sábado, 7 de febrero de 2015

Memorias de un Peregrino









Memorias de
un Peregrino



“Voy a recordar
las misericordias del Señor,
todo lo que hizo por nosotros,
sus muchos beneficios,
lo que hizo con su
compasión y con su
gran misericordia”

(Is 63,7)






 INDICE:

0. Introducción General

0.0 Las memorias
0.1 La peregrinación de la vida
0.2 Las peregrinaciones
0.3 Las etapas de la Gran Peregrinación
0.4 Las Edades del Hombre
0.5 Las etapas del Camino a lo largo de mi vida
0.6 La casa paterna


0. Introducción General

0.0 Las memorias

Quiero cantar y recordar las proezas del Señor y meditar y ponderar los días y los años pasados para considerar sus proezas y proclamar su grandeza narrando todas sus obras” (Sal 76, 12 y13)

El título general de memorias de un peregrino hace mención a una peregrinación con distintas etapas que recorre toda la vida. Las memorias no tratan de describir la historia simplemente de mi vida, sino poner al descubierto un pequeño trozo de la historia de salvación de la que he sido testigo con mi vida y a través de mi vida. Es pues la historia de Otro que sin casi aparecer ha estado como escondido caminando en secreto y haciéndose presente y poniéndose al descubierto lentamente a lo largo de toda ella.

Por eso el sobrenombre, memorias de un peregrino, trata de ser un eslabón más de la cadena y parte de todo un pueblo peregrino. No son simplemente mis memorias, sino las memorias de un peregrino que caminó junto un pueblo. Los acontecimientos de la vida van despacio como una trama que se va entretejiendo lentamente. Toca desenredar la madeja y rastrear la huella misteriosa del que la fue tejiendo. No nos es fácil mantener fresca la memoria. La memoria de los hechos conlleva tiempo para recordarlos, descifrarlos e interpretarlos. Diríamos que lleva años para contar la historia completa.

No he pretendido contarla toda la vida, tan solo detenerme en hechos significativos del camino. Desde ahí se entiende el móvil de todas estas páginas. Santa Teresita de Liseux en su prólogo a su diario de un alma dice: “Voy a recordar las misericordias del Señor”. Ese es mi propósito narrar todo lo que el Señor hizo por nosotros, sus muchos beneficios que tuvo a bien prodigar con su pueblo. Como parte de una gran historia de salvación narro este pequeño tramo. La historia se repite, como lo hizo entonces lo volvió a hacer con nosotros, sacando a su pueblo de la opresión y llevándolo a la tierra de promisión. Todo lo que hizo no fue por nuestros meritos ni porque lo mereciéramos sino por su gran bondad y su infinita misericordia.

Perdón si en algún momento se hiciera una narración con cierto protagonismo, no he querido ser el protagonista ni mostrarme a mi mismo sino mostrar la grandeza de Otro que obró en nuestra pobreza y debilidad. Si hemos de gloriarnos nos gloriaremos de nuestras flaquezas y de su infinita misericordia.

La memoria es un pozo sin fondo, una cripta, una capilla donde uno es capaz de extraer las vivencias que han entretejido ese entramado de relaciones que denominamos nuestra vida. La memoria es el lugar precioso done se reviven los hechos, las personas, convirtiéndose en lugares del acontecimiento de nuestra historia que a la luz e la fe es historia de salvación. Haciendo memoria se reencuentra el presente, reconciliando nuestra historia se sacan enseñanzas y fuerzas nuevas para reconstruir la propia vida. Haciendo memoria el recuerdo de los errores se transforma en dolor y arrepentimiento, los fallos en propósito de enmienda y camino de esperanza. Con razón San Agustín titula las memorias de su vida confesiones. Decía San Agustín: “Tu has concedido Señor a mi memoria la dignidad, el honor, de residir en ella”[1].  Hay una dignidad sagrada en el hombre que le permite a la luz de la fe, participando de la inteligencia divina, descubrir su historia entretejida del paso de Dios, a la luz de Dios[2]. Se trata de una lectura de fe de la propia vida. Nuestra época más que nunca necesita releer de la historia  Solo haciendo memoria se forja el presente y se labra el futuro. Hacemos memoria para comprender y vivir el presente y proyectar el futuro.

Hay un camino de ida y otro de retorno. Hay todo un camino  a desandar para volver a andar. Hacer memoria es repasar el trayecto de la vida para recoger “el hilo conductor”. Es indispensable hacer el camino de vuelta para acertar con el camino de ida, para recorrer el propio camino. 

Las memorias van recogiendo una serie de láminas que tratan de recoger cuadros, grabados y sobre todo dibujos. La razón de estos dibujos es despertar una memoria afectiva más allá de lo narrativo. En la comunicación narrativa nos damos cuenta que perdemos muchos elementos que nos pasan desapercibidos y  que los dibujos nos los rescatan a los que fuimos testigos de los hechos.

En las antiguas tribus tenían la costumbre de reunirse  por la noche para contarse historias. Eran los llamados “contadores de historias”. Se reunían en círculo a narrar las historias de su pueblo. Querían transmitirse el hermoso y precioso legado de su herencia espiritual a la que denominaban la Tradición. Se la trasmitían vía oral de generación en generación. Había en la tribu los que denominaban “rastreadores de la memoria”.

Los rastreadores de la memoria” solían también recurrir a un curioso modo de trasmitir las memorias por medio de dibujos. Los acontecimientos históricos más relevantes se dibujaban en pequeños cuadros. Solo se pintaban los más significativos. Si se pintara cada acontecimiento y todos los cuadros o dibujos se colocaran uno tras otro en el orden correspondiente tenían como en un mapa la historia de su pueblo. Vendría a ser como nuestros antiguos álbumes de fotos.

También recuerdo que nuestros padres se esmeraban en guardar en fotos las imágenes de los acontecimientos más significativos para recordar la historia familiar sobre todo tan hermosas en las reuniones de familia. A falta de fotos eso es lo que he querido recoger con los dibujos que se adjuntan a los relatos de las memorias.

“El hombre no teje la trama de la vida, no es mas que una de sus hebras” (Proverbio de una tribu indígena)




0.1 La peregrinación de la vida

El sentido de la peregrinación es verdaderamente fascinante. Dante decía que un peregrino se puede interpretar de dos maneras, en sentido vulgar y en sentido estricto[3]. En sentido vulgar el peregrino es todo el que se encuentra fuera de su patria. En un sentido estricto el que peregrina a tierra extranjera. Todos somos peregrinos en esta tierra caminando hacia la Patria definitiva. Homero a través de la historia de Ulises marca el camino de retorno a su tierra, a su hogar. En el fondo todos sentimos esa ansia por volver a nuestro Origen. Es parte de nuestra dimensión humana y divina. Todos tenemos sed de volver al seno que nos dio a luz. Unamuno decía al final de su vida. “Vuelvo cansado del duro bregar, acógeme Padre bueno en tu dulce hogar”

La peregrinación no es sólo un camino físico sino un camino interior, una verdadera experiencia mística. Lanzarse a una peregrinación es aventurarse a transitar por caminos tortuosos que otros ya han abierto y transitado. Los peregrinos han sido verdaderos pioneros no solo por superar las dificultades naturales sino por transitar caminos interiores del espíritu, verdaderos rastreadores del espíritu.

El ponerse en camino es parte fundamental de la vida humana. La idea de peregrinar es muy antigua, sentir la pasión o veneración por un lugar santo es un fenómeno universal. La devoción a un lugar sagrado es una de las manifestaciones de fe más antiguas en todas las culturas. Como dice una teóloga judía: “Los seres humanos desarrollaron lo que se ha dado en llamar una geografía sagrada que no tiene nada que ver con un mapa científico del mundo, sino que se relaciona con la cartografía de su mundo interior[4].

El término hebreo para señalar  el peregrinar es “alía lareguel” cuya traducción significa “el que sube”, es decir el que se eleva a través de sus pies. ¿Con que intención o que busca el peregrino cuando se pone en camino? Las intenciones pueden ser varias. Cumplir una promesa, perseguir o responder a una inspiración divina, alcanzar en el lugar buscado una vivencia espiritual intensa etc. Sobretodo no estancarse y lograr un crecimiento espiritual.

El peregrino es un ser en búsqueda, es un inconforme con su situación espiritual. Necesita algo más de la vida y se lanza a buscarlo movido por una inspiración divina. Uno empieza la peregrinación de una manera y termina de otra. Cuando uno peregrina lo hace además con los que vinieron antes y los que vendrán después. La peregrinación te despierta el sentido trascendente de la vida. Una vida sin intercesión, sin plegaria se empobrece. La oración nos abre a la dimensión trascendente y la puerta al misterio. La peregrinación tiene el valor de despojarnos de mezquindades acumuladas y la habilidad de encararnos hacia lo eterno. Las peregrinaciones son tan antiguas como las religiones. Guardan relación con los lugares santos y con la fe de los peregrinos.

Los centros de peregrinación más importantes eran Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. Vamos poco a poco a irnos introduciendo en cada uno de ellos pues han sido etapas fundamentales de la propia vida.

