primera edición del libro sobre Sta Teresa de Jesús. Es una figura de renombre universal y célebre humanista del Renacimiento español junto con Francisco de AldanaAlonso de ErcillaFernando de Herrera y San Juan de la Cruz. Su obra forma parte de la literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI y está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento. Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra. Fray Luis de León, de temperamento apasionado y fogoso, fue acusado por los mismos profesores al Tribunal de la Inquisición. La acusación le vino de parte de Fray Bartolomé Medina y la Inquisición terminó encarcelándole en la prisión de la cárcel de Valladolid durante cinco años. Allí en las paredes de la celda escribió su famoso poema[6]:

Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado.
¡Dichoso el humilde estado del sabio
que se retira de aqueste mundo malvado!
 Y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso con sólo Dios se compasa,
 y a solas su vida pasa ni envidiado, ni envidioso”.





4.      Salamanca cuna de grandes pensadores

En los denominados siglos de Oro S.XV y XVI junto a Santa Teresa y san Juan de la Cruz, Fray Vitoria, Fray Luis de León, Melchor Cano, Domingo de Soto, el Padre Suarez, encontramos en Salamanca a Garcilaso, Cervantes, Juan de la Encina, Antonio de Nebrija, Cristóbal Colón, Hernán Cortés y los próceres San Martín y Belgrano. Muchas son los grandes pensadores Fernando Rojas, Lucio Marineo Sículo, Pedro Martír de Anglería, Arias Montano, Abraham Zacut, Beatriz Galindo, Lucas Fernandez, Ginés de Sepúlveda, Tirso de Molina, Calderón de la Barca, el Conde Duque de Olivares, Torres Villaroel, Miguel de Unamuno.      

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno y Jugo nació en Bilbao el 29 de septiembre de 1864 y murió en Salamanca el 31 de diciembre de 1936 es uno de los pensadores y fue uno de los pensadores y personajes más ilustres de la ciudad de Salamanca. Fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novelaensayo, teatro y poesía. Fue, asimismo, diputado del Congreso de los Diputados de 1931 a 1933 por la circunscripción de Salamanca. Fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca tres veces; la primera vez en 1900 y la última, de 1931 hasta su destitución, el 22 de octubre de 1936. Recogemos uno de sus poemas a Salamanca[7]:

Alto soto de torres que al ponerse tras las encinas que el celaje esmaltan dora los rayos de su lumbre e padre Sol de Castilla. Luego en las tristes aulas de Estudio, frías y oscuras, en sus duros bancos, aquietaron sus pechos encendidos en sed de vida. Como en los troncos vivos de los árboles, de las aulas así en los muertos troncos grabó el amor por manos juveniles su eterna empresa. Sentencias no hallaréis del Triboniano, del Peripato no veréis doctrina, ni aforismos de Hipócrates sutiles, jugo de libros. Allí Teresa, Soledad, Mercedes, Carmen, Olalla, Concha, Blanca o Pura, nombres que fueron miel para labios, brasa en el pecho. Así, bajo los ojos, la divisa del amor, redentora del estudio, y cuando el maestro calla, aquellos bancos dicen amores. ¡Oh Salamanca! Entre tus piedras de oro aprendieron a amarlos estudiantes, mientras los campos que te ciñen, daban jugosos frutos…

Recogemos también uno de sus escritos más relevantes, una meditación en el Campo de San Francisco[8]

“Yo en la pensión, sin tener que cerrar los ojos sueño y reveo aquel Campo de San Francisco de mi Salamanca donde tantos ensueños he brizad, donde tantos porvenires he soñado. Porvenires míos y de los míos, porvenires de mi Salamanca. Allí, en aquel bendito Campo de San Francisco, campo franciscano, en aquel rincón de remanso, donde he oído tantas veces el rumor de las aguas eternas; allí si que estaba el centro del universo. Allí me ha llevado muchas veces mi hermano del alma Cándido Pinilla, el ciego vidente, a oír al ruiseñor. A oír al ruiseñor que cantaba en los árboles enclaustrados, a oír, sobre todo, al ruiseñor que cantaba dentro de nosotros. ¡Y a ver!. El, el ciego me llevaba a mí, a su lazarillo, a ver. ¡Y veíamos! Veíamos el tras porvenir, lo que está más allá de todo, lo que ha venido y pasado, lo que está debajo y encima de lo que pasa y lo que lo envuelve, la augusta forma eterna. Allí, en aquel franciscano Campo de San Francisco, momentos, ni de bronce, ni de mármol; ningún cómico disfrazado de héroe a sido reproducido allí. El que hizo de Colón, el que figuró Fray Luis, el que posó de Maldonado el comunero, El padre Cámara, obispo que fue y representó, se han ido a otro rincón de la ciudad. Pero allí, al lado, en la capilla de la Veracruz eterniza la expresión de dolor sobrehumano, la Dolorosa de Corral”




