Memorias de
un Peregrino
un Peregrino
“Voy a
recordar
las
misericordias del Señor,
todo lo
que hizo por nosotros,
sus
muchos beneficios,
lo que
hizo con su
compasión
y con su
gran
misericordia”
(Is 63,7)
INDICE:
0. Introducción General
0.0 Las
memorias
0.1 La
peregrinación de la vida
0.2 Las
peregrinaciones
0.3 Las
etapas de la Gran Peregrinación
0.4 Las
Edades del Hombre
0.5 Las
etapas del Camino a lo largo de mi vida
0.6 La casa
paterna
0. Introducción General
0.0 Las
memorias
“Quiero cantar y recordar las proezas del Señor y meditar y ponderar los
días y los años pasados para considerar sus proezas y proclamar su grandeza
narrando todas sus obras” (Sal 76, 12 y13)
El título general de memorias de un peregrino hace mención a
una peregrinación con distintas etapas que recorre toda la vida. Las memorias no tratan de describir la
historia simplemente de mi vida, sino poner al descubierto un pequeño trozo de
la historia de salvación de la que he sido testigo con mi vida y a través de mi
vida. Es pues la historia de Otro que sin casi aparecer ha estado como
escondido caminando en secreto y haciéndose presente y poniéndose al
descubierto lentamente a lo largo de toda ella.
Por eso el sobrenombre, memorias de un peregrino, trata de ser
un eslabón más de la cadena y parte de todo un pueblo peregrino. No son
simplemente mis memorias, sino las memorias de un peregrino que caminó junto un
pueblo. Los acontecimientos de la vida van despacio como una trama que se va
entretejiendo lentamente. Toca desenredar la madeja y rastrear la huella
misteriosa del que la fue tejiendo. No nos es fácil mantener fresca la memoria.
La memoria de los hechos conlleva tiempo para recordarlos, descifrarlos e interpretarlos.
Diríamos que lleva años para contar la historia completa.
No he pretendido contarla toda la
vida, tan solo detenerme en hechos significativos del camino. Desde ahí se
entiende el móvil de todas estas páginas. Santa Teresita de Liseux en su prólogo
a su diario de un alma dice: “Voy a recordar las misericordias del Señor”.
Ese es mi propósito narrar todo lo que el Señor hizo por nosotros, sus muchos
beneficios que tuvo a bien prodigar con su pueblo. Como parte de una gran historia
de salvación narro este pequeño tramo. La historia se repite, como lo hizo
entonces lo volvió a hacer con nosotros, sacando a su pueblo de la opresión y
llevándolo a la tierra de promisión. Todo lo que hizo no fue por nuestros
meritos ni porque lo mereciéramos sino por su gran bondad y su infinita
misericordia.
Perdón si en algún momento se
hiciera una narración con cierto protagonismo, no he querido ser el
protagonista ni mostrarme a mi mismo sino mostrar la grandeza de Otro que obró
en nuestra pobreza y debilidad. Si hemos de gloriarnos nos gloriaremos de
nuestras flaquezas y de su infinita misericordia.
La memoria es un pozo sin fondo, una cripta, una capilla donde uno
es capaz de extraer las vivencias que han entretejido ese entramado de
relaciones que denominamos nuestra vida. La memoria es el lugar precioso done
se reviven los hechos, las personas, convirtiéndose en lugares del
acontecimiento de nuestra historia que a la luz e la fe es historia de
salvación. Haciendo memoria se reencuentra el presente, reconciliando nuestra
historia se sacan enseñanzas y fuerzas nuevas para reconstruir la propia vida.
Haciendo memoria el recuerdo de los errores se transforma en dolor y
arrepentimiento, los fallos en propósito de enmienda y camino de esperanza. Con
razón San Agustín titula las memorias de su vida confesiones. Decía San
Agustín: “Tu has concedido Señor a mi memoria
la dignidad, el honor, de residir en ella”[1]. Hay una dignidad sagrada en el hombre que le
permite a la luz de la fe, participando de la inteligencia divina, descubrir su
historia entretejida del paso de Dios, a la luz de Dios[2].
Se trata de una lectura de fe de la propia vida. Nuestra época más que nunca
necesita releer de la historia Solo haciendo memoria se forja el presente y
se labra el futuro. Hacemos memoria para comprender y vivir el presente y
proyectar el futuro.
Hay un camino de ida y otro de
retorno. Hay todo un camino a desandar
para volver a andar. Hacer memoria es repasar el trayecto de la vida para
recoger “el hilo conductor”. Es indispensable hacer el camino de vuelta para
acertar con el camino de ida, para recorrer el propio camino.
Las memorias van recogiendo una serie de láminas que tratan de recoger cuadros, grabados y sobre todo
dibujos. La razón de estos dibujos es despertar una memoria afectiva más allá de lo narrativo. En la comunicación
narrativa nos damos cuenta que perdemos muchos elementos que nos pasan
desapercibidos y que los dibujos nos los
rescatan a los que fuimos testigos de los hechos.
En las antiguas tribus tenían la
costumbre de reunirse por la noche para
contarse historias. Eran los llamados “contadores
de historias”. Se reunían en círculo a narrar las historias de su pueblo.
Querían transmitirse el hermoso y precioso legado de su herencia espiritual a
la que denominaban la
Tradición. Se la trasmitían vía oral de generación en
generación. Había en la tribu los que denominaban “rastreadores de la memoria”.
“Los rastreadores de la memoria” solían también recurrir a un
curioso modo de trasmitir las memorias por medio de dibujos. Los
acontecimientos históricos más relevantes se dibujaban en pequeños cuadros.
Solo se pintaban los más significativos. Si se pintara cada acontecimiento y
todos los cuadros o dibujos se colocaran uno tras otro en el orden correspondiente
tenían como en un mapa la historia de su pueblo. Vendría a ser como nuestros
antiguos álbumes de fotos.
También recuerdo que nuestros
padres se esmeraban en guardar en fotos las imágenes de los acontecimientos más
significativos para recordar la historia familiar sobre todo tan hermosas en
las reuniones de familia. A falta de fotos eso es lo que he querido recoger con
los dibujos que se adjuntan a los relatos de las memorias.
“El hombre no teje la trama de la vida, no es mas que una de sus hebras”
(Proverbio de una tribu indígena)
0.1 La
peregrinación de la vida
El sentido de la peregrinación es verdaderamente fascinante. Dante
decía que un peregrino se puede interpretar de dos maneras, en sentido vulgar y
en sentido estricto[3].
En sentido vulgar el peregrino es todo el que se encuentra fuera de su patria.
En un sentido estricto el que peregrina a tierra extranjera. Todos somos
peregrinos en esta tierra caminando hacia la Patria definitiva. Homero a través
de la historia de Ulises marca el camino de retorno a su tierra, a su hogar. En
el fondo todos sentimos esa ansia por volver a nuestro Origen. Es parte de
nuestra dimensión humana y divina. Todos tenemos sed de volver al seno que nos
dio a luz. Unamuno decía al final de su vida. “Vuelvo cansado del duro bregar,
acógeme Padre bueno en tu dulce hogar”
La peregrinación no es sólo un
camino físico sino un camino interior,
una verdadera experiencia mística.
Lanzarse a una peregrinación es aventurarse a transitar por caminos tortuosos
que otros ya han abierto y transitado. Los peregrinos han sido verdaderos
pioneros no solo por superar las dificultades naturales sino por transitar
caminos interiores del espíritu, verdaderos rastreadores
del espíritu.
El ponerse en camino es parte
fundamental de la vida humana. La idea de peregrinar es muy antigua, sentir la
pasión o veneración por un lugar santo
es un fenómeno universal. La devoción a un lugar sagrado es una de las
manifestaciones de fe más antiguas en todas las culturas. Como dice una teóloga
judía: “Los seres humanos desarrollaron lo que se ha dado en llamar una geografía sagrada que no tiene nada que
ver con un mapa científico del mundo, sino que se relaciona con la cartografía de su mundo interior”[4].
El término hebreo para
señalar el peregrinar es “alía lareguel” cuya traducción significa
“el que sube”, es decir el que se
eleva a través de sus pies. ¿Con que intención o que busca el peregrino cuando
se pone en camino? Las intenciones pueden ser varias. Cumplir una promesa,
perseguir o responder a una inspiración divina, alcanzar en el lugar buscado
una vivencia espiritual intensa etc. Sobretodo no estancarse y lograr un
crecimiento espiritual.
El peregrino es un ser en búsqueda, es un inconforme con su
situación espiritual. Necesita algo más de la vida y se lanza a buscarlo movido
por una inspiración divina. Uno empieza la peregrinación de una manera y
termina de otra. Cuando uno peregrina lo hace además con los que vinieron antes
y los que vendrán después. La
peregrinación te despierta el sentido trascendente de la vida. Una vida sin
intercesión, sin plegaria se empobrece. La oración nos abre a la dimensión
trascendente y la puerta al misterio. La
peregrinación tiene el valor de despojarnos de mezquindades acumuladas y la
habilidad de encararnos hacia lo eterno. Las peregrinaciones son tan antiguas
como las religiones. Guardan relación con los lugares santos y con la fe de los
peregrinos.
Los centros de peregrinación más importantes eran Jerusalén, Roma y
Santiago de Compostela. Vamos poco a poco a irnos introduciendo en cada uno de
ellos pues han sido etapas fundamentales de la propia vida.