Tras la paz romana primeramente se desarrolla la peregrinación a Tierra Santa, Eretz Israel, atraídos los peregrinos por el Santo sepulcro. Pronto los peregrinos acuden a los sepulcros de las sólidas columnas de la Iglesia: Pedro y Pablo. A principios del segundo milenio se despierta con inusitado interés la peregrinación a la tumba del apóstol Santiago. Ya desde antiguo se insistía en la necesidad de preparar la peregrinación con previas visitas a santuarios, en especial en los que se conservaban o veneraban las reliquias de los santos. De las peregrinaciones sale uno fortalecido. Según se cuentan de los peregrinos del Camino de Santiago se decía de ellos que peregrinos se hacen los hombres para servir a Dios y honrar a los santos[5].

La preparación de la peregrinación tiene mucho que ver con el fruto a encontrar. La propia peregrinación es una auténtica preparación del alma para poder encontrarse en la mejor disposición para recibir el mayor fruto espiritual. La penitencia, la intercesión, la súplica dispone el alma para henchirla y abrir el espacio a la gracia que tan copiosamente se derrama a quien la busca.

Las peregrinaciones podrían tener múltiples intereses o motivos pero estos van más allá de un puro conocer lugares. En general los peregrinos han sido devotos ansiosos de encontrar una experiencia mística. Muchos peregrinos han sido arrastrados por múltiples sentimientos religiosos, motivos de enmienda o penitencia. Era común en el medievo imponer de penitencia pidiendo la renovación de vida y costumbres. Otros como petición o acción de gracias con motivo de cumplir una promesa o por una causa especial. Otros más profanos eran movidos por la curiosidad de conocer nuevas gentes de lejanas tierras y culturas que les abrieran nuevos horizontes.

Las peregrinaciones se remontan a miles de años, a miles e personas que han dejado huela y marcado un rumbo a la historia. La peregrinación nos adentra en toda una corriente espiritual, fuente incesante renovadora de gracia. Como dice una antigua oración de los peregrinos: “Que todos los santos con todos los demás hombres de Dios nos asistan y sus méritos y súplicas alcancen nuestro favor ante nuestro Señor Jesucristo que con el Padre y el Espíritu vive y reina por los siglos de los siglos”[6].

Cuando nos planteamos las raíces de nuestra identidad nos equivocamos cuando creemos residen en gestas imperiales. Los intereses de monarcas y emperadores construyeron imperios y aunque fueron canales de civilización muchas veces no eran sino intereses terrenales. Los caminos que siguieron nuestros continentes fueron entretejidos por un pueblo creyente movido no sólo por grandes ideales y gestas de caballeros sino por una valerosa y sorprendente fe que les dio el coraje de perseverar contra viento y marea. Los peregrinos abrieron las barreras y fronteras para abrir y unir las culturas más diferentes en una misma experiencia de fe constituyendo una única nación-pueblo, la de los creyentes. Alemanes, suecos, ingleses, italianos, húngaros, polacos, franceses. Distintos pueblos y culturas se unían en una misma fe. Incluso en una encrucijada de caminos ver converger pueblos musulmanes, judíos y cristianos en un mismo origen común.

Peregrinos en tierra extranjera abriendo caminos y caminando hacia una patria y herencia común. Hombres de fe creadores de la historia y forjadores de una nueva civilización de la paz y del amor: “Por la fe se pusieron en camino obedeciendo una llamada. Salieron sin saber bien a donde iban. Se trasladaron como forasteros habitando en tiendas, al intemperie, caminaron por el desierto apoyados en la fe como bastón, vagaban cubiertos de pieles de cabra y ovejas. Nómadas necesitados, atribulados, vagabundos por tierras desérticas entre montañas grutas y cavernas. Renunciaron a imperios y valores y tesoros terrenos porque tenían puestos sus ojos en otra promesa de paz. Se aferraban al invisible como si fuera visible, atravesaron l mar como si pasaran por tierra firme, se defendieron de enemigos, intentaron promover la justicia, cerraron la boca a leones poderosos, extinguieron el ardor del fuego. Pasaron entre llamas y no se quemaron. Evitaron el filo de la espada, fueron valerosos, se enfrentaron a grandes ejércitos, más aún torturados rehusaron librarse, prefirieron morir con valor y honor confiando en la promesa. Sufrieron la prueba de las burlas, los azotes, las cadenas. Fueron apedreados, destrozados, pasados a cuchillo. Fueron maltratados, torturados, víctimas de todo atropello no renegando a su fe y manifestando que el mundo no era digno de ellos”. “No fue su pericia, habilidad y fuerza la que los mantuvo cuando asaltaron los soberbios y gigantes. Los grandes ídolos perecieron y la esperanza del mundo se refugió en una pequeña balsa que protegida en medio de tormentas guiada por la mano de Dios trasmitió la semilla de la vida a los siglos venideros”[7].

Todos ellos esperaban la ciudad construida sobre cimientos cuyo arquitecto y constructor es Dios.  Este horizonte globalizante de la vida es fundamental. La peregrinación como bien eran concientes los judíos nos lleva a la Jerusalén celeste. Todas las demás peregrinaciones se presentan como sombras o figuras de esta gran patria que buscamos desde nuestro nacimiento. Como lo anuncian los profetas, así se designa en hebreo la Jerusalén celestial, Ierushalaim shel mala, para diferenciarla de la terrenal Ierushalaim shel mata. La Jerusalén terrena es figura de la celeste. También para los judíos sostienen que el ingreso a la ciudad celestial podrá ser factible tan solo después de visitar la ciudad terrenal. De ahí que al menos una vez en la vida se visite la ciudad Santa.

En la peregrinación de la vida tuve la suerte de jalonarla con varias peregrinaciones. La peregrinación a Jerusalén en 2011 fue precedida por tres grandes peregrinaciones previas: la peregrinación a Roma siendo estudiante con un grupo de estudiantes universitarios convocada por el ICU en 1979[8]. La peregrinación a Santiago de Compostela con un grupo de universitarios de Madrid en el Encuentro mundial de jóvenes de 1984 WYD[9]. La peregrinación a Goa, la India en el 2002. Hay una primera que viene a ser el punto de partida, mi tierra natal y hay otra final, la sexta, que realicé por  último a África en el 20014.

  • La primera peregrinación, Salamanca mi tierra natal. Es el punto de origen y de partida de todas mis peregrinaciones.

  • La segunda peregrinación a Roma, siguiendo los orígenes cristianos y de nuestra cultura occidental europea del primer milenio. La primera peregrinación fue como un ir a las raíces de nuestra fe y nuestra cultura y civilización occidental. En el primer año del pontificado de Juan Pablo II se abría toda una puerta al mundo: “No tengan miedo a abrir las puertas a Cristo”[10].

  • La tercera peregrinación a Santiago de Compostela, siguiendo los pasos de los marchadores de la fe en Europa, rastreando las raíces y vestigios de nuestra fe en el segundo milenio. El báculo y el morral eran propios de toda peregrinación. Los peregrinos romeros del Camino llevaban un bastón con una calabaza de cantimplora y volvían con una concha.

  • La cuarta peregrinación a Goa y  la India siguiendo los pasos de Gandhi y Madre Teresa abriéndonos a la nueva evangelización del tercer milenio. Movidos por el ardor misionero de Javier que le llevó a las tierras de Oriente. No sin razón Jerusalén es la ciudad más visitada de todo el mundo como vértice de encuentro de todas las religiones, confluyendo judíos, cristianos, musulmanes además de todo tipo de personas atraídas por su belleza incomparable.

  • La quinta peregrinación a Jerusalén y Tierra Santa como encrucijada de los tres continentes y de las tres grandes religiones y civilizaciones más antiguas. Numerosos peregrinos se han acercado a Tierra Santa y han quedado fascinados por los tesoros meticulosamente guardados por la tradición. Jerusalén ha venido a  ser el centro de peregrinación para las tres religiones monoteístas más importantes del mundo. No sin razón Jerusalén es la ciudad más visitada de todo el mundo como vértice de encuentro de todas las religiones, confluyendo judíos, cristianos, musulmanes además de todo tipo de personas atraídas por su belleza incomparable.

  • La última peregrinación a Togo, África abre el horizonte al mundo entero y a permanecer toda la vida en estado de peregrinación.

Así nosotros quisimos sumarnos a la corriente de peregrinos de creyentes verdaderos peregrinos de la paz, hombres de fe, constructores de un mundo nuevo y una nueva civilización. Como decía un poema a cerca de la peregrinación a Santiago: “Viniendo gente de todas partes del mundo, armenios, griegos, pulleses, anglos, galos, dacios, frisios, de naciones, lenguas y tribus diversas todos pregonan la gloria de Dios”[11].




0.2 Las Peregrinaciones

“Voy por la vida peregrino y a veces creo que voy sin compañía cuando de repente siento la presencia de alguien que me guía, otro viajero” (Himno de la Liturgia de las Horas)

Peregrinación viene de la palabra latina “per agrare”, el que viaja o penetra a un país lejano y que tiene además una connotación para poder ver un lugar santo o sagrado. La forma específica de la peregrinación no es meramente un viaje turístico, recreativo o cultural sino que está marcado por una motivación o finalidad religiosa que evoca junto al viaje por fuera otro tipo de viaje interior lo que queda reflejado por el prefijo “per”.

El mismo camino de la peregrinación nos lleva más lejos, a la morada de Aquel que nos llama. El lugar santo es la meta y todo el camino supone la preparación o purificación  necesaria de entrada al lugar del encuentro. Toda la existencia del hombre se podría decir que es una peregrinación. Peregrinar a nivel profundo significa caminar hacia la verdadera Patria, meta final, la Jerusalén celeste. No tenemos aquí la ciudad permanente sino que somos todos peregrinos hacia el cielo. El peregrino es aquel que espera y anhela alcanzar la verdadera patria celeste.