5.      Salamanca posada para la andariega Santa Teresa

Conmemorando el 500 aniversario del Nacimiento de Santa Teresa la andariega hacemos un itinerario siguiendo “las Huellas”. Algunos “Textos” relativos a Santa Teresa y San Juan de la Cruz que narran su estancia en Salamanca. “Reflexiones” en torno a Santa Teresa y San Juan de la Cruz.

Estas reflexiones se hacen siguiendo su “huellas” a partir de dos periplos o rutas. Una es la misma ciudad donde la santa lleva a cabo su séptima fundación. La otra, en la provincia, recoge otra fundación la de Alba de Tormes donde muere y donde se encuentra su tumba. Salamanca y Alba de Tormes forman parte de la lista de lugares incluidos en la "Ruta Huellas de Teresa", una ruta de peregrinación que permite descubrir los lugares relacionados con la Santa. Esta ruta es el resultado de la unión de Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos.






Pequeña biografía de Sta Teresa de Avila

Teresa de Cepeda y Ahumada, más conocida por el nombre de Santa Teresa de Jesús o simplemente Teresa de Ávila. Nace en Ávila el 28 de marzo de 1515 y muere en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582. Fue una religiosa, doctora de la Iglesia Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Salamanca será su séptima fundación. Junto con san Juan de la Cruz, se considera a santa Teresa de Jesús en la cumbre de la mística cristiana, y una de las grandes maestras de la vida espiritual en la historia de la Iglesia. La ponemos en relación con san Juan de la Cruz pues no pueden ambos entenderse por separado. Fray Juan en 1567 regresa a Medina del Campo para ser ordenado presbítero y celebrar su primera misa y allí conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una nueva sede de su Reforma carmelita, los llamados carmelitas descalzos

Teresa convence a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden, que tropezó con una gran hostilidad por parte de los carmelitas calzados. Juan regresa a Salamanca e inicia estudios de teología durante el curso 1567-1568, pero sólo termina un curso de cuatro por lo que no obtuvo ni siquiera el grado de bachiller. El 28 de noviembre de 1568 funda en Duruelo, Ávila, el primer convento de la rama masculina del Carmelo Descalzo. Durante la ceremonia cambia su nombre por el de fray Juan de la Cruz. Juan se convierte en uno de los principales formadores para los nuevos adeptos a esta reforma carmelitana. Hemos querido hacer unas reflexiones a partir de textos selectivos de la Santa que reflejan lo mucho que le costó esta séptima fundación en Salamanca y lo que supuso la octava de Alba de Tormes.

Texto que se recoge al final del Cap. 19 de las Fundaciones[9]:

“En ningún monasterio de los que el Señor ahora ha fundado de esta Primera Regla, no han
 pasado las monjas, con mucha parte, tan grandes trabajos… Plega a la Divina Majestad que no
 nos falten las moradas eternas, por su infinita bondad y misericordia. Amén, amén”.

Su temprano deseo de ser monja y hacer ermitas y monasterios

Siguiendo la vida de la Santa deja ver como el deseo de ser monja y fundadora responde a los deseos de su más temprana edad.

Texto del Libro de la vida, sobre los recuerdos de su niñez[10].

Tenía un hermano que era casi de mi edad…Él y yo nos entreteníamos mucho leyendo vida de santos. Veíamos todo lo que las santas mártires soportaron por amor de Dios, y me parecía que, a pesar de sufrir tanto, todavía no era pagar caro la felicidad de ir a gozar de Dios…Por eso me juntaba con mi hermano, a ver cómo podríamos morir de la misma manera que los mártires…estábamos decididos a irnos a tierra de moros para que allá nos descabezasen. Una vez comprendí la imposibilidad de ir a donde nos matasen por amor a Dios, pensé en que quizás podríamos ser ermitaños y comenzamos a hacer ermitas en el huerto de la casa con unas piedrecillas… Cuando jugaba con otras niñas, me gustaba mucho hacer monasterios y pensar que éramos monjas”.






La ayuda que les prestaron “las Isabelinas”, franciscanas terciarias.