Tras la paz romana primeramente
se desarrolla la peregrinación a Tierra
Santa, Eretz Israel, atraídos los
peregrinos por el Santo sepulcro. Pronto los peregrinos acuden a los sepulcros
de las sólidas columnas de la Iglesia: Pedro y Pablo. A principios del segundo
milenio se despierta con inusitado interés la peregrinación a la tumba del
apóstol Santiago. Ya desde antiguo se insistía en la necesidad de preparar la
peregrinación con previas visitas a santuarios, en especial en los que se
conservaban o veneraban las reliquias de los santos. De las peregrinaciones sale uno fortalecido. Según se cuentan de los
peregrinos del Camino de Santiago se decía de ellos que peregrinos se hacen los
hombres para servir a Dios y honrar a los santos[5].
La preparación de la peregrinación tiene mucho que ver con el fruto
a encontrar. La propia peregrinación es una auténtica preparación del alma para
poder encontrarse en la mejor disposición para recibir el mayor fruto
espiritual. La penitencia, la intercesión, la súplica dispone el alma para
henchirla y abrir el espacio a la gracia que tan copiosamente se derrama a
quien la busca.
Las peregrinaciones podrían tener
múltiples intereses o motivos pero estos van más allá de un puro conocer
lugares. En general los peregrinos han sido devotos ansiosos de encontrar una
experiencia mística. Muchos peregrinos han sido arrastrados por múltiples
sentimientos religiosos, motivos de enmienda o penitencia. Era común en el
medievo imponer de penitencia pidiendo la renovación de vida y costumbres.
Otros como petición o acción de gracias con motivo de cumplir una promesa o por
una causa especial. Otros más profanos eran movidos por la curiosidad de
conocer nuevas gentes de lejanas tierras y culturas que les abrieran nuevos
horizontes.
Las peregrinaciones se remontan a miles de años, a miles e personas
que han dejado huela y marcado un rumbo a la historia. La peregrinación nos
adentra en toda una corriente espiritual, fuente incesante renovadora de
gracia. Como dice una antigua oración de los peregrinos: “Que todos los santos con todos los demás hombres de Dios nos asistan y
sus méritos y súplicas alcancen nuestro favor ante nuestro Señor Jesucristo que
con el Padre y el Espíritu vive y reina por los siglos de los siglos”[6].
Cuando nos planteamos las raíces
de nuestra identidad nos equivocamos cuando creemos residen en gestas
imperiales. Los intereses de monarcas y emperadores construyeron imperios y aunque
fueron canales de civilización muchas veces no eran sino intereses terrenales.
Los caminos que siguieron nuestros continentes fueron entretejidos por un
pueblo creyente movido no sólo por grandes ideales y gestas de caballeros sino
por una valerosa y sorprendente fe que les dio el coraje de perseverar contra
viento y marea. Los peregrinos
abrieron las barreras y fronteras para abrir y unir las culturas más diferentes
en una misma experiencia de fe constituyendo una única nación-pueblo, la de los
creyentes. Alemanes, suecos, ingleses, italianos, húngaros, polacos, franceses.
Distintos pueblos y culturas se unían en una misma fe. Incluso en una
encrucijada de caminos ver converger pueblos musulmanes, judíos y cristianos en
un mismo origen común.
Peregrinos en tierra extranjera abriendo caminos y caminando hacia
una patria y herencia común. Hombres de fe creadores de la historia y
forjadores de una nueva civilización de la paz y del amor: “Por la fe se
pusieron en camino obedeciendo una llamada. Salieron sin saber bien a donde
iban. Se trasladaron como forasteros habitando en tiendas, al intemperie,
caminaron por el desierto apoyados en la fe como bastón, vagaban cubiertos de
pieles de cabra y ovejas. Nómadas necesitados, atribulados, vagabundos por tierras
desérticas entre montañas grutas y cavernas. Renunciaron a imperios y valores y
tesoros terrenos porque tenían puestos sus ojos en otra promesa de paz. Se
aferraban al invisible como si fuera visible, atravesaron l mar como si pasaran
por tierra firme, se defendieron de enemigos, intentaron promover la justicia,
cerraron la boca a leones poderosos, extinguieron el ardor del fuego. Pasaron
entre llamas y no se quemaron. Evitaron el filo de la espada, fueron valerosos,
se enfrentaron a grandes ejércitos, más aún torturados rehusaron librarse,
prefirieron morir con valor y honor confiando en la promesa. Sufrieron la
prueba de las burlas, los azotes, las cadenas. Fueron apedreados, destrozados,
pasados a cuchillo. Fueron maltratados, torturados, víctimas de todo atropello
no renegando a su fe y manifestando que el mundo no era digno de ellos”. “No
fue su pericia, habilidad y fuerza la que los mantuvo cuando asaltaron los
soberbios y gigantes. Los grandes ídolos perecieron y la esperanza del mundo se
refugió en una pequeña balsa que protegida en medio de tormentas guiada por la
mano de Dios trasmitió la semilla de la vida a los siglos venideros”[7].
Todos ellos esperaban la ciudad
construida sobre cimientos cuyo arquitecto y constructor es Dios. Este horizonte globalizante de la vida es
fundamental. La peregrinación como
bien eran concientes los judíos nos lleva a la Jerusalén celeste. Todas las
demás peregrinaciones se presentan como sombras o figuras de esta gran patria
que buscamos desde nuestro nacimiento. Como lo anuncian los profetas, así se
designa en hebreo la Jerusalén celestial, Ierushalaim
shel mala, para diferenciarla de la terrenal Ierushalaim shel mata. La Jerusalén terrena es figura de la
celeste. También para los judíos sostienen que el ingreso a la ciudad celestial
podrá ser factible tan solo después de visitar la ciudad terrenal. De ahí que
al menos una vez en la vida se visite la ciudad Santa.
En la peregrinación de la vida tuve la suerte de jalonarla con varias
peregrinaciones. La peregrinación a Jerusalén en 2011 fue precedida por tres
grandes peregrinaciones previas: la peregrinación a Roma siendo estudiante con
un grupo de estudiantes universitarios convocada por el ICU en 1979[8].
La peregrinación a Santiago de Compostela con un grupo de universitarios de
Madrid en el Encuentro mundial de jóvenes de 1984 WYD[9].
La peregrinación a Goa, la India en el 2002. Hay una primera que viene a ser el
punto de partida, mi tierra natal y hay otra final, la sexta, que realicé por último a África en el 20014.
- La primera peregrinación, Salamanca mi tierra natal. Es el punto de origen y de partida de todas mis peregrinaciones.
- La segunda peregrinación a Roma, siguiendo los orígenes cristianos y de nuestra cultura occidental europea del primer milenio. La primera peregrinación fue como un ir a las raíces de nuestra fe y nuestra cultura y civilización occidental. En el primer año del pontificado de Juan Pablo II se abría toda una puerta al mundo: “No tengan miedo a abrir las puertas a Cristo”[10].
- La tercera peregrinación a Santiago de Compostela, siguiendo los pasos de los marchadores de la fe en Europa, rastreando las raíces y vestigios de nuestra fe en el segundo milenio. El báculo y el morral eran propios de toda peregrinación. Los peregrinos romeros del Camino llevaban un bastón con una calabaza de cantimplora y volvían con una concha.
- La cuarta peregrinación a Goa y la India siguiendo los pasos de Gandhi y Madre Teresa abriéndonos a la nueva evangelización del tercer milenio. Movidos por el ardor misionero de Javier que le llevó a las tierras de Oriente. No sin razón Jerusalén es la ciudad más visitada de todo el mundo como vértice de encuentro de todas las religiones, confluyendo judíos, cristianos, musulmanes además de todo tipo de personas atraídas por su belleza incomparable.
- La quinta peregrinación a Jerusalén y Tierra Santa como encrucijada de los tres continentes y de las tres grandes religiones y civilizaciones más antiguas. Numerosos peregrinos se han acercado a Tierra Santa y han quedado fascinados por los tesoros meticulosamente guardados por la tradición. Jerusalén ha venido a ser el centro de peregrinación para las tres religiones monoteístas más importantes del mundo. No sin razón Jerusalén es la ciudad más visitada de todo el mundo como vértice de encuentro de todas las religiones, confluyendo judíos, cristianos, musulmanes además de todo tipo de personas atraídas por su belleza incomparable.
- La última peregrinación a Togo, África abre el horizonte al mundo entero y a permanecer toda la vida en estado de peregrinación.
Así nosotros quisimos sumarnos a
la corriente de peregrinos de creyentes verdaderos peregrinos de la paz,
hombres de fe, constructores de un mundo nuevo y una nueva civilización. Como
decía un poema a cerca de la peregrinación a Santiago: “Viniendo gente de todas
partes del mundo, armenios, griegos, pulleses, anglos, galos, dacios, frisios,
de naciones, lenguas y tribus diversas todos pregonan la gloria de Dios”[11].
0.2
Las Peregrinaciones
“Voy por la vida peregrino y a veces creo que voy sin compañía cuando
de repente siento la presencia de alguien que me guía, otro viajero” (Himno
de la Liturgia de las Horas)
Peregrinación viene de la palabra latina “per agrare”, el que viaja o penetra a un país lejano y que tiene
además una connotación para poder ver un lugar santo o sagrado. La forma
específica de la peregrinación no es meramente un viaje turístico, recreativo o
cultural sino que está marcado por una motivación o finalidad religiosa que
evoca junto al viaje por fuera otro tipo de viaje interior lo que queda
reflejado por el prefijo “per”.