Las peregrinaciones tienen como metas ciudades, santuarios o lugares santos y abriga en ellos la búsqueda de una satisfacción trascendente y búsqueda de sentido, de verdad, de plenitud donde el hombre puede rehacerse de sus angustias y dar con la satisfacción de sus más hondos anhelos.

Cada pueblo con sus creencias y religiones ha tenido como legado común una forma de vehicular sus creencias y herencias espirituales y culturales, las peregrinaciones. Cada pueblo con sus específicas peregrinaciones a lugares santos participa de una u otra forma de un substrato común como una epifanía de la fuerza del espíritu sobre un complejo mundo de las más diversas motivaciones.

Toda la vida es una peregrinación, un camino. Como decía el poeta “caminante no hay camino, se hace camino al andar”[12]. Lo único que poco a poco va descubriendo es que sí que hay camino, un camino a recorrer y un caminante que lo camina con nosotros.

Como los discípulos de Emaus no lo reconocían y caminaba con ellos y El se les fue revelando según caminaba. Poco a poco se les abrieron los ojos. El mismo les hizo ver cuán lentos y cuán torpes eran en reconocer todo lo que habían vivido y les empezó a hacerles descubrir su paso por sus vidas[13]. Resulta un maravilloso ejercicio releer nuestra vida, nuestra historia a la luz de la fe.

Todas las religiones practican la peregrinación como una auténtica búsqueda de Dios para propiciar un verdadero encuentro con El. Dios ha estado y esta presente en nuestros entresijo de la historia lo que pasa es que muchas veces no lo reconocemos. Es como si se tratar de encontrarse mutuamente para caminar en la misma dirección.

Toda la historia del pueblo de Dios se vivió en peregrinación. Así Abraham se puso en camino con toda su familia hacia la tierra prometida. Nuestros padres en la fe se pusieron en camino y caminaron como peregrinos sin saber muy bien hacia donde caminaban, hacia donde Dios les conducía confiando en una promesa. Anhelaban una tierra mejor, una morada permanente, donde se dieran los frutos mesiánicos, done reinara el amor y la justicia y Dios fuera su sólido fundamento.

Así Abraham salió fuera de su tierra y caminó como nómada peregrino hacia la tierra prometida sin llegar a poseerla. También Moisés después de cuatrocientos años de esclavitud en Egipto salió con todo su pueblo en un largo éxodo por el desierto caminando durante cuarenta años hasta entrar en la tierra prometida. Aunque sus descendientes llegaran a conquistarla y a establecerse como un reino pronto quedaron desposeídos para hacerles comprender que era otra tierra y el reino que anhelaban.

Llegada la plenitud de los tiempos vino Jesús como el nuevo Moisés para reemprender un nuevo éxodo con toda la humanidad y llevarla a su verdadero destino. Jesús emprende la gran peregrinación con todo su pueblo hacia la casa paterna. Dios mismo en Jesús, baja de su santa morada para caminar con nosotros como peregrino y llevarnos con El a la morada del Padre.

Jesús emprende la gran peregrinación saliendo al frente de su pueblo para hacernos avanzar por el desierto de la vida librándonos de todos los enemigos, el pecado y la muerte, cargando con nuestras culpas para aliviarnos, levantarnos y llevarnos sobre sus hombros a su Padre. En su gran peregrinación tuvo sus grandes etapas y altos en el camino. Podemos  distinguir a lo largo de toda su vida diferentes etapas.

           



0.3 Las etapas de la Gran Peregrinación

I EL INICIO:

Jesús empezó su peregrinación en la baja Galilea llamando a los desposeídos, a los miserables a los pecadores Empezó a anunciar el Año Jubilar, el tiempo de gracia, de conversión, para los pecadores recibir el indulto, acogiéndose a la misericordiosa indulgencia de Dios. Empezó a caminar con los más pobres, con los más pequeños, sin excluir a nadie, la gran procesión jubilar donde entraba toda la humanidad.

II EL ANUNCIO:

Jesús hizo un alto en mitad del camino y empezó a anunciar su pasión y muerte. El camino va a conllevar la cruz y a afrontar las dificultades hasta combatir frente a frente con el enemigo. Jesús anuncia que el quiera seguirle debe tomar la cruz como báculo y bastón del camino y debe desarmarse de toda prepotencia, presunción y ambición y elegir el camino de las bienaventuranzas. Dios protegerá a sus elegidos, se romperán los arcos de los fuertes, la ira de los poderosos y el furor de los orgullosos.

III LA PASION Y MUERTE:

La peregrinación tiene también la etapa reina, la etapa de la peregrinación donde se hace más dura la subida. Jesús va a subir al monte santo, a la montaña santa y allí elevado en la cruz con la donación de sí mismo darnos acceso en su Cuerpo al verdadero Santuario, abriéndoos a todos las puertas del Paraíso. Sube hasta la cumbre del amor llevando sobre él a todos los cautivos para prepararnos una morada perpetua y eterna.

IV LA RESURRECCION, ASCENSION Y PENTECOSTES:

Después de resucitar se aparece a sus discípulos y va a congregando a todos los que quedaron dispersos y confundidos ante el escándalo de la cruz para infundirles el valor y la esperanza de su victoria definitiva. En su Ascensión, al subir a los cielos, nos hace el don de su Espíritu y nos abre a todos las puertas e intercede por su pueblo a la derecha del Padre mientras continúa nuestra peregrinación. Después de su Ascensión vuelve en Pentecostés para elevarnos y abrirnos a la Iglesia el camino hacia Dios.

Hoy todos los que seguimos a Cristo en su Iglesia seguimos la peregrinación por los desiertos y vericuetos de este mundo tan lleno de todo, pero a veces tan vacío de Dios. Caminos con todos los hombres hacia la morada del Padre acompañados por Cristo y guiados por su Espíritu hasta la etapa culmen y final del día de la manifestación plena de su gloria donde Cristo entregue su reino y reinado a su Padre.

Mientras tanto caminamos con todos los hombres de este mundo y los venideros hacia la Jerusalén del cielo, la Jerusalén definitiva y eterna donde no habrá más llanto, ni dolor ni muerte, porque Dios será todo en todos.

Cristo nos ha abierto a todos el camino y sigue caminando con su pueblo. Nosotros caminamos con El y hacia El tentados por el desánimo en medio de las dificultades que vivimos. Caminamos en la fe y en la esperanza en un ya sí pero todavía no. Es todo un camino de conversión, de purificación. Es un camino de vaciamiento, despojamiento y anonadamiento que conlleva el don de sí, la entrega de la vida, para pasar a descubrir nuestra vida en el Otro a quien seguimos y amamos si haberle plenamente visto, en quien confiamos sin tenerlo conseguido. Vivimos en medio de la contradicción, de la humillación y de la tribulación pero alentados y sostenidos en la fe. El nos promete que perseveremos en este amino, que a su tiempo cambiará nuestra suerte y los que siembran con lágrimas cosecharán entre cantares.

Se trata de perseverar en medio de las pruebas y dificultades de la vida con nuestros ojos firmes en Él orientando toda nuestra existencia hacia lo permanente y lo definitivo. Todo pasará pero su amor durará por siempre. No caigamos en la tentación del escepticismo, del derrotismo y la desesperación. Muchas veces in que nosotros sepamos cómo Dios va hilando y guiando nuestra historia llevando a término sus promesas por caminos contradictorios.

Cada vez que en la vida he experimentado desconcierto, turbación Dios me ha salido al encuentro como los discípulos de Emaús para abrir mis ojos a una nueva luz y poner nueva orientación a mi caminar. Su salir a su encuentro más yo diría El saliendo a mi encuentro ha supuesto siempre un nuevo despertar, un nuevo impulso para mi vida.

Todos como peregrinos hemos sentido una llamada y nos hemos puesto en camino. Hemos tenido que salir de nuestra tierra, que abandonar nuestras seguridades y lanzarnos a algo nuevo y desconocido fiándonos de una promesa. La vida, la vocación es un misterio maravilloso, insondable que a su vez resulta a veces con dos caras pavoroso y asombroso.




LAS ETAPAS DE LA VIDA:

Tratando de releer mi vida y mi historia como una peregrinación también distinguiría sus etapas y altos en el camino. Son varios los autores que se detienen a contemplar las etapas o edades del hombre. Romano Guardini observa diversas edades. La infancia, la juventud, la edad madura, la ancianidad y la etapa final[14]. El hombre se caracteriza en constante cambio y movimiento como alguien que cambia continuamente aunque a pesar de todo siga siendo la misma persona[15]. Cada apartado de la vida dice Guardini presenta algo nuevo y lo asemeja a una fase del día: la noche, la mañana, el mediodía, la tarde, o una estación del año. Cada día, cada año es fase viva de nuestra existencia constituyendo un lugar irremplazable en su conjunto. En el hecho de que cada fase sea nueva, única y pase para siempre es donde reside la tensión de la vida.

Cada fase tiene su carácter propio y se orienta a la siguiente. Cada fase tiene algo propio, formas vitales y figuras de valores de sentido. A pesar de la variedad todo está conectado. El hombre puede volver la mirada a las fases recorridas haciéndose presente lo que ha ocurrido en ellas.