La ayuda que les prestaron “las Isabelinas” monjas del convento de Sta Isabel, fue narrada por la misma santa en su libro de las Fundaciones. “Las Isabelinas” se encuentran situadas cerca de la denominada “casa de los estudiantes” que aún hoy se conserva en la Plaza de Sta Teresa.

Fragmento recogido del Libro de las Fundaciones[11].

Unas monjas que estaban junto, que pensaron les pesara mucho, nos prestaron ropa para las compañeras que habían de venir y nos enviaron limosna. Llamábase Santa Isabel, y todo el tiempo que estuvimos en aquella nos hicieron harto buenas obras y limosnas”.





6.      Siguiendo “las Huellas” de Santa Teresa en Salamanca

Santa Teresa es una de las grandes místicas del siglo de Oro español declarada doctora de la Iglesia. Teresa transmite con espontaneidad su experiencia personal con Dios. Primero más de 20 años de oración estéril, sequedad o acedía, coincidiendo con enfermedades por las que padece tremendos sufrimientos. Después, a partir de los 41 años, fuertes y vivas experiencias místicas que Teresa confía en su origen divino por el efecto que dejan de paz, refuerzo de las virtudes, especialmente de la humildad y anhelo de servir a Dios y a los otros. Fue una mujer valerosa que confió en la fuerza de Dios para arremeter contra muchos ataques. 

La Inquisición vigiló muy de cerca sus escritos. Bajo el consejo de sus confesores muchos de sus textos fueron autocensurados, temiendo esta vigilancia. Su manuscrito "Meditaciones Sobre El Cantar de los Cantares" fue quemado por ella misma por orden de su confesor, en una época en que estaba prohibida la difusión de las Sagradas Escrituras en romance. La experiencia vivida y transmitida por Teresa en todos sus escritos se basa en la oración como el modo por excelencia de relación y comunicación con Dios. En el libro Camino de Perfección detalla las etapas de la oración en 7 pasos. Describiendo el alma como un castillo de cristal o diamante al que se entra por medio de la oración y en el que se van recorriendo diversas moradas. Teresa insiste en perseverar en la oración con humildad frente a Dios sin exigir o buscar experiencias sobrenaturales: “importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino; y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo está más alto[12]. O dicho de otra forma: “el verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor[13].

Recogemos un fragmento del Camino de Perfección[14].

“Procurad hija, pues estáis sola, tener compañía. Pues, ¿qué mejor que la del mismo Señor que nos enseñó a orar? Representad al mismo Señor junto con vos y mirad con qué amor y humildad os está enseñando; creedme, mientras pudieras no estés sin tan buen amigo. Si os acostumbráis a traerle junto a vos y él ve que lo hacéis con amor, no le podréis echar de vos y no os faltará para siempre, ¿pensáis que es poco un tal amigo al lado?...No os pido ahora que penséis en él, ni que saquéis muchos conceptos, no os pido más que lo miréis. Mirad que no está aguardando otra cosa sino que le miremos. ¿Es mucho que a quien tanto os ama volváis los ojos a mirarle?”





La fundación de San José en Salamanca

La primera casa denominada “casa de los estudiantes” fue patrocinada por Nicolás Gutierrez, uno de los grandes benefactores. La santa entra en la ciudad por primera vez el 31 de octubre de 1570 donde provisionalmente se establece con el objeto de dar inicio a que será su séptima fundación. Se trata del Convento de San José de Carmelitas Descalzas ubicado en el casco histórico de la ciudad. En este edificio de la familia Ovalle tuvo lugar la noche de las ánimas. En su estancia de 1573 obedeciendo a su director, el jesuita Ripalda, redactó el Libro de sus Fundaciones. En esta casa-convento escribe el famoso poema:"Vivo sin vivir en mí". El que fuera convento carmelitano durante cuatro años pertenece en la actualidad a las Siervas de San José y es lugar donde vivirá la otra santa salmantina, La Madre Santa Bonifacia Rodríguez[15]. La casa fue propiedad del Comendador Juan Antonio Ovalle Prieto y se encuentra cercana a la Iglesia de San Juan de Bárbalos donde predicó San Vicente Ferrer. En esta casa es donde la santa sufrió el famoso éxtasis del Domingo de resurrección Que inspiró una de sus mejores poesías: “Vivo sin vivir en mí”.

Fragmentos del Libro de las Fundaciones[16]

El libro de las Fundaciones trata de las Fundaciones de La Santa. El fragmento que recogemos  trata de la fundación del monasterio de San José de Salamanca, que fue año de 1570.