El mismo camino de la
peregrinación nos lleva más lejos, a la morada de Aquel que nos llama. El lugar santo es la meta y todo el
camino supone la preparación o purificación
necesaria de entrada al lugar del encuentro. Toda la existencia del
hombre se podría decir que es una peregrinación. Peregrinar a nivel profundo
significa caminar hacia la verdadera Patria, meta final, la Jerusalén celeste. No tenemos aquí la ciudad
permanente sino que somos todos peregrinos hacia el cielo. El peregrino es
aquel que espera y anhela alcanzar la verdadera patria celeste.
Las peregrinaciones tienen como metas ciudades, santuarios o lugares
santos y abriga en ellos la búsqueda de una satisfacción trascendente y
búsqueda de sentido, de verdad, de plenitud donde el hombre puede rehacerse de
sus angustias y dar con la satisfacción de sus más hondos anhelos.
Cada pueblo con sus creencias y
religiones ha tenido como legado común una forma de vehicular sus creencias y
herencias espirituales y culturales, las peregrinaciones.
Cada pueblo con sus específicas peregrinaciones
a lugares santos participa de una u otra forma de un substrato común como una
epifanía de la fuerza del espíritu sobre un complejo mundo de las más diversas
motivaciones.
Toda la vida es una peregrinación, un camino. Como decía el
poeta “caminante no hay camino, se hace camino al andar”[12].
Lo único que poco a poco va descubriendo es que sí que hay camino, un camino a
recorrer y un caminante que lo camina con nosotros.
Como los discípulos de Emaus no
lo reconocían y caminaba con ellos y El se les fue revelando según caminaba.
Poco a poco se les abrieron los ojos. El mismo les hizo ver cuán lentos y cuán
torpes eran en reconocer todo lo que habían vivido y les empezó a hacerles
descubrir su paso por sus vidas[13].
Resulta un maravilloso ejercicio releer nuestra vida, nuestra historia a la luz
de la fe.
Todas las religiones practican la
peregrinación como una auténtica
búsqueda de Dios para propiciar un verdadero encuentro con El. Dios ha estado y
esta presente en nuestros entresijo de la historia lo que pasa es que muchas
veces no lo reconocemos. Es como si se tratar de encontrarse mutuamente para
caminar en la misma dirección.
Toda la historia del pueblo de
Dios se vivió en peregrinación. Así
Abraham se puso en camino con toda su familia hacia la tierra prometida.
Nuestros padres en la fe se pusieron en camino y caminaron como peregrinos sin
saber muy bien hacia donde caminaban, hacia donde Dios les conducía confiando
en una promesa. Anhelaban una tierra mejor, una morada permanente, donde se
dieran los frutos mesiánicos, done reinara el amor y la justicia y Dios fuera
su sólido fundamento.
Así Abraham salió fuera de su
tierra y caminó como nómada peregrino
hacia la tierra prometida sin llegar a poseerla. También Moisés después de
cuatrocientos años de esclavitud en Egipto salió con todo su pueblo en un largo
éxodo por el desierto caminando durante cuarenta años hasta entrar en la tierra
prometida. Aunque sus descendientes llegaran a conquistarla y a establecerse
como un reino pronto quedaron desposeídos para hacerles comprender que era otra
tierra y el reino que anhelaban.
Llegada la plenitud de los
tiempos vino Jesús como el nuevo Moisés para reemprender un nuevo éxodo con
toda la humanidad y llevarla a su verdadero destino. Jesús emprende la gran
peregrinación con todo su pueblo hacia la casa paterna. Dios mismo en
Jesús, baja de su santa morada para caminar con nosotros como peregrino y
llevarnos con El a la morada del Padre.
Jesús emprende la gran peregrinación saliendo al frente
de su pueblo para hacernos avanzar por el desierto de la vida librándonos de
todos los enemigos, el pecado y la muerte, cargando con nuestras culpas para
aliviarnos, levantarnos y llevarnos sobre sus hombros a su Padre. En su gran peregrinación tuvo sus grandes etapas
y altos en el camino. Podemos distinguir
a lo largo de toda su vida diferentes etapas.
0.3 Las etapas de la Gran Peregrinación
I EL INICIO:
Jesús empezó su peregrinación en
la baja Galilea llamando a los desposeídos, a los miserables a los pecadores
Empezó a anunciar el Año Jubilar, el tiempo de gracia, de
conversión, para los pecadores recibir el indulto, acogiéndose a la
misericordiosa indulgencia de Dios. Empezó a caminar con los más pobres, con
los más pequeños, sin excluir a nadie, la
gran procesión jubilar donde entraba toda la humanidad.
II EL ANUNCIO:
Jesús hizo un alto en mitad del
camino y empezó a anunciar su pasión y muerte. El camino va a conllevar la cruz
y a afrontar las dificultades hasta combatir frente a frente con el enemigo.
Jesús anuncia que el quiera seguirle debe tomar la cruz como báculo y bastón
del camino y debe desarmarse de toda prepotencia, presunción y ambición y
elegir el camino de las bienaventuranzas. Dios protegerá a sus elegidos, se
romperán los arcos de los fuertes, la ira de los poderosos y el furor de los
orgullosos.
III LA PASION Y MUERTE:
La peregrinación tiene también la etapa reina, la etapa de la
peregrinación donde se hace más dura la subida. Jesús va a subir al monte santo, a la montaña santa y allí elevado en la cruz
con la donación de sí mismo darnos acceso en su Cuerpo al verdadero Santuario,
abriéndoos a todos las puertas del Paraíso. Sube
hasta la cumbre del amor llevando sobre él a todos los cautivos para
prepararnos una morada perpetua y eterna.
IV LA RESURRECCION, ASCENSION Y PENTECOSTES:
Después de resucitar se aparece a
sus discípulos y va a congregando a todos los que quedaron dispersos y confundidos
ante el escándalo de la cruz para infundirles el valor y la esperanza de su
victoria definitiva. En su Ascensión, al subir a los cielos, nos hace el don de
su Espíritu y nos abre a todos las puertas e intercede por su pueblo a la
derecha del Padre mientras continúa nuestra peregrinación.
Después de su Ascensión vuelve en Pentecostés para elevarnos y abrirnos a la
Iglesia el camino hacia Dios.
Hoy todos los que seguimos a
Cristo en su Iglesia seguimos la
peregrinación por los desiertos y vericuetos de este mundo tan lleno de
todo, pero a veces tan vacío de Dios. Caminos con todos los hombres hacia la
morada del Padre acompañados por Cristo y guiados por su Espíritu hasta la
etapa culmen y final del día de la manifestación plena de su gloria donde Cristo
entregue su reino y reinado a su Padre.
Mientras tanto caminamos con
todos los hombres de este mundo y los venideros hacia la Jerusalén del cielo,
la Jerusalén definitiva y eterna donde no habrá más llanto, ni dolor ni muerte,
porque Dios será todo en todos.
Cristo nos ha abierto a todos el
camino y sigue caminando con su pueblo. Nosotros caminamos con El y hacia El
tentados por el desánimo en medio de las dificultades que vivimos. Caminamos en
la fe y en la esperanza en un ya sí pero todavía no. Es todo un camino de
conversión, de purificación. Es un camino de vaciamiento, despojamiento y
anonadamiento que conlleva el don de sí, la entrega de la vida, para pasar a
descubrir nuestra vida en el Otro a quien seguimos y amamos si haberle
plenamente visto, en quien confiamos sin tenerlo conseguido. Vivimos en medio
de la contradicción, de la humillación y de la tribulación pero alentados y
sostenidos en la fe. El nos promete que perseveremos en este amino, que a su
tiempo cambiará nuestra suerte y los que siembran con lágrimas cosecharán entre
cantares.
Se trata de perseverar en medio
de las pruebas y dificultades de la vida con nuestros ojos firmes en Él
orientando toda nuestra existencia hacia lo permanente y lo definitivo. Todo
pasará pero su amor durará por siempre. No caigamos en la tentación del
escepticismo, del derrotismo y la desesperación. Muchas veces in que nosotros
sepamos cómo Dios va hilando y guiando nuestra historia llevando a término sus
promesas por caminos contradictorios.
Cada vez que en la vida he
experimentado desconcierto, turbación Dios me ha salido al encuentro como los
discípulos de Emaús para abrir mis ojos a una nueva luz y poner nueva
orientación a mi caminar. Su salir a su encuentro más yo diría El saliendo a mi
encuentro ha supuesto siempre un nuevo despertar, un nuevo impulso para mi
vida.
Todos como peregrinos hemos
sentido una llamada y nos hemos puesto en camino. Hemos tenido que salir de
nuestra tierra, que abandonar nuestras seguridades y lanzarnos a algo nuevo y
desconocido fiándonos de una promesa. La vida, la vocación es un misterio
maravilloso, insondable que a su vez resulta a veces con dos caras pavoroso y
asombroso.
LAS ETAPAS DE LA VIDA:
Tratando de releer mi vida y mi
historia como una peregrinación también distinguiría sus etapas y altos en el
camino. Son varios los autores que se detienen a contemplar las etapas o edades del hombre. Romano
Guardini observa diversas edades. La infancia, la juventud, la edad madura, la
ancianidad y la etapa final[14].
El hombre se caracteriza en constante cambio y movimiento como alguien que
cambia continuamente aunque a pesar de todo siga siendo la misma persona[15].
Cada apartado de la vida dice Guardini presenta algo nuevo y lo asemeja a una
fase del día: la noche, la mañana, el
mediodía, la tarde, o una estación del año. Cada día, cada año es fase viva
de nuestra existencia constituyendo un lugar irremplazable en su conjunto. En
el hecho de que cada fase sea nueva, única y pase para siempre es donde reside
la tensión de la vida.