Entre las fases hay crisis típicas que corresponden al cambio de una a otra, la crisis de la pubertad entre la infancia y la juventud, la crisis de la experiencia, entre la juventud y la mayoría de edad, la crisis de la comprensión vital entre la mayoría de edad y la madurez, la crisis del desasimiento entre la ancianidad y la edad senil. Luego las analizaremos. En la superación de las crisis surge la nueva forma vital de la siguiente fase.

LA PREVIA ETAPA DE LA VIDA, LA NOCHE

En esta etapa se lleva a cabo la primera adaptación al medio en la lucha por la adecuación por la vida. Tendría que ver con la gestación, el nacimiento y la infancia. En esta fase se da la primera comprensión e interpretación de la realidad. Todavía no se ha despertado la conciencia. Por el instinto va aprendiendo a distinguir y diferenciar los objetos en referencia así mismo. El niño aprende poco a poco a ver finalidades y alcanzarlas, a distinguir lo bueno y lo malo. Poco a poco va desapareciendo el cobijo materno y paterno. En esta cobertura el niño ha de desarrollarse y aprender a entrar en la propia iniciativa individual.






LA PRIMERA ETAPA DE LA VIDA, LA MAÑANA DE LA VIDA

En esta etapa se lleva a cabo la integración de las solicitaciones externas intentando  superar la conflictividad que nos viene de afuera. El joven toma contacto con su propia individualidad, con su propio yo y trata de auto posesionarse y apoderarse  de sí mismo. Se da cuenta de sus capacidades vitales y siente que en ellas hay posibilidades de devenir y experiencia. Pero también hay deberes por lo que tales capacidades debe ordenarlas y darles forma para un auténtico desarrollo. Actúa en él un elemento positivo, la fuerza de ascensión de la personalidad y otro negativo, la falta de experiencia. La doble polaridad también se da entre la persona y el educador. Es el periodo del idealismo, del desarrollo de la creatividad, capacidad artística,  la fantasía y los valores centrales de la personalidad, sinceridad, honradez, fidelidad que marcan el carácter. Surge la primera fase del amor. Más allá de lo físico o sentimental.

LA SEGUNDA  ETAPA DE LA VIDA, EL MEDIODIA

Es la fase de la responsabilidad y de la mayoría de edad. Se desarrolla el carácter y se consolida el interior de la persona. Tiene lugar la puesta de fundamentos sólidos, lo que tiene valor y permanencia. Los valores perennes y eternos tienen una importancia vital. Es la fase en que manan del modo más inmediato las fuerzas productivas de índole espiritual y vital. Se da la dialéctica entre lo permanente y lo caduco entre la fase y la totalidad. Se lleva a cabo el reconocimiento de la sombra, parte oscura de uno mismo confrontada con su propio potencial a realizar.

LA TERCERA FASE DE LA VIDA, LA TARDE DE LA VIDA

En esta etapa se entra en la ancianidad, la serenidad el tiempo de aceptar y asumir los propios límites. Se comienza el descenso del arco de la vida. Se toma mayor conciencia del fin y de la transitoriedad de la vida. Se da el encuentro y aceptación de la sombra, las limitaciones, insuficiencias y miserias de la vida. Esta fase supone la plena integración con el mudo exterior y la reintegración de las funciones no desarrollada con la transformación de toda la realidad. Somos llamados a una plena integración viviendo la dimensión simbólica e incluyendo todos los demás aspectos culturales y espirituales.

La vida hay que saber verla y vivirla tanto en sus partes como en su conjunto. Cada fase tiene sus retos y desafíos. A la persona se le pide la aceptación de la fase de cada momento de la vida lo que hace que en cada fase la persona pueda ser ella misma. Cada fase tiene su razón de ser para su conjunto y también para el desarrollo dela otra fase. Si cada fase no se vive plenamente falta en lo sucesivo su aportación.

Detengámonos en cada una de LAS ETAPAS siguiendo el trascurso de un día[16]:

Toda la vida se resumiría como el largo camino de peregrinación hacia el encuentro definitivo con Dios[17]. Lo maravilloso es como Dios va preparando el encuentro  saliendo a nuestro paso en las distintas etapas de la vida[18]. En un sentido litúrgico como si la vida se tratara de un día podríamos distinguir sus horas como lo hacían los romanos o judíos (prima, tercia, sexta y nona) en vigilia o maitines, laudes, intermedia, vísperas y completas[19].

Carl Jung describe la vida como el discurrir del día y el recorrido del sol. Por la mañana asciende e ilumina el mundo. Al mediodía alcanza su cenit y sus rayos comienzan a disminuir y decaer. La tarde es tan importante como la mañana. Sin embargo sus leyes son distintas[20].




0.    EL INICIO, La Vigilia.

Se empieza en la noche que se abre al alba. Se trata del despertar, del inicio, de la apertura de la vida. La vida de la infancia se abre a la emancipación, a la adolescencia a la búsqueda de la propia identidad.

La larga peregrinación de la vida se empieza de noche. Los síntomas de la noche son la ausencia, el desamparo, el vacío. El nuevo nacimiento supone salir de nuestra autosuficiencia, de nuestra emancipación, del útero de los lazos maternos y paternos en donde nos hemos sentidos protegidos. Se trata de correr el riesgo de abandonar la seguridad primera para abrirnos a la luz del alba.

Aquí sentimos miedo a la soledad. Pero Dios no nos creó para soledad. Hemos de describir a Dios en nuestro silencio, nuestra soledad. Tenemos miedo de enfrentarnos a lo único verdadero y nos perdemos en la dispersión sustituyendo lo único verdadero por lo pasajero llevando una vida disoluta y disipada.

Yo se de la vigilia nocturnal desesperada,
de un rostro deformado en la visión,
de sueño y nada,
yo supe de la angustia y el dolor sin alborada
pero un día feliz sonrió mi soledad cuando te vi llegar.

Salgo a caminar, hecho por la espalda la nostalgia,
llevo en el pecho la esperanza…
un día me largué por el camino, a andar los caminos,
anduve los caminos buscando hallar un horizonte…




1. EL AMANECER, la Mañana.

Es el tiempo de la juventud, el tiempo de hacer realidad los sueños de la noche y de lanzarse a la aventura de la vida. Se toma la orientación de la vida que te abre a todo un futuro un proyecto de vida a recorrer.

Buscamos apasionadamente, ardientemente la libertad, la verdad, el amor pero no sabemos bien donde encontrarlo. Pretendemos liberarnos emanciparnos y creyendo gozar de total libertad pronto nos sentimos esclavos. Esclavos de nuestras bajas pasiones e instintos. Andamos todavía a tientas. El amanecer a penas se vislumbra como un rayito de luz que se levanta del polvo como una raya malva muy tenue que va virando a rosa. Empieza a verse el rayo de luz apenas amanece porque empiezan a sentirse los primeros rayos del sol.

El sol no ha llegado a su cenit. Hay luz pero también oscuridad. La ambigüedad persiste. Poco a poco en la mañana el sol irá ganado altura. Dios irá penetrando y disipando los lúgubres rincones oscuros del alma. Nos toca transitar por los páramos, cruzar por los ásperos caminos de nuestras soledades y ambigüedades y lentamente a reconocer en nuestra vida a un invisible personaje que no ha estado ausente sino presente a lo largo de toda nuestra vida. Como los peregrinos de Emaús sienten a su paso otro caminante que se pone a caminar a su paso. No saben quién es sus ojos aún no le reconocen.

Camino en el silencio sobre mis años,
camino solo detrás del tiempo por el espacio,
sin conocerme como un extraño,
no se si el aire brota el perfume de los agravios,
de la inocencia, del desengaño.

No se si el río de las esperanza,
se pone agrio no se porqué
alguna vez con la mente pateando cascotes
y en los labios chirridos de conciencia,
que hay suelto por ahí,
alguna vez entre chirridos cante estos versos[21]





2. LA ETAPA INTERMEDIA, La mitad del camino, de la vida, el Mediodía.

Es el tiempo intermedio donde se empieza a acusar cierto cansancio y a la vez se arraigan y se consolidan las opciones fundamentales la vida. Es el tiempo de la madurez. Tenemos nostalgia de identidad, de sentido, no sabemos en realidad de donde venimos y adónde vamos. Nuestra vida da mil vueltas y revueltas, avances y retrocesos. Tenemos hambre y sed de trascendencia. Dios ha salido tantas veces al encuentro pero no le hemos reconocido, le hemos dado tantas demoras.

El persistente peregrino nos invita a caminar, caminar en la fe sobre el sopor del mediodía.  El sol se haya en su cenit. Hay a mitad del día un punto de inflexión culminante. En la mitad de nuestra vida somos llamados. Como la samaritana se acercó al pozo a beber y se encontró con el misterioso personaje que en el brocal le esperaba.

Fue el despertar después de andar perdido,
sin el altar de tu mirar y herido,
fue como encontrar el fresco manantial
donde bebí en la boca la paz,
y volví a sentir lo que es vivir,
sabiendo que hay un Edén,
desde ayer latiendo.

Hoy me dejó el sol caricias de tu amor
Hoy he vuelto a la luz...







3. LA TARDE, el Atardecer.

El tiempo donde se empieza por una parte a decaer y a reciclar la propia existencia. Después de un largo recorrido es tiempo de descansar de sedimentar la experiencia. De todo lo vivido ¿Que nos queda?