Las hermanas de San José de Salamanca, donde estoy cuando esto escribo, me han pedido diga algo”…[17]

Acabadas estas dos fundaciones, torné a la ciudad de Toledo. Estando en esto me escribió un rector de la compañía de Jesús de Salamanca, diciéndome que estaría allí muy un monasterio de estos, dándome razones de ello; aunque por ser muy pobre el lugar, me había detenido a hacer allí fundación de pobreza... me determiné a hacerlo. Parecíame a  mí, que teniendo la licencia del Ordinario, tenía hecho el monasterio, según se me hacía fácil; y así luego procuré alquilar una casa que me hizo haber una señora que yo conocía… aunque era dificultoso por tenerla alquilada a unos estudiantes…Me partí para allá, llevando sola una compañera, por ir más secreta, y no llevar las monjas hasta tomar la posesión, porque, si hubiese estorbo, le pasase yo sola el trabajo[18].




La intempestiva llegada a la “casa de los estudiantes

La santa describe con enorme realismo la aventura pasada en su llegada “la noche de las ánimas”, la víspera de la Fiesta de “Todos los Santos”.

Llegamos víspera de todos los Santos, habiendo andado harto del camino la noche antes con harto frío, y dormido en un lugar estando yo bien mala. No pongo en estas fundaciones los grandes trabajos de los caminos, con fríos, con soles, con nieves, que venía vez no cesarnos en todo el día de nevar, otras perder el camino, otras con hartos males y calentura… su Majestad daba fuerzas, y con el hervor que me ponía y el cuidado, parece que me olvidaba de mí.  Lo que ahora me acuerdo, nunca dejé fundación por miedo del trabajo, aunque de los caminos, en especial largos, sentía gran contradicción… Estuvo el monasterio en esta casa cerca de tres años… y sentí harto ver lo que las hermanas padecieron aquí”[19].



Su vinculación a la Universidad

Salamanca era famosa por su Universidad que hacía parangón con la de París, Oxford y Bolonia. A ella confluían numerosos estudiantes. La casa primera, una casa nobiliaria perteneciente a la noble familia de Ovalle a la que llega la santa estaba ocupada por estudiantes. Entre los estudiantes desalojados se encontraba Juan Moriz que llegaría a ser obispo de Barbastro. En 1611 sería uno de los prelados que solicitaron de Roma la beatificación de la santa. Así lo confesó en su beatificación: “Ha cuarenta años que estudiando en la universidad de Salamanca, salí de la casa que vivía para que entrase en ella a fundar un monasterio de monjas la bendita Madre Teresa de Jesús” (Memorias historiales, BN Mss. 13483, R n. 232). En la universidad acudían prestigiosos maestros como Fray Luis de León. Fueron los jesuitas, en concreto el Padre Álvarez, quienes animaron a Teresa a visitar Salamanca, ciudad universitaria, y a iniciar aquí una nueva fundación por su vinculación a la Universidad.  En ella estudiaría San Juan de la Cruz junto con otros estudiantes. 

Fray Juan entre 1559 y 1563, estudia con los jesuitas; durante los primeros tres años, recibe la formación según la novedosa Ratio Studiorum, en la que el latín era la base de todo el currículo; en el cuarto año, aparte de recibir instrucción retórica, aprende a escribir en latín, a construir versos en este idioma y a traducir a Cicerón, Julio César, Virgilio, Ovidio, Marcial y Horacio. Simultáneamente, vive las nuevas corrientes del humanismo cristiano, con estilo y comportamientos renovados en la pedagogía. A los veintiún años, en 1563, ingresa en el Convento de los Padres Carmelitas de Medina del Campo, de la Orden de los Carmelitas, y adopta el nombre de Fray Juan de san Matías. Tras realizar el noviciado entre 1563 y 1564 en el Convento de Santa Ana, se traslada a Salamanca donde estudiará en el Colegio de San Andrés de los Cármenes entre 1564 y 1567 los tres cursos preceptivos para bachillerarse en artes. Durante el tercer curso, fue nombrado, por sus destrezas dialécticas, prefecto de estudiantes en el colegio de San Andrés.

Fragmento del Libro de las Fundaciones[20]:

Nicolás Gutiérrez, trabajó mucho para desembarazarme la casa. Vino y díjome que la casa no estaba desembarazada, que no había podido acabar con los estudiantes que saliesen de ella… yo le dije lo que importaba… tanto trabajó, que se la desembarazaron aquella tarde”.