Cada fase tiene su carácter
propio y se orienta a la siguiente. Cada fase tiene algo propio, formas vitales
y figuras de valores de sentido. A pesar de la variedad todo está conectado. El
hombre puede volver la mirada a las fases recorridas haciéndose presente lo que
ha ocurrido en ellas.
Entre las fases hay crisis
típicas que corresponden al cambio de una a otra, la crisis de la pubertad
entre la infancia y la juventud, la crisis de la experiencia, entre la juventud
y la mayoría de edad, la crisis de la comprensión vital entre la mayoría de
edad y la madurez, la crisis del desasimiento entre la ancianidad y la edad
senil. Luego las analizaremos. En la superación de las crisis surge la nueva
forma vital de la siguiente fase.
LA PREVIA ETAPA DE LA VIDA, LA
NOCHE
En esta etapa se lleva a cabo la
primera adaptación al medio en la lucha por la adecuación por la vida. Tendría
que ver con la gestación, el nacimiento y la infancia. En esta fase se da la
primera comprensión e interpretación de la realidad. Todavía no se ha
despertado la conciencia. Por el instinto va aprendiendo a distinguir y
diferenciar los objetos en referencia así mismo. El niño aprende poco a poco a
ver finalidades y alcanzarlas, a distinguir lo bueno y lo malo. Poco a poco va
desapareciendo el cobijo materno y paterno. En esta cobertura el niño ha de
desarrollarse y aprender a entrar en la propia iniciativa individual.
LA PRIMERA ETAPA DE LA VIDA, LA
MAÑANA DE LA VIDA
En esta etapa se lleva a cabo la
integración de las solicitaciones externas intentando superar la conflictividad que nos viene de
afuera. El joven toma contacto con su propia individualidad, con su propio yo y
trata de auto posesionarse y apoderarse de sí mismo. Se da cuenta de sus capacidades
vitales y siente que en ellas hay posibilidades de devenir y experiencia. Pero
también hay deberes por lo que tales capacidades debe ordenarlas y darles forma
para un auténtico desarrollo. Actúa en él un elemento positivo, la fuerza de
ascensión de la personalidad y otro negativo, la falta de experiencia. La doble
polaridad también se da entre la persona y el educador. Es el periodo del
idealismo, del desarrollo de la creatividad, capacidad artística, la fantasía y los valores centrales de la
personalidad, sinceridad, honradez, fidelidad que marcan el carácter. Surge la
primera fase del amor. Más allá de lo físico o sentimental.
LA SEGUNDA ETAPA DE LA VIDA,
EL MEDIODIA
Es la fase de la responsabilidad
y de la mayoría de edad. Se desarrolla el carácter y se consolida el interior
de la persona. Tiene lugar la puesta de fundamentos sólidos, lo que tiene valor
y permanencia. Los valores perennes y eternos tienen una importancia vital. Es
la fase en que manan del modo más inmediato las fuerzas productivas de índole
espiritual y vital. Se da la dialéctica entre lo permanente y lo caduco entre
la fase y la totalidad. Se lleva a cabo el reconocimiento de la sombra, parte
oscura de uno mismo confrontada con su propio potencial a realizar.
LA TERCERA FASE DE LA VIDA, LA
TARDE DE LA VIDA
En esta etapa se entra en la
ancianidad, la serenidad el tiempo de aceptar y asumir los propios límites. Se
comienza el descenso del arco de la vida. Se toma mayor conciencia del fin y de
la transitoriedad de la vida. Se da el encuentro y aceptación de la sombra, las
limitaciones, insuficiencias y miserias de la vida. Esta fase supone la plena
integración con el mudo exterior y la reintegración de las funciones no
desarrollada con la transformación de toda la realidad. Somos llamados a una
plena integración viviendo la dimensión simbólica e incluyendo todos los demás
aspectos culturales y espirituales.
La vida hay que saber verla y
vivirla tanto en sus partes como en su conjunto. Cada fase tiene sus retos y
desafíos. A la persona se le pide la aceptación de la fase de cada momento de
la vida lo que hace que en cada fase la persona pueda ser ella misma. Cada fase
tiene su razón de ser para su conjunto y también para el desarrollo dela otra
fase. Si cada fase no se vive plenamente falta en lo sucesivo su aportación.
Detengámonos en cada una de LAS ETAPAS siguiendo el trascurso de un día[16]:
Toda la vida se resumiría como el
largo camino de peregrinación hacia el encuentro definitivo con Dios[17].
Lo maravilloso es como Dios va preparando el encuentro saliendo a nuestro paso en las distintas
etapas de la vida[18].
En un sentido litúrgico como si la vida se tratara de un día podríamos distinguir sus horas como lo hacían los romanos
o judíos (prima, tercia, sexta y nona) en vigilia o maitines, laudes,
intermedia, vísperas y completas[19].
Carl Jung describe la vida como el discurrir del día y el recorrido del sol.
Por la mañana asciende e ilumina el
mundo. Al mediodía alcanza su cenit y
sus rayos comienzan a disminuir y decaer. La tarde es tan importante como la mañana. Sin embargo sus leyes son
distintas[20].
0.
EL INICIO, La Vigilia.
Se empieza en la noche que se
abre al alba. Se trata del despertar, del inicio, de la apertura de la vida. La
vida de la infancia se abre a la emancipación, a la adolescencia a la búsqueda
de la propia identidad.
La larga peregrinación de la vida
se empieza de noche. Los síntomas de la noche son la ausencia, el desamparo, el
vacío. El nuevo nacimiento supone salir de nuestra autosuficiencia, de nuestra
emancipación, del útero de los lazos maternos y paternos en donde nos hemos
sentidos protegidos. Se trata de correr el riesgo de abandonar la seguridad
primera para abrirnos a la luz del alba.
Aquí sentimos miedo a la soledad.
Pero Dios no nos creó para soledad. Hemos de describir a Dios en nuestro
silencio, nuestra soledad. Tenemos miedo de enfrentarnos a lo único verdadero y
nos perdemos en la dispersión sustituyendo lo único verdadero por lo pasajero
llevando una vida disoluta y disipada.
Yo se de la vigilia nocturnal desesperada,
de un rostro deformado en la visión,
de sueño y nada,
yo supe de la angustia y el dolor sin alborada
pero un día feliz sonrió mi soledad cuando te vi llegar.
Salgo a caminar, hecho por la espalda la nostalgia,
llevo en el pecho la esperanza…
un día me largué por el camino, a andar los caminos,
anduve los caminos buscando hallar un horizonte…
1. EL AMANECER, la Mañana.
Es el tiempo de la juventud, el
tiempo de hacer realidad los sueños de la noche y de lanzarse a la aventura de
la vida. Se toma la orientación de la vida que te abre a todo un futuro un
proyecto de vida a recorrer.
Buscamos apasionadamente,
ardientemente la libertad, la verdad, el amor pero no sabemos bien donde
encontrarlo. Pretendemos liberarnos emanciparnos y creyendo gozar de total
libertad pronto nos sentimos esclavos. Esclavos de nuestras bajas pasiones e
instintos. Andamos todavía a tientas. El amanecer a penas se vislumbra como un
rayito de luz que se levanta del polvo como una raya malva muy tenue que va
virando a rosa. Empieza a verse el rayo de luz apenas amanece porque empiezan a
sentirse los primeros rayos del sol.
El sol no ha llegado a su cenit.
Hay luz pero también oscuridad. La ambigüedad persiste. Poco a poco en la
mañana el sol irá ganado altura. Dios irá penetrando y disipando los lúgubres
rincones oscuros del alma. Nos toca transitar por los páramos, cruzar por los
ásperos caminos de nuestras soledades y ambigüedades y lentamente a reconocer
en nuestra vida a un invisible personaje que no ha estado ausente sino presente
a lo largo de toda nuestra vida. Como los peregrinos de Emaús sienten a su paso
otro caminante que se pone a caminar a su paso. No saben quién es sus ojos aún
no le reconocen.
Camino en el silencio sobre mis años,
camino solo detrás del tiempo por el espacio,
sin conocerme como un extraño,
no se si el aire brota el perfume de los agravios,
de la inocencia, del desengaño.
No se si el río de las esperanza,
se pone agrio no se porqué
alguna vez con la mente pateando cascotes
y en los labios chirridos de conciencia,
que hay suelto por ahí,
alguna vez entre chirridos cante estos versos[21]…
2. LA ETAPA INTERMEDIA, La mitad del camino, de la vida, el Mediodía.
Es el tiempo intermedio donde se
empieza a acusar cierto cansancio y a la vez se arraigan y se consolidan las
opciones fundamentales la vida. Es el tiempo de la madurez. Tenemos nostalgia
de identidad, de sentido, no sabemos en realidad de donde venimos y adónde
vamos. Nuestra vida da mil vueltas y revueltas, avances y retrocesos. Tenemos
hambre y sed de trascendencia. Dios ha salido tantas veces al encuentro pero no
le hemos reconocido, le hemos dado tantas demoras.
El persistente peregrino nos
invita a caminar, caminar en la fe sobre el sopor del mediodía. El sol se haya en su cenit. Hay a mitad del
día un punto de inflexión culminante. En la mitad de nuestra vida somos
llamados. Como la samaritana se acercó al pozo a beber y se encontró con el
misterioso personaje que en el brocal le esperaba.
Fue el despertar después de andar perdido,
sin el altar de tu mirar y herido,
fue como encontrar el fresco
manantial
donde bebí en la boca la paz,
y volví a sentir lo que es vivir,
sabiendo que hay un Edén,
desde ayer latiendo.
Hoy me dejó el sol caricias de tu amor
Hoy he vuelto a la luz...