En el atardecer de la vida aparecen las sombras. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su esplendor. Sabréis entonces que soy yo. Al final de la tarde lo único que queda es el amor. La vida no se construye a base de grandes empresas si estas no están movidas por amor en nada quedan, se disipan como el humo.

Se trata de dar con los fecundo ríos de la vida que la penetran por dentro y que han fecundad los espíritus creativos Dar con la verdad, lo verdadero, lo bueno, lo noble que hunde sus raíces en el corazón de cada hombre. Hay un hilo a lo largo de la vida que la va entretejiendo. Hay corrientes de vida que traspasan todas las épocas y fecundan todas las generaciones.

Cuando la vida festeje el modo de los calvarios,
la sobra rueda, los ojos llantos,
penetro al mundo del pequeño abecedario.

Mi misma muerte me esta esperando,
después de aquel primer llanto,
no se y para qué…






4. LA NOCHE, el Crepúsculo.

Es la preparación para el encuentro definitivo, el verdadero nacimiento y despertar a la vida eterna. El hombre frente al crepúsculo de un nuevo y definitivo amanecer. Toda la humanidad esta orientada y encaminada hacia un horizonte de esperanza. La humanidad no fue sometida al fracaso, gime de esperanza.

Más fuerte que el poder destructor de la muerte lo tiene a vida y el amor. El amor permanece, es eterno. Hay un germen inmortal en el hombre que nada ni nadie lo puede destruir.

Salí de las tinieblas tras la luz y hallé tu nombre,
estaba repetido en el fulgor de los albores,
y estaba en el jardín,
temblando en el color de la caña ya en flor…






0.4 LAS EDADES DEL HOMBRE

Con este nombre “Las Edades del Hombre” la Iglesia organizó un proyecto que tratando de evangelizar a través del arte, la historia y la cultura y así recuperar las hondas raíces cristianas de nuestro pueblo[23]. Este programa tuvo una gran aceptación y supuso un gran éxito[24]. El proyecto que se realizó en distintas ciudades de España también llegó a Salamanca. Fue la IV Edición de las Edades del Hombre la que tuvo lugar en Salamanca, durante 1993/94, en el complejo catedralicio de las Catedrales Nueva y Vieja, con el lema: "El contrapunto y su morada".

Se quería dar a conocer el vasto y rico patrimonio cultural y religioso de nuestra tierra como un legado de la historia que convenía hacer memoria. Convenía a hacer justicia a las generaciones que nos han precedido y sacar de la oscuridad a la luz este hermoso legado del pasado y dar a conocer la belleza estética del patrimonio espiritual, religioso y cultural que tenemos. Las primeras se realizaron en torno a catedrales y luego se extendió a otras iglesias y piezas arquitectónicas de interés. En total se han realizado 18 exposiciones. Las exposiciones no sólo han abarcado el marco nacional sino que se han extendido a través de ediciones externas más allá de las fronteras y  llegado hasta Amberes en el corazón de Europa y a Nueva York dando a conocer las exposiciones de las Edades del Hombre a nivel mundial. Se han publicado numerosos artículos y libros que han contribuido a la divulgación del patrimonio[25].

En la actualidad se está celebrando la XVIII Edición en la localidad  de Arévalo (Ávila), cuya temática es el Credo. Actualmente se celebra el 25 aniversario de las Edades del hombre y se ha publicado un libro con el título: Las Edades del Hombre, 25 años construyendo identidad.

Desde 1988, la fundación Las Edades del Hombre ha organizado diversas exposiciones de arte religioso en diversos puntos de la geografía nacional e internacional, destacando por su interés las exposiciones celebradas en la propia Castilla y León. Las consideradas primeras Edades del Hombre se realizaron en la iglesia de Santiago Apóstol de Alcazarén, con una pequeña exposición de pinturas sacras. Más adelante, y con el apoyo de entidades importantes, se llevó a cabo la primera exposición conocida entre el público, en Valladolid.

El plan consistía en celebrar tres exposiciones monográficas y un congreso teniendo como eje común el arte religioso de Castilla y León, comunidad que posee el mayor acervo patrimonial de España. La idea de ubicar estas exposiciones en templos catedralicios era muy novedosa. Las sedes serían Valladolid, Burgos y León, teniendo como temas, respectivamente, la iconografía religiosa, los documentos y la música. El congreso se celebraría en Salamanca. Sin embargo, ante el extraordinario éxito suscitado por la primera edición, y las peticiones de otras ciudades castellanoleonesas, se pensó ampliar el ciclo expositivo, llevándolo incluso fuera de la comunidad y de España.

El Primer ciclo fue inaugurado con la exposición "El arte en la Iglesia de Castilla y León" en la Catedral de la Asunción de Valladolid en 1988, se cierra con la exposición "Paisaje interior" en la Concatedral de San Pedro de Soria en 2010, dando por finalizado el ciclo de exposiciones realizado en las sedes episcopales de Castilla y León.

Estas fueron las distintas ediciones: Durante el primer Ciclo: I Edición en Valladolid, en 1988/89, en la Catedral de la Asunción con el lema: "El arte en la Iglesia de Castilla y León". II Edición en Burgos, en 1990, en la Catedral de santa María con el lema: "Libros y documentos en la Iglesia de Castilla y León". III Edición en León, durante 1991/2, en la Catedral de Santa María con el lema: "La música en la Iglesia de Castilla y León". IV Edición en Salamanca, durante 1993/94, en el complejo catedralicio, Catedrales Nueva y Vieja, con el lema: "El contrapunto y su morada". V Edición en Amberes (Belgica), en 1995, en la Catedral de Nuestra Señora, con el lema:  "Flandes y Castilla y León". VI Edición en El Burgo de Osma, en 1997, en la Catedral de la Asunción, con el lema: "La ciudad de seis pisos". VII Edición en Palencia, en 1999, en la Catedral de san Antolín, con el lema: "Memorias y esplendores". VIII Edición en Astorga, en  el 2000, en la Catedral de Santa María de Astorga, con el lema: "Encrucijadas". IX Edición en Zamora, en el 2001, en la Catedral del Salvador, con el lema: "Remembranza". X Edición en Nueva York, en el 2002, en la Catedral de San Juan el Divino, con el lema: "Time to Hope". XI Edición en Segovia, en el 2003, en la Catedral de Santa María, con el lema: "El Árbol de la Vida". XII Edición en Ávila, en el 2004, en la Catedral del Salvador, con el lema: "Testigos". Fuera del ciclo se realizó una edición en Madrid, en el 2005, en la Catedral de la Almudena, con el lema: "Inmaculada". XIII Edición en Ciudad Rodrigo, en la Catedral de Santa María, con el lema: "Kyrios". XIV Edición en Ponferrada, en el 2007, en la Basílica de La Encina e Iglesia de San Andrés, con el lema: "Yo Camino". XV Edición en Soria durante 2009/10, en la Concatedral de San Pedro, con el lema: "Paisaje interior".

Después tuvo lugar un segundo ciclo denominado "Passio". La Edición XVI , en las iglesias de Santiago el Real (Medina del Campo) y Santiago de los Caballeros (Medina de Rioseco), 2011. Sobre la Semana Santa. "Monacatus" – Edición XVII – en el Monasterio de San Salvador de Oña (OñaBurgos), 2012. Trató sobre la vida monacal."Credo" – Edición XVIII – en Arévalo (Ávila), 2013. Trata sobre el Credo.

Durante las distintas exposiciones se realizaron Jornadas de Estudio y Difusión del patrimonio que fueron dando a conocer los trabajos ocultos de investigación y las enseñanzas que acompañaban las exposiciones con catalogación de obras, fichas y capítulos introductorios que fueron enriqueciendo el Patrimonio. Las Jornadas además de promover conferencias y distintos eventos permitieron escuchar en mesas redondas a los profesores e investigadores recogiendo los estudios realizados y dándolos a conocer al numeroso público. Con la innovación de toda clase de medios audiovisuales se fueron aquilatando y mejorando las exposiciones. Estas contribuyeron a descubrir los cimientos sobre las que están construidas organizando Jornadas de Estudio y Difusión del Patrimonio. Con la ayuda de distintas instituciones tanto eclesiásticas como civiles se  fue dando impulso a toda una obra no solo de conocimiento sino  de mejora y restauración del Patrimonio Nacional[26].

Me parece representativo como el hacer memoria colectiva del pasado no solo llevó a dar a conocer un vasto y rico patrimonio que estaba como escondido sino a tomar conciencia de nuestras raíces para afianza así nuestra identidad. Excavando los cimientos de la historia descubrimos nuestro origen. Tras laborioso trabajo de investigación y restauración de numerosos estudiosos y restauradores se recuperaron muchas obras y salieron de forma inédita a la luz. Son cientos los proyectos de restauración y miles los bienes muebles que se han restaurado. El trabajo realizado fue la mejor contribución a la historia y a la humanidad. Convenía hacer memoria para dar a luz a un sinfín de trabajos de recuperación y restauración de cantidad de obras magistrales que hubieran permanecido ocultas o destruidas con el paso del tiempo. Estos son los cimientos sobre los que fueron levantados nuestra cultura y nuestra historia.

Ante una humanidad que está perdiendo conciencia de sus raíces y de su identidad era justo y necesario sacar de la oscuridad haciendo honor y justicia a nuestros antepasados y dar a la luz este hermoso legado del pasado para rescatar la riqueza y la belleza del patrimonio espiritual, religioso y cultural que tenemos.