Su vinculación a San Esteban

Los padres dominicos prestaron mucha ayuda a Santa Teresa de Jesús durante su estancia en Salamanca, prueba de esta vinculación es el confesionario al que acudía la santa en busca de consejo. Por mandato de su confesor, el dominico Pedro Ibáñez, escribió el Libro de su Vida (1561), trabajo que terminó hacia junio de 1562; añadió, por orden de fray García de Toledo, la fundación de San José; y por consejo de Domingo de Soto volvió a escribir el Libro de su Vida en 1566.En 1562 conoció al padre Báñez, que fue su principal director, y a fray García de Toledo, ambos dominicos. Hoy día puede visitarse el antiguo confesionario en el convento de San Esteban, a dicho confesionario el padre dominico accedía por el claustro mientras los devotos accedían por las capillas laterales de la iglesia. Junto a la capilla lateral del confesionario de la santa se pude contemplar la talla de un Cristo del que se dice era muy devota la santa.




Los grandes trabajos que hubo de soportar

La santa en el libro de las Fundaciones describe los pormenores de esta su séptima Fundación que según ella le comportó enormes trabajos a las monjas.

Fragmento del Libro de las Fundaciones[21].

En el libro de las Fundaciones la santa relata como prosigue la fundación del monasterio de San José de Salamanca.

La víspera de Todos Santos, el año que queda dicho, a mediodía, llegamos a la ciudad de Salamanca. Desde una posad procuré saber de un hombre,Nicolás Gutiérrez, a quien tenía encomendado me tuviese desembarazada la casa.Ya casi noche entramos en ella.Fue la primera que fundé sin poner el Santísimo Sacramento… Al día siguiente por la mañana se dijo la primera misa…Quedamos la noche de Todos los Santos mi compañera y yo solas, María del Sacramento. La casa era muy grande y desbaratada y con muchos desvanes, y mi compañera no había quitársele del pensamiento los estudiantes, pareciéndole, que como se habían enojado tanto de que salieron de la casa, que alguno se había escondido en ella… Encerrámonos en una pieza adonde estaba paja…en ella dormimos esa noche con unas dos mantas que nos prestaron. Mi compañera no hacía sino mirar a una parte y a otra todavía con temores y díjome: “Madre, estoy pensando, si ahora me muriese yo aquí, qué haríades vos sola” y comencé a haber miedo”.



La segunda casa junto a Monterrey por fin con Santísimo Sacramento

La segunda casa de esta fundación estuvo junto al Palacio de Monterrey y hoy ha desaparecido. Fue tomada en agosto, día de San Miguel. Estaba el nuevo convento cerca del Palacio de Monterrey, el que alguna vez se hospedó la santa. Esta casa fue favorecida por la condesa de Monterrey, doña María Pimentel.

Texto del libro de las Fundaciones[22]:
Ellas concertaron con un caballero que les diese una para entrar en ella…Yo procuré que el padre Julián de Ávila, que es el que andaba conmigo en estas fundaciones, viniera conmigo y vimos la casa para decir lo que había de hacer…Fuimos por agosto, y con darse toda prisa posible, se estuvieron hasta San Miguel, que es cuando allí se alquilan las casa, y aún no estaba bien acabada con mucho. La iglesia estaba casi acabada de enlucir…Pasámonos víspera de San Miguel, un poco antes que amaneciese. Ya estaba publicado que había de ser el día de San Miguel el que se pusiese el Santísimo sacramento… La capilla habíase hecho nueva, y estaba tan mal tejada, que lo más de ella se llovía…Y al tiempo de venir la gente comenzó a hacer sol…Hubo mucha gente y música, y púsose el Santísimo Sacramento con gran solemnidad”…



La tercera casa convento de Sta María del Monte Carmelo

La fundación tuvo la tercera casa en el denominado convento de Sta María del Monte Carmelo, más tarde denominado “el Carmen Alto”. La iglesia fue construida 60 años después en 1630 que es lo que queda ahora del conjunto conventual, el arco fue trasladado al paseo de Carmelitas. En el libro de las Fundaciones cap. 19 narra la santa como de la casa de don Pedro de la Banda tuvieron que trasladarse a la de Suarez Solís en 1582. Hoy se puede visitar la iglesia junto al paseo de Carmelitas fuera de la muralla antigua  de circunvalación.