3. LA TARDE, el Atardecer.
El tiempo donde se empieza por
una parte a decaer y a reciclar la propia existencia. Después de un largo
recorrido es tiempo de descansar de sedimentar la experiencia. De todo lo
vivido ¿Que nos queda?
En el atardecer de la vida
aparecen las sombras. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su
esplendor. Sabréis entonces que soy yo. Al final de la tarde lo único que queda
es el amor. La vida no se construye a base de grandes empresas si estas no
están movidas por amor en nada quedan, se disipan como el humo.
Se trata de dar con los fecundo
ríos de la vida que la penetran por dentro y que han fecundad los espíritus
creativos Dar con la verdad, lo verdadero, lo bueno, lo noble que hunde sus
raíces en el corazón de cada hombre. Hay un hilo a lo largo de la vida que la
va entretejiendo. Hay corrientes de vida que traspasan todas las épocas y
fecundan todas las generaciones.
Cuando la vida festeje el modo de los calvarios,
la sobra rueda, los ojos llantos,
penetro al mundo del pequeño abecedario.
Mi misma muerte me esta esperando,
después de aquel primer llanto,
no se y para qué…
4. LA NOCHE, el Crepúsculo.
Es la preparación para el
encuentro definitivo, el verdadero nacimiento y despertar a la vida eterna. El
hombre frente al crepúsculo de un nuevo y definitivo amanecer. Toda la
humanidad esta orientada y encaminada hacia un horizonte de esperanza. La
humanidad no fue sometida al fracaso, gime de esperanza.
Más fuerte que el poder
destructor de la muerte lo tiene a vida y el amor. El amor permanece, es eterno.
Hay un germen inmortal en el hombre que nada ni nadie lo puede destruir.
Salí de las tinieblas tras la luz y hallé tu nombre,
estaba repetido en el fulgor de los albores,
y estaba en el jardín,
temblando en el color de la caña ya en flor…
0.4 LAS EDADES DEL HOMBRE
Con este nombre “Las Edades del Hombre” la Iglesia
organizó un proyecto que tratando de evangelizar a través del arte, la historia
y la cultura y así recuperar las hondas raíces cristianas de nuestro pueblo[23].
Este programa tuvo una gran aceptación y supuso un gran éxito[24].
El proyecto que se realizó en distintas ciudades de España también llegó a
Salamanca. Fue la IV Edición de
las Edades del Hombre la que tuvo lugar en
Salamanca, durante 1993/94, en el complejo catedralicio de las
Catedrales Nueva y Vieja, con el lema: "El contrapunto y su
morada".
Se quería dar a conocer el vasto
y rico patrimonio cultural y religioso de nuestra tierra como un legado de la
historia que convenía hacer memoria. Convenía a hacer justicia a las
generaciones que nos han precedido y sacar de la oscuridad a la luz este
hermoso legado del pasado y dar a conocer la belleza estética del patrimonio
espiritual, religioso y cultural que tenemos. Las primeras se realizaron en
torno a catedrales y luego se extendió a otras iglesias y piezas arquitectónicas
de interés. En total se han realizado 18 exposiciones. Las exposiciones no sólo
han abarcado el marco nacional sino que se han extendido a través de ediciones
externas más allá de las fronteras y
llegado hasta Amberes en el corazón de Europa y a Nueva York dando a
conocer las exposiciones de las Edades
del Hombre a nivel mundial. Se han publicado numerosos artículos y libros
que han contribuido a la divulgación del patrimonio[25].
En la actualidad se está celebrando la
XVIII Edición en la localidad de Arévalo
(Ávila), cuya temática es el Credo. Actualmente se
celebra el 25 aniversario de las Edades
del hombre y se ha publicado un libro con el título: Las Edades del Hombre, 25 años construyendo
identidad.
Desde 1988, la fundación Las Edades del Hombre ha organizado
diversas exposiciones de arte religioso en diversos puntos de la geografía
nacional e internacional, destacando por su interés las exposiciones celebradas
en la propia Castilla y León. Las consideradas primeras Edades del Hombre se realizaron en la iglesia de Santiago Apóstol
de Alcazarén, con una pequeña exposición de pinturas sacras. Más adelante, y
con el apoyo de entidades importantes, se llevó a cabo la primera exposición
conocida entre el público, en Valladolid.
El plan consistía en celebrar
tres exposiciones monográficas y un congreso teniendo como eje común el arte
religioso de Castilla y León, comunidad que posee el mayor acervo patrimonial
de España. La idea de ubicar estas exposiciones en templos catedralicios era
muy novedosa. Las sedes serían Valladolid, Burgos y León, teniendo como temas,
respectivamente, la iconografía religiosa, los documentos y la música. El
congreso se celebraría en Salamanca. Sin embargo, ante el extraordinario éxito
suscitado por la primera edición, y las peticiones de otras ciudades
castellanoleonesas, se pensó ampliar el ciclo expositivo, llevándolo incluso
fuera de la comunidad y de España.
El Primer ciclo fue inaugurado con la
exposición "El arte en la Iglesia de Castilla y León" en
la Catedral de la Asunción de Valladolid en
1988, se cierra con la exposición "Paisaje interior" en
la Concatedral de San Pedro de Soria en
2010, dando por finalizado el ciclo de exposiciones realizado en las sedes
episcopales de Castilla y León.
Estas fueron las distintas
ediciones: Durante el primer Ciclo:
I Edición en Valladolid, en 1988/89, en la Catedral de la Asunción
con el lema: "El arte en la Iglesia de Castilla y León". II Edición en Burgos, en 1990, en la Catedral de santa María con el lema: "Libros
y documentos en la Iglesia de Castilla y León". III Edición en León, durante 1991/2, en la Catedral de Santa María con el lema: "La
música en la Iglesia de Castilla y León". IV Edición en Salamanca, durante 1993/94, en el complejo catedralicio,
Catedrales Nueva y Vieja, con el lema: "El contrapunto y su
morada". V Edición
en Amberes (Belgica), en 1995, en la Catedral de Nuestra Señora,
con el lema: "Flandes y Castilla y
León". VI Edición
en El Burgo de Osma, en 1997, en la Catedral de la Asunción, con
el lema: "La ciudad de seis pisos". VII Edición en Palencia,
en 1999, en la Catedral de san Antolín,
con el lema: "Memorias y
esplendores". VIII Edición en Astorga, en el 2000, en la Catedral de Santa María de Astorga,
con el lema: "Encrucijadas". IX Edición en Zamora, en
el 2001, en la Catedral del Salvador, con el lema: "Remembranza". X Edición en Nueva York, en el 2002, en la Catedral de San Juan el Divino,
con el lema: "Time to Hope". XI Edición en Segovia, en
el 2003, en la Catedral de Santa María,
con el lema: "El Árbol de la Vida". XII Edición en Ávila, en
el 2004, en la Catedral del Salvador, con
el lema: "Testigos".
Fuera del ciclo se realizó una edición en Madrid, en el 2005, en la Catedral de la Almudena,
con el lema: "Inmaculada".
XIII Edición en Ciudad Rodrigo,
en la Catedral de Santa María,
con el lema: "Kyrios".
XIV Edición en Ponferrada, en el
2007, en la Basílica de La Encina e Iglesia de San Andrés, con
el lema: "Yo Camino".
XV Edición en Soria durante 2009/10,
en la Concatedral de San Pedro,
con el lema: "Paisaje interior".
Después tuvo lugar un segundo ciclo denominado "Passio". La Edición XVI ,
en las iglesias de Santiago el Real (Medina del
Campo) y Santiago de los Caballeros (Medina de
Rioseco), 2011. Sobre la Semana Santa.
"Monacatus" – Edición XVII –
en el Monasterio de San Salvador de Oña (Oña, Burgos), 2012. Trató sobre la vida monacal."Credo" – Edición XVIII –
en Arévalo (Ávila), 2013. Trata sobre el Credo.
Durante las distintas
exposiciones se realizaron Jornadas de
Estudio y Difusión del patrimonio que fueron dando a conocer los trabajos ocultos
de investigación y las enseñanzas que acompañaban las exposiciones con
catalogación de obras, fichas y capítulos introductorios que fueron
enriqueciendo el Patrimonio. Las Jornadas además de promover conferencias y
distintos eventos permitieron escuchar en mesas redondas a los profesores e
investigadores recogiendo los estudios realizados y dándolos a conocer al
numeroso público. Con la innovación de toda clase de medios audiovisuales se
fueron aquilatando y mejorando las exposiciones. Estas contribuyeron a
descubrir los cimientos sobre las que están construidas organizando Jornadas de Estudio y Difusión del
Patrimonio. Con la ayuda de distintas instituciones tanto eclesiásticas
como civiles se fue dando impulso a toda
una obra no solo de conocimiento sino de
mejora y restauración del Patrimonio Nacional[26].
Me parece representativo como el
hacer memoria colectiva del pasado no solo llevó a dar a conocer un vasto y
rico patrimonio que estaba como escondido sino a tomar conciencia de nuestras
raíces para afianza así nuestra identidad. Excavando los cimientos de la
historia descubrimos nuestro origen. Tras laborioso trabajo de investigación y
restauración de numerosos estudiosos y restauradores se recuperaron muchas
obras y salieron de forma inédita a la luz. Son cientos los proyectos de
restauración y miles los bienes muebles que se han restaurado. El trabajo
realizado fue la mejor contribución a la historia y a la humanidad. Convenía
hacer memoria para dar a luz a un sinfín de trabajos de recuperación y
restauración de cantidad de obras magistrales que hubieran permanecido ocultas
o destruidas con el paso del tiempo. Estos son los cimientos sobre los que
fueron levantados nuestra cultura y nuestra historia.