Es del todo justo correlacionar las Edades de la Humanidad y las Edades del Hombre. Muchos autores han hecho asociación en las edades de la humanidad con la evolución del pensamiento, de la epistemología, de la filosofía[27].

La evolución y desarrollo de las distintas corrientes o sistemas de pensamiento, el positivismo, el idealismo, el realismo, el empirismo, el racionalismo, etc. Aunque se puede hablar de un cierto progreso a la vez también se puede hablar de una vuelta al origen.

La ciencia moderna no se hubiese construido sin la forma mítica de los hombres primitivos. La  forma mítica de experiencia propia de la antigüedad y el modo medieval de ver dirigido el hombre a lo simbólico reclama una vuelta a los valores perennes y espirituales. El mundo realista ha de presentarse con todas las distinciones que lo dividen y a su vez con toda la unidad que lo caracteriza.

Como decía Goethe el niño auténtico no es menos persona que el auténtico adulto[28]. De la misma manera Sócrates  deja ver que la verdadera sabiduría se alcanza en el desasimiento en la superación del ansia afán de poseer[29]. Al igual la vejez es una vuelta a la infancia. Envejecer significa acercarse al verdadero nacimiento, el transito a lo auténtico y perenne. Conforme nos acercamos a l muerte más cerca estamos de la vida. Decía Galilei: “tengo los años que me restan de vida, porque los ya vividos no cuentan”[30]. La ancianidad tiene un carácter de dignidad que procede de las fuentes religiosas. La vida sólo se comprende desde su hondo sentido de misterio. ¿Qué hay detrás de la vida? “Somos de materia tal como aquella de que se hacen los sueños, y nuestra pequeña vida se encierra en un dormir”[31].

Para finalizar podríamos caracterizar  ocho edades del hombre:




LAS OCHO EDADES DEL HOMBRE

I.- 1ª ETAPA: LA NIÑEZ

1º Edad: (Primera infancia: Hasta los 18 meses). Realización de la esperanza. Confianza versus desconfianza.
                                                          
2ª Edad: (Segunda infancia: de los 18 meses a los 4 años). Realización de la voluntad. Autonomía versus vergüenza.

3ª Edad: (Tercera infancia: de los 4 a 7 años). Realización de la finalidad. Iniciativa versus culpabilidad

4ª Edad: (Cuarta infancia: de los 7 a 11 años. Realización de la competencia. Industria versus inferioridad

II.- 2ª ETAPA: LA ADOLESCENCIA.

5º Edad: Realización de la fidelidad. Identidad versus difusión

III. 3ª ETAPA: LA ADULTEZ TEMPRANA.

6ª Edad: Realización del amor. Intimidad versus soledad o aislamiento

IV.- 4ª ETAPA: LA ADULTEZ.

7ª Edad: Realización del cuidado. Generatividad versus estancamiento

V.- 5ª ETAPA: LA EDADA MADURA.

8ª Edad: Realización de la sabiduría. Integridad versus desesperación

Pasemos ahora a detenernos en cada una de las etapas y edades con los procesos que tienen lugar en cada una de ellas.








LAS OCHO EDADES DEL HOMBRE[32]

Erikson describe la dinamica de desarrollo humano a través de una serie de fases incontinuo crecimiento. El ser humano se desarrolla en la acción y está siempre desarrollando su personalidad[33].

Cada etapa de crecimiento esta pensada en términos de una tarea específica apropiada a cada estadio y que resulta condicionada por el contexto cultural del medio en que vive. En el hombre hay desde el nacimiento una dialéctica o conflicto pulsional  que lucha entre sí, el impulso de la vida (eros) y a muerte (thanatos)

En cada etapa de crecimiento se enfrentan dos polaridades o fuerzas contrarias y el sujeto se ve obligado a establecer una síntesis conciliadora, que colocan al individuo entre el avance y retroceso. El desarrollo no es lineal hay ascensos y descensos avances y retrocesos.

Lo que la primera reflexión de las edades del hombre sobre los ciclos de la vida humana no contemplaba según el modelo de Erikson, el modelo de Jung va apuntando progresivamente a las cuestiones últimas es decir a la lectura de la vida humana en clave religiosa. El primer modelo no lo explicitaba pero Campoo lo excluía. El modelo de las crisis existenciales lo lleva implícito.

Jung apela a que el verdadero desarrollo del hombre apela al fundamento último de la finitud. La experiencia de la vida human en sus dos polaridades, nacimiento muerte, postula la experiencia religiosa.

Durante todo el desarrollo de la vida la persona vive toda una serie de sucesivas separaciones muertes y emergencias. Diríamos que la vida está profundamente inmersa en el misterio pascual de muerte y resurrección.

Solamente a la luz de la fe y de la Pascua de Cristo el hombre puede apreciar su vida humana plenamente. La vida no puede descifrarse a través de meras apreciaciones aparentes, es un misterio difícil de desentrañar por el hombre. Solamente adentrándose en el propio misterio de Cristo el hombre se conoce en su plenitud. La altura, la profundidad, la largura, la anchura de este misterio, donde se da cabida tanto a los aspectos positivos como negativos, las luces y las sombras, los retos y las amenazas, las luchas y los conflictos, solo pueden ser contemplados y resueltos a luz del misterio Pascual de Cristo[34].





1ª EDAD: PRIMERA INFANCIA (Hasta los 2 años). Realización de la esperanza. Confianza versus desconfianza.

Se va desarrollando incipientemente la inteligencia sensorio motriz. El niño adquiere habilidades motóricas en respuesta a los estímulos ambientales, si bien no es aún capaz e representar el mundo internamente. El niño va construyendo las subestructuras cognitivas que servirán de punto de partida para su posterior desarrollo perceptivo intelectual.

Freud en esta etapa sitúa el estadio oral. El centro de interés del niño está en la boca. La boca le proporciona el contacto con el pecho de la madre y le permite satisfacer las necesidades de alimento. El niño aparece fisio-psicológicamente inmaduro y dependiente. En esta etapa busca el desarrollo de la dependencia. Dependencia o desende ser protegido.

En esta primera infancia se lleva a cabo la primera separación-muerte-emergencia Separación del vientre de la madre. Muerte al confort prenatal. Tiene lugar la emergencia del ego y de la primera autoconciencia.





2ª EDAD: SEGUNDA INFANCIA: (De los 2 a los 4 años). Realización de la voluntad autonomía versus vergüenza.

Inicio de la inteligencia representativa mediante operaciones concretas. Especialmente en esta etapa de 2 a 4 años se desarrolla en el niño el pensamiento preconceptual o simbólico.

El preconcepto es algo intermedio entre la particularidad del objeto  la generalidad de una clase de objetos. La característica esencial de este periodo es la capacidad de usar símbolos. En torno a los 2 años e niño comienza a distinguir el significante y el significado.

Los primeros significantes no son verbales sino motóricos. A los 2 años de vida la zona erógena objeto de la líbido es la anal. En esta segunda infancia se lleva a cabo la segunda separación-muerte-emergencia Separación del cuidado de la madre. Muerte a la fijación de la madre como objeto libidinal. Emergencia del segundo nivel de deliberación. Primera selección del objeto.

3ª EDAD: TRANSICION A LA ADOLESCENCIA. (De los 4 a 7 años). Realización de la finalidad. Iniciativa versus culpabilidad

De los 4 a 7 años se desarrolla el pensamiento intuitivo. La razón fundamental del carácter intuitivo de las funciones cognitivas es la dominancia continuada de los procesos preceptúales sobre los procesos de pensamiento.

Los cambios principales que se producen en esta edad están relacionados con el vocabulario, memoria, imaginación que revelan nuevas estructuras cognoscitivas. A esta edad el niño no ha desarrollado aún los conceptos reconservación y reversibilidad. El niño de 4 años es incapaz de prestar atención más de un aspecto de una cosa a la vez. Es alrededor de los 4 años la región genital se convierte en el foco de placer libidinal. Tiene lugar la primera inspección y estimación de los órganos sexuales.

El centro de conflicto lo constituye el deseo de poseer al padre el sexo opuesto y el miedo a la venganza del padre del mismo sexo. Se desarrolla l complejo de Edipo: Amor por la madre y sentimientos hostiles hacia el padre que aparece como rival.

En esta Etapa fálica se lleva a cabo la separación de los lazos familiares. La muerte del control del ego y selección del objeto. La emergencia del super-ego y de la conciencia moral. Cobra mucha importancia el arquetipo asociación con el Padre.

4ª EDAD: PRIMERA MADUREZ, PUBERTAD. (De los 7 a 11 años). Realización de la competencia. Industria versus inferioridad

Operaciones concretas. A esta edad el niño es capaz de realizar actos mentales u operaciones en respuesta a los cambios ambientales. Los niños pueden reproducir en sus cabezas lo que antes tenía que hacer a través de sus acciones concretas. Las operaciones concretas son pues acciones interiorizadas.

Periodo latente o de latencia. El complejo edípico suele estar resuelto después de los 7 años. Es cuando en este periodo de latencia el niño experimenta cierta calma respecto a los impulsos sexuales. Al estadio de latencia le sigue el estadio genital de la pubertad donde surgen de nuevo y con fuerza renovada los impulsos sexuales.