                                      


7.      Otras pequeñas “huellas” de Teresa en Salamanca

Son muchos los rincones donde se deja ver el paso de la santa por Salamanca. Entre sus “huellas” cabe destacar:

En la Catedral de Salamanca. La Catedral Nueva de Salamanca alberga una capilla dedicada a Santiago Apóstol y a Santa Teresa sufragada por el racionero doctor Antonio Almansa. En el retablo de la Capilla se puede ver una escultura de la Santa, obra de Antonio de Paz de la escuela de Gregorio Hernández. En el retablo de la Capilla está destaca la imagen de Santa Teresa que junto con San Juan de la Cruz son los patronos de Salamanca.



En el Museo Catedralicio se encuentra además una espléndida reliquia de un hueso del brazo de la Santa que es venerado en momentos especiales. En la actualidad se puede ver en la capilla de la Santa.


En la Plaza Mayor. En la Plaza Mayor se puede ver un medallón con la imagen de la santa. Está situado en el Pabellón de Petrineros, que es el que está en el lado izquierdo si nos situamos mirando hacia el Ayuntamiento. En este pabellón están los medallones de otros personajes ilustres como Unamuno, Antonio de Nebrija, Francisco de Vitoria o Fray Luis de León.



En el convento de San Andrés donde se alojó San Juan de la Cruz. En el llamado “Carmen Bajo” junto al arroyo de San Esteban se encuentra lo que queda del convento de San Andrés, donde se alojó San Juan de la Cruz. El templo fue expoliado en la Guerra de la Independencia.




Texto del Libro de las Fundaciones, donde narra el encuentro con Fray Juan[23]:

Poco después, acertó a venir un padre de poca edad, que estaba estudiando en Salamanca, llámase fray Juan de Santo Matía, luegoJuan de la Cruz. Yo alabé a nuestro Señor, y hablándole, contentóme mucho, y supe de él como se quería también ir a los cartujos. Yo le dije lo que pretendía y le rogué mucho esperase hasta que el Señor nos diese monasterio, y el gran bien que sería, si había de mejorarse, ser en la misma Orden, y cuánto más serviría al Señor”.



8.      Siguiendo “las Huellas” de San Juan de la Cruz en Salamanca

San Juan de la Cruz ofrece una radical originalidad en el misticismo consistente en el concepto de noche oscura espiritual. Desde los inicios históricos de la vida retirada eremítica, los buscadores renunciaban a los bienes y placeres mundanos sometiéndose a ayunos y otras asperezas, con el objeto de vaciar sus deseos del mundo y llenarlo de bienes más elevados. San Juan de la Cruz aclara que esta es solamente la primera etapa, ya que tras ella viene la citada noche espiritual, en que el buscador, ya desapegado de los consuelos y placeres mundanos, perderá también el apoyo de su paz, de sus suavidades interiores, entrando en la más "espantable" noche a la que sí sigue la perfecta contemplación. Describe así la existencia de “tres vías”que se corresponde con las “tres potencias” clásicas del alma: memoria, entendimiento y voluntad y que en este mismo orden son reducidas a un estado de perfecto silencio. El silencio de la memoria es llamado en la mística esperanza. El silencio del entendimiento se llama fe y el silencio de la voluntad caridad o amor. Estos “tres silencios” representan a la par un vaciamiento interior y una renuncia de uno mismo que alcanza su máximo grado a través de la virtud de la caridad. De ahí sobrevienen la enorme angustia y la sensación de muerte característica de los místicos, pues unirse a Dios es un perderse previo a sí mismo para después ganarse.

Recogemos un fragmento de su poema de “La Noche oscura[24]

“En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.
En una noche oscura
la llama del amor ardía en mi pecho
y por una linterna brillante
huí de mi casa mientras todos en silencio descansaban.”



Siguiendo sus “huellas” en Salamanca:

Colegio de San Andrés. San Juan de la Cruz se traslada a Salamanca donde estudiará en el Colegio de San Andrés de los Cármenes entre 1564 y 1567 los tres cursos preceptivos para bachillerarse en artes. Durante el tercer curso, fue nombrado, por sus destrezas dialécticas, prefecto de estudiantes en el Colegio de San Andrés.




Universidad de Salamanca. Juan regresa a Salamanca e inicia estudios de teología durante el curso 1567-1568, pero sólo termina un curso de cuatro por lo que no obtuvo ni siquiera el grado de bachiller.