Ante una humanidad que está
perdiendo conciencia de sus raíces y de su identidad era justo y necesario
sacar de la oscuridad haciendo honor y justicia a nuestros antepasados y dar a
la luz este hermoso legado del pasado para rescatar la riqueza y la belleza del
patrimonio espiritual, religioso y cultural que tenemos.
Es del todo justo correlacionar las
Edades de la Humanidad y las Edades del Hombre. Muchos autores han
hecho asociación en las edades de la humanidad con la evolución del
pensamiento, de la epistemología, de la filosofía[27].
La evolución y desarrollo de las
distintas corrientes o sistemas de pensamiento, el positivismo, el idealismo,
el realismo, el empirismo, el racionalismo, etc. Aunque se puede hablar de un
cierto progreso a la vez también se puede hablar de una vuelta al origen.
La ciencia moderna no se hubiese
construido sin la forma mítica de los hombres primitivos. La forma mítica de experiencia propia de la
antigüedad y el modo medieval de ver dirigido el hombre a lo simbólico reclama
una vuelta a los valores perennes y espirituales. El mundo realista ha de
presentarse con todas las distinciones que lo dividen y a su vez con toda la
unidad que lo caracteriza.
Como decía Goethe el niño
auténtico no es menos persona que el auténtico adulto[28].
De la misma manera Sócrates deja ver que
la verdadera sabiduría se alcanza en el desasimiento en la superación del ansia
afán de poseer[29].
Al igual la vejez es una vuelta a la infancia. Envejecer significa acercarse al
verdadero nacimiento, el transito a lo auténtico y perenne. Conforme nos
acercamos a l muerte más cerca estamos de la vida. Decía Galilei: “tengo los
años que me restan de vida, porque los ya vividos no cuentan”[30].
La ancianidad tiene un carácter de dignidad que procede de las fuentes
religiosas. La vida sólo se comprende desde su hondo sentido de misterio. ¿Qué
hay detrás de la vida? “Somos de materia tal como aquella de que se hacen los
sueños, y nuestra pequeña vida se encierra en un dormir”[31].
Para finalizar podríamos
caracterizar ocho edades del hombre:
LAS OCHO EDADES DEL HOMBRE
I.- 1ª ETAPA: LA NIÑEZ
1º Edad: (Primera infancia: Hasta los 18 meses). Realización de la esperanza. Confianza
versus desconfianza.
2ª Edad: (Segunda infancia: de los 18 meses a los
4 años). Realización de la voluntad.
Autonomía versus vergüenza.
3ª Edad: (Tercera infancia: de los 4 a 7 años). Realización
de la finalidad. Iniciativa versus
culpabilidad
4ª Edad: (Cuarta infancia: de los 7 a 11 años. Realización
de la competencia. Industria versus
inferioridad
II.- 2ª ETAPA: LA ADOLESCENCIA.
5º Edad: Realización de
la fidelidad. Identidad versus
difusión
III. 3ª ETAPA: LA ADULTEZ TEMPRANA.
6ª Edad: Realización del
amor. Intimidad versus soledad o
aislamiento
IV.- 4ª ETAPA: LA ADULTEZ.
7ª Edad: Realización del
cuidado. Generatividad versus
estancamiento
V.- 5ª ETAPA: LA EDADA MADURA.
8ª Edad: Realización de
la sabiduría. Integridad versus
desesperación
Pasemos ahora a detenernos en
cada una de las etapas y edades con los procesos que tienen lugar en cada una
de ellas.
LAS OCHO EDADES DEL HOMBRE[32]
Erikson describe la dinamica de desarrollo humano a través
de una serie de fases incontinuo crecimiento. El ser humano se desarrolla en la
acción y está siempre desarrollando su personalidad[33].
Cada etapa de crecimiento esta
pensada en términos de una tarea específica apropiada a cada estadio y que
resulta condicionada por el contexto cultural del medio en que vive. En el
hombre hay desde el nacimiento una dialéctica o conflicto pulsional que lucha entre sí, el impulso de la vida (eros) y a muerte (thanatos)
En cada etapa de crecimiento se
enfrentan dos polaridades o fuerzas contrarias y el sujeto se ve obligado a
establecer una síntesis conciliadora, que colocan al individuo entre el avance
y retroceso. El desarrollo no es lineal hay ascensos y descensos avances y
retrocesos.
Lo que la primera reflexión de
las edades del hombre sobre los ciclos de la vida humana no contemplaba según
el modelo de Erikson, el modelo de Jung va apuntando progresivamente a las
cuestiones últimas es decir a la lectura de la vida humana en clave religiosa.
El primer modelo no lo explicitaba pero Campoo lo excluía. El modelo de las
crisis existenciales lo lleva implícito.
Jung apela a que el verdadero
desarrollo del hombre apela al fundamento último de la finitud. La experiencia
de la vida human en sus dos polaridades, nacimiento muerte, postula la
experiencia religiosa.
Durante todo el desarrollo de la
vida la persona vive toda una serie de sucesivas separaciones muertes y
emergencias. Diríamos que la vida está profundamente inmersa en el misterio
pascual de muerte y resurrección.
Solamente a la luz de la fe y de
la Pascua de Cristo el hombre puede apreciar su vida humana plenamente. La vida
no puede descifrarse a través de meras apreciaciones aparentes, es un misterio
difícil de desentrañar por el hombre. Solamente adentrándose en el propio
misterio de Cristo el hombre se conoce en su plenitud. La altura, la
profundidad, la largura, la anchura de este misterio, donde se da cabida tanto
a los aspectos positivos como negativos, las luces y las sombras, los retos y
las amenazas, las luchas y los conflictos, solo pueden ser contemplados y
resueltos a luz del misterio Pascual de Cristo[34].
1ª EDAD: PRIMERA INFANCIA (Hasta los 2 años). Realización de la
esperanza. Confianza versus
desconfianza.
Se va desarrollando
incipientemente la inteligencia sensorio motriz. El niño adquiere habilidades
motóricas en respuesta a los estímulos ambientales, si bien no es aún capaz e
representar el mundo internamente. El niño va construyendo las subestructuras
cognitivas que servirán de punto de partida para su posterior desarrollo
perceptivo intelectual.
Freud en esta etapa sitúa el
estadio oral. El centro de interés del niño está en la boca. La boca le
proporciona el contacto con el pecho de la madre y le permite satisfacer las
necesidades de alimento. El niño aparece fisio-psicológicamente inmaduro y
dependiente. En esta etapa busca el desarrollo de la dependencia. Dependencia o
desende ser protegido.
En esta primera infancia se lleva
a cabo la primera separación-muerte-emergencia Separación del vientre de la
madre. Muerte al confort prenatal. Tiene lugar la emergencia del ego y de la
primera autoconciencia.
2ª EDAD: SEGUNDA INFANCIA: (De los 2 a los 4 años). Realización
de la voluntad autonomía versus
vergüenza.
Inicio de la inteligencia
representativa mediante operaciones concretas. Especialmente en esta etapa de 2
a 4 años se desarrolla en el niño el pensamiento preconceptual o simbólico.
El preconcepto es algo intermedio
entre la particularidad del objeto la
generalidad de una clase de objetos. La característica esencial de este periodo
es la capacidad de usar símbolos. En torno a los 2 años e niño comienza a
distinguir el significante y el significado.
Los primeros significantes no son
verbales sino motóricos. A los 2 años de vida la zona erógena objeto de la
líbido es la anal. En esta segunda infancia se lleva a cabo la segunda
separación-muerte-emergencia Separación del cuidado de la madre. Muerte a la fijación
de la madre como objeto libidinal. Emergencia del segundo nivel de
deliberación. Primera selección del objeto.
3ª EDAD: TRANSICION A LA ADOLESCENCIA. (De los 4 a 7 años). Realización
de la finalidad. Iniciativa versus culpabilidad
De los 4 a 7 años se desarrolla
el pensamiento intuitivo. La razón fundamental del carácter intuitivo de las
funciones cognitivas es la dominancia continuada de los procesos preceptúales
sobre los procesos de pensamiento.
Los cambios principales que se
producen en esta edad están relacionados con el vocabulario, memoria,
imaginación que revelan nuevas estructuras cognoscitivas. A esta edad el niño
no ha desarrollado aún los conceptos reconservación y reversibilidad. El niño
de 4 años es incapaz de prestar atención más de un aspecto de una cosa a la
vez. Es alrededor de los 4 años la región genital se convierte en el foco de
placer libidinal. Tiene lugar la primera inspección y estimación de los órganos
sexuales.
El centro de conflicto lo
constituye el deseo de poseer al padre el sexo opuesto y el miedo a la venganza
del padre del mismo sexo. Se desarrolla l complejo de Edipo: Amor por la madre
y sentimientos hostiles hacia el padre que aparece como rival.
En esta Etapa fálica se lleva a
cabo la separación de los lazos familiares. La muerte del control del ego y selección del objeto. La
emergencia del super-ego y de la
conciencia moral. Cobra mucha importancia el arquetipo asociación con el Padre.
4ª EDAD: PRIMERA MADUREZ, PUBERTAD. (De los 7 a 11 años).
Realización de la competencia. Industria versus
inferioridad
Operaciones concretas. A esta
edad el niño es capaz de realizar actos mentales u operaciones en respuesta a
los cambios ambientales. Los niños pueden reproducir en sus cabezas lo que
antes tenía que hacer a través de sus acciones concretas. Las operaciones
concretas son pues acciones interiorizadas.