Este periodo coincide con la entrada formal en la escuela con todo lo que supone la integración social y cultural. En este periodo latente se lleva a cabo la separación del ego. Primer encuentro con la máscara La muerte a mi mascara y encuentro con la persona. Emergencia de la conciencia religiosa. Segunda selección del objeto.

6ª EDAD LA ADOLESCENCIA. Realización de la fidelidad. Identidad versus difusión

En la adolescencia tendrá que hacer frente a los límites, barreras y sanciones de los pares y de la sociedad en relación con los impulsos sexuales. El adolescente tendrá dos tareas importantes que realizar en este momento: aceptar su propio sexo y lograr un ajuste adecuado con el sexo opuesto a través de relaciones heterosexuales.

Aquí se lleva a cabo la transición de la mitad de la vida. Se pasa de la juventud a la adolescencia. En la transición se operan toda una serie de cambios fisio psicológicos en la persona.


6ª EDAD: LA ADULTEZ TEMPRANA. Realización del amor. Intimidad versus soledad o aislamiento

Esta etapa pide también toda una maduración en el campo afectivo y la búsqueda de un verdadero amor[35]. Lo contrario al amor, el egoísmo nos va encerrando en nosotros mismos[36].

En la primera etapa de la vida se lleva a cabo un cabo o transformación que denominaríamos del amor sensual al amor afectivo. Es a partir de la entrada en la etapa adulta donde la persona debe pasar del amor afectivo al amor no posesivo.

La persona no parece resolver esa transformación tan fácilmente. Requiere tiempo. Solo después de unas relaciones estables y verdaderas se pasa de un amor no posesivo al amor compulsivo, esponsal, comunitario. En esta etapa el conflicto a resolver va a radicar sobre todo en la integración de un camino a la verdadera intimidad o cerrarse a la soledad y el aislamiento.

7ª EDAD: LA ADULTEZ. Realización del cuidado. Generatividad versus estancamiento

Los procesos descritos no se llevan a cabo de una manera lineal y progresiva sino de una manera dialéctica. Se precisa ser fieles al proceso unitivo generativo desde el principio de la autenticidad, una conversión constante sino quiere uno entrar en retrocesos o procesos regresivos.

Un factor muy importante en la autenticidad es la superación de la sombra. Todo hombre tiene una “sombra” personal y colectiva[37]. “La sombra” sería el lado oscuro, débil, desagradable y negativo de la personalidad.

Después de pasar a través del tumulto de la fase de integración de las demandas externas, la persona tiene que entrar en una nueva configuración a través del encuentro con “la sombra” para ser capaz de integrar la totalidad del ser. El encuentro con “la sombra” es en definitiva el encuentro con uno mismo.

8ª EDAD MADURA. Realización de la sabiduría. Integridad versus desesperación

El punto crítico del desarrollo del hombre se lleva a cabo en la resolución de la llamada crisis de la mitad de la vida. La mitad de la vida es el tiempo más duro de crisis que lleva a cuestionarse en lo profundo sobre el sentido del ser.

El paso a la madurez de la tarde de la vida conlleva el denominado “Turning point”, que viene a ser  como un renacer. Esto no puede darse sino desde una sabiduría interior, oración, clave para resolver la difícil transformación de la muerte del ego y el renacimiento de uno mismo.

Esto supone una conversión o transformación intima y profunda que va acompañada de una decisión última de afrontar la muerte de cara. Jung recuerda que el camino para una verdadera humanización pasa por las regiones inferiores del mundo interior y llega al inconsciente. El camino a Dios pasador el descenso a las oscuridades del sujeto, al reino de las sombras. El hombre ha de encarar la muerte.



0.4 Las etapas del Camino a lo largo de mi vida:





I LA ETAPA PREVIA : SE PREPARA LA PEREGRINACION

Los primeros años de mi vida, descubriendo las raíces de la fe.

Salamanca, Roma la Chica[38]. Preparando la peregrinación.

Se dice que una peregrinación a un lugar santo empieza desde el mismo lugar de partida. Allí en tus orígenes se descubren las raíces de nuestra fe y el despertar de nuestras búsquedas en la larga peregrinación de la vida. Es en el propio entorno familiar donde despertamos y vamos creciendo en los primeros pasos de nuestra vida. Este va a ser determinante en todo nuestro crecimiento y desarrollo posterior. Diríamos que se trata del pórtico o prólogo e todo lo que vendrá después. Si nos detenemos en las raíces encontramos enfermen todas nuestras búsquedas futuras que nos pondrán en movimiento en la larga peregrinación de la vida.

                                                 

II ETAPA: SE INICIA EL CAMINO.

Los dos últimos años antes de iniciar la vocación, comenzando el camino de búsqueda[39].

Peregrinación a Roma[40]. Despertando a la vocación.

Después de uno crecer en un ámbito de fuertes experiencias religiosa familiares empieza una gran búsqueda. Como puntos o aspectos relevantes que van a afectar fuertemente mi vida son: El Papado de Juan Pablo II. Los viajes en Inter- rail. Los encuentros internacionales de Taizé. Los encuentros internacionales del ICU. Querer ahondar en las raíces y fundamentos de mi fe cristiana en el corazón de la Iglesia Roma. Esta peregrinación da un impulso y una nueva fuerza y orientación para mi vida.

                                                        

III ETAPA: CAMINANDO POR FUERA.

Mis diez primeros años de vida misionera[41].

Peregrinación a Santiago de Compostela[42]. Comenzando el camino.

Después de diez años de vida misionera después del entusiasmo inicial uno empieza a sentir cierto cansancio. Esta peregrinación despierta una gran oleada de frescura, de fe y de alegría. Es la preparación previa a mi ordenación sacerdotal. Se inicia una nueva etapa en la vocación y en la vida misionera. Se acaba la etapa formativa y se lanza uno a la misión. A veces sale uno con un espíritu triunfalista y conquistador con ansia de cambiar el mundo sin haber hecho un verdadero cambio interior. Uno se percata que es uno que tiene que cambiar antes de pretender cambiar el mundo. El mundo empieza a cambiar cuando empezamos a cambiar nosotros.


IV ETAPA: CAMINANDO POR DENTRO:

Los diez años siguientes a la ordenación[43].

El despliegue de la misión.

Peregrinación a la India[44]. Siguiendo los pasos de Javier, de Gandhi, Madre Teresa.

Después de mis años de misionero en Asia y ante del nacimiento de la nueva comunidad de servidores. La agudización de un conflicto insostenible que nos llevó a nacer de nuevo. La necesidad de disponer de un tiempo para reorientar la vida hacia el reino, lo eterno y lo definitivo. Cuando parece que todo se viene abajo te das cuenta que la vida se construye bajo la mirada de Dios y no de los resultados humanos. Se precisaba reorientar las energías invertidas en resolver el conflicto para emplearlas en la construcción del reino.




V ETAPA: CAMINANDO A LO ETERNO:

Los diez años en la nueva  comunidad[45].

Volviendo al inicio del Evangelio.

Peregrinación a Jerusalén[46]. Siguiendo los pasos de Jesús.

Se experimenta el límite. Pérdida de salud y contacto con la enfermedad. Como caminar en la debilidad en medio del cansancio físico y espiritual. El camino de reconciliación y purificación de eficacias y valores. Cuando uno se cansa de vivir es porque esta sufriendo por cosas que cree uno merecer. Llamada a vivir en la gratuidad. Como aprender a vivir con El y con los hermanos desde l aceptación de los límites propios  y de los otros renunciando a ideales de fuera para que al final sólo quede El.




VI ETAPA: CAMINANDO SIEMPRE:

Los restantes años en la nueva  comunidad[47].

Anunciando el Evangelio.

Peregrinación a Togo, África


Caminar paso a paso[48]

Florecen a tu paso los manzanos
los azahares al borde del camino
de naranjos y paso peregrino
el aroma del valle que habitamos.

Tu paso joven, firme cautivante
el trébol reverdece, un aire perfumado
de abeto es tu mirada y azulado
el aliento del viento penetrante.

El mundo que contemplas fue creado
a tu imagen, por ti, para tu gloria
y descubres la trama de la historia
que tus ojos contemplan asombrados.

Reflejo de tu ser, de tu belleza
te comprendes, Mesías anunciado
y el amor infinito acurrucado
en tus ojos exalta su grandeza.

Tocan tus manos una flor doliente
y una laguna riega tu tristeza
contiene el mar inmenso en su pobreza;
tu mirada la acuna tiernamente.

Canta la tierra, tu paso la estremece
Pascua del cielo, tu sol la ha anticipado
camina un joven, paso cautivado
su mirada ondulante entre mieses






0.4 La casa paterna. El punto de partida,
Salamanca, Roma la chica

(Los inicios de una vida, descubriendo las raíces
Salamanca, en la encrucijada de caminos)

Toda peregrinación tiene un inicio y comienza dese el punto de partida. Decía el dicho popular jacobipeta que es en la puerta de la cas de cada uno donde comienza el Camino. El punto de partida de la larga peregrinación de la vida empieza en la casa paterna. Se trata de volverla inicio, la casa nativa que nos vio nacer y crecer. La casa que nos vio partir. Se trata como volver al Kilómetro cero de nuestra peregrinación[49]. Todos necesitamos un punto de referencia, un punto estable de partida pues sin este la vida se hace ininteligible. Tantas veces que en la vida nos perdemos por los caminos, vericuetos y entretesijos que la misma vida comporta. Es preciso volver a la fuente, al origen, al punto de partida, para recuperar el hilo conductor. A veces nos parece haber sido arrojados a un mundo donde nos sentimos huérfanos, sin raíces, sin padre y sin madre. No fuimos desalojados del vientre materno para vivir al desamparo, a la intemperie. Necesitamos calor de hogar, tenemos nostalgia de ser.