                               

Fundación de Descalzos en Salamanca A partir de 1577 San Juan de la Cruz acompaña a Santa teresa en distintas fundaciones de descalzas como el de Segovia. Santa Teresa  fundó varios conventos descalzos, en Alcalá otro en Valladolid y otro en Salamanca, estos dos últimos fundados en 1581.




9.      El final del camino de Santa Teresa en Alba de Tormes

Santa Teresa rodera a rodera va transitando por los caminos de Castilla en la titánica tarea de sus fundaciones tras el permiso del Padre Rubeo superior general de los carmelitas. Como mujer recia castellana con escasa salud pero voluntad de hierro transita por los campos en carros tirados por mulas, dirigidos por arrieros y encabezados por un capellán, el Padre Julián de Ávila. Los carros cerrados con telas se convierten en verdaderos conventos ambulantes. Tras la fundación de Salamanca en 1571 se dirige a Alba de Tormes. Teresa de Layz ha visto en un sueño un campo florido con muchas flores blancas. Ha entendido que eran las carmelitas aquellas flores. Allí llegaba Teresa para convertir en un convento suyo el palacio de la ilustre dama.



Recogemos las “Huellas de Teresa” que dejó en Alba de Tormes:

Iglesia y Convento de la Anunciación. El Convento fue fundado por la Santa en 1571 y fue el lugar donde falleció el 4 de octubre de1582. Se trata de la octava fundación de Sta Teresa y guarda el sepulcro de la Sta con las reliquias de su corazón y el brazo izquierdo.





Iglesia y Convento San Juan de la Cruz de los Padres Carmelitas de Alba de Tormes. El Convento, al que pertenece la Iglesia de San Juan de la Cruz, que se puede ver en la misma plaza que el Convento de la Anunciación, data del siglo XVII. Es el primero del mundo dedicado a San Juan de la Cruz, quien estuvo muy relacionado con la labor de Santa Teresa.



Convento Madres Franciscanas Terciarias. Madres Isabeles. Santa Teresa se hospedó en este convento en varias ocasiones.

Castillo de los Duques de Alba. El tercer duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, conocido como el "Gran Duque de Alba" por sus méritos militares, fue contemporáneo de Santa Teresa, que visitó el Castillo y quedó impresionada por la opulencia del camarín de la Duquesa, como ella misma cuenta en "Las Moradas": Una vez me llevaron a una pieza de ́estas en casa de la Duquesa de Alba... (Las Moradas)

Basílica de Santa Teresa de Jesús. Esta basílica comenzó a construirse en 1898, con la intención de que fuera el lugar donde se ubicasen el sepulcro y las reliquias de la Santa, aunque aún no se ha terminado su construcción, que se financia con los donativos de los fieles.

Monasterio de San Leonardo. Otro de los lugares vinculados a Santa Teresa es el Monasterio de San Leonardo, que en la época de la Santa pertenecía a la Orden de los Jerónimos. En la actualidad alberga el Museo Arqueológico del Padre Belda.



10.  Su última etapa hacia el destino final

Santa Teresa incansable andariega muy mermada de salud llega a su última etapa Alba de Tormes hacia su destino final. Sí, todos los caminos de la santa parecen morir en Alba. Teresa, estando en Medina, solicitada por la duquesa en su parto. Fue la última y más costosa obediencia de la Madre. Teresa sólo pedía que el niño naciese antes de que ella llegase y así fue. Teresa iba muriéndose por el camino. La Priora de Medina no les había dado comida para el viaje, molesta por una reprensión de la Madre. Anochecía cuando llegaron a Aldeaseca de la Frontera donde se desmayó la Madre. La Madre se repuso con unos higos secos, esa misma noche, prematuramente nació el hijo de la duquesa. Llegó a Alba de Tormes a las seis de la tarde. En cuanto llegó se acostó para no volverse a levantar. 


El día 2 de octubre llamó al Padre Antonio para que la confesase. El 3 rezaba el Miserere: “Señor un corazón contrito y humillado Vos no lo abandonas”. Por la tarde recibió el Viático. Incorporándose en la cama y recostando la cabeza sobre los brazos de la hermana enfermera Ana de San Bartolomé, se dirigió a sus monjas: “Hijas mías, os pido que guardéis la Regla y sólo así seréis santas. No miren el mal ejemplo que esta mala monja les ha dado y perdónenme”. Al aparecer el Santísimo exclamó. “Ya es llegada la hora tan deseada, tiempo es ya que nos veamos, Amado mío. Ya es tiempo de caminar. Muero como hija de Dios e hija de la Iglesia”. 