Periodo latente o de latencia. El
complejo edípico suele estar resuelto después de los 7 años. Es cuando en este
periodo de latencia el niño experimenta cierta calma respecto a los impulsos
sexuales. Al estadio de latencia le sigue el estadio genital de la pubertad
donde surgen de nuevo y con fuerza renovada los impulsos sexuales.
Este periodo coincide con la
entrada formal en la escuela con todo lo que supone la integración social y
cultural. En este periodo latente se lleva a cabo la separación del ego. Primer
encuentro con la máscara La muerte a mi mascara y encuentro con la persona.
Emergencia de la conciencia religiosa. Segunda selección del objeto.
6ª EDAD LA ADOLESCENCIA. Realización de la fidelidad. Identidad versus difusión
En la adolescencia tendrá que
hacer frente a los límites, barreras y sanciones de los pares y de la sociedad
en relación con los impulsos sexuales. El adolescente tendrá dos tareas importantes
que realizar en este momento: aceptar su propio sexo y lograr un ajuste
adecuado con el sexo opuesto a través de relaciones heterosexuales.
Aquí se lleva a cabo la
transición de la mitad de la vida. Se pasa de la juventud a la adolescencia. En
la transición se operan toda una serie de cambios fisio psicológicos en la
persona.
6ª EDAD: LA ADULTEZ TEMPRANA. Realización del amor. Intimidad versus soledad o aislamiento
Esta etapa pide también toda una
maduración en el campo afectivo y la búsqueda de un verdadero amor[35].
Lo contrario al amor, el egoísmo nos va encerrando en nosotros mismos[36].
En la primera etapa de la vida se
lleva a cabo un cabo o transformación que denominaríamos del amor sensual al
amor afectivo. Es a partir de la entrada en la etapa adulta donde la persona
debe pasar del amor afectivo al amor no posesivo.
La persona no parece resolver esa
transformación tan fácilmente. Requiere tiempo. Solo después de unas relaciones
estables y verdaderas se pasa de un amor no posesivo al amor compulsivo,
esponsal, comunitario. En esta etapa el conflicto a resolver va a radicar sobre
todo en la integración de un camino a la verdadera intimidad o cerrarse a la
soledad y el aislamiento.
7ª EDAD: LA ADULTEZ. Realización del cuidado. Generatividad versus estancamiento
Los procesos descritos no se
llevan a cabo de una manera lineal y progresiva sino de una manera dialéctica.
Se precisa ser fieles al proceso unitivo generativo desde el principio de la
autenticidad, una conversión constante sino quiere uno entrar en retrocesos o
procesos regresivos.
Un factor muy importante en la
autenticidad es la superación de la sombra. Todo hombre tiene una “sombra” personal y colectiva[37].
“La sombra” sería el lado oscuro,
débil, desagradable y negativo de la personalidad.
Después de pasar a través del
tumulto de la fase de integración de las demandas externas, la persona tiene
que entrar en una nueva configuración a través del encuentro con “la sombra” para ser capaz de integrar la
totalidad del ser. El encuentro con “la
sombra” es en definitiva el encuentro con uno mismo.
8ª EDAD MADURA. Realización de la sabiduría. Integridad versus desesperación
El punto crítico del desarrollo
del hombre se lleva a cabo en la resolución de la llamada crisis de la mitad de
la vida. La mitad de la vida es el tiempo más duro de crisis que lleva a
cuestionarse en lo profundo sobre el sentido del ser.
El paso a la madurez de la tarde
de la vida conlleva el denominado “Turning
point”, que viene a ser como un
renacer. Esto no puede darse sino desde una sabiduría interior, oración, clave
para resolver la difícil transformación de la muerte del ego y el renacimiento
de uno mismo.
Esto supone una conversión o
transformación intima y profunda que va acompañada de una decisión última de afrontar
la muerte de cara. Jung recuerda que el camino para una verdadera humanización
pasa por las regiones inferiores del mundo interior y llega al inconsciente. El
camino a Dios pasador el descenso a las oscuridades del sujeto, al reino de las
sombras. El hombre ha de encarar la muerte.
0.4 Las
etapas del Camino a lo largo de mi vida:
I LA ETAPA PREVIA : SE PREPARA LA PEREGRINACION
Los primeros años de mi vida, descubriendo las raíces de la fe.
Salamanca, Roma la Chica[38]. Preparando la peregrinación.
Se dice que una peregrinación a
un lugar santo empieza desde el mismo lugar de partida. Allí en tus orígenes se
descubren las raíces de nuestra fe y el despertar de nuestras búsquedas en la
larga peregrinación de la vida. Es en el propio entorno familiar donde
despertamos y vamos creciendo en los primeros pasos de nuestra vida. Este va a
ser determinante en todo nuestro crecimiento y desarrollo posterior. Diríamos
que se trata del pórtico o prólogo e todo lo que vendrá después. Si nos
detenemos en las raíces encontramos enfermen todas nuestras búsquedas futuras
que nos pondrán en movimiento en la larga peregrinación de la vida.
II ETAPA: SE INICIA EL CAMINO.
Los dos últimos años antes de iniciar la vocación, comenzando el camino
de búsqueda[39].
Peregrinación a Roma[40]. Despertando a la vocación.
Después de uno crecer en un
ámbito de fuertes experiencias religiosa familiares empieza una gran búsqueda.
Como puntos o aspectos relevantes que van a afectar fuertemente mi vida son: El
Papado de Juan Pablo II. Los viajes en Inter- rail. Los encuentros
internacionales de Taizé. Los encuentros internacionales del ICU. Querer
ahondar en las raíces y fundamentos de mi fe cristiana en el corazón de la
Iglesia Roma. Esta peregrinación da un impulso y una nueva fuerza y orientación
para mi vida.
III ETAPA: CAMINANDO POR FUERA.
Mis diez primeros años de vida misionera[41].
Peregrinación a Santiago de
Compostela[42]. Comenzando el camino.
Después de diez años de vida
misionera después del entusiasmo inicial uno empieza a sentir cierto cansancio.
Esta peregrinación despierta una gran oleada de frescura, de fe y de alegría.
Es la preparación previa a mi ordenación sacerdotal. Se inicia una nueva etapa
en la vocación y en la vida misionera. Se acaba la etapa formativa y se lanza
uno a la misión. A veces sale uno con un espíritu triunfalista y conquistador
con ansia de cambiar el mundo sin haber hecho un verdadero cambio interior. Uno
se percata que es uno que tiene que cambiar antes de pretender cambiar el
mundo. El mundo empieza a cambiar cuando empezamos a cambiar nosotros.
IV ETAPA: CAMINANDO POR DENTRO:
Los diez años siguientes a la ordenación[43].
El despliegue de la misión.
Peregrinación a la India[44]. Siguiendo los pasos de Javier, de Gandhi,
Madre Teresa.
Después de mis años de misionero
en Asia y ante del nacimiento de la nueva comunidad de servidores. La
agudización de un conflicto insostenible que nos llevó a nacer de nuevo. La
necesidad de disponer de un tiempo para reorientar la vida hacia el reino, lo
eterno y lo definitivo. Cuando parece que todo se viene abajo te das cuenta que
la vida se construye bajo la mirada de Dios y no de los resultados humanos. Se
precisaba reorientar las energías invertidas en resolver el conflicto para
emplearlas en la construcción del reino.
V ETAPA: CAMINANDO A LO ETERNO:
Los diez años en la nueva
comunidad[45].
Volviendo al inicio del Evangelio.
Peregrinación a Jerusalén[46]. Siguiendo los pasos de Jesús.
Se experimenta el límite. Pérdida
de salud y contacto con la enfermedad. Como caminar en la debilidad en medio
del cansancio físico y espiritual. El camino de reconciliación y purificación
de eficacias y valores. Cuando uno se cansa de vivir es porque esta sufriendo
por cosas que cree uno merecer. Llamada a vivir en la gratuidad. Como aprender
a vivir con El y con los hermanos desde l aceptación de los límites
propios y de los otros renunciando a
ideales de fuera para que al final sólo quede El.
VI ETAPA: CAMINANDO SIEMPRE:
Los restantes años en la nueva
comunidad[47].
Anunciando el Evangelio.
Peregrinación a Togo, África
Florecen a tu paso los manzanos
los azahares al borde del camino
de naranjos y paso peregrino
el aroma del valle que habitamos.
Tu paso joven, firme cautivante
el trébol reverdece, un aire perfumado
de abeto es tu mirada y azulado
el aliento del viento penetrante.
El mundo que contemplas fue creado
a tu imagen, por ti, para tu gloria
y descubres la trama de la historia
que tus ojos contemplan asombrados.
Reflejo de tu ser, de tu belleza
te comprendes, Mesías anunciado
y el amor infinito acurrucado
en tus ojos exalta su grandeza.
Tocan tus manos una flor doliente
y una laguna riega tu tristeza
contiene el mar inmenso en su pobreza;
tu mirada la acuna tiernamente.
Canta la tierra, tu paso la estremece
Pascua del cielo, tu sol la ha anticipado
camina un joven, paso cautivado
su mirada ondulante entre mieses
0.4 La casa paterna. El punto de partida,
Salamanca, Roma la chica
(Los inicios de una vida, descubriendo las
raíces
Salamanca, en la encrucijada de caminos)
Toda peregrinación tiene un
inicio y comienza dese el punto de partida. Decía el dicho popular jacobipeta que es en la puerta de la cas de cada
uno donde comienza el Camino. El punto de partida de la larga peregrinación de
la vida empieza en la casa paterna. Se trata de volverla inicio, la casa nativa
que nos vio nacer y crecer. La casa que nos vio partir. Se trata como volver al
Kilómetro cero de nuestra peregrinación[49].