El evangelio nos dice: “si no volvéis a haceros como niños no entraréis jamás[50]. Necesitamos volver a la infancia, recordar ese espacio de calidez, sosegado, lleno de luz que nos dio cobijo, bienestar, seguridad. Allí en la casa nativa, en la casa materna y paterna se encuentran nuestras raíces, las vivencias que dan soporte y orientan y estructuran toda la persona. En el fondo del ser humano permanece viva aunque a veces sepultada la memoria de Aquila edad inmemorial prehistórica que fue nuestra infancia. No tengamos miedo a desenterrar como arqueólogos de la memoria y ahondar en las raíces que nos dieron el ser lo que somos. Volver a las raíces, volver a recuperar esa desbordante efusión de vida de creatividad, ese sólido punto de apoyo referencial estable que tanto necesitamos. Volver a los orígenes es hacer memoria volver al pasado histórico para asegurar y garantizar nuestra propia identidad. Olvidarse del pasado es desconectar con las fuentes recreadoras de la vida, es  perder la herencia cultural- espiritual que nos dio el ser. Sin pasado, sin memoria redebilita nuestra identidad y perdemos la libertad de ser lo que somos. Nos transformamos en vagabundos errantes en la noche del sinsentido experimentando el vacío, la sequedad, el cansancio, el hastío. No podemos ir por la vida caminando solos. 

La vida se construye caminando con otros, la construimos juntos, junto con los que caminaron detrás de nosotros que fueron forjadores de una historia que nos pertenece. También nuestra historia presente les pertenece a los que vendrán detrás de nosotros. Nosotros somos también forjadores de la historia para el futuro que vendrá. La historia se va construyendo como la ida misma en un tejido de experiencias personales sociales, culturales, espirituales que se van enriqueciendo entretejiendo para dar con el entramando que denominamos nuestro mundo. No dejemos de juntos construir un mundo que merezca la pena ser vivido[51].




[1] San Agustín, Confesiones, 10,25,36
[2] En lo profundo de su conciencia la voz de Dios resuena en el corazón del hombre, allí reside el valor de la dignidad humana. La conciencia, la memoria es el núcleo más secreto y sagrario del hombre, donde el hombre se encuentra con Dios y la voz de Dios resuena en lo más íntimo del hombre. Cf. GS 16
[3] Dante, Vita nuova
[4] Karem Armstrong, Jerusalem: una ciudad y tres religiones
[5] Las Partidas de los romeros a Santiago de Compostela
[6] Las Partidas de los romeros a Santiago de Compostela
[7] Cf. Sab 14, 1- 11
[8] ICU, Institute per la Collaborazione Universitaria
[9] WYD, World Youth Day, Jornada Mundial de la Juventud
[10] Mensaje del primer discurso de Juan Pablo II en Roma
[11] Fulberto, obispo de Chartres, Poema sobre la Peregrinación a Santiago
[12] Antonio Machado, Poesías
[13] Cf. Lc 24
[14] Romano Guardini, Las edades de la vida
[15] A este respecto es muy significativa la obra de Karl Wojtyla, La persona en acción
[16] Se trata de simbolizar el día como el de la de la vida que trascurre toda la vida
[17] La vida se vive en camino, en trance de conversión. Se trata de la larga peregrinación hacia al encuentro definitivo con Dios, hacia la Casa Paterna. En este sentido es muy iluminador la obra de José María Cabodevilla titulada El padre del hijo pródigo.
[18] Son muchos los autores que se han detenido a analizar las etapas de la vida. Desde Sigmund Freud hasta Carl Jung continuando por Bernard  Lonergan hacen un gran aporte en el análisis y aporte de la psicología evolutiva. La vida misma nos hace crecer y madurar a través de sucesivas muertes, conversiones, para entrar a pasar a un nivel más profundos
[19] Cualquier situación hora y lugar son buenos y aptos para el encuentro con Dios. Hay que saber descubrir cada hora como, la  hora de gracia, la situación óptima para escuchar la voz de Dios. Dios nos habla a través de la historia y todos los acontecimientos de la vida y hemos de aprender a reconocerlo, descubrirlo, escucharlo.
[20] Anselm Grum, La mitad de la vida como tarea espiritual. La crisis de los 40-50 años
[21] Poemas sacados de cantos a la vida de José Larralde, un cantautor contemporáneo latino americano de Buenos Aires.
[22] Bernard Lonergan analiza el modelo de Freud. Erick From y H.U. von Balthasar o Wojtyla señalan la clave del crecimiento de la persona está en la radical apertura a la trascendencia
[23] La idea de estas exposiciones se gestó durante un encuentro en la localidad vallisoletana de Alcazarén, surgió por iniciativa del sacerdote José Velicia y del escritor abulense José Jiménez Lozano, que consiguió la aprobación del arzobispo de Valladolid y la financiación por algunas entidades bancarias. El objetivo del proyecto original era la divulgación del patrimonio artístico y cultural de los bienes de la Iglesia.
[24] Hoy Las Edades del Hombre es una Fundación que lleva desde 1988, a lo largo de 25 años se han realizado 18 exposiciones que han atraído a no sólo a visitantes de toda la geografía española sino a más de diez millones de personas a visitar el vasto patrimonio de nuestra patria. Las exposiciones se iniciaron bajo la supervisión de D. José Velicia. El actual presidente es Mons. Carlos López Hernández Obispo de Salamanca y el profesor D. José Ramos Domingo, Profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca su Secretario General.
[25] El patronato que dirige la fundación Las Edades del Hombre está formado por dos arzobispados y nueve obispos de las diócesis de BurgosValladolid, AstorgaÁvilaCiudad-RodrigoLeónOsma SoriaPalenciaSalamancaSegoviaZamora. A la cabeza del patronato está desde mayo de 2006, Carlos López Hernández, obispo de Salamanca. La sede de dicho patronato se encuentra en el Monasterio de Santa María de Valbuena (Valladolid). La financiación de la fundación Las Edades del Hombre recae en gran medida en la Junta de Castilla y León y en su Consejería de Educación y Cultura, pero también es patrocinada por la entidad financiera privada Caja España.
[26] Además de las distintas diócesis donde fueron organizadas, colaboraron fundamentalmente las Conserjerías de Cultura de las distintas Comunidades y entidades financieras públicas y privadas.
[27] A este respecto es interesante ver en la obra de Romano Guardini el último apartado de su obra “las edades de la vida” titulado: las edades de la vida y de la filosofía
[28] Como decía Goethe: “No se camina sólo para llegar, sino para vivir caminando”
[29] Sócrates, en el final del Fedón
[30] El tiempo no pasa, somos nosotros los que pasamos. La certeza de que nuestro caminar tiene un fin es el mejor recurso para valorizar cada minuto que vivimos. Galileo Galilei.
[31] William Shakespeare, La Tempestad, IV, 1.
[32] S. Freud, C Jung, J. Piaget, analizan las distintas etapas de crecimiento. Erikson las denomina las ocho edades del hombre. Cf. E. H. Erikson, Identidad, juventud y crisis.
[33] K. Wojtyla, Persona y acción
[34] K. Wojtyla, Juan Pablo II, en su primera encíclica Redentor hominis, RH 13
[35] K. WOJTYLA en su obra Amor y Responsabilidad habla del amor esponsal como donación de sí. El don de sí o la entrega total pide la renuncia a uno mismo para pasar a ser para otro. Este salir de uno mismo para encontrarse en el otro supone una especie de “éxtasis”. Cf. . WOJTYLA, Amor y Responsabilidad
[36] C. JUNG en sus Cartas dice: si usted se siente aislado se debe a que usted mismo se aísla. No hay cosa que más nos aísle y distancie de los demás que presentarnos por encima con ostentación de poder. C. JUNG, Cartas III, 93
[37] Dice C. Jung que junto a la sombra personal el hombre tiene en sí mismo una sombra colectiva en la que está incluido todo lo malo y oscuro de la historia de la humanidad y que encuentran su expresión en los mitos, arquetipos y símbolos de la religión.
[38] Realizada en la Semana Santa de 1978.
[39] En el periodo de 1978 a 1988.
[40] Realizada en la Semana Santa de 1978.
[41] En el periodo de 1979 a 1989.
[42] Realizada en Agosto de 1989.
[43] En el periodo de 1990 a 2000.
[44] Realizada en Mayo del 2001.
[45] Periodo del 2002 al 2012.
[46] Realizada en Julio del 2010.
[47] Periodo del 2012 en adelante.
[48] Poesía del P. Alejandro Ferreiros, Florecen a tu paso
[49] Junto a la pilastra izquierda a la entrada del puente romano pone “Kilómetro cero” de la ciudad. Punto desde donde parten todos los caminos.
[50] Mt 17, 1-3
[51] En el origen de mi vocación esto tuvo especial significado. Viendo niños que habían sido abandonados y que llorando me decían: No quier vivir en este mundo. Antes de construir un mundo pensando en sólo edificios me pregunté que sentido tenía la vida que vivimos y cuál la vida que con pleno sentido merece ser vivida.


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