El día 4 amaneció sin habla, vuelta a las monjas, con el crucifijo en las manos y a las nueve de la noche dio su último suspiro. Murió en brazos de Ana de San Bartolomé la noche del 4 de octubre de 1582. Su cuerpo fue enterrado en el convento de la Anunciación de esta localidad. El cuerpo fue exhumado el 25 de noviembre de 1585, quedó allí un brazo y se llevó el resto del cuerpo a Ávila, donde se colocó en la sala capitular; pero el cuerpo, por mandato del Papa, fue devuelto al pueblo de Alba, habiéndose hallado incorrupto en 1586. Se elevó su sepulcro en 1598; se colocó su cuerpo en la capilla Nueva en 1616, y en 1670, todavía incorrupto, en una caja de plata.




Recogemos las últimas “huellas” de la santa en Alba:

Sepulcro de Santa Teresa de Jesús. El sepulcro se encuentra en la Iglesia del Convento de la Anunciación. En la Iglesia se conserva la estancia donde murió la santa. En el altar se conserva su sepulcro, donde está su cuerpo incorrupto. Junto al sepulcro se ha levantado el Museo Carmelitano donde además de numerosas piezas de arte se guardan como reliquias su corazón y su brazo izquierdo.

Museo Carmelitano. Este Museo es el mayor dedicado a Santa Teresa. La visita permite descubrir un importantísimo patrimonio artístico. Se puede acceder a través de la visita a una parte del convento de clausura, sobre todo el camarín donde muere la santa. Además, se ha habilitado un recorrido que permite contemplar el sepulcro de la Santa de cerca.

Centro de acogida de peregrinos en la Basílica. Este centro se encuentra en la plaza del peregrino. Este centro se revitalizó con ocasión de la celebración del V Centenario Teresiano en el periodo de Octubre de 2014 a Octubre de 2015. En él se desarrollaron actividades con un centro audiovisual para acercar la vida de la santa a los peregrinos.

Parroquia de San Pedro. En este templo se celebró la eucaristía el día de la fundación del convento de las carmelitas estando presentes Sta Teresa y San Juan de la Cruz. Al fin de la celebración se trasladó procesionalmente el santísimo hasta el nuevo palomarcico el 25 de enero de1571.

Iglesia de San Juan. En esta iglesia se encuentra la maqueta completa de la Basílica teresiana. Fue una de las 12 parroquias de la villa ducal. En su interior se puede ver un impresionante Apostolado románico en piedra arenisca del siglo XIII. La iglesia, de estilo románico-mudéjar es la más importante de su estilo en la provincia de Salamanca.






BIBLIOGRAFIA BASICA

Sta Teresa de Avila, Libro de la vida
Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones
Sta Teresa de Avila, Camino de Perfección




[1] Poesías de Sta Teresa de Jesús
[2] Poesías de San Juan de la Cruz
[3] Poesías de Sor Teresa Juliana de Santo Domingo Chikaba denominada “la Negrita Tshikaba”, o también  “la princesa negra”.
[4] En la fundación le asiste el clérigo Don Francisco Javier Butiña
[5] Escritos de Fray Luis de León, Sobre el derecho de gentes, “iure gentium”, “de Iustitia et Iure
[6] Poesías de Fray Luis de León
[7] Poesías de Miguel de Unamuno
[8] Miguel de Unamuno, Meditación en el Campo de San Francisco
[9] Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 19
[10] Sta Teresa de Avila, Libro de la Vida, Cap. 1.
[11] Sta Tersa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 19
[12] Sta Tersa de Avila, Camino de Perfección 27, 2
[13] Sta Tersa de Avila, Camino de Perfección 15, 2
[14] Este texto de Sta Teresa del Camino de Perfección 26,3 que está en relación al Cantar de los Cantares 2, 14
[15] En 1881 se instalan en la Casa de Sta Teresa las Siervas de San José. Junto a su fundadora, la Madre Bonifacia, las monjas procuraron ayuda a la mujer trabajadora, ofreciéndole educación y formación profesional.
[16] Sta Tersa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 7 y Cap. 18
[17] Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 7
[18] Sta Teresa de Avila,  Libro de las Fundaciones, Cap. 18
[19] Sta Tersa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 18
[20] Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 18
[21] Sta Tresa de Avila, Libro de las Fundaciones , Cap. 19
[22] Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 19
[23] Sta Teresa de Avila, Libro de las Fundaciones, Cap. 3. 
[24] San Juan de la Cruz, estrofas del poema sobre La Noche oscura


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