Todos necesitamos un punto de referencia, un punto estable de partida pues sin
este la vida se hace ininteligible. Tantas veces que en la vida nos perdemos
por los caminos, vericuetos y entretesijos que la misma vida comporta. Es
preciso volver a la fuente, al origen, al punto de partida, para recuperar el
hilo conductor. A veces nos parece haber sido arrojados a un mundo donde nos
sentimos huérfanos, sin raíces, sin padre y sin madre. No fuimos desalojados
del vientre materno para vivir al desamparo, a la intemperie. Necesitamos calor
de hogar, tenemos nostalgia de ser.
El evangelio nos dice: “si no volvéis a haceros como niños no
entraréis jamás”[50].
Necesitamos volver a la infancia, recordar ese espacio de calidez, sosegado,
lleno de luz que nos dio cobijo, bienestar, seguridad. Allí en la casa nativa, en
la casa materna y paterna se encuentran nuestras raíces, las vivencias que dan
soporte y orientan y estructuran toda la persona. En el fondo del ser humano
permanece viva aunque a veces sepultada la memoria de Aquila edad inmemorial
prehistórica que fue nuestra infancia. No tengamos miedo a desenterrar como
arqueólogos de la memoria y ahondar en las raíces que nos dieron el ser lo que
somos. Volver a las raíces, volver a recuperar esa desbordante efusión de vida
de creatividad, ese sólido punto de apoyo referencial estable que tanto
necesitamos. Volver a los orígenes es hacer memoria volver al pasado histórico
para asegurar y garantizar nuestra propia identidad. Olvidarse del pasado es
desconectar con las fuentes recreadoras de la vida, es perder la herencia cultural- espiritual que
nos dio el ser. Sin pasado, sin memoria redebilita nuestra identidad y perdemos
la libertad de ser lo que somos. Nos transformamos en vagabundos errantes en la
noche del sinsentido experimentando el vacío, la sequedad, el cansancio, el
hastío. No podemos ir por la vida caminando solos.
La vida se construye
caminando con otros, la construimos juntos, junto con los que caminaron detrás
de nosotros que fueron forjadores de una historia que nos pertenece. También
nuestra historia presente les pertenece a los que vendrán detrás de nosotros.
Nosotros somos también forjadores de la historia para el futuro que vendrá. La
historia se va construyendo como la ida misma en un tejido de experiencias
personales sociales, culturales, espirituales que se van enriqueciendo
entretejiendo para dar con el entramando que denominamos nuestro mundo. No
dejemos de juntos construir un mundo que merezca la pena ser vivido[51].
[1] San Agustín, Confesiones, 10,25,36
[2] En lo profundo
de su conciencia la voz de Dios resuena en el corazón del hombre, allí reside
el valor de la dignidad humana. La conciencia, la memoria es el núcleo más
secreto y sagrario del hombre, donde el hombre se encuentra con Dios y la voz
de Dios resuena en lo más íntimo del hombre. Cf. GS 16
[3] Dante, Vita nuova
[4] Karem Armstrong,
Jerusalem: una ciudad y tres religiones
[5] Las Partidas de los romeros a Santiago
de Compostela
[6] Las Partidas de los romeros a Santiago
de Compostela
[8] ICU, Institute per la Collaborazione Universitaria
[9] WYD, World Youth
Day, Jornada Mundial de la Juventud
[10] Mensaje del
primer discurso de Juan Pablo II en Roma
[11] Fulberto, obispo
de Chartres, Poema sobre la Peregrinación
a Santiago
[12] Antonio Machado,
Poesías
[13] Cf. Lc 24
[16] Se trata de
simbolizar el día como el de la de la vida que trascurre toda la vida
[17] La vida se vive
en camino, en trance de conversión. Se trata de la larga peregrinación hacia al
encuentro definitivo con Dios, hacia la Casa Paterna. En este sentido es muy
iluminador la obra de José María Cabodevilla titulada El padre del hijo pródigo.
[18] Son muchos los
autores que se han detenido a analizar las etapas de la vida. Desde Sigmund
Freud hasta Carl Jung continuando por Bernard
Lonergan hacen un gran aporte en el análisis y aporte de la psicología
evolutiva. La vida misma nos hace crecer y madurar a través de sucesivas
muertes, conversiones, para entrar a pasar a un nivel más profundos
[19] Cualquier
situación hora y lugar son buenos y aptos para el encuentro con Dios. Hay que
saber descubrir cada hora como, la hora
de gracia, la situación óptima para escuchar la voz de Dios. Dios nos habla a
través de la historia y todos los acontecimientos de la vida y hemos de
aprender a reconocerlo, descubrirlo, escucharlo.
[20] Anselm Grum, La mitad de la vida como tarea espiritual.
La crisis de los 40-50 años
[21] Poemas sacados
de cantos a la vida de José Larralde, un cantautor contemporáneo latino
americano de Buenos Aires.
[22] Bernard Lonergan analiza el modelo de Freud. Erick
From y H.U. von Balthasar o Wojtyla señalan la clave del crecimiento de la
persona está en la radical apertura a la trascendencia
[23] La idea de estas exposiciones se gestó durante un
encuentro en la localidad vallisoletana de Alcazarén,
surgió por iniciativa del sacerdote José
Velicia y del escritor
abulense José Jiménez Lozano, que consiguió la
aprobación del arzobispo de Valladolid y la financiación por algunas
entidades bancarias. El objetivo del proyecto original era la divulgación del
patrimonio artístico y cultural de los bienes de la Iglesia.
[24] Hoy Las Edades del Hombre es una Fundación que
lleva desde 1988, a lo largo de 25 años se han realizado 18 exposiciones que
han atraído a no sólo a visitantes de toda la geografía española sino a más de
diez millones de personas a visitar el vasto patrimonio de nuestra patria. Las
exposiciones se iniciaron bajo la supervisión de D. José Velicia. El actual
presidente es Mons. Carlos López Hernández Obispo de Salamanca y el profesor D.
José Ramos Domingo, Profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca su
Secretario General.
[25] El patronato que dirige la fundación Las Edades del Hombre está formado por
dos arzobispados y nueve obispos de las diócesis de Burgos, Valladolid, Astorga, Ávila, Ciudad-Rodrigo, León, Osma Soria, Palencia, Salamanca, Segovia y Zamora. A la cabeza del patronato está desde
mayo de 2006, Carlos López Hernández, obispo de
Salamanca. La sede de dicho patronato se encuentra en el Monasterio de Santa María de Valbuena (Valladolid).
La financiación de la fundación Las
Edades del Hombre recae en gran medida en la Junta de Castilla y León y en su
Consejería de Educación y Cultura, pero también es patrocinada por la entidad
financiera privada Caja España.
[26] Además de las
distintas diócesis donde fueron organizadas, colaboraron fundamentalmente las
Conserjerías de Cultura de las distintas Comunidades y entidades financieras
públicas y privadas.
[27] A este respecto es interesante ver en la obra de
Romano Guardini el último apartado de su obra “las edades de la vida” titulado:
las edades de la vida y de la filosofía
[30] El tiempo no pasa, somos nosotros los que pasamos. La
certeza de que nuestro caminar tiene un fin es el mejor recurso para valorizar
cada minuto que vivimos. Galileo Galilei.
[32] S. Freud, C
Jung, J. Piaget, analizan las distintas etapas de crecimiento. Erikson las
denomina las ocho edades del hombre. Cf.
E. H. Erikson, Identidad, juventud y
crisis.
[33] K. Wojtyla, Persona y acción
[34] K. Wojtyla, Juan
Pablo II, en su primera encíclica Redentor
hominis, RH 13
[35] K. WOJTYLA en su
obra Amor y Responsabilidad habla del amor esponsal como donación de sí. El don
de sí o la entrega total pide la renuncia a uno mismo para pasar a ser para
otro. Este salir de uno mismo para encontrarse en el otro supone una especie de
“éxtasis”. Cf. . WOJTYLA, Amor y
Responsabilidad
[36] C. JUNG en sus
Cartas dice: si usted se siente aislado se debe a que usted mismo se aísla. No
hay cosa que más nos aísle y distancie de los demás que presentarnos por encima
con ostentación de poder. C. JUNG, Cartas III, 93
[37] Dice C. Jung que
junto a la sombra personal el hombre tiene en sí mismo una sombra colectiva en
la que está incluido todo lo malo y oscuro de la historia de la humanidad y que
encuentran su expresión en los mitos, arquetipos y símbolos de la religión.
[38] Realizada en la
Semana Santa de 1978.
[39] En el periodo de
1978 a 1988.
[40] Realizada en la
Semana Santa de 1978.
[41] En el periodo de
1979 a 1989.
[42] Realizada en
Agosto de 1989.
[43] En el periodo de
1990 a 2000.
[44] Realizada en
Mayo del 2001.
[45] Periodo del 2002
al 2012.
[46] Realizada en
Julio del 2010.
[47] Periodo del 2012
en adelante.
[48] Poesía del P.
Alejandro Ferreiros, Florecen a tu paso
[49] Junto a la
pilastra izquierda a la entrada del puente romano pone “Kilómetro cero” de la ciudad. Punto desde donde parten todos los
caminos.
[50] Mt 17, 1-3
[51] En el origen de
mi vocación esto tuvo especial significado. Viendo niños que habían sido
abandonados y que llorando me decían: No quier vivir en este mundo. Antes de
construir un mundo pensando en sólo edificios me pregunté que sentido tenía la
vida que vivimos y cuál la vida que con pleno sentido merece ser vivida.